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zacatecano
Equipo 5:
Diana Isis del Hoyo, Fernanda de León, Yázkara Hernández, Vanessa Rojo y Ana Lizbeth Santos
finales del siglo XVIII de la mano del capitán Cook en los relatos de sus viajes; éste a su vez
viene del polinesio «tabú» que significa «prohibido». Guérios menciona que “Así, existen
objetos tabú que no deben ser tocados; lugares tabú que no deben ser pisados o a los que no
se debe acercar; acciones tabú que no deben ser practicadas, y palabras tabú que no deben
ser proferidas. Además de esto, hay personas tabú y situaciones o estados tabú”1. En estas
prohibido”2 que una sociedad tiene, entonces los hablantes suprimen o sustituyen estas
palabras por otras que rompan con la conexión de “peligro” que enfrentan lengua y realidad.
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Guérios, R.F. M. 1956. Tabús Lingüísticos. Río de Janeiro: Organização Simões Editora. Pág. 7. Apud Shadid,
Annette Calvo. "Sobre el tabú, el tabú lingüístico y su estado de la cuestión." Káñina 35.2. Página 123
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Shadid, Annette Calvo. "Sobre el tabú, el tabú lingüístico y su estado de la cuestión." Káñina 35.2. Página
123
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se desea que suceda, cambiarles los nombres a las cosas, todo se incluye dentro del
mecanismo del tabú lingüístico, que se supone ha sido interiorizado en los hablantes.”3
Edmund Leach menciona que “[...], el análisis de las prohibiciones sociales por medio
de sus manifestaciones en la lengua representa mucho más que un mero juego intelectual.
Nos puede llevar a una mayor comprensión del comportamiento no racional que hemos
aprendido de forma inconsciente al aprender nuestra lengua materna”4. Es por esto que las
palabras que se delimitaron para la investigación fueron: pene, vagina, sexo, prostituta y
Esta investigación tiene como fin descubrir, si en la época en la que nuestra sociedad
se desarrolla, estos tabúes prevalecen dependiendo de la clase social o el género; quién tiende
más a perdurar estos síntomas de la lengua y la sociedad, y cuál es la categoría que, respecto
a su marca, se aleja más de la imagen original (genitales, acto sexual, prácticas sexuales).
pertenecientes a la clase alta, 10 a la clase media y 10 a la clase baja5. También se tomó como
rubro la edad, en 3 intervalos (15 a 20, 21 a 30, 31+), aunque no arrojó datos, así como el
nivel de escolaridad. Para recabar las muestras se aplicó un instrumento (anexo 1) que pedía
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Ídem
4
Leach, E. 1967. “Anthropological aspects of language: animal categories and verbal abuse”. En Lenneberg,
E. H. (1967). Página 7. Apud Shadid, Annette Calvo. "Sobre el tabú, el tabú lingüístico y su estado de la
cuestión." Káñina 35.2. Página 132
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De cada clase se tomaron 5 hombres y 5 mujeres. El intervalo de edad se cumplió casi de manera
proporcional, también.
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En la siguiente gráfica se pueden observar los vocablos identificados por hombres y mujeres
Hombres Mujeres
68
67
60
55
52
49
49
39
38
32
Como se puede observar, en cada una de las categorías, las mujeres fueron capaces de
nombrar más vocablos. Es oportuno rescatar que la encuesta con más sinónimos pertenece a
una mujer de 21 a 30 años de la clase alta, 85 entradas en total; mientras que la encuesta con
más entradas hecha por un hombre, mismo rango de edad y clase social, fue de 41.
3
33
31
26
24
22
21
20
16
14
10
PENE VAGINA PROSTITUTA SEXO HOMOSEXUAL
Nuevamente, en la clase alta hay una tendencia de las mujeres a nombrar más sinónimos que
oscila entre los 7 y los 10 vocablos más que ellos. Este fenómeno permanece en la clase baja,
donde la categoría menos dispar sería “vagina”. Sin embargo en la clase media sucede lo
contrario, los hombres superan a las mujeres de manera considerable exceptuando “vagina”:
4
Dados estos resultados, se puede inferir que las mujeres de clase alta y baja tienden a tener
un léxico más amplio respecto a términos sexuales, en contraste a las mujeres de clase media
que tienen un léxico más limitado. En la clase media es donde radicaría un tabú más fuerte,
ya que aunque la mayoría de las entradas son eufemismos, una gama tan amplía podría hablar
Ahora, por categoría también se puede hacer un análisis del tabú. Por ejemplo, según
Gustavo Rodríguez: “Para los órganos genitales se emplean imágenes relacionadas con
nombres de fruta […], moluscos […], animales […], etc.”6 En las siguientes tablas se puede
6
Rodríguez, Gustavo.. «Notas sobre el tabú lingüístico». Documentos Lingüísticos y
Literarios 13. 1987. Página 59
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Salchicha Pistola Pelona Champiñón Garrote
Tosticarne Riñe Vagina Falo Cheto Manguera
Camarón Concha Palo Chorizaso Palo
Vagina Panocha Chorizo Pitón
Vagina Pata de Papaya Vagina Talayote
Papaya camello Concha Zanahoria Vagina
Panocha Cacahuate (mar) Concha
Tamal Alcancía Vagina (mar)
Concha Sonrisa
La queca vertical
Dona Hoyo
Mollete
Panocha
Papaya
En términos generales se tiende más hacia las expresiones que tienen que ver con la comida
en las 3 clases sociales. Sólo en la clase media en la categoría de Pene las expresiones
relativas a la forma son más numerosas. Gustavo Rodríguez, también menciona que:
referida era Puta con 21 repeticiones, seguida de Mujer de la vida alegre/pública/galante etc.
por ejemplo Zorra que tuvo 13. Es decir, las personas encuestadas tendían más hacia una
expresión peyorativa o referencial (las brillosas o del tacón dorado, por ejemplo) para
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Rodríguez, Gustavo. Op. Cit. Página 59
6
referirse a las prostitutas que una directa como ramera (7 repeticiones) o prepago (sólo se
En su texto sigue Rodríguez: “Para el acto sexual se emplean formas como dormir,
acostarse hacer el amor, estar juntos. Otras palabras vinculadas con las relaciones sexuales:
pasar a una mujer por las armas ‘poseerla sexualmente’, etc.”8. En el caso de la presente
investigación, las formas que más se encontraron eran las que metaforizaban el acto de la
penetración. Coger fue la palabra más repetida con 19 de frecuencia, seguida por Cochar y
Hacer el amor con 11 repeticiones cada una. La clase alta, por ejemplo incluyó también
referencias literarias, a Cortázar explícitamente con la frase “Jugar al cíclope” tomada del
cuento del Beso. En los siguientes cuadros se pueden ver las diferentes metáforas, por clase
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Rodríguez, Gustavo. Op. Cit. Página 59
7
Como en otras de las tablas, la tendencia está en que la clase alta tiene una
diversificación mayor de expresiones, seguida por la baja y por último la media. La mayoría
de las expresiones tienen que ver con Echar, Poner o Meter con variaciones seguidas del
verbo.
Por último, “Todas las palabras que se refieren a aberraciones sexuales como la
corriente, por metáforas eufemísticas que pronto se vuelven vulgares y vuelven a sustituirse
hombres homosexuales con carga peyorativa. Para las mujeres homosexuales lo más
recurrente era Lesbiana o algún derivado de esa palabra (lencha). En gran cantidad los
Afeminado, Princesa, etc. También se encontró el término “ni hombre ni mujer” y “travesti”.
De esto podemos deducir, que esta es la clasificación con mayor carga tabú y peyorativa, es
homosexual-Hombre homosexual. También hay que decir que Gay fue la palabra con más
repeticiones, siendo éste probablemente el término más adecuado de los que se obtuvieron.
Al final, se puede concluir que las mujeres tienen un léxico más amplio al respecto
de estas cuestiones sexuales. Ahora la pregunta que quedaría a una investigación más a
profundidad es si estas expresiones nacidas del tabú son aún parte de él y no efecto de la
picardía mexicana. En la mayoría de los casos, hombres y mujeres fueron capaces de llamarle
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Rodríguez, Gustavo. Op. Cit. Página 59
8
aparato y órgano reproductor al Pene y la Vagina, lo que podría hablar de una decadencia en
el tabú sexual.
Otra conclusión a rescatar sería el hecho de que la clase media es más apegado a la
así como la clase alta sorprendió por su extenso vocabulario, ya que se esperaba que los
hombres de clase baja tuvieran más sinónimos en sus encuestas y los resultados arrojan datos
contrarios.
En este lenguaje, lateral y subversivo, las metáforas son las que más se utilizan en el
momento de describir el acto sexual; así como las referencias a la comida son las más
utilizadas en términos de los genitales, a su vez el uso de adjetivos peyorativos son los que
más se utilizan para Prostitutas y Homosexuales, sobre todo si estos últimos son del género
masculino.
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Anexo 1: instrumento
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Bibliografía:
Morales, Humberto López. "Sociolingüística del tabú." Interlingüística 16 (2005): 7-20.
Rodríguez, Gustavo.. «Notas sobre el tabú lingüístico». Documentos Lingüísticos y
Literarios 13: 57-60 1987
www.humanidades.uach.cl/documentos_linguisticos/document.php?id=760 (Dirección
Electrónica)
Shadid, Annette Calvo. "Sobre el tabú, el tabú lingüístico y su estado de la
cuestión." Káñina 35.2.
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