La Primera Revolución Industrial abarcó en Europa y en Norteamérica, desde mediados del siglo XVIII hasta avanzado el siglo XIX. El referido fue un período en el que las sociedades agrarias y rurales comenzaron a transformarse en industriales y urbanas.6Las industrias del hierro y de los textiles, junto con el desarrollo de la máquina de vapor, desempeñaron un rol central en el inicio de la Revolución Industrial.6 Segunda Revolución Industrial La Segunda revolución industrial tuvo lugar entre 1870 y 1914, justo antes de la Primera Guerra Mundial.7 Fue el período de crecimiento para las industrias preexistentes y la expansión de otras nuevas, como el acero, el petróleo y la electricidad, y el uso de energía eléctrica para crear la producción en masa. Los principales avances tecnológicos durante este período incluyeron el teléfono, bombilla, fonógrafo y el motor de combustión interna.8 Tercera Revolución Industrial La tercera revolución industrial, o la revolución digital, se refiere al avance de la tecnología desde dispositivos electrónicos y mecánicos analógicos hasta la tecnología digital disponible en la actualidad. La era comenzó durante los años ochenta y está en curso. los adelantos durante la tercera revolución industrial incluyen el ordenador personal, Internet, y la tecnología de información y comunicaciones (TIC). Cuarta Revolución Industrial La Cuarta Revolución Industrial se caracteriza por una gama de nuevas tecnologías que fusionan los mundos físico, digital y biológico, impactando en todas las disciplinas, economías e industrias, e incluso desafiando ideas sobre lo que significa ser humano, de acuerdo con WEF (Foro Económico Mundial). Ante este escenario, la frase de “los datos son el petróleo del siglo XXI” toma gran relevancia cuando hablamos de la Cuarta Revolución Industrial, ya que integra las últimas tecnologías no sólo a nivel operacional, sino directamente en cada parte del proceso de producción en una fábrica. Así, el Internet de las Cosas (IoT) de la mano de tecnologías como el cómputo en la nube (que permite el almacenamiento descentralizado de la información), el Big Data y Analytics (que hace posible utilizar los datos recabados), hacen que la Cuarta Revolución Industrial se dirija hacia la optimización de procesos y recursos mediante la recolección y el aprovechamiento de los datos. Por ejemplo, los famosos microsensores que se usan en IoT y que conectan cada parte de una infraestructura, pueden arrojar modelos detallados de alguna máquina necesaria para la operación. Dichos modelos pueden ser manipulados en simuladores, con el objetivo de prevenir fallas futuras. Otras ventajas operativas que ofrecen son una mayor visibilidad y mantenimiento. Es decir, en lugar de desarmar una máquina para detectar qué pieza hay que cambiar, en la Cuarta Revolución Industrial es posible identificar el problema incluso antes de que este suceda, lo que permitirá reaccionar a él de una mejor manera.