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Empezar A Escuchar.
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atiende al sonido. Pero, se podría efectividad mayor. Se trata entonces de
asimismo, escuchar el sonido que un silencio que se iguala al Vacío, a la
continúa en función del silencio que le Nada, pero que aún puede ser inscrito
precede. No obstante, esta segunda en la dualidad entre sonido y silencio.
posibilidad solía quedar relegada y Sin embargo, sólo hay que seguir
cuando se hablaba del silencio en escuchando para darse cuenta de que
música, se acostumbraba a afirmar que después, cuando el sonido se inicia, las
la función del silencio consistía en indecisiones van cobrando forma y el
concurrir al sentido de la melodía. En silencio suele ser relegado a los tiempos
consecuencia, el silencio se convierte en débiles de la composición prolongando
una pausa cargada de intención. El el sonido, aunque bien podría mostrar
silencio es entonces ese suspirar que también su continuidad con él.
capta la atención con una intención
prefijada, un silencio que puede crear El silencio como continuidad es aquél
expectativas, un silencio que que descubre el hombre que se ha
interrumpe... liberado de su memoria, de sus gustos y
emociones. Ese silencio es entonces
Este procedimiento, se encuentra centro; un centro que pone en cuestión
todavía prendido en la dualidad entre el establecimiento de cualquier relación;
sonido y silencio. En este sentido, se un centro que ciertamente es ahora,
acostumbra a aludir al efecto o efectos nada.
que puede provocar el silencio. Unos
efectos que están anclados en un El interés por el silencio hace mella en
silencio que es solamente concebido Cage con el conocimiento de la
como ausencia de sonido. tradición musical de la India, que
considera que el sonido siempre
Frente a este silencio marcado con las continúa. De ella tomaría el músico en
huellas de la ausencia, los sonidos de la los años cuarenta su inclinación por ese
composición musical se presentan, por centro sin color que separa las
así decirlo, ocupando los tiempos emociones blancas, (lo heroico, lo
fuertes, los tiempos que obtienen la erótico, lo alegre, lo maravilloso) y las
máxima audiencia. El engarce entre los negras (el miedo, la cólera, el disgusto y
sonidos, sabiamente conducidos, puede la preocupación). En el centro sin color,
producir entonces lo que en el barroco la tranquilidad que libera de los gustos y
se denominaban los afectos, o en el disgustos.
romanticismo la expresión musical.
Pero ¿qué ocurre cuando la En el centro se encuentra el silencio de
composición se inicia con un silencio?, Cage, ese nuevo oído que aprendió a
¿cuando el silencio ocupa los tiempos acallar su voz para abrirse a todos los
fuertes? sonidos.
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silencio del oído. Con él se quiere Detener la rueda de la escucha
prestar atención al modo en que debe intencional es lo que propuso el músico
hacerse el silencio en uno mismo, un hace ya cincuenta años cuando compuso
requisito necesario a toda escucha. 4'33''. Su título, como es sabido, indica
la duración de la interpretación: 33’’,
La palabra silencio proviene del latín 2’40’’ y 1’20’’. El pianista, en su
"silere", callar, estar callado. Lo que se estreno David Tudor, indicaba el inicio
calla es la intencionalidad, pero no para de cada parte cerrando la tapa del piano
entrar en la escucha de un silencio que y el final abriéndola.
debe ser escrito con mayúsculas, como
si se trata de un silencio ontológico, Con 4’33’’ se atiende al sonido, al
sino simplemente para oír. silencio sonoro que siempre coexiste en
el espacio de ejecución de una obra
El silencio del oído será, siguiendo a musical. Esta obra que, ciertamente,
Cage, el silencio de la escucha dirigida. incitó la cólera de muchos oyentes,
Si se presta oídos al mundo, el oído se pretendía abrir la escucha a todos los
llena de sonidos. Siempre hay sonidos, sonidos, mostrar que lo que
ruidos, un perro que ladra, el viento que denominamos silencio está regido por la
pasa, el teléfono que suena, los coches a intencionalidad. Se trataba pues, de
distintas velocidades sobre el asfalto, o aprender a escuchar, de no tapiarse los
los pájaros que cantan. "Esto es lo que oídos con unos sonidos prefijados y
llamo silencio" afirma Cage, "es decir atender a todos los sonidos que se
un estado libre de intención, porque — acallan con la palabra silencio.
por ejemplo- siempre tenemos sonidos;
y en consecuencia no disponemos de Pero 4’33’’, como Cage afirmaba,
ningún silencio en el mundo. Estamos supone aún una escucha medida, por
en un mundo de sonidos. Le llamamos eso el músico compone diez años
silencio cuando no encontramos una después 0’00’’, otorgando todo el
conexión directa con las intenciones que tiempo a la escucha. Y en ese tiempo
producen los sonidos. Decimos que es cero, el silencio es como la esfera de H.
un mundo silencioso (quieto) cuando en D. Thoreau. Una esfera en la que cada
virtud de nuestra ausencia de intención, sonido es como una burbuja en su
no nos parece que haya muchos superficie. (5)
sonidos. Cuando nos parece que hay
muchos, decimos que hay ruido. Pero 3. La esfera del silencio
entre un silencio silencioso y un silencio
lleno de ruidos, no hay una diferencia La esfera del silencio está repleta de
realmente esencial. Esto que va del sonidos, tal y como el músico
silencio al ruido, es el estado de no- comprendió cuando se introdujo en la
intención, y es este estado el que me cámara anecoica de la Universidad de
interesa". (3) Harvard a primeros de los cincuenta.
Pero escuchémosle a él: "Fue después
Atender al silencio es escuchar lo que de llegar a Boston cuando fui a la
usualmente se escapa, lo que pasa cámara anecoica de la Universidad de
desapercibido. Para ello es preciso parar Harvard. Todo el mundo que me
la actividad que urge y dirige hacia lo conoce, conoce esa historia. La explico
que se debe hacer o escuchar. Se hace continuamente. En cualquier caso, en
necesario detener la rueda del dharma y aquella habitación silenciosa, escuché
escuchar, explicará Cage. (4) dos sonidos, uno agudo y otro grave.
Después le pregunté al ingeniero
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responsable por qué, siendo la Pero es posible sumergir todas esas
habitación tan silenciosa, había voces, ruidos, sonidos, en la esfera de
escuchado dos sonidos. Me dijo: Thoreau, y aprender de ese centro sin
'Descríbalos'. Lo hice. Me dijo: 'El color que también es el olvido, para
agudo era el funcionamiento de su estar en la continuidad. En la esfera del
sistema nervioso. El grave era la silencio, el oído ha sido transformado,
circulación de su sangre.'" (6). Esta es un oído permeabilizado en el que
experiencia le muestra que el silencio toda burbuja sonora tiene cabida.
no existe como posibilidad de vivencia,
que siempre hay sonido. En la esfera de Thoreau el silencio es
sonoro. Tal vez como en las esferas de
Desde aquí, escuchar el silencio puede Pitágoras que componían ese música
ser también hacer de uno mismo una inaudible que representaba la máxima
cámara anecoica, componer en sí mismo sabiduría. Sin osar alcanzar tal
el 0’00’’ que permita escuchar más allá sabiduría, la escucha que Cage
de lo que se quiere y debe escuchar, propugna, guarda al menos con la
escuchar sin prejuicios. Porque, ¿qué música de las esferas una cierta
ocurre cuando uno se queda en silencio? analogía. Se proponen como eso, una
Se escucha esa voz alta o baja que escucha que descubre la armonía que
siempre se pega al cuerpo y a la que, surge cuando se tiende de veras el oído.
por economía, suele asignársele el Por ello, en la esfera del silencio pueden
nombre de uno mismo. Se escuchan las surgir todas las formas de un silencio
ideas que rondan la cabeza, lo que se ha siempre sonoro, de un silencio como el
vivido, tal vez lo que se espera vivir, se de 4'33'', como el de 0'00''...
escucha el propio cuerpo.
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(1) Rousseau J. - J., "Dictionaire de Musique", Oeuvres Complètes, vol. V, París, Bibliothèque
de la Pléiade, 1995, entrada "silence". (R)
(2) Cage J., "El futuro de la música: credo", Escritos al oído, Murcia, Colegio Oficial de
Aparejadores y Arquitectos Técnicos, Colección de Arquilectura, 38, 1999, p. 52. (R)
(3) Cf., John Cage talks to Roger Smalley and David Sylvester, entrevista en la B. B. C.,
diciembre de 1966, publicada en el programa de concierto del lunes 22 de mayo de 1972 en el
Royal Albert Hall en Londres. (R)
(4) En conversación con St. Montague, "Interview manuscrit (1982)", en Kostelanetz, R.,
Conversing with Cage, Nueva York, Limelight, 1988. (R)
(5) Citado en Zwerin M., "Silence, Please, for John Cage", International Herald Tribune, 24
septiembre de 1982. Incluido en Kostelanetz R., Conversing with Cage, op. cit. (R)
(6) Cage, J., "Cómo pasar, patear, caer y correr" (1959), Escritos al oído, op. cit., p. 93. (R)