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Lic.

Psicología
Desarrollo Psicológico II
Trimestre:

Grupo:
01

Desarrollo de la Personalidad en el Adolescente

Profesora:
Guadalupe López Vega
Alumnas:
Paloma Guadalupe Ruiz Lucero
Betsi Michelle Guerrero Valenzuela (1720019)
Desarrollo de la personalidad del adolescente y factores que
influyen, cambios significativos, problemas situacionales

Personalidad de los adolescentes

Según Bello (2008), se entiende como “Estructura Psíquica de cada individuo,


forma como se revela por su modo de pensar y expresarse sus actitudes e
intereses y sus actos”. Este concepto se usa para referirse a ciertas clases de
conductas relativas al autoconocimiento, el reconocimiento interpersonal en la
presentación de la propia identidad con respecto a sus relaciones sociales. En
este sentido, la personalidad representa un sistema de acción personal del
individuo y determina como éste se adapta a su ambiente.

Los principales cambios en la misma por lo regular ocurren en la adolescencia,


en esta etapa ocurren importantes diferenciales sexuales en el desarrollo de la
personalidad, muchas de las cuales se atribuyen a costumbres culturales y a
expectativas en cuanto a los roles sexuales. La adolescencia es un periodo en
el cual, hay un ajuste progresivo y una disminución en ansiedad e inseguridad,
la responsabilidad tiende a aumentar, mientras que la tendencia hacia la reacción
física comience a decrecer.

Los adolescentes poseen un sentido de quienes son y qué es lo que los


diferencia de las demás personas, se aferran a su identidad que creen es
exclusiva. Pero lo que más los caracteriza según Bosch y Barrero (2008: 30) es
el intento de comprensión de sí mismo, que es la representación de su yo, lo cual
es un proceso complejo que incluye varias dimensiones: abstracción e
idealización, la diferenciación, el yo fluctuante, las contradicciones internas, el yo
real y el ideal, verdadero y falso, y la comparación social, la introspección, la
autoprotección, los componentes inconscientes y la auto-integración.

Para explicar la personalidad de los adolescentes Romero, Luengo, Gómez-


Fraguela y Sobral (2002), plantean el modelo de cinco factores y los cinco
alternativos. El primero asume que los rasgos presentan una estructura
jerárquica y proporciona puntuaciones en seis facetas por cada uno de los cinco
grandes dominios: neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia,
amabilidad y responsabilidad. Se concluye que el modelo de cinco alternativos
no ha conseguido convertirse en un modelo alternativo al modelo de cinco
factores dominantes.

Factores que influyen

Cambios en relación con sus compañeros y cambios emocionales

Cambios psicológicos

 Crisis de oposición, en cuanto a la necesidad que tienen de autoafirmarse,


de formar un yo diferente al de sus padres a los que han estado
estrechamente unidos hasta ahora, con necesidad de autonomía, de
independencia intelectual y emocional. Por eso nuestro niño, deja de ser
nuestro, para ser de los demás, especialmente de los amigos.
 Desarreglo emotivo: a veces con la sensibilidad a flor de piel y otras en
las que parece carecer de sentimientos. Es por eso que un día nuestra
hija nos sorprende con un abrazo y otro día rechaza cualquier muestra de
cariño. Un día sin motivo aparente se despierta dando gruñidos,
simplemente porque sus hormonas posiblemente le estén jugando una
mala pasada.
 Imaginación desbordada: Sueñan, y esto no es más que un mecanismo
de defensa ante un mundo para el que no están preparados. Es un medio
de transformar la realidad, pueden imaginar un porvenir, como modelos,
o futbolistas de elite, o campeones de surf, actores, etc. Ellos pueden
cambiar el mundo, hacerlo mejor.
 Narcisismo: Se reconoce al adolescente cuando comienza a serlo,
simplemente por las horas que le dedica al espejo. Le concede una
importancia extrema a su físico: puede lamentarse por un grano en la
nariz, obsesionarse por la ropa, por estar gordos o delgados… quieren
estar constantemente perfectos aunque su visión de la estética no tenga
nada que ver con la nuestra.
 Crisis de originalidad: que presenta dos aspectos:
 Individual: como afirmación del yo, con gusto por la soledad, el secreto,
las excentricidades en el vestir, o en su forma de hablar o de pensar.
Necesita reformar, transformar el mundo, ser distinto y especial.
 Social: aquí está la rebelión juvenil: Rebelión en cuanto a los sistemas de
valores de los adultos y las ideas recibidas. Achacan al adulto sobretodo
su falta de comprensión y el hecho de que atenta contra su
independencia. Hay una necesidad clara de participación, la uniformidad
en lenguaje y en vestimenta de los adolescentes, no es más que la
necesidad de afecto, de ser considerado, aprobado por el propio grupo, y
que a veces lo viven de una forma obsesiva.
 Veamos ahora que sentimientos reales acompañan a estas
manifestaciones, y que son consecuencia directa de las crisis que está
atravesando:
 Sentimiento de inseguridad: sufre a causa de sus propios cambios físicos
que no siempre van parejos con su crecimiento emocional, puesto que la
pubertad, es decir la madurez física, siempre precede a la psíquica, con
lo que a veces se encuentran con un cuerpo de adulto, que no
corresponde a su mente, y por lo tanto no se reconocen, y desarrollan
una fuerte falta de confianza en si mismos.
 Sentimientos angustia: puesto que existe una frustración continua. Por
una parte le pedimos que actúe como un adulto (en sociedad,
responsabilidad) y por otra se le trata como un niño, se le prohíbe vestir
de una u otra forma, o se reglamentan sus salidas nocturnas, etc.…
 Esta angustia es la manifestación de la tensión que el chico soporta y que
se manifiesta por:
 Agresividad: como respuesta a dicha frustración, la agresividad es un
mecanismo habitual. La cólera del adolescente ante nuestra negativa a
sus exigencias, la irritabilidad, la propensión a la violencia, que de
momento les supone una bajada de tensión pero que por supuesto es sólo
momentánea, las malas contestaciones, los portazos, las reacciones
desmedidas en las peleas con los hermanos, etc. son claros ejemplos.
 Miedo al ridículo: que como sabemos se encuentra exageradamente
presente. Es un sentimiento social de vergüenza, atravesar un sitio con
mucha gente, ir con ropa poco apropiada para el grupo, etc.… y que
puede tener manifestaciones físicas: taquicardia, trastornos
gastrointestinales, etc.…
 Angustia expresada de modo indirecto: el miedo al examen, (quedarse en
blanco), timidez extrema, miedo a desagradar, reacción de rechazo
cuando se le dan muestras de cariño, tanto en público como en privado…
 Sentimientos de depresión: por la necesidad de estar solo, de melancolía
y tristeza que pueden alternar con estados de verdadera euforia…

Bien, estas características entran dentro de la normalidad de un chico o una


chica adolescente, pero por supuesto, dentro de unos límites. La angustia, la
depresión, la irritabilidad, el ir contra las normas, puede volverse patológico
cuando es exagerado, cuando vemos que el adolescente está sufriendo mucho
y o hace sufrir a los demás, cuando vemos que se altera toda su vida y que esos
sentimientos le condicionan absolutamente, que de alguna forma le alejan en
exceso de la realidad.

Relación con compañeros y amigos

Los adolescentes se sienten cómodos entre sus compañeros, quienes


atraviesan los mismos cambios físicos que ellos. Cuando cuestionan las ideas o
normas de los adultos, recurren a ellos para pedirles consejo, y cuando se
plantean ideas o valores nuevos, pueden hablarlos abiertamente con sus
compañeros, sin temor a ser ridiculizados por los adultos o sentirse fuera de
lugar. El grupo de compañeros es también un lugar donde establecer relaciones
cercanas, que sirven como base para la intimidad en la edad adulta.

La amistad es más intensa en la adolescencia que en cualquier otra época de la


vida. En la adolescencia, los amigos son más íntimos y se prestan más apoyo
que a edades anteriores; también exigen una mayor lealtad en la amistad,
compiten menos entre sí y comparten más con sus amigos que los niños.

Estos cambios se deben en parte a su mayor desarrollo cognitivo. Los


adolescentes son capaces de expresar mejor sus pensamientos y sentimientos,
compartiéndolos con sus amigos. También son más capaces de entender el
punto de vista, emociones y pensamientos de otras personas.
Los adolescentes que tienen amigos cercanos poseen una autoestima más alta,
obtienen buenos resultados en los estudios y se ven a sí mismos como más
competentes que aquellos cuyas amistades son conflictivas.

Los adolescentes tienden a escoger amigos con rasgos muy similares a los
suyos, de manera que la influencia que ejerce el uno en el otro los hace más
parecidos. En la adolescencia, esta similitud entre amigos es más importante
que en cualquier otra época de la vida, tal vez porque los adolescentes luchan
para diferenciarse de sus padres y les resulta necesario contar con el apoyo de
personas que se parezcan a ellos. Por este motivo tienden también a imitar los
comportamientos de sus compañeros y recibir su influencia. Los amigos influyen
en la forma de vestir, actividades sociales, comportamiento sexual y consumo o
rechazo de drogas.

No obstante, la mayoría de los adolescentes tienen relaciones positivas con sus


padres y reciben también la influencia de ellos. Los padres ejercen una mayor
influencia sobre temas más profundos, como qué hacer ante un dilema moral,
qué educación buscar o qué empleo elegir, mientras que los amigos ejercen una
mayor influencia sobre temas sociales cotidianos.

Formación en la identidad del yo y fuentes de identidad,


clasificación de la identidad, crisis de identidad, valores, ideales,
religión y desarrollo moral (modelo de desarrollo de Kohlberg)

Búsqueda de la identidad

El niño logra su identidad mediante un proceso de identificación con los demás,


haciendo suyos los valores e ideas de otros. Los adolescentes, en cambio, han
de formar su propia identidad y ser ellos mismos. Uno de los aspectos más
importantes de esta búsqueda de identidad consiste en decidir que profesión o
carrera desean tener. La confusión de la identidad típica de la adolescencia, los
lleva a agruparse entre ellos y a no tolerar bien las diferencias, como
mecanismos de defensa ante dicha confusión. A veces también muestran su
confusión actuando de maneras más infantiles e irresponsables para evitar
resolver conflictos o actuando de manera impulsiva y sin sentido.

Durante la adolescencia, la búsqueda del “quién soy” se vuelve particularmente


insistente, de hecho Erickson (1974), señala que uno de los aspectos más
cruciales en la búsqueda de la identidad es el poder decidirse por seguir una
carrera, el rápido crecimiento físico y la nueva madurez genital, que alerta a los
jóvenes sobre su eminente llegada a la edad adulta y comienzan a sorprenderse
de los roles que ellos mismos comienzan a tener en la sociedad que les rodea.

Los adolescentes necesitan desarrollar sus propios valores, opiniones e


intereses y no sólo limitarse a repetir los de sus padres. Han de descubrir lo que
pueden hacer y sentirse orgullosos de sus logros. Desean sentirse amados y
respetados por lo que son, y para eso han de saber primero quienes son.

Partiendo que el individuo es el único constructor de su conocimiento, todos


aquellos estímulos tanto internos como externos, percibidos por el adolescente
inciden en la actitud asumida por este ante su proceso de formación; “factores
personales, familiares, sociales y contextuales van a ejercer una clara presión
sobre el adolescente, condicionando en gran medidas sus elecciones”

La crisis de identidad

Tal y como explicaré posteriormente, la hipótesis de la crisis de identidad


planteada por Moral M. y Sirvent C. (2011), que dista un poco más del resto de
artículos científicos consultados, afirma que esta es una crisis que no sufren
todos los adolescentes. Esta declaración es la característica más distintiva entre
este artículo científico y las propuestas del resto de expertos consultados,
quienes conciben, de acuerdo con Eric Erikson, que la crisis de identidad es la
crisis psicosocial propia de adolescentes, y todos la experimentan. “Todo
adolescente necesitan saber quién es.”

Otro aspecto diferenciador que he encontrado en el estudio de Moral M. y Sirvent


C. (2011) es la división genérica de los tipos de identidad que adquieren
importancia en el período de la adolescencia que, según ellos, son tres: crisis de
crecimiento físico, crisis afectiva y crisis de la sexualidad.
• Abstracción e idealización. Se refiere a que muchos adolescentes empiezan a
pensar de forma abstracta e idealista, cuando se les pide que se describan a sí
mismos.

• La diferenciación. Es la comprensión del sí mismos de los adolescentes, que


se va haciendo cada vez más diferenciada, tienden a incluir variaciones
contextuales situacionales en sus autodescripciones.

• El yo fluctuante. En la adolescencia el yo fluctúa de unas situaciones a otras y


a lo del tiempo, tal como pasar de ser alegre a ser sarcásticos.

• Las contradicciones internas. Se refiere a un incremento de las


autovaloraciones contradictorias en los adolescentes. Ejemplo: feo – atractivo,
independiente – dependiente.

• El yo real y el ideal, verdadero y falso. Es la capacidad de los adolescentes de


construir un yo ideal aparte del yo real. El falso yo lo refleja aquella personalidad
que tiende a manifestarse especialmente en las situaciones de grupo, en
contraposición al yo real que solo se muestra en relaciones muy íntimas.

• La comparación social. Algunos adolescentes tienden a utilizar la comparación


social evaluarse a sí mismos, aunque por lo general no lo admiten porque es
considerado algo indeseable.

• La introspección. Los adolescentes se sienten inseguros o preocupados al


tratar de comprenderse a sí mismos. Esta intensa preocupación por el yo refleja
el egocentrismo adolescente.

• La autoprotección. Se trata de un mecanismo para proteger al yo, en el contexto


de confusión y conflictos motivados por los esfuerzos introspectivos. Para ello,
tienden a relativizar o a negar sus características negativas. Esto guarda relación
con la idea idealizada del yo que tienen los adolescentes.

• Los componentes inconscientes. En la adolescencia el individuo adquiere la de


que hay ciertos aspectos de su actividad mental que escapan a su control
consciente y por tanto de que el yo, implica componentes conscientes e
inconscientes.
• La autointegración. En la adolescencia la comprensión de uno mismo se vuelve
más integrada de modo que las distintas partes del yo, se complementan mejor
entre sí. Los adolescentes son capaces de detectar las inconsistencias que
existen en su autodescripción y en sus roles a medida que intentan construir su
propia identidad.

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