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de sí mismo
POR
I. K. TAIMNI
1979
PREFACIO
CAPITULO 1
Las formas existen para que la vida que las anima pueda
expresarse. Y cambian para atender a las demandas crecientes y
diversas de la vida que quiere expresarse más plenamente La
vida toma para sí forma tras forma y gracias a los estímulos que
recibe por medio de ellas desarrolla y manifiesta gradualmente
sus posibilidades latentes. Las formas mueren y desaparecen,
pero la vida que func ionó por medio de ellas crece más y más.
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“carácter”.
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CAPITULO IV
PARTE II
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CAPITULO V
Similar debe ser nuestra actitud hacia nuestro cuerpo físico que
reconocernos como una cosa viviente, con sus caprichos e
idiosincrasias, con su deseo natural de confort y de evitar todo
aquello a que no esté acostumbrado.
vale la pena recordar que es por medio del sistema nervioso que
el alma opera cuando usa el cuerpo físico. En un sentido, todo el
cuerpo es su instrumento; pero el sistema nervioso es el
instrumento especial por cuyo medio se expresan las emociones
y pensamientos y otras energías superiores del alma, en el plano
físico, y surgen en la conciencia. El cuerpo 36
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Estor ejemplos pueden multiplicarse; pero estos dos sir vea para
ilustrar el punto de que tratamos, y nos permiten entender el
principio que subyace en el control de los deseos. Se habrá visto
que en tales casos se llega a un punto en que la sensación
agradable o desagradable emerge en la conciencia, y que a ese
punto llega inevitablemente toda persona que pase por esas
experiencias, puesto que no podemos andar por ahí con las
avenidas de nuestros sentidos cerradas.
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CAPITULO IX
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CAPITULO X
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Hay dos puntos que anotar acerca de este saber que viene del
plano Intuicional. En primer lugar, no es conocimiento sobre los
asuntos ordinarios, el cual es de la incumbencia de la mente. Por
muy iluminado que sea un santo, si le presentamos un problema
de cálculo diferencial, o le preguntamos algo sobre el
mecanismo de un automóvil no podrá contestar-nos bien a
menos que haya estudiado especialmente esa cuestión. Adquirir
conocimiento detallado sobre estas cosas es función de la mente
y no de la Intuició n. Y cuando una persona iluminada quiere
saber algo acerca de esas cuestiones tiene que seguir el camino
ordinario. Puede tener poderes superfísicos que le faciliten
adquirir esos conocimientos, pero todavía eso está dentro del
campo del intelecto y por tanto la persona tiene que trabajar con
los poderes y facultades de la mente.
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Pero hay otro acceso por medio de las emociones, pues, como
ya se dijo, Buddhi es de carácter dual y combina en sí la esencia
del intelecto y de las emociones. Este segundo método, que es
adecuado para personas de temperamento alta- mente emotivo,
es el que se conoce como Sendero Emocional. En este método
el amor y la devoción a una Deidad en particular se intensifican
más y más por prácticas de diversas clases, hasta que la
conciencia del devoto se fusiona con la del objeto de su
devoción. Todos sabemos cómo cae un rayo sobre cualquier
objeto en tierra; la electricidad friccional gene rada en las nubes,
induce una carga contraria en la superficie terrestre, y a medida
que sigue aumentando el voltaje de electricidad en las nubes la
tensión entre las dos cargas opuestas también crece. Llega un
momento en que la tensión se hace tan grande que supera la
resistencia del aire que separa las dos cargas, y un relámpago
marca la unión y fusión de las dos cargas opuestas. Algo similar
ocurre cuando la conciencia del devoto y la del objeto de su
devoción se funden en un éxtasis que siempre precede a la
visión mística. Por un momento se escapa al plano Intuicional la
conciencia del devoto, y allí realiza que él y el objeto de su
devoción no son sino uno solo. Desde ese momento en adelante,
aunque se diluya la conciencia directa del plano Búddhico, la
visión que tuvo es una pode rosa fue nte de inspiración y las
corrientes del plano Búddhico continúan fluyendo por el canal
que se creó.
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CAPITULO XIV
INTELECTO E INTUICION
Y esa materia prima hay que arreglarla bien; hay que llenar
vacíos; hay que clarificar ideas; hay que fortalecer puntos
débiles. En cambio, para adquirir sabiduría no tenemos sino que
aumentar la claridad de nuestra visión retirando las impurezas y
distorsiones y complejos que estén presentes en la mente, y
evitar modos falsos de expresarnos en acción. Tenemos que
penetrar hacia adentro, percibir a un nivel más hondo, elevarnos
a un nivel superior de conciencia, y despejar la comunicación
entre lo espiritual y lo mental.
Para discernir entre los dos puede aplicar unas pocas pruebas
objetivas simples, y así juzgar la condición general de su mente,
como sigue:
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CAPITULO XV
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Todos los que estén tratando de mejorar sus hábitos tomen nota,
pues, de este hecho importante: El pensamiento es padre de la
acción y fortalece la tendencia a actuar de cierta manera, pero es
la acción en sí la que precipita el pensamiento, la que produce
un cambio real en la vida externa e interna, la que abre sendas
en el sistema nervioso y reafirma las fuerzas mentales en los
nuevos surcos de la mente, y, más importante todavía, la que
capacita a la Voluntad para manifestarse y dominar los
vehículos inferiores más completamente.
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¿qué hay con ello?” Y esa es la cuestión: vemos esos hechos tan
espantosos, como meros hechos pero no captamos en absoluto
su significación. Si viéramos una colonia de hormigas que
caminan sobre un tronco de madera que flota sobre el océano, y
pudiéramos penetrar en su conciencia y las encontráramos que
están haciendo muchos planes y tomándose en serio, nos
reiríamos de su incapacidad para darse cuenta de lo precario e
ins ignificante de su situación. Pero nosotros estamos en una
situación peor, desde el punto de vista físico, y no nos damos
cuenta de ello en absoluto; no nos percatamos de la ilusión que
nos hace vivir nuestra vida complaciente normal sin siquiera
preocuparnos ni pensar en la terrible situación en que estamos
colocados como entes físicos.
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Sólo quedan sus penas; sus placeres son como aves que se
posan y vuelan.
(111-40).
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Nada más. Esto es natural y se debe a que ese mundo está fuera
del alcance del intelecto y para entrar a él es necesario
trascender los niveles inferiores de la mente. Cualquier
descripción que se intente ha de ser vaga, indirecta, simbólica, o
expresarse por medio de negaciones. Esto puede servirle de
excusa al escéptico para aferrar se a su agnosticismo, y al tibio
para no hacer nada por liberarse de las ilusiones y atractivos de
este mundo. Por eso la existencia y la índole de ese mundo real
seguirá siendo un misterio, y sólo los que estén preparados para
entrar a él podrán reconocer en esas descripciones vagas y
veladas el llamamiento Divino a los exiliados para que regresen
a su verdadero hogar.
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CAPITULO XIX
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Vemos así cómo todos los tres principios superiores del hombre
se desenvuelven uno tras otro en las tres etapas. La Inteligencia
en la primera; el Amor en la segunda, y la Voluntad Espiritual
en la tercera etapa. El Amor unido a la Inteligencia, desarrolla
Sabidur ía. La Voluntad Espiritual guiada por la Sabiduría,
produce la Realización-Directa. Esta relación entre los tres
principios, sus funciones y sus métodos de desarrollo, puede
representarse así:
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Principio
Vehículo Funciones Método de desarrollo
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CAPITULO XX
NATURALEZA DE LA DEVOC1ON
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¡Qué ilusión!
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CAPITULO XXI
MEDIOS DE DESARROLLAR LA DEVOCION
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Vedantistas?
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Lo que tenemos que notar bien, es que la porción del vidrio que
pierde su opacidad y se vuelve transparente, se asimila con la
correspondiente porción del cuadro, aunque el vidrio sigue ahí.
Y que lo que lo capacita para asimilarse con los colores y
figuras de la porción del cuadro, es el haberle quitado su
opacidad.
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El estudiante podrá ver que estos tres tipos de actividades están
diseñados para desarrollar los tres aspectos de la naturaleza
humana: voluntad, intelecto y amor. El conocimiento intelectual
prepara un trasfondo te6rico adecuado, como base para la vida
yóguica. El desarrollo del amor o devoción, que con- lleva una
transformación y purificación de la vida, añade sabiduría al
conocimiento, y luego el Yogui pasa de la etapa de sabiduría a
la de Realización al aplicar su voluntad espiritual a control e
inhibir las modificaciones de la mente. Así todo el
entrenamiento y auto-disciplina culmina en la Realización
Directa y la Liberación.
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CAPITULO XXIV
(11-32).
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que dice:
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Se verá, por tanto, que los deseos y tendencias de todas clases,
ocultas en la mente subconsciente, no son la única fuente de
perturbación para la mente. Las irregularidades en los
movimientos de Prana en el doble-etérico son también causas de
perturbación. Aquellas se eliminan por Yama y Niyama; estas
otras se eliminan por Pranayama. El estudiante verá ahora más
claramente la causa de que generalmente fracase en sus
esfuerzos por concentrar la mente para sus meditaciones diarias.
La ciencia Yóguica trata este problema de una manera
científica: primero retira todas estas fuentes de perturbación,
antes de comenzar la práctica trina de la Meditación.
la describe así:
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Estos poderes están siempre bajo el control del ind ividuo y bajo
su mando, porque los ha ganado en virtud del desenvolvimiento
de su naturaleza espiritual.
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CAPITULO XXV
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Vemos como resultado de este razonamiento, que la Mónada es
la fuente de todo conocimiento, y que los objetos que produce o
estimulan el conocimiento en la mente sirven sólo como
instrumento para extraer un conocimiento ‘parcial’ del
conocimiento
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CAPITULO XXVI
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que dice:
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INDICE
Prefacio………………………………………………………………
7 .
Capítulo I
La evolución a la luz de la
Teosofía…………………………………………………. 21
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Desarrollo de Buddhi
………………………………………………………………..
185
Capítulo XIV
Intelecto e Intuición……….
………………………………………………… …….. 195
Capítulo XV
180
Capítulo XVI
Capítulo XVIII
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
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