Sunteți pe pagina 1din 21

UNIVERSIDAD DE LA FRONTERA

FACULTAD DE CS. JURÍDICAS Y EMPRESARIALES


DEPTO. CIENCIAS JURÍDICAS

CORPUS IURIS CIVILIS


La gran obra de Justiniano I

Profesor: Ramón Valdivieso Ducci


Integrantes: Madeley Quiroz
Ignacia González
Katalina Alamos
Manuel Sanhueza
David Catrilaf
Gabriela Barría
Asignatura: ​Aspectos Históricos del Derecho
​ Fecha: 17 de abril de 2019
Índice

Introducción 3

Contexto histórico 5

El Corpus Iuris Civilis 10

Componentes 11

Importancia 1​5

Conclusión 1​8

Bibliografía 20
Introducción

Para comenzar a tratar el tema del ​Corpus Iuris Civilis​, hay que empezar diciendo que la
primera vida del Derecho Romano privado comprende desde las doce tablas (450 a.C), hasta la
compilación Justinianea iniciada en el año 529 d.C.
Esta última le debe su nombre a Justiniano I, quien fue un importante emperador del
Imperio bizantino durante los años 527-556, creador del Corpus Iuris Civilis, el libro de derecho
más importante de la historia, conformado por una recopilación de Derecho Romano. Este
texto ha sido muy influyente, ya que ha trascendido a través del tiempo, siendo conocido y
tomando gran protagonismo en la actualidad.
Para comprender qué es el ​Corpus iuris civilis, ​es necesario saber quién fue Justiniano I y
el contexto histórico en la que estaba inmersa la creación de su obra. Su trabajo fue tan
metódico e incluso considerado una obra maestra para su época, que es necesario describirla
desde un punto de vista netamente objetivo, definiéndose, explicando su elaboración, y por
supuesto recalcando la gran importancia que tuvo.
Es bastante particular el plantearnos como sería nuestro Derecho si no se hubiera
tenido la noción del Derecho Romano a través de muchos autores, tales como Justiniano, o
bien, ¿Qué habría sido del Derecho actual si no hubiese sido compilado el ​Corpus Iuris Civilis​?,
es posible que nuestras bases se hubieran desarrollado a partir de un Derecho Romano vulgar,
carente de todo orden, y aunque no se puede establecer la calidad del ordenamiento jurídico,
de no existir tal obra, si se puede afirmar que nuestras sociedades serían totalmente distintas,
ante la ausencia de tales influencias.
Por lo tanto, el objetivo de este ensayo será explicar en qué consiste la obra de
Justiniano I, demostrando a la vez la enorme importancia que implica en el derecho
internacional, tanto europeo como americano.
Nos daremos cuenta la dimensión del legado de este emperador, que pudiendo centrar
sus intereses en otras temáticas, quiso encaminarse al área de las ciencias jurídicas y ser un
pionero en la materia. También nos daremos cuenta que sin importar la época, este honorable
hombre, inteligente y sagaz, fue capaz de movilizar a grandes autores, y personajes de la época,
todos estos inspirados por un mismo fin.
Contexto histórico

Flavius Petrus Sabbatius Justinianus, nació un 11 de mayo del año 482 d.C. en Tauresio,
Macedonia. Perteneció a una familia humilde de origen romano, sus padres fueron pastores y al
crecer también llevó a cabo este oficio siendo pastor de las provincias de Oriente. Toda su niñez
y parte de su adolescencia estuvo marcada por una vida sumamente difícil debido a la pobreza
que lo rodeaba, sin embargo soñaba con escapar de sus penurias y viajar a la capital
Constantinopla, ubicada actualmente en Estambul, urbe más grande de Turquía, entre Europa y
Asia.
Al nacimiento de Petrus Sabbatius, Occidente se encontraba en total descontrol, dado
que ningún emperador podía cumplir con eficacia su tarea. Roma estaba en manos de los
Godos y el poder se concentraba en Oriente.
Justino, tío de Justiniano I, abandona Tracia para transformarse en oficial de la guardia
del palacio del emperador de Oriente. Es aquí cuando Justiniano, a temprana edad, se
desprende de la vida campesina para llegar al ejército, considerando que la vía militar en ese
entonces era muy empleada para alcanzar prosperidad y poder, además, Justiniano no llegó a la
capital como una persona corriente, sino como pariente de alguien sumamente notable en la
jerarquía imperial. Es así como se integra a la vida elegante de la ciudad con sus privilegios de
cortesano, siempre bajo la protección de su tío. Las nuevas amistades y vínculos que
ostentaban el poder le permitieron entrar a las redes de mando y más tarde gobernar durante
casi cuarenta años llevando a cabo el último intento de reunificar el mundo romano.
En el año 518, el emperador Anastasio muere, las cortes de Constantinopla no tenían
asegurado un sucesor, después de largas charlas tienen un elegido, Justino es el nuevo
emperador.
Justino no tenía descendencia, pero sí un brazo derecho, su sobrino Petrus Sabbatius, a
quien adopta como hijo y futuro heredero siendo rebautizado como Justiniano.
Justiniano en sus cuarenta años de vida se le otorga el puesto de cónsul, un cargo
honorífico pero no exento de poder. Uno de sus atributos era organizar colosales juegos en el
hipódromo. Es ahí donde conoce a una artista que presentaba números, proveniente de una
familia dedicada a la actividad circense, Teodora. Justiniano se enamora de ella y prontamente
se casan, causando revuelo en la aristocracia de Constantinopla, ya que, ella no pertenecía al
mismo estrato social de su marido.
Ahora bien, como ya se mencionó anteriormente antes de la llegada de Justiniano al
trono, él ya había formado parte del anterior reinado de su tío Justino, quien estuvo en el trono
durante los años 518 a 527, siendo éste su consejero principal. Por lo tanto, Justiniano fue
alguien que tuvo un rol importante y que influyó en las decisiones del emperador, es más, se ha
llegado a considerar el reinado de Justino como uno ‘’compartido’’ por él y su sobrino, incluso
antes de que Justiniano fuera considerado formalmente como co-emperador. (Roberto Zapata,
s.f).
A la muerte del aquel entonces emperador, el día 1 de agosto del año 527, Justiniano es
quien hereda el trono, obviamente no era un novato, ya que tenía conocimientos previos sobre
la manera en cómo gobernar un imperio. En esa etapa la corte era bastante intrincada, tanto el
emperador como la emperatriz estaban al tanto de su protocolo, esto porque ambos provenían
de un entorno social bajo y necesitaban resaltar su condición para así mantenerse a salvo de
asesinos y de la aristocracia romana.
En la intimidad del palacio, Justiniano dio inició a planes codiciosos, partiendo con su
primera empresa destinada a la creación del derecho romano, pues pretendía regular la
organización de las leyes confiando en el control que ejercía en la sociedad.
Algunas decisiones de Justiniano, específicamente el elegir buenos consejeros, pero que
a la vez no eran del agrado de la población, provocaron que casi fuera expulsado de su trono al
inicio de su reinado. No obstante, fue en el año 532 que empezaría la rebelión llamada Niká,
una de las más recordadas y graves de aquella época. Niká significa ‘‘victoria’’ y proviene de un
grito que utilizaban algunas personas en el hipódromo de Constantinopla para demostrar su
apoyo a distintos grupos de colores que participaban en las carreras. Esos colores eran verdes,
azules, rojos y blancos. Los más poderosos eran los azules y verdes, ambos eran contrarios
entre sí. Los primeros estaban constituidos por ortodoxos, la nobleza senatorial y terrateniente
de Constantinopla, quienes tenían intereses en los Balcanes y eran partidarios de una
intervención en Occidente, mientras que los verdes estaban conformados por grandes
comerciantes, arrendatarios de bienes públicos y servicios, con intereses económicos y apoyos
en las provincias orientales, también eran monofisitas, es decir, formaban parte de una
doctrina teológica que sostiene que Jesús está presente en la naturaleza divina, pero no en la
humana. La relación que tenían estos equipos con la sociedad, es que la ciudad se encontraba
repartida en distritos llamados ‘’demoi’’, en donde cada uno de estos tenían organizaciones o
‘‘cúpulas de poder’’ que estaban dominadas por pequeños números de personas que
obviamente tenían influencias políticas y económicas. El problema es que estas cúpulas
utilizaban el sufrimiento de las personas que se encontraban en estado de empobrecimiento,
como una forma de presionar, para así obtener poder, ya que la gente necesitada veía en la
victoria de sus dirigentes la única posibilidad de poder salir por fin de su miseria. (‘‘Justiniano y
la crisis’’, s.f.)
Esta rebelión comenzó con la unión de estos grupos-colores que en un principio se
encontraban divididos, pero que ahora se unieron para enfrentar a Justiniano y a su gobierno
imperial. El emperador decidió despedir a algunos de sus ministros que no eran del agrado de la
gente popular, entre ellos se encontraba Triboniano, un jurista, quien era su más cercano. El
pueblo no se conformó con eso, querían derrocar a Justiniano y reemplazarlo por Hipacio,
quien era un senador, pero sobrino del antiguo emperador Anastasio I.
Justiniano no podía soportar más la situación en la que se encontraba, incluso consideró
escapar, pero finalmente no lo hizo gracias a los dichos de su esposa, la emperatriz Teodora,
quien decía que prefería morir antes que perder la dignidad imperial, por lo tanto, la lucha
comenzó. La lealtad de las tropas siempre estuvo al lado del gobierno y fue así como Justiniano
triunfó y se mantuvo en su trono. Se dice que murieron miles de ciudadanos en el hipódromo,
además que según órdenes de la emperatriz, se mandó a asesinar a los sobrinos de Hipacio
para que así no desaparecieran los problemas con respecto al emperador y su trono. Es posible
que lo único positivo que se podría rescatar de toda la destrucción causada, fue que más tarde
se pudieron construir nuevos y mejores edificios, entre ellos la Iglesia de Santa Sofía, que
durante varios años fue una catedral ortodoxa bizantina, famosa por su gran cúpula y, también
por ser la catedral con mayor superficie del mundo por casi mil años. (‘‘Justiniano y la crisis’’,
s.f.)
Luego del triunfo de Justiniano en la rebelión de Niká, él se enfocó en reformas internas
y también en una expansión militar en Occidente, todo esto fue denominado como ‘‘Renovatio
Imperii’’, que tenía como objetivo recuperar los territorios que antes eran parte del Imperio
Romano de Occidente y que en ese momento se encontraban bajo el dominio de los bárbaros.
Esto se considera como una misión divina que debía ser cumplida por Justiniano, quien era un
emperador cristiano romano ​‘’​Gobernando, por obra de Dios, nuestro imperio, que nos fue
entregado por la autoridad celestial, felizmente acabamos las guerras, honramos la paz y
preservamos la prosperidad del Estado; y de tal modo apoyamos nuestros ánimos en el auxilio
de Dios omnipotente, que ni confiamos en las armas ni en nuestros soldados ni en los generales
ni en nuestro ingenio, sino que ponemos toda esperanza en la sola providencia de la augusta
Trinidad, de quien procedieron los elementos de todo el mundo y produjo su orden en el orbe de
la tierra’’ (Constitutio Deo Auctore, sobre la concepción del Digesto. Traducción por Pedro
León). Aquella misión fue cumplida y considerada como uno de los mayores logros del reinado
de este emperador, ya que a pesar de que era un deber divino que tenía que ser cumplida por
Justiniano, también se encontraba apoyada por la población. Dicha misión estuvo dirigida por
Belisario quien era un distinguido militar. Se pudo recuperar el sur de la península Ibérica, el
norte de África y casi toda Italia. No obstante, no todo el resultado fue positivo, ya que debido a
los excesivos gastos realizados para la conquista y al mismo tiempo para las enormes
construcciones arquitectónicas como la ya mencionada Iglesia de Santa Sofía, el Imperio quedó
muy desgastado económicamente, tanto así que luego del reinado de Justiniano, sus sucesores
no pudieron evitar perder los territorios que habían sido conquistados con éxito anteriormente,
como las tierras de Egipto, Palestina y Siria, que fueron las mayores pérdidas, puesto que
conformaban una parte muy amplia del Imperio.
Retomando el contexto del reinado de Justiniano, hay que decir que su reinado se vio
envuelto en varias otras guerras además de las ya mencionadas. Entre estas se encuentra la
guerra contra el Imperio sasánida, ocurrido entre los años 527 al 532, en donde las tropas
guiadas por Belisario perdieron la batalla de Calinico. Sin embargo, en el año 531, Justiniano
firmó un tratado de paz con el sucesor del antiguo rey, este tratado fue mejor conocido como
Paz eterna, debido a que no tenía una duración definida. Sin embargo, el siguiente rey, Cosroes
I puso término al tratado en el año 540.
Cabe mencionar que luego de estos relevantes acontecimientos, les sucedieron varios
más, que no son menos importantes, pero que sólo serán mencionados debido a que más
adelante nos enfocaremos en la importancia del ​Corpus Iuris Civilis.​ Entre aquellos se
encontraban las campañas contra el reino vándalo entre los años 533 y 534, contra el reino
ostrogodo entre los años 535 y 540 y después entre los años 541 y 554, otra guerra contra el
Imperio sasánida entre los años 540 y 562 y campañas contra el reino visigodo el año 552.
El ​Corpus Iuris Civilis

Corpus Iuris Civilis es el nombre por el cual se le conoce al compendio del Derecho Civil,
que fue intitulado y editado por el humanista Dionisio Godofredo en Ginebra (Goddard, 1986).
Esta compilación del Derecho Civil Romano mandada a hacer por el Emperador Romano de
Oriente, Justiniano I, constaba de cuatro obras o partes, las cuales eran el Código, el Digesto, las
Instituciones y las novelas.
No traducimos Corpus Iuris Civilis como Cuerpo del Derecho ‘civil’ Romano porque nos
llevaría a pensar que el ius civilis (derecho del ciudadano romano) regulaba solo las relaciones
patrimoniales de los romanos, como el Derecho Civil actual. El ius civilis también regulaba los
delitos, como se muestra en el libro IX del Codex repetitae praelectionis, que está dedicado al
Derecho criminal, o los libros XLV, XLVI, XLVII, XLVIII, XLIX, L de la Digesta sive pandectae que
también contienen normas sobre delitos públicos y privados, y las penas.
Por esto traducimos Corpus Iuris Civilis, como Cuerpo De Derecho Del Ciudadano
Romano.
La denominación de “civil” obedeció a la necesidad de distinguir el acervo jurídico civil,
en el sentido de derecho secular y en contraposición al derecho de la Iglesia, del conjunto de las
obras del derecho canónico clásico, que fue publicado primeramente en el año 1503, por Jean
Chappuis en París bajo el título de Corpus Iuris Canonici (Rodríguez, 1983). En contraparte el
Corpus Iuris Civilis constituye una de las obras fundamentales de la cultura occidental y que sin
duda ha tenido mucha influencia en otras culturas, por lo que cuya importancia es mayúscula.
(Churruca, 1997)
El Derecho Romano, en sus soluciones materiales e instituciones jurídicas propias,
constituye ante todo un ordenamiento jurídico pretérito, históricamente delimitado y
definitivamente concluso, que ofrece un interés más bien propedéutico, pero principalmente
anecdótico, para los estudiantes de derecho. Sin embargo, es posible distinguir frente a las
instituciones materiales del Derecho Romano histórico, un perfil formal perdurable, que ha
ejercido una favorabilísima influencia en el desarrollo de la filosofía, la ciencia y la práctica del
derecho occidental y que todavía goza de un extraordinario valor formativo para los abogados
de nuestra época. (Orestano, 1997).
Por lo que respecta propiamente a la estructura formal del Corpus Iuris Civilis, conviene
remontarnos a los orígenes de la compilación jurídica justinianea. Dicha compilación, como es
de sobra sabido, fue parte fundamental del proyecto político de restauración romanista
emprendida por el Emperador Justiniano y supuso un esfuerzo monumental de recopilación del
Derecho Romano, tanto para su mitad oriental que gobernaba desde Bizancio, como para la
parte occidental que había caído en manos de los bárbaros germánicos y que pretendió
reconquistar destacando en Occidente sus fuerzas al mando del General Belisario. (Polo, 2007).
En el anterior sentido, la compilación justinianea no estuvo motivada por un afán
cultural clasicista, sino más bien por un interés político de unificación jurídica. Por eso mismo,
Justiniano ordenó compilar, poner al día y abstenerse de comentar su recopilación (Baliño,
2005).

Componentes
Al cabo de unos cuantos meses después de ascender al poder, en 528, Justiniano,
encargó a una comisión de diez miembros, entre los cuales y los más destacados se
encontraban Juan de Capadocia, Teófilo y Triboniano a redactar un colección de leyes (leges)
que por función debían sustituir los anteriores Códigos Gregoriano, Hermogeniano y
Teodosiano, logrando y proporcionado una recopilación completa y sobre todo actualizada de
las constituciones imperiales, a fin de racionalizar la actividad de los tribunales existentes hasta
entonces en la época (Polo, 2007). El Emperador Justiniano I, concedió a la comisión
anteriormente mencionada, poderes o potestades para modificar, resumir, adaptar y
modernizar los textos de las constituciones. La compilación fue pronto llevada a cabo y
publicada en el año 529 con la Constitución “Summa rei publicae”, que prohibía al mismo
tiempo la utilización de los códigos anteriores, considerándolo penalmente perseguible como
delito de falsedad.
Esta primera edición del primer Código de Justiniano I tuvo una duración relativamente
breve, de hecho, se sustituyó por otra en el año 534 aproximadamente por un nuevo Codex
(código) del cual no se tiene mucha información actualmente, de hecho, a través de un papiro
de Oxirrinco nos ha llegado un fragmento del índice, relativo a los títulos 11-16 del primer libro.
Siguiente de la publicación del Codex o Código, Justiniano I quiso seguir avanzando en
este proyecto del cual es reconocido, logró comandar la realización de una gran compilación de
iura, destinada por un lado a rescatar del olvido los escritos de la jurisprudencia clásica romana,
y por otro lado a crear textos de leyes vigentes (Fenochio, 1993). Esta compilación se denominó
“Digesta”, denominadas a partir de la Edad Media en singular como el Digesto (del latín
digerere que significa disponer ordenadamente), también conocidas por su nombre griego
“Pandectas” (de pandectae que quiere decir que lo abarca todo) son una compilación o
antología de fragmentos de opiniones y dictámenes jurisprudenciales (iura) elaboradas por los
principales juristas romanos.
La confección del Digesto fue encomendada por la Constitución “Deo auctore” en el año
530, a una Comisión de dieciséis miembros, entre los que destacaron los profesores Teófilo,
Doroteo e Isidoro y presidida nuevamente por Triboniano. El Digesto fue promulgado por la
Constitución Tanta de 533. (Orestano, 1997)
Ahora bien, la magnitud de la obra, aunada a la extraordinaria rapidez con la que la
comisión concluyó sus trabajos, dio lugar a una dilatada discusión sobre los medios de qué, y
cómo hicieron para culminar un trabajo titánico de reunión y reelaboración de más de
doscientas obras, de entre un universo de más de dos mil que fueron tenidas en cuenta, en el
arco de menos de tres años. (Polo, 2007)
En su estructura, el Digesto se compone en cincuenta libros, divididos a su vez en títulos
que a su vez se subdividen en leyes y parágrafos. (Churruca, 1997)
Luego, el emperador Justiniano consideró necesaria la elaboración de una obra que
​ e Gayo, que habría tenido su origen a mediados
reemplazaría al obsoleto manual ​Institutiones d
del siglo II d.C, y ​“se habría constituido como el libro de introducción al derecho exigido a los
estudiantes del primer año en las escuelas” (Guzmán, 2011). Considerando que ya habían
pasado más de 400 años desde la elaboración de la obra de Gayo, y esto sumado a las varias
reformas introducidas por las ​quinquaginta decisiones y otras leyes reformadoras; la comisión
organizada por el emperador Justiniano e integrada por Triboniano, abogado de
Constantinopla, y otros profesores de la misma ciudad, Teófilo y Doroteo, inicia su trabajo de
elaboración de la obra durante el año 533 d.C, y finalmente el 21 de noviembre del 533 d.C, el
libro Iustiniani Institutiones es publicado incluido como ley en la Constitución ​Imperatoriam
maiestatem.
Pero la elaboración de dicho libro no fue tan sencilla como para describirla en unas
cuantas líneas. ​“Dicha comisión no solo trabajó sobre el propio modelo Gayano, del cual
conservó el orden e incluso el texto es su parte sustancial, si no que también se realizaron
innovaciones de actualización de contenido o la reproducción de algunas otras fuentes”
(Samper, 2009). Nos damos cuenta así del meticuloso trabajo llevado a cabo por una comisión
de no más de tres personas que logró elaborar una obra tan completa como lo es ​Institutiones.
S​ orprende aún más, que no haya tenido su base tan solo en la gran obra de Gayo, si no
que su fuente principal se encuentra en las ​instituciones de Marciano, Paulo, Florentino y
Ulpiano, e incluso en fragmentos de la obra ​Res cottidianae del mismo Gayo. Así mismo fueron
introducidos pasajes de instituciones imperiales y de algunos fragmentos que ya eran parte del
Digesto, toda la información extraída de las fuentes mencionadas con anterioridad permite
comprender que como resultado se obtuvo un texto unificado, completo, fundido y sólido
desde el punto de vista dialéctico.
Para dimensionar aún más el laborioso trabajo llevado a cabo por los designados de
Justiniano es necesario mencionar que a diferencia del Digesto – que conserva en cada
fragmento el libro de origen y la referencia al autor, ​Instituciones de Justiniano, fue redactada
de tal manera que se entendiera como un texto continuo, elaborado netamente por el
emperador, sin conservar mención alguna al modelo o pasaje correspondiente. Se debe dar el
mérito a Justiniano y asumir la gran calidad de una obra dirigida una juventud deseosa de
estudiar la leyes en la época en la cual se publicó, ya que si bien, ​“ ‘Instituciones’ al ser
promulgado en una constitución valía como ley, su finalidad propia fue sustituir la enseñanza
del primer año en las escuelas de derecho al manual de gayo”​ (Guzmán, 1996).
Podríamos entonces concluir que esto corresponde a una elemental destinada a la
enseñanza del derecho, contienen una síntesis de preceptos y doctrina en cuatro libros de
reducida extensión que tal como menciona Machicado (2007), abordan las siguientes materias:
el primero se ocupa del derecho y su división, de las personas, justicia y del Derecho de los
tutores y curadores sospechosos; el segundo sobre las cosas, división y modos de adquirir la
propiedad, derechos reales y los testamentos; el tercero contiene los principios de la sucesión
“ab intesto”, disolución de obligaciones y los contratos; y el cuarto del proceso público ​“Publicis
Iudiciis”​, relacionado con el delito público.
Una vez terminada el Digesto, las instituciones y el código, a partir del 535 d.C,
Justiniano promulgó las llamadas ​Novellae constitutiones, “​ nuevas constituciones” las cuales
según órdenes del propio emperador debían ser recopiladas en un código mismo​, y​ ​que según
Samper corresponden al conjunto de las “nuevas leyes” promulgadas por Justiniano desde la
publicación del ​Codex repetitae praelectionis ​hasta su muerte, es decir entre los años 535 y 565
d.C. Sin embargo, el mismo Justiniano nunca vio cumplido su designio de compilar todas estas
nuevas normas, ya que solo hubo compilaciones privadas, en donde también se incluyeron
normas post Justinianeas.
Podemos mencionar así tres colecciones particulares de las novelas de las cuales se
conoce en la actualidad, las cuales, según Guzmán (1996) ​, serían, en primer lugar, la “Colección
de novelas griegas”, en idioma griego y que consta de 168 novelas, 4 de las cuales pertenecen a
Justino II (emp. 565-578 d.C) y 3 a Tiberio II (578-582 d.C), sucesores de Justiniano, y además se
incluyen 3 constituciones del emperador anteriores al 535 d .C; La segunda, el ​Authenticum ,
cuyo autor es desconocido pero se distingue que su elaboración fue en Italia en el s. XI y consta
de 134 novelas, cuya autenticidad estuvo en duda hasta que los glosadores la afirmaron; y la
tercera, serían compilaciones o resúmenes de novelas, en donde destacamos a dos autores,
Teodoro en el s. VI y Atanasio. La más relevante es el ​Epitome Iuliani,​ que consta de 124 leyes
todas ellas en latín, y elaboradas por Juliano, profesor de Constantinopla, en el año 555 d.C,
que tuvo una gran difusión en la edad media.
Es importante destacar que, tal como afirma Margadant (2016), estas obras ​“dejaron
huella en el derecho neorromanistas”. Además, resulta necesario resaltar que dichas
compilaciones lograron ser reconocidas hasta el día de hoy gracias al emperador Justiniano, y
constituyen una gran fuente de información para entender el entorno social, cultural, judicial, y
el ordenamiento político que existía en la época.
Importancia

La obra de Justiniano es la base de todo estudio jurídico, por lo tanto su influencia ha


perdurado en la historia y el tiempo, sin embargo el impacto de la práctica jurídica bizantina no
fue tan grande como el emperador había esperado, ya que ésta fue demasiado abultada,
clasicista y complicada para los juristas de aquel entonces, es por eso que Ernst Levy lo describe
como ​“la máxima obra legislativa de la historia, que curiosamente, nunca fue aplicada en la
práctica”.
Dentro de esta gran obra majestuosa como lo es el Corpus Iuris Civilis nació el propósito
de dar un alcance universal al Derecho Romano tal como había sido concebido por los clásicos.
Sin esta codificación el sistema jurídico romano se habría perdido para la Europa Medieval y en
consecuencia, para el mundo moderno.
Por lo tanto se podría decir que la obra de Justiniano fue posible gracias a la
conservación del Derecho Romano en las escuelas orientales, principalmente la de
Constantinopla, ya que fue considerada como fuente básica del derecho.
En la investigación del Corpus Iuris Civilis, años después, los glosadores y comentaristas
hicieron grandes aportes al estudio de la ciencia del derecho, descubriendo las principales
estructuras de la codificación del derecho en Francia, posteriormente en América Latina, sobre
todo en Chile con el Código de Napoleón, en el cual su principal fuente es el Corpus Iuris Civilis
de Justiniano.
Esta obra desde el punto de vista histórico es sumamente importante, ya que tuvo como
objetivos en ese entonces dar a los ciudadanos un código práctico y por otra parte poder
conservar la jurisprudencia clásica, además de que su perduración en el tiempo permitió que
tras la caída del Imperio Romano, su derecho pudiese perdurar en el tiempo, y así convertirse
incluso en la base de los ordenamientos jurídicos actuales. Es importante también desde un
punto de vista legislativo, dado que podemos asegurar que Justiniano estableció todas las
partes del Corpus Iuris Civilis obligatorias para todo ciudadano Romano, sin dejar excepción
alguna.
En la actualidad, la mayoría de los Estados occidentales son Repúblicas democráticas
con un sistema de derecho desarrollado, en el cual se tienen en cuenta el bien común de los
ciudadanos y las carencias de éste, sin embargo, estos principios nacen dentro de las épocas de
Roma y Grecia, donde el Derecho moderno es un descendiente directo del Derecho Romano.
Esta aseveración la podemos ver en el concepto de “Ciudadanía”, cuya raíz proviene del latín
“Civitas”, que hacía referencia a la ciudad de Roma, es decir, a ser pertenecientes de ésta, con
derechos y vínculos políticos.
En Roma, no todos los habitantes eran ciudadanos, dado que no todo hombre era
​ na serie
considerado persona, por ende no eran resguardados por el Estado, ser ciudadano da u
de derechos, como por ejemplo, el ​ius suffragii o derecho al voto, el ​ius comercii ​o derecho a
​ simismo, sólo los ciudadanos
hacer negocios y el ​ius connubii o derecho a matrimonio. A
romanos tenían derechos políticos. En la actualidad, las leyes de numerosos Estados
occidentales tienen vestigios de esta tradición. Por ejemplo, en la ​Constitución Política de La
República de Chile​, en el Capítulo ll “Nacionalidad y Ciudadanía”, Art. 13. dice que ​“son
ciudadanos los chilenos que hayan cumplido dieciocho años de edad y que no hayan sido
condenados a pena aflictiva. La calidad de ciudadano otorga los derechos de sufragio, de optar
a cargos de elección popular y los demás que la Constitución o la ley confieran”. Es decir que
sólo las personas con calidad de “ciudadano” puede ejercer el voto y tomar cargos políticos
como en la antigua Roma.
Otro ejemplo señala a Andrés Bello y su fuente inspiradora del Derecho Romano en la
creación del ​Código Civil Chileno, y​ a que en la confección de éste, se basó, sin perjuicio de otras
fuentes inspiradoras, fundamentalmente en las Siete partidas, cuerpo legal impuesto pero de
altísimo valor jurídico, especialmente por la intensa presencia de Derecho Romano en ellas, y
además, en el Código Civil Francés o Napoleónico, que tampoco es ajeno a la influencia jurídica
romana. Con todo, no debe pensarse que Bello sólo se sirvió de dichas fuentes para la
confección del código. Directamente, tomó y adaptó el Derecho del Bajo Imperio, el Derecho
Justiniano especialmente. De este modo, puede observarse que el Derecho Romano concurre a
la formación del Código Civil Chileno tanto directamente como indirectamente.
Otra similitud del Derecho Romano con el moderno lo podemos ver en la teoría de
vitalidad que poseía la doctrina romana, en la que se establece que el nacimiento da el
comienzo a la capacidad jurídica, donde clasificaban la capacidad en capacidad de goce y
capacidad de ejercicio. Nuestra legislación acoge la teoría de vitalidad, dado que el feto se
tratará como nacido cuando se trate de su bien, pero para ser tratado como persona se
requiere que haya nacido vivo. A pesar de no poder realizar actos jurídicos por sí mismo, el
derecho le designa un tutor legal, quien será el responsable, de la misma forma actúa el
Derecho ante problemas mentales, a pesar de no ser personas que puedan actuar de forma
directa en la legislación, el Derecho los ampara.
Por lo tanto, se demuestra que nuestra legislación actual, al igual que la doctrina
romana, estudia las circunstancias que pudieran ser modificadas en el momento del ejercicio,
por lo que se establecen puntos tales como la mayoría de edad, donde un menor se encuentra
bajo la potestad de sus tutores legales, quienes en su representación ejercerán los derechos y
se encargará de éste.
Por otro lado tenemos la concepción de familia que poseían los romanos, que tenían un
fin de defensa social, visto como un pequeño Estado, donde el jefe era el padre de familia,
entendiéndose como una familia a las personas unidas por un mismo vínculo de patria
potestad. Este parentesco solo se transmitía a varones, los cuales tenían derechos que eran
hereditarios, donde los primeros en heredar eran los descendientes legítimos.
De tal forma queda demostrado que en la actualidad hemos adoptado diversos aspectos
del Derecho Romano, como son la perspectiva de patria potestad, un padre con
responsabilidades y poder sobre su familia, al igual que en la actualidad quedan estipuladas las
capitulaciones matrimoniales. También se reflexionó sobre la posibilidad de divorcio, adopción,
reconocimiento de hijos, tutela, responsabilidades, y además se vieron las circunstancias que
podían modificar al momento del ejercicio.
Conclusión
Roma nos aportó culturalmente grandes obras, pero uno de los legados más
importantes y trascendentes en la historia de la humanidad actual es el Derecho.
El Derecho Romano podría entenderse como la columna vertebral del sistema jurídico
de cualquier país, es fundamental en la formación de los estudiantes de derecho, ya que
acarrea las nociones clásicas del ordenamiento jurídico, además de ser el derecho que hasta el
día de hoy fundamenta la legislación de Europa y América, y que ha estado presente en la
formación de abogados desde tiempos inmemorables.
Si bien en varias universidades, la enseñanza del Derecho Romano como tal ya no se
encuentra vigente, aún se sigue utilizando en juzgados y tribunales por medio de la
jurisprudencia, sobre todo cuando la norma no aplica o posee lagunas, o cuando se quiere
reforzar ciertos menesteres con doctrinas de Modestino, Paulo, Ulpiano, y muchos otros
juristas. Por su duración y extensión, el Derecho Romano recoge y refleja en su evolución
grandes y profundas crisis que han cambiado el curso de la historia antigua, el Derecho Romano
es la conciencia del Derecho.
“ ‘El Corpus Iuris Civilis’ es conocido con este nombre después de la edición en 1583 por
Dionisio Gotofredo en Ginebra. Hasta antes de esta fecha se le conocía con el nombre Código De
Justiniano”. ​(Machicado, 2007).
El Corpus iuris civilis es una recopilación de constituciones imperiales y jurisprudencia
romanas desde 117 hasta 565, en la cual según Arguello (2000), se distinguen cuatro partes: El
primitivo ​Codex Iustinianeus de abril 529, modernizado por el Codex repetitae praelectionis del
29 de diciembre del año 534, que es una recopilación de constituciones imperiales que
sustituyó al anterior con fuerza de ley; La ​Digesta sive pandectae que es un resumen de la obra
de los grandes jurisconsultos romanos, que comenzó a regir desde el 533; La ​Institutas ​que es
una manual para estudiantes de Derecho, publicado en el 533; y Las ​Novellae constitutiones
post Codicem del año 534 al 565 que son nuevas constituciones imperiales que actualizan todo
el Corpus Iuris Civilis.
Es de suma relevancia reconocer el mérito de Justiniano, ya que fue capaz de condensar
el saber jurídico de Roma a través de la compilación que realizó, formando un puente de
conexión para el pensamiento jurídico de la época, ya que, como afirma Machicado (2007), “el
Derecho Romano se incorporó a los sistemas legales de muchos países de la Europa continental
y, luego a los ordenamientos jurídicos de Sudamérica”.
Sin embargo, también hay que tener una visión realista y crítica, ya que según Samper,
(2009), varias de las alteraciones realizadas por Justiniano y sus comisiones en los textos
originales, significó toda una reelaboración del Derecho Romano clásico, sobre visiones con
criterio posclásico, ya que si bien el ​corpus iuris, aparentemente es una obra auténtica, los
textos no son puros, y se han ideado varios métodos tales como el análisis
exegético-comparativo, que consiste en confrontar versiones de un idéntico fragmento, cuando
aparece más de una vez en alguna compilación o cuando se le debe autoría a más de un autor.
Dicho esto, el que sea una obra con una gran influencia debido a su característica
continuidad y laboriosa elaboración, no está exenta de errores e interpolaciones que por las
escasas referencias de la época son difíciles de corregir. Sin embargo a pesar de esto no se le
debe restar crédito a esta gran obra.
Bibliografía

Aguilar, J. (2015). El derecho romano en la actualidad. 15 abril 2019, de prezi Sitio web:
https://prezi.com/7adi31l3zuds/el-derecho-romano-en-la-actualidad/
Arguello, L. (2000). ​Manual De Derecho Romano Historia e Instituciones,​ (3° ed.)
Argentina, Editorial Astrea.
ArteHistoria (2017) ​Justiniano y la crisis,​ de . Abril 07, 2019. Sitio web:
https://www.artehistoria.com/es/contexto/justiniano-y-la-crisis
Campillo, P. (2016). El Corpus Iuris Civilis: la recopilación más importante del derecho
romano. Abril 13, 2019, Sitio Web:
https://www.urosario.edu.co/Blog-Archivo-Historico/Lenguas-clasicas/Abril-2016/El-Corpus-Iur
is-Civilis-La-recopilacion-mas-import/
Capítulo ll. “Nacionalidad y Ciudadanía”. Art. 13. (Constitución Política de Chile)
Guzmán, A. (1996). ​Derecho privado romano (1° ed., pg. 50 - 59). Santiago: Editorial
Jurídica de Chile.
León, P. (2011). ​Fragmentos selectos del digesto de Justiniano.​ Abril 08, 2019, de
Magister Humanitatis. Sitio web: ​https://sites.google.com/site/
magisterhumanitatis/derecho-romano/digesto-de-justiniano/digestoconstituciondeoauctore
Machicado, J. (2007) ​Corpus Iuris Civilis, Cuerpo De Derecho Del Ciudadano Romano (2°
ed. Pg. 6-8)​ La Paz, Bolivia: CED® Centro De Estudios De Derecho.
Margadant, F. G. (2016). ​Panorama de la historia universal del derecho (7° ed., pp. 117 -
120; 125-130). México, D.F.: MAPorrúa.
Samper, F. (2009). ​Derecho romano (3° ed., pg. 56 - 59). Santiago, Chile: Ediciones
Universidad Católica de Chile.
Valdivia, H. (XXXX). Derecho Romano. Abril 13, 2019, Sitio Web:
https://es.scribd.com/document/62963869/DERECHO-ROMANO-SU-IMPORTANCIA-EN-EL-CODI
GO-CIVIL-CHILENO-Y-EN-LA-FORMACION-DEL-JURISTA
Verlussconni A. (2004). Corpus Iuris Civilis o Código de Justiniano. Abril 13, 2019, sitio
Web:​https://derechoromano.blogia.com/2004/092401-corpus-iuris-civilis-o-codigo-de-justinian
o.php
Zapata, R. (s.f.). Justiniano I, el emperador de los romanos. Abril 06, 2019, de Blog
Roberto Zapata. Sitio web:
https://robertozapata.com/justiniano-i-emperador-de-los-romanos/.

S-ar putea să vă placă și