Sunteți pe pagina 1din 7

Cristo (del latín Christus, y este del griego antiguo Χριστός, Christós)1 es una traducción del

término hebreo «Mesías» (‫מָ ִׁשיח‬, Māšîaḥ), que significa «ungido»,2 y que se emplea como título o
epíteto de Jesús de Nazaret en el Nuevo Testamento.3 En el cristianismo, Cristo se utiliza como
sinónimo de Jesús.3

Los seguidores de Jesús son conocidos como «cristianos» porque ellos creen y confiesan que Jesús
es el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento,4 por lo cual le llamaban «Jesús Cristo», que
quiere decir «Jesús, el Mesías» (en hebreo: «Yeshua Ha'Mashiaj»), o bien, en su uso recíproco:
«Cristo Jesús» («El Mesías Jesús»).

El título «Cristo» también se encuentra dentro del nombre personal «Jesucristo»,5 y se menciona
como un sinónimo de Jesús de Nazaret en la fe cristiana, que lo considera salvador y redentor de
los hombres, el «Verbo» (o Palabra) de Dios encarnado6 y «el Hijo unigénito de Dios».7

Las principales creencias cristianas acerca de Jesucristo incluyen su consideración como el Hijo de
Dios, constituido como Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo y que nació de la Virgen
María; que fue crucificado, muerto y sepultado durante el mandato de Poncio Pilato; que
descendió a los infiernos y posteriormente resucitó de la muerte y subió a los cielos, donde se
encuentra junto a Dios Padre y desde donde volverá para el Juicio Final.

La cristología, un área de la teología, se ocupa principalmente de estudiar la naturaleza divina de la


persona de Jesucristo, según los evangelios canónicos y los demás escritos del Nuevo Testamento.

Índice

1 Referencias en la Biblia

1.1 En los evangelios canónicos

1.2 En otros libros bíblicos

2 Cristo, el ungido

3 Cristo, el salvador

4 Cristianismo
5 Cristo en las distintas denominaciones cristianas

5.1 Cristo en el catolicismo

5.1.1 Nacido de María Virgen

5.1.2 Cristo y la Iglesia

5.1.3 Cristo y el papa

5.1.4 La Palabra de Cristo y su interpretación en la Iglesia católica

5.1.5 La gracia de Cristo en los sacramentos

5.1.6 La eucaristía como actualización del sacrificio de Cristo

5.1.7 La eucaristía como presencia real de Cristo en el mundo

6 Véase también

7 Notas

8 Referencias

9 Bibliografía

10 Enlaces externos

Referencias en la Biblia

Cristo y el joven rico (c. 1890) Heinrich Hofmann.

El título «Mesías» fue utilizado en el Libro de Daniel,8 que habla de un «Mesías Príncipe» en la
profecía acerca de «las setenta semanas». También aparece en el Libro de los Salmos,9 donde se
habla de los reyes y príncipes que conspiran contra Yahveh y contra su ungido. Pero
fundamentalmente en el libro del profeta Isaías se expresa la llamada corriente mesiánica (Is 9, 1-
7) atribuida a Cristo según los escritos del Nuevo Testamento.

En los evangelios canónicos

Jesús es llamado «el Cristo» en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento donde se le describe
como ungido con el Espíritu Santo. Algunas referencias incluyen Mateo 1:16, Mateo 27:17, Mateo
27:22, Marcos 8:29, Lucas 2:11, Lucas 9:20 y Juan 1:41. En el evangelio de Mateo se trata el tema
en el siguiente pasaje:
Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: «¿Quién
dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?» Y ellos dijeron: «Unos, Juan el Bautista; y otros,
Elías; pero otros, Jeremías o uno de los profetas». Él les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy
yo?» Respondiendo Simón Pedro, dijo: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y Jesús,
respondiendo, le dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló
carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos».

Evangelio de Mateo 16:13-17

En el evangelio de Juan, el título de «Cristo» se usa como nombre de Jesús:

«[…] la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo».10

«Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado,
Jesucristo».11

En otros libros bíblicos

El apóstol Pablo escribiendo sus Epístolas, obra de Valentín de Boulogne o de Nicolás Tournier.

En el Libro de Daniel se afirma que el mesías príncipe sería cortado, y no tendría nada.1213 La
antigua versión de Reina-Valera traduce ‘será muerto y nada tendrá’ y en el margen de la
paráfrasis ‘será echado de la posesión’. Esto se cumplió cuando, en lugar de ser aceptado como
Mesías por los judíos, fue rechazado, cortado, y no recibió ninguno de los honores mesiánicos que
le pertenecían, aunque, con su muerte, echó los cimientos de su futura gloria en la Tierra, obrando
la redención eterna para los salvos. En la Primera Carta a los Corintios san Pablo de Tarso escribió
que así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, así es el Cristo: la cabeza y los miembros
en el poder y la unción del Espíritu forman un solo cuerpo.14

En el Libro de Juan, este título es relacionado con el de Mesías, «llamado el Cristo».15

Habiendo sido rechazado como mesías en la tierra, él ha sido hecho, ya resucitado de los muertos,
Señor y Cristo,16 y así se cumplen los consejos de Dios con respecto a él y al hombre en él. Se
revela que los santos habían sido escogidos en Cristo desde antes de la fundación del mundo.
Todas las cosas en el cielo y en la tierra tienen que ser encabezadas en el Cristo,17 ya que el Cristo
es la cabeza del cuerpo de la Iglesia.18

Cristo, el ungido

Cristo y bordón, por Carl Bloch.

La palabra «ungir» ―del latín únguere― significa ‘elegir a alguien para un puesto o un cargo muy
notable’ (como sumo sacerdote o rey).19

La concepción hebrea del ungido o entronizado proviene de la antigua creencia que establece que
untar a una persona u olear un objeto con aceite otorga cualidades extraordinarias, incluso
sobrenaturales, cuando estas provienen de una autoridad divina. En el Israel de la antigüedad, la
costumbre de ungir a una persona otorgaba la potestad para ejercer algún cargo importante. El
término Cristo no solo se utilizaba con los sacerdotes20 que eran mediadores entre Dios y la
humanidad, sino también con los reyes teocráticos21 que eran representantes de Dios y adquirían
de esa manera dignidad sacerdotal. Más tarde se aplicó a los profetas22 e incluso se vinculó con
los patriarcas.23 Sin embargo, en la transformación del concepto mesiánico, el uso del término se
restringió al redentor y restaurador de la nación judía.2425

En el Nuevo Testamento, la palabra Cristo se utiliza como nombre común y como nombre propio.
En ambas acepciones aparece con o sin artículo definido, en solitario o asociada a otros términos o
nombres. Cuando se usa como nombre propio y, muchas veces, en los otros casos, designa a Jesús
de Nazaret, el esperado Mesías de los judíos. De esta manera, para las confesiones cristianas,
Jesucristo es el mesías, aquel que el Antiguo Testamento anunciaba que llegaría como plan de
salvación de Dios para la humanidad. Otras religiones, sobre todo los musulmanes,26 judíos
ortodoxos, conservadores, y reformistas,27 lo consideran solamente como un gran profeta o
predicador de su pueblo ―el pueblo judío― y el fundador de la religión cristiana, a quien sus
seguidores consideran el hijo encarnado de Dios.

Cristo, el salvador

El Sermón del Monte (1877), por Carl Bloch.


La palabra salvador, a su vez, era el título calificativo que los judíos aplicaban a sus sacerdotes,
reyes, y profetas, ya que estos debían ser ungidos con aceites como parte del rito que los
consagraba a su labor. Los seguidores de Jesús de Nazaret, considerando que este era el Mesías
prometido por las profecías mesiánicas de la Tanaj, le aplicaron este título a su líder, llamándole
Cristo Jesús o el Salvador. A mediados del siglo II -unos cien años después de la muerte y
resurrección de Jesús de Nazaret—se les comenzó a conocer por cristianos en Antioquía, ya que se
decían seguidores del Cristo.

Según algunas confesiones cristianas, como la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, la Iglesia
anglicana o las principales iglesias protestantes, la Salvación es una venida de Dios. Sustentan este
punto de vista en las palabras del Apóstol Pedro: «Por el contrario, creemos que tanto ellos como
nosotros somos salvados por la gracia del Señor Jesús».28 Esta gracia se obtiene a través de la fe y
el obrar cristiano, según católicos y ortodoxos, o exclusivamente por la fe, según los protestantes,
es decir, en creer o confiar que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador y el Único Perdonador de
pecados.

En la carta de Pablo a los romanos se explica lo que es la salvación,29 pero con más precisión en la
carta del apóstol Pablo a los Efesios: «Cristo, con su muerte y su Resurrección, es quien elimina la
deuda del pecado humano y vehicula en su persona esa gracia redentora».30 Para el cristianismo
la salvación está disponible para todos los que creen y actúan en consecuencia.

Cristianismo

Artículo principal: Cristianismo

La creencia cristiana afirma que Dios se manifestó a los hombres en la persona de Jesús de Nazaret
(en hebreo: Yeshúa), siendo el Hijo de Dios hecho hombre y, por tanto, el Mesías anunciado por
los profetas en las escrituras, y ansiosamente esperado por Israel. Escrituras.31 De hecho, Jesús
mismo afirmó ser el Cristo.31 En el Evangelio de Juan, cuando Jesús habla con la mujer
Samaritana, se registra el siguiente evento:

Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos
declarará todas las cosas.

Le dice Jesús: Yo Soy, el que hablo contigo.


(Juan 4:25-26)

A raíz de esto, se narra a los samaritanos diciendo: «nosotros mismos hemos oído, y sabemos que
verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.» (Juan 4:42)

Cristo, dejando la sala del tribunal, por Gustave Doré.

En el Evangelio de Marcos también se narra a Jesús afirmando ser el Mesías, cuando los
sacerdotes del templo estaban interrogándolo:

El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?»

Y Jesús le dijo: «Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la Potencia de Dios, y
viniendo en las nubes del cielo».

Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestidos, dijo: «¿Qué más necesidad tenemos de
testigos? Habéis oído la blasfemia: ¿qué os parece?» Y todos ellos le condenaron ser culpado de
muerte.

(Marcos 14:61-64), Versión Reina-Valera, (1569).

Jesús en la casa de Anás, obra de José de Madrazo, Museo del Prado.

El cristianismo surgió como una comunidad, la Iglesia, inspirada en las enseñanzas de Jesús de
Nazaret. Según san Lucas (en Hechos de los Apóstoles 11:26), los discípulos de Jesús fueron
llamados «cristianos» por primera vez en Antioquía de Siria. La misión que los unía era la prédica
de estas enseñanzas por todo el mundo, prédica inicialmente llevada a cabo por sus discípulos
directos, llamados apóstoles. Según los Evangelios, Dios preparó un pueblo, prefigurado en el
pueblo de Israel, conducido por Moisés y los profetas y al que Cristo encabeza como jefe y
salvador. Con este pueblo, Cristo realizaría una nueva alianza. El fin de este pacto es que todos
conozcan a Dios Padre y a Jesucristo su Hijo y en Él tengan vida eterna (según el Evangelio de Juan
3.16).

Según el cristianismo, Jesús de Nazaret es el Cristo (el Mesías), Hijo de Dios hecho hombre (según
el Evangelio de Mateo),32 concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Después de
la crucifixión, al tercer día resucitó y posteriormente subió al Cielo; y se espera su regreso al final
de los tiempos en lo que se llama la «segunda venida de Cristo», o Parusía. El cristianismo explica
que el sufrimiento de Jesús era necesario.33 Frecuentemente se cree que el padecimiento de
Jesús se desarrolló en la cruz, en realidad su padecimiento comenzó desde el huerto de
Getsemaní.34 En este pasaje se describe como Jesús lleno de angustia oraba intensamente, su
sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Cristo en las distintas denominaciones cristianas

Commons-emblem-scales.svg

Existen desacuerdos sobre la neutralidad en el punto de vista de la versión actual de este artículo
o sección.

Motivo: Los puntos de vista de las confesiones no católicas deberían ampliarse, ya que la sección
está narrada predominantemente desde el punto de vista del catolicismo.

En la página de discusión puedes consultar el debate al respecto.

Imagen del Señor de los Milagros que recorre en procesión las calles de Lima, Perú.

La religión cristiana se inició en el seno del judaísmo como uno de tantos movimientos mesiánicos,
centrado en la persona de Jesús de Nazaret. Sus seguidores extendieron su culto por todo el
mundo basándose en la idea de que Jesús había resucitado.

Los seguidores de Cristo en el mundo actual no forman un conjunto único y uniforme, sino que se
agrupan en distintas confesiones, como las iglesias católica, ortodoxa, anglicana, luterana,
bautista, anabaptista, menonita, presbiteriana, metodista, mormona, etc. Y aún los hay que no
reconocen un vínculo con algún grupo.

La fe en Cristo de la mayoría de estas comunidades puede sintetizarse en esta antiquísima


profesión de fe

S-ar putea să vă placă și