FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS Y DEL AMBIENTAL INGENIERIA AMBIENTAL CUCUTA 2018 INTRODUCCION
La participación ciudadana y la construcción de la sociedad civil son asumidas
como un requisito indispensable para el desarrollo de las naciones y para el mejoramiento del nivel de vida de los asociados en países como el nuestro, donde las condiciones de pobreza y marginalidad observan rangos superiores a la mitad de la población, de forma simultánea adquiere la participación un rol estratégico para el logro de la justicia social, igualmente requisito sine qua non del mismo desarrollo.
Los constituyentes de 1991 en aplicación de estos principios, transformaron la
forma de organización de la República a democracia participativa, retornando la soberanía al pueblo colombiano y estableciendo espacios de participación para los muy diversos sectores de la vida social, política, económica y cultural de la nación colombiana, además de fijar en el Estado la obligación de promover la materialización de este modelo de democracia y en el ciudadano el derecho y el deber de ser su actor principal. 1. APLICACIÓN DE LOS PROCESOS DE PLANEACION PARTICIPATIVA EN COLOMBIA
A partir de la década de los 60, el Estado colombiano ha impulsado programas
que vinculan a la población con las autoridades gubernamentales, primordialmente con las locales. Estos esfuerzos por promover la participación se han empleado durante las etapas críticas de la historia política del país, para buscar respaldo alrededor de las instituciones que representan el sistema social y para canalizar el descontento y el inconformismo generado por la coyuntura económica y social.
La creación de las Juntas de Acción Comunal, de la Asociación Nacional de
Usuarios Campesinos (ANUC), de los programas de capacitación para la participación popular adelantada por el SENA, de los Hogares de Bienestar Familiar, son muestras de vincular a la población a la dinámica del orden social imperante. Es un hecho que el Estado no ha sido capaz de satisfacer las necesidades básicas de grandes sectores de la población y que su presencia en el territorio nacional es precaria.
Como consecuencia de esto y motivado por sus carencias y problemas, algunos
sectores sociales se han organizado para estudiar, buscar alternativas y dar solución a su situación, recurriendo al Estado solamente para exigirle el cumplimiento de sus funciones. Son movimientos populares que encuentran una identidad en sus problemas y que persiguen ante todo defender sus intereses y satisfacer sus necesidades a través de métodos de participación de los individuos que conformará el grupo social, es una condición indispensable para alcanzar los objetivos y las metas. La planeación participativa aplicada por las instituciones estatales, no tiene como fin la gestión y consolidación de un modelo económico propio, sino que se encasilla dentro del modelo adoptado por el gobierno de turno o el impuesto por las presiones de las instituciones financieras internacionales. En la coyuntura actual, estos procesos responden a la dinámica del neoliberalismo y al énfasis en la importancia de la asunción de responsabilidades en la reproducción del sistema capitalista por parte de la sociedad civil.
1.1. SIGNIFICACION DEL PROCESO DE REFORMA ESTATAL Y LA
DESCENTRALIZACION EN COLOMBIA (DECADA DE LOS AÑOS 80).
“El proceso de descentralización, iniciado en el país a comienzos de la década de
los 80, ha sido considerado por CARLOS F. ARANGO y VICTOR MAYORGA”1 como parte fundamental de una estrategia de desarrollo económico y de reactivación de las economías regionales. Dicha tesis descansa sobre dos supuestos básicos. En primer término, supone que la descentralización puede facilitar el proceso de desarrollo de las regiones en especial de las más atrasadas. Este supuesto no es más que la aplicación al caso regional de la tesis de HIRSCHMAN, según la cual el desarrollo de nuestros países no se debe exclusivamente a la escasez de capital y de mano de obra calificada, sino además a que las decisiones de las instituciones encargadas de dirigir el proceso de desarrollo son inadecuadas e insuficientes. Si esta tesis no fuese cierta, entonces no se podría concluir que la descentralización, que es ante todo un esquema político administrativo que actúa fundamentalmente sobre el proceso de toma de decisiones del Estado en su conjunto, puede inducir el desarrollo económico de una región.
En segundo término Arango y Mayorga acogen la tesis estructuralista sobre el
desarrollo regional equilibrado que sostiene que para un país es preferible, tanto en términos de crecimiento como de distribución social del ingreso, dedicar todos sus esfuerzos y especialmente los de inversión a impulsar el desarrollo de las regiones más atrasadas a si sea a costa del desarrollo de las regiones más avanzadas. Ello por cuanto que en estas regiones, que son las más pobladas y donde se concentra buena parte del sector industrial y de servicios. Si se acepta que la descentralización, es un instrumento del desarrollo regional y específicamente del desarrollo de las regiones más atrasadas entonces podemos concluir que también puede ser un instrumento de desarrollo nacional. La descentralización es ante todo un esquema político – administrativo que actúa fundamentalmente sobre el proceso de toma de decisiones del Estado en su conjunto que puede inducir el desarrollo económico de una región.
En este punto se puede plantear una objeción que consistiría en que la
descentralización es un proceso que da una mayor autonomía a todas las regiones y localidades, desarrolladas o atrasadas, y por lo tanto, no se ve como un mecanismo que en principio beneficia a todas las regiones, puede incidir para que las más atrasadas se vean más favorecidas que las desarrolladas. Los modelos de desarrollo seguidos en el país han estado determinados en gran parte por los patrones de acumulación dominantes en el mundo, elemento que incide de manera negativa en la autonomía de los países y de sus regiones, para adoptar sus estilos de desarrollo.
¿Cómo se puede articular la descentralización con el estilo de desarrollo vigente
en el país?
Se demuestra en este caso que la descentralización es parte sustancial del
proceso de reforma del Estado que como tal es un intento de acomodar al Estado a los nuevos patrones de acumulación de capital hoy dominantes. En tal sentido, se harán patentes las contradicciones entre los objetivos que los defensores de la descentralización a ultranza pretender otorgar a esta y el modelo de desarrollo vigente. Frente a esta posición surge la objeción de que se han dejado de lado los objetivos políticos de la descentralización, en el sentido de que esta, antes que ser un instrumento de reorganización administrativa del Estado es fundamentalmente un instrumento para darle legitimidad al Estado y al sistema político frente a la sociedad civil. Los problemas concernientes a la legitimidad del Estado y su sistema político no pueden abarcarse solo desde la perspectiva económica y política ya que la aceptación voluntaria por parte de la sociedad civil de un determinado orden jurídico y de las decisiones y acciones del Estado en concordancia con este, depende de los intereses comunes de esa misma sociedad. Dichos intereses no son siempre los más justos desde un punto de vista ético, por cuanto pueden lesionar y reprimir el modo de vida de las minorías.
Desafortunadamente una buena parte de los intereses colectivos están
determinados, o mejor inducidos por la acción de los medios masivos controlados por los dueños del capital y no por la decisión autónoma de los individuos pertenecientes a la comunidad, así pues, aunque la relación entre legitimidad y descentralización no puede ser plenamente abordada cuando esta última se enfoca desde la perspectiva de los problemas de desarrollo, sí se puede afirmar que la afecta directamente, ya que dichos intereses están determinados en buena parte por las características específicas de los procesos de desarrollo vividos por un país.
1.2. MARCO DE REFERENCIA
1.2.1. MARCO TEÓRICO.
La diferencia clara entre un Estado Social y un Estado simplemente paternalista o
intervencionista es que mientras en este la intervención se produce solo en una sola dirección del Estado a la sociedad, quedando los sujetos limitados a ser elegidos y elegir los representantes sin ninguna obligación frente a sus electores, en el Estado Social es importante la doble intervención del Estado a la sociedad y de la sociedad en el Estado. Por esta razón el constituyente al fortalecer los instrumentos de intervención del Estado de la sociedad amplió y fortaleció los mecanismos de participación, decisión, cogestión, control y fiscalización de las personas y los grupos sociales en la cosa pública.
La democracia representativa que en los albores de la Nación fue un sistema
eficaz, terminó agrietándose y se volvió obsoleta. Los ciudadanos elegían sus representantes que servían como intermediarios entre la comunidad y el Estado. La democracia representativa se distorsionó por cuanto se verificó un distanciamiento entre los electores y los elegidos, se originó un pensamiento de participación ciudadana donde prevaleciera la importancia de la opinión y el voto del ciudadano común. Durante el período colonial rigió un acendrado centralismo (Virreyes, Real Audiencia y Gobernadores). Funcionaron los cabildos municipales que eran instituciones que tenían algún nivel de autonomía local.
A partir de 1810, hasta 1991, Colombia giró en torno a una organización
centralista (Constituciones de 1821, 1830, 1832, 1843, 1853 y 1886) y dos de tendencias federalistas (Constituciones de 1858 y 1863).
La Constitución de 1886 estableció un sistema centralista, autoritario y
presidencialista, modificando el esquema federal imperante en las Constituciones anteriores.
La Constitución Política de 1991, proclama que Colombia es un Estado social de
derecho, (que debe dirigir los proceso políticos, sociales y económicos y prestar los servicios públicos); organizado en forma de República unitaria, (modelo de organización de tipo centralista y predomina el presidencialismo); descentralizada (con autonomía de sus entidades territoriales); democrática (gobierno de todos, elegido popularmente); participativa (el pueblo interviene en la elección de sus autoridades y en la toma de decisiones); y pluralista (tiene en cuenta la heterogeneidad social del país, incluyendo las minorías).
2. MECANISMOS DE PARTICIPACION CIUDADANA
Una de las principales características de toda democracia a un nivel igual a
aquellas que le permiten a los ciudadanos elegir a sus gobernantes y por consiguiente revocarles el mandato en los casos expresamente autorizados en la ley, es aquella que permite la participación de los miembros de una nación en la toma de decisiones que afectan a la colectividad.
El Congreso de la República mediante la ley estatutaria 134 de 1994 “ Por la cual
se dictan normas sobre mecanismos de participación ciudadana reguló este derecho de todo ciudadano el cual puede ser ejercido mediante uno de los siguientes mecanismos: Iniciativa popular legislativa y normativa, el referendo, la consulta popular de los órdenes nacional, departamental, distrital, municipal o local, la revocatoria del mandato, el plebiscito y el cabildo abierto, también se establece las normas fundamentales por las que se regirá la participación democrática de las organizaciones civiles.
La regulación de estos mecanismos no impedirá el desarrollo de otras formas de
participación ciudadana en la vida política, económica, social y cultural y el ejercicio de otros derechos políticos no mencionados en ésta ley.
La nueva Constitución destaca que para que la comunidad organizada participe en
la toma de decisiones principales, podrá hacer uso de los siguientes mecanismos de participación: 2.1. EL REFERENDO
Es la convocatoria que se hace al pueblo para que apruebe o rechace un proyecto
de norma jurídica o derogue o no una norma ya vigente. El referendo puede ser nacional, departamental, distrital, municipal o local.
2.1.1. Referendo derogatorio. Es el sometimiento de un acto legislativo, de
una ley, de una ordenanza, de un acuerdo o de una resolución local en alguna de sus partes y en su integridad a consideración del pueblo para que éste decida si lo deroga o no.
2.1.2. Referendo aprobatorio. Es el sometimiento de un proyecto de acto
legislativo, de ley, de ordenanza, de acuerdo o de resolución local, de iniciativa popular que no haya sido adoptado por la corporación pública correspondiente a consideración del pueblo para que éste decida si lo aprueba o lo rechaza total o parcialmente.
Un número de ciudadanos no menor al diez por ciento del censo electoral
nacional, departamental, municipal, distrital o local, según el caso, podrá solicitar ante el Registrador del Estado Civil correspondiente la convocatoria de un referendo para la aprobación de un proyecto de ley, de ordenanza, de acuerdo o de resolución local de iniciativa popular que sea negado por la corporación respectiva o vencido el plazo de que trata el artículo 163 de la Constitución Política, o solicitar la derogatoria total o parcial de leyes, ordenanzas, acuerdos o resoluciones locales.
2.1.3. Referendo Constitucional. A iniciativa del gobierno o de un grupo de
ciudadanos no menor del 5% del censo electoral, el Congreso, mediante ley que requiere la aprobación de la mayoría de los miembros de ambas cámaras podrá someter a referendo un proyecto de reforma constitucional que el mismo Congreso incorpore a la ley. El referendo será presentado de manera que los electores puedan escoger libremente en el temario o articulado que voten positivamente y que voten negativamente. La aprobación de reforma a la Constitución por vía de referendo requiere voto afirmativo de más de la mitad de los sufragantes y que el número de éstos exceda de la cuarta parte del total de ciudadanos que integran el censo electoral.
Pueden ser objeto de referendos los proyectos de ley, de ordenanzas, de
acuerdos o de resolución local que sean de la competencia de la corporación pública de la respectiva circunscripción.
Cuando se trate de un referendo de carácter nacional, departamental, municipal o
local, la votación no podrá coincidir con ningún otro acto electoral, ni podrá acumularse la votación de más de tres referendos para la misma fecha.
El referendo deberá realizarse dentro de los seis meses siguientes a la
presentación de la solicitud.
2.2. LA CONSULTA POPULAR
Es la institución mediante la cual una pregunta de carácter general sobre un
asunto de trascendencia nacional, departamental, municipal, distrital o local es sometida por el Presidente de la República, el gobernador o el alcalde, según el caso, a consideración del pueblo para que éste se pronuncie formalmente al respecto.
En todos los casos, la decisión del pueblo es obligatoria.
Cuando la consulta se refiera a la conveniencia de convocar una asamblea
constituyente, las preguntas serán sometidas a consideración popular mediante ley aprobada por el Congreso de la República.
2.2.1. LA CONSULTA POPULAR NACIONAL.
Es un sondeo de opinión sobre una determinada política sobre una opción
normativa o en fin, sobre asuntos de interés general. La ley estatutaria es la encargada de diferenciar este mecanismo de los antes enunciados, pero en principio puede afirmarse que la consulta se aplica para decidir cuestiones de carácter general. El Presidente de la república con la firma de todos los ministros y previo concepto favorable del Senado de la República podrá consultar al pueblo una decisión de trascendencia nacional. No se podrán realizar consultas sobre temas que impliquen modificación a la Constitución Política. La decisión tomada por el pueblo en la consulta popular será obligatoria; se entenderá que ha habido una decisión obligatoria del pueblo, cuando la pregunta que le ha sido sometida ha obtenido el voto afirmativo de la mitad más uno de los sufragantes, válido siempre y cuando hayan participado no menos de la tercera parte de los electores que componen el respectivo censo electoral. En la consulta popular nacional, el texto que se someterá a la decisión del pueblo, acompañado de una justificación de la consulta y de un informe sobre la fecha de la realización, será enviado por el Presidente de la República al Senado para que dentro de los vente días siguientes emita concepto favorable por decisión de mayoría de sus miembros. El Senado podrá prorrogar este plazo en diez días más. El gobernador o el alcalde solicitarán a la asamblea del concejo o a la junta administradora local un concepto sobre la conveniencia de la consulta de carácter departamental, municipal o local en los mimos términos y con los mismos requisitos de la consulta nacional. Si ésta fuera desfavorable, el gobernador o el alcalde no podrán convocar la consulta. El texto de la consulta se enviará al tribunal contencioso administrativo competente para que se pronuncie dentro de los 15 días siguientes sobre su constitucionalidad.
2.3. EL CABILDO ABIERTO
Es la reunión pública de los concejos distritales, municipales o de las juntas
administradoras locales, en la cual los habitantes pueden participar directamente con el fin de discutir asuntos de interés para la comunidad en cada período de sesiones ordinarias de los concejos municipales o distritales, o de las juntas administradoras locales. Deben elaborarse por lo menos dos cabildos abiertos en cada periodo de sesiones en las que se considerarán los asuntos que los residentes del municipio, distrito o localidad, comuna o corregimiento soliciten ser estudiados y de competencia de la corporación respectiva. Un número no inferior al cinco por mil del censo electoral del municipio, distrito, localidad, comuna o corregimiento según el caso, podrán presentar ante la secretaría de la respectiva corporación la solicitud razonada para que sea discutido un asunto en cabildo abierto con no menos de quince días de anticipación a la fecha de iniciación del período de sesiones. Las organizaciones civiles podrán participar en todo el proceso de convocatoria y celebración de los cabildos abiertos. Podrá ser materia del cabildo abierto cualquier asunto de interés para la comunidad. Sin embargo, no se podrán presentar proyectos de ordenanza, acuerdos o cualquier otro acto administrativo. En los cabildos abiertos se tratarán los temas en el orden que fueron presentados ante la respectiva secretaría. A los cabildos abiertos podrán asistir todas las personas que tengan interés en el asunto. Terminado el cabildo, dentro de la semana siguiente; en audiencia pública a la cual serán invitados los voceros, el presidente de la respectiva colaboración dará respuesta escrita y razonada a los planteamientos y solicitudes ciudadanas. Cuando trate de un asunto relacionado con inversiones públicas municipales o locales, la respuesta deberá señalar el orden de prioridad de las mismas dentro del presupuesto y los planes correspondientes.
2.4. EL PLEBISCITO
Es la convocatoria directa al pueblo para que de manera autónoma defina su
destino. Es la definición de la política a seguir o incluso de la consulta obligatoria sobre la situación de quienes conforman el gobierno. El Presidente de la República con la firma de todos los ministros podrá convocar al pueblo para que se pronuncie sobre las políticas del ejecutivo que no requieran aprobación del Congreso, excepto las relacionadas con los estados de excepción y el ejercicio de los poderes correspondientes. El Presidente deberá informar inmediatamente al Congreso su intención de convocar un plebiscito, las razones para hacerlo y la fecha en que se llevará a cabo la votación, la cual no podrá ser anterior a un mes, ni posterior a cuatro meses, contados a partir de la fecha en que el Congreso reciba el informe del Presidente. El plebiscito no podrá coincidir con otra elección cuando dentro del mes siguiente a la fecha en que el Presidente haya informado sobre su intención de realizar un plebiscito, ninguna de las dos cámaras, por la mayoría de asistentes haya manifestado su rechazo, el Presidente deberá convocarlo. En ningún caso el plebiscito podrá versar sobre la duración del período constitucional del mandato presidencial, ni podrá modificar la Constitución Política. El pueblo decidirá en plebiscito por la mayoría del censo electoral.
2.5. LA REVOCATORIA DEL MANDATO
Es una figura de consecuencia directa de la soberanía popular reconocida en el
artículo 3° de la Carta Política. Si el pueblo es soberano, al elegir a sus representantes está otorgando un cierto y determinado mandato que estos no pueden desconocer. Si llegaren a incumplir con el contenido de su mandato, el pueblo, previo el cumplimiento de requisitos exigidos por esta ley para la presentación e inscripción de iniciativas legislativas y normativas, un número de ciudadanos no inferior al 40% del total de votos válidos emitidos en la elección del respectivo mandatario, podrá solicitar ante la Registraduría del Estado Civil correspondiente, la convocatoria a la votación. Para la revocatoria del mandato de un gobernador o un alcalde, solo podrán solicitar la revocatoria quienes participaron en la votación en la cual se eligió el funcionario correspondiente. La revocatoria del mandato procederá siempre y cuando haya transcurrido no menos de un año, contado a partir del momento de la posesión del respectivo mandatario. La Registraduría del Estado Civil certificará que las cédulas de quienes firman el formulario, corresponden a ciudadanos que votaron en las respectivas elecciones. El formulario de solicitud deberá contener las razones que las fundamentaron por la insatisfacción general de la ciudadanía o por el incumplimiento del programa de gobierno. Aprobada la solicitud, el registrador, dentro de los cinco días siguientes informará del hecho al respectivo funcionario. El registrador en coordinación con las autoridades electorales hará la divulgación, promoción y realización de la convocatoria para la votación. Si como resultado de la votación no se revoca el mandato del gobernador o del alcalde no podrá volver a intentarse en lo que resta de su período. Surtido el trámite establecido, la revocatoria del mandato será de ejecución inmediata. Se convoca a elecciones para escoger al sucesor dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que el Registrador correspondiente certificare los resultados de la votación. El funcionario reemplazante dará cumplimiento en lo que fuere pertinente al programa inscrito para la gestión gubernamental en el respectivo período. Si hay alteración del orden público, el Presidente de la República decidirá sobre el aplazamiento de las elecciones respectivas.
2.6. LA INICIATIVA LEGISLATIVA Y NORMATIVA
Es la legitimación constitucional a la ciudadanía para presentar directamente al
Congreso proyectos de ley y de reforma Constitucional. El 5% del censo electoral o el 30% de concejales y diputados podrán presentar ante el Congreso proyectos de ley o de reforma constitucional. La iniciativa popular legislativa y normativa ante las corporaciones públicas es el derecho político de un grupo de ciudadanos de presentar proyectos de acto legislativo y de ley ante el Congreso de la República; de ordenanzas ante las asambleas departamentales, de acuerdo ante los concejos municipales o distritales y de resoluciones ante las Juntas Administradoras Locales, de acuerdo con las leyes que las reglamentan para que sean debatidas y posteriormente aprobadas, modificadas o negadas por las corporaciones públicas. El correspondiente formulario para la inscripción de una iniciativa de solicitud de referendo será elaborado por el Registrador del Estado Civil, de conformidad con las instrucciones del Consejo Nacional Electoral.
Estos son los requisitos:
El nombre, apellidos y número de identificación de los miembros del comité
de propuestas La exposición de motivos. Lugar y dirección de la residencia de quienes lo inscriben El nombre de los organizadores que respaldan la iniciativa El caso de solicitud de referendo derogatorio, el texto de norma que se pretende derogar, el número que la identifica y la fecha de su expedición. Cuando la iniciativa legislativa sea promovida por concejales o diputados de municipios y departamentos respectivos.
2.6.1. RESPALDO DE LA INICIATIVA POPULAR LEGISLATIVA Y
NORMATIVA ANTE LAS CORPORACIONES PÚBLICAS. Para que una iniciativa popular de acto legislativo, de ley, de ordenanza, de acuerdo o de resolución local sea presentada ante la respectiva corporación pública, deberá contar con el respaldo de por lo menos el cinco por ciento (5%) de los ciudadanos inscritos en el censo electoral correspondiente.
Cuando las iniciativas populares, legislativas y normativas promovidas por
Concejales o diputados sean de ley, requerirán de un respaldo del treinta por ciento (30%) de los concejales o diputados del país.
2.7. EL VOTO
La Constitución Política de 1991 en desarrollo del principio de la soberanía
popular y de la democracia participativa, consagró como forma de participación el voto. El voto es el acto de voluntad a través del cual el ciudadano participa bien en la elección de sus representantes para la dirección y administración del Estado, bien en la escogencia de una determinada opción normativa. El voto como ejercicio concreto del derecho al sufragio en el contexto axiológico de la Carta de 1991 solo puede ser universal, secreto y libre. De otra parte las elecciones deben ser libres, periódicas, abiertas y de hechos susceptibles de garantizar la alternativa en el poder político cuando la mayoría así lo decida. Los servidores que se eligen por voto directo son: Presidente de la República, Vicepresidente de la República, Senadores, Representantes, Gobernadores, Diputados, Alcaldes, Concejales, Miembros Junta Administradora Locales, y las demás que la Constitución señale.
En desarrollo del artículo 259 de la Constitución Política se entiende por voto
programático el mecanismo de participación mediante el cual los ciudadanos que votan para elegir gobernadores y alcaldes, imponen como mandato al elegido el cumplimiento del programa de gobierno que haya presentado como parte integral en la inscripción de su candidatura. El desarrollo de los artículos 40 y 103 de la Constitución Política, la revocatoria del mandato por el incumplimiento del programa de gobierno, es un mecanismo de participación popular, en los términos de esta ley.
Los candidatos a ser elegidos popularmente como gobernadores y alcaldes
someterán a consideración de la ciudadanía un programa de gobierno que harán parte integral de la inscripción ante las autoridades electorales respectivas, debiéndose surtir posteriormente su publicación en el órgano oficial de la entidad territorial respectiva, o en su defecto, las administraciones departamentales o municipales ordenarán editar una publicación donde se den a conocer los programas de todos los aspirantes, sin perjuicio de su divulgación pública de acuerdo con la reglamentación en materia de uso de medios de comunicación. 2.8. JUNTAS ADMINISTRADORAS LOCALES Con el fin de mejorar la prestación de los servicios y asegurar la participación de la ciudadanía en el manejo de los asuntos públicos de carácter local, los concejos pueden dividir sus municipios en comunas cuando se trate de áreas urbanas y en corregimientos en el caso de las zonas rurales.
En cada una de las comunas o corregimientos habrá una junta administradora
local de elección popular integrada por no menos de cinco (5), ni más de nueve (9) miembros elegidos por votación popular para períodos de tres (3) años que deberán coincidir con el período de los concejos municipales.
Los miembros de las Juntas Administradoras Locales cumplirán sus funciones ad
honorem, así:
1. Participar en la elaboración de los planes y programas municipales de
desarrollo económico, social y de obras públicas.
2. Vigilar y controlar la prestación de los servicios públicos municipales en su
comuna o corregimiento y las inversiones que se realicen con recursos públicos.
3. Formular propuestas de inversión ante las autoridades nacionales,
departamentales o municipales encargadas de la elaboración de los respectivos planes de inversión.
4. Distribuir las partidas globales que les asigne el presupuesto municipal.
5. Ejercer las funciones que les deleguen el concejo y otras autoridades
locales.
Las asambleas departamentales podrán organizar juntas administradoras locales
para el cumplimiento de las funciones que les señale el acto de su creación en el territorio que este mismo determine.
Los actos de las Juntas Administradoras Locales se denominarán resoluciones.
En las votaciones que se realicen en las elecciones de las Juntas
administradoras Locales solo podrán participar los ciudadanos inscritos en el censo electoral que para cada comuna o corregimiento establezcan las autoridades competentes.
Para ser elegido miembro de Juntas Administradoras Locales se requiere ser
ciudadano en ejercicio y haber residido o desempeñado alguna actividad profesional o laboral en la respectiva comuna o corregimiento, por lo menos durante los seis (6) meses anteriores a la fecha de la elección. La Registraduría Nacional del Estado Civil organizará y vigilará el proceso de elección de las Juntas Administradoras Locales.
Las Juntas Administradoras Locales expedirán su propio reglamento en el cual se
determinen sus sesiones y en general, el régimen de su organización y funcionamiento.
Las Juntas Administradoras Locales estarán sometidas al régimen del control
fiscal establecido para el respectivo municipio.
El control jurisdiccional de los actos, contratos, hechos y operaciones de las
comunas o corregimientos es competencia de la jurisdicción de lo contensioso administrativo, en los términos señalados en el orden municipal. CONCLUSIONES
Se debe imponer la práctica a hacer planes de desarrollo y la ejecución de
programas concertados con la comunidad.
Fortalecer la participación de las organizaciones sociales alrededor de los
comités en la toma de decisiones.
Ampliar los espacios para el ejercicio de la democracia participativa,
enfatizándola en la descentralización como formadora de las maneras de control y participación ciudadana.
Adaptar medidas de prevención y divulgación de los mecanismos de
participación democrática, para que la gente conozca sus bondades y la forma de utilizarlos.
Buscar la interrelación entre las instituciones y el pueblo para la formación
de conducta ciudadana que acerquen al poder real para garantizar el bienestar y la paz. BIBLIOGRAFIA
ARANGO, Carlos Y MAYOGA, Víctor. La versión colombiana del modelo
INFORUM. Banco Central Hipotecario. Bogotá, 1988.
CASTRO, Jaime. Elección Popular de alcaldes. Editorial oveja negra. 1987.
Constitución Política de Colombia 1991. Ley 134 de 1944. Mecanismos de participación ciudadana.
Ley 136 de 1994. Organización y funcionamiento de los municipios. Manual de
Constitución de los Comités de Desarrollo y Control Social. MORENO, Carlos y otros. Laberinto de la Descentralización. ESAP. Plan Nacional de Rehabilitación Historia Oficial. Presidencia de la República.
Red de Solidaridad Social. Santafé de Bogotá. Presidencia de la Rep