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Aun cuando uno puede argumentar que la participación de Rengan en un régimen
autoritario y militarista lo hizo volverse más violento, especialmente luego de que fuera
degradado y tuviera que tratar desesperadamente de recobrar su reputación, tal argumento
se contradice con la propia admisión de Rengan de que él odiaba la guerra, y de que su
objetivo era hacer que sus poco frecuentes excursiones militares fueran “lo menos terrible
posibles.” (19) La consideración ampliamente compartida de Hong Rengan como un
cristiano pacífico y sincero parece estar muy en contradicción con las acciones en contra
del sirviente de Roberts que se le atribuyen. Incluso para aquellos que no están preocupados
respecto a hasta qué punto Rengan era o no un auténtico cristiano, el refutar los cargos de
que era un asesino y ladrón ayudaría a preservar su credibilidad como un reformista
sincero. Rengan parece haber compartido con su mentor, el reverendo James Legge, una
desconfianza a la violencia, aún cuando ellos no estaban de acuerdo sobre hasta qué punto
el Movimiento Taiping podía dirigirse hacia un rumbo positivo. Hay un cierto patetismo en
la brecha entre la forma en que estos dos hombres entendían el mejor camino para abrir
China a la modernización. Legge estaba de acuerdo en que el gobierno Qing era una fuerza
represiva, y en consecuencia se opuso fuertemente al cambio en la política británica hacia
un apoyo a la dinastía Manchú. Sin embargo, también se opuso a los esfuerzos políticos
seculares de Rengan por considerarlos condenados al fracaso y por desvirtuar sus objetivos
en tanto cristiano. Los colegas de Legge en la Sociedad Misionera de Londres en Hong
Kong no estaban de acuerdo, creían en cambio que cualquier intento de Rengan por
reformar a los rebeldes sería muy valioso.
Así, cuando Legge estaba lejos en una visita a su hogar en Gran Bretaña, ellos
patrocinaron secretamente el movimiento de Rengan hacia Nankín. (20)
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serias dificultades a causa de las actividades misioneras occidentales en Nankín. (27) Está
claro que Roberts era la principal fuente de problemas para Rengan.
Otro misionero informó en marzo de 1861 que “incluso Mr. Roberts... es apenas
tolerado en Nankín, solamente debido a la estima personal [de Hong Xiuquan] hacia él. A
ellos les gustaría librarse de su presencia lo antes posible.” (28)
El dilema de Rengan era especialmente agudo porque Roberts estaba alienando a los
seguidores taiping al predicar en contra de las doctrinas Taiping en las calles de Nankin,
probablemente con la asistencia de otros –un punto a ser discutido con mayor detalle más
abajo-- y porque Xiuquan había ordenado a Rengan proteger a Roberts. Cox informó que
Rengan ya había dicho privadamente a uno de los asistentes chinos de Roberts de Cantón
que si predicaba en contra de los Taiping en las calles, él no sería capaz de protegerlo de ser
decapitado por Hong Xiuquan. (29) Rengan también le dijo a Cox que la prédica de los
misioneros extranjeros en las áreas rebeldes minaría su política exterior. Dijo que los
Taiping permitirían visitas de los misioneros a las áreas controladas por los rebeldes, pero
no podía prometerles protección, desde que los misioneros extranjeros “predican en contra
del título celeste del Rey, nuestros seguidores pueden levantarse y matarlos en cualquier
momento; y sus muertes, si les hubiéramos prometido protección, nos traerían problemas
con las naciones extranjeras.” (30)
Uno solamente puede imaginar la dificultad especial que enfrentaba Rengan
protegiendo a Roberts. Si otros taiping lastimaban a Roberts, Rengan indudablemente
sufriría el enojo de su primo, además si Roberts continuaba predicando en contra de la
doctrina taiping, Rengan perdería apoyo para sus reformas políticas domésticas y externas
entre el resto de los taiping. En principio, este apoyo era débil, desde de Rengan era un
recién llegado a la capital celestial y enfrentaba muchos celos tanto de los principales
generales taiping como de los hermanos de Xiuquan luego de su rápido ascenso a la cumbre
de la jerarquía taiping. Para utilizar los términos que desarrolló Lowell Dittmer para
analizar la política durante la Revolución Cultural en la República Popular China (RPCh),
la base de apoyo de Rengan era estrecha y superficial, (31) y en paralelo con la relación con
Mao del líder interino de la RPCh Hua Guofeng, dependía mayormente de la relación con
su primo. Aunque la autoridad de Rengan también dependía de su reputación de tener
influencia sobre los extranjeros, esto, a su vez, era mayormente cierto porque era Xiuquan
mismo quien parecía al menos inicialmete aceptar los pedidos de apoyo extranjero. De
hecho, Rengan citó específicamente sus amistades con, y conocimiento de, extranjeros
como fuente de legitimidad cuando primeramente fue promovido al puesto de primer
ministro. (32)
En cualquier caso, la evidencia de misioneros extranjeros conduce a este autor a
considerar al incidente como un intento de Rengan de resolver su dilema induciendo a
Roberts a irse por su propia cuenta, más que como un intento de incitar a Roberts a alguna
acción que justificara matarlo, como éste sospechaba. (33) Sin embargo, incluso esta
estrategia habría sido un acto de desesperación por parte de Rengan, ya que si tenía éxito en
alejar a Roberts de Nankín en un intento por retener apoyo dentro del campo taiping, esto
hubiera, y de hecho lo hizo, dejado a Rengan en un serio problema con su primo mayor,
dadas las estrictas órdenes de Xiuquan de proteger a Roberts. Rengan debe haber pensado
que ser culpado por la partida de Roberts era menos serio que ser culpado de su muerte en
manos de la multitud taiping enfurecida.
Una vez que Roberts, que era el último partidario occidental de los rebeldes entre
los misioneros, dejó Nankín y comenzó sus denuncias públicas vehementes hacia los
taiping, Rengan perdió casi todas las esperanzas de lograr el apoyo o siquiera la neutralidad
occidental en la lucha de los taiping contra la dinastía Qing reinante. Por supuesto, como se
indicó antes, tales esperanzas en realidad se habían perdido para la época de la Segunda
Guerra del Opio, cuando las potencias occidentales ganaron las concesiones para el
comercio interior y el trabajo misionero que previamente les habían sido negadas por los
Qing. (34) Sin embargo, la esperanza de apoyo occidental se había extinguido
completamente cuando los extranjeros comenzaron a percibir ataques taiping sobre los
puertos concedidos por tratado y el pendiente renovado asalto sobre las afueras de
Shangahai, como una amenaza directa a sus intereses. (35) El hecho de que Rengan tuviera
que conducir a Roberts lejos para tener alguna esperanza de influir en la política exterior
taiping, aún cuando así se exponía el riesgo de que el viejo misionero minara sus intentos
de ganar la simpatía extranjera para la causa taiping, solo demuestra ulteriormente el dilema
terrible en que se encontraba Rengan.
También es esencial comprender lo que este incidente muestra acerca del carácter
personal de Rengan. ¿Se estaba volviendo corrupto debido a su proximidad al poder, como
pensaban algunos misioneros, o sus actos en el incidente, aunque inexcusables para alguien
que se proclamaba cristiano y trataba de infundir un cristianismo más ortodoxo en el
movimiento Taiping, son más comprensibles a la luz de sus frustraciones con los
extranjeros? Los extranjeros que fueron a ver a Rengan en Nankín comentaron respecto a
ciertos cambios en él: estaba más gordo de lo que había sido durante sus años hambrientos
y flacos como misionero asistente en Hong Kong, (36) y otros se quejaron de que estaba
practicando poligamia, (37) aunque ese cargo más tarde fue discutido fuertemente por otro
visitante a los Taiping, R. J. Forrest. (38) Sin embargo, otros misioneros siguieron
impresionados por la sinceridad e ideales de Rengan, aun cuando eran crecientes sus dudas
respecto al movimiento Taiping en su conjunto. Después de todo, uno puede argumentar
que Rengan estaba tratando persistentemente de implementar el consejo de los misioneros y
otros extranjeros para modernizar el movimiento Taiping y abrirlo al contacto y comercio
con occidente, pero, infortunadamente para él, los extranjeros ya habían comenzado a virar
contra los Taiping luego de 1860, cuando encontraron más cooperativa a la dinastía Qing
reinante.(39) Puede hacerse una comparación obvia con los sucesos de 1989 en China,
cuando los principales intelectuales y funcionarios occidentales alentaron al principio al
movimiento estudiantil de Tienanmen pero luego no apoyaron a los estudiantes y los
criticaron por no ser suficientemente democráticos.
También fue desafortunado para Rengan que comenzara con la nueva política
exterior taiping justamente cuando los misioneros comenzaban a informar sobre las
“blasfemias” del cristianismo taiping, y cuando los franceses y en forma creciente los
británicos comenzaban a intervenir militarmente en favor de los Qing. Debe haberle
parecido a Rengan que los extranjeros estaban saboteándolo todo el tiempo. Para no
mencionar sus frustraciones ante las serias pérdidas de los Taiping, especialmente la caída
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de Anqing ante las fuerzas de Zeng Guofang, que ocurrió en setiembre de 1861, justamente
cuando Roberts estaba causando problemas en Nankín. (40)
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Así, desde fines de 1860 a inicios de 1862 cuando estuvo activo en Nankín, Roberts
solamente estaba familiarizado, en mayor o menor grado, con los idiomas de Fujian y
Guangdong, y no podía hacerse entender por mucha gente en las calles de la capital
Taiping. El reverendo Josiah Cox informó sobre su visita a Nankín en 1862:
Yo traté de conversar con varios grupos en las calles; pero como eran nativos de
una provincia distinta, no podían comprender mi dialecto cantonés. Hay casi una Babel de
dialectos entre los seguidores de la bandera Taiping, porque ellos han sido extraídos de
todos los distritos atravesados por las bandas victoriosas... Paseé por el mercado que corre
paralelo a la orilla donde desembarqué, y en algunos de los fuertes, pero no encontré ni
mercaderes ni soldados que pudieran hablar cantonés. (65)
El reverendo Joseph Edkins informó sobre su propia visita a Nankín, señalando que
“Mr. Roberts se dirige a los taiping que vienen de sur en dialecto cantonés, y yo lo seguí,
hablando al resto en el idioma mandarín.” (66) Por supuesto, no sabiendo cantonés, Edkins
no tenía idea de cuan bien Roberts se estaba comunicando con esos prosélitos taiping, para
ese momento relativamente pocos, que hablaban cantonés. El reverendo Muirhead de la
Misión de Londres también informó de su visita a Nankín en Enero de 1861 y observó que
“Mr. Roberts ha llevado adelante durante largo tiempo los servicios en su propia casa, pero
desde que no sabe el dialecto mandarín, ha estado impedido de realizar trabajos más
públicos.” (67)
Así, cuando Roberts estaba predicando contra la teología taiping en la capital
rebelde en 1861 e inicios de 1862, no pudo ser bien comprendido por la mayoría de los
nativos del área, e incluso su cantonés no debe haber sido demasiado claro. Él dice en una
carta a otro misionero que había comenzado predicando en “el dialecto de Nankín” en las
calles de la capital rebelde en 1861, (68) pero no hay evidencia de que Roberts aprendiera
nunca a hablar mandarín, su pretensión es contradicha por los relatos de Edkins y
Muirhead, y Roberts tenía una conocida propensión a exagerar sus actividades en China. Es
más probable que Roberts quiera decir que estaba predicando con o a través de sus
asistentes en Nankín, y su carta del 28 de junio sugiere que continuaba su práctica común
de utilizar intérpretes nativos. Esta debe haber sido una causa por la que Rengan advirtió al
asistente que había acompañado a Roberts desde Cantón que estaría sujeto a ejecución si
predicaba en contra de la doctrina taiping. (69)
El movimiento en contra del asistente de Roberts era parte de una campaña más
grande contra los misioneros occidentales predicaban en Nankín que comenzó a fines de
1860 o en 1861 luego de que Xiuquan tuviera varios debates con misioneros occidentales
que llevaron a ambas partes a comprender cuan lejanas estaban sus teologías. (70) A
Roberts le estaba ahora prohibido abrir nuevas capillas en y en torno a Nankín como había
esperado hacer originariamente, a otros misioneros extranjeros les fue rechazado el permiso
para estar con Roberts en su residencia en Nankín, y Rengan advirtió a otros misioneros
que no podía seguir protegiéndolos si continuaban su prédica en Nankín. (71) Virtualmente
la única esperanza que le quedaba a Roberts era tomar ventaja de su estatus protegido
especial como el primer maestro del Emperador Celeste para continuar predicando por sí
mismo en Nankín. Sin embargo, dadas sus limitadas capacidades con los idiomas chinos,
esta no puede haber sido una opción atractiva para él.
Posible solución al misterio
Rengan puede haber pensado que limitando la capacidad de Roberts para hablar
públicamente en contra de los Taiping en Nankín, disminuirían sus propios temores
respecto a cualquier problema que Roberts pudiera causar en la capital rebelde. Mejor
todavía, quizá Rengan llegó a la conclusión de que Roberts se iría de las áreas rebeldes por
su propia decisión si no podía comunicarse sin asistencia.
El “muchacho” en el centro del incidente puede en consecuencia haber sido más
significativo que lo que han apreciado del estudiosos. Es posible que Roberts, en respuesta
a las restricciones de Rengan sobre sus asistentes, estuviera entrenando al “muchacho” para
que lo tradujera, y quizá ya había comenzado a utilizarlo de esta manera. Nadie antes ha
planteado la hipótesis de que Roberts ya usara o intentara usar al sirviente de esta forma,
aunque Shao Yong señala que Rengan “actuó según sus dichos” cuando “castigó
severamente” al sirviente de Roberts luego de que antes hubiera advertido al asistente chino
previo de que no podía protegerlo de la decapitación si continuaba predicando en contra de
las doctrinas de Hong Xiuquan. (72) Si en realidad Roberts estaba intentando entrenar a su
sirviente para reemplazar a sus antiguos asistentes, este movimiento frustraría la estrategia
potencial de Rengan de evitar que Roberts emitiera su mensaje. Aquellos que dicen que el
sirviente estaba bajo sentencia de muerte por algún delito nunca especifican cuán fue ese
delito, aunque afirman que el delito ocurrió antes de que Roberts lo hiciera su sirviente y
tratara de protegerlo. Este autor finalmente ha sido capaz de determinar, consultando la que
puede ser la última copia remanente del panfleto “Una Carta al Obispo de Victoria”, que el
delito fue “vaciar su excremento en el camino del Kan-Wang.” (73) Fuera o no que tal
delito menor, y vulgar, el crimen verdadero del “muchacho”, podemos especular que su
potencial para ayudar a Roberts a llevar adelante su prédica en contra de las doctrinas
taiping fue la verdadera causa subyacente del duro castigo. Desafortunadamente, no hay
evidencia disponible ni en fuentes chinas ni occidentales respecto a la edad o estatus del
sirviente, y nos queda solamente la referencia de Roberts de que el sirviente era un
“muchacho”. Esta puede ser una referencia racializada a un sirviente de cualquier edad.
(74)
Los dilemas separados aunque contradictorios de Hong Rengan e Issachar Roberts
finalmente condujeron a algo común a ambos –el fracaso de cada uno de ellos en su trabajo
personal. Verdaderamente es cierto que ambos eran muy inusuales cada uno a su manera,
además de que los dos estaban posicionados en forma única para influir sobre el
movimiento Taiping, aun cuando ninguno fue capaz de capitalizar esa influencia. Así, en
los fracasos personales de los dos hombres podemos ver escritos los fracasos mayores de
las posiciones que ellos representaban. Los misioneros occidentales fracasaron en
comprender y cooperar con los Taiping, en tanto que los líderes del movimiento Taiping
fracasaron en su intento de lograr ayuda o incluso neutralidad extranjera para su intento por
destronar la dinastía Qing reinante.
Notas:
1. For example, ver Hua Shi, “Luo Xiaoquan fanwen taiping tianguo” [Issachar
Roberts Visita el Reino Celeste Taiping], Lishi jiaoxue 5 (1986): 41-42. Hua Shi, en común
con los comentaristas chinos más recientes respecto a la relación de Rengan con Roberts y
otros misioneros en la década de 1860, una la traducción china de cartas en el periódico en
idioma inglés”North China Herald”. Ver Shanghai shehui kexueyuan, Lishi yanjiu suo
[Instituto de Ciencias Sociales de Shanghai], Taiping jun zai Shanghai: “Bei Hua jie bao”
xuan yi [El Ejército Taiping en Shanghai: selecciones del North China Herald] (Shanghai:
Renmin chubanshe [Editorial del Pueblo de Shanghai], 1983). Otra fuente en idioma chino
para materiales sobre los Taiping es Luo Ergang y Wang Qingcheng, comp., Taiping
Tianguo [El Reino Celeste de la Gran Paz], volumenes 9-10, Wairen jizai [Relatos de
extranjeros], (Guilin: Guangxi shifandaxue chubanshe [Guangxi University Press], 2004).
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2. Lindesay Brine, The Taeping Rebellion in China: A Narrative of Its Rise and
Progress (London: John Murray, 1862), 299.
3. Issachar J. Roberts, “A Letter from Rev. I. J. Roberts,” North China Herald 602,
4 February 1862, reprinted en Prescott Clarke and J.S. Gregory, Western Reports on the
Taiping (Honolulu: University Press of Hawaii, 1982), 315. Ver también British
Parliamentary Papers (Blue Book), “Papers Relating to the Rebellion in China and Trade in
the Yangtze Keang River,” 1862, C2976: 142-143, (reprint edition, San Francisco: Chinese
Materials Center, Inc., 1975).
4. Issachar Roberts, en Prescott Clarke and J.S. Gregory, Western Reports on the
Taiping, 314-316. Para resúmenes académicos del incidente, ver Teng Yuan- chung,
“Reverend Issachar Jacox Roberts and the Taiping Rebellion,” Journal of Asian Studies 23:
1 (November 1963): 65-66, y Teng Ssu-yu, The Taiping Rebellion and the Western
Powers: A Comprehensive Survey (London: Oxford University Press, 1971), 198-201.
6. Para esta segunda retractación parcial, ver Issachar Roberts, “Letter from
Canton,” 3 April 1862, en China Mail, 10 April 1862, reimpreso en British Parliamen tary
Papers, 1863, “Further Papers Relating to the Rebellion in China,” enclosure 2 in No. 4, 2-
5 (reprint edition, San Francisco: Chinese Materials Center, 1975), citado en Teng Ssu-yu,
The Taiping Rebellion, 200-201, y en Lin-le (Augustus F. Lindley), Ti-ping Tien-kwoh: The
History of the Ti-ping Revolution Including a Narrative of the Author’s Personal
Adventures (London: Day & Son, Ltd, 1866), 567.
7. El relato de Lindley del incidente está en una larga nota en sus memorias. Ver
See Lin-le (Augustus F. Lindley), Ti-ping Tien-kwoh: The History of the Ti-ping Revo
lution Including a Narrative of the Author’s Personal Adventures, 566-568.
9. Una notable excepción es Luo Ergang en Taiping Tianguo shi (Beijing: Zhonghua
shuju, 1991): 4: 2335-2336. Quizá otros estudiosos de los Taiping no han citado el panfleto
porque solamente estaban al tanto de él a través de Lindley, a quien muchos consideran un
partidario de los Taiping y en consecuencia una fuente parcial, pero una comparación del
panfleto real (ver nota 8.) confirma su precisión y sugiere que se le debe dar mayor crédito.
10. Norman J. Giradot, The Victorian Translation of China: James Legge’s Oriental
Pilgrimage (Berkeley: University of California Press, 2002), 49.
11. James Legge, Reminiscences, citado en Lauren F. Pfister, Striving for ‘The
Whole Duty of Man’: James Legge and the Scottish Protestant Encounter with China
(Frankfurt am Main: Peter Lang GmbH, 2004), 2: 43. Pfister, 2: 29-66, contiene el relato
más detallado de la relación entre Rengan y Legge.
23
12. James Legge, tal como está citado en R. Wardlaw Thompson, Griffith John: The
Story of Fifty Years in China (London: The Religious Tract Society, 1st edition, 1906;
Popular edition, revised, 1908), 125; también citado en Eugene P. Boardman y So
Kwanwai, “Hung Jen-kan, Taiping Prime Minister, 1859-1864,” Revolutionary Leaders of
Modern China, ed. Hsueh Chun-tu (New York: Oxford University Press, 1971), 61.
14. Ver, por ejemplo, Rev. Josiah Cox, “China: A Missionary Visit to Nanking and
the ‘Shield-King,’ Extract of a letter from the Rev. Josiah Cox, dated Shanghai, January
11th, 1862,” Wesleyan Missionary Notices, 3rd series, IX (25 March 1862): 61-66.
15. Entre los estudiosos occidentales, Franz Michael especialmente se destaca por
describir a Rengan como un heroe del movimiento Taiping. Ver Franz Michael and Chang
Chung-li, The Taiping Rebellion: History and Documents, 3 volumes (Seattle: University of
Washington Press, 1966), I: Part V: 134-168. De la abundante literatura académica sobre la
época reformista que reconoce a Hong Rengan como un pionero importante de la
modernización china, ver, por ejemplo, dos biografías mayormente laudatorias de Rengan:
Shen Weibin, Hong Rengan (Shanghai: Renmin Chubanshe, 1982), y Xia Chuntao, Cong
shu shi, Jidu tu dao wang ye: Hong Rengan [De Tutor Confuciano a Rey Cristiano: Hong
Rengan] (Wuhan: Hubei jiaoyu chubanshe [Hubei Educational Press],1998). Para artículos
académicos chinos de la última década que continúan viendo a Rengan como un
modernizador temprano, ver Shao Ling, “Lue lun Hong Rengande jindai fazhi sixiang”
[Sobre el Pensamiento Legal Moderno de Hong Rengan], Jinan jiaoyu xueyuan xuebao
[Journal of the Jinan Institute of Education] (2002): 3; Qiu Yuanyou, “ Hong Rengan – zhu
zhang zhongguo falu jindai huade di yi ren” [Hong Rengan: La Primera Persona que
Propició la Modernización Legal en China], Huaibei meishiyuan xuebao (zhexue shehui
kexueban) [Journal of the Huaibei Coal Industry Teachers College, Philosophy and Social
Sciences Edition] (2001): 5; and Hou Zhuqing, “Hong Rengan youlixianggang zhi jingyan
yuqi chengshi xiandaihua sixiang” [La experiencia de Hong Rengan al visitar Hong Kong y
sus ideas de Modernización Urbana], Haerbin xueyuan xuebao [Journal of Harbin
University] (2004): 12. A todos estos se puede acceder a través de la Base de Datos de
Publicaciones Académias Chinas (Beijing: Qinghua University) en
http://china.eastview.com. Finalmente, ver Liu Jingdong, “Minzhu yu kexuede zhuiqiu:
Hong Rengande jindai linian jiqibeiju” [La Búsqueda de la Democracia y de la Ciencia: La
Idea Moderna de Hong Rengan y su Tragedia], Zhexue yanjiu [Philosophical Research] 6
(2000): 34-39. Liu Jingdong observa que el notable filósofo chino Feng Yulan creía que los
Taiping copiaron solamente ideas atrasadas de occidente y representaron la “superstición
feudal”, pero sin embargo reconocía a Hong Rengan como a alguien que intentó copiar las
ideas más modernas de la época.
16. Traducido en Franz Michael and Chang Chung-li, The Taiping Rebellion, III:
748-776. Jen Yu-wen, The Taiping Revolutionary Movement (New Haven: Yale University
Press, 1973), 359-362, tiene un hermoso resumen de los principales puntos de este ensayo
de Rengan. Una búsqueda rápida de títulos en la China Academic Journals Full Text
Database proveerá de una idea somera de la miríada de artículos escritos sobre el Zicheng
xinpian en China en la época de la reforma.
17. Teng Ssu-yu, The Taiping Rebellion and the Western Powers, 200.
18. Ver por ejemplo Franz Michael y Chang Chung-li, The Taiping Rebellion, I:
151, y Albert Feuerwerker, Rebellion in Nineteenth-Century China (Ann Arbor: University
of Michigan, Center for Chinese Studies, 1975), 33.
20. Carl Smith, citando cartas de los archivos de la London Missionary Society,
informa que el Rev. John Chalmers y otros miembros de la London Missionary Society en
Hong Kong patrocinaron los esfuerzos de Rengan para llegar a la capital Taiping en la
esperanza de que tuviera una influencia positiva en la doctrina Taiping y en su política, y
que la Sociedad continuó apoyando a parientes de Rengan que trataban de escapar hacia
Hong Kong antes y después de la caída de los Taiping. Ver Carl Smith, “Note on Friends
and Relatives of Taiping Leaders,” Journal of Christianity and Chinese Religion and
Culture XIX: 2 (1976), reimpreso con comentarios adicionales de Jen Yu-wen en Journal of
the Hong Kong Branch of the Royal Asiatic Society 16 (1976): 125-126. Sin embargo, la
hija de James Legge afirmaba que Legge aconsejó mucho a Rengan en contra de unirse a
los rebeldes, aun cuando jugó un papel importante en apoyar a los parientes de Rengan en
Hong Kong, incluyendo al hermano de Rengan y su hijo, durante y luego de la rebelión.
Ella también afirmó que, antes de partir de viaje a Gran Bretaña, Legge dejó instrucciones
estrictas a Rengan de no dejar Hong Kong para ir a territorio rebelde. Ver Helen Edith
Legge, James Legge Missionary and Scholar (London: Religious Tract Society, 1905), 92.
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21. Hong Rengan, “The Confession of Hung Jen-kan,” North China Herald, 15
July 1865, and 5, 12, and 19 August 1865, reimpreso en Franz Michael y Chang Chung-li,
The Taiping Rebellion, III: 1327.
23. Por ejemplo, ver Teng Yuan-cheng, “The Failure of Hung Jen-kan’s Foreign
Policy,” 138.
24. Josiah Cox, “China: A Missionary Visit to Nanking and the ‘Shield-King,’” 62.
Esta carta de Cox del 11 de enero de 1862, con lo mejor de la sabiduría de este autor,
solamente puede encontrarse en la fuente original, la Wesleyan Missionary Notices. Cox
también mencionaba su visita de diciembre a Nankín en su diario personal, donde uno
puede comprobar que la fecha de su entrevista con Rengan fue el 27 de diciembre de 1861.
Ver Cox, “Journal of Rev. Josiah Cox,” Wesleyan Missionary Notices, 3rd series, IX (25
April 1862): 69-72. El diario está reimpreso en Prescott Clarke y J.S. Gregory, Western
Reports on the Taiping, 308-314.
25. Josiah Cox, “China: A Missionary Visit to Nanking and the ‘Shield-King,’” 65.
26. Ibidem.
27 Ibidem, 64-65.
28. Rev. S.J. Schereschewsky, carta al Obispo Boone, Yo-chow, 16 March 1861,
reimpresa en Prescott Clarke y J.S. Gregory, Western Reports on the Taiping, 295.
29. Josiah Cox, “China: A Missionary Visit to Nanking and the ‘Shield-King,’” 65.
30. Hong Rengan, como está citado en Josiah Cox, “China: A Missionary Visit to
Nanking and the Shield King,” 64.
31. Lowell Dittmer, “Bases of Power in Chinese Politics: A Theory and an
Analysis of the Fall of the ‘Gang of Four,’” World Politics XX: 4 (October 1978): 26-60.
32. Ver, por ejemplo, S.Y. Teng, The Taiping Rebellion and the Western Powers,
160.
33. Issachar Roberts, “A Letter from Rev. I. J. Roberts,” en Prescott Clarke y J.S.
Gregory, Western Reports on the Taiping, 315.
35. Ver, por ejemplo, Teng Yuan-chung, Americans and the Taiping Rebellion: A
Study of [the] American-Chinese Relationship, 1847-1864 (Taipei: China Academy
[Academia Sinica], 1982), 241-255; Teng Yuan-chung, “The Failure of Hung Jen-kan’s
Foreign Policy,” Journal of Asian Studies 28: 1 (November 1968): 137-138; y Eugene P.
Boardman y So Kwan-wai, “Hung Jen-kan,” 68-69.
37. Rev. Joseph Edkins, “Questions Recently Addressed to the Kan Wang, with
the Answers,” North China Herald, 11 August 1860, reimpreso en Prescott Clarke y J.S.
Gregory, Western Reports on the Taiping, 242; Griffith John, “The Chinese Rebellion,”
Canton, 1861, en Clarke y Gregory, 273; y Rev. D.B. McCartee, “Letter from Dr. D.B.
McCartee,” 1861, reimpresa en Clarke y Gregory, 307. Estos informes de segunda mano
llevan incluso al antiguo mentor de Rengan, Rev. James Legge, a expresar su desilusión
para con él. Ver James Legge, carta a Tidman, 25 July 1860, citada en J.S. Gregory, Great
Britain and the Taipings, 239, n. 11.
38. R.J. Forrest, citado en Jen Yu-wen, The Taiping Revolutionary Movement, 358.
23
39. La historia del fin de la supuesta “neutralidad” de los extranjeros luego del fin
de la Segunda Guerra del Opio, o guerra de la lorcha “Arrow”, y su viraje contra la causa
Taiping, está bien documentada y descrita en todos los estudios clásicos de los Taiping. Ver,
por ejemplo, See, for example, Franz Michael and Chang Chung-li, The Taiping Rebellion,
I: 151; and Jen Yu-wen, The Taiping Revolutionary Movement, 445-447.
40. Para la conciencia por parte de Rengan del significado crucial de la caída de
Anqing, ver Franz Michael y Chang Chung-li, The Taiping Rebellion, I: 155; y Jen Yu-
wen, The Taiping Revolutionary Movement, 428, ambos citan la propia afirmación de
Rengan respecto a Anqing en su confesión. Ver Hong Rengan, “The Confession of Hung
Jen-kan,” en Michael y Chang, III: 1527.
41. George Blackburn Pruden, Jr., “Issachar Jacox Roberts and American Di
plomacy in China during the Taiping Rebellion” (PhD diss., International Studies, The
American University, 1977), 163-168; Margaret M. Coughlin, ”Strangers in the House: J.
Lewis Shuck and Issachar Roberts: First American Baptist Missionaries to China” (PhD
diss., University of Virginia, 1972), 105-106.
42. George Pruden, “Issachar Jacox Roberts,” 193-200; ver también Margaret
Coughlin, “Strangers in the House,” 111-128.
49. Como está citado en Franz Michael y Chang Chung-li, The Taiping Rebellion,
III: 1387.
50. Hay tres fuentes que son excepcionales en cuanto a que reconocen el bajo nivel
educativo de Roberts. Estas son S.Y. Teng, The Taiping Rebellion and the Western Powers,
201; Xia Chuntao, Cong shu shi, 193, cuya interpretación está basada mayormente en el
trabajo de Teng; y el trabajo del académico chino contemporáneo Ma Dazheng, “Lun Hong
Rengan gexin sixiangde xingcheng jiqi lishi dili” [Sobre la formación y el estatus histórico
de las ideas reformistas de Hong Rengan], en Taiping tianguo shi xueshu taolunhui
lunwenji―jinian taiping tianguo qiyi 130 zhounian [Colección de documentos del
Seminario Académico sobre la Historia del Reino Celeste Taiping—En Memoria del 130
Aniversario de la Rebelión Taiping] (Guangxi Renmin chubanshe, Guangdong Renmin
chubanshe, 1983), 330, disponible onlineen
http://www.renwu.net/web/Article.ShowArticle.asp?ArticleID=32125, 2-3.
54. Ibidem., 39-41. Ambos, Coughin y Pruden (33), han trabajado sobre materiales
de los archivos de la American Baptist Foreign Mission Society (ABFMS).
55. Margaret Coughlin, “Strangers in the House,” 36; George Pruden, “Issachar
Jacox Roberts,” 40-41.
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57. Sobre el éxito final del Consejo en convencer a los sostenedores occidentales de
Roberts de la justicia de su destitución, ver George Pruden, “Issachar Jacox Roberts,” 199-
200. Sobre la separación de Roberts de su esposa e hijos, ver Margaret Coughlin,
“Strangers in the House,” 140, y S.Y. Teng, The Taiping Rebellion, 55.
59. Margaret Coughlin, “Strangers in the House,” 217, citando Elijah Bridgman to
Anderson, 26 May 1845, ABFMS.
60. Margaret Coughlin, “Strangers in the House,” 96a. Entre las fuentes para esto
utilizadas por Coughlin está Henry Allen Tupper, The Foreign Missions of the Southern
Baptist Convention (Philadelphia, 1880).
61. Margaret Coughlin, “Strangers in the House,” 96b, citando una carta de
Johnson para Dr. J.B. Taylor, Canton, 20 August 1847, SBHLA.
63. Ibidem.
68. Margaret Coughlin, “Strangers in the House,” 275, citando Roberts a Rev.
Rosewell H. Graves, 16 April 1861, SBHLA.
69. Josiah Cox, “China: A Missionary Visit to Nanking and the ‘Shield-King,’” 65.
70. Para un excelente resumen del debate de los misioneros con Hong Xiuquan, ver
Jonathan Spence, God’s Chinese Son: The Taiping Heavenly Kingdom of Hong Xiuquan
(New York: W.W. Norton, 1996), 287-297.
71. Ver Josiah Cox, “China: A Missionary Visit to Nanking and the ‘Shield-King,’”
64-65, and Jonathan Spence, God’s Chinese Son, 287.
73. “A Letter to the Bishop of Victoria,” 18 June 1862, 16. Historic Collections,
King’s College, University of Aberdeen Library. Quizá comprensiblemente dada su
audiencia victoriana, Lindley dejó de lado esta parte en su cita de la carta.
74. A este autor le gustaría agradecer a su colega Beatrice McKenzie del History
Department en el Beloit College por señalar esta última posibilidad.
75. Jen Yu-wen, The Taiping Revolutionary Movement, 536. Jen Cita el poema final
de Rengan como publicado en el North China Herald 765, 25 March 1865, que no
sobrevive en chino. Estrañamente, Franz Michael y Chang Chung-li, aunque incluyendo la
versión más completa del North China Herald de la confesión de Rengan junto con poemas
tempranos de Xiuquan y Rengan, dejan sin embargo fuera de su colección de documentos
Taiping el poema final de Rengan. The Taiping Rebellion, II: 1507-1532.
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77. Eugene P. Boardman y So Kwan-wai, “Hung Jen-kan,” 265, 283-284.
78. Por ejemplo, ver Yap, P.M., “The Mental Illness of Hung Hsiu-chuan, Leader
of the Taiping Rebellion,” Far Eastern Quarterly 13: 3 (1954): 287-304, quien considera a
Hung como alguien que sufía de “convicciones megalómanas” y sospecha que su
enfermedad tenía “un elemento esquizofrénico-paranoide.”
80 Teng Yuan-chung, “Reverend Issachar Jacox Roberts and the Taiping Rebellion,”
66-67; and George Pruden, “Issachar Jacox Roberts,” 295. Ambos citan a Alex Wylie,
Memorials of Protestant Missionaries to the Chinese (Shanghai, 1867).
82 Henry Allen Tupper, The Foreign Missions of the Southern Baptist Convention,
88.