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¿Qué es un sistema matemático?

Frecuentemente se identifica a la matemática como la ciencia en la que hay que


trabajar con números, olvidando que en ella tiene cabida una infinidad de otros
“objetos”, como son: puntos, figuras geométricas, vectores, conjuntos,
preposiciones lógicas, matrices, . . . A cada una de esas clases de objetos se
destina alguna rama de las matemáticas para su estudio. Así, la Geometría
estudiará a las figuras, la Aritmética a los números, el Álgebra Lineal a las
matrices y la Lógica a las proposiciones.
En este volumen nos proponemos realizar un estudio de los números con que
aparece una diversidad de clases que podemos agruparlos:

Naturales: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, . . .
Negativos: -1, -2, -3, -4, -5, . . .
Fraccionarios: ½, 1/3, 2/3, ¼, ¾, . . .
Irracionales: , log 2, etcétera

El estudiante aprende desde la primaria, que cada una de esas categorías de


números tiene reglas, algoritmos y propiedades que le son características, y que
no pueden usarse al manejar los números de otra clase diferente; así, el lograr el
aprendizaje de la adición de números naturales no implica que se esté en
capacidad de realizar adiciones con números fraccionarios, los cuales se manejan
con reglas diferentes, propias de estos números, y que hay que aprender
nuevamente.
De ahí la necesidad de clasificar, a su vez, a los números, según la serie de
conceptos, relaciones operaciones que se deseen manejar.
Por otra parte, los números tienen que ser sometidos a operaciones: adición,
sustracción, multiplicación, división, etc. Los números se combinan para dar lugar
a un resultado, de acuerdo con la regla de operación, y es entonces cuando la
Aritmética comienza a ser verdaderamente útil.

Una operación es una regla de combinación tal que a un


conjunto de objetos matemáticos, le hace corresponder un resultado.
Nuestra definición anterior ha sido expuesta en términos más generales; las
operaciones no sólo se realizan con números, sino con toda clase de objetos; así
tenemos, como ejemplos de operaciones no numéricas:
La unión e intersección de conjuntos
La implicación lógica (de proposiciones).
La composición de funciones, etcétera.
Al estudiar una operación con todos los procesos que implica, es preciso
establecer con claridad, a qué conjunto de objetos es aplicable esa operación.
Estrictamente hablando, no puede decirse que haya una operación a la que
pueda llamársele “suma”. En efecto, la palabra “suma” se usa en matemáticas
para designar una enorme multitud de reglas de combinación, variables; según los
objetos a que ella se refiera tenemos:

1. Suma de números naturales


2. Suma de números enteros
3. Suma de números racionales
4. Suma de números reales
5. Suma de números complejos
6. Suma de vectores
7. suma de matrices
8. Suma lógica
9. Suma de racionales
10. Suma de polinomios, etcétera.

Al reparar nuestros reconocimientos sobre la materia, encontraremos que cada


tipo de suma es diferente. Seguramente te encontrarás con que algunas de las
“sumas” puedes hacerlas puesto que ha sido estudiadas en primaria y en
secundaria, y otras no. Te encontrarás también con que algunas de las sumas te
son relativamente fáciles, en tanto que otras ya no lo son tanto. Y te encontrarás
por último, con que las “sumas” no siempre dan el mismo resultado. Por ejemplo:
Suma de números naturales: 1+1=2
Suma lógica 1+1=1
Esto, que sin duda te causará extrañeza, se debe a que la palabra “suma”, así
como un símbolo algebraico “+”, realmente tiene significados totalmente
diferentes; en la primera suma, se está trabajando con números naturales; en la
segunda, con valores de verdad.

Un sistema matemático es la conjunción de una operación y


un dominio. Si el dominio es un conjunto de números, tenemos un
sistema numérico.

Por todo lo anteriormente dicho, se comprende que al estudiar una operación es


preciso definir con qué objetos matemáticos vamos a trabajar. Al conjunto de
objetos que son motivo de la operación se le da el nombre de dominio.

Dominio de una operación es el conjunto de objetos a los que esa


operación es aplicable.

Ahora bien un sistema matemático es el concepto que conjuga un dominio con


una o varias operaciones: así la “adición de números naturales” es un sistema
matemático.
La operación es: adición
El dominio es: N (el conjunto de números naturales)
Ese sistema se designará así: (N, +).
La multiplicación de números enteros es otro ejemplo de sistema matemático, en
el que:
La operación es: multiplicación
El dominio es: Z (el conjunto de los enteros)
Y el sistema designado se representará así: (Z, x).
En el presente tomo nos interesarán particularmente, los sistemas numéricos; es
decir, aquellos en los que el dominio es un conjunto de números
desentendiéndonos por ahora de operaciones con conjuntos, vectores,
proposiciones, etc. Y mas aún los conjuntos de números con los que integraremos
sistemas son:
El conjunto N de los números naturales
El conjunto Z de los números enteros
El conjunto Q de los números racionales
El conjunto R de los números reales
El conjunto C de los complejos.
Dentro del marco de esos conjuntos de números, estudiaremos las operaciones,
puesto que todo otro conjunto de números que se adopte como dominio dará
lugar a un sistema cuyas peculiaridades son fácilmente deducibles de las de
estos sistemas básicos.
Hasta el momento, hemos manejado la palabra “número” como si ya se hubiese
definido y no tuviésemos dificultades para comprender lo que esa palabra
significa. Sin embargo, al tratar de explicar tal significado nos encontramos con
que la tarea no es tan fácil como parece. El dar un significado rigurosamente
lógico a ese concepto ha sido una de las más laboriosas tareas del matemático,
por lo que no podemos intentarlo aún. Gradualmente iremos integrando el
contenido yacente en esa idea, hasta lograr tener una imagen panorámica de
ella.
Por lo pronto, empezaremos por tratar de dar una respuesta a la siguiente
pregunta:
¿Qué es un número natural?

Cardinalidad de conjuntos

La operación entre conjuntos recibe el nombre de “coordinación”. Resumiendo


brevemente lo expuesto, diremos que consiste en asociar cada elemento del
primer conjunto con un elemento del segundo conjunto:

La operación debe ser tal que:


I. A cada elemento del primer conjunto le corresponda uno y sólo un
elemento del segundo.
II. A cada elemento del segundo conjunto le corresponda uno y sólo un
elemento del primero.

Cuando dos conjuntos pueden coordinarse de tal manera que a ninguno de los
elementos de ambos les falte su correspondiente pareja, se dice que esos
conjuntos son coordinables.

a 1
b
2
c 3

Coordinables

No coordinables

La coordinación es una relación de equivalencia, permite clasificar a los conjuntos


según su “especie de Cardinalidad”

1 a ...

1 a
2 b
...

1 a ...
b
2 c
3
Cada una de esas especies en que la relación de coordinación clasifica a los
conjuntos recibe el nombre de clase de cardinalidad, y se le hace corresponder un
símbolo, llamado “número cardinal”.
El conjunto vacío es de la clase 0.
Los conjuntos de la segunda línea son de la clase 1, etcétera.

Clase de cardinalidad es el conjunto de todos los conjuntos que son


coordinables entre sí.
Número cardinal es el símbolo de cada clase de cardinalidad.

Cuando deseamos saber la cardinalidad de un conjunto, usamos la sucesión de


los números cardinales. Sabemos que este proceso, al cual llamamos “contar”
requiere que antes se haya memorizado dicha sucesión.

0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14 . . . .

Sí pasamos por alto ciertas consideraciones, demasiado técnicas para ser


analizadas aquí, los números naturales cardinales pueden ser llamados también
números naturales. A la colección de todos ellos la designaremos con el símbolo
N.

N= {0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, . . . }

Postulados de Peano
Un matemático italiano, Peano, estableció que todas las propiedades, relaciones y
teoremas que constituyen la rama de las matemáticas llamada Aritmética, por lo
menos hasta el dominio de los números racionales, se pueden hacer derivar de
un pequeño conjunto de propiedades básicas que caracterizan al sistema N. A
dichas propiedades básicas se les llaman axiomas de Peano y son los siguientes:

I. Existe en N un primer elemento.


Es decir, el primer axioma establece, por una parte que el conjunto de los
números naturales no es vacío, sino que al menos tiene un elemento. Por otra
parte, destaca a ese elemento designándolo con una importancia especial,
puesto que jugará un papel destacado en el desarrollo de la Aritmética.
El primer elemento puede ser 0 o 1, lo cual no tiene mayor importancia teórica.

Nosotros escogeremos como primer elemento al número 0.

II. Todo número natural tiene un sucesor, único, que también es un

número natural.

En este segundo axioma se establece un ordenamiento, esto es, una sucesión.

Así, el sucesor de 14 es 15; el sucesor de 143 es 144, etc. La palabra sucesor se

utiliza aquí para indicar al elemento “que sigue” después de otro. “El que sigue” de

17 es 18. Por lo tanto, escogido un primer elemento automáticamente queda

generada una sucesión infinita:

...

En la que será necesario ir colocando un símbolo tras otro, tras otro. . .

Al sucesor de un elemento n lo representamos así: sig(n).

III. El primer elemento no es sucesor de ningún número natural.


Adoptado el 0, no podemos poner una sucesión en la cual ese número a
presentarse.
0, 0, . . . no cumplirá el III postulado, debido a que el segundo cero será sucesor
del primero.
Tampoco se cumpliría nuestro III axioma o postulado si eligiésemos una sucesión
de la forma:
0, 1, 2, 3, 0, 1, 2, 3, . . . (¿por qué?)

IV. Sí dos números tiene el mismo sucesor, esos números son


iguales.
O dicho de otro modo: dos números diferentes no pueden tener el mismo sucesor.
Así, el único número que tiene como sucesor al 14 es el 13.
El axioma IV evita el que escribamos una sucesión así: 0, 1, 1, . . . por que en
esa sucesión habríamos violado el axioma IV, en efecto, el 1 sería sucesor de
dos números diferentes: o y 1. También se violaría el axioma IV si escribiésemos
una sucesión así:
0, 1, 2, 1 1, . . . (¿por qué?)
Como comprenderás, el axioma IV también se podría postular en los términos: En
la sucesión ordenada de los números naturales no vuelve a repetirse.
Como consecuencia de nuestros cuatro primeros axiomas, el conjunto N quedará
integrado por una colección infinita de símbolos, a los que se les puede dar un
ordenamiento lineal infinito, sin repeticiones. El carácter de infinito significa aquí
que después de cada elemento siempre habrá otro nuevo; pero para manejar ese
conjunto infinito será necesario un axioma más, que nos permita saber cuándo
tenemos integrado el conjunto N completo.

V. Un conjunto C que contenga al primer elemento y al sucesor de


cada uno de sus elementos, contendrá a todos los números naturales.
Veamos lo que esto significa. Imagínate que tratas de formar el conjunto C, tal
como se describe en este axioma. Para empezar, tendríamos que escribir el
primer elemento: 0.
Pero el conjunto C debe contener al sucesor de cada uno de los elementos; el
sucesor de 0 es 1. Así que:
C= {0, 1, . . . }
Pero el sucesor 1 es 2 y el de 2 es 3; entonces, por el axioma V el conjunto C
debe contener a 2 y a 3:
C = {0, 1, 2, 3, . . .}
Pero . . .
¿Y cuándo terminaremos de formar el conjunto C? Sólo hay una respuesta:
cuándo hayamos escrito los números naturales:
C = {0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, . . .}
El axioma V tiene una extraordinaria importancia en un desarrollo demostrativo de
la Aritmética, ya que será el único recurso mediante el cual podemos verificar si
una propiedad la tienen todos los números naturales. En efecto: sea P el conjunto
de números x tiene una propiedad cualquiera, a la que llamaremos P (x). El
conjunto P incluirá a N si y sólo si:
a) Si 0 tiene la propiedad.
b) Si el sucesor de cada elemento que tenga la propiedad, a su vez la tiene
también.
Al proceso de verificación así diseñado se le llama principio de inducción
matemática, y mediante él se demuestran los teoremas aritméticos que se
refieren a “todos los números naturales”.

El sistema N
Quizá te parezca extraño que, para describir un sistema tan sencillo y elemental
como lo es el conjunto N, de las números naturales, se hayan establecido sus
propiedades en forma tan sofisticada y compleja. Pero ello es absolutamente
necesario para dar una base lógica al desarrollo teórico de la Aritmética.
Como ya sabes, las ciencias matemáticas tienen, como característica propia y
exclusiva de su condición, el hecho de que todas sus proposiciones subsecuentes
(teoremas, corolarios, propiedades, algoritmos, etc.), son consecuencia
evidenciable de unas pocas proposiciones básicas, previamente establecidas, a
las cuales se les llama axiomas o definiciones. Pues bien, los cinco postulados de
Peano habrán de adquirir dicho carácter de axiomas, y a partir de ellos se podrán
demostrar todos y cada uno de los conocimientos que han sido archivados en la
rama de las matemáticas llamada “Aritmética”. Si acaso, el concepto de número
real hará necesario un axioma más: el de continuidad para justificarlo, como
oportunamente veremos.
En nuestra tarea actual, describiremos cómo el sistema N funciona a partir de sólo
las 5 proposiciones básicas a las que hemos llamado “postulados de Peano”.
Pero por otra parte, hemos dicho que un sistema matemático está formado por un
dominio y una (o varias) operaciones. Hasta ahora sólo tenemos el dominio N, al
que hemos llamado “conjunto de los números naturales”, y que en definitiva
definimos así:
Pero ahora, para poder hablar de un verdadero sistema, es preciso definir las
operaciones que en ese dominio podemos realizar. Dichas operaciones son
fundamentales dos: la suma o adición y la multiplicación.
Números natural es todo elemento de N. N es cualquier
conjunto, que cumpla los cinco postulados de Peano.

Adición de números naturales


La adición elemental puede ser definida a partir de los conceptos que conducen a
la idea de cardinalidad. Desde la escuela primaria hemos sido adiestrados a
“sumar estrellas”, intuyendo que la adición es una operación conectada con la
unión de conjuntos:

+ =

Desde luego, para depurar el concepto que hemos de declarar que la adición no
es una operación que pueda realizarse entre conjuntos, sino entre números, entre
cardinalidades de conjuntos. Así la expresión correcta que define la suma anterior
es:
3+2=5

Y, la operación con estrellas, se expresará así:

 =
En la segunda operación, a la que se designa con el nombre de “unión” sí se

manejan propiamente conjuntos, es evidente la conexión que existe entre ambas.

Pero aún hay un detalle que aclarar:

Las estrellas del segundo conjunto no son las mismas que las del primer conjunto.

En realidad este hecho es tan evidente que frecuentemente lo pasamos por alto, y

aún lo olvidamos, cometiendo errores con ello.

Por ejemplo:
En una escuela preparatoria hay:

18 miembros del personal administrativo.


73 maestros
La nómina contiene, en total 85 elementos. ¿Cómo se explica este hecho?
Vemos que la suma de 18 y 73 es de 91. Pero el texto dice que por todos son
solamente 85. Esto significa que el conjunto de maestros no está formado por
elementos distintos del de empleados administrativos, sino que debe haber,
necesariamente, exactamente, 6 maestros que son a la vez, empleados
administrativos.
Esto nos conduce a una restricción que nos evitará errores y dolores de cabeza
cuándo tengamos que sumar cardinalidades:
Para sumar las cardinalidades de dos conjuntos, es preciso que éstos sean
ajenos. (Es decir, que los dos conjuntos no deben tener elementos comunes.)
El resultado de la adición de las cardinalidades de dos conjuntos ajenos es igual a
la cardinalidad de la unión de ellos.
Todo lo anterior no representa otra cosa que la formalización de hechos ya
preferentemente conocidos y practicados por nosotros desde los primeros años.
Lo único que hemos hecho es depurar y definir las ideas conforme a las cuales
realizamos nuestros cálculos de naranjas.
Pero ahora queremos suprimir las naranjas; una Aritmética racional no debe estar
conectada y sometida a objetos del mundo físico, sino a entes abstractos
previamente definidos. Nuestros elementos abstractos son los números naturales

N = {0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, . . . }

¿Cómo se suman los números naturales?


Todos sabemos que eso se hace con tablas de sumar. Pero eso no se hace sino
posponer el problema, que ahora es: ¿cómo se calcularon las tablas de sumar?
En realidad, el hombre descubrió las tablas mediante el proceso de contar
conjuntos (manzanas, palitos, piedrecillas, etc.); sobre todo, piedrecillas; la
misma palabra “cálculo” viene de un vocablo latino que significa “piedrecilla”. Para
la mayor parte de la gente eso es suficiente, y a los niños pequeños se les enseña
a sumar mediante ese mismo truco.
Pero ahora hemos planteado un problema de carácter filosófico de la
matemática.
¿Cómo se realizaría la suma si en el mundo no existiesen piedrecillas, ni
manzanas, ni palitos?
¿Cómo manejar a N, si no contásemos con objetos extraños a este conjunto N =
{0, 1, 2, . . . }?.
La respuesta no las da Peano en dos etapas:
Primero aprenderemos a sumar el cero, mediante una regla sencilla

1. a + 0 = a. (a  N)

Es decir, si a un número natural le sumamos 0, el resultado es ese mismo número


natural. Por esa circunstancia al cero le llamaremos neutro de la adición de
números naturales.
La segunda etapa del proceso de Peano nos dice cómo calcular la suma de un
número natural cualquiera, con la condición de que ya hayamos resuelto el
problema con el número anterior.

La regla es:

2. a + sig b = sig (a +b). (a, b  N)

Por ejemplo, vamos a utilizar las dos reglas de Peano para calcular la “tabla del

8”, así:

Teorema 1: 8 + 0 = 8 (por la regla 1)

Ahora deseamos saber cuánto es 8 + 1. Procederemos así:

8 + 1 = 8 + sig 0 (porque 1 es el siguiente de 0)

= sig (8 + 0) (por la regla 2 de Peano)

= sig 8 (Porque 8 + 0 = 8, por el teorema 1)

=9 (porque sig 8 = 9)

Esto es: 8 + 1 = 9 (teorema 2)


¡Lindo descubrimiento! ¿Verdad? Pero no olvides que lo que nos proponemos

ahora va más allá del sencillo problema de saber cuánto es 8 + 1; lo que

queremos ahora demostrar que 8 + 1 = 9, esto es, evidenciar que los

conocimientos matemáticos deben ser una consecuencia lógica de un conjunto de

proposiciones, pues ahora queremos saber cuánto es 8 + 2; lo que calcularemos

así:

8 + 2 = 8 + sig 1 (porque 2 =sig 1)

=sig (8 + 1) (por la segunda regla de Peano)

= sig 9 (porque 8 + 1 = 9, teorema 2)

= 10 (porque sig 9 = 10)

Esto es 8 + 2 = 10 (teorema 3)

Con ello te darás cuenta de que podemos utilizar las dos reglas de adición dadas

por Peano, para calcular todas las tablas de sumar, mediante ese proceso

reiterativo. Y lo importante está en que para esa iteración no necesitamos para

nada las manzanas y las piedrecillas: las hemos suprimido por completo.

Como síntesis daremos la definición de la suma de números naturales:

La adición de números naturales es una operación tal que, para todo a, b, que
pertenezcan a N, se cumple que:
a + 0 = a. (a  N)
a + sig b = sig (a +b). (a, b  N)
Propiedades de la Adición en N

La adición de números naturales tiene las siguientes propiedades básicas o


estructurales:

1. Cerradura: a + b es un número natural. (O sea: la suma de


dos números naturales es un número natural.)
2. Asociativa: a + (b + c) =(a + b ) + c.
3. Existencial de neutro: a + 0 = a.
4. Conmutativa: a + b = b + a.
(a, b, c, son números naturales cualesquiera)
La propiedad (3) es la definición de adición, ya previamente aceptada. Pero las
otras no han sido postuladas expresamente. ¿Puede demostrarse que son
consecuencia directa de las definiciones y axiomas de Peano?
La respuesta es sí; repetimos nuestra declaración de que los axiomas y
definiciones de Peano fueron formulados expresamente con el propósito de que
se cumpliese la peculiar exigencia de la matemática de que toda nueva
proposición sea demostrada con base en las anteriores.
En los procesos de demostración, deberás observar cuidadosamente cómo se
hace funcionar el método de inducción matemática:

1. Propiedad de cerradura

Sabemos que, por hipótesis, a , b, c son números naturales. Entonces :


a+0=a es un número natural
(la propiedad se cumple para el primer elemento.)
Podríamos continuar nuestra verificación de que, si a a le sumamos un número
natural, se obtiene siempre otro número natural, caso por caso. Entonces,
continuaríamos así:

a + 1 = a + sig 0 = sig (a + 0) = sig a


Esto es: a + 2 = sig (sig a)

Pero como a y sig a con naturales, podemos afirmar usando nuevamente el


axioma 2 de Peano, que sig (sig a) es también natural. Ahora verificaremos el
saso siguiente: a + 3. Pero . . . ¿Cuándo terminaríamos este proceso?.
La respuesta es: ¡nunca!. Allá cuando llegásemos al caso de a + 1 000 000
decidiríamos, aburridísimos, heredarles la tarea a nuestros descendientes, que a
su vez tampoco terminarían jamás.
Por ello es tan extraordinariamente importante el principio de inducción
matemática: es el único procedimiento accesible para manejar estas situaciones
en las que se manejan conjuntos infinitos. La técnica de inducción matemática
tiene el siguiente diseño:
Para demostrar que todos los números naturales tienen una cierta propiedad,
basta con:

I. Demostrar que el primer elemento tiene la propiedad.


II. Demostrar que cada elemento que tenga la propiedad, se la
heredará a su sucesor.
III.
El primer paso ya está cumplido: a + 0 = a tiene propiedad de ser un número
natural.
Ahora bien supongamos que a + X, para algún valor de x, tiene la propiedad de
ser un número natural. Demostraremos que x se la pasará a su sucesor, que es
sig x. Esto es:

Hipótesis de inducción: a + x es un número natural


Tesis: a + sig x es un número natural.
Demostración
a + sig x = sig (a + x) (regla 2 de adición)
Pero a + x  N (por hipótesis)
Sig (a + x)  N (por el axioma 2: el siguiente de un número
natural es natural)
a + b  N, para todo a, b  N (axioma 5)

Esto es: la suma de dos números naturales es natural.

2. Propiedad asociativa
Sean a, b, c tres números naturales. Con respeto a ellos, la propiedad asociativa
de la adición de números naturales, establece que:
(a + b) + c = a + (b + c)
Veamos cómo demuestra esta propiedad mediante la inducción matemática.
Sean a y b dos números naturales cualesquiera. Comprobemos que c cumple la
propiedad.

I. para c = 0;
(a + b) + 0 =a+b (regla 1 de adición)
= a + (b + 0) (porque b + 0 = b)

Esto es: (a + b ) + 0 = a + (b + 0): verificada la propiedad para el primer elemento.


Ahora, debemos probar que un elemento x que tenga la propiedad, se la
heredará a su sucesor; esto es: la hipótesis es que:

(a + b) + x = a + (b + x), para algún valor de x.

Lo que tenemos que probar es que:

Tesis: (a + b) + sig x = a + (b +sig (x)

Demostración:
(a + b) + sig (x) = sig (a + b) + x (la regla 2 de adición)
= sig a + (b + x) (porque, por hipótesis, es (a + b) + x = a + (b
+ x)
= a + sig (b + x) (regla 2 de adición)
=a + (b + sig x) (regla 2 de adición)

Es decir: (a + b) + sig x = a + (b + sig x) probado está que la propiedad es


hereditaria. Entonces:
(a + b) + c = a + ( b + c), para todo c  N, por el postulado 5.

4. Propiedad conmutativa
Esta propiedad se demuestra en dos partes, cada una de las cuales requiere, a su
vez, una inducción.
Teorema 4a: Demostrar que a + 0 = 0 + a.
La regla de adición dice que a + 0 = a. Pero no dice a qué es igual 0 + a. Desde
luego que tú ya sabes perfectamente que 0 + a es también igual a a. Pero no
olvides que por ahora, no nos interesa tanto el calcular resultados, que desde la
primaria conocemos, calcular resultados, que desde la primaria conocemos, sino
como adiestrarnos en los procesos lógicos que constituyen la ciencia de la
disciplina matemática. En los próximos ejercicios se te pedirá que demuestres dos
teoremas:
4a) Que a + 0 = 0 + a y, en consecuencia:
4b) Que a + b = b + a, para todo b  N.
Multiplicación de números naturales.
Al estudiar Relaciones y Funciones, vimos la definición de producto cartesiano:

Si A, B son dos conjuntos, el producto cartesiano A x B es el


conjunto de pares ordenados formados con un elemento de A y uno
de B.

Por ejemplo, si
A = {1, 2, 3,}
y B = {x, y}
Será A x B = {(1, x), (2, x), (3, x), (1, y), (2, y), (3, y}
El producto A x B contiene un total de 6 pares ordenados, que son todos los que
se pueden formar al asociar un elemento de A con uno de B.
En general, la operación de multiplicar números naturales puede identificarse con
la operación llamada producto cartesiano, conforme a esta definición:

( A) X (B) = (A x B)

Pero, ahora queremos hablar de una multiplicación en la que no se mencionen


conjuntos ni algún otro objeto extraño a la idea de número natural, introducido
mediante los postulados de Peano.
Para lograrlo, necesitamos dos reglas, en forma semejante a como lo hicimos en
la adición. La primera regla será: (a y b) son números naturales).

1. a · 0 = 0 (si se multiplica un número natural por 0, el resultado es 0.)

La segunda regla estará condicionada a nuestra idea de que la multiplicación es


una suma reiterada: para multiplicar por 8, por ejemplo, usamos una tabla en la
que se suman sucesivamente 8 unidades; es decir, se cuenta de 8 en 8: los
productos serán:
0, 8, 16, 24, 32, 40, 48, 56, 64, . . .
Y como puedes verificar fácilmente, si ya obtuviste un producto, para obtener el
siguiente bastará con que le agregues 8 unidades.
8 sig x = 8 x +8

En esta idea está basada la segunda regla de multiplicación, que es:

II. a sig b =·ab + a

Entonces, la multiplicación de números naturales queda definida en estos


términos, como una operación condicionada y posterior a la suma.

Si a y b son números naturales, se llama multiplicación a


la operación tal que:

I) a· 0 =0 II) a sig b = ab + a

En posesión de este instrumento, podríamos, por ejemplo, elaborar la tabla de


multiplicación del 8:

Teorema 1 M: 8x0=0 (regla 1 de multiplicación)

Ahora calculemos el valor de 8 x 1:

8 x 1 = 8 x sig 0 (porque 1 =sig 0)


=8x0+8 (regla 2 de multiplicación)
=0+8 (porque 8 x 0 = 0, teorema 1)
=8 (porque 0 + 8 = 8)
Esto es: 8 x 1 = 8 (teorema 2M)

Continuemos nuestros cálculos: ¿cuánto es 8 x 2?

8 x 2 = 8 x sig 1 (porque 2 =sig 1)


=8x1+8 (regla 2 de multiplicación)
=8+8 (porque 8 x 1 = 8, teorema 2M)
= 16 (porque 8 + 8 = 16)

Así podemos continuar indefinidamente, para obtener las tablas de multiplicación,


notando que, en todo momento, debe suponerse que la operación de sumar ya es
plenamente conocida. De ahí que hayamos afirmado que la multiplicación está
condicionada a la adición: la multiplicación por un número natural es una suma
abreviada.

Propiedades de la multiplicación en N
Desde los cursos más elementales de matemáticas habrás aprendido que la
multiplicación de números naturales tiene las siguientes propiedades, análogas a
las de la adición.
1. Cerradura
2. Asociativa
3. Existencial de neutro
4. Conmutativa
Se puede demostrar, como lo haremos en seguida, que cada una de las
propiedades anteriores es una consecuencia de los cinco postulados que definen
a N, así como de la definición de operaciones. Las demostraciones son las
siguientes:
a) Propiedad de cerradura

Tenemos que demostrar que el producto de dos números naturales es siempre un


número natural. Para ello haremos uso del método de inducción matemática así:
Sea a un número natural cualquiera; probaremos primero que su producto por un
número natural es también un número natural
En efecto:
a·0=0 (regla 1 de multiplicación)

y como 0 es uno de los números naturales, queda probada la primera parte. Ahora
sólo nos resta probar que la propiedad es hereditaria. Para ello, supongamos que
el producto de a por x es un número natural.

Hipótesis: a x x N
Tesis: a(sig x)  N
Demostración:
a(sig x) = ax + a (regla 2 de multiplicación)
Pero ax  N (hipótesis de inducción)
Luego ax + a  N (cerradura de la adición en N)
a (sig x)  N [Dado que a (sig x) = ax + a]

En consecuencia, dado que la propiedad la tiene el cero y es hereditaria deberá


cumplirse por el v postulado, para todos los números naturales; esto es:

Si a, b  N, entonces ad  N.

b) Propiedad distributiva

En el sistema N hemos establecido dos operaciones básicas: la adición y la


multiplicación. Dichas operaciones quedan enlazadas mediante una
importantísima propiedad: la distributiva.
Consideremos el cómputo siguiente:
¿cuántos puntos hay en este esquema?

A B

El conjunto de puntos anterior puede ser contado de dos maneras diferentes:


Sección A: 4 hileras de 5: 4 x 5 = 20
Sección B: 4 hileras de 7: 4 x 7 = 28
48

O bien si consideramos el conjunto A  B como uno solo, el cálculo sería:


4 hileras de 5 + 7 : 4 x 12 = 48
y, naturalmente, los dos cálculos deben producir el mismo resultado; es decir:
4 x (5 + 7) = 4 X 5 + 4 X 7
En general, una multiplicación podrá hacerse por partes; es decir, descomponer
uno de los factores en sumandos para multiplicar por separado cada una de las
partes. Descrita algebraicamente esta propiedad, tenemos:

(a + b) c = ac + bc

Si por ejemplo, un inversionista tiene colocado su capital en dos bancos, al 12%,


el rédito que obtiene sería el mismo que si lo colocara en uno sólo.
O si un artesano compra, al mismo precio, dos remesas de materiales, el gasto
que tiene que hacer es el mismo que si lo hiciera en una sola remesa.
La expresión anterior representa la propiedad llamada ley distributiva de la
multiplicación de números naturales; su demostración se realiza mediante la
inducción matemática, así:
Sean a y b dos números naturales cualesquiera.
Tenemos que demostrar que
(a + b ) c = ac + bc
para todo valor de c. Comenzaremos por demostrar que el primer elemento, 0.
cumple esa propiedad; en efecto dado que a + b es un número natural, por la
cerradura de la adición en N, tendremos:
(a + b) ·0 = 0 (regla 1 de la multiplicación)
y por otra parte.
a· 0+b·0=0+0 (por la misma regla)
y =0 (porque 0 + 0 = 0)
Entonces, ambas expresiones representan al mismo número, podemos escribir:
(a + b) ·0 = a· 0 + b ·0
Ahora tenemos que demostrar que la propiedad es hereditaria; esto es, que si hay
un número que tenga esta propiedad, se la heredará a su sucesor. Supongamos
que x tiene la propiedad distributiva, esto es, que:

Hipótesis: (a + b) x = ax + bx

E investigamos si su sucesor la hereda; esto es:

Tesis: (a + b ) sig x = a· sig x + b sig x.

Demostración:

(a + b) sig x = (a + b) x + (a + b) (regla 2 de multiplicación))


= (ax + bx) + (a + b) [(a + b) x = ax + ab, (por hipótesis]
= (ax + a) + ( bx + b) (propiedades asociativa y conmutativa de la
adición)
= a · sig x + b · sig x (regla 2 de multiplicación)

En consecuencia:

(a + b) sig x = a · sig x + b· sig x

Una vez que hemos demostrado que el primer número, 0 , tiene la propiedad
distributiva y que además todo el número se la pasa a su sucesor, por el quinto
postulado de Peano puede asegurarse que todos los números naturales tienen la
propiedad distributiva de la multiplicación con respeto a la adición; esto es:
(a + b) c = ac, para todo a, b, c  N

Igualdad y orden en N
Como se vio en anteriormente, todos los números naturales son diferentes; esto
es, en la sucesión N no puede haber repeticiones, como consecuencia de los
axiomas 3 y 4. Eso da como consecuencia que dos números naturales pueden
ser iguales si y sólo si son idénticos; esto es si son el mismo número:
En cuanto al orden, esto es, el criterio mediante el cual se deduce cuál de dos
números naturales es mayor queda definido por la sucesión N que se puede
colocar como puntos correspondientes a cada número natural, conforme al
esquema llamado eje numérico.
En él vemos que si un número está a la derecha de otro, el segundo será mayor
que el primero.
Esto es puesto que 8 está a la derecha de 5, podemos escribir:
85
58
La relación de orden, definida por los símbolos  y , tiene las siguientes
propiedades:
Antirreflexiva Un número no puede ser mayor (o menor) que si mismo. En
efecto, a la derecha de un número no puede aparecer otro idéntico.
Antisimétrica. La relación de orden no puede invertirse. Esto es, si a  b no
puede escribirse b a .
(En cambio, sí se podrá escribir b  a. )
Transitiva. Si a  b y b  c, será a  c.
(En efecto, si a está a la izquierda de b, y éste está a la izquierda de c, se deduce
que a está a la izquierda de c.)
Tricotómica. Entre dos números naturales a y b, una y sólo una de las siguientes
alternativas es verdadera:
a=b
ab
ba

(O sea que b sólo puede estar a la izquierda, o a la derecha, o en el mismo lugar


que a.)
Las propiedades y definiciones dadas en cuanto a la relación de orden tienen aquí
un carácter intuitivo, dado que se han establecido ligadas al eje numérico y
concepto tales como “estar a la derecha”, que ciertamente no están a pegados a
la estricta definición de “número natural”. No obstante, se pueden lograr
conceptos plenamente rigurosos, a partir de la siguiente definición:
a  b significa que existe un número natural x  0 tal que: a + x = b.

Ejemplo 5  8 es verdadero porque existe un número x tal que:


5 + x = 8 [eventualmente, es (x = 3, x  N, 3  0) ].
En cambio, no se puede escribir 4  4 porque: 4 + x = 4 ; tiene como solución x =
0, en tanto que la definición exige que x  0
Por último, tampoco es correcto escribir 8 < 5 por que la ecuación 8 + x = 5 no
tiene solución en el dominio de los números naturales.
Considerando la definición dada, es posible dar una demostración forma a cada
una de las propiedades básicas de la relación de orden, así:

1 . Propiedad antirreflexiva

a ⊁ a. En efecto, la ecuación a + x = a tiene como la solución x = 0, que no es


admisible
2 . Propiedad antisimétrica.

Se demuestra por reducción al absurdo. Esto es, admitamos que sí fuese posible
escribir, simultáneamente,
a < b (1) y b < a (2)
En consecuencia, por definición deberá ser:
a+x=b (3) y b+y=a (4) (para algún x y algún y naturales y
distintos de cero).
Sustituyendo (3) en (4) obtenemos:
(a + x) + y = a
a + (x + y) = a
¿Puedes completar la argumentación?

3. Propiedad transitiva

De (a < b se deduce: a + m = b (m  0, m  N)
y de b < c se deduce: b + n = c (n  0 , m  N)

 (a + m) + n = c (sustituyendo b por a + m en la segunda ecuación)


a + (m + n) = c Por la propiedad __________________________
ac Dado que m + n  N, por la cerradura de la adición en N,
y m + n  0 (¿Por qué?)

4. Propiedad tricotómica.
Escogiendo al azar dos números naturales, puede ocurrir una de las siguientes
tres alternativas
a=b
Si a  b, entonces puede ser:
a+n=b de donde a  b)
oa=b+n de donde b  a)
En todo caso, una y sólo una de las tres alternativas se cumple.

Operaciones en el sistema N
Además de las operaciones de adición y multiplicación ya estudiadas, se
"describen en N otras cuatro operaciones más:

a) Sustracción
La sustracción es la operación inversa de la adición, puesto que se pueden
establecer las siguientes relaciones:
8-5=3 3 +5=8
15 – 4 = 11  11 + 4 = 15
Y en general, establecemos como definición de la sustracción la propiedad
siguiente:
a–b= a  c+b=a
La definición anterior también puede interpretarse en estos términos:

La sustracción consiste en encontrar un sumando, cuando se


conocen la suma y el otro sumando.
La mayor parte de los problemas y dificultades que en cualquier dominio, presenta
la operación de sustracción, resultan más sencillos y fáciles de resolver cuando la
expresión se transforma en una de adición, mediante la regla dada.
Por otra parte, el hecho de que, la suma de dos números naturales es igual o
mayor que cualquiera de los sumandos, ocasiona que la sustracción sólo sea
posible en N cuando el minuendo es igual o mayor que el sustraendo. Es decir:

Restricción:
a–b=cab (a, b, c  N).

O sea la sustracción es una operación en N cuando el minuendo es igual o mayor


que el sustraendo
Hemos de aclarar aquí que algunos autores le llaman "operación" en un dominio
D, sólo a aquéllas que se pueden realizar sin restricción alguna, para toda
combinación de elementos de dominio.
Desde ese punto de vista, la sustracción en N no es una operación. En efecto,
expresiones tales como:
7 - 10
carecen de sentido dentro del dominio N; por lo tanto 7 - 10 no es un número
natural.
La discrepancia anterior no es un asunto esencial para el desarrollo de las
matemáticas: es una simple cuestión de comodidad. Por ello, nosotros le llamare-
mos "operación" a la sustracción de números naturales, clasificándola como
"abierta", en el sentido de que carece propiedad clausurativa.

La sustracción de números naturales no siempre produce un


número natural.
b)
La división
La cuarta operación en N, llamada división, es definida como la inversa de la
multiplicación, dado que:
12 : 4 = 3  3 x 4 = 12 20 : 5 = 4
20: 5 = 4  4 X 5 = 20
Y en general definimos la división como la operación tal que:
O sea:

a : b = c  cb = a
La división consiste en encontrar un factor, cuando se conoce el
producto y el otro factor

Tenemos, en la división, una restricción importante que nunca deberá perderse de


vista, ya que su omisión ocasiona graves errores y paradojas dentro del desarrollo
del álgebra:
De la definición de multiplicación, regla 1, recordamos que:
a·0=0 para todo a  N.
Ahora bien, ¿qué significa 8 : 0?
Convirtiendo la operación en multiplicación, conforme a la regla dada, obtenemos:
8:0=x x·0 =8
Pero x · 0 = 0 para todo número natural; por lo tanto, la ecuación carece de
solución en N.
Por otra parte, la expresión 0 : 0 nos conduce a la siguiente situación:
0:0=x x·0=0
y la ecuación anterior nos lleva también a una situación molesta. Cualquier valor
de x satisface esa ecuación, En consecuencia, 0 : 0 resulta ser el símbolo de lo
indeterminado, de lo que carece de significado numérico preciso.
En ambos casos, la división entre 0 resulta imposible de definir. Por lo tanto:

Restricción:
a:b=c  b 0
Esto es: no se puede dividir entre 0. Cualquier expresión de la forma a : 0 carece
de significado.
Pero además, la operación de dividir no siempre podrá realizarse en N; por
ejemplo:
20 : 6 = x  6 · x = 20
Al dividir 20 entre 6, nos encontramos con que no existe ningún número natural
que, multiplicado por 6, dé 20. Por lo tanto:
20 : 6 no es un número natural.
En general, la división no conducirá a un número natural; pero tampoco existe una
regla concreta que, ' como en el caso de la sustracción, se pueda establecer
sobre cuándo es posible y cuándo no dicha operación.
En cambio podemos decir:
Restricción.

Si a: b es un número natural, se dice que, a es un


múltiplo de b, o que b es un divisor (o factor) de a, o que a es
divisible entre b.

Por ejemplo, dado que 8 : 2 = 4, decimos que:


8 es un múltiplo de 2
8 es divisible entre 2
2 es un factor de 8
2 es un divisor de 8
2 divide a 8.
Todas esas expresiones Significan lo mismo; es decir, el hecho de que 8 : 2 es un
número natural; tal proposición se representa así:
2|8 (se lee: 2 divide a 8)
En general:

b | a significa que bn = a, para algún n  N. O sea: b | a


significa que
a: b es un número natural.
c) La elevación a potencias
Cuando se multiplica un conjunto de factores iguales la operación recibe el
nombre de “elevación a potencias", Por ejemplo, 8 X 8 X 8 es una elevación a
potencias, dado que los factores son iguales.
La expresión se representa así: 8 , y significa:
8 = 8 X 8 X 8 = 512.

En general:
Una elevación a potencias es una multiplicación en la que los factores son
iguales. Se representa así: an
a se llama base.
n es el exponente.

El resultado de la operación se llama potencia.


La operación es también definida para n =0 y para n = 1, conforme a las
siguientes reglas adicionales:
a0 = 1
a1 = a
A cambio de las anteriores podemos dar también una definición del tipo de las que
usamos para describir la adición y la multiplicación. Esto es:
a0 = 1
asig n = an · a
La segunda regla, la podemos aplicar para calcular valor de 8 4 , si ya hemos
calculado que es
83 = 512
Tendríamos dos procedimientos:
Conforme a la primera definición sería:
84 = 8 X 8 X 8 X 8 = 4 096.
O, más rápidamente, calcularíamos el valor de 8 4 , usando la segunda regla de
elevación a potencias, dado que 4 = sig 3 : 8 4 = 83 · 8 = 512 · 8 = 4 096.

d) Radicación
La sexta y última operación algebraica es la radicación o extracción de raíces. Se
define como la operación inversa a la elevación a potencias.

3
8 significa que hay que descomponer a 8 en 3 factores iguales:

8=2X2X2

y tomar uno de ellos como solución: 3


8 = 2.

5
 243 significa que hay que descomponer al número 243 en 5 factores iguales,
y tomar uno de ellos como solución:

243 = 3 X 3 X 3 X 3 X 3  5
 243 = 3

En general

n
a = b  bn = a
En particular, cuando es n = 2, no se acostumbra poner ese índice al radical.

El sistema Z
Con los números naturales han quedado resueltos una gran cantidad de
problemas, relativos al cómputo de elementos de conjuntos y a operaciones con
ellos, lo cual suele ser suficiente para un amplio campo de necesidades. Pero
también han quedado abiertos otros problemas más,
Uno de ellos, que será el que origina la creación del concepto de número entero,'
es el que deriva 'de la frecuente necesidad de resolver ecuaciones aditivas en las
que la suma es menor que el sumando conocido. Por ejemplo: ¿cómo resolver la
ecuación 5 + x = 3?
La actitud original de los matemáticos fue la de rechazar el problema,
declarándolo sin solución'. Pero poco a poco se fue viendo la, necesidad de
manejar soluciones de ecuaciones semejantes, y gradualmente se introdujeron
números de una clase especial, que permitiesen resolver el problema; a tales
números se les llamó "ficticios" y sólo con reservas eran aceptados como entes
verdaderamente "reales". No fue sino hasta el siglo XVI que finalmente se
comprendió; que si los números ficticios se interpretan en sentido inverso que
como se hace con los naturales, la solución tendrá sentido tan aceptable como la
de éstos.
Por ejemplo: Si el problema que generó la ecuación 5 + x = 3 es: "Encontrar
cuántos años deben pasar para que un niño de 5 años llegue a cumplir 3"; la
solución será:
- 2.  "Hace dos años".
Claro está que esto no siempre será posible. Hay magnitudes como la distancia,
el peso, el volumen, etc., que no pueden ser interpretados en sentido contrario:
pero como quiera que sea, la solución teórica y la de aquellas magnitudes que
admitiesen una interpretación razonable de los números ficticios, quedó planteada
como una extensión del dominio N.
Los números naturales y los "ficticios", integraron un nuevo dominio, más amplio,
al que se llama "números enteros", y que representaremos, como es usual, con la
letra Z.
Ese dominio estará formado por tres categorías de números:
I. Los enteros positivos, esto es, los naturales (con exclusión del cero):
1, 2, 3, 4, 5, 6, ...
II. EI cero.
III. Los inversos aditivos de los positivos, esto es, los números
negativos.
Al nuevo sistema creado Z, se le ha llamado “extensión” del sistema N. Se llama
extensión de un sistema al que cumple las siguientes condiciones.
Contiene en el nuevo dominio todos los elementos del anterior.
(En nuestro caso, dentro del dominio Z aparece todos los números naturales, el
cero y los positivos, junto con otros más: los negativos.)
Los resultados de las operaciones definidas en el sistema anterior deben
conservarse en el nuevo sistema.
(Esto es: Si 3 + 5 = 8 en el sistema N, el resultado debe ser el mismo
considerando a los números 5 Y 3 como elementos de Z, Deberá ser nuevamente
3 + 5 8.)
Deben conservarse, las propiedades de la igualdad, del orden y de las
operaciones que tenían los elementos del dominio anterior, y de ser posible,
generalizadas a los nuevos elementos.
(Es decir: los enteros positivos y el cero deberán seguir teniendo las propiedades
de la adición; por ejemplo, la conmutativa. Y se procurará que también la adición
de negativos conserve esas propiedades.)
En consecuencia, las normas establecidas nos guiarán en nuestro problema de
crear un nuevo sistema, Z, como una extensión del sistema N. El eje numérico,
enriquecido con los nuevos elementos, los negativos, quedará así:

... -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 ...

Negativos cero positivos

El concepto de "sucesor" sigue teniendo vigencia en Z: el sucesor de -5 es -4; el


sucesor de -1 es O, etc.; pero los axiomas de Peana sufren una modificación:
Deja de tener el cero su posición privilegiada de primer elemento, para adquirir
una posición central, intermedia entre otros. No obstante, los postulados seguirán
siendo aplicables a cualquier segmento de Z; es decir, a cualquier conjunto de
números enteros formados por un primer elemento arbitrario y el sucesor de cada
uno de sus elementos. Por ejemplo:
... -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6...

Un segmento de Z
Verifícalo tú mismo:

En el segmento dado,
I. El primer elemento es __________.
II. Todo elemento del segmento tiene un sucesor ________.
III. -3 no es sucesor de ningún elemento del segmento __________.
IV. Si dos números tienen el mismo sucesor, son iguales
__________.

V. Si un conjunto contiene a -3 y al sucesor de todos sus elementos,


contiene a todo el segmento __________.

Inverso aditivos

En la extensión de N, se incorporaron nuevos números, a los que se les llamó


“negativos”. A cada número natural se le hizo corresponder un “inverso aditivo”:
El inverso aditivo de 5 es -5. Se escribe: - (5)= -5
El inverso aditivo de 3 es - 3. Se escribe: -(3) = -3
El inverso aditivo de 0 es 0. Se escribe - (0) = 0
Se llamarán inversos aditivos los números cuya suma es 0; por ejemplo:
5 + (-5) = 0;3 + (-3)= 0; 0 + 0 = 0. Por lo tanto:
El inverso aditivo de - 5 es 5. Se escribe: - (-5) = 5
El inverso aditivo de -3 es 3. Se escribe: - (-3) = 3
Así, de golpe y Porrazo hemos dado al signo - dos nuevos significados, aparte del
que ya tenía como símbolo de la operación llamada sustracción; esos dos nuevos
significados son los siguientes:
A la izquierda de un número natural, es el símbolo de número negativo: -5 es
"cinco negativo".
A la izquierda de un numero cualquiera, no necesariamente natural, es el símbolo
de inversión:
- (- 5) es el inverso de - 5 y vale 5 (positivo).
-x es el inverso de x y no sabemos si es positivo o negativo: depende de lo que x
sea.
Desde luego este triple significado del signo - es motivo de confusión para los
principiantes; por ejemplo, suelen creer que -x es un número negativo, en lugar de
la interpretación correcta, que hemos dado. Pero la práctica suele acostumbrar a
deducir del contexto el verdadero significado del símbolo.
los números enteros están formados por dos elementos, cada uno de los cuales
es parte esencial de él: un elemento cuantitativo, y uno cualitativo.
Al elemento cuantitativo suele llamársele "módulo" o "valor absoluto", y es el que
indica cuántas unidades están contenidas en él, independientemente de su
categoría de positivo o negativo.
El valor absoluto de un número entero x se representa así: x, y será siempre un
número natural (cero o positivo). Más formalmente expresado, el valor absoluto de
un número x es:
x = 0, si x = 0
x, si x > 0
-x, si x < 0
así:
3 =3
0 = 0
-5 = - (-5) = 5
y, en todo caso, el valor absoluto de un entero es siempre un número natural.
El segundo elemento que integra a un número entero es cualitativo, y nos indica si
el número es positivo, negativo o es cero. La calidad del número se representa
con el signo de +, o sin signo, para los positivos, y con el signo de - (menos) para
los negativos.

La adición en Z
La mayor parte de las características del sistema Z fueron generadas por el
modelo objetivo de "pérdidas y ganancias". Esto es: para decidir cuál es el
resultado de la adición de dos números enteros, podemos pensar en los números
positivos como ganancias y los negativos como pérdidas, y calcular un resultado
razonable como efecto conjunto de ambas:
5 ganados +5
4 perdidos -4
3 ganados +3
0 0
2 perdidos -2
Total: 2 ganados +2

Por poco que se reflexione en la manera como se realiza la operación de adición,


se llega a la conclusión de que ésta se encuentra sometida a las siguientes
reglas:

I. Si los números son del mismo signo, se suman sus módulos (valores
absolutos).
II. Si los números son de signo contrario, se restan sus módulos.
III. Al resultado se le concede el signo del módulo mayor.

Ejemplo:
-4 -5 +7 -3 -4 +3 0
+3 +5 -3 +5 -5 -0 -2
-1 0 +4 +2 -9 +3 -2
Una buena guía para no equivocarse es pensar los números en calidad de
pérdidas y ganancias; así, la operación (- 4) + (+ 3) = -,1 se interpreta en el
modelo de pérdidas y ganancias como: "Si pierdo 4 y gano 3, el resultado final es
una pérdida de 1.

Igualdad y orden en Z
Aunque pasando por alto ciertas consideraciones técnicas, hemos declarado que
los números naturales han sido identificados con el cero y los enteros positivos.
Así, el natural 5 es igual al positivo 5.
En cambio, los negativos son esencialmente distintos de los positivos: de la
misma manera que no podríamos considerar iguales una pérdida de 5 pesos que
una ganancia de esa cantidad; hemos de deducir que +5 es diferente de -5
(+51= -5).
Por lo tanto, dos enteros sólo serán iguales, si coinciden tanto sus módulos como
sus signos (salvo el hecho de que los positivos pueden escribirse sin signo).
En cuanto al orden seguiremos considerando, en la actual extensión de N, la regla
intuitiva: de dos números enteros, es mayor el que se encuentre a la derecha del
otro, en el eje numérico:
2 -2 (porque 2 está a la derecha de -2)
4  5 (porque 4 está a la izquierda de 5)
-3  -2(porque ______________________________)
-5  0 (porque ______________________________)
0 -1 (porque ______________________________)
De esa manera, podemos observar que siempre. . .
Un positivo es mayor que 0 y mayor que los negativos.
O es mayor que cualquier número negativo.
De dos números negativos, es mayor el de mayor módulo.
Si lo prefieres, puedes pensarlo en función del modelo de pérdidas y ganancias;
considerando como mayor lo que es mejor de entre dos valores numéricos.
EJEMPLOS:
¿Qué es mejor, una pérdida de $ 5 o una pérdida de $ 8?
Evidentemente, si de todos modos se pierde, es preferible una pérdida pequeña;
por lo tanto, escribimos:

-5 > -8 (-5 es mayor que -8).


¿Qué es mejor, una ganancia de $ 3 o una pérdida de $ 4?
Aquí, indudablemente, declaramos que es mejor ganar que perder, y por lo tanto:
+3 > -4

¿Qué es mejor, perder $ 1 o "salir a mano"?.


Indudable que preferimos "salir a mano" que perder:
0 > -1
Pero las ideas intuitivas anteriores no constituyen una definición formal de la
relación de orden, aunque es un auxiliar confiable en nuestros pensamientos. La
definición formal la daremos en términos de la adición:

En Z, a < b significa que existe un número natural tal que:


a+n=b y n0
La definición, como puedes observar, es idéntica a la dada en el dominio N: El
número menor es aquél al que le falta una cierta cantidad para igualar a la otra,
siendo que la cantidad faltante es positiva (natural no nulo)
Por lo tanto:
-5  -3 porque –5 + 2 = -3 (2  N, 2  0)
3 4 porque 3 + 1 = 4 (1  N, 1  0)
El orden en Z sigue teniendo las propiedades que lo caracterizaban en N:
Antirreflexiva: a ⊀a (un número no es menor que él)
Antisimétrica: abb⊀ a
Transitiva abybcac
Tricotómica si a y b son dos números enteros, entonces:
a  b, a = b o b  a.

Propiedades de la adición en Z
La adición de números naturales tiene propiedades análogas a las que fueron
demostradas en el sistema N. Pero además, la existencia de inversos aditivos se
incorpora como una nueva propiedad del sistema:
A1. Cerradura. Si a, b  Z, entonces a + b  Z.
(La suma de dos números enteros es también un número entero.)

A2. Asociativa: a + (b + c) = (a + b) + c (a, b, c  Z)


A3. Existencial de neutro: a + 0 = a (a  Z, 0  Z)
A4. Existencial de inversos: a + (-a) = 0 (a, -a  Z)
A5. Conmutativa: a + b = b + a.
Los sistemas numéricos que tienen esas cinco propiedades reciben el nombre de grupos
abelianos. Por lo tanto, podemos resumir el enunciado de las propiedades citadas en un
solo enunciado:
El sistema aditivo en Z es un grupo abeliano.
(Nótese que el sistema aditivo en N no es un grupo abeliano, dado que le f altó
una de las cinco propiedades: la existencia de inversos; esto es, no existen
números naturales cuya suma sea 0, salvo el caso único de: 0 + 0 = 0.)
En cambio, como ya se ha visto, cada número entero tiene un inverso aditivo,
también llamado simétrico.
La multiplicación en Z
Siendo el sistema Z una extensión del sistema N, debemos considerar como ya
resuelto el problema de multiplicar números naturales, esto es, los positivos y el
cero. Pero existen dos casos aún no resueltos, que vamos a definir:

Producto de un positivo por un negativo.


Dado que Z es una extensión de N, deseamos conservar las propiedades de este
último sistema, entre las cuales tenemos las siguientes:
Cerradura: Si a, b  Z, a · b  Z
Asociativa: a (bc) a (bc) (a, b, c  Z)
Existencial de neutro: a · 1 = a (a, 1  Z)
Conmutativa: ab = ba (a, b  Z)
Distributiva: (a + b)c = ac + bc (a, b, c  Z)
Ahora bien, si sabemos que el producto de dos números enteros deberá
satisfacer las propiedades anteriores, será fácil obtener los resultados de cada
caso.
Por ejemplo: ¿cuánto es 5· (- 3) ?
Solución: consideremos el siguiente producto:
[3 + (- 3)] X 5 = 0 X 5 = 0
Pero por la propiedad distributiva, el producto deberá ser igual a:
[(3 + (-3)] 5 = 3·5 + (-3) 5
= 15 + x
Siendo x = (-3)· 5.
Pero como sabemos que ambas operaciones dan el mismo resultado, tendremos:
15 + (-3) · 5=0
Y por lo tanto: (-3) ·5 = -15 (el inverso aditivo de 15) .
Otro. ejemplo: Calcular el valor de la expresión [4 + (-4)] · 7
Solución:
[4 + (- 4 ) ] ·7 = 4 . 7 + (- 4) X 7 (Prop. Distrib.)
o sea 0 · 7 = 28 + (-4) · 7 [puesto que 4 + (-4) = 0]
Y 0 = 28 + (- 4) · 7 (dado que 0 X 7 = 0)
y como en esta última expresión se ve que (-4) · 7 es el inverso aditivo de 28,
escribimos: (-4) X 7 = -28
Así como ha resultado en este caso, en general se observa que cuando se
multiplica un número negativo con un positivo, el resultado es negativo. Esto es:

(-a) (b) = -ab (a, b  N)

La demostración general queda como ejercicio.


Por la propiedad conmutativa, también se obtendrá un producto negativo cuando
se multiplica un positivo por un negativo; esto es:

(b) (-a) = -ab

En consecuencia, sólo nos queda un caso más: el producto de dos números


negativos. El valor del resultado se obtiene a partir de operaciones como la
siguiente:
¿Cuánto es [4 + (-4)]· (-7)?
Solución:
[4 + (-4)](-7) = 4(-7) + (-4) (-7) (Prop. distributiva)
0· (-7) = -28 + (-4) (-7) [porque 4 + (-4) = 0]
0 = -28 + (-4) (-7)
En esta última expresión, vemos que (-4) (-7) es el inverso aditivo de -28. Por lo
tanto:
 0 (-b) = -ab + (-a) (-b)
y 0 = -ab + (-a) (-b)

Entonces (-a)(- b), es el inverso aditivo de –ab. Es decir; (-a) (-b) = ab. El
producto de dos números negativos es positivo. (Dado que si a, b  N. ab  N,)
Esto concluye nuestro estudio dé la multiplicación. Para multiplicar dos enteros,
en todos los casos se multiplican los módulos como si fueran números naturales;
pero, además, al producto se le pondrá un signo, para cuya determinación se
puede aplicar la siguiente tabla:

( +) ( + ) = ( + )
( +) ( + ) = ( - )
(-) ( -) =( -) ( + )  Número positivo
(-) (-) =(+) ( - )  Número negativo

Ejemplo: ¿cuál es el valor de (- 7) (+ 5).


Solución: (-7) (+5) = -35 dado que (-) (+) = (-)

Otras operaciones en Z

A) LA SUSTRACCIÓN

La sustracción en Z puede interpretarse o definirse de dos maneras que, no


obstante, conducen al mismo resultado definitivo; la primera definición es
equivalente a la usada en el sistema N:
a-b=cc+b=a
Esto es: la operación de restar deriva de las ecuaciones de adición:
x+b=a  x=a-b
La segunda manera de interpretar la expresión a - b consiste en considerarla
como la suma de a y el, inverso aditivo de b; esto es:
a - b = a + (-b)

En ambos casos, como ya se dijo, el resultado es el mismo, por ejemplo:

(-3) – (-2) significa, conforme a la primera definición, que hay que buscar el
número que, sumado con -2, iguale +3. Ese número es +5 porque:
(+5) + (-2) = +3

O bien, conforme a la segunda definición, podemos escribir:


(+3) – (-2) = (+3) + (+2) = +5
Este procedimiento es, en general, más sencillo:
Para restar dos números enteros, se cambia de signo al segundo término y se
suman.

B) LA DIVISIÓN
C)
De manera análoga, una división se realiza convirtiéndola en multiplicación
inversa, conforme a la definición dada en N que se adopta también en Z:
a : b = c  cb = a (c  0)
Por ejemplo, para dividir (-12) : (- 3), hemos de buscar el número que multiplicado
por -3 dé -12. Este +4, y por lo tanto:
(-12) : (-3) = +4
De la misma manera:
(-6) : (+3) = -2 porque (-2) (+3) = -6
y (+16):(-2) = 8 porque (- 8) (- 2) = + 16
Al igual que en el sistema N, la división en Z no será una operación cerrada, dado
que, en todos los casos la ecuación ax = b no podrá resolverse, salvo que b sea
múltiplo de a.
Elevación a potencias
De hecho, casi no hay nada que agregar en relación a esta operación, dado que
no es otra cosa que una multiplicación con factores iguales:

(+ 3) = ( + 3) ( +3) = +9
( -3 ) = ( - 3 ) ( - 3 ) = +9
(+ 3) = ( + 3 ) ( +3 ) ( +3) = +27
( -3 ) = ( - 3) ( - 3) ( - 3) = - 27

No obstante. agregaremos las siguientes observaciones:


Las potencias de los números positivos son también positivas. Las potencias de
los números negativos son, alternativamente, positivas y negativas.
Las potencias de orden par de los números negativos son positivas, y las de
orden impar son negativas.
D) RADICACIÓN

La extracción de raíces, conectada con una descomposición en factores iguales,


no siempre tendrá solución en Z.
Por una parte, por ejemplo carece de solución en Z, ya que 10 no puede
descomponerse en dos factores enteros iguales. Pero además, los números ne-
gativos presentan un segundo tipo de dificultad:
16 carece de solución, dado que -16 no puede descomponerse en dos factores
iguales:
(+4) (+4) = +16
y (-4) (-4) = +16
Por lo tanto, -16 carece de solución en Z. En general:

Las raíces de índice par de números negativos carecen de solución en Z.

DIVISIBILIDAD EN Z

Como se ha expresado anteriormente, una ecuación de la forma:


ax = b
no siempre podrá ser resuelta dentro del dominio Z. En efecto, las ecuaciones 8x
= 15 o - 8x = 15 carecen de solución entera.
Para resolver ecuaciones como las anteriores, será precisa una nueva extensión
del eje numérico, para producir los números racionales (fraccionarios).
Por ahora, examinaremos los casos en los que la ecuación ax = b tiene solución
en Z. Por ejemplo:
4x = -20 tiene como solución x = - 5.
Cuando la ecuación ax = b tiene solución, se dice que a es un factor de b, o bien
que x divide a b, y se escribe: a  b.
En nuestro ejemplo, podemos escribir 4 (- 20) . El problema de la divisibilidad
puede circunscribirse exclusivamente a los módulos, dado que el signo siempre
se podrá elegir adecuadamente, de modo que se cumpla la relación de
divisibilidad. Esto es, si 4  20, también podemos escribir: 4  (- 20), (- 4)  20 y (-
4)  (-20). De ahí que nos baste con analizar la relación en N, y generalizada a Z,
FACTORES PRIMOS

Hemos definido la relación de divisibilidad conforme a los siguientes términos:


x = a b  ax = b (a, b, x  Z)
La relación dada tiene las propiedades siguientes:
Reflexiva: a  a (porque a  1 = a)
Antisimétrica: a  b  b ∤ a (excepto para a  = b )
Transitiva: a  b y b c  a  c
Demostración:
a  b  ax = b (por definición)
b  c  by = c (por definición)
 (ax) y = c (sustituyendo b por ax)
a (xy) = c (propiedad asociativa)
 ac (dado que xy  Z)

Monotonía: si un número divide a otros dos, divide a su suma.


Esto es: a  b y a c  a  (b + c)
Las ecuaciones a ·1 = a y a (-1) = -a garantizan que, para cualquier entero
a; habrá al menos dos "divisores: 1 y -1. Y si a  1, el entero a tendrá dos
divisores más, a y -a. El que un entero tenga más de esos cuatro divisores resulta
problemático, y en consecuencia los enteros pueden ser clasificados según el
número de divisores que tienen:
Unitarios: Sólo tienen dos divisores: 1 y -l.
Primos: Tienen cuatro divisores: 1, -1, a y -a.
Compuestos: Tienen más de cuatro divisores.
Por ejemplo:
1 y -1 son unitarios
7 y -7 son primos
25 y -25 son compuestos, ya que cada uno tiene seis divisores: 1, -1, 5, -5, 25 y
–25.
Dado que todas las propiedades de divisibilidad de un número son aplicables a su
inverso aditivo, podemos limitamos a estudiar los valores absolutos de ellos, y
extender el estudio a ambas categorías: positivo y negativo.
Los números, dentro de esa restricción, se clasificarán en:
Unitarios: 1
Primos: 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29, 31,37, 41, 43, 47 . . .
Compuestos: 4, 6, 8, 9, 10, 12,14, 15, 16, 18, 20, 21, 22, 24, 25, 26, 27, 28, 30,
32, 33, 34, . . .
Desde luego, observamos que todos los números pares mayores que dos son
compuestos, dado que pueden expresarse en la forma 2n, y si n 1, entonces el
número par tendrá, al menos, 3 divisores: 1, n y 2.
180
Los números compuestos siempre pueden expresarse como producto de números
primos. Por ejemplo: 60 3
Descomponer en factores primos el número 180.
Solución:
15 4 3

5 3 2 2 3
Resultado:
180 = 2 X 2 X 3 X 3 X 5.
Explicación: En el diagrama se descompuso 180 como producto de otros 2: 180 =
60 X 3. El 60, a su vez, se descompuso: 60 = 15 X 4 y en seguida fueron
factorizados el 15 y el 4: 15 = 5 X 3 y 4= 2 X 2. Los factores primos (no se pueden
factorizar a su vez) sólo se bajan.
Desde luego que la factorización pudo haberse iniciado y proseguido de otra
manera: 180

15 12
5 3
4 3

5 5 2 2
3

Observamos que al descomponer el número 180 en sus factores primos y


ordenados para expresar el resultado, se ha obtenido siempre la misma solución.
Esta propiedad es general para todos los números enteros y aunque no
expondremos la demostración porque resulta demasiado complicada,
enunciaremos la llamada propiedad fundamental de la Aritmética:
La descomposición ordenada de un número entero en factores primos absolutos
es única.
Esto es, el número 180 sólo se puede descomponer en factores primos absolutos
ordenados, de una manera:
180 = 2 X 3 X 5
En cambio, será imposible expresar al número 180 como producto de factores en
que intervenga un 7, por ejemplo, o más de tres números 2:
180 7 X ... y 180  1= 2 X 2 X 2 . . .
Divisores de un número
Los factores primos de un número son todos ellos divisores de él, pero también
pueden formarse divisores tomando algunos de los factores primos de él.
Por ejemplo: dado que 180 = 2 x 2 X 3 X 3 X 5, los divisores de 180 serán desde
luego, 1, 2, 3 y 5; pero. Además, podemos expresar al número 180 así:
180 (2 X 2 X 3) X (3 X 5 )
12 X 15
de donde obtenemos dos divisores más de 180: 12 y 15.
o bien, podemos escribir: 180 = (2 X 2) x (3 x 3 X 5) = 4 X 45
y obtener así otros dos divisores: 4 y 45.
Así, sucesivamente, podemos encontrar todos los divisores de 180.
En general, un divisor de 180 lo podemos encontrar multiplicando alguno de los
factores primos de 180:
20, porque es 2 X 2 X 5
18, que es 2 X 3 X 3
30, que es 2 X 3 x 5, etcétera.
En cambio, 25 no será divisor de 180, ya que 25 es el producto de 5 X 5, y entre
los factores de 180 no tenemos ese par de cincos.
El hecho de que un divisor de 180 ssólo se pueda formar con factores primos de
180 es una consecuencia directa, como puedes fácilmente observar, del teorema
fundamental de la Aritmética.

Ahora veamos los divisores comunes de 180 y 120

180

60 3

15 4 3

5 3 2 2 3
180 = 22 X 32 X 5

120

20 6

5 4 3 2

5 2 2 3 2

120 = 23 X 3 X 5

Un divisor común de 180 y 120 es un número que divide a ambos.


Los divisores de 180 se formarán con los factores 2, 2, 3, 3, 5 y los divisores de
120 con los números 2, 2, 2, 3 y 5.
Si queremos un divisor común de 180 y 120, debemos formarlo con factores
primos que se encuentren tanto en la lista de 180 como en la de 120. Es decir,
con los factores 2, 2, 3 y 5.
Así es que los factores comunes de 120 y 180 son:
El unitario 1.
Los números primos 2, 3 y 5.
Los números compuestos obtenidos con los factores 2, 2, 3 y 5, y que son: 4, 6,
10, 12, 20, 60.
Al mayor de ellos, 60, se le llama máximo común divisor.

Común divisor de dos números a y b es común, es un número d tal


que:
d/a y d / b

Máximo común divisor de dos números a y b es un número m tal


que:
m / a, m/ b y d / m, para todo común divisor d.

Esto es:
Ocasionalmente ocurre que los factores primos de un número son todos ellos
distintos de los de otro número b. En casos como ése, no es posible formar más
común divisor que el número 1, y se dice entonces que a y b son primos relativos.

EJEMPLO:
Calcular el máximo común divisor de 14 y 15.
Solución:

14 15

7 2 5 3

14 = 7 X 2 15 = 5 X 3

Como no hay factores primos aprovechables, esto es, que aparezcan en ambas
sucesiones, resultará que el único divisor común es 1.
Entonces, 14 y 15 son primos relativos.

Dos números son primos relativos cuando su único divisor común es la


unidad.

Un tema que tendrá gran aplicación en el estudio de los números irracionales


surge de las siguientes ideas.
7 no divide a 10, ni a 15, y entonces no divide a 150 (compruébalo).
6 no divide a 10 ni a 15, pero en cambio, sí divide a 150.
¿Por qué?

(150 = 10 X 15)
Veamos que es:
150 = 10 X 15
= (2 X 5) X (3 X 5)
=2x3x5x5

Con los factores anteriores, no es posible formar el 7, pero sí el 6. Analiza:


10 = 2 X 5 no contiene factores suficientes para formar el 6.
15 = 3 X 5 tampoco contiene los factores de 6.

Pero 150= 2 X 3 X 5 X 5 sí contiene los factores del 6.


Esto es: 6 no divide a 15 ni a 10, pero sí a 150.

El conjunto de múltiplos de un número es cerrado para la suma


y multiplicación.

Las observaciones anteriores nos permiten establecer la siguiente conclusión:

Si un número primo no divide a otros dos, tampoco divide a su producto.


Y
Esto es: p a ∤ y p ∤ b  p ∤ ab

Si un número primo no divide a otro número, tampoco divide a ninguna


potencia de ese número.
Esto es: p ∤ a  p ∤ a

como caso particular de esta aseveración. obtenemos una importante conclusión:

Por ejemplo: 7 no divide a 10; entonces, 7 no dividirá a ninguna de las potencias


de 10: 100, 1 000, 10 000, 100 000, 1 000 000, etcétera.
Como consecuencia de todo lo visto, declararemos también una proposición que
será importante en teoría de las ecuaciones:

EJEMPLO:
Los múltiplos de 6 son:
M (6) = 0, 6, 12, 18, 24, 30, 36, 42, 48, 54, 60, 66, 72, . . .
-6, -12, -18, -24,. . .
Observa que cuando se suman dos múltiplos de 6, el resultado es también un
múltiplo de 6:
18 + 30= 48, 48  M
24 + 12 = 36, 36  M
También ocurre lo mismo, cuando se multiplican dos múltiplos de 6:
12 x 6 = 72, 72  M
Pero en realidad, para obtener un múltiplo de 6 no es preciso que ambos factores
sean múltiplos de 6; basta con que lo sea a uno de ellos.
Los números Racionales
Conceptos básicos
Los números racionales aparecen cuando hay necesidad de considerar fracciones
o partes de una unidad.
Si una unidad se divide en partes iguales, cada pedazo recibirá un nombre, según
el número de partes que se hayan obtenido:

Medios tercios cuartos quintos sextos etc.


Como habrás aprendido en cursos anteriores de matemáticas, una porción de
unidad en la que se toma un cierto número de ella se representa mediante un
número racional.

Los siguientes son ejemplos de números racionales.

¾ 6/9 4/6

La idea que genera la creación del concepto de número racional es el reparto:


cuando una cantidad se va a repartir en partes iguales, el resultado es un número
racional. Si, por ejemplo, hay que repartir dos pasteles entre tres personas, el
resultado requiere del siguiente proceso:

a) dividir cada pastel en tres partes iguales:

b) asignar a cada persona dos de esos pedazos.

Así que el resultado es:

2 : 3 = 2/3

Esto implica que: 2/3 x 3 = 2

Depurando esas ideas generativas, vemos cómo se define formalmente el


concepto de número racional:
Sea la ecuación: 8x = 24 la solución es x = 3
En este caso, el resultado es un número natural: 3.
En cambio si tenemos la ecuación 3x = 2, el resultado será un número racional x
= 2/3, según vimos en el ejemplo de los pasteles.
Entonces, los racionales los haremos depender del resultado de una ecuación
multiplicativa:
Si bx = a, entonces x = a/b
Un número racional es un par ordenado de números enteros, en la forma
a/b, siendo b ≠ 0
La restricción de que deba ser b distinto de cero resulta de la ecuación, v. g.:
0·x=3
No tendrá solución: deseamos que siga siendo válida la propiedad 0 · x = 0,
cualquiera que sea el valor de x.
Decimos que el par (a, b) de números enteros es “ordenado” en virtud de que, en
general consideramos distinto el racional a/b del racional b/a.
El primer término (a) del racional se llama numerador. El segundo término
(b) se llama denominador.
La interpretación física de un racional a/b, cuando b es un número entero positivo,
requiere:
I. Dividir la unidad en b partes iguales
II. Separar a de esas partes, para integrar el valor del racional
Conforme a tal interpretación, queda pendiente la forma como se representarán
los racionales cuando el denominador b es número negativo. La solución de este
caso será dada en el inciso siguiente, en el que ampliaremos los conceptos
establecidos de modo que cubran el caso de los enteros negativos. En cuanto al
cero, ya se ha establecido que definitivamente no se concederá significación
alguna a un racional de la forma a/0. En cambio, si a a sí le podremos asignar un
valor de 0: todo racional de la forma 0/b tendrá un valor igual a 0.
Así, 0/1 = 0; 0/2 = 0; 0/3 = 0, etcétera.
En cambio, 2/0 carece de significado alguno.
A lo largo de las explicaciones posteriores iremos comprendiendo por qué.

Igualdad de Racionales
Consideremos el problema de repartir dos pasteles entre tres personas.

En la sección anterior vimos que el resultado es: 2 : 3 = 2


3

Los dos tercios resultantes se han representado en la figura siguiente:

Ahora bien, esa fracción de pastel puede, a su vez, ser dividida en rebanadas; por
ejemplo: obtenemos rebanadas, que son doceavos de pastel, dividiendo cada
tercio en cuatro partes iguales. Si cuentas las rebanadas encontrarás que son
8/12. (Observa que caben 12 porciones en la unidad).
Pero, dado que la cantidad de pastel no cambia, sino que únicamente se parte en
rebanadas, podemos escribir:
2 = 8
3 12

La cantidad 2/3 se puede fraccionar en las siguientes fracciones equivalentes:

2/3 = 4/6 = 6/9 = 8/12 = 10/15


...

Todos esos racionales son equivalentes entre sí y constituyen un conjunto,


llamado clase de equivalencia del racional 2/3. Esto es, la clase de equivalencia
de 2/3 es:

2 = 2 , 4 , 6 , 8 , 10 , 12 , . . ., 2k
3 3 6 9 12 15 18 3k

a = ka (k ≠ 0)
b kb

Observemos también que si se multiplica el primer numerador (a) por el segundo


denominador (kb), se obtiene el mismo resultado que al multiplicar el primer
denominador (b) por el segundo numerador (ka).
En efecto: a(kb) = b(ka) debido a las propiedades conmutativa y asociativa de la
multiplicación.
Tradicionalmente, al primer numerador y al segundo denominador suele
llamárseles extremos y a los dos términos restantes medios. Dadas esas
denominaciones, una nueva forma de expresar el criterio de igualdad de
racionales es el siguiente:

a = c
b d  ad = bc

Un racional a/b es igual al racional c/d, cuando el producto de los extremos


es igual al producto de los medios.
Ejemplos.

3 = 9 puesto que 3 x 12 = 9 x 4 = 36
4 12

2 = 8 puesto que 12 x 2 = 8 x 3 = 24
3 12

La regla de equivalencia a/b = ka/kb nos permitirá incorporar al estudio de los


racionales, a los pares de enteros en los que el denominador es negativo. Así:

-2 = - 2 (-1) = 2
-3 - 3 (-1) 3

Puesto que carece de sentido querer dividir una unidad en “menos 3” partes
iguales, no hubiésemos encontrado significado al racional -2/-3. La regla de
equivalencia se aplica aquí para conseguir que el denominador sea un entero
positivo; transformación que es útil para manejar algunos criterios y operaciones
que sólo son válidas cuando el denominador es positivo.
Para transformar una fracción de denominador negativo en una de denominador
positivo, se cambia el signo de ambos términos (esto equivale a multiplicar ambos
términos por -1).

a = -a
b -b

Puesto que un racional puede ser modificado en sus términos, sin cambiarle su
valor, al multiplicar ambos por un mismo factor no nulo, recíprocamente ambos
términos pueden ser divididos entre un factor común, si lo tienen; por ejemplo:

15 = 5
9 3

Pero claro está que no todos los racionales tendrán un factor común para ambos
términos. De un racional se dice que es irreductible cuando sus dos términos son
primos entre sí. Dado un racional, siempre es posible encontrarle un equivalente
irreductible. Al proceso mediante el cual se resuelve este problema se le llama
simplificación.
Ejemplo: simplificar el racional 420/1890

Solución: descompónganse los dos términos en sus factores primos:

420 = 2 · 2 · 3 · 5 · 7________ = 2
1890 2·3·3·3·5·7 9

Esta última expresión se obtiene cancelando los divisores comunes. En general,


podemos afirmar que:

Todo racional puede expresarse de manera única como un racional


irreductible equivalente (con denominador positivo), esto es, como una
pareja de enteros primos entre sí.

El eje numérico racional.


En el eje numérico, los números racionales serán intercalados entre los números
enteros, de la forma que se detalla a continuación.
Para localizar algún a/b  Q, una vez localizados los enteros de acuerdo a las
recomendaciones dadas en capítulos anteriores, y si no se cuenta con una regla
graduada, se puede elaborar una recta numérica con el auxilio del compás y una
regla sin graduar, de la forma siguiente:

Localizar 5
7

a) A partir de CERO se traza una semirrecta auxiliar con una


inclinación cualquiera, en ella trazamos 7 marcas (denominador) con
ayuda del compás.
Semirrecta
auxiliar

0 1
1
b) Tomemos 7 marcas (denominador) de la semirrecta auxiliar y la
última la unimos con un trazo auxiliar con el número 1 del eje (o con
-1) en caso de que fuese racional negativo.

Semirrecta auxiliar

Trazo auxiliar

0 1
1

c) A partir de la marca 5 (numerador) de la semirrecta auxiliar,


trazamos una paralela al trazo auxiliar y donde corte al eje numérico
estará el racional
5.
7 Semirrecta auxiliar

Trazo auxiliar

0 5 1
1 7
En general para representar el número racional a/b en el eje numérico, siendo b
positivo (en caso contrario, tómese el racional equivalente –a/ -b), se divide el
segmento unitario en b partes iguales y se cuentan a de ellas hacia la derecha de
0 si a es positivo y hacia la izquierda de 0 si a es negativo. En el caso que a sea
igual a cero, el racional se coloca en 0, cualquiera que sea el denominador.
Observemos que algunos de los racionales caen en el mismo lugar que los
números enteros; por ejemplo, la escala de los tercios es:

-2 -1 0 1 2 3

-6 -5 -4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3
Y en dicha escala observamos que:

3 1 6 2 9 3 0 0 -3 -1 -6
-2
3 3 3 3 3 3

Declaramos entonces que, en general: kb = k (b ≠ 0)


b

Por lo tanto, todo número entero se podrá expresar en forma de racional,


utilizando como denominador un número entero cualquiera y la regla dada en la
fórmula anterior; por ejemplo:

7= 7x3 = 21
3 3

los racionales colocados delante de 1 pueden ser considerados como formados


de dos partes (a menos que se trate de un entero): una parte entera y una parte
fraccionaria; por ejemplo:

3
35 = 4 8
8

A esta representación de los números racionales mayores que la unidad se le


llama número mixto.
El problema inverso de convertir un número en par ordenado se resuelve como en
el siguiente ejemplo:

7
Expresar en forma racional el mixto 3 12

7 = 3 x 12 + 7 = 36 + 7 = 43
3 12 12 12 12 12 12

4
Elevado este procedimiento a la categoría de regla, diremos que:
Para expresar un número mixto en forma racional, se multiplica el entero por
el denominador y se suma el numerador; conserva el mismo denominador.
El siguiente cuadro nos ilustra sobre la extensión del campo de los números
racionales: Naturales.
Enteros Cero.
Enteros negativos.

Racionales
Puros.
Fraccionarios Mixtos.
El conjunto de los números racionales, formado por los elementos designados lo
representaremos con la letra Q.

Q= a b ≠ 0 a y b enteros
b

El orden entre los racionales.


Al intercalar en el eje numérico los números racionales, puede observarse que es
posible declarar un orden entre ellos: será mayor el racional que quede a la
derecha y menor el que quede a la izquierda; por ejemplo; observando la posición
que ocupan los racionales en el eje numérico:
-1

-3 -1 0 3 7
2 2 5 3

Podemos observar que 3/5 < 7/3 y -1/2 < 3/5 pero -1/2 > -3/2

Desde luego, notamos que los racionales negativos son menores que los
positivos y que el cero; pero cuando los racionales que se desea comparar tienen
el mismo signo, la decisión sobre cuál es el mayor es un poco más laboriosa; por
ejemplo: ¿qué es mayor 3/5 o 2 /3?
La decisión se obtiene buscando, de entre los racionales que son equivalentes a
3/5 y 2/3, dos que tengan el mismo denominador. Veamos:

3 2
5 3
La figura dibujada no resuelve el problema; los valores de esos racionales son tan
semejantes que no se alcanza a ver la diferencia. En cambio si los reducimos a
un común denominador la decisión es más sencilla:

3 = 9 2 = 10
5 15 3 15

y por lo tanto observamos que 2/3 es mayor que 3/5, dado que al contar 10/5 se
ocupará un lugar a la derecha del que ocupa 9/15.
En general, la decisión de cuál de los dos racionales es mayor: a/b op c/d, se
realizará convirtiéndolos a un común denominador:

a/b = ad/bd, y c/d = bc/bd


y si bd, que es el nuevo denominador común, es positivo (lo que ocurre cuando
ambos tienen el mismo signo), decidiremos que:

a/b < c/d  ad < bc


a/b = c/d  ad = bc
a/b > c/d  a/d > bc

igual
es decir, que si un racional r1 es mayor que un racional r2 si el producto de
menor

igual
los extremos resulta ser mayor que el producto de los medios
menor

El criterio de orden es sólo válido cuando el producto de los denominadores, bd,


es positivo, lo cual ocurre cuando ambos tienen el mismo signo. Dado que en
caso contrario, el conteo de los numeradores tendrá que hacerse hacia el otro
lado del cero, con lo que quedaría invertido el criterio de decisión.
Ejemplos.
¿Cuál de los racionales , 3/5 o 7/12 es mayor?
Multiplicando extremos y medios obtenemos: 3 x 12 = 36 y 5 x 7 = 35
Siendo 36 > 35 deberá ser que 3 > 7
5 12

¿Cuál de los racionales 7/-2 y –3/2 es mayor?


Convirtiendo 7/-2 a racional de denominador positivo, obtenemos -7/2.
Ahora obtengamos los productos de los medios y los extremos:
-7 x 2 = -14 y 2 x (-3) = -6 siendo –14 < -6, establecemos que:
-7 < -3
2 2

Nota: observa que la aplicación directa de la regla hubiese dado una


solución equivocada: 7 x 2 = 14 y –3 x –2 = 6, siendo 14 > que 6.
Con lo antes visto, se nos ocurre preguntar ¿habrá algún caso en el que no se
deba poner entre dos racionales alguno de los signos > = < ? o por el
contrario, existirán dos racionales entre los cuales dos de los signos sean
válidos?

Densidad del sistema Q


Entre los enteros, particularmente los naturales, establecimos una relación de
sucesión:
El sucesor de 7 es 8; el sucesor de 8 es 9; el sucesor de 23657 es 23658,
etcétera.
Esta noción de sucesor se basa en nuestro conocimiento de que del 7 sigue el 8 y
que entre ambos números no existe ningún otro número entero. Lo mismo sucede
con el 8 y el 9, el 23657 y el 23658, etcétera.
De manera análoga, se nos podría ocurrir la siguiente pregunta:
¿Cuál es el racional que sigue de 7/9?
Una respuesta ingenua sería: de 7/9 sigue 8/9

6 7 8 9
9 9 9 9
Pero… ¿podemos declarar que entre 7/9 y 8/9 no hay ningún otro racional?
Es claro que no podemos decir eso; para evidenciarlo, podríamos convertir los
dos racionales dados a noventavos 9
8 9
9
1

77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90
90 90 90 90 90 90 90 90 90 90 90 90 90 90

Desde luego, que si pretendemos rectificar para decir que de 8/9 sigue 81/90,
volvemos a caer en un error; entre esos dos racionales existen otros, lo cual
quedaría de manifiesto si convertimos ambos a novecientosavos:

80 81
90 90

800 801 802 803 804 805 806 807 808 809 910
900 900 900 900 900 900 900 900 900 900 900

Por lo que 80/90 = 800/900 y 81/90 = 910/900; ahora sí resulta evidente que
existen otros racionales entre 80/90 y 81/90; ellos son: 801/900, 802/900,
803/900, . . . La discusión podría proseguir interminablemente hasta
convencernos de que nunca será posible encontrar dos racionales consecutivos,
a la manera como ocurre entre los enteros, de manera que no existan otros
racionales entre ellos. A esa propiedad se le llama densidad, que expresamos así:
Entre dos racionales diferentes, siempre existe otro racional.
Formalmente, la propiedad de la densidad se formula así:
Si a y b son racionales y a > b, siempre existe otro racional m, tal que:
a > m > b.
La demostración es sencilla y se puede realizar siguiendo las ideas que nos
condujeron a esa proposición:
Sea a = p/r y b = q/r (reducidos ambos racionales a un común denominador; p, q,
r son enteros).
Como a > b, deberá ser p > q. Digamos que es q = p + h.
Si p y q no son enteros consecutivos, esto es, si h ≠ 1, habrá un entero entre
ellos. Llamémosle n. El problema estará resuelto.
p > n > p+h
r r r

Esto es: a>m>b

Y si p y q son consecutivos, entonces será h = 1; multiplíquense ambos términos


de cada racional por 2 (o por cualquier otro número mayor que 1), y tendremos:

2p 2p + 2 2p + 1
a = 2r b = 2r Ahora podemos tomar m = 2r y

quedará cumplida la condición:

2p 2p + 1 2p + 2
2r >2r >
2r Esto es a > m >
b.

Ejemplo: Obtén un racional comprendido entre 7/8 y 12/8

Como 7 y 12 no son enteros consecutivos, podemos tomar como m a cualquiera


de los valores 8/8, 9/8, 10/8 y 11/8
Ejemplo: Obtener un racional comprendido entre 7/3 y 8/3

Procedimiento: multiplíquense los dos términos de cada racional por 2:

7 x 2 =14 8 x 2 16
=
3 6 3 6

Con ello tendremos espacio para intercalar a m:


14 <15 16
<
6 6 6
Ejemplo: obtener un racional comprendido entre ¾ y 7/9

Procedimiento: conviértanse a un común denominador:


3 27 7 28
= =
4 36 9 36
Como 27 y 28 resultaron consecutivos, multiplíquense los términos de cada
racional, calculando los racionales equivalentes:

3 = 27 = 54 y 7 = 28 = 56
4 36 72 9 36 72
Ahora sí queda claro que hay un lugar para m:

¾ < 55/72 < 7/9


Obsérvese que para demostrar la densidad de Q no hemos necesitado más que
las propiedades de igualdad y orden de los racionales, cuando definamos las
operaciones de adición y multiplicación de racionales se podrá expresar otras
demostraciones de la densidad de Q, siendo Q el conjunto de los números
racionales.

Notación decimal.
Las fracciones decimales son aquellas cuyo denominador es una potencia de 10,
con exponente entero positivo: 10, 100, 1000, . . . Esto es:
Una fracción decimal es un racional de la forma a/10n (n N; n 1).
Lo interesante de las fracciones decimales es que se expresan, en nuestro
sistema ordinario de numeración, mediante una notación especial, que consiste
en separar con un punto (decimal) tantas cifras como ceros tenga la potencia, o
sea que se separan n cifras del numerador, contadas de derecha a izquierda.
7/1000 = 0.007 (Se separan tres cifras del numerador. Como sólo tenemos una,
se agregan dos ceros a la izquierda.)
14/100 = 0.14 (Se separan dos cifras del numerador.)
173/10 = 17.3 (Se separa una cifra del numerador.)
Las fracciones comunes pueden expresarse en forma de fracciones decimales,
mediante la aplicación del criterio de igualdad de racionales.

Ejemplo. Expresar la fracción 3/5 en décimos.

3 x 3
5 = 10  x = 6, esto es,
5 = 0.6

Ejemplo. Expresar 7/3 en milésimos.

7 x 7000
3 = 1000  x =3  2333

La solución en general es:


a x a · 10n
b 10n  b
Esto justifica el procedimiento que normalmente se sigue para calcular la fracción
equivalente a un racional a/b: al numerador se le agregan n ceros y se divide
entre b, separando del cociente tantas cifras decimales como ceros se hayan
agregado.

Ejemplo. Expresar la fracción decimal equivalente a 5/16.

Procedimiento. Se efectúa la división indicada abajo, para obtener:

0.3125 5/16  0.3  0.31  0.312, o bien 5/16 = 0.3125


16 5.0
20
40
80
0

En los problemas de aplicación de estos conceptos, muchas veces es suficiente


con tener un valor “aproximadamente igual” al dado. Según el grado de
aproximación requerido, se podrán aceptar como equivalentes a 5/16, los
decimales 0.3, 0.31 o 0.312; pero el valor exacto es único: 0.3125.
Algunos racionales dan lugar a desarrollos decimales infinitos. Por ejemplo, si
queremos convertir 8/3 a fracción decimal, nos encontraremos con el siguiente
resultado:

2.666… 8/3  2.6  2.66  2.666 . . .


3 80
20
20
2...

Como vemos el resultado “exacto” estará formado por una sucesión infinita de
seises después de la cifra 2. Se escribe:
_
8/3 = 2 .6 = 2.6666 . . .

Ocurre entonces que los racionales se clasifican según se desarrollo decimal en


dos tipos:

a) De desarrollo decimal finito (5/16 = 0.3125)


b) De desarrollo decimal infinito (8/3 = 2 .6 = 2.666 . . .)

En cuanto a estos últimos, tienen una propiedad que en seguida veremos:


Ejemplo. Convertir el racional8/7 a fracción decimal.
Solución:

1.142857… 8/7  1.142857


7 8 8/7 = 1.142857142857
10
30
20 8/7 = 1.142857
60
50
1

los residuos de la división son, sucesivamente, 1,3,2,6,5; en seguida viene una


repetición de un residuo ya obtenido anteriormente: 1, con lo que el cuadro de la
división entra en un ciclo periódico, dado que se ha producido una situación
idéntica a la que se tenía al iniciar el primer periodo. Esto justifica que
escribamos:

8/7 = 1.142857

con una barra que significa que el grupo de cifras 142857 se repite
indefinidamente.
Esta peculiaridad es general a todos los racionales: dado que al dividir a · 10n
entre b todos los residuos tienen que ser menores que b. Sólo puede haber b – 1
residuos diferentes salvo que se obtenga un residuo 0. En consecuencia,
forzosamente tiene que llegarse a una repetición de un residuo cuando más al
cabo de b – 1 pasos. Esto proporciona un criterio de racionalidad:

El desarrollo decimal de un racional es periódico.


0
Para incluir que un racional es finito se podrá decir que el periodo es
Se llama periodo de la fracción decimal al conjunto ordenado de las cifras que se
repiten.
Como: 3/5 = 0.60 8/3 = 2.6 8/7 = 1.142857

Expresión racional de un decimal

En las notas anteriores se vio el problema de representar un decimal de desarrollo


finito en forma racional. La solución resulta fácil de obtener: se borra el punto
decimal y se sustituye por un denominador de la forma 10 n siendo n el número de
cifras decimales.
Ejemplos: 5.6 = 56/10 2.13 = 213/100 -1.825 = - 1825/1000 3.1416 =
31416/10000
Algo más complicado es el problema de exponer en forma racional un desarrollo
decimal infinito. La solución es posible sólo en el caso de que tal desarrollo sea
periódico, puesto que, como ya vimos, todo racional conduce a fracciones
decimales periódicas. La forma como se realiza dicha transformación se ilustra a
través de los siguientes ejemplos:

Ejemplo. Expresar en forma racional la fracción 2.73

Solución: Sea: x = 2.73737373. . . (1)

Multiplíquese por 100 100x = 273.737373 . . . (2)

Réstense miembro a miembro las igualdades (1) y (2) 100x =


273.737373 . . .
x= 2.737373. . .

99x = 271

Despéjese a x en la igualdad anterior : x = 271/99 (3)

Por lo tanto: 2.73 = 271/99 lo cual puede verificarse haciendo la división


correspondiente: 271 entre 99.

Otro ejemplo. Encontrar el racional equivalente a: 7.405


Solución: Sea: x = 7.405405405. . . (1)

Multiplíquese por 100 1000x = 7405.405405 . . . (2)

Réstense miembro a miembro las igualdades (1) y (2) 1000x = 7405.405405 . . .


x= 7.405405 . . .

999x = 7398

Despéjese a x en la igualdad anterior : x = 7398/999 (3)

En general el procedimiento que permite expresar en forma racional un desarrollo


decimal periódico se resume en los pasos siguientes:

1. Llámese x al decimal periódico.

2. Multiplíquese la igualdad anterior por 10 n siendo n el número de cifras


del periodo.

3. Réstense miembro a miembro las igualdades (1) y (2).

4. Despéjese el valor de x de la igualdad anterior

_
Ejemplo. Calcular el valor decimal 0.9

x = 0.9999. . .

10x= 9.999. . .

9x = 9

x = 9/9 = 1

El resultado del ejemplo anterior no deja de ser sorprendente, dado que el hecho
de una sucesión de nueves pueda ser igual a la unidad parece ser un error. No
obstante, la igualdad es aceptable y se justifica en cuanto restamos de 1 el
número 0.999999 . . .

Primero restamos 1 – 9/19. Queda un décimo.

De 1/10 restamos 9/100. Queda un centésimo.


De 1/100 restamos 9/1000. Queda un milésimo . . .

Así sucesivamente, la resta va produciendo una cantidad menor: 1/10000;


1/100000; 1/1000000... y concluimos que la diferencia se va esfumando y acaba
por desaparecer.

Un ejemplo más. Convertir en racional la fracción decimal periódica 2.499999...

x = 2.49999. . .

10x=24.99999. . .

9x = 22.5

x = 22.5/9 = 225/90

Por lo tanto Observación: al dividir, para efectuar la comprobación, 225 entre 90,
obtenemos: 225/90 = 2.5

tenemos que aceptar que: 2.499999. . . = 2.5

Otro caso de conversión. Calcular el racional equivalente a 2.236067977. . .

Solución:

El desarrollo decimal no permite apreciar un periodo; es decir, un grupo de cifras


que se repiten indefinidamente. Dad esa situación, declaramos que no es posible
resolver el problema. Si se da un número mayor de cifras y con ellas la seguridad
de que existe un periodo, el problema será soluble conforme el procedimiento
establecido anteriormente. Esto nos conduce a un nuevo concepto:

¿Qué ocurrirá si el desarrollo decimal no presenta nunca una periodicidad?

La solución será.

El número representado por un desarrollo decimal infinito no periódico no es un


número racional; esto es, no puede ser representado mediante una pareja
ordenada de enteros en la forma a/b.

ADICIÓN DE RACIONALES
En el sistema Q de los números racionales, es posible definir las dos operaciones
básicas: adición y multiplicación, así como a sus correspondientes inversas:
sustracción y división.
La adición operación que reúne fracciones para formar una sola, es posible de
realizar directamente cuando los dos sumandos tienen el mismo denominador:

3 + 2 = 5
8 8 8

en este caso, basta con sumar los numeradores, y conservar el denominador


común.

Esto es: a + b = a+b


c c c

Ejemplos:
16 + -15 = 1
8 8 8

-3 + -5 = -8
11 11 11

La operación se complica un poco cuando los sumandos no tienen el mismo


denominador. En este caso, hay que convertirlos antes a un denominador común,
buscando de entre las clases de equivalencia definidas por los sumandos, dos
que tengan el mismo denominador.
Ejemplo. Sumar: 3/5 + 7/4

Solución:
Escribamos las clases de equivalencias de ambos racionales:

3 = 3 , 6 , 9 , 12 , 15 , 18 , 21 , 24 , 27 , 30 ,. . .
5 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

7 = 7 , 14 , 21 , 28 , 35 , 42 , 49 , 56 , 63 , 70 ,. . .
4 4 8 12 16 20 24 28 32 36 40

Ahora vemos que, entre las clases de equivalencia de ambos sumandos,


podemos localizar parejas que tienen el mismo denominador; por ejemplo: 12/20 y
35/20 así mismo 24/40 y 70/40. Por tanto:

: 3 + 7 = 12 + 35 = 47
5 4 20 20 20
o bien

3 + 7 = 24 + 70 = 94
5 4 40 40 40

La operación produce resultados aparentemente distintos, según cuáles sean los


racionales equivalentes elegidos; sin embargo, una observación más atenta de los
resultados nos permite descubrir que ellos son iguales:

47 = 94 porque 47 x 40 = 94 x 20 = 1880
20 40

en consecuencia, el resultado es único, en cuanto a que todos los posibles


resultados, según puede demostrarse, pertenecen a una misma clase de
equivalencia.
A la pregunta de que si existirán siempre, en las clases de equivalencia de dos
racionales, dos que tengan respectivamente el mismo denominador, se puede
contestar afirmativamente; más aún , existirá siempre un número infinito de
parejas que satisfacen la condición; cualquiera de esas parejas resuelve el
problema de la adición de racionales:

Dada una pareja de racionales a/b y c/d, la solución general es:

a = ad y c = bc
b bd d bd

por lo tanto:

a + c = ad + bc
b d bd

Esta expresión anterior se adopta como definición de la operación de sumar


racionales. Como se ve, la idea que permitió establecerla, es la de convertir
ambos sumandos a un denominador común. El denominador común puede ser
inferior (en valor absoluto) al producto de los denominadores, que es el que
aparece en la fórmula; cuando eso ocurre, por razones prácticas debe preferirse
el común denominador más pequeño (mínimo común denominador)

Aplicando la fórmula anterior tenemos:

3 + 5 = 18 + 20 = 38 o bien 3 + 5 = 9 + 10 = 19
4 6 24 24 4 6 12 12

La operación de adición también puede realizarse con valores negativos y cero:

3 + -2 = 15 - 8 = 7
4 5 20 20

2 + 0 = 2 + 0 = 2
3 3 3 3

5 + -5 = 0 = 0
9 9 9

Observemos que dos aspectos en los casos anteriores:

Primero: 0/b = 0 (b ≠ 0) es un neutro de la adición de racionales.

Esto es:
a + 0 = a
b b b

Segundo: a/b y - a/b son inversos aditivos.

Esto es:
a + -a = 0
b b

MULTIPLICACIÓN DE RACIONALES
1

2
3

1
3
4
En la figura hemos calculado el área de un rectángulo cuyos lados tienen las
siguientes medidas: ¾ y 2/3. el resultado como puede observarse, es:

3 x 2 = 6 o bien 1
4 3 12 2

la operación de multiplicar, a través de esa idea mediante la cual se calcula el


área de un paralelogramo cuyos lados tienen medidas fraccionarias, conduce a la
siguiente definición de multiplicación de racionales:

a x c = ac
b d bd

Esto es, para multiplicar dos racionales, se multiplican separadamente los


numeradores y denominadores, como lo indica la fórmula.
Ejemplos:

a) 3 x 7 = 21
4 5 20

b) -3 x 2 = -6
2 7 14

c) -3 x -3 = 9
5 8 40

d) 2 x 1 = 2
3 3

e) 3 x 5 = 15 = 1
5 3 15

en el ejemplo d se pone de manifiesto que el radical 1 ( o m/m para todo m


distinto de cero) es un neutro de la multiplicación:

a x 1 = a
b b

en el ejemplo e se ilustra la propiedad de que existen racionales cuyo producto es


el neutro 1. dichos racionales se llaman inversos multiplicativos. Evidentemente:
todo racional a/b distinto de cero tiene un inverso multiplicativo, que es b/a. Dado
que:

a x b = ab = 1
b a ab

El inverso multiplicativo de un racional a se expresa con la notación a-1


a-1 es el inverso multiplicativo de a.
La existencia de inversos multiplicativos permite definir la operación de dividir
(como inversa de la multiplicación) en los siguientes términos.
Problema:
Dividir a/b entre c/d
Solución:
Sea:
a : c = x
b d

ahora bien, dado que la división es la operación inversa de la multiplicación


deberá ser:
x· c = a
d b

Multiplicando ambos miembros de la igualdad por d/c, obtenemos

x· c · d = a · d
d c b c

y como:

c · d = 1, siendo x · 1 = x, resulta
d c

x = ad
bc

esto es

a : c = ad
b d bc
La expresión anterior es la fórmula de división de racionales; se aplica como los
siguientes ejemplos:

a) 3 : 2 = 3x3 = 9
4 3 4x2 8

b) 5 : 3 = 5 x 2 = 10
9 2 9x3 27

c) 5 : -7 = 5 x 10 = 50 = _ 50
3 10 3 x (-7) -21 21

d) -3 : -1 = -3 x 2 = -6 = 6
4 2 -1 x 4 -4 4

e) 3 : 0 = ... (no se puede dividir entre cero)


2

En la obtención de la fórmula de la división se han aplicado sucesivamente las


propiedades asociativa, existencial de neutro y existencial de inversos en la
multiplicación de racionales que ya han sido demostradas anteriormente. Tales
propiedades, así como la conmutativa, son de uso muy frecuente en diversos
desarrollos del álgebra de los números racionales.

NUMEROS IRRACIONALES.
REALES
Al describir el sistema de los números racionales se hizo notar que cualquier
segmento por pequeño que sea, puede subdividirse en las partes que se desee y
expresar una fracción de él como un número racional.
Puesto que, por la propiedad de densidad ese proceso se puede continuar
indefinidamente, podría suponerse que los números racionales acabarían por
saturar por completo al eje numérico sin que existiese la posibilidad de que
quedase algún punto de la recta que no correspondiese a algún número racional.
Pitágoras de Samos, el eminente geómetra griego descubrió que las cosas no
ocurren así cuando trató de calcular la diagonal de un cuadrado cuyos lados
medían una unidad. Conforme a su célebre teorema, la diagonal d , que es
hipotenusa de un triángulo rectángulo, tendrá un valor cuyo cuadrado será igual a
la suma de los cuadrados de sus catetos:

d2 = 12 + 12

d2 = 2

Pero. . . ¿cuál es el número cuyo cuadrado es 2?

Pitágoras mismo acabó por demostrar que ningún número racional tiene un
cuadrado igual a dos.
La demostración se efectúa por reducción al absurdo:
En primer lugar, encontraríamos rápidamente que ningún número entero satisface
la relación:
12 = 1

22 = 4

x > 2  x2 > 4

como ningún número entero tiene un cuadrado igual a dos, supongamos que
existe una fracción racional de la forma a/b con a ∈ Z, b ∈ Z* y como a/b no es
entero, entonces b > 1.
Consideremos por último que a/b es irreductible, ya que en la unidad anterior se
mostró que todo racional a/b tiene su forma canónica tal que a y b son primos
relativos.

Resumiendo, nuestra hipótesis con

a 2
= 2 a ∈ Z
b b ∈ Z, b ≠ 0 ∧ b > 1
a y b son primos relativos

Desarrollando la primera expresión

a2 = 2
b2

y multiplicando miembro a miembro por b, tenemos

a2 = 2b
b

pero esta última expresión encierra una contradicción, ya que 2b es un número


entero

(por la cerradura de la multiplicación en Z), en tanto que a2 es una fracción


porque b

a y b son primos relativos. (Esto debido a un teorema aritmético que dice: si un


número es primo relativo con otro no divide a ninguna de sus potencias).
En consecuencia, queda demostrado el teorema:
No existe número racional (ni entero, ni fraccionario) cuyo cuadrado sea igual a 2.
Pero ese problema fue solo el principio porque llegó a demostrarse que tampoco
existe algún número racional (ni entero ni fraccionario cuyo cuadrado sea igual a
3, o a 5, o a 6, etc.) y con esto podríamos generalizar diciendo que todo problema
cuya solución requiera encontrar un número cuya potencia –cualquiera- sea igual
a un entero dado, lleva el riesgo muy altamente probable, de no tener solución
entre los racionales. Más concretamente: si x 2 = z, (z ∈ Z) no tiene solución
en Z, tampoco lo tendrá en Q.

EXTENSIÓN DEL CAMPO DE LOS RACIONALES

Pitágoras quedó sumamente desconcertado por este hecho, existen problemas


geométricos cuya solución no es expresable mediante números racionales.
Descartó es respuesta como ilógica (a logos: irracional) y según la Historia pasó
el resto de su vida con temor de que los dioses lo castigasen por haber
descubierto su falla.
Pero los matemáticos posteriores asumieron una actitud más práctica decidieron
que, en virtud de que el Sistema Q no era suficiente para resolver todos los
problemas de la Matemática, había que inventar un nuevo sistema. Así nació el
Sistema R de los números reales y del cual Q es un subconjunto propio.
Obsérvese las ampliaciones que sucesivamente se han ido haciendo del concepto
de número:
I

Q
N Z

I ∪ Q = R

N es el sistema original de los números naturales, descritos mediante los axiomas


de Peano.
Z es el sistema de los números enteros que se formó agregando a los números
naturales los negativos como inversos de todo n ≥ 1.
Q es el sistema formado por los números racionales que son pares de números
enteros definidos por la relación de equivalencia:

a = c  ad = bc (con b y d ≠ 0)
b d

R es el sistema de los números reales pero. . . ¿Cómo definiremos a los números


reales?

UNA APROXIMACIÓN INTUITIVA.

Anteriormente se vio que todo número racional se representa mediante una


expresión decimal periódica e infinita:
_
1 = 0.5000000... 0.50
2
_
1 = 0.3333333... 0.3
3

______
1 = 0.142857142857... 0.142857
7
_
46 = 5.11111111111... 5.1
9

también se estudió el problema inverso: toda expresión decimal periódica infinita

puede representarse mediante a


b

0.73737373 . . . . = 73
99

0.186186 . . . . = 186
999

Ahora, si tratamos de calcular el número x cuyo cuadrado es 2, encontraremos la


siguiente aproximación: X = 1.4142113562. . .
Y en esa expresión no encontraremos ninguna periodicidad; así es que con esto,
ya podríamos sentirnos tentados a buscar el camino fácil de definir a los números
reales, a partir de Q, así:
Las fracciones pueden ser racionales o irracionales.
Las fracciones racionales son periódicas.
Las fracciones irracionales son no periódicas e infinitas.
Los números reales son la unión de los números racionales y los irracionales.
Pero este camino no conduce a una situación rigurosamente valida en Lógica y
Matemáticas. En efecto, ¿Cómo podríamos decidir si  , por ejemplo, es un
número racional o irracional? El valor de  es:  = 3.1415926535 no se aprecia
ninguna periodicidad, por lo que nos sentimos inclinados a declarar que es
irracional. Pero se nos podría hacer notar que el número podría ser periódico y
que las cifras se repitan de 10 en 10, o de 20 en 20 o, tal vez de 100 en 100, etc.
¿Cuándo podríamos estar seguros de que  es racional o no?
Un investigador, Shuks, dedicó toda su vida a calcular el valor de , con la
esperanza de encontrar el periodo, si es que lo había; cuando suspendió su
trabajo llevaba ya calculada 707 cifras decimales y murió sin haber logrado su
objetivo.
Lindemann en 1882 demostró que  no es racional.
Pero aún más inquietante es la siguiente discusión:
Hemos visto que el eje numérico de los racionales no es continuo, presenta
algunos agujeros: a la diagonal del cuadrado unitario corresponde un número que
no es racional. Porque aparte de las raíces cuadradas (y las raíces de cualquier
índice) después se descubren la inmensa mayoría de los logaritmos,
antilogaritmos, funciones trigonométricas directas e inversas, etc., etc., todos ellos
son irracionales así es que Q queda convertido en una verdadera “coladera”.
Y. . . ¿Cuántos números irracionales cabrán en cada agujero? (esto nos recuerda
la célebre pregunta bizantina ¿Cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler?)
La matemática no se permite el lujo de dar cabida a bizantinismos por lo que será
necesario establecer la base axiomática del sistema R, que, por otra parte,
fundamenta a los conceptos básicos de la matemática superior.

OPERACIONES EN R.
El conjunto R de los números reales consta de dos partes: los números racionales
(Q) y los irracionales (Q’).
Sobre los primeros ya hemos dedicado una unidad completa para estructurar a tal
conjunto Q como una estructura matemática (Q, +, x) definiendo leyes de
composición y verificando propiedades inherentes a tales leyes.
Nos faltó definir operaciones tales como

2 + 3

Comúnmente lo que hacemos es operar con aproximaciones (decimos reales) de


esos números y declarar que los resultados serán tanto más exactos cuanto mejor
sea la aproximación, así:

2 = 1.4 1.41 1.4142


1.414213

1.732050 3 = 1.7 1.73 1.7320

2 + 3 = 3.1 3.14 3.1462

en consecuencia de una suma de números reales deberá concebirse como un


proceso indefinido de cálculo de límites, conforme a esta definición:
Lim. (a + b) = Lim. a + Lim. b (a,b ∈ R)

Análogamente, la operación de multiplicar se define mediante la siguiente


expresión:

Lim. (ab) = Lim. a · Lim. b

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