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Hacia una nueva institucionalidad cultural panameña

Autor: Gerardo D. Neugovsen

Es coordinador académico del Diplomado en MiPyMes de Industrias Creativas y Culturales de la Universidad


Tecnológica de Panamá

Elevar el actual Instituto Nacional de Cultura INAC al grado de Ministerio de Cultura es parte de la propuesta
del nuevo gobierno panameño. Se propone considerar entre otros, los siguientes aspectos.

La institucionalidad cultural es producto del devenir histórico de cada país, tanto en las dimensiones formales-
materiales (marcos legales, normas), en las culturales-políticas (valores colectivos, modelos políticos-
económicos) y en las humanas (personas y equipos de gestión). La palabra clave en Panamá es la
“discontinuidad”. Las políticas culturales se construyen desde la acumulación, desde las tradiciones y la
memoria, por ello es necesario pensar en el largo plazo.

1) Es necesario definir la importancia que en materia de políticas públicas tienen tanto la cultura como
las Industrias Creativas y Culturales: ¿seguirá siendo un ornamento de la sociedad o pasará a formar
parte de las políticas estratégicas de desarrollo sostenible? Esto impactará en la forma institucional
que se adopte, definiendo así las dotaciones presupuestarias, de personas, de infraestructura y de
gestión. La calidad del vínculo con artistas, gestores culturales, productores, docentes,
comunicadores y ciudadanos en general depende de esto. Se requieren equipos humanos idóneos y
profesionales, adecuadamente formados y actualizados.
2) Los países con institucionalidad cultural consolidada desarrollaron marcos legales específicos
tomando en cuenta la legislación existente, aportando una nueva legalidad e integrando la dispersión
característica de este sector. De este modo se fortalecen las instituciones culturales a nivel político,
conceptual, operativo y financiero.
3) Experiencias recientes evidencian que, dado el carácter transversal de la cultura, los mejores
resultados se obtienen desde el trabajo inter-institucional, integrando diversos ministerios, otros
organismos públicos y representantes sectoriales en las decisiones de la cultura.
4) Elevar el rango institucional permitió integrar actores dispersos, estimuló la autonomía respecto de
otros sectores de la sociedad y logró focalizar en las necesidades, posibilidades y oportunidades del
sector de la cultura. Agrupar las instancias de la cultura bajo un techo común permite ganar fuerza
pública. Los actores sectoriales encuentran así un idioma en común, creando nuevas posibilidades
de desarrollo.
5) Las Industrias Creativas y Culturales y la Economía Creativa o Naranja. Se hace necesaria una
adecuada comprensión de estos conceptos por parte de los equipos de trabajo a partir de procesos
de formación y capacitación apropiados. Se debe incluir a los sectores existentes, pero también
trabajar en función de posibilidades teóricas de desarrollo sectorial, en vista de las transformaciones
tecnológicas y sociales actuales y futuras.
6) ¿Cuál es la especificidad local en cuanto a la definición y organización de las Industrias Creativas y
Culturales locales? ¿Se debe integrar la artesanía, los textiles y la gastronomía, vinculados
necesariamente con el turismo?
7) Inclusión y diversidad cultural. De una hipotética nación blanca, cristiana y castellana, se ha pasado
a una nueva concepción donde se reconoce la diversidad multiétnica, pluricultural, plurinacional e
intercultural, como fuente de riqueza y desarrollo. Como concluye la OEI (2014), “esto conlleva un
cambio profundo en aquella institucionalidad cultural que en principio se veía como un elemento
homogeneizador para la región”.
8) La generación sostenida de información es una actividad imprescindible para fortalecer la
institucionalidad del sector, para mejorar la formulación de las políticas públicas y posicionar al sector de
manera política dentro y fuera del país.

La definición de la institucionalidad cultural es una tarea que atañe a todos los ciudadanos de un país y que
debe realizarse tomando en consideración las condiciones actuales, sustentando las decisiones en una Visión
de largo plazo, como legados para las futuras generaciones de panameños y panameñas.

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