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EFECTOS DE LOS FARMACOS EN EL EMBARAZO

1. ¿QUE ES LA FDA?

Organismo federal encargado de velar por la inocuidad (tolerabilidad), eficacia y seguridad de


los medicamentos de uso humano, como vacunas y otros productos biológicos, los
medicamentos de uso veterinario y los dispositivos médicos. También vela por la inocuidad y
seguridad de las existencias nacionales de alimentos, cosméticos, suplementos alimentarios y
productos electrónicos que emiten radiación. Regula también los productos del tabaco. La FDA
es responsable de proteger la salud pública mediante la regulación de los medicamentos de uso
humano y veterinario, vacunas y otros productos biológicos, dispositivos médicos, el
abastecimiento de alimentos en nuestro país, los cosméticos, los suplementos dietéticos y los
productos que emiten radiaciones así mismo proveer al público la información necesaria, exacta,
con base científica, que le permita utilizar medicamentos y alimentos para mejorar su salud.

¿Qué significa que un producto sea "aprobado por la FDA"?

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) examinan, evalúa y aprueba una amplia


gama de productos para uso médico. En otras palabras, la aprobación de la FDA significa que la
FDA ha decidido que los beneficios del producto aprobado superan sus riesgos potenciales. La
aprobación de la FDA es importante porque valida la necesidad de hacer estudios de
investigación sobre cómo funcionan los fármacos en los niños, no sólo en los adultos. También
nos permite determinar la dosis apropiada para los niños, determinar la mejor forma para
administrarlos y evaluar cualquier interacción entre medicamentos.

¿Qué se tiene en cuenta cuando se re-clasifica un medicamento?

La Ley para el Control de Sustancias (CSA, por sus siglas en inglés), basada en la Ley Integral para
la Prevención del Abuso de las Drogas y la Ley para el Control de 1970, es el fundamento jurídico
de la guerra contra el abuso de las drogas. La Administración Antinarcóticos de los EE.UU. (DEA,
por sus siglas en inglés) ha dividido estas sustancias en cinco categorías, llamadas "Niveles",
basados 1) en el potencial de cada droga de ser abusada, (2) seguridad, (3) potencial adictivo y
(4) si tiene o no aplicaciones médicas legítimas. El nivel I es reservado para las drogas que se
consideran tienen más probabilidad de ser abusadas y ningún uso médico aceptado en la
actualidad. El cambio de categorización o de nivel de la marihuana, por ejemplo, no la haría legal
pero reclasificar su nivel podría potencialmente aumentar los estudios de investigación que se
hagan sobre este fármaco. Pulse aquí (en inglés) para más información sobre los procesos de
aprobación de la FDA y la marihuana.
2. CLASIFICACION SEGÚN EL RIESGO

3. CLASIFICACION DE FARMACOS MÁS USADOS EN OBSTETRICIA

Así pues, los fármacos de las categorías A y B pueden ser administrados durante la gestación.
Los fármacos de las categorías C y D pueden ser utilizados cuando el beneficio potencial justifica
el posible riesgo para el feto. Los fármacos de la categoría X están contraindicados.
4. NORMAS BASICAS PARA LA UTILIZACION DE FARMACOS EN EMBARADAS

 Reevaluar los fármacos consumidos con anterioridad en caso de confirmación de


embarazo.
 Considerar a toda mujer en edad fértil como embarazada potencial en el momento de
prescribir un fármaco.
 Prescribir únicamente los fármacos absolutamente necesarios.
 Restringir de forma rigurosa la prescripción de fármacos durante el primer trimestre de
gestación.
 Utilizar fármacos sobre los que existe experiencia constatada sobre su seguridad. En
caso de no ser posible, utilizar la alternativa farmacológica de menos riesgo potencial.
 Evitar la utilización de nuevos fármacos sobre los que exista menor experiencia sobre su
seguridad.
 Utilizar la menor dosis eficaz y durante la menor duración posible. - Evitar, siempre que
sea posible, la polimedicación.
 Informar sobre los peligros de la automedicación en estas etapas.
 Vigilar la aparición de posibles complicaciones cuando se paute un fármaco.

Durante el embarazo la paciente debe huir de la automedicación y el tabaco, y el médico


restringir a lo estrictamente necesario los medicamentos prescritos En el primer trimestre
evitar, si es posible, cualquier tipo de medicación Debemos preferir los fármacos que llevan largo
tiempo en el mercado, frente a los de reciente aparición Hemos de considerar si es mejor o peor
informar a la paciente de los posibles efectos teratogénicos asociados al medicamento que
necesitamos prescribir durante la gestación para el tratamiento de una enfermedad.

5. EFECTOS DE FARMACOS EN:

 EMBARAZADAS CON FIEBRE: Síntomas que acompañan a múltiples enfermedades


infecciosas, inflamatorias, traumáticas etc. por lo que su presencia en algún momento
del curso de un embarazo es habitual. Además, cuadros como la lumbalgia, ven
aumentada su frecuencia durante la gestación. El fármaco de elección general como
analgésico y antipirético es el paracetamol, aunque no se aconseja su empleo en
tratamientos prologados con dosis elevadas, por la posibilidad de alteración de la
función renal fetal. El uso de ácido acetilsalicílico no se aconseja, y dado que la
información existente respecto al uso de antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno,
naproxeno o diclofenaco) y metamizol es limitada, debe valorarse de forma
individualizada su empleo en el embarazo. Los fármacos opiáceos pueden utilizarse
durante los dos primeros trimestres del embarazo (pero se desaconseja su uso durante
el último trimestre por el riesgo de provocar depresión respiratoria en el recién nacido).
Ante un caso de migraña, debe recordarse que el empleo de ergotamínicos esta
contraindicado por su potencial teratógeno. Los datos disponibles sobre el uso de los
triptanes (sobre todo sumatriptán) son limitados, pero parecen indicar que no
aumentan la aparición de malformaciones congénitas.

 EMBARAZADAS CON DOLOR: Paracetamol en la gestante: Es de primera elección como


antipirético y analgésico. Algunos estudios lo relacionan con el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH) y criptorquidia, varios estudios posteriores como el
realizado por Ystrom et al. En el 2017 con los ajustes estadísticos correspondientes
informaron que solo había un riesgo de TDAH cuando se usa por más de 29 días,
nuestras pacientes requieren estos analgésicos por corto tiempo, de manera que no hay
mayor riesgo. Uso de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE): Ibuprofeno,
naproxeno, diclofenaco y piroxicam, no se consideran teratógenos pero pueden tener
efectos adversos en el feto cuando se administran en el tercer trimestre. Los riesgos y
beneficios para el tratamiento del dolor o la fiebre dependen de la dosis, la edad
gestacional, y la duración de la terapia. Algunos reportes lo relacionan con el embarazo
prolongado y el sangrado post parto. La indometacina y el naproxeno pueden provocar
dificultad respiratoria en niños prematuros por el cierre prematuro del ductus arterioso.
Un trabajo con ibuprofeno mostró que sí está asociado a abortos por lo que se
recomienda no usar AINE cuando hay antecedentes de abortos recurrentes.
 EMBARAZADAS CON ALERGIA: Los antihistamínicos se clasifican en generaciones: De
primera generación (doxilamina, dimenhidrinato, clorfenamina), de segunda generación
(cetirizina, terfenadina, loratadina), y tercera generación (levocetirizina, desloratadina).
La cetirizina y loratadina se consideran de primera elección. La seguridad de los
antihistamínicos se afirmó en un metanálisis que examinó la asociación con
malformaciones mayores. Se concluyó que al parecer tienen un efecto protector sobre
el riesgo de malformaciones. Los corticoides intranasales son el tratamiento
recomendado para la rinitis alérgica, debido a su baja absorción sistémica.
 ANTIBIOTICOS EN EMBARAZADAS:Tienen un buen perfil de seguridad en mujeres
embarazadas las cefalosporinas, penicilinas, eritromicina (excepto estolato),
azitromicina y la clindamicina. Los aminoglucósidos son relativamente seguros, pero
conllevan el riesgo de ototoxicidad y nefrotoxicidad fetal y materna. Aunque la
eritromicina y azitromicina tienen buenos perfiles de seguridad, la claritromicina, otro
macrólido, ha producido resultados adversos del embarazo en estudios con animales,
La doxiciclina se evita debido a que otras tetraciclinas se han asociado con la supresión
transitoria del crecimiento óseo y con la tinción de los dientes en desarrollo , pero los
datos disponibles no muestran efectos teratogénicos de doxiciclina. Las
fluoroquinolonas se evitan generalmente durante el embarazo y la lactancia, ya que son
tóxicos para el desarrollo del cartílago en estudios experimentales en animales. Sin
embargo, ni los efectos adversos sobre el cartílago ni un aumento de malformaciones
congénitas del uso durante el embarazo humano se ha documentado.
Trimetoprim se evita generalmente en el primer trimestre debido a que es un
antagonista del ácido fólico, ha provocado el desarrollo anormal de embriones en
animales pero no en seres humanos. Las sulfonamidas no parecen implicar un riesgo
significativo, aunque existe una preocupación teórica sobre la hiperbilirrubinemia en el
recién nacido prematuro si se administra cerca del parto.
EMBARAZADA CON ANTICOAGULANTE
La heparina puede ser un método alternativo de anticoagulación puesto que tiene un
alto peso molecular y no cruza la barrera placentaria. El tratamiento con derivados
cumarínicos durante el embarazo induce una frecuencia elevada de aborto espontáneo.
En la segunda parte del embarazo, el tratamiento con cumarínicos se asocia también
con un aumento en la incidencia de pérdidas fetales. La exposición del feto a los agentes
cumarínicos durante el primer trimestre puede inducir una embriopatía cuyas
características, hipoplasia de la nariz, atrofia de los huesos nasales, depresión del
puente de la nariz, alas nasales hipoplásicas, estenosis de las coanas con obstrucción de
las vías aéreas superiores y displasia punctata de las epífisis de los huesos largos.
 EMBARAZADA TRATADA CON CORTICOIDES
Al igual que sucedía con los anticoagulantes, la coexistencia de enfermedades médicas
con el embarazo obliga al tratamiento en diferentes situaciones con estos fármacos. Por
ejemplo la prednisona, que no atraviesa fácilmente la barrera placentaria, es segura
para usar durante el embarazo, incluso en altas dosis. No obstante estudios en animales
han sugerido que puede haber una mayor incidencia de paladar hendido,
envejecimiento placentario prematuro y retardo del crecimiento severo en fetos
expuestos a los corticoides. Las pacientes con enfermedades activas que requieran este
tratamiento deben recibirlo durante el resto del embarazo y hasta dos meses posparto,
porque el puerperio es una época extremadamente estresante para la madre y el estrés
puede exacerbar la enfermedad de fondo.
 HORMONAS SEXUALES
Los andrógenos y los progestágenos sintéticos administrados durante las 12 primeras
semanas del embarazo pueden producir masculinización de los genitales externos en
fetos del sexo femenino.
Raramente pero puede aparecer un adenocarcinoma de células claras de la vagina en
mujeres adolescentes cuyas madres usaron dietilestilbestrol (DES) un estrógeno
sintético no esteroideo durante la gestación y en varones expuestos se han observado
estenosis del meato uretral e hipospadia.
 VACUNAS: Pese a que no existe evidencia de alteraciones teratogénicas por el empleo
durante la gestación de vacunas inactivadas en general, se desaconseja la vacunación
durante el primer trimestre del embarazo. El empleo de vacunas formadas por
gérmenes atenuados está contraindicado durante toda la gestación (aconsejándose
además evitar el embarazo los tres meses siguientes a la administración de las mismas).
La vacuna antigripal, en su forma inactivada, y la vacuna combinada antitetánica y
antidiftérica son las únicas vacunas con indicación especifica en la mujer embarazada,
aconsejándose la administración de vacuna antigripal cuando el período epidemiológico
coincida con los dos últimos trimestres de gestación, o el periodo puerperal y la vacuna
Td en las mismas condicionas que fuera del embarazo. En cuanto al uso de las
inmunoglobulinas en el embarazo, aunque no existen estudios controlados, la amplia
experiencia con el uso de la inmunoglobulina anti-D indica que no aumentan el riesgo
de complicaciones durante el mismo, ni de efectos adversos en el feto o recién nacido.
 EMBARAZADA CON PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR
Durante la gestación se producen condiciones hemodinámicas diferentes determinadas
por un aumento del volumen plasmático y un descenso de las resistencias periféricas.
Cuando esto ocurre se ponen en juego mecanismos de adaptación cardiovascular que
muchas veces resultan insuficientes en un corazón con una cardiopatía previa con
consecuencias tanto sobre la madre como el feto. La presencia de cardiopatía en la
gestante influye también sobre el feto asociándose a mayor incidencia de parto
prematuro, retardo del crecimiento intrauterino, sufrimiento fetal y una mortalidad
perinatal.
Digoxina: esta droga atraviesa la barrera placentaria y los niveles en la leche son
similares a los séricos, sin embargo es una droga segura cuando está indicada. No
produce teratogénesis ni muerte fetal, se la considera dentro de la categoría C de la
FDA. La función renal es el factor determinante más importante de la dosis diaria del
fármaco. Al igual que en la no embarazada, la presencia de una disfunción renal o la
administración simultánea de otros fármacos, como la quinidina, requiere una
disminución de la dosis de digoxina para evitar manifestaciones tóxicas. El clereance
renal está incrementado así como su volumen de distribución durante el embarazo por
lo que las dosis deben ser ajustadas para alcanzar dosis terapéuticas. A dosis tóxica
puede producir muerte fetal. En caso de uso crónico se ha reportado niños con bajo
peso al nacer.
Hidralazina: Ha sido ampliamente utilizada durante la gestación sin efectos adversos
sobre el feto; es compatible con la lactancia. Se utiliza en forma segura en la
hipertensión arterial cuando esta no responde a a-metildopa o por vía intravenosa en
las crisis hipertensivas; puede tener un efecto hipotensor severo en esta última
indicación, con la consecuente reducción del flujo sanguíneo útero-placentario y
sufrimiento fetal agudo secundario. Por su efecto vasodilatador es el fármaco de
elección en la reducción de la poscarga en la insuficiencia cardíaca.
Nitratos: Ha sido utilizados ampliamente en la gestación tanto por vía oral como
intravenosa, en la hipertensión, cardiopatía Isquémica, e insuficiencia cardíaca. Es
aconsejable una vigilancia estricta de la presión arterial por su intenso efecto
hipotensor. (46) Se ha informado algunos casos de teratogenia por lo que su
prescripción durante el primer trimestre debe evitarse. (47) Los nitratos han sido
clasificados dentro de la categoría C de la FDA, no hay datos sobre los posibles efectos
sobre el niño durante la lactancia.
Inhibidores de la enzima conversora y antagonistas de los receptores de la
angiotensina II: Están proscriptos durante el embarazo por sus efectos nocivos sobre el
control de la presión arterial y la función renal en el feto. Se ha asociado con retardo del
crecimiento intrauterino, oligohidramnios, malformaciones congénitas, insuficiencia
renal y muerte neonatal. Aunque la concentración de captopril en leche materna se ha
comunicado como baja, en vista de los efectos adversos de los inhibidores de la ACE en
la función renal neonatal, algunos autores no lo recomiendan a mujeres que
amamantan.
ß Bloqueantes
Existen informes que indican que provocan retardo del crecimiento intrauterino,
bradicardia e hipoglicemia fetal, así como depresión respiratoria neonatal; pero su
amplio uso ha demostrado que carecen de efectos teratogénicos. El propanolol es un ß
Bloqueante no cardioselectivo y es con el que se cuenta con mayor experiencia durante
el embarazo. Se ha comunicado casos de bradicardia neonatal, ausencia de aceleración
del corazón fetal como respuesta a un estímulo, apnea al nacer, hipoglicemia,
policitemia, hiperbilirrubinemia, retardo del crecimiento intrauterino, prolongación del
trabajo de parto y muerte fetal. Si bien no se ha demostrado su teratogenicidad, se ha
asociado a estenosis pilórica, crepitación de la cadera y fístula traqueo-esofágica. Se
excreta en leche materna pero en cantidades insignificantes. Se ha indicado en el
tratamiento de hipertensión, hipertiroidismo, miocardiopatía hipertrófica, arritmias
maternas y fetales y feocromocitoma. A pesar de la amplia experiencia, por las razones
expuestas, su uso debe ser cauteloso y teniendo presente los efectos colaterales
potenciales. Se clasifica en la categoría C de la FDA y se considera compatible con la
lactancia.
Nifedipina: Se han reportado casos de hipotensión y bradicardia fetal, aunque no
existen efectos teratogénicos descritos. Usado como antihipertensivo es aceptable dado
que no reduce la perfusión útero-placentaria y puede considerarse como una elección
de segunda línea. Debe suspenderse ante aumentos bruscos de presión arterial e
inminencia de eclampsia, por la probabilidad de requerir el uso de sulfato de magnesio,
asociación que está contraindicada (se producen descensos bruscos y pronunciados de
la presión arterial con el consiguiente compromiso del flujo útero-placentario). (55) Se
excreta en leche materna y se recomienda el amamantamiento 3 a 4 horas después de
la última dosis ingerida. La FDA lo clasifica en la categoría C; se considera compatible
con la lactancia.
Diuréticos.
Deben usarse exclusivamente para mejorar los síntomas de congestión pulmonar y
venosa, evitando la depleción excesiva de volumen que puede provocar hipoperfusión
útero-placentaria. El furosemide atraviesa la barrera placentaria incrementando la
producción de orina fetal, puede utilizarse sin riesgos pasado el primer trimestre y
durante la lactancia. Se han descrito trombocitopenia, ictericia, bradicardia e
hiponatremia fetal en relación al uso de tiazidas, por lo que no se recomienda su
empleo.
Quinidina.: A dosis terapéuticas es bien tolerada aunque presenta discreta actividad
oxitócica. Atraviesa la barrera placentaria y su concentración en la leche materna suele
ser menor que la sérica por lo que no interfiere con la lactancia. A dosis tóxicas puede
desencadenar aborto, trabajo de parto prematuro y daño del VIII par craneal del feto.
Tiene interacciones medicamentosas con la warfarina, potenciándola, y con la digoxina
aumentando sus niveles séricos. Existe amplia experiencia en su uso en el embarazo con
baja incidencia de efectos colaterales. La FDA la incluye en la categoría C; se considera
compatible con la lactancia.
Adenosina: Es una droga útil en el diagnóstico y manejo terapéutico de las arritmias
supraventriculares. Su vida media corta la hace teóricamente adecuada para su uso en
el embarazo. Sin embargo dado que se cuenta con poca experiencia la FDA la sigue
clasificando en la categoría C. No se cuenta con información del uso de adenosina
durante la lactancia.
 EMBARAZADA CON PATOLOGÍA ENDOCRINOLÓGICA
Diabetes mellitus
La diabetes mellitus es una enfermedad que puede estar presente previo al embarazo
o presentarse durante el mismo, entidad que se conoce como diabetes gestacional.
La presencia de diabetes durante el embarazo conlleva un riesgo aumentado de
complicaciones maternas y fetales. La incidencia de muerte fetal, sobre todo luego de
las 36 semanas de gestación, en embarazadas diabéticas es aproximadamente el doble
con respecto a las no diabéticas. La incidencia de malformaciones congénitas es mayor
en mujeres con diabetes pregestacional y está en relación con el mal control de la
glicemia antes y durante el embarazo. Cuando no se cumplen estos objetivos
terapéuticos con dieta, se indica la terapia con insulina, usando regímenes que pueden
incluir combinaciones de insulina de acción prolongada, intermedia y breve. La terapia
insulínica desciende la incidencia de macrosomía fetal y la morbilidad perinatal. El uso
de hipoglucemiantes orales durante el embarazo ha sido proscripto por el riesgo de
teratogenicidad e hipoglicemia neonatal.
Hipotiroidismo.
Cuando las mujeres con hipotiroidismo quedan embarazadas tienen un mayor riesgo de
complicaciones: hipertensión arterial, preeclampsia, abruptio placentae, anemia,
hemorragia postparto debida a atonía uterina y neonatos con bajo peso al nacer.
La levotiroxina (T4) oral es el tratamiento óptimo del hipotiroidismo. Se recomienda
comenzar con una dosis plena de tratamiento. Se monitorea con TSH cada 4 a 5
semanas, ajustando la dosis hasta lograr concentración de TSH normal. En pacientes que
venían recibiendo T4 antes del embarazo requieren de un aumento de la dosis entre un
25 y 50% durante la gestación para mantener niveles normales de TSH.
Tanto el propiltiouracilo (PTU) como el metimazol pueden utilizarse durante el
embarazo, recomendándose la menor dosis posible para evitar los efectos adversos
sobre el feto. Hasta en un 30% de las pacientes el tratamiento puede ser suspendido en
el segundo o tercer trimestre debido a la menor actividad de la enfermedad en esta
etapa. Las reacciones adversas del PTU y metimazol son similares en tipo y frecuencia.
Las más graves pero poco frecuentes son la agranulocitosis y hepatitis fulminante. La
agranulocitosis es una reacción idiosincrásica independiente de la dosis.
Tanto el PTU como el metimazol atraviesan la placenta, son captados por la glándula
tiroides fetal y pueden inhibir su función.
No deben administrarse combinaciones de droga antitiroidea y levotiroxina dado que
estos regímenes requieren altas dosis del antitiroideo lo que implica mayor riesgo fetal.

6. EFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Duran Sánchez P., Cabero Roura Ll. fármacos y drogas durante el embarazo.
tratado de obstetricia, Ginecología y medicina de la reproducción. Tomo 1.SEGO.
Madrid. Ed. Médica Panamericana 2003.pp.1117-1129.
2. 48- Cox J, Gardner M. Fármacos de uso cardiovascular durante el embarazo y la
lactancia. De: Gleicher. Tratamiento de las complicaciones clínicas del
embarazo. 3ª ed. 1998. (Cap. 138): 1071-89.
3. García Mutiloa M.A., Lapeña Calavia S.S., Ceres Ruiz R., Aguirre Gorospe S.,
protocolo de utilización de fármacos en embarazadas y lactancia. Medicina. Ed.
Doyma SL. Madrid. 8º Edición, nº41. pp. 4387- 4379
4. Hedstrom S. y Martens MG. Antibióticos durante le embarazo. In: Clínicas
obstétricas y ginecológicas 1993; 4: 835-840.
5. https://www.fda.gov/about-fda/fda-basics/que-hace-la-fda
6. issues/conditions/treatments/Paginas/FDAs-Role-in-the-Drug-Approval-
Process.aspx

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