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Capítulo III:

MEDIOS PARA LA COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN


892. Responsables del ministerio de la evangelización, nos preocupa cómo
hacer llegar al hombre latinoamericano la Palabra de Dios, de tal modo que sea
escuchada por él, asumida, encarnada, celebrada y transmitida a sus hermanos.
893. Sabemos que es Dios quien la hace crecer 233; sin embargo, el Señor de
la mies espera la colaboración de sus servidores. Por eso, queremos reflexionar
acerca de los medios principales de evangelización, con los cuales la Iglesia crea
comunión e invita a los hombres al servicio de sus hermanos.
894. La comunidad que en la liturgia celebra gozosamente la Pascua del Señor,
tiene el compromiso de dar testimonio, de catequizar, educar y comunicar la
Buena Nueva por todos los medios que estén a su alcance. Asimismo, siente la
necesidad de entrar en comunión y diálogo con los hombres que buscan la
verdad en nuestro Continente.
3. Catequesis
977. La catequesis «que consiste en la educación ordenada y progresiva de la
fe» (Mensaje del Sínodo de Catequesis n. 1), debe ser acción prioritaria en
América Latina, si queremos llegar a una renovación profunda de la vida cristiana
y, por lo tanto, a una nueva civilización que sea participación y comunión de
personas en la Iglesia y en la sociedad.
3.1. Situación:
Desde el punto de vista histórico, a partir de Medellín, en la catequesis se pueden
notar aspectos positivos y negativos:
Positivos:
978. El florecimiento de la acción catequística a través de nuevas y ricas
experiencias en los diferentes países, como, por ejemplo:
979. —Un esfuerzo sincero para integrar vida y fe, historia humana e historia de
la salvación, situación humana y doctrina revelada, a fin de que el hombre
consiga su verdadera liberación.
980. —Una pedagogía catequística positiva que parte de la persona de Cristo
para llegar a sus preceptos y consejos.
981. —Un amor más acendrado a la Sagrada Escritura como fuente principal de
la catequesis.
982. —Una educación sobre el sentido crítico constructivo de la persona y de la
comunidad en una visión cristiana.
983. —Un redescubrimiento de su dimensión comunitaria de tal modo que la
comunidad eclesial se está haciendo responsable de la catequesis en todos sus
niveles: la familia, la parroquia, las Comunidades Eclesiales de Base, la
comunidad escolar y en la organización diocesana y nacional.
984. —Una cada vez mayor toma de conciencia de que la catequesis es un
proceso dinámico, gradual y permanente de educación en la fe.
985. —Un aumento de Institutos para la formación de catequistas en muchas
partes y en todos los niveles: diocesanos, nacionales e internacionales.
986. —Una proliferación de textos de catecismo. Este hecho a veces es positivo
y a veces es negativo, en cuanto que son parciales o no renovados.
Negativos:
987. —La catequesis no logra llegar a todos los cristianos en medida suficiente
ni a todos los sectores y situaciones, por ejemplo: amplios ámbitos de la
juventud, de las élites intelectuales, de los campesinos y del mundo obrero, de
las fuerzas armadas, de los ancianos y de los enfermos, etc.
988. —Se cae a menudo en dualismos y falsas oposiciones como entre
catequesis sacramental y catequesis vivencial; catequesis de la situación y
catequesis doctrinal. Por no ubicarse en un justo equilibrio, algunos han caído
en el formulismo y otros en lo vivencial sin presentación de la doctrina; hay
quienes han pasado del memorismo a la ausencia total de memoria.
989. Hay catequesis que descuidan la iniciación a la oración y a la liturgia.
990. No se respetan, a veces, las competencias que corresponden a los teólogos
y a los catequistas 252 en sintonía con el Magisterio; por lo cual, se han difundido
entre los catequistas conceptos que pertenecen a hipótesis teológicas o de
estudio.
991. Se comprueba cierta desorientación de las actitudes catequísticas en el
campo ecuménico.
3.2. Criterios teológicos:
a) Comunión y participación:
992. La obra evangelizadora que se realiza en la catequesis exige la comunión
de todos: pide ausencia de divisiones y que las personas se encuentren en una
fe adulta y en un amor evangélico 253. Una de las metas de la catequesis es
precisamente la construcción de la comunidad.
993. Se exige la colaboración de todos los miembros de la comunidad eclesial,
cada uno según su ministerio y carisma. Sin eludir responsabilidades apostólicas
y misioneras para que en la catequesis la Iglesia edifique a la Iglesia 254. La
Iglesia es constantemente evangelizada y evangelizadora.
b) La fidelidad a Dios:
994. La fidelidad a Dios se expresa en la catequesis como fidelidad a la Palabra
dada en Jesucristo. El catequista no se predica a sí mismo sino a Jesucristo,
siendo fiel a su Palabra 255 y a la integridad de su Mensaje.
c) Fidelidad a la Iglesia:
995. Todo el que catequiza sabe que la fidelidad a Jesucristo va unida
indisolublemente a la fidelidad a la Iglesia 256; que con su labor edifica
continuamente la comunidad y transmite la imagen de la Iglesia 257; que debe
hacerlo en unión con los Obispos y con la misión de ellos recibida.
d) Fidelidad al hombre latinoamericano:
996. La fidelidad al hombre latinoamericano exige de la catequesis que penetre,
asuma y purifique los valores de su cultura 258. Por lo tanto, que se empeñe en
el uso y adaptación del lenguaje catequístico.
997. En consecuencia, la catequesis debe iluminar con la Palabra de Dios las
situaciones humanas y los acontecimientos de la vida para hacer descubrir en
ellos la presencia o la ausencia de Dios.
e) Conversión y crecimiento:
998. La catequesis debe llevar a un proceso de conversión y crecimiento
permanente y progresivo en la fe.
f) Catequesis integradora:
999. «En toda catequesis integral hay que unir siempre de modo inseparable: —
El conocimiento de la Palabra de Dios; —la celebración de la fe en los
sacramentos; —la confesión de la fe en la vida cotidiana» (Sínodo de 1977, 11).
3.3. Proyectos pastorales:
La catequesis, para cumplir su misión evangelizadora en América Latina, deberá
tener presente lo siguiente:
1000. a) Formar hombres comprometidos personalmente con Cristo, capaces de
participación y comunión en el seno de la Iglesia y entregados al servicio salvífico
del mundo. 1001. b) Tomar como fuente principal la Sagrada Escritura, leída en
el contexto de la vida, a la luz de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia,
transmitiendo, además, el Símbolo de la fe; por lo tanto, dará importancia al
apostolado bíblico, difundiendo la Palabra de Dios, formando grupos bíblicos,
etc. 259.
1002. c) Dar prioridad pastoral a la adecuada formación de los catequistas, en
diferentes institutos, cuidando de su especialización en función de las diversas
situaciones, edades y áreas que cubran los catequizandos, v.gr. niños, jóvenes,
campesinos, obreros, fuerzas armadas, élites, enfermos, deficientes,
presidiarios, etc.
1003. d) Adaptar en los Institutos de formación de los sacerdotes y de los
religiosos y religiosas la «Ratio Studiorum» como algo urgente para que se
intensifique la enseñanza de la adecuada transmisión contemporánea del
Mensaje evangélico.
Los catequistas procurarán:
1004. —La integridad del anuncio de la Palabra para superar el dualismo, las
falsas oposiciones y la unilateralidad;
1005. —Iniciar a los catequizandos en la oración y en la Liturgia; en el testimonio
y en el compromiso apostólico;
1006. —Impartir una catequesis vocacionalmente orientadora, explicando
también la vocación laical, con un compromiso adaptado a las diferentes edades,
desde la niñez hasta la edad adulta;
1007. —Como educadores de la fe de las personas y de las comunidades,
empeñarse en una metodología en forma de proceso permanente por etapas
progresivas, que incluya la conversión, la fe en Cristo, la vida en comunidad, la
vida sacramental y el compromiso apostólico 260
1008. —Impartir una educación integral de la fe que incluya los siguientes
aspectos: —La capacidad del cristiano para dar razón de su esperanza 261; —
La capacidad de dialogar ecuménicamente con los demás cristianos; —Una
buena formación para la vida moral asumida como seguimiento de Cristo,
acentuando la vivencia de las Bienaventuranzas; —La formación gradual para
una positiva ética sexual cristiana; —La formación para la vida política y para la
doctrina social de la Iglesia.
La metodología:
1009. Los catequistas tendrán en cuenta la importancia de la memoria según lo
expresa el Papa Pablo VI: «memorizar las más importantes sentencias bíblicas
especialmente las del N.T. y los textos litúrgicos que se utilizan para la oración
en común y para hacer más fácil la confesión de la fe» 262, y darán importancia
a las técnicas audiovisuales: dibujo, fotopalabra, «mini media», dramatización,
canto, etc.
La acción catequística:
1010. —Se dirigirá en forma simultánea a los grupos y a las multitudes. Para
éstas últimas, resultan de mucha eficacia las misiones populares,
convenientemente renovadas en una línea evangelizadora.
1011. —Se favorecerá la catequesis permanente, desde la niñez hasta la
ancianidad, por la mutua integración entre sí de las comunidades o instituciones
que catequizan, a saber: la familia, la escuela, la parroquia, los movimientos y
las diversas comunidades o grupos.

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