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Todos los derechos están reservados.

Artículo Nº 5408-95

Este libro es el texto para el curso 04-216


del Curso de Estudios de la Iglesia

Clasificación Decimal Dewey: 227.4


Sección: Biblia N.T. Gálatas

Diseño de la cubierta: Dale Royalty, Arte: Linda Romans,


Colaboración
Editorial: Fernando P. García, Administrador Interino: Chuck
Padilla,
Consultante: Carlos Alsina, Oficina Etnica y Afroamericana de
Iglecrecimiento: Ramón Martínez, Vice- presidente: Gene Mims,
Presidente: James Draper

Las citas bíblicas fueron tomadas de la versión Reina-Valera 1960,


con
permiso de la Sociedad Bíblica Americana.

Creemos que la Biblia tiene a Dios como su autor; la salvación como


su tema.
La declaración de la Convención Bautista del Sur de 1963, titulada
Fe y
Mensaje Bautistas es nuestra guía doctrinal.

Impreso en los Estados Unidos de Norteamérica


Producido por la Sección Hispana de Iglecrecimiento de la
Junta de Escuelas Dominicales de la Convención Bautista del Sur
127 9th Avenue North
Nashville, TN 37234

En esta Edición Digital hemos mantenido el texto como apareció


impreso originalmente

Edición Digital, Abril de 2000

LifeWay Chistian Resources


Contenido
Introducción ................................................................................... 5

Capítulo 1: Dios: el origen de la gracia (1.1-24) .......................... 11

Capítulo 2: La ley contra la gracia (2.1-21) ................................. 24

Capítulo 3: Solamente fe (3.1-25) ................................................ 40

Capítulo 4: Todos uno en Cristo (3.26-4:7) .................................. 54

Capítulo 5: Esclavos o familia (4.8-31) ........................................ 67

Capítulo 6: Permaneced firmes en la libertad


(5.1-15). .................................................................... 79

Capítulo 7: Andar en el Espíritu (5.16-26) ................................... 90

Capítulo 8: Vivir la gracia a través del amor


(6.1-18) .................................................................... 101

Formulario para el curso de estudio............................................ 112


AUTOR

Por más de veinticinco años, el Dr. Gonzalo H. Graupera además


de realizar otros trabajos, ha comenzado varias iglesias en los estados
de Texas, Florida, Louisiam y Maryland.

Estudió en las Universidades de la Habana y Mary Hardin Baylor


de Texas. Obtuvo la maestría en divinidades en el Seminario Bautista
de New Orleans y el doctorado en ministerio en el Seminario
Bautista Golden Gate de San Francisco.

Actualmente es pastor de la Iglesia Bautista Emanuel en Silver


Spring, Maryland.
Introducción
Cuando abrí los ojos al mundo, alrededor de mí se movía
constantemente una mujer vestida de blanco. Así crecí, sin saber por
qué mi madre vestía siempre de esa manera distinta a los demás.
Todavía niño, poco a poco supe que ella buscaba a Dios. Una cosa
noté a medida que tuve más entendimiento y es que ella era
profundamente sincera y abierta en su búsqueda porque leía
constantemente libros religiosos y hablaba de sus inquietudes
espirituales.
Cuando nos cambiamos a otra casa en el campo, e)había una
misión evangélica; así fue como vi entrar en mi casa un nuevo libro,
la Biblia. Mi madre lo leía con mucha frecuencia y luego asistía a
unas reuniones donde se relacionaba con unos pocos que tenían
creencias distintas a las de la mayoría de aquel pueblo. Un día
presencié como la bautizaban y vi que por primera vez, empezó a
vestir como las demás mujeres. Su rostro estaba generalmente
iluminado con una sonrisa y parecía que al fin hubiera alcanzado lo
que siempre había buscado. Desde entonces y hasta el final de sus
días leía y repetía de memoria el libro que vino a ser para ella la
cumbre de su peregrinación. Nunca cesó de enseñarlo a sus hijos,
entre ellos a mí, pidiéndome que le leyera durante horas la Biblia,
con la excusa de que su vista estaba ya agotándose y que estaba muy
cansada del trabajo diario.
El tema que trata el libro de Gálatas, se desarrolló hace casi mil
novecientos cincuenta años. Es un problema antiguo que con muchas
variantes y bajo escenarios muy diferentes, sigue teniendo actualidad
hoy y la tendrá hasta que todos entiendan y acepten que el único
modo de salvarse de la esclavitud del pecado es la fe y obediencia al
Cristo del Calvario. En el caso particular de mi madre, ella quería
salvarse y no sabiendo cómo, acudía a medios inapropiados, hasta
que halló el verdadero camino del regalo de Dios en Cristo Jesús.
Una vez que le echó mano, se deshizo de las cadenas erróneas que la
habían atado hasta ese momento a los esfuerzos humanos.
6

La carta a los Gálatas


Así como los doctores suelen recetar medicinas fuertes para las
enfermedades graves del cuerpo, la carta a los Gálatas constituye un
remedio fuerte para una profunda desviación espiritual que hizo
crisis en las iglesias de Galacia. Entre las cartas escritas por el
apóstol Pablo, Gálatas es la más radical, apasionada y terminante.
Salió del corazón del Apóstol con toda la fuerza de un golpe de un
campeón invicto que está defendiendo la corona de su apostolado a
los gentiles: el que estos, como todos los hombres, se salvaran sólo
por la gracia de Dios, sin que haya que añadirle ningún cumplimiento
de la ley ni alguna otra cosa que le aumente méritos humanos.
En este sentido, Gálatas es el fundamento de la teología paulina y
la expresión, en un caso particular, del mensaje general de Jesús
como Mesías y Salvador de judíos y gentiles (Jn. 11.25, 6.47, 1.12).
En Gálatas como en Romanos, Pablo reclama el mensaje salvador de
Habacuc (Hab. 2.4, Ro. 1.17, Ga. 3.11) que corre a través de toda la
Biblia como el único camino que Dios ha abierto a los hombres para
que puedan llegarse a El (Gn. 15.6, Is. 7.9b, 53. 1, Jn. 6.47, Mr. 1.
15).
¿Es acaso Gálatas una carta vieja, con un tema gastado que no
valga la pena tratar de resucitar en estos tiempos modernos? Todo lo
contrario, si el evangelio de Jesucristo ha de ir adelante como está
mandado que vaya por el Señor del Calvario (Mt. 28.18-20),
entonces ha de caminar con la pureza y sencillez de la fe salvadora.
Y si las multitudes sin Dios que pueblan el mundo (Jn. 4.35), cuyas
vidas infelices caminan más y más hacia la condenación eterna (Mt.
25.46, Ap. 20.15) se han de salvar, entonces debemos prestar
atención al mensaje de Gálatas y exponerlo con el mismo ardor que
el apóstol Pablo, aunque sea a costa de nuestras propias vidas.
Al estudiar de nuevo este mensaje debemos hacerlo con mucha
oración (1 Ts. 5.17, Le. 10.2) y humildad, como lo hicieron los
primeros discípulos (Hch. 1.14, 2.1, 4.31), porque estamos
caminando sobre terreno santo.
7

Cuáles eran las iglesias de Galacia


Los celtas o galos eran un pueblo guerrero del centro de Europa
que en parte fue emigrando hacia el sureste y llegaron a establecerse
en el Asia Menor por el 278 A.C. Unos 50 años después estaban
concentrados en una región hacia el norte del territorio. En el año
189 A.C. esta área cayó bajo el control de Roma, pero continuó como
un reino de gobierno propio, dependiente de aquella. Cuando su
último rey Amintas murió en el año 25 A.C., Roma constituyó el
territorio en provincia imperial y le añadió otras porciones, entre
ellas Pisidia y Frigia en el sur.
En el tiempo de Pablo la provincia de Galacia se extendía por el
centro del Asia Menor, desde el Ponto en el Mar Negro hasta Panfilia
en el Mediterráneo. Pablo visitó la provincia y estableció iglesias
(Hch. 13.14-14.23, 16.6, 18.23) pero no se conoce con precisión si
estuvo en la región más al norte del antiguo reino; sólo hacia el sur
en las áreas añadidas por Roma o en toda la provincia (1 Co. 16.1, 2
TÍ. 4. 10, 1 R 1. l).
Hasta el siglo XIX todos los comentaristas creían que las iglesias
de Galacia estaban en el norte, dentro del antiguo reino y que las
breves referencias de Hechos con el nombre de Galacia eran todo lo
que Lucas decía sobre el ministerio de Pablo en esa región (Heh.
16.6, 18.23). Por lo tanto las iglesias debían estar en las ciudades de
Ancyra, Pesino y Tavio en el antiguo reino que no se mencionan en
Hechos. Desde el siglo XIX muchos comentaristas han argumentado
que Lucas generalmente menciona en Hechos nombres regionales
antiguos (Hch. 14.1, 6); mientras que Pablo usa en sus cartas los
nombres políticos del Imperio Romano (2 Co. 8.1, 9.2). Esto
explicaría que el ministerio de Pablo, en su primer viaje misionero,
mencionado por Lucas en Hch. 13.14-14.23 se llevó a cabo en el sur
de la provincia de Galacia. Lucas usa los nombres nativos de
Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe, mientras que Pablo
puede referirse con el nombre de iglesias de Galacia.
8

Las evidencias presentadas por los eruditos en favor de ambas


teorías son muchas: que las iglesias estaban situadas en el norte del
antiguo reino de Galacia o en el sur de las regiones añadidas por
Roma a la provincia. Considerando todos los argumentos, el peso
parece inclinarse hacia la teoría de las iglesias del sur. Teniendo en
cuenta la información de Lucas acerca de las iglesias de esta región y
la manera en que el apóstol Pablo trabajó allí, así como el tiempo en
que lo hizo, nos ayuda a entender el cuadro que si se refiriera a
iglesias sin más información. Sin duda Lucas se esfuerza en dar
detalles del ministerio de Pablo. Sería extraño que omitiera su trabajo
en el norte de Galacia.

¿Qué ocurría en las iglesias de Galacia?


Pablo había visitado la región y con celo de Dios había expuesto
en cada lugar el mensaje de salvación que luego escribiría a los
romanos: la pecaminosidad de todo hombre (Ro. 3.10, 11, 23); la
necesidad de arrepentimiento (Ro. 2.4); la justificación sólo por la fe
en Cristo Jesús (Ro. 5.1, 2) y la decisión personal que conduce a una
nueva vida (Ro. 10.9, 10). Bajo este, su único mensaje de salvación,
los gálatas se convirtieron y el Apóstol estableció iglesias, en su
mayoría gentiles, en distintas ciudades de la provincia.
Luego que Pablo se fue, maestros judíos, venidos de Jerusalén a
los que llamaremos "judaizantes", tomaron la palabra en las iglesias
de Galacia. No les dijeron a los gentiles que su creencia en Jesús
como el Mesías de Israel estaba equivocada, sino que les era
necesario circuncidarse (5.2-6, 6.12-15) y guardar los otros requisitos
de la ley de Moisés (4.9, 10). Esto es, los gentiles debían hacerse
judíos primero para poder salvarse. Para hacer estas correcciones al
mensaje del Apóstol, los judaizantes tenían que rebajar su autoridad.
Decían que Pablo, en primer lugar, no era apóstol porque no había
formado parte de los doce. Así como que había aprendido mal el
evangelio de los verdaderos apóstoles por lo que su doctrina era
incompleta e insuficiente para la salvación de ellos.
9

Increíblemente para Pablo, aquellos falsos maestros habían tenido


mucho éxito (1.6), pues los creyentes gálatas estaban volviéndose del
verdadero mensaje implantado en ellos, aceptando la falsa doctrina.
Así las cosas, no debió pasar mucho tiempo para que se escribiera
esta carta.

Autor, fecha y lugar de la carta


Entre las cartas de Pablo, Gálatas ha sido generalmente
reconocida como su epístola más genuina. No sólo está bien
confirmada en su introducción y despedida (1.1, 6.11), sino que
contiene la historia autobiográfica más extensa que aparece en sus
cartas (1.11-2.14). Desde el principio en la historia cristiana se le ha
considerado como su más ferviente defensa de la doctrina que
predicaba y, por añadidura, de su propio apostolado y autoridad.
Creemos que como dice Lucas, luego del regreso del primer viaje
misionero, Pablo estuvo por largo tiempo en Antioquía de Siria (Hch.
14.24-28) y desde allí pudo haber escrito esta carta muy temprano en
su ministerio. Es probable que los maestros venidos de Judea que
también estaban dando batalla en ese tiempo en Antioquía de Siria
(Hch. 15.1), estuvieran haciendo lo mismo en las iglesias de Galacia.
La carta se pudo haber escrito entonces inmediatamente antes del
Concilio de Jerusalén.
Eso sería por el año 48 ó 49 D.C. Si la escribió después del
Concilio, entonces pudo haber sido escrita durante su estancia en
Corinto en su segundo viaje, año 51-52 ó desde Efeso, en su tercer
viaje (Hch. 19.1). Algunos la consideran más tardía. Hay argumentos
muy fuertes en favor de ambas consideraciones.
Los que argumentan una fecha tardía:
1. Estiman que es muy difícil acomodar los intervalos de 14 ó 17
años de las visitas de Pablo a Jerusalén expresados en la carta
(1. 18, 2. 1) con el resto de la cronología bíblica.
2. Creen que Gálatas 2.1-10 coincide con la visita del Concilio de
Jerusalén de Hechos 15.
3. Dicen que el ministerio de Pablo en la Galacia del Norte no
vino sino hasta después de avanzado su ministerio (Hch.
16.6,18.23).
4. No ven en la relación de Lucas la enfermedad a que Pablo hace
referencia en Gálatas (4.13).
10

5. Encuentran que hay semejanza de estilo y contenido en Gálatas


con cartas escritas posteriormente por Pablo como 2 Corintios
y Romanos, en adición a otras consideraciones.
Los que argumentan en favor de una fecha temprana dicen que:
1. Lucas relata en el primer viaje de Pablo su ministerio en el
sur de Galacia (Hch. 13.14-14.23).
2. El tiempo más apropiado para la escritura de la carta es el
que Lucas narra inmediatamente antes del Concilio de
Jerusalén, cuando los maestros judíos estaban infiltrándose en
las iglesias con las enseñanzas judaizantes (Hch. 15. l).
3. Gálatas 2.1-10 no puede ser la visita del Concilio (Hch. 15)
si no la de la ofrenda para el hambre en Judea (Hch. 11.29,
30, 12.25) porque Pablo no habla en Gálatas acerca del
poderoso recurso de la libertad dada a los gentiles por el
Concilio de Jerusalén en el sentido de no tener que observar
la ley.
4. Lo relacionado con Pedro y Bernabé en la carta encaja sólo
en un tiempo anterior al Concilio (2.11, 13), cuando no se
había aclarado aún la posición de los gentiles.
5. Pablo y Bernabé se separaron después del Concilio, por lo
tanto la relación mencionada por Pablo tuvo que haber
ocurrido antes de ese evento (Ga. 1. 11-2.13).
Los argumentos a favor de las iglesias del sur de Galacia y la
fecha temprana de la carta parecen tener mayor peso, pero no
podemos decir que son definitivos. Lo más importante es que
ninguna consideración de fecha o lugar invalida el mensaje y la
permanencia de la doctrina de la salvación por gracia solamente que
es la base de la enseñanza cristiana.
Al estudiar la carta a los gálatas, nos enfrentamos con el espíritu
que Cristo puso en Pablo y en los primeros discípulos: El de
renunciar a sus propias vidas para vivir una vida consagrada a la
salvación de las almas. Cristo no ha cambiado

Su estrategia (He. 13.8). Las gentes continúan extraviadas del camino


de la verdad (He. 3.7, 8). Oremos a Dios para que al estudiar esta
carta El la use para levantamos a propagar el evangelio vivo de la
gracia de Dios en Cristo Jesús.
1

Dios: el origen de la gracia


Gálatas M-24

Al leer a Pablo en esta epístola, mi mente se vuelve a mediados


de 1974 cuando por primera vez oí la voz de la hermana Angelita
Díaz. Ella me pedía que si podía recogerla en su casa, muy lejos del
templo, para ir a la iglesia en Jacksonville, Florida. Así comenzó una
profunda amistad y hermandad que unió a esta admirable mujer de
Dios con mi familia hasta el tiempo en que el Señor la recogió en las
mansiones del cielo. Angelita era una mujer enérgica en gran
manera; pero dirigida en la forma correcta, pues usaba su energía
para presentar y defender con ardor la fe que creía con todo su
corazón, a la que había consagrado toda su vida. Los años no habían
disminuido sus energías para exponer la palabra de Dios. La
seguridad con que hablaba mostraba a cada momento la firmeza de la
fe que sustentaba. Nunca la oí con palabras dudosas ni tampoco corta
en argumentos para exponer la necesidad de hacer una entrega
completa y total por fe al Cristo del Calvario.
Siempre he pensado que hacen falta muchos creyentes como
aquella hermana, para fortalecer a los que con espíritu pálido parecen
balancearse entre el sí y el no al llamamiento de Cristo. Pero gracias
a Dios que el Espíritu Santo que moraba en Angelita es el mismo que
el Señor ha manifestado en Su palabra. Lo podemos comprobar en
esta carta y en la recia personalidad de un hombre de Dios como el
apóstol Pablo, dispuesto a llamar a una fe viva, definida y sin ayudas
humanas en el Cristo de la cruz.
12

Saludo signifícativo
Gálatas 1.1-5
Las cartas en la antigüedad eran introducidas con una fórmula
conocida: el nombre del escritor, seguido de la persona o personas a
quienes se dirigían, concluyendo con el deseo del escritor. Pablo
sigue este esquema y lo amplía con el espíritu cristiano. Pero en esta
carta no da gracias por los creyentes ni los alaba. Más bien usa el
saludo para sentar las bases ya desde el comienzo, de todo lo que va
a decir a sus amados, aunque descarriados, hermanos en la fe e hijos
espirituales de las iglesias de Galacia (4.19).
Desde el principio esta carta muestra el ardor con que el Apóstol
tiene que salir a la defensa aparentemente de sí mismo, pero en
verdad del mensaje que le ha sido encomendado. He aquí un corazón
ligado a Cristo, para quien como dirá más tarde, vive completamente.
El saludo es significativo porque desde él se ve venir el torrente de
pasión, preocupación y cuidado que embarga al Apóstol por el
peligro que corren los creyentes de Galacia. ¿Qué sería de las almas
que él había cosechado en su trabajo por aquellos lugares? ¿Habría
trabajado en vano? Para Pablo, no hay tiempo que perder ni riesgo
que correr.

Credencial divina
Gálatas 1.1, 2a
Pablo es un nombre griego que significa "pequeño". Su nombre
original era Saulo, en honor al primer rey israelita de la tribu de
Benjamín, de donde venían los antepasados del Apóstol.
Posiblemente el nombre de Pablo le sería una buena carta de
presentación al mundo gentil greco-romano a quien dedica-ría su
ministerio. Con razón luego diría que "a todos me he hecho de todo,
para que de todos modos salve a algunos" (1 Co. 9.22).
13

Apóstol: uno encargado con una misión; mensajero, enviado. La


palabra es ampliamente usada en el Nuevo Testamento (más de 75
veces) para mostrar que Dios es el que da a su enviado la autoridad.
Pablo usa este término en todas sus cartas para subrayar el hecho de
que él es un verdadero mensajero de Dios y enviado personal de
Jesucristo para proclamar las buenas nuevas de salvación. Jesús
escogió doce hombres y los designó sus apóstoles (Mt. 10.2, Mr.
3.14, Le. 6.13). Estos habían sido testigos del ministerio,
resurrección y ascensión de Jesús (Hch. 1.21, 22). Pablo, según
siempre dijo, recibió este llamamiento personalmente de Jesús en el
camino a Damasco (Hch. 9.1-19).
En la carta a los Gálatas, más que en ninguna otra, Pablo
argumenta al salir a la batalla que su apostolado venía directamente
de Jesucristo y de Dios el Padre y bajo ninguna circunstancia tenía
raíces humanas. Aquí estaba la piedra angular del problema que
Pablo trataba de solucionar con esta carta. Si su enseñanza era
derivada de alguna fuente humana, aunque fuese la de los apóstoles
de Jerusalén, esta podía estar pervertida por el error humano.
Entonces los judaizantes podrían tener razón en atacar su doctrina
como imperfecta. Pero no podía haber error en el mensaje directo de
Dios.
A la vista del mundo incrédulo el camino cristiano es con
frecuencia considerado como una religión más o como un
entretenimiento humano en el que gastamos el tiempo. Pero el
creyente nacido de nuevo ha recibido un mensaje poderoso que se
convierte en una experiencia espiritual profunda, cuya garantía es el
Espíritu Santo (Ga. 3.2; Ef 1. 13, 14). La maravilla del evangelio es
la convicción de que viene del cielo y nadie más puede hacer ese
reclamo. Allí es donde va Pablo, su apostolado es verdadero y
genuino y su mensaje es tan sincero y único que no puede ser
rebatido como tampoco Cristo puede serlo.
A Pablo lo acompañan sus compañeros de ministerio, algunos a
quienes los hermanos de Galacia debieron conocer. Ellos dan fe de
las afirmaciones, el ministerio y el evangelio que el Apóstol está
manifestando a los hermanos de Galacia. Pablo no está sólo en su
exposición, una nube de testigos lo acompañan (He. 12.1, 1 R.
19.18). También nosotros los creyentes de este tiempo estamos
afirmados en una salvación por la fe probada por millones de
cristianos que juntamente la hemos experimentado.
14

Destino de la carta
Gálatas 1.2b
Ya hemos visto en la introducción la larga discrepancia de los
intérpretes con respecto a la identificación de los destinatarios de esta
carta. Considerando todos los argumentos y el interés de Lucas en
presentar el ministerio de Pablo lo más detallado posible, lo más
lógico y práctico es aceptar que el cuidadoso escritor del libro de los
Hechos no iba a omitir las incidencias de un recorrido de Pablo por el
norte de Galacia y recoger sólo el del sur (Hch. 13.14-14.23). Así es
que mejor tomamos los detalles de su viaje por el sur de la provincia
como el legítimo ministerio a los gálatas, aunque Lucas y Pablo usen
nombres distintos.
Algunos han argumentado que los gálatas eran personas
violentas, volubles y pasionales en quienes un cambio repentino de
opinión sena normal y corriente. No es extraño, también todos somos
gálatas en este sentido, porque como recién convertidos o creyentes
poco desarrollados, pesa mucho todavía la naturaleza humana de
pecado. La planta estaba tierna en la tierra y los creyentes serían
niños en Cristo (1 Co. 3.1, 2).
Pablo, como vemos, no siente deseos de dar alabanza alguna por
los cambiantes gálatas como hace en otras cartas (Ro. 1.6, 7, 1 Ts.
L2-10, 2 Ts. L3-12, Fil. L3-11) sino que la dirige escuetamente. No
hay gratitud que expresar por ellos en la sinceridad del corazón del
escritor. ¡Qué precioso es el espíritu cristiano! No decimos lo que no
sentimos y no nos vemos obligados a mentir como hacen las
personas sin Dios. Honor sólo a quien honor merece. No es que haya
un corazón corto, pues aquí se sobra el amor. Esa es la maravilla del
cristianismo: hay amor aunque no haya merecimientos. No hay
necesidad de falsas alabanzas que no hemos ganado en verdad.
¿Tienes tú un miembro de tu familia cuyo comportamiento no es
recomendable y a quién no puedes alabar, pero todavía lo amas
mucho y oras a Dios diariamente por su vida? Si es así, el verdadero
espíritu cristiano está en ti.
Pablo ejemplifica la clase de naturaleza completa que Dios da
con la regeneración; él actúa por principios y nunca por los
convencionalismos de este mundo torcido.
15

Fuente y origen del evangelio


Gálatas 1.3-5
El saludo paulino de gracia y paz reúne las dos expresiones
comunes para saludar en el mundo de aquel tiempo según la
costumbre griega y hebrea (Ga. 6.16, 18, 1 Co. 16.23, 2 Co. 13. 11,
Ef. 6.23, 24, Fil 4.9, 23, 1 R 5.14, He. 13.20, 21 y otros). Estas dos
palabras contienen en sí el corazón del evangelio de salvación que es
dado como un regalo divino y es el único que conduce a la verdadera
paz con Dios (Ro. 5.1) y a la pacificación del alma humana. ¿De qué
otra manera pudiera resolverse el grave problema humano sino fuera
por este presente de Dios? El alma humana clama por el
cumplimiento de este deseo.
Las personas dicen con frecuencia palabras sin sentirlas:
excúseme", "que tenga un buen día". Estas son buenas si las
queremos entender así, pero generalmente se convierten en una
fórmula fría en los labios pero lejos del corazón. Pablo, inspirado por
el Espíritu Santo dice estas palabras con verdadero significado a los
hermanos de Galacia. La gracia y la paz son medicinas verdaderas
que curan el alma porque tienen su origen en Dios el Padre de
nuestro Señor Jesucristo que es la única vía en que todo bien puede
originarse (Sal. 127.1, 2, Hch. 4.12, Jn. 14.6).
La relación que Pablo hace de Jesús con el Padre es la íntima y
estrecha vía de la obra de la cruz redentora del Calvario: Cristo se dio
a sí mismo para que tú y yo, humildes criaturas, condenados por
nuestros pecados seamos traídos a la libertad gloriosa de los hijos de
Dios (Fil. 2.5-8). Poco podemos entender todavía de tan grande obra.
Jesucristo es el medio por el cual los hombres y mujeres de este
mundo podemos tener acceso al Padre Celestial (1 Jn. 5.1). Dios ha
querido que este sea el único medio de salvación para la humanidad
(1 Ti 2.5). Es la vía para el perdón de nuestros pecados y la
liberación del dominante reino de maldad que se inauguró en este
mundo desde la desobediencia en el jardín del Edén (Gn. 2.17).
¿Creemos de verdad que este es un mundo malo? No nos
referimos al mundo natural que por añadidura ha sido alcanzado por
la maldad humana (Ro. 8.22), sino a la esfera espiritual donde la
maldad ha hecho su incursión total (ls. 1.5, 6, Rom. 3. 10, 11).
16

Sólo hay un evangelio


Gálatas 1.6-10
El reclamo que Pablo hace de su apostolado (1.1) no es una
simple declaración de presentación. Es la autoridad misma del cielo
para calzar con la mayor firmeza lo que tiene que decir referente a las
líneas de demarcación del evangelio que ha predicado en Galacia y
en todas partes.
Hay mucha emoción y extrañeza en el corazón del Apóstol. Es
como si en la tarde hubiera sembrado una planta de naranjo y en la
mañana abriera los ojos para ver que la planta se había convertido en
una palma de coco. ¿Qué había pasado en Galacia? Pablo explicó a
los gálatas sencilla y firmemente que Cristo padeció por nuestros
pecados y que mediante su muerte y resurrección ofrece perdón y
vida eterna a todo el que lo acepte por fe. El llamamiento de Cristo es
sólo por fe, porque es ofrecido gratuitamente y es todo suficiente en
sí mismo. Los gálatas lo recibieron puro, único y sin añadiduras o
ropajes extraños del judaísmo o de cualquier otra naturaleza. Ahora
Pablo ha sabido que los gálatas han cambiado. Ahora siguen una
enseñanza extraña. El regalo de Cristo ha sido rechazado.
Cuando salimos en la mañana tenemos la alternativa de vestirnos
de distinta manera. Cuando comemos tenemos a veces la ocasión de
comer otra cosa diferente a lo que comimos antes. Hay muchas
oportunidades de cambiar las cosas que hacemos cada día. ¿Pero
puede cambiarse la manera en que Dios ha establecido nuestra
salvación? ¡No!

Lo que ahora seguían los gálatas era falso


Gálatas 1.6

Los maestros judaizantes hicieron creer a los gálatas que el


evangelio de Pablo estaba incompleto mientras que el de ellos que
incluía lo que este enseñaba más la ley de Moisés (5.3, 4) era el
verdadero. Estos hombres faltos de escrúpulos estaban remendando
el evangelio a su gusto como si fuera una red de pescar que se
acomodara a los humanos.
Los judaizantes del tiempo de Pablo han revivido a través de los
tiempos, quizá no con las mismas tácticas, pero sí con los mismos
17

resultados. Algunos andan con amuletos, cruces y resguardos


colgados. Otros guardan los días, las comidas que comen, la ropa que
visten. Se buscan intermediarios en 'los santos" para que pidan por
ellos. Se hacen obras de caridad para que Dios les perdone a cambio
las maldades del día. Así convierten a Dios en un mercader, se
empeñan en cambiar cualquier cosa por el favor divino; siempre que
quede intacta la vida del "yo hago lo que quiero" ¡No! No hay otras
alternativas al camino glorioso del evangelio de Cristo. 0 la muerte y
resurrección de Cristo es el pago suficiente por nuestros pecados y se
le recibe por fe o no hay convenio de salvación de ninguna clase.

Dios habla por una sola boca


Gálatas 1.7-9
Los gálatas recibieron el mensaje del apóstol Pablo y luego
oyeron a los maestros judaizantes. Ambos decían cosas diferentes,
pero ellos creyeron que así estaría bien porque Dios después de todo,
les podía hablar de diferentes maneras. Es una forma de tomar a Dios
a la ligera y Pablo no estaba dispuesto a dejar pasar tan grande
mentira.
Muchos me han preguntado a través de los años: Pastor, ¿cuál es la
religión o la iglesia verdadera? ¿Qué diferencia hay entre esta u otra
denominación? Hay en verdad algunas cuestiones en que los poco
cuidadosos pueden acomodarse. No le aconsejo que lo haga. No hay
nada pequeño en la obediencia, servicio y alabanza a Dios. Pero el
Señor no ha hablado, ni puede hablar con doblez o confusamente. El
no mandará un ángel del cielo con una palabra de salvación y al
mismo tiempo le dirá a Pablo que predique otro mensaje. Los gálatas
debían saber y nosotros también que el cielo habla una palabra
inconfundible a los hombres para que entren por la puerta que es
Cristo. Su palabra se ha hecho Escritura (2 P. 1.19-21, Jn. 5.39) y
nadie está autorizado a cambiarla. ¿Hay leyes contradictorias en el
universo? ¿Gobierna más de una mano en el orden natural? (Stg. 1.
17, 3. 11, Ap. 22.18, 19). Así tampoco en las leyes del espíritu ni en
la manifestación de las buenas nuevas.
18

Dos terribles maldiciones


Para llamar fuertemente la atención de los gálatas sobre la
seriedad del carácter único del evangelio que les ha predicado, Pablo
echa mano de una palabra muy notable: anatema. En un sentido esta
palabra fue usada para indicar algo dedicado o consagrado a Dios
(Le. 21.5, traducida: ofrendas); pero generalmente indicó algo
entregado a la ira divina para ser destruido (Lv. 27.29, Dt. 7.26, Jos.
6.17, 18). En este último sentido es que Pablo la usa en (1.8, 9; Ro.
9.3, 1 Co. 12.3, 16.22). Nadie, dice Pablo, puede cambiar el
evangelio que les he predicado.
¿Parece Pablo muy cerrado y exclusivista cuando dice que el
evangelio va por una sola vía, la de la gracia? La tendencia del ser
humano pecador es hacia la relajación de las normas por las cuales
debe vivir. Muchos estarán dispuestos a repetir que todos los
caminos conducen a Roma. Las doctrinas fáciles que no requieren
mucho de los seres humanos y que abren varias puertas, tienen
siempre bastantes seguidores pero no así el camino de Dios.

Agradando sólo a Dios


Gálatas 1.10
La vida del apóstol Pablo se muestra en su estricta medida
cuando manifiesta su total dedicación a agradar sólo a Dios como el
objetivo supremo de su vida. Así echa abajo toda posibilidad de que
lo mueva algún interés mezquino que lo lleve a cambiar su objetivo
de servir a Cristo con minuciosidad (Le. 16.10, 19.17). ¿Estamos tú y
yo tratando de ser fieles a Cristo en todos los detalles del diario
vivir? o ¿somos de los creyentes que no se esfuerzan y no les importa
fallar en ciertas cosas? (Stg. 4.4).
Se necesitan hoy, más que nunca, servidores de Cristo que tengan
como su prioridad la de buscar cada día la voluntad y lo que agrade a
Dios. Muchos hay que buscan lo suyo propio, pero no lo que es de
Cristo Jesús (Fil. 2.21).
19

Defendiendo su apostolado
Gálatas 1.11-24
Pablo no era un hombre que centraba su propia persona como
objetivo de su vida. Su profunda percepción lo llevaba al propósito
en que estaba empeñado. El era a todas luces un hombre de acción y
de metas a lograr fuera de él mismo. Esa cualidad lo llevó a gastar el
precioso tiempo de su vida en la causa que lo movía y lo libró de la
mezquindad de promoverse a sí mismo.
En la carta a los gálatas encontramos, más que en las demás, una
defensa directa referente a su persona. Pero Pablo no está
defendiéndose a sí mismo por egoísmo, sino que está defendiendo su
apostolado porque su autoridad está siendo puesta en tela de juicio
por los maestros judaizantes. Ellos decían que él no era un apóstol
genuino para poder hacer creer a los gálatas que el evangelio de
Pablo necesitaba que se le añadieran los requerimientos de la ley
mosaica.

El evangelio según Jesucristo


Gálatas 1.11, 12
El Apóstol fue a cimentar la construcción de su evangelio, no en
fuentes de segunda mano, como podían ser los apóstoles de
Jerusalén, sino directamente en aquel de quien lo había recibido:
Jesucristo mismo (vv. 11, 12). Algunos ven en este pensamiento el
núcleo de los argumentos expuestos en toda esta carta. No es que
Pablo desechara la fe de los apóstoles originales, ni la enseñanza de
la iglesia primitiva (1 Co. 11.23, 15.3-8), sino que aclaraba su
vinculación original con Cristo.
Hay sectas alrededor nuestro que las han fundado los hombres;
hay religiones en el mundo que fueron producto de la invención de
hombres. Miles y millones de personas siguen a los hombres y como
ciegos guiados por ciegos caerán en el hoyo de la condenación
eterna. Mucho cuidado hemos de tener con la única vida que
poseemos, porque nos jugamos la eternidad en lo que creemos.
20

¿A quién confiaremos nuestras almas y las de los demás a


quienes influimos? Asegurémonos como Pablo, de estar en la fuente
de toda la verdad que es solamente Jesucristo. Para eso cada creyente
debe empeñarse en escudriñar por sí mismo las Escrituras para ver
que la doctrina es fiel y verdadera (Hch. 17.10, 11). Los que le
confían sus almas a otros sin investigar pueden terminar en la
condenación.
Pablo decide aclarar sus pasos en el pasado y así demostrar que
se ha conducido según Dios y no según los hombres. Todo discípulo
de Cristo debe vivir cada día consciente de que sus pasos están
escribiendo el testimonio de su profesión de fe.
Somos observados por Dios y por el mundo (2 Co. 3.2, 2.17, Sal.
53.2). Lo que hacemos acreditará o desacreditará el mensaje que
decimos creer. Las personas que nos rodean pudiera ser que no
leyeran la Biblia, pero de seguro leerán todo lo que decirnos y
hacemos. Es bajo esta confianza que Pablo echa mano de su andar
por el mundo y deja ver a sus lectores y a nosotros tan distantes en el
tiempo, una ventana abierta de su vida.

Siempre fiel a su causa


Gálatas 1.13, 14
Saulo de Tarso fue toda su vida un hombre sincero consigo
mismo aunque profundamente equivocado en su comienzo. Aquí se
nos revela su vida en el judaísmo bajo el velo del falso entendimiento
de la ley. El quería justificarse con Dios, pero no conforme a ciencia
(Ro. 10.2). Como él mismo dice, no estaba dispuesto a que otros
prosperaran una doctrina diferente a la que él creía. Si bien Saulo no
estaba en lo cierto, sí tenía las cualidades de carácter que una vez que
fuera iluminado por la verdad, sería el hombre que fue. Si Pablo no
hubiese tenido este celo de Dios ¿cómo podría haber llevado a cabo
la labor evangelizadora a la que dedicó el resto de su vida, luego de
su encuentro en el camino de Damasco?
Dios está viendo nuestras almas. ¿Qué clase de fidelidad tenemos
a Jesucristo? ¿Con cuánto ardor vivimos la vida cristiana y llevamos
el evangelio al mundo perdido?
21

Un llamamiento santo
Gálatas 1. 15, 16a
Pablo basa su ministerio en el hecho de que Dios quiso llamarlo.
Lo apartó para la tarea a la cual quería que se dedicase. Este
llamamiento no se debía a sus méritos, sino a la gracia de Dios.
David venció a Goliat porque tenía la convicción de que Jehová
de los ejércitos guiaba su mano firme en la honda (1 S. 17.40-45).
Amós dio un mensaje grande a Israel en el nombre poderoso de Dios
porque sabía que El le había tomado de detrás del ganado para que
fuera como profeta a su pueblo (Am. 7.14, 15). Juan el Bautista dio
un mensaje poderoso porque sabía que él era la voz que debía clamar
en el desierto Un. 1.23). Siempre ha sido así. Dios se complace en
revelarse a los siervos que estén dispuestos a hacer Su voluntad y les
da las instrucciones para llevar a cabo Su obra.
Dios ha llamado y sigue llamando. Su llamamiento debe ser
contestado. En primer lugar nos ha llamado a todos al
arrepentimiento y a la salvación en Cristo Jesús (Ez. 33.11, Mt.
11.28, U. 13.1-5, Ap. 3.20). Luego nos ha llamado a ser Sus
mensajeros (Mt. 28.19, 20, 2 Co. 5.18-20). Dentro de estos
llamamientos, a El le ha complacido dar tareas especiales a algunos
de Sus siervos (Jer. 1.5, Hch. 9.15). ¿Le has preguntado al Señor qué
quiere hacer con tu vida y en qué tarea específica te necesita en Su
reino?

Caminando independientemente
Gálatas 1.16b-24
Pablo esgrime un argumento de ausencia muy fuerte en la
defensa de su apostolado por lo que señala: " ... después de mi
conversión yo no estaba en Jerusalén donde ellos estaban y por tanto
no pudieron darme instrucciones los que fueron antes que yo.
Cuando por fin estuve allí por quince días sólo vi a Pedro y a Jacobo"
(Hch. 9.26-30). 'M mensaje no es de origen humano, sino divino".
Pablo quiere asegurar nuevamente a los gálatas que lo que está
diciendo es toda la verdad referente a este asunto. Bajo juramento:
delante de Dios que no miento. Los detalles autobiográficos que da
son muy minuciosos, para que no quede duda de su trayectoria
durante esos primeros años en los que afirmó el fundamento de la
doctrina que predicaba.
22

El discípulo de Cristo ha de caminar por este mundo con un


itinerario tan limpio y resplandeciente que en cualquier momento
pueda sufrir la inspección de la crítica más severa. Pablo vivía
delante de Dios. En primer lugar no hay otra manera de vivir en este
mundo, pero el pecado ciega al pecador para no verlo. Sin embargo,
Pablo estaba consciente como debemos estarlo nosotros, de que
daremos cuenta a Dios de cada detalle de nuestra vida.
El cambio que produjo la conversión a Cristo fue notable en
Pablo. A sus oídos llegó la incredulidad de sus contemporáneos por
el cambio de posición de perseguidor a paladín de la fe. Una vida así
no podía ser menos que motivo de glorificación al nombre de Dios
(Hch. 13.47-49).
Nuestros familiares nos ven como vivimos todos los días.
Nuestros amigos y compañeros de trabajo, estudio o reunión saben
de nuestras vidas. ¿Vivimos para la gloria de Dios?

Lecciones para la vida en Gálatas M-24

1. Cristo se dio por nuestros pecados, por lo tanto no tenemos que


pagar con ningún sacrificio la salvación, pero sí vivir para
obedecerle con todo el corazón.

2. Nadie puede cambiar el mensaje de Dios; a nosotros nos


corresponde oír Su palabra con obediencia (Ap. 22.18,19).

3. El llamamiento de Dios a cada persona es a una vida agradable a


El, quien nos ha traído por Su gracia a la luz de Cristo.
23

Actividades de aprendizaje personal

1. La teoría antigua dice que las iglesias de Galacia estaban en el de


la provincia.
La teoría moderna dice que las iglesias de Galacia estaban en el
de la provincia.

2. Los judaizantes enseñaban que a la gracia debía añadírsele el


cumplimiento de

3. Explique las tres grandes enseñanzas de Pablo en 1.4, 1. 10 y 1.


15.
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________

Respuestas: la. Norte; lb Sur; 2: la ley; 3: a. darse a sí mismo, b.


agradar sólo a Dios, e. llamado por regalo.
2

La ley contra la gracia


Gálatas 2.1-21

Cuando yo era niño trataba de hacer las cosas bien. Mis padres
nunca tenían que regañarme, pues yo siempre andaba rectamente. Era
obediente y cumplía todo lo que se me ordenaba. Un día, estando en
la primera escuela a la que asistí, la maestra se disgustó con la
conducta de algunos niños y puso un castigo a toda la clase. No hubo
tiempo de recreo y en su lugar hubo que hacer trabajos extras. No
podía comprender que me castigaran, porque yo me esforzaba por
comportarme de la mejor manera posible. El resultado fue que como
nada podía hacer, lloré por mucho tiempo.
Este tipo de mentalidad creció conmigo. Como yo cumplía con
mis deberes, creía ser bueno y de nada tenía que arrepentirme. Todo
estuvo bien hasta que en mi casa entró la palabra de Dios. Mi madre
hizo que la leyera y la oí por bastante tiempo. 1,legué a saber
bastante de la Biblia intelectualmente. El mensaje central de
arrepentimiento, perdón y el regalo de la salvación por medio del
sacrificio de Cristo, no entró fácilmente.
Fue bloqueado por mi manera de cumplirlo todo y por el
concepto que tenía de la bondad de mis obras. Tuvieron que venir
batallas y crisis que rompieran la concha del yo.
El ser humano siente una inclinación natural hacia el
cumplimiento de obras meritorias, para arreglar sus asuntos con
Dios. Estamos prontos a sobreponer lo que creemos que es bueno en
nosotros para merecer la aprobación de Dios. Pablo estuvo envuelto
en esta batalla, primero entendiéndola en su propia vida (Ga. 1.14) y
luego enseñándola en las de los demás como lo muestra la
experiencia de las iglesias de Galacia.
Gracias a Dios que prevaleció la luz; pero no sin una lucha que
en cuanto a los gálatas se refiere, fue sólo un capítulo de su vida.
25

Contacto con los líderes de Jerusalén


Gálatas 2.1-10
Recordemos que en esta carta Pablo está relatando los
acontecimientos de su vida. Su itinerario de viajes y los contactos
con otras personas son exactos. Al mismo tiempo en el libro de
Hechos tenemos el itinerario de los viajes del Apóstol. Ambos
documentos fueron inspirados por el Espíritu Santo y no puede haber
contradicción entre ellos. Lucas cuenta de cinco viajes de Pablo a
Jerusalén, siendo sin duda Hch. 9.26-30, Gá. 1.18-20 el viaje que
siguió a la conversión. Pablo después no pudo dejar de mencionar
ningún viaje, por omisión o por cuestión de menos importancia. Esto
daría lugar a las sospechas de sus detractores judaizantes y a los
testigos que leerían esta carta y lo notarían. Aparte de eso, un hombre
de Dios como él estaba abierto a toda la verdad, no a una parte. Así
las cosas, el viaje que Lucas narra seguidamente es el de Hechos
11.30, 12.25 que Pablo hizo con Bernabé a Jerusalén. Algunos toman
esos dos pasajes como dos viajes, pero nosotros lo tomaremos como
uno. Lucas sólo dice que ellos llevaron una ofrenda a los hermanos
de Jerusalén. Pablo relata la visita siguiente (2.1) diciendo que fue
con Bernabé, acompañado por Tito. Además, había pasado mucho
tiempo. Lucas no dice el tiempo de la visita, pero Pablo añade que
habían transcurrido catorce años. ¿Se refería al tiempo desde su
conversión o de cuando hizo la primera visita a Jerusalén? No
sabemos. Yo lo tomaría desde la conversión porque tiene más
exactitud.
Lucas sólo menciona la ofrenda. Pablo señala que lo que le
interesa a los gálatas es que él aprovechó la visita (Gá.2. 1, Heh.
11.27, 28), para exponer " ...en privado a los que tenían cierta
reputación el evangelio que predico entre los gentiles" * Pablo estaba
seguro del evangelio que predicaba, porque lo había recibido por
revelación de Jesucristo (1.13). Siendo un líder de la iglesia, sabía
que esta debía funcionar de manera armónica así como que el
evangelio no tenía cambios. Por eso era necesario trabajar en
armonía y no correr en vano en ningún sentido.
26

Esta visita no debe ser la que Lucas narra en Hechos 15 debido a


que:
1. Gálatas 2 relata una visita privada (2.2); Hechos 15 fue una
encomienda oficial de la iglesia de Antioquía (15.2, 3).

2. La única condición de los líderes en Jerusalén fue, según


Gálatas, que se acordasen de los pobres (2.10). Según Hechos
debían apartarse de los ídolos, sangre, ahogado y de la
fornicación (15.29). Pablo no pudo haber cambiado las
instrucciones de la iglesia de Jerusalén.

3. Si la decisión oficial del Concilio de Jerusalén hubiese sido


tomada antes del tiempo en que Pablo escribió esta carta (Hch.
15.22ss), el principal argumento que él debiera exponer sería
referirse a la carta enviada por los apóstoles de Jerusalén que
debía terminar la controversia. Pero no lo hace. Esto sería
totalmente increíble, conociendo el poder argumentativo del
Apóstol y la importancia de la dificultad que la carta a los
Gálatas estaba tratando de solucionar. Lo que indica que la
conversación sobre el tema en Jerusalén había sido solamente
privada.

4. Además, los judaizantes eran "algunos que venían de Judea"


(Hch. 15.1) reclamando la autoridad apostólica de Jerusalén
sobre la de Pablo. Para ellos era la carta del Concilio, más que
para otros (Hch. 15.24). Si Pablo y Bernabé eran los portadores,
entonces ¿por qué no la transcribe si ya había sido escrita?

El argumento de Pablo de que la circuncisión no era necesaria es


reforzado con su declaración de que ni aún Tito, con todo y ser
griego, fue obligado a circuncidarse. Era una rotunda refutación a
los judaizantes que querían que los gentiles convertidos en Galacia se
circuncidasen (5.2, 3). En esto Pablo no estaría de acuerdo jamás.
Pablo llama a los enemigos de la salvación por gracia falsos
hermanos (2.4). Estos eran también los que estaban enseñando mal
en Antioquía y en Galacia.
27

Aunque nosotros no somos jueces de los hombres, es necesario


distinguir la falsa doctrina. En medio de nosotros andan hoy muchas
personas, llamadas cristianas que hasta tocan a la puerta de las casas
en el nombre de Cristo, pero llevan una doctrina falsa. A los que no
lleven una enseñanza correcta dice Juan que no le digamos
"bienvenido" (3 Jn. 9, 10), porque son enemigos de la cruz de Cristo
(Hch. 15.5, Fil. 3.18). A estos, cuando los tratemos, nos corresponde
darles el mensaje verdadero (1 P. 3.15) o redargüirles (2 Ti. 4.2).
El evangelio de la salvación sólo por la fe en el sacrificio de
Cristo que Pablo predicaba, es un mensaje de libertad (2.4). Aquí está
la maravilla de la creación del hombre y la mujer con la única
condición de que el ser humano debía obedecer a Dios (Gn 2.17). Al
desobedecer el hombre, el regreso a esa condición sería sólo posible
a través de la puerta del perdón de la cruz de Cristo (Ro. 5. 1, Hch.
4.12, 1 'Ti. 2.5). Este es el único camino que Dios ha abierto para
conceder la libertad al ser humano (Jn. 14.6). Nuestra libertad está en
someternos a Cristo. Por lo contrario, separados de Cristo, somos
esclavos del pecado para siempre (Jn. 8.31-36). ¿No nos conviene
mejor ser esclavos de Cristo (Fil. 1.1) para gozar de la libertad del
pecado que hiere, aflige y mata? ¡Oh, cuánta insensatez hay en
despreciar a Cristo! ¡Cuánta esclavitud, cuánto dolor, cuánto
desastre! Esa es la esencia de la historia de este mundo doliente.
La verdad colocó a Pablo en la posición de no ceder terreno a los
que andaban en la falsa doctrina (2.5). En esto es válido ser
intransigente. Jesús advirtió muchas veces a Sus discípulos acerca de
la completa separación del mundo de pecado para los que le seguían
(Lc. 5.36, 37, Mt. 16.24, 5.13, 14). Seguir a Cristo es renunciar
totalmente a cualquier relación con el pecado.
¿Tenemos esto en cuenta cada día?
28

La actitud de Pablo de mantenerse firme en la buena doctrina de


la salvación por la fe solamente, le era una obligación ineludible. El
estar del lado de la verdad nos compromete a la fidelidad de la
obediencia al Señor, en lo cual no se puede ceder El cristiano no
puede participar de la idolatría, de las palabras mundanas, de la
doctrina de salvación por obras, del servicio a Dios por las ganancias
materiales o de cualquier otro compromiso con las costumbres del
mundo. Hace poco oí a un discípulo de Jesús que es nuevo en la fe
decir: "necesito estar seguro de lo que creo, para poder mantenerme
delante de los incrédulos entre los cuales me desenvuelvo". Ese es un
cristianismo consistente, con la verdad de nuestro lado.
Pablo llegó a la conclusión de que los de reputación nada nuevo
me comunicaron. Se refería a los apóstoles y líderes de la iglesia en
Jerusalén. Su llamamiento, su aprendizaje bajo el Espíritu Santo y su
cercanía a la palabra de Dios (1.17) hicieron innecesaria la tutela
humana. Aquel que perseguía a la iglesia de Dios, era el mismo que
después con mayor celo recibió la doctrina y el verdadero propósito
de Dios para con el mundo; para que fuera el apóstol a los gentiles.
Pablo es un ejemplo para nosotros en seguir a Cristo con ardor,
sacrificio y servicio verdadero.
Nosotros que podemos ver con amplitud la maravilla del
evangelio (1 Co. 10.11); comprobar el cumplimiento y la grandeza de
tantas profecías y ser testigos de la fe (He. 12.1), no tenemos excusa
alguna para seguir a Jesús de lejos (Le. 22.54). Antes bien, con toda
decisión vivir para El con todo el ardor de nuestras almas y esfuerzo
en servirle. ¿Lo estás haciendo tú hoy? Dios llamará "malditos" a los
que definitivamente le desprecien (Mt. 25.41) y ha llamado así
también a los que "hicieren indolenteniente la obra de Jehová" (Jer.
48.10).
Pablo no habla de los demás líderes en una forma arrogante ni
haciéndose superior a los demás. Eso no sería propio de su actitud
cristiana. Debemos aprender a reconocer la obra que hacen los demás
y con humildad vemos a nosotros mismos y lo poco que hemos
hecho (Le. 17.10). Lo que ocurría es que Pablo tenía que aclarar su
independencia de los demás líderes y de la pureza del evangelio que
predicaba como el único mensaje aprobado por Dios para judíos y
gentiles.
29

Pablo se refiere a Jacobo, Cefas y Juan como los líderes


principales en Jerusalén (2.9). Este Jacobo era con toda probabilidad
el medio hermano del Señor (Mr. 6.3) que luego de su conversión,
según la tradición, vino a ser por muchos años líder en la iglesia
madre. Jacobo el apóstol y hermano de Juan había muerto (Hch.
12.2) y el otro Jacobo (Mt. 3.17, 18) no se nombra. Los otros dos
eran los apóstoles Pedro y Juan. Si ellos le habían dado la mano en
señal de compañerismo y aprobación, no había ninguna razón para
discutir la validez del mensaje que Pablo predicaba. Ellos
reconocieron que el mensajero a los gentiles tenía tanta autoridad
como ellos y que aunque el trabajo estaba dividido en cuanto a su
ejecución, no había diferencia en el mensaje.
La única advertencia de los líderes de Jerusalén en esta
oportunidad fue que Pablo y los creyentes gentiles se acordasen de
los pobres (2.10). Esta referencia a la misericordia del evangelio
tenía desde luego una connotación práctica y necesaria en Judea.
Los creyentes judíos tenían gran necesidad, especialmente en
Jerusalén, donde había superpoblación y desempleo. Pablo no habría
de olvidar esto, sino que lo tomaría como una oportunidad para
mostrar el amor de los creyentes gentiles hacia sus hermanos y la
unidad del pueblo de Dios (2 Co. 8, 9). Así diría después: Tara que
en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez
de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad
vuestra, para que haya igualdad" (2 Co. 8.14).
Pocas veces el pueblo cristiano ha practicado este ideal (Hch.
4.32-37); pero siempre ha permanecido como un reto de Dios, para
mostrar en lo material, lo que es y será en lo espiritual: la unidad e
igualdad de todos los creyentes.
La misericordia de Dios en el corazón de Sus hijos nos compele a
ayudar a los más necesitados y tener un espíritu dadivoso y
compasivo. La iglesia donde yo trabajo actualmente ayuda a sostener
un comedor que da una comida diaria a los pobres y reparte víveres,
ropa y zapatos cada semana a las familias necesitadas.
Oremos a Dios para que nos llene de este espíritu y manifieste el
poder de Su palabra en los corazones de las iglesias de hoy.
Recordemos las iglesias macedónicas que según Pablo "en grande
prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda
pobreza abundaron en riquezas de su generosidad (2 Co. 8.2).
30

Confrontación en el compañerismo cristiano


Gálatas 2.11-14

Entendemos que la Antioquía a que Pablo se refiere es la ciudad


de Siria, junto al río Orontes que en ese tiempo era la tercera ciudad
del imperio romano después de Roma y Alejandría. La iglesia que
funcionaba allí estaba compuesta por judíos y gentiles. Con el tiempo
vino a ser predominantemente gentil y centro de operaciones para la
empresa misionera a los gentiles (Hch. 13.1-3).
¿Qué ocurrió en Antioquía? ¿Cuándo tuvo lugar esta
confrontación?
Son preguntas que se levantan cuando leemos la última parte de
la historia del 1.11 al 2.14. Anteriormente Pablo habla en una
sucesión de tiempo, usando la palabra "después" (1.18, 21, 2.1).
Ahora comienza esta parte con "cuando". Esto ha dado lugar a pensar
que aquí no sigue en una sucesión de tiempo; pero lo más natural es
creer que este episodio sea una continuación de los anteriores y así lo
consideran la mayoría de los intérpretes. El cuadro parece representar
los tiempos anteriores al Concilio de Jerusalén, aunque ya la reunión
privada de Pablo con Jacobo, Cefas y Juan se había llevado a cabo;
asumiendo que esta fue la visita de Hechos 11.30, 12.25.
Hay muchas cosas que el pasaje no dice. Por ejemplo: ¿cómo era
el compañerismo entre los creyentes judíos y gentiles en la iglesia de
Antioquía antes que Pedro viniese? ¿Cuándo y por qué razones
vendría Pedro a Antioquía por aquel tiempo? ¿En qué contexto y de
qué manera se llevó a cabo la disputa? ¿Hubo algún disgusto o
separación como consecuencia de este desacuerdo? ¿Qué
consecuencias hubo para la iglesia por esta confrontación?
Cualquiera que fuesen estos detalles, Pablo dice que Pedro hizo una
visita a Antioquía en la cual:

1. Pedro se unía al compañerismo de judíos y gentiles comiendo en


confraternidad en las reuniones de la iglesia.

2. Una delegación de Jerusalén vino y entonces Pedro se retrajo de


confraternizar con los creyentes gentiles. La razón era que tenía
miedo de la delegación judía.
31

3. Los demás cristianos judíos siguieron a Pedro y hubo una


separación entre ambos grupos.

4. Pablo consideró eso como una actitud de hipocresía por parte de


Pedro; a la que hasta Bernabé fue arrastrado.

5. Pablo denuncia abiertamente a Pedro con palabras duras.

Todo el pasaje está escrito para sostener el principio básico de la


carta: que Pablo actuaba con independencia de los demás apóstoles,
pero que el evangelio que predicaba era el mismo para judíos y para
gentiles. Así rebatía a los judaizantes de las iglesias de Galacia, como
a los que no concibieran la unidad del evangelio para todos. El relato
nos muestra el desarrollo de una confrontación entre dos líderes de la
iglesia primitiva y la separación de la misma. Gracias a Dios que fue
resuelta la causa del conflicto y que la libertad del evangelio fue
preservada de la falsa interpretación judaizante.
Las palabras le resistí cara a cara, porque era de condenar (2.11)
son fuertes, pero no indican que hubiera entre ambos hostilidad, sino
un encuentro de oposición. El juicio de Pablo fue que Pedro merecía
condenación severa por su actitud. Era una cuestión de principios, no
un pleito personal.
El hecho que dos apóstoles tuvieran esta diferencia y que uno
tuviese que acusar al otro públicamente era poco usual, pero
necesario para la conservación de la correcta doctrina y para ejemplo
de la superioridad de la razón sobre las consideraciones de rango o
posición de los involucrados. Debió ser duro para Pablo el actuar así
y para Pedro el reconocer su error.
No habían instrucciones específicas en el Antiguo Testamento
para que los judíos se abstuvieran de comer con los gentiles (Dn.
1.8), pero aquellos consideraban que las comidas gentiles no estaban
de acuerdo con los alimentos prohibidos del pueblo judío (Jue. 13.14,
Dt. 12.16).
32

Parece que en Antioquía esta separación se había superado, pero


que en Judea aún prevalecía. Así cuando la delegación judía llegó a
Antioquía, mientras Pedro estaba allí, este y los que lo seguían se
unieron a la separación. Pablo usa palabras fuertes como miedo,
simulación, hipocresía (2.12, 13) que indican la inseguridad y
apariencias que querían mantener ellos. Esto era inconsistente con el
claro entendimiento del compañerismo cristiano.
La pregunta de Pablo a Pedro: ¿por qué obligas a los gentiles
ajudaizar? (2.14) queda sin contestar por la claridad de su respuesta.
No es que Pedro pidiese a los gentiles que se hiciesen judíos, pero
con su actitud estaba estableciendo dos clases de cristianos y
asumiendo que el judío era mejor. Pablo no toleraría esa desviación
doctrinal y los creyentes de Galacia necesitaban saberlo.
Hay aquí un ejemplo de rectitud en Pablo y de humildad en Pedro
del que la iglesia de hoy puede aprovecharse. Muchas iglesias
enfrentan conflictos. Estos siempre deben someterse a la dirección
del Espíritu Santo, para que lo que es bueno para la obra de Dios
prevalezca sobre cualquier consideración personal- No estamos aquí
para batallar contra personas, sino para luchar por el
engrandecimiento del reino de Dios (Ef. 6.12, Fil. 2.21). Bajo este
principio de respeto es que debemos tratar todas las diferencias
dentro del contexto de la iglesia del Señor.
En las iglesias hay a veces diferencias raciales, culturales,
sociales y económicas. Las personas tienen dificultad en aceptarse
unas a las otras, si en ellas prevalece el poder de la carnalidad o el
predominio del yo antes de haber conocido a Cristo. Es por esta
razón que Pablo va más adelante a exponer su disposición de vida en
Cristo. La sociedad del siglo primero y la nuestra de hoy día están
plagadas de prejuicios y discriminaciones, porque así es la vida en la
carne (Rom. 7, 8) y lo único que cambiará esto es la vida en el
Espíritu.
33

Salvados por medio de la fe y no por obras


Gálatas 2.15, 16

Pablo sigue hablando con los gálatas, pero sin dejar del todo lo
que dijo a Pedro (2.15). Como judíos y celosos en guardar la ley de
Moisés se supondría que Pablo, Pedro y los demás judíos, estaban en
una mejor posición delante de Dios que los gentiles que no conocían
ni guardaban la ley. Sin embargo no era así. El mismo Pablo era un
ejemplo de cuánto había batallado por estar bien con Dios en los
tiempos que dependía solamente del cumplimiento de la misma (Fil.
3.4-7, Ilch. 23.6, 26.5, Ro. 11.1-7) y no lo había logrado. Ni su
conciencia ni su vida habían reflejado su justicia. Solamente habían
mostrado su pecado. Como corredor en la carrera del bien no había
llegado a la meta, sino que se había cansado comprendiendo su
debilidad y su derrota (Ro. 7.7-24, 3.9-11).
Pablo al hablar parece que en su experiencia había salido de un
largo túnel, al final del cual había encontrado la luz. Entonces declara
una de las más profundas enseñanzas del cristianismo: "él hombre no
es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo"
(2.16). En 2.15-21 el Apóstol expone el argumento central de la carta
dedicándose después a probarlo en 3.14.11
El ser declarado justo es una fanción que sólo corresponde a
Dios, el autor y personificador de la única justicia moral del
universo. Luego más adelante abundará en las raíces de la justicia en
la Escritura (3.6, 22, 4.21-31), Por lo pronto pronuncia el argumento
base de la justificación. Esta no puede ser buscada por el
cumplimiento de las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo.
Pablo expresa aquí una meta: ser justificado. El corazón del
hombre está hecho para el camino de la justicia, del cual el pecado lo
ha descarrilado, pero no privado del todo de su visión. Luego aparece
la ley de Moisés que le muestra con seguridad su imperfección. El
hombre toma el camino de cumplir esa ley pero no alcanza la
justicia. Entonces ve otro camino en el anuncio de Uno que siendo
justo ha cumplido la ley y por cuyo mérito la justicia nos puede ser
imputada: he aquí la fe en Jesucristo.
34

Pablo dice que los judíos tenían que echar mano de la justicia
provista por Jesucristo por medio de su sacrificio expiatorio en la
cruz del Calvario. Si los judíos no podían ser justificados por la ley
¿cómo podían serlo los gentiles? Ya no era una cuestión de si judíos
o gentiles, sino de todos los hombres.
¡La ley resulta ser un camino sin salida como medio de
justificación, sólo la fe en el Mesías (Ro. 3.21, 22) queda abierta a
todos los hombres, judíos y gentiles. ¡Qué maravilla y bondad divina
extendida a todos!
Los tiempos han pasado y las circunstancias han cambiado, pero
los hombres y mujeres de hoy tratan todavía de justificarse con Dios
haciendo buenas obras o cumpliendo con requisitos religiosos
formalistas. Ninguna de estas vías nos hará "buenos" o aprobados por
Dios, porque todos hemos quebrantado Sus leyes morales (Ro. 3.23).
El puente de la justicia para ser aprobado sólo puede establecerlo
Cristo. El nos justificó en la cruz, pagando por nuestros pecados. Esa
justicia sirve aceptándolo por fe como el Señor de nuestra vida.
Luego la obediencia a Dios, bajo la acción del Espíritu Santo, irá
enderezando nuestras almas torcidas (Ro. 5. 1, Jn. 16.13, 14).

Muerto al pecado y vivo para Dios


Gálatas 2.17-21

Los judaizantes parece que acusaban a Pablo de tratar de


convertir en pecadores a los judíos que aceptaban ser justificados por
Cristo, pues esto para ellos era una transgresión de la ley de Moisés
(2.17). Esto era falso. Cristo no vino para enseñar un camino de
pecado. Al contrario, vino para mostrar y cumplir con el único
camino de la justificación verdadera con Dios: el de la justicia del
Justo aplicada al injusto por la fe (1 P. 3.18). La transgresión estaba
en que los judíos tratasen de justificarse por las obras de la ley y
tratasen de que los gentiles los siguieran en el mismo camino. Esto
indicaba que habían entendido mal la promesa del Mesías, el cual
había sido prometido para justificar (Isa. 53.4-7, 11, 11.10) a judíos y
a gentiles (Hab. 2.4).
35

Pablo sigue argumentando, una vez más, que tanto los judíos
como los gentiles que se han vuelto a la justificación de Cristo; si
tratan de justificarse de nuevo por hacer obras meritorias (2.18),
entonces sí se convierten en transgresores. Esto implica que el
camino real de la rectitud para con Dios es uno sólo y ha de tomarse
sin vacilar, porque Dios nunca ha señalado otra alternativa.
Pablo estaba declarando a los gálatas la interpretación correcta de
las Escrituras y por tanto sentando las bases de la doctrina cristiana.
Con esto también dejaba sentado el principio de que en Cristo el
creyente es muerto para la ley, a fin de vivir para Dios (2.19). El
propósito de la ley era realmente sacarnos de su esfera, para llevarnos
a tener una relación completa con Dios por la muerte del Mesías.
Una vez agarrado fuertemente al sacrificio de Cristo, ya Pablo no
tenía ninguna ligadura de confianza en el cumplimiento de las obras
de la ley para ser salvo. Había literalmente muerto a ella, para poner
toda su confianza en el Cristo crucificado. Su vida de ahí en adelante
era toda para vivirla en la gracia de Dios. Por eso la vida cristiana no
puede ser otra cosa que Cristocéntrica, sacándonos de toda otra
relación.
Cuando Hernán Cortés tocó suelo mexicano, nos dice la historia
que tomó una decisión famosa. Decidió quemar sus naves y no
volver atrás de ninguna manera. Una más alta decisión le
corresponde al cristiano. Pablo dice: la de morir al pasado y vivir
para agradar al que nos ha salvado.

Una crucifixión permanente


Gálatas 2.20

La justicia humana se caracteriza por su frecuente mezcla de


conocimiento, buenas costumbres sociales, respetabilidad, obras de
caridad, un poco de religión, participación en clubes u
organizaciones de buenas causas. Esta conducta de "buenas maneras"
es apreciada por el mundo y generalmente da un viso de justicia y
alta estimación entre los hombres. Sin embargo este camino no
protege contra el mal ni arregla la enfermedad del alma que mantiene
en esclavitud y fracaso al ser humano. Hace algunos años un
36

matrimonio de altas calificaciones en conocimiento y sociabilidad era


activo en un club de personas superinteligentes. El se vio envuelto en
un crimen que había sido planeado cuidadosamente y fue condenado
a la pena de muerte.
Pablo sabía muy bien esto, porque él mismo había tratado de
hacer todo lo bueno de acuerdo con la ley de Moisés (Fil. 3.6) y sin
embargo había caído en la más baja impiedad (Hch. 9.1).
Pablo había llegado a la experiencia de que sólo por medio de la
identificación con el Cristo de la cruz, podría vivir una vida
agradable a Dios y satisfactoria para si mismo. Es por eso que
propuso a los gálatas el camino por el cual él también andaba. Aquí
dice a lo menos tres cosas:

Viviendo una vida de crucifixión


La condena de la cruz empezaba en el momento en que el juez de
la antigüedad la pronunciaba. El condenado era vestido como para
morir y era exhibido por las calles de la ciudad llevando su cruz hasta
el lugar donde debía ser ajusticiado, como símbolo del oprobio a que
era expuesto. El imperio romano y muchos pueblos antiguos la
usaron. Ya en los tiempos del Antiguo Testamento el castigo era
conocido y detestado (Dt. 21.22-23, Jos. 8.29).
Sin embargo, Pablo habla de la cruz como de un hecho sublime,
puesto que Cristo la padeció en un acto sustitutorio por el pecador.
Para Pablo la vida del discípulo de Cristo es a semejanza del Señor,
una vida crucificada. Todavía el crucificado no ha muerto
literalmente, pero ya camina como muerto a la vida pasada. Pablo se
detiene en la cruz levantada de nuestro Señor Jesucristo y dice:
"Cristo fue crucificado por mí, luego yo estoy crucificado
literalmente con El. Ya yo no vivo en la vida de pecado en que antes
andaba, porque por esas culpas el Señor ha pagado". Aquí hay una
fuerte determinación. La conciencia ha sido iluminada, la voluntad
activada y la emoción controlada para hacer morir lo terrenal que hay
en nosotros (Col. 3.5). Esta acción no es posible por la fuerza del
corazón humano (Ro. 7.22-24); porque está debilitado por el pecado,
sino por el poder del Espíritu Santo (Hch. 1.8, Ef. 3.16, 20).
37

Viviendo una vida de negación


Jesucristo llamó a Sus seguidores a andar en una vida de
negación voluntaria (Mt. 16.24). En realidad esta es la hechura con la
que Dios nos dotó a los seres humanos (Gn. 2.17). Aunque con
voluntad propia y capacidad para dirigir la vida, le complació a Dios
hacernos de tal manera unidos con El (Jn. 15.5) que voluntariamente
podamos hacer como nos ha mandado.
La vida de negación a que Pablo se refiere está basada en el acto
de la cruz. Ya Pablo no vivía según los dictados del yo, porque él
sabía que esa vida le había llevado al fracaso. Esta es la experiencia
del creyente. Cuando nos entregamos a Cristo miramos hacia atrás
con la convicción de que no nos puede ir bien con el timón de la nave
en nuestras manos. El discípulo de Cristo desconfía de sí mismo
como obrador del bien (Ro. 7.18). No es que tengamos una crisis de
personalidad; todo lo contrario. No hay persona más firme que el
cristiano (Ef. 6.10, 11). ¡Gloria a Dios que hemos encontrado la base
de la firmeza, en Dios mismo! Pero esta firmeza no está en el yo sino
en Cristo.

Viviendo la vida de Cristo


Pablo expresa la vida cristiana con el concepto "en Cristo" (Fil.
3.9, Ro. 8. 10, Ef. 2.13) que junto a otras expresiones similares (en
El, en Cristo Jesús, Cristo en vosotros, con Cristo) lo repite más de
164 veces en sus cartas. Con esto quiere decir que existe una
comunión entre el creyente y la divinidad en la que cada vez se funde
más lo uno y lo otro. El creyente va siendo más semejante a Cristo y
este va tomando más lugar en el corazón de Su discípulo. La ley ha
traído al Apóstol al caudal de Cristo y este es tan suficiente que lo
envuelve todo en su vida. No hay ninguna necesidad de legalismos o
ligaduras externas de una religión de ayudas humanas. "En Cristo",
Dios ha alcanzado toda la plenitud de la revelación, de la salvación y
del poder para suplir toda necesidad en el hijo de Dios (Efe. 3.19,
4.13, Col. 1.19, 2.9).
Hay un sentido más grande aún en que el creyente está
crucificado para vivir la vida de Cristo. El fue crucificado
precisamente para salvar a los pecadores (Ro. 5.8, 1 M. 1. 15) .
Nosotros estamos crucificados con El para dedicar nuestras vidas a
proclamar el evangelio salvador de Jesucristo.
38

La última parte de la proposición paulina de la supremacía de la


gracia sobre la ley para producir la justicia de Dios, está en su
declaración de que si no fuera así, por demás murió Cristo (2.21).
Baste esto para dejar establecido que Dios no podría salvar por las
obras de la ley si Cristo tuvo que venir, porque eso sería una
contradicción. Cristo murió en la cruz porque no había otro medio de
salvarse y Dios nunca intentó otra cosa. La ley nunca fue dada para
justificar, sino para introducir a Cristo en el mundo. Así no ha habido
ni habrá otro medio de justificación para con Dios que la horrenda
cruz del Calvario.

Lecciones para la vida en Gálatas 21-21

1. Cristo produce una libertad en el alma que protege contra toda


dependencia de las obras humanas en los tratos con Dios, porque
El es la puerta y el camino únicos que conducen al reino de los
cielos (2.4, Jn. 10.9, 14.6).

2. La misericordia hacia el necesitado va unida al camino de la fe


en Cristo de tal manera que son una misma cosa (2. 10).

3. La fe en Cristo produce un tipo de carácter que no admite


duplicidad, simulación o hipocresía sino que vive a la luz de
Dios y de los hombres (2.13, 14).

4. La justificación por la fe es suficiente y no requiere de ninguna


otra ayuda externa para cumplir con los requisitos de la
salvación (2.16).

5. La nueva vida en Cristo es un identificarse con El para hacer Su


voluntad y dejarlo a El vivir en nosotros (2.19-21).
39

Actividades de aprendizaje personal

Diga en sus palabras:


a. ¿En qué consiste la libertad de la cruz? (2.4).
b. ¿En qué reprendió Pablo a Pedro en Antioquía? (2.11-14).
e. ¿Qué quiere decir Pablo al hablar de su unidad con Cristo?
(2.20).
d. ¿En qué situación la muerte de Cristo estaría demás? (2.21).
e. Los ___________ y los pueden ___________ por
___________ solamente (2.15, 16).
(Judíos, gentiles, ser salvos, la fe de Jesucristo).
3

Solamente fe
Gálatas 3.1-25

Era yo pastor en un pueblo durante los años 1970's cuando tuve


una experiencia que Regó a lo más profundo de mi corazón. Un día
estaba trabajando en mi oficina del templo cuando un hombre tocó a
la puerta. Lo mandé a pasar y nos sentamos a conversar. Me contó
parte de su historia y entre otras cosas me dijo que estaba teniendo
ciertas dificultades con su vista. El quería saber qué tenía que hacer
para arreglarse con Dios. Con la Biblia en la mano le expliqué el
sencillo, pero profundo mensaje de la salvación por fe en el Cristo
que mano en el Calvario por todos sus pecados. Lo invité a
arrepentirse de todo corazón y entregarle la dirección de su vida
completamente a Cristo. No quiso tomar una decisión. Le tomé la
dirección y lo invité a venir al estudio bíblico del domingo a las diez
de la mañana.
Recuerdo que aquel hombre vino al templo y oyó de nuevo el
mensaje, pero después no vino más. Era y es mi costumbre continuar
trabajando con las personas para que obedezcan la palabra de Dios.
Lo visité y le hablé del mensaje. Me volvió a preguntar qué tenía que
hacer para estar a bien con Dios. Le volví a explicar. Parecía como si
no entendiera o como si le pareciera que la fe en Cristo y la
obediencia no fueran suficientes o no tuvieran importancia para él.
Me fui, pero cuando pasaron algunos días volví. Me dijeron que ya
no vivía allí. Algún tiempo después cuando andaba visitando por el
pueblo lo encontré nuevamente y me dio su nueva dirección. Lo
volví a visitar y hablé con él una vez más sin ningún cambio.
41

Durante los años siguientes aquel hombre se cambió de domicilio


varias veces y siempre lo encontré para que me diera su nueva
dirección. En cada ocasión lo perseguí con el mensaje al que nunca
hacía caso. Por fin un sábado en la tarde cuando me encontraba
echándole gasolina a mi automóvil lo encontré de nuevo y le di el
mensaje junto a la bomba del combustible. LO invité a tomar una
decisión. Al amanecer del siguiente día fui a la puerta de mi casa a
recoger el periódico del pueblo. Me sorprendió ver en la primera
página la fotografía de aquel hombre. Decía: "Encontrado muerto a
golpes en la carretera a la salida de un bar donde había estado
bebiendo en las afueras del pueblo. Parece que lo mataron para
robarle".
Cuando leí esa historia temblé. Lloré de dolor por el recuerdo de
aquella pobre vida. Vi el amor de Dios por aquel pecador y cómo me
había usado para perseguirlo hasta el día de su muerte con el sencillo
mensaje de la salvación por la fe en Cristo. Pablo batalló con los
gálatas para que confiaran de verdad en Cristo y solamente en El.
Quería que entendieran que el mensaje que les había dado era
suficiente para su salvación.
Vamos a considerar los argumentos que Pablo usa para probar
que: la fe en Cristo y sólo en El es la base y el todo de la salvación.

La prueba de la experiencia
Gálatas 3.1-5

Dos palabras fuertes usa el Apóstol en la apertura de la


exposición de este argumento. Primeramente llama a sus amados,
insensatos, necios o tontos. Esta palabra la repite en el versículo 3.
No es que ellos fueran personas menos dotadas que las demás o
incapacitadas mentalmente. Eran personas normales y corrientes.
Pero el Apóstol se desespera al ver que ellos no se han detenido a
pensar un poquito en lo que están haciendo. Se estaban dejando
llevar por lo que otros pensaban por ellos. A pesar de tener los
elementos de juicio a la mano, no los habían usado. Esta es una
lamentable verdad en este mundo donde se usa mucho la ley del
42

menor esfuerzo. Las multitudes siguen casi sin pensar a los que
piensan por ellos, la mayoría de las veces equivocadamente. Pablo le
llama a eso insensatez y se admira grandemente de que ellos,
teniendo la experiencia de la fe, hubieran caído en esa falta.
La segunda palabra fuerte que usa es en forma de pregunta:
¿quién os "fascinó"? La palabra puede también traducirse "hechizó".
Es la única vez que este verbo se usa en el Nuevo Testamento,
aunque es usado comúnmente en la literatura griega. Era una
expresión figurada, como decir: "le echó mal de ojo" o "usó poderes
mágicos". Pablo dice que ellos parecían haber caído en las manos de
un mágico manipulador de poderes demoníacos que los estaba de
esta manera apartando de la verdad.
Debemos aclarar que esta es una palabra figurada y retórica. No
es que Pablo diga que estos poderes son reales o crea en ellos, pero le
sirve para expresar lo lejos que ellos han sido arrastrados por las
falsas enseñanzas judaizantes a que se han expuesto. Esto, teniendo
en cuenta que la verdad había llegado a los gálatas bien limpia en la
enseñanza del Cristo crucificado.
Los gálatas al creer habían recibido el Espíritu Santo (Ef. 1.13,
14). Esto no había pasado como resultado de cumplir con ciertos
requisitos de la ley mosaica ni porque ellos hicieran algo meritorio,
sino solamente porque habían ejercido la fe en los méritos de la cruz
de Cristo.
Esta experiencia espiritual debió ser muy viva en los gálatas
creyentes. Ellos eran gentiles, nacidos y criados en los pecados
corrientes de sus días. El renacimiento del Espíritu debió mostrar una
diferencia muy grande en sus vidas. Entre nosotros hay creyentes que
vienen con un fondo cultural y familiar influenciado por el
cristianismo. Para ellos la experiencia de la conversión puede ser más
leve que para aquellos que han vivido dentro de los pecados más
aborrecibles. Pero de todos modos, el Espíritu Santo al venir a morar
dentro del corazón del creyente (Jn. 14.16, 17, 23) produce una
visión inconfundible (He. 6.4, 10.32).
43

Las palabras Espíritu y carne del v. 3 expresan dos aspectos


diferentes: ser justificados por la fe en Cristo o por los esfuerzos
humanos al cumplir leyes o ritos. El camino de la carne o de la ley no
traía sufrimiento, porque era el conformarse a los viejos esfuerzos
judaizantes que para nada les habían aprovechado. Sin embargo,
tomar el camino de la fe era exponerse a la persecución por parte de
los seguidores de la ley de Moisés. Pablo había tomado ese camino y
los gálatas también. Ahora no había razón para volverse atrás.
Tan grande debió ser la experiencia de los gálatas que Pablo se
refiere a este cambio como la acción del Espíritu que hace maravillas
entre vosotros (3.5). No sabemos todo lo que ocurriría en sus vidas.
Nos imaginamos que habían sido renovados profundamente y
experimentado cambios en su experiencia diaria. De manera que
sabían muy bien que el mensaje que Pablo les había dado tenía un
efecto poderoso y que no había sido por cumplir con la ley mosaica.
Esta prueba debía ser suficiente para que no dudaran del mensaje de
la fe, ni para que se cambiaran para hacer algo adicional.
Debemos preguntarnos si en nosotros ha habido un cambio
profundo desde que vinimos por fe a Cristo Jesús. El cristianismo
que profesan muchos cristianos ha conformado el evangelio al
mundo; en vez de conformar el mundo al evangelio. Los creyentes de
los primeros tiempos trastornaban el mundo (Hch. 17.6). Ahora, por
el contrario, muchos que profesan seguir a Cristo están trastornados
por la fuerza del mundo de pecado en que viven. Esto no tiene que
ser así. Al ser levantados por el poder del Espíritu Santo, los
discípulos de Cristo debemos reclamar nuestro lugar como sal de la
tierra y luz del mundo (Mt. 5.13, 14). Las iglesias que buscan servir a
Cristo en espíritu y en verdad; tendrán el poder para ser más que
vencedores (Jn. 4.23, Mt. 16.18, Ro. 8.37, Hch. 1.8). Ellos llevarán a
cabo su misión de impartir el mensaje de salvación a un mundo
sediento y experimentarán las maravillas que genera el nuevo
nacimiento.
44

La prueba de Abraham
Gálatas 3.6-9

Pablo pasa de la experiencia a la Escritura. Ahora entra a


demostrar que el mensaje de fe que él predica no es nada nuevo. Es
el mismo que Dios mostró siempre desde el principio. El está
hablando a creyentes gentiles y quiere que ellos conozcan y
recuerden que Dios los tuvo en Sus planes de redención desde el
principio y no por añadidura. Además, para ganarle a los maestros
judaizantes que los enseñan mal, usa un argumento anterior a la ley.
Cuando Dios trató con Abraham, todavía no había dado la ley, ni lo
había mandado a circuncidarse. Pablo dice: "tomad a Abraham como
ejemplo" o "considerad a Abraham". Dios lo llamó (Gn. 12.1-9) y
Abraham obedeció a Dios. Le hizo una promesa, se la explicó y
repitió (Gn. 15.1-5) y Abraham creyó a Dios (Gn. 15.6, Sal. 106.24,
3 1, Ro. 4.3-5). El resultado fue que Dios justificó a Abraham. Lo
único que este hizo en todo eso fue creer a Dios y estar en
disposición de obedecerle. No cumplió ninguna ley ni se hizo nada
en su cuerpo todavía. Sin embargo, quedó aprobado por Dios
específicamente porque creyó. Pablo se detiene allí y no argumenta
la circuncisión (Gn. 17). La razón es simple: Dios declara a
Abraham. aprobado antes, cuando cree, no después que se
circuncida. El orden es importante en los convenios de Dios.
Los rabinos usaban también el texto de Génesis 15.6 cuando
citaban a Abraham. Ellos lo aplicaban teniendo a Abraham. como un
hombre recto por lo que había hecho hasta allí. Se apoyaban en el
rescate de Lot de Génesis 14. Esto daba la gloria al hombre y no a
Dios. Los judaizantes siguiendo la misma idea, señalaban también la
necesidad de seguir a Abraham para llegar a ser hijos de Dios. Ellos
tomaban la vida de Abraham. como la de un justo a quien Dios
bendice, sin percibir la obra de Dios en el transcurso de su vida.
Pablo aclara y enfatiza que Abraham. no es un hombre de obras sino
un hombre de fe y la descendencia de Abraham. no se transmite por
el hacer algo, sino por ejercer la fe en Dios.
45

Al detenerse en la bendición de Dios a Abraham. por la fe, Pablo


establece la prioridad de la fe como la base sobre la cual Dios trata
con los hombres. En los versículos 7 y 9 el Apóstol dice: los que son
de la fe. Puede leerse también: "los que confían o dependen en la fe".
Usa las mismas palabras para establecer el contraste de las obras del
versículo 10 de los que dependen de la ley.
Pablo argumenta que la Escritura está revelada en el orden en que
Dios había de tratar con la humanidad. En la fe de Abraham. hay un
ejemplo de la manera en que Dios iba a justificar por la fe a los
gentiles. Si los descendientes de Abraham fueran a ser considerados
aprobados por Dios por medio del cumplimiento de las obras o los
ritos exteriores, Dios tendría que haber comenzado por ahí. Pero no,
siguiendo el camino de la fe de Abraham es que serán benditas todas
las naciones (Gn. 12.3, 18.18, 22.18, 26.4). El camino de la
descendencia de Abraham debe seguir el primer modelo.
Aquí queda establecida la consistencia del plan divino de
bendecir a la humanidad desde el principio. Dios no dio una medida
para los tiempos de Abraham y otra para después. Tampoco dio una
salvación para los judíos y otra para los gentiles.
Dios empezó con Abraham por la fe y ha seguido por allí para
llegar a la bendición de los gentiles. Los aprobados por Dios son
todos los creyentes: Abraham y toda su descendencia por medio de la
fe. Dios nunca intentó ni reveló la salvación de un pueblo en
perjuicio de los demás (Ro. 15.942). Ni tampoco basó Su bendición
en los méritos del hombre pecador. Pablo ve a través del Antiguo
Testamento un hilo que conduce a los gentiles. La revelación del plan
de Dios para la justificación de Abraham por la fe (Gn. 12.3, 15.6)
muestra tanto el propósito de la universalidad de su bendición como
el medio para otorgarla.
Pablo habla mucho a los hombres y mujeres de hoy. Nadie debe
tratar de arreglarle o cambiarle el camino de salvación a Dios,
tratando de inventar un rodeo por medio de intermediarios humanos,
méritos propios, cumplimiento de ciertos preceptos o sacrificios etc.
Sólo la línea de fe de Abraham conduce a Dios a través del Mesías.
46

La prueba de la ley
Gálatas 3.10-14

Los judíos reclamaban que eran herederos de la bendición de


Abraham (Jn.8.39). Basaban la justificación para con Dios
principalmente en cumplir la ley que fue dada más tarde a Moisés
(Jn. 5.10, 18, 46, 47, Mt. 19.7, 22.24). Para eso tenían que considerar
justo a Abraham (Mt. 3.9, Jn. 8.33), rico en méritos de rectitud y
ellos herederos del cumplimiento de la ley de Moisés. Pablo pasa a
explicar que ese es un camino equivocado.
V. 10. El primer texto que cita (Dt. 27.26) está en la
recapitulación de la ley en el Monte Ebal como la última maldición
que alcanzará al que no pusiera en práctica todas las palabras de la
ley para hacerla (Dt. 28.58, 59). Pablo quiere que los hermanos de
Galacia entiendan bien que si admiten ponerse bajo el pacto de
cumplir con la ley mosaica, vienen a estar bajo la maldición que ella
contiene. Seguramente los judaizantes les habían prometido que
tendrían una vida exitosa en ese camino, porque como la Escritura
dice "el hombre haciendo estas cosas vivirá por ello" U. 18.5). Pablo
reinterpreta para los gálatas las palabras de la Escritura, diciendo que
los términos de la ley están mostrando claramente la imposibilidad de
cumplirla. El énfasis de Pablo está en que no se queda bien con Dios
con la obediencia parcial, sino que la exigencia es que se ha de
permanecer en todas las cosas escritas en el libro de la ley (Dt.
27.26). Moisés mandó a cumplir toda la ley (Dt. 27.1), pero declaró
maldito al que no la cumpliera aun en sus más mínimas palabras.
Esto era equivalente a ser maldito o desaprobado, porque nadie podía
cumplirla. Es una manera de decir que todos son pecadores y están
destituidos de la gracia de Dios (Ro. 3.23).
Además, el argumento de Pablo va más allá cuando expone que si
Dios declaró que el hombre es justificado por la fe (Hab. 2.4), esto
anula la posibilidad de que alguien se justificara para con Dios por
hacer lo que la ley dice. Dios no hubiera abierto el camino de la fe si
la ley pudiera justificar (v. 11). La justificación es sólo por fe.
47

Hay varios resúmenes de la ley en el Antiguo Testamento (Sal.


15, Is. 33.14-16, 56.1, Mi. 6.8, Am. 5.4, Hab. 2.4). Pablo toma el
último de ellos y lo hace supremo. Los dos puntos que él está
comparando son que de una parte la ley apunta hacia maldición,
mientras que la fe señala a la justificación. Un fallo al cumplir la ley
trae la maldición, el creer con fe trae la herencia de Abraham y el
recibimiento del Espíritu. Los dos polos están en la ley y la fe (v. 12).
Mientras una requiere guardar los estatutos (Lv. 18.5), la otra
depende del favor recibido (Hab. 2.4).
Seamos sinceros con nosotros: ¿hemos podido tú o yo complacer
a Dios haciendo lo recto todos los días de nuestra vida? ¿Quiénes de
las personas que nosotros conocemos han vivido rectamente de
acuerdo con la mejor norma moral establecida? Pues si nosotros,
jueces faltos del conocimiento completo de la más alta moral de
Dios, encontramos todavía faltas en la naturaleza humana, cuánto
más Dios declarará injustos a todos los hombres (Ro. 3.23). ¡Gracias
a Dios por Su solución de la fe!
Pablo quiere que los gálatas recuerden que la ley ayuda a
reconocer que están bajo maldición (v. 13). Sin embargo, este no es
el fin al que Dios nos ha llamado, sino que Dios tiene algo mejor
para nosotros. Esto lo reveló desde el tiempo de la ley, declarando:
"maldito al colgado en madero" (Jesucristo) (Dt. 21.23). Pablo
encuentra en la revelación los detalles del plan de Dios que por
anticipado señalan al Mesías. Cristo es el punto central que corre a
través de la ley y viene a traer la bendición prometida a Abraham.
Esta alcanza a los gálatas gentiles que no han cumplido la ley ni la
pueden cumplir; pero que vienen a recibir la promesa del Espíritu (v.
14).
De los versículos 6 al 14 Pablo usa la mayor concentración de
pasajes del Antiguo Testamento de todas sus cartas y apela al centro
teológico de la doctrina cristiana. Su énfasis es que en la fe de
Abraham son bendecidos todos los que creen como el patriarca,
judíos y gentiles. La cruz de Cristo es central en esta bendición. Por
El se recibe el Espíritu. Al vivir en El son posibles todas las
promesas.
48

Los que hemos aceptado ser discípulos de Jesucristo y lo hemos


puesto a El en el centro de control de nuestras vidas, sabemos por
experiencia lo que debían saber los gálatas: el poder que mueve el
universo es el mismo que el que ha venido a nuestras vidas. Las
señales del poder de Dios han sido hechas en nosotros, para que
conozcamos que tenemos las arras o garantía del Espíritu (Ef 1. 13,
14).
Si tú todavía no tienes esta experiencia, el reto de Dios está
delante de ti. Lo puedes comprobar reconociendo tus pecados,
pidiendo perdón al que fue considerado maldito en la cruz por ti,
tomando tu cruz y siguiéndole (Ro. 5.8, 3.23, Hch. 17.30 1 Jn. 1.9,
Mt. 16.24). Si lo has hecho, el camino que se abre delante de ti es de
servicio (Jn. 12.26, 1 Co. 4.1).

La prueba del pacto: a través de Cristo


Gálatas 3.15-18

La expresión hermanos con que comienza esta sección es usada


por Pablo nueve veces en la carta (1.11, 3.15, 4.12, 4.28, 4.31, 5.11,
5.13, 6.1, 6.28). Muestra dos cosas: una expresión para comenzar o
terminar una sección y una muestra del afecto que lo unía con sus
convertidos en Galacia, a pesar de lo dura que pueda parecer la carta
en general. Así es el amor de Dios y el que El pone en Sus hijos. No
obstante lo fuerte que puedan ser Sus llamados al orden de nuestra
vida, todavía El nos llama con Su amor inefable.
Dos argumentos forman el tema de este pasaje. El primero es que
el pacto de Dios con Abraham es firme e irrevocable. Este representa
la voluntad de Dios en Su manera de tratar con la humanidad. El
segundo es que el pacto fue hecho teniendo en cuenta
específicamente al Mesías, no a un grupo de cumplidores de las leyes
posteriores.
Pablo no está tratando de expresar un argumento nuevo, sino más
bien poniendo en perspectiva práctica delante de los creyentes de
Galacia el pacto de Dios con Abraham. Su propósito es que no se
dejen engañar por la enseñanza legalista de los judaizantes. El dice
que un acuerdo entre dos personas es firme, cuanto más el que Dios
hizo con Abraham. Dios actuó haciendo un pacto irrevocable al hacer
la promesa de la herencia a Abraham.
49

Este pacto fue hecho a Abraham y a su simiente (Gn. 12.7). El


argumento de Pablo es que la palabra dada a Abraham para su
"descendencia" está en singular, significando que se trata del Mesías,
no de muchos (v. 16). La palabra fue tomada por los intérpretes
judíos como un singular genérico refiriéndose a la descendencia de
Abraham como un todo por la vía de Isaac. Sobre esta base el pueblo
judío construyó la interpretación errónea de que ellos eran los únicos
herederos de Dios (Jn. 8.39, 40). Sin embargo, Pablo dice que la
promesa de Dios se refería a Cristo y al linaje de El por la fe, como
Abraham (3.29). La ley posterior (Ex. 12.40) ni servía para suprimir
la promesa primera ni tampoco era buena para heredarla (vv. 17, 18,
Ro. 4.13,14).
El énfasis de Pablo en este pasaje está en que la promesa
sobrepasa y es anterior a la ley. Así construye sobre el pasaje anterior
en que demuestra que la fe sobrepuja a la ley. ¿No es maravilloso que
el Dios que ha hecho todas las cosas con sabiduría, en un mundo tan
minuciosamente planeado, también ha trazado nuestra salvación por
la fe en Cristo Jesús? Pablo mira el plan divino desarrollándose por
etapas. Dios promete la herencia a Abraham, porque por la ley no
podría dársela.
Dios en Su misericordia mira nuestras vidas cada día y a todo el
mundo (Sal. 14.2). Somos ciertamente imperfectos. Por mucho que
hayamos tratado de hacer las cosas bien, hemos fallado (Ro. 3.10,
23). Sin embargo Dios mira la intención de nuestros corazones (1 S.
16.7). Si hay en nosotros respuesta a Su llamamiento desde la cruz,
con el deseo de oírle y obedecerle, El está dispuesto a tomar ese
aliento de fe. Dios quiere levantarnos con Su brazo poderoso al
terreno firme de la justificación (Ro. 5.1) y al camino estrecho pero
seguro que conduce al cielo (Mt. 7.13, 14). A Abraham, le fue
prometido este camino y por la fe a todos sus hijos.
50

¿Para qué fue dada la ley mosaica?


Gálatas 3.19-25

Pablo tiene en mente que el elemento perturbador del camino de


la salvación es la falsa enseñanza que están recibiendo los
convertidos en Galacia. Los judaizantes probablemente no están
enseñando a los gálatas a abolir la fe de Abraham, ni la fe en Cristo.
Ellos están haciendo creer a los creyentes gálatas que el camino
perfecto para ir al cielo es el de ser un creyente cristiano cumplidor
de la ley (1.6, 7, 3.2, 2.16). Así es que Pablo en este pasaje le pega al
mismo centro del problema que los judaizantes están creando en las
iglesias de Galacia. Ellos necesitan comprender la mente divina en el
proceso de enseñanza que Dios ha desarrollado en la Escritura. Para
eso debían tener bien presente la verdadera función de la ley en el
plan de Dios.
En este pasaje hay dos preguntas claras que sirven de apoyo al
argumento y una breve explicación que está directamente dirigida a
enderezar la función de la ley en las mentes de los gálatas.
La primera pregunta: ¿para qué sirve la ley? o ¿por qué la ley? es
la base de toda la discusión. Si Dios dio la ley ¿fue para que al
cumplirla los hombres se hiciesen justos delante de Dios? La misma
pregunta indica que Dios tenía un plan bien trazado que no es
precisamente el que los maestros han enseñado a los gálatas. La
respuesta está desmenuzada en partes para que no les queden dudas
en el asunto más importante:
a. Fue añadida. Esto es, no fue el origen del plan divino, ya que la
promesa había sido dada por la vía de la fe. La ley no es el
fundamento de la salvación.
b. A causa de las transgresiones. El pecado abundó y Dios creó un
muro de contención señalando el peligro por medio de la ley. Esta
era santa, justa y buena (1 Ti.. 1.8-11); pero no para hacer a nadie
justo o perfecto.
c. Hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa. La
ley tenía un tiempo en que debía operar y durante el cual preservaría
la santidad y la justicia que Dios ha establecido a los hombres. Esta
no era como solución definitiva, sino como un auxilio temporal. Pero
cuando el Mesías se manifestara 11 sacaría a luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio" (2 Ti. 1.10).
51

d. Fue ordenada por medio de ángeles. La ley vino acompañada de


señales celestiales para mostrar el auxilio de Dios. Pablo enfatiza su
valor secundario con la intervención de ángeles, más que de Dios
mismo. (Dt. 33.2, Sal. 68.17).
e. En mano de un mediador. Este mediador se refiere claramente a
Moisés. El argumento es difícil de interpretar, aún con la explicación
del versículo 20. Parece indicar que la presencia de un mediador
indica una pluralidad en contraste con la unidad de Dios o una
medida tomada a través de un mediador es secundaria a la que Dios
hace por sí mismo. Esto es: la promesa es superior a la ley que es
mandada como una añadidura.
El que Pablo cite aquí la unidad de Dios (Dt. 6.4) añade al hecho
de que el evangelio de la salvación por la fe en Cristo está en
armonía con el concepto judío y que en nada contradice a la
revelación anterior.
La segunda pregunta es auxiliar a la primera: ¿es la ley contraria
a las promesas de Dios? Desde luego que Dios no se contradice, sino
que lleva a cabo un plan armónico. Lo que Dios hace posible por la
promesa es porque no era posible por el cumplimiento de la ley o de
otra manera.

Encerrado todo bajo pecado


La gran tragedia de los habitantes de este planeta está en su
rebelión contra Dios. Muchos han tratado de encontrar el origen de
los males que aquejan a este mundo y muchos otros han propuesto no
pocas soluciones. Vivimos la época más brillante de la historia de la
humanidad en cuanto a conocimientos que añaden bienestar a la vida.
Sin embargo, no es un secreto que el ser humano en lugar de mejorar
moralmente, empeora. Las personas son infelices, los hogares se
rompen y las naciones se dividen y pleitean constantemente, sin
encontrar una salida.
Pablo dice: La Escritura declara la conducta de los hombres como
reprobada en su totalidad ( Ro. 3.10-13), luego Dios abre una sola
puerta a través de la promesa que es por la fe en Jesucristo. La
mayoría de los seres humanos están ciegos y sordos corriendo en
medio de esta avalancha de pecado. La función del creyente es poner
en alto el verdadero mensaje de la salvación. Prometámosle a Dios
nuestro compromiso de hacer discípulos en todas las naciones (Mt.
28.29, 20).
52

La ley fue sólo un ayo


No sólo todos los hombres incluyendo judíos y gentiles estaban
bajo el pecado, sino que los judíos estaban forzados a permanecer
bajo el cuidado de la ley hasta la venida de la fe en Jesucristo. Pablo
ve una provisión divina mediante la cual la ley condenaba, pero
también guardaba hasta el tiempo en que la completa revelación de la
promesa fuera manifestada.
La palabra traducida ayo en el v. 24 es la que se usaba para la
persona que custodiaba y disciplinaba un niño en la antigüedad y le
llevaba al maestro para su enseñanza. Este trabajo de tutor lo hacía
generalmente un esclavo en una familia griega. De esta manera Pablo
ve la ley como un medio divino que instruyó al pueblo judío hasta la
venida del Mesías quien traería la justificación por el camino de la fe
de Abraham como había sido revelado primero.
¿Ha usado Dios algún medio para traerte a ti por el camino de la
fe en Cristo? Yo recuerdo que siendo muy niño oía cantar a unos
creyentes el himno "pecador ven a Cristo Jesús y feliz para siempre
serás". Mucho tiempo tuvo que pasar para que aquellas palabras
tuvieran vida para mí, pero hicieron una función en traerme a Cristo.
Así mismo la rectitud de mi madre me ayudó mucho hasta que
conocí la gracia en Cristo Jesús. Una vez que la luz del evangelio se
hizo, aquellos andadores quedaron atrás. Así dice Pablo que hizo
Dios por medio de la ley. Pero venida la fe, cesó el ayo.

Lecciones para la vida en Gálatas 31-25

1. Dios provee el Espíritu Santo en respuesta a la fe en Jesucristo y


esta es la prueba definitiva de que este es el camino correcto
para la verdadera justificación (Ef. 1. 13, 14).

2. La promesa dada por Dios a Abraham. y a su simiente el Mesías,


nos alcanza hoy. Así somos herederos directos por medio de la
fe en Jesucristo.
53

3. Como herederos del pacto de fe nos corresponde pasar esta


herencia a otros dándoles la palabra salvadora.

4. Aunque la ley fue un instrumento para traer la salvación, tiene


también normas que no han pasado de moda y que debemos
obedecer hoy.

Actividades de aprendizaje personal

1. Explique con sus palabras en qué consistía lo que Pablo llama la


necedad de los gálatas.
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_______________________________________________________

2. Escriba algunos ejemplos en los que ciertas cosas le han ayudado


a llegar al conocimiento de Cristo.
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_______________________________________________________
4

Todos uno en Cristo


Gálatas 3.26-4.7

Desde niño recuerdo que miraba a lo lejos a la cadena de


montañas que en mi provincia natal de Pinar del Río, Cuba, se llama
la Cordillera de los Órganos. Yo trataba de encontrar cuál de las
montañas era la más alta pero era difícil. Eso sucede también en la
vida con las almas que uno va conociendo. Unas nos parecen más
altas que las otras en los aspectos en que las comparamos.
Una de las personas que me han impresionado es mi hermana
mayor. Ella vino a conocer a Cristo por la enseñanza de nuestra
madre. Su carácter no era como el de los demás. No vi que se
preocupara mucho por sus propios problemas, más bien parecía
indiferente a sí misma. En lo que estaba siempre ocupada era en las
necesidades de los demás. Lo más interesante es que no ha cambiado
a través del tiempo. Ya ha vivido más de ochenta años hasta que
escribo estas líneas y en ese tiempo la he visto ir a su iglesia, leer su
Biblia, amar a todas las personas a su alcance, hacerle bien a todos
los que tiene a su lado. No es como otras personas que si les viene a
mano ayudan y sirven; ella lo hace con interés y sacrificio, como si
esa fuese su ocupación y motivación de vivir por lo que gasta todo su
tiempo en ello. Siempre he creído que ella trata de imitar a Jesús .
Eso, para mí, es lo que Pablo dice en este pasaje acerca de cómo
los creyentes gálatas debían vivir en espíritu de unidad y lo que para
él significaba la vida "en Cristo". El pensamiento es que los
seguidores de Jesús judíos o gentiles o de cualquier procedencia que
venga un creyente, vienen a tener unidad con El. Somos "uno en
Cristo Jesús". Veamos qué significa esta unidad.
55

El principio de unidad en Cristo


Gálatas 3.26-29

La Escritura contiene una revelación progresiva (Gn. 15.1316,


Dn. 12.9, 2 71. 1.10, U. 10.24), porque Dios ha tratado con la
humanidad mediante una enseñanza creciente. Así, para entender la
Palabra de Dios, debemos leerla como un sol que se levanta en la
mañana del libro de Génesis y va aumentando en luz a través de
Moisés y de los profetas, hasta cerrar el Antiguo Testamento. El sol
de la revelación viene a estar en el cenit del mediodía cuando Jesús
aparece en escena (Mal. 4.2, Lc. 2. 10, 11) y la luz se hace brillante a
través de todo el Nuevo Testamento (Jn. 8.12).
Cuando llegamos a este pasaje encontramos uno de los conceptos
más bellos y profundos en la revelación de la pluma paulina: la
unidad con Cristo. Era necesario que los creyentes gálatas lo
entendieran y nosotros también. El pasaje está argumentado por la
misma palabra en los vv 26 y 27 que Reina Valera traduce: "pues" y
"porque" y termina con la conclusión 11 ciertamente" del Y 29. Con
estas palabras Pablo comienza tres declaraciones: 1) Todos los
creyentes son hijos de Dios. 2) Tenemos una relación los unos con
los otros que él llama "en Cristo". 3) Por tanto todos los creyentes
son hijos de Abraham, según la promesa. La expresión "en Cristo" se
repite en los escritos de Pablo a lo menos 164 veces, de las cuales 8
aparecen en Gálatas. La palabra "todos" sirve de unión, así como el
"estar en Cristo" es el centro del propósito de Dios para Su pueblo
judío y gentil de todos los tiempos.
En el pasaje anterior (3.19-25) Pablo expone en forma negativa
por qué la ley de Moisés no podía justificar o vivificar (v. 21) al
hombre. Tampoco lo podía perfeccionar (v. 24), por ser un agente
condenatorio y revelador del pecado. En este pasaje el énfasis es
positivo, porque el fin de la fe es traer los creyentes a Cristo Jesús,
donde recibimos la plenitud de las bendiciones de Dios reservadas
mediante la promesa dada a Abraham.
56

Somos como hijos


Cuando la fe en Cristo Jesús, abierta únicamente por Dios y
ejercida por los hombres, se produce en esa maravillosa provisión
divina; el resultado es que venimos a ser hijos de Dios. El concepto
de "hijo" en la cultura hebrea era algo precioso. La mujer judía tenía
un deseo natural y honroso de tener hijos. Raquel que no los podía
tener, lo expresó con vehemencia: "Dame hijos, o si no, me muero"
(Gn. 30.1). Dios mandó a tener hijos y prometió Su bendición a la
descendencia (Gn. 1.28, 13.16, Dt. 28.4, Sal. 127.3-5, 128.3). El
concepto de "hijo" en su primer significado es aquel que nace y
hereda al padre, sin limitación de sexo. En ese sentido es la
semejanza de su padre. El hijo, por tanto se asemejaba, sucedía y
perpetuaba al padre.
Los padres y madres cristianos tenemos una alta responsabilidad
en modelar una imagen espiritual que sirva de faro a nuestros hijos,
para que ellos vean el camino de Dios en nosotros y puedan
encaminarse por el sendero santo a que Dios nos ha llamado. Es una
lástima que muchos padres cristianos descuiden su propio
crecimiento espiritual que es indispensable para que la rica herencia
del Señor se trasmita y crezca en las siguientes generaciones.
El ser hijos de Dios es el privilegio de los que seguimos a Cristo:
los gálatas y nosotros. Pablo enfatiza a sus creyentes gentiles que
tengan en alta estima su condición de hijos y que recuerden que
Jesucristo vino para establecer esta relación no sólo con el pueblo
judío, sino con ellos. Todos hemos venido a ser participantes de la
naturaleza espiritual. Hay un sentido de legítimo y santo orgullo en
que los creyentes en Cristo podamos reconocer nuestra herencia
divina. En este mundo de vida corta, de incertidumbres y de cargas
más pesadas de las que la mayoría de las personas pueden llevar por
causa de sus pecados; nos ayuda mucho recordar nuestra estrecha
conexión con el Altísimo. Su poder sobrepasa todo aquí. Dios es el
único que nos puede ayudar (Fil. 4.4-7, 1 R 5.6, 7).
¿Atesoras para tu consuelo y esperanza esta herencia común con
el pueblo de Dios? ¿Te regocijas en saber que como hijo de Dios eres
heredero del Rey?
57

Somos uno en Cristo


La expresión en Cristo (vv. 26, 28) o de Cristo (VV. 27, 29)
puede simplemente referirse a la vía de conexión con Dios como
punto de contacto en esta unidad singular de las criaturas con su
Creador. En esta expresión paulina los intérpretes han visto a través
de los tiempos un concepto de profundidad, en el cual el creyente es
sumergido en la naturaleza divina y el Señor en la naturaleza
humana. Es lo que Jesús enseñó a Sus discípulos con la alegoría de la
vid verdadera que encontramos en Juan capítulo 15. Hay una unión
estrechísima entre las ramas y el tronco de la vid, a la que El llama:
"Estar en mi y yo en vosotros" (Jn. 15.4). Jesús enfatizó esta unión
como indisoluble en el sentido de que debía 11 permanecer" (Jn.
15.4-7) para que fuéramos capaces de llevar fruto y para que
pudiéramos pedir y recibir respuesta a nuestras oraciones.
Vivimos la tragedia de disponer de una fuente llena de
provisiones para el pueblo de Dios que este no sabe aprovechar Dios
"ha abierto las ventanas de los cielos hasta que sobreabunde" (Mal.
3.10) y los creyentes perecen de hambre y sed. Esto es porque no
hemos reclamado nuestra "unidad en Cristo". Somos con frecuencia
inconstantes en el estudio de la palabra, en la oración y en la entrega
al servicio cristiano. Muchos creyentes viven "en las cosas
materiales", "en los apuros de este mundo", "en los compromisos con
esta generación", "en el amor de lo temporal". No tienen tiempo para
vivir y permanecer "en Cristo" y son como las hojas que arrebata el
viento, llevados de acá para allá por todo viento de este siglo. Es hora
de volver a la sencillez de nuestra creación, para pertenecer a aquel
que rige los cielos y la tierra por la gracia que es "en Cristo Jesús".
Esto es lograr en verdad la verdadera personalidad y la unidad a que
Dios nos ha llamado.
58

Somos uno por el bautismo


Pablo ha dicho que la unidad de los creyentes es por la fe en
Cristo Jesús (v. 26). Desde luego, esto implica que no lo es por el
cumplimiento de la ley en la realización de un rito como la
circuncisión o el hacer algunos actos buenos. Ahora menciona el
bautismo que en su significado básico es un acto de declaración
pública de la fe en el poder regenerador que el sacrificio de Cristo en
la cruz ha ejercido en el creyente. No creemos que el bautismo ejerza
un poder de cambio en sí, como tampoco que la persona sea
cristianizada por el mismo. El acto del bautismo no salva, sino la fe
en el que murió y resucitó por el pecador. Tampoco creemos en el
bautismo infantil para salvar a la persona aunque todavía no tenga
entendimiento. En la Biblia no hay un solo caso de bautismo de un
niño. Jesús fue bautizado por Juan el Bautista como ejemplo de
obediencia cuando tenía como treinta años de edad (Le. 3.23). Los
creyentes entran en un pacto de obediencia con Cristo por el perdón
de la cruz cuando tienen edad de entendimiento. El bautismo le
sigue, ya como discípulo voluntario y consciente (Mt. 28.19, 20).
El bautismo es un símbolo. La palabra griega "baptizo es
españolizada y no traducida; básicamente significa inmersión. El acto
simbólico consiste en sumergir al creyente completamente en el agua
en la semejanza en que Cristo fue enterrado. Así como Cristo murió,
el creyente ha muerto a la vida de pecado. Luego el creyente es
levantado del agua a la imagen en que Cristo fue resucitado,
indicando que el seguidor de Cristo es alzado a una vida de
obediencia y consagración a Dios.
El bautismo es un símbolo de la unidad del pueblo regenerado a
la imagen de Cristo. Por eso Pablo dice que todos habéis sido
bautizados en Cristo. No es que el acto del bautismo nos salve sino
que los que hemos creído, hemos recibido la investidura del nuevo
hombre espiritual. Hemos sido recreados por el poder del Espíritu
Santo en una nueva criatura. Por eso de Cristo estáis revestidos. El
ser humano es único en su creación, Dios no repite sus criaturas
como las fábricas de producción en serie. Sin embargo, podemos
tener una unidad preciosa en la semejanza de las almas que siguen al
Maestro, cuya unidad es simbolizada por el bautismo.
59

El bautismo es también un símbolo de obediencia. Cristo llama a


las criaturas a seguirle como Sus discípulos. El que realmente lo es,
ha entrado en un pacto de obediencia con El (Jn. 14.15). No es
extraño que el primer acto de obediencia pública para el creyente sea
ser sumergido en el agua a la semejanza en que su Señor murió y
resucitó para su salvación. Los que dicen que siguen a Cristo pero no
están listos para bautizarse, ponen en tela de juicio la claridad de su
decisión (Hch. 8.36).
Cuando Pablo dice que somos bautizados en Cristo y que de El
estáis revestidos indica que en el creyente hay una relación tan
personal, íntima y dinámica con el Maestro que la persona de Cristo
fluye a través del creyente y este está muy entrelazado con Cristo.
Ese ha sido siempre el propósito del Señor para Sus seguidores (Jn.
17.21-23) . El nos puso sobre la tierra (Gn. 3.8), para tener
compañerismo y unidad con nosotros. Es lástima que nos hayamos
alejado tanto de nuestra fuente natural de vida. Sin embargo, el
esfuerzo de Dios a través de los siglos es el volvemos a traer al seno
de Su amor (Mt. 11.28-30, Ap. 3.20).

Somos uno por la promesa a Abraham


Las multitudes se levantan más y más en estos tiempos,
reclamando consignas de derecho y de unidad en sus propósitos. Es
raro el día que vemos las noticias y no aparece en alguna parte del
mundo una multitud con alguna consigna común. A mi me parecen
como las hojas del otoño en el lugar en que vivo. En el tiempo que
escribo estas líneas, comienzan a caerse las hojas y llegan a
acumularse por montones en las calles y los patios de las casas. El
viento las levanta y las lanza de un lado para otro hasta que son
recogidas. Así parecen las personas sin una raíz en Dios; pero no
fuimos hechos para eso.
60

Pablo dice que Cristo vino a cumplir la promesa hecha a


Abraham (3.29 Gn. 12.3b, 15.4-6; Ro. 4.13), trayendo una
descendencia y herencia que no sería en ningún modo limitada al
concepto de la paternidad física. Los creyentes gálatas y nosotros
podemos ser gentiles de nacimiento, pero siendo la descendencia por
la fe de Abraham, venirnos a ser uno con Cristo y herederos de la
promesa. La herencia de Abraham no era de una tierra y de una
familia en la carne. Era más allá del horizonte de lo temporal, para
llegar a la promesa más alta de Cristo: "El que cree en mí, tiene vida
eterna" Un. 6.47). El pueblo judío reclama la descendencia directa de
Abraham. El pueblo árabe tiene a Abraham como antepasado. El
pueblo cristiano reclama la descendencia de la fe de Abraham y su
cumplimiento en Cristo Jesús. Como hemos visto, el concepto de hijo
es más funcional que genético; de obediencia y no de sangre. Jesús
llamó hijos del diablo a los que se le oponían (Jn. 8.39-44), porque
sus obras no estaban en la línea divina sino en la de¡ enemigo de las
almas.
En un mundo tan lleno de divisiones y discriminaciones de todo
tipo es refrescante saber que Dios de una sangre ha creado todo el
linaje de los hombres (Hch. 17.26). Con el sólo sacrificio de la cruz
ha llamado a todos al redil de las ovejas del Buen Pastor (Mt. 11.28,
28.19, Ro. 3.21, 22). No hay caminitos sino una avenida y calzada
única que conduce al reino de los cielos (Is. 35.8, Jn. 14.6). En él
podemos tener unidad y herencia mediante la fe en el Cordero
inmolado.
Nuestras iglesias deben levantar la bandera de la intimidad con el
Señor. Alejados de Cristo nada podremos hacer (Jn. 15.4, 5). Hay un
mundo desolado por las divisiones y los pleitos que clama por una
solución. Los creyentes estamos llamados primero a vivir muy cerca
de Jesús cada día y segundo, levantar a viva voz por todos los medios
a nuestro alcance la bandera de Jesús como el único camino de paz e
integración de la humanidad.
61

En el Medio Oriente, la tierra que vio caminar al Maestro, hay


una ansiedad muy grande por paz que ha llevado a sus líderes a
buscar un acercamiento sin precedente. Las intenciones son buenas
pero los medios inadecuados. Sólo el Príncipe de Paz puede traer la
paz y los hombres guerrearán implacablemente hasta que sean uno
con Cristo. En la unidad con Cristo está el centro de la solución del
gran problema del ser humano. La gente corre de aquí para allá
buscando la felicidad, como quien quiere deshacerse de una carga
que le aqueja o como el sediento que busca desesperado saciar su sed
y no halla cómo. No hay educación, propiedades o placer que sacie la
angustia humana, porque sólo esta fuente de unidad en Cristo
produce la alegría de Su amor.
Pablo dice a los gálatas que en Cristo se caen todas las
separaciones artificiales y distinciones entre los hombres. Cristo
rompe todas las barreras que en primer lugar Dios nunca impuso y
que sólo los hombres han levantado para dividir a la humanidad ya
separada de Dios.
Unos confían en lo que sus hijos aprenden en la escuela; otros
más avisados confían en lo que les enseñan en los templos. Esto es
bueno, pero no es suficiente. Si queremos que nuestra descendencia
reciba las bendiciones de Dios, tenemos que hacer un altar en las
cocinas y salas de nuestras casas levantando en alto la palabra de
Dios a tiempo y fuera de tiempo. De manera que los hijos naturales
de la carne, puedan venir a ser hijos espirituales en Jesucristo.
Herederos según la promesa de los nuevos cielos y la nueva tierra
que Dios nos ha ofrecido (Ap. 21.1-3).
El mundo está enfermo de críticas, odios, discriminación, orgullo
y el desprecio de unos contra otros. El pecado es separación. Es
imitÍl tratar de pegar con cementos humanos las partes rotas del
alma. Pablo presenta a Cristo como la unica solucion armonizadora.
62

Un ejemplo de unidad en Cristo


Gálatas 4.1-7

Para ilustrar lo que viene diciendo sobre la herencia de los hijos


del Señor y la unidad de los creyentes como pueblo de Dios, el
Apóstol toma un ejemplo de una familia patriarcal en el
procedimiento de criar un hijo. Aunque los términos que usa son
enteramente legales, no podemos determinar con certeza si él se está
refiriendo al sistema legal griego, romano, judío o a una mezcla de
todos los sistemas entonces imperantes.
El ejemplo tiene que ver con lo que significa vivir bajo la ley
como ha expuesto en 3.23-25 y lo que es la vida en Cristo a que se ha
referido en 3.26-29. Pablo está mirando a los tiempos de la
revelación divina y en ellos ve un proceso de crecimiento como el
hijo en la casa del Padre. Las enseñanzas generales son claras, no
siempre así los detalles particulares de todas sus palabras.
Exploremos algunos de los pensamientos expuestos aquí.

La niñez del pueblo de Dios


Gálatas 4.1-3

El ejemplo es de un niño heredero en la casa de un señor


principal, comparado con el esclavo junto al cual se cría. La idea es
que el heredero lo es en potencia, pero todavía no está en el ejercicio
de la herencia. Mientras tanto, es como si dijéramos el joven que será
señor en el futuro, pero todavía está bajo las órdenes, como el
esclavo. Sin duda Pablo está usando la misma idea del 3.24 cuando
se refiere al ayo y a los tutores y curadores que eran personas
mayores con responsabilidad, dedicados a guardar, corregir y guiar al
menor.
Pablo ve a los herederos de la promesa de Abraham en un
proceso bajo guardianes y disciplinadores en razón de la ley bajo la
cual se desarrollan. No sabemos con exactitud a qué se refería Pablo
mando menciona los rudimentos del mundo (Col. 2.20). Ya sean las
leyes de Moisés, las instrucciones humanas o la luz del corazón antes
de la iluminación de Cristo. Posiblemente sean todas estas cosas
63

reunidas. Pablo considera este tiempo como una plataforma desde la


cual Dios lanza la nueva dispensación que inaugura el Mesías. El
pueblo de Dios tiene una infancia, en la cual es cuidado para el alto
propósito que sería revelado después.
Todos tenemos profundos recuerdos de nuestra niñez, porque este
es un tiempo que sirve de base a nuestros pensamientos y actitudes
constituyendo una platafonna para el desarrollo. En ella sentamos las
líneas de victoria o derrota para los siguientes años sobre la tierra.
¡Cuán grande es la sabiduría de Dios en dar la niñez a Sus criaturas
para que aprendamos las reglas del vivir! Razón tiene el proverbista:
“Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se
apartará de él” (Pr. 22.6). Nuestra mejor o peor herencia es lo que
hemos aprendido de niños. Aquí hay un aviso importante para los
padres que verdaderamente quieren serlo. Padre, madre, sean un
ejemplo vivo y un maestro de parte de Dios para tus hijos, ahora
mientras son niños (2 Ti. 1.5). Gracias a Dios que mi madre lo fue
para mí.
Dios preparó una niñez para Su pueblo y otra en edad para Sus
criaturas. La mayor necesidad de hoy es tener maestros espirituales
en los hogares. Líderes, creyentes, pueblo de Dios: Dios clama a
vosotros para que enseñen la sabiduría divina en vuestros hogares
(Pr. 8.1-12).
Pablo nos dice que Dios cuidó de Su pueblo, aún cuando parezca
que era una época de oscuridad o esclavitud. La historia de este
mundo es un proceso en el que Dios está sacando lo mejor de dentro
del caos aparente.

El cumplimiento del tiempo


Gálatas 4.4

La expresión que Reina Valera traduce: "Cuando vino el


cumplimiento del tiempo"; introduce cinco expresiones en el
versículo cuatro. Ellas tienen por objeto, sobre todo, enfatizar el
argumento que viene exponiendo de que la ley fue temporal y
conducente a la manifestación de la verdadera herencia de Abraham
por la fe en el Hijo de Dios.
64

La idea es que en los planes de Dios, la venida de Jesucristo, el


Verbo encarnado, estaba fija en el calendario divino. Para mí es una
expresión preciosa que debe llenar de fe al pueblo de Dios. Este no es
un mundo sometido a la casualidad ni a la suerte como dicen los
incrédulos, sino a los planes de Dios.
Mi vida y la mía, por la gracia de Dios, no está sujeta a la
casualidad. Dios planeó el tiempo exacto en el que se manifestaría
como una persona visible en este mundo y también ha planeado
guiarnos por medio del Espíritu Santo a llevar una vida de victoria
hasta la eternidad.
La expresión nacido de mujer no se discute en la carta (Le. 1.31,
2.1-7). Sin duda acompaña y refuerza lo maravillado que se
encuentra el autor al expresar la manifestación de la deidad en la
humanidad, para que se lleve a cabo el propósito de Dios en Su
venida.
¿Hemos meditado en el sitio tan alto que ocupamos en los planes
de Dios? ¿Estamos conscientes de la tragedia que espera a los que
queden fuera de esta salvación tan grande? ¿Qué vamos a hacer a fin
de que aquellos que están a nuestro alrededor puedan ser salvos?

La adopción de hijos
Gálatas 4.5

La adopción es el proceso legal por el cual una persona adquiere


responsabilidad de padre por el hijo de alguien. La literatura antigua,
desde el Código de Hammurabi, ofrece ejemplos de adopción. Las
leyes romanas eran estrictas en cuanto a los derechos de sucesión del
padre en el lujo adoptivo. La costumbre judaica hacía pasar los
derechos de la familia al hijo adoptado.
La palabra adopción aparece en la Escritura solamente en los
escritos de Pablo (Re. 8.15, 23; 9.4, Ef 1.5). Este se refiere en estos
pasajes a la presente condición de hijos, a la futura resurrección del
cuerpo, a la relación de Israel con Dios y a la relación de los
creyentes con Dios por medio de Jesucristo.
65

En el Antiguo Testamento la idea de la adopción algunas veces


llega a insinuarse, aunque nunca a decirse explícitamente con
respecto a la relación de Israel con Dios (Ex. 4.22, 23; Dt. 14.1, 2;
Os. 11.1, Est. 2.15). En el Nuevo Testamento, mientras Jesús es el
Único Hijo de Dios (Jn. 1. 18, 3.16), los creyentes son llamados en
Cristo para ser hijos y herederos de la promesa dada a Abraham bajo
la voluntad y la gracia de Dios (Ef. 13-6).
La idea de la adopción como Pablo la desarrolla aquí es la de que
el creyente recibe todos los derechos de lujo y heredero de Dios a
través de Cristo. Por tanto a este le pertenece la vida eterna con Dios.
Esta herencia, aunque nuestra por derecho de adopción, corroborada
y firme, todavía está por cumplirse a plenitud. Mientras estemos en
este mundo de sufrimiento, esperamos la adopción y redención de
nuestros cuerpos, la cual se llevará a cabo en la bienaventurada
reunión con Cristo en Su venida o nuestro llamado por El a las
moradas celestiales (1 U. 4.13-17, Ro. 8.22-25).

La intimidad de hijos
Gálatas 4.6, 7

Hay en este pasaje un sentido en el que Pablo sitúa al creyente en


Cristo en una posición de intimidad con el Padre. El hijo aunque
adoptado tiene confianza para llamar al Padre "papito" (Abba), como
una expresión de cariño, intimidad y confianza. Cristo, dice Pablo,
nos ha acercado tanto a Dios que hay una unidad completa entre el
corazón del hijo obediente y El. Es lo que Cristo quiso enseñarles a
Sus discípulos en Su oración de Juan 17. El propósito de la adopción
es que seamos uno con el Padre y el Hijo. Esto depende de nosotros;
porque en la medida en que dejamos morar y reinar a Cristo en
nuestro corazón es que se cumple este propósito de intimidad y
unión. ¿Cómo es tu cercanía con el Señor, hermano y amigo mío?
Todos los grandes creyentes del pasado estuvieron cerca de Dios
(He. 11). Si la iglesia de hoy va a cumplir su función en el mundo,
sólo podrá hacerlo desarrollando una intimidad con dios que le
permita decir: "Papito, Papito, heme aquí, envíame a mí, mora en mí,
haz conmigo lo que Tú quieras; déjame estar muy cerca de ti, para
que pueda llegar al corazón de los que no te conocen".
66

Lecciones para la vida en Gálatas 3.26 - 4.7

1. El bautismo bíblico es un acto simbólico que representa la nueva


vida del cristiano a la semejanza de la muerte y resurrección de
Cristo. Debemos ser obedientes en el bautismo, recordando que
prometemos dejar a Cristo vivir en nosotros para siempre (3.26-
27).

2. Como hijos de Dios, adoptados en Cristo Jesús, tenemos todos


los privilegios de la herencia del reino de los cielos, pero también
todas las responsabilidades para vivir una vida santa, agradable a
Dios, como aquellos que hemos de dar cuenta (4.5-7).

Actividades de aprendizaje personal

Escriba algunos pensamientos que el Apóstol describe en este pasaje,


haciendo una lista de lo que:

a. "Somos" o "estamos"
b. "Éramos" o "estábamos
_________________ __________________
_________________ __________________
_________________ __________________

Medite en relación a nuestra posición "en Cristo" y en la labor para la


cual Dios nos ha llamado.
5

Esclavos o familia
Gálatas 4.8-31

Conozco a una mujer que se crió en un medio de oscuridad


espiritual, rodeada de muchas creencias vanas. Hablar con ella era
como sentir la presión que aprisionaba a su pobre espíritu.
En el capítulo que estudiaremos encontramos la lucha del
Apóstol Pablo por romper las cadenas que querían cernirse sobre las
cabezas de los creyentes de las iglesias de Galacia. Los exhorta
presentándoles la supremacía de la libertad que se puede encontrar en
Cristo.

La preocupación de Pablo
Gálatas 4.8-11

En los versículos 4.6, 7, el Apóstol enfatiza la posición de hijos


de los creyentes de Galacia. Ahora se refiere a la vida anterior de
ellos: En otro tiempo" (v. 8). Sabemos que los gálatas eran gentiles.
Su pasado religioso pagano mostraba una gran diferencia con el
judaísmo. Sin embargo, Pablo los iguala en el sentido de que ninguno
conocía a Dios y por tanto servían a dioses falsos.
En nuestro tiempo estamos rodeados de muchas creencias y de
mezclas de paganismo con cristianismo que pretenden ser la verdad.
Si la enseñanza y la experiencia se apartan de Cristo lo demás es
religión de dioses muertos, apartados de la puerta de la salvación (Jn.
14.6, Ti. 2.5, Jn. 10.9-11).
Mas ahora, conociendo a Dios (v. 9) o "habiendo venido a
conocer". No quiere decir en el sentido de percibir o adquirir
conocimiento como corrientemente entendemos la palabra "conocer".
Pablo está hablando en el sentido bíblico que es tener una
experiencia con alguien, al punto de compartir la intimidad (Gn.
27.23, Job 21.27, Sal 103.14, Mt. 1.25).
68

Más bien, siendo conocidos por Dios. ¿Hasta dónde llega nuestra
capacidad para penetrar la mente divina? ¿No somos MUY limitados
para experimentar las profundidades de Dios? (Ro. 11.33-35). Es
Dios quien conoce sin limitación todo lo referente a estas criaturas
maravillosas, pero limitadas que somos nosotros. El, de su voluntad
se ha revelado a nosotros (Dn. 2.28, 47; 1 Co. 2.10; Ga. 1.16, 3.23).
El es quien nos conoce a plenitud, haciéndonos tener una experiencia
profunda con El en Jesucristo y El con nosotros, a través de la
entrada del Espíritu Santo en nuestros corazones (Jn. 14.23; 16.13,
14).
Seguidamente Pablo vuelve al método que había usado en 3.1-5 y
19-21. Reina Valera traduce: "¿Cómo es qué ... ?" La expresión
también puede traducirse: ¿cómo es posible que ... ? Pablo no puede
ver tranquilamente el retroceso de los gálatas. ¿Somos creyentes y
líderes pasivos? ¿Vemos los problemas en la obra de Dios sin
preocuparnos?
Tenemos que aprender de este embajador de Cristo que tenía
tanto celo por el camino recto del Calvario. Es tiempo de predicar la
palabra santa y firme que no deja lugar a los caminos equivocados.
Es tiempo de llamar a la vida activa de los creyentes en discipular a
los incrédulos y hacerlo bien, para que no los veamos como Pablo
dice: " -Os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los
cuales os queréis volver a esclavizar?".
Los rudimentos a que el Apóstol se refiere son sin duda las viejas
formas de la ley mosaica a las que los judaizantes querían atraer a los
creyentes cristianos. El propósito era hacerles creer que de esta
manera se estaban perfeccionando más. Los creyentes gentiles eran
atraídos así al judaísmo, creyendo que para ser salvos se requería
cumplir la ley de Moisés. Los judaizantes no querían que los gálatas
entendieran que Cristo, habiendo cumplido toda la ley, suprimía todo
sacrificio para traerles a la libertad de la familia de Dios.
Los creyentes gálatas habían llegado a tomar para sí el calendario
judío. Observaban los días sábados, las lunas nuevas, las fiestas
solemnes anuales y los años sabáticos (v. 10). Con eso sus maestros
les hacían creer que estaban completos como creyentes.
69

Pablo pone fin a esta sección de su carta con un quejido de su


corazón herido por el abandono del camino por parte de sus amados
hermanos (v. 11). Es como si diera una mirada a sus esfuerzos por
darles el mensaje de Dios y le asaltara el temor. ¿Habría trabajado en
vano en Galacia? ¿Sería posible que hubiera preparado la tierra,
sembrado con esmero y al final no hubiera recogido nada de aquellas
almas? Su corazón le decía que eso no podía ser verdad. Confiaba
que la palabra de Dios no volvería vacía (Is. 55. 10, 11).
Hay aquí un rasgo humano en las palabras de Pablo. Había puesto
todo su empeño y trabajado con todas sus fuerzas. Había llegado al
límite de las mismas. Era como si ahora se asomase al precipicio en
el que se encontraban las almas y no quisiera ver que se estuvieran
alejando. Así debemos correr nuestra carrera por entregar el
evangelio de Cristo. Pidámosle a Dios que nos ayude a estar
dispuestos a arrebatarle al enemigo las almas que están a nuestro
alrededor, hasta el mismo borde del infierno, si fuera necesario. Sólo
de esta manera ganaremos la batalla. No es extraño que Pablo al final
dijera que había hecho todo lo que había podido por la obra de Dios
(2 Ti. 4.7).

Ruegos personales
Gálatas 4.12-20

Esta sección de la carta marca un cambio en el tono de la


argumentación que el Apóstol está llevando a cabo para tratar de
rectificar la posición teológica de los creyentes de Galacia. Hay un
sentimiento, una revelación del corazón de Pablo a sus amados. Así
es el corazón de los padres. Muchas veces se argumenta, se exige, se
regaña con toda severidad, cuando es necesario; pero en el fondo el
sentimiento más grande es el del corazón. El Apóstol revela el
corazón divino, herido y dolido por nuestros pecados. El autor del
amor Se duele por el mal de Sus criaturas. Este es sin duda, un pasaje
cargado de emoción y pasión que debió mover el corazón de los
gálatas y dar vida a los argumentos teológicos que ellos no
comprendían.
70

Pablo usa aquí de nuevo algunos datos autobiográficos como un


testimonio y un llamamiento a volver al camino original del
evangelio que los gálatas habían oído primero. Veamos el despliegue
de esta mezcla de argumentos y sentimientos que parecen un ataque
con una nueva estrategia.

Mandamiento y ruego
Gálatas 4.12

Reina Valera traduce el ruego primero y luego el mandamiento.


Así queda mejor la construcción en español; pero en el texto griego
el mandamiento es primero: "Que os hagáis como yo" o 11 venid a
ser como yo soy'. Este mandamiento apostólico es muy fuerte.
También usa otros mandamientos en 4.27, 30. La idea es que los
gálatas no están haciendo las cosas como Pablo. Ellos estaban
cambiando la doctrina para dar lugar a las observaciones del
calendario y la dieta de los judíos, así como considerando la
circuncisión como condiciones para la salvación (5.2-6). "Hacerse"
como Pablo significaba ser estrictos en las condiciones del pacto con
Cristo; así como Pablo era estricto en la obediencia a su Señor.
Uno de los daños que causa el pecado es producir una mente
relajada que no se ajusta a los requerimientos divinos, sino que nos
hace creer que así está bien y que Dios de cualquier manera lo
aceptará. Es por eso que las personas dicen con frecuencia: "Todas
las religiones son buenas, porque nos llevan a Dios". En este aspecto
no todos los caminos conducen a Roma. La libertad cristiana consiste
en apegarnos al camino que Dios señala en Su palabra y en nuestros
corazones por Su Espíritu Santo. No es pasar por encima de lo que
Dios ha ordenado con nuestra manera de vivir (1 Co. 6.12, 13).
El mandamiento de imitarle domina todo el párrafo que sigue
(4.12-6. 10); sin embargo toda la argumentación va impregnada de
una apelación: "Os ruego, hermanos". El llamamiento a imitarle es
para ser obedecido. El Apóstol también apela a la sensatez cristiana
en el uso del libre albedrío, para que los gálatas eleven sus almas a la
estatura para la cual Dios los creó. ¡Que bello es el propósito divino!
Vemos que Dios quiere que crezcamos como Sus criaturas hechos a
Su imagen.
71

Pablo les aclara que al acercarse a ellos, les había mostrado su


amor, pero que esto no significaba rebajar los requerimientos de
Cristo (1 Co. 9.20, 21). Ningún agravio mediaba entre ellos. Por
tanto, podían dialogar acerca de sus diferencias para solucionarlas.
Esta manera de tratar a sus amados, nos enseña como el pueblo de
Dios debe buscar ajustarse a la doctrina cristiana y el trato mutuo, en
un espíritu de amor y comprensión.

Apelación a la experiencia
Gálatas 4.13-15

Pablo apela a la experiencia que tuvo con los gálatas cuando les
predicó el evangelio de Cristo la primera vez. Cuando hay necesidad
de perdón, este ha de usarse y cuando baste con aclarar, saquemos los
hechos a relucir. Esto último es lo que el Apóstol hace aquí. Pablo
usa dos expresiones que apoyan su argumento: "Vosotros sabéis " (v.
13) y "os doy testimonio " (v. 15).
Primero, Pablo habla de los hechos que los gálatas sabían por la
relación inicial que habían tenido. La palabra que usa para referirse a
su enfermedad no señala nada específico, sino a una "debilidad en su
cuerpo". Pudo ser cualquier clase de enfermedad que lo obligó a ir
allá para curarse o detenerse más tiempo del que había planeado. De
cualquier manera, Dios usó ese medio para que los gálatas oyeran el
mensaje de la salvación. Algún día cada uno de nosotros va a saber
con más detalles los planes y los medios que Dios ha usado para que
tengamos la oportunidad de obtener la vida eterna.
El mayor poder que el ser humano pudiera concebir, es predicado
por un instrumento débil. El argumento de Pablo es que los gálatas
no despreciaron el evangelio de Dios porque él, un mensajero débil
lo llevara. Podía haberles parecido increíble o despreciable. Luego
Pablo diría a los corintios que: "Lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es" (1 Co. 1.27,
28). Así sigue siendo todavía. Los hombres y mujeres de este mundo
que se jactan de su poder y de su propia fortaleza y sabiduría (aunque
son tan débiles y faltos) con frecuencia rechazan el evangelio y todo
lo que concierne a Dios.
72

Simplemente les parece debilidad, imaginación y locura.


Yo vi predicar muchas veces en Texas, sobre su silla de ruedas, a
un hermano. Su palabra estaba llena del poder del Espíritu Santo. Ese
poder puede curar el alma del más empedernido pecador. He aquí la
grandeza de Dios que con instrumentos débiles ha cambiado la faz
del mundo.
Los gálatas recibieron a Pablo como a un ángel o como a Cristo
mismo. Estas dos expresiones indican la buena actitud de ellos hacia
Pablo y el mensaje que recibieron de una manera correcta. También
indican la forma en que Pablo se condujo y cómo se espera que todos
los cristianos, como siervos de Dios, vayamos al mundo inconverso.
Si los que no creen encuentran en nosotros sus pecados y costumbres
mundanas, jamás nos reconocerán como mensajeros de Dios. Los
israelitas supieron que el mensaje de Moisés provenía de arriba
porque vieron que su rostro resplandecía al bajar del monte Sinaí
después de hablar con Dios (Ex. 34.29). Examinémonos cada día
delante de Dios: ¿Estoy esforzándome por andar en los pasos de
Cristo?¿Pueden las personas ver en mi el mensaje que Cristo me ha
mandado a darles?
Por último, a lo que Pablo quiere llegar en este argumento es al
cambio que parece haberse efectuado en los gálatas. Antes le habían
dado el corazón o como dice literalmente: "Vuestros propios ojos ".
Ahora ¿qué había pasado? ¿Ya creían otra cosa y a otros mensajeros?
La experiencia de conversión de los gálatas debió ser la de adultos
que conocían bien la vida de pecado. Esto lo indica la última parte de
la carta (5.13-6.10) que se refiere a la carnalidad. Esta experiencia
deja profundas huellas en la conciencia de los creyentes y debe
normalmente producir una convicción que separe la vanidad en que
vivíamos antes y la verdad en que hemos venido a creer. Lo más
probable es que los gálatas hayan pemanecido como creyentes
superficiales y por eso los movieron las enseñanzas legalistas de los
maestros judaizantes.
73

En las iglesias entran personas que son y permanecen


superficiales en su creencia. Es un gran peligro asomarse a la puerta
de Cristo y no entrar por ella. Se corre el riesgo de pararnos frente a
la verdadera doctrina sin abrazarla de todo corazón. Dios no ha
llamado a creyentes de medio o un pedazo de cuerpo. Dios ha
llamado a amarle y seguirle con todo nuestro ser (Dt. 6.5, 11.1, Mt.
16.24). Debemos enseñar con toda energía y discipular a los
creyentes en el camino firme y recto de la fe en el Cordero de Dios.

Dos celos opuestos


Gálatas 4.16-18

La pregunta del v. 16: ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por


deciros la verdad? es tomada por la mayoría de los intérpretes como
una conexión del argumento. Pero no deja de tener la fuerza de un
apóstol perplejo ante la inconsistencia de s creyentes a quienes les
enseñó un evangelio claro y terminante. Lo mismo que al principio,
ahora les dice también la verdad y para ser fiel a ella, Pablo tiene que
desenmascarar a los farsantes que están pervirtiendo el evangelio en
Galacia.
Los maestros judaizantes habían hecho un trabajo persistente
entre los gálatas. Pablo dice que lo habían hecho con celo pero el
celo no era para bien (v. 17). Los que trabajan bajo los poderes de las
tinieblas trabajan con celo, esto es, con persistencia. Las falsas
doctrinas están apareciendo con fuerza por todo el mundo ahora
como en los tiempos de Pablo. Yo diría que con más fuerza que
nunca, en estos tiempos en que se acerca la venida de Cristo y el
juicio de este mundo impío (1 Ti. 4. 1) hay un celo muy grande por
desviar las almas de la verdad. Los mensajeros de Satanás están
tocando a las puertas y llevando el pan del error. Andan disfrazados
de cristianos con la Biblia en la mano, de tal manera que los que no
conocen la verdad y los poco profundos en ella, se confunden. Nadie
puede negar el celo del diablo obstaculizando la obra de Dios (Le.
10.18) y si no ¿cómo explicamos la rebelión de este mundo impío?
¿Cómo entender la violencia en gran escala, el desbordamiento de la
sexualidad y el amor sin límite por las cosas materiales de estos
últimos tiempos?
74

Pablo tenía otro celo por sus amados de Galacia. Este celo era el
de Dios (v. 18). Nadie ama más nuestras almas que el Señor
Jesucristo. Dios lo ha hecho todo para que seamos salvos (Ro. 5.8).
El vigila nuestras vidas a cada instante. Sólo porque nos ha hecho
libres para obedecerle o rechazarle es que podemos escaparnos del
celo de Dios. Esta sin duda era la razón de la carta de Pablo a los
gálatas. Porque les amaba tanto, con celo de Dios, es que le dolía su
corazón porque se habían extraviado de la fe a que los había llevado
en aquella visita.

La súplica de un padre
Gálatas 4.19, 20

Pablo había empezado esta sección de su carta a los gálatas con


un ruego. Ahora se propone concluir su argumento con una apelación
fraternal profundamente sentida. La expresión hijitos míos es común
en las cartas de Juan, pero única aquí entre las de Pablo (1 Co. 4.14;
2 Co. 6.13, 12.14; 1 U. 2.7, 11). Es como si el Apóstol se considerara
con el sufrimiento de una madre dando a luz y mas aún, haciéndolo
por segunda vez del mismo hijo. Es un dolor indecible lo que siente y
aquí deja de apelar por un momento para expresarles su profunda
pena. Es una súplica de corazón a corazón para que Cristo sea todo
en ellos.
Cuando Pablo dice: Hasta que Cristo sea formado en vosotros"
está expresando una profunda verdad teológica y es que la nueva
vida cristiana es la entrada de Cristo en el alma del creyente mediante
la fe por medio del poder sobrenatural del Espíritu Santo. Cristo
prometió venir al alma de Sus seguidores y hacer con ellos morada
(Jn. 14.23). Pablo dijo a los colosenses que Cristo dentro de ellos era
la esperanza gloriosa (Col. 1.27). Los creyentes gálatas no andaban
bien si Cristo era sólo una semejanza en sus vidas. Unicamente un
Cristo bien establecido y con el control de sus vidas con Su mente
dentro de ellos y no las formas de la ley, era la única solución
aceptable (1 Co. 2.16). ¿Está Cristo en tu corazón? ¿Cuánto hay del
mundo dentro de ti y cuánto de Cristo?
75

Hay muchos deseos en Pablo de estar con los gálatas como la


gallina desea estar sobre sus polluelos (Le. 13.34), pero parece que
en aquellos momentos le era imposible viajar hasta ellos. Sin
embargo, desde lejos el Apóstol siente un estado de confusión acerca
de la condición espiritual en que ellos se encontraban.
No hemos sido llamados a movemos, sino a estar firmes en la fe
que es solamente en Cristo Jesús. En El, por El y para El son todas
las cosas. Nuestra vida debe ser tejida en una intimidad diaria con
nuestro Salvador

Una alegoría que debe convencer


La alegoría es una figura del lenguaje que presenta un cuadro a la
mente para despertar una visión de otro pensamiento. Pablo toma el
conocido cuadro de Sara y Agar con sus dos hijos, para ilustrar todo
lo que viene diciendo respecto a la desviación legalista que azota a
las iglesias de Galacia. Este es el último argumento que usa de la
Escritura. Tradicionalmente se ha considerado esta historia como el
argumento final de Pablo sobre la superioridad del nuevo pacto sobre
el viejo.
Debemos tener en cuenta que Pablo está combatiendo a los
legalistas con el mismo material en que se basan. Ellos dicen: El
evangelio de Pablo es simple e incompleto; necesita la ley para
completarse". Pablo les señala: 'La ley es un nivel más bajo que la
gracia y la misma Escritura lo demuestra".

Una pregunta para definirse


Gálatas 4.21

Pablo acaba de hablarle al corazón de los gálatas con las más


dulces palabras. Indudablemente que está dirigiéndose a toda la
iglesia, pero pregunta a los que están desviándose tras los
judaizantes: "Decidme los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis
oído la ley?" Algunos manuscritos dicen: "¿No habéis "leído" la
ley7'; pero "oído" tiene más sentido en la Escritura y en la costumbre
de oír la ley en la sinagoga (Dt. 6.4, Is. 1.10, 6.9, 10; 55.2).
76

La pregunta implica que los gálatas no estaban todavía guardando


completamente la ley Se querían iniciar y estaban al borde del
legalismo. Los corazones inseguros no agradan a Dios (Stg. 1.6-8) y
los gálatas mostraban una tendencia marcada a dejarse llevar por los
últimos conocimientos que les enseñaran. En la pregunta de Pablo
hay disgusto, apelación y hasta irritación por la falta de constancia de
ellos.
¿No tiene Dios derecho a llamamos? ¿Quiere Dios discípulos
llenos de dudas y mal informados? ¿Quiere pies movedizos o un
ejército que marche firme y victorioso? Hace poco vi un reportaje de
los ejércitos nazis durante los tiempos anteriores a la Segunda Guerra
Mundial. Hitler logró unificar y preparar un ejercito que actuaba
como un solo hombre. No fue victorioso en su camino de mal, pero
dio una gran batalla. El pueblo cristiano está llamado a marchar
unido en la verdadera doctrina, para que pueda dar la batalla de la fe
y traer los inconversos al arrepentimiento. Pablo ve a los gálatas
yéndose por una vía equivocada y los llama a cambiar.

El contraste alegórico
Gálatas 4.22, 23

Pablo no cita una Escritura específica para narrar la alegoría de


Sara y Agar, sino que resume los hechos de un largo pasaje de
Génesis (Gn. 16; 21-8-21). El hijo de Agar vino por la voluntad
humana; pero el hijo de Sara por la voluntad divina. El primero tiene
que ver con la esclavitud; más el segundo es según la libertad.
Pablo usa la alegoría para tratar de enderezar la doctrina de los
gálatas. En esto, el Apóstol sigue a los rabinos judíos, quienes
apelaban también a la historia para apoyar la libertad en la línea de
Isaac y la esclavitud en la línea de Ismael. Por añadidura enseña la
moralidad de la historia. El matrimonio de Abraham y Sara cometió
el error de llevarse por su profundo deseo de tener un hijo y no
esperaron la promesa que Dios les dio. Ellos se debilitaron en la fe y
buscaron el hijo por el medio de la procreación natural mediante
Agar
La lucha entre la carne y la promesa es una línea que corre por
toda la historia humana (Gn. 1-3). Dios bendeciría al hombre bajo la
obediencia; pero la desobediencia carnal traería maldición.
77

La explicación alegórica
Gálatas 4. 24-31

Pablo interpreta que estas dos mujeres significan dos caminos


distintos en la historia de Israel y a esto viene a parar toda la historia
de Abraham, Sara y Agar. Ya fuera que la historia contuviera este
significado alegórico o que Pablo o sus oponentes la interpretaran a
su favor, el Apóstol la usa como un símbolo de los dos caminos.
Agar es la ley del monte Sinaí y su práctica no conduce sino a
esclavitud espiritual. Sara representa el propósito de Dios de
salvación mediante la promesa del Mesías por la línea de Isaac que
trae libertad.
La fuerza de esta alegoría está en los cuatro verbos imperativos
que Pablo cita de la Escritura. Los tres primeros están en Isaías (54.
1) y se refieren a Sara: "Regocíjate... prorrumpe... clama..." (v.27).
Son palabras de victoria que conducen al verdadero camino del
evangelio en Cristo Jesús en la descendencia de Isaac. El cuarto
imperativo (Gn. 21.10), es terminante: "Echa fuera... " (v. 30).
La alegoría tiene que ver con quiénes son en realidad los hijos de
Abraham y herederos de la promesa. Los judaizantes habrían dicho
que Abraham, Ismael y el evangelio de Pablo seguían una línea
incompleta, pero que Sara, Isaac, los judíos, la ley mosaica, el monte
Sinaí, Jerusalén, la iglesia de Jerusalén y ellos eran los canales de la
promesa. Pablo argumenta que Abraham, Sara su mujer libre, Isaac,
el monte Sión que se sobrentiende, la Jerusalén celestial, el evangelio
de Jesucristo que él les ha predicado, los creyentes judíos o gentiles,
constituyen la verdadera línea de la promesa dada por Dios a
Abraham.
Pablo termina la alegoría con una nota de llamamiento a los
gálatas, para que vuelvan a su lugar de la fe: "De manera hermanos,
que no somos hijos de la esclava, sino de la libre "(v. 31).
78

Lecciones para la vida en Gálatas 4.8-31

1. La experiencia que Cristo ha traído a nuestras vidas por el poder


del Espíritu Santo es suficiente para mantenemos en este
camino.

2. La oración y la palabra de Dios harán a Cristo establecerse más


firmemente cada día en nuestro corazón.

3. Ninguna doctrina extraña nos moverá de la fe que ha cambiado


nuestro camino de pecado en la libertad que experimentamos y
la promesa de la vida eterna.

Actividades de aprendizaje personal

1. Diga en sus palabras que quiere decir Pablo con " conociendo a
Dios":
_____________________________________________________
_____________________________________________________
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2. ¿Qué entiende por "estar Cristo formado en vosotros”?


_____________________________________________________
_____________________________________________________
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6

Permaneced firmes en la libertad


Gálatas 5.1-15

Un hermano en la fe que mucho quiero y recuerdo, andaba


conmigo visitando a las personas y presentándoles a Cristo. Un día
me dijo: Hermano, yo trabajo con hierros, moldeándolos y
formándolos en diversos objetos. Son duros como usted se puede
imaginar, pero me gustan, porque se están tranquilos y no dan más
que hacer que el trabajo de moldearlos. Sin embargo, algunas
personas con quienes trabajamos son movedizas en extremo. Un día
están aquí y dicen una cosa y al día siguiente ya se han cambiado y
dicen otra. ¿Qué haremos para que permanezcan firmes?" Comprendí
la frustración del hermano. Yo he sentido muchas veces el dolor que
produce el trabajo prolongado con algunas almas a quienes el pecado
o la falta de conocimiento no dejan sentar ancla en el mar sereno de
la firmeza y de la verdad.
Creo que el Apóstol Pablo sentía ese mismo dolor como padre
espiritual de los creyentes de Galacia. El los anima, una vez más, a
levantarse firmes en el camino que les había trazado por la fe en
Cristo Jesús. Vamos a considerar los últimos argumentos que usa
para persuadirles que dejen el camino del legalismo que los maestros
judaizantes le vienen enseñando y se agarren firmemente de la
libertad gloriosa que Cristo da a las almas fieles.
En el pasaje de 5.1-12 el Apóstol abunda en el pensamiento que
venía expresando desde el principio de la carta en L6-10 respecto a la
firmeza del evangelio de la gracia de Dios en Cristo Jesús. El pasaje
puede dividirse en dos grandes secciones: a) 5.1-6 Como una
clarinada a la libertad cristiana. b) 5.7-12 Como una colección de
varios pensamientos. El pasaje está seguido por unas últimas
exhortaciones contra el mal uso de la libertad cristiana (vv. 13-15).
80

Lo que significa la libertad en Cristo


Gálatas 5.1

La libertad en todos los tiempos ha sido mal interpretada. Desde


Génesis capítulo 1 Dios llamó al hombre a multiplicarse y señorear
en el mundo con libertad. Pero esa libertad siempre fue condicionada
a que el hombre ocupara el lugar correspondiente como dependiente
del Dios Creador (Gn. 2.16, 17). Sin embargo, los hombres que no
tienen el conocimiento de Dios han hecho con la libertad todo lo que
han querido. Se atribuye a Madame de la Platiere haber dicho, en el
camino a la guillotina, durante la Revolución francesa (1793): "Oh
libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre". Pero la
verdadera libertad es el bien tan deseado por el ser humano, hecho
para ella. Razón tenía Lope de Vega, el notable poeta y dramaturgo
español, al decir: "Oh libertad, gran tesoro / porque no hay buena
prisión, / aunque fuese en grillos de oro".
Pablo empieza esta sección de su carta de una manera sorpresiva.
Más bien parece una terminación de la alegoría anterior y un enlace
con una serie de exhortaciones que dice a continuación. La versión
Reina Valera traduce este primer versículo en el orden lógico del
idioma castellano, pero en el griego el orden es: Tara libertad nos
hizo Cristo libres; estad firmes, pues, y no os sujetéis de nuevo al
yugo de la esclavitud”.
La libertad cristiana es un campo limitado; no un camino abierto
a toda clase de antojos y caprichos que no tienen límites en si; es
bueno o malo lo que se hace. Hoy se levantan líderes que arrastran a
la juventud al placer sensual, a las emociones exorbitantes, a los
experimentos con los vicios. A eso le llaman libertad. En las leyes
humanas se considera el derecho a cualquier opinión que apruebe la
mayoría y eso en nombre de la libertad; como si la mayoría tuviese
siempre la prerrogativa de la verdad. Sin embargo, aunque Dios nos
ha hecho con la capacidad de actuar, no aprueba en Su palabra que
traspasemos la línea del bien. Hay una cerca que tú y yo no debemos
81

saltar jamás, porque el Dios santo no puede dejar sin castigo el mal
en Su universo moral. De este modo la libertad cristiana está
diseñada para obrar bajo la voluntad divina. Por eso Jesús enfatizó
que debía hacerse la voluntad del Padre (Lc. 22.42; Jn. 4.34, 5.30,
6.38) y El se sometió como el primero. Cristo nos ha hecho libres
para decirle no al pecado y sí a Dios.
La idea de libertad en Cristo que corre a través de toda la carta
(2.4) se expresa de diferentes maneras, pero siempre contrasta con la
esclavitud que produce la práctica de la ley y la independencia que
Cristo ha traído al alma con el cumplimiento de la ley en Su persona.
Una vez que Pablo ha resumido su tesis de la libertad en Cristo,
les recalca a los gálatas que ahí deben permanecer inconmovibles.
Dios nos ha llamado a conocer nuestra posición de redimidos por
Cristo y a no movemos de ella. En el edificio de Dios una vez que se
echa un cimiento es para que permanezca allí para siempre (Sal.
125.1). Creyentes firmes son aquellos que estudian la palabra de Dios
para saber con seguridad lo que creen. De allí pueden conocer los
errores doctrinales de los demás y no caer en ellos. Las falsas
doctrinas buscan a los creyentes inseguros para hacer presa de ellos.
Nuestras iglesias deben esforzarse para enseñar a los creyentes desde
el primer día las verdaderas doctrinas cristianas. El resultado será
creyentes capaces de enseñar a otros.

Cristo o la circuncisión
Gálatas 5.2, 3

Pablo usa toda la fuerza de su apostolado otra vez en este pasaje,


como lo había hecho en L6-10 y 3.1-5 para aconsejar a los gálatas
que no se cambien al judaísmo. Es como el padre que regaña para
que el hijo pequeño no toque lo prohibido. De un lado está Cristo y
su obra redentora y sustituta en la cruz del Calvario. El ha pagado
toda la deuda del creyente gentil, así como del judío. Del otro lado
está la observancia de la ley, representada en este caso por la
circuncisión.
82

El que Pablo les prevenga de que no se circunciden, indica por lo


menos que ellos estaban considerando circuncidarse, pero que
todavía no estaba establecida la práctica entre los creyentes gentiles.
La Biblia nos enseña que Dios trabaja con las intenciones del
corazón humano, porque de allí es donde parten todos los actos que
nosotros hacemos (Nm. 35.11, Ro. 8.27). ¿Cuál es tu intención para
con Dios cada día? ¿Planeas servirle de todo corazón? ¿Piensas darle
lo mejor de tu vida? ¿Le dices como Isaías: Heme aquí, envíame a
m¡'(Is. 6.8)?
Pablo plantea a los gálatas que deben decidir entre Cristo y la
circuncisión. No existe un término intermedio en el que la
circuncisión hiciera más perfecto al cristiano o le añadiera más
espiritualidad. 0 Cristo era suficiente para su salvación, habiendo
hecho en la cruz y la resurrección todo lo necesario para nuestra
salvación o se circuncidaban para salvarse. La circuncisión era una
anulación de la obra de Cristo, no una añadidura a Cristo.
De igual manera nosotros no podemos añadir nada a lo que Cristo
ha hecho para salvarnos. Los que quieren hacer obras para que Dios
los perdone, cometen el mismo error de los gálatas. Dios es tan
perfecto que nosotros no podemos hacer algo para quedar bien con
El. Hemos sido salvados por la obra de Cristo para hacer las mejores
obras en el mundo. Pablo mismo, no pudo hacer otra cosa en el
camino de Damasco que aceptar el perdón de Jesucristo. Después de
ser cristiano empleó el resto de su vida en servir, obedecer y cumplir
con los altos requerimientos morales del Salvador.
Los maestros judaizantes seguramente no decían a los creyentes
gentiles gálatas que debían cumplir toda la ley para salvarse. Lo que
enseñaban era que circuncidándose y cumpliendo con las festividades
ceremoniales judías se hacían cristianos más perfectos. El Apóstol les
recuerda que el cumplimiento de una ley no basta, sino cumplían
todas las demás (Dt. 27.26); lo cuál, desde luego, era imposible.
Gracias a Dios que Jesucristo vino a cumplir toda la ley por
nosotros, porque de lo contrario estaríamos perdidos. ¿Estás
agradecido por la obra de Cristo?
83

¿Se cae de la gracia?


Gálatas 5.4

Conocí de un hijo que cometió muchos delitos contra su padre.


Este tenía un rancho y muchos animales pero estaba muy enfermo. El
hijo aprovechó la enfermedad del padre para tomar dinero prestado
sobre las propiedades, falsificando la firma del anciano. Al fin el
padre descubrió el engaño y le pidió cuentas al hijo. Este,
avergonzado, huyó de la casa. Pasaron unos tres años y parecía que
aquel hijo hubiera caído de la gracia de su padre y se hubiera alejado
para siempre. El padre murió y todos pensaban que había
desheredado al hijo. Este vino arrepentido al funeral de su padre.
Cuando se leyó el testamento, el padre había dejado todos sus bienes
al hijo y había dicho cuanto lo amaba, perdonaba y confiaba en que
cambiaría.
Muchos se preguntan: ¿Se cae de la gracia de Dios? ¿Hay
continuación y garantía de la gracia de Dios en la vida cristiana?
¿Qué seguridad tenemos?
El Apóstol Pablo había dicho a los gálatas antes de las palabras
del versículo 4, dos declaraciones muy terminantes. 1. Si Ellos se
circuncidaban para completar su salvación, Cristo de nada les
serviría. 2. El que comienza con la ley, circuncidándose, tiene que
seguir cumpliendo toda la ley, lo cuál es imposible. Ahora les dice
que lo que han hecho es separarse de Cristo completamente al tratar
de justificarse con Dios por medio del cumplimiento de la ley. Ello
constituye un cambio de la posición de fe en la cual se encontraban
anteriormente. Habían despreciado la oferta de gracia que Cristo les
brindaba. Ahora querían depender de sus propios méritos cumpliendo
los requisitos de la ley. Lo que Pablo dice no es que Dios como Padre
les ha retirado la actitud de gracia o perdón inmerecido. Al contrario
ellos como el hijo de la historia anterior, habían confiado en sí
mismos y abandonado al Padre. Trataban de combinar una conducta
legal con la fe en Cristo. Esto era totalmente inaceptable .
84

Estas palabras de Pablo, mal entendidas, han dado lugar a una


doctrina falsa que plantea la desconfianza en la salvación. ¿Se pierde
la salvación una vez que hemos confiado en Cristo? ¿Es la salvación
como una luz intermitente que unas veces viene y otras se va? ¡No!
Jesucristo siempre habló de sus ovejas como que: "Nadie las
arrebatará de mi mano. M Padre que me las dio, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre" (Jn. 10.28, 29).
También dijo: "De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene
vida eterna" (Jn. 6.47). No hay salvación intermitente ni pérdida de la
gracia en Sus palabras. El mismo Pablo habla de igual manera,
cuando le dice a los filipenses: "Estando persuadido de esto que el
que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día
de Jesucristo" (Fil. 1.6).
Hay momentos en la vida de los creyentes que pueden parecer
como que van y vienen de la gracia de Dios. El nos mira como el
médico a la grabación que hace el electrocardiograma y ve que
aunque hayan subidas y bajadas, la constante marca el camino
seguro. El creyente que ha creído en Cristo sinceramente, entrando
en un pacto de obediencia con el Todopoderoso, experimenta la
venida del Espíritu Santo en su corazón (Jn. 14.23) y la habitación
del Altísimo en su vida. Los resultados del nuevo nacimiento se
pueden producir rápida o lentamente, pero inequívocamente seguros.
El creyente sincero no puede volver atrás. Está seguro en Cristo
Jesús. Nosotros no podemos juzgar el corazón de los gálatas m el de
nadie, porque no los vemos. Creo que Pablo tampoco lo hace, pero
los gálatas judaizantes posiblemente estaban palpando a ciegas la
puerta y no sabían bien como entrar. Pablo les aclara aquí, de una
manera terminante, cómo se entra al camino firme de la fe. Yo creo
que Dios es un arquitecto que empieza la obra en cada corazón que
se abre a El y la termina con éxito, porque esa es la ley del Dios
victorioso (Ro. 8.37, 1 Co. 15.57, Isa. 63.1, Lc. 1.37). La seguridad
de la salvación no está en los vasos débiles de las cambiantes
criaturas, sino en el brazo omnipotente de Dios que llama, sostiene y
salva.
85

La supremacía de la fe
Gálatas 5.5, 6

Ambos versículos empiezan con la preposición que Reina Valera


traduce: "Pues y porque"; lo que viene indicando que Pablo está
refiriéndose a lo dicho anteriormente (2.15-21, 3.14.11). En verdad,
está resumiendo su pensamiento sobre la supremacía de la fe en
Cristo por encima de todo cumplimiento de la ley que es el tema de
su carta. La vida cristiana es una vida en el Espíritu Santo;
dependiente y guiada por El. Sólo el Espíritu conduce a toda verdad
y hace la obra que es necesaria en el corazón (Jn. 16.7-15). El ropaje
de la ley sólo podía ser un ayo del regalo precioso de la salvación por
la fe (3.24).
La vida cristiana es también una esperanza de justicia. El Espíritu
Santo también nos da testimonio de que somos justificados por la fe
y de que ahora somos hijos de Dios (Ro. 5.1, 8.16). La justicia de
Dios quebrantada en el corazón del hombre pecador, es restablecida
por la fe en el Justo quebrantado por los injustos en la cruz del
Calvario (1 P. 3.18). ¡Qué precioso es el arreglo divino para esta
creación caída en el pecado! ¡Cuánta necesidad hay de que este
mensaje corra como las aguas y su justicia como impetuoso arroyo!
(Am. 5.24). Cada iglesia y cada creyente deben estar planeando
cómo llevar a otros a Cristo y hacerlo bajo el poder y la guía del
Espíritu Santo. ¿Lo estás haciendo tú?
La vida cristiana también es una estrecha relación entre la fe y el
amor (5.6). En todas las cartas de Pablo no encontramos una mejor
expresión de esta relación que aquí. El amor de Dios echa a andar la
fe salvadora (Jn. 3.16, Ro. 5.8); pero es la fe en Cristo la que produce
este torrente de amor que viene al corazón humano. Todos los
creyentes podemos dar testimonio de que cuando pusimos nuestra fe
en Jesús, vino a nuestro corazón un torrente de amor que nunca
habíamos conocido. Es por ese amor que vivimos y servimos al Dios
vivo hasta el día de hoy. La circuncisión o la incircuncisión no
cambian el corazón, la fe en Cristo, sí. Lo que Pablo viene diciendo
es que sólo la fe sirve para obtener la salvación. Todos los esfuerzos
humanos son inútiles. Al reinar y alcanzar su objetivo de salvación,
entonces obra por el amor que produce en nuestras almas.
86

Convicción errónea
Gálatas 5.740,12

Hasta aquí Pablo ha hablado con pensamientos bien delimitados


en su último contraataque a los maestros judaizantes. Ahora expone
una serie de dichos sueltos o comentarios que ridiculizan la ciudadela
amurallada de sus enemigos doctrinales. Comienza con una
referencia deportista: 'Vosotros corrías bien". La idea es de un atleta
corriendo en un campo de juego que también usa en otros lugares
(2.2, 1 Co. 9.24-27, Fil. 3.14, 2 Ti. 4.7, Hch. 20.24). La vida es una
can-era que se ha de correr al unísono con Dios, guiados por el
Espíritu Santo. Pablo dice que los gálatas habían perdido el paso. Ya
fuera que conociera o no a quienes los estaban desviando, de todos
modos les pregunta en lenguaje enfático. El sabía que se trataba de
los judaizantes (3. l).
En el versículo 8 Pablo usa una palabra que es la única vez que se
encuentra en el Nuevo Testamento y que la versión Reina Valera
traduce como "persuasión". En cuanto a poner la verdad en su lugar,
Pablo no escatima lenguaje fuerte y al punto. Esto nos enseña que
debemos ser cuidadosos con la sana doctrina que otros corrompen sin
escrúpulos. Pablo les recuerda que la levadura que representa
generalmente la corrupción es capaz de corromper todo lo leudado a
pesar de parecer pequeña (Cnt. 2.15).
El Apóstol mira a los gálatas como ovejas perseguidas por el lobo
que ataca al rebaño, pero confía en que la buena semilla sembrada en
ellos, al final prevalecerá. Quienquiera que sea el lobo o lobos, para
ellos Pablo tiene las palabras más fuertes: "Qjalá se mutilasen". La
mayoría ha entendido aquí el ataque más terminante usado por Pablo
contra sus detractores. Algunos han entendido sólo que se separasen
de la comunión de los creyentes. Más bien representa lo primero.
Hay un poco de burla de la falsa doctrina en las palabras del Apóstol,
al expresar que la circuncisión y todos los medios físicos son nada a
los efectos de la salvación. Nos recuerda un poco a Elías burlándose
de los dioses falsos (1 R. 18.27).
87

El tropiezo de la cruz
Gálatas 5.11

Este pensamiento está dentro de las ideas del pasaje anterior y


sólo para énfasis lo saco aparte. Pablo responde a la pregunta: ¿Por
qué padezco persecución todavía? Es precisamente porque no
practica la circuncisión que lo persiguen los judaizantes. En verdad
lo persiguieron hasta la muerte y le pusieron en la mano el cuchillo al
imperio romano para que lo matara. Con razón el Apóstol plantea
aquí su queja.
Le estaban haciendo a él, lo que él hizo a los cristianos al
principio. De cualquier manera, él podía entenderlo mejor que nadie:
la cruz tiene un precio, llevarla. Lo interesante de este versículo es la
palabra que el Apóstol usa para denotar el precio de la cruz. En
llevarla había un tropiezo. En el griego la palabra es literalmente
"escándalo".
¿A qué se refiere Pablo con el tropiezo o escándalo de la cruz?
En verdad, desde el principio, la cruz fue una vergüenza que le
impusieron al Salvador. Esta vergüenza fue trasladada a Sus
seguidores por quienes no lo aceptaron a El. Pablo sufrió en su carne
los azotes de la vergüenza de la cruz (2 Co. 11.24, 25) y los han
sufrido muchos, aunque no se los hayan dado físicamente. Hay
desprecio en los pecadores de todos los tiempos que no aceptan el
perdón de la cruz. Cuando no hay persecución hay menosprecio o
indiferencia. Los cristianos debemos soportar esto, sabiendo que los
que desprecian a Cristo no harán menos con nosotros (Le. 23.31) y
que ante el Cristo vencedor se doblará toda rodilla (Ro. 14. 10, 11;
Ap. 11. 15).
88

Haciendo un buen uso de la libertad


Gálatas 5.13-15

Pablo toma de nuevo el tema de la libertad cristiana, pero esta


vez lo extiende de la independencia del cumplimiento de la ley hacia
la responsabilidad de no caer en el pecado. Hay aquí una tensión o
equilibrio que es el mismo de la hechura del ser humano. Fuimos
hechos libres por la gracia de Dios, pero dependientes de El para
vivir como seres morales que escogen el camino de la santidad
divina. Pablo dice aquí que el creyente debe encontrar su campo de
acción de libertad limitada y no salirse de él.
La libertad no es para ser usada indiscriminadamente como la
toma generalmente el mundo sin Dios. Ocasión quiere decir
"pretexto" u "oportunidad". Lo que Pablo llama aquí carne tiene que
ver con la naturaleza humana caída en el pecado. Es lo que el hombre
ha hecho de sí mismo lejos de Dios. La carne no es lo culpable del
hombre, sino el resultado del pecador culpable. El ser humano está
preso viviendo en la carne y esta es su naturaleza como pecador.
Fuimos hechos para vivir en santidad, pero a causa de la
desobediencia caímos en la carne.
Pablo llama a los creyentes de Corinto "carnales", porque todavía
actuaban conforme a su naturaleza pecaminosa (1 Co.3.14). Ahora
exhorta a los gálatas a renunciar a su capacidad de vivir en la
naturaleza carnal, para vivir en la más alta expresión de santidad que
es el amor.
En resumen, no se justifican los hombres por la ley, sino por la fe
en Cristo. Su nueva naturaleza es para que ejerzan el amor unos con
otros de acuerdo al mandamiento: 'Amarás a tu prójimo como a ti
mismo". De esta manera Pablo di-rige a los gálatas a salir de la falsa
enseñanza judaizante al camino real del evangelio del amor; usando
su libertad en Cristo. Termina esta parte con una expresión algo
sarcástica advirtiendo a los gálatas que deben tener cuidado.
89

Lecciones para la vida en Gálatas 51-15

1. El perdón de la cruz de Cristo produce libertad de todos los


demás esfuerzos por salvarse.

2. El perdón de la cruz de Cristo trae también libertad de la


naturaleza camal pecaminosa que traemos a este mundo.

3. El amor de los unos por los otros es la expresión más alta de la


fe.

4. Tenemos la seguridad de la salvación porque esta está afirmada


en Cristo Jesús quien efectuó la redención de nuestros pecados
en la cruz.

5. Seguir al crucificado tiene una carga, porque este mundo impío


no le conoce a El y nos persigue y desprecia.

Actividades de aprendizaje personal

1. Diga algunas maneras en que el seguidor de Cristo puede


mostrar su amor a los demás.
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2. ¿De qué manera podemos experimentar hoy el "tropiezo" de la


cruz?
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7

Andar en el Espíritu
Gálatas 5.16-26

Padecía de distrofia muscular y por eso andaba en una silla de


ruedas cuando lo conocí. Sus limitaciones no le permitían hacer
muchas cosas que las personas sanas hacían, pero él tenía su espíritu
fortalecido por el Señor. Tenía un carácter afable y no mostraba
ninguna señal de amargura, disgusto o rebeldía por la cruz que
llevaba. Muchas veces mirándolo, di gracias a Dios de que lo
sostuviera con tanto poder en medio de sus cargas. Estuve presente
en sus últimos momentos y pude comprobar que había salido
victorioso frente a todos los problemas de su vida terrenal, porque
había vivido en el Espíritu de Dios. Su vida ilustra la manera de vivir
en la que Pablo manda a andar a los gálatas, usando el término en el
Espíritu.

Contraste entre la carne y el espíritu


Gálatas 5.16-18

Ya Pablo ha comenzado el tema que nos ocupa en este capítulo


en los versículos anteriores (5.13-15). En ellos señala que la vida de
libertad cristiana no es para ser vivida al nivel de lo que él llama la
carne sino en el nivel más alto de lo que denomina el amor. Ahora va
a explicar con lujo de detalles estas dos manifestaciones en la vida
humana.
El ser humano fue creado para conducirse de acuerdo con los
dictados del Espíritu de Dios en su corazón. En Génesis capítulos
uno y dos lo encontramos hecho a la semejanza de Dios y
conduciéndose en obediencia y bajo la aprobación divina. En esa
línea de conducta debía mantenerse.
91

La excelencia moral no podía ser empañada ni rebajada en lo más


mínimo, bajo pena de cambiar totalmente la naturaleza de la criatura.
Al desobedecer, la naturaleza humana sufrió una catástrofe moral,
espiritual, intelectual y física de la que no se ha recuperado todavía.
El ser humano se conduce en el pecado a un nivel que lo convierte en
enemigo de Dios (Ro. 5. 10). Esta naturaleza pecaminosa es lo que
Pablo llama aquí la carne, contrastándola con la vida en la naturaleza
regenerada o la vida en el Espíritu.
Andad en el Espíritu presupone en el creyente la capacidad de
decidir en cual de los dos caminos o estilos de vida andará. Esta
capacidad le ha sido dada por el poder del Espíritu de Dios que ha
venido a morar en él, a pesar de su naturaleza pecaminosa (Hch. 1.8,
Ro. 1. 16). Los que no han entrado en un pacto de discipulado con
Cristo están todavía bajo la esclavitud del pecado y sólo pueden vivir
en la carne.
En el creyente se produce una lucha debido a que hay dos reinos
reclamando el control de su alma (Ro. 8.1- 4). Uno es para
edificación y el otro para su destrucción. Reconocer nuestra
condición nos ayuda mucho para que podamos mantenernos en el
Espíritu. Pablo le pide a los gálatas que sientan un deseo ardiente de
adherirse a la vida dependiendo de Dios. Les ruega que se alejen a
pasos agigantados de todo lo que se parezca a la vida pecaminosa en
la que antes vivían.
¿Cuál es el deseo de tu alma en cuanto a estar cerca de Dios? El
salmista David expresó el sentir del alma regenerada cuando la
comparó con un ciervo sediento, ansioso por las aguas cristalinas
(Sal. 42.1, 2). Pablo espera que los creyentes gálatas puedan ser
vencedores y que nunca sean arrastrados al terreno de la baja
naturaleza carnal.
La guía del Espíritu de Dios conduce a un tipo de vida de libertad
que no puede depender del molde de la ley. La acción del Espíritu es
superior y la única manera en que venimos a ser la criatura que fue
planeada por la mente divina. De esta manera Pablo presenta la
solución para el problema que azotaba a las iglesias de Galacia. Ellos
debían abandonar completamente su creencia de que se podía obtener
la salvación por medio de la ley.
92

Las obras de la carne


Gálatas 5.19-21

Pablo tiene como objetivo principal el que los creyentes de


Galacia entiendan que la libertad a la que Cristo nos llama no es para
usarla según la naturaleza camal (vv. 13, 16). La conducta según la
carne está en contradicción con el espíritu. Por eso se dispone a
resaltar la- diferencia con dos listas bien claras que lo demuestra.
Dice literalmente: "Ahora evidentes son las obras de la carne". Con
esto deja ver que los pecados a que se va a referir son notables a los
ojos de cualquiera, aunque no conozca la ley de Moisés.
La lista está formada por quince pecados. En algunos textos se le
añadieron los adulterios y homicidios, lo cual está verificado en la
versión de la Biblia que usamos. Tal vez hizo esto para acercarla a
las palabras de Jesús en Marcos 7.21-22. Un estudio de los textos
disponibles parece indicar que estos no estaban incluidos en la lista
de Pablo. Los pecados están seguidos por la expresión: "Cosas
semejantes a estas" que indica que la lista no está completa y que se
practican otros pecados de igual naturaleza que el Apóstol no
considera necesario seguir mencionando.
La relación está hecha sin tener en cuenta algún sistema especial.
En ella encontramos tres pecados referentes al sexo: fornicación,
inmundicia y lascivia. Dos por falsas religiones: idolatría y
hechicerías. Ocho tienen que ver con las diferencias o los problemas
en las relaciones entre las personas: enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias. Por último dos con tomar
bebidas alcohólicas: borracheras y orgías.
Algunos de estos pecados se expresan en singular y otros en
plural sin cambiar su significado. Lo más natural es tomar la lista de
los quince pecados como una muestra de la maldad existente entre
los hombres. Estos y todos los demás pecados, los condena Dios
enérgicamente.
La fornicación indica una relación sexual inmoral o no permitida.
Podríamos llamarla Inmoralidad sexual". La palabra es semejante a
la usada para "prostituta" pero se entiende como cualquier
inmoralidad en general referente al sexo. El mundo del siglo primero
93

no consideraba esto como un pecado. Así era la conducta común de


la gente y sólo se mencionaba si era en exceso. En medio de esta
clase de sociedad el cristianismo enseñaba que la sexualidad debía
ser pura. La relación sexual debía ser entre un hombre y una mujer
unidos de por vida para procrear una familia en pureza. Es de notar
que el cristianismo ha penetrado la mentalidad de millones de
personas y ha logrado revivir esta pureza. Sin embargo, sigue siendo
un reto para un mundo entregado a la inmoralidad sexual. Tal parece
que cuando el hombre se aleja de Dios, el indicador más notable es
su descontrol sexual.
Gracias a Dios que hay un remedio al sexo y a la sociedad
dominada por él: el control del Espíritu de Dios que puede controlar
el corazón humano.
Con la palabra traducida inmundicia Pablo ataca un gran número
de pecados, significando suciedad, impureza, flojera moral. En la
Septuaginta se traduce varias veces una palabra en el libro de
Levítico que significa la suciedad ceremonial. que no permite ir ante
la presencia de Dios. En otras partes del Nuevo Testamento significa
impureza sexual o degradación moral (Ro. 1.24, 6.19; 2 Co. 12.21;
Ef 4.19, 5.3; Col. 3.5). En cualquiera de los casos, la palabra es
aplicada a una conducta moral impura, con referencia a la sexualidad
y lejos de la marca de santidad que debe caracterizar a todo hijo de
Dios.
Pablo dice que la lascivia es una obra de la carne. La palabra
indica un desenfreno licencioso generalmente asociado con el sexo,
libertinaje y lujuria. Es como si a la persona en este estado no le
importase nada lo que se piense de ella. Se ha perdido todo sentido
del límite sexual y la moral. Así Josefo (abogado judío de la tribu de
Leví, nacido en el año 38 D.C., perteneciente al partido de los
fariseos) emplea esta palabra con ese sentido en sus escritos y Pablo
la escribe siempre con referencia a la sensualidad (Ro. 13.13; 2 Cor.
12.21; Ef. 4.19). En otras partes del Nuevo Testamento tiene un
sentido general (Mr. 7.22; 1 P. 4.3; 2 P. 2.2, 7, 18). ¿No es también
un pecado que vemos crecer en la corrupción de las ciudades de hoy?
94

Pablo usa la palabra idolatría para referirse a la adoración de una


imagen o la divinidad representada por la misma. También la aplica a
las comidas sacrificadas a los ídolos (1 Co. 10.7, 14; Col 3.5). Este
pecado es el antiguo recurso humano de buscar a Dios en lo palpable
cuando se ha perdido lo espiritual. Constituye la primera prohibición
de la ley de Dios (Ex. 20.3, 4). La adoración de las imágenes está hoy
tan extendida en el mundo como siempre.
La hechicería es representada por la palabra de la cual proviene
nuestro vocablo "farmacia". Además del buen significado de
dispensar medicinas, la palabra aquí indica el uso de drogas con
propósitos exorcistas y de brujería. Estas prácticas crecen en medio
del oscurantismo pagano de nuestros tiempos y hay ciudades donde
abundan los negocios de venta de hierbas para el ejercicio de la
brujería. Sólo el poder del evangelio puede libertar a los esclavos de
esta falsa religión.
Los pecados de relación humana son encabezados por las
enemistades que en el fondo vienen por la hostilidad del hombre
contra Dios (Ro. 8.7; Ef. 2.14; Stg. 4.4). De este cáncer espiritual
salen las demás diferencias entre los hombres que ahogan la vida de
la humanidad. De aquí nacen los pleitos o discordias a los que Pablo
hace abundante mención en sus cartas. Al mencionarlo nos muestra
cómo el mundo pagano estaba presente en las iglesias del primer
siglo (Ro. 1.29, 13.13; 1 Co. 1. 11, 3.3; 2 Co. 12.20; Fil. 1. 15, 1 Ti.
6.4, Tit. 3.9). Luego menciona los celos o sentimientos de enemistad
motivados por la envidia de lo que otro es o posee (Ro. 13.13; 1 Co.
3.3; Stg. 3.14, 16).
La ira o el enojo es mencionada abundantemente en el Nuevo
Testamento como una Rama de pasión o fuego sostenido en contra
de alguien (Lc. 4.28; Hch. 19.28; He. 11.27; 2 Co. 12.20; Ef 4.31;
Col. 3.8). La palabra que Reina Valera traduce por contiendas tiene
en su base el pecado del egoísmo que es todo lo contrario a la virtud
del amor (Ro. 2.8; 2 Co. 12.20; Fil. 1. 16, 2.3).
Las disensiones significan "divisiones" (Ro. 16.17) y las herejías
una secta o grupo de personas que sostienen creencias apartadas del
camino verdadero de la fe (1 Co. 11.19; 2 P. 2.1). La envidia está
muy cercana al significado de los celos (Mt. 27.18; Ro. 1.29; Fil.
1.15; 1 Ti. 6.4).
95

Las últimas obras de la carne: borracheras y orgías han sido el


azote de la humanidad hasta nuestros días.
Pablo no intentó hacer una lista completa de todos los pecados en
que los inconversos andan, pues serían muchos. Por eso le añade y
cosas semejantes a estas, queriendo decir que de esta naturaleza son
los caminos sin Dios. Claro que de todos estos pecados el ser
humano puede ser levantado y que el perdón está disponible por la
gracia de Dios.
El Apóstol termina esta parte y quiere dejar bien establecido el
hecho de que la vida en la carne conduce a las prisiones del infierno.
Ya parece que él les había instruido anteriormente de que se
guardasen del camino pecaminoso camal, porque ahora les repite: los
que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. No quiere
decir que el creyente no cometa nunca alguno de estos pecados. Si
ocurre, todavía el camino de la restauración está disponible. Lo que
Pablo dice es que los que tienen como estilo de vida el andar en estos
pasos están dirigiéndose hacia la condenación, a menos que se
arrepientan y se vuelvan a Dios. En otras palabras: las obras de la
carne se ven claramente. Son muchas, aunque todas son el resultado
de la rebelión contra Dios. Todas hacen perder al hombre de su más
preciado galardón: el reino de Dios.
La realidad de esta advertencia de Pablo a los creyentes de
Galacia no puede ser olvidada. El único remedio para reconciliar al
hombre con Dios es presentarle a tantas personas como sea posible la
salvación que Cristo ofrece.

Los frutos del Espíritu


Gálatas 5.22, 23

En la alegoría de la vid verdadera de Juan capítulo 15, Jesús


claramente enseñó que Sus seguidores no podían llevar frutos por sí
mismos si no estaban unidos a la vid que es El mismo. De aquí
recordamos que el fruto tiene su origen no en la rama, sino en el
tronco del árbol. Por tanto es un fruto del Espíritu (Jn. 15.4; Hch. 1.8;
Ro. 7.4,5; EE 5.9; Fil. 1.11).
96

La carne obra pero el Espíritu produce. Hay una oposición en esta


expresión del Apóstol que parece indicar que las virtudes son dadas
como un regalo de Dios. Mientras que el esfuerzo humano actúa
conforme a su corazón corrompido. O quizá hay una espontaneidad
en la vida controlada por Espíritu Santo que contrasta con la acción
forzada de la carne.
Cualquiera que sea el pensamiento de Pablo, la lista de los frutos
del Espíritu es un retrato en pocas palabras del carácter de Cristo y el
ideal de Dios para Sus criaturas. La lista no es completa m parece
tener un orden bien definido; pero si las vamos a clasificar. Las tres
primeras parecen describir el carácter cristiano, las siguientes las
relaciones con el prójimo y las últimas la conducta del creyente.

El carácter cristiano
El Apóstol empieza con el amor. Es la más conocida definición
de Dios para nosotros Sus criaturas (1 Jn. 4.8), porque este mundo es
la expresión del amor de Dios por todas partes. La manifestación de
Jesucristo en la escena humana es la prueba suprema del amor
divino. Si podemos entender algo del amor de Dios, es porque lo
hemos visto en la historia del cristianismo. No es extraño que el amor
sea el fruto más destacado que el Espíritu Santo produce en nuestros
corazones y que al mismo tiempo incluye a todos los demás bajo su
influencia. El Apóstol concedió al amor la primacía cuando escribió
su famoso elogio en 1 de Corintios capítulo 13. Nosotros podemos
comprobar en la experiencia diaria que el amor es la cualidad del
carácter más excelente. También implica el costo más alto pues exige
entregarse completamente al ser amado (1 Co. MA-7).
El mundo habla mucho de amor, pero generalmente a lo que se le
Rama amor es simplemente egoísmo. Los griegos tenían una palabra
para el amor amistoso, otra para el amor sensual y otra para el amor
de la familia. La palabra que Pablo usa es otra: agape, el amor divino.
Ya había expresado antes que el amor era lo de más valor (vv. 6, 13).
Le sigue el gozo. Esta cualidad siempre ha estado asociada con la
felicidad. En el mundo antiguo y en todos los tiempos una de las
97

cosas que el ser humano busca más es el regocijo. Pero aquí hay una
diferencia en calidad. Lo que en el mundo se conoce como gozo no
es a lo que Pablo se refiere. El gozo cristiano no depende de las cosas
exteriores, porque es un bien que brota de la relación única del
convertido con su Señor. Es por esto que luego Pablo, preso en
Roma, anciano, enfermo, casi solo y bajo una acusación de muerte,
podía decir: "Regocijaos en el Señor siempre; otra vez digo, que os
gocéis" y "He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi
situación" (Fil. 4.4, 11). Muchas son las tribulaciones que pueden
alcanzar al cristiano en el mundo (Jn. 16.33; Sal. 34.19); pero el gozo
del Señor podrá superar a todas ellas.
El carácter del cristiano está lleno de paz. El hombre la ha
perdido porque se ha rebelado contra Dios. La pacificación sólo se
puede restablecer mediante la sangre derramada en la cruz (Ro. 5.1).
Esto le proporciona la paz a uno para sí mismo y los semejantes. De
aquí que todo lo que los hombres llaman paz, aparte de la paz
cristiana, no sean más que treguas momentáneas en la constante
guerra del hombre contra Dios, contra sí mismo y contra los demás.
Fray Luis de León dijo que: "Todos los hombres buscan la paz
porque o siguen algún bien que les falta o huyen de algún mal que los
enoja" (1).
De esta manera la acción del Espíritu Santo en el corazón del
creyente crea estas tres virtudes que Cristo prometió dar a los suyos:
Su amor, Su gozo y Su paz (Jn. 15.9, 11; 14.27). Nadie las puede dar,
sino El.

Las relaciones con el prójimo


El Antiguo Testamento nos presenta un Dios de paciencia
extrema. Al tratar con Sus criaturas desobedientes Dios es "tardo o
lento para la ira" (Ex. 34.6, Sal- 103.8). Jesús mostró Su paciencia no
abriendo su boca al ser llevado al matadero (1s. 53.6). El mismo
mandó a Sus seguidores a ir como ovejas en medio de lobos (Lc.
10.3). Como Dios es paciente para con el mundo "no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 P.
3.9); así quiere que nosotros seamos pacientes con todos, para
recoger la cosecha del reino que El está creando. El Espíritu Santo
obra en nosotros una paciencia creciente.
98

La benignidad es el fruto de tratar a los demás con la delicadeza y


la amabilidad con la que Dios nos trata.. con espíritu de compasión
(Ro. 2.4; Tit. 3.4). El pecado ha roto tanto las fibras del corazón
humano que ha hecho escasear la benignidad y ha puesto en su lugar
la dureza. Sólo el poder del Espíritu puede restablecer en nosotros la
benignidad.
La palabra bondad sólo la usa Pablo en el Nuevo Testamento
(Ro. 15.14; Ef. 5.9; 2 Ts. 1. 11) y tiene implícita la idea de
benignidad, pero en un sentido más general, con respecto al amor
práctico expresado en hacer todo el bien que sea posible a nuestros
semejantes.

La conducta del creyente


La palabra fe generalmente se usa para expresar la confianza del
creyente en la obra redentora de Jesús, pero aquí al presentarse como
un fruto del Espíritu, quiere decir fidelidad o lealtad. Dios es fiel y
Jesucristo el testigo fiel (1 Co. 1.9, Ap. 1.5). Cristo busca seguidores
fieles, hombres y mujeres llenos de fe que modelen la conducta
divina en medio del mundo de desobediencia que nos rodea, para que
El sea conocido y obedecido (Ap. 2. lOc, Tit. 2. 10).
La mansedumbre es la condición del carácter que permite un
comportamiento considerado y gentil para con todos.
Manso es el cordero como tipo del Mesías que vendría en este
espíritu al mundo (Is. 53.7, Mt. 11.29). El manso es dócil para ser
enseñado y sometido a Dios. No quiere decir en ninguna manera
debilidad, sino fortaleza y firmeza bajo el conocimiento y la
obediencia a Dios. Es todo lo opuesto a soberbia y arrogancia.
El último fruto del Espíritu que Pablo enumera es la templanza.
Es el control del Espíritu sobre todas las pasiones humanas. El
pecado ha puesto fuera de control el sexo, la lengua, el deseo de las
cosas; sólo por mencionar algunas. El Espíritu pone en servidumbre
estas pasiones y las usa bajo las normas divinas para la gloria de
Dios.
Pablo concluye su lista diciendo que contra tales cosas no hay
ley. El fruto que produce el Espíritu no lo origina la ley ni puede
prohibirlo. Es un fruto independiente de toda otra fuente; florece y
crece con la sabia que sólo el Espíritu puede dar en el alma
regenerada.
99

¡Cuán bello es el plan que Dios ha desarrollado en la recreación


de Sus criaturas que han caído en el pecado! ¡Deseémoslo hoy!

Decididos por el Espíritu


Gálatas 5.24-26

El Apóstol cierra con broche de oro esta exhortación a andar en el


Espíritu con una referencia al papel que los creyentes de Galacia
tienen en el camino de desechar las obras de la carne y optar por los
frutos del Espíritu. Los que son de Cristo, han tomado la decisión de
invitarlo a asumir el control completo de sus vidas. No puede haber
términos medios entre el camino de la corrupción y el de la santidad;
como no hay compromiso entre Cristo y Belial (2 Co. 6.15).
Muchos han tratado de rebajar un poquito los frutos del Espíritu y
mejorar otro tanto las obras de la carne, pero han fracasado.
Debemos estar conscientes de que el cristianismo no se puede rebajar
y quedar bien con Dios. Pablo no deja lugar a dudas en cuál debe ser
la decisión del cristiano. Algunos argumentan que somos débiles.
Dios no nos ha enseñado la confianza en nosotros mismos, sino que
debemos de reclamar el poder que es en Cristo Jesús (Ef. 3.16-21).
Las obras de la carne que Pablo enumera parten del corazón
mientras que los frutos del Espíritu tienen a Cristo como su centro y
no se dirigen a engrandecer al individuo, sino a hacer el bien a otros.

Lecciones para la vida en Gálatas 5.16-26

1. El cristiano debe pedir a Dios una visión clara para poder


distinguir entre la vida del "yo" o de la carne" que vivía antes y
el nuevo camino de dependencia del Espíritu en que vive ahora.

2. Hay una cerca bien limitada entre la carne" y "el Espíritu" que
podremos evitar saltar de regreso, si vamos tomados
estrechamente de la mano de Cristo.
100

3. Dios espera de nosotros la decisión de reclamar el poder del


Espíritu Santo para vencer nuestras debilidades y honrar a Cristo
diariamente.

4. El creyente no se contenta con un carácter mediocre, sino camina


cada día hacia la excelencia de los frutos del Espíritu, usando los
medios de la oración, la lectura de la Palabra, la meditación y el
servicio a Dios en Su obra.

Actividades de aprendizaje personal

1. Haga una lista, lo más completa que Ud. pueda, de los pecados que
Ud. conoce que son obra de la carne.
(Use una hoja aparte si es necesario):
_____________________________________________________
_____________________________________________________

2. Escriba algunas áreas de su vida en que Ud. cree que es necesario


que el Espíritu tome más fuerte posesión:
_____________________________________________________
_____________________________________________________

(1) Fray Luis de León: De Los Nombres de Cristo. Colección


Austral, Cuarta Edición, Pág. 189.
8

Vivir la gracia a través del amor


Gálatas 6.1-18

Conocí a una hermana en la fe que tenía bastante en que ocuparse


para dedicar algún tiempo a los demás. Sin embargo, me admiraba
cómo sentía amor y se interesaba por las necesidades de todos. Pablo
trata de enseñar este espíritu. El conocía muchas de las necesidades
de las iglesias de Galacia. Para finalizar su carta, les da algunas
instrucciones de cómo deben practicar el amor en sus vidas para que
el evangelio sea eficaz.

¿Qué es vivir en el Espíritu?


Gálatas 6.1-6

Con las últimas palabras de la sección anterior (v. 26) Pablo hace
un alto en su teoría que ha hecho viva ante los ojos de sus oyentes de
Galacia, traduciéndola en las listas de los resultados de la carne y el
Espíritu. Ahora apela a sus corazones con una palabra que demuestra
la intimidad amorosa que le une a cada uno de ellos: hermanos.
Aunque se hayan estado alejando del verdadero camino que les
enseñó, son sus hermanos en Cristo y quiere decirles de una manera
aún más enfática como deben comportarse en el camino del Espíritu.
Los consejos que siguen no están desligados de todo lo que les ha
estado enseñando. Más bien reafirman de una manera práctica cómo
es la nueva vida en lo Personal y como congregación, en el reino de
que han venido a formar parte bajo la libertad gloriosa que es en
Cristo Jesús.
102

Restaurando al que ha faltado (v. 1)


La visión interna del ser humano está confundida por causa del
pecado. Generalmente estamos inclinados a mirar a los demás y
encontrarles la mayor cantidad de faltas posibles. Este es el espíritu
de la crítica camal. Cuando en las iglesias se tiene ese espíritu, la
mundanalidad está dominando la vida de los creyentes. Pablo pasa a
enseñarles a los hermanos de Galacia que ellos que son espirituales
han de comportarse de distinta manera. Cuando un hermano fuere
encontrado literalmente en "alguna transgresión o paso falso" (Ro.
4.25; Col. 2.13), la actitud del creyente es restituirle o traerle de
nuevo a su lugar. Esta restitución espiritual ha de hacerse con
mansedumbre que es uno de los frutos del Espíritu. La mansedumbre
es la manifestación del amor, el razonamiento, la exhortación y la
identificación con el descarriado.
La base de esta restauración está en que todos podemos caer
también en alguna falta; por tanto, somos llamados a usar con los
demás el mismo cuidado que nosotros pudiéramos necesitar.
¿Tenemos esta visión y ánimo de auxilio en medio de nuestros
hermanos necesitados? Los hermanos con faltas son como las puertas
que chillan cuando las abrimos. Se necesitan aceitadores con espíritu
de mansedumbre, no críticos que aumenten más el ruido.

Sobrellevando las cargas (v. 2)


Para los gálatas que estaban influenciados en que su
espiritualidad consistiría en el cumplimiento de la ley de Moisés,
como medio de salvación, según estaban siendo mal enseñados,
Pablo tiene un mandamiento más alto: el de practicar el espíritu del
amor de Cristo en las cargas que la opresión del pecado o de
cualquier otra naturaleza ponen sobre los demás.
A medida que el creyente crece en el conocimiento de Cristo la
sombrilla de su compasión se extiende para alcanzar bajo su sombra
las circunstancias de sus semejantes. Ciertamente este es un mundo
de cargas pesadas. Así lo vio Jesús cuando nos dice Mateo: 'Y al ver
las multitudes, tuvo compasión de ellas..." (Mt. 9.36, 14.14, 15.32).
103

¿Cómo podemos llevar las cargas de los demás? Cristo se


compadeció de los enfermos. Consoló a las viudas. Exhortó y
alimentó las multitudes. Llamó a los destituidos. Atrajo a los
descarriados. Pablo se estaba refiriendo a los creyentes dentro de las
iglesias. En cada caso debemos preguntarle al Señor lo que nos
corresponde hacer. Seguramente que Dios tiene un campo de acción
para cada uno de nosotros, donde debemos poner nuestros hombros
para ayudar.

La medida de sí mismo (vv. 3-5)


La manera en que una persona piensa sobre sí misma influye
decisivamente en lo que piensa de los demás y en lo que puede o no
hacer en favor de los demás. Pablo está consciente de esto cuando
advierte a los hermanos de esta manera.
Si ellos iban a ser capaces de sobrellevar los unos las cargas de
los otros, necesitaban primero mirarse delante de Dios para verse
tales cuales eran. El pecado ha desviado la vista del ser humano. 0 se
ve más alto de lo que es o se considera por debajo indebidamente.
Cristo quiere que comprendamos que somos criaturas muy valiosas.
Llevamos la imagen de Dios y somos Sus instrumentos en este
mundo; pero al mismo tiempo Dios quiere que seamos humi1des,
como El lo es (Mt. 11.29). Algunas de las señales que Dios nos ha
dado para recordarnos nuestra dependencia y humildad son nuestros
cuerpos débiles y nuestra existencia temporal en el mundo. La vida
en este planeta es un viaje y todos vamos embarcados en la nave de
la fragilidad. ¿Te duele, se cansa y muere tu cuerpó9 Es un maestro
de Dios para enseñarte que otros sufren como tú.
Pablo sugiere que no pensar con prudencia acerca de sí mismo
puede cambiar el mundo limitadamente, pero más nos cambia a
nosotros mismos con engaño y pone nuestra visión borrosa. Santiago
nos anima a pensar de nosotros mismos con templanza, diciendo: "Si
el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello" (Stg. 4.13-16).
104

Pablo no dice que el creyente se sobreestime ni que se subestime.


Estos son extremos equivocados. Tampoco dice que nos estemos
comparando continuamente con otros para encontrar diferencias que
lo único que logran es envenenar las relaciones. El creyente se mirará
delante del Señor para crecer su vida en su propia obra; porque el
Señor le juzgará aparte de los demás y le dará su propio premio (Ro.
14.12, 1 Co. 5.10).
La ley de este mundo es que cada vida llevará su propia carga.
Pablo usa palabras distintas en los versículos 2 y 5 para significar 11
carga" pero con el mismo significado. En Hechos 27.10 es usada la
misma palabra que aparece en Gálatas 6.5 para referirse a la carga
del barco. Es nuestro privilegio poder ayudar a otros con los
problemas de sus vidas. Debemos recordar que al final cada uno
recogerá los frutos del Espíritu que haya sembrado o dará cuenta de
las obras de la carne que haya hecho.

Haciendo partícipes a los maestros (v. 6)


La frase que Pablo usa para referirse a compartir toda cosa buena
puede entenderse tanto beneficios espirituales como sostenimiento
material. El Apóstol no aclara, pero estaba dando a entender que lo
material iba incluido. Es difícil poder determinar las circunstancias
bajo las cuales Pablo instruye a los creyentes de Galacia a compartir
con sus líderes, porque no sabemos cómo estaban organizadas las
iglesias. Pero en general, nos damos cuenta de que había un liderazgo
en las mismas que empleaba todo su tiempo en el trabajo del
evangelio. Ellos necesitaban el sostenimiento por parte de los
creyentes para realizar el trabajo del ministerio cristiano. En otras
partes Pablo mencionó el derecho de los que llevan el evangelio de
recibir el sostenimiento económico (1 Co. 9.13, 14; 1 Ti. 5.18).
Además, Pablo les enseña que los frutos del Espíritu también
debían manifestarse en el sostenimiento de la obra de Dios a través
de sus líderes. Los creyentes y las iglesias que crecen son aquellos
que aprenden a dar con generosidad sus diezmos y ofrendas. Saben
que además de ser un mandamiento de Dios (Lv. 27.30-32; Dt. 26.12,
105

Mal. 3.10; 2 Co. 8.2-5; Mt. 23.23) constituye un privilegio el


hecho de poder participar en la edificación del remo con los medios
materiales que Dios ha confiado en nuestras manos. Los líderes que
trabajan en la obra de Dios son dignos de su salario y las iglesias
deben sostenerlos con la mayor dignidad que sus recursos les
permitan.
Es una lástima que muchos obreros consagrados y capaces sean
sostenidos con muy poca generosidad, de manera que sus familias
sufren de pobreza. He oído a hijos de siervos de Dios contar las
miserias que pasaron y que nunca podrán olvidar. El mandamiento
que Pablo da si es obedecido hará que esto no ocurra.
Las dos siegas
Gálatas 6.7-10
Pablo sigue hablándole a los gálatas bajo el contraste en que les
ha exhortado en el pasaje del capítulo 5.16-25; la conducta del
hombre está dirigida según su inclinación en el yo carnal o la
dirección del Espíritu. No hay términos medios. Hay una clara
referencia de que estos creyentes a los que Pablo está tratando de
enseñar usaban, o estaban encaminados a usar, su libertad como
ocasión para la carne (5.13) la vanagloria, la irritación de unos contra
otros y la envidia, entre otras cosas, estaban presentes en ellos (5.26).
En este pasaje hay un aviso: no os engañéis; una sentencia: Dios
no puede ser burlado; un resultado: corrupción o vida eterna y una
exhortación: no nos cansemos de hacer bien.
Dios no puede ser burlado (v. 7)
Una de las consecuencias del pecado es que ciega los ojos de la
mente de los seres humanos. Cegó a la mujer en el huerto del Edén y
lo sigue haciendo desde entonces. Esta ceguera hace creer al pecador
que puede salir adelante a pesar de su pecado y hasta prosperar. El
profeta Isaías señala: "Decid al justo que le irá bien, porque comerá
de los frutos de sus manos. ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según
las obras de sus manos le será pagado" (Is. 3.10-11). Pablo advierte a
los gálatas que no se dejen engañar por las apariencias del mundo.
Hay ocasiones en que vemos al impío que parece que prospere,
porque de momento no hay un castigo aparente que le alcance. Sin
embargo, Dios no puede ser burlado.
106

El diseño de este mundo está hecho para que los designios de la


justicia de Dios se lleven a cabo inexorablemente. Nosotros vemos
con mirada corta, porque somos seres de poca duración en este
mundo. Los relojes de la maquinaria divina se mueven lentamente
pero sin fallos, para que nadie pueda burlarse del poder del Altísimo.
Los hijos se burlan de los padres y los alumnos se burlan de sus
maestros. Cada rato oigo las noticias acerca de cómo los delincuentes
se burlan de mil maneras diferentes de la vigilancia de las
autoridades. Es como si hubiera una tendencia natural en el pecador a
salirse con la suya a expensas de los demás. Pablo dice que no ocurre
así con Dios.

Corrupción o vida eterna (v. 8)


En la última parte del v. 7 está enunciada la ley de la siega. El ser
humano, al vivir, está sembrando a cada momento lo que ha de
recoger más tarde. Pablo le explicó después a los hermanos de Roma
esta ley, diciéndoles que Dios: Pagará a cada uno conforme a sus
obras" (Ro. 2.6-10). Estas determinan la cosecha final.
Debemos aclarar que Pablo no está planteando una doctrina de la
salvación por obras. La salvación es exclusivamente por medio de la
fe en la obra de Jesucristo que murió y resucitó para abrir las puertas
del reino de los cielos a los que creen en El. Lo que Pablo dice es que
las obras de la carne que se hacen en el camino de la incredulidad,
terminan en la siega de la corrupción; mientras que los frutos del
Espíritu Santo, recogidos en el camino de la fe, conducen hacia la
vida eterna.
Los seres humanos sembramos con nuestros pensamientos,
nuestras palabras y nuestros hechos durante toda nuestra vida. Esta es
la ley inexorable de la existencia. ¡Es importante saber la
responsabilidad que nos alcanza por nuestros hechos en este mundo!
Pienso que si esta realidad estuviese clara delante de los ojos de
todos los seres humanos, la salvación en Cristo sería más buscada de
lo que es. Pero como a Jerusalén estuvo encubierta la identidad del
Mesías, cuando El entraba a la ciudad, esta verdad está encubierta
ante los ojos de muchos (Le. 19.41-42). La responsabilidad de
pregonar el mensaje de la salvación cae sobre nosotros.
107

La excelencia de hacer el bien (vv. 9, 10)


Una de las cosas que abruma el alma de los fieles en este mundo
mientras están aquí es el presenciar uno y otro día el imperio del mal.
Este es un mundo sufriente en el que el impío es victimario y víctima
a la vez, mientras que el santo padece persecución. Esto seguirá así
hasta los tiempos del fin, en los que Jesús dice que aún el amor de
muchos se enfriará (Mt. 24.12). Los que hacen el bien si miran
alrededor pueden cansarse de seguir haciéndolo. A veces los nuevos
creyentes empiezan con gran ímpetu a obedecer y servir al Señor,
pero al poco tiempo se desaniman.
Pablo termina la explicación de la ley de la siega diciendo que no
hay por qué caer en el cansancio de las almas carentes de visión. El
uso de los frutos del Espíritu haciendo el bien, conducirá al éxito
total; tan sólo que no desmayemos (2 Co. 4.1, 16). Jesús prometió el
poder del Espíritu en aquellos que le siguieran para hacer Su obra
(Hch. 1.8). Este mismo poder nos sostendrá para hacer el bien hasta
el final.
Pablo añade un pensamiento dirigido al cuidado de la iglesia. Los
creyentes están llamados a hacer el bien a todos como hijos del Padre
que hace que salga su sol sobre malos y buenos y llueva sobre justos
e injustos (Mt. 5.45). El ejercicio de todo bien comienza por los de
casa. El hombre y la mujer de Dios serán los proveedores de todos
los bienes a sus familias como el más estrecho círculo de cuidado que
Dios nos ha dado. Luego a la familia de la fe, como el círculo
espiritual con el que caminamos para la eternidad. Y por último a
todos como representantes del Padre.

Consejos finales y bendición


Gálatas 6.11-18

Pablo se dispone a terminar su carta y quiere usar todos los


medios posibles para causar en sus lectores la mayor impresión con
los argumentos que ha razonado con ellos. Ha puesto todo su corazón
en enderezar el camino espiritual de sus amados en Galacia. ¡Cuánto
él quisiera ahora que comprendiesen; porque el amor de Dios arde en
él con toda su fuerza a favor de ellos! Así les dice: Mirad con cuán
grandes letras os escribo de mi propia mano.
108

Algunos han entendido que con esto les estaba firmando la carta
porque no veía bien, luego de haberle dictado el resto a un
compañero escribiente como fue su costumbre en otras cartas. Más
bien podemos entender que con las letras grandes desea llamarles la
atención sobre la importancia de lo que quiere decirles a
continuación, porque se dispone a resumir en pocas palabras lo
esencial de todo lo que les ha venido planteando.
Desde el capítulo 1.6 al 5.12 Pablo expuso el tema central de la
carta. Los gálatas debían rechazar las falsas enseñanzas de los
judaizantes. No debían someterse a la observancia de la ley para su
salvación y a la circuncisión como señal en la carne de dicha
obediencia. Debían reconocer la verdadera doctrina de la salvación
solamente por la fe en la obra de Cristo. El segundo tema lo
desarrolla de 5.13 al 6.10; debían abandonar los caminos
pecaminosos de las obras de la carne de donde venían antes de
conocer a Cristo y vivir en los frutos y el poder del Espíritu Santo
que habían recibido al creer en Jesucristo. En el primer argumento
Pablo expone el término carne en el sentido físico (2.20; 3.3; 4.13,
14, 23, 29) y en el segundo lo usa en el sentido moral (5.16, 17, 19,
24; 6.8). Ahora al final, quiere enfatizar el primer tema y se refiere a
los judaizantes como aquellos que se quieren gloriar en la carne de
los gálatas conversos, obligándolos a circuncidarse y cantar así la
victoria de aumentar el número de los seguidores del judaísmo.
Los judaizantes se situaban en la posición cómoda del respeto
que el gobierno romano tenía por el judaísmo, mientras los creyentes
en Cristo estaban sometidos a la persecución de ambos: romanos y
judíos. Así la cruz tenía un precio que pagar; pero Pablo es claro en
retar a los gálatas a cargar con la cruz que les salva mediante una
vida nueva y arrojar la circuncisión o la incircuncisión que ningún
beneficio espiritual producen.
El reto de Pablo está en pie todavía. Toda su gloria estaba en
abrazarse al sacrificio de la cruz que dejaba fuera toda forma de
legalismo y es suficiente para la salvación. Además, para Pablo toda
la gloria humana y la jactancia en lo terrenal habían quedado atrás
(Fil. 3.7, 8). Los gálatas necesitaban llegar a este convencimiento de
unidad y dependencia de Jesús solamente.
109

Los cristianos de hoy en su mayoría no experimentan el estigma


o la vergüenza que representó la cruz en los tiempos de Pablo; pero
la vida de la nueva criatura en Cristo está rodeada hoy de religiones
ceremoniales, falsas doctrinas, materialismo, incredulidad, ateísmo
científico, mundanalidad y corrupción de todo tipo. Estos son
sustitutos cómodos que amenazan la vida espiritual del creyente
sincero. Con la misma valentía y pasión con la que Pablo trató de
convencer a los gálatas, nos corresponde a nosotros hoy poner en
práctica y dar a todos el evangelio de la salvación por medio de la fe
y la entrega completa a la obediencia del Señor del Calvario.
En tiempos de Pablo los esclavos llevaban las marcas de la
persona a quien pertenecían y muchos se marcaban por la causa que
sustentaban. Pablo supone que los judaizantes seguirán sus ataques
contra él y contra el verdadero evangelio, por eso protesta que nadie
le cause molestias, porque él lleva las señales en su cuerpo de los
sufrimientos que ha pasado por cumplir su apostolado en defensa del
mensaje de la cruz (Hch. 14-19; 2 Co. 6.4-6, 11.23-30).
A los que decidieran andar conforme a este camino de la cruz,
Pablo les desea bendiciones, paz y misericordia. Ellos y todos los que
se unen a Cristo, judíos o gentiles que no miran la circuncisión o la
incircuncisión, sino la cruz, constituyen el Israel de Dios que camina
hacia la vida eterna. Al final de la carta que aunque dura a veces,
destila el profundo amor de Dios a través del Apóstol, termina con
una nota de gran cariño: hermanos, la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, (no la ley) sea con vuestro espíritu.
Los nombres de los enemigos de la cruz pueden haber cambiado,
pero son tan reales hoy como en los tiempos de Pablo. El entender el
libro de Gálatas nos llevará a mejorar nuestra visión espiritual para
vivir una vida de fidelidad a Cristo y afirmar nuestro celo por la
propagación del único evangelio que puede cambiar la vida de las
personas y transformar el mundo, preparando así el camino para la
segunda venida del Hijo de Dios. El nos ayudará a hacerlo así.
110

Lecciones para la vida en Gálatas 6.1-18

1. El cristianismo se traduce en amor (vv.l, 2). El espíritu de perdón y


compasión por el hermano debe sustituir a la crítica. Cristo cambia
el corazón.

2. El concepto cristiano de sí mismo está basado en el ejemplo de


Cristo, no en los en-ores de los demás (vv. 3-5).

3. Los creyentes deben ayudar a los que los enseñan (v. 6).

4. . Si se siembra pecado, la siega es corrupción; si justicia, la siega


es vida eterna. (vv. 7-8)

5. Hacer el bien no debe producir cansancio (vv. 9-10).

6. La obra de Cristo es la única verdad que permanecerá (vv. 12-17).

Actividades de aprendizaje personal

I. Escriba las palabras claves en los siguientes versículos:


1: a. _______________, b. _______________, c. _______________.
2: a. _______________, b. _______________ .
7: a. _______________, b. _______________, c. _______________.
d. ___________________ .

14: a. _______________, b. ______________, d. _______________


.

II. Señale los versículos en los cuales hayan acciones de un


mandamiento específico a hacer algo y escriba en una hoja de
papel el mandamiento.
111

Respuestas:
I. la. falta, b. restauradle, c. mansedumbre.
2a. sobrellevad, b. cargas.
7a. engañéis, b. burlado, c. sembrare, d. segará.
l4a. gloriarme, b. cruz, d. crucificado.

II. 1: restauradle; 2: sobrellevad; 4: someta a prueba; 6: haga


partícipe; 7: no os engañéis; 9: no nos cansemos; 10: hagamos
bien; 11: mirad.

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