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Movimiento campesino

"El movimiento indígena y campesino es hoy un actor fundamental en la vida política del país; así
quedó demostrado con su participación en las movilizaciones anticorrupción de 2015 y en la
marcha nacional por el agua de abril de 2016. En los años recientes, la dinámica del movimiento
campesino en Guatemala ha sido diversa, en consonancia con la multiplicidad de problemas que la
población del campo presenta."
La historia de Guatemala está signada por la resistencia, por la persistencia, por la necedad de vivir
en libertad. Somos inevitablemente una Guatemala que se mueve y lucha desde los cuatro puntos
cardinales, desde las altas montañas en donde se juntan la niebla y el bosque, desde las planicies y
laderas, hasta el lugar en donde la arena del mar acaricia pies de pescadores. La población se
moviliza por indignación, por rabia, pero también por amor y defensa de la vida. El movimiento
indígena y campesino es hoy un actor fundamental en la vida política del país; así quedó
demostrado con su participación en las movilizaciones anticorrupción de 2015 y en la marcha
nacional por el agua de abril de 2016.
En los años recientes, la dinámica del movimiento campesino en Guatemala ha sido diversa, en
consonancia con la multiplicidad de problemas que la población del campo presenta. Reclamos
históricos por el acceso a la tierra y por salarios dignos se unen a las voces que denuncian la
contaminación y el desvío de los ríos, la contaminación de suelos, aire y paisaje causados por las
empresas cañeras, de palma africana y las bananeras. Las demandas se dirigen al Estado en
función de que se detenga la expansión de monocultivo, se reparen los daños a la salud y al
ambiente y, en el caso de las comunidades del norte, la recuperación de tierras despojadas a
pueblos y comunidades indígenas en distintas épocas.
La historia de Guatemala está signada por la resistencia, por la persistencia, por la necedad de vivir
en libertad. Somos inevitablemente una Guatemala que se mueve y lucha desde los cuatro puntos
cardinales, desde las altas montañas en donde se juntan la niebla y el bosque, desde las planicies y
laderas, hasta el lugar en donde la arena del mar acaricia pies de pescadores. La población se
moviliza por indignación, por rabia, pero también por amor y defensa de la vida. El movimiento
indígena y campesino es hoy un actor fundamental en la vida política del país; así quedó
demostrado con su participación en las movilizaciones anticorrupción de 2015 y en la marcha
nacional por el agua de abril de 2016.
En los años recientes, la dinámica del movimiento campesino en Guatemala ha sido diversa, en
consonancia con la multiplicidad de problemas que la población del campo presenta. Reclamos
históricos por el acceso a la tierra y por salarios
dignos se unen a las voces que denuncian la
contaminación y el desvío de los ríos, la
contaminación de suelos, aire y paisaje causados por
las empresas cañeras, de palma africana y las
bananeras. Las demandas se dirigen al Estado en
función de que se detenga la expansión de
monocultivo, se reparen los daños a la salud y al
ambiente y, en el caso de las comunidades del norte,
la recuperación de tierras despojadas a pueblos y
comunidades indígenas en distintas épocas.

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