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BREVE HISTORIA DE LA EVALUACIÓN EN GUATEMALA

La evaluación en la república de Guatemala tiene sus inicios en la época colonial, cuando la


caligrafía y la ortografía constituyeron los primeros aspectos formativos de la evaluación
colonial. Aquí se corregían los defectos caligráficos que se apartaban de los moldes de letras
cursivas o de carta y las de molde o imprenta.

También se realizaban concursos públicos entre los educandos para estimularlos con
recompensas y premios a quienes triunfaban en la lectura, recitación y memorización de trozos
de historia sagrada y profana.

En la clase de doctrina cristiana, los celadores tomaban las lecciones a los alumnos para
enterarse si las habían aprendido a través de su método memorístico.

Existió un examen público al cual se presentaban los alumnos más adelantados en escritura,
doctrina cristiana, gramática castellana, historia sagrada y aritmética; las tres últimas tenían que
ser desarrolladas por los alumnos.

En la universidad de San Carlos, en la Antigua Guatemala, se realizaban exposiciones a manera


de conferencias sobre un tema libre para probar la capacidad docente; además se sustentaba
un examen oral. Este se realizaba para optar a la licenciatura o licencia para enseñar.

Estos exámenes eran tan largos y por supuesto cansados, ya que empezaban a las seis de la
tarde y muchas veces terminaban hasta el otro día, por lo que se les llamaba exámenes de la
Noche Fúnebre.

Por el año de 1894 se realizaban exámenes parciales en el transcurso del año escolar, para los
alumnos de los cursos elementales y medio y al final del año para los alumnos del curso
superior. Los exámenes anuales se practicaban en el mes de octubre en todas las escuelas en
forma simultánea.

Para el año de 1925, se practicaban dos pruebas en el año, una en el mes de junio y la otra en
octubre. En la segunda quincena de octubre se revisaban los cuadros de exámenes de los
centros educativos y las calificaciones se leían en el acto de clausura del ciclo escolar a los
padres de los alumnos.

En el año de 1935 los exámenes de prueba se realizaban en septiembre y los finales durante
el mes de febrero.

Las evaluaciones de los aprendizajes escolares en la época del general Ubico, se realizaban
en forma subjetiva. Ya que a finales del ciclo escolar se nombraba a los representantes
examinadores tomados de las cabeceras departamentales y municipales los que eran
principalmente del sexo masculino y que tenían alguna preparación, como: médicos, abogados,
oficiales militares de línea. A estos se les nombraba y ordenaba por parte del jefe político
Departamental, que conformaran las ternas examinadoras, a las cuales se les llamaba
“Replica”. Los examinadores hacían preguntas orales a los alumnos del nivel primario, sobre
lo que el maestro les había enseñado con base en el programa de estudios. Los exámenes
eran memorísticos, ya que los alumnos se aprendían la lección y se las repetían a los
examinadores y quienes lo hacían bien, ganaban el grado.

A partir del año de 1945, siendo presidente el Dr. Juan José Arévalo, quien era doctor en
Filosofía y Ciencias de la Educación, implementa las pruebas escritas y suprime las orales, las
cuales no habían sido muy buenas, ya que eran demasiado largas y se prestaban a la injusticia
de los examinadores.

Para mejorar el sistema de evaluación, se crea en 1958, la sección de Evaluación Escolar, con
el propósito de orientar a los maestros en servicio, en cómo debían elaborar técnicamente las
pruebas evaluativas escritas de fin de curso.

Desde hace ya varios años se ha mejorado la evaluación educativa en Guatemala, gracias a


las investigaciones realizadas en el Departamento de Evaluación Escolar y a los estudios
realizados por entidades privadas y a las universidades.

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