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Artículo Nº 5408-95
Saludo signifícativo
Gálatas 1.1-5
Las cartas en la antigüedad eran introducidas con una fórmula
conocida: el nombre del escritor, seguido de la persona o personas a
quienes se dirigían, concluyendo con el deseo del escritor. Pablo
sigue este esquema y lo amplía con el espíritu cristiano. Pero en esta
carta no da gracias por los creyentes ni los alaba. Más bien usa el
saludo para sentar las bases ya desde el comienzo, de todo lo que va
a decir a sus amados, aunque descarriados, hermanos en la fe e hijos
espirituales de las iglesias de Galacia (4.19).
Desde el principio esta carta muestra el ardor con que el Apóstol
tiene que salir a la defensa aparentemente de sí mismo, pero en
verdad del mensaje que le ha sido encomendado. He aquí un corazón
ligado a Cristo, para quien como dirá más tarde, vive completamente.
El saludo es significativo porque desde él se ve venir el torrente de
pasión, preocupación y cuidado que embarga al Apóstol por el
peligro que corren los creyentes de Galacia. ¿Qué sería de las almas
que él había cosechado en su trabajo por aquellos lugares? ¿Habría
trabajado en vano? Para Pablo, no hay tiempo que perder ni riesgo
que correr.
Credencial divina
Gálatas 1.1, 2a
Pablo es un nombre griego que significa "pequeño". Su nombre
original era Saulo, en honor al primer rey israelita de la tribu de
Benjamín, de donde venían los antepasados del Apóstol.
Posiblemente el nombre de Pablo le sería una buena carta de
presentación al mundo gentil greco-romano a quien dedica-ría su
ministerio. Con razón luego diría que "a todos me he hecho de todo,
para que de todos modos salve a algunos" (1 Co. 9.22).
13
Destino de la carta
Gálatas 1.2b
Ya hemos visto en la introducción la larga discrepancia de los
intérpretes con respecto a la identificación de los destinatarios de esta
carta. Considerando todos los argumentos y el interés de Lucas en
presentar el ministerio de Pablo lo más detallado posible, lo más
lógico y práctico es aceptar que el cuidadoso escritor del libro de los
Hechos no iba a omitir las incidencias de un recorrido de Pablo por el
norte de Galacia y recoger sólo el del sur (Hch. 13.14-14.23). Así es
que mejor tomamos los detalles de su viaje por el sur de la provincia
como el legítimo ministerio a los gálatas, aunque Lucas y Pablo usen
nombres distintos.
Algunos han argumentado que los gálatas eran personas
violentas, volubles y pasionales en quienes un cambio repentino de
opinión sena normal y corriente. No es extraño, también todos somos
gálatas en este sentido, porque como recién convertidos o creyentes
poco desarrollados, pesa mucho todavía la naturaleza humana de
pecado. La planta estaba tierna en la tierra y los creyentes serían
niños en Cristo (1 Co. 3.1, 2).
Pablo, como vemos, no siente deseos de dar alabanza alguna por
los cambiantes gálatas como hace en otras cartas (Ro. 1.6, 7, 1 Ts.
L2-10, 2 Ts. L3-12, Fil. L3-11) sino que la dirige escuetamente. No
hay gratitud que expresar por ellos en la sinceridad del corazón del
escritor. ¡Qué precioso es el espíritu cristiano! No decimos lo que no
sentimos y no nos vemos obligados a mentir como hacen las
personas sin Dios. Honor sólo a quien honor merece. No es que haya
un corazón corto, pues aquí se sobra el amor. Esa es la maravilla del
cristianismo: hay amor aunque no haya merecimientos. No hay
necesidad de falsas alabanzas que no hemos ganado en verdad.
¿Tienes tú un miembro de tu familia cuyo comportamiento no es
recomendable y a quién no puedes alabar, pero todavía lo amas
mucho y oras a Dios diariamente por su vida? Si es así, el verdadero
espíritu cristiano está en ti.
Pablo ejemplifica la clase de naturaleza completa que Dios da
con la regeneración; él actúa por principios y nunca por los
convencionalismos de este mundo torcido.
15
Defendiendo su apostolado
Gálatas 1.11-24
Pablo no era un hombre que centraba su propia persona como
objetivo de su vida. Su profunda percepción lo llevaba al propósito
en que estaba empeñado. El era a todas luces un hombre de acción y
de metas a lograr fuera de él mismo. Esa cualidad lo llevó a gastar el
precioso tiempo de su vida en la causa que lo movía y lo libró de la
mezquindad de promoverse a sí mismo.
En la carta a los gálatas encontramos, más que en las demás, una
defensa directa referente a su persona. Pero Pablo no está
defendiéndose a sí mismo por egoísmo, sino que está defendiendo su
apostolado porque su autoridad está siendo puesta en tela de juicio
por los maestros judaizantes. Ellos decían que él no era un apóstol
genuino para poder hacer creer a los gálatas que el evangelio de
Pablo necesitaba que se le añadieran los requerimientos de la ley
mosaica.
Un llamamiento santo
Gálatas 1. 15, 16a
Pablo basa su ministerio en el hecho de que Dios quiso llamarlo.
Lo apartó para la tarea a la cual quería que se dedicase. Este
llamamiento no se debía a sus méritos, sino a la gracia de Dios.
David venció a Goliat porque tenía la convicción de que Jehová
de los ejércitos guiaba su mano firme en la honda (1 S. 17.40-45).
Amós dio un mensaje grande a Israel en el nombre poderoso de Dios
porque sabía que El le había tomado de detrás del ganado para que
fuera como profeta a su pueblo (Am. 7.14, 15). Juan el Bautista dio
un mensaje poderoso porque sabía que él era la voz que debía clamar
en el desierto Un. 1.23). Siempre ha sido así. Dios se complace en
revelarse a los siervos que estén dispuestos a hacer Su voluntad y les
da las instrucciones para llevar a cabo Su obra.
Dios ha llamado y sigue llamando. Su llamamiento debe ser
contestado. En primer lugar nos ha llamado a todos al
arrepentimiento y a la salvación en Cristo Jesús (Ez. 33.11, Mt.
11.28, U. 13.1-5, Ap. 3.20). Luego nos ha llamado a ser Sus
mensajeros (Mt. 28.19, 20, 2 Co. 5.18-20). Dentro de estos
llamamientos, a El le ha complacido dar tareas especiales a algunos
de Sus siervos (Jer. 1.5, Hch. 9.15). ¿Le has preguntado al Señor qué
quiere hacer con tu vida y en qué tarea específica te necesita en Su
reino?
Caminando independientemente
Gálatas 1.16b-24
Pablo esgrime un argumento de ausencia muy fuerte en la
defensa de su apostolado por lo que señala: " ... después de mi
conversión yo no estaba en Jerusalén donde ellos estaban y por tanto
no pudieron darme instrucciones los que fueron antes que yo.
Cuando por fin estuve allí por quince días sólo vi a Pedro y a Jacobo"
(Hch. 9.26-30). 'M mensaje no es de origen humano, sino divino".
Pablo quiere asegurar nuevamente a los gálatas que lo que está
diciendo es toda la verdad referente a este asunto. Bajo juramento:
delante de Dios que no miento. Los detalles autobiográficos que da
son muy minuciosos, para que no quede duda de su trayectoria
durante esos primeros años en los que afirmó el fundamento de la
doctrina que predicaba.
22
Cuando yo era niño trataba de hacer las cosas bien. Mis padres
nunca tenían que regañarme, pues yo siempre andaba rectamente. Era
obediente y cumplía todo lo que se me ordenaba. Un día, estando en
la primera escuela a la que asistí, la maestra se disgustó con la
conducta de algunos niños y puso un castigo a toda la clase. No hubo
tiempo de recreo y en su lugar hubo que hacer trabajos extras. No
podía comprender que me castigaran, porque yo me esforzaba por
comportarme de la mejor manera posible. El resultado fue que como
nada podía hacer, lloré por mucho tiempo.
Este tipo de mentalidad creció conmigo. Como yo cumplía con
mis deberes, creía ser bueno y de nada tenía que arrepentirme. Todo
estuvo bien hasta que en mi casa entró la palabra de Dios. Mi madre
hizo que la leyera y la oí por bastante tiempo. 1,legué a saber
bastante de la Biblia intelectualmente. El mensaje central de
arrepentimiento, perdón y el regalo de la salvación por medio del
sacrificio de Cristo, no entró fácilmente.
Fue bloqueado por mi manera de cumplirlo todo y por el
concepto que tenía de la bondad de mis obras. Tuvieron que venir
batallas y crisis que rompieran la concha del yo.
El ser humano siente una inclinación natural hacia el
cumplimiento de obras meritorias, para arreglar sus asuntos con
Dios. Estamos prontos a sobreponer lo que creemos que es bueno en
nosotros para merecer la aprobación de Dios. Pablo estuvo envuelto
en esta batalla, primero entendiéndola en su propia vida (Ga. 1.14) y
luego enseñándola en las de los demás como lo muestra la
experiencia de las iglesias de Galacia.
Gracias a Dios que prevaleció la luz; pero no sin una lucha que
en cuanto a los gálatas se refiere, fue sólo un capítulo de su vida.
25
Pablo sigue hablando con los gálatas, pero sin dejar del todo lo
que dijo a Pedro (2.15). Como judíos y celosos en guardar la ley de
Moisés se supondría que Pablo, Pedro y los demás judíos, estaban en
una mejor posición delante de Dios que los gentiles que no conocían
ni guardaban la ley. Sin embargo no era así. El mismo Pablo era un
ejemplo de cuánto había batallado por estar bien con Dios en los
tiempos que dependía solamente del cumplimiento de la misma (Fil.
3.4-7, Ilch. 23.6, 26.5, Ro. 11.1-7) y no lo había logrado. Ni su
conciencia ni su vida habían reflejado su justicia. Solamente habían
mostrado su pecado. Como corredor en la carrera del bien no había
llegado a la meta, sino que se había cansado comprendiendo su
debilidad y su derrota (Ro. 7.7-24, 3.9-11).
Pablo al hablar parece que en su experiencia había salido de un
largo túnel, al final del cual había encontrado la luz. Entonces declara
una de las más profundas enseñanzas del cristianismo: "él hombre no
es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo"
(2.16). En 2.15-21 el Apóstol expone el argumento central de la carta
dedicándose después a probarlo en 3.14.11
El ser declarado justo es una fanción que sólo corresponde a
Dios, el autor y personificador de la única justicia moral del
universo. Luego más adelante abundará en las raíces de la justicia en
la Escritura (3.6, 22, 4.21-31), Por lo pronto pronuncia el argumento
base de la justificación. Esta no puede ser buscada por el
cumplimiento de las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo.
Pablo expresa aquí una meta: ser justificado. El corazón del
hombre está hecho para el camino de la justicia, del cual el pecado lo
ha descarrilado, pero no privado del todo de su visión. Luego aparece
la ley de Moisés que le muestra con seguridad su imperfección. El
hombre toma el camino de cumplir esa ley pero no alcanza la
justicia. Entonces ve otro camino en el anuncio de Uno que siendo
justo ha cumplido la ley y por cuyo mérito la justicia nos puede ser
imputada: he aquí la fe en Jesucristo.
34
Pablo dice que los judíos tenían que echar mano de la justicia
provista por Jesucristo por medio de su sacrificio expiatorio en la
cruz del Calvario. Si los judíos no podían ser justificados por la ley
¿cómo podían serlo los gentiles? Ya no era una cuestión de si judíos
o gentiles, sino de todos los hombres.
¡La ley resulta ser un camino sin salida como medio de
justificación, sólo la fe en el Mesías (Ro. 3.21, 22) queda abierta a
todos los hombres, judíos y gentiles. ¡Qué maravilla y bondad divina
extendida a todos!
Los tiempos han pasado y las circunstancias han cambiado, pero
los hombres y mujeres de hoy tratan todavía de justificarse con Dios
haciendo buenas obras o cumpliendo con requisitos religiosos
formalistas. Ninguna de estas vías nos hará "buenos" o aprobados por
Dios, porque todos hemos quebrantado Sus leyes morales (Ro. 3.23).
El puente de la justicia para ser aprobado sólo puede establecerlo
Cristo. El nos justificó en la cruz, pagando por nuestros pecados. Esa
justicia sirve aceptándolo por fe como el Señor de nuestra vida.
Luego la obediencia a Dios, bajo la acción del Espíritu Santo, irá
enderezando nuestras almas torcidas (Ro. 5. 1, Jn. 16.13, 14).
Pablo sigue argumentando, una vez más, que tanto los judíos
como los gentiles que se han vuelto a la justificación de Cristo; si
tratan de justificarse de nuevo por hacer obras meritorias (2.18),
entonces sí se convierten en transgresores. Esto implica que el
camino real de la rectitud para con Dios es uno sólo y ha de tomarse
sin vacilar, porque Dios nunca ha señalado otra alternativa.
Pablo estaba declarando a los gálatas la interpretación correcta de
las Escrituras y por tanto sentando las bases de la doctrina cristiana.
Con esto también dejaba sentado el principio de que en Cristo el
creyente es muerto para la ley, a fin de vivir para Dios (2.19). El
propósito de la ley era realmente sacarnos de su esfera, para llevarnos
a tener una relación completa con Dios por la muerte del Mesías.
Una vez agarrado fuertemente al sacrificio de Cristo, ya Pablo no
tenía ninguna ligadura de confianza en el cumplimiento de las obras
de la ley para ser salvo. Había literalmente muerto a ella, para poner
toda su confianza en el Cristo crucificado. Su vida de ahí en adelante
era toda para vivirla en la gracia de Dios. Por eso la vida cristiana no
puede ser otra cosa que Cristocéntrica, sacándonos de toda otra
relación.
Cuando Hernán Cortés tocó suelo mexicano, nos dice la historia
que tomó una decisión famosa. Decidió quemar sus naves y no
volver atrás de ninguna manera. Una más alta decisión le
corresponde al cristiano. Pablo dice: la de morir al pasado y vivir
para agradar al que nos ha salvado.
Solamente fe
Gálatas 3.1-25
La prueba de la experiencia
Gálatas 3.1-5
menor esfuerzo. Las multitudes siguen casi sin pensar a los que
piensan por ellos, la mayoría de las veces equivocadamente. Pablo le
llama a eso insensatez y se admira grandemente de que ellos,
teniendo la experiencia de la fe, hubieran caído en esa falta.
La segunda palabra fuerte que usa es en forma de pregunta:
¿quién os "fascinó"? La palabra puede también traducirse "hechizó".
Es la única vez que este verbo se usa en el Nuevo Testamento,
aunque es usado comúnmente en la literatura griega. Era una
expresión figurada, como decir: "le echó mal de ojo" o "usó poderes
mágicos". Pablo dice que ellos parecían haber caído en las manos de
un mágico manipulador de poderes demoníacos que los estaba de
esta manera apartando de la verdad.
Debemos aclarar que esta es una palabra figurada y retórica. No
es que Pablo diga que estos poderes son reales o crea en ellos, pero le
sirve para expresar lo lejos que ellos han sido arrastrados por las
falsas enseñanzas judaizantes a que se han expuesto. Esto, teniendo
en cuenta que la verdad había llegado a los gálatas bien limpia en la
enseñanza del Cristo crucificado.
Los gálatas al creer habían recibido el Espíritu Santo (Ef. 1.13,
14). Esto no había pasado como resultado de cumplir con ciertos
requisitos de la ley mosaica ni porque ellos hicieran algo meritorio,
sino solamente porque habían ejercido la fe en los méritos de la cruz
de Cristo.
Esta experiencia espiritual debió ser muy viva en los gálatas
creyentes. Ellos eran gentiles, nacidos y criados en los pecados
corrientes de sus días. El renacimiento del Espíritu debió mostrar una
diferencia muy grande en sus vidas. Entre nosotros hay creyentes que
vienen con un fondo cultural y familiar influenciado por el
cristianismo. Para ellos la experiencia de la conversión puede ser más
leve que para aquellos que han vivido dentro de los pecados más
aborrecibles. Pero de todos modos, el Espíritu Santo al venir a morar
dentro del corazón del creyente (Jn. 14.16, 17, 23) produce una
visión inconfundible (He. 6.4, 10.32).
43
La prueba de Abraham
Gálatas 3.6-9
La prueba de la ley
Gálatas 3.10-14
La adopción de hijos
Gálatas 4.5
La intimidad de hijos
Gálatas 4.6, 7
a. "Somos" o "estamos"
b. "Éramos" o "estábamos
_________________ __________________
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_________________ __________________
Esclavos o familia
Gálatas 4.8-31
La preocupación de Pablo
Gálatas 4.8-11
Más bien, siendo conocidos por Dios. ¿Hasta dónde llega nuestra
capacidad para penetrar la mente divina? ¿No somos MUY limitados
para experimentar las profundidades de Dios? (Ro. 11.33-35). Es
Dios quien conoce sin limitación todo lo referente a estas criaturas
maravillosas, pero limitadas que somos nosotros. El, de su voluntad
se ha revelado a nosotros (Dn. 2.28, 47; 1 Co. 2.10; Ga. 1.16, 3.23).
El es quien nos conoce a plenitud, haciéndonos tener una experiencia
profunda con El en Jesucristo y El con nosotros, a través de la
entrada del Espíritu Santo en nuestros corazones (Jn. 14.23; 16.13,
14).
Seguidamente Pablo vuelve al método que había usado en 3.1-5 y
19-21. Reina Valera traduce: "¿Cómo es qué ... ?" La expresión
también puede traducirse: ¿cómo es posible que ... ? Pablo no puede
ver tranquilamente el retroceso de los gálatas. ¿Somos creyentes y
líderes pasivos? ¿Vemos los problemas en la obra de Dios sin
preocuparnos?
Tenemos que aprender de este embajador de Cristo que tenía
tanto celo por el camino recto del Calvario. Es tiempo de predicar la
palabra santa y firme que no deja lugar a los caminos equivocados.
Es tiempo de llamar a la vida activa de los creyentes en discipular a
los incrédulos y hacerlo bien, para que no los veamos como Pablo
dice: " -Os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los
cuales os queréis volver a esclavizar?".
Los rudimentos a que el Apóstol se refiere son sin duda las viejas
formas de la ley mosaica a las que los judaizantes querían atraer a los
creyentes cristianos. El propósito era hacerles creer que de esta
manera se estaban perfeccionando más. Los creyentes gentiles eran
atraídos así al judaísmo, creyendo que para ser salvos se requería
cumplir la ley de Moisés. Los judaizantes no querían que los gálatas
entendieran que Cristo, habiendo cumplido toda la ley, suprimía todo
sacrificio para traerles a la libertad de la familia de Dios.
Los creyentes gálatas habían llegado a tomar para sí el calendario
judío. Observaban los días sábados, las lunas nuevas, las fiestas
solemnes anuales y los años sabáticos (v. 10). Con eso sus maestros
les hacían creer que estaban completos como creyentes.
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Ruegos personales
Gálatas 4.12-20
Mandamiento y ruego
Gálatas 4.12
Apelación a la experiencia
Gálatas 4.13-15
Pablo apela a la experiencia que tuvo con los gálatas cuando les
predicó el evangelio de Cristo la primera vez. Cuando hay necesidad
de perdón, este ha de usarse y cuando baste con aclarar, saquemos los
hechos a relucir. Esto último es lo que el Apóstol hace aquí. Pablo
usa dos expresiones que apoyan su argumento: "Vosotros sabéis " (v.
13) y "os doy testimonio " (v. 15).
Primero, Pablo habla de los hechos que los gálatas sabían por la
relación inicial que habían tenido. La palabra que usa para referirse a
su enfermedad no señala nada específico, sino a una "debilidad en su
cuerpo". Pudo ser cualquier clase de enfermedad que lo obligó a ir
allá para curarse o detenerse más tiempo del que había planeado. De
cualquier manera, Dios usó ese medio para que los gálatas oyeran el
mensaje de la salvación. Algún día cada uno de nosotros va a saber
con más detalles los planes y los medios que Dios ha usado para que
tengamos la oportunidad de obtener la vida eterna.
El mayor poder que el ser humano pudiera concebir, es predicado
por un instrumento débil. El argumento de Pablo es que los gálatas
no despreciaron el evangelio de Dios porque él, un mensajero débil
lo llevara. Podía haberles parecido increíble o despreciable. Luego
Pablo diría a los corintios que: "Lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es" (1 Co. 1.27,
28). Así sigue siendo todavía. Los hombres y mujeres de este mundo
que se jactan de su poder y de su propia fortaleza y sabiduría (aunque
son tan débiles y faltos) con frecuencia rechazan el evangelio y todo
lo que concierne a Dios.
72
Pablo tenía otro celo por sus amados de Galacia. Este celo era el
de Dios (v. 18). Nadie ama más nuestras almas que el Señor
Jesucristo. Dios lo ha hecho todo para que seamos salvos (Ro. 5.8).
El vigila nuestras vidas a cada instante. Sólo porque nos ha hecho
libres para obedecerle o rechazarle es que podemos escaparnos del
celo de Dios. Esta sin duda era la razón de la carta de Pablo a los
gálatas. Porque les amaba tanto, con celo de Dios, es que le dolía su
corazón porque se habían extraviado de la fe a que los había llevado
en aquella visita.
La súplica de un padre
Gálatas 4.19, 20
El contraste alegórico
Gálatas 4.22, 23
La explicación alegórica
Gálatas 4. 24-31
1. Diga en sus palabras que quiere decir Pablo con " conociendo a
Dios":
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saltar jamás, porque el Dios santo no puede dejar sin castigo el mal
en Su universo moral. De este modo la libertad cristiana está
diseñada para obrar bajo la voluntad divina. Por eso Jesús enfatizó
que debía hacerse la voluntad del Padre (Lc. 22.42; Jn. 4.34, 5.30,
6.38) y El se sometió como el primero. Cristo nos ha hecho libres
para decirle no al pecado y sí a Dios.
La idea de libertad en Cristo que corre a través de toda la carta
(2.4) se expresa de diferentes maneras, pero siempre contrasta con la
esclavitud que produce la práctica de la ley y la independencia que
Cristo ha traído al alma con el cumplimiento de la ley en Su persona.
Una vez que Pablo ha resumido su tesis de la libertad en Cristo,
les recalca a los gálatas que ahí deben permanecer inconmovibles.
Dios nos ha llamado a conocer nuestra posición de redimidos por
Cristo y a no movemos de ella. En el edificio de Dios una vez que se
echa un cimiento es para que permanezca allí para siempre (Sal.
125.1). Creyentes firmes son aquellos que estudian la palabra de Dios
para saber con seguridad lo que creen. De allí pueden conocer los
errores doctrinales de los demás y no caer en ellos. Las falsas
doctrinas buscan a los creyentes inseguros para hacer presa de ellos.
Nuestras iglesias deben esforzarse para enseñar a los creyentes desde
el primer día las verdaderas doctrinas cristianas. El resultado será
creyentes capaces de enseñar a otros.
Cristo o la circuncisión
Gálatas 5.2, 3
La supremacía de la fe
Gálatas 5.5, 6
Convicción errónea
Gálatas 5.740,12
El tropiezo de la cruz
Gálatas 5.11
Andar en el Espíritu
Gálatas 5.16-26
El carácter cristiano
El Apóstol empieza con el amor. Es la más conocida definición
de Dios para nosotros Sus criaturas (1 Jn. 4.8), porque este mundo es
la expresión del amor de Dios por todas partes. La manifestación de
Jesucristo en la escena humana es la prueba suprema del amor
divino. Si podemos entender algo del amor de Dios, es porque lo
hemos visto en la historia del cristianismo. No es extraño que el amor
sea el fruto más destacado que el Espíritu Santo produce en nuestros
corazones y que al mismo tiempo incluye a todos los demás bajo su
influencia. El Apóstol concedió al amor la primacía cuando escribió
su famoso elogio en 1 de Corintios capítulo 13. Nosotros podemos
comprobar en la experiencia diaria que el amor es la cualidad del
carácter más excelente. También implica el costo más alto pues exige
entregarse completamente al ser amado (1 Co. MA-7).
El mundo habla mucho de amor, pero generalmente a lo que se le
Rama amor es simplemente egoísmo. Los griegos tenían una palabra
para el amor amistoso, otra para el amor sensual y otra para el amor
de la familia. La palabra que Pablo usa es otra: agape, el amor divino.
Ya había expresado antes que el amor era lo de más valor (vv. 6, 13).
Le sigue el gozo. Esta cualidad siempre ha estado asociada con la
felicidad. En el mundo antiguo y en todos los tiempos una de las
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cosas que el ser humano busca más es el regocijo. Pero aquí hay una
diferencia en calidad. Lo que en el mundo se conoce como gozo no
es a lo que Pablo se refiere. El gozo cristiano no depende de las cosas
exteriores, porque es un bien que brota de la relación única del
convertido con su Señor. Es por esto que luego Pablo, preso en
Roma, anciano, enfermo, casi solo y bajo una acusación de muerte,
podía decir: "Regocijaos en el Señor siempre; otra vez digo, que os
gocéis" y "He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi
situación" (Fil. 4.4, 11). Muchas son las tribulaciones que pueden
alcanzar al cristiano en el mundo (Jn. 16.33; Sal. 34.19); pero el gozo
del Señor podrá superar a todas ellas.
El carácter del cristiano está lleno de paz. El hombre la ha
perdido porque se ha rebelado contra Dios. La pacificación sólo se
puede restablecer mediante la sangre derramada en la cruz (Ro. 5.1).
Esto le proporciona la paz a uno para sí mismo y los semejantes. De
aquí que todo lo que los hombres llaman paz, aparte de la paz
cristiana, no sean más que treguas momentáneas en la constante
guerra del hombre contra Dios, contra sí mismo y contra los demás.
Fray Luis de León dijo que: "Todos los hombres buscan la paz
porque o siguen algún bien que les falta o huyen de algún mal que los
enoja" (1).
De esta manera la acción del Espíritu Santo en el corazón del
creyente crea estas tres virtudes que Cristo prometió dar a los suyos:
Su amor, Su gozo y Su paz (Jn. 15.9, 11; 14.27). Nadie las puede dar,
sino El.
2. Hay una cerca bien limitada entre la carne" y "el Espíritu" que
podremos evitar saltar de regreso, si vamos tomados
estrechamente de la mano de Cristo.
100
1. Haga una lista, lo más completa que Ud. pueda, de los pecados que
Ud. conoce que son obra de la carne.
(Use una hoja aparte si es necesario):
_____________________________________________________
_____________________________________________________
Con las últimas palabras de la sección anterior (v. 26) Pablo hace
un alto en su teoría que ha hecho viva ante los ojos de sus oyentes de
Galacia, traduciéndola en las listas de los resultados de la carne y el
Espíritu. Ahora apela a sus corazones con una palabra que demuestra
la intimidad amorosa que le une a cada uno de ellos: hermanos.
Aunque se hayan estado alejando del verdadero camino que les
enseñó, son sus hermanos en Cristo y quiere decirles de una manera
aún más enfática como deben comportarse en el camino del Espíritu.
Los consejos que siguen no están desligados de todo lo que les ha
estado enseñando. Más bien reafirman de una manera práctica cómo
es la nueva vida en lo Personal y como congregación, en el reino de
que han venido a formar parte bajo la libertad gloriosa que es en
Cristo Jesús.
102
Algunos han entendido que con esto les estaba firmando la carta
porque no veía bien, luego de haberle dictado el resto a un
compañero escribiente como fue su costumbre en otras cartas. Más
bien podemos entender que con las letras grandes desea llamarles la
atención sobre la importancia de lo que quiere decirles a
continuación, porque se dispone a resumir en pocas palabras lo
esencial de todo lo que les ha venido planteando.
Desde el capítulo 1.6 al 5.12 Pablo expuso el tema central de la
carta. Los gálatas debían rechazar las falsas enseñanzas de los
judaizantes. No debían someterse a la observancia de la ley para su
salvación y a la circuncisión como señal en la carne de dicha
obediencia. Debían reconocer la verdadera doctrina de la salvación
solamente por la fe en la obra de Cristo. El segundo tema lo
desarrolla de 5.13 al 6.10; debían abandonar los caminos
pecaminosos de las obras de la carne de donde venían antes de
conocer a Cristo y vivir en los frutos y el poder del Espíritu Santo
que habían recibido al creer en Jesucristo. En el primer argumento
Pablo expone el término carne en el sentido físico (2.20; 3.3; 4.13,
14, 23, 29) y en el segundo lo usa en el sentido moral (5.16, 17, 19,
24; 6.8). Ahora al final, quiere enfatizar el primer tema y se refiere a
los judaizantes como aquellos que se quieren gloriar en la carne de
los gálatas conversos, obligándolos a circuncidarse y cantar así la
victoria de aumentar el número de los seguidores del judaísmo.
Los judaizantes se situaban en la posición cómoda del respeto
que el gobierno romano tenía por el judaísmo, mientras los creyentes
en Cristo estaban sometidos a la persecución de ambos: romanos y
judíos. Así la cruz tenía un precio que pagar; pero Pablo es claro en
retar a los gálatas a cargar con la cruz que les salva mediante una
vida nueva y arrojar la circuncisión o la incircuncisión que ningún
beneficio espiritual producen.
El reto de Pablo está en pie todavía. Toda su gloria estaba en
abrazarse al sacrificio de la cruz que dejaba fuera toda forma de
legalismo y es suficiente para la salvación. Además, para Pablo toda
la gloria humana y la jactancia en lo terrenal habían quedado atrás
(Fil. 3.7, 8). Los gálatas necesitaban llegar a este convencimiento de
unidad y dependencia de Jesús solamente.
109
3. Los creyentes deben ayudar a los que los enseñan (v. 6).
Respuestas:
I. la. falta, b. restauradle, c. mansedumbre.
2a. sobrellevad, b. cargas.
7a. engañéis, b. burlado, c. sembrare, d. segará.
l4a. gloriarme, b. cruz, d. crucificado.