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INTRODUCCION

En arquitectura hablar de territorios nos hace pensar en factores que influyen


su construcción directamente e inciden en su morfología y funcionalidad; es
hablar de El territorio como el lugar de arquitectura, es tener en cuenta la
huella del tiempo y sus necesidades en cada periodo, es hablar de espacios
habitables y porque lo eran, lo son y si lo podrán seguir siendo.

Y aunque la arqueología ha dicho que desde hace algo más de once mil años
aparecieron los primeros vestigios de asentamientos en la costa atlántica
colombiana también se entiende que la arquitectura propiamente dicha tarda
varios siglos en aparecer, teniendo en cuenta que las edificaciones que
indican sedentarismo son asociadas a esta línea de tiempo.

Entonces es necesario una reseña teórica, histórico cultural y física de los


aspectos que influyen en la consolidación de la arquitectura en el territorio
denominado REGION CARIBE COLOMBIANA, para poder entender su
origen y desarrollo a través del tiempo y para ello, tendremos en cuenta
algunas de las variables más importantes que han influido durante este
proceso.
Veremos el su función y materiales que se conjugan hábilmente con el
paisaje que ocupan y como incide cada la época en el cálido mensaje de su
forma.
I.ASPECTOS TEORICOS GENERALES
En la compilación de Luis E Sánchez Bonett; BARRANQUILLA:
LECUTURAS URBANAS se hace una referencia importante entre
urbanismo y ciudad para poder entender la relevancia del concepto teórico en
el desarrollo del asentamiento urbano. Dice el autor q desde los romanos que
con el vocablo civitas definieron como la relación necesaria entre las
personas para poder intercambiar actividades conformaba la parte viva de del
asentamiento y que urbs era la materialidad del cerco físico, hasta las
conocidas necesidades del mundo moderno, el concepto se va transformando
y consolidando como urbe. Y de ahí que el concepto urbano de Le
courbussier donde describe la ciudad como un organismo vivo es pate de la
metamorfosis conceptual de lo habitable.
Existe una relación cerrada entre habitante, actividad, cultura y geografía. Y
como resultado de esta relación la arquitectura de los territorios toma una
carácter predominante y característico.
En el caribe esta relación se da y gran manera por las variables que ha
ofrecido históricamente este fenómeno.
Las características más importantes que intervienen y afectan el concepto
arquitectónico en este territorio.
Para entender la arquitectura caribe es necesario conocer el concepto de la
variable tiempo y la huella histórica de cada época. Y como la geografía, la
cultura, la economía afectan al habitante que al final es el creador de su
entorno.

I.I GENERALIDAES GEOGRAFICAS Y MAPA POLITICO


La región Caribe es el área más septentrional de Colombia y de Suramérica.
Debe su nombre a que limita con el Mar Caribe, en donde debido a la
localización del Caribe Insular colombiano, posee una superficie marítima de
aproximadamente 589.360 Km2 . La mayor extensión del país en el Mar
Caribe representa un gran potencial en términos de los recursos de explotación
petrolera y de reservas pesqueras. El Caribe Continental limita al norte con
Jamaica, Haití, República Dominicana, Nicaragua y Costa Rica; al oriente con
Venezuela y al occidente con Panamá en la zona de Cabo Tiburón. La
longitud de su línea costera es de 1.600 km que en vastas zonas es
aprovechada en diversas actividades relacionadas con la explotación pesquera,
las zonas portuarias y el turismo. Si se adiciona el territorio marítimo a la
extensión que ocupa el Caribe en su parte continental, 132.244 Km2.
La región Caribe está conformada administrativamente por los departamentos
de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre. Y en
su parte insular por San Andrés y Providencia.

Físicamente, el Caribe Continental colombiano está formado por una llanura


que cuenta con un relieve que va de ondulado a plano, muy cerca al nivel del
mar. Solo sobresalen la Sierra Nevada de Santa Marta, con alturas hasta los
5.775 m, y las serranías de Perijá y de los Motilones, en los departamentos de
Cesar y Guajira, en un territorio que en general no supera los 500 m de altitud.
En términos de la zonificación climática el Caribe Continental se clasifica en
promedio como cálido y seco. En esta región del país es donde se presentan
los mayores índices de radiación solar y de horas promedio de brillo solar del
país, por lo que no es de extrañar que las altas temperaturas sean pues una
constante por casi todo el territorio.
I.II PAISAJE

El caribe colombiano cuenta con una belleza en su paisaje que la hace


merecedora de grandes elogios en cualquiera de sus ángulos.

SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA

Tierra de contrastes, el solo mar caribe desafiado por la sierra nevada sería
suficiente, pero hay que mencionar la Riviera del Magdalena, la Ciénega
grande de Santa Marta, los desiertos de la Guaira y la exuberancia de San
Andrés y Providencia.

MINCA PLAYA CRISTAL


RIO MAGDALENA MOMPOX BOLIVAR.

CIENEGA GRANDE DE SANTA MARTA


EL CABO DE LA VELA, LA GUAGIRA.

II PERIODOS
La construcción histórica de la arquitectura colombiana se ha dividido
convencionalmente en cuatro grandes períodos, separados entre sí por hechos
de especial significación. Se denomina “prehispánico” al período anterior al
inicio del siglo xvi, cuyo fin hipotético se marca por el arribo de los
conquistadores europeos y por su posterior ocupación del territorio. El
período denominado “colonial” comprende los tres siglos de dominación
española y finaliza en 1819 con el triunfo patriota y la constitución de la
República de Colombia. En ese año se inicia el período conocido en
arquitectura con el nombre de “republicano”, el cual concluye, también
hipotéticamente, alrededor de 1930 cuando se inicia un último período, el
“moderno”, que se prolonga hasta el presente. Estas delimitaciones son más
de orden operativo que exacto. Lo que viene de un período se funde en el
siguiente en unos umbrales de transición y muchas veces no desaparece pues
pervive en las tradiciones de las culturas populares.
II.I HERENCIA E INICIOS
En su texto El Mar Caribe y su arquitectura vernácula el Arq. Daniel M.
Taboada hace la reflexión necesaria sobre la herencia e influencia en la
arquitectura caribe necesariamente se debe partir de este concepto para darle
un buen inicio al estudio de ella.

Cuando se acude al diccionario para conocer el significado de vernáculo,


encontramos que es un adjetivo similar a doméstico, nativo, propio de
nuestra casa o país. En el caso de la arquitectura, el vocablo adquiere mayor
trascendencia, por cuanto significa, además, que casi siempre utiliza
materiales de construcción fáciles de encontrar en la región o en el lugar de
asentamiento; que su ejecución va acompañada de una larga experiencia en
su creación, mantenimiento y renovación; que cuenta con una buena mano de
obra trasmitida de generación en generación; que es una arquitectura sin
arquitecto; y por último, y en El Caribe la característica común, que es capaz
de atravesar largas distancias por tierra o por mar.

La arquitectura vernácula en el mar Caribe tiene todas las características


expuestas y, en consonancia, múltiples expresiones formales, de acuerdo con
la metrópoli colonizadora y la procedencia de sus habitantes, insertados en
un nuevo y particular ecosistema insular. La arquitectura vernácula está
íntimamente imbricada al factor humano, al ser que la ocupa con su familia,
de manera que llega a formar parte y modelar su idiosincrasia, la manera de
ser de un pueblo y, de algún modo, su propia identidad nacional.

Todas las influencias culturales a partir del siglo XVI llegaron al Caribe
desde la península ibérica, desde Norteamérica, desde otras potencias
europeas y también de otros pueblos de continentes más alejados. Esa
variedad, donde la cultura indígena dejó poco o nada, constituye hoy su
mayor riqueza. Y se constata en la diversidad de idiomas, de gastronomía, de
música, de manera de vivir y, por supuesto, de construir. El Caribe es uno y
múltiple; hay islas grandes, medianas y pequeñas, y territorios continentales,
que debieran integrarse usando las nuevas tecnologías de la información, ya
que las distancias geográficas son cortas, pero las reales para la
comunicación son enormes.
El mar Caribe es un crisol de culturas, religiones, conquistas y
emancipaciones: pero sobre todo es un espacio de convivencia y mestizaje
que, a pesar de la variedad geográfica, conserva señales de identidad
compartida. A través de los siglos de historia de contactos eventuales, el mar
siempre se vio con recelo, como propiciador de incursiones peligrosas, nunca
como una fuente productiva. Mayoritariamente nuestra producción fue
agrícola y ganadera, una cultura de plantación, marcada por la esclavitud de
negros de África.

Muy recientemente, el mar se ha convertido en un estupendo recurso


económico, no tanto por la pesca, sino como principal atractivo de la región
para el turismo, de un enorme potencial de desarrollo cuando es bien
manejado. Y ha quedado demostrado día a día, que en un mundo globalizado
se busca lo singular de cada cultura y ahí entra de lleno la importancia de
conocer y conservar la arquitectura vernácula, siempre símbolo de identidad.
La arquitectura vernácula, popular o tradicional, que de varias maneras se
conoce, es una de las más completas y contundentes muestras de la gran
riqueza cultural de la cuenca del Caribe y eficiente reclamo para difundir el
turismo cultural.

Cuando en 1492 los españoles llegaron a Cuba se encontraron las ligeras


construcciones aborígenes con techo de guano. Y, aunque resultara exótico
para aquellos marinos, las primeras construcciones emergentes que se
levantaron en los nuevos parajes –hasta entonces desconocidos para los
europeos– fueron hechas a semejanza de las aborígenes. Dentro del
enfrentamiento singular de culturas, hay que señalar una sutil ambivalencia
en la europea. Los españoles llegaron como abanderados de una cultura
occidental-latina, que acababa de vencer y expulsar de la península otra
cultura oriental-árabe, que ancestralmente tenían formas diametralmente
opuestas de vivir. La occidental-latina vencedora vivía de pie y la oriental-
árabe vencida vivía sentada en el piso. La primera necesita del mueble y la
segunda utiliza el suelo. Con la adopción del bohío de los aborígenes y los
muebles rudimentarios, se produce el bohío postcolombino, el primer
mestizo constructivo de la América. En Cuba, hasta la época contemporánea,
el bohío es característico de las regiones de población dispersa en fincas,
potreros, estancias o haciendas y vegas de tabaco.

El bohío cubano ha permanecido, pero muestra un franco declive cuantitativo


producido por el propio desarrollo. Se puede decir que es un exponente
arquitectónico en peligro de extinción. Otra expresión arquitectónica
emparentada, pero con el mismo peligro, es la casa de madera, representativa
de la construcción urbana del siglo XIX y de las tres primeras décadas del
pasado siglo XX.

En muchas naciones de la cuenca del Caribe, la casa de madera es de


estructura, paredes y tabiques del mismo material: la preciosa madera. La
cubierta puede variar de acuerdo con la región, pero prevalece el techo de
madera cubierto de teja de barro criolla o curva, francesa o plana y en menor
proporción cubierta de metal acanalado o del llamado papel de techo
(asfáltico). Cada día las nuevas tecnologías añaden sucedáneos, que resultan
a veces muy agresivos para esa arquitectura tradicional y frágil por
excelencia, que puede perder sus valores ante cualquier pequeño cambio.

En general, hasta ahora, la casa aislada propia de los asentamientos


vinculados a los centrales azucareros era mejor mantenida. Los bateyes
constituyen, en realidad, agrupaciones urbanas de alto valor patrimonial. En
la casi totalidad de los casos su diseño está inspirado en la modalidad de la
casa norteamericana armable, la tipología del balloon frame. Estas tipologías
evolucionadas localmente se establecieron también en zonas de veraneo,
como las de Cayo Smith en la bahía de Santiago de Cuba, las de Punta Gorda
en la bahía de Cienfuegos o las de la famosa playa de Varadero, en la
provincia de Matanzas. Y llegan a Colombia y se establece esta tipología en
el caribe.
Las técnicas constructivas aplicadas en las viviendas de la costa Caribe
colombiana han evolucionado de acuerdo con las necesidades espaciales, las
posibilidades de los materiales, los gustos estéticos imperantes y los recursos
económicos que han tenido las poblaciones de la región en sus diferentes
épocas. En este artículo queremos hacer una revisión de los usos más
populares de la vivienda y la utilización de materiales, técnicas y estilos
adoptados por estas poblaciones. Aquí lo tradicional se entiende como
modelos, materiales y técnicas que se popularizaron dentro de la comunidad
y que por su practicidad y fácil acceso permitieron el mayor uso por parte de
la población.

II.II PERIODO PREHISPANICO


La herencia prehispánica y la casa de palma y bahareque

Las poblaciones indígenas que habitaban las costas del Caribe colombiano
utilizaban los materiales que el medio les proveía para realizar sus viviendas;
piedras, tierra, árboles y palmas eran los más utilizados. Al igual que en el
resto de las comunidades americanas prehispánicas, fue común la utilización
del bohío como un espacio único para la vivienda, estos se agrupaban
formando caseríos que en algunas ocasiones estaban rodeados por
empalizadas de madera, este fue el caso de la población de Calamarí, en la
actual Cartagena, según relatan las crónicas sobre este poblado a la llegada
de Pedro de Heredia en 1533.
La arquitectura de palma es herencia cultural de grupos indígenas como los
caribes, zenúes, o taironas. Fue común la construcción de bohíos cónicos
delimitados con paredes de caña o madera y cubierta de palma, también se
construyeron bohíos cónicos en los que la cubierta de palma llegaba hasta el
suelo. Otro tipo fue la construcción de bohíos elevados sobre tierra o piedra,
delimitados por paredes de madera y con cubierta en palma. Hoy se
conservan en el territorio caribe importantes ejemplos heredados de esta
tradición, entre los que se destacan las aldeas de la Sierra Nevada de Santa
Marta, las rancherías de la Guajira o los cabildos de Sucre y Córdoba.

La casa tradicional de palma y bahareque que se encuentra actualmente en la


región está compuesta por: a) un núcleo principal rectangular, dividido por
paredes en tres bloques, el central, de acceso, que funciona como sala, y los
dos laterales donde se encuentran las habitaciones (dependiendo del ancho de
la casa pueden haber cuatro habitaciones en los laterales); algunas veces hay
otro espacio anexo a uno de los laterales para guardar instrumentos de
labranza o los aperos; b) El bohío del comedor: es un espacio múltiple
abierto, soportado por horcones de madera y cubierto también de palma, está
anexo al núcleo principal y se conecta con la cocina; sirve para realizar
diversas actividades cotidianas del hogar; c) La cocina: es un bohío
independiente, cerrado en madera y caña, con el fogón al centro. El baño
puede ser también un bloque independiente donde se ubica la letrina y una a
zona húmeda con alberca para la ducha.

En la fachada de este tipo de vivienda solo se aprecian las puertas de acceso


en madera y generalmente de hojas con tableros para las habitaciones y las
ventanas con rejas. Lo que más domina el aspecto de la vivienda es la
cubierta en palma amarga, armada sobre una estructura de pares y una hilera
o caballete amarrados y que sirven de soporte para la palma.

En esta construcción se utilizan horcones de madera a manera de columnas


en las esquinas y las paredes están constituidas por una estructura de madera
recubierta por esterilla de caña sobre la cual se coloca una capa de barro
amasada con estiércol de vaca que se hacía con los pies. El piso
tradicionalmente era en tierra apisonada y frecuentemente era suavizado y
decorado mediante movimientos envolventes con agua y escobas de barbasco
para hacer parches como se le denomina a este acabado en algunas partes del
caribe colombiano; este tipo de piso fue reemplazado por plantillas de
cemento pulido o por baldosas hidráulicas decorativas.

II.III PERIODO COLONIAL


La casa colonial baja y las accesorias

La casa colonial tuvo en Cartagena, Santa Marta o Mompox un amplio


desarrollo, su evolución espacial y refinamiento fue acorde con las
necesidades o usos que surgían en el transcurrir de los años de la colonia y
en la medida que aumentaba la riqueza de sus propietarios. Los rasgos de la
arquitectura colonial se remontan a siglos de historia y en ella confluye la
superposición de diversas culturas presentes en la península ibérica.

Las casas bajas coloniales en Cartagena están compuestas espacialmente por


un núcleo básico, una o dos crujías laterales y una posterior en torno a un
patio central que le dan esa típica apariencia de claustro (en forma de C, L, O
o U). El núcleo básico presenta dos crujías, una hacia la calle donde se
ubican un salón y el zaguán y la otra hacia el patio con vestíbulo y, algunas
veces, una habitación. Las crujías laterales estaban destinadas para las
habitaciones y la posterior para espacios de servicio.

Otro tipo de vivienda de carácter popular durante este periodo son las
llamadas accesorias, que se utilizaban, por ejemplo, en Cartagena, y que
consistían en una agrupación de viviendas con un espacio social y uno
privado, estas viviendas compartían la misma cubierta y el mismo patio.
Ambos tipos de vivienda, tanto la casa baja como la accesoria, se
multiplicaron en la ciudad pues cumplían con las necesidades básicas. En
Mompox también encontramos pequeñas casas bajas con patio y de tipo
tienda –que eran para familias con menos recursos económicos– construidas
de acuerdo con las técnicas locales.

Son muy variados las técnicas y materiales utilizados para la construcción de


las casas coloniales en Cartagena, los cimientos eran de tipo ciclópeo, los
muros eran construidos con piedra o ladrillo, las cubiertas de madera y con
teja de barro. Las fachadas de las casas bajas cartageneras se destacan por la
sobriedad donde dominan las ventanas de panza, copa o repisa o caja, con
rejas de balaustres de madera y portadas en piedra o en mampostería. En
cambio las fachadas momposinas son más elaboradas pues tienen rejas
forjadas coronadas, portadas de mampostería y múltiples detalles en las
cornisas.
II.IV PERIODO REPUBLICANO
La casa en madera con tejas de cemento y la de
mampostería con cubierta de zinc del período republicano

Se la denominado arquitectura republicana en Colombia a la producción


edilicia comprendida entre los años 1860 y 1930 y que básicamente tiene que
ver con la implementación del gusto neoclásico en nuestro país. En la costa
Caribe las elites utilizaron modelos eclécticos importados por los arquitectos
extranjeros, mientras que la arquitectura popular fusionó los modelos
heredados de la tradición prehispánica, los coloniales y las influencias
antillanas de arquitectura en madera.

Estas casas responden espacialmente a un núcleo básico de doble crujía y


dividido en tres bloques, en el sector central se ubican la sala y el comedor y
en los sectores de los lados se encuentran las habitaciones. A partir de este
esquema se pueden desarrollar diversas tipologías que, como en la casa
colonial, se organizan en torno a un patio central. Este modelo fue igual para
las de mampostería, madera o bahareque y se reprodujo tanto en la zona
urbana como en la rural. El crecimiento se daba hacia las crujías laterales y
no es de extrañar que las edificaciones se combinaran con bohíos de palma
para espacios de descanso o la cocina. Los baños se encuentran en los patios
donde el aljibe es un elemento característico de estas viviendas pues el agua
es recogida de los techos mediante canales de zinc.

Las casas de madera tuvieron un gran desarrollo, y su uso se popularizó en


toda la costa Caribe colombiana. Algunas de ellas tienen en su fachada pies
derechos o portales con columnas salomónicas o mixtas. Las puertas y
ventanas son de tablero con celosías. Las cubiertas son en diversos modelos
de teja de gancho o romboidales, colocadas sobre listones y pares de madera
que aligeran el peso de la misma. Luego se popularizó la cubierta de zinc y
en ambos materiales se promueve el uso del alero a diferencia del modelo
colonial. Un caso interesante son los ejemplos de Colosó en Sucre.

Un elemento significativo de esta arquitectura es el calado o las celosías con


motivos ornamentales que permiten una mejor ventilación de la casa, estos se
ubican en puertas, ventanas o al finalizar las paredes, en algunos casos se
utilizan listones de madera en diagonal para permitir ventilación. También es
frecuente el uso de mansardas y techos altos para airear las cubiertas.

Las paredes son hechas en estructura de parales y enchapes de madera


ensamblados a media madera o sobre puesta. Al interior hay elementos de
división decorativos entre salas y comedores.

II.V PERIODO MODERNO


La vivienda de transición al periodo moderno
El periodo previo a la arquitectura moderna entre los años 1930 y 1945 se la
denominado como de transición, tiene unos rasgos muy característicos pues
involucra materiales contemporáneos con una estética particular llena de
ornamentos y referencias locales. En el caso de Cartagena estas tienen que
ver con el repertorio colonial.
Estas casas se popularizaron en Cartagena en barrios como El Cabrero,
Manga, Torices o El Bosque. Los solares son más pequeños en comparación
con las grandes casonas de la república. Sus componentes espaciales están
basados en las casas del republicano popular e integran el baño y la cocina a
la vivienda, pero el desarrollo es similar en crujías de habitaciones y espacios
comunes. Lo que es interesante en este proceso es que estas viviendas
retoman diversos elementos coloniales y republicanos que los maestros de
obra reprodujeron por toda la ciudad tales como molduras, calados, columnas
salomónicas, ventanas o blasones.
La vivienda republicana en el caribe colombiano

La arquitectura de la casa republicana en la región del Caribe colombiano es


bastante diferente de la del interior del país. Se la califica de “antillana”, o de
“caribe”, para dar a entender que pertenece a un ámbito cultural distinto de
aquel propio de la zona andina y del resto del territorio. Algunos de sus
rasgos característicos derivan de sus antecedentes culturales, en particular de
la fuerte herencia colonial cartagenera. Otros provienen de las múltiples
herencias entremezcladas en el rico espacio cultural del Caribe.
Esa amalgama de fuentes culturales dio origen a varias tipologías domésticas
y a múltiples formas ornamentales. Al igual que en otras regiones, las casas
republicanas construidas en los antiguos centros de ciudad son variaciones de
la tipología colonial de casa de zaguán y patio. Las nuevas tipologías se
generaron en los barrios periféricos a esos centros. Una de ellas, la más
frecuente, es la casa de un piso, de planta simétrica, en la cual el espacio
central está ocupado por el área social con habitaciones a lado y lado. Esta
tipología no se asocia con un estilo particular, se presta para diferentes
expresiones estilísticas. Una de ellas es la casa neoclásica con su elaborado
trabajo de columnas y pórticos. Otra es la casa de madera, de clara estirpe
antillana, con el fino trabajo de celosías en puertas, canceles y ventanas. Y
otra más es la casa estilísticamente ecléctica que llegó a la Costa Atlántica
colombiana a través de Cuba y que aportó, entre otras cosas, el colorido
toque del neomudéjar.

En las casas cartageneras construidas en el barrio de Manga entre 1900 y


1920 se encuentran algunas de las expresiones más refinadas del
eclecticismo arquitectónico caribeño de comienzos del siglo XX.
ARQUITECTURA DE LA COSTA CARIBE COLOMBIANA

JORGE TORREGROSA
JAIRO CASTRO

ELECTIVA DE HISTORIA
GRUPO 2
DOCENTE: DRA MIRTA BUELVAS

UNIVERSIDAD DEL ATLANTICO


BARRANQUILLA, COLOMBIA
MAYO DE 2019
CONNCLUSIONES

La arquitectura resulta de un proceso de integración de varios aspectos que la


preceden. La arquitectura que representa los territorios entonces obedecerá a
los aspectos que son relevantes para ellos como la geografía, el clima, la
economía, y las necesidades particulares y colectivas de sus habitantes. La
región Caribe colombiana no es ajena a este concepto pues sus influencias de
paisaje se van conjugando perfectamente con las variables que ofrece la línea
de tiempo dejándonos maravillados una arquitectura cálida y muy rica en
elementos ornamentales colores y materiales.
Al dar un vistazo a las piezas más representativas de cada época nos damos
cuenta de todo el proceso de transmisión de conceptos y tendencias que le
hicieron eco transformado cada pieza en única e invaluable.

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