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Ante esto el investigador de lingüística cognitiva George Lakoff nos presenta las claves
para activar los frames, al tiempo de explicar y describir los patrones cognitivos que
influyen en el voto, los cuales -según el autor- tienen características que van desde la
emoción, la moral y la política, siendo muchas veces irracionales.
Lakoff explica que los marcos facilitan nuestras interacciones más básicas con el mundo:
estructuran nuestras ideas y conceptos, conforman la manera de razonar e incluso inciden
en nuestra percepción y manera de actuar. Por lo general, el uso de los marcos es
inconsciente y automático ya que operan desde el sistema nervioso central, específicamente
en las sinapsis de nuestro cerebro, configurados físicamente en las redes neuronales por lo
que su activación se produce sin darnos cuenta.
En sí, un marco cognitivo se refiere a la interpretación que una persona, grupo de personas
o colectivo realizan de un contexto, concepto o fenómeno social como la migración, el
aborto o la legalización de las drogas y los hace reaccionar a favor o en contra, siempre en
virtud del marco cognitivo que tenga el receptor del mensaje. Esto indica que existe un
sistema conceptual interno e inconsciente que se hace latente en los circuitos neuronales y
que incide definitivamente en nuestro pensamiento, actos y percepciones generando una
respuesta ante el hecho en cuestión.
Para poner en marcha la estrategia el líder político, dirigente sindical o estudiantil debe ser
capaz de generar distintos frames en el momento de presentar las ideas o proyectos que
quiere transmitir y proyectar en la comunidad o ciudadanía. La estructuración del discurso
político se tiene que configurar en base a un lenguaje que atañe los valores asentados en la
identidad de las personas con el objetivo de activar los marcos y captar adherentes, vale
decir, estructurar el discurso en base a los valores que tiene cada segmento de la opinión
pública que se quiere persuadir, ya que los votantes votan a nivel masivo en base a estos
factores mencionados (identidad y valores), lo que no coincide necesariamente con sus
intereses.
Como se mencionó, los marcos profundos se construyen en base a los valores morales y
principios; hay que repetirlos una y otra vez. Si los marcos profundos no están asentados y
enraizados en la persona, los eslóganes dados en la propaganda o el discurso, no resuenan
porque no remiten a ningún marco profundo.
La fortaleza de los marcos cobra especial relevancia con la revolución digital e informática,
la globalización de los medios de comunicación y las redes sociales, ya que estas
plataformas son las encargadas de transmitir el mensaje y reforzar y activar los marcos
cerebrales de acuerdo a los intereses del político de turno y en concordancia a lo que se
quiere hacer visible en la opinión pública. Los hechos para que tomen sentido tienen que
encajar con lo que está ya en las sinapsis del cerebro. De lo contrario, los hechos entran y
salen inmediatamente, sin cobrar relevancia en la decisión de voto o adhesión al líder
político.