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132 SOBRE LA HISTORIA
-'' :,1 ,I. tenerse como proposición génerál, al menos por parte de quienes creen que --; ' en que los cartógrafos no actúan bajo coacción, deben darse cuenta de que al
'' calificar las Malvinas de argentinas o llamar «Alemania Central» a la RDA,
,4J . - la política debería basarse en un análisis científico (por ejemplo, socialismo
.: «científico»). Que la ciencia es inseparable del resto de la sociedad, incluidO no actúan como geógrafos, sino como políticos. Pueden alegar varios moti-
.,;.:. vos para justificar su decisión, entre ellos un motivo filosófico o incluso uno
., , - el público no científico, también lo acepta como proposición gene0 la ma- -f. -
,.-.• yoría de la gente. Sin embargo, en la práctica es evidente que existe -cierta di7- 1 supuestamente científico, pero no motivos geográficos. No.hacer esta distin-
.1 visión del trabajo y de las funciones y que las relaciones entre la ciencia y la ción causaría no sólo una ruptura de la comunicación intelectual (cosa que
., •-t,"., , .- sucede con bastante frecuencia), sino que también haría que la cartografía
:., . politica no pueden ser las de la congruencia. Los imperativos -de la- política,
• por más que se basen en el análisis científico, no son idénticos a las afirma- como descripción fuera sustituida por la cartografía como forma de afirma-
-.•II ción programática, lo cual equivaldría a la abolición de la cartografía.
ciones científicas, aunque idealmente puedan derivarse de ellas en mayor o l'T.• ,
menor grado. La autonomía relativa de la política (que incluye consideracio- Afortunadamente, dado que es este un campo en el cual la fantasía teóri-
i -.- • ca tiene graves consecuencias prácticas, no se permite que la cartografía
1, 11 l _ . nes de conveniencia, de acción, voluntad y decisión) excluye no sólo la iden 7 .' programática se entrometa en los mapas reales excepto de modo marginal y
•.;: i :,1 tidad, sino incluso la sencilla analogía entre las dos esferas. Por ende, cual-
quier forma de partidismo que diga que lo que la política requiere en un en campos especiales como, por ejemplo, la educación y la propaganda. Des-
. ;1 .11}
, :pu momento dado debe tener su equivalente en el discurso científico no puede • - pués de todo, sería poco sensato sugerir a los pilotos de líneas aéreas que
tener ninguna justificación teórica. En la práctica también puede observarse al aterrizar en Kaliningrado se encontrarían en un estado alemán o, antes
límites sólo querrán -aventurarse los muy temerarios. o los muy acreditados-. mundo real. El incentivo para replantear la teoría; en contraposición a desa-
Porque, - a medida que pase el tiempo, sencillamente no sabrán lo :suficiente rrollarla de modo más depurado, perdió fuerza." Con todo, este aislainiento
fuera de su .«campo» - para- hablar sin - temor a equivocarse —o siquiera para se vuelve menos perceptible, o incluso más tolerable, al crecer enormemen-
estar familiarizados con la labor que se esté haciendo---, :a la vez qi e. . los es- te el número de especialistas que aprecian —y, de hecho, cultivan— las ope-
pecialistas que ocupen otros territorios y los defiendan contra las inCursiones raciones intelectuales cada vez más esotéricas de sus colegas y aumentar in-
de sus competidores mediante barricadas de conocimiento esotérico y - _técni- mensamente el tiempo que es necesario pasar inmerso en la literatura del
cas -especiales harán que las incursiones de los .que sean relativamente profa- tema, en especial desde 1960. Al igual que los huéspedes de un gran hotel,
nos en la materia resulten cada vez más peligrosas. Las publicaciones, bole- los especialistas de un campo pueden satisfacer la mayoría de sus necesida-
tines- informativos y conferencias especializados se multiplican, y los debates des sin salir del edificio; o recurriendo a contactos con el mundo exterior por •.
que se celebran en - cada- campo se vuelven incomprensibles para quienes no mediación del hotel: Después de todo, probablemente .el número de econo-
estén dentro de él, sin una larga preparación -y muchas lecturas para las cua mistas empleados en las instituciones académicas de la ciudad de Boston y
les los demás raramente encuentran tiempo excepto a expensas de su propio sus alrededores hoy es mayor que el número .total de economistas profe-
conocimiento especializado. La exhaustiva bibliografía de la .«literatura», sionales que había en Gran Bretaña entre la publicación de La riqueza de
que, de forma creciente, sólo conocen los autores de tesis, protege cada una las naciones y la .de la Teoría general de Keynes;- y todos -están ocupados le-
de estas fortalezas. En 1975 trescientos ochenta o más títulos advertían a los yendo y criticando las obras de los demás. Veamos .sólo un campo bastante
ciudadanos que pensaban tener algo que decir sobre «movimientos sociales, modesto cuya expansión no es muy rápida, el de la historia económica y so-
motines y protestas» que no hicieran incursiones imprudentes en el campo cial: el número de afiliados a la British Econornic History Society - multi-
del «comportamiento colectivo», subdisciplina de la - sociología que en la ac- plicó aproximadamente por tres entre 1960 y 1975. -Más del. 25 por 100 de
timlidad trata de erigirse en «campo» especializado." todas las obras sobre el tema publicadas . desde su fundación en -1925 apare-...
Pero si se impide la entrada del intruso que no -esté profesional y técni- cieron en el período 1909-1974; el 65 Por 100 de todas estas obras apareció.
camente preparado, el que está dentro pierde a su vez el sentido de las con- entre 1960 y 1974.16 Comparadas con las 430.000 monografías sobre mate-.
secuencias más amplias del tema. Un buen ejemplo; como ha señalado Lester máticas y las 522.000 sobre_ física que _existían en . 1968," los 20.000 títulos
Thurow, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, es el campo especiali- de-historia económic.a. , y social son una cifra modesta. Sin embargo, toda per-
zado de la econométría, esto es, la creación de modelos matemáticos eh la sona que trabaje en este campo sabe que gran. parte de estos .escritos no na-
ciéncia económica. Al principio se suponía que estos Modelos comprobarían cen . de problemas, sino de libros y artículos anteriores; ,que .una parte mucho
si una teoría claraMente especificada «podía verificarse estadísticamente, pero ,.mayor de la vida del..historiador económico _transcurre dentro de las instala-
(debido en gran parte a que rara vez es posible) tuvo lugar una curiosa • iii- ciones , cada vez más . amplias y variadas de su hotel. . .. •
versión en la relación entre la teoría y los datos: • • . Es en esta .situación que el partidismo político puede- seritir para contra-
rrestar la creciente tendencia a mirar hacia dentro,. en 'casos extremos el esco-
La econoffietría pagó de ser un instrumento para comprobar teorías a ser un lio, la tendencia a cultivar el ingenio intelectual porque sí, el autoaislamien- - '
instrumento para exhibir teorías. Se convirtió en un - lenguaje descriptivo ... La to de la academia. De .hecho,.tambien .él puede ser . víctima, de .los. rnismós
buena teoría económica era - más fuerte que los -datos menos eso pensaban peligros si - se forma un .«campo» suficientemente grande -de una erudición
los -economistas— y, por tanto, tiene que imponerse a. los datos. Lo que em- partidista que se haya autoaislado. En- campos como la filosofía y la 'sociología .
pezó como técnica para elevar datos relativos a .teoría acabó haciendo exac- hay suficiente neoescolasticismo marxista como para. hacer una advertencia
tamente lo contrario. •, . • saludable. No obstante, los mecanismos para introducir nuevas ideas, nuevas
preguntas, nuevos retos ollas ciencias desde fuera son hoy más indispensa-..
Así, según arguye Thurow, las ecuaciones econométricas no encontrarón bles -que .nunca. El partidismo es ..un potente mecanismo de. este tipo, quizá el
ninguna relación entre la inversión y el movimiento de -tipos de interés tal más potente que en la ~andad existeen las ciencias sociales. Sin él, .el :de-
como postulaba la teoría económica clásica y ninguna manera de instaurar sarrollo de dichas ciencias correrá peligro.. .
tal relación. Entonces pasaron a ocuparse de la opción intelectualmente legí-
tima de concebir sus ecuaciones de manera que los tipos de interés se viesen
obligados de modo automático a tener el signo correcto. «Las ecuaciones no -
- comprobaban la teoría, pero describían cómo sería el mundo si la teoría fue-
ra correcta.» En resumen, y a costa de tender a retrasar el desarrollo de-la
teoría económica, la econometría se aisló cada vez más de los efectos del