Dada la importancia de la proximidad con la población para una gestión publica efectiva, el

ordenamiento jurídico venezolano otorga cierta autonomía a los municipios, en razon de

descentralizar las funciones de administración en pro al desarrollo y prestación de servicios
públicos de carácter local, de manera armonizada mediante el establecimiento de estructuras
básicas administrativas. La autonomía de los municipios queda bajo influencia de sus habitantes
mediante el derecho de elegir a sus propias autoridades; es definida en la cnrbv como la facultad
para gestionar materias de su competencia, crear, recaudar e invertir sus propios ingresos;
además de lo mencionado previamente respecto al sufragio. Entre dichos ingresos están
comprendidos los derivados del sistema tributario del municipio, esto es una herramienta para
asegurar a los mismos un bienestar a sus habitantes y equilibrio económico, delimitada en la
constitución y la ley del poder publico municipal; sin menoscabo de otros ingresos por situado
constitucional (el aporte de la nación a estos), producción, sanciones y otros que se otorguen por
ley.

Los municipios tendrán un órgano ejecutor (alcalde), deliberativo (concejo municipal), revisor
(contraloría) y planificador (concejo de planificación)

El carácter evolutivo del Estado Venezolano, hasta hace unos años y normativamente, era la
descentralización, esto se puede apreciar en la lectura asignada “tributación local”, en la cual se
resalta el desarrollo y delimitación de las normas respecto a la potestad tributaria de los
municipios, en comparación a ordenamientos jurídicos previos. En el ejercicio de esta potestad, el
mismo esta facultado y es responsable de la fiscalización de sus tributos administrados, los cuales
le corresponden por disposición constitucional y por ley nacional o estadal.

Los Tributos correspondientes por disposición constitucional son los siguientes:

- Las contribuciones especiales por plusvalía y mejoras.

- Tasas administrativas y por servicios o uso de sus bienes.
- Los impuestos sobre actividades económicas de industria, comercio, servicios o de
índole similar, inmuebles urbanos, vehículos, espectáculos públicos, juegos y
apuestas lícitas, propaganda y publicidad comercial; y cualesquiera otros que le sean
asignados por ley.

Los municipios deben propiciar condiciones de vida local optimas, para poder contar con recursos
financieros derivados de su régimen impositivo tributario, dado que en un territorio sin servicios
públicos básicos poco desarrollo económico emergerá.