Sunteți pe pagina 1din 2

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS

DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN FÍSICA

ASIGNATURA: FILOSOFÍA

Ensayo

Realizado por:

Sonny Madariaga C.I: 18.934.089

Gabriela Rosales C.I: 23.714.655

Sección 330

Caracas, Junio de 2014


La humanidad, compleja forma de vida habitante en el planeta. Diversidad
de pensamientos, ilimitadas características físicas y personales diferencian a cada
una de las personas. No obstante, vivimos con una misma inquietud, un mismo
pensar y sentir en cuanto a ciertos asuntos muy complejos cuyas respuestas la
humanidad ha buscado por siglos.

Independientemente si somos altos, bajos, chicos o adultos, todos tenemos


un vínculo, uno por el cual en la mayoría de los casos las personas se aferran con
las uñas hasta el día de nuestra muerte: el amor. El amor nos impulsa a hacer
actos de heroísmo, locuras divertidas y en otros casos, sacrificios. Se considera el
amor a la familia lo más sagrado, nuestros padres, tíos o hermanos mayores,
tutores y vivos ejemplos a seguir. Nos aferramos a ese vínculo de amor para evitar
sentirnos desamparados. Sin embargo, hay algo a lo que apreciamos más he
incluso llegamos a temer; dejar de ser amados, perder ese vínculo que nos
mantiene vivos y nos da un motivo para luchar.

Los hijos, la pareja, los nietos, son seres a los que amamos y por los cuales
somos amados. Perderlos es seguir amando sin ser amados, sin recibir cariño
alguno ni el calor del hogar con el cual solemos estar estrechamente relacionados
gracias a la propia niñez. Un deterioro personal puede suceder con el fallecimiento
de ese vínculo, debido a eso, surge la inquietud más grande que tiene el hombre:
la muerte. Este cruel enemigo, dictador, frío y a menudo inesperado suceso nos
acaece a todos. ¿Pero qué es la muerte? Muchos filósofos de la antigüedad han
planteado sus hipótesis como por ejemplo, los diferentes “infiernos” que son
representados por los estados que pasa una persona en esta etapa según lo que
ha vivido. La codicia, la ira, la lujuria son unos de los “infiernos” planteados por
Gregorio I, el Magno en el siglo VI y después por Dante Alighieri en la Divina
Comedia (c.1308-1321).

La reencarnación, resurrección, la inmortalidad del alma son doctrinas


adoptadas por muchos, rechazadas por algunos. El hombre siempre ha buscado
la respuesta a estas interrogantes y lo ha hecho por casi todos los medios sin éxito
alguno. Buscan pruebas físicas o quizás espirituales pero lo cierto es que nadie lo
sabe hasta que pasa por eso. Sin embargo hay un método divino de investigarlo,
La Biblia.

S-ar putea să vă placă și