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J.L. David, Los lictores llevan a Bruto los cadáveres de sus hijos, 1789, Óleo
sobre tela, 3,23 x 4,22, Paris, Museo del Louvre.
La obra “Los lictores llevan a Bruto los cadáveres de sus hijos”, es una
pintura hecha por Jacques-Louis David en 1789, que se hizo mientras
transcurría la revolución francesa y es una de las grandes obras maestras del
neoclasicismo. Algo que cabe resaltar acerca de esta obra además del gran
manejo de la composición de David y el estudio magistral que el artista hace
de la luz en el cuadro, es el carácter político que tuvo la obra y la importancia
que esta tuvo en su momento, puesto que revela el carácter crítico y
transformador que puede tener el arte en el ámbito social y político.
Hacia el segundo tercio del siglo XVIII en Francia después de la frivolidad del
periodo Rococó, empieza a surgir el Neoclasicismo francés, que deja de lado
las formas monumentales y fastuosas del Barroco y del Rococó para centrarse
en formas más simples y armoniosas. En este se retoman varios de los
postulados estéticos y temáticas del arte clásico, como historias de la
mitología y otros relatos de historias o leyendas grecorromanas, de ahí el
termino neoclasicismo; “Nuevo Clasicismo”. En este se tratan temas históricos
y éticos a través de la obra, y se evidencian poses y vestimentas en los
personajes, extraídas de la pintura y la escultura grecorromana. También se
evidencia un interés por lo conceptual y no tanto por lo pictórico- visual, lo
cual se refleja en los fuertes contornos lineales de las formas y el carácter
escultórico de los objetos dispuestos en la imagen, así como el uso de una
iconografía sólida, provista por Grecia y Roma en un primer momento y
tomada del contexto histórico francés de la época en una segunda instancia.
Pero este movimiento no era solo una reacción, en contra de la frivolidad del
Rococó, sino que también obedeció a una serie de factores políticos y sociales
que fueron el nicho en donde se gesto la revolución francesa.
La Francia del siglo XVIII estaba regida por una monarquía absolutista, en la
que el clero y la nobleza tenían una posición privilegiada en la sociedad, en
cuanto a calidad de vida, así como una fuerte injerencia en la vida social y en
el direccionamiento del estado. En ese tiempo los campesinos constituían el
sector más numeroso del país y también eran los que llevaban la vida más
miserable, oprimidos por las incontables cargas feudales que los obligaban a
entregar la mejor parte de sus cosechas a los terratenientes y al recaudador de
impuestos.
Mientras que las clases dominantes, la nobleza y el clero, nadaban en la
opulencia gracias a las políticas de la monarquía que les ofrecían toda una
serie de privilegios, que ensanchaban la brecha que había entre las distintas
clases y aseguraba la concentración de la riqueza en las manos de unos pocos,
lo cual se reflejaba en el malestar social de la época. Estas clases privilegiadas
poseían las dos terceras partes de la riqueza agraria del país y una cuarta parte
del presupuesto total de la nación iba a parar a sus manos. Además de eso, las
únicas personas que tenían derecho a ejercer cargos importantes en el ejército
y en el aparato político del estado, eran aquellos que perteneciesen a la
nobleza, perpetuando así el control de la nobleza sobre las decisiones políticas
y la administración de los recursos del estado. Todo esto dejaba a la burguesía
relegada a una posición en la que no podía tener acceso a los asuntos de
gobierno, a pesar de toda la riqueza que habían acumulado a través del
comercio y la industria.
Fue bajo esta atmosfera social que se fueron dando condiciones favorables
para que surgiera el Neoclasicismo Francés, impulsado por los
descubrimientos de las ruinas de Herculano y Pompeya, junto con las
investigaciones arqueológicas que se realizaron en torno a los nuevos
hallazgos, las cuales dieron nuevas luces acerca del mundo antiguo de Grecia
y Roma, que hasta ese momento se había interpretado según los conceptos de
la moral promulgados por la clase dominante, en una época donde imperaba la
monarquía absolutista. Pero no solo se debió a eso, también jugo un papel
importante las criticas de Diderot al Rococó, que lo tildaba de arte degenerado
y enfermizo, por su artificiosidad y su banalidad, haciendo notar que era
necesario un cambio en el arte. Además de esto, el ideal de democracia que
nació en Grecia y que también subsistió en Roma, venía muy bien a los nuevos
ideales nacidos del racionalismo de los filósofos burgueses, que se oponían
fuertemente al dogmatismo religioso y a los prejuicios que impedían el
ascenso social, anhelando un nuevo sistema de gobierno y condiciones que
fueran mas favorables para la burguesía.
Nace el 30 de agosto de 1748 en Paris. Cuando tenía nueve años su padre fue
asesinado en un duelo y a raíz de este acontecimiento su madre decide dejarlo
con sus tíos que eran prósperos arquitectos. Ellos intentaron que David tuviera
una excelente educación y para eso lo mandaron al “Collège des Quatre-
Nations”, aunque David no fue un buen estudiante, tenía un tumor en la cara
que le dificultaba el habla y se la pasaba dibujando.
Cubría sus cuadernos con dibujos y llego a afirmar en una ocasión que se
escondía detrás de la silla del instructor y dibujaba durante toda la clase.
Así que decidió convertirse en pintor, pero su madre y sus tíos deseaban que
el fuera arquitecto, por lo que se opusieron inicialmente a sus deseos pero
terminaron cediendo, entonces fue a aprender a pintar con François Boucher
que era uno de los pintores más importantes de su época y que también era un
pariente lejano. Boucher era un pintor del rococó, pero los gustos estaban
cambiando y se estaba dejando atrás el estilo rococó para remplazarlo por un
estilo clásico. Este decidió que en lugar de tomar a David bajo su tutela lo
mandaría con Joseph-Marie Vien, pintor que había adoptado el estilo clásico
como reacción al rococó.
Después David de aprender con Vien, fue a la real academia, basada en lo que
hoy es Louvre. Estando en la academia intento ganar el “Prix de Rome”, que
era una beca para la academia francesa en Roma, lo cual logro después de
haberlo intentado cuatro veces desde 1770 a 1774. En 1775 viaja a Italia,
donde pudo observar las obras maestras de Italia así como las ruinas de la
antigua Roma, de lo cual realizo muchos bosquejos. En 1779 David pudo ver
las ruinas de Pompeya. Después de estas experiencias, David busco
revolucionar el mundo del arte con los conceptos imperecederos del
clasicismo.
Hacia la década de los setenta del siglo XVIII, David empieza a construir una
relación muy fuerte entre su pintura y los acontecimientos políticos de la
época, ya habiendo tenido un contacto cercano con la Antigüedad Clásica,
como resultado de su estadía en Roma, lo cual le sirvió de fuente temática e
icnográfica para muchas de sus obras, además de ayudarle a concebir un estilo
figurativo de gran fortaleza.
Al volver a Paris de su viaje a Roma se le acepta como miembro de la
Academia y en 1784 expone El Juramento de los Horacios, obra que concreta
su reflexión artística entorno al concepto de lo clásico, la cual se le había
encargado por parte de la corona y fue a Roma para pintarla.
Juramento de los Horacios (Le Serment des Horaces) Jacques-Louis David,
1784 Óleo sobre lienzo - Neoclasicismo 330 cm × 425 cm Museo del Louvre,
París, Francia
Esta pintura es acerca de la ejecución de los hijos de Lucio Junio Bruto, que
según cuenta la historia después de que se expulsara a la monarquía de Roma
y estableciera la Republica, Tarquino que era el rey de Roma y que se
encontraba exiliado organizo un complot con en el que pretendía reinstaurar la
monarquía, en el que participaron los hijos de Lucio Junio Bruto, que fue
quien desterró a Tarquino y lucho por establecer un gobierno republicano en
Roma. Pero el complot fue descubierto por el esclavo Vindex, el cual le
informo a Bruto acerca de lo que estaba sucediendo. Al enterarse de esto este
sentenció a muerte a sus hijos y presenció la ejecución. David nos muestra en
su pintura el momento en el que los lictores le traen a Bruto los cuerpos de sus
hijos después de haber sido ejecutados por haber traicionado a la República al
participar en una conspiración que pretendía devolver la monarquía a Roma.
Bruto antepuso su patriotismo estoico a sus propios vínculos familiares,
retomando así la ejemplaridad moral del Juramento de los Horacios. Por lo
cual resultaba muy atractiva para la época. Pero al momento de exponerla, los
miembros de la corte real no permitieron que esta se mostrase, puesto que
había caído la Bastilla y se había establecido la Asamblea Nacional, la cual
hizo ejecutar a Luis XVI y la corte real no quería propaganda agitando al
pueblo con el ambiente inestable que reinaba en Francia, infundida de un
animo revolucionario. Cuando los periódicos relataron que el gobierno no
había permitido que se mostrara Los lictores llevan a Bruto los cadáveres de
sus hijos, el pueblo se encolerizó y la corte real cedió. El cuadro fue colgado
en la exposición, siendo protegido por estudiantes de arte.
Toda la pintura era un símbolo republicano, y obviamente tuvo un inmenso
significado en estos tiempos en Francia. De hecho la pintura se volvió tan
popular que en los años posteriores, los peinados de las hijas de Bruto se
pusieron de moda, así como el mobiliario que acompañaba la escena.
Los Horacios y los Lictores, trataron temas clásicos, aunque con un claro
enfoque político en sintonía con el contexto sociocultural de Francia en el
periodo en el cual se dio la revolución. A través de estas obras se fue
preparando el camino para un arte nuevo, el cual se apoyaría en el contexto
histórico de su tiempo poniendo a un lado los referentes de temas clásicos y
las alegorías, pues le bastaba con la realidad.
La obra Los lictores llevan a Bruto los cadáveres de sus hijos, es una pintura
al óleo sobre tela de 3,23 x 4,22m, que se destaca por la pureza de las líneas,
con contornos que son muy delineados y dibujísticos. Los colores son bastante
pulidos y la pincelada es imperceptible. Las figuras están dispuestas en una
escena de carácter teatral con el protagonista principal, Bruto, en un primer
plano sentado al lado izquierdo de la composición y ensombrecido por la
estatua de Roma, símbolo del estado, la cual se encuentra a su espalda, lo cual
remite en cierta forma al sacrificio de Bruto por la patria y su estoicismo. Las
sombras que cubren a Bruto le dan un carácter más expresivo a su dolor
contenido. Bruto aparece mirando hacia fuera del cuadro con una expresión
severa y tiene una pose aparentemente serena, aunque se puede apreciar su
tensión interior en el gesto del brazo derecho que se ve en tensión con la mano
apretando el papel de la pena capital, pero en especial en los pies
entrecruzados y recogidos que no descansan cómodamente sobre el suelo y se
encuentran iluminados, acentuando su dolor.
El cuerpo sin vida de uno de sus hijos entra por el lado izquierdo del cuadro
siendo cargado por los lictores en una especie de camilla los cuales se
encuentra detrás de la estatua de Roma, por lo que solo se puede apreciar con
detalle de la rodilla a los pies del cadáver iluminado por una luz tenue.
Solo se puede ver la cara de uno de los lictores, que es quien lleva la parte de
delante de la camilla, yendo detrás de sus demás compañeros con una
expresión particularmente estoica. Al lado derecho de la composición
encontramos a la madre, las hijas y un poco más atrás contra el borde derecho
del cuadro esta la abuela. Atrás de la madre y las hijas esta una mesa con un
mantel rojo y sobre la mesa hay un costurero con unas telas y atrás de la mesa
hay una tela rectangular que esta adherida a las columnas del fondo, que son
de un orden dórico-toscano y sin basa, similares a las de la pintura del
Juramento de los Horacios. A lado y lado de la madre y las hijas aparecen dos
sillas que parecen delimitar y aislar a estas tres mujeres del resto de la
composición. La madre aparece levantándose de la silla de la derecha del
cuadro, tiene una vestimenta de color naranja y esta inclinándose hacia
delante, extendiendo su brazo derecho con la mano abierta, en dirección del
cadáver de su hijo con una expresión de tristeza y horror en la cara, mientras
que con el brazo izquierdo sostiene a una de sus hijas, la cual se encuentra
desgonzada como si se hubiera desmayado o como si estuviera desmayándose,
esta posee ropas de color blanco y naranja, así como una cinta blanca en su
cabeza. Su otra hija aparece delante de ella mirando hacia el cadáver, con una
expresión de horror y con las manos al frente de la cara intentando esconder o
diluir el horror de lo que se esta presenciando, esta aparece con una
vestimenta enteramente blanca y una cinta azul en el vientre al igual que en la
cabeza. La abuela se encuentra sentada, dándole la espalda a los demás
personajes inclinada hacia la derecha de la escena, casi como recostándose
contra el borde del cuadro y tapándose la cara con un manto azul para ocultar
su dolor.
Aunque todos los volúmenes en la escena tienen una apariencia bastante
escultórica, cabe destacar los pliegues de la ropa de la madre y las hijas,
porque, aunque lucen como esculpidos en yeso o en piedra, dan bastante
movimiento, lo cual acentúa el dramatismo de su dolor y la vividez congelada
de la escena.
Con respecto a las sillas, la silla de la izquierda del cuadro luce bastante
simple con un diseñó sin adornos, bastante funcional, mientras que la de la
derecha, que es de donde se esta levantando la madre, tiene un diseño mucho
más llamativo que su compañera, puesto que las patas de esta lucen como
columnas arquitectónicas y tiene un diseño más elaborado por lo que pareciera
indicar una posición de mayor importancia.
El costurero es el único elemento que nos sugiere la existencia de una vida
familiar, que es lo que nos permite contextualizar la naturaleza de la escena.
En cuanto a la arquitectura de la escena, se observa un piso cubierto por
baldosas rectangulares de gran tamaño y en el fondo vemos unas columnas
lisas sin basa de orden dórico-toscano, que sostienen un techo de piedra y a
las que se encuentra adherida una tela que parece estar ahí para aislar a los
lictores que llevan los cadáveres por la parte de atrás de la escena, pero que de
nuevo al igual que las sillas, aísla a las mujeres del resto del cuadro, pues
quedan encuadradas dentro de esa tela rectangular y encerradas dentro de esas
columnas, lo cual enfatiza su carácter dramático, en tanto que refuerza el
desconsuelo de su sufrimiento. El centro del cuadro es un vacío sólo ocupado
por muebles y la mano abierta de la madre, que hace expresiva la tragedia,
guardando un parentesco con los Horacios, pues en las dos pinturas son las
mujeres las que hacen expresiva la tragedia.
La arquitectura solemne engloba todo el cuadro, además de servir de marco a
esta escena que posee una atmosfera emocionalmente fragmentada, dada por la
discontinuidad psicológica de los personajes, como es el caso de Bruto y su
familia, por la expresión y la disposición de los personajes en el cuadro, pero
también por la luz, puesto que Bruto se encuentra al extremo izquierdo del
cuadro, sentado, con la mayor parte del cuerpo sumergido entre sombras, con
una expresión severa en el rostro y su expresión corporal es relativamente
estoica, dándole la espalda al cadáver de uno de sus hijos, que esta tenuemente
iluminado, mientras que al otro lado del cuadro encontramos a la madre y las
hijas, las cuales están mucho mas iluminadas y con una actitud corporal
mucho más expresiva, que denotan un profundo dolor y horror ante el cadáver
que entra por el lado izquierdo de la escena. Entonces la luz une las zonas con
más dolor del cuadro que son; las mujeres, los pies de Bruto y los cadáveres
que entran por el fondo de la parte izquierda. Estos pies iluminados y
recogidos, contrastan con la serenidad del rostro ensombrecido, lo cual nos
muestra que en Bruto, la luz parte al personaje en dos, puesto que las sombras
que parecen emanar de la estatua de Roma, lo cubren de la mitad de los
muslos para arriba y esa zona oscurecida de su cuerpo la que da cuenta de su
actitud estoica y su devoción patriótica, mientras que las zonas iluminadas,
que van de la mitad de los muslos para abajo, nos muestran una expresión
corporal de dolor contenido, ocasionado por la perdida de sus hijos y el hecho
de que la mayor parte de su cuerpo este cubierto por las sombras, enfatiza su
sacrificio y la anteposición que hace Bruto del bien público por encima de sus
vínculos familiares, hasta el punto de haber hecho que ejecutaran a sus hijos
para proteger la Republica.
El aparente desorden compositivo del cuadro y la fragmentación emocional
que tiene lugar en la escena, pareciera hacer eco del desorden político y social
que estaba experimentando Francia en esos años, así como el vacío que se
posa en el centro de la obra, parece mostrar la atmosfera de ansiedad e
incertidumbre frente a este momento histórico que exigía un cambio, mientras
que la naturaleza del tema y la escena, sugieren una fuerte oposición al
régimen opresivo de la monarquía absolutista, que se materializa en la
exaltación del patriotismo en pro de un gobierno republicano lo cual era
consecuente con las nuevas ideologías de la burguesía francesa del momento y
tuvo un gran impacto en la sociedad, por lo que sirvió de catalizador para la
revolución, dando testimonio del carácter político de la obra.
- http://www.artehistoria.jcyl.es/arte/contextos/5082.htm
- http://es.wikipedia.org/wiki/Jacques-Louis_David
- http://www.arteespana.com/jacqueslouisdavid.htm
- http://www.fortunecity.es/imaginapoder/humanidades/587/revolucionfra
ncesa.htm
- http://www.spanisharts.com/history/del_neoclasic_romant/neoclasicism
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- http://www.portalplanetasedna.com.ar/historia_arte15.htm
- http://www.e-torredebabel.com/Enciclopedia-Hispano-
Americana/V3/Bruto-biografia-D-E-H-A.htm
- http://www.roma-
eterna.9f.com/Roma_Consular/Primeros_Hechos.htm#3
- http://www.slideshare.net/SyLvIeTa/la-columna-a-lo-largo-de-la-
historia-1163236
- http://www.arqhys.com/contenidos/la-columna-arquitectura.html