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2008 |autonòmics
nº 51

Estatut
derecho foral
y autogobierno
revista valenciana
d’estudis autonòmics
2008 | nº 51
Redacción y administración:
Dirección General de Coordinación del Desarrollo Estatutario y Promoción del Autogobierno.
Conselleria de Governació. C/ Historiador Chabas, 2. 46003 Valencia.
Tl. 96 398 66 51. Fax 96 398 6810.
E-mail: rvea@gva.es

Distribución y suscripción:
Librería de la Generalitat (LliG)
Pl. Manises, 3. 46003 Valencia
Tl. 96 386 61 70. Fax 96 386 34 78

Producción:
La Gráfica ISG

ISSN: 0213-2206
Depósito legal: V-4237-2008
Presentación

Una nueva revista para una nueva


Comunitat Valenciana
El pueblo valenciano se ha caracterizado, desde sus orígenes, por ser
un pueblo emprendedor, orgulloso de su pasado y con la voluntad
firme y decidida de afrontar su futuro con las dosis de esfuerzo y
tesón necesarias para lograr los retos que marcarían su destino. Ese
carácter dinámico ha permitido que los valencianos y las valencianas
hayan superado, a lo largo de su ya dilatada historia en común, nu-
merosos obstáculos de toda índole, sin complejos y siendo conscien-
tes de no ser más que nadie pero tampoco menos que nadie.
La capacidad para convivir más allá de las diferencias ideológicas,
sociales o culturales que pudieran existir entre nosotros, nos ha per-
mitido, precisamente, alcanzar cotas de autogobierno y de desarrollo
que, hoy en día, permiten poder afirmar que la Comunitat Valenciana
se sitúa entre las más importantes regiones europeas y que cuenta
con un conjunto de instituciones capaces de velar por el bienestar
y la prosperidad de sus ciudadanos. A este respecto, la reforma del
Molt Honorable Sr. D.
Estatut d’Autonomia de la Comunitat Valenciana llevada a cabo en el
Francisco Camps Ortiz
PRESIDENT DE LA GENERALITAT año 2006, con el consenso de las dos fuerzas políticas mayoritarias
en Les Corts y en las Cortes Generales, ha sido un ejemplo vivo de lo
que acabo de indicar y un proceso envidiado por muchos desde otros
territorios de España.
Tras haber efectuado su reforma, el Estatut se ha convertido, no ya
en la norma institucional básica de nuestra autonomía que siempre
fue, sino en la norma identitaria sentida como tal por los valencia-
nos, un texto cuyo pleno desarrollo debe ser y es objetivo esencial
de la actuación del Consell, para que alcance toda su plenitud y sea
vivido como propio por todos los ciudadanos de Alicante, Castellón y
Valencia. De la iniciativa política que sea capaz de llevar adelante el
Consell depende, en buena medida, que el Estatut sea puesto en prác-
tica como merece una norma en la que tantos esfuerzos y esperanzas
pusieran quienes participaron en su elaboración y confiaron en lo
que suponía su entrada en vigor para nuestro pueblo. Por ello, desde
la Presidencia de la Generalitat se impulsará la adopción de cuantas
decisiones, actuaciones y medidas sean precisas para no frustrar esos
esfuerzos y no defraudar esas expectativas.
Pero la plena puesta en valor de nuestro Estatut debe ser un cometido
en el que se impliquen también todos los sectores sociales, económi-
cos, profesionales y culturales, pues desde todos estos ámbitos pue-
den realizarse aportaciones indudables que contribuyan a consolidar,
promocionar y potenciar nuestro autogobierno hasta llevarlo a las
cotas que todos los valencianos y valencianas anhelan. Con ese fin,
resulta primordial crear foros de debate, fomentar el intercambio de
opiniones y abrir nuevos espacios que sirvan de cauce de expresión
para quienes, desde sus respectivos ámbitos de conocimiento, pueden
propiciar el estudio multidisciplinar de nuestra identidad y de nues-
tras instituciones.
Por este motivo, me complazco en presentar la nueva época de la
Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics, una publicación que, con
el bagaje de haber acogido desde hace años las contribuciones de
expertos pertenecientes a los más variados campos del saber, inicia
ahora una nueva época, con un nuevo diseño, con nuevos contenidos,
con la intención de crecer en dinamismo, en rigor y en la incorpora-
ción de las nuevas tecnologías, el tratamiento de temas innovadores
y, por encima de todo, en la apertura de un medio de expresión para
los más variados temas que puedan ser objeto de estudio e investiga-
ción. Y todo ello siempre desde una perspectiva valenciana, desde la
Comunitat hacia el mundo.
Es seguro que la nueva Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
conseguirá situarse a la cabeza del conjunto de publicaciones simi-
lares que se editan en otras Comunidades Autónomas y, en un plazo
más breve del que incluso pueda ahora aventurarse, se habrá conver-
tido en un referente para aquellos especialistas que decidan profun-
dizar en el conocimiento de cualquiera de las vertientes del modelo
de descentralización política nacido a partir de la Constitución Espa-
ñola de 1978.
Me congratulo, por ello, en presentarles una publicación que, en su
nueva época, afrontará con éxito el reto ilusionante de estar a la al-
tura que merece la nueva Comunitat Valenciana que todos compar-
timos, con el orgullo de pertenecer a ella y forjarla día a día desde
nuestras respectivas responsabilidades.
Estatut, Derecho foral y autogobierno
Constituye un verdadero honor para mí el tener la oportunidad de
dirigirme a todos los lectores de este nuevo número de la Revista Va-
lenciana d´Estudis Autonòmics, una publicación que, si bien ya cuenta
con una dilatada trayectoria, en esta nueva etapa está llamada a se-
guir creciendo y recogiendo en sus páginas las mejores aportaciones
y reflexiones, especialmente sobre aquellos temas relacionados con el
autogobierno de los valencianos.
Quiero aprovechar esta oportunidad para reflexionar sobre algunas
cuestiones que, en mi opinión, son vitales para los valencianos: el au-
togobierno y la autoestima.
Con la reforma del Estatuto de Autonomía en el año 2006, profundiza-
mos en nuestro autogobierno, apostamos por la estabilidad institucio-
nal, la solidaridad interterritorial, la defensa del valencianismo político
y el compromiso social. Aprobamos un estatuto hecho por y para
Honorable Sr. D. los valencianos, pensando en nuestras necesidades y en nuestro fu-
Serafín Castellano Gómez turo, ampliando nuestras competencias, pero siempre respetando las
CONSELLER DE GOVERNACIÓ reglas del juego: la Constitución y el consenso. En definitiva, un nuevo
estatuto ambicioso pero no rupturista, una reforma que demuestra
que es posible avanzar en el autogobierno, en la descentralización y
en la autonomía sin necesidad de vulnerar el marco constitucional.
En mi opinión, el Estatuto de Autonomía de 2006 supuso un punto
de inflexión para los valencianos, una nueva etapa de bienestar y de
progreso para la Comunitat Valenciana y abrió una página de nuestra
historia en la que todos los que vivimos en nuestra tierra nos sentimos
orgullosos de ser y sentirnos valencianos.
Tras esta gran reforma, tenemos un gran reto: desarrollarlo, y como siem-
pre hemos hecho los valencianos, ante los retos vemos oportunidades.
El desarrollo del Estatuto va a implicar la puesta en marcha de nuevas
instituciones, la modificación y elaboración de nuevas leyes y, en de-
finitiva, el cumplimiento de una serie de mandatos estatutarios dirigi-
dos a los poderes públicos con el propósito de conseguir los objetivos
marcados por nuestra norma institucional básica.
Pienso que el desarrollo estatutario ha de entenderse también como
una nueva forma de ejercer nuestro autogobierno. Si la Comunitat
Valenciana está ya situada política y competencialmente al máximo
nivel, la Generalitat ha de velar permanentemente por el respeto a las
reglas del juego establecidas, especialmente la Constitución y nuestro
Estatuto. La Generalitat ha de reclamar lo que en justicia pueda co-
rresponder a los valencianos y a sus instituciones, en el marco de la
solidaridad y de los demás principios que han de regir sus relaciones
con el Estado y con las demás CCAA.
Se trata de un autogobierno reivindicativo con lo que nos corresponde
por derecho. Una reivindicación que es sinónimo de ambición pero no de
chantaje ni de discriminación hacia nadie. Si el artículo 138 es claro al
disponer que “Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comuni-
dades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios econó-
micos o sociales”, el Gobierno valenciano va a actuar en consecuencia.
El desarrollo de nuestro Estatuto permite, por tanto, poner en valor
la idea de que el valencianismo político no sólo hace hincapié en las
señas de identidad de los valencianos sino que constituye, además de
un sentimiento, una forma de entender la política y el ejercicio del
autogobierno de la Comunitat Valenciana.
Y, por supuesto, ha de ser un desarrollo estatutario anclado en las
necesidades y anhelos de los valencianos, que son los protagonistas y,
a la vez, destinatarios de esta labor que no ha hecho sino comenzar.
Una de la virtudes de la reforma de nuestro Estatuto de Autonomía es
que permitió zanjar cualquier debate en torno a la legitimidad de la
Comunitat Valenciana para recuperar, desarrollar y modificar su De-
recho civil propio.
Con ello, recuperamos nuestro orgullo y autoestima como pueblo y
pusimos en práctica lo que yo denomino un valencianismo inteligen-
te, útil y pragmático, porque no hay que olvidar que contar con un
ordenamiento jurídico que responda a las peculiaridades de nuestra
sociedad y que dé respuesta a sus necesidades es un instrumento y
una garantía de progreso.
Ahora, los valencianos tenemos la oportunidad de recuperar lo mejor
de nuestro pasado, en plena armonía con la Constitución y con las
exigencias de la realidad económica y social valenciana.
Para mí, hablar del Derecho foral es hablar de la historia de los valencia-
nos y de una rica tradición jurídica e institucional de la que nos sentimos
legítimamente orgullosos. Cuando nos referimos al Derecho foral, lo es-
tamos haciendo al ordenamiento jurídico más completo y extenso de to-
dos los territorios de la antigua Corona de Aragón, que constituye una de
las señas de identidad que nos distinguen como nacionalidad histórica.
Pero si hoy hablamos sobre Derecho foral es porque se trata también
de una cuestión de futuro y de un reto al que nos enfrentamos los
valencianos.
El Derecho foral, en consecuencia, une el pasado y el presente de los
valencianos, y lo que es más importante: constituye a día de hoy una
apuesta de futuro para desarrollar una normativa civil propia partiendo
de nuestro Derecho histórico y de acuerdo con la Constitución que nos
rige y ampara.
El compromiso del President de la Generalitat, Francisco Camps, en el
desarrollo del Derecho foral es una apuesta muy firme y está susten-
tado en varias razones importantes.
En primer lugar, porque se trata de un mandato estatutario al que hay
que dar cumplimiento. Recordemos que la reciente reforma del Esta-
tuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, aprobada mediante
Ley Orgánica 1/2006 de 10 de abril, ha venido a clarificar el modo de
ejercicio de la competencia que ya teníamos en materia de conserva-
ción, modificación y desarrollo del Derecho foral.
En segundo lugar, porque responde a una total determinación del
Consell y al convencimiento profundo de que el desarrollo del Derecho
Foral supone un beneficio para todos lo valencianos, pues con el mis-
mo nos dotaremos de un marco jurídico más flexible que otorgue más
libertad, oportunidades y bienestar a las personas.
Ya hemos dado un primer paso con la aprobación de la Ley de Régimen
Económico Matrimonial Valenciano, que está en vigor gracias a que el
Tribunal Constitucional acordó en el pasado mes de junio levantar su
suspensión tras el recurso presentado por el Gobierno socialista. Esto
viene a demostrar, una vez más, que los valencianos podemos y de-
bemos recuperar nuestro Derecho foral y todas aquellas instituciones
que sean necesarias para ir afianzando en el tiempo nuestro propio
autogobierno.
Aunque se nos intente desviar de nuestro camino, mediante recursos
o cualquier otra clase de trabas, no vamos a cejar en nuestro empeño
de cumplir fiel y responsablemente la letra y el espíritu de nuestro
Estatuto que no es otro que el de defender a la Comunitat Valenciana
sin complejos y con altura de miras pero con lealtad a la Constitución
Española.
Quiero hacer un llamamiento a todos los valencianos a que, con este
espíritu de consenso reivindicativo y no rupturista, defendamos una
Comunitat Valenciana sin complejos y participemos en el desarrollo
del Derecho foral de la Comunitat del siglo XXI.
Sumario
Estudios
El Estado de las autonomías antes y después de 2006 14
Remedio Sánchez Ferriz

La competencia legislativa civil de la Generalitat 36


Vicente Domínguez Calatayud

El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la


Comunidad Valenciana 70
Javier Guillem Carrau

Territorialización del Derecho foral valenciano 104


Vicente L. Simó Santonja

Orígenes del Derecho foral valenciano 144


Vicent García Edo

Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular 162
Javier Palao Gil

La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial


Valenciano 200
Rosa Moliner Navarro

La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano 228


Carmen Boldó Roda

Las cargas del matrimonio en la LREMV 248


Luis-Miguel Higuera Luján

Jurisprudencia
Análisis jurídico-constitucional del auto del pleno del TC de fecha 12 de junio de 2008 (número
156/08) que acordó el levantamiento de la suspensión de la Ley de Régimen Económico
Matrimonial Valenciano núm. 10/07 de 20 de marzo 282
Luis Delgado de Molina Hernández

Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de
octubre de 2008 294
Manuel Moreno Vázquez

Extracto de la Sentencia 311/2006 del Tribunal Constitucional en el recurso de amparo 6148-2005


(por vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en materia de violencia de género) 322
María José Rodríguez Blasco

Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat
Valenciana en relación con los recursos interpuestos por la Administración del Estado contra acuerdos
de las comisiones territoriales de urbanismo de la conselleria competente en esta materia de la
Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del planeamiento condicionadas a la
existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suministro de agua 328
María José Rodríguez Blasco
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Foto anterior:

La Senyera
Frescos en el Palau de la Generalitat de Catalunya.
Mongrell. Barcelona.
Foto: Rubén Moreno.

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El Estado de las
autonomías antes y
después de 2006
Texto de:
Remedio Sánchez Ferriz

Sumario
PLANTEAMIENTO. A propósito de la competencia de la Generalitat Va-
lenciana sobre conservación, desarrollo y modificación del Derecho civil
foral valenciano. Las lagunas constitucionales de la polémica. SOBRE EL
TEXTO ESCRITO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y EL PRIMER PROCESO
AUTONÓMICO. La necesaria perspectiva constitucional ¿El texto o el con-
texto? Un problema brillantemente intuido y anunciado. Proceso incon-
cluso pero con un principio insoslayable: la igualdad. SOBRE EL SEGUN-
DO MOMENTO AUTONÓMICO ¿RUPTURA O CONTINUIDAD? Complejidad
de la reconducción de los problemas jurídico-políticos actuales al Texto
de 1978 pese a la flexibilidad impuesta por la parca regulación de la cons-
titución territorial del Estado. El Estatuto Catalán de 2006 como referente
polémico. La defensa de su constitucionalidad. Reflexiones conclusivas.

Planteamiento:
A propósito de la
competencia de la
Generalitat Valenciana
sobre conservación,
desarrollo y modificación
del Derecho civil foral
valenciano
En la actual polémica doctrinal suscitada en torno a las competencias
de la Generalitat Valenciana en materia de Derecho civil se contrapo-
nen, si no es que yerro en mi percepción, dos posiciones:

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

• a) la de quienes sostienen la constitucionalidad de tales com-


petencias a partir de una interpretación jurídica que parte de
dos pilares: el rigor en la interpretación desde el conocimiento
profundo del Derecho privado y la convicción de una consti-
tucionalidad “neutra”, apolítica y desinteresada más allá del
estricto análisis jurídico, que contrasta con la interpretación
llevada a cabo por el Tribunal Constitucional en Sentencia
121/1992, de 28 de septiembre, sobre arrendamientos histó-
ricos valencianos1.
• b) la de quienes niegan la constitucionalidad de tales com-
petencias por cuanto, aun pudiendo quedar superada la doc-
trina constitucional expuesta en STC ya citada de 1992 por la
redacción del nuevo Estatuto de Autonomía de la Comunitat
Valenciana, considera que es la falta de materia civil “propia”
en el momento presente (el hecho de que no exista con vigen-
cia actual, según la interpretación restrictiva que del art. 149.1,
8ª CE hace el TC) lo que convierte en obsoleta, incoherente e
inoportuna la competencia asumida por el nuevo Estatuto (en
su artículo 49.1, 2ª y en la Disp. Transit. 3ª) cuya calificación y
“auto atribución” sería absolutamente irrelevante por referirse
a competencias derogadas ya 300 años y sin virtualidad alguna
en la realidad social y en el entramado jurídico de la propia
Comunidad Autónoma2.

La cuestión no ha sido El punto de intercesión entre ambas construcciones, hasta donde


valorada desde el Derecho se me alcanza, lo constituye la lectura histórica de los Fueros cuya
posibilidad de revivir, recuperándolos porque constituyeron en su día
Público y, sin embargo,
Derecho propio, constituye para unos la idea fuerza y para otros el
importa para el estudioso sin sentido de una pretensión innecesaria y obsoleta. La cuestión no
constitucionalista porque ha sido valorada desde el Derecho Público y, sin embargo, importa
unos y otros toman para el estudioso constitucionalista porque unos y otros toman la
la Constitución como Constitución como núcleo que daría apoyo a ambas construcciones
contrapuestas sin que, ello no obstante, ofrezcan motivación ni re
núcleo que daría apoyo
a ambas construcciones
contrapuestas sin que,
ello no obstante, ofrezcan
motivación ni reflexión de
orden constitucional más
1. En especial, destaca en esta posición el trabajo desarrollado por V. Domínguez “Posibili-
allá de lo que literalmente dades constitucionales de una plena recuperación de nuestro Derecho Foral Civil”. Valencia,
Corts Valencianes, 2004.
dispone el texto escrito de la
Constitución. 2. En especial V. Montés Penadés “El Derecho foral valenciano (Un estudio sobre la com-
petencia legislativa de la Generalitat en materia de Derecho civil)”, en J. M. Baño León, en
Comentario al Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana. Madrid, Civitas, 2007.
También, en el mismo sentido, Mª Pilar Montes Rodríguez Competencia legislativa de la
Comunidad Autónoma Valenciana en materia de Derecho civil en Revista Jurídica de la
Comunitat Valenciana. Valencia, Tirant, num. 25/2008.

18 2008 | nº 51
El Estado de las autonomías antes y después de 2006

flexión de orden constitucional más allá de lo que literalmente dispo-


ne el texto escrito de la Constitución3.
No llegan a afirmar los primeros que la Constitución haya derogado
los Decretos de Nueva Planta (ni podrían hacerlo) pero sí tratan de
vincular las ideas de igualdad, libertad y pluralismo, que son valores
constitucionales incontestables, a la necesidad de una interpreta-
ción “justa y/o equitativa” de la misma, en cuya virtud resultaría
incongruente e incoherente en términos constitucionales una in-
terpretación de los preceptos constitucionales atinentes al caso (art.
149.1.8ª y D. T. 1ª CE) que, lejos de resolver la injusticia histórica, no
es que la perpetúa (pues en ningún momento se llega a tanto como
a vincular el ordenamiento jurídico constitucional de fines del siglo
XX con la disyuntiva entre el que precedió y siguió a la Guerra de
Sucesión en los primeros años del siglo XVIII) sino que la renovaría;
en realidad, instauraría una injusticia con la sola apoyatura formal
de una derogación histórica, Y, evidentemente, en términos de “jus-
ticia”, ni los 300 años de derogación parecen suficientes cuando se
contraponen a los 500 de vigencia4.
Pero tampoco veo en la segunda posición, opuesta a las competencias
de la Generalitat en la materia comentada, la encendida defensa de
su negativa jurídica. A lo sumo, la perplejidad ante un empeño más
baldío que inoportuno (así parecen creerlo). En ambas posiciones falta,
En ambas posiciones falta, a mi juicio, el enfoque constitucional, o si se
a mi juicio, el enfoque
quiere, estatal que, sin embargo, es esencial en esta cuestión en la medida
en que el Tribunal Constitucional ha de resolver los conflictos atendiendo al constitucional, o si se quiere,
mismo, cualquiera que sea su posicionamiento en cada concreto conflicto. estatal que, sin embargo,
es esencial en esta cuestión
en la medida en que el
Tribunal Constitucional ha
de resolver los conflictos
atendiendo al mismo,
cualquiera que sea su
posicionamiento en cada
3. No es mi propósito ahora entrar en la polémica sino, sencillamente, poner de relieve la
ausencia de consideraciones de orden constitucional en ella que, sin embargo, son del mayor
concreto conflicto.
interés para, desde esta perspectiva más amplia, poder después entrar en la concreta cuestión
de la competencia que tampoco, sin embargo, pese a su naturaleza jurídica, podrá estar exenta
de referencias políticas.
Aparte de esta primera reflexión, debería también con carácter previo a la participa-
ción directa en la polémica, determinarse el objeto concreto de la discusión. Así, para
entrar de lleno en la cuestión habría que clarificar de qué hablamos exactamente al
referirnos a competencias de Derecho civil y a qué concretos derechos (su naturaleza y
contenidos) nos referimos. Y, en este sentido, la propuesta resulta necesaria pues tam-
poco cabe desconocer las connotaciones políticas que derivan (aunque no se expresen
abiertamente), del iter parlamentario de la reforma de nuestro Estatuto en 2006. Es
interesante en este sentido la lectura de F. J. Laporta y A. Sainz Arnaiz “Los derechos
históricos en la Constitución”. Madrid, C.E. P. C. 2006, en especial por la referencia
directa a nuestro caso, pp. 129 y ss.

4. V. Domínguez, op. cit., p. 55-56.

2008 | nº 51 19
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Sobre el texto escrito


de la Constitución
de 1978 y el primer
proceso autonómico
Las lagunas constitucionales en las distintas
corrientes de la polémica
Nada se dice ni para bien ni para mal de nuestros dos siglos de consti-
tucionalismo histórico. Parece lógico que no lo haga quien defiende la
diferencia de ordenamientos en la que sería más fácil insertar la justa
reivindicación valenciana. Pero lo hacen tampoco quienes se oponen a
la posibilidad de pluralismo normativo más allá del estricta (y restric-
tivamente) impuesto por la Constitución en el marco de un consenso
aparentemente generalizado (aunque, en realidad, fuera dirigido a
acallar a las “comunidades históricas”)5. Las consideraciones de Sainz
Arnaiz6 sobre las particularidades de los “territorios históricos”, y su
supervivencia en los siglos XVIII y XIX, así como el carácter público de
la foralidad a que se refiere la D.A.1ª CE, permite cuanto menos delimi-
tar los términos por los que podría discurrir el debate.
Nada se dice tampoco de la concepción estatal que la Constitución
consagra, punto de partida esencial, a mi juicio, cuando de la constitu-
Difícilmente podrá resolverse cionalidad de las medidas legislativas territoriales se trata. Difícilmente
en forma coherente la podrá resolverse en forma coherente la multitud de cuestiones territo-
riales que un Estado descentralizado plantea sin partir del mismo, de
multitud de cuestiones su cabal comprensión, y dentro de tal género, de la concreta y peculiar
territoriales que un Estado especie de Estado compuesto, que se ha dado en llamar Estado de
descentralizado plantea sin las Autonomías7. No en vano Aragón8 nos recuerda que por ser este
partir del mismo, de su cabal Estado de las Autonomías una forma “política” y no sólo “jurídica”, no
comprensión, y dentro de podría entenderse solamente a través del Derecho.

tal género, de la concreta y


peculiar especie de Estado
compuesto, que se ha dado 5. Aunque tan decisiva y contundente raigambre histórica (en el caso del 2º nivel de
“historicidad” –Cataluña, Galicia y Aragón- aquélla no vaya más allá de la Segunda Re-
en llamar Estado de las pública, lo que probablemente nos ofrece un indicio del modelo de Estado que no se
quería sobrepasar, el Estado integral o regional de la Constitución de 1931).
Autonomías.
6. A. Sainz Arnaiz “Hecho diferencial y reconocimiento nacional en el Estatuto de Auto-
nomía”, en VV. AA. Estudios sobre la reforma del Estatuto. Barcelona, Institut d’ Estudis
Autonòmics, 2004, p. 55.

7. La posición de Corcuera y de García Herrera parte justamente de este enfoque.

8. M. Aragón Reyes, “La construcción del Estado Autonómico”, en Reforma de los Estatutos
de Autonomía y Pluralismo Territorial. Revista General de Derecho Constitucional. Madrid,
Iustel, 2006, p. 36. También en “La construcción del Estado autonómico”, en El modelo de
Estado a debate. Valencia, Cuadernos Constitucionales de la Cátedra Fadrique Furió Ceriol,
n.º 54-55, p. 93 y ss.

20 2008 | nº 51
El Estado de las autonomías antes y después de 2006

Nada se dice sobre la esencial (a juicio de todos los que, de un modo u otro,
han entrado en la polémica) Disposición Transitoria 1ª de la Constitución
sobre los territorios a los que directamente se destina. Sin embargo, por
los estudiosos del tema y por la jurisprudencia constitucional9 sí se aduce
la especificidad (y especial significación) de concretos territorios del Estado
a la hora de justificar dicha Disposición Transitoria con la pretensión de
ofrecer una interpretación “auténtica” del precepto que contiene. Se esté, o
no, conforme con ello, los defensores de la litigiosa competencia valenciana
no pueden ignorar tan asentadas teorizaciones, pues, sólo a partir de ellas
(aun cuando se deba admitir que en nada nos afecta dicha D. A.), podremos
indagar otras vías posibles para lograr lo deseado10.
Por último, nada se dice, tampoco, referido a la naturaleza de los de-
rechos históricos, tabú innombrable, pero cuya recuperación permite
la Constitución (la original, tendremos que decir a partir de ahora)
¿se refiere a todos? Naturalmente, no; ha de optarse por una lectura
restrictiva. Pero al tratar de aplicar restrictivamente tan generosa de-
cisión constitucional de permitir su recuperación, debería explicarse
si en la restricción se ha optado por favorecer sólo (por acallarlos) a
los más polémicos, o, en cambio, permitir la recuperación a los que
demuestren mayores cotas de “particularidad o carácter propio” en su
tradición normativa a lo largo de la Historia.
Este segundo criterio de restricción es el que, sin duda alguna, rei-
vindican quienes creen que la Generalitat cuenta con raigambre muy
superior a otras instituciones autonómicas españolas a sabiendas, sin
embargo, de que el criterio que prevalece (en la realidad, pero no en
la claridad de la argumentación donde se velan las razones y se dan
por supuestos los razonamientos) es el primero. Porque nadie ignora Nadie ignora que la
que la Constitución, por más que al fin sea la norma jurídica del Or- Constitución, por más que
denamiento, sigue albergando (al menos así es, indiscutiblemente, en al fin sea la norma jurídica
la hora de su elaboración y de sus posteriores reformas) componentes
del Ordenamiento, sigue
políticos.
Así, pues, se tiene la impresión que la discusión ha centrado el pro- albergando (al menos así
blema en torno a dos polos: En primer lugar, la tácita referencia a dos es, indiscutiblemente, en la
Comunidades Autónomas peculiares, por polémicas, que sin duda es- hora de su elaboración y de
tuvieron en la mente del legislador constituyente a la hora de redac- sus posteriores reformas)
tar la Disposición Transitoria 1ª CE a modo de “freno”, “compensación”
componentes políticos.
o “remuneración” de un consenso deseado y necesario. En segundo
lugar, la posterior interpretación constitucional de la competencia del
artículo 149.1.8 que ha querido salvaguardar una segunda oportu-

9. A. Sainz Arnaiz “Hecho diferencial... , pp. 47 y ss.

10. A. Sainz Arnaiz “Hecho diferencial...”, ya cit. (pp. 53 y ss), al dictaminar sobre la posi-
bilidad de la Generalitat de Cataluña de legislar en la materia ahora debatida, parte de la
necesaria distinción entre el marco normativo de la Disp. Adic. 1ª de la Constitución y el del
art. 149. 1, 8ª. Descartado aquél como de posible aplicación, se introduce en el estudio del
segundo. Comparto el enfoque que el autor resume así con relación al artículo 149. 1, 8ª: “...
ha de insistirse en que su relación con la DA 1 CE es de pura separación material”.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

nidad junto a la “reserva” de la Disposición Transitoria 1ª a los dos


casos más polémicos. A partir de ahí es donde creo que cabría rei-
vindicar la lectura amplia del precepto (del art. 149. 1, 8ª CE) que los
defensores de la competencia de la Generalitat propugnan.
Sería interesante un estudio jurisprudencial cronológico con el que
buscar las claves de los distintos pasos en la construcción doctrinal
que nos ha llevado a la situación presente y que, por lo que se refiere
a la Comunitat Valenciana, se pretende anclar de modo casi exclusi-
vo en la ya mencionada STC 121/1992, sin más teorización constitu-
cional ante la pasividad de quienes pudieran estar más interesados
y el silencio de quienes, por profesión o vocación, se ocupan del De-
Me pregunto, si ante unas recho Público. Me pregunto, quizá ante la ignorancia de que existan
estudios en nuestro ámbito, si existen, que ya hayan dado respuesta
reformas tan en profundidad
a estas cuestiones, si ante unas reformas tan en profundidad11 como
como las que se acaban de las que se acaban de llevar a cabo en nuestro Estado, ha de seguirse
llevar a cabo en nuestro dando por supuesto todo lo que prudentemente se ha silenciado en
Estado, ha de seguirse estos 30 años de régimen constitucional, o, en el momento de tan
dando por supuesto todo lo profunda revisión, no sería más lógico clarificar dudas que sin duda
aportarían luz a nuestro concreto problema:
que prudentemente se ha
¿Se trataba de no decir “no” a quien solicitó el ejercicio de la compe-
silenciado en estos 30 años tencia aun manteniendo la reserva restrictiva de la D. A. 1ª y constituyó
de régimen constitucional. un buen asidero al efecto la existencia de compilación en cada caso
(cosa que no concurre en el caso valenciano)? ¿O, realmente, hubo una
construcción doctrinal que preordenó la interpretación del art. 149.1.8
Sin perjuicio del interés CE dirigiéndola a propiciar una solución, digamos, de segundo grado o
que en sí mismo posee el de “puerta de servicio” por la que salvaguardar a quienes dispusieran
conocimiento del origen de compilación? ¿Fue esta segunda opción espontánea y originaria a
la hora de redactar el texto fundamental (y, en tal caso, ¿la debemos a
extra o meta jurídico civilistas o a constitucionalistas?), o formó parte de la “reformulación
de algunas corrientes política reflejada en los Pactos subsiguientes al 23 F”? Y, en última ins-
doctrinales, en el presente tancia, ¿tan determinante es para un Estado democrático que quiere
caso, ello tiene una especial ser plural la existencia o no de compilación?
razón de ser: Porque la Creo que tras resolver las dudas formuladas estaríamos en condiciones
de identificar el iter doctrinal que nos ha llevado hasta el punto en
construcción doctrinal que estamos para poder determinar, al menos es importante desde la
negacionista, sobre resultar perspectiva constitucional, lo que de normativo hay en las encontra-
discriminadora para la das soluciones al problema y lo que, sin embargo, podría obedecer a
Comunitat Valenciana, no incidencias de orden político. Sin perjuicio del interés que en sí mismo
es sólida, ni rigurosa, ni posee el conocimiento del origen extra o meta jurídico de algunas co-
rrientes doctrinales, en el presente caso, ello tiene una especial razón
coherente. O, al menos, no de ser: Porque la construcción doctrinal negacionista, sobre resultar
lo es si, velando las razones discriminadora para la Comunitat Valenciana, no es sólida, ni rigurosa,
políticas de fondo, pretende
atenerse al rigor jurídico 11. P. Cruz Villalón, “La reforma del Estado de las Autonomías”, en Revista d’ estudis
Autonòmics i federals. Generalitat de Catalunya, n.º. 2, 2006, p. 77: “El momento ac-
de los textos, en el que las tual debe entenderse como de reforma, no de un número mayor o menor de Estatutos
de Autonomía, sino del propio Estado que hemos convenido en llamar Estado de las Au-
grietas son inevitables. tonomías”.

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El Estado de las autonomías antes y después de 2006

ni coherente. O, al menos, no lo es si, velando las razones políticas de


fondo, pretende atenerse al rigor jurídico de los textos, en el que las
grietas son inevitables. Todo ello, amén de que se pueda seguir soste-
niendo la vigencia de todos y cada uno de los textos que, afectando al
problema, se quieren aplicar a la Comunitat Valenciana.

La necesaria perspectiva constitucional


Llegados a este punto debo ya decir que en la presente reflexión no
pretendo sino tratar de entender a qué se están refiriendo quienes con
tanta contundencia niegan la posibilidad de que se ejerzan competen-
cias como las reclamadas por la Generalitat Valenciana. Me bastaría
con saber si se refieren a la Constitución consensuada en 1978, cosa
que parece, y si su estricta aplicación al caso valenciano no es por ven-
tura excepcional en el momento histórico presente en el que las inter-
pretaciones auténticas de la voluntad del constituyente no sólo han
dejado de ser un referente a la hora de resolver problemas territoriales
sino cuando, además, acabamos de vivir unos años de proceso en lo
que Cruz Villalón ha llamado “fiebre alta de las reformas”12 y durante
los cuales el referente, justamente, no ha sido la Constitución escrita, ni
siquiera sus componentes políticos aportados por los pactos que dieron
lugar a la misma, sino, bien al contrario, la superación de todo aquello;
pareciendo que se quisiera hacer tabula rasa de todo lo anterior.
Es también Cruz Villalón quien ha visto con claridad que el momento Cruz Villalón ha visto con
de las últimas reformas ha sido “mucho más un momento de políti-
claridad que el momento de
ca constitucional que no de jurisdicción constitucional”, pues lo que
acabamos de pasar en el año 2006 no entronca con la evolución del
las últimas reformas ha sido
proceso autonómico precedente, sino con el momento constituyen- “mucho más un momento
te de tal suerte que estamos ante un proceso distinto del anterior, de política constitucional
ante un “segundo proceso”: “Formalmente es verdad que se están que no de jurisdicción
siguiendo los procedimientos de reforma de los Estatutos tal como se
constitucional”, pues lo que
encuentran contenidos en sí mismos (...) Materialmente, sin embargo,
(...) se trata de una “reforma total” de los Estatutos, e incluso algo
acabamos de pasar en el
más en algún caso”13. De lo que deduce tan autorizado estudioso lo año 2006 no entronca con
siguiente: “El actual es otro proceso, por que éste, a diferencia del la evolución del proceso
anterior, no estaba constitucionalmente previsto”. De ahí que “...para autonómico precedente,
este otro proceso es inútil buscar previsiones en la Constitución”.
sino con el momento
Y, en consecuencia, para volver a la cuestión valenciana, me pregun-
to: ¿Hemos de atenernos sólo al texto o, también, al contexto? O,
constituyente de tal suerte
dicho de otro modo: la constitucionalidad de la competencia que la que estamos ante un proceso
Generalitat Valenciana pretende ejercer ¿debe ser analizada desde la distinto del anterior, ante un
teoría elaborada por el Tribunal Constitucional en el primer proceso o, “segundo proceso”:
hallándonos ya en un segundo momento autonómico han de aplicar-
“...para este otro proceso es
se las pautas propias del mismo?
inútil buscar previsiones en la
12. P. Cruz Villalón, “La reforma del Estado... cit., p. 78. Constitución”.

13. P. Cruz Villalón, “La reforma..., cit., p. 80.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

¿El texto o el contexto?


Más claramente, lo que me pregunto en esta reflexión es si en la
presente realidad autonómica (que se vive en los diversos territorios
de España) queda algo de la voluntad originaria del Constituyente
(que parece querer imponerse a unos y no a otros)14, o más bien nos
hallamos ante una brutal mutación constitucional (y utilizo el tér-
mino mutación con cierto disgusto por lo que enseguida diré, pero
ante la imposibilidad de poder buscar un término más apropiado, y
por lo políticamente incorrecto que sería apelar al fraude constitu-
cional, curioso y atípico –por la generalización de los participantes
en dicho fraude aunque en grados muy diversos–). Mutación que,
por ser tal, nos obligaría a tener que enfocar la cuestión territorial
desde la “nueva Constitución autonómica” o “construcción territorial
del Estado” obra de la mutación sufrida por el Titulo VIII, y no desde
la que las Constituyentes de 1978 esbozaron15.
La mutación en sí Y ello, de confirmarse mis sospechas, tendría que ser así por una
razón doble: la mutación en sí misma genera nuevas normas de obli-
misma genera nuevas gado cumplimiento; no hablamos de simples costumbres del Dere-
normas de obligado cho privado ni de las convenciones constitucionales, que también
cumplimiento; no hablamos dan paso a mutaciones pero que requieren, como la costumbre, de
de simples costumbres un tiempo que aquí no se ha dado. Hablamos de mutación, rigurosa
del Derecho privado y técnicamente entendida (aunque algunos valores políticos hayan
podido ponerse en entredicho). No en vano, surte los mismos efectos
ni de las convenciones que la reforma constitucional. Y si, como parece, nos encontramos
constitucionales, que también ante un nuevo Estado de las Autonomías16 por obra de decisiones y,
dan paso a mutaciones pero de nuevo, componentes normativos de orden político que han veni-
que requieren, como la do a suponer una transformación del Estado, lo que no parece haber
costumbre, de un tiempo que cambiado son los principios de igualdad y pluralismo (al contrario,
expresamente se invoca ahora la profundización en ellos).
aquí no se ha dado. Hablamos Pues bien, si solamente por la invocación de la mutación no fuera su-
de mutación, rigurosa y ficiente para que una Comunidad, en este caso la Valenciana, invoque
técnicamente entendida. No competencias de su nuevo Estatuto, so pretexto de incompatibilidad con
en vano, surte los mismos el texto constitucional (aún escrito), es indiscutible que por la aplicación
efectos que la reforma
constitucional. 14. Por lo que en la última parte de este trabajo diré tal vez la pregunta debería for-
mularse así: “si... queda algo del modo como hasta ahora y durante 25 años se ha ido
interpretando la voluntad originaria del constituyente...”

15. Apurando la cuestión, habría que hablar también de un nuevo Estado si atendemos a voces
mucho más autorizadas que la que ahora escribe. P. Cruz Villalón (“La reforma..., ya cit.), a la
vista de las recientes reformas de los Estatutos, nos da las pautas constitucionales para poder
hablar del “segundo Estado de las Autonomías” y de la “primera Constitución federal”. Contra
esta interpretación, sin embargo, se pronuncia (en forma casi virulenta) J. A. González Casanova
“Cataluña en la construcción del Estado español”, en El modelo de Estado a debate. Valencia,
Cuadernos Constitucionales de la Cátedra Fadrique Furió Ceriol, n.º.. 54-55, pp. 125 y ss.

16. M. A. Aparicio Pérez “¿Qué reforma constitucional?”, en Revista d’ estudis autonomics


i federals. Generalitat de Catalunya, n.º.2, 2006, p. 112: “...como todo el mundo conocía,
cualquier elemento que pudiera afectar a las Comunidades Autónomas al final afectaría a
la estructura de fondo del Estado”

24 2008 | nº 51
El Estado de las autonomías antes y después de 2006

de los valores superiores del ordenamiento jurídico (en el marco de las


pautas del segundo proceso) sí será imprescindible, cuando no una es-
timación de las pretensiones deducidas, al menos, una motivación de la
negativa bastante más seria y rigurosa que la hasta ahora esgrimida.

Un problema brillantemente intuido y anunciado


He dicho antes que, no sin cierta incomodidad, he utilizado la idea de He dicho antes que, no sin
mutación. Y lo explicaré acudiendo a lo que hace algunos años afirmaba
cierta incomodidad, he
al respecto el profesor Rubio Llorente (hoy, Presidente del Consejo de
Estado). Debo advertir que, aun a riesgo de haber interpretado mal su
utilizado la idea de mutación.
pensamiento, espero que no, para razonar y reflexionar sobre esta idea Y lo explicaré acudiendo a
de la mutación y sobre las restantes consideraciones que en la breve pre- lo que hace algunos años
sentación he hecho, acudiré a dos voces muy autorizadas. No sólo por ser afirmaba al respecto el
dos reconocidos expertos en la materia en su condición de Catedráticos
profesor Rubio Llorente (hoy,
de Derecho Constitucional que (a diferencia de quien ahora escribe) se
han ocupado del estudio del Derecho Autonómico. Fundamentalmente, y
Presidente del Consejo de
de manera muy especial, porque lo han hecho como destacados miem- Estado).
bros del Tribunal Constitucional. Ya han sido los dos mencionados y sobre
sus sugerentes reflexiones (e inquietudes) habré de volver.
Empiezo por aclarar mi personal advertencia sobre el término mutación:
Ya a principios de los años 90, Rubio Llorente escribía “sobre la conve- Ya a principios de los años
niencia de terminar la Constitución antes de acometer su reforma”17. 90, Rubio Llorente escribía
El título no podía ser mas expresivo y la manifestación de su inquietud
“sobre la conveniencia de
tampoco: partía de la distinción entre la “Constitución como norma” y
la “Constitución como ordenación política” y en consecuencia, también terminar la Constitución
diferenciaba las reformas de la Constitución que ”afectan a su conte- antes de acometer su
nido político y aquellas otras cuyos efectos son puramente jurídicos” reforma”. El título no
aclarando que en el caso de estas últimas (cual es el ejemplo de la podía ser mas expresivo
reforma del art. 13.2 CE) nadie puede “sentir inquietud alguna”.
y la manifestación de su
Bien distintas son las reformas “que pretenden alterar la estructura del
cuerpo político” (a ellas se refería el título del autor de referencia) pues, inquietud tampoco.
antes de emprenderse, deben clarificarse las cuestiones no bien definidas
aún; y, como no podía ser menos, entendía que la configuración territo-
rial del Estado supone el ejemplo mas obvio18. Y en este sentido, la Consti-
tución está inconclusa o, mejor, alcanzó solo una conclusión provisional.
En efecto, aun tomando como punto de partida el principio disposi-
tivo, el constituyente quiso establecer diferencias en el comienzo del
régimen autonómico; diferencias que redundaban “inicialmente a fa-
vor de las nacionalidades, pero para respetar las exigencias lógicas de
la igualdad se reguló un procedimiento para abolir, pasado el tiempo,

17. F. Rubio Llorente La forma del poder. Madrid, C.E.C.P. 1993, pp. 165 y ss.

18. Curiosamente, respecto de la prometida reforma constitucional que debió preceder


a las reformas estatutarias, M. A. Aparicio reprocha la opacidad de quienes desde el Go-
bierno la propugnaron y la forma en que lo hicieron. M. A. Aparicio Pérez “¿Qué reforma
constitucional?”, en Revista d’ estudis autonòmics i federals. Generalitat de Catalunya,
n.º. 2, 2006, pp. 101 y ss.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

La diferencia, pues, era aquella diferencia”. La diferencia, pues, era temporal, limitada a un mí-
temporal, limitada a un nimo de cinco años. Pero al expirar el plazo “la prohibición desaparece
y todas las Comunidades Autónomas que se vieron obligadas a limitar
mínimo de cinco años. su autonomía a la oferta contenida en el artículo 148 pueden iniciar
Pero al expirar el plazo “la la reforma de sus Estatutos para asumir todas las competencias que el
prohibición desaparece artículo 149 no reserva en exclusiva al Estado”19.
y todas las Comunidades Así, se mantenía inconcluso un proceso constituyente que, a mayor
Autónomas que se vieron abundamiento, y para mayor complejidad, no fiaba sólo al texto cons-
titucional su cierre posterior (con sus lógicas y eventuales reformas)
obligadas a limitar su sino que, dando voz a las nuevas entidades territoriales, se daba paso
autonomía a la oferta a un “bloque de la constitucionalidad” o “bloque constitucional”, por
contenida en el artículo 148 haber incorporado a los Estatutos de Autonomía a la fuente jurídica
pueden iniciar la reforma de de configuración de la forma del Estado territorial, que podía con el
sus Estatutos para asumir tiempo entretejer (como así ha sucedido) una conformación nueva sin
que el texto escrito se viera transformado. Y ante todo ello, en forma
todas las competencias que premonitoria, escribía Rubio Llorente: “No es frecuente que un proceso
el artículo 149 no reserva en constituyente se mantenga indefinidamente abierto... Por lo demás,
exclusiva al Estado”. pasado cierto tiempo, siempre se podrá decir que se ha producido una
mutación constitucional y todos tan contentos”.
Así, se mantenía inconcluso Me permitiría añadir ahora que “todos tan contentos” siempre y cuan-
do se hubiera observado un alto nivel de consenso como el que asistió
un proceso constituyente
a las grandes reformas de la Transición. No ha sido así y ello es proba-
que, a mayor abundamiento, blemente lo que desfigura la nueva situación para poder calificarla, en
y para mayor complejidad, puridad, de mutación constitucional. No sería la primera que se lleva
no fiaba sólo al texto a cabo por simples leyes20 pero la cuestión es si las mismas son con-
constitucional su cierre testadas o aceptadas, de buen grado o no tan bueno, por las fuerzas
políticas21. Y, sobre todo, si la superposición de situaciones jurídico po-
posterior (con sus lógicas y
líticas nuevas contribuye al cierre y a la conclusión del proceso abierto
eventuales reformas) sino y aporta, o resta, mayor coherencia al sistema. O si, por el contrario, es-
que, dando voz a las nuevas tas últimas medidas no hacen sino seguir prolongando la provisionali-
entidades territoriales, se dad (cuando no añadiendo motivos de agravio y descontento entre los
daba paso a un “bloque de la diversos territorios de España) como para el caso de la utilización, en
desmesura, del artículo 150.2 de la Constitución denunciaba también
constitucionalidad” o “bloque
Rubio Llorente (“recurrir a ellas no significa otra cosa que eludir, una
constitucional”, por haber vez más, la decisión definitiva para prolongar la provisionalidad”22).
incorporado a los Estatutos
de Autonomía a la fuente
19. F. Rubio Llorente La forma del poder, cit., p. 168.
jurídica de configuración
de la forma del Estado 20. G. Jellineck Reforma y Mutación constitucional. Madrid, C. E. P. C. 1991.
territorial.
21. En todo caso, estas consideraciones exceden el marco de mi reflexión y no proceden
ahora; y, lo que es peor, en nada afectarían a la eficacia jurídica de las nuevas normas
jurídicas modificadoras de la estructura estatal que, por ello, como se apuntaba supra
con Rubio Llorente, son inquietantes. Y por ello, la inquietud en nada afecta a la norma
(incluso la fraudulenta) sino a la cohesión social cuyo reequilibrio resulta bastante mas
complejo que el de la vigencia o derogación de las leyes.

22. F. Rubio Llorente La forma, cit. p. 171.

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El Estado de las autonomías antes y después de 2006

Cierto que, de haberse verificado la reforma constitucional con carácter Cierto que, de haberse
previo a la de los Estatutos podríamos haber estado ante un marco más verificado la reforma
claro23. Sin embargo, ello no puede ir más allá de un pasatiempo cuando
se plantea con desconocimiento de las exigencias procesales y materia-
constitucional con carácter
les del caso. Pues, tal como advierte Aparicio24, al comentar el supuesto previo a la de los Estatutos
propósito del Gobierno de completar y culminar el diseño normativo de podríamos haber estado ante
1978: “Pero completar y culminar el diseño normativo constituyente un marco más claro.
exige ser constituyente o, si se quiere, ser poder constituyente consti-
tuido Bastante y terminar el complejo institucional estatal allá donde el
primer poder no consiguió acabarlo. Según la voluntad expresada no se
quiere revisar o invertir el núcleo de las decisiones adoptadas en su día
por el poder constituyente; pero sí se quiere completarlas y culminarlas
aun a sabiendas de que no se cuenta con suficiente apoyo parlamen-
tario; y aun a sabiendas de que no se es suficiente poder constituyen-
te constituido (valga la licencia: que no se es suficiente poder)”. ¿Han ¿Han ocupado, por ello, las
ocupado, por ello, las Comunidades Autónomas el vacío de poder que
Comunidades Autónomas
en los niveles centrales no se ha sabido o querido llenar? ¿Sabían los
proponentes que, junto a requisitos procesales, los hay sustanciales? el vacío de poder que en
los niveles centrales no se
Proceso inconcluso pero con un principio ha sabido o querido llenar?
insoslayable: la igualdad ¿Sabían los proponentes que,
Pues, en última instancia, nada podrá ser definitivo hasta que en la
junto a requisitos procesales,
decisión participen todas las partes interesadas. Esto es lo realmente
importante, y no porque el mencionado bloque de la constituciona- los hay sustanciales?
lidad otorgue un papel importante a los Estatutos. La cuestión no es
de legalidad, ni de fuentes del Derecho, lo es de principios, y de prin- Volviendo al planteamiento
cipios constitucionales o, si se prefiere, de valores superiores del Or- de Rubio Llorente, la
denamiento Jurídico. No de otro modo se puede resolver el problema, Constitución no ha
pues, volviendo al planteamiento de Rubio Llorente, la Constitución establecido diferencias
no ha establecido diferencias con carácter definitivo sino provisional
y para un período tan corto como de cinco años. Porque la Constitu-
con carácter definitivo
ción “no establece dos géneros de Comunidades Autónomas distin- sino provisional y para un
tas; y donde la Ley no distingue, no puede distinguir el intérprete”25. período tan corto como
Y, siendo así, puesto que no existe excepción constitucionalmente de cinco años. Porque
autorizada al principio general (y mandato contundente, parece que la Constitución “no
ahora más que nunca) de la igualdad, las consecuencias son bien pa-
tentes para el caso que nos ocupa:
establece dos géneros de
Comunidades Autónomas
distintas; y donde la Ley
23. Sobre los 4 puntos, famosos a partir del discurso de investidura de 2004, también se
pronuncia M. Martínez Sospedra, “El manto de Penélope. Algunas notas sobre las refor- no distingue, no puede
mas constitucionales, en El modelo de Estado a debate. Valencia, Cuadernos Constitucio-
nales de la Cátedra Fadrique Furió Ceriol, n.º. 54-55, p. 39 y ss.
distinguir el intérprete”.

24. M. A. Aparicio en un trabajo extraordinariamente crítico del intento de reforma cons-


titucional, y en especial, del papel jugado en el mismo por el Consejo de Estado: “¿Qué
reforma Constitucional?”, ya cit., p. 108.

25. F. Rubio Llorente La forma., cit., p. 173.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Sólo la aceptación por las En primer lugar por que, según acabo de decir, es necesaria la par-
ticipación de todas las partes interesadas en una decisión territorial
Comunidades Autónomas
pues “para conciliar, siquiera sea de manera imperfecta, la diferencia
de su diferente situación jurídico-política entre Comunidades con el principio de igualdad,
política y jurídica legitimaría esta autonomía restringida de algunas Comunidades debe resultar
diferenciaciones entre ellas, al menos de su libre iniciativa”. O, dicho de otro modo, sólo la acep-
en tanto que consentidas. tación por las Comunidades Autónomas de su diferente situación
política y jurídica legitimaría diferenciaciones entre ellas, en tanto
No hay precepto que consentidas.
Y en segundo lugar, por más que la Constitución menciona las
constitucional alguno que nacionalidades y las regiones (“aunque sin definirlas”, precisa
establezca una correlación Rubio Llorente), dando por supuesto que son realidades socio-
necesaria y permanente lógicas diferentes, no es menos cierto, “sobre todo, que no hay
entre esa diferencia precepto constitucional alguno que establezca una correlación
sociológica, fáctica y la necesaria y permanente entre esa diferencia sociológica, fáctica
(una diferencia, por lo demás, que no ha sido objeto de teoriza-
diferencia jurídica que ción y cuya vaguedad permite todo género de juegos interesa-
implican los distintos niveles dos) y la diferencia jurídica que implican los distintos niveles de
de autonomía. autonomía”26.

Sobre del segundo


momento autonómico
¿Ruptura o continuidad?
Complejidad de la reconducción de los problemas
jurídico-políticos actuales al Texto de 1978 pese a
la flexibilidad impuesta por la parca regulación de
la constitución territorial del Estado.
El ya referido trabajo de Cruz Villalón, atendiendo al momento refor-
mador de 2006, se mantiene en la línea de las inquietudes que Rubio
Llorente manifestara intuitivamente sobre lo que entonces era sólo un
eventual riesgo de “deriva nacionalista” o “exacerbación” autonomista
que bastantes años después el joven ex-Presidente del Tribunal Cons-
titucional trata de reconducir en términos jurídicos proponiendo la
elaboración de un paradigma federal que sirva de hoja de ruta suscep-
tible de poder racionalizar un proceso que, no por sus (más o menos
exacerbados) logros actuales, deja de seguir en la provisionalidad de
lo que parece seguirá evolucionando. Su propuesta podrá o no com-
partirse, pero está perfectamente razonada en la necesidad de volver

26. F. Rubio Llorente La forma..., cit., p. 172. El modo como finaliza su reflexión el autor me
parece de lo más interesante: El problema no es fácil y para agravarlo está el hecho de que
junto a la aludida diferencia, “solo semánticamente incoada, entre nacionalidades y regio-
nes, la Constitución introduce otro factor de diferenciación específicamente jurídico, el de
los derechos históricos. Tampoco estos derechos se verían afectados por su generalización,
pero ésta exigiría que primero se determinase con exactitud en qué consisten...”.

28 2008 | nº 51
El Estado de las autonomías antes y después de 2006

a encontrar un momento centrípeto; tener presente el paradigma es


saber hacia dónde se camina y, al tiempo, retomar la idea ahora difusa
de unidad; “...un momento federal de estas características otorgaría a
nuestro Estado un momento centrípeto, un momento de unidad, que
hasta el presente ha estado ausente de nuestro actual período consti-
tucional, caracterizado desde sus inicios por la inercia centrífuga propia
del ejercicio del derecho a la autonomía (devolution)”27.
Por lo demás, y aunque sólo en forma secundaria en el desarrollo
del discurso, no ha olvidado tampoco Cruz Villalón el gran principio
a que se refería Rubio Llorente, el principio de igualdad. “¿Cómo No ha olvidado tampoco
justificar la perpetuación de la diferencia?”. La cuestión queda plan- Cruz Villalón el gran
teada con ocasión de razonar la eventual y previsible dimensión asi- principio a que se refería
métrica de la Constitución federal; pero lo importante, a mi juicio,
Rubio Llorente, el principio
es el consentimiento, supra también aludido, de todos los actores:
“Si algo demuestra todo lo que nos está pasando en estos primeros
de igualdad. “¿Cómo
años del siglo es que lo que teóricamente vale perfectamente a unos justificar la perpetuación
no vale para otros. Asumir esto puede llamarse asimetría o se puede de la diferencia?”. La
llamar de otra manera. Lo que importa no es el nombre, sino darnos cuestión queda planteada
por enterados, como necesario paso previo a la respuesta política,
con ocasión de razonar
política constitucional, respuesta que sólo puede ser pactada”28.
Sin embargo, el enfoque no parece muy bien recibido en todos los
la eventual y previsible
ámbitos o, al menos, no es compartido. En el número siguiente de dimensión asimétrica de la
la misma Revista en que así se expresaba Cruz Villalón, se publicó Constitución federal; pero
un comentario-respuesta29 al mismo con evidentes discrepancias lo importante, a mi juicio,
,que tiene el valor añadido, expresado por su autor, de responder a
es el consentimiento, supra
previas discusiones por buen número de constitucionalistas catala-
nes. Discrepan del enfoque pero discrepan, fundamentalmente, de las
también aludido, de todos
referencias a la exacerbación de las últimas reformas y de la falta de los actores.
entronque de las mismas con el texto vigente de la Constitución, que
lleva al autor contestado a buscar el paradigma de la Constitución
federal con el fin de que se cuente con un referente claro y coherente En efecto, para Cruz Villalón
para todos los interesados en el proceso.
el Estatuto Catalán, tras la no
El Estatuto Catalán de 2006 como punto de inflexión aceptación de la propuesta
entre dos momentos autonómicos claramente Ibarretxe, es el referente de
diferenciados una situación jurídico política
En efecto, para Cruz Villalón el Estatuto Catalán, tras la no aceptación que considera nueva. Y
de la propuesta Ibarretxe, es el referente de una situación jurídico po-
llega a decir que, aunque el
lítica que considera nueva. Y llega a decir que, aunque el valenciano se
valenciano se ha adelantado
27. P. Cruz Villalón, “La reforma...”, cit., p. 94. en el tiempo, en la medida
en que utiliza una técnica
28. P. Cruz Villalón, “La reforma...”, cit., p. 95.
jurídica más continuista o
29. E. Roig Molés “La reforma del Estado de las Autonomías; ¿Ruptura o consolidación del
propia del proceso anterior,
modelo constitucional de 1978? Comentario al artículo del profesor Pedro Cruz Villalón deberá adecuarse con
publicado en el número 2 de la Revista d’estudis autonòmics i Federals”, en R.E.A.F, n.º.
3, pp. 149 y ss. posterioridad.
2008 | nº 51 29
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

ha adelantado en el tiempo, en la medida en que utiliza una técnica ju-


rídica más continuista o propia del proceso anterior, deberá adecuarse
con posterioridad: “...La aprobación de estatutos fuertes, por llamarlos
de algún modo, va a mantener constante la presión en el sentido de
equiparación por arriba. En este sentido, y por poner un solo ejemplo,
de seguirse adelante con el actual proyecto de reforma del Estatuto
de la Comunitat Valenciana, la posterior aprobación del Estatuto de
Cataluña llevaría a una reforma del nuevo Estatuto valenciano”30.
Así, Cruz Villalón considera al Estatuto catalán como el paradigma de
la nueva situación del que “impresiona su masa textual, su dimen-
sión”, pero que es la “mejor prueba del escaso número de cosas que
dice la Constitución de 1978”. La enumeración de sus características
(siempre referidas al borrador que luego habría de ser “tamizado” por
las Cortes Generales) lleva a concluir al autor lo siguiente: “En resu-
men, la lectura del nuevo Estatuto deja una sensación inequívoca de
Más allá de si este texto que se está ante una concepción distinta de la autonomía política,
ante otra autonomía política. Más allá de si este texto respeta o no la
respeta o no la Constitución
Constitución de 1978, parece claro que su entrada en vigor con to-
de 1978, parece claro que su das sus potencialidades sitúa a Cataluña por encima de la condición
entrada en vigor con todas de un Estado federado convencional, para adquirir ocasionalmente
sus potencialidades sitúa elementos de vinculación confederal”31.
a Cataluña por encima de Es a esta conclusión a la que se oponen los defensores a ultran-
za32 del proceso catalán de reforma. Roig no puede aceptar que se
la condición de un Estado
hable de un “nuevo proceso autonómico” pues este de 2006 no es
federado convencional, para sino “continuación y expresión de lo sí previsto en la Constitución”
adquirir ocasionalmente y, hasta tal punto es así en su opinión, que el apunte hecho por Cruz
elementos de vinculación Villalón a una “nueva Constitución federal” y su necesidad, ha de
confederal. buscarse, paradójicamente, no en el futuro, como necesidad abierta
ineludiblemente por la reforma estatutaria y esencialmente como
correctora de la misma, sino en el pasado, en el propio modelo cons-
Es a esta conclusión a la que titucional; y en el presente, en su desarrollo en los nuevos Estatutos
se oponen los defensores a de Autonomía...; y, en cualquier caso, tal referente es una necesidad
ultranza del proceso catalán no más perentoria hoy de lo que haya podido serlo en los últimos
años; una necesidad derivada del propio modelo constitucional, aún
de reforma.
no culminado, y no del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña33.

30. P. Cruz Villalón, “La reforma...”, cit., p. 90.

31. P. Cruz Villalón, “La reforma...”, cit., p. 87.

32. Llama la atención la “masa” (esta sí es masa, por utilizar la expresión de Cruz Villalón al
referirse al amplísimo texto catalán) teórica de los constitucionalistas catalanes en la de-
fensa de lo que en este texto sólo cabe anunciar. González Casanova (op. cit.) se remonta a
la oposición frente a la Restauración canovista para hallar la línea de continuidad de pen-
samiento en que Cataluña ha querido siempre contribuir a la democratización del Estado
español. Una de sus últimas manifestaciones sería la representada por el Estatut de 2006.

33. E. Roig Molés “La reforma del Estado...”, cit. pp. 152-153.

30 2008 | nº 51
El Estado de las autonomías antes y después de 2006

La defensa de la constitucionalidad de la nueva


técnica y contenidos del Estatuto catalán
Ya con anterioridad a la polémica referida entre los dos autores men-
cionados, constitucionalistas catalanes habían emprendido la labor
de explicación de su propia visión del problema y del carácter justa-
mente reivindicativo del Estatuto catalán. Así, no cabe desconocer la No cabe desconocer la
posición de Viver Pi-Sunyer34, quien, una a una responde a todas las posición de Viver Pi-Sunyer,
objeciones formuladas al tiempo de conocerse el proyecto de reforma quien, una a una responde
del Estatuto. Por lo que a los estrictos límites de esta reflexión se
refiere, bastará con alguna referencia aislada.
a todas las objeciones
La primera de sus afirmaciones para contestar la idea de que la dis- formuladas al tiempo de
tribución de competèncias estuviera constitucionalmente cerrada me conocerse el proyecto de
parece bien significativa: “la Constituciò, també els articles referits al reforma del Estatuto.
sistema de distribució de competències y més concretament l’article
149.1 CE, pot ser concretada o interpretada de formes molt diferents
a com ha estat interpretada fins avui...”.
Así, el enfoque de la cuestión se traslada del texto constitucional a Así, el enfoque de la
lo que los intérpretes (del poder central) han entendido y aplicado cuestión se traslada del
del mismo, aunque ello reconduce a la cuestión jurídica y política de
fondo realmente importante: la de la determinación de quién puede
texto constitucional a lo que
llevar a cabo tal redefinición; es decir, si en ella pueden intervenir los los intérpretes (del poder
Estatutos de autonomía o es una función reservada a la decisión libre central) han entendido y
y unilateral del legislador estatal ordinario. Dicho de otro modo: “si els aplicado del mismo, aunque
estatuts, en l’elaboració y aprovació dels quals participen les CC.AA. ello reconduce a la cuestión
–sobretot les del article 151– es poden interposar entre la Constitució
y el legislador estatal ordinari”35.
jurídica y política de fondo
El análisis pormenorizado de lo que Viver defiende excede con mu- realmente importante: la
cho las posibilidades de esta reflexión; pero sí nos permite observar de la determinación de
la coherencia, ya mencionada, de un cuerpo de doctrina congruente quién puede llevar a cabo
con las ideas y aspiraciones políticas que lo sustentan. Partiendo de tal redefinición; es decir, si
las múltiples lagunas constitucionales en lo referente a la distribu-
ción de competencias, niega Viver que haya de ser el legislador es-
en ella pueden intervenir los
tatal el que en forma unilateral vaya rellenando tales lagunas, pues Estatutos de autonomía o es
habiéndose interpretado así hasta ahora, “la reserva de Constitución una función reservada a la
se traduce en la práctica en una reserva de legislador estatal” y ello decisión libre y unilateral del
conduce a la “desconstitucionalización del sistema de distribución legislador estatal ordinario.
de competencias –dejando buena parte de su definición en manos
de uno de los poderes constituidos– y, por ello mismo, contribuye Partiendo de las múltiples
lagunas constitucionales en
34. C. Viver Pi-Sunyer, “En defensa dels Estatuts d’Autonomia com a normes juridiques lo referente a la distribución
delimitadores de competencies. Contribució a una polémica jurídicoconstitucional”, en
Revista d’ Estudis Autonòmics i Federals, n.º. 1, 2005, pp. 97 y ss. En la medida en que he
de competencias, niega Viver
destacado supra el interés de las opiniones de Rubio Llorente y de Cruz Villalón por que a que haya de ser el legislador
su especialidad como constitucionalistas se une el carácter institucional de su labor por
la vinculación al Tribunal Constitucional, también en el caso de Viver ha de subrayarse estatal el que en forma
tal condición.
unilateral vaya rellenando
35. C. Viver Pi-Sunyer, “En defensa...”, p. 102. tales lagunas.
2008 | nº 51 31
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

a confundir la labor del poder constituyente con la de los poderes


constituidos”36.
Lo más destacable para nuestra reflexión es la construcción teórica sobre
Lo más destacable para
la capacidad del Estatuto para determinar y ampliar las competencias.
nuestra reflexión es la Así, lleva a cabo la defensa de la norma estatutaria cuando contrapone
construcción teórica sobre la su capacidad de actualización constitucional, lícita y lógica según las
capacidad del Estatuto para previsiones constitucionales, frente a los mencionados efectos de des-
determinar y ampliar las constitucionalización que se producen cuando es el legislador estatal el
que actualiza la Constitución. Y en ello le asisten dos buenas razones:
competencias.
una, de orden estrictamente jurídico, pues si los Estatutos forma parte
del bloque de la constitucionalidad, parece poco lógico que a los mismos
Dos buenas razones: una,
se superpongan las leyes ordinarias del Estado. La otra, de orden político
de orden estrictamente pero de gran trascendencia jurídica: Por ser una norma pactada entre el
jurídico, pues si los Estatutos Estado y las respectivas CC.AA., y por ello indisponible para una sola de
forman parte del bloque de ambas partes, el Estatuto es la norma apropiada para el desarrollo del
la constitucionalidad, parece sistema de distribución de competencias. De otro modo, el legislador
ordinario estatal se superpondría rompiendo el equilibrio que, en rela-
poco lógico que a los mismos
ción a la distribución de ámbitos competenciales, ha de regir entre el
se superpongan las leyes legislador estatal y el autonómico.
ordinarias del Estado. La otra, En lo que se refiere a esta segunda consideración política de los Es-
de orden político pero de gran tatutos, Roig37 plantea una nueva visión de su función en esta se-
trascendencia jurídica: Por ser gunda fase del Estado de las Autonomías, también apuntada por Cruz
Villalón, aunque éste no extraiga las mismas consecuencias jurídicas
los una norma pactada entre
que aquél. Lo que en ambos casos se destaca es que estamos ante la
el Estado y las respectivas primera ocasión en que “son las instituciones autonómicas, las de cada
CCAA, y por ello indisponible Comunidad autónomamente, las que fijan el ámbito de discusión, las
para una sola de ambas partes. que determinan cuáles son sus demandas y pretensiones y fuerzan
una respuesta formal a las mismas por parte de las Cortes Generales”.
Así, cabe distinguir perfectamente dos fases en el proceso de reforma:
la que se desarrolla en el Parlamento autonómico y la que corresponde
a las Cortes Generales, siendo este segundo el momento de la cons-
Llama la atención que el paso
titucionalidad y el de la integración de posiciones allá donde en el
por las Cortes Generales no primer ámbito (al autonómico) no lo hubiera habido38. En este sentido,
sirva para impedir supuestas ciertamente, llama la atención que el paso por las Cortes Generales no
inclusiones de normas sirva para impedir supuestas inclusiones de normas inconstitucionales
inconstitucionales que se que se admiten para, a continuación, dificultar su puesta en práctica.
admiten para, a continuación,
36. C. Viver Pi-Sunyer, “En defensa...”, p. 106-108.
dificultar su puesta en
práctica. 37. E. Roig Molés “La reforma del Estado...”, cit. pp. 156 y ss.

38. E. Roig Molés “La reforma del Estado...”, cit. p. 158. Cuestión, ésta, que por lo que se
refiere al Estatuto valenciano, debería suponer un reforzamiento de la constitucionali-
dad y de la integración estatal en la medida en que la reforma surge del consenso en las
propias Cortes autonómicas y su paso por el Parlamento estatal no sólo comportó los
efectos jurídicos a que se refiere el autor, sino que, en particular por lo que se refiere a la
cuestión competencial que ahora nos ocupa, depuró las referencias de la D. A. 3 que se
consideraron inasumibles aceptando, en cambio, las demás novedades normativas que,
por consiguiente, no pueden ahora ser desconocidas.

32 2008 | nº 51
El Estado de las autonomías antes y después de 2006

Y, lo que es más importante, destaca también Roig el refuerzo de la


significación política del Estatuto que “juega como norma de recono-
cimiento político del ciudadano y de integración política en el Estado,
función que difícilmente puede proyectarse sobre una norma mucho
más unilateral como puedan ser las constituciones de los Estados
miembros de una Federación o sobre una norma que carezca del ele-
mento de atribución competencial”39. De tal suerte, que al defender la
posición del Estatuto catalán, lo que se está haciendo es hacer rea-
lidad el principio dispositivo40 y el propio espíritu del Título VIII de la
Constitución que, lejos de haber sufrido una desleal mutación, estaría
siendo aplicado en las consecuencias ya inicialmente previstas o “posi-
bilitadas” por el propio texto. Y si, en lo que se refiere a las técnicas de
distribución competencial no puede negarse la adecuación del nuevo
Estatuto a la doctrina del Tribunal constitucional y su carácter de res-
puesta a la ya mencionada aplicación patológica por parte de los pode-
res centrales, no cabe negar sin embargo la novedad representada por
las nuevas medidas e instrumentos de participación de las instituciones
autonómicas en las decisiones estatales41.
Pero es que, incluso por lo que se refiere a estas novedosas previsio-
nes, no cabe negar su entronque constitucional en el texto de 1978
por más que hasta ahora no se hubieran desarrollado esas potenciali-
dades de integración y participación propias del Estado Autonómico.
No estaríamos, pues, ante una fase distinta ni ante una interpretación No estaríamos, pues, ante
forzada de la Constitución, sino ante la aplicación de la misma en una fase distinta ni ante una
todas sus consecuencias, resultado al que se ha llegado en esta forma
interpretación forzada de la
por la restrictiva posición y por los impedimentos puestos durante 25
años por parte de los poderes centrales. Constitución, sino ante la
aplicación de la misma en
Reflexiones conclusivas todas sus consecuencias,
Se podrá compartir, o al menos estar más cerca, o menos, de una u resultado al que se ha
otra posición. Pero, en cualquier caso, parece que ninguna de ellas
llegado en esta forma por
tiene que ver con los términos estrictamente jurídicos en que la polé-
mica valenciana se sostiene. Y no voy a formular reproche alguno al la restrictiva posición y por
mantenimiento a ultranza de las reglas jurídicas, al contrario, pero la los impedimentos puestos
reflexión hasta aquí esbozada y la lectura de quienes, con relación a durante 25 años por parte de
otros Estatutos han defendido sus competencias, sí nos permite con- los poderes centrales.
cluir que hoy el lenguaje jurídico no puede ofrecernos las suficientes
pautas de comprensión de la realidad. Ello suponiendo que hubiera
sólo un lenguaje jurídico y que las categorías dogmáticas gozaran

39. E. Roig Molés “La reforma del Estado...”, cit. p. 161.

40. Martínez Sospedra recuerda que “el problema de la ausencia de cierre del sistema de
reparto de competencias y el de la dificultad de consolidar un modelo definitivo de tal dis-
tribución, es inherente al modelo actual en tanto en cuanto el mismo se basa en el principio
dispositivo”. “El manto...”, cit, p. 45.

41. E. Roig Molés “La reforma del Estado..., cit. p. 182

2008 | nº 51 33
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

de la general aceptación que siempre las caracterizó como punto


de partida y plataforma común en la que desarrollar las propias ca-
pacidades de convicción en el debate y la discusión en la que las
diversas partes han de tener un interés por alcanzar la solución mas
aceptable. Este no parece el caso.
Tal vez el mas grave problema del momento autonómico actual no
sean las competencias, ni su exagerada reivindicación, sea por CC.
AA. o por los poderes centrales42 en detrimento de la otra u otras
partes interesadas. La cuestión realmente grave es la utilización
de argumentación jurídica tan valida para una cosa como para la
contraria43. Algunas de las razones podrían hallarse en cierto “uso
alternativo del derecho” de raíz ideológica; pero sin duda tampoco
es ajeno a ello la anomia constitucional derivada del principio dis-
positivo y de la provisionalidad con que se concibió el primer tramo
del proceso autonómico.
En la misma medida en En la misma medida en que tal situación se iba prolongando, los
que tal situación se iba sujetos más interesados han ido tomando posiciones, incluida la
prolongando, los sujetos creación de un cuerpo de doctrina nada desdeñable con el que se
puede estar de acuerdo, o no, pero cuya coherencia y congruencia no
más interesados han ido
puede negarse con la sola condición que se acepte una afirmación
tomando posiciones, incluida de principio: si el Estado es Autonómico, debe aceptarse con todas
la creación de un cuerpo de sus consecuencias sin que los poderes centrales utilicen subterfugios
doctrina nada desdeñable para frenar o minimizar las posibilidades de desarrollo autonómico.
con el que se puede estar Visto así, lo que hoy parece una clara deslealtad de quienes han
impulsado desde Cataluña su propio Estatuto, pudiera considerarse
de acuerdo, o no, pero cuya
una simple respuesta a 25 años de deslealtades de un poder central
coherencia y congruencia que no llegó a comprender ni asumir el verdadero sentido, y las con-
no puede negarse con la sola secuencias jurídicas, de la configuración de un Estado compuesto en
condición que se acepte una la concreta formulación llevada a cabo por la Constitución de 1978.
afirmación de principio: si Y, hechas estas consideraciones, podemos concluir con los apuntes que
a lo largo del texto he ido sugiriendo, no sobre el desarrollo material
el Estado es Autonómico,
del problema jurídico planteado, sino sobre las vías o enfoques que, tal
debe aceptarse con todas sus vez pudieran servir para la mejor comprensión de la polémica.
consecuencias. En primer lugar, y descartada la aplicación a nuestro caso de la D. A.
1ª CE, la interpretación de nuestras posibilidades han de indagarse
En primer lugar, y descartada en los mismos términos que los de Cataluña, Aragón y Galicia a par-
la aplicación a nuestro
caso de la D. A. 1ª CE, la 42. Ya llamaba la atención J. González Encinar (“Lo Stato federale asimétrico: il caso
interpretación de nuestras spagnolo”, en A. Pace (a cura di) Quale, dei tanti federalismi?. Padova, Cedam, 1997, p.
53) sobre el error terminológico de la Constitución cuando contrapone, al referirse a la
posibilidades han de indagarse distribución de competencias, el Estado a las Comiunidades Autónomas, “cuando deberia
hablar de distribución de las competencias entre el Poder central y las mencionadas
en los mismos términos que Comunidades”.
los de Cataluña, Aragón y
Galicia a partir de lo dispuesto 43. Creo que antes del establecimiento de esta permanente ambivalencia de la argu-
mentación hubiera sido difícil imaginar que el TC (este o cualquier otro) hubieran podido
en el art. 149.1, 8. dictar una sentencia como la dictada en el recurso de inconstitucionalidad planteado
contra el Estatuto Valenciano por la Comunidad Autónoma de Aragón en torno al dis-
cutidísimo derecho al agua.

34 2008 | nº 51
El Estado de las autonomías antes y después de 2006

tir de lo dispuesto en el art. 149.1, 8. O, lo que es lo mismo, a partir En segundo lugar, lejos de
de las lagunas, normativas pero también materiales que el precepto agravios históricos, creo
deja y de las que se han ocupado ampliamente los civilistas. En última
instancia, todo habrá que reconducirse a la expresión “...allá donde
que los valores superiores
existan” y a las bases jurídicas que han llevado a interpretar la expre- del ordenamiento jurídico,
sión tan restrictivamente que se le hace decir al precepto lo que real- y en lo que se refiere a la
mente no dice. Pues “allá donde existan” tiene una clara significación inacabada construcción del
sin que el intérprete de la expresión como “allá donde estén vigentes” Estado de las autonomías,
haya ofrecido argumentación jurídico-constitucional suficiente más
allá de las remisiones a fenómenos del régimen anterior, que nada
el principio dispositivo,
tienen que ver ni con el pluralismo ni con los principios y valores del ofrecen una veta inexplorada
ordenamiento constitucional. en la que se debe entrar.
En segundo lugar, lejos de agravios históricos, creo que los valores su-
periores del ordenamiento jurídico, y en lo que se refiere a la inacaba-
da construcción del Estado de las autonomías, el principio dispositivo,
ofrecen una veta inexplorada en la que se debe entrar.
Por último, aun habiendo centrado la cuestión en torno a los cauces
indicados, la mayor o menor resistencia a la cicatería del intérprete
constitucional, también dependerá, y no poco, del modelo del Estado
de las Autonomías que se escoja. He intentado reflejar dos modelos
realmente distintos aunque no necesariamente contrapuestos. Sin
duda la concepción jurídica que de los Estatutos ofrece el segundo de
ellos también puede aportar elementos jurídicos nada desdeñables.

2008 | nº 51 35
La comp

competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Gener


neralitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil
il de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legisl
gislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La compete
mpetencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalit
neralitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil
il de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legisl
petencia
legislativa

alitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil d


de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislat
lativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competen
encia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La
tat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil de la
de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competencia legislat
lativa civil de la Generalitat La competencia legislativa civil de la Generalitat La competen
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

Salón Dorado.
Palau de la Generalitat. Valencia.

La competep e
ncia legislati
g i
vva civil de laa
de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de
cia legislativa civil de la competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civ
GeneralitatLa competencia legislativa
civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la G
petencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia leg
legislativa civil de la competencia legislativa
civil de la competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la GeneralitatLa c
competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia civil de la GeneralitatLa competencia legislativ
tatLa competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia legislativa competencia legislativa civil de
competencia
38 2008 | nºlegislativa
51 civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competenci
la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la GeneralitatLa competencia legislativa civil de la Generalit
La competencia
legislativa civil de la
Generalitat
Texto de:
Vicente Domínguez Calatayud

I. Introducción El tema sobre el cual se va

e
E l tema sobre el cual se va a tratar en este trabajo es el de las posi-
bilidades de la Generalitat para el ejercicio de la competencia legis-
lativa en materia de Derecho civil. Es éste un tema complejo desde el
a tratar en este trabajo es
el de las posibilidades de la
punto de vista jurídico y que, además, se ubica en la esencia misma de
la entidad valenciana. Un tema con una larga historia entre nosotros,
Generalitat para el ejercicio
los valencianos, respecto del que últimamente se han dado pasos muy de la competencia legislativa
importantes que conviene recordar: en materia de Derecho civil.

i
• 1. El primero fue la creación del Observatorio de Derecho Civil Va- Es éste un tema complejo
lenciano por Decreto 30/2002, de 26 de febrero, del Consell de la Ge-
desde el punto de vista
neralitat, modificado por el Decreto 150/2002, de 10 de septiembre.
Su objetivo fue rastrear en la sociedad valenciana la pervivencia de
jurídico y que, además, se
costumbres que pudieran considerarse como Derecho civil valencia- ubica en la esencia misma de
no, es decir, constatar la existencia de un Derecho consuetudinario la entidad valenciana.
que, “tras la abolición de los Fueros y hasta nuestros días, subsistiera

a
en el territorio de la Comunidad valenciana”, como dice el párrafo
segundo del FJ. 1. de la sentencia 121/1992, de 28 de septiembre, del
Pleno del Tribunal Constitucional, resolviendo el recurso promovido
por el Gobierno de la Nación en relación con algunas disposiciones
de la Ley 6/1986, de las Cortes Valencianas, de regulación de los
Arrendamientos Históricos Valencianos. El Observatorio, en su pri-
mera fase de existencia, realizó unos trabajos, fruto de los cuales fue
la comprobación de la existencia de unas costumbres que, a efectos
puramente didácticos, como luego tendremos ocasión de exponer
con mayor amplitud, pueden considerarse como costumbres forales
por razón de la época de la que proceden, tal sucedía con el tes-
tamento mancomunado o “testament del u per l´atre i a totes les
passades”, o con ciertos usos que regulaban las relaciones de vecin-
dad entre los predios, la venta de cosechas, el “herbatge”o “ius usus

2008 | nº 51 39
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

inocui” tras la recogida del arroz, la pesca en aguas interiores y el


Tribunal de las Aguas. Luego tendremos ocasión de valorar, desde
un punto de vista estrictamente técnico-jurídico, la posibilidad de
considerar tales costumbres como Derecho civil valenciano y la de
que la Generalitat, partiendo de ellas, pueda desenvolver su com-
petencia exclusiva para la “conservación, modificación y desarrollo
del Derecho civil valenciano”, como decía el Estatuto aprobado por
la Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio, o, como dice el actual Estatuto
de Autonomía de la Comunidad Valenciana, resultante de la refor-
ma del anterior llevada a cabo por la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de
abril, que reforma el Estatuto antes citado, en su artículo 49. 1. 2ª.
para la “conservación, desarrollo y modificación del Derecho civil
foral valenciano”.
• 2. El segundo acontecimiento destacable en relación con la ma-
teria que nos ocupa fue la creación por Decreto del Consell de
la Generalitat 97/2004, de 11 de junio, de la Comisión de Codi-
ficación Civil Valenciana, cuyos dieciséis miembros fueron nom-
brados por Resolución de 4 de Octubre de 2004 del Conseller de
Justicia y Administraciones Públicas. Del preámbulo de la última
de las normas citadas se desprende que la función primordial de
la Comisión de Codificación Civil Valenciana es “la elaboración de
propuestas de creación, modificación y desarrollo de disposiciones
normativas relacionadas con el Derecho civil valenciano, con el
fin de recuperar el antiguo Derecho foral valenciano y plasmarlo
en un futuro Código civil valenciano”. El artículo 2. del Decreto
97/2004 redefine la naturaleza del Observatorio de Derecho Civil
Valenciano, configurándolo como órgano asesor de la Comisión
de Codificación Civil Valenciana.

En la actualidad, se ha modificado la ubicación orgánica de la Comi-


sión de Codificación Civil Valenciana, aunque no el espíritu y finalidad
de sus funciones. Así, el artículo 12. 1. a) y b) del Decreto 100/2007,
de 13 de julio, del Consell, por el que se aprueba el Reglamento de
Organización y Funcionamiento de la Consellería de Gobernación, nos
dice que: Artículo 12
“1. La Dirección General de Coordinación del Desarrollo Estatutario y Pro-
moción del Autogobierno ejerce las funciones establecidas en el artículo
70 de la Ley del Consell, así como las restantes previstas en el ordenamien-
to jurídico, y en especial las siguientes:
a) Promover, dirigir y orientar las iniciativas legislativas de desarrollo
estatutario y dirigir y gestionar todas las actuaciones encaminadas a la
recuperación, desarrollo, impulso, potenciación y divulgación del Dere-
cho foral civil valenciano, así como impulsar y gestionar los organismos e
instituciones implicados en dicho desarrollo, y en especial la Comisión de
Codificación Civil Valenciana y su órgano asesor, el Observatorio de Dere-
cho civil valenciano, con el objeto de asentar las bases para la elaboración

40 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

de un Código Civil valenciano, en desarrollo de lo dispuesto en el artículo La razón de ser de ese cambio
49.1 2ª del Estatut d’Autonomia. Impulsar asimismo cuantas actuaciones de ubicación administrativa
de distinta naturaleza a la legislativa dimanen del Estatut d’Autonomia
de la Comisión hay que
para su desarrollo. Dichos organismos quedarán adscritos a la Consellería
de Gobernación y bajo la dependencia de esta dirección general.
buscarlo y se encontrará en
b) Promover convenios de colaboración destinados a la investigación, pro- el papel primordial que el
moción y divulgación del Derecho foral civil valenciano.” Conseller de Gobernación
del Gobierno Valenciano
La razón de ser de ese cambio de ubicación administrativa de la Co-
que surge de las elecciones
misión hay que buscarlo y se encontrará en el papel primordial que
el Conseller de Gobernación del Gobierno Valenciano que surge de las municipales y autonómicas
elecciones municipales y autonómicas de 2007, el Honorable Sr Serafín de 2007, el Honorable Sr.
Castellano Gómez, jugó, como portavoz, en la anterior legislatura, del Serafín Castellano Gómez,
grupo parlamentario popular de las Cortes Valencianas, en la redacción jugó, como portavoz, en la
de la reforma estatutaria y en el logro del consenso político que posibi-
anterior legislatura, del grupo
litó su aprobación, por los dos partidos políticos mayoritarios, tanto en
las Cortes Valencianas, como en las Cortes Generales. parlamentario popular de
Ubicada en la Consellería de Gobernación y bajo la directa dependencia las Cortes Valencianas, en
de la Dirección General de Coordinación del Desarrollo Estatutario y la redacción de la reforma
Promoción del Autogobierno, bajo el impulso de su titular, la Ilma Sra. estatutaria y en el logro del
Carolina Salvador Moliner, el 26 de octubre de 2007 el Consell aprueba
consenso político que posibilitó
el Decreto 218 que contiene el Reglamento de la Comisión de Codifi-
cación Civil Valenciana y su órgano asesor, el Observatorio de Derecho su aprobación, por los dos
Civil Valenciano. En el preámbulo de esta norma se dice que “Tras esta partidos políticos mayoritarios,
reforma estatutaria (la llevada a cabo por la Ley Orgánica 1/2006, de 10 tanto en las Cortes Valencianas,
de abril), que reconoce a la Generalitat la competencia legislativa plena como en las Cortes Generales.
en materia de conservación, modificación y desarrollo del Derecho foral
civil valenciano y clarifica su modo de ejercicio (contenido fundamen-
talmente, como aclara el propio preámbulo en el artículo 49. 1. 2ª., en Ubicada en la Conselleria de
el artículo 7 y en la Disposición Transitoria Tercera del Estatut), es ne- Gobernación y bajo la directa
cesario dotar de un nuevo impulso a dos organismos ya existentes, con
el objeto de hacerlos más operativos y eficaces en su funcionamiento,
dependencia de la Dirección
en aras de que puedan desarrollar plenamente el Estatut d´Autonomía. General de Coordinación
Estos organismos son la Comisión de Codificación Civil Valenciana y del Desarrollo Estatutario y
el Observatorio de Derecho Civil Valenciano”. Posteriormente, dos Re- Promoción del Autogobierno,
soluciones del Conseller de Gobernación: una, de 9 de noviembre de bajo el impulso de su titular, la
2007 y otra, de 31 de enero de 2008, determinaron, respectivamente, la
composición de la Comisión y del Observatorio.
Ilma. Sra. Carolina Salvador
El cumplimiento de los objetivos de la Comisión de Codificación Civil Moliner, el 26 de octubre de 2007
Valenciana representará la superación de una tremenda injusticia histó- el Consell aprueba el Decreto 218
rica de que fue víctima el Antiguo Reino de Valencia y, desde entonces, que contiene el Reglamento de la
todos los valencianos: la abolición del Derecho foral valenciano llevada Comisión de Codificación Civil
a cabo por el Decreto de Nueva Planta de 29 de junio de 1707. Tal abo-
lición fue la respuesta de Felipe V al alineamiento del Reino de Valencia
Valenciana y su órgano asesor, el
con las pretensiones dinásticas del Archiduque Carlos, pretensiones con Observatorio de Derecho Civil
las que también se alinearon los aragoneses, los baleares y los catalanes Valenciano.

2008 | nº 51 41
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

El cumplimiento de los sin que la abolición, de una u otra manera, llegara a alcanzar a sus res-
objetivos de la Comisión de pectivos Derechos civiles que pervivieron, aunque con sus fuentes de
producción cegadas, producción que pasó a dispensarse por un Estado
Codificación Civil Valenciana único que vertebró jurídicamente el Reino de España.
representará la superación Así acabó el período foral del Reino de Valencia que duró lo que éste,
de una tremenda injusticia casi 500 años, 500 años de foralidad, de régimen foral, del que forma-
histórica de que fue víctima ron parte unas Instituciones, unas competencias y unas normas ema-
el Antiguo Reino de Valencia nadas en el ejercicio de tales competencias, en particular y por lo que
aquí y ahora nos interesa, un Derecho civil al que podemos considerar,
y, desde entonces, todos los desde una perspectiva científica y técnica, como el más perfecto de los
valencianos: la abolición del Derechos Civiles de los Reinos y territorios de la Corona de Aragón.
Derecho foral valenciano La singularidad del castigo le priva de toda racionalidad, de toda ex-
llevada a cabo por el Decreto plicación que pueda buscar su justificación en motivos de reorgani-
de Nueva Planta de 29 de zación jurídico-política del Reino de España; no hay otra forma más
ilustrativa de demostrar lo afirmado que leer las causas de la abolición
junio de 1707. en el propio Decreto de 29 de junio de 1707, a sus claras e inequívocas
palabras me remito.
La injusticia permanece, agrandada, si cabe, en nuestros días. Cuando,
durante el siglo XIX, se inicia nuestra codificación civil se opta defi-
nitivamente por el sistema de Compilaciones, para recoger aquellos
Derechos civiles especiales o forales que antes se quiso, sin éxito, que
fueran meros apéndices al Código Civil. Las Compilaciones de los De-
rechos civiles especiales o forales se elaboraron durante el régimen
político anterior y cuando, el 29 de diciembre de 1978, entró en vi-
gor nuestra Constitución pareció, al amparo del artículo 149-1-8ª de
nuestra Norma Fundamental, que sólo tenían competencia legislativa
en materia de Derecho civil las CC.AA. en las que existiera Derecho civil
Tal conclusión es, muy en especial o foral en tal fecha.
particular para Valencia, Tal conclusión es, muy en particular para Valencia, contraria a la igual-
dad, como valor constitucional, y al respeto al desarrollo de la identi-
contraria a la igualdad, dad de los pueblos de España como base y fundamento político de su
como valor constitucional, condición de región o nacionalidad, y de su estructuración en Comuni-
y al respeto al desarrollo dades Autónomas titulares de la autonomía y el autogobierno consti-
de la identidad de los tucionales en el seno de la indisoluble unidad de la Nación española.
pueblos de España como Muy al contrario, la reintegración a los valencianos del que fuera su
Derecho civil foral, debidamente actualizado y ajustado a los valores
base y fundamento y principios de nuestro bloque de constitucionalidad, haría que los
político de su condición valencianos nos reencontráramos con una buena parte de nuestra
de región o nacionalidad identidad perdida o abolida, profundizando, de este modo, en nuestra
y de su estructuración en condición de pueblo, de nacionalidad histórica.
Comunidades Autónomas El Derecho civil, ese Derecho que hacen las personas en el día a día, en
el ejercicio de su cotidianidad y en pie de igualdad, con absoluta liber-
titulares de la autonomía y el tad y espontaneidad para resolver sus conflictos de intereses o para
autogobierno constitucionales regular la forma y las consecuencias de sus objetivos coincidentes, ese
en el seno de la indisoluble Derecho se hace por el pueblo, contiene el mapa genético de un pue-
unidad de la Nación española. blo, describe su historia y nos habla de su idiosincrasia con tanta fuer-

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La competencia legislativa civil de la Generalitat

za y precisión como la lengua de ese pueblo, el otro gran instrumento Muy al contrario, la
identitario inventado por las gentes, conservado y modificado, en fin, reintegración a los valencianos
ejercitado por ellas en sus relaciones cotidianas con el fin de hacerse
entender. Señorías, Lengua y Derecho, por este orden, son los dos ele-
del que fuera su Derecho
mentos que más identifican a un pueblo, los dos factores de reconoci- civil foral debidamente
miento y autoreconocimiento de las gentes de un pueblo. Ya las fuentes actualizado y ajustado a los
romanas definen el Derecho civil como “quod quisque populus ipse sibi valores y principios de nuestro
ius constituit id ipsius proprius civitatis est, vocaturque ius civile”. bloque de constitucionalidad
La Historia de España ha confirmado la verdad de este aserto. Nuestro
país, fundamentalmente a causa de su situación geográfica, ha sido
haría que los valencianos
objeto de múltiples mezclas culturales producto de invasiones, unas nos reencontráramos con
veces, o de más pacíficas relaciones otras veces. Ni en unas, ni en otras, una buena parte de nuestra
se produjo jamás la pretensión de sustituir el Derecho civil de unos ciu- identidad perdida o abolida
dadanos, de un pueblo, por el Derecho civil de otros ciudadanos, de otro profundizando, de este
pueblo, viniera a estar entre nosotros con armas o sin ellas. El pueblo
invasor, en la hipótesis más extrema, traía su Derecho civil que aplicaba
modo, en nuestra condición
a sus miembros y respetaba el que los otros habitantes de la Península de pueblo, de nacionalidad
se rigieran por el que les era propio; sólo cuando el devenir natural histórica.
de las relaciones de los componentes de uno y otro pueblo fusionaba
culturas, prácticas de conducta e intereses, sólo en ese momento, se
fusionaba el Derecho civil que regía sus vidas y relaciones cotidianas,
de tal suerte que bien puede decirse que el Derecho civil de los pueblos
de España siempre ha sido el que tales pueblos se han ido dando pací-
ficamente, día a día y sin interrupción, a sí mismos o el que, respetuoso
con la idiosincrasia y prácticas arraigadas del pueblo destinatario, le ha
ido suministrando el legislador de turno.
En este panorama descrito, sólo hay una excepción, la del Reino de
Valencia, la del Histórico Reino de Valencia, la de los valencianos desde
1707 hasta hoy. Todos los demás pueblos de España, como antes decía,
tienen el Derecho civil que se han dado a sí mismos o el que les han
dado desde el poder político, reconociendo, siempre fielmente, el que
el pueblo ya usaba, de algún modo, como suyo. Cierto que desde 1707
hasta la Constitución de 1978, hasta nuestra vigente Constitución, sin
posibilidad de modificarlo o desarrollarlo por sí mismos, salvo el parén-
tesis representado por el artículo 15 de la Constitución republicana de
1931, toda vez que el poder legislativo se dispensaba por el Estado úni-
co y centralizado, que con su consabida evolución estructural posterior,
sustituyó a los Reinos peninsulares de la monarquía austracista.
En el marco jurídico-político suministrado por nuestra vigente Consti-
tución, los pueblos de España, estructurados en Comunidades Autóno-
mas, recuperan su poder legislativo que comparten con el del Estado
y lo proyectan, naturalmente, como no podía ser de otro modo, entre
otras materias, sobre su Derecho civil en los términos que resultan del
artículo 149-1-8ª. En este marco constitucional de reencuentro de los
pueblos de España con su Historia, con su identidad, en definitiva, con-
sigo mismos, en ese marco de formulación jurídico-constitucional, de

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

reconocimiento desde nuestra Constitución y nuestros Estatutos, de la


entidad y de la identidad preexistente al propio bloque de constitucio-
nalidad de los pueblos de España, sigue habiendo uno, el valenciano, al
que, pese a los vigorosos principios que inspiran nuestro Ordenamien-
to Constitucional, ciertas interpretaciones del mismo parecen querer
mantenerle en la privación de una parte de su entidad y de su identi-
dad. Una parte de su entidad y de su identidad que perdió traumática-
mente, a consecuencia de una victoria de españoles contra españoles
producida desde principios y valores radicalmente incompatibles con
los que proclama nuestra Constitución y con los que ésta, de manera
harto confesa, pretende adentrarse en nuestra, en muchas ocasiones,
convulsa Historia reciente para recomponer los residuos aún hoy per-
sistentes de sus fracturas, como es el caso de la fractura de la entidad
del pueblo valenciano, del desencuentro al que nuestro pueblo fue
forzado con su propia e irrenunciable entidad.
El Derecho administrativo, el Derecho penal, el Derecho tributario, el
Derecho público, en general, y el Derecho político y constitucional,
muy en particular, se pueden sustituir en bloque, se pueden modificar
sustancialmente para modificar la estructura de un pueblo sometido a
un cambio político sea éste la consecuencia de lo que se quiera y, con
independencia de la valoración que desde el punto de vista de nues-
tra respectiva cultura y convicciones políticas merezca la plena o nula
La reforma del Estatuto de participación del pueblo en ese proceso, no podremos negar al mismo
Autonomía de la Comunidad cierta congruencia entre los medios y los fines; en cambio, el Derecho
civil, elaboración esencial del pueblo y para el pueblo, se formalice di-
Valenciana de 1982 llevada rectamente por éste en costumbres o con la intervención del Estado
a cabo por la Ley Orgánica legislando no admite, en su evolución, a salvo el juego del principio
1/2006, de 10 de abril, de orden público, las brusquedades, no admite las aboliciones, ¿puede
así como la reubicación alguien pensar, tras estas reflexiones, en una supresión en bloque de
administrativa y el nuevo un Ordenamiento civil, escrito y consuetudinario, y en su sustitución,
también en bloque por otro Ordenamiento civil escrito y consuetudi-
impulso del que se dota a la nario extraño?, ¿puede alguien entender razonable que le impongan a
Comisión de Codificación un ciudadano hacer testamento de forma diferente a como él quiere
Civil Valenciana y a su órgano hacerlo con los límites impuestos por la evolución lógica de la estruc-
asesor, el Observatorio de tura socio-económica de su propio pueblo?, ¿ puede alguien imponer
Derecho civil valenciano y, a un hombre y una mujer que quieran casarse que hagan sus capitu-
laciones matrimoniales de forma diferente a como las han hecho sus
en fin, la aprobación por las antepasados y las quieren hacer ellos?, ¿qué utilidad política se per-
Cortes Valencianas de la Ley cibe detrás de ese asalto a la autonomía privada?, ¿cabría esperar del
10/2007, de 20 de marzo, pueblo, así maltratado en su identidad, la asunción de tal cambio, o,
de Régimen Económico dicho de otro modo, sería tan radical cambio útil?, pues eso fue lo que
Matrimonial Valenciano, Luís XIV vino a decirle a su nieto Felipe V y por eso éste devolvió a los
aragoneses el Derecho civil del que les privó, como a los valencianos, y
culminan una vieja nunca tocó los derechos civiles de Cataluña y las Baleares.
pretensión manifestada por La reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana de
los valencianos claramente. 1982 llevada a cabo por la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, así como

44 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

la reubicación administrativa y el nuevo impulso del que se dota a la


Comisión de Codificación Civil Valenciana y a su órgano asesor, el Obser-
vatorio de Derecho Civil Valenciano y, en fin, la aprobación por las Cortes
Valencianas de la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico
Matrimonial Valenciano, culminan una vieja pretensión manifestada por
los valencianos claramente, no sólo en el Estatuto de 1982, en los An-
teproyectos que le precedieron, y en su reforma de 2006, como luego
tendremos ocasión de ver de manera más detenida, sino también en los
dos Anteproyectos y en los dos Proyectos de Estatuto de Autonomía que
se redactaron durante la II República, especialmente en los redactados en
el primer trimestre del año 1937 y cuya virtualidad fue frustrada por el al-
zamiento militar del general Franco. Incluso estos proyectos estatutarios
republicanos tienen, en la materia que nos ocupa, un precedente citado
por el profesor Vicente Montés Penadés en un trabajo publicado en “Co-
mentario al Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana” dirigido
por José-María Baño León y publicado por Thomson-Civitas; en efecto, el
citado catedrático de Derecho civil, siguiendo la obra “Els Avantprojectes Podemos decir que los
d´Estatut d´Autonomía de la Comunitat Valenciana”, publicada por las representantes políticos de
Cortes Valencianas y encargada a Luís Aguiló Lúcia y Julia Sevilla Meri-
no, se hace eco del proyecto de “Constitución para el Estado valenciano”
los valencianos, siempre que
redactado en 1904, en el seno del Partido republicano Federal, en una las condiciones políticas
Asamblea regional celebrada en Alicante, cuyo artículo 49 prevé que “los lo han hecho posible,
poderes públicos de la Región” tengan competencia para la “legislación han reivindicado para los
política, civil, penal y procesal”. valencianos el Derecho civil,
Podemos decir que los representantes políticos de los valencianos,
siempre que las condiciones políticas lo han hecho posible, han reivin-
la competencia legislativa
dicado para los valencianos el Derecho civil, la competencia legislativa que, en el pasado, durante
que, en el pasado, durante la época foral del Antiguo Reino de Valencia, la época foral del Antiguo
alumbró aquel Derecho civil foral. Y lo hicieron con la convicción de Reino de Valencia, alumbró
que reclamando el pleno ejercicio de tal competencia posibilitaban el aquel Derecho civil foral. Y
reencuentro de los valencianos con su identidad histórica y armoniza-
ban esa historia, singularmente dolorosa, con los principios y valores
lo hicieron con la convicción
democráticos que, desde los respectivos textos constitucionales, per- de que reclamando el pleno
mitían la reivindicación. ejercicio de tal competencia
posibilitaban el reencuentro
II. La competencia de la Generalitat Valenciana de los valencianos con
para legislar en Derecho civil valenciano en el
estatuto de 1982
su identidad histórica y
armonizaban esa historia,
N uestro primer Estatuto de Autonomía, aprobado por la Ley Orgá-
nica 5/1982, de 1 de julio, se posicionó respecto de la atribución singularmente dolorosa,
de la mencionada competencia a la Generalidad Valenciana como si con los principios y valores
no hubiera habido abolición foral, como si a la entrada en vigor de la democráticos que, desde
Constitución, el 29 de diciembre de 1978, los valencianos tuviéramos
nuestro propio Derecho civil foral.
los respectivos textos
Aquel Estatuto fue el que más normas contenía, cinco artículos, refe- constitucionales, permitían la
ridas al Derecho civil, naturalmente, al Derecho civil valenciano. El más reivindicación.

2008 | nº 51 45
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Nuestro primer Estatuto relevante y significativo de tales artículos era el 31.2, que atribuía a la
de Autonomía, aprobado Generalidad Valenciana competencia exclusiva sobre la “conservación,
modificación y desarrollo del Derecho civil valenciano”. Aquel Estatu-
por la Ley Orgánica 5/1982, to, de conformidad con nuestros antecedentes históricos, se producía
de 1 de julio, se posicionó en términos absolutamente idénticos a los del artículo 9. 2 del primer
respecto de la atribución de Estatuto catalán y al 27.4 del Estatuto gallego y, en términos que, con-
la mencionada competencia templados con la conveniente ponderación de elementos históricos,
a la Generalidad Valenciana jurídicos y sociales, son idénticos, en su significado último, a los de los
estatutos vasco, aragonés, navarro y balear. Ninguna de estas Comuni-
como si no hubiera habido dades Autónomas necesitó Ley Orgánica de Transferencia en este punto,
abolición foral, como si como la que se dictó para los valencianos, La Ley Orgánica 12/1982, por
a la entrada en vigor de la sencilla razón de que todas estas Comunidades tenían su Derecho civil
la Constitución, el 29 de especial o foral existente al tiempo de entrar en vigor la Constitución.
diciembre de 1978, los Pero es muy significativo, sin duda, el que aquel Estatuto se produjera en
términos tan similares, si no idénticos, a los de los Estatutos de Autono-
valencianos tuviéramos mía de estas Comunidades y que, además, se dictara, para complemen-
nuestro propio Derecho tarlo, para evitar cualquier duda de constitucionalidad por razón de las
civil foral. competencias asumidas en él por la Generalidad, la citada Ley Orgánica
12/1982, de 10 de agosto, que luego fue derogada por innecesaria por la
Ley Orgánica 5/1994, de 24 de marzo.
Por otro lado, contenía aquel Estatuto una verdadera singularidad, un
auténtico guiño reintegrador. En efecto, ninguno de los Estatutos de
Autonomía vigentes en nuestro país, cuando regulaban los recursos pa-
trimoniales o financieros de sus respectivas Comunidades o Haciendas
Autónomas, hacían referencia a los bienes procedentes de las herencias
intestadas cuando el causante ostentara, al tiempo de su fallecimiento,
la condición jurídica de ciudadano de la respectiva Comunidad Autóno-
ma. Sin embargo, nuestro Estatuto de Autonomía, nos decía esto mismo
en su artículo 50-c. Este artículo se repite en el artículo 22. 2 de la Ley
3/1986, de 24 de octubre, de Patrimonio de la Generalidad Valenciana.
La naturaleza civil de la norma es incuestionable como lo demuestra,
entre otros argumentos, su regulación en sede de Código Civil (arts.
956 a 958 CC) o de leyes de naturaleza civil, sean éstas específicamen-
te reguladoras del fenómeno sucesorio (arts. 347 y 348 del Código de
Sucesiones de Cataluña; arts. 220 y 221 de la Ley aragonesa 1/1999,
de 24 de febrero, de sucesiones por causa de muerte) o sean Com-
pilaciones de Derecho civil especial o foral (las leyes 304 y 307 de la
Compilación Navarra que regulan la sucesión a favor de la Comunidad
Foral Navarra, o el art. 51 de la Compilación de Baleares, que se remite
al Código Civil para regular la sucesión intestada de quienes tienen
vecindad civil balear al tiempo de su fallecimiento).
Era pues el artículo 50-c de nuestro primer Estatuto de Autonomía
una norma de naturaleza civil “ratione materiae” incrustada en nues-
tra norma institucional básica.
El mismo artículo 50-c del Estatut nos decía que el causante, cuya
sucesión intestada regula, ha de tener la condición jurídica de valen-

46 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

ciano, concepto diferente de la condición política de valenciano usado


por el mismo Estatut en su artículo 4. 1 y que sólo podemos referir y
a la vecindad civil valenciana; pues bien, la existencia de la condición
jurídica o vecindad civil valencianas sólo tendría sentido, como en el
caso concreto que nos ocupa y regula el artículo comentado, si hubiera
un Derecho civil valenciano distinto del común y aplicable a quienes
tuvieran tal vecindad civil valenciana.
Así pues, nuestro Estatuto de Autonomía, con su rango de Ley Orgá-
nica, introduce y contiene una norma de Derecho civil valenciano, de
Derecho de sucesiones y un concepto genuinamente civil, lógicamente
previo a la anterior, cual es el de la condición jurídica de valenciano o
vecindad civil valenciana.
Como fuera que algunas de las competencias recogidas por nuestro
Estatuto de Autonomía pudieran carecer del debido acople con los ar-
tículos 148 y 149 de la Constitución, para salvar toda duda de incons-
titucionalidad respecto de las mismas, se dictó, al amparo del artículo
150. 2 de la Constitución, la Ley Orgánica 12/1982, de 10 de agosto, la
Ley Orgánica de Transferencias a la Comunitat Valenciana de Compe-
tencias de titularidad estatal.
Por su parte, la Ley Orgánica 12/1994, de 24 de marzo, derogó la Ley
Orgánica 12/1982, la cual, como dice el Preámbulo de aquélla, “...cumplió
en su momento el importante papel de dar cobertura constitucional a las
competencias contenidas en el Estatuto de Autonomía de la Comunidad
Valenciana, que excedían del marco del artículo 148 de la Constitución
Española. En el momento actual la necesidad de esta Ley ha quedado
superada una vez que por la reforma operada en el Estatuto todas las
competencias que se sustentaban en ella han quedado incorporadas a
éste con carácter plenamente estatutario. Mediante la presente Ley se
procede a derogar la indicada Ley Orgánica de transferencia, más que por
una necesidad técnica, pues ha quedado sin efecto por la reforma del Es-
tatuto, como confirmación de la asunción estatutaria de todas sus com-
petencias por parte de la Generalidad Valenciana y reconocimiento de su
capacidad para el ejercicio de tales competencias. “En el mismo sentido,
la Disposición Adicional Tercera del Estatut, introducida por la Ley Or-
gánica 5/1994, de 24 de marzo, nos dice que “Todas las competencias
atribuidas por el presente Estatuto quedan incorporadas a él plenamente
asumiéndose con carácter estatutario por la Generalidad Valenciana“.
“Asumida” por la Generalidad la exclusiva competencia legislativa res-
pecto al Derecho civil valenciano por el artículo 31. 2 de nuestro primer
Estatuto de Autonomía; transferida tal competencia por la Ley Orgánica “Asumida” por la Generalidad
12/1982, de 10 de agosto; y confirmada la plena asunción estatutaria la exclusiva competencia
de tal competencia y la correlativa capacidad de la Generalidad para su
legislativa respecto al Derecho
ejercicio por las Leyes Orgánicas 5 y 12/1994, de 24 de marzo, no cabe
duda alguna sobre la exclusiva competencia de la Generalidad valen-
civil valenciano por el artículo
ciana para legislar en materia de Derecho civil, obviamente de Derecho 31. 2 de nuestro primer
civil valenciano, conservándolo, modificándolo y desarrollándolo, como Estatuto de Autonomía...;

2008 | nº 51 47
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

...transferida tal competencia confirma el artículo 49. 1. 2 del actual Estatuto, refiriendo tal compe-
tencia al Derecho civil foral valenciano.
por la Ley Orgánica 12/1982,
de 10 de agosto; y confirmada
la plena asunción estatutaria III. “Los argumentos” de “la postura”
doctrinal que niega a la Generalitat Valenciana
de tal competencia y la la competencia legislativa en Derecho civil
correlativa capacidad de la valenciano
Generalidad para su ejercicio
por las Leyes Orgánicas 5
y 12/1994, de 24 de marzo,
N o obstante lo hasta aquí dicho, ha habido y hay autores que sos-
tienen que sin reformar la Constitución, concretamente el artícu-
lo 149. 1. 8ª de la misma, la Generalidad carece de competencia para
no cabe duda alguna sobre legislar en materia de Derecho civil valenciano.
la exclusiva competencia de El argumento central de esta postura negativa es el de negar valor
y eficacia a la transferencia porque el Estado no puede transferir
la Generalidad Valenciana
aquello de lo que no es titular, si el Estado no es titular de la com-
para legislar en materia de petencia para legislar en Derecho civil valenciano, sino en Derecho
Derecho civil, obviamente civil sin más, no puede haber transferido a la Generalidad Valenciana
de Derecho civil valenciano, la competencia, que no detenta, para legislar sobre Derecho civil va-
conservándolo, modificándolo lenciano. Los postulantes de esta teoría sugieren que la transferen-
cia podría valer y producir sus efectos derivadores de la titularidad
y desarrollándolo, como
competencial si se hubiera suprimido, del artículo 31. 2 del Estatut, el
confirma el artículo 49. 1. 2 gentilicio valenciano que tal precepto adjunta al Derecho civil, pues
del actual Estatuto, refiriendo entonces el Estado habría transferido aquello de lo que es titular,
tal competencia al Derecho es decir, la legitimidad para legislar en Derecho civil sin más en los
civil foral valenciano. términos que resultan del artículo 149. 1. 8ª de la Constitución. Es
obvio que el Estado, tanto en la Ley Orgánica 5, como en la Ley Or-
gánica 12, ambas de 1982, transfirió su competencia legislativa civil
a la Comunidad Valenciana, transferencia, con ocasión de la cual, el
Derecho civil se apellidó con el gentilicio propio de los habitantes
de la Comunidad Valenciana, pues a no otra cosa que Derecho civil
valenciano iba a dar lugar su ejercicio por la Generalidad. Pero es
que el propio Tribunal Constitucional, en el inciso final del párrafo
tercero del FJI. de su sentencia 121/1992, nos dice que el artículo 31.
2 del EACV es un precepto “cuya virtualidad competencial ha de ser
entendida, por lo demás, a la luz de lo dispuesto en la Ley Orgánica
12/1982 de transferencias a la Comunidad Valenciana de competen-
cias de titularidad estatal”.

IV. La posición doctrinal que considera que


el Derecho civil valenciano está conformado por
costumbres civiles observadas en la Comunidad
Valenciana. Crítica de la misma

N o cabe la menor duda, por lo que resulta de las Leyes Orgánicas


5 y 12 de 1982, de que la competencia legislativa civil se detenta
por la Generalidad Valenciana no al amparo del artículo 149. 1. 8ª de la

48 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

Constitución, sino al amparo del artículo 150-2 de la misma, pero ya sin


control del Estado al haber quedado derogada la última de las citadas
Leyes Orgánicas por la también Ley Orgánica 12/1994, de 24 de mar-
zo tras la asunción estatutaria de todas las competencias, por aquélla
transferidas, por la Generalidad Valenciana en virtud de la disposición
adicional tercera del Estatut introducida por la Ley Orgánica 5/1994 de
24 de marzo. Llegados a este punto, hay que reconocer la existencia
de tres posiciones doctrinales sobre el alcance, contenido o modo de
ejercicio por la Generalidad de la competencia que le atribuía el artículo
31. 2 del Estatuto.
Una primera posición, concretamente la sostenida por el Tribunal
Constitucional en la sentencia 121/1992, que analizó la constitucio-
nalidad de la Ley de Arrendamientos Históricos Valencianos, entiende
que la competencia exclusiva que el artículo 31. 2 del Estatut atribuía
Una primera posición,
a la Generalitat Valenciana “no puede estimarse referida sino al De-
recho consuetudinario que, tras la abolición de los Fueros y hasta
concretamente la
nuestros días, subsistiera en el territorio de la Comunidad Autónoma, sostenida por el Tribunal
siendo notoria la inexistencia de toda regla escrita que, antes de la Constitucional en la
Ley hoy impugnada, ordenara en dicho ámbito cualquier instituto sentencia 121/1992, que
civil de modo especial respecto al Derecho común”. “No es, pues, du-
analizó la constitucionalidad
doso que la Generalidad Valenciana ostenta competencia exclusiva
para legislar sobre instituciones que hayan tenido una configuración
de la Ley de Arrendamientos
consuetudinaria específica en su ámbito territorial, competencia que Históricos Valencianos,
trae causa, como queda dicho, de lo prevenido en el citado art. 149. entiende que la competencia
1. 8 de la Constitución y que se configura en el art. 31. 2 del Estatuto exclusiva que el artículo 31.
de Autonomía de la Comunidad Valenciana, precepto, este último,
2 del Estatut atribuía a la
cuya virtualidad competencial ha de ser entendida, por lo demás, a
la luz de lo dispuesto en la Ley Orgánica 12/1982, de transferencias
Generalidad Valenciana “no
a la Comunidad Valenciana de competencias de titularidad estatal”. puede estimarse referida sino
“Mediante el ejercicio de la competencia legislativa autonómica el al Derecho consuetudinario
anterior Derecho consuetudinario especial valenciano cambia pues de que, tras la abolición de
naturaleza, adquiriendo sus normas la condición de Derecho legislado
los Fueros y hasta nuestros
de aplicación preferente, en su ámbito propio, respecto del Derecho
civil común…, y esa es precisamente la finalidad de la Ley impug-
días, subsistiera en el
nada: dar rango de Ley especial a reglas que, hasta su adopción, no territorio de la Comunidad
habrían tenido existencia sino como costumbres de mera aplicación Autónoma, siendo notoria
supletoria”, “...el presupuesto y la condición de aplicabilidad de estas la inexistencia de toda regla
normas legales, prosigue el Alto Tribunal, residen en la costumbre que
escrita que, antes de la Ley
recogen, régimen consuetudinario que no sólo delimita el objeto, sino
el mismo contenido dispositivo del régimen legal. Se quiere decir con
hoy impugnada, ordenara
ello que los límites constitucionales y estatutarios que condicionan la en dicho ámbito cualquier
validez de la Ley son los mismos que ésta establece para su aplicabili- instituto civil de modo
dad, puesto que la misma se incardina y se restringe al objeto mismo especial respecto al Derecho
ordenado consuetudinariamente”.
común”.
En definitiva, el Derecho civil valenciano, cuya competencia en or-
den a su conservación, modificación y desarrollo se transfiere en

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

exclusiva a la Generalidad Valenciana, se limita a un supuesto De-


recho civil valenciano consuetudinario que podrá ser elevado de
rango formal y convertido en Ley escrita, la cual quedará constre-
ñida a regular exactamente el objeto mismo ordenado consuetu-
dinariamente, limitación a la que queda condicionada la validez
de la Ley emanada del ejercicio de la competencia atribuida por el
artículo 31-2 del Estatuto de Autonomía. Un Ordenamiento civil
foral valenciano de estas características sólo podría dar lugar, con
su existencia, a incrementar los niveles de inseguridad jurídica e
imprevisibilidad contra la exigencia que resulta del artículo 9. 3.
CE, al pretender su construcción con unas características tan im-
precisas e incompletas como las resultantes de la simple elevación
a rango formal de Ley escrita de unas escasas y muy imprecisas
costumbres, normas que habrían de cohonestarse con el restante
Ordenamiento civil estatal, con el que han de convivir de manera
Es básico no perder en harto precaria y sumamente inestable, que reclamará la perma-
nente intervención delimitadora y aclaradora de los Tribunales de
ningún momento de vista el
Justicia, incluso del propio Tribunal Constitucional, al presuponer
fundamental párrafo tercero tal acotamiento en su aplicación una previa interpretación de las
del FJ 1. de la sentencia respectivas atribuciones constitucionales y estatutarias de com-
121/1992, del TC, porque, en petencias.
él, el alto Tribunal deja claro Es básico no perder en ningún momento de vista el fundamental
que la competencia de la párrafo tercero del FJ 1. de la sentencia 121/1992, del TC, porque, en
él, el alto Tribunal deja claro que la competencia de la Generalidad
Generalitat para conservar, para conservar, modificar y desarrollar el Derecho civil valenciano
modificar y desarrollar el tiene su “virtualidad competencial” en la Ley Orgánica 12/1982, la
Derecho civil valenciano conocida como LOTRAVA, y también reconoce que la competencia
tiene su “virtualidad “trae causa... de lo prevenido en el art. 149. 1. 8ª de la Constitución”.
competencial” en la Ley O sea que, como luego veremos, el TC tras reconocer la transferencia
de la competencia por el Estado a la Comunidad Valenciana, vincula
Orgánica 12/1982, la su ejercicio a la tutela constitucional de la foralidad civil. Hasta ahí la
conocida como LOTRAVA, posición del TC no nos merece crítica alguna, sino, todo lo contrario,
y también reconoce que la una total y absoluta coincidencia. En un momento determinado de
competencia “trae causa... la realidad social y jurídica española, en general, y valenciana, en
de lo prevenido en el art. particular, se plantea al TC que enjuicie la constitucionalidad de una
norma que, por confesión propia, recoge costumbres inveteradas re-
149. 1. 8ª de la Constitución”. lativas a los llamados arrendamientos históricos valencianos; el TC
O sea que, como luego sienta la doctrina que sienta, cuyo punto de partida es irreprochable,
veremos, el TC, tras aunque, como luego veremos, cuando se redacta el actual Estatuto,
reconocer la transferencia de aprobado por la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, la “atenta ob-
servación de la realidad” social, jurídica y económica valenciana y los
la competencia por el Estado
análisis estructurales hechos por la doctrina de la propia sentencia
a la Comunidad Valenciana citada llevan al estatutario, partiendo de la misma base de la que
vincula su ejercicio a la partió la sentencia 121/92, a plantear un coherente desenvolvimien-
tutela constitucional de la to de la misma.
foralidad civil.

50 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

V. La posición doctrinal que estima que el


contenido de la competencia legislativa de la
Generalidad Valenciana en materia de Derecho
civil alcanza todo el contenido del Derecho civil
salvo las materias reservadas, en todo caso,
al Estado, por el artículo 149. 1. 8ª de nuestra
Constitución o tesis de la competencia sin
conexión foral. Crítica de la misma

O tra posición doctrinal parte de la “asunción” estatutaria de la com-


petencia, primero transferida por el Estado, en los términos antes
referidos, y entiende el contenido de ésta como coincidente plenamen-
La propuesta defendida
por esta teoría coincide
te con el que el Estado, al amparo del artículo 149.1.8ª de la Constitu-
ción puede transferir, es decir, el contenido transferido sería la com-
sustancialmente con el
petencia exclusiva para legislar en Derecho civil, generando Derecho modelo de atribución
civil valenciano, en todas las materias, salvo en aquéllas que el propio competencial en materia
artículo 149.1.8ª de la Constitución residencia de modo esencial en el legislativa civil diseñado
Estado, es decir, quedaría compuesta la transferencia por la competen-
por el artículo 15.1 de la
cia para legislar en todo el contenido propio del Derecho civil, salvo en
lo concerniente a “las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las
Constitución Republicana
normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas del de 1931, que, reservando
matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos públicos, bases en todo caso para el Estado
de las obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos un elenco de materias
de leyes y determinación de las fuentes del Derecho, con respeto, en
muy similar al relacionado
este último caso, a las normas de Derecho foral o especial. “. Salvo en
estas materias, en todo caso de la competencia exclusiva del Estado,
en el artículo 149.1.8ª de
se entiende que la Generalidad Valenciana podría legislar en todas las nuestra actual Constitución,
demás que conforman el Derecho civil, produciendo, de esta forma, atribuía a las regiones
Derecho civil valenciano. autónomas la ejecución
Esta posición tiene algunos elementos criticables, siendo el primero
del resto de la legislación
y más importante la desviación originaria que encierra respecto a la
doctrina de la sentencia 121/92 en cuanto que no causaliza la com-
civil, “en la medida de su
petencia transferida en la tutela constitucional de la foralidad civil; es capacidad política, a juicio
decir, contradice el régimen de la garantía constitucional de la foralidad de las Cortes” y sin conexión
civil del artículo 149.1.8ª de la Constitución. En efecto, el citado artículo alguna con antecedente
residencia en el Estado la competencia legislativa civil salvo por lo que
civil foral o especial
se refiere a la competencia para conservar, modificar y desarrollar los
Derechos civiles especiales o forales allí donde existan, de suerte que no
alguno. Es evidente pues, la
contempla una competencia legislativa civil en las Comunidades Autó- diferencia entre el modelo de
nomas desconectada del Derecho civil especial o foral. atribución de la competencia
La propuesta defendida por esta teoría coincide sustancialmente con el legislativa civil seguido por
modelo de atribución competencial en materia legislativa civil diseñado
nuestra actual Constitución
por el artículo 15.1 de la Constitución Republicana de 1931, que, reser-
vando en todo caso para el Estado un elenco de materias muy similar
y el que consagró la, también
al relacionado en el artículo 149.1.8ª de nuestra actual Constitución, nuestra, Constitución
atribuía a las regiones autónomas la ejecución del resto de la legisla- Republicana de 1931.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

ción civil, “en la medida de su capacidad política, a juicio de las Cortes”


y sin conexión alguna con antecedente civil foral o especial alguno. Es
evidente pues, la diferencia entre el modelo de atribución de la compe-
tencia legislativa civil seguido por nuestra actual Constitución y el que
consagró la, también nuestra, Constitución Republicana de 1931.
Por la vía de la Ley Orgánica de transferencia del artículo 150.2 de
nuestra Constitución, el Estado puede transferir a las Comunidades
Autónomas competencias de su titularidad que no sean esencialmente
intransferibles, pero no puede hacerlo contraviniendo modelos consti-
tucionales y generando, con ello, resultados inarmónicos con el resto
del Ordenamiento, a menos que un principio o valor constitucional
superior, recogido en alguna norma de la misma Constitución, permita
devolver su esencial armonía al bloque de constitucionalidad. No es
el caso. Ningún principio o valor constitucional positivado en nuestra
Norma Fundamental da cobertura suficiente a esta posición sobre el
contenido o modo de ejercicio de la competencia atribuida a la Ge-
neralidad Valenciana por el artículo 31.2 del Estatuto de Autonomía
de 1982 y por el artículo 49.1.2 del Estatuto de Autonomía de 2006.
Nuestra Constitución garantiza la foralidad civil, pero no el ejercicio
por las Comunidades Autónomas de una genérica competencia legis-
lativa civil sin conexión o anclaje alguno con la citada foralidad civil.
De admitir esta posibilidad, cabría que el Estado transfiriera su compe-
tencia legislativa civil a todas las Comunidades Autónomas, tuvieran
o no tradición civil especial o foral, con lo que por la vía de sucesivas
Leyes Orgánicas de transferencia quedaría totalmente modificado el
criterio constitucional de atribución de la competencia legislativa civil
a instancias diferentes del propio Estado, en función, exclusivamente,
de la garantía de la foralidad. Esta modificación constitucional se pro-
duciría con desconocimiento de la jerarquía normativa, de la seguridad
jurídica y del procedimiento previsto en la propia Constitución para su
modificación, produciendo, en consecuencia, una situación carente de
la necesaria cobertura constitucional para su admisibilidad.
Por otro lado, si aceptáramos la interpretación que sobre el contenido
o modo de ejercicio de la competencia atribuida a la Generalidad Va-
lenciana por el artículo 31.2 del anterior Estatuto y el 49.1.2 del actual,
resultaría que estaríamos produciendo un efecto ciertamente paradó-
jico respecto de las Comunidades Autónomas a las que, por tener De-
recho civil especial o foral, la Constitución les garantiza tal foralidad,
permitiéndoles su conservación, modificación y desarrollo. Resultaría
que las Comunidades Autónomas a las que el Estado transfiriera la
competencia que tiene al amparo del artículo 149. 1. 8ª podrían legis-
lar en materia civil con un alcance y amplitud, al menos teóricamente,
superior al de las Comunidades Autónomas con Derecho civil especial
o foral propio e históricamente diferenciado del castellano; aunque
forzoso sea reconocer que en la realidad, al menos de alguna Comuni-
dad Autónoma, la legislación civil ha superado la conexión foral e in-

52 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

cluso ha invadido de lleno materias en todo caso reservadas al Estado.


Tampoco tendría sentido hablar de “conservación, modificación y desa-
rrollo” del Derecho civil valenciano si la correspondiente competencia
tuviera el origen y alcance que pretende este sector doctrinal, salvo
que entendiéramos que el originario Derecho civil valenciano no era
otra cosa que el Derecho civil común, es decir, el del Estado, y lo que el
Estado transfiere es la competencia para conservarlo, modificarlo y de-
sarrollarlo, interpretación que queda del todo imposibilitada cuando el
estatutario de 2006 introduce, en el artículo 49. 1. 2 la palabra “foral”.
Además, tal resultado sería redundante. Es lógico, de elemental sentido
común, pensar que tal transferencia de la capacidad normativa civil por
parte del Estado sólo se produzca a favor de la Comunidad Valenciana,
ya que las Comunidades Autónomas con Derecho civil especial o foral
al tiempo de entrar en vigor la Constitución el 29 de diciembre de 1978
Cuando el legislador
ya tienen la competencia legislativa que les reconoce el propio artículo estatutario de 2006, con
149.1.8ª de la Constitución y para las demás, salvo la valenciana, care- ocasión de la reforma
cería de sentido la transferencia ya que siendo territorios tradicional- del Estatuto de 1982, se
mente de la órbita del Derecho civil castellano, históricamente tan foral
plantea qué hacer con la
como los demás, aunque hoy cristalizado en el Código Civil, es decir,
territorios de Derecho civil común, su Derecho civil es, sin contradicción
competencia legislativa civil
alguna con la esencia de tal Derecho, ni con la Historia de tales Comu- de la Generalitat, parte de
nidades, ni con los principios y valores de nuestra Constitución, el Dere- una atenta observación de
cho civil que legisla el Estado en uso de la competencia que le atribuye la realidad social, jurídica y
el propio artículo149.1.8ª de la Constitución. Una interpretación que
económica valenciana y de
produce una conclusión sólo válida para una Comunidad e innecesaria
o inaplicable para las demás no puede satisfacer desde la lógica de los
los análisis de la doctrina
principios que rigen la interpretación de las normas jurídicas. respecto a la consistencia y
armonía estructural intrínseca
VI. La posición doctrinal que estima que el de la sentencia 121/92 del
punto de partida del ejercicio de la competencia TC, manteniendo una plena
legislativa de la Generalidad Valenciana en adhesión a la doctrina del
materia de Derecho civil esta conformado
por las normas civiles forales actualizadas y alto Tribunal respecto de la
constitucionalizadas o tesis de la necesaria naturaleza transferida de la
conexion foral en el ejercicio de la competencia. competencia, luego asumida
Examen especial del valor, a estos efectos, de la estatutariamente en virtud
disposicion adicional primera de la Constitución
de la disposición adicional
C omo antes decía, cuando el legislador estatutario de 2006, con oca-
sión de la reforma del Estatuto de 1982, se plantea qué hacer con
la competencia legislativa civil de la Generalitat, parte de una atenta
tercera del Estatut añadida
por la Ley Orgánica 5/1994
observación de la realidad social, jurídica y económica valenciana y de de 24 de marzo, competencia
los análisis de la doctrina respecto a la consistencia y armonía estruc-
“que trae causa” o se justifica
tural intrínseca de la sentencia 121/92 del TC, manteniendo una plena
adhesión a la doctrina del alto Tribunal respecto de la naturaleza trans-
en la realización de la
ferida de la competencia, luego asumida estatutariamente en virtud de tutela constitucional de la
la disposición adicional tercera del Estatut añadida por la Ley Orgánica foralidad civil.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

La atenta observación de 5/1994 de 24 de marzo, competencia “que trae causa” o se justifica en


la realidad social, jurídica la realización de la tutela constitucional de la foralidad civil.
La atenta observación de la realidad social, jurídica y económica va-
y económica valenciana ha lenciana ha puesto de manifiesto que, tras más de trece años de apli-
puesto de manifiesto que, cación de la doctrina emanada de la sentencia 121/1992 del TC, la
tras más de trece años de Generalidad no ha podido dictar ni una sola norma de Derecho civil
aplicación de la doctrina valenciano, dado el estrangulamiento, la anulación en la práctica, de la
emanada de la sentencia competencia transferida que tal doctrina ha significado. No es científi-
camente defendible sostener que el Derecho civil valenciano está con-
121/1992 del TC..., formado por la legislación sobre las dieciocho materias, más o menos
relacionadas con el Derecho civil contenidas en los artículos 31 a 34 de
la Generalitat no ha podido nuestro primitivo Estatut o las equivalentes contenidas en los artículos
dictar ni una sola norma de 49 a 51 del actual Estatuto, ya que no tendría sentido que el legislador
Derecho civil valenciano, cometiera la reiteración de atribuir la competencia exclusiva para la
dado el estrangulamiento, la conservación, modificación y desarrollo del Derecho civil valenciano a
anulación en la práctica, de la la Generalitat y luego le atribuyera además la competencia exclusiva
para legislar en materia de Patrimonio histórico, artístico o en materia
competencia transferida que de urbanismo y vivienda o de montes, cooperativas, pesca, fundaciones
tal doctrina ha significado. o propiedad intelectual, como desarrollo de la competencia en materia
de Derecho civil foral valenciano, al que técnicamente no equivalen,
ya que ello equivaldría a admitir que nuestro legislador estatutario se
refería a lo mismo en los distintos apartados de los artículos 31 a 34,
actuales artículos 49 a 51 del Estatut, que aquí nos interesan, es decir,
habría sido reiterativo, cuando lo lógico es pensar que cada uno de los
apartados de los citados artículos del Estatuto se referían a materias
distintas, sobre todo si tenemos en cuenta la gran importancia de la
cuestión que regulan que no es otra que la relativa a la asunción de las
competencias por la Generalidad; lo lógico es entender que el Derecho
civil valenciano es algo distinto de esas materias, más o menos rela-
cionadas con él, enumeradas en los citados artículos de nuestro ante-
rior Estatuto de Autonomía y que sólo puede estar integrado por las
antes citadas materias características y tradicionalmente consideradas
como propias del Derecho civil. Aunque tales materias adyacentes o
colindantes puedan incidir, algunas de ellas, sobre el Derecho civil o
sean materias interdisciplinares en la mayoría de los casos; pero es
evidente, por ejemplo, que la limitación de la propiedad que resulta
del ejercicio de la función pública de urbanizar, para cuya regulación
también tiene competencia la Generalitat, no significa que, cuando
ésta elabora normas urbanísticas, esté legislando sobre Derecho civil
ya que una cosa es comprimir el contenido de facultades de un dere-
cho subjetivo por un interés superior y general y en consideración a
su función social y, otra distinta, es regularlo o normar sobre él desde
dentro del mismo derecho y en consideración exclusiva a su propio
fundamento y finalidad.
Sentado lo anterior, es decir, que la interpretación que hizo el TC en la
sentencia 121/92 sobre la forma de ejercicio y ámbito de la compe-

54 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

tencia legislativa civil de la Generalitat no posibilitó el alumbramiento Era evidente que el


de norma civil alguna y dado que el legislador estatutario se propone reformador del Estatut de
como objetivos fundamentales de la reforma del Estatut, como resulta
claramente del Preámbulo de la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril,
1982 no podía prescindir de
“...disponer de un Estatuto que, dentro del marco constitucional, esté la competencia legislativa
equiparado al más alto nivel... que permita a nuestro autogobierno go- civil para, a fin de cuentas,
zar de un techo competencial lo más alto posible” y, de otro, “el reco- acabar devolviéndosela al
nocimiento de la Comunidad Valenciana como nacionalidad histórica... Estado que se la transfirió,
por su Derecho civil foral”, era evidente que el reformador del Estatut
de 1982 no podía prescindir de la competencia legislativa civil para, a
lo que habría sucedido de
fin de cuentas, acabar devolviéndosela al Estado que se la transfirió, seguir, sin más, la sentencia
lo que habría sucedido de seguir, sin más, la sentencia 121/92 del TC, 121/92 del TC, sino que tenía
sino que tenía que plantearse, siguiendo precisamente la doctrina del que plantearse, siguiendo
Alto Tribunal, hasta donde fuera posible, una superación o desenvolvi- precisamente la doctrina del
miento lógico de la misma que no produjera el efecto comprobado de
vaciamiento competencial y, al mismo tiempo, en cuanto que asumía el
Alto Tribunal, hasta donde
punto de partida y también gran parte de tal doctrina del TC y tan sólo fuera posible, una superación
proponía su desarrollo o desenvolvimiento lógico, que gozara de toda o desenvolvimiento lógico de
la cobertura y amparo de nuestro bloque de constitucionalidad. la misma que no produjera
Por otro lado, como antes decía, la doctrina analizó con detenimiento la el efecto comprobado de
estructura de la sentencia y encontró, más de trece años después, algu-
nas quiebras de lógica y construcción que quizás permitieran entender
vaciamiento competencial. y,
la inoperancia práctica de la doctrina en ella establecida. al mismo tiempo, en cuanto
Considero, cuanto menos, dudoso que se pueda entender como Dere- que asumía el punto de
cho civil valenciano el “Derecho consuetudinario que, tras la abolición partida y también gran parte
de los Fueros y hasta nuestros días, subsistiera en el territorio de la Co- de tal doctrina del TC y tan
munidad Autónoma”, como dice el TC en el párrafo segundo del FJ 1. de
su sentencia 121/1992. Es decir, no se puede compartir que el Derecho
sólo proponía su desarrollo o
civil valenciano, así entendido, sea un Derecho distinto y diferenciado desenvolvimiento lógico, que
del Derecho civil común contenido en nuestro Código Civil o esté ubi- gozara de toda la cobertura y
cado fuera del ordenamiento jurídico que, de alguna manera, preside y amparo de nuestro bloque de
encabeza el Código Civil. constitucionalidad.
En efecto, conviene que recordemos que el Decreto abolicionista de
29 de junio de 1707 ordenaba, literalmente, “...abolir y derogar ente- Por otro lado, como antes
ramente todos los referidos Fueros, privilegios, práctica y costumbre decía, la doctrina analizó
hasta aquí observados en los referidos Reinos de Aragón y Valencia;
con detenimiento la
siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las Leyes de Castilla y al
uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en Ella y en
estructura de la sentencia y
sus Tribunales sin diferencia alguna en nada” y el Decreto de 29 de julio encontró, más de trece años
de 1707 empieza diciendo: “Por mi Real Decreto de 29 de junio próximo después, algunas quiebras
fui servido derogar todos los Fueros, Leyes, usos y costumbres de los de lógica y construcción que
Reinos de Aragón y Valencia, mandando se gobiernen por las Leyes de
quizás permitieran entender
Castilla...“. Consecuentemente, debemos de considerar que, tan deroga-
dos como el Derecho civil escrito de Els Furs, quedó derogada toda la
la inoperancia práctica de la
costumbre de la época foral en su función de fuente del Derecho. Tras doctrina en ella establecida.
la abolición, la costumbre, como fuente del Derecho, quedó reducida,

2008 | nº 51 55
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

entre nosotros, a las conductas que merecieran la consideración de tal


costumbre en el marco del Derecho castellano que pasó a aplicársenos,
constituido por el Ordenamiento de Alcalá, por las Leyes de las Siete
Partidas, fueros y pragmáticas reales, todos ellos recogidos y refundi-
dos en la Novísima Recopilación, aprobada y mandada imprimir el 2
de junio de 1805.
Así están las cosas cuando en 1889 se publica el CC, cuyo artículo
1976, siguiendo la Base 27, en la redacción que se le dio en la primera
edición del Código, decía: “Quedan derogados todos los cuerpos le-
gales, usos y costumbres que constituyen el Derecho civil de Castilla
en todas las materias que son objeto de este Código, aunque no sean
contrarias a él... “. La segunda edición del Código Civil, sin explicación
alguna sobre el cambio, que, por lo demás tampoco era muy necesaria
desde su cegadora claridad, deja redactado el artículo 1976, tal y como
está en la actualidad, en los siguientes términos: “Quedan derogados
todos los cuerpos legales, usos y costumbres que constituyen el Dere-
cho civil común en todas las materias que son objeto de este Código y
quedarán sin fuerza y vigor, así en su concepto de leyes directamente
La costumbre que, a partir
obligatorias, como en el de derecho supletorio. Esta disposición no es
de la entrada en vigor del aplicable a las Leyes que en este Código se declaran subsistentes. “. Los
Código Civil, elaboramos los valencianos pasamos pues a regimos por el Código Civil; en cuanto a
valencianos es Derecho civil las costumbres, quedaron derogadas las costumbres que los valencia-
común, tan común como el nos habíamos ido elaborando al amparo del Derecho castellano que
sustituyó a Els Furs, costumbres que quedaron derogadas, no sólo si
Código que esa costumbre
eran contrarias al Código civil, sino también si, como derecho suple-
interpreta y desarrolla, tan torio, podían tener la consideración de costumbres “extra” o “praeter
común como el Código que legem”, quedando sólo vigentes, dentro del Ordenamiento presidido
le reconoce el valor de fuente por el Código Civil, como fuente del Derecho dentro del mismo y de-
del Derecho, no siendo pues bido, exclusivamente, a su reconocimiento como tales por el propio
Código, las costumbres “secundum legem”, únicas invocables ante los
correcto predicar de ella
tribunales y demás instancias competentes como fuente de derechos
la condición de Derecho y obligaciones.
civil valenciano como La costumbre que, a partir de la entrada en vigor del Código Civil, ela-
algo diferente del Derecho boramos los valencianos es Derecho civil común, tan común como el
civil común, ...como si la Código que esa costumbre interpreta y desarrolla, tan común como el
Código que le reconoce el valor de fuente del Derecho, no siendo pues
equiparáramos a la costumbre
correcto predicar de ella la condición de Derecho civil valenciano como
catalana o aragonesa, las algo diferente del Derecho civil común, como si la equiparáramos a la
cuales se producen dentro de costumbre catalana o aragonesa, las cuales se producen dentro de un
un Ordenamiento presidido Ordenamiento presidido por unas Leyes civiles propias que la recono-
por unas Leyes civiles propias cen y le dan valor, a esa costumbre, de fuente del Derecho civil catalán
o aragonés.
que la reconocen y le dan
Entre nosotros puede haber costumbres que, desde un punto de vista
valor, a esa costumbre, de histórico y a efectos exclusivamente didácticos, quepa sostener que,
fuente del Derecho civil procediendo de la época de los romanos o de los visigodos o de los
catalán o aragonés. musulmanes o traídas a nuestras tierras desde otras más lejanas y

56 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

habiendo arraigado entre nosotros, sean “costumbres romanas o vi-


sigodas o árabes”, pero nadie creo que pueda sostener que esas cos-
tumbres constituyen, hoy en día, Derecho civil romano o visigodo o
árabe, sino que sólo pueden ser y son Derecho civil común, que es el
Derecho civil que rige entre nosotros. Creo que lo mismo cabe decir de
las costumbres que puedan pervivir entre nosotros, tengan un origen Una costumbre de tiempos
foral o más próximo. pretéritos, observada desde
Una costumbre de tiempos pretéritos, observada desde tiempo in-
tiempo inmemorial es,
memorial es, material y formalmente considerada, parte del Derecho
vigente que fija sus requisitos y reconoce su valor como fuente del material y formalmente
Derecho. Un derecho supletorio lo es porque es llamado en tal fun- considerada, parte del
ción por el Ordenamiento al que complementa, formando, por ello, por Derecho vigente que fija sus
esa llamada, parte de él, pero no es otro Ordenamiento distinto que requisitos y reconoce su valor
coexiste con el complementado. Si los valencianos no tenemos un De-
como fuente del Derecho.
recho civil autóctono, propiamente valenciano, porque nos fue abolido
y tenemos el Código Civil que conforma el Derecho civil común, por Un derecho supletorio lo
oposición a los especiales o forales (balear, catalán, aragonés, navarro, es porque es llamado en tal
vasco, gallego, etc..., los valencianos no tenemos un Derecho civil va- función por el Ordenamiento
lenciano, ni escrito, ni, por lo mismo, consuetudinario, sino que nuestro al que complementa,
Derecho civil es el Derecho civil común. No creo que se pueda negar
formando, por ello, por esa
la existencia de un Derecho civil valenciano de rango legal y admitir
la existencia de uno de rango consuetudinario, cuando uno y otro nos llamada, parte de él, pero
fueron igualmente abolidos, o, mejor incluso, el consuetudinario nos no es otro Ordenamiento
fue abolido una vez, en 1707, y otra vez, en 1889, aunque esta segunda distinto que coexiste con el
vez mejor debiéramos hablar, quizás, de una seudo abolición, toda vez complementado.
que el Derecho castellano que nos fue aplicado tras la abolición foral se
sucedió a sí mismo tras el proceso codificador.
Siguiendo con el análisis crítico de la sentencia 121/92 del TC, ésta Si los valencianos no tenemos
entiende que la competencia legislativa civil de la Generalitat se des- un Derecho civil autóctono,
envolverá redactando leyes que recojan el régimen consuetudinario,
propiamente valenciano,
costumbres que, de esta manera, quedarán convertidas en Leyes, al-
terando así su rango originario; además, esas leyes no podrán regular porque nos fue abolido y
un ámbito social diferente del que regulaba la costumbre que acogen tenemos el Código Civil que
ni hacerlo de un modo distinto a como lo hacía esa costumbre que, conforma el Derecho civil
“tras la abolición de los Fueros y hasta nuestros días, subsistiera en el común, por oposición a los
territorio de la Comunidad Autónoma”. Dos objeciones cabe hacer a
especiales o forales (balear,
este planteamiento:.
• 1. En efecto, el TC dice en la mencionada sentencia que “... El catalán, aragonés, navarro,
presupuesto y la condición de aplicabilidad de estas normas le- vasco, gallego, etc.), ...los
gales (las que plasman el ejercicio de la competencia elevando valencianos no tenemos un
costumbres a rango de Ley) residen en la costumbre que recogen, Derecho civil valenciano,
régimen consuetudinario que no solo delimita el objeto, sino el
ni escrito, ni, por lo mismo,
mismo contenido dispositivo del régimen legal”(fundamento ju-
rídico 2. Apartado b) del párrafo sexto). De suerte que el TC viene consuetudinario, sino que
a decirnos que la elevación formal de rango de la costumbre dará nuestro Derecho civil es el
lugar a una ley que tendrá por objeto la realidad social regulada Derecho civil común.

2008 | nº 51 57
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

No creo que se pueda negar por la costumbre y por contenido normativo, el mismo que el de
la existencia de un Derecho la costumbre, lo que teniendo en cuenta el carácter local y diver-
so de la costumbre, plantea la imposibilidad de crear una norma
civil valenciano de rango legal legal con pretensiones de aplicación general en todo el terri-
y admitir la existencia de uno torio de la Comunidad, que contenga un régimen legal único
de rango consuetudinario, que necesariamente coincidirá con el de la costumbre en ciertos
cuando uno y otro nos fueron lugares pero diferirá del régimen consuetudinario observado en
igualmente abolidos, o, mejor otros lugares y del no régimen consuetudinario de los territorios
en los que no existiera costumbre alguna que rigiera esa parte
incluso, el consuetudinario de la realidad social, lo que hace inobservable o incumplible el
nos fue abolido una vez, en requisito exigido al legislador valenciano por el TC en la letra b)
1707, y otra vez, en 1889, del FJ 2 de la sentencia 121/92, en el sentido de que la Ley que
aunque esta segunda vez formaliza la antes costumbre se limite al objeto social por ella
mejor debiéramos hablar, regulado y copie exclusivamente su mismo régimen normativo.
• 2. Por otro lado, las costumbres, pretendidamente forales, ya las
quizás, de una seudo teníamos los valencianos como fuente de nuestro Derecho civil
abolición, toda vez que el común, de modo que para su conservación y el mantenimiento
Derecho castellano que nos de su eficacia jurídica entre nosotros no hacía falta que el Esta-
fue aplicado tras la abolición do nos transfiriera competencia alguna. Desde luego, según el
foral se sucedió a sí mismo TC, tampoco se nos transfirió por el Estado competencia algu-
na para modificarlas ni para desarrollarlas dado que el régimen
tras el proceso codificador. consuetudinario delimita, según el Alto Tribunal, el objeto y el
contenido dispositivo del régimen legal que, de esta manera,
en nada puede modificar ni desarrollar el ya existente régimen
consuetudinario. Es muy difícil, por no decir imposible, entender
que con esa interpretación del TC se le está transfiriendo a la
Generalidad algo que tenga que ver con legislar, con redactar
y promulgar leyes en las Cortes Valencianas, en el sentido en el
que la propia Constitución entiende, formal y materialmente, lo
que es legislar, ya que las Cortes Valencianas se han de limitar
a recoger el contenido dispositivo consuetudinario y, sin más,
convertirlo en Ley escrita cambiando sólo su rango normativo y
En definitiva, lo que, según el ámbito de su aplicación que de local pasa a general en todo el
el TC, transfirió el Estado territorio de la Comunidad contra lo que, según vimos, la propia
a la Generalitat fue una sentencia ordena. En definitiva, lo que, según el TC, transfirió el
competencia consistente, más Estado a la Generalitat fue una competencia consistente, más
que en legislar, en tomar una decisión sobre la aplicación y efi-
que en legislar, en tomar una cacia de una norma consuetudinaria preexistente, una decisión
decisión sobre la aplicación cuya adopción se incardinaba, más que en una competencia
y eficacia de una norma legislativa civil propiamente dicha, en una competencia que,
consuetudinaria preexistente, contemplada desde la óptica de los resultados prácticos que
una decisión cuya adopción produce o debería producir, más parece una competencia para
dictar preceptos sobre aplicación y eficacia de las normas, lo que
se incardinaba, más que en es una competencia, ésa sí, reservada en exclusiva y en todo
una competencia legislativa caso al Estado por el artículo 149. 1. 8ª CE. Todo ello sin olvidar,
civil propiamente dicha..., además, que con el ejercicio de la competencia que estudiamos,

58 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

así entendido, no se conserva, ni se modifica, ni se desarrolla el ...en una competencia que,


que se pretende que sea el Derecho civil valenciano, nuestro De- contemplada desde la óptica
recho consuetudinario foral, sino que se le destruye y se le susti-
tuye, pues no otra cosa se hace con una costumbre cuando se la
de los resultados prácticos
convierte en Ley y, en cambio, la competencia era para conservar, que produce o debería
modificar y desarrollar, no para destruir y sustituir. producir, más parece una
Lo aquí sostenido sobre el papel de nuestras costumbres jurídico-civiles competencia para dictar
en lo que debería ser el Derecho civil valenciano encuentra apoyo en preceptos sobre aplicación
la “mens legislatoris” del autor conjunto estatal y autonómico de los
Estatutos de Autonomía; en efecto, nuestro primer Estatuto aprobado
y eficacia de las normas, lo
por la Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio. Antes se había aprobado el Es- que es una competencia, esa
tatuto de Autonomía de Asturias por Ley Orgánica 7 de 30 de diciembre sí, reservada en exclusiva y
de 1.981,cuyo artículo 16 dice que “El Principado de Asturias impulsará en todo caso al Estado por el
la conservación y, en su caso, compilación del Derecho consuetudinario artículo 149. 1. 8ª CE.
asturiano”. Poco antes que el nuestro, el 9 de junio de 1.982, se había
aprobado el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Murciana, cuyo
artículo 8 empieza diciendo que la Comunidad Autónoma prestará es- Todo ello sin olvidar, además,
pecial atención al Derecho consuetudinario de la región. Después de que con el ejercicio de la
nuestro Estatuto de Autonomía se aprobó el de Extremadura por la Ley competencia que estudiamos,
Orgánica 1 de 25 de febrero de 1983 en cuyo artículo 12 se dice que así entendido, no se
corresponde a la Comunidad Autónoma la defensa y protección de las
peculiaridades de su Derecho consuetudinario. Tres Estatutos de Au-
conserva, ni se modifica, ni se
tonomía, dos anteriores y otro posterior en el tiempo al nuestro, con- desarrolla el que se pretende
cretan, para sus respectivos territorios, la atribución competencial del que sea el Derecho civil
artículo 149. 1. 8ª de la Constitución en sus derechos consuetudinarios valenciano, nuestro Derecho
y ello de conformidad con sus antecedentes históricos y su pertenencia consuetudinario foral, sino
a la zona territorial de vigencia del Derecho foral castellano, tan fo-
ral como el valenciano, aunque a la postre acabara imponiéndosenos
que se le destruye y se le
primero tras la abolición y luego con la codificación. Es obvio que no sustituye, pues no otra cosa
hizo lo mismo nuestro Estatuto de Autonomía, como no podía ser de se hace con una costumbre
otro modo a la luz de nuestra Historia; en efecto, nuestro Estatuto de cuando se la convierte en Ley
Autonomía, de conformidad con nuestros antecedentes históricos, se y, en cambio, la competencia
produjo en términos absolutamente idénticos a los del artículo 9. 2 del
Estatuto catalán, hoy artículo 129 del Estatut de 2006 y 27. 4 del Esta-
era para conservar, modificar
tuto gallego y, en términos que, contemplados con relatividad histórica, y desarrollar, no para destruir
jurídica y social, son idénticos, en su significado último, a los de los y sustituir.
estatutos vasco, aragonés, navarro y balear, este último reformado por
la Ley Orgánica 1/2007, de 28 de febrero, que se ocupa de esta materia
en su artículo 30. 27.
Forzoso es admitir, por todo lo dicho, que la competencia queda, con
la interpretación que hace el TC de la transferencia, irreconocible e im-
posible de ejercitar y si pudiera ejercitarse, cosa que no ha sucedido en
la práctica y en el terreno puramente teórico, es sencillamente imposi-
ble, como acabamos de ver, tal ejercicio habría dado como resultado la
conversión en leyes, con extrema fidelidad al régimen dispositivo de la
costumbre transformada y a su ámbito de aplicación, de usos referidos

2008 | nº 51 59
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

a ciertos contratos agrícolas de venta de cosechas, a las relaciones


de vecindad entre predios rústicos, a la pesca en aguas interiores, al
testamento mancomunado, costumbre contraria el art. 669 CC y al
“ius usus inocui” de los arrozales, conocido como “herbatge”. Es difícil
encontrar un anclaje correcto de la interpretación del TC en la inten-
ción del legislador orgánico que, primero, transfiere y luego asume la
competencia legislativa de la Generalitat en materia de Derecho civil
foral. Es difícil casar tal interpretación con los principios tradicionales
de la hermenéutica jurídica que buscan siempre dar a las normas la
interpretación que las haga producir los máximos efectos, principio
de especial oportunidad referido a las leyes que integran el bloque de
constitucionalidad.
A la vista de estas reflexiones, de los objetivos de la reforma estatu-
A la vista de estas
taria y de las posibilidades de desarrollo que brinda la propia doctrina
reflexiones, de los objetivos del TC, el legislador que reformó el Estatut, el legislador de las Cortes
de la reforma estatutaria Valencianas y de las Cortes Generales, se planteó una profundización
y de las posibilidades de de la competencia transferida con el único objeto de hacerla real, útil y
desarrollo que brinda la congruente con el propio significado de una transferencia competen-
cial, con la tutela constitucional de la foralidad civil, con la elevación
propia doctrina del TC, el
del techo competencial de la Generalitat y con la conceptuación de la
legislador que reformó el valenciana como una nacionalidad histórica. El resultado de tales pre-
Estatut, el legislador de las misas y objetivos fue la redacción que en nuestra norma institucional
Cortes Valencianas y de básica se dio al párrafo trece del Preámbulo del Estatuto cuando nos
las Cortes Generales, se dice que: “el desarrollo legislativo de las competencias de la Gene-
ralitat, en plena armonía con la Constitución española, procurará la
planteó una profundización
recuperación de los contenidos de los Fueros del Reino de Valencia,
de la competencia abolidos por la promulgación del Decreto de 29 de junio de 1707”,
transferida con el único refiriéndose, pues, de manera expresa a los Fueros y no a la mera cos-
objeto de hacerla real, tumbre. También el artículo 7 del Estatut dice que “el desarrollo legis-
útil y congruente con el lativo de las competencias de la Generalitat procurará la recuperación
de los contenidos correspondientes de los Fueros del histórico Reino
propio significado de una
de Valencia en plena armonía con la Constitución y con las exigencias
transferencia competencial, de la realidad social y económica valenciana” y la Disposición Transi-
con la tutela constitucional toria Tercera que “la competencia exclusiva sobre el Derecho civil foral
de la foralidad civil, con valenciano se ejercerá por la Generalitat en los términos establecidos
la elevación del techo por este Estatuto a partir de la normativa foral del histórico Reino
de Valencia, que se recupera y actualiza al amparo de la Constitución
competencial de la Generalitat
española“. No son éstos los únicos preceptos que contienen menciones
y con la conceptuación de a nuestro Derecho civil foral, también se refieren a éste el artículo 3.
la valenciana como una 4, el 7, el 36, el 49. 1. 2 a, el 58 y la Disposición Transitoria Tercera del
nacionalidad histórica. Estatuto.
Recuperando el Derecho civil escrito de nuestros Furs es como tendrá
sentido técnico hablar de una costumbre propiamente valenciana y
foral como hace el TC, es como tendrá sentido y contenido la compe-
tencia transferida y es como se tutelará la foralidad civil al máximo,
precisamente recuperando, desde los valores y principios constitucio-

60 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

nales y estatutarios, un Derecho foral del que se privó a sus creadores


y destinatarios como consecuencia de una guerra, de una victoria de
españoles contra españoles... una victoria parcial y no de España entera,
un resultado a todas luces incompatible con los valores constituciona-
les y con la conceptuación de la Valenciana como una Nacionalidad
Histórica.
Como dice el TC en la sentencia de 12 de diciembre de 2007, FJ 7. , “la
Constitución, que sí fija las materias de competencia estatal, no es-
pecifica directamente el contenido o alcance ni de las materias, ni de
las funciones materiales sobre las que se proyecta aquélla, ni tampoco
contiene reglas expresas de interpretación que inmediatamente permi-
tan concretar dicho contenido o alcance, lo que, en última instancia,
sólo corresponde precisar a este Tribunal Constitucional en el ejercicio
de su jurisdicción“. Y si bien es cierto que en el FJ 8. la citada sentencia
dice que “el legislador ordinario no puede dictar normas meramente
interpretativas, cuyo exclusivo objeto sea precisar el único sentido, en-
tre los varios posibles, que debe atribuirse a un determinado concepto
o precepto de la Constitución, pues, al reducir las distintas posibili-
dades o alternativas del texto constitucional a una sola, completa de
hecho la obra del poder constituyente y se sitúa funcionalmente en
su mismo plano, cruzando al hacerlo la línea divisoria entre el poder
constituyente y los poderes constituidos”, no es menos cierto que aquí
nos estamos refiriendo al legislador estatutario, al legislador que alum-
bró la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de reforma del Estatuto de
1982 y respecto de él dice el TC en el FJ 10 de la misma sentencia que
“ahora bien, el legislador estatutario para poder cumplir con la fun-
ción que la Constitución le atribuye, ha de partir de una interpretación
del Texto constitucional de especial amplitud, en atención a la doble Lo importante, en este
dimensión normativa que tiene el Estatuto de Autonomía (...) es una sentido, es que el Estatuto de
norma estatal, con categoría de Ley Orgánica, integrante del bloque de Autonomía, si en ocasiones
la constitucionalidad y, de otro lado (...) el Estatuto es también la norma
hubiere de realizar alguna
institucional básica de la Comunidad Autónoma y, por tanto, norma de
cabecera de su ordenamiento”. El TC prosigue diciendo que el Estatuto precisión sobre el alcance de
“puede realizar su función atributiva de competencias a la Comunidad las materias de competencia
Autónoma”, las competencias a las que se refiere el art. 149. 3. de la estatal, lo haga para favorecer
Constitución, lo que conlleva delimitar el alcance de las competencias la mayor concreción de las
estatales, pero lo que no puede hacer, en ningún caso, es “quebrantar el
competencias autonómicas
marco del art. 149. 1. CE, desnaturalizando el contenido que sea propio
de cada materia y que permite su recognoscibilidad como institución. que se correlacionan con ella
Lo importante, en este sentido, es que el Estatuto de Autonomía, si y que, al hacerlo, no impida
en ocasiones hubiere de realizar alguna precisión sobre el alcance de el despliegue completo de
las materias de competencia estatal, lo haga para favorecer la mayor las funciones propias de la
concreción de las competencias autonómicas que se correlacionan con
competencia estatal regulada
ella y que, al hacerlo, no impida el despliegue completo de las funciones
propias de la competencia estatal regulada en el artículo 149. 1. CE de en el artículo 149. 1. CE de
que se trate. Sólo si se satisfacen estas exigencias, tal modo de proceder que se trate.

2008 | nº 51 61
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Pero, me pregunto si resultará acorde a la Constitución”. Traigo a colación esta doctrina del
tales límites, es decir, no TC siendo plenamente consciente de que, en la sentencia citada, el TC
está refiriéndose a las competencias atribuibles por el Estatuto, las del
desnaturalizar “el contenido
art. 149. 3. CE, y a los límites de la correlativa atribución estatutaria en
que sea propio de cada cuanto afecte a las competencias estatales del art. 149. 1. CE; pero, me
materia y que permita su pregunto si tales límites, es decir, no desnaturalizar “el contenido que
recognoscibilidad como sea propio de cada materia y que permita su recognoscibilidad como
institución” no deberían ser, institución” no deberían ser, por pura lógica, igualmente observados
por el TC cuando interpreta el alcance y forma de ejercicio por una
por pura lógica, igualmente
Comunidad Autónoma, no de una competencia atribuible y asumida
observados por el TC de las del art. 149. 3. CE, sino de una competencia de las del art. 149.
cuando interpreta el alcance 1. CE transferida por el Estado al amparo del art. 150. 2. CE y luego es-
y forma de ejercicio por una tatutariamente asumida por una LO, la 5/1994, posterior a la sentencia
Comunidad Autónoma, 121/1992, de suerte que tal interpretación no pueda desnaturalizar el
contenido que sea propio de tal materia y “que permite su recognos-
no de una competencia
cibilidad como institución”, como hace, con la competencia legislativa
atribuible y asumida de las civil de la Generalitat, la sentencia 121/1992, lo que motiva, entre otras
del art. 149. 3. CE, sino de razones, su desenvolvimiento lógico por el Estatuto de 2006 a partir de
una competencia de las del las mismas premisas admitidas por el propio TC.
art. 149. 1. CE transferida
por el Estado al amparo VII. El recurso de inconstitucionalidad
del art. 150. 2. CE y luego contra la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de
Régimen Económico Matrimonial Valenciano
estatutariamente asumida por
una LO, la 5/1994, posterior
a la sentencia 121/1992, de P ara terminar este trabajo, es inevitable hacer una referencia al re-
curso de inconstitucionalidad número 9888-2007 interpuesto por
el Excelentísimo Señor Presidente del Gobierno de la Nación contra la
suerte que tal interpretación
Ley 10/2007, de 20 de marzo, de la Generalitat el 21 de diciembre de
no pueda desnaturalizar el 2007, admitido a trámite por providencia del Pleno del Tribunal Cons-
contenido que sea propio de titucional de 17 de abril de 2008, la cual fue publicada en el BOE de
tal materia y “que permite 22 de abril de 2008. Tal admisión a trámite comportaba la suspen-
su recognoscibilidad como sión automática de la entrada en vigor de la referida Ley, que estaba
prevista para el día 25 de abril de 2008, toda vez que tal efecto era
institución”, como hace, con
consecuencia, conforme al artículo 30 de la Ley Orgánica del Tribunal
la competencia legislativa Constitucional, de la invocación por parte del Presidente del Gobierno
civil de la Generalitat, la del artículo 161. 2 de la Constitución.
sentencia 121/1992, lo que El mismo día en el que la Ley recurrida debió entrar en vigor, el Tribu-
motiva, entre otras razones, nal Constitucional notificó a la Generalitat la concesión de un plazo
de cinco días hábiles para oponerse a la suspensión de la entrada en
su desenvolvimiento lógico
vigor, presentándose por la Abogacía General de la Generalitat las per-
por el Estatuto de 2006 a tinentes alegaciones contra la suspensión dentro del citado plazo que
partir de las mismas premisas concluyó el día 6 de mayo a las 14 horas.
admitidas por el propio TC. Ésta es la situación actual y, por el momento, final de un camino que
se inició cuando la Comisión de Seguimiento de Actos y Disposiciones
de las Comunidades Autónomas del Ministerio de Administraciones
Públicas, examinó, en su reunión del día 14 de mayo de 2007, la Ley de

62 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

la Comunitat Valenciana 10/2007, de 20 de marzo, de la Generalitat, de El mismo día en el que


Régimen Económico Matrimonial Valenciano, “con respecto a la cual, y la Ley recurrida debió
a iniciativa del Ministerio de Justicia, se han planteado determinadas
discrepancias en relación con los artículos 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39,
entrar en vigor, el Tribunal
42, 46, 47 y 48”. Constitucional notificó a
A la vista de la citada discrepancia, referida a nueve artículos y a dos la Generalitat la concesión
párrafos de otros dos artículos, el Director General de Desarrollo Auto- de un plazo de cinco días
nómico del Ministerio de Administraciones Públicas comunicó, el 29 de hábiles para oponerse a la
mayo de 2007, a la Secretaria Autonómica de Política Institucional de
la Generalitat su opción por el cauce cooperativo previsto en el artículo
suspensión de la entrada en
33. 2 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional que “permitiría la vigor, presentándose por
búsqueda de la solución adecuada a fin de evitar el recurso de inconsti- la Abogacía General de la
tucionalidad”. La comunicación a que vengo refiriéndome concluía con Generalitat las pertinentes
el ruego del Director General de Desarrollo Autonómico del Ministerio alegaciones contra la
de Administraciones Públicas dirigido a la Secretaria Autonómica de
Política Institucional de la Generalitat de que le comunicara, “con la
suspensión dentro del citado
mayor celeridad, la disposición de esa Comunidad Autónoma a partici- plazo que concluyó el día 6 de
par en este procedimiento, a efectos de realizar la oportuna convocato- mayo a las 14 horas.
ria de la Comisión Bilateral de Cooperación Administración General del
Estado-Generalitat Valenciana que, en su caso, debería celebrarse antes
del miércoles, 13 de junio de 2007”. El 30 de mayo de 2007 la Secretaria
Autonómica de Relaciones con el Estado y Comunicación comunicó al
Director General de Desarrollo Autonómico “la disposición de nuestra
Comunidad Autónoma para participar en este procedimiento”, es decir,
el cauce cooperativo previsto en el artículo 33. 2 de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional.
A la comunicación de 29 de mayo de 2007 a la que me acabo de referir
se acompañaba informe de la Dirección General de Desarrollo Autonó-
mico “sobre la controversia planteada” en el que se concluía, con citas
de las sentencias del Tribunal Constitucional 88/1993 y 121/1992, que
“los artículos 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la Ley de
Valencia 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial
Valenciano exceden las competencias atribuidas a la Comunidad Au-
tónoma sobre la “conservación, desarrollo y modificación del Derecho
civil foral valenciano” y vulneran la competencia exclusiva del Estado
sobre la legislación civil, de acuerdo con el artículo 149. 1. 8ª CE”.
El día 7 de junio de 2007 se reunió la Comisión Bilateral de Coopera-
ción Administración General del Estado-Generalitat en relación con la
Ley 10/2007, de 20 de marzo, de la Generalitat, de Régimen Económi-
co Matrimonial Valenciano y adoptó el siguiente Acuerdo: “1. Iniciar
negociaciones para resolver las discrepancias manifestadas sobre los
artículos 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la Ley 10/2007,
de 20 de marzo, de la Generalitat, de Régimen Económico Matrimonial
Valenciano. 2. Designar un grupo de trabajo para proponer a la Comi-
sión Bilateral de Cooperación la solución que proceda. 3. Comunicar
este Acuerdo al Tribunal Constitucional, antes del próximo día 22 de

2008 | nº 51 63
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

junio por cualquiera de los órganos mencionados en el artículo 33. 2


de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, a los efectos que en el
propio precepto se contemplan, así como insertar el presente Acuerdo
en el Boletín Oficial del Estado y en el Diario Oficial de la Comunitat
Valenciana”. Firmaron el Acuerdo el Ministro de Administraciones Pú-
blicas y el Vicepresidente del Gobierno de la Generalitat.
El día 20 de noviembre de El día 20 de noviembre de 2007 se reunió la Comisión Bilateral cons-
tituida para evitar el recurso sin llegar a acuerdo alguno respecto al
2007 se reunió la Comisión
tema que constituía el objetivo exclusivo de sus trabajos, que no era
Bilateral constituida para otro que salvar las discrepancias entre el Gobierno de la Nación y la
evitar el recurso sin llegar Generalitat respecto de la constitucionalidad de los artículos 15, 17.2,
a acuerdo alguno respecto 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la Ley 10/2007, de 20 de marzo,
al tema que constituía el de la Generalitat, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano.
Como antes dije, en el Consejo de Ministros último de la anterior legis-
objetivo exclusivo de sus
latura, celebrado el día 21 de diciembre de 2007, el Presidente del Go-
trabajos, que no era otro que bierno acordó, con apoyo en Dictamen previo del Consejo de Estado,
salvar las discrepancias entre interponer recurso de inconstitucionalidad contra la Ley 10/2007 de
el Gobierno de la Nación y la Generalitat con expresa invocación del artículo 161. 2 de la Cons-
la Generalitat respecto de titución. Tal recurso, según resulta de la notificación a la Generalitat
de la providencia del Pleno del Alto Tribunal admitiendo el recurso a
la constitucionalidad de los
trámite, se formuló por el jefe del ejecutivo contra la referida Ley en su
artículos 15, 17.2, 27.2, 30, totalidad, en todo su contenido.
33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 El diferente alcance de la discrepancia, objeto de superación a través
de la Ley 10/2007, de 20 de de los trabajos de la Comisión Bilateral de Cooperación creada entre el
marzo, de la Generalitat, Gobierno de la Nación y la Generalitat, por una parte, y la que consti-
tuye el objeto del recurso del Presidente del Gobierno, por otra, suscitó,
de Régimen Económico
desde el primer momento, dudas acerca de si el recurso, tal y como se
Matrimonial Valenciano. formuló, se interpuso en plazo o fuera de plazo, caso este último que
tendría que haber determinado, necesariamente, su inadmisión a trá-
Como antes dije, en el mite por el Tribunal Constitucional. Tales dudas se manifestaron, por
Consejo de Ministros vez primera, en una reunión del Pleno de la Comisión de Codificación
último de la anterior Civil Valenciana por Jesús-Emilio Torrejón Puchol, Director General de
legislatura, celebrado el día la Abogacía General de la Generalitat en quien concurre, además, la
condición de ser uno de los Vicepresidentes de la citada Comisión.
21 de diciembre de 2007,
En efecto, según la Disposición Final Cuarta de la Ley 10/2007, de 20
el Presidente del Gobierno de marzo, de la Generalitat, de Régimen Económico Matrimonial Va-
acordó, con apoyo en lenciano, “esta Ley entrará en vigor el 25 de abril de 2008”. Éste es
Dictamen previo del Consejo el momento de entrada en vigor de la Ley, cuya constitucionalidad
de Estado, interponer recurso se recurre, que hay que entender suspendido por la interposición del
recurso de inconstitucionalidad.
de inconstitucionalidad
La Ley de la Generalitat Valenciana 10/2007 se publicó en el DOCV n.º
contra la Ley 10/2007 de 5475 de 22 de marzo de 2007. Según el artículo 33. 1 de la LOTC “el
la Generalitat con expresa recurso de inconstitucionalidad se formulará dentro del plazo de tres
invocación del artículo 161. 2 meses a partir de la publicación de la Ley (…) impugnado mediante
de la Constitución. demanda presentada ante el Tribunal Constitucional”; añadiendo el
párrafo segundo del indicado artículo que “no obstante lo dispuesto

64 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

en el apartado anterior, el Presidente del Gobierno y (…) podrán in- Tal recurso, según resulta
terponer recurso de inconstitucionalidad en el plazo de nueve meses de la notificación a la
contra leyes (…) en relación con las cuales, y con la finalidad de interpo-
ner el recurso, se cumplan los siguientes requisitos: a) Que se reúna la
Generalitat de la providencia
Comisión Bilateral de Cooperación entre la Administración General del del Pleno del Alto Tribunal
Estado y la respectiva Comunidad Autónoma (…) b) Que en el seno de admitiendo el recurso a
la mencionada Comisión Bilateral se haya adoptado un acuerdo sobre trámite, se formuló por el
iniciación de las negociaciones para resolver las discrepancias (…) c) jefe del ejecutivo contra la
Que el acuerdo sea puesto en conocimiento del Tribunal Constitucional
por los órganos anteriormente mencionados dentro de los tres meses
referida Ley en su totalidad,
siguientes a la publicación de la Ley”, nada se dice pues sobre que en en todo su contenido.
el seno de la citada Comisión Bilateral se haya alcanzado el acuerdo
pretendido y perseguido por ambas partes, acuerdo que pudo haberse
alcanzado o no, como así sucedió.
De lo antes dicho, se desprende que el recurso de inconstitucionalidad,
que, según el artículo 31.1 de la LOTC, se ha de plantear en el plazo de
tres meses a partir de la publicación de la Ley recurrida, es decir, en el
caso que nos ocupa, debió interponerse antes del día 22 de junio de
2007, se puede interponer antes de los nueve meses desde la referida
publicación, es decir, en el caso de referencia antes del 22 de diciembre
de 2007, siempre que se haya reunido la Comisión Bilateral de Coope-
ración, como efectivamente sucedió, para buscar “la solución adecuada
a fin de evitar el recurso”. La Comisión se reunió e intentó, sin resultado
positivo alguno, dar una nueva redacción a los artículos de cuyo encaje
constitucional duda el Gobierno de la Nación, es decir, a los artículos
los artículos 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la Ley de
Régimen Económico Matrimonial Valenciano.
El efecto suspensivo previsto en los artículos 161.2 de la Constitución
Española y 30 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional es, exclusi-
vamente, consecuencia de la impugnación de la norma, en su totalidad
o en parte, de la misma ante el Tribunal Constitucional como conse-
cuencia de la duda que el recurrente, en este caso el Presidente del
Gobierno, alberga sobre su constitucionalidad, de suerte que la parte
de la Ley no impugnada no puede, en modo alguno, ver suspendida
su entrada en vigor puesto que, no habiendo sido recurrida, es decir,
no siendo sospechosa de reproche alguno de ortodoxia constitucional,
nada puede impedir su entrada en vigor en los términos que la misma
Ley prevé.
Los únicos artículos que cabe racionalmente entender recurridos por el
Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de la Nación son los artículos 15,
17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la Ley 10/2007, de 20 de
marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano, DOCV n.º 5.475
de 22 de marzo de 2007, toda vez que son los artículos respecto de
los cuales la Comisión Bilateral de Cooperación Administración General
del Estado-Generalitat intentó encontrar un acuerdo dada su sospecha
de inconstitucionalidad por parte del Ministerio de Administraciones

2008 | nº 51 65
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

En resumidas cuentas, como Públicas y por parte del Ministerio de Justicia. De no ser estos artículos
se desprende de los artículos los afectados por una posible inconstitucionalidad sino todos los de la
Ley 10/2007 de la Generalitat Valenciana, el objetivo de la citada Comi-
30 y 32 de la LOTC y 161 CE, sión debió ser buscar un acuerdo sobre todos ellos y no sólo sobre los
la reunión de la Comisión mencionados preceptos, como se desprende del Acuerdo de la Comi-
Bilateral de Cooperación no sión notificado el día 7 de junio de 2007 al Tribunal Constitucional por
es un trámite esencial del el Excmo. Sr. Ministro de Administraciones Públicas y por el Excmo. Sr.
procedimiento del recurso de Vicepresidente del Gobierno de la Generalitat, como antes vimos o, al-
ternativamente, el recurso de inconstitucionalidad se debió interponer
inconstitucionalidad, sino sólo antes del día 22 de junio de 2007.
un requisito indispensable La reunión de la citada Comisión Bilateral de Cooperación permite
para que el plazo de alargar el plazo para recurrir la Ley afectada de presunta inconstitu-
interposición del mismo cionalidad conforme al artículo 33 de la LOTC. En efecto, tal plazo es el
pase de ser de tres meses a de tres meses desde la publicación de la Ley cuya constitucionalidad
se cuestiona (art 33.1 LOTC), plazo que puede prorrogarse hasta nueve
ser de nueve meses desde meses desde la indicada publicación caso de que, como sucedió en
la publicación de la norma esta ocasión, se reúna la citada Comisión, aún sin lograr el pretendido
recurrida. En el caso de la acuerdo. Si en este momento procedimental el recurrente pretendiera
Ley de Régimen Económico haber cuestionado ante el TC otros artículos distintos de aquéllos so-
Matrimonial, como ésta se bre los que la mencionada Comisión buscó, aunque infructuosamente,
el acuerdo, se debería de tener por no celebrado o cumplido el trámite
publicó en el DOCV el día 22 dilatorio previsto en el artículo 33.2 de la LOTC, es decir, la reunión de
de marzo de 2007, el plazo la Comisión Bilateral de Cooperación y, consecuentemente, se debería
para recurrirla concluyó el considerar como interpuesto fuera de plazo el recurso ante el tribunal
22 de junio; pero, como antes Constitucional, de suerte que no debería haber sido admitido a trámite
de que venciera ese plazo el antes referido asunto identificado bajo el numeral 9888-2007.
En resumidas cuentas, como se desprende de los artículos 30 y 32 de
se constituyó la indicada la LOTC y 161 CE, la reunión de la Comisión Bilateral de Cooperación
Comisión, el plazo para no es un trámite esencial del procedimiento del recurso de inconsti-
recurrir se prolongó hasta el tucionalidad, sino sólo un requisito indispensable para que el plazo
día 22 de diciembre de 2007. de interposición del mismo pase de ser de tres meses a ser de nueve
meses desde la publicación de la norma recurrida. En el caso de la Ley
de Régimen Económico Matrimonial, como ésta se publicó en el DOCV
el día 22 de marzo de 2007, el plazo para recurrirla concluyó el 22 de
junio; pero, como antes de que venciera ese plazo se constituyó la
Una vez que se constituye indicada Comisión, el plazo para recurrir se prolongó hasta el día 22
de diciembre de 2007.
la Comisión y ésta centra la Una vez que se constituye la Comisión y ésta centra la duda de cons-
duda de constitucionalidad titucionalidad sobre determinados preceptos, 11 artículos en este caso,
sobre determinados buscando el acuerdo respecto de ellos y no respecto de los restantes
preceptos, 11 artículos artículos de la Ley, cuya constitucionalidad no se discute, no cabe duda
en este caso, buscando el de que si la Comisión no logra su objetivo de suprimir tales artícu-
los o darles una redacción aceptable para ambas partes, la prórroga
acuerdo respecto de ellos y del plazo para recurrir afecta sólo a los artículos sobre los que versó
no respecto de los restantes el trabajo de la Comisión, sin extenderse al resto de los artículos no
artículos de la Ley, cuestionados, por lo que cabe decir que el 21 de diciembre de 2007

66 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

el Presidente del Gobierno sólo podía recurrir de inconstitucionalidad ...cuya constitucionalidad


los artículos 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la Ley de no se discute, no cabe duda
Régimen Económico Matrimonial Valenciano.
de que si la Comisión no
Y, aunque a la vista de la providencia de admisión del Pleno del TC
del recurso 9888-2007, debe entenderse, como acertadamente puso de logra su objetivo de suprimir
relieve Juana-María Forés Villanueva, Subsecretaria de la Conselleria de tales artículos o darles una
Gobernación y Secretaria General de la Comisión de Codificación, que redacción aceptable para
la suspensión resultante del juego de los artículos 161. 2 CE y 30 LOTC ambas partes, la prórroga
afecta y se refiere a toda la Ley 10/2007 de la Generalitat, quizás no
del plazo para recurrir afecta
fuera del todo descabellado pensar que si el TC inadmitiera finalmente
el recurso por presentación fuera de plazo y correlativamente, en tal sólo a los artículos sobre
caso, levantara la suspensión respecto del resto de la Ley no referida a los que versó el trabajo de
sus artículos 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 por haber sido la Comisión, sin extenderse
recurridos fuera de plazo en la medida en que, al no ser tal contenido al resto de los artículos no
objeto de conciliación en el seno de la Comisión Bilateral, el plazo para
cuestionados, por lo que cabe
recurrir tal articulado vencía el 22 de junio de 2007, tal inadmisión y/
o levantamiento, correlativo en su caso, de la suspensión se produje- decir que el 21 de diciembre
ra con efecto retroactivo, es decir, con efecto desde el día 25 de abril de 2007 el Presidente del
de 2008, fecha en la que la Ley recurrida debió, según su Disposición Gobierno sólo podía recurrir
Final Cuarta, haber entrado en vigor, dada la excepcionalidad de la me- de inconstitucionalidad los
dida cautelar suspensiva levantada que limita los efectos, el ejercicio
artículos 15, 17.2, 27.2, 30, 33,
del poder de legislar por una entidad legitimada para ello en cuanto
depositaria de la representación democrática, a tal efecto, del pueblo 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la
valenciano titular del “derecho de autogobierno que la Constitución Ley de Régimen Económico
Española reconoce a toda nacionalidad”, como nos dice el artículo 1. 1. Matrimonial Valenciano.
de nuestro Estatuto de Autonomía.
Entre el contenido de la Ley no llevado al seno de la Comisión Bilateral
están sus artículos 6 y 44 que establecen, como régimen económico
matrimonial valenciano supletorio de primer grado el de separación de
bienes, con lo que de ser aceptada esta posibilidad por el Alto Tribunal,
los matrimonios celebrados desde el 25 de abril, inclusive, entre per-
sonas a quienes les resulte aplicable la Ley 10/2007 de la Generalitat
según los artículos 149. 1. 8ª de la Constitución, 3. 4 del Estatuto de
Autonomía y 14, 16 y 9. 2 y 3 del Título Preliminar del Código Civil se
deberán entender celebrados bajo el régimen de separación de bienes si
los contrayentes no pactaron en capitulaciones matrimoniales o carta
de nupcias un régimen distinto, con independencia de que tal efecto, a
estas alturas, no se considere razonable en cuanto atentatorio contra la
seguridad jurídica e incoherente con la filosofía esencialmente disposi-
tiva de la Ley 10/2007 de la Generalitat.
No obstante lo dicho en los dos párrafos anteriores, el Tribunal Cons-
titucional, en Pleno, dictó auto de 12 de junio de 2008 por el que le-
vantó la suspensión que, sobre la totalidad de la misma había acordado
en el auto de admisión a trámite. El levantamiento de la suspensión
tuvo efecto a partir del día 1 de julio de 2008, toda vez que el auto
fue publicado en el Boletín Oficial del Estado del día 30 de junio. El

2008 | nº 51 67
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Tras una serie de meditadas TC manifiesta que “…en este momento procesal, y a los efectos de la
resolución del incidente, lo discutido no han de ser cuestiones proce-
consideraciones efectuadas
sales o relativas a la delimitación de competencias entre el Estado y la
a partir de las premisas Comunidad Valenciana en materia de Derecho civil, sino, únicamente,
referidas, el TC acuerda si la aplicación de la norma impugnada resulta susceptible de provocar
“levantar la suspensión perjuicios de imposible o difícil reparación en los intereses públicos o
de la Ley de la Comunitat en los de los ciudadanos afectados por la norma en cuestión, los cua-
les, precisamente por revestir tal carácter, hayan de prevalecer frente
Valenciana 10/2007, de
a los perjuicios derivados del eventual mantenimiento de la suspen-
20 de marzo, de Régimen sión inicialmente acordada.”. Parte también el TC de la idea de que “la
Económico Matrimonial prolongación de la suspensión…es una medida que debe tomarse con
Valenciano”. sumo cuidado y con carácter excepcional, pues sólo así, se evitará un
indebido bloqueo del ejercicio de sus competencias por las CCAA…”.
Tras una serie de meditadas consideraciones efectuadas a partir de las
premisas referidas, el TC acuerda “levantar la suspensión de la Ley de la
Comunitat Valenciana 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económi-
co Matrimonial Valenciano.”. Respecto del citado auto, el Magistrado
don Javier Delgado Barrio formuló un voto particular concurrente al
que se adhirió el Magistrado don Jorge Rodríguez Zapata Pérez, en el
que, entrando en las cuestiones procesales que quedaron planteadas
antes, en este trabajo, se concluye que el recurso del Excmo Sr Presi-
dente del Gobierno de la Nación es extemporáneo parcialmente, es
decir, en cuanto recurre más artículos de la Ley que los llevados al seno
de la Comisión Bilateral de Cooperación por lo que “debió, por tanto,
inadmitirse el recurso en cuanto excedía de las cuestiones planteadas
ante la Comisión Bilateral, por lo que, en este ámbito, ni siquiera era
planteable la cuestión de la suspensión de la Ley impugnada”.

VIII. Conclusión
Sólo cabe, para concluir, dejar
muy claramente manifestado
S ólo cabe, para concluir, dejar muy claramente manifestado el deseo
de que, sea por la vía procesal de la inadmisión por extempora-
neidad parcial del recurso, sea por la vía material y sustantiva de los
el deseo de que, sea por la argumentos que fundamentan un desenvolvimiento lógico por parte
vía procesal de la inadmisión del TC de su propia doctrina sentada en la sentencia 121/1992, o sea,
por ambas vías, quede claramente atribuida a la Generalitat su compe-
por extemporaneidad
tencia para legislar en Derecho foral civil valenciano con plenitud, con
parcial del recurso, sea la misma plenitud con que ejercen la competencia equivalente las Co-
por la vía material y munidades Autónomas que, como la Valenciana, como su antecesora
sustantiva de los argumentos histórica, el Reino de Valencia, la tuvieron y no sufrieron, como sufrió
que fundamentan un el Reino de Valencia, la triste y discriminadora singularidad de ver abo-
lidos sus Fueros pese a incidir en las mismas causas de abolición que
desenvolvimiento lógico por
concurrieron en nosotros. La Constitución ampara y los valencianos, a
parte del TC de su propia través de sus legítimos representantes, han pedido en el Estatut y en la
doctrina sentada en la Ley 10/2007 el desenvolvimiento pleno de la doctrina iniciada por el TC
sentencia 121/1992... en su sentencia 121/1992. Lo único que falta es que el Gobierno de la

68 2008 | nº 51
La competencia legislativa civil de la Generalitat

Nación y el Tribunal Constitucional lo reconozcan y admitan como una ....o sea, por ambas vías, quede
pretensión irrenunciable derivada de la inapelable lealtad y fidelidad claramente atribuida a la
constitucionales de los valencianos y sus órganos de autogobierno.
Los valencianos perdimos nuestro íntegro patrimonio foral a resultas
Generalitat su competencia
de una victoria militar de españoles contra españoles, un botín de gue- para legislar en Derecho foral
rra, una dolorosa singularidad que, desde entonces, ha discriminado civil valenciano con plenitud,
dolorosamente a la Comunidad Valenciana en contra de los principios con la misma plenitud con
y valores proclamados en nuestra Constitución, la cual, por ejemplo, en que ejercen la competencia
los apartados 1 y 2 de su Disposición Derogatoria, deja sin valor ni efec-
to alguno una serie de normas por oponerse a ella y en su apartado 3
equivalente las Comunidades
declara “…derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido Autónomas que, como
en la presente Constitución”, ¿no cabe entender derogados los Decretos la Valenciana, como su
de 29 de junio y de 29 de julio de 1707?, ¿no cabe entender restau- antecesora histórica, el Reino
rada por nuestro proceso estatutario en su conjunto, e íntegramente de Valencia, la tuvieron y
recuperada nuestra foralidad civil, la que tales Decretos abolieron, a los
efectos de ejercer plenamente la competencia transferida y asumida
no sufrieron, como sufrió el
con pleno respeto a las mismas transferencia y asunción acaecidas, así Reino de Valencia, la triste y
como a la tutela constitucional de la foralidad civil? discriminadora singularidad
En definitiva, lo que en estas reflexiones se propone es un desenvol- de ver abolidos sus Fueros
vimiento de la doctrina que sentara el Tribunal Constitucional en su pese a incidir en las mismas
sentencia 121/1992; un desenvolvimiento para hacer efectiva y llenar
de contenido la transferencia y posterior asunción estatutaria de una
causas de abolición que
competencia, un desenvolvimiento lógico con su propia doctrina: a) concurrieron en nosotros.
o bien con la que resulta de su generosa aplicación de la institución La Constitución ampara y
de las materias conexas y con la situación resultante del desistimiento los valencianos, a través de
del Abogado del Estado respecto del recurso contra la Ley Primera del sus legítimos representantes,
Código Civil Catalán, es decir, con la doctrina de la desvinculación de
la competencia legislativa en Derecho civil de la tutela de la foralidad
han pedido en el Estatut
civil, aunque, evidentemente, no sea esto lo querido por el legislador y en la Ley 10/2007 el
estatutario de 2006, ni por la misma CE, que, de este modo, ha mutado; desenvolvimiento pleno de la
b) o bien con la doctrina de la propia sentencia 121/1992 que recoge el doctrina iniciada por el TC
criterio constitucional de tutela de la foralidad civil, recogido también en su sentencia 121/1992.
en el Estatut de 2006, pero sin limitarla a la costumbre foral, la cual,
además de estéril desde el punto de vista de la efectividad de la com-
Lo único que falta es que
petencia, como ha quedado demostrado en la práctica legislativa de la el Gobierno de la Nación y
Generalitat, resulta conceptualmente contradictoria y, por ello, imposi- el Tribunal Constitucional
ble si se la separa del Derecho civil escrito contenido en nuestros Furs. lo reconozcan y admitan
como una pretensión
irrenunciable derivada de la
inapelable lealtad y fidelidad
constitucionales de los
valencianos y sus órganos de
autogobierno.

2008 | nº 51 69
régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la
uto de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen económico matrimonial y el m
régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de l
tatuto de la Comunidad Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco compet
económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comun
utonomía de la Comunidad Valenciana tatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana E

El régim
at Valenciana tatuto de Autonomía de la Comunidad Valencia
a Comunidad Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco competencial del
marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana
la Comunidad Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco competencial de
tencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen eco
nidad Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía d

men econ
ana El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonom
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

Firma del acuerdo de aprobación de la reforma del Estatut


d´Autonomía. 26 de mayo de 2005.
Salón de Cortes. Palau de la Generalitat. Valencia.

El régimen
g
económicoo
m
matrimoni i
nonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen
a de la Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Au
El régimenonial y el marco competencial del de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen económ
de la Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de
El y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen económico m
la Comunidad Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Auton
El y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen económico m
Valenciana El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Co
El y el marco competencial del de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen económico matrimon
ciana72El 2008
régimen
| nº 51 económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunid
El y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana El régimen económico m
El régimen económico
matrimonial y el marco
competencial del Estatuto de
Autonomía de la
Comunidad Valenciana
Texto de:
Javier Guillem Carrau

Sumario
1. Introducción 2. Síntesis de la reforma del EACV 3. Las soluciones
técnicas en materia de competencias de las recientes reformas esta-
tutarias 4. La cuestión competencial en la reforma del Estatuto de la
Comunidad Valenciana 5. La competencia en materia de Derecho civil
6. Conclusiones

1. Introducción1

o E ste comentario sobre el régimen económico matrimonial en el


marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad
Valenciana (en adelante, EACV) parte de la constatación de que la
reforma del EACV operada en 2006 ha sido la más amplia reforma
del Estatuto hasta el punto de poder hablar de una nueva Norma

i
Institucional Básica para la Comunidad Valenciana2.

1. Quiero hacer patente el agradecimiento y la satisfacción por la invitación recibida


por parte de la directora de la Revista, Ilma. Sra. Dª Carolina Salvador, pues es un honor
seguir describiendo aspectos de la reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana en
esta Revista junto a expertos juristas que proceden de los más diferentes ámbitos de la
práctica jurídica y de los ámbitos académicos. De igual modo, agradezco en estas líneas
a mi compañero, letrado de las Cortes Valencianas, Francisco J. Visiedo Mazón, por su
ayuda tanto en la asistencia realizada en la Comisión de Estudio sobre la reforma del
Estatuto y la consolidación del autogobierno como en la Comisión de Coordinación,
Organización y Régimen de las Instituciones de la Generalitat Valenciana, Comisión
Legislativa Permanente de Les Corts que tramitó la Proposición de Ley Orgánica de
Reforma del EACV.

2. Las reformas del EACV anteriormente efectuadas afectaron, la primera en 1991, al


artículo 12.4, y, la segunda en 1994, dio lugar a la aprobación de dos Leyes Orgánicas, la
de reforma del EACV y la de derogación de la Ley Orgánica de Transferencias a la Comuni-
dad Autónoma Valenciana de Competencias de Titularidad Estatal (LOTRAVA). Entre otros,
véase RIPOLLÉS SERRANO, Mª R.: “aspectos técnico-jurídicos del Estatuto de Autonomía

2008 | nº 51 73
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Se trata “…de una reforma En cuanto a la cuestión competencial, el preámbulo de la propuesta


de reforma anuncia que se trata “…de una reforma sustancial que
sustancial que permita
permita disponer de un Estatuto que, dentro del marco constitucio-
disponer de un Estatuto nal, esté equiparado al más alto nivel” 3.
que, dentro del marco A continuación, se desarrollan un conjunto de elementos con el fin
constitucional, esté de señalar, en cuanto al marco competencial del EACV, la técnica
equiparado al más alto nivel”. normativa elegida y las consecuencias que dicha opción haya podido
tener en el contenido competencial que definitivamente ha recogido
la norma estatutaria en el ámbito del Derecho civil valenciano y su
desarrollo por las Cortes Valencianas mediante la adopción de la Ley
del Régimen Económico Matrimonial, cuyo contenido está pendiente
de examen por el Tribunal Constitucional4.
Entre los elementos interpretativos escogidos para esta tarea, jun-
to a la doctrina científica, debe destacarse la remisión continua a
los avatares de la propuesta en su camino parlamentario5. También

de la Comunidad Valenciana”, en Corts. Anuario de derecho parlamentario, n.º 12 (2002).


Extraordinario.

3. Sobre la cuestión de las competencias se configura un nivel más amplio que el que le
correspondía mediante la vía de acceso a la autonomía por el artículo 143 de la Consti-
tución española, y con una estructura institucional de autogobierno plena. La cuestión
del máximo techo competencial fue debatida sobre todo durante la toma en conside-
ración de la Proposición de Reforma del EACV ante el Pleno de Les Corts aunque a la
propuesta de reforma se le realizaron modificaciones a su paso por el Congreso. Véase, a
modo de ejemplo, el Diario de Sesiones de la reunión de constitución de la Comisión de
Estudio para la reforma del Estatuto de la VI Legislatura de las Cortes Valencianas [Diario
de Sesiones. Comissió no permanent especial de d’estudi per a una posible reforma de
l’estatut d’autonomia i la consolidació del autogovern. VI Legislatura, n.º 1 (año 2004)],
el debate de la toma en consideración de la iniciativa en las Cortes Valencianas (Diario
de Sesiones de las Cortes Valencianas, n.º 93, de 3 de junio de 2005) y las intervenciones
de Joan Ignasi Pla i Durà y Serafín Castellano Gómez en el Congreso de los diputados en
representación de Las Cortes Valencianas en el Debate a la totalidad sobre la propuesta
de reforma (DS. Congreso de los Diputados n.º 111 de 20/09/2005 P.: 5558)

4. Ley 10/2007, de 20 de marzo, de la Generalitat, de Régimen Económico Matrimonial


Valenciano, DOGV n.º5.475, de 22 de marzo. Es necesario mencionar que por edicto
dimanante del recurso de inconstitucionalidad número 9888-2007 (Diari Oficial número
5764 de fecha 16.05.2008 y BOE n.º 97 de 22/4/2008), se suspendió la vigencia de la
Ley. Posteriormente, mediante Auto de 12 de junio de 2008, se acuerda por el Tribunal
Constitucional levantar la suspensión de esta Ley (DOCV n.º 5795, de 30.06.2008 y BOE
núm. 157, de 30.06.2008). Esta Ley ha sido ya analizada críticamente en BLASCO GASCÓ,
F.: “Despropósitos de la proposición de ley Régimen Económico Matrimonial Valenciano”
en Revista Jurídica de la Comunidad Valencianas, n.º 21, 2007, pp.5-22.

5. Sobre los aspectos singulares de los debates y trámites parlamentarios de la reforma,


véase: GUILLEM CARRAU, J. Y VISIEDO MAZÓN F.: “Novedades en los trabajos parlamen-
tarios de la nueva reforma del Estatuto”, en Modelo de Estado y Reforma de los Estatutos,
dir. por Vicente Garrido Mayol, Fundación Profesor Manuel Broseta, 2007, pp. 149-172;
“Los trámites parlamentarios y sus consecuencias en el contenido material de la reforma
del EACV”, en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, n.º 18, 2007, pp.165-194; “La
reforma del Estatuto Valenciano: un camino concluido”, en Un Estatuto para el siglo
XXI, Revista Valenciana de Estudios Autonómicos, n.º 47, primer/segundo trim. 2005, pp.
141-180.; “Tramitación de la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de reforma del Esta-
tuto de Autonomía: Un nuevo Estatuto” en Revista Española de la Función Consultiva,
nº4, jul./dic 2005, pp.205-226; “La reforma del Estatuto de autonomía de la Comunidad
Valenciana: estrategia de comunicación y participación de la sociedad valenciana”, en

74 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

encontramos en la actividad jurisdiccional del TC determinados con-


tenidos de obligada referencia. En particular, en las SSTC de 12 y 13 de
diciembre de 2007, donde el TC, lejos de circunscribirse a la redacción
del derecho al agua de los valencianos y valencianas, ha abordado
cuestiones de relevancia como los principios estructurales contenidos
en nuestra Constitución acerca de la organización territorial del Es-
tado, la posición y función de los Estatutos de Autonomía en nuestro
sistema constitucional de fuentes, la delimitación general de las com-
petencias del Estado y de las Comunidades Autónomas, el contenido
constitucionalmente lícito de los Estatutos de Autonomía y, en último
término, la posibilidad de que los Estatutos de Autonomía regulen
derechos de los ciudadanos y las ciudadanas6.

2. Síntesis de la reforma
del EACV
Tras la reforma de 2006,
C omo norma institucional básica, el EACV determina la denomi-
nación, el territorio, las lenguas, la bandera y el himno como
elementos constitutivos e identificativos de la Comunidad Valen-
se contiene la referencia a
la identidad diferenciada
ciana. Además, en el Título I, tras la reforma de 2006, se contiene
la referencia a la identidad diferenciada como “nacionalidad histó-
como “nacionalidad
rica” de la Comunidad Autónoma dentro de la unidad de la nación histórica” de la Comunidad
española; incorporando también la referencia a los valores de la Autónoma dentro de
Unión Europea concretando el contenido de la condición política la unidad de la nación
de valenciano; la aplicación del Derecho Civil Foral Valenciano y la
española; incorporando
también la referencia a los
Participación, democracia y voto a través de las nuevas tecnologías, dir. Lorenzo Cotino valores de la Unión Europea
Hueso, Comares 2006, pp.265-280; “Crónica de la Reforma del EACV” en Revista General
de Derecho Constitucional, n.º1, 2006, www.iustel.com, pp.237-266; “Estudio y tramita- concretando el contenido
ción de la reforma del EACV” en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, n.º16, 2005;
PEÑARANDA RAMOS, J.L.: Reforma del Estatuto de autonomía de la Comunidad Valen-
de la condición política de
ciana : trabajos parlamentarios, Cortes Generales, Departamento de Publicaciones, 2006; valenciano; la aplicación
y “Informe sobre la propuesta de reforma del EACV”, Revista de las Cortes Generales, n.º
63, p. 223 y ss. del Derecho civil foral
valenciano y la realidad de
6. Las Sentencias tienen su origen en el Recurso de inconstitucionalidad n.º 7288-2006,
en relación con el artículo 20 de la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de reforma
los ciudadanos de la UE
de la Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio, de Estatuto de Autonomía de la Comunidad residentes en la Comunidad
Valenciana, y en el Recurso de inconstitucionalidad n.º 7289-2006, en relación con el
artículo 20 de la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de reforma de la Ley Orgánica Valenciana.
5/1982, de 1 de julio, de Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana (BOE n.º
230 de 26/9/2006). Ambos recursos fueron resueltos mediante Sentencias de 12 y 13 de
diciembre de 2007 respectivamente, declarando la constitucionalidad del artículo 20 de
la Ley Orgánica 1/2006, por el que se le da nueva redacción al artículo 17 del EACV. Sobre
estas Sentencias, véase: FERNÁNDEZ FARRERES, G.: ¿Hacia una nueva doctrina constitu-
cional del Estado Autonómico?, Cuadernos Civitas, Thomson, 2008.; GUILLEM CARRAU, J.
Y VISIEDO MAZÓN F.: “El Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana ante el TC
(Comentario a las sentencias del Tribunal Constitucional 247/2007 y 248/2008” , Revista
Aranzadi del Tribunal Constitucional, n.º 4, junio 2008; ZARAGOZA MARTI, M.F.: “El nuevo
derecho estatutario al agua y la posible constitucionalidad de las cartas de derechos de
los Estatutos de Autonomía. A propósito de la STC 247/2007”, Revista Europea de Dere-
chos Fundamentales, n.º 10/2 º sem.2007, pp.197-217.

2008 | nº 51 75
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

realidad de los ciudadanos de la UE residentes en la Comunidad


Valenciana7.
En primer lugar, junto a lo afirmado en relación con su amplitud, la
referencia al carácter “consensual” de la reforma del EACV precede al
análisis sintético del contenido de la misma. Esta reforma está ava-
lada por dos de los tres grupos parlamentarios con representación en
las Cortes Valencianas, que, a su vez, han garantizado la tramitación
del texto en las Cortes Generales8.

7. Debe destacarse que, por un lado, se cita al valenciano como la lengua propia de la Co-
munidad y, por otro, se realiza la declaración de la oficialidad del idioma valenciano y del
castellano, con el reconocimiento del derecho de uso de ambas y la especial protección y
respeto a la recuperación del idioma valenciano. Con relación a la lengua propia de la Comu-
nidad Valenciana, esto es el valenciano, se hace mención expresa en el nuevo artículo sexto
a la Acadèmia Valenciana de la Llengua como “Institución normativa del idioma valenciano.
Al respecto, véanse los comentarios realizados respecto a la identidad diferenciada en SIMÓ
SANTONJA, V.L.: “Título Primero: la Comunidad Valenciana (artículos 1 a 7) en Corts. Anuario
de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.287-300; por BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.:
“El Estatuto Valenciano en el marco de la reforma territorial” en Revista Aragonesa de Admi-
nistración Pública, VIII, Zaragoza, 2005, pp. 243-278; y sobre las novedades en el Título I por
GARCÍA EDO, V.: “Derecho foral e identidad valenciana. Comentarios al Título I del Estatuto de
Autonomía” en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.301-321.

8. Los intervinientes en el proceso de elaboración de la reforma han destacado que


el conjunto de acuerdos contenidos en la reforma se logra tras un intenso proceso de
consulta y debate con los representantes de los más diversos sectores de la sociedad civil
y de las diferentes instituciones políticas, culturales, económicas y sociales de la Comu-
nidad Valenciana, que ha incorporado el empleo de las Tecnologías de la Información y
la Comunicación (TICS). A este respecto, se han destacado los trabajos de la Comisión
especial de estudio de una posible reforma del EACV y consolidación del autogobierno de
las Cortes Valencianas que configuró un detallado y ambicioso Plan de Trabajo que com-
prendió colaboraciones, participación, asesoramiento de expertos y entrevistas con las
entidades más representativas de la sociedad valenciana. Cabe reseñar los comentarios
al Estatuto realizados, entre otros, por los Sindics de los Grupos Parlamentarios de Les
Corts en la VI Legislatura: RIBO CANUT, J.: “La reforma de l’Estatut d’Autonomia valen-
cià: una oportunitat perduda” en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18,
pp.77-90; PLA I DURÁ, I.: “El nou Estatut d’Autonomia de la Comunidad Valenciana: la
perspectiva socialista” en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.65-
75; y CASTELLANO GÓMEZ, S.: “El Estado de las Autonomías: un modelo vivo y eficaz” en
Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.43-63. No obstante, ha de ha-
cerse constar que la tramitación de la reforma estatutaria no contó con el apoyo de uno
de los grupos parlamentarios que conformaban la Cámara autonómica y tampoco con
la unanimidad en las Cortes Generales, hecho que se reflejará también en las referencias
a los contenidos de la reforma. Por ello, es necesario detallar la posición del tercero de
los grupos parlamentarios en las Cortes Valencianas. Aunque nos encontramos ante
cuestiones cuyo método de tratamiento, contenidos y desarrollo, no se atienen a los pa-
rámetros habituales de lo jurídico y llevan implícitas la emisión de determinados juicios
y reflexiones que pueden apropiadamente considerarse como políticos, lo que no quiere
decir, en modo alguno, que deban ser también partidistas (EMBID IRUJO, A.:“Balance
del Estatuto de Autonomía de Aragón y aspiraciones de reforma” en Revista Aragonesa
de Administración Pública, VIII, Zaragoza, 2005, pp. 147-170). Las cuestiones sobre las
que no existió consenso quedaron de manifiesto en la tramitación parlamentaria, tanto
en las Cortes Valencianas como en las Cortes Generales. Es buena muestra de ello la
enmienda a la totalidad, con texto alternativo, por el Grupo Parlamentario Esquerra
Unida-Els Verds-E. Valenciana: Entesa. Tras su publicación, tuvo lugar su debate en el
Pleno de las Cortes Valencianas de 20 de junio de 2005 (Diario de Sesiones de las Cortes
Valencianas n.º 96, de 20 de junio de 2005) y la defensa de la enmienda a la totalidad fue
realizada por el Síndic del Grupo Parlamentario Esquerra Unida-Els Verds-E. Valenciana:
Entesa, quien presentó un texto alternativo de 89 artículos, 5 disposiciones adicionales,
6 disposiciones transitorias y 1 disposición final, incidiendo básicamente en los aspectos
a los que nos hemos referido al tratar la toma en consideración de la iniciativa de los
otros dos grupos parlamentarios de la Cámara. En esta enmienda a la totalidad existían

76 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

En segundo lugar, en ámbitos académicos, ha sido analizado profu-


samente el nuevo Título II, bajo la rúbrica “De los Derechos de los
Valencianos y Valencianas”, que hace referencia tanto a los derechos,
deberes y libertades reconocidos en la Constitución Española como
en el Ordenamiento de la Unión Europea y los instrumentos interna-
cionales de protección de los mismos.
Entre otras cuestiones novedosas, se contempla específicamente el
derecho al agua de calidad y al aprovechamiento de los excedentes de
otras cuencas de acuerdo con la Constitución y la legislación estatal,
derechos del sector agrario valenciano, de la protección del medio
ambiente y al desarrollo de políticas activas de infraestructuras y el
compromiso de elaborar una Ley-Carta de Derechos Sociales de la
Comunidad Valenciana9.

Títulos de la proposición de ley en los que sólo había modificaciones parciales por estar
sustancialmente de acuerdo con su contenido (III, IV y los relacionados con la UE y la
cooperación internacional). El defensor de la enmienda, Síndic del Grupo Parlamentario
Esquerra Unida-Els Verds-E.Valenciana:Entesa, incidió en los ejes que fundamentaban la
enmienda a la totalidad: deficiencias democráticas en la definición de ciudadanía valen-
ciana; en el mantenimiento de la barrera electoral; el sistema de financiación planteado;
los aspectos de denominación, lengua y personalidad del pueblo valenciano, y lo relativo
a ayuntamientos y Administración Local. Posteriormente, en el Congreso, tras la vota-
ción favorable en el debate a la totalidad, las enmiendas no aprobadas en Comisión (DS.
Comisión Constitucional, Congreso de los Diputados n.º 468 de 02/02/2006)fueron deba-
tidas junto al Dictamen de Comisión(BOCG. Congreso de los Diputados n.º B-196-11 de
06/02/2006) ante el Pleno (BOCG. Congreso de los Diputados n.º B-196-12 de 08/02/2006
P.: 179) serían rechazadas en Sesión celebrada el 15 de febrero de 2006 (BOCG. Congreso
de los Diputados n.º B-196-13 de 15/02/2006; DS. Pleno, Congreso de los Diputados Núm.
148 de 09/02/2006). En cuanto a las enmiendas presentadas en el Senado (BOCG. III B,
10(b), 3-marzo-2006), la defensa de las mismas fue planteada en los mismos términos
tanto en la Comisión General de las Comunidades Autónomas como en el Pleno de la
Cámara baja, donde se alternaron las intervenciones de los portavoces del grupo mixto
y otros grupos minoritarios, que cuestionaban, básicamente, los temas de simbología e
identidad contenidos en el Estatuto, con la de los dos grupos mayoritarios que avalaban
el texto procedente del Congreso de los Diputados como reflejo del consenso social y
político (D.S. Comisión General de las Comunidades Autónomas n.º 750, 6-marzo-2006
y D.S. Pleno, n.º 73 de 8-marzo-2006). Véase: GUILLEM CARRAU, J. y VISIEDO MAZÓN F.:
“Los trámites parlamentarios…, p.165 y ss.

9. Este aspecto es destacado también por la doctrina que consideró altamente recomenda-
ble que el Estatuto contuviera una declaración de derechos que, no siendo coincidente con
la de la Constitución, integrara derechos de la Carta del extinto Tratado por el que se esta-
blece una Constitución para Europa (GARRIDO MAYOL, V.: “Oportunidad, constitucionalidad
y relevancia de…, p. 90). Sobre las razones y reticencias a la introducción de un catálogo de
derechos en la tramitación parlamentaria de la reforma estatutaria de 2006, cabe destacar,
como señala Tur Ausina, las opiniones doctrinales sobre la cuestión que fueron planteadas
en el seno de la Ponencia de Estudio de la posible reforma del Estatuto de Autonomía y
consolidación del autogobierno. Como señala Tur Ausina disponibles en la página www.
cortsvalencianes.es. En particular, respecto a la cuestión de los derechos, Tur Ausina destaca
las intervenciones de los comparecientes ante la Comisión de Estudio de una posible refor-
ma del Estatuto de Autonomía y consolidación del autogobierno, que no fueron del todo
unánimes al respecto, si que coincidieron en la conveniencia de la Carta (véase en la citada
web las intervenciones de los profesores ASENSI SABATER, GARRIDO MAYOL, MARTÍNEZ
SOSPEDRA y SÁNCHEZ FERRIZ). Desde el punto de vista institucional, Tur Ausina destaca la
intervención del Síndic de Greuges en tanto institución orientada a procurar la garantía de
los derechos de los ciudadanos (Véase: TUR AUSINA, R.: “La introducción de un Catálogo de
Derechos en el nuevo EACV” en Un Estatuto para el siglo XXI. Revista Valenciana d’Estudis
Autonómics, pp.182-185). Esta cuestión no ha estado exenta de polémica doctrinal respecto
a la reforma del EACV y el resto de las reformas estatutarias que le han seguido. La decisión

2008 | nº 51 77
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

En tercer lugar, el texto estatutario contiene la mención al conjunto


de instituciones de autogobierno de la Comunidad que constituyen
la Generalitat: Les Corts Valencianes o Les Corts, el President, el Con-
sell y las demás instituciones que determina el Estatuto10.

de incorporar una lista amplia de derechos de contenido esencialmente social no puede


ser tomada desde una visión aislada de cada Estatuto, ya que puede verse afectado el prin-
cipio de igualdad y el de reserva de Ley Orgánica, en la medida en que se vean afectados
derechos fundamentales (ORTEGA, L.: “Reforma constitucional y reforma estatutaria” en
Revista Aragonesa de Administración Pública, VIII, Zaragoza, 2005, pp. 37-94). Se parte de
la idea de que los derechos no son materias competenciales (MONREAL, A.: “Estado de las
Autonomías, reformas estatutarias y mutación constitucional”, en El Futuro del modelo de
Estado, coord. por ÁLVAREZ CONDE, IMAP, Madrid, 2007, pp. 267-291, p. 289). Sobre la
polémica introducción de las declaraciones estatutarias de derecho, nos remitimos princi-
palmente al debate en la Revista de Derecho Constitucional entre los profesores Luis María
Diez-Picazo y Francisco Caamaño (CAAMAÑO, F.: “Sí, pueden: (declaraciones de derechos y
Estatutos de Autonomía)”, REDC, n.º 79, 2007 y DIEZ-PICAZO JIMÉNEZ, L.M.: “De nuevo so-
bre las declaraciones estatutarias de derechos : respuesta a Francisco Caamaño”, en REDC,
n. 81 (2007); p. 63-70). Sánchez Férriz, dando por superada la polémica sobre la inclusión
de la carta de derechos en el Estatuto, invita a reflexionar sobre su significación política y
jurídica, así como sobre la naturaleza de sus contenidos. En especial, destaca la profesora
que habida cuenta de la diversidad de derechos, se exigiría una particular consideración
de la naturaleza jurídica de cada uno de ellos y, muy especialmente, de la eficacia de cada
una de las disposiciones contenidas en el Título II, cuya técnica jurídica dista mucho de la
tradicional tabla de derechos (SÁNCHEZ FERRIZ, R.: “Comentario al Título II del EACV de
2006, en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.367-385). Respecto a
esta carta de derechos, un sector de la doctrina considera que el Estatuto contiene una
auténtica carta de derechos y libertades que, con una relación poco sistemática, puede
ser considera como un conjunto de principios rectores caracterizados por una remisión
constante a la Constitución y a los Tratados Internacionales y sin mecanismo específico de
garantía de los mismos (ÁLVAREZ CONDE, E.: “Reflexiones sobre la reforma constitucional
y los actuales procesos de reformas estatutarias” en Modelo de Estado y Reforma de los Es-
tatutos, dir. por Vicente Garrido Mayol, Fundación Profesor Manuel Broseta Pont, 2007, pp.
43-67) y otro los define como normas de contenido valorativo-hermenéutico que sirven de
ayuda al juez en la interpretación de las leyes frente a la actuaciones de la Administración
(BAÑO LEÓN, J.Mª: “El Estatuto de Autonomía en el Ordenamiento estatal y en el autonó-
mico” en Comentarios al EACV dir. BAÑO LEÓN, J.M.., Thompson- Civitas, 2007, pp. 53-73).
Asimismo, este reconocimiento posibilita una protección multinivel de los derechos: nivel
supraestatal, nivel estatal y nivel infraestatal (CATALÀ I BAS, A.: “Estatuto Valenciano y
construcción del Estado social” en Modelo de Estado y Reforma de los Estatutos, dir. por
Vicente Garrido Mayol, Fundación Profesor Manuel Broseta Pont, 2007, pp. 175-204). Se-
villa Merino ha destacado los aspectos de esta carta de derechos del Estatuto que puede
considerarse favorecen la igualdad de las mujeres (SEVILLA MERINO, J.: “Los derechos de
las valencianas en el nuevo Estatuto de Autonomía” en Corts. Anuario de Derecho Parla-
mentario, 2007, n.º 18, p.205-235). Es interesante a estos efectos el planteamiento de la
cuestión realizado por Gómez-Ferrer Morant que coteja esta carta de derechos con los
principios de unidad e igualdad (GÓMEZ-FERRER MORANT, R.: “Los principios de unidad y
autonomía en el EACV” en Comentarios al EACV dir. BAÑO LEÓN, J.M., Thompson- Civitas,
2007, pp. 17-53). En cualquier caso, se comparte que la incorporación de derechos a los
Estatutos implica la introducción de una cualificada vinculación al legislado autonómico,
que se ve comprometido a promover su desarrollo de acuerdo con las disposiciones es-
tatutarias, esto es, respetando el contenido concreto atribuido a los mismos en la propia
norma institucional básica, en el marco de la Constitución (PORRAS RAMÍREZ, J.Mª: “Las
reformas estatutarias y el nuevo sistema autonómico de fuentes del Derecho”, Cuadernos
Civitas, 2007, p. 31).

10. Así, el EACV contiene la referencia al Síndic de Greuges -alto comisionado de las Cor-
tes para la defensa de los derechos y libertades reconocidos en el Título I de la Constitu-
ción y en el Estatuto en las actuaciones de la Administración pública de la Generalitat, de
las autoridades y personal, de los organismos autónomos y de los entes locales y el Con-
sell Valencià de Cultura, encargado del asesoramiento de las Instituciones Públicas de la
Generalitat en materias que afecten a la cultura valenciana y de la defensa y promoción

78 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

En particular, se predica de Les Corts Valencianes la inviolabilidad y que


gozan de autonomía, determinando su composición en un número no
inferior a noventa y nueve diputados11. Asimismo, han tenido que in-
cluirse referencias a la disolución y convocatoria de nuevas elecciones,
mediante Decreto del President, en la medida en que se ha previsto, en
la nueva redacción, la posible disolución de la Cámara por el President,
antes de cumplirse los cuatro años para las que son elegidas12.

de los valores lingüísticos y culturales valencianos. Asimismo, la Sindicatura de Comptes


–con precedente en el Mestre Racional creado por Pedro el Grande en 1283, realiza el
control externo de la gestión económico-financiera del sector público valenciano y de
sus cuentas– y el Comité Econòmic i Social –previsto como Consejo en el Estatuto, actúa
como órgano consultivo del gobierno e instituciones públicas en materias económicas,
sociales, laborales y de empleo– se regulan estatutariamente junto a las disposiciones
relativas a la Hacienda y el Patrimonio de la Generalitat. Tras la reforma de 2006, aparecen
ya relacionadas en este Título como instituciones estatutarias el Consell Juridic Consultiu,
cuyos dictámenes son preceptivos en los anteproyectos de reforma del EACV, de leyes,
de proyectos de decretos legislativos y reglamentos, así como para la interposición de
recursos de inconstitucionalidad y conflictos de competencias y la Acadèmia Valenciana
de la Llengua, que nació con el objetivo de determinar una norma lingüística del idioma
valenciano y velar y defender su entidad. En este punto, se destaca por un sector de la
doctrina como la única novedad que merece una valoración positiva la exigencia de un
quórum reforzado para aprobar las leyes autonómicas de regulación de esas “Institucio-
nes” (BLANQUER CRIADO, D.V.: “Las otras Instituciones de la Generalidad” en Comentarios
al EACV dir. BAÑO LEÓN, J.M., Thompson- Civitas, 2007, pp. 189-219).

11. El EACV determina que serán elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y
secreto, en la forma que determina la Ley Electoral Valenciana. Respecto al régimen elec-
toral, en la tramitación parlamentaria en el Congreso fue eliminada la referencia directa
a la conocida como barrera electoral. Este hecho generó un debate doctrinal sobre la vi-
gencia de la misma, presente en la Ley Electoral autonómica, que abocó a la interposición
del recurso contra el Decreto de disolución de las Cortes y convocatoria de comicios cuya
resolución parece haber perdido interés mediático y doctrinal debido a los resultados por-
centuales obtenidos por las candidaturas que se presentaron a los comicios autonómicos
de 2007. El TSJCV, Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, resolvió
el recurso mediante Sentencia de 25 de mayo de 2007 que desestimaba el recurso y
confirmaba la adecuación al Ordenamiento Jurídico del Decreto 4/2007, del President de
la Generalitat y de los actos que se dictaron en ejecución de dicho Decreto, interpretando
que la reforma estatutaria “…no ha tenido la pretensión como afirman los demandantes
de dejar sin efecto la barrera del 5 %... “ (FJ6) . Véase: BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El
Estatuto…, p. 251, op. cit.; FELIP, J.Mª: “El sistema electoral valenciano en la Ley Orgánica
1/2006, de EACV” en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.117-144;
MARTÍNEZ SOSPEDRA, M.: “Sobre la necesidad de una reforma de la Ley Electoral Valen-
ciana” en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.121-147.

12. De igual modo, se ha dispuesto la posibilidad de proponer, de acuerdo con la legis-


lación del Estado, la celebración de “Consultas Populares” en el ámbito de la Comunidad.
Por lo que se refiere al Consell ya no se limita el número de integrantes de este órgano
colegiado de gobierno manteniéndose, en lo demás, una redacción similar a la del Esta-
tuto de 1982, ampliando su capacidad normativa con rango de ley y manifestando un
desideratum de aforamiento penal y civil para los consejeros idéntico al de los diputados.
La doctrina ha destacado estas novedades de la reforma del EACV respecto a otras refor-
mas coetáneas, puesto que en anteriores reformas estatutarias no se había procedido a la
modificación de su organización institucional (ÁLVAREZ CONDE, E.: Reflexiones sobre…,
p. 55, op. cit.). En particular, respecto a la Institución parlamentaria, véase: AGUILÓ LUCÍA,
Ll.: “Les Corts” en Comentarios al EACV dir. BAÑO LEÓN, J.M., Thompson- Civitas, 2007,
pp. 157-219; y MARTÍN CUBAS, J. y SOLER SÁNCHEZ, M.: “Las instituciones políticas de
la Comunidad Valenciana tras la reforma del Estatuto de 2006”, en Modelo de Estado y
Reforma de los Estatutos, dir. por Vicente Garrido Mayol, Fundación Profesor Manuel Bro-
seta Pont, 2007, pp. 207-223. En cuanto a las novedades estatutarias relativas al Consell,

2008 | nº 51 79
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

La aplicación del Derecho En cuanto a la aplicación del Derecho Valenciano se afirma su prefe-
Valenciano se afirma su rencia a cualquier otro en materias de competencia exclusiva. Como
es sabido, la producción normativa de Les Corts Valencianes revestirá
preferencia a cualquier otro la forma de Ley de la Generalitat y que queda excluida del cono-
en materias de competencia cimiento de la jurisdicción contencioso-administrativa, estando tan
exclusiva. sólo sujetas al control de constitucionalidad.
Como ya hemos indicado en la introducción, como el propio Preám-
bulo indica, se trata “…de una reforma sustancial que permita disponer
de un Estatuto que, dentro del marco constitucional, esté equiparado al
más alto nivel”. Interesa, en esta síntesis, realizar una mención concreta
de las referencias estatutarias a la Administración de Justicia porque
llama la atención su inclusión en el Título de Instituciones de la Ge-
neralitat13. Sobre la cuestión de la autonomía local, junto al recono-

una parte de la doctrina es especialmente crítica con la articulación de la posibilidad


de dictar Decretos Ley autonómicos y la extensión de privilegios e inmunidades a los
ejecutivos (BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 263 a 270, op. cit.) y
otra parte confirma su compatibilidad con el Ordenamiento constitucional (BOQUERA
OLIVER, J.M.: “Las fuentes del derecho valenciano” en Comentarios al EACV dir. BAÑO
LEÓN, J.M.., Thompson- Civitas, 2007, pp. 73-91).

13. La competencia sobre Administración de Justicia se afirma sin perjuicio de lo dis-


puesto en el artículo 149.1.5 de la Constitución en el Capítulo V del Título III y el artículo
49.1.36 del EACV. Dicho precepto atribuye esa competencia al Estado en exclusiva. Se
destaca por la doctrina que el EACV contenía ya disposiciones sobre esta cuestión que
fueron interpretadas por el TC en sus Sentencias 56/1990 y 62/1990, que establecen el
sentido del concepto Administración de Justicia y precisan los límites de las compe-
tencias de las CC.AA. en la materia. Véase: PEÑARÁNDA RAMOS, J.L.: “Informe sobre la
propuesta…, p. 263, op. cit. Por eso, llama la atención a un sector de la doctrina desde
el punto de vista de la técnica normativa que dentro del Titulo de Instituciones de la
Generalitat se incluya el Capítulo V dedicado a la Administración de Justicia, aunque se
ha valorado como respetuoso con el principio de unidad tal y como ha sido delimitado
por la Constitución, la jurisprudencia constitucional y la Ley Orgánica del Poder Judicial.
En este sentido véase: GÓMEZ-FERRER MORANT, R.: “Los principios de unidad y…, p. 35,
op. cit.; ORTELLS RAMOS, M.: “La Administración de justicia” en Comentarios al EACV
dir. BAÑO LEÓN, J.M., Thompson- Civitas, 2007, pp. 323-398, p. 324. En este Capítulo se
establece que para la convocatoria de oposiciones se tendrá en cuenta el conocimiento
del idioma valenciano y la especialización en el Derecho civil foral valenciano. En cuanto
a las facultades y funciones atribuidas a la Generalitat, en relación a la Administración
de Justicia, exceptuada la militar, queda especificado que ejercerá en la Comunidad Va-
lenciana, todas las facultades que la Ley Orgánica del Poder Judicial reconozca o atribuya
al Gobierno del Estado. De igual modo, es competencia de la Generalitat la fijación de la
delimitación de las demarcaciones territoriales de los órganos jurisdiccionales en su te-
rritorio y la localización de su capitalidad. La Generalitat participará también, de acuerdo
con la Ley Orgánica del Poder Judicial, en la creación o transformación del número de
secciones o juzgados en el ámbito de su territorio. En este contexto, la Generalitat de-
berá coadyuvar en la organización de los Tribunales consuetudinarios y tradicionales, en
especial en la del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia y, con carácter general,
proveer de medios personales, materiales y económicos a la Administración de Justicia.
En cuanto a la ordenación de los servicios de justicia gratuita, podrán prestarse directa-
mente o en colaboración con los colegios de abogados y las asociaciones profesionales.
Respecto a la competencia de los órganos jurisdiccionales en la Comunidad Valenciana,
ésta comprende el conocimiento y resolución de todos los litigios que se sustancien en
la Comunidad Valenciana, en los órdenes jurisdiccionales en los que así proceda, en las
instancias y grados determinados por la legislación del Estado. En materia de Derecho
estatal y en los órdenes jurisdiccionales que la legislación estatal establezca, le corres-
ponde al TSJCV, por la vía procesal pertinente, la fijación de la doctrina, sin perjuicio de
la competencia del Tribunal Supremo. Asimismo, el Estatuto establece que la resolución
de las cuestiones de competencia entre órganos jurisdiccionales en la Comunidad Va-

80 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

cimiento del principio de autonomía de las corporaciones locales, el


Estatuto establece la reserva de ley para delegaciones de ejecución de
funciones y competencias en Ayuntamientos, así como para determi-
nar la división comarcal del territorio de la Comunidad14.
Como se ha destacado en anteriores comentarios, los nuevos Títulos
referidos a las relaciones con el Estado y con las otras Comunida-
des Autónomas15 y a las relaciones con la Unión Europea, donde

lenciana”. Por último, el Estatuto precisa que la Policía Judicial se organizará al servicio,
y bajo la vigilancia, de la Administración de Justicia de acuerdo con lo que regulan las
Leyes procesales. Asimismo, se determina que la colaboración entre la Sala de Gobierno
del TSJCV y la Conselleria competente en materia de justicia será “a través de la Comisión
Mixta”, que deberá crearse a tal efecto. Al igual que en otras reformas estatutarias coetá-
neas, se señala que una Ley autonómica determinará la estructura, composición, nom-
bramiento y funciones del Consell de la Justicia de la Comunidad Valenciana de acuerdo
con la LOPJ. Dicho Consejo no puede entrar en el núcleo de la Administración de Justicia
en sentido estricto de acuerdo con lo expuesto por el TC en su Sentencia 56/1990, ni par-
ticipar en el ámbito administrativo reconocido por la LOPJ a otros órganos. Al respecto,
véase: AGUIAR DE LUQUE,L.: “Poder Judicial y reforma estatutarios” en Revista General
de Derecho Constitucional, n.º1, 2006, www.iustel.com, pp.55-95, y “El futuro del modelo
de Estado: poder judicial y reformas estatutarias y legales. ¿Estamos en presencia de
una transformación en el Estado autonómico? en El Futuro del modelo de Estado, IMAP,
Madrid, 2007, pp. 229-265; BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 272, op.
cit.; BORRELL MESTRE, J.: “Justicia y Comunidades Autónomas” en Revista española de la
función consultiva. –n.º 4 (jul.-dic. 2005), pp.137-159; MAGRO SERVET, V.: “Comunidades
Autónomas y poder judicial” en La Constitución Española, XXV Aniversario, Generalitat
Valenciana, 2003, pp. 331-353.

14. La Administración local se regula, entre otros, en los artículos 63 y 64 y 51.1.7 del
EACV. En este contexto, se incorpora a las competencias de la Generalitat las de ejecución
de la legislación del Estado en relación con las autorizaciones de endeudamiento de los
entes locales de la Comunidad Valenciana de acuerdo con lo que determine la legislación
del Estado. Conviene destacar que, en las Cortes Generales, se eliminó la obligación pre-
ceptiva de informar por la Comisión Mixta entre la Generalitat y la Federación Valenciana
de Municipios y Provincias las iniciativas legislativas en tramitación en Les Corts que
afecten de manera específica a las entidades locales y en la tramitación de planes y nor-
mas reglamentarias de idéntico carácter (Véase: PEÑARANDA RAMOS, J.L.: “Informe sobre
la propuesta…, p. 289 y 301). Al igual que en la redacción originaria, las Diputaciones
Provinciales son reconocidas como expresión de la autonomía provincial y actuarán como
instituciones de la Generalitat Valenciana. El Estatuto posibilita la transferencia o dele-
gación en las Diputaciones la ejecución de aquellas competencias que no sean de interés
general de la Comunidad Valenciana, especialmente en áreas de obras públicas, sanidad,
cultura y asistencia social. La coordinación de las funciones propias de las Diputaciones,
que sean de interés comunitario, se realizará por ley de las Cortes Valencianas. Tras la
reforma de 2006, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias aparece reconocida
como órgano consultivo y deliberante para determinar las bases y métodos de participa-
ción de la administración local. Asimismo, se dispone que con los mismos criterios que
a escala estatal, sobre la base del principio de subsidiariedad será creado por Ley de Les
Corts el Fondo de Cooperación Municipal de la CV (DIEZ SÁNCHEZ, J.J.: “El régimen local
valenciano” en Un Estatuto para el siglo XXI. Revista Valenciana d’Estudis Autonómics, n.º
47/48, 2006, pp. 189-209, p. 202).

15. En el artículo 59 del EACV se regulan las relaciones con el Estado y otras CC.AA.
junto con la afirmación de que el Estado debe velar por los desequilibrios territoriales
que perjudiquen a la Comunidad, se proclama la especial relación de colaboración con las
Comunidades Autónomas vecinas que se incluyen en el Arco Mediterráneo. En este Título
de las relaciones con el Estado y otras Comunidades Autónomas, en las Cortes Generales
se eliminaron de la propuesta de reforma la referencia a los principios de lealtad, coordi-
nación, cooperación y colaboración como rectores de las actuaciones de las administra-
ciones públicas de la Comunidad Valenciana y en las relaciones con las Instituciones del
Estado (GUILLEM CARRAU, J. y VISIEDO MAZÓN, F.: “Tramitación de la …,p. 182, op. cit.;

2008 | nº 51 81
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

“Cualquier ampliación se concretan las competencias y funciones que puede cumplir la


Generalitat16.
de las competencias
Constituye un elemento importante, en cuanto a la cuestión com-
de las Comunidades petencial, hay que subrayar que el EACV contiene una Disposición
Autónomas que no estén Adicional segunda que hace referencia a “una especie de cláusula
asumidas en el presente de compromiso”, con el siguiente contenido en su apartado tercero
Estatuto o no le hayan sido “cualquier ampliación de las competencias de las Comunidades Au-
tónomas que no estén asumidas en el presente Estatuto o no le hayan
atribuidas, transferidas o
sido atribuidas, transferidas o delegadas a la Comunidad Valenciana
delegadas a la Comunidad con anterioridad obligará, en su caso, a las instituciones de autogo-
Valenciana con anterioridad bierno legitimadas a promover las correspondientes iniciativas para
obligará, en su caso, a las dicha actualización”.17
instituciones de autogobierno
legitimadas a promover las PEÑARANDA RAMOS, J.L.: “Informe sobre la propuesta…, p. 296, op. cit.).

correspondientes iniciativas
16. La doctrina destaca que el nuevo EACV, al contrario que su predecesor, es absolu-
para dicha actualización”. tamente consciente, tanto del carácter europeo como de la dimensión internacional de
las competencias de la Comunidad. (Véase CARDONA LLORENS, J.: “La Comunidad Valen-
ciana región europea abierta al mundo: los Títulos VI y VII, del Estatuto de Autonomía”
en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.387-419). Desde el ingreso
de España en la entonces Comunidad Económica Europea y en el marco establecido por
la Constitución y el Tratado CE, el EACV se constituye en el instrumento jurídico que
legitima, con el mismo reconocimiento que otras regiones de la UE, la participación de
la Comunidad Valenciana en el proceso de formación de políticas comunitarias en la
UE, mediante su presencia en el Comité de Regiones y en otras instancias de carácter
consultivo o representativo, sobre todo en materia de política regional y fondos estruc-
turales. Al respecto, la participación de la Comunidad Valenciana en la formación de la
voluntad del Estado ante al UE se manifiesta principalmente en el derecho a participar
en todos los procesos que establezca el Estado para configurar la posición española
en el marco de las instituciones europeas, cuando estén referidas a sus competencias
propias y también a ser oída en aquellos otros que, incluso sin ser de su competencia, le
afecten directa o indirectamente, con mención específica a la participación en el proceso
de Asociación Euromediterránea. En este punto queda por determinar la corrección del
déficit de parlamentarismo que se desgrana en el articulado expuesto. Asimismo, se
afirma ostentar la competencia exclusiva para el desarrollo y ejecución de las normas y
disposiciones europeas en el ámbito de sus competencias en el artículo 49.4 (GUILLEM
CARRAU, J. y VISIEDO MAZÓN, F.: “Tramitación de la …,p. 182; PEÑARANDA RAMOS, J.L.:
“Informe sobre la propuesta…, p. 298). Sobre las reformas en el Reglamento de las Cortes
Valencianas, véase: SORIANO HERNÁNDEZ, E.: “Notas sobre la reforma del Estatuto en la
reforma del Reglamento de les Corts Valencianes” en Corts. Anuario de Derecho Parla-
mentario, 2007, n.º 18, pp.235-249.

17. Debe hacerse mención también de la Disposición Adicional segunda de la Ley 1/2006
que hace referencia a la conocida como “cláusula Camps”, “cláusula de compromiso” con
el siguiente contenido en su apartado tercero “cualquier ampliación de las competencias
de las Comunidades Autónomas que no estén asumidas en el presente Estatuto o no le
hayan sido atribuidas, transferidas o delegadas a la Comunidad Valenciana con anterio-
ridad obligará, en su caso, a las instituciones de autogobierno legitimadas a promover
las correspondientes iniciativas para dicha actualización”. No se puede afirmar que la
cláusula tenga el efecto automático de evitar la desigualdad competencial pero contiene
el propósito establecido normativamente de adhesión de la Comunidad al necesario
movimiento centrípeto del sistema y de realizar una activa labor de actualización com-
petencial. Con otras palabras, la cláusula expresa perfectamente una opinión común en
torno a lo que en el plano competencial debe ser la configuración estatutaria en lo ju-
rídico-material, donde el principio homogeneizador acaba imponiéndose al dispositivo.
La doctrina ha analizado la citada cláusula desde diversos puntos de vista. Entre otros:
BALAGUER CALLEJÓN, F.: “Las cuestiones competenciales en los actuales procesos de re-
forma de los EA” en Revista General de Derecho Constitucional, n.º 1, 2006, www.iustel.
com, pp.39-53; BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 277, op. cit.; EMBID

82 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

Como hemos afirmado en trabajos precedentes, la eliminación de


la disposición transitoria sexta del anterior texto estatutario y la in-
corporación de una Disposición Derogatoria de compleja interpreta-
ción18, que tuvo gran repercusión mediática19 y que debe interpre-
tarse con criterios lógico-prácticos, son ejemplos de la intervención
de las Cortes Generales en el contenido de la reforma. En función de
dichos criterios, lo plausible es entender que, en definitiva, la Disposi-
ción Derogatoria incorporada por las Cortes Generales establece que
queda derogada la Ley 5/1982, de 1 de julio, de EACV, así como la Ley
Orgánica 4/1991, de 13 de marzo y la Ley Orgánica 5/1994, de 24 de
marzo por lo que no nos encontramos en realidad ante una modifica-
ción del Estatuto sino ante un nuevo Estatuto de Autonomía20.
Por último, es necesario incidir en que el proceso de renovación esta- El proceso de renovación
tutaria no parece haber sido una mera Reforma del Estatuto de 1982,
estatutaria no parece haber
sino la producción de una norma nueva, por lo que nos encontramos
en un caso diferente al de 1991, en el que se cambió un solo precepto sido una mera Reforma del
del texto estatutario, y al de 1994, en el que se derogaron dos Dis- Estatuto de 1982, sino la
posiciones Transitorias y se incluyó una nueva Disposición Adicional. producción de una norma
Ahora nos hallamos ante un auténtico proceso de mutación norma- nueva.
tiva que conlleva la sustitución del Estatuto de 1982 por el Estatuto
de 200621.

IRUJO, A.: Balance de …, p. 165, op. cit.; GARRIDO MAYOL. V.: “- “Oportunidad, constitu-
cionalidad y relevancia de la reforma del EACV” en Un Estatuto para el siglo XXI. Revista
Valenciana d’Estudis Autonómics, n.º 47/48, 2006, p. 85, op. cit.; GUILLEM CARRAU, J.
y VISIEDO MAZÓN, F.: “Tramitación de la …,p. 226, op. cit.; TUR AUSINA, R.: “El sistema
competencial valenciano tras la reforma estatutaria de 2006. Análisis al hilo de la reciente
oleada de reformas estatutarias” en Modelo de Estado y Reforma de los Estatutos, dir. por
Vicente Garrido Mayol, Fundación Profesor Manuel Broseta Pont, 2007, p. 257.

18. Señala un sector de la doctrina que la redacción de la Disposición Derogatoria del Es-
tatuto de Autonomía trae causa de la enmienda formulada conjuntamente por los Grupos
Parlamentarios del PSOE y PP a consecuencia del informe emitido en trámite de Ponencia
por los Servicios Jurídicos del Congreso de los Diputados, disponible en Revista de las
Cortes Generales n.º 63, p. 223 y ss. La cuestión consistió en que el texto inicial propuesto
por las Cortes Valencianas no contenía una disposición derogatoria ya que afirmaba me-
diante una disposición transitoria la vigencia de la norma estatutaria hasta la entrada en
vigor de la reforma en trámite (BOCG n.º 196-I, de 15.07.2005, p.27). La propuesta técnica
consistió en suprimir la citada transitoria y añadir una derogatoria. El problema se suscitó
en que el título de la propuesta era de propuesta de reforma de la Ley 5/1982 con lo que
la disposición derogatoria podría ser interpretada como una derogación a la nueva Ley
Orgánica (vid. GARRIDO MAYOL, V.: Modelo de Estado y Reforma de los Estatutos, Funda-
ción Profesor Manuel Broseta Pont, 2007, p. 146).

19. La redacción final provocó una polémica sobre si existía o no un EACV pero lo que no
puede aceptarse es, en virtud del desliz técnico, ensombrecer de tal modo la voluntad del
legislador. Véase, Levante-EMV de 3 al 7 de junio de 2006.

20. GUILLEM CARRAU, J. y VISIEDO MAZÓN, F.: “Tramitación de la …,p. 226, op. cit.

21. En definitiva, se observa una profundización en los conceptos de buen gobierno o go-
bernanza y potenciación del parlamentarismo en muchos aspectos de la reforma (amplia-
ción de mayoría a 2/3 para la reforma del EACV y el establecimiento de la mayoría cualifi-
cada de 3/5 para desarrollar y reformar el entramado institucional; la creación del Consejo

2008 | nº 51 83
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

3. Las soluciones
técnicas en materia
de competencias de
las recientes reformas
estatutarias
Apertura y flexibilidad
son los caracteres básicos A pertura y flexibilidad son los caracteres básicos del sistema de
reparto competencial que se delimita en los artículos 148, 149
y 150 de la Constitución22. El Estado políticamente descentralizado,
del sistema de reparto que se configura con un sistema de distribución territorial de com-
competencial. petencias, es uno de los más complejos que el Derecho comparado
ofrece, y que ha sido concretado por obra del Tribunal Constitucio-
nal, como pieza capital del sistema23.

del Audivisual para garantizar unos medios respetuosos e independientes; la potenciación


de la autonomía local mediante el Fondo de Cooperación Municipal de la Comunidad Va-
lenciana y la Comisión Mixta con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, etc.)
Entre otros, véase: GARRIDO MAYOL, V.: “Oportunidad, constitucionalidad…, p. 80 y ss;
GUILLEM CARRAU, J. Y VISIEDO MAZÓN F.: “Los trámites parlamentarios…, p. 194, op. cit.;
MARCO MARCO, J.: “La potenciación de Les Corts como institución de autogobierno” en
Un Estatuto para el siglo XXI. Revista Valenciana d’Estudis Autonómics, n.º 47/48, 2006, pp.
97-117; SORIANO HERNÁNDEZ, E.: “Notas sobre la …, p.240 y ss, op. cit.

22. La apertura y flexibilidad se predican por la doctrina (BIGLINO CAMPOS, P.: “Reforma
de la Constitución, reforma de los Estatutos de Autonomía y configuración del Orden
de Competencias” en Revista de las Cortes Generales, segundo cuatrimestre 2005, n.º
65, pp.7-31). Señala Garrido Mayol (GARRIDO MAYOL, V: “Sinopsis del artículo 149 de
la CE” disponible en http://narros.congreso.es/constitucion/index.htm) que “… el sistema
competencial articulado por la Constitución de 1978 se encuadra, a simple vista, dentro
del llamado sistema de “doble lista” o sistema germánico, en el que la norma constitucio-
nal detalla en dos listas, por un lado, las competencias exclusivas del Estado, y por otro,
aquéllas que podrán corresponder a los entes descentralizados…Ahora bien, una lectura
atenta de los preceptos, en combinación con otros artículos como el 150 CE, nos permi-
ten observar, en realidad, un sistema de triple lista con rasgos peculiares. Así, encontra-
ríamos: a) Las competencias exclusivas del Estado, según el art. 149 de la Constitución;
b) Las competencias que pueden ser asumidas por las Comunidades Autónomas, según
el art. 148 de la Constitución; c) Las demás competencias, en cuanto la “facultad” o la
“materia” no mencionada expresamente como exclusiva del Estado, podrán ser asumi-
das por las Comunidades Autónomas, en virtud de la cláusula residual del art 149.3 CE,
al disponer que las materias no atribuidas expresamente al Estado por la Constitución
Española podrán corresponder a las Comunidades Autónomas, si así lo establecen sus
propios Estatutos. De este modo, cabría deducir, por ejemplo, una competencia integrada
dentro de esta tercera lista en la ejecución de la legislación sobre propiedad intelectual
o industrial, pues el art. 149.1.9ª sólo reserva al Estado la competencia exclusiva sobre la
legislación en la citada materia”.

23. Entre otros, véase: ARAGON, M.: “La construcción del Estado autonómico” en Revista
General de Derecho Constitucional, n.º1, 2006, www.iustel.com, pp. 15-38; MUÑOZ MA-
CHADO, S.: “Pactismo y soberanía en la organización territorial” en El Futuro del modelo
de Estado, coord. por ÁLVAREZ CONDE, IMAP, Madrid, 2007, pp. 13-27. Especial referen-
cia se puede realizar a los fundamentos jurídicos relativos a esta cuestión que se contie-
nen en la Sentencia de 12 de diciembre de 2007 del Tribunal Constitucional en relación al
artículo 20 de la Ley 1/2006 de reforma del EACV y que se comentan posteriormente.

84 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

Tal como expone la doctrina, esta interpretación exige, para su com- La complejidad del sistema
prensión, tener en cuenta lo señalado por el TC “…son los Estatutos las competencial español, junto
normas llamadas a fijar las competencias” (STC 76/1983), por lo que si
a la enorme posibilidad
no existe una asunción expresa de competencias por parte de una Co-
munidad, no podrá decirse que la competencia le corresponde, a no descentralizadora que ofrece
ser que le haya sido transferida o delegada por el Estado. La comple- el texto constitucional,
jidad del sistema competencial español, junto a la enorme posibilidad permite observar cómo
descentralizadora que ofrece el texto constitucional, permite observar la inmensa mayoría de las
cómo la inmensa mayoría de las competencias se encuentran com-
competencias se encuentran
partidas entre el Estado y las Comunidades Autónomas. No obstante,
resulta preferible no depender en exceso de la terminología y atender compartidas entre el
a un criterio casuístico para delimitar el sistema de competencias de Estado y las Comunidades
acuerdo con las necesidades y evolución del Estado Autonómico24. Autónomas.
El sistema de reparto de competencias se sostiene, pues, en el “prin-
cipio de disponibilidad”, por el cual son las Comunidades Autónomas
las llamadas a manifestar su voluntad de aumentar las cotas de poder
a través de la asunción de competencias, ya sea a través de la reforma
de su Estatuto vía Ley Orgánica, pero también a través de una Ley
Orgánica del Estado de transferencia o delegación (artículo 150.2 de
la Constitución)25. El resultado final de tal principio dispositivo consti-
tucional ha sido, sin embargo, el de una práctica homogeneidad entre
todas las Comunidades Autónomas tanto en los aspectos competen-
ciales como en los institucionales26.
De este modo, el desarrollo constitucional del principio de democra-
El sistema de reparto de
cia territorial ha supuesto la creación de verdaderas comunidades
políticas, de clases políticas territoriales y de centros de articulación competencias se sostiene,
de intereses de las comunidades territoriales afectadas en expresión pues, en el “principio de
de su autogobierno, produciéndose una generalización del hecho disponibilidad”.

24. GARRIDO MAYOL, V.: “Sinopsis del artículo 149…, op. cit.

25. Señala Bacigalupo que las Leyes Orgánicas de transferencia y delegación fueron utili-
zadas desde el primer momento como mecanismo de atribución extraestatutaria de com-
petencias a las Comunidades Autónomas. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 150.2
de la CE se igualó por esta vía a las Canarias y la Comunidad Valenciana con las llamadas
Comunidades de primer grado (Leyes Orgánicas 11/1982, de 10 de agosto, de transferencias El desarrollo constitucional
complementarias para Canarias, y 12/1982, de 10 de agosto, sobre transferencias a la Co-
munidad Valenciana de competencias en materia de titularidad estatal; esta última ya dero- del principio de democracia
gada por la Ley Orgánica 12/1994, de 24 de marzo, una vez incorporadas sus previsiones a
la reforma del Estatuto llevada a cabo en 1994). Posteriormente tuvo lugar, en el marco del territorial ha supuesto la
Pacto Autonómico de 1992 y para instrumentar en una primera fase (seguida en 1994 de las
correspondientes reformas de los Estatutos), la ampliación del ámbito competencial de las
creación de verdaderas
Comunidades de segundo grado (Ley Orgánica 9/1992, de 23 de diciembre, de Transferencia comunidades políticas, de
de Competencias a las Comunidades Autónomas que accedieron a la autonomía por la vía
del artículo 143 de la Constitución), apunta Bacigalupo. Véase, entre otros, BACIGALUPO clases políticas territoriales y
SAGESSE, M.: “Sinopsis del artículo 150 de la Constitución” disponible en http://www.con-
greso.es/constitucion/constitucion/indice/index.htm; VILLAR PALASÍ, J. L.: VILLAR PALASÍ,
de centros de articulación de
J.L.: “Leyes Marco, Leyes Orgánicas de transferencia o delegación y Leyes de armonización:
artículo 150” en Comentarios a la Constitución española de 1978, dirigidos por Óscar Alzaga
intereses de las comunidades
Villamil, Madrid, Cortes Generales, 1996-1999, T. XI, pp. 321-355. territoriales.
26. EMBID IRUJO, A.: “Balance del Estatuto…, p. 163, op. cit.

2008 | nº 51 85
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Pugnando en dichas reformas diferencial. Ahora todos los territorios reivindican una comunidad
las dos concepciones de política propia y con el mismo nivel de autogobierno, en otras pa-
labras, existe una “autonomía emocional territorializada”27.
federalismo –cooperativo y En dicho contexto, se identifica por parte de la doctrina que el objetivo
competitivo–. de las reformas consiste en configurar los Estatutos como una especie
de Constituciones autonómicas28, pugnando en dichas reformas las
dos concepciones de federalismo-cooperativo y competitivo– y des-
tacando las iniciativas encuadradas en la segunda de la concepciones,
donde priman las políticas aisladas emprendidas unilateralmente por
determinados entes territoriales sobre las políticas de conjunto que
pudieran llegar a ser signo común entre todos ellos29.
Un sector de la doctrina subraya se ha asistido a la identificación explíci-
ta o implícita de la función constitucional y de su carácter complemen-
tario a la Constitución para la delimitación de las competencias entre el
Estado y las CC.AA., desconociendo el principio de primacía constitucio-
nal y asimilando la función de “estatuyente” a la de “co-constituyente” y,
consecuentemente, blindando la norma estatutaria30.
Esta técnica –con origen en la reforma del Estatuto catalán y presente
en versión modificada en las reformas andaluza, castellano-manchega
y canaria consiste en la combinación de, por un lado, una definición

27. Son expresiones recogidas literalmente de ORTEGA L.: “Reforma constitucional y


reforma estatutaria” en Revista Aragonesa de Administración Pública, VIII, Zaragoza,
2005, pp. 37-94; y con las que coincide sustancialmente ÁLVAREZ CONDE, E.: “Algunas
reflexiones sobre el modelo de Estado a la luz de las reformas estatutarias”, en El Futuro
del modelo de Estado, IMAP, Madrid, 2007, pp. 27-44.

28. Entre otros, véase: EMBID IRUJO, A.: “Balance del Estatuto…, p. 169, op. cit. ; LÓPEZ
RAMÓN, F.: “Reflexiones sobre el procedimiento en la tercera reforma estatutaria” en
Revista Aragonesa de Administración Pública, VIII, Zaragoza, 2005, pp. 15-33; y ORTEGA
L.: “Reforma Constitucional…, p. 40, op. cit.

29. EMBID IRUJO, A.: “Balance del Estatuto…, p. 151 y 152, op. cit.

30. Esta afirmación es utilizada por Álvarez Conde (ÁLVAREZ CONDE, E.: “Reflexiones so-
bre…, p.55, op. cit. y “Algunas reflexiones sobre…, p. 31, op. cit.) y Cruz Villalón (CRUZ
VILLALÓN, P.: “La reforma del Estado de las Autonomías” en Revista d’Estudis Autonòmics
i Federals, n.º2, 2006, pp. 77-123). Se ha suscitado debate doctrinal en torno de la cues-
tión de la reforma constitucional, sosteniendo que los límites materiales implícitos a la
reforma constitucional debían haber sido proyectados sobre las propuestas de reformas
estatutarias que, aún no incurriendo en inconstitucionalidad formal por no alterar la letra
de la Constitución, tuviesen por objeto forzar un cambio de tanto calado en la legislación
estatal, que llegasen a perturbar seriamente el significado de esa letra constitucional, su-
poniendo, en realidad, su vulneración, motivo por el que resultaría inexcusable declararlas
inconstitucionales. Desde este punto de vista, la afirmación de que lo que no está prohibi-
do en la Constitución está permitido solo sería aceptable para la cuestión de los derechos
fundamentales porque la vocación irradiante de éstos así lo demanda. En definitiva, dichas
iniciativas suponen exigencias de asimetrías inconstitucionales (PORTERO MOLINA, J.A.:
“Los retos del Estado de las Autonomías” en Modelo de Estado y Reforma de los Estatutos,
dir. por Vicente Garrido Mayol, Fundación Profesor Manuel Broseta Pont, 2007, pp. 23-40).
Viver Pi i Sunyer ha recogido sus reflexiones sobre las críticas recibidas por la técnica elegi-
da para la cuestión competencial en la reforma catalana (Véase: VIVER PI I SUNYER, C.: “En
defensa dels Estatuts d’Autonomia com a normes juridiques delimitadores de competèn-
cies. Contribució a una polèmica juridicoconstitutucional” en Revista d’Estudis Autonòmics
i Federals, n.º1, 2005, pp. 97-130.)

86 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

funcional de las competencias exclusivas (con desempeño de función


legislativa, potestad reglamentaria y función ejecutiva), compartidas
con el Estado (de desarrollo de legislación básica y toda la potestad re-
glamentaria y la función ejecutiva) y ejecutivas (de reglamentos estata-
les) y, por otro, el listado de las materias y submaterias con los sectores
sobre los que se indican las facultades y capacidad de maniobra que
corresponden a la Comunidad Autónoma31. Esta opción técnica mani-
fiesta la clara voluntad de restringir al máximo las zonas de confluencia
entre los poderes del Estado y los de la Comunidad y se articula a modo
de freno a la tendencia competencial expansiva del Estado como parte
de las iniciativas de la oleada de reformas estatutarias32.
En la tramitación de la reforma del EACV, esta técnica fue propuesta por los
profesores Asensi y Martínez Sospedra en sus comparecencias ante la Po-
nencia de la Comisión de Estudio de la reforma del Estatuto de Autonomía
de la Comunidad Valenciana y la consolidación del autogobierno33.
En cierta manera, fundamentando las reformas de ciertos Estatutos
se ha alegado que el desarrollo competencial del Estado Autonómico
se había caracterizado por una laminación de las competencias de tal
modo que, aunque son muchas las competencias autonómicas, en bue-
na parte se trata de competencias administrativas afirmando que “no
se trata tanto de un problema de cantidad de competencias reconocidas
como, sobre todo, de calidad de la autonomía para ejercerlas”34.
En este sentido, aunque se acepta por toda la doctrina que el reparto
de competencias determinado por el bloque de la constitucionalidad
se basa en el concepto de materia también en el ámbito que nos inte-
resa, el poder competencial autonómico se mide principalmente por
la capacidad de elaborar políticas públicas35.

31. Entre otros, véase: PORRAS RAMÍREZ, J.Mª: Las reformas estatutarias y …, p.54, op. cit.; PE-
MÁN GAVÍN, J.Mª: “En torno a la reforma del Estatuto Aragonés: las posibilidades de una am-
pliación competencial” en Revista Aragonesa de Administración Pública, VIII, Zaragoza, 2005,
pp. 307-360; TUR AUSINA, R.: “El sistema competencial valenciano tras la reforma estatutaria
de 2006. Análisis al hilo de la reciente oleada de reformas estatutarias” en Modelo de Estado y
Reforma de los Estatutos, dir. por Vicente Garrido Mayol, Fundación Profesor Manuel Broseta
Pont, 2007, p. 227; VIVES PI I SUNYER, C.: “En defensa dels estatuts…, p. 100, op. cit.

32. Entre otros, véase: BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 248; BIGLINO
CAMPOS, P,: “Reforma de…, p. 19, op. cit.; PORRAS RAMÍREZ, J.Mª: Las reformas estatuta-
rias y …, p.53, op. cit.; TUR AUSINA, R.:. 265 “El sistema competencial…, p. 237, op. cit.

33. La totalidad de las comparecencias realizadas ante la Ponencia de estudio para la re-
forma del EACV y la consolidación del autogobierno se encuentran disponibles en el sitio
de Les Corts: http://www.cortsvalencianes.es/Comparecencias?id_nodo=4148&accion=1

34. Informe sobre la reforma del Estatut, Institut d’Estudis Autonómics, Barcelona 2003,
disponible en http://www10.gencat.net/drep/binaris/re1_tcm112-20012.pdf

35. VIVER I PI-SUNYER, C.: Materias competenciales…, op. cit.; FERNÁNDEZ FARRERES,
G.: “El sistema de distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autó-
nomas en la Jurisprudencia Constitucional: Cuestiones resueltas, problemas pendientes”
en Revista Parlamentaria de la Asamblea de Madrid, n.º 2, 1999, p. 29.

2008 | nº 51 87
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

La adopción de modelos Sin embargo, esta novedosa técnica tampoco parece solventar los
“clásicos”, en cuanto a las siguientes problemas: la tensión reinvindicativa bilateral de compe-
tencias; la falta de delimitación exacta o precisa de las competencias
técnicas de distribución autonómicas de acuerdo con el principio de “exclusividad en sentido
competencial, son opciones estricto”36; la petrificación competencial37; la laminación competen-
a los que un sector de la cial de las CC.AA. por el Derecho comunitario38; la delimitación de los
doctrina otorga “tintes más títulos competenciales del Estado y el concepto de “lo básico”, defi-
realistas”, invitando menos nidos por la Constitución (entre otros, STC 20/1988); la calidad del
ejercicio de las competencias por los parlamentos autonómicos; la
a la confusión y al bloqueo dificultad derivada de la interconexión de los Ordenamientos comu-
frente al Estado. nitario, estatal y autonómico39 o la imposibilidad de dividir la reali-
dad en dos esferas de poder estancas y completamente separadas40.
La adopción de modelos “clásicos”, en cuanto a las técnicas de distri-
bución competencial, son opciones a los que un sector de la doctrina
otorga “tintes más realistas”, invitando menos a la confusión y al blo-
queo frente al Estado, aunque ello no signifique, sin embargo, que el
debate competencial hubiera quedado cerrado si todas las Comuni-
dades hubieran optado por un modelo clásico puesto que seguirían
vigentes los riesgos “constitucionales” como los que, a continuación,
se relacionan: las tendencias centrífugo-asimétricas autonomistas y
la compensación de las fuerzas centrípetas del Estado y, en definiti-
va, las limitaciones derivadas de las intervenciones estatales, que se
podrían evitar mediante el desarrollo y la concreción de los títulos
competenciales41.
Precisamente, la desigualdad que puede generar la diversidad de

36. Los Estatutos que han elegido esta técnica han optado por utilizar un doble concepto
de exclusividad (STC 37/1981), véase: PORRAS RAMÍREZ, J.Mª: Las reformas estatutarias y
…, p.55, op. cit.

37. BALAGUER CALLEJÓN, F.: La reforma del Estatuto de Cataluña desde la perspectiva de
la ordenación competencial. Un análisis de las líneas generales del título V de la propues-
ta de reforma, MAP, 2005, p. 17 y 22.

38. No obstante, el proceso de decisión comunitario ha supuesto una erosión constante


en los ámbitos competenciales de las regiones. Desde los inicios del proceso de cons-
trucción comunitario, el riesgo de convertir a los Laender en meros entes administrati-
vos fue denunciado puesto que las regiones con competencias legislativas propias han
ido perdiendo, sin llegar a convertirse en meros entes administrativos, progresivamente
nuevas competencias a favor de la UE a través de las sucesivas reformas de los tratados
constitutivos. Véase: MARTÍN Y PÉREZ DE NANCLARES, J.: “Comunidades Autónomas y
Unión Europea: Hacia una mejora de la participación directa de las Comunidades Autó-
nomas en el proceso decisorio comunitario”, RDCE, n.º 22, sep-dic 2005, pp. 759-805;
PORRAS RAMÍREZ, J.Mª: Las reformas estatutarias y …, p.61, op. cit.

39. MARTÍN RETORTILLO BAQUER, L.: La interconexión de los Ordenamientos jurídicos y


el sistema de fuentes del derecho, Civitas, 2004, p.50.

40. BIGLINO CAMPOS, P.: “Reforma de…p. 21, op. cit.

41. VIVER PI I SUNYER, C.: “En defensa dels estatuts…, p. 129, op. cit.

88 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

formulaciones competenciales en el actual proceso de reformas es- Parte de la doctrina propone


tatutarias se ha intentado corregir a través de las cláusulas generales
que, junto al principio
de nivelación competencial, de mayor o menor operatividad, como
la cláusula que se incluye en la disposición adicional segunda de la
dispositivo constitucional,
reforma del EACV42. se desarrolle el principio
Parte de la doctrina propone que, junto al principio dispositivo consti- homogeneizador no previsto
tucional, se desarrolle el principio homogeneizador no previsto cons- constitucionalmente pero
titucionalmente pero integrado en lo que se denomina la “Constitu-
integrado en lo que se
ción real” frente a lo que sería la “Constitución formal” y basado en
la alta consideración del Estado de las Autonomías en todas las Co-
denomina la “Constitución
munidades Autónomas y en el firme sentimiento de que la tenencia real” frente a lo que sería la
por parte de una Comunidad de un volumen mayor de competencias “Constitución formal”.
que las que posea la propia, constituye un privilegio que no se está
dispuesto a tolerar43.
De igual modo, se propone la modificación del texto constitucional
de manera que la Norma jurídica fundamental actúe como tal en
lo que se refiere a la organización territorial con el fin de cerrar el
reparto de poder entre el Estado y las Comunidades Autónomas con
vocación de permanencia y estabilidad. Esto permitiría trasladar a la
Constitución las características propias de la noción de competencia
de los federalismos de devolución, como es la equiparación norma-
tiva y un reparto más nítido del poder entre el Estado y las CC.AA.
de acuerdo con cierta jurisprudencia del TC y las recientes reformas
estatutarias. En el fondo el problema consiste no sólo en cerrar el
modelo de Estado, sino en buscar un equilibrio entre la vigencia de
los principios de unidad, igualdad y solidaridad con las asimetrías
garantizadas constitucionalmente y que pueden afectar a temas
competenciales, estructuras e, incluso, al orden financiero44.
En este contexto, parece conveniente traer a colación los primeros
pronunciamientos del TC en relación con las recientes reformas es-

42. Balaguer Callejón considera de mayor operatividad la cláusula contenida en la re-


forma andaluza que la contenida en la reforma valenciana puesto que esta última, a
su juicio, puede desarrollar algunos efectos niveladores aunque no alcanza a extender
su eficacia en relación con los límites a las competencias autonómicas contenidos en
las cláusulas generales de salvaguardia de las competencias estatales. Véase: BALAGUER
CALLEJÓN, F.: “Las cuestiones competenciales en los…, p.39.

43. Esta situación es descrita desde ámbitos o percepciones distintas por BAÑO LEÓN,
J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 247, op. cit. y EMBID IRUJO, A.: “Balance del
Estatuto…, p. 164, op. cit.

44. Sobre la reforma constitucional y sus interrelaciones con las reformas estatutarias, véase,
entre otros: ÁLVAREZ CONDE, E.: “Algunas reflexiones sobre…, p. 29, op. cit.; BAÑO LEÓN, J.Mª
y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 248, op. cit.; BIGLINO CAMPOS, P.: “Reforma de…, p. 29,
op. cit.; EMBID IRUJO, A.: “Balance del Estatuto…, p. 148, op. cit.; GÓMEZ-FERRER MORANT,
R.: “Los principios de unidad y …, p. 52, op. cit.; ORTEGA L.: Reforma constitucional y reforma
estatutaria” en Revista Aragonesa de Administración Pública, VIII, Zaragoza, 2005, pp. 37-
94; ROIG MOLÉS, E.: “La reforma del Estado de las Autonomías: ¿ruptura o consolidación
del modelo constitucional de 1978?”, en Revista d’Estudis Autonòmics i Federals, n.º3, 2006,
pp.149-186; VIVER PI I SUNYER, C.: “En defensa dels estatuts…, p. 121, op. cit.

2008 | nº 51 89
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

tatutarias. En particular, como es sabido, las Sentencias relativas al


EACV (STC 247/2007 y 248/2007)45.
A través de estos pronunciamientos, se identifica con claridad el
juicio del TC en relación con la posición y función de los Estatutos
de Autonomía en el Ordenamiento Jurídico46; los principios de au-

45. Sobre las Sentencias citadas se ciernen luces y sombras para determinados repre-
sentantes de la doctrina. Para unos el Tribunal no ha juzgado el precepto impugnado
sino que, al contrario, por medio de una sentencia de las llamadas “preventivas”, está
adelantando su juicio de constitucionalidad sobre otros Estatutos y está impulsando
la medievalización del ordenamiento renunciando a formular juicios de validez sobre
los Estatutos o las leyes cuando matizan reglas constitucionales, se entrometen en
ámbitos competenciales que les son ajenos, etc. (ÁLVAREZ CONDE, E.: “La inocentada
Navideña del TC” en ABC, 3.1.2008; MUÑOZ MACHADO, S.: MUÑOZ MACHADO, S.:
“La Senda Constitucional hacia la Edad Media”, en El Mundo, 16.1.2008; ZARAGOZA
MARTÍ, M.F.: “El nuevo derecho e…, p.197 y ss). Pascua Mateo considera que la inclu-
sión de las declaraciones de derechos dista de ser una cuestión resuelta y pacífica
y ello a pesar de contar con una sentencia constitucional relativamente favorable
bien que al precio de rebajar su eficacia a la de meros principios. Desde un punto de
vista metajurídico, puede sostenerse la conveniencia de recortar su carácter retórico,
que pudiera llevar a desilusiones a ciudadanos poco familiarizados con la técnicas de
la interpretación jurídica que ven cómo presuntos derechos le son denegados o no
se desarrollan con la intensidad que se quiere aparentar (PASCUA MATEO, F.: “Título
Preliminar. Artículo 7” en Asamblea. Revista parlamentaria de la Asamblea de Madrid.
Especial Monográfico, Comentarios al Estatuto de Autonomía de la Comunidad de
Madrid, junio 2008, p.154 a 155). Para otros, los pronunciamientos objeto de análisis
han constituido una sentencia fundamental, como un trallazo restallante y eficaz,
sobre nuestro Estado autonómico con consecuencias futuras decisivas con motivo de
resolver una cuestión menor acerca del derecho al agua establecido en el nuevo esta-
tuto valenciano. Esta cuestión se soluciona con la afirmación de la competencia de la
Comunidad Autónoma en una materia compartida con el Estado no permite el reco-
nocimiento del derecho en cuestión sino de acuerdo con la legislación del Estado, “…
de manera que no se impone estatutariamente una actuación al Estado en la materia,
sino el reconocimiento en tal norma autonómica de un derecho a favor de los ciuda-
danos de la Comunidad Autónoma de Valencia, sólo para el caso de que la legislación
nacional establezca la redistribución mencionada por parte del Estado” (SOLOZABAL,
J.J.: “La autonomía en serio”, en El País, 27.12.2007 cualquier caso, por la doctrina se
impone una reflexión sobre la función jurisdiccional desempeñada por el Alto Tribunal
(PEREZ ROYO, J.: “El rosario de la aurora” en El País, 22.12.2007, “Más legitimidad” en
El País, 11.1.2008). Deben tenerse en cuenta los cinco votos particulares discrepantes
respecto a las Sentencias de 12 y 13 de diciembre de 2007. Estos votos contienen
argumentaciones diversas al respecto del conjunto del pronunciamiento, afirmando
todos ellos que el recurso debía haberse estimado y que debería haberse declarado
inconstitucional el precepto impugnado pese a compartir parte de los contenidos de
la fundamentación jurídica del mismo.

46. En la STC 247/2007, a juicio del TC, el Estatuto de Autonomía es una norma “que
ocupa, sin duda, una singular posición en nuestro sistema de fuentes, lo que impo-
ne que hayamos de prestar especial atención a la compleja trama de interrelaciones
existentes en el seno de dicho sistema de fuentes y que lo hagamos ponderando la
posición y función que tienen en él los Estatutos de Autonomía”. El TC también realiza,
en el FJ 5, consideraciones generales acerca de la relevancia que los Estatutos de Auto-
nomía tienen en nuestro sistema constitucional y en este sentido plantea que “nuestra
Constitución prevé un Estado “compuesto” o “complejo” pues en él las Comunidades
Autónomas participan con el Estado, del poder político, configurándose así nuestro
Estado Autonómico”. En esta configuración del Estado Autonómico, los Estatutos de
Autonomía, a juicio del Tribunal, “constituyen una pieza esencial en la estructura com-
puesta del Estado que nuestra Constitución recoge”. Pero precisamente los Estatutos
de Autonomía que tienen una eficacia territorial limitada, son normas de cabecera
de los correspondientes ordenamientos autonómicos, que se encuentran subordina-
dos a la Norma Superior del Ordenamiento, a la Constitución Española. Los Estatutos
de Autonomía, señala el TC, en el FJ 6, presentan tres característica fundamentales,
como son la necesaria confluencia de voluntades en su procedimiento de elaboración,

90 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

tonomía, unidad, solidaridad y lealtad constitucional47; la conexión En definitiva, sin perjuicio


entre el contenido de los Estatutos referido a las competencias asu- de todo lo afirmado,
midas dentro del marco establecido en la Constitución (art. 147. 2 las competencas de las
CE) y la competencia exclusiva del Estado sobre la regulación de las
Comunidades Autónomas se
condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los espa-
ñoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los de-
han convertido, junto con el
beres constitucionales y en las relaciones internacionales (art.149. sistema de financiación en el
1 y 3 CE)48. punto crucial de las nuevas
En definitiva, sin perjuicio de todo lo afirmado, las competencias de reformas estatutarias.
las Comunidades Autónomas se han convertido, junto con el sis-
tema de financiación, en el punto crucial de las nuevas reformas
estatutarias.

aprobación, y en su caso, reforma; son la norma institucional básica de la Comunidad


Autónoma, pero también normas del Estado subordinadas a la Constitución. En tercer
lugar, consecuencia del carácter “paccionado” de su procedimiento de elaboración y
sobre todo de su reforma, estos están dotados de rigidez que es garantía del derecho a
la autonomía que se ha ejercido y que refuerza su naturaleza de norma de cabecera del
correspondiente ordenamiento autonómico. El TC considera que el Estatuto, “aprobado
como Ley Orgánica, es obra de un legislador democrático y que la regulación que rea-
liza, como se ha dicho, es vehículo de la voluntad de autogobierno de un determinado
territorio, expresión de la voluntad del Estado”.

47. El TC en la Sentencia 247/2007, se extiende, en quince de sus Fundamentos Jurídicos


(FFJJ 3 a 17), unas consideraciones de orden general. El TC destaca que el art. 2 de la
Constitución Española, afirma de modo contundente la indisoluble unidad de la Nación
Española y por ello analiza la jurisprudencia referida a la relación entre los principios de
unidad y de autonomía. El Tribunal entiende que el Estado Autonómico se asienta en el
principio fundamental de que nuestra Constitución hace residir la soberanía nacional en
el pueblo español, siendo el principio de solidaridad el que “complementa e integra los
principios de unidad y de autonomía”. El Alto Tribunal, indica también que “junto a los
principios de unidad, autonomía y solidaridad opera también, y lo hace de modo relevan-
te, el de igualdad, que la Constitución proclama en su art. 139.1 como principio general
de la organización territorial del Estado”. Todo ello motiva que el Tribunal alcance como
conclusión que “el principio de igualdad incide en el despliegue del principio de autono-
mía pero no puede desvirtuarlo”, así entiende que en definitiva “el principio de igualdad
de los ciudadanos ante la ley que incorpora el art. 14.CE, no puede concebirse haciendo
caso omiso de la diversidad normativa que deriva directamente de la Constitución (arts.
2 y 149.3), dentro de ciertos límites (fundamentalmente los derivados del art. 149.1.1 CE,
para el ejercicio de los derechos y deberes constitucionales y del art. 139.1 CE, en su al-
cance general, como se verá en los FFJJ 13 y siguientes)” (FJ 4). El Tribunal Constitucional
haciendo referencia al principio de lealtad constitucional, indica que éste “requiere que
las decisiones tomadas por todos los entes territoriales, y en especial, por el Estado y por
las Comunidades Autónomas, tengan como referencia necesaria la satisfacción de los
intereses generales y que, en consecuencia, no se tomen decisiones que puedan menos-
cabar o perturbar dichos intereses, de modo que esta orientación sea tenida en cuenta,
incluso, al gestionar los intereses propios” (FJ 4).

48. En la STC 247/2007, el Tribunal deja patente la capacidad de los Estatutos de Auto-
nomía para poder recoger aquellas materias no atribuidas expresamente al Estado por la
Constitución (art. 149.3 CE) además, indica que las competencias del Estado se proyectan
en ámbitos diferentes, las estrictamente reservadas y otras que pueden ser asumidas por
sus Estatutos o no, según ellos mismos establezcan. En definitiva, el Tribunal entiende que
“los Estatutos atribuyen competencias a las Comunidades Autónomas en el ejercicio del
principio dispositivo que la Constitución les reconoce, y al hacerlo, también determinan
las del Estado” (FJ 7).

2008 | nº 51 91
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Un sector de la doctrina
considera que la falta de un
4. La cuestión
común compromiso de fines competencial en la
ha generado, precisamente,
una diversa técnica reforma del Estatuto
delimitadora de competencias
en el EACV-seguido por
de la Comunidad
otras Comunidades como Valenciana
la aragonesa y la balear-
Como es sabido, en los trabajos preliminares a la reforma del EACV,
frente a otras normas se impusieron dos premisas: la catalogación de las competencias y
institucionales básicas –la el nivel competencial asumido49. Junto a ello, diversas novedades
catalana, la andaluza, la puntuales irían en la línea de plasmar determinados compromisos
castellano-manchega y la en relación con las competencias en materia de Administración de
Justicia, sector audiovisual, seguridad jurídica preventiva y sus de-
canaria–. Para otro sector
marcaciones, y relaciones con la UE y acción exterior.
de la doctrina, el EACV Asimismo, destaca la doctrina que, en este aspecto, se trataba principal-
no procede, propiamente mente de efectuar una reforma pendiente desde el periodo 1996-1999
hablando, a un blindaje de las en el que otras CC.AA. procedieron a perfeccionar el sistema de autogo-
competencias, sin embargo bierno. Existían competencias asumidas no reflejadas estatutariamente
y nuevos retos y ámbitos materiales que incorporar al Estatuto50.
contiene especialidades en su
Un sector de la doctrina considera que la falta de un común compromi-
artículo 46 y en la Disposición so de fines ha generado, precisamente, una diversa técnica delimitadora
Adicional Segunda. de competencias en el EACV –seguido por otras Comunidades como la
aragonesa y la balear– frente a otras normas institucionales básicas– la
catalana, la andaluza, la castellano-manchega y la canaria–. Para otro
sector de la doctrina, el EACV no procede, propiamente hablando, a un
blindaje de las competencias, sin embargo contiene especialidades en su
artículo 46 y en la Disposición Adicional Segunda51.
En realidad reproduce el modelo clásico de competencias exclusivas
(art.49); competencias de desarrollo legislativo y ejecución de la le-
gislación básica del Estado (art. 50); y la ejecución de la legislación
del Estado (art. 51). Básicamente, explica la doctrina, los listados
competenciales del EACV siguen siendo los reversos de las compe-
tencias establecidas en el artículo 149 CE52.

Tras la reforma de 2006,


49. Veáse la nota 3 de este trabajo.
se concreta el ámbito
competencial con las 50. Acertadamente remite Tur Alsina (TUR AUSINA, R.: “El sistema competencial…,
p.229) al Informe de la Ponencia de Estudio de una posible reforma del EACV y la conso-
materias en las que lidación del autogobierno, BOCV n.º 101, 29/04/2005. http://www.cortsvalencianes.es/./
la Generalitat tiene contenido.jsp?id_nodo=4137&&&keyword=&auditoria=F

competencia exclusiva (de


51. ÁLVAREZ CONDE, E.: “Algunas reflexiones sobre…, p. 57, op. cit.
legislación y ejecución) en
el artículo 49. 52. TUR AUSINA, R.: “El sistema competencial…, p. 223, op. cit.

92 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

En primer lugar, tras la reforma de 2006, se concreta el ámbito com- Se determinan las materias
petencial con las materias en las que la Generalitat tiene competencia en las que existe una
exclusiva (de legislación y ejecución) en el artículo 49. No obstante
se apunta aquí que la repetida cláusula “sin perjuicio” evidencia que
competencia compartida en
se trata en realidad de materias compartidas con el Estado. Apunta el marco de la Legislación
la doctrina que la técnica legislativa de la reforma aragonesa es más Básica del Estado.
acertada al evitar los sin perjuicio mediante el empleo de la frase “en
el marco del artículo 140 y 149.1 de la Constitución”53.
En segundo lugar, se determinan las materias en las que existe una
competencia compartida en el marco de la Legislación Básica del
Estado (correspondiendo a la Generalitat el desarrollo legislativo y
la ejecución). Algunas dudas ha planteado, desde el punto de vis-
ta del principio de unidad, la posibilidad establecida en el artículo
44.2 la competencia de la Generalitat para dictar normas con carác-
ter provisional en materias sobre las que la Constitución atribuye al
Estado la competencia de legislación básica. En consonancia con la
STC 32/1981 se plantea que la Comunidad Autónoma puede legislar
respetando las bases materiales que se deduzcan de la legislación vi-
gente y con carácter provisional, puesto que serán derogadas cuando También se configuran
sean incompatibles con la legislación básica dictada con posteriori-
otras materias en las que
dad por el Estado54.
En tercer lugar, también se configuran otras materias en las que co-
corresponde a la Generalitat
rresponde a la Generalitat la ejecución, siendo del Estado la legisla- la ejecución, siendo del
ción básica y su legislación de desarrollo. Se explica por la doctrina Estado la legislación básica y
que, en ningún caso, el Estatuto puede vincular al Estado en punto a su legislación de desarrollo.
su legislación básica55.
En cuarto lugar, la Comunidad Valenciana asume, además de las La Comunidad Valenciana
facultades y competencias comprendidas en el Estatuto, las que se
asume, además de las
hallen implícitamente comprendidas en las mismas, aplicándose sub-
sidiariamente el Derecho estatal (artículos 49.2 y 51.1.11). facultades y competencias
En quinto lugar, explica la doctrina que la cláusula contenida en el comprendidas en el
artículo 46 del Estatuto completa perfectamente la técnica de distri- Estatuto, las que se
hallen implícitamente
53. Por ejemplo, como ocurre con la materia de las denominaciones de origen. Son de
gran interés las aportaciones y análisis de López Benítez que sugiere que “no estamos comprendidas en las mismas,
ante la tradicional dialéctica competencia exclusiva/competencia compartida o ante la
habitual antinomia entre competencia exclusiva/competencia concurrente, sino ante
aplicándose subsidiariamente
una técnica sui generis de distribuir competencias en la que la exclusividad, cierta de la el Derecho estatal.
competencia autonómica, precisa de la colaboración del Estado en el sentido descrito por
el TC en su Sentencia 209/1989”. En este tipo de competencias, el Estado y las Comuni-
dades realizan actuaciones complementarias en relación con el acto de autorización o
reconocimiento provisional de una denominación, la remisión de las cuentas generales
y presupuestos de los Consejos Reguladores, la instrucción y resolución de expedientes
sancionadores por infracciones cometidas por empresas ubicadas en una Comunidad Au-
tónoma en relación con Denominaciones de origen de otras Comunidades Autónomas, la
expedición de los certificados esenciales para la exportación, etc. LÓPEZ BENÍTEZ, M.: Las
Denominaciones de Origen, CEDECS, Barcelona, 1996, p. 96

54. GÓMEZ-FERRER MORANT, R.: “Los principios de unidad y …,p. 39, op. cit.

55. BAÑO LEÓN, J.M..: “El Estatuto de Autonomía en…, p. 60.

2008 | nº 51 93
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

En cuanto a la técnica de bución competencial seguida por la norma, evitando el complicado


distribución, se destaca desglose material de otras normas estatutarias (al modo del artículo
también lo dispuesto en el 80.1 de la reforma aragonesa). En virtud de la regla citada, ante una
posible duda sobre el ejercicio competencial en un subsector mate-
artículo 49.3, que recoge la
rial determinado, este último se integra en el ámbito autonómico
competencia exclusiva de valenciano56.
la Generalitat sobre nuevas Asimismo, en cuanto a la técnica de distribución, se destaca también
materias u otras que se lo dispuesto en el artículo 49.3 que recoge la competencia exclusiva
sustraen de otros apartados. de la Generalitat sobre nuevas materias u otras que se sustraen de
otros apartados y que se ejercen sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 149 de la CE y, en su caso, de las bases y ordenación de la
actividad económica general del Estado.
En sexto lugar, debe hacerse mención también de la Disposición
Adicional segunda de la Ley 1/2006 que hace referencia a la co-
nocida como “cláusula Camps”, “cláusula de compromiso” con el
siguiente contenido en su apartado tercero “cualquier ampliación
de las competencias de las Comunidades Autónomas que no estén
asumidas en el presente Estatuto o no le hayan sido atribuidas,
transferidas o delegadas a la Comunidad Valenciana con anterio-
ridad obligará, en su caso, a las instituciones de autogobierno le-
gitimadas a promover las correspondientes iniciativas para dicha
Debe hacerse mención actualización”.
también de la Disposición No se puede afirmar que la cláusula tenga el efecto automático de
Adicional segunda de la Ley evitar la desigualdad competencial pero contiene el propósito esta-
1/2006 que hace referencia a blecido normativamente de adhesión de la Comunidad al necesario
movimiento centrípeto del sistema y de realizar una activa labor de
la conocida como “cláusula
actualización competencial. Con otras palabras, la cláusula expresa
Camps”, “cláusula de perfectamente una opinión común en torno a lo que en el plano
compromiso” con el siguiente competencial debe ser la configuración estatutaria en lo jurídico-
contenido en su apartado material, donde el principio homogeneizador acaba imponiéndose
tercero “cualquier ampliación al dispositivo57.
Finalmente, en cuanto a la asunción extraestatutaria de compe-
de las competencias de las
tencias el EACV ha mantenido también el esquema actual, alu-
Comunidades Autónomas
que no estén asumidas en
el presente Estatuto o no 56. En este contexto, (TUR AUSINA, R.: “El sistema competencial…, p.234, op. cit.) se
destaca la explicitación del dicho in dubio pro autonomía, expuesta por Martínez Sospe-
le hayan sido atribuidas, dra (MARTINEZ SOSPEDRA, M.: - Derecho autonómico valenciano, Valencia, Generalitat
Valenciana, 1985-1988, p.90) que permite interpretar que la cláusula residual que juega
transferidas o delegadas a la a favor del Estado, sólo entrará en funcionamiento cuando no haya posibilidad de inter-
Comunidad Valenciana con pretación del título competencial autonómico (SSTC 76/1984 y 123/1984).

anterioridad obligará, en su 57. La doctrina ha analizado la citada cláusula desde diversos puntos de vista. Entre
caso, a las instituciones de otros: BALAGUER CALLEJÓN, F.: “Las cuestiones competenciales …, p. 51, op. cit.; BAÑO
LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 277, op. cit.; BAÑO LEÓN, J.Mª: “El Estatuto
autogobierno legitimadas a de Autonomía en el Ordenamiento estatal y en el autonómico” en Comentarios al EACV
dir. BAÑO LEÓN, J.M.., Thompson- Civitas, 2007, pp. 53-73; EMBID IRUJO, A.: Balance de
promover las correspondientes …, p. 165, op. cit.; GARRIDO MAYOL. V.: “Oportunidad, constitucionalidad…, p. 85, op. cit.;
iniciativas para dicha GUILLEM CARRAU, J. y VISIEDO MAZÓN, F.: “Tramitación de la …,p. 226, op. cit.; PEMÁN
GAVÍN, J.Mª: “En torno a la…, p. 346, op. cit.; TUR AUSINA, R.: “El sistema competencial…,
actualización”. p. 257, op. cit..

94 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

diendo expresamente a la posibilidad de las leyes marco en su La cláusula expresa


artículo 6058. perfectamente una opinión
Como hemos visto, en 2006, uno de los objetivos de la reforma fue la
equiparación del techo competencial de la Comunidad con el de otras
común en torno a lo que
Autonomías59. El Estatuto previo a la reforma de 2006 configuró una en el plano competencial
Comunidad Autónoma con un nivel de competencias, más amplio que debe ser la configuración
el que le correspondía mediante la vía de acceso a la autonomía por estatutaria en lo jurídico-
el artículo 143 de la Constitución60. No obstante, la reforma incluye material, donde el principio
no pocos títulos competenciales nuevos respecto a los del Estatuto
anteriormente en vigor61.
homogeneizador acaba
imponiéndose al dispositivo.

58. Para un sector de la doctrina (ÁLVAREZ CONDE, E.: “Reflexiones sobre..., p. 59, op.
cit.), otras reformas estatutarias desvirtuaban el sistema del artículo 150 por considerar
el citado sistema una obligación, y no una potestad, del Estado, como el caso del Estatuto
de Cataluña, aunque finalmente el precepto en cuestión (Disposición Adicional tercera)
fue corregido en el Congreso de los Diputados.

59. Por un lado, esta reforma realiza para la doctrina una actualización competencial a la
luz de nuevos retos y de cambios derivados del progreso socio-económico, quedando al-
gunos pendientes como pueden ser el tema del agua y la inmigración, que se abordan en
el capítulo de los derechos y deberes de los valencianos; la cuestión de las competencias
sobre el sistema penitenciario; los objetivos, la tramitación y gestión de subvenciones;
etc. (TUR AUSINA, R.: “El sistema competencial…, p. 243, op. cit.). Por otro, se ha conside-
rado que la reforma ha estado, desde el punto de vista competencial, muy condicionada
por el juego de las mayorías políticas existentes a escala autonómica y estatal (BAÑO
LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 247, op. cit.).

60. Desde el gobierno de la Generalitat se señalaba ya en el año 2000 que restaban


competencias por asumir como eran la gestión del régimen económico de la Seguridad
Social, los pósitos, las Sociedades agrarias de transformación e inspección de calidad y el
procedimiento de defensa contra fraudes; la gestión de los establecimientos públicos de
titularidad estatal; la ejecución de la protección del dominio público en la zona marítimo-
terrestre; la ejecución sobre las carreteras del Estado; la gestión de las competencias
sobre los funcionarios con habilitación de carácter nacional y gestión de las operaciones
de crédito de las Haciendas Locales; la gestión de los fondos de protección laboral; la
seguridad pública, etc. (BLASCO CASTANY, R.: “El desarrollo competencial de la Generalitat
Valenciana” en Instituciones Políticas de la Comunidad Valeriana, coord. por GARRIDO
MAYOL, Fundación Profesor Manuel Broseta, 2000, pp.155-165). Tras la reforma de 2006,
entre otros, cabe destacar una serie de ámbitos competenciales específicos cuyo exa-
men escapa del objeto de estas líneas, pero cuanto menos, deben ser mencionados como
son los relacionados con la actividad económica general y la economía y hacienda y los
transportes y comunicaciones. Mención específica podría efectuarse a la investigación
y al concepto de sistema valenciano de ciencia, tecnología y empresa. Igualmente, en
cuanto a ámbitos de desarrollo de políticas públicas, puede significarse la agricultura, el
bienestar social, la educación, las obras públicas, la ordenación del territorio, la sanidad, la
seguridad social, y el trabajo. Así, otras materias en las que se ha hecho especial hincapié
en la tramitación parlamentaria son el comercio y el consumo, la cultura, el deporte y
el ocio, interior y seguridad pública, los medios de comunicación, las asociaciones y las
fundaciones (GUILLEM CARRAU, J.: “La reforma del marco competencial del Estatuto…,
en prensa).

61. Parte de ellos constituyen la explicitación de competencias ya derivables del marco


estatutario previo (p.ej.: la calidad y la seguridad alimentaria) y carecen de valor añadido
para el acervo competencial de la Comunidad. En otros casos se trata de competencias
nuevas que vienen a salvar omisiones del Estatuto (p.ej.: el régimen jurídico de creación
y funcionamiento de las denominaciones de origen) o que abordan materias emergentes
(p.ej.: TICS) (PEMÁN GAVÍN, J.Mª: “En torno a la…, p.345, op. cit.)

2008 | nº 51 95
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Por último, se propusieron algunas modificaciones de carácter com-


petencial en el texto estatutario para incorporar nuevos ámbitos
competenciales que no tuvieron el apoyo de los grupos mayoritarios
como, por ejemplo, las competencias en materia de inmigración, la
designación de representantes de la Generalitat en los organismos
estatales económicos y sociales, Agencia Tributaria Valenciana y la
creación de la Comisión bilateral Generalitat-Estado62.

5. La competencia en
materia de Derecho civil
Destaca la doctrina que el EACV aprobado como Ley Orgánica 5/1982,
en su artículo 31, reconocía a la Generalitat Valenciana competencia ex-
clusiva sobre la conservación, modificación y desarrollo del Derecho civil
valenciano en idénticos términos al Estatuto de Galicia (artículo 27.4) y
del Estatuto de Cataluña (artículo 9.2). No obstante, la norma institu-
cional básica de la Comunidad Valenciana contenía alguna peculiaridad
no compartida con Estatuto alguno en materia de Derecho civil como
fue considerar los bienes de herencias intestadas, cuando el causante
ostentara la condición política de valenciano, al describir la composición
del patrimonio de la Generalitat (en su artículo 51.1.c)63.
Con mayor o menor Con mayor o menor predicamento, durante los trabajos en po-
predicamento, durante los nencia previos a la reforma del EACV en 2006, se plantearon pro-
trabajos en ponencia previos a puestas de modificación de algunos aspectos de los preceptos que,
en la norma estatutaria, se ocupan de la materia del Derecho civil
la reforma del EACV en 2006,
valenciano64.
se plantearon propuestas
de modificación de algunos 62. En relación a las competencias de inmigración, se presentaron sendas enmiendas
aspectos de los preceptos (enmienda 14 del Grupo Parlamentario Mixto y las enmiendas 96 y 97 del Grupo Parla-
mentario GER-ECR). El resto de cuestiones apuntadas fueron propuestas en las enmien-
que, en la norma estatutaria, das 104 a 108 y 114, todas ellas del Grupo Parlamentario ERC (BOCG, Congreso de los
Diputados, n.º B-196-11, de 6/2/2006, p. 151). Véase: PEÑARANDA RAMOS, J.L.: “Informe
se ocupan de la materia del sobre la propuesta…, pp.287 y 297, op. cit.
Derecho civil valenciano.
63. Sobre esta cuestión, véase, entre otros: BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…,
p. 255; DOMINGUEZ CALATAYUD, V.: “La competencia exclusiva de la Generalitat sobre la
conservación, modificación y desarrollo del Derecho civil foral valenciano” en Corts. Anuario
de Derecho Parlamentario, 2007, n.º 18, pp.323-344; GARRIDO MAYOL V.: “Las competen-
cias de la Generalitat Valenciana en materia de Derecho civil: perspectivas de futuro”, RVEA,
nº41/42 p. 282-309; GUILLEM CARRAU, J.: “La reforma del marco competencial del Estatu-
to…, en prensa; MOLINER NAVARRO, R.: “Las competencias en materia de Derecho civil foral a
la luz del artículo 489.1.2º del nuevo EACV” en Corts. Anuario de Derecho Parlamentario, 2007,
n.º 18, pp.345-366; MONTÉS PENADÉS, V.L.: “El Derecho foral valenciano” en Comentarios al
EACV dir. BAÑO LEÓN, J.M.., Thompson- Civitas, 2007, pp. 261-323.

64. En las comparecencias de expertos ante la ponencia de la Comisión de Estudio para la


reforma del EACV y la consolidación del autogobierno, se manifestaron sobre esta cuestión
el profesor y presidente del Consell Juridic Consultiu, Vicente Garrido Mayol; los profesores
Rosa Moliner Navarro, Jesús Estruch Estruch, Vicent García Edo y Manuel Martínez Sos-
pedra; los registradores Vicente Domínguez Calatayud y Enric Solà i Palerm; y el notario
Vicent Ll. Simó Santonja. Estas comparecencias están disponibles en la siguiente dirección:
http://www.cortsvalencianes.es/Comparecencias?id_nodo=4148&accion=1.

96 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

Pese a la similitud entre las versiones originaria y reformada del Es- Pese a la similitud entre
tatuto sobre esta cuestión, la redacción entre el contenido de la Ley las versiones originaria y
Orgánica 1/2006, de 10 de abril, y el Estatuto de Autonomía refor-
mado –Ley Orgánica 5/1982, de 1 de julio–, no es idéntica porque
reformada del Estatuto sobre
además de las menciones contenidas en la Exposición de motivos65, esta cuestión, la redacción
el artículo 7.1 insiste en el desarrollo legislativo de las competencias entre el contenido de la
de la Generalitat, procurando la recuperación de los contenidos co- Ley Orgánica 1/2006, de
rrespondientes de los Fueros del histórico Reino de Valencia, en plena 10 de abril, y el Estatuto de
armonía con la Constitución y con las exigencias de la realidad social
y económica valenciana.
Autonomía reformado –Ley
Asimismo, figura ahora la competencia exclusiva de la Generalitat en Orgánica 5/1982, de 1 de
el artículo 49.1.2ª para la “conservación, desarrollo y modificación del julio–, no es idéntica.
Derecho civil foral valenciano”, y en la Disposición Transitoria tercera,
se reafirma en lo anterior señalando que “la competencia exclusiva
sobre el Derecho civil foral valenciano se ejercerá, por la Generalitat,
en los términos establecidos por este Estatuto, a partir de la normativa Figura ahora la competencia
foral del histórico Reino de Valencia, que se recupera y actualiza, al exclusiva de la Generalitat
amparo de la Constitución española”66. en el artículo 49.1.2ª para
Podría citarse a este respecto también, la singularidad representada la “conservación, desarrollo
por la vecindad civil valenciana, a la que se alude en el artículo 3,
y modificación del Derecho
apartado 4 del nuevo Estatuto de Autonomía, cuando se señala que
“El Derecho civil foral valenciano se aplicará con independencia de
civil foral valenciano”.
donde se resida, a quien ostente la vecindad civil valenciana conforme
a las normas del Título Preliminar del Código Civil, que serán igual-
mente aplicables para resolver los conflictos de leyes”.67 Por ello, en el
“la competencia exclusiva
65. La propia Exposición de motivos del nuevo EACV, después de señalar que se intenta sobre el Derecho civil foral
una reforma de hondo calado, que permita disponer de un Estatuto que “dentro del mar-
co competencial, esté equiparado al más alto nivel”, enfatiza que “pretende el impulso y
valenciano se ejercerá, por la
desarrollo del Derecho civil foral valenciano aplicable” y, por ello, según dice expresamen- Generalitat, en los términos
te, “el desarrollo legislativo de las competencias de la Generalitat, en plena armonía con
la Constitución española, procurando la recuperación de los contenidos de los Fueros del establecidos por este Estatuto,
Reino de Valencia, abolidos por la promulgación del Decreto de 29 de junio de 1707”.
a partir de la normativa
66. En cuanto a la propuesta de reforma y su evolución a lo largo de la tramitación parla- foral del histórico Reino de
mentaria, fruto de las negociaciones entre los dos grupos mayoritarios en el Congreso de los
Diputados, fueron realizadas incorporaciones y modificaciones en el texto de la propuesta
Valencia, que se recupera y
de reforma del EACV. En la propuesta de reforma del artículo 49 del EACV se incluyó por actualiza, al amparo de la
las Cortes Generales una precisión a la propuesta de las Cortes Valencianas en relación
con la competencia exclusiva de la Generalitat para la conservación, desarrollo y modifi- Constitución española”.
cación del “Derecho civil foral valenciano” que tuvo consecuencias en la redacción de la
disposición transitoria tercera del Estatuto que, respecto la competencia exclusiva sobre el
“Derecho civil Foral valenciano”, se precisa “…se ejercerá, por la Generalitat, en los términos
establecidos por este Estatuto, a partir de la normativa foral del histórico Reino de Valencia,
que se recupera y actualiza, al amparo de la Constitución española” desapareciendo así la
referencia a la Disposición Adicional primera de la Constitución y al Decreto de 29 de junio La singularidad representada
de 1707. Así el texto estatutario da por consolidada la doctrina constitucional emanada
en la STC 121/92. No obstante, considera un sector de la doctrina que la competencia de por la vecindad civil
la Generalitat en materia de Derecho civil no ha quedado ni mejorada ni fortificada por la
constante y recurrente invocación del Derecho foral histórico.
valenciana, a la que se alude
en el artículo 3, apartado
67. Como señala la doctrina, esta vecindad civil se recogía ya en la propia Ley de Patrimo- 4 del nuevo Estatuto de
nio de la Generalitat (Ley 3/1986, de 24 de octubre) que, en su artículo 22.2, disponía que,
en caso de sucesión intestada y a falta de personas con derecho a heredar, según la ley Autonomía.
2008 | nº 51 97
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

”… Las normas y artículo 7.2 del EACV se dispone que” … Las normas y disposiciones
disposiciones de la de la Generalitat y las que integran el Derecho Foral Valenciano ten-
drán eficacia territorial excepto en los casos en los que legalmente
Generalitat y las que sea aplicable el estatuto personal y otras normas de extraterritoria-
integran el Derecho foral lidad”. Otras dos singularidades respecto a la cuestión de la trascen-
valenciano tendrán eficacia dencia que el EACV, tras su reforma de 2006, otorga al Derecho civil
territorial excepto en los foral valenciano son las referidas a los conocimientos del mismo por
casos en los que legalmente los miembros de la carrera judicial y por los notarios68.
En cuanto a la aplicación del Derecho Valenciano, se afirma su pre-
sea aplicable el estatuto ferencia a cualquier otro en materias de competencia exclusiva en el
personal y otras normas de artículo 45 del EACV.
extraterritorialidad”. Respecto a las competencias de los órganos jurisdiccionales en la
Comunidad Valenciana, de acuerdo con el artículo 37.2 del EACV, en
materia de Derecho civil foral valenciano, es lógico el conocimiento
de los recursos de casación y de revisión, como competencia exclusi-
va del TSJCV, así como los recursos de casación para la unificación de
la doctrina y el recurso en interés de ley en el ámbito Contencioso-
Administrativo cuando afecten exclusivamente a normas emanadas
de la Comunidad69.
En definitiva, la doctrina entiende que las Cortes Valencianas están
plenamente legitimadas para legislar en materia de Derecho civil,
de acuerdo con lo establecido en el artículo 49.1.2ª del Estatuto de
Autonomía de la Comunidad Valenciana, que otorga a la Generalitat
competencia exclusiva en “la conservación, desarrollo y modificación
del Derecho civil foral valenciano”.
En materia de Derecho En este contexto, destaca un sector de la doctrina que en la propia
civil foral valenciano, es Exposición de motivos se revela la idea-fuerza de la recuperación de
los contenidos de los Fueros70 que, a juicio de otro sector, da contenido
lógico el conocimiento de
a la propia Disposición Transitoria tercera, considerándose por algún
los recursos de casación
y de revisión, como
de bienes, se integrarán en el patrimonio de la Generalitat cuando el causante ostentase
competencia exclusiva la condición jurídica de valenciano, destacándose por algunos autores, que en ninguno
de los Estatutos de Autonomía vigentes en España, cuando regulan los recursos patri-
del TSJCV, así como los moniales o financieros de sus respectivas Comunidades o Haciendas autónomas, hacen
recursos de casación para la referencia a los bienes procedentes de herencias intestadas cuando el causante ostente,
al tiempo de su fallecimiento, la condición jurídica de ciudadano, de la respectiva Comu-
unificación de la doctrina y nidad Autónoma (MONTÉS PENADÉS, V.L.: “El Derecho foral…, p. 261).

el recurso en interés de ley


68. En los concursos y oposiciones para cubrir las plazas vacantes de Magistrados, Jue-
en el ámbito Contencioso- ces, Secretarios Judiciales y demás personal al servicio de la Administración de Justicia,
de acuerdo con lo que dispone la Ley Orgánica del Poder Judicial y el artículo 35 del
Administrativo cuando EACV, se tendrá en cuenta su especialización en el Derecho civil foral valenciano y el
afecten exclusivamente a conocimiento del idioma valenciano. En este sentido, cabe añadir que es significativo
que, con carácter general, las Cortes Generales incorporan al Estatuto que los Notarios
normas emanadas de la deberán garantizar el uso del valenciano en el ejercicio de su función en el ámbito de
la Comunidad Valenciana y la aplicación del Derecho civil foral valenciano que deberán
Comunidad. conocer.

69. BAÑO LEÓN, J.Mª y BOIX PALOP, A.: “El Estatuto…, p. 255.

70. MONTÉS PENADÉS, V.L.: “El Derecho foral…, p. 314.

98 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

autor como el acierto más trascendente y de futuro del nuevo Estatuto. Las Cortes Valencianas están
Se entiende que ello exigirá una doble armonía con la Constitución
plenamente legitimadas
(desechando privilegios y disposiciones que tenían su base en discrimi-
naciones por diferencias de sexo, raza o religión) y con las exigencias de para legislar en materia de
la realidad social económica valenciana. Tales exigencias parece, para Derecho civil, de acuerdo con
estos autores, que se justifican plenamente, por ejemplo, en materia lo establecido en el artículo
matrimonial, para la recuperación de los regímenes de separación de 49.1.2ª del Estatuto de
bienes y la Germanía; o en materia testamentaria, para la libertad de
Autonomía de la Comunidad
testar que tanto tiene que favorecer la continuación y la conservación
de las empresas familiares71. De igual modo, se ha considerado justo Valenciana, que otorga a la
que “tras tres siglos del expolio del pueblo valenciano se recupere el de- Generalitat competencia
recho a legislar por sí mismo en materia de Derecho civil y, finalmente, exclusiva en “la conservación,
entienden que el texto de la Disposición Transitoria tercera no hace sino desarrollo y modificación
derogar parcialmente el Decreto de Nueva Planta de 1707”72.
del Derecho civil foral
No obstante, un sector de la doctrina considera que no se produce
una derogación sustancial, a través del artículo 7.1 y la Disposición valenciano”.
Transitoria 3, de la Nueva Plana, que pueda significar el desarrollo
de la competencia sobre Derecho civil con base en un Derecho foral
histórico y, por ello, no se resuelve el problema de una pauta o medida
de la competencia y no es aceptable en términos de guiar al operador
jurídico73.
En todo caso, debemos destacar que la inclusión del término “foral”
por las Cortes Generales tiene una relevancia capital. Si su ausencia
parecía remitir la competencia de la Generalitat a lo efectivamente
vigente en el momento de entrada en vigor de la Constitución, la in-
corporación del mismo despeja definitivamente todas las dudas sobre
la plena capacidad legislativa en materia foral, y zanja, de una vez
por todas, el debate doctrinal sobre el significado de la expresión “allí
donde exista”, del artículo 149.1.8ª, de la Constitución española, que
ya no cabe interpretar referido al momento de la entrada en vigor de
la Constitución, sino en un sentido amplio a la vigencia del Derecho
foral en algún momento anterior, aunque en 1978 se encontrara de-
rogado74.

71. SIMÓ SANTONJA, V.L.: “Título Primero: la Comunidad Valenciana…, p. 298.

72. GARCÍA EDO, V.: “Derecho foral e identidad…, p. 309.

73. MONTÉS PENADÉS, V.L.: “El Derecho foral…, p. 315.

74. De acuerdo con ello, parece que el Estatuto está tratando de operar una derogación
sustancial, es decir, está acaso tratando de remover el obstáculo que la Nueva Planta pueda
significar para la atribución y el desarrollo de la competencia del Derecho civil valenciano.
Esto es así por cuanto el contenido del artículo 149.1.8ª de la Constitución española, referi-
do a la legislación civil de las Comunidades Autónomas “allí donde exista”, no representaría
necesariamente vigencia actual, esto es en 1978, sino que con un valor relativo al adverbio
“allí”, más allá de que en la Comunidad Autónoma estuviera vigente un régimen foral en
todo o en parte de su territorio, e incluso no requiriéndose una vigencia actual, sino que
bastaría la pretérita. Ello salvaría el caso de la Comunidad Valenciana, y no cabría enten-

2008 | nº 51 99
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Por un lado, podemos afirmar que el texto estatutario tras su refor-


ma no se posiciona en contra de la doctrina constitucional emanada
en la STC 121/92 que desestimó el recurso de inconstitucionalidad
interpuesto contra la Ley 6/1986, de Arrendamientos históricos va-
lencianos (positivización del Derecho consuetudinario) ni tampoco
a la conocida jurisprudencia constitucional sobre las instituciones
conexas que permite incidir al legislador autonómico en el ámbito
del Derecho privado para mejorar la normativa vigente o para in-
novar nuestro Ordenamiento (SSTC 88/1993 y 156/1993). Por otro
lado, cabe sostener que la competencia de la Generalitat en materia
de Derecho civil no ha quedado ni mejorada ni fortificada solo por la
constante y recurrente invocación del Derecho foral histórico, sino
por el ejercicio de la competencia exclusiva por la Generalitat, en
los términos establecidos por el EACV, a partir de la normativa foral
del histórico Reino de Valencia, que se recupera y actualiza, al am-
paro de la Constitución Española, mediante su “conservación” y su
“desarrollo”75.
Con todo ello, y tal y como ha señalado la doctrina, se destaca la
voluntad política de recuperar lo que, en definitiva se llamará el
Derecho civil valenciano, bajo distintas denominaciones, como una
competencia propia de la Generalitat, que ahora, con carácter exclu-
sivo, reconoce el artículo 49.1.2ª del EACV76.
Como ejemplo de estas afirmaciones, que se contienen en la Dis-
posición Transitoria Tercera del EACV, tras su reforma de 2006 en-
contramos la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de régimen económico
matrimonial valenciano77. En relación con la capacidad del legislador

der impedimento alguno para este reconocimiento, ni con la redacción del Estatuto de la
Ley Orgánica 5/1982, ni tampoco con la nueva redacción dada mediante la Ley Orgánica
1/2006, de 10 de abril, del EACV que expresamente se refiere a ello (MOLINER NAVARRO,
R.: “Las competencias en materia de Derecho civil foral…,p. 364).

75. Entre otros: GARRIDO MAYOL V.: “Las competencias de la …, p. 290; MONTÉS PENA-
DÉS, V.L.: “El Derecho foral…, p. 317.

76. MOLINER NAVARRO, R.: “Las competencias en materia de Derecho civil foral…,p.
365.

77. El 25 de octubre de 2006 tuvo entrada en el Registro de Les Corts Valencianes la


proposición de Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano, presentada por el
Grupo Parlamentario Popular. La iniciativa fue tramitada por la Mesa de Les Corts el 7
de noviembre de 2006 y se puso en conocimiento del Consell para que manifestara su
criterio de conformidad con el artículo 119.2 del Reglamento de Les Corts y sin perjuicio
de su posterior publicación en el Boletín Oficial de Les Corts Valencianes (BOCV 239 /
VI de fecha 22.11.2006). El 22 de diciembre del mismo año fue registrado en Les Corts
Valencianes el criterio favorable del Consell a la toma en consideración de la Proposición
de Ley. En este documento, por el Vicepresidente y Secretario del Consell se certifica
el acuerdo adoptado a propuesta del Conseller de Justicia, Interior y Administraciones
Públicas. Entre otras argumentaciones se manifiesta que “… constituye el primer intento
importante de recuperación del Derecho civil histórico de los valencianos” aunque “…
con el ánimo de ser lo más respetuosa posible con la tarea de recuperar nuestro Dere-
cho histórico, se incluye la regulación de algunas instituciones que quizá no tendrían

100 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

autonómico para desarrollar las competencias estatutarias, en sus


Sentencias sobre el EACV, anteriormente citadas, el TC ha manifestado
que, en cuanto a la función interpretativa que de la Constitución pue-
den realizar los poderes constituidos, el Tribunal se refiere a su propia
doctrina que ha impuesto importantes límites a dicha función. Pero
la Constitución no impide al legislador ordinario su interpretación,

demasiada acogida en la actualidad por los matrimonios valencianos” y se señala“ … que


algunos puntos de la redacción del texto podrían mejorar en base a las siguientes consi-
deraciones…” como la sustitución del Título II relativo a la germanía por un solo precepto;
la sustitución de la expresión “carta de nupcias” por la consolidada “capitulaciones matri-
moniales” y la de la expresión “libertad civil por la más correcta de autonomía privada”, la
supresión de “… la dote por haber caído esta figura en desuso incluso en las Comunidades
Autónomas donde se mantiene su regulación en la actualidad… ” y la del último inciso
del artículo 2 de la Proposición; y, por último, el traslado de “ …los preceptos relativos al
trabajo para la casa desde su lugar actual en el texto de la proposición (capítulo segundo
“De las cargas de la familia” del Título I) al Título III…” (BOCV 254 /VI de fecha 16.01.2007).
La Mesa de Les Corts procedió a su tramitación y a ordenar su publicación en el Bolletí
Oficial de Les Corts en su reunión de 9 de enero de 2007. En el Pleno de Les Corts de 30
de enero de 2007 tuvo lugar el debate de toma en consideración de la Proposición de Ley
y, en consecuencia, se adoptó la Resolución 282/VI (BOCV 260 /VI de fecha 12.02.2007)
por 48 votos a favor, 24 votos en contra y 1 nulo (Diario de Sesiones Pleno de 30 de enero
2007, n.º 176, VI Legislatura, 2007). En virtud de lo dispuesto en el artículo 125.6 del RCV,
en su reunión de 6 de febrero de 2007, la Mesa acordó tramitar la citada iniciativa a la
Comisión de Coordinación, Organización y Régimen de las Instituciones de la Generalitat
valenciana y abrir el plazo de enmiendas, que finalizaría el día 27 del mismo mes. A la
Proposición de Ley se presentarían 211 enmiendas por los tres grupos parlamentarios de
la Cámara, incluido el proponente, que fueron ordenadas por la propia Presidencia de la
Mesa de la Comisión que no consideró necesario la constitución de una ponencia para
informar de dichos textos normativos (BOCV 270 /VI de fecha 13.03.2007). La Comisión
de Coordinación, Organización y Régimen de las Instituciones de la Generalitat se reunión
el día 1 de marzo de 2007 con el fin de debatir la Proposición de Ley y las enmiendas
presentadas y, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 116, 117, 118 y 119 del RCV,
elevar Dictamen sobre la Proposición de Ley al Pleno (BOCV 270 /VI de fecha 13.03.2007).
En dicha Comisión fueron aprobadas las enmiendas del Grupo Socialista n.º 7, 20, la 29,
32, 36, 40, 60, 119 y 181 y las enmiendas n.º 12, 54 y 205 del Grupo Entesa, y los Grupos
parlamentarios Socialista y Entesa comunicaron a la Presidencia de Les Corts el mante-
nimiento para su defensa ante el Pleno de todas las enmiendas presentadas, defendidas
y votadas en la Comisión y que no habían sido incorporadas al Dictamen (Diario de Se-
siones de la Comisión de Coordinación, Organización y Régimen de las Instituciones de
la Generalitat, n.º 26i/II, VI Legislatura 2007). Con fecha de 6 de marzo de 2007 se remitió
la reproducción mecanografiada del texto del Dictamen al ser incluido entre los puntos
a sustanciar por el Pleno de Les Corts en su reunión del día 7 de marzo de 2007. El Pleno
de Les Corts, en sesión celebrada el día 7 de marzo de 2007, debatió el Dictamen de la
Comisión de Coordinación, Organización y Régimen de las Instituciones de La Generalitat
sobre la Proposición de Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano, así como las
enmiendas presentadas por los grupos parlamentarios, siendo aprobadas 45 enmiendas
transaccionales y las enmiendas n.º 169, 38, 58, 63, 75, 86, 87, 123, 169, 196, 206 y 207
en el curso de la sesión plenaria (Diario de Sesiones Pleno de 7 de marzo 2007, n.º 180,
VI Legislatura, 2007). Finalmente, el Pleno de Les Corts, en virtud de lo establecido en el
artículo 21.1 del Estatuto de Autonomía y de acuerdo con el artículo 121 del RC, aprobó
la Ley de la Generalitat de Régimen Económico Matrimonial Valenciano (BOCV 273 /VI de
fecha 02.04.2007). Desde el punto de vista de la tramitación parlamentaria, la Ley 10/2007
ha seguido el iter legislativo establecido en el Reglamento de Les Corts Valencianes para
su tramitación, teniendo en cuenta que la misma se ha producido durante la vigencia de
dos normas reglamentarias distintas ya que el actual Reglamento de Les Corts entró en
vigor el último período de sesiones de la pasada legislatura y rigió también la tramitación
de la Proposición de Ley. En todo caso, cabe concluir que, aunque la totalidad de la Ley fue
aprobada con los votos del Grupo Parlamentario proponente, contó con el voto favorable
de los otros Grupos en los artículos 23 y 26 a 30 del texto. Asimismo, procede destacar
el elevado número de enmiendas aprobadas, no sólo de las conocidas como enmiendas
transaccionales sino también de las que fueron presentadas por los Grupos parlamenta-
rios no proponentes.

2008 | nº 51 101
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Sin haberse planteado en pues ningún precepto de la Constitución así lo declara, consideran-
momento alguno dudas de do que tan sólo queda vedado al legislador, estatal o autonómico,
“la interpretación genérica y abstracta del sistema constitucional de
constitucionalidad sobre reparto competencial con pretensión de vinculación general a todos
las competencias asumidas los poderes públicos, imponiéndoles su propia interpretación de la
en materia de Derecho Constitución” 78.
civil foral valenciano tras En definitiva, hay que reseñar también que, sin haberse planteado
la reforma de 2006, su en momento alguno dudas de constitucionalidad sobre las compe-
tencias asumidas en materia de Derecho civil foral valenciano tras
desarrollo legislativo hasta el la reforma de 2006, su desarrollo legislativo hasta el momento ha
momento ha sido objeto de sido objeto de un polémico debate desde el punto de vista jurídico
un polémico debate desde y mediático79.
el punto de vista jurídico y
mediático. 6. Conclusiones
A lo largo de las líneas que anteceden se ha revisado la reforma del
EACV en sus principales aspectos competenciales, destacando las inci-
dencias de su tramitación parlamentaria donde fueron realizadas mo-
dificaciones sustanciales a la propuesta inicial de reforma. Asimismo,
con el interés de situar la cuestión competencial del EACV, ha sido
Mantener la técnica considerada necesaria una breve referencia de las soluciones técnicas
empleadas para la citada cuestión en otras reformas estatutarias.
legislativa clásica de Desde el punto de vista competencial, tras la reforma de 2006, cabe
asunción de competencias destacar que, en primer lugar, se ha procedido a mantener la téc-
frente a las otras técnicas nica legislativa clásica de asunción de competencias frente a otras
planteadas por la doctrina o técnicas planteadas por la doctrina o puestas en práctica en otras
puestas en práctica en otras reformas estatutarias. En segundo lugar, se percibe un incremento
de los ámbitos competenciales desde el punto de vista material con
reformas estatutarias. matizaciones derivadas del iter parlamentario.

78. Asimismo el Tribunal, como consecuencia de esto, entiende que, “los poderes legis-
lativos constituidos, estatal o autonómico, ejercerán su función legislativa de modo le-
gítimo cuando, partiendo de una interpretación de la Constitución, sus normas se dirijan
a su ámbito competencial, ejerciendo las competencias propias siempre que, al hacerlo,
no pretendan imponer a todos los poderes públicos, como única, una determinada op-
ción interpretativa, del precepto constitucional….” (FJ 8). El TC entiende que “el legislador
estatutario, como cualquier legislador, ha de interpretar necesariamente la Constitución
al ejercer la función atributiva de competencias a la correspondiente Comunidad Autó-
noma que la Constitución le reconoce”. Parece que, por tanto, el Estatuto de Autonomía
que es norma estatal, la norma institucional básica de la Comunidad, se dirige a los
propios poderes de la Comunidad Autónoma singularmente, a la Asamblea Legislativa,
ejerciendo una tarea de ordenación de sus respectivas potestades, esto es, fijando el
marco normativo en el que aquéllos deben actuar (FJ 10).

79. Ante este debate, en función de la condición de letrado de Les Corts, no procede mani-
festación alguna de carácter sustantivo. Por ello, junto a la doctrina científica citada ante-
riormente, cabe remitir a la hemeroteca de los principales periódicos de las tres provincias
de la Comunidad Valenciana durante el periodo prelectoral de finales de 2007 y principios
de 2008. En todo caso, no hay más remedio que esperar al pronunciamiento del TC sobre
el respeto a los principios rectores del Ordenamiento Jurídico recogidos no sólo en el ar-
tículo 148 de la Constitución, sino también en el artículo 149.1.8 de la misma, ya que nos
encontramos en un recurso de inconstitucionalidad que parece interconectar elementos
del procedimiento de la cuestión de inconstitucionalidad.

102 2008 | nº 51
El régimen económico matrimonial y el marco competencial del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana

En materia de Derecho civil valenciano, como se ha puesto de mani- En materia de Derecho


fiesto con motivo del recurso a la Ley de Régimen Económico Matri-
civil valenciano, el poder
monial Valenciano, la Generalitat, como conjunto de instituciones de
autogobierno, podrá encontrar en el Estatuto reformado la base jurí-
competencial autonómico
dica para el desarrollo de políticas y actuaciones en los más diversos será medido principalmente
niveles competenciales y, de este modo, con los nuevos instrumentos por la capacidad de elaborar
que ofrece el mismo, el poder competencial autonómico será medido políticas públicas y por la
principalmente por la capacidad de elaborar políticas públicas y por la
calidad del ejercicio de las
calidad del ejercicio de las competencias por las Cortes Valencianas.
competencias por las Cortes
Valencianas.

2008 | nº 51 103
Territoria
alización
del Derecho
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

Llibre del Repartiment.


Biblioteca Valenciana. San Miguel de los Reyes.
Exposición del 15 de abril al 15 de julio de 2008.

Territorial
Territoriali
ritorial
zación del
de
D
Derechooral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho fora
oral valenciano del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territ
izacion del Derecho valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion d
del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano
Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializa
valenciano
del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho f
Territorializacion Derecho valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion del D
del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho f
Territorializacion
106 2008 | nº 51 del foral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion del D
del Derecho foral valenciano Territorializacion del Derecho foral valenciano Territorializacion del derecho fo
Territorialización del
Derecho foral valenciano
Texto de:
Vicente L. Simó Santonja

1. Introducción
Un análisis de la territorialización del derecho foral valenciano, ne-
cesariamente tiene que partir de la conquista de la Ciudad de Valen-
cia y del otorgamiento de su propia “carta puebla”, COSTUM, luego
denominada FURS, que evolucionaría a través de diferentes Cortes,
hasta culminar en las de 1329, en las que el problema expansivo,
puede darse por resuelto. Este proceso de casi noventa años no fue
sencillo aunque estuviese suficientemente claro en la mente de Jai-
me I, desde un principio. En parte, al menos, tal dificultad deriva del
sistema legislativo, fueros y privilegios, y de su “encaje” de datación,
que aún no siendo confuso, lo es, porque hubo “privilegios sueltos”
y “privilegios que pasaron a ser “textos de Fueros”, siendo ambos
“legislativos”.

2. Las llamadas
“Cortes de Conquista”
LÓPEZ ELUM califica como “Cortes de Conquista” las reuniones ha-
bidas entre 1225 y 1236, en las que Jaime I solicitaba a los tres
brazos ayuda para emprender la conquista de territorio musulmán
(campaña insular de Mallorca; campaña peninsular de Valencia). De
este modo los estamentos, más o menos cohesionados, se unían a
los objetivos de la monarquía, con la esperanza de reparto de las
tierras conquistadas.
Tales Cortes, referidas a Valencia, según el citado autor tuvieron
lugar en Monzón el año 1236, donde acudieron Lleida, Tortosa, Za-

2008 | nº 51 107
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

ragoza, Teruel, Daroca, Calatayud, Tarazona, Huesca, Jaca y Bar-


bastro.1
En todo caso, la “idea” de la conquista de Valencia, es anterior a
dicha fecha. Podemos concretarla en 1232. En Alcañiz, reunidos en
un “terrado”, conversan tres personajes, según el Llibre dels Feyts,
“e erem en Alcaniç, e ab nos lo Maestre del Espital e don Blasco
d’Alagó”: el propio Rey, Hugo de Folcalquer (occitano) y Blasco de
Alagón (aragonés); para disipar dudas, merecen ser oídos:
• HUGO DE FOLCALQUER: “Senyer, pus Deus vos ha tan ben
guiat el feyt de Maylorques, e en aqueles iles, ¿no començarets
vos ni nos, deçà, en aquel Regne de Valencia qui ha estat de
cara tots temps, e de frontera a vostre linyatge, e tots temps
han punyat d’aver aquel e no’l han pogut aver? On. Si Deus
m’ajut, no seria que’y pensassem, pus som aquí, denant vos;
que don Blasco hy sap mes que nuyl hom del mon, e que’us
dixes d’aquela terra que al loch li semblaria en que vos pogues-
sets entrar i pendre”.
• BLASCO DE ALAGON: “Yo ben dire al rey tot quant hi se, e que
a el bon sia. E pus volets.;aestre, que yo ho diga, dire’hi. E nos
pregam’lo que dixes hon li semblaria que nos primerament po-
guessem entrar e’l regne de Valencia…Senyor, ver diulo Maes-
tre del Espital, que pus part mar vos ha Deu dat conquerir, que
a lo que esta a la porta del vostre regne, que’u conquirats. E es
la meylor terra e la pus bela del mon. Que yo senyor he estat en
Valencia III anys o pus, quan vos me gitas de vostra terra. E no
vuy deius Deu tan delitos logar com es la ciutat de Valencia, e
tot aquel regne e ten be VII jornades de terra de lonch. E si Deu
vol que aquel conquirats, e volra’ho, la meylor cosa haurets
conquistat, de delits e forts Castell que sia e’l mon. E yo dire’us
ço que a mi’n sembla: si yo us conseylava que anassets assetjar
un fort castell, dar’vos’hia mal conseyl, car ne n’i ha XL o L que,
mentre que menjar haguessem, vos ni tot vostre poder no’ls
poriets pendre. Mas consey’vos en quant yo se i enten, que
antes a Borriana, per aquesta rao: car Borriana es loch pla e
es proa de vostra terra, e venra’vos’hi per mar e per terra, mils
que no farie si pus luny fossets en la terra. E a fiança de Deu,
al pus luny, haurets dins un mes, e trobar hi’ets gran conduyt.

1. LÓPEZ ELUM, compara estos lugares con los barrios del Llibre del Repartiment: se
reconocen los siete primeros, y aunque no aparecen en 1236, hace constar otros que
no estuvieron presentes: Barcelona, Tarragona, Rápita, Vilafranca, Momblanch y Prades.
No procede aquí, hacer juicios de valor sobre los “asentados”, aragoneses y/o catalanes;
ni como fueron convencidos los segundos a participar en la empresa no habiendo asis-
tido a la pretendida reunión de 1236, que tuvo, en realidad, como principal objetivo la
confirmación de la moneda jaquesa y el pago del impuesto de monedaje por aragoneses
y tortosinos. Están documentadas las entregas de casas y tierras a los participantes, y
otros compromisos del Rey.

108 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

E aquest es lo meylor loch que yo se per vos començar a con-


querir lo regne de Valencia”.2
• JAIME I: “Ara havem oit de vos e de don Blasco, e tenim lo per
bo e leyal; e en nom de Deu faça’s pus acordat es; que lo mils
mavets aconseylat. E dire’us ara una cosa, que para que Deu h
ovula. Nos erem a Mayloques al Cap de la Pera, quan Menorques
se rete, e era ab Nos don Sanç d’Orta e don Garcia d’Orta, son
frare, e Pero Lopis de Pomar, qui havia estat per missatgeria
nostra al alcayt d’Ixativa; e nos gabam los la terra de Maylor-
ques, e mentre nos la gabavem, dix don Sanç d’Orta: Senyor,
vos guabats tot dia Maylorques, e’l regne de Maylorques, mas
conquerits Valencia, que vos exiran V milia o VI milia balesters
de II peus, e dels altres mes de compte; que no lexen acostar
ost de la vila, podets ben dir que sots lo meylor rey del mon
e aquel qui tant ha feyt. E sobre aquestes paraules nos som
somoguts, per ço quan desloavem Mylorques e loavem Valen-
cia…Ara’us direm com pendrem Valencia e tota la altra terra…
Nos nos n’irem a Borriana, he haurem conduyt, aquel que levar
puxam en azembles de Terol, e farem venir, d’altra part, per mar
conduyt per rao que abast en la ost; e levar hi’hem II fanevols.
E quan presa Borriana, farem venir la reyna nostra muyler, per
tal que entenen les gents que major cor hi havem d’estar. E
aquels Castells qui son a les espatles, axi com Paniscola, e Cer-
vera, e Exivert, e Polpis, e les Coves d’Avinroma, e Alcayaten,
e Morela, e Culla, e Ares, qui viuen del camp de Borriana de
conduyt e tots aquells qui seran entre Nos e terra de cristians,
tots s’haura a retres, perque nos serem denant e no poran haver
lo conduyt que’ls venia de Borriana. E quan aço sia feyt, que
nos haiam aquels Castells, mudar nos’em a un loch que diem
los cristians lo Poy de Sebola, e es prop de Valencia dues legues.
E d’aquí a cavalcades que farem fer a Valencia, e que la tala
farem quan nos venrem e sabrem ardit que seran vengues a
gran flaquea e a gran cuyta de fam, metrem nos sobre els enans

2. Blasco de Alagón, nacido en algún lugar de Aragón, estuvo cerca del Rey en muchas
ocasiones: la boda (1221, con cargo de Mayordomo), la muerte trágica de Pedro de
Ahones (1226) que desemboca en guerra civil; y siempre fiel al rey, éste le recom-
pensa con la promesa de poseer todo pueblo, castillo o fortaleza que conquiste. Pero
las amistades se tuercen cuando en 1227 Zayyan destrona a Abuzeyt, en Valencia.
Los historiadores discrepan si entre 1230/32, don Blasco estuvo “desterrado”, o mejor
“infiltrado” en el reino moro de Valencia. El texto transcrito dice “gitàs”, que significa
destierro. La conversación que comentamos tuvo lugar durante el verano de 1232, y el
26 de octubre del mismo año, don Blasco conquista la estratégica población de More-
lla, que el rey pretende recuperar, y recupera entregándosela en feudo. Curiosamente,
Blasco de Alagón falleció, en 1301, en Messina, mientras luchaba a favor de Federico
II de Sicilia. De las palabras dichas, se deduce la importancia “en tots temps”, del reino
moro de Valencia.

2008 | nº 51 109
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

que cuylam lo pa altra vegada; e assetjar los hem, e ab volentat


de Deu pendrem los”.3

3. La conquista de la
ciudad de Valencia
Antes de 1238, la repoblación sólo afecta a la zona norte del Reino.
Son 25 cartas pueblas, cuya estadística obliga a la reflexión: 16
(64%) a Fueros aragoneses, de los cuales, 14 a Fueros de Zarago-
za, a saber, Cirat (1232), Vallibona (1233), Burriana (1233 Y 1235),
Fredes y Boixart (1236), Benicarló (1236), Vinaroz (1236), Vilanova
(1237), Mola Escabosa (1237), Coratxar y Penya d’Aronyal (1237),
Almassora (1237), Ludient (1238) y Salsadella (1238); 1 a Fuero
de Teruel, Xerica (1238); 1 a Fuero de Teruel-Sepúlveda, Morella
(1238); 6 (24%) a Fuero de Lérida, a saber, Calig y Catí (1234), Cer-
vera del Maestre (1235), Rosell (1237), San Mateo (1237), Carrascal
(1238); 3 (11’2%) a costumbres de Barcelona, a saber, Castillo de
Xivert (1235), Torre de Moncada (1235) y Benicaldim de Almenara
(1238); y 1 (0’8%) a Fuero Islámico, Xivert (1234).
Durante estos años aparecen dos concesiones reales que podían ser
indicio de cómo sería la legislación valenciana: en diciembre de 1237
Jaime I nombra a Juan Galindo de Daroca para desempeñar “vitalicia-
mente” el cargo de merino (çalmedina, cargo de origen catalán); y en
junio de 1238, Ferrán Garcés era designado Curia o Justicia (cargo de
origen aragonés), mientras viviera, según consta en el Llibre del Re-
partiment. Pero el sistema cambia radicalmente cuando ambos cargos,
apenas once meses después, dejan de ser vitalicios, para ser anuales.
La realidad no es otra que la víspera de San Miguel, en 1238, se rin-
de Valencia y los “repartidores” entran en la ciudad el 9 de octubre.
Historiadores, juristas y cualquier persona preocupada por el “qué
pasó”, se interrogan, desde la duda, ¿qué cuerpo legal se dicta o
impone para Valencia? ¿un cuerpo legal ya existente, como cuando
se concedieron otras cartas pueblas, con la simple indicación, poco
desarrollada, de “a Fuero de…”? ¿un cuerpo legal nuevo, formulado
tras la rendición? Y si así fuera, ¿cuándo y cuánto el tiempo para su
redacción y promulgación?.

3.1. Datación
Resumiendo, por agrupación las diversas opiniones al respecto, po-
drían simplificarse en dos:

3. En este texto, Jaime I desvela que la excelencia del reino moro de Valencia, le había
sido hecha durante la conquista de Mallorca, por Sanç d’Orta, con lo que debemos re-
troceder a 1229, la idea de la conquista del reino de Valencia (no sólo de la ciudad de
Valencia). El plan se cumplió milimétricamente, y en todo caso El Puig de Santa María, ya
estaba en su cabeza, como centro de operaciones.

110 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

AÑO 1240. Esta fecha toma como base la presencia en Valencia de


los personajes más importantes, obispos, nobles y “villanos” que
acompañaban al Conquistador. Se han discutido las fechas posibles:
inicial (29 de diciembre de 1239 o 13 de enero de 1240) y final
(9 de marzo o 28 de junio de 1240); así lo entendieron RIBELLES,
CHABÁS, ARCADI GARCÍA, JOSE BONO, y yo mismo. Esta posibilidad
dejaba en el aire dos dudas: el paso al texto primitivo de los privi-
legios anteriores a esas fechas (ahondando más, ¿por qué algunos
no habían sido recogidos íntegramente?); y la consideración de un
plazo excesivamente largo, “sin gobierno”, ¿cómo admitir que una
ciudad de la importancia y trascendencia de Valencia, fuera una
“ciudad sin ley”?. DANVILA ya lo interrogaba en 1905, pero ni él
mismo encontró respuesta.
AÑO 1238. La reflexión de DANVILA encontró justificación, ya en
1949, cuando HONORIO GARCIA demostró que el Obispo de Vic,
presente en el asedio, abandonó Valencia en abril de 1239. Esos
mismos inicios de 1239 fueron aceptados por LÓPEZ ELUM, en
1988. Y continuaron las rectificaciones: en 1996, GARCÍA EDO sus-
tituye 1240, por un arco que comprende entre el 18 de octubre y
el 29 de diciembre de 1238; LÓPEZ ELUM se inclina, en 1998, por la
datación de 1238, lo que reitera en 2001. A su vez, GARCÍA EDO, en
el último volumen, IX, (2002) de la edición de FURS DE VALENCIA,
ingente obra de ARCADI GARCÍA y GERMÀ COLÓN, estrecha más el
arco, gracias a las investigaciones de CASTELL MAIQUES.
Tenemos, pues, a día de hoy, que la datación, promulgación oficial
de la COSTUM de Valencia debió ser posterior al 18 de octubre de
1238, fecha en que el Obispo de Segorbe-Albarracín, abandona Va-
lencia, y anterior al 1 de noviembre de 1238, en que se concede la
escribanía del Justicia al notario Guillamó, o, cuanto más, al 29 de
diciembre de 1238, en que el Obispo de Tarazona está documentado,
ya, en su obispado, lo que hace suponer abandonaría Valencia, va-
rios días antes, en razón de la distancia y dificultades de traslado.
No resisto el relato de mis insomnios de investigador, “simplemente
aficionado”, que quizá por serlo no acaba de entender de datacio-
nes, cuando el documento le es adverso.4
Pues resulta, que apuntado yo a la tesis del 40, me encontraba con
un insalvable scila-caribdis, provocado por el Privilegio de 22 de
octubre de 1239, que según el Aureum Opus, decía: “DE NOTARIIS
CIVITATIS VALENTIAE PER TOTUM REGNUM POSSINT CARTAS PU-
BLICAS TESTAMENTA ET ACTA SCRIBERE REFICERE ET CONFICERE…
Per nos et nostros statuimus et ordinamus et concedemos vobis
universis et singuéis notariis civitatis Valentiae et universitati vestir
seu ómnibus vestris presentibus et futuris quod in tota terra reg-
no et districtu jurisdicciones et pertinentes valentiae possitis cartas

4. CASTELL MAIQUES, fue paciente durante más de diez años, para terminar su Tesis Doc-
toral, en que la datación se hace exacta; y explica muchas cosas y problemas.

2008 | nº 51 111
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

publicas facera et tstamentum et omnia actapublica scribere reci-


pere et facere. ET IPSIS TESTAMENTIS ET ACTIS A VOBIS RECEPTIS
PUBLICAM PRSTAMUS AUCTORITATEM QUOD PER VERIS PUBLICIIS
ET AUTENTICIS SEMPER HABEANT IN EADEM CIVITATEM ET TOTO
REGNO IPSI ET ALIBI; ET QUOD EX EIS PLENISSIMA PROBATIO FIAT
IN JUDICIO ET EXTRA; ET EIS CREDAT TAMQUAM VERIS ET PUBLICIS
INSTRUMENTIS, NON OBSTANTE ALIQUAM CONSUETUDINE IURIS
VEL STATUTO. Datum Ilerde X kalendas decembris anno domini MC-
CXXXIX”.
El texto legal (Libro II, Rubrica CXXXI, De Notariis. IX), según la versión
latina de DUALDE, es mucho más corto, y por supuesto, incompleto:
“Civitatis Valentiae notarii possint in toto regno Valentiae cartas
publicas facere et instrumenta, et omnia acta publica, scribere, reci-
pere et conficere”. Falta íntegro el texto en mayúsculas. Precisamente
un texto trascendental, “bolonio”, primero en toda legislación foral
española, que reconoce al documento notarial, fe pública, autentici-
dad y fuerza probatoria, en todo el reino y no obstante cualquier otro
fuero o estatuto; para decirlo más claro, por encima de cualquiera
carta puebla que tratara del tema.
La comparación de ambos textos, plantea algunos dilemas de difícil
y/o imposible solución, en especial porque se considera como ver-
dad, que lo es, que no conocemos el texto original-primero de la
COSTUM, y las numerosas interrogantes son a gusto del opinante:
¿pasó el privilegio al texto legal, y cuándo?, y si pasó, ¿por qué
no pasó completo, por simple olvido? ¿Cabría pensar que el texto
inicial de 1238, se consideró incompleto e insuficiente, y por ello
fue necesaria la aclaración y complemento del privilegio de 1239,
que continuó, por supuesto, vigente?. Hasta ahora parece que la
datación se basaba esencialmente en la presencia de determinadas
personas, ¿quizá convenga derivar la solución de la incógnita a
los privilegios posteriores a 1238, algunos de los cuales “pasaron
el corte” y otros, no sabemos por qué, no?. Tendremos que volver
sobre el tema, pero conviene anticipar, en línea sintética, cuáles
son los manuscritos y ediciones de los textos forales, de que dis-
ponemos:
• TEXTO LATINO. Tan sólo tenemos noticia de un manuscrito
latino, “Fori Antiqui Valentiae”, que se conserva en el Archivo
de la Catedral de Valencia, registrado bajo el número 146, que
dio a conocer CHABÁS, datándolo entre 1301 y 1341; contiene
los Fueros de Jaime I, divididos en las rúbricas clásicas, distri-
buidas en dos partes o libros; y siguen los privilegios de Jaime I
y de sus sucesores hasta Jaime II. Este manuscrito fue editado
por DUALDE SERRANO, en 1950-1957; contiene los Fueros de
Jaime I, en rúbricas que numera I a CXLIV, sin distinguir los
dos libros.
• TEXTOS VALENCIANOS. Se tiene por desaparecido el primer

112 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

manuscrito del Monasterio de Benifassà, que fue encontrado


hacia 1820 por BORRULL; se dividía en dos libros, conteniendo
los de Jaime I, pero no los añadidos en 1271, cosa lógica porque
tal manuscrito se databa el 31 de marzo de 1261. En el Archi-
vo Municipal de Valencia está localizado el manuscrito firmado
por el protonotario real BORONAT PERA, en cumplimiento de
un decreto en Cortes de 1329. Contiene los Fueros de Jaime I,
divididos en dos libros, con un total de 149 rúbricas, asi como
los de Alfonso el Benigno, divididos en 49 rubricas.5

La primera edición de los Fueros en colección general se hizo sobre


una copia del Notario Gabriel Lluis d’Arinyó, impresa en Valencia el
año 1482, por Lambert Palmart, comprobada por Gabriel de Riusech
y titulada “En aquest libre son contenguts los Furs e ordinations
fetes per los gloriosos reys de Aragó als regnicols del regne de Va-
lencia”; contiene los fueros de Jaime I, divididos en nueve libros, y
los posteriores por orden cronológico de las Cortes en que fueron
concedidos hasta las de 1436.
La segunda edición se hizo sobre copia del notario FRANCESC JOAN
PASTOR, que continuó la iniciada por Lluis Alanyà, también notario
de Valencia, compilador del AUREUM OPUS, corregida por el abo-
gado Pere Joan Capdevila, e impresa por el flamenco Juan Mey,
en 1547-48. Se titula FORI REGNI VALENTIAE, en dos volúmenes,
uno con los fueros desde Jaime I hasta las Cortes de 1542, y otro
con “Extravagantes”. Esta edición tenía carácter oficial gracias a un
privilegio datado en Monzón en 1547.
La tercera edición, en nueve volúmenes, representa el ingente tra-
bajo de ARCADI GARCÍA y GERMÀ COLÓN, desde 1970 hasta 2002.
Tiene como base la edición “sistemática” de Pastor, con los textos
latinos del manuscrito de la Catedral de Valencia.

3.2. El autor del texto foral.


Respecto de la autoría de la COSTUM de Valencia, la tesis de GARCIA Respecto de la autoría de
EDO, es afortunada. Desde julio de 1237, en El Puig, hasta la capi- la COSTUM de Valencia,
tulación en septiembre de 1238, pasó un año completo para tomar el rey toma una doble
conciencia de la realidad que se aproximaba y, sin duda, de las pre-
siones interesadas de quienes acompañaban al Rey: la Iglesia y las
decisión, hoy indiscutida
noblezas aragonesa y catalana, con planteamientos diferentes. por los historiadores y
Para no herir intereses contrarios, el rey toma una doble decisión, avalada por su actuación
hoy indiscutida por los historiadores y avalada por su actuación posterior: constituir Valencia
posterior: constituir Valencia como reino independiente, ni trasunto como reino independiente,
del Reino de Aragón, ni trasunto del Condado de Barcelona; y como
corolario indispensable, redactar (encargar la redacción) un texto
ni trasunto del Reino de
Aragón, ni trasunto del
Condado de Barcelona...;
5. Podrían explicarse (no lo hacemos por simplificar) otros manuscritos: Academia de la
Historia, de Madrid, Colección Salazar, P-14; Biblioteca de Catalunya, ms. 137; Biblioteca
del Monasterio de El Escorial, Y.II.20; y Archivo de la Catedral de Valencia, nº 55.

2008 | nº 51 113
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

...y como corolario de Derecho local amplio, complejo y extenso, acorde con la im-
indispensable, redactar portancia de Valencia, ni improvisado, ni tampoco precipitado a la
(encargar la redacción) adopción de otros modelos locales de otras importantes ciudades
de su Corona, que respondiera además al concepto de un derecho
un texto de Derecho local
científico, basado en los principios de Derecho común que ya llega-
amplio, complejo y extenso, ban desde Italia, a través de juristas que estudiaban en Bolonia.
acorde con la importancia Durante mucho tiempo, este texto inicial se consideró anónimo
de Valencia, ni improvisado, aun apuntando el nombre del jurista VIDELA DE CANELLAS, obispo
ni tampoco precipitado de Huesca, estudiante en Bolonia. ARCADI GARCIA, ya concluyó
en 1996 que en la primera redacción de la COSTUM, se intuía la
a la adopción de otros
intervención del jurista PERE ALBERT, documentado en Bolonia, de
modelos locales de otras donde regresó en 1233 para trabajar primero al servicio del Obispo
importantes ciudades de su de Barcelona, y luego al servicio de la Corona, que le reconoció una
Corona, que respondiera importante donación el 13 de junio de 1238, durante el sitio de
además al concepto de un Valencia; y precisamente en la redacción del texto legal, tomando
como base, en mayor o menor medida, los libros de Derecho de que
derecho científico, basado
disponía: el Corpus Iuris Civilis y el Liber Judiciorum, sobre todo, y
en los principios de Derecho en menor medida, a veces simplemente testimonial, dadas las dife-
común que ya llegaban desde rencias de extensión, las Decretales pontificias, las Consuetudines
Italia, a través de juristas que ilerdenses, los Usatges, las obras del propio autor y, por supuesto, el
estudiaban en Bolonia. Derecho consuetudinario local musulmán o mozárabe.6
ARCADI GARCIA, afirmó que, en su tiempo, “los Furs son precisamente
ARCADI GARCIA, afirmó el monumento más extenso dentro del Derecho hispánico”. Y es así,
las rúbricas del texto inicial latino, superaban los 1.500 fueros (leyes,
que, en su tiempo, “los artículos), de los que 2/3 son “romanos”, apenas 60 concordantes con
Furs son precisamente el las costumbres de Lérida. Hablando de números, estadísticos, y aunque
monumento más extenso más adelante tendremos que retomar el tema, teniendo en cuenta la
dentro del Derecho traducción al “romanç” valenciano en 1261, y a las ampliaciones de
hispánico”. Y es así, las 1271, tomando valores medios ponderados de ambos textos resulta
que las adiciones son 140 (136/146), las “romanceadas” son 90 (94/84)
rúbricas del texto inicial y los fueros nuevos, 48. Tan sólo un fuero fue suprimido (removit/
latino, superaban los 1.500 remou). En números redondos, de los 1500 fueros, sobre 250 son mo-
fueros (leyes, artículos), de dificaciones y correcciones de 1261, y 48 nuevos de 1271.
los que 2/3 son “romanos”, Parece fácil soltar lastre numérico, pero vale la pena conocer el
apenas 60 concordantes con esfuerzo que debió suponer aquella legislación, ¡de 1238!, con este
contenido, según la indicación de PASTOR:
las costumbres de Lérida.
6. PERE ALBERT escribió, por ejemplo, un “De Batalla” (Libellus de batalla facienda), que
guarda concordancia con la Rúbrica XXII, De batalles, del libro IX de los Fori Antiqui,
incluso en detalles muy concretos: doce custodios del campo, tres por cada ángulo;
duración del combate; cordel de cáñamo para medir a los contendientes, etc. No de-
beríamos olvidar que las “Commemoracions”, reconocidas en las Cortes de Monzón de
1470, están influidas por los Fori Antiqui, en la parte de Derecho feudal: IX-XXI-1, IX-
XXI-4, por ejemplo. La originalidad de PERE ALBERT pude encontrarse en la aplicación de
una nueva metodología jurídica, que combina los preceptos del Derecho tradicional con
la dogmática y las soluciones propias del IUS COMUNE. Metodología racionalista que
tendía a buscar la norma y la solución jurídica aplicables a cualquier planteamiento del
hecho, lo que significaba la superación de las lagunas del Derecho. La primera manifes-
tación importante de esta metodología se encuentra precisamente en los FORI ANTIQUI,
por tratarse de un derecho nuevo que así lo permitía.

114 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

• I. Començament de saviea. Començen les costumes. Hablando de números,


I. Del terme del regne e de la ciutat de Valencia estadísticos, y aunque más
II. De les pastures e del vedat.
III. De la Cort e del Batle.
adelante tendremos que
IV. Del quart e de les penes de la Cort. retomar el tema, teniendo
V. De seguretat e de donar fermança. en cuenta la traducción al
VI. De clam que no sia mudat. “romanç” valenciano en
VII. Quals persones e quals coses pusque hom pendre sens ma- 1261, y a las ampliaciones
nament de la Cort.
VIII. Que juheu ne eretge ne Sarriá no haje servu cristia.
de 1271, tomando valores
IX. D’aquels que fugen de les esgleyes. medios ponderados de
X. Dels establiments e dels manaments del Princep. ambos textos resulta que las
XI. De ignorantia de Dret e de feyt. adiciones son 140 (136/146),
XII. De precs feyts al Princep. las “romanceadas” son 90
XIII. Que pendent e durant lo pleyt alcu nos pusque apellar.
XIV. De vults e de les images.
(94/84) y los fueros nuevos,
• II. I. De demostrar escriptures publiques o comunes. 48. Tan sólo un fuero fue
II. Daquells qui seran apellats en dret. suprimido (removit/remou).
III. De convinençes e de conspirations, ço es, de mals empre- En números redondos,
niments de los 1500 fueros, sobre
IV. De transactions e de compositions.
V. De errada de compte.
250 son modificaciones y
VI. Dels advocats. correcciones de 1261, y 48
VII. De quals coses infamia sia donada o posada a alcu. nuevos de 1271.
VIII. De procuradors.
IX. Que alcu no pusque les seues actions o demandes donar ne
comanar a pus poderos de si.
X. Dels negocis o dels afers que per alcu sien mentas e feits.
XI. Daquelles coses que seran feytes per força o per paor.
XII. Del mal enguan.
XIII. De restitucio dels menors.
XIV. Si tudor o curador sera els feits dels menors.
XV. De arbitres reebuts e de dar seguretat.
XVI. De nauxers, de taverners e dostalers.
XVII. De sagrament de alumpnia.
• III. I. De juhiis e orde de aquells.
II. Que negu per força no sie tengut de acusar ne de demanar altre.
III. De contstatione litis, ço es, de començar lo pleyt.
IV. De dilations, ço es, de alongaments e de feries, ço es, de dies
que hom no deu pledeyar.
V. De judisdictio,ço es, de poder de tots jutges e de for convi-
nent, ço es, de cort covinent e de contencio de jurisdiccio.
VI. En qual loch deja esser feita demanda de crims o deposses-
sions e de lexes feites en darrera volentat.
VII. On deu esser demanat aquel qui promes donar o pagar al-
cuna cosa en cert loc.

2008 | nº 51 115
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

VIII. En qual loch deje esser feita demanda de coses.


IX. En qual loch heretat deje esser demandada.
X. En qual loch deu esser demanat compte dalcuna adminis-
tracio.
XI. De donations que sien feites contra office de pietat.
XII. De demanda e heretat.
XIII. En qual manera deu e pot hom recobrar la sua cosa que
altre te.
XIV. De usufruyt, ço es, daqel qui ha dret el friyt a reebre da-
quela cosa e no ha dret en la proprietat.
XV. De clavegueres e destremeres o dalbellons.
XVI. De servitut daygua e daltres coses.
XVII. De dan donat.
XVIII. De divisio o de particio dels hereus.
XIX. De les coses comunes a partir.
XX. Daquels qui seran companyons dun mateix pleyt.
XXI. A demostrar aquela cosa moble en juhii que sera demanada.
XXII De jochs e de jugadors e blasfemadors.
• IV. I. Si certa cosa sera demanada.
II. Per qual raho deu hom demanar ço que no sera dehut e sera
pagat e ço que per leya raho e deshonesta sera promes.
III. De condicio furtiva, ço es, de cosa que sera emblada.
IV. De demandes e de obligations.
V. Que la muller per lo marit nil marit per la muller ne la mare
per lo fil no sie demanada.
VI. Nel fill per lo pare nel pare per lo fill emancipat nel libert per
lo patro sie demanat.
VII. Daquells qui sestavlexen pagadors dalcun aver o daltra
cosa per altre.
VIII. De proves.
IX. De testimonis.
X. Mes val ço que en veritat es feyt que ço que sentament es
escrit.
XI. Per qual raho deu hom demanar peyora que haje mesa a
altre.
XII. Daver qui sera promes de prestar e no sera prestat.
XIII. De compensatio.
XIV. De usures.
XV. De deposit, ço es, de comanda e de les coses de les quals no
deu esser feyta comanda.
XVI. De manament que alcu fa a altre per sos pleyts a menar o
per altres coses a fer.
XVII. De companyia.
XVIII. En qual guisa compra e venda sia feta.
XIX. Quals coses no deuen ser alienades.
XX. Per qual raho se de unes pot venda desfer ni trenchar.

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Territorialización del Derecho foral valenciano

XXI. De les fires e dels mercats.


XXII. De les coses logades e daqueles que son preses a loguer.
XXIII. De dret de cosa que sera donada a cenç.
XXIV. De decimes e primicias.
• V. I. De arres e d´esponsalles.
II. Si la muller a qui lo marit lexa l´usufuyt pendra altre marit.
III. De promessio d´exovars e del dret dels exovars.
IV. De donations que seran feites entre marit e muller.
V. En qual manera sia demanat l´exovar quant lo matrimoni sera
solt e departit.
VI. De tudoria que sera donada en testament o sens testament.
• VI. I. Dels servís qui fugen e dels furts.
II. En qual guisa los frares dejen tornar en part los bens que
auran haüts del pare o de la mare apres la mort daquels ab los
altres frares qui res no hauran haüt.
III. Quals poden fer testament o no, o quals lopusquen tenir o no.
IV. De testaments.
V. Daquells qui moren sens que no hauran feit testament.
VI. En qual guisa hereus sien feyts.
VII. De dret que han los hereus de deliberar si seran hereus o
no.
VIII. De rebuyar heretat.
IX. Daquels als quals los heretats son toctes axi com a persones
no dignes.
X. De les lexes que seran feytes per lo testador o daquelles que
haura manades fer.
XI. De coses duptoses.
• VII. I. De prescripcions.
II. De sentencies, dactes, de citacions e de despeses necessaries
e utils e que seran feites de volentat.
III. De pena de jutge qui mal jutjara.
IV. En qual guisa sentencia que sera donada deu esser menada
a executio.
V. A quals no nou la cosa jutjada.
VI. Si per falses cartes o per falsos testimonis sera jutjat.
VII. Daquells qui confessen en dret alcuna cosa.
VIII. De apellations.
IX. Daquells qui poden renunciar e lexar sos bens.
X. Dels bens que son posseits per auctoritat de jutge.
XI. Del privilegi del fisch, ço es, daquel qui te loch del princep.
• VIII. I. De força o de violentia que sia feita a alcu.
II. De penyores.
III. De fermançes.
IV. De pagues com deuen ser feytes.
V. De evictions, ço es, daquelles coses que alcu haura guanyades
per dret de juhii.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

VI. Com pusque hom e deje altre afillar e emancipar.


VII. Daquells qui son reemuts de poder de lurs enemichs.
VIII. De donations.
• IX. I. Quals poden accusar.
II. De adulteris e daquells qui sen menaran fembres vergens
per força.
III. De crim de fals e de falsa moneda.
IV. De crim destellionat, ço es, daquells qui a molts vendran e
obligaran una cosa metexa per falsia.
V. De in juries.
VI. De qüestions e de demandes faites ab turments.
VII. De crims.
VIII. De mafeytors e de guerrejar.
IX. De crim de lesa majestad.
X. De crim de traicio.
XI. De denuntiatio de novella obra.
XII. De departiment de les coses.
XIII. De feeltat e de sagrament de feeltat.
XIV. De guanyar sensoria de les coses.
XV. De significacio de paraules.
XVI. De regles de dret.
XVII. De naufragi e dencant.
XVIII. Del batle e de la Cort.
XIX. De notaris, escrivans e salaris.
XX. De guiatge e de treves.
XXI. De feus.
XXII. De batalles.
XXIII: Dels molins e de foros e de banys.
XXIV. De pa qui es de menor pes, e de les mesures que son pus
minves que no deuen esser.
XXV. Del office del pes e de les mesures.
XXVI. Del office de mustaçaf.
XXVII. De mariners.
XXVIII. De saigs e de carçelatge.
XXIX. De draps e de sastres e de vestirs.
XXX. De draps e de fustanes.
XXXI. De çequiers.
XXXII. De metges, apotecaris e speciers.
XXXIII. Daquells qui rebujen morabatins e maçmodines.
XXXIV. De keuda e dostalatge e de corredors.
XXXV. Aquesta es la mesura que deu esser tenguda el pa.
XXXVI. De preu de march, de lliura, donça, dalna e de fanecha.
XXXVII. Aaquesta es la mesura que deu esser tenguda el vi.
XXXVIII. De corda de soguejar la terra e del preu de les jovades.

118 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

3.3. ¿Hubo Cortes en 1238?.


Utilizando un lenguaje de “ir por casa”, nos encontramos a Jaime I,
que como quien nada lleva, resulta que lleva bajo el brazo el texto
legal preparado por Pere Albert. ¿y qué hace, cómo lo comunica
a sus acompañantes, que van a ser (o ya han sido) “repartidos” la
nueva ley, que obligará a ellos y a los futuros repobladores que les
acompañen en la aventura?.
LÓPEZ ELUM, considera que debieron ser un epílogo de las Cortes
generales de Monzón, una vez alcanzado su principal objetivo, y
desde esta perspectiva no parece extraño que el rey congregara a
los que estuvieran presentes el mismo día que entraron en la ciu-
dad o tal vez en los siguientes: “nosotros creemos, según hemos
constatado, que hubo una convocatoria real en Valencia en la que
se promulgó la COSTUM, a la que asistieron parte de las personas
que dos años antes habían aprobado la conquista de la ciudad. Otra
cuestión muy debatida, e íntimamente ligada a la anterior, es di-
lucidar si los asistentes a la asamblea de Valencia que sancionó la
COSTUM lo fueron por su condición de heredados en el reino de
Valencia o como representantes de sus lugares de origen.7 Si bien la
corriente general se inclina por lo primero, hay que señalar –sigue
López Elum--, y destacar, que de todos ellos sólo uno –Pere Menor—
residía en Valencia en 1239 y años inmediatamente posteriores…to-
dos los demás, tras recibir sus bienes, asistir a las reuniones y cum-
plir con las obligaciones oficiales con sus representantes, vendieron
las propiedades y regresaron a sus lugares de origen (práctica muy
habitual de los repobladores en la primera fase)”. Tanto en la versión
latina, como en la valenciana, aparecen estos nombres:
• ECLESIÁSTICOS: Pere Albalat, Arzobispo de Tarragona; Beren-
guer Palou, obispo de Barcelona; Vidal de Canyelles, obispo de
Huesca; Barnardoi de Montagut, obispo de Zaragoza; Ponç de
Torrela, obispo de Tortosa; Bernat Calvó, obispo de Vic; Garcia
Frontis, obispo de Tarazona.
• NOBLES CATALANES: Ramón Folch de Cardona, Pere y Guillem
Montcada, y Ramón Berenguer d’Ager.
• NOBLES ARAGONESES: Ramón de Peralta, Pedro Fernández de
Albarracín, Pedro Cornel, García Romeo, Ximén de Urrea, Artal
de Luna y Ximén Pérez de Arenós.
• PROHOMBRES DE CIUDADES (Burgueses): Ramón Pérez, Ra-
món Ramón, Pedro Sanç, Guillem de Belloch, Bernat Gisbert,
Tomás Garidell, Guillem Moragues, Pere de Balaguer, Marimon
de Plegamans, Ramón Durfort, Guillem Lacera, Bernat Çaplana,

7. De la lista de presentes que luego ofrecemos, habían recibido ya donaciones antes


del 9 de octubre de 1238: Berenguer obispo de Barcelona, Bernardo de Montagut obis-
po de Zaragoza, y Bernat Calvó obispo de Vic; Pedro Cornel, Ximén Pérez de Arenós,
Ramón Ramón, Pedro Sanç, Guillem de Belloch, Bernat Gisbert, Tomás Garidell, Guillem
Moragues, Pere de Balaguer, Marimon de Plegamans,Guillem de Lacera, Bernat Çaplana
y Ferrán Pérez

2008 | nº 51 119
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Pere Martel, Guillem Bou, Esteve de la Gefería, Hugo Martí, Ra-


món Mundos, Ferian Pérez y Andrés de Linyana.

Aún aceptando que se tratara de una “reunión”, no tan simple, asam-


blea o parlamento, que no Cortes propiamente dichas, no debemos
olvidar alguna documentación concreta, que deja la duda en todo lo
alto. El Privilegio de 10 de enero de 1329, reconoce: “…quod liceo in
regno de Valentie TEMPORE ADQUISITIONIS ejusdem Forus Valentiae,
tamquam les universales et unica dicti regni EDITUS PROMULGATUS
AC DATUS FUISSET IN GENERALI CURIA DICTO REGNI”, ¿se refiere a la
primitiva COSTUM de 1238, o a la refundición y traducción de 1261?.

3.4. Avances de la legislación foral


La legislación foral avanza La legislación foral avanza desde 1238, Cortes y Privilegios, hasta
desde 1238, Cortes y 1645, fecha de las últimas celebradas. En total 58 Cortes, número
que puede ser exacto o aproximado, ya que en algunas de ellas se
Privilegios, hasta 1645, fecha
discute por los historiadores si fueron Cortes o Parlamentos, por no
de las últimas celebradas. lograrse la asistencia de los tres Brazos. De ellas se celebraron en
En total 58 Cortes, número Valencia, 29. A las que hay que añadir otras 8 en que se compartió
que puede ser exacto o sede con Burriana, Sant Mateu, Vilarreal, Segorbe, Tarazona, Orihue-
aproximado, ya que en la, Morella y Monzón. En Monzón se celebraron 14; a las que hay
que añadir otras 3 en que se compartió sede con Tamarite-Fraga,
algunas de ellas se discute
Morella-Valencia y Tortosa. En Alzira se celebraron unas Cortes.
por los historiadores si Las restantes ciudades donde hubo alguna sesión de Cortes, son
fueron Cortes o Parlamentos, por tanto, todas compartidas: Burriana (con Valencia), Sant Mateu
por no lograrse la asistencia (con Valencia, Vilarreal, Traiguera y Coves de Vinromà), Vilarreal
de los tres Brazos. De ellas se (con Sant Mateu y Valencia), Traiguera (con Sant Mateu y Coves
de Vinrromà), Coves de Vinrromá (con Traiguera y Sant Mateu),
celebraron en Valencia, 29. A
Orihuela (con Valencia y Tarazona), Morella (con Monzón y Valen-
las que hay que añadir otras cia), Tamarite de Litera (con Monzón y Fraga), Fraga (con Tamarite
8 en que se compartió sede y Monzón), Segorbe (con Valencia), Sagunto (con Valencia), Tortosa
con Burriana, Sant Mateu, (con Monzón) y Tarazona (con Valencia y Orihuela). Hasta el siglo
Vilarreal, Segorbe, Tarazona, XVI, Valencia es sede predominante. Pero desde 1510 hasta 1645,
el predominio de Monzón es patente (10 Cortes) frente a Valencia
Orihuela, Morella y Monzón.
(sólo 2), y una compartida por ambas ciudades.
En Monzón se celebraron 14; Como el tema propuesto se refiere a la territorialización del dere-
a las que hay que añadir otras cho foral valenciano, es evidente que el presente avance llegará
3 en que se compartió sede tan solo hasta las Cortes de 1329, en las que pude decirse, aparte
con Tamarite-Fraga, Morella- algunos flecos, que la expansión de la COSTUM-FUEROS, alcanza
a todo el Reino. Naturalmente, ahora estamos en sede de “evolu-
Valencia y Tortosa. En Alzira
ción” de textos legales, porque la territorialización, en sí, precisa
se celebraron unas Cortes. un apartado separado, que la haga comprensible. En tiempos de
Jaime I, las fechas cruciales son 1250, 1261 y 1271, sin olvidar otras
“privilegiadas”.8

8. Aunque también suelen anotarse Cortes en 1273 y 1276.

120 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

Aunque ya se ha dicho, conviene repetirlo. Dos afirmaciones au-


torizadas, para comprender el texto legal de 1238, y los Privilegios
anteriores y posteriores:
• ARCADI GARCIA-GERMÀ COLÓN: Debe tenerse bien presente
esta particularidad, porque las disposiciones posteriores a la ca-
pitulación de Valencia significan una ruptura con esta menta-
lidad y un afán claro y decidido de renovación jurídica, consis-
tente en la creación de un Reino propio, diferente de los reinos
conquistadores, y en el establecimiento, en este NUEVO REINO,
de un Derecho también propio, diferente del derecho de aque-
llos otros territorios. Estos principios son los que la COSTUM DE
LA CIUDAD DE VALENCIA, representa esencialmente.
• SILVIA ROMEU: Se ha dicho a menudo que Jaime I al tiempo
que reconquista las tierras valencianas abriga el propósito de
organizarlas como Reino independiente de los reinos pilares de
la monarquía, Aragón y Cataluña. Ambos intervienen económica
y humanamente en la formación del nuevo reino (sin rechazar
la existencia de otros elementos menos conocidos), pero Valen-
cia no será un apéndice de aquellos, sino al contrario, será dota-
da de Derecho e Instituciones propias; y con las contradicciones
lógicas del mundo feudal en que nace, sufrirá las influencias de
las dos maneras de entender la política e intentará encontrar
un equilibrio propio.

La mentalidad social de la burguesía de aquellos tiempos postula-


ba los principios de libertad personal, propiedad libre, exenciones
fiscales, garantía de justicia pública independiente de coacciones
y violencias, sentido jurídico realista y proteccionismo económico.
Y tal vez para asegurarse la colaboración burguesa en la repobla-
ción de la ciudad, los primeros Privilegios que contiene el AUREUM
OPUS, relativos al régimen jurídico de Valencia, acusan el cambio de
mentalidad respecto de los privilegios “vitalicios” de 25 de junio y
28 de diciembre de 1238, antes citados.
El 21 de mayo de 1239, desde Xàtiva, se anula la disposición vitalicia
a favor de Garcés, concediendo a los ciudadanos y habitantes de
Valencia, “quod de anno in annum Curia civitatis mutetur, et non si
tibi in dicto officio perpetuo, nec nos aut sucesores nostri aut alii
ponamus eun aliquo servitio vel pecunia mediante, sed unus probo
homo eligatur qui sit de civitate; et ponant et mutent annuatim in
dicto officio in festo nativitatis domini”.9 Este criterio se reitera en
el Privilegio de 29 de diciembre de 1239 (AUREUM OPUS, VIII): “Sta-
tuimus, damus, atque concedimos vobis populatoribus valentiae,
presentibus et futuris propter franquitatem et libertatem vostram
et vostros ómnibus successoribus QUOD NUMQUAM NOS VEL ALI-

9. Si importante es que el cargo pase de vitalicio a anual, aún lo es más que el elegido,
“sit de civitati”, o sea, ciudadano “valenciano”, y no extraño.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

QUIBUS SUCCESORIBUS NOSTRIS IN VALENTIAM POSSIMUS DARE,


VENDERE, IMPIGNORARE SEU QUALCUMQUE ALIOMODO ALIENARE
VEL TRNSFERRE AD MILITES VEL PERSONAS ECCLESIASTICAS SEU
SECULARES CURIAM CIVITATIS VALENTIE NEC ETIAM PONERE VEL
MITTERE IBI AD TEMPUS VEL IN PERPETUUM, ALIQUA PECUNIA VEL
SERVITIO MEDIANTE”.
La ruptura y hasta el cambio de “nombre”, se consuma en el Privi-
legio dadao en Alcañiz el 22 de febrero de 1250 (AUREUM OPUS,
XXXVII): “Immo vlumus et statuimus quod JUSTICIA Valentie qui a
nobis in dicta civitate fuerit constitutum cum consilio juratorum
eiusdem civitatis secundum discretionem et provisiones eorun et
secundum FOROS dicte civitatis iudicet et determinet omnes cau-
sas criminales et civiles que ad eum pervenerit, omnia forma legum
et advocatorum penitus exclusa”.
LOPEZ ELUM ha analizado con detalle, esta fecha importante, para
concluir que la documentación real, no la privada, nunca hablará
de FURS hasta 1250; y a partir de ella utiliza los apelativos FURS Y
COSTUMS, o FURS, y nunca ya utiliza COSTUM.10
LOPEZ ELUM plantéale problema de unas posibles Cortes en More-
lla, celebradas en 1250, tesis que apoyándose en DIAGO, defendie-
ron en su día BOIX, MARICHALAR Y MANRIQUE. En la misma idea
se colocaron CHABÁS e incluso DUALDE, al considerar que sólo el
cambio de nombre COSTUM-FURS, ya indica una modificación LO-
PEZ ELUM resucita la tesis de CHABÁS, que había sido desechada,
y la refuerza con otros argumentos, a pesar de que la opinión más
generalizada, prefiere las Cortes de 1261, como “transformadoras”.
Su argumento debe ser tenido en cuenta, al menos como plan de
futuros trabajos, que dejen nítida la fecha de 1250. Considera que
hubo, pues, una reforma en 1250, lógica, porque el texto de 1238
no podía contener, desarrollados, los privilegios que Jaime I había
concedido entre 1238 y 1261, aunque llame la atención que no
se atendieron las correcciones o añadidos entre 1261 y 1271. Hay
un antes y un después de 1250. Para concretar el momento de la
reforma, precisa en tiempo que el Monarca permaneció en Morella,
14 enero-15 febrero 1250; le acompañaban Pedro Cornel, Guillem
de Montcada, Carrós, Guillem de Angularia, Garcés de Roda y Xi-
men Pérez, y esporádicamente, Timor, Montreal, Boxador y Anti-
llón; en Morella aparecen datados 8 documentos.

10. Antes del 22 de febrero de 1250, los términos utilizados por las Cartas Pueblas, son:
consuetudines (Vilafamés, 1243; Carpesa, 1243; Denia, 1245; Binata, 1247; Sagunto,
1248); Forum et consutudinem (Puçol. 1242; Sueca, 1245; Moncada, 1248); Fuero de
la ciudad (Museros, 1241); Forum Valentia (Albal, 1244; Albal, 1244); Fueros o Forum
(Alcàsser, 1248; Silla, 1248; Torrent-Picanya, 1248); Iurisdictionem et usum vivitatis (Al-
zira, 1249); Ad bonum intellectum secundum civitatis (Peñíscola, 1250); Secundum quod
fecerint Valentie (Borriol, 1250). A partir de la fecha del Privilegio se utilizan los térmi-
nos: Forum Valentie (Xàtiva, 1250; Favanella, 1279; Finestrat, 1280; Biar, 1287); Foris et
consuetudines/Consuetudines et foros (Lliria, 1253; Cullera, 1253; Bocairent, 1256).

122 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

LOPEZ ELUM afirma que “acabada la tarea legislativa” aún perma-


neció en Morella hasta mediados de mayo de 1250, y luego en mar-
zo de 1251. Concreta la supuesta tarea legislativa en el fuero 2 de
la rúbrica de Notaris, respecto de la datación por el sistema de la
Encarnación. No obstante deducir que la presencia de más “testi-
gos” en alguna documentación no parece ser base suficiente para
mantener la posibilidad de celebración de Cortes. Pero insiste: “la
reforma de Morella consistiría, fundamentalmente, en configurar
un código legal aplicable a todo el territorio de 11realengo sin nece-
sidad de que el monarca lo concediera de forma particular, y sin que
se hubiese de especificar la inclusión de ciertos privilegios dados
posteriormente /caso de Denia y Sagunt, en los años 1245 y 1248
respectivamente)”. Tal actividad legislativa se contendría en diversos
privilegios (regulación de los acequieros, nuevas concesiones al Jus-
ticia, precisiones sobre el oficio de notario, o la venta de sal, caza y
pesca de la Albufera; sistema de datación).
Lo difícil, como reconoce, es saber quienes estuvieron en Morella,
en especial representantes de las ciudades, porque unos cuantos
prelados y nobles…no hacen verano. A pesar del dato favorable de
los dos prólogos del texto foral, con referencias a 1238 y 1250, se
ve obligado a concluir: “Aunque la reforma de Morella no se realizó
en Cortes, su importancia será clave para el nacimiento de esta ins-
titución, ya que conformó la base de un texto jurídico sobre el que
el monarca y sus súbditos se regirán en el futuro. No hay duda alguna sobre
No hay duda alguna sobre la celebración de CORTES EN 1261. Por la celebración de CORTES
citar un texto valga el de MARIANO PESET: “es evidente la existencia
EN 1261.
de unas Cortes en 1261…la reforma de 1261 fue máxima…creo ad-
misible situar la gran reforma de los Fueros en aquel año de 1261”.
El Privilegio de 11 de abril de 1261 (AUREUM OPUS, LX), es definitivo El Rey preparó una magna
al respecto: “Noverint universi: quod nos Jacobus dei gratia Rex… colección de derechos, que
recognoscimus et confitemur NOS IURASSE EN CIVITATE VALENTIE le permitía la separación
SEPTIMUS IDUS APRILIS ANNO DOMINI MILESIMO CCLX PRIMO, FO-
de Valencia frente a las
ROS ET CONSUETUDINES VALENTIE”.
¡Habemus foros!. La fecha de estas Cortes, fijada, el 7 de abril de pretensiones aragonesas y
1261. MARIANO PESET se explica: El Rey preparó una magna colec- la fuerza expansiva de su
ción de derechos, que le permitía la separación de Valencia frente derecho territorial. Nombraría
a las pretensiones aragonesas y la fuerza expansiva de su derecho una comisión de juristas que
territorial. Nombraría una comisión de juristas que realizaran la
realizaran la compilación de
compilación de textos, recogiendo la primitiva COSTUM, algunos
Privilegios y fundamentalmente elaboraciones de derecho común, textos, recogiendo la primitiva
para alcanzar una obra ajustada oponible a los Fueros de Aragón. COSTUM, algunos Privilegios
Comenzaría por redactarse el texto latino, después realizarían su y fundamentalmente
elaboraciones de derecho
11. El pretendido paralelismo entre textos de Fori y privilegios concedidos entre 1239 y
común, para alcanzar una
1250, no siempre es afortunado. Ciertos algunos, pero no menos ciertas las discrepancias. obra ajustada oponible a los
A la que corresponde al privilegio “notarial” de 22 de noviembre de 1239, ya nos hemos
referido; cabria una relectura del de 29 de diciembre de 1239. Fueros de Aragón.
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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Comenzaría por redactarse traducción para que DON JAIME pudiera verlo y revisarlo más có-
el texto latino, después modamente. Y él mismo, o algún letrado cercano a su persona,
realizaría enmiendas y retoques del texto, incluso reteniendo o su-
realizarían su traducción primiendo algunos fueros que también se traducen al latín. Ambos
para que DON JAIME textos se mantendrían paralelos, con cierta primacía del valencia-
pudiera verlo y revisarlo más no, hasta la redacción de Alfonso II, en 1329.
cómodamente. Y él mismo, BORRULL dio a conocer la traducción del manuscrito de Benifaçà
o algún letrado cercano fechado el 31 de marzo de 1261, siete días antes de que fueran
aprobados en Cortes, cuyo colofón, de sobra conocido, es: “Guillel-
a su persona, realizaría mus et Vitales, illorum Bernardusque soláis traslaverunt hos foros
enmiendas y retoques del et redigerunt IN LINGUAM PLANAM LEGALITER ATQUE ROMANAM,
texto, incluso reteniendo o et dominus rex laudavit, jurandosque ratisficavit. Mille ducenties
suprimiendo algunos fueros decies sex primo sub anno, et sub kalendis aprilis mensis, iste liber
que también se traducen est scriptum. Jacobus sit benedictus.”. Guillermo y Vidal, y el com-
pañero de ambos Bernardo, tradujeron estos fueros y los pusieron
al latín. Ambos textos se legalmente en lengua llana y romana, y el señor rey los alabó y con
mantendrían paralelos, juramento los ratificó: el año mil doscientos primero sobre diez
con cierta primacía del veces seis (1261, el día antes de las calendas del mes de abril (31
valenciano, hasta la redacción de marzo) este libro fue concluido de escribir. Don Jaime sea ben-
de Alfonso II, en 1329. decido. 12 Creyó BORRULL que los traductores fueron dos monjes
de Benifçà, aclarando CHABÁS, que eran tres. Siguiendo a BETI,
ARCADI GARCIA y GERMÀ COLÓN opinaron que la traducción del
texto debió hacerse en Valencia por tres sabios o juristas, llamados
Guillermo, Vidal y Bernardo.
Aunque se pone en duda el carácter paccionado de estas Cortes,
por el Albalá de la Jura de 1261 que se ubica en el Archivo Mu-
nicipal de Valencia, induce a lo contrario. El rey reconoce haber
recibido los castillos que Valencia tenía en prenda por la prenda de
48.000 sueldos, que había recibido por su Cruzada a Tierra Santa. Y
asigna a la ciudad dicha cantidad que había de percibir por la con-
firmación y juramento de los Fueros de Valencia, tanto de la mis-
ma ciudad como de los lugares y villas de la huerta pertenecientes
a clérigos y militares, y de las villas de Castellón, Villafamés, Onda,
Lliria, Corbera, Cullera y Gandía: “in universis et singulis denariis
quos nunc habere debemus pro confirmatione fororum valentie”.
Apenas un año después, según resulta del Privilegio de 5 de diciem-
bre de 1962, el Infante don Pedro, el futuro Pedro el Grande, juró
también los fueros y costumbres prometiendo observarlos cuando
asumiese la potestad y administración del reino (AUREUM OPUS,
LXIII): “Sponte consulte et ex certa scientia et bono animo, per nos
et sucesores nostros presentes et futuros, laudamus, concedimos,

12. Un comentario mínimo, pero trascendente, siquiera porque tal texto acertado o
erróneo, ya no puede ser modificado; dice lo que dice y nada más que lo que dice, so-
bran interpretaciones posteriores a quienes lo escribieron. La traducción asegura que la
traducción se hace a “lengua llana, legal y romana”. Nada autoriza, a nadie para afirmar
que la versión se hizo a “lengua catalana”, todo lo más a que se trató de “romance”, que
era legal y romano (latino).

124 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

aprobamos et a perpetuo confirmamos vobis universis et singuéis


civibus et habitatoribus civitatis Valentie presentibus et futuris et
TOTIUS REGNI EIUSDEM, OMNES FOROS ET CONSUETUDINES IN FO-
RIS SCRIPTAS, quos et quas vobis dedit et concessit illustrissimus
dominus Jacobus dei gratia Rex aragonum, pater noster predicti.
Promitimus namque vobis predicáis et vestris nunc et semper, quod
quacumque hora nos habimus potentim et administrationem vel
potestatem in predicto regno quocumque modo, iure vel ratione,
quod pisos foros et ipsas consuetudines tenebimus et observamos
et observabimus…Retinemus tamen illa omnia et singula capitula
que dictus pater noster retinuit QUANDUM IURAVIT PREDICTOS FO-
ROS ET CONSUETUDINES VALENTINAS, praeterea presente cartam
manu publica scribi facimus…”
Las palabras en mayúsculas (nuestras) pretenden subrayar dos
ideas importantes: que el Infante don Pedro (22 años), ya cono-
cía la publicación de 1261, como continente de los Fueros y de las
Costumbres, en ellos incluidos; y que califica a tales costumbres
de VALENTINAS=VALENCIANAS. De todo ello es fácil deducir que la
primitiva COSTUM, de la que no tenemos texto independiente, está
“refundida y/o comprendida” en los FURS, sin que por regla general,
salvo casos aislados, se pueda determinar cuales son las reglas pri-
mitivas, como no sea por referencia expresa o por divergencia entre
los textos en latín y en romance valenciano.
Un análisis estadístico, que ya hice en mi estudio sobre LES CORTS
VALENCIANES, (1997), corrobora la importancia de estas Cortes,
puesta de manifiesto por MARIANO PESET. Tomamos estos datos del
manuscrito de BORONAT PERA, según la versión de ARCADI GARCÍA,
y del manuscrito latino de la Catedral, según versión de DUALDE.
Resultan salvo error u omisión, que 149 Rúbricas contienen unos
1500 Fueros, distinguiéndose los modificados por diferentes pala-
bras, tales enadix, adoba, millota, crex, explana, addidimus, adden-
tes, correxit, explanavit, esmena, emendavit, corrigió, interpreta, re-
mou, removit, arromançà, romança, posit in romanito, romançavit,
esmena e romança, emendavit et romançavit, declara e romança,
declaravit e romançavit, enadi e romançá, addidit et romançavit, ex-
plana e romança, esplanavit e romançavit, con escasas diferencias
entre la edición latina y la traducción romanceada al valenciano, en
cuanto a su cuantía respectiva. Las adiciones son aproximadamente
140, y las romanceadas unas 90.
Si tomamos la fecha de la traducción, 31 de marzo y la compa-
ramos con la celebración de Cortes, 7 de abril, cabe aceptar que
el Rey debió conocer el texto preparado en Benifaçà-Valencia, con
anterioridad, por cuanto el texto que juró ya estaba corregido, y en
ocasiones romanceado por el propio Rey. Lo que desconocemos es
su trabajo “a marchas forzadas”.

2008 | nº 51 125
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

En 1266, parece ser que el En 1266, parece ser que el rey asistió a una posible asamblea, ex-
rey asistió a una posible clusivamente con el Brazo real (ciudadano), sin que fueran Cortes,
como pretendieron BEUTER, MARICHALAR y MANRIQUE. DANVILA
asamblea, exclusivamente con y LÓPEZ ELUM, consideran, con acierto, que el objeto de la reunión
el Brazo real (ciudadano), sin con el Brazo real, no tuvo otra finalidad que recoger fondos para
que fueran Cortes, el objeto sofocar la rebelión mudéjar de Montesa, siendo el más importante
de la reunión con el Brazo compromiso el que ante representantes de Valencia, Xàtiva, Sa-
real, no tuvo otra finalidad gunto y Burriana (también Mallorca), se adoptó, de no devaluar
la moneda. Aparecen documentados el 15 de abril algunos privi-
que recoger fondos para legios: exención a ciudadanos que tuvieran caballos y ayudaran al
sofocar la rebelión mudéjar rey, limitaciones de ejercicio de la abogacía, régimen de los Jurados
de Montesa, siendo el más de Valencia, etc.
importante compromiso el Las Cortes de 1271, se habían hecho necesarias porque habían
que ante representantes de transcurrido 10 años desde las de 1261. Esta última reforma y am-
pliación del texto primitivo de la COSTUM está documentada en el
Valencia, Xàtiva, Sagunto y Privilegio de 21 de marzo de 1271 (AUREUM OPUS, LXXXI):
Burriana (también Mallorca), “Per nos et omnes sucesores nostros, confitentes et reconogscen-
se adoptó, de no devaluar tes nos in civitate Valentie FOROS ET CONSUETUDINES VALENTIE
la moneda. Aparecen IAM IURASSE, ipsas per omnia et in omnium observare, et ex ipsis
documentados el 15 de abril aliquid non diminuere vel eis addere vel aliquas in aliquo inmu-
tare; verum cum natura quotidie novas deproperet edere formas,
algunos privilegios: exención et nobis morbis nova convenian antidota preparari, et non sit re-
a ciudadanos que tuvieran prehensible judicandum, si sequndum varietates temporum, STA-
caballos y ayudaran al rey, TUTA VARIENTUR HUMANA, AD INSTANTIAM ET REQUISITIONEM
limitaciones de ejercicio de MAGNATUM ET MILITUM, ET RELIGIOSORUM, ET PROBATORUM
la abogacía, régimen de los HOMINUM CIVITATIS ET TOTIUS REGNI VALENTIE cum instancia
requirentes QUOD FOROS ALIQUOS DEBEREMUS CORRIGERE ET
Jurados de Valencia, etc. EMENDARE AC ETIAM DECLARARE, et etiam propter ea que no-
viter contingunt, ALIQUA NOVA ADDERE DEBEREMUS…Propter
Las Cortes de 1271, se habían utilitatem comunes civitatis et totius regni Valentie predicti, PRE-
hecho necesarias porque DICTOS FOROS CORRECCTIONE DEDIMUS. ADDENTES, DETRAHEN-
habían transcurrido 10 TES, CORRIGENTES ET EMENDANTES QUE IN IPSIS ADDENDA FUE-
años desde las de 1261. Esta RANT, DETRAHENDA, CORRIGENDA AC ETIAM EMENDANDA; ET UT
OMNIA, QUE IN IPSSIS ADDIDIMUS, DETRAXIMUS, CORREXIMUS,
última reforma y ampliación
ET EMENDAVIMUS CUM OMNIBUS ALIIS FORIS, QUI IN ALIQUO
del texto primitivo de la TACTI NON SINT, VEL INMUTATI. Per nos et nostros sucesores sine
COSTUM está documentada diminutione, adictione, correctione aliqua peerpetuo observetur,
en el Privilegio de 21 de juramos…”
marzo de 1271 Del texto se deducen con claridad los motivos de la convocatoria
de Cortes y la presencia de los tres Brazos. Hemos puesto en ma-
Del texto se deducen con yúsculas parte del texto, para dejar fuera de discusión que Jaime
claridad los motivos de la I, admite el PACTISMO: en adelante los reyes no legislarán solos;
necesitarán los acuerdos en Cortes. Dentro del cuerpo general del
convocatoria de Cortes y la
Código valenciano, estos fueron añadidos son fácilmente recog-
presencia de los tres Brazos. noscibles por el empleo de la frase FEM FUR NOU, que aparece
incluida en 48 ocasiones, en el texto de BORONAT PERA (29 en

126 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

fueros judiciales o penales; 17 en fueros de derecho privado; y dos Jaime I, admite el


en fueros relativos a moros).13 PACTISMO: en adelante
Se observa en la lista de rúbricas: que se regula la organización
municipal, el Justicia y el Bayle; que es muy amplia la regulación
los reyes no legislarán solos;
procesal, civil y criminal; que la preocupación económica compren- necesitarán los acuerdos en
de una regulación detallada (mercaderes, ferias, mercados, pesos y Cortes.
medidas, monedas, normativa agrícola e impuestos); que se perfila
el ejercicio de profesiones y oficios (Abogados, Notarios, Médicos,
Procuradores, acequieros, marineros, navieros, hoteleros, taberne-
ros, molineros, tejedores, sastres…); que se respetan las creencias Se observa en la lista de
religiosas, para favorecer la convivencia; que la legislación de dere- rúbricas: que se regula la
cho privado es muy completa. organización municipal, el
Conviene destacar que en 1270 el rey mandó hacer un balance Justicia y el Bayle; que es
del proceso repoblador, ordenando acreditar toda propiedad con
el correspondiente título o documento. Las irregularidades detec-
muy amplia la regulación
tadas debieron ser tantas, que el 29 de abril de 1271, en el texto procesal, civil y criminal; que
del Privilegio (AUREUM OPUS, LXXXIV), se recogen las peticiones la preocupación económica
de Valencia, Xàtiva, Alzira, Ontinyent, Albaida, Cocentaina, Gandía, comprende una regulación
Cullera, Sagunto, Burriana, Peñíscola, Onda, Segorbe, Lliria, Morella, detallada (mercaderes, ferias,
y en general de todos los lugares de realengo, para que se resuelvan
distintos problemas: confirmación de posesiones, legalización de
mercados, pesos y medidas,
irregularidades, licencias de reforma de casas y calles, actividades monedas, normativa agrícola
artesanales, etc.14 e impuestos); que se perfila
Durante el reinado de Pedro I el Grande (1276-1285), se celebra- el ejercicio de profesiones y
ron Cortes, no legislativas los años 1276 (mes de diciembre, según oficios (Abogados, Notarios,
Médicos, Procuradores,
13. LOPEZ ELUM discrepa de esta opinión: “las reformas y enmiendas introducidas en esta
ocasión pueden ser a veces fáciles de detectar. Hemos de recordar que los fueros, hasta el año
acequieros, marineros,
1261 estaban redactados exclusivamente en latín, y que en aquella fecha se realizó la versión navieros, hoteleros,
romance. A partir de ese momento, pues, existirá un código en esta ultima lengua. Por esta
razón cuando en 1271 se presentaron los textos con enmiendas y añadidos a los Furs, escritos taberneros, molineros,
en lengua clásica, para que el monarca los aceptase, modificase o rechazase, los aprobados
hubieron de ser intercalados en una compilación que estaba ya en romance desde el año
tejedores, sastres…); que
1261, por lo que fue necesaria su traducción…Véanse algunos ejemplos: Aquest fur splanà se respetan las creencias
e romançà lo senyor rey, Aquest fur romançà lo senyor rey, Aquesto fur mellorà e romançà
lo senyor rey, etc. Todas las disposiciones que concluyen con estas expresiones creemos que religiosas, para favorecer
pertenecen a 1271. No pueden ser de 1261, como generalmente se piensa, ya que en ese año
se hizo la traducción global y no era necesario especificarlo en casos concretos. Se hizo sólo la convivencia; que la
una vez, al final del texto, como colofón”. De ser así, como pretende LOPEZ ELUM, que admite a
su vez la incorporación al texto en 1261, de los privilegios concedidos entre 1239-1261, ¿cómo
legislación de derecho
distinguir el texto privilegiado añadido “y traducido”?. privado es muy completa.
14. Jaime I, celebró Cortes, no legislativas, en 1273 y 1276. En 1273 según DANVILA Durante el reinado de Pedro
y ROMEU, se celebraron en Alzira el 11 de diciembre de 1273, y así están reconocidas
por la propia Verónica real, por ZURITA, y por ESCOLANO; su único objetivo, resolver las I el Grande (1276-1285),
diferencias entre el Rey y su hijo Pedro. Las Cortes de 1276, fueron “descubiertas” por
SILVIA ROMEU: habían sido convocadas para el 3 de febrero de 1276 (Jaime I fallece el 27 se celebraron Cortes, no
de julio de 1276), mediante cartas que distribuyeron Gonzalo Bollo, Rodrigo de Tarazona,
Salvador de Aldaya y Bernardo Gombar, con el máximo secreto, “negotium secretissimum
legislativas los años 1276 y
quod quidem vobis significare per literas non volemus” ¿quizá una rebelión de moros en 1281.
Valencia?. Tengo mis dudas sobre si fueron o no Cortes, dado que en la misiva se dice
“volemos habere plenariam deliberationem et bonum consilium”. En la lista de recipienda-
rios del correo, que indica SILVIA ROMEU, encontramos miembros del Brazo eclesiástico y
nobiliario, pero no de las villas de realengo del Reino de Valencia.

2008 | nº 51 127
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

ZURITA, DESCLOT y MUNTANER) y 1281 (mes de noviembre, según


SILVIA ROMEU); y Cortes legislativas, el 1 de diciembre de 1283, en
la Catedral, según concreta el AUREUM OPUS (XXVII). Según MA-
THEU Y SANÇ, esta es la primera reunión que merece el calificativo
de Cortes en la historia valenciana: “quare credo, quod prima Curia
generalis, sive prima Comitia curiata, cum distinctione Brachiorum
convocatione, et legum promulgaciones, fuit a rege Petro I habita
en Valentiae kalendis decembris 1283”. En el Proemio se reconoce
que en Valencia hay “plure mala tractata et inordinata…et super
quibusdam etiam ex foris valentie dirigendis dignaremus ad refor-
mationem boni status civitatis et regni iuxta nostrum beneplaci-
tum providere”.
En el texto de PALMART, se contienen 72 rúbricas: 17 de carácter
institucional, 7 judiciales y penales, 24 económicas, 16 relativas a
profesiones y oficios, 11 sobre moros y judios, y 2 de derecho priva-
do. Destaca: la regulación del Justicia; la composición del Consell,
cuerpo vivo representativo de los intereses de la ciudad, con seis
miembros por cada una de las doce parroquias y cuatro por cada
uno de los quince oficios; la referencia al Fuero de Valencia en
los procedimientos; la libertad de comercio para acentuar el trá-
fico mercantil; el régimen de guas e impuestos; las normas sobre
abogados, notarios y corredores; las medidas en cuanto a moros y
judios, en temas de trabajo, vestiduras y usuras; y hasta la determi-
nación del concepto de domicilio civil. Terminado este articulado el
rey expidió otros privilegios fechados el mismo día 1 de diciembre,
mostrándose dispuesto a aceptar cambios y admitir sugerencias
para mejorar la normativa jurídica. El 5 de enero de 1284, ya desde
Barcelona, concedía franquicias de lezda y peaje, a los prohombres
de Sagunto, Xàbia, Segorbe, Morella, Alzira, Cullera, Gandía, Lliria,
Castellón y otros lugares del reino.
El problema político El problema político institucional más importante era el de fre-
nar la expansión del Fuero de Aragón al reino de Valencia, que
institucional más importante
de lograrse hubiera destruido la obra de Jaime I. La Rúbrica LXXII
era el de frenar la expansión de estas Cortes, se preocupa del tema: “…laudationes, concesio-
del Fuero de Aragón al reino nes, statuta, gracias et remissiones per nos et sucesores nostros IN
de Valencia, que de lograrse PERPETUUM FACIMUS VOBIS CIVIBUS VALENTIE SUPRADICTIS ET
hubiera destruido la obra de OMNIBUS ALIIS HOMINIBUS LOCORUM OMNIUM REGNI VALENTIE
et vestris et forum successoribus in perpetuum: QUI FOROS VALEN-
Jaime I.
TIE VOLUERETIS ACCEPTARE SICUT MELIUS DICI ET INTELLIGI PO-
TEST AD VSTRUM ET VESTRORUM SEMPER BONUM ET SINCERUM
INTELLECTUM. Volentes quod omnes cives et habitatores civitatis et
regni valentie qui ut dictum est foros valentie voluerint acceptare
sint i predicáis gratis hac beneficiis ac ómnibus aliis et singuéis
supradictis participes et consortes ac ea omnia per loca regni va-
lentie sic observent et faciant observari: non obstante si contra
forum valentie concessimus seu ordinavimus aliqua ex predicáis

128 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

cumea ex certa scientia et de vestro assensu et ad vestir requisi- El texto no obliga la salida de
tionem duxeremus concedenda, corrigenda, ac etiam ordinandam, quienes no quieran aceptar
nec obstantibus aliquis privilegiis impetratis in contrarium vel de
cetero impetrandis. Et ut predicta omnia maiori gaudeant firmitate,
los fueros de Valencia,
juramus per Deum et eius sancta quatuor evangerlia a nobis corpo- pero sí que deba aceptarse
raliter tacta et crucrem domini…” la sumisión expresa. Esta
El texto no obliga la salida de quienes no quieran aceptar los fueros problemática sería germen
de Valencia, pero sí que deba aceptarse la sumisión expresa. Esta de futuros conflictos entre
problemática sería germen de futuros conflictos entre la realeza y
los aragoneses, y entre los aragoneses y los valencianos. Anótese
la realeza y los aragoneses,
la gravedad que supone que en las Cortes de Aragón celebradas y entre los aragoneses y los
en abril de 1285, se nombró Justicia al caballero aragonés Alonso valencianos.
Martínez, para juzgar en el Reino de Valencia, a quienes quisiesen
ser juzgados por fuero de Aragón.15
Durante el reinado de Alfonso I el Liberal (1285-1291), se cele- Durante el reinado de Alfonso
braron Cortes, no legislativas en 1286 y 1289. Todo lo que se sabe I el Liberal (1285-1291),
de las primeras debe deducirse el Privilegio, AUREUM OPUS, II, “de
se celebraron Cortes, no
celebratione curie ac iuramento et confirmatione fororum, privile-
giorum et consuetudinem valentie”, fechado en Burriana a X calen- legislativas en 1286 y 1289.
das octubre. Se tiene constancia de la presencia de 12 ciudades y
villas: Valencia, Xàtiva, Ontinyent, Bocairent, Sagunto, Denia, Alzira,
Cocentaina, Morella, Peñíscola, Alcoy y Alpuente. En otro Privilegio
(AUREUM OPUS, III) confirma “quels homens de la ciutat e de tots
los altres lochs del regne de valentie pusque fer unitat ab sagra-
ment”, lo que significa que el rey estaba con el pueblo y tenían a la
nobleza como enemigo común. Respecto de las Cortes de 1289, que
fueron generales en Monzón, tan solo se sabe que su única finalidad
fue tomar resoluciones en las guerras que mantenía Castilla con
Francia.
Durante el reinado de Jaime II el Justo (1291-1327) las dos Cor- Durante el reinado de Jaime
tes celebradas, fueron dispares. En las de 1292 quedó demostrado
II el Justo (1291-1327) las
que los valencianos eran muy celosos de sus libertades. En abril de
dicho año, estando en Barcelona dio una Real Carta que olvidaba
dos Cortes celebradas,
privilegios anteriores; cuando en enero de 1293 visitó Valencia, no fueron dispares. En las de
tuvo más remedio que conceder el Privilegio, AUREUM OPUS, III, 1292 quedó demostrado que
que anulaba tal Carta, en términos casi humillantes, “imponentes los valencianos eran muy
nobis et nostris perpetuo sub dictis capitulis et super ómnibus con-
celosos de sus libertades.
tentis in eis silentium sempiternum”. Reconocía además, y de paso,
la avaricia y maldad de los partidarios de la legislación aragonesa: Reconocía además, y de
“atendentes itaque et recta consideraciones pensantes quod avari-
paso, la avaricia y maldad
de los partidarios de la
15. El precedente del PRIVILEGIO DE LA UNIÓN valenciana, hay que buscarlo, en el
AUREUM OPUS, XXXI, que se titula DE UNITATE FACIANDA: “cum intellexemus vos velle
legislación aragonesa.
facere Fraternitatis et sacramentum pro tractanda inter vos e avenida pace et tranqui-
litate et fidelitate nostra conservanda integriter…significamos vobis quod nobis placet
que dictam fraternitatem et sacramentum faciatis et de predicáis non obstat dicto foro,
por nos et nostros licencias damus foro ipso ex tunc in suo robore duraturo” (Tudela, 27
septiembre 1284).

2008 | nº 51 129
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Las Cortes de 1301/1302, tieee cecitas et damande ambitionis improbitas sic quandoquem
cuyos capítulos fueron leídos animos ocupant subiectorum et in illam temeritatem impellunt
quod ea que iam ad salutem et comunes libertatem omnium mag-
en la Catedral de Valencia el nis laboribus ac summis vigiliis statuta e inventa fuerunt: studient
21 de enero. non insubtiliter exquisitis machinationibus usurpare: et subite illa
iam in favores et libertatem omnium eliminata fueron subvertere
La aportación más importante noveretur”.
de Jaime II fue la de concretar Las Cortes de 1301/1302, cuyos capítulos fueron leídos en la Cate-
el perfil territorial del reino dral de Valencia el 21 de enero, tan solo dieron lugar a 20 rúbricas
que recoge PALMART. Pero sin duda la aportación más importante
de Valencia, en la sentencia
de Jaime II fue la de concretar el perfil territorial del reino de Va-
arbitral de Torriella, 1304, y lencia, en la sentencia arbitral de Torriella, 1304, y en el acuerdo de
en el acuerdo de Elche, 1305. Elche, 1305. En 1308 se incorpora con carácter de circunscripción
En 1308 se incorpora con especial “ultra Sexonam”, y comprende ciudades tan importantes
carácter de circunscripción como Orihuela, Elche, Elda, Novelda, Aspe, Petrer, Crevillent, etc.
Esta incorporación supuso disponer unas comarcas de gran riqueza
especial “ultra Sexonam”,
cerealística, en especial Orihuela, con incidencia en la exportación;
y comprende ciudades tan y cierta situación inestable o conflictibilidad fronteriza, que culmi-
importantes como Orihuela, naría en la guerra de los dos Pedros. Con motivo de las anexiones
Elche, Elda, Novelda, Aspe, territoriales del reino, se crea una nueva circunscripción adminis-
Petrer, Crevillent, etc. Esta trativa: habrá un Portantveus de la ciutat y regne de Valencia, con
lloctinents dellà Xuquer y dellà Uixó, con capitalidad en Valencia;
incorporación supuso
y un procurador de Orihuela, con capitalidad en esa ciudad, que
disponer unas comarcas de desde 1363 recibe el título de Gobernador.
gran riqueza cerealística, En 1323 los gobernantes de Valencia se dan cuenta de la impor-
en especial Orihuela, con tancia mediterránea del reino: “sien encara en la dita ciutat e regne
incidencia en la exportación; contigües a la mar, per la qual cosa hi ha moltes abtes e con-
vinents al navegar de la mar, e en lo dit regne se facen alcuns
y cierta situación inestable
fuyts qui de necessitat, per profit de la terra, se cove a trer del dit
o conflictibilidad fronteriza, regne per portar a diverses parts del mon”. Fue GUICHARD quien
que culminaría en la guerra apuntó la hipótesis de la fase expansiva del reino que duraría aún
de los dos Pedros. Con medio siglo, que acabaría reconociendo el LIBRO DEL BUEN AMOR:
motivo de las anexiones “Monpesler, Alixandria e la nombrada Valencia non tienen de le-
tuarios tantos ni tanta especia”. No debe olvidarse la contribución
territoriales del reino, se crea
valenciana a la conquista de Cerdeña (1323-1324), en la idea de
una nueva circunscripción expansión mediterránea, que durante este reinado protagonizó el
administrativa: habrá un futuro rey Alfonso el Benigno.
Portantveus de la ciutat Durante el reinado de Alfonso II el Benigno (1327-1336), tan sólo
y regne de Valencia, con se celebran las Cortes de 1329, definitivas para el tema de terri-
torialización que nos ocupa: un importante Proemi, y 29 rúbricas
lloctinents dellà Xuquer y
con un total de 59 fueros.16 El proemio tiene un hondo sentido
dellà Uixó, con capitalidad en jurídico y político que reconoce la importancia de la situación del
Valencia; y un procurador de reino, necesitada de una leyes que se acomoden a la misma. Al
Orihuela, con capitalidad en tema que nos ocupa considero conveniente su transcripción ínte-
esa ciudad, que desde 1363
recibe el título de Gobernador. 16. DANVILA, MARTINEZ ALOY y SILVIA ROMEU, anotan 66.

130 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

gra para comprender la preocupación regia por la unidad legislativa, Durante el reinado de
que luego se trasluce en la Rúbrica XIV, y en la segunda publicación Alfonso II el Benigno
de los Fueros, que supone la sumisión a Fuero de Valencia, de dos
ciudades importantes, Burriana y Villareal que lo eran a Fuero de
(1327-1336), tan sólo se
Aragón (las mayúsculas son nuestras): celebran las Cortes de 1329,
“Les coses divinals son axi perfectes que tostemos stan fermes sens definitivas para el tema de
alcuna variacio perque les lugs daquelles semblantment son per- territorialización
durables e no reeben mutatio ne correctio. Mas a la conditio de la
humanal natura la qual es posada en continua mutatio en la qual La preocupación regia por
no es res que puxa durar en un stament fo necesaria savie guverna-
tiva per la qual los reys e els princeps que si meteys e lurs sotmeses
la unidad legislativa, que
los quals nostre senyor los ha comanats deven reger saviament en supone la sumisión a Fuero
deguda e dreta operario, e stablissen diverses e E NOVELES LEIGS de Valencia, de dos ciudades
SEGONS LA MUTACIO E VARIETAT DELS TEMPS DELS NEGOCIS per importantes, Burriana y
les quals fos donada regla e determinacio als fets novells, fos encara Villareal que lo eran a Fuero
supplit e corregit tot ço que en les ligs antigues imperfetament e
no profitosa a la cosa publica fos ordenat. E COM ALCUNA COSA
de Aragón.
NOS CONVENGA MES A PRINCEP QUE TENIR A SERVAR JUSTICIA
PER LA QUAL LOS REYS REGNEN, E FORAGITAR DIVISIO DE REGNES
E REDUIR ENTRE SOS SOTMESES UNIO E CONCORDIA. Per ço NOS
NAMFOS, per la gratia de Deu rey darago, de valentia, de sardinia e
de Córcega e comte de Barcelona, VETLANTS EN LOS PROFITS DE LA
COSA PUBLIAC, en los quals nos reposamens prosperam, sguardant
quel senyor rey en Jaume de bona memoria besavi e predecesor nos-
tes, qui a honor e gloria de Deu, e a exaltaçio de la fe cristiana per
ordenacio divinal ab loable victoria conqueri lo regne de Valencia
tollen aquell de mans de sarrahins e infels acabada la dita benven-
turada conquista a FEU E ORDENA FURS DE VALENTIA PER UNIVER-
SAL E UNA LEY A TOTS LOS HABITADORS DEL DIT REGNE, E ENAPRES
VEEN QUE PER LA VARIETAT DELS FETS LAVORS ENTREVINENTS HA-
VIA OPS MELLORAMENTS EN LOS FURS SOBREDITS CORREGI E ME-
LLORA AQUELLS PER PROFIT E BON STABLIMENT DEL DIT REGNE, e
cobejants resemblar aytant com porem nostres predecessors en lur
savi regiment, e considerants que iassia aquel Fur de Valentia e les
addicions de aquell fetes, fossen e sien fetes a observacio de justici
e a gran profit del regne, empero que segons que dit es alcuna lig
humanal no pot esser bastant e determinacio e provissio de tots los
affers que novellament sesdevenen, E PER ÇO COM HAVEM TROBAT
PER EXPERIENCIA QUE SOBRE LES COSES DITES DEIUS SCRITES ERA
NECESSARIA ORDINATIO E PROVISIO NOSTRA COM LOS DITS FURS No hay duda: el rey se
ANTICHS NOY BASTASSEN E SEIJANTS LA DIVISIO E DEPARTIMENT inclina, con claridad, por la
DE LIG QUI DALCUN TEMPS ENÇA ES SUBINTRADA EN LO DIT REGNE
UNIDAD LEGISLATIVA A
EN QUANT A NOS ES POSSIBLE AB LA AIUDA E INSPIRATIO DE NOS-
TRE SENYOR REDUIR A UNITAT DE LEY,ÇO ES DE FUR DE VALENTIA”.
FUERO DE VALENCIA, y
No hay duda: el rey se inclina, con claridad, por la UNIDAD LEGIS- para ello reune Cortes, en la
LATIVA A FUERO DE VALENCIA, y para ello reune Cortes, en la Igle- Iglesia Catedral.

2008 | nº 51 131
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

sia Catedral. En el mismo Proemio aparece la lista de presentes,


trascendente porque estas son las Cortes de la territorialización
definitiva.17
La primera publicación de estas Cortes tuvo lugar en la Catedral de
Valencia el martes día 24 de diciembre de 1329, “consistens, ator-
gants e iurants, tots los damunt dits e sengles en lo prohemi dels
dits furs nomenats”, siendo testigos Arnau de Alós, Miguel Pérez
Çapata, H. de Sinisterra, Ramón de Sinisterra, Bereguer Despujades,
Pedro de Montagut, Jaime Boyl, “e molts daltres en gran multitud”.
La ausencia de los representantes de Burriana y Villarreal, provocó
una segunda publicación que tuvo lugar el 10 de enero de 1330, en
la misma Catedral, “fo publicada la redaccio feta en la dita cort al
fur de Valencia dels lochs de Burriana e de Vilareal”, con la siguien-
te explicación: por los tres brazos, “fo suplicat a nos que les viles
postres de Burriana e Vilarreal en les quals tot ara es estat servat
fur darago fosen redundes a fur de Valencia”. Pero el rey no puede
acceder, en principio, por cuanto “no fossen citats a la Cort”, y por
esta razón se les citó, y estuvieron presentes los síndicos de Burria-
na, March Renard y Bernat de Vilanova; y los síndicos de Vilarreal,
Antonio Pedrona y Guillem de Loreta.
Como aún se mantenían las Cortes, y a súplica de todos ellos, “AB
CONSENTIMENT E VOLUNTAT DE LES DTES UNIVERSITATS DE BU-
RRIANA E DE VILAREAL, E DELS DITS SINDICHS LURS, ATORGAM,
ORDENAM E ESTABLIM PER LO PRESENT FUR QUE LES DITES VILES
DE BURRIANA E DE VILAREAL AB TOTS LURS TERMES E TOTS LOS
HABITADORS DAQUELLES E DE LURS TERMES SIEN PERTTTT TOS-

17. POR PARTE DEL REY: el Infante Pedro, Jaime Escrivá procurador del Infante Ramón
Berenguer. BRAZO ECLESIÁSTICO: fray Pedro de Tous (Montesa), fray Sancho de Aragón
(San Juan del Hospital), Fray Juan (Valldigna), Juan Galíndez (Calatrava) y Arnau Çano-
guera (Montalbán). BRAZO NOBILIARIO: Bernat Sarriá, Galcerán Bellpuig, Bernat Fabre,
Ferrer d’Areny, Berenguer Guardiola, y Pretiano de Baldalach. CABALLEROS Y GENERO-
SOS: Gil Martínez de Entená, Martín Roi´Disverre, Pedro Çafranquea, Pedro Vives, Rigo
de Quintavall, Guillem de Santacoloma, Ramón de Libia, Ramón Costa, Ramón Castellá,
Jaime Catellá, Pedro Caldero, Jaime de Riusech, Francisco de Matero, Bernat Fabre, Juan
Sánchez de Valterra, Guerau Fabre, Pelegrin Esquerre, Andre Guillem, Ramon Sant Layr,
Galcerán de Monsoriu, Ponce Guillem de Vilafranca, Francisco de Montpalau, Guillem
Dalmau, Berenguer Dalmau, Francisco Escorna, Ramón Caselles, Juan Escrivá, Bartolomé
Fabre y Ximeno Sánchez de Tovia. POR LAS CIUDADES Y VILLAS: Valencia (Ramón Costa,
Pedro Cabet, Ramón de Libia, Ramon Soler, Matías Espulgues, Jaime Crespi, Gil Martínez
de Entença, Bartolomé Matoses, Guillem de Santacoloma, Berenguer de Ripio, Andre
Guillem Escrivá, Arnau Çanoguera, Jaime de Castellet, Bernat Çanou. Salvador Rich, Do-
mingo de Claramunt, Francisco de Vallobrega, Jaime Tolsá, Bernat Ballester, Ramon Pol-
gar y Pedro Roig), Xàtiva (Tomás Cofre, Bernat Sanç), Morella (Arnau Ster, Arnau Escola),
Morvedre (Buenafe de Vallebrara, Buenafe de Sanfeliu), Alzira (Pasqual Marco, Pedro
Calçada), Castellón (Pedro Tovars, Ramón de Alós), Alicante (Bertrán de Puigmoltó, Ni-
colás Amat), Orihuela (Guillem de Liminyana, Pedro Masquefa); Guardamar (Bernat MI-
CIP, Pedro Obispo), Lliria (Domingo de Coplliure), Cullera (Pedro Romeo, Guillem Janer),
Castielfabib (Martín Pérez de Rataston, Martín Domínguez del Portero), Ademuz (Juan
Pérez de Castell, Rodrigo de Noros), Ontinyent (Berenguer March, Guillem de Vallés) y
Alpuente (Gil Sánchez, Miguel de Algarra). La lista puede parecer excesivamente larga y
hasta penosa, pero no he querido privarles del conocimiento de quienes hicieron posible
la territorilaización. Naturalmente no estuvieron presentes ni Burriana, ni Villarreal, lo
que provocó las dos publicaciones de tales Cortes, que aparecen en el texto arriba.

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Territorialización del Derecho foral valenciano

TEMPS DE FUR DE VALENCIA E SOTMESES A AQUELL FORAGITANT El Fuero de Valencia debe


DAQUI DE PRESENT FUR DARAGO”.18 ser considerado como lex
La Rúbrica XXIV, es imperativa: “Que tots los lochs del regne de universales et unica dicti
Valencia qui no son postres en los quals se serva huy fur darago, los
regnis editus, promulgatus ac
senyors dels quals han consentit e consenten als presents furs sien
de fur de Valencia, per tostemos, manants que en continet hi sia
datus fuiste in generali curia
mes e servat de fer lo dit fur de Valencia”. dicto regno…poniendo de
Precisamente estas únicas Cortes de Alfonso II, en 1329, plantearon relieve y con insistencia, las
el problema de lo que se calificó como jurisdicción alfonsina. SILVIA discordias y problemas que
ROMEU, dio la explicación perfecta: “Alfonso II presenta el panora-
siempre planteó la diversidad
ma jurídico del Reino de Valencia como urgiendo la existencia de
una ley única. El Fuero de Valencia debe ser considerado como lex
de derechos. Por ello concede
universales et unica dicti regnis editus, promulgatus ac datus fuiste los nuevos fueros, gracias y
in generali curia dicto regno…poniendo de relieve y con insistencia, concesiones en las Cortes
las discordias y problemas que siempre planteó la diversidad de de- de 1329-30 y, sobre todo,
rechos. Por ello concede los nuevos fueros, gracias y concesiones
prerrogativas en la esfera
en las Cortes de 1329-30 y, sobre todo, prerrogativas en la esfera
jurisdiccional, con el fin de que quienquiera disfrutar de las misma
jurisdiccional, con el fin de
haga renuncia al Fuero de Aragón en el plazo de tres meses, y si así que quienquiera disfrutar de
no fuese no disfrute por ello de los nuevos privilegios”. las misma haga renuncia al
El Fuero de Aragón pervivió, pero fue perdiendo posiciones pro- Fuero de Aragón en el plazo
gresivamente. Aunque Alfonso II, no llegara a resolver la dualidad
de tres meses, y si así no fuese
de derechos, si consiguió convertirlo en problema secundario, que
al final de siglo era una cuestión residual. La “ley única” apenas
no disfrute por ello de los
planteó problemas.19 nuevos privilegios”.

El Fuero de Aragón
pervivió, pero fue perdiendo
posiciones progresivamente.
18. El momento, histórico, debió ser emocionante. Y tal puede opinarse, si a la firma
de los citados síndicos, se unieron las de otros insignes personajes: el hermano del
rey, Ramón Berenguer, Ramón arzobispo de Valencia, Pedro Abadía y Pedro Escrivá
procuradores del Capitulo de la Catedral, fray Bernardo abad de Benifaçá, Jaime Folquer
procurador del Abad de Poblet, Vidal de Vilanova comendador de Montalbán, Bernardo
de Sanfkluviá, Jaime Ripio, Arnau de Vilanova, Gil Jiménez de Romeo, Pedro Espulgues,
Francisco Espulgues, Pedro Colom, Rodrigo Lançol, Ponce de Vlaragut, Bernat Dolmus,
Arnau de Romaní, Juan Fernández Muñoz, Bernardo Vives de Cañamás, Tomás Vives de
Cañamás, Galcerán de Riusech, Martín de Castellar, Fernando Pérez Muñoz, Ferrer Vives
de Cañamás, Pedro Sánchez de Oblites, Ramón de Vilanova, Mateo Lançol, Español de
Çervato, Berenguer de Rajadell y Gil de Asín. Fueron testigos, Pedro de Luna, Ramón
Ribelles, Berenguer de Vilaragut, Bernat Despujades, Guillem de Montoliu, Ximeno de
Aynar, Ramón de Alentorn, Guillem de Peñafiel, Ramón Ferrer y Pedro Marquet. Queden
sus nombres para memoria.

19. El reino de Valencia siguió celebrando Cortes: Pedro el Ceremonios, 1336-1387 (en
1336, 1342, 1346, 1349, 1354, 135778, 1360, 1362, 1362, 1365, 1367, 1369770, 1371,
1373, 1376, 1382/84), Juan I el Cazador (en 1389), Martín el Humano, 1395-1410 (en
1401/1403, Fueros de los 32, en 1407), Fernando I, 1412-1416 (en 1415), Alfonso el Mag-
nánimo, 1416-1458 (en 1417-18, 1419, 1421, 1428, 1429, 1435-36, 1437-38 y 1443-46),
Juan II, 1458-1479 ( en 1459, 1465 y 1469-71), Fernando el Católico, 1479-1516 (en
1479, 1484-89, 1495-96, 1510 y 1512), Carlos I, 1518-1556 ( en 1528, 1533, 1537, 1542,
1547 y 1552), Felipe II, 1556-1598 (en 1563-64, y 1585), Felipe III, 1598-1621 (en 1604),
y Felipe IV, 1621-1665 (en 1626 y 1645).

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

4. La “idea” de
territorialización
Hemos “paseado” las Cortes valencianas, los problemas y los esfuerzos
de unicidad legislativa. Que se planteó, desde el inicio de la COSTUM,
y aún antes por los efectos de la repoblación anterior a ella, en el nor-
te del Reino de Valencia, en cartas pueblas que ya hemos clasificado
por “familias”. Una solución unificadora que alcanza la cima en las
Cortes de 1329, no surge por generación espontánea, viene de mucho
tiempo atrás y no ya porque los problemas “diarios” jurídicos se enco-
nen o dificulten. Lo esencial es caminar ese camino desde la intuición
inicial de Jaime I. Por pura lógica si pretendió como está demostrado y
admitido crear un reino de Valencia “independiente”, tuvo que pensar
en una legislación “única” e independiente, contraria a la existencia
en el reino de diferentes legislaciones aplicables de otros fueros que
no fueran los de Valencia. Debemos profundizar el tema, para que se
comprenda tanto la preocupación inicial, como la de sus sucesores,
que acabó “bien”, porque acabó, es un decir, en 1329.

4.1. Textos primitivos


Partimos de dos hechos ciertos. Uno, comprobado: la datación de la
COSTUM, octubre/diciembre de 1238. Otro, no comprobado, el texto
originario de la COSTUM, que desconocemos porque “todavía” no ha
sido hallado, dicho en términos judiciales no tenemos “cuerpo del
delito”. Surge la pregunta que se convierte en incógnita, ¿cuándo se
redactó el prólogo, en 1230, en 1250 en Morella, en 1261, la tiempo
de Cortes en Valencia y traducción de la versión latina a valenciana?.
Mientras no avance el “descubrimiento”, como mínimo es en 1261
cuando tenemos prólogo, aunque pudo ser anterior.
TEXTO LATINO: “Prohibemus itaque nullas alias consuetudines in
civitate vel aliquo loco regni Valentie sibi locum in aliquo vendi-
care, sed pro istas curia et iudices lites debeant definire. Nam sa-
tis competentes equum ab inicuo, limitum ab ilicito per easdem
consuetudines poterunt separare. Hiis atque prelibatis, ubi dicte
consuetudines non poterunt habundare, ad naturales rationem et
equitatem judicantes possunt licite properare” (DUALDE).
TEXTO VALENCIANO: “Vedam donchs que nengunes altrescostumes
en la ciutat o en alcun loch del terme altre del regne de Valencia
en alcuna cosa no agen loch; mas per aquestes costumes la cort
els jutges degen los pleyts jutyar e determinar, car astas convinen-
tment poran departir per aquestes costumes la cosa egual daquela
que no sera egual e la cosa leeriva daquela que no sera leeriva. E
aquestes coses enaxi sobredites volem que la on aquestes costu-
mes no poran abastar, aquels que jutyaran pusquen leerivament
recorrer a natural sen e a egualtat”.

134 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

Aceptamos la tesis de MARIANO PESET: “el monarca, junto a nobles


y prelados y personas de la ciudad, otorga una carta de población
–las Consuetudines—que son puro derecho local, aunque se multi-
plique y repita a otras ciudades”. Y es evidente que en los textos del
Prólogo, prácticamente idénticos, aparece la referencia a la relación
entre la COSTUM, derecho local, y el Reino.
Pero el texto implica mucho más de lo que dice, aunque no lo diga si
no es por exclusión. El texto ya “impone” una regla general, aunque
sea judicial. Los jueces deben juzgar conforme a la COSTUM, y si es así,
se produce de iure et de facto la unidad de texto jurisdiccional. O sea,
que en el Reino de Valencia, sólo habrá un texto “judicial”, la COSTUM,
aunque conforme a otras cartas pueblas, y según hemos destacado,
estén vigentes en otros lugares del reino, fueros diferentes (aragone-
ses, catalanes, islámicos). Esta imposición legal, se reitera al referirse
al derecho supletorio, porque es claro que el rey pudo decir que si la
COSTUM no fuese suficiente, recurrirían los jueces al fuero respectivo;
pero no lo dijo, al contrario, lo apartó, imponiendo ser aplicable “natu-
ralem rationem et equitatem” (“natural seny e a egualtat”).
Y esta “unificación” de texto dispositivo, de norma única aplicable
a TODO EL REINO, a pesar de las Cartas Pueblas diferenciadoras de
fueros, ya aparece en el Privilegio de 22 de noviembre de 1239, en
tema notarial, ya aludido: “QUE LOS NOTARIOS DE LA CIUDAD DE
VALENCIA PUEDAN ESCRIBIR, MODIFICAR Y REDACTAR DOCUMEN-
TOS PÚBLICOS, TESTAMENTOS Y ACTAS EN TODO EL REINO. VI. Sepan
todos que Nos, Jaime, por la gracia de Dios, rey de Aragón, Valencia,
et. Por Nos y los nuestros, establecemos y ordenamos y concedemos
a todos y cada uno de vosotros, notarios de la ciudad de Valencia y
a vuestro conjunto (universidad), o sea a todos vosotros, presentes
y futuros: que en toda tierra, reino, distrito, jurisdicción y pertenen-
cias de Valencia, podáis hacer documentos públicos y testamentos,
escribir, recibir y redactar toda clase de actas públicas. Y a estos tes-
tamentos y actas por vosotros recibidas, CONCEDEMOS AUTORIDAD
PÚBLICA, QUE SIEMPRE SE TENGAN POR VERDADERAS, PÚBLICAS Y
AUTÉNTICAS, EN LA MISMA CIUDAD, EN TODO SU REINO Y EN TO-
DAS PARTES; y que por ellas se haga plena prueba en juicio y fuera
de él (judicial y extrajudicialmente); y que sean consideradas como
documentos verdaderos y públicos”.
Hasta ahora al analizar este privilegio, colocarlo y recolocarlo en el
texto foral, incidía en el avance doctrinal que supuso el reconoci-
miento de autenticidad y fuerza probatoria documental. Pero en tema
de territorialización estamos obligados a “leer” (por interpretar) me-
jor. A la fecha de tal Privilegio, el panorama “legislativo” en el Reino,
era variopinto: COSTUM en la ciudad de Valencia, y Fueros “a gusto
de repoblador”, en definitiva “derechos” diferentes. Y el privilegio ex-
tiende, territorializar, la autoridad pública del notario, la autenticidad
de sus documentos y su fuerza probatoria a “todo el reino”, de lo que

2008 | nº 51 135
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

se infiere, que en estos aspectos legales, los Fueros de las Cartas


pueblas respectivas, perdían su vigor, y no deberían aplicarse, dijeran
lo que dijeran (aunque pocos se referían al tema) sobre la función
notarial: notariado, territorializado en sus efectos.
Disponemos de varios ejemplos, de esta territorialización “parcial”,
al menos. En los Furs, IX.XIX.II, se dispone, con carácter general:
“Los scrivans los notaris e totes les cartes lany de nostre senyor qui
es la festa de sancta maria del mes de març; e lo dia que la carta
sera feyta, e dos otres testimonis qui hi sien presents e que hi sien
stats demanats, e el loch el qual la carta sera feyta, e els noms dels
scrivans e els senyals dells, e que tota hora facen mentio de rasura
e desmena e de sobrescrit si hi es apres los senyals dells, e les cartes
les quals ells faran scriure haien aquella mateixa valor com si els
les escrivien dementre emperoque aquells scrivans les sotscriuran
enaxi.Senyal daytal public notari de Valentia qui les damunt dites
coses feu scriure ab loch e ab dia e ab any damunt scrits. ENADEIX
lo senyor rey que si les dites coses no faran sien gitats del office
per mig any. ENCARA ENADEIX lo senyor rey que si hi ha falsia
scienciament que perda lo puny, e que no sia mes scriva e perda sos
bens. ENCARA ENADEIX lo senyor rey quel scriva sia tengut de refer
lo dan per aquella raho haura dat a alcu, e si no haura de quel re-
faça que perda loffici. ENCARA ENADEIX lo senyor rey quels notaris
pusquen fer cartes a aur e a argent e a totes monedes”.20
Pero, sin duda el texto más definitorio de la idea-disposición se en-
cuentra en la rúbrica X de los FORI ANTIQUI: “Una consuetudo, una
moneta, una lege, pondere et figura, una alna, unum quarterium,
unus almutus, una fanecha,, unum caphicium, una uncia, una mar-
cha, una libra, una arrova, unus quintallus et unum pondos et una
mesura, IN TOTO REGNO ET CIVITATE VALENTIE SIT PERPETUUM”.
Una costumbre, una moneda legal, en peso y efigie, una alna (lon-
gitud de telas), un cuarto (medida de líquidos), un almud (medida
de granos), una hanegada, un cahiz, una onza, un marco, una libra,
una arroba, un quintal, un peso y una medida, EN TODO EL REINO
DE VALENCIA, COMO EN LA CIUDAD.

4.2. Cartas pueblas (1238-1368)


Naturalmente, a medida que la reconquista avanza, la territoriali-
zación de la COSTUM (Fuero) de Valencia, es abrumadora:

* 1241: Museros
* 1242: Puçol
* 1243: Carpesa, Silla.
* 1244: Albal.

20. He elegido este ejemplo, como demostración tangencial de cómo se tradujo y legis-
ló en 1261, 1271. Los añadidos son cuatro, un “enadeix” y tres “encara enadeix”, ¿quién es
capaz de remitirse sólo al 1261, sólo al 1271?. Nunca se sabrá con certeza absoluta.

136 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

* 1245: Sueca, Saucelles, Alborig, Alcudia, La Torreta y Denia


* 1247: Binata de Moncada.
* 1248: Moncada, Sagunto, Alcocer, Torrente y Picanya.
* 1249: Alzira, Cullera, Corbera, Marignen, Carcer y Sumacarcer.
* 1250: Xàtiva, Enova, Castelló de Rugat, Olleria, Valle de Albaida,
Carrícola, Ontinyent y Mogente.
* 1251: Almussafes, Masarrojos.
* 1252: Carlet, Salich, Banihabib, Alcudia, Ratallán.
* 1253: Lliria.
* 1256: Bocairent, Agres,Mariola.
* 1260: Siete Aguas,
* 1265: Borbotó.
* 1271: Massamagrell.
* 1277: Sollana.
* 1278: Planes, Almudaina, Massanassa.
* 1280: Biar, Almizra, Benejama, Negret, Benizamaya, Tárbena,
Altea, Finestrat.
* 1286: Pego.
* 1287: Castilla, Biar.
* 1289: Montesa y Vallada.
* 1308: Alicante, Elche, Orihuela, Guardamar.
* 1315: La Font de la Figuera.
* 1324: Villar del Arzobispo.
* 1325: Benidorm.
* 1337: Alcudia de Carlet.
* 1341: Chulilla.
* 1355: Catarrosa.
* 1368: Potries, Font d’Encarroç, Rafelcofer.21

De todas estas cartas pueblas, y para corroborar la idea territoria-


lizadora de la COSTUM DE VALENCIA, debemos hacer parada en las
de Denia y Sagunto.
• DENIA (Archivo municipal, Datis VII idus Madii 1245): “Cum
consuetudines Civitatis Valentie ad unumquamque villa et cas-
trum Valente, REGNI STATUIMUS EXTENDENDAS, ET ALICUBI IN
TOTO REGNO VALENTIE NOLUMUS PRETER ISTAS, per nos igitur
et per omnes nostros sucesores presentes et futuros concedi-
mos vobis universis et singuéis populatoribus habitantes castri
el Ville Denie, et totius termini ejusdem, presentibus et futuris in
perpetuum, quod habeatis consuetudines civitatis Valentie, et

21. Solo razones políticas de repoblación pueden justificar que después de 1238 encon-
tremos poblaciones, hacia el norte, repobladas a fueros aragoneses (Alcora, Catí, Benasal,
Albocasser, Castell de Cabres, Vilafranca, Vilafamés, Vinaroz, Ares, Culla, Alcolea, Tirig, Vista-
bella, Peñíscola, Adzaneta y Villarreal); a Costum de Lérida (Cabanes). Pero esto se compensa
con repoblaciones, en la misma zona, a Fuero de Valencia (Onda, Alquería de Tales, Borriol,
Alcalá de Xivert, Olocau del Rey, Ballestar de Benifaçá, Castellón y Santa Maria de Pulpis).
Por los Tratados con Alfonso X, puede parecer curioso que el Fuero de Córdoba se conceda a
Alicante, y el de Murcia a Orihuela y a Elche (que modificaba su sujeción al de Sevilla).

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

secundum eas (terminentur) omnes causas civiles et criminales


cujuscumque conditionis fuerint et invenientur, et franquitates
et quelibet alia in consuetudinibus Valentie contenta, possita,
statuta et statuenda, vos et vestir in ómnibus et per omnia per-
petuo habeatis” (Anótese la clara voluntad real de extender la
COSTUM de Valencia a todo el Reino, porque no se quiere que
sean otras, que no éstas, las aplicables: en 1245, el nombre del
texto era CONSUETUDINES, no aún Foros).
• SAGUNTO (Archivo, datis 4 cal. Aug. 1248): “Cum CONSUETU-
DINES CIVITATIS VALENTIE ad unamquamquem villam et castrum
Regni Valentia Nos Jacobus Dei gratia Rex Aragonum, Maiorica-
rum et Valentie Comes Barchinone et Urgelli et dominus Montis-
pesullani STATUIMUS EXTENDENDAS ET ALICUBI IN TOTO REGNO
VALENCIE ALIQUAS CONSUETUDINES VALERE NOLUMUS PRETER
ISTAS. Concedimos vobis universis et singuéis habitatoribus cas-
tri et ville arravael et toius TERMINI DE MURVEDRE, presentibus
et futuris in perpetuum quod salvis vobis et vestris imperpetuum
specialibus Cartis hereditatum vestrarum in ómnibus aliis ca-
pitulis habeatis CONSUETUDINES CIVITATIS VALENCIE” (Vale la
misma anotación anterior).

4.3. Privilegios de 5 de enero de 1284


Pedro I el Grande, cuenta entre los concedidos, dos de idéntica
fecha, aunque la datación escrita parezca ofrecer otra data. El AU-
REUM OPUS, XXVII, se titula “Sobre la elección de cuatro consejeros
de cada una de las profesiones, ocupaciones y oficios, y sobre su
potestad, especialmente que sin ellos o una parte de los mismos
el Justicia no pueda en lo criminal torturar, absolver o condenar
a nadie. Y que puedan reunir a los hombres de cada profesión y
oficio. Así mismo expresión y nombre de dichos oficios, y que si la
sentencia se contiene que fuera dictada según el consejo de dichos
consejeros o de una parte de ellos, no se exija otra prueba”.
El mismo día dicta otro importante privilegio (AUREUM OPUS, XX-
VIII), “Concesión hecha a todo el reino de las gracias y exenciones
concedidas a la ciudad, con excepción de algunas: …habiendo he-
cho y concedido recientemente en Valencia, muchas exenciones,
liberalidades, franquicias, beneficios, ordenanzas, concesiones y
gracias a vosotros, prohombres, y a todo el municipio de Valencia,
con nuestros privilegios tal como se contiene en los mismos, y du-
dando los municipios de algunos lugares del reino de Valencia de si
todos ellos se extienden de forma semejante a dichos municipios,
por eso Nos, Pedro, por la gracia de Dios rey antedicho, por noso-
tros y los nuestros concedemos a vosotros, prohombres y a todos
los municipios de SAGUNTO, XÀTIVA, SEGORBE, MORELLA, ALZIRA,
CULLERA, GANDIA, LLIRIA, CASTELLÓN DEL CAMPO DE BURRIANA,
Y A OTROS HOMBRES Y MUNICIPIOS DE OTRAS VILLAS, CASTILLOS

138 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

Y LUGARES DEL REINO DE VALENCIA, PRESENTES Y FUTUROS, QUE


QUIERAN ACEPTAR LOS FUEROS DE VALENCIA, que tengáis parte,
queriendo que seáis partícipes y consortes vosotros y los vuestros
en todas las exenciones, liberalidades, concesiones y gracias con-
cedidas por nosotros a los prohombres y al municipio de Valencia
con nuestros privilegios y cartas, con excepción de la franquicia
de lezdas y peajes concedida a los ciudadanos de Valencia, y con
excepción de algunas concesiones nuestras hechas a ellos sobre el
Consulado de los hombres del Mar, y sobre la Albufera y nuestra
dehesa de Valencia. En todas las demás concesiones hechas por
nosotros a dichos ciudadanos de Valencia, vosotros y los vuestros,
como se ha dicho, podéis ser consortes y partícipes, y podéis servi-
ros de ellas como ellos mismos, como mejor y más plenamente se
contiene en dichos privilegios” (Anótese la voluntad real, de “unidad
legislativa”, a cambio de exenciones impositivas).

4.4. Otros Privilegios: 22 de septiembre de


1286; 9 de diciembre de 1986.
• AUREUM OPUS, III: “Que el Procurador del reino de Valencia no
se entrometa en las causas de primera instancia y no establezca
en ellas ningún obstáculo al Justicia de la ciudad y reino…Alfon-
so, por la gracia de Dios rey de Aragón Valencia…os mandamos
que…ni permitáis que se les ponga (obstáculo), ni os entrometáis
en las mismas causas en algo contra el FUERO DE VALENCIA an-
tedicho, puesto que queremos que dichas causas sean dictami-
nadas por los Justicias mismos y no por otros, como se contiene
en dicho Fuero”.
• AUREUM OPUS, IV: “Sobre el juramento que ha de hacer cual-
quier Procurador del reino antes de ser recibido en su cargo. Nos
Alfonso…inmediatamente antes del inicio de su administración
JURE por los cuatro evangelios de Dios OBSERVAR LOS FUEROS
DE VALENCIA EN LA CIUDAD Y EN TODO EL REINO, así como hacer
los procesos y juzgar de acuerdo con sus fueros y privilegios”.
• AUREUM OPUS, V: “Que en relación a la orden (dada por el se-
ñor rey bajo pena corporal) de que jurasen los fueros de Aragón,
no incurran en ninguna pena los que no la obedecieren. Alfonso…
Aunque os hemos escrito a vosotros que bajo pena corporal y de
vuestros bienes juréis mantener y observar los fueros de Aragón
para con los barones, caballeros, infanzones y sus hombres en el
reino de Valencia, y que los escribanos redactasen las cartas en
los contratos de acuerdo con los fueros de Aragón, sin embargo,
puesto que mensajeros de la ciudad de Valencia nos expusieron
que eso redundaba tanto en contra de los fueros de Valencia,
como de sus privilegios, y nos presentaron muchos argumentos
acerca de esto os damos a conocer que no es intención nuestra
castigaros en nada por las antedichas órdenes, es más, si pudiera

2008 | nº 51 139
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

decirse de alguna forma que vosotros habéis incurrido en alguna


pena por esa razón, a ciencia cierta os liberamos de toda pena,
sobre todo porque sobre lo antedicho por parte vuestra se dio
fianza de derecho en presencia nuestra, y no es intención nues-
tra perjudicaros en nada en contra de la justicia a vosotros o a
algún otro habiendo dado fianza de derecho, ya que nosotros no
podemos ir en contra de vuestro derecho ni del de otros” (Anóte-
se que el rey “respeta”, otros fueros que no sean los de Valencia,
aunque no cese en la idea de “unidad” por considerarla más útil
y ventajosa para el Reino).

4.5. Remisión a determinadas Cortes


Como tal remisión, remite a la relectura de las “pinceladas” que
dimos respecto de Cortes determinadas en el camino legislativo
1238-1329. En algunas de ellas quedó reflejado el espíritu te-
rritorializador. A destacar que en 1329/30, el rey no “impone, ni
obliga”, lo que hubiera podido hacer, si no hubiera sido fiel y leal
al “pactismo”.

5. Algunas
conclusiones
De todos los textos aportados podemos deducir algunas conclusio-
nes, quizá mejor flexiones y reflexiones, que justifique el tema pro-
puesto de la territorialización de la COSTUM-FUEROS DE VALEN-
CIA, a todo el Reino. Telegráficamente hablando podian ser estas
a tenor de los datos, “simples pistas”, a veces, y hasta si se quiere,
intuiciones de un jurista, de buena fe.
• Partiendo de aquel terrado de Alcañiz, en 1232 (sin olvidar
el Cap de Pera, en 1229), Jaime I tiene decidida la conquista de
Valencia y su reino, del reino moro de Valencia.
• Quienes le acompañan, y otros que se unirán después, siguien-
do el símil de los próximos JJOO, consideran que se ha dado el
pistoletazo de salida…y ¡ancha es Valencia!, porque en ocasiones,
por su cuenta, avanzan, conquistan y hasta se permiten el lujo
de dictar leyes, cartas-pueblas, a fueros de su complacencia.
• Cuando hacia abril de 1237 sientan las reales en el Puig de San-
ta María, tuvo el rey tiempo y espacio para muchas noches de
insomnio, para marcarse a sí mismo “su territorio”; y teniendo en
cuenta antecedentes y conductas ambiciosas, alguna noche, des-
pierto, encontró una solución casi salomónica: Valencia no serie ni
aragonesa, ni catalana. Formaría un reino independiente.
• Y para tal territorio necesitaría leyes propias. Y las tuvo. Pero

140 2008 | nº 51
Territorialización del Derecho foral valenciano

desde un principio el reino estaba “legislativamente dividido”:


pocos fueros catalanes, pero bastantes más aragoneses, con una
nobleza que “no quería bajarse de su burro”.
• Fue territorializando, como pudo, algunas instituciones claves:
Justicias, aparato judial, notarial y mercantil de pesas y medidas,
ya en el propio texto foral de 1261, y en Privilegios anteriores
desde 1239.
• Esta expansión legislativa de la COSTUM-FUEROS, se vio favo-
recida por el avance conquistador y repoblador. Los repobladores
dejaron de venir “con su fuero (o el de su señor) a cuestas”, lo que
cuatriplica castros y villas “a fuero de Valencia”: más de cien.
• Pero Jaime I sigue sufriendo; y también sus sucesores, hasta
encontrar el momento apropiado, cuando la utilidad del proble-
ma ya estaba suficientemente madura.
• En el modélico proemio, político institucional de las Cortes de
1329, corresponde el éxito unificador legislativo al rey Alfonso
II el Benigno. Están reunidos los tres Brazos; se cumple la más
estricta legalidad, porque tras la primera publicación son llama-
dos los representantes de Burriana y Villarreal, que no habían
comparecido.
• La votación es UNÁNIME: a favor de la propuesta regia ¡124!,
sin votos en contra, nulos, ni en blanco. Si alguien tiene curiosi-
dad por los “votantes” regrese más arriba.

2008 | nº 51 141
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Bibliograf ía
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2008 | nº 51 143
Orígen
Orígenes del derecho foral valenciano Orígenes dere cho foral valenciano Orí
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Foto anterior:

Jaume I
Jardines del Parterre. Valencia

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Orígenes del Derecho foral valenciano Orígenes del Derecho foral valenciano Orígenes del Derecho foral val
Orígenes del Derecho
foral valenciano
Texto de:
Vicent García Edo

La ciudad de Valencia cayó


L a ciudad de Valencia cayó en manos de Jaime I el día 28 de sep-

s
tiembre de 1238, víspera de la festividad de San Miguel, como en manos de Jaime I el día
consecuencia del acuerdo firmado en esa fecha entre el rey cristia-
28 de septiembre de 1238.
no y Zayyán, último señor o rey musulmán de Valencia. En los días
siguientes se materializaría la salida ordenada de sus habitantes,
según nos cuenta el Llibre dels Fets, o biografía de Jaime I, en donde Apenas un mes después
sin embargo no hay noticia alguna de que apenas un mes después tendría lugar la promulgación
tendría lugar en la ciudad uno de los hechos más importantes de su de unas leyes nuevas para su
dilatada historia, como fue la promulgación de unas leyes nuevas buen gobierno.
para su buen gobierno, por parte de los nuevos administradores
cristianos.1
Nos referimos al texto que habitualmente denominamos como Cos- Nos referimos al texto que
tum de València, que no era otra cosa sino un cuerpo legislativo habitualmente denominamos

e
muy completo y por tanto muy extenso, compuesto adrede para la
capital del nuevo reino cristiano incorporado a la corona real ara-
como Costum de València,
gonesa, como primer paso para su posterior aplicación al conjunto que no era otra cosa sino
del reino cuando ello fuese posible, pero bajo una nueva denomi- un cuerpo legislativo muy
nación, la de Furs de València, hecho que se produciría oficialmente completo y por tanto muy
a partir de 1261. Sin embargo y desde esta última fecha, el proceso extenso, compuesto adrede
aún tardó casi tres cuartos de siglo más en completarse, tal como
sucedería en las Cortes de 1329-1330, por impulso del rey Alfonso
para la capital del nuevo
II de Valencia; y aún así se seguirían conservando durante siglos reino cristiano.
en algunas poblaciones de las comarcas del norte del reino insti-

1. Este artículo se redacta a partir de algunos de los resultados de los trabajos de investi-
gación sobre documentación foral valenciana medieval, llevados a cabo en la Universitat
Jaume I de Castellón entre 1991 y 1998 por los profesores Arcadi García Sanz y Vicent
García Edo, continuados por el segundo hasta la actualidad tras el fallecimiento del pro-
fesor García Sanz en 1998. Buena parte de ellos han sido objeto de publicación, como
queda reflejado entre las referencias bibliográficas que figuran al final de estas páginas, a
cuya consulta remitimos para una más amplia aproximación al tema.

2008 | nº 51 147
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

tuciones jurídicas aragonesas que, por la mera vía del uso y de la


permanente utilidad, y probablemente también por su importancia
menor, no serían puestas nunca en entredicho.
La Costum de València se La Costum de València se promulgó sin duda alguna (García Edo
1996) en una fecha inconcreta entre los meses de octubre y no-
promulgó sin duda alguna
viembre de 1238, y en ese momento ya tenía forma de libro, porque
(García Edo 1996) en una era una obra muy elaborada y producto de meses de trabajo, a di-
fecha inconcreta entre ferencia del precedente más inmediato de características similares
los meses de octubre y con el que se la puede comparar, que era el texto de la carta funda-
noviembre de 1238, y en ese cional o Carta de Franqueses de Mallorca, emanada de los buenos
oficios de los juristas de la cancillería real y otorgada el 1 de marzo
momento ya tenía forma de
de 1230, apenas tres meses después de la conquista de aquella
libro, porque era una obra ciudad; constaba de alrededor de medio centenar de cláusulas o
muy elaborada y producto de artículos, muy lejos del aproximadamente millar y medio existentes
meses de trabajo. en la primera versión de la Costum valenciana.
Hubiese sido absurdo suponer que texto de tanta extensión podía
componerse en apenas un mes a partir de la conquista de la ciudad
de Valencia, por lo que aunque no pueda documentarse fehacien-
Producto de un encargo de temente, lo hemos de entender como producto de un encargo de
Jaime I a los asesores legales Jaime I a los asesores legales que trabajaban a su servicio en la
Cancillería Real, efectuado con bastantes meses de antelación, en
que trabajaban a su servicio
previsión de la necesidad de dotar con rapidez de leyes a una ciu-
en la Cancillería Real. dad de la importancia de Valencia en el momento en que cayese en
manos cristianas. Habían de ser unas leyes nuevas que poco o nada
tuviesen de relación y, por supuesto, de dependencia, salvo en la
concordancia o correspondencia de instituciones jurídicas concre-
tas, respecto de la legislación que en esos momentos se utilizaba
Aunque es cierto que Jaime en el resto de estados pertenecientes a la corona real aragonesa,
como eran el Reino de Aragón, los condados catalanes, o el recién
I deseaba hacer de Valencia
ingresado Reino de Mallorca.
un reino nuevo, no estamos Ahora bien, aunque es cierto que Jaime I deseaba hacer de Valencia
demasiado de acuerdo con un reino nuevo, no estamos demasiado de acuerdo con las afirma-
las afirmaciones que en ciones que en diversas ocasiones se han hecho, respecto de que la
diversas ocasiones se han creación de un texto legislativo nuevo y al mismo tiempo original
para la nueva ciudad y reino, fuese una forma de liberarse de las
hecho, respecto de que
presiones que tanto aragoneses como catalanes pudieran querer
la creación de un texto ejercer sobre la corona, especialmente los primeros, a quienes se
legislativo nuevo y al mismo suponía muy molestos por el hecho de casi no haber tenido parti-
tiempo original para la cipación alguna en la conquista de Mallorca, que fue una empresa
nueva ciudad y reino, fuese fundamentalmente catalana, sobre cuyas circunstancias y desa-
rrollo no es preciso que en estos momentos dediquemos mayor
una forma de liberarse de
atención.
las presiones que tanto Las razones que nos hacen discrepar de esta opinión son, segura-
aragoneses como catalanes mente, de naturaleza más vulgar, pero creemos que mucho más
pudieran querer ejercer coherente desde el punto de vista del Derecho: y es que en 1238,
sobre la corona. y a pesar de que el Reino de Aragón existía como reino indepen-

148 2008 | nº 51
Orígenes del Derecho foral valenciano

diente desde la primera mitad del siglo XI y los condados catalanes


vinculados al Condado de Barcelona tenían igualmente una gran
antigüedad, no existía en ninguno de los dos estados (ni, por su-
puesto, en el Reino de Mallorca recién conquistado y a expensas de
lo dictado a través de sus primeros privilegios, en donde se recogía
un derecho importante pero aún sumario) un derecho territorial
único que pudiera servir de modelo o referencia para el territorio
valenciano, sino que tanto lo que existía en Aragón como en las
tierras catalanas, aún separadas en un conjunto de condados de
tamaño e importancia diversos, era un verdadero mosaico de dere-
chos, sin demasiados denominadores comunes.
En 1238 en el norte de Aragón presidía el Fuero de Jaca más hacia
el Valle del Ebro, el denominado Fuero de Zaragoza, que no sería
seguramente sino la suma de los diversos privilegios concedidos
a la ciudad desde comienzos del siglo XII y algunos otros textos
sueltos resultado de la jurisprudencia de sus tribunales; y más hacia
el Sur, los fueros de las Comunidades de Villa y Aldeas de Calatayud,
Daroca o Teruel. El Fuero de Albarracín fue una adaptación de este
último. Por el este fueros menores como los de Fraga o Alcañiz eran
otros buenos exponentes de esta diversidad. No fue sino hasta 1247
cuando Jaime I promulgó en las Cortes de Huesca la compilación de
los Fueros de Aragón, que se convirtió en la primera manifestación
de derecho del conjunto del territorio aragonés.
En el mismo período de tiempo los distintos condados catalanes se
regían por leyes propias, diversas las de unos respecto de las de los
otros, circunstancia que se producía incluso en los diversos conda-
dos catalanes que formaban parte de la corona condal barcelonesa,
como pudieran ser los de Barcelona, Girona i Osona (Vic), y la franja
de tierras del sur de Catalunya, desde Tortosa a Lleida, conquistadas
a mediados del siglo XII por el conde de Barcelona Ramón, Beren-
guer IV. Desde 1228 Lleida redactó una colección de Costumes, que
constaban de 169 artículos y se convirtieron en el texto legislativo
de derecho municipal más moderno de su época para una ciudad de
la Corona de Aragón. Con respecto a Tortosa, en esos momentos ni
tan siquiera se habían comenzado a redactar las primeras versiones,
de corta extensión, de lo que serían sus futuras Costums, de las que
comenzamos a tener noticia en torno a 1262, y serían precedente
de la versión definitiva, redactada entre 1272 y 1273, y ratificada
en 1277, que constaría de alrededor de mil cuatrocientos artículos.
Respecto de las primeras manifestaciones de Derecho territorial
catalán, comenzaremos a hallarlas tras la muerte de Jaime I, du-
rante el reinado de su hijo el rey Pedro, que promulgó las primeras
Constitucions de Catalunya pensadas como inicio de un proyecto de
renovación general del Derecho catalán de la época.
Así pues, creemos que en el paso de 1237 a 1238, poco después
de que las tropas cristianas de Jaime I, pero en ausencia de éste,

2008 | nº 51 149
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

venciesen a los musulmanes en la batalla del Puig, por tanto en


los meses primeros del largo asedio a la ciudad de Valencia, de-
bió ser cuando el rey, después de prometer que no abandonaría el
campamento militar hasta que la ciudad de Valencia cayese en sus
manos, ordenase la confección de un texto legislativo a los juristas
de la Cancillería Real, quienes como es lógico tenían plena libertad
para actuar a este respecto, puesto que habían de partir de cero,
sin preocupaciones por la posibilidad de alterar o dañar derechos
anteriores, puesto que no había cristianos vinculados a norma ju-
rídica alguna, sino únicamente musulmanes, muchos de los cuales
continuarían residiendo en tierras valencianas, sujetos a su ley,
contenida en el Llibre de la Suna e Xara, que les sería respetada tras
el paso a la nueva situación.
La Cancillería Real contaba, Como es lógico la Cancillería Real contaba, no solo entonces sino
no solo entonces sino desde desde mucho tiempo atrás, con algunos de los mejores juristas de
la época, pero en 1238, en concreto, podemos decir que estaba
mucho tiempo atrás, con
viviendo una etapa muy floreciente, debido principalmente al im-
algunos de los mejores pulso que desde 1218 había ejercido la persona que desempeñaba
juristas de la época, pero en las funciones de canciller: el obispo de Barcelona, Berenguer de
1238, en concreto, podemos Palou. Este importante personaje era un notable jurista formado
decir que estaba viviendo en Italia, en el entorno de la Universidad de Bolonia, experto tan-
to en Derecho civil como canónico, y, como es lógico, conocedor
una etapa muy floreciente,
de las nuevas corrientes de pensamiento jurídico imperantes en
debido principalmente al aquellas fechas en Italia, como continuación de una tradición que
impulso que desde 1218 se arrastraba desde el paso del siglo XI al XII, en que se llevó a
había ejercido la persona que cabo una enorme labor de rehabilitación del Derecho, de dignifi-
desempeñaba las funciones cación del mismo y su consideración como una verdadera ciencia,
después de siglos de desidia y abandono de su práctica, con el
de canciller: el obispo de
mismo grado de excelencia que aplicaron durante siglos los ju-
Barcelona, Berenguer de ristas romanos.
Palou. Este importante En un deseo de renovar aquellas antiguas glorias, aquella per-
personaje era un notable fección cuyo recuerdo aún perduraba en el ambiente pero se
jurista formado en Italia, en desconocía su amplitud, un buen número de juristas italianos se
dedicaron durante generaciones, sobre todo en Bolonia, a tratar
el entorno de la Universidad
de recomponer la última de las grandes recopilaciones del dere-
de Bolonia, experto tanto cho romano de todos los tiempos, el Corpus iuris civilis, mandado
en Derecho civil como redactar por el emperador Justiniano de Oriente en la primera
canónico, y, como es lógico, mitad del siglo VI, exportado posteriormente a Italia, y si bien
conocedor de las nuevas usado durante algún tiempo y por supuesto difundido a través
de numerosas copias manuscritas, fue posteriormente pasando
corrientes de pensamiento
lentamente al olvido, porque no había detrás una sociedad urba-
jurídico imperantes en na fuerte que lo necesitase en su justa medida ni, por supuesto,
aquellas fechas en Italia. lo engrandeciese.
En las primeras décadas del siglo XII se dio por concluido el proceso
de reconstrucción del Corpus iuris civilis y comenzó el de su estu-
dio, de la mano de los más notables juristas de la Universidad de

150 2008 | nº 51
Orígenes del Derecho foral valenciano

Bolonia, que dedicaron sus esfuerzos a analizar concienzudamente


los textos mediante el denominado método de la glosa, primer paso
para la asimilación de tanta riqueza, que originó un género literario
específico sobre la materia que muy pronto atrajo estudiantes de
toda Europa para estudiar Derecho en Bolonia.
Y por supuesto tanto la recopilación justinianea como las obras de
la literatura jurídica de la glosa se exportaron fuera de Italia a nu-
merosos países, y entre ellos figura en muy destacado lugar su co-
nocimiento y uso con plena normalidad en el condado de Barcelona
desde las últimas décadas del siglo XII, (García Sanz 1968-71) no
solo en los principales tribunales de justicia, a través de cuyas reso-
luciones es en donde más testimonios documentales se encuentran
al respecto, sino también entre los juristas de la Cancillería Real,
parte de los cuales se habían formado en Bolonia y eran conoce-
dores de ese nuevo derecho llamado a desbancar, no con poco es-
fuerzo, los usos tradicionales basados en los derechos territoriales
creados en el caso de las tierras de la Corona de Aragón, entre los
siglos VIII y XII.
La renovación jurídica procedente de Italia era en 1238, por tanto,
perfectamente conocida por los juristas y notarios de la cancillería
real, y muchos de sus principios moneda corriente en su trabajo
diario. Además del canciller Berenguer de Palou, alrededor de 1235 Además del canciller
también comenzó a trabajar al servicio de la corona otro impor- Berenguer de Palou,
tante jurista igualmente formado en Bolonia; se trataba de Pere alrededor de 1235 también
Albert, canónigo de la catedral de Barcelona, y al mismo tiempo
vicario del obispo Palou, quien probablemente le introduciría en
comenzó a trabajar al
la Cancillería, y a quien Arcadio García (1996) atribuyó fundada- servicio de la corona
mente la autoría o la coordinación de la primera redacción de la otro importante jurista
Costum de València. igualmente formado en
El texto se redactó en el campamento militar de Jaime I, primero en Bolonia; se trataba de
el Puig y luego en Russafa, durante los largos meses de asedio de
Valencia, porque la Cancillería solía encontrarse allí donde se halla-
Pere Albert, canónigo de
ba el Rey, y durante ese mismo tiempo y lugar también se redactó la catedral de Barcelona,
el volumen primero del Llibre del Repartiment del Reino de Valencia, y al mismo tiempo
conservado actualmente entre los fondos del antiguo Archivo Real, vicario del obispo Palou,
en Barcelona. Teniendo en cuenta que la batalla del Puig tuvo lugar quien probablemente
hacia finales de 1237, Pere Albert y el resto de juristas que trabaja-
ron en compañía suya para la redacción de la Costum, dispusieron
le introduciría en la
de tiempo material bastante para la confección de un texto ambi- Cancillería, y a quien
cioso de las características del resultante. Arcadio García (1996)
El proceso fue sin duda complejo, por un lado, pero por otro se par- atribuyó fundadamente la
tía de la ventaja de que se tenía una idea bastante clara del procedi- autoría o la coordinación de
miento a seguir, y éste no era otro sino el de tomar como referencia
el esquema del Codex justinianeo, una de las obras que componen
la primera redacción de la
el Corpus iuris civilis, que reúne, ordenadas temàticamente, varios Costum de València.
miles de constitutiones o disposiciones de los emperadores roma-

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

nos promulgadas a lo largo de los siglos, relativas a un enorme y


variado número de materias.
El Codex justinianeo, cuando se confeccionó en el siglo VI, se ha-
llaba distribuido en 12 libros o partes, y cada una de ellas en un
número variable de títulos o capítulos, y a su vez éstos se subdivi-
dían en un número igualmente variable de constituciones o leyes.
En el siglo XII, sin embargo, cuando se reconstruyó el Codex, la obra
se compuso con los 9 primeros libros o partes, y los 3 últimos se
derivaron hacia otra de las obras de ese nuevo Corpus iuris, la que
se conoce con el nombre de Volumen Parvum.
A la hora de confeccionar A la hora de confeccionar la Costum de València, los juristas de
la Cancillería Real tomaron como referencia la versión en nueve
la Costum de València, los
libros del Codex justinianeo, y fueron seleccionando por el mismo
juristas de la Cancillería orden en que aparecen en el índice, es decir, comenzando desde
Real tomaron como el primer libro y sus correspondientes títulos o capítulos, única-
referencia la versión en mente aquéllos que, por razones que únicamente ellos podían
nueve libros del Codex decidir en esos momentos, estimaban que podían ser de utilidad
para el nuevo texto legislativo que se promulgaría en la ciudad
justinianeo.
de Valencia.
Por la naturaleza del Codex, sin embargo, el resultado podría ser
de aplicación a cualquier lugar, con lo cual, hecha de esta manera,
A fin de singularizarla, y sin la Costum carecería de identidad. Por ello, a fin de singularizarla,
y sin duda alguna también por necesidad, los juristas de la Canci-
duda alguna también por
llería Real redactaron al principio un conjunto de nueve capítulos,
necesidad, los juristas de la dedicados a materias directamente vinculadas con la realidad de la
Cancillería Real redactaron ciudad y el resto del territorio valenciano, pues si bien la Costum
al principio un conjunto de iba a aplicarse inicialmente tan solo a la ciudad, ya en el mismo
nueve capítulos, dedicados prólogo se indica la voluntad real de hacerla extensiva en el futuro
al conjunto del reino.
a materias directamente
Ésta es la razón por la cual el primer título o rúbrica está dedicado
vinculadas con la realidad a la descripción de lo que serían los límites del reino cuando se
de la ciudad y el resto del completase la conquista, y a continuación figuran los del término
territorio valenciano. de la ciudad. La rúbrica segunda, de no menor importancia, es la
dedicada a la descripción de los derechos de pastos otorgada a los
habitantes de la ciudad. Pero, sin duda alguna, es la tercera la que
desde una perspectiva práctica reviste mayor importancia, puesto
que está dedicada al oficio más importante de la ciudad, el de Cort
o Justicia de Valencia.
A partir del título o rúbrica 10, de un total de 146 en que se dividió
la Costum de València de 1238, comienzan las referencias al Co-
dex, y así seguiría prácticamente hasta el final, de manera que esta
rúbrica, titulada Dels establiments e dels manaments del príncep,
proceden de su homóloga romana De legibus et constitutionibus
principum et edictis, pero ello no significa que los juristas valen-
cianos copiasen al pie de la letra tanto los títulos de cada libro
del Codex como las leyes de que constaba cada uno de ellos, sino

152 2008 | nº 51
Orígenes del Derecho foral valenciano

que fueron llenando de contenido cada una de las distintas rúbri-


cas que elaboraban a partir de fuentes documentales bien diversas,
aquéllas que consideraban oportuno y cuyas referencias tomaban
de la pequeña biblioteca de consulta que la Cancillería transportaba
consigo, en su permanente itinerancia al lado del Rey, para ayudarse
a resolver cualquier duda que pudiera plantearse sobre cuestiones
de naturaleza muy diversa.
Por eso, aparte de las leyes romanas del Corpus iuris, llevaban igual-
mente consigo las recopilaciones mayores de Derecho canónico y,
por supuesto, los textos más significativos de aplicación en los di-
ferentes estados de la corona, como pudieran ser los de uso más
frecuente relativos al Derecho aragonés, difíciles de concretar aún
en estos momentos; copia de las antiguas leyes visigodas reunidas
en el Liber iudicum; y por supuesto también los Usatges de Barce-
lona y las Consuetudines ilerdenses, o Derecho municipal de Lleida
recopilado en 1228, citado anteriormente, que fue una fuente im-
portante de la Costum valenciana, para la redacción de al menos
unos sesenta artículos, copiados literalmente o inspirados en el tex-
to municipal ilerdense.
Pero no todo fueron imitaciones. A lo largo de toda la obra encon- A lo largo de toda la obra
traremos artículos que, como los primeros títulos o rúbricas, tam- encontraremos artículos que,
bién fueron redactados ex profeso para la ciudad de Valencia, y sin
como los primeros títulos
ir más lejos en esta misma rúbrica 10 se contiene uno de los más
importantes textos o fueros que podamos encontrar, seguramente y o rúbricas, también fueron
a pesar incluso de su pobre apariencia el mejor exponente de la in- redactados ex profeso para la
dependencia del nuevo Reino de Valencia. Se trata de la Ley o Fuero ciudad de Valencia.
tercero de la citada rúbrica, que literalmente dice así:

“Una Costum, una moneda de lig e de pes e de figura, una alna, un quar-
ter, un almut, una fanecha, un kafiç, una onça, un march, una liura, una
arrova, un quintar, e un pes e una mesura, en tot lo Regne e en la Ciutat
de València sia per tots temps”.

Unos veinte años después de la primera redacción se le añadiría un


párrafo más, para reforzar esta voluntad de aplicación al conjunto
del reino.
La Costum de València fue promulgada en un fecha inconcreta
hacia finales de octubre o comienzos de noviembre de 1238 y,
sin duda alguna, bastante antes de la festividad de Navidad de
dicho año, según deducimos del análisis de su prólogo, en donde
se indica que el Rey la aprobó en presencia de numerosos perso-
najes de su corte, entre los que figuraban los principales prelados
de las diócesis de sus estados, así como algunos de los linajes
más importantes de la nobleza aragonesa y catalana, y también
diversos repobladores de la ciudad de Valencia recién instalados
en la misma.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Esto ha suscitado debate entre juristas e historiadores, respecto de


si la presencia de todos ellos en dicha reunión podía tener la consi-
deración de Cortes, o la de mero Parlamento. La mayoría se decanta
por esta última opción que, sin duda alguna, encaja muy bien con
lo que pudiera ser una definición más clásica de ambos conceptos,
de acuerdo, por ejemplo, con la opiniones que en el siglo XV puso
por escrito el jurista valenciano, Pere Belluga, en su famoso tratado
titulado Speculum Principum, que establecía unas diferencias cla-
ras entre una cosa y otra, a partir de una serie de requisitos que en
la práctica no se cumplían siempre, y desde luego no en las épocas
más antiguas documentadas.
Así pues, desde nuestro punto de vista, sería necesario tener en
cuenta que estas afirmaciones tan tajantes pueden responder a
algunas realidades concretas, pero no a la totalidad de las mismas,
ya que siempre pueden encontrarse excepciones. Un buen ejemplo
resulta del análisis de la documentación del siglo XIII conocida ac-
tualmente, emanada de la Cancillería Real y relativa tanto a Aragón
como a Cataluña, en donde los historiadores no ponen pegas a la
hora de definir como verdaderas Cortes a reuniones de naturaleza
similar o incluso de menor importancia y presencia de represen-
tantes diversos que la reunión celebrada en Valencia en 1238.
La Costum de Valencia era En realidad este debate no tiene demasiada importancia, ya que se
trata de una mera cuestión de nombres, mientras que lo que se nos
en 1238 el segundo texto
antoja que es lo verdaderamente significativo son los efectos que
legislativo extenso europeo, produjo, es decir, conseguir dotar a la ciudad de Valencia de unas
basado en los principios leyes que en aquellos momentos y durante muchísimo tiempo se
del Derecho romano convirtieron en las más completas y perfectas, no solo del conjunto
restaurado por los juristas de territorios que componían la Corona de Aragón, sino también
del resto de los estados peninsulares, como Portugal, Navarra y, por
italianos de la época, lo
supuesto Castilla. Más aún, la Costum de Valencia era en 1238 el
que se vino a denominar segundo texto legislativo extenso europeo, basado en los principios
genéricamente como ius del Derecho romano restaurado por los juristas italianos de la épo-
commune, únicamente por ca, lo que se vino a denominar genéricamente como ius commune,
detrás de las Constituciones únicamente por detrás de las Constituciones del Reino de Sicilia,
que se habían redactado sobre estas mismas bases y promulgado
del Reino de Sicilia, que se
en el año 1231.
habían redactado sobre estas En el año 1238 la Costum se dio únicamente a la ciudad de Valen-
mismas bases y promulgado cia, no por otra razón sino porque no podía concederse a ninguna
en el año 1231. otra población valenciana conquistada hasta ese momento, bien
porque en las comarcas del norte del reino, coincidentes con las
actuales tierras castellonenses, las localidades conquistadas años
antes que Valencia, se habían tenido que repoblar por sus pro-
pios señores cristianos (que no tendrían después interés alguno en
cambiar de criterio) tomando como referencia, a falta de un fuero
valenciano propio, por leyes que regían en los lugares de proceden-
cia de dichos señores, bien fueran aragoneses o catalanes, nunca

154 2008 | nº 51
Orígenes del Derecho foral valenciano

según las leyes de los lugares de donde procedían los repobladores


que acudían a instalarse.
Por esta razón, en la actual comarca dels Ports, el noble aragonés,
don Blasco de Alagón, aplicó el Fuero de Zaragoza a cada una de
las localidades del término general del castillo de Morella, a pesar En el mes de abril de 1261
de que la práctica totalidad de sus repobladores tenían procedencia
tuvieron lugar unas Cortes
catalana. Lo mismo sucedería en Borriana, en donde Jaime I aplicó
en la Carta de Población de 1233 el Fuero de Zaragoza y no eran en Valencia.
aragoneses prácticamente ninguno de sus habitantes. En el casti-
llo de Cervera, la orden militar del Hospital aplicó a partir de 1235
En esta segunda reunión, el
las Costums de Lleida, que también fueron usadas por el obispo de rey Jaime I juró la antigua
Tortosa, a la hora de repoblar sus posesiones en término de Caba- Costum de la ciudad de
nes. No hay que olvidar, sin embargo, que en 1238 y por supuesto Valencia, recién modificada,
durante mucho tiempo después, incluso hasta el siglo XVII, una gran como derecho general del
parte de las tierras valencianas continuó habitada por musulmanes
a quienes los monarcas permitieron seguir manteniendo inaltera-
Reino de Valencia bajo la
bles sus costumbres y religión, y por supuesto las leyes contenidas denominación genérica de
en el Llibre de la Suna e Xara. Furs de València.
A partir de 1238, sin embargo, conforme fuesen conquistándose
nuevas tierras en el centro y sur del Reino de Valencia, Jaime I no La remodelación a que
permitiría que, fuera de los señoríos establecidos antes de la con- aludimos consistía
quista de la capital, se otorgase ninguna Carta de Población a cris- básicamente en la
tianos que no estuviese hecha a fuero de Valencia, de acuerdo con
los dictados de la Costum de la ciudad, lo que fue el comienzo de
ampliación y mejora de
un largo camino que duró casi un siglo antes de conseguir la ge- un número no demasiado
neralización del uso del Derecho valenciano entre los repobladores elevado de las primeras
cristianos del reino. leyes o fueros.
Aunque la documentación conservada es muy pobre en informa-
ción, sabemos que en el mes de abril de 1261 tuvieron lugar unas Conviene citar, sin embargo,
Cortes en Valencia, que nadie pone en duda a pesar de que la infor- un cambio más, el Rey
mación sobre ellas es significativamente menor que la relativa a la
ordenó la traducción de
asamblea de 1238, citada anteriormente. En esta segunda reunión,
el rey Jaime, I juró la antigua Costum de la ciudad de Valencia, re- la primitiva versión de la
cién modificada, como derecho general del Reino de Valencia bajo Costum, que se hallaba
la denominación genérica de Furs de València. escrita en lengua latina
La remodelación a que aludimos consistía básicamente en la am- (y que muy pocos leían y
pliación y mejora de un número no demasiado elevado de las pri-
comprendían), tal como lo
meras leyes o fueros, trabajo efectuado por parte de los juristas de
la Cancillería Real, que así lo dejaron escrito en cada caso; y en la estaban la práctica totalidad
inserción en los lugares correspondientes del articulado de la anti- de los textos legislativos de la
gua Costum de un número indeterminado de textos procedentes, en época, fuesen de contenido
su mayor parte, de fragmentos de privilegios concedidos por el rey breve o extenso, al romancio,
Jaime I a la ciudad de Valencia entre los años 1239 y 1253, que ya
es decir, la lengua vulgar
eran utilizados como verdaderos fueros en ese período de tiempo,
pero no habían sido ratificados por asamblea del reino alguna, bien propia de la mayoría de sus
fuese en un Parlamento o en una sesión de Cortes. usuarios valencianos.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Conviene citar, sin embargo, un cambio más, éste de carácter


formal, y no es otro sino uno de los primeros intentos de acer-
car el buen conocimiento de la Ley al pueblo destinatario de la
misma, facilitando la posibilidad de su lectura y, sobre todo, de
la comprensión de su contenido. Para conseguirlo el Rey ordenó
la traducción de la primitiva versión de la Costum, que se hallaba
escrita en lengua latina (y que muy pocos leían y comprendían),
tal como lo estaban la práctica totalidad de los textos legislativos
de la época, fuesen de contenido breve o extenso, al romancio,
es decir, la lengua vulgar propia de la mayoría de sus usuarios
valencianos.
La traducción fue llevada a cabo por tres juristas al servicio del
concejo municipal de la ciudad de Valencia, excepto en los casos
en que un número significativo de fueros fueron objeto de modifi-
cación y mejora por parte de los juristas de la Cancillería Real, que
se ocuparon además, de efectuar dicho trabajo. A partir de 1261 y
hasta la primera mitad del siglo XIV circuló la doble versión de los
Furs de València, en latín y en romance, y desde mediados de esa
centuria, la versión latina fue cayendo en desuso.
En el año 1271 tuvieron lugar unas últimas Cortes presididas por el
rey Jaime I, de las que igualmente tenemos muy pocas noticias. El
resultado más significativo de las cuales fue la modificación de di-
versos fueros anteriores, circunstancia que consta al final de cada
uno de ellos, y también la inclusión de medio centenar de fueros
nuevos, que entraron en vigor de inmediato y fueron los últimos
promulgados por este monarca. A su fallecimiento y según nuestro
conocimiento actual, a partir del cotejo de los distintos manuscri-
tos conocidos de los mismos, el total de fueros otorgados por Jaime
I al Reino de Valencia se eleva a un total de 1558, divididos en 146
Los Fueros de Jaime I
rúbricas o títulos, pero éstas aún no distribuidas en nueve libros,
sufrieron modificaciones, como lo estaba el Codex justinianeo (criterio que curiosamente no
aunque no demasiadas, a se imitó en 1238), sino únicamente divididas artificialmente en dos
lo largo de los siglos, hasta grandes partes de, aproximadamente, la mitad de fueros cada una
su abolición, como el resto de ellas, la primera de las cuales, sin embargo coincidiría por su
contenido con el de los libros I a V del Codex, y la segunda, con los
del Derecho valenciano,
libros VI a IX de la misma obra.
en el Decreto de Nueva Los Fueros de Jaime I sufrieron modificaciones, aunque no dema-
Planta promulgado por el siadas, a lo largo de los siglos, hasta su abolición, como el resto del
rey Felipe V en el año 1707, Derecho valenciano, en el Decreto de Nueva Planta promulgado
es decir durante cuatro por el rey Felipe V en el año 1707, es decir durante cuatro siglos y
medio, sirviendo de manera completa y eficaz, las necesidades del
siglos y medio, sirviendo de
pueblo valenciano, que hallaba en los mismos, y en los que en las
manera completa y eficaz Cortes posteriores fueron promulgándose, respuesta a las cuestio-
las necesidades del pueblo nes que en materia jurídica pudieran plantearse, tanto en el ámbito
valenciano. público como el privado.

156 2008 | nº 51
Orígenes del Derecho foral valenciano

Y teniendo en cuenta, la procedencia primera de los Furs de Valèn-


cia, es decir, la doctrina jurídica del ius commune italiano, que a lo
largo de la Baja Edad Media y la Moderna continuó desarrollándose,
dando lugar a una riquísima literatura jurídica, ésta podía ser per-
fectamente utilizada en Valencia, por lo que el sistema estuvo en
permanente renovación y pudo funcionar sin mayores dificultades
con “monótona perfección”.
Hasta el punto, que muy a finales del siglo XVII, apenas unos pocos
años antes de la abolición del Derecho foral, y tal como sucedía en
cualquier otro estado peninsular o europeo, no solo la literatura
forastera se seguía introduciendo con normalidad en Valencia, sino
que los juristas valencianos seguían produciendo obras de literatu-
ra jurídica basada en los Furs y el resto del ordenamiento jurídico
propio, que se han conservado en forma manuscrita y son buen
exponente del normal funcionamiento de las instituciones jurídicas
de un reino que, conviene recordarlo, a finales del siglo XVII con-
tinuaba siendo independiente de cualquier otro, y cuyo único nexo
de unión con el resto de reinos peninsulares, que se hallaban en
idénticas circunstancias, lo constituía el hecho de formar parte de
una misma corona.
Inexistente, por tanto, cualquier supuesta crisis en nuestro Dere-
Inexistente, por tanto,
cho en esos momentos, que algunos autores han querido hacer cualquier supuesta crisis en
creer para defender, más incluso que la conveniencia, la nece- nuestro Derecho en esos
sidad de implantar con el Decreto de Nueva Planta el Derecho momentos, que algunos
castellano, como solución a la misma. Curioso argumento, máxime autores han querido hacer
teniendo en cuenta que gran parte del Derecho castellano se de-
sarrolló, aunque con posterioridad a Valencia, sobre los mismos
creer para defender, más
principios del ius commune italiano, con lo cual, en bastantes ca- incluso que la conveniencia,
sos el parecido entre instituciones era muy evidente, cuando no el la necesidad de implantar
mismo, en especial en el ámbito del Derecho privado en general y con el Decreto de Nueva
del civil en particular. Planta el Derecho castellano,
En este campo en concreto, los Furs de València son especialmen-
te ricos, no en balde se basan en su mayor parte en los principios
como solución a la misma.
del Derecho romano, que en muchos casos se mantienen como en
sus orígenes. Sin embargo, tras la abolición de los Furs, el Dere- Tras la abolición de los
cho civil valenciano dejó de aplicarse en su práctica totalidad, y Furs, el Derecho civil
en consecuencia dejó de estudiarse y de evolucionar, razón tam- valenciano dejó de aplicarse
bién por la cual incluso en épocas muy recientes, se ha llegado a en su práctica totalidad, y
negar su existencia por autores seguramente pocos, aficionados a
la lectura de los textos antiguos, porque negar la existencia de un
en consecuencia dejó de
Derecho civil más o menos completo en el ordenamiento jurídico estudiarse y de evolucionar,
valenciano, vendría a ser algo así como negar la existencia de una razón también por la cual,
sociedad valenciana a lo largo de los siglos, necesitada de llevar a incluso en épocas muy
cabo transacciones tan ordinarias, como puedan ser los contratos recientes, se ha llegado a
de compraventa, o el otorgamiento de un testamento.
negar su existencia.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Tan peligrosas afirmaciones únicamente podían ser producto del


desconocimiento del contenido de los Furs, probablemente debido
a su magnitud y al aspecto tan distinto que presentan en relación
con los actuales códigos, que de una manera sistematizada permi-
Ésta fue una de las causas ten un fácil acceso a la información. Ésta fue una de las causas que
que motivó al profesor motivó al profesor Arcadi García Sanz a llevar a cabo la redacción
Arcadi García Sanz a llevar de una obra que, bajo el título Institucions de dret civil valencià
a cabo la redacción de una (1996), trataba de dar solución, con la mejor de las intenciones, a
tanto desconocimiento acerca de un tema capital de nuestra Histo-
obra que, bajo el título
ria y de nuestro Derecho. Y procuró hacerlo de una manera sencilla,
Institucions de dret civil didáctica, con el fin de que sin esfuerzo cualquier persona, jurista
valencià (1996), trataba de o no, pudiera acercarse al conjunto de las instituciones de Derecho
dar solución, con la mejor civil valenciano contenidas en los mismos, del mismo modo que lo
de las intenciones, a tanto haría si consultase el actual Código Civil español.
Para lo cual y tras un primer capítulo relativo a conceptos gene-
desconocimiento.
rales, dedicó los siguientes a los derechos reales, Derecho de obli-
gaciones, Derecho de familia, y Derecho de sucesiones. Dentro de
cada uno de ellos llevó a cabo las sucesivas subdivisiones, y es-
De la visión de conjunto de tableció una perfecta correlación entre las antiguas instituciones
la misma, queda demostrado forales valencianas, y su equivalente con las españolas, con lo cual
sin ningún género de la persona interesada únicamente ha de acudir a la búsqueda y
duda, por si alguien lectura del fuero correspondiente, que figura adecuadamente ano-
tado en la obra del profesor García Sanz, independientemente del
pudiera andar necesitado libro de los Furs en donde se halle.
de dicha evidencia, que De la visión de conjunto de la misma, queda demostrado sin nin-
en los Furs de València, gún género de duda, por si alguien pudiera andar necesitado de
tanto en los de Jaime I dicha evidencia, que en los Furs de València, tanto en los de Jaime
como los promulgados I como los promulgados posteriormente, existe un completo Códi-
go Civil Valenciano, tal como pudiéramos entenderlo actualmente,
posteriormente, existe un salvadas las lógicas distancias entre un texto que dejó de crecer a
completo Código Civil comienzos del siglo XVIII y otro que no ha cesado de hacerlo desde
Valenciano, tal como su promulgación a finales del siglo XIX.
pudiéramos entenderlo En el capítulo 4, apartados 1 y 2, el lector encontrará todo cuanto
actualmente. el profesor García Sanz describió acerca de les esposalles i el matri-
moni, y la organització econòmica del matrimoni, respectivamente,
En el capítulo 4, el lector capítulos y especialmente este segundo, basado en el libro V de
los Furs, que ha sido tenido especialmente en cuenta a la hora de
encontrará la organització redactar la recién aprobada Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régi-
econòmica del matrimoni, que men Económico Matrimonial Valenciano, que es la primera ley en
ha sido tenido especialmente materia de Derecho civil promulgada al amparo de la Ley Orgánica
en cuenta a la hora de 1/2006, de 10 de abril, de Reforma de la Ley Orgánica 5/1982, de 1
redactar la recién aprobada de julio, de Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, que
ha incorporado en su articulado algunas de las antiguas institucio-
Ley 10/2007 de 20 de marzo, nes forales, aquéllas que podían ser susceptibles de ser incluidas,
de Régimen Económico habida cuenta de las enormes diferencias existentes en la sociedad
Matrimonial Valenciano... del denominado Antiguo Régimen y la actual.

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Orígenes del Derecho foral valenciano

No han sido muchas las incorporaciones, como es lógico, pero sí ...que es la primera Ley en
suficientes para dejar constancia de la obligación moral de pro- materia de Derecho civil
curar una simbólica restitución de la dignidad de nuestro antiguo
Derecho, a través de un reencuentro con la realidad de la socie-
promulgada al amparo de la
dad valenciana del siglo XXI, actualmente organizada en forma de Ley Orgánica 1/2006, de 10
Comunidad Autónoma, heredera del antiguo Reino de Valencia, y de abril, de Reforma de la Ley
reconocida en la reciente reforma del Estatuto valenciano como Orgánica 5/1982, de 1 de julio,
“Nacionalidad Histórica”, un término que a todas luces insuficien- de Estatuto de Autonomía de
te, si bien es la primera vez que ese carácter queda expresamente
plasmado en una ley aprobada por las Cortes Españolas, con lo
la Comunitat Valenciana.
que se ha dado punto y final a la injusticia que suponía para los
valencianos ser durante tres siglos el único de los antiguos reinos
peninsulares literalmente aplastado en el ámbito jurídico por una
monarquía nueva, forastera, absoluta, desconocedora del territo-
rio en donde se instalaba al ser instaurada a comienzos del siglo
XVIII, y que solía manifestar el alcance de su poder con actuacio-
nes de esta naturaleza.
El capítulo 5 de la obra del profesor García Sanz está dedicado al El capítulo 5 está dedicado
dret de successions, basado principalmente en el libro VI de los
Furs, cuyas instituciones están igualmente siendo objeto de aten-
al dret de successions,
ción por la Comisión de Codificación de Derecho civil valenciano, basado principalmente
en todo aquello que sea posible y adecuado incorporar al articu- en el libro VI de los Furs,
lado de la futura Ley Valenciana de Sucesiones, actualmente en cuyas instituciones están
proceso de redacción, que seguramente se convertirá, próxima- igualmente siendo objeto de
mente, en la segunda Ley de la Generalitat Valenciana en materia
de Derecho civil.
atención por la Comisión
Así pues, en estos primeros años del siglo XXI y sin que tal deci- de Codificación de Derecho
sión haya supuesto quebranto alguno para nuestra sociedad, de civil valenciano, en todo
manera muy modesta pero suficiente, la obra de los juristas del aquello que sea posible y
siglo XIII que trabajaron al servicio de Jaime I, cuyo VIII Centena- adecuado incorporar al
rio de su nacimiento celebramos este año 2008, vuelve a estar en
vigor a través de la recuperación de algunas instituciones jurídi-
articulado de la futura Ley
cas que ellos pusieron por escrito, a partir de las enseñanzas que Valenciana de Sucesiones.
los antiguos juristas romanos de comienzos de nuestra era nos
transmitieron.
La Reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, La Reforma del Estatuto de
por tanto, ha venido a poner fin a una injusticia histórica que dio
comienzo en 1707 cuando, a resultas de una guerra en la que lo que
Autonomía de la Comunitat
menos contaba eran los intereses de los valencianos, nos fue arre- Valenciana, por tanto, ha
batado nuestro bien más preciado, nuestras leyes y nuestros fueros; venido a poner fin a una
y si bien es verdad que desde el expolio hasta la restitución parcial injusticia histórica que dio
han transcurrido exactamente tres siglos y la sociedad valenciana comienzo en 1707.
actual casi nada tiene que ver con la del pasado, lo que realmente
importa no es tanto la posibilidad de recuperar algunas o muchas
de las instituciones que formaron parte de nuestro antiguo ordena-
miento, como la de poder legislar de nuevo en determinadas par-

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

celas del Derecho, con la misma libertad con que durante siglos se
vino haciendo con total normalidad, y como continuaron haciendo
otros reinos peninsulares en idénticas circunstancias a las nuestras,
a los cuales la misma fuerza de las armas que arrebataron a los va-
lencianos esa competencia, a ellos en cambio se la mantuvieron, lo
cual no solo fue una tremenda arbitrariedad sino un total desprecio
al conjunto del pueblo valenciano, error que afortunadamente ya se
halla en proceso de reparación.

160 2008 | nº 51
Orígenes del Derecho foral valenciano

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2008 | nº 51 161
Del Derec
cho foral
al Derecho civil
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

Els Furs edición facsímil


Archivo histórico de la ciudad de Valencia.
Palau de Cervelló. Valencia

Del Derecho
foral al Derecc
ccivil valencian
n
o nciano: historia y evolución de una reivindicación secular Del Derecho foral al Derecho civil vale
el Derecho foral al Derecho civil valenciano:
historia y evolución de una reivindicación secular Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y ev
civil valenciano: y evolución de una reivindicación secular Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: hist
Derecho civil valenciano: historia y
evolución de una reivindicación secular Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución d
lenciano: historia y evolución de una reivindicación secular Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: hi
Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular Del Derecho foral al Derecho civ
Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular Del Derecho for
ción 164
secular
2008 |Del
nº 51Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular
de y evolución de una reivindicación secular Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evoluci
Del Derecho foral al
Derecho civil valenciano:
historia y evolución de una
reivindicación secular
Texto de:
Javier Palao Gil

Propósito
L a intención de estas líneas no es otra que hacer una reflexión
meditada y una exposición sucinta sobre el itinerario histórico de
una de las reivindicaciones más habituales en el sentido de presencia
PALABRAS CLAVE
Derecho civil valenciano
Fueros de Valencia
constante en el devenir de sus hechos políticos y sociales del pueblo Historia del Derecho valenciano
valenciano ante los gobiernos de la nación a lo largo de tres siglos.
Me refiero a la potestad o competencia de los valencianos, de sus
instituciones representativas, para legislar en materia de Derecho civil
dentro del ámbito territorial y político del antiguo reino de Valencia,
hoy Comunitat Valenciana.

c
No pretendo, dicho sea de antemano, construir un discurso histórico
con fines moralizantes o retóricos; tampoco loar o glosar viejas eda-
des de oro perdidas, instaladas en el imaginario colectivo valenciano
como un retrato estático y que sólo conducen al suspiro nostálgico o
a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Por desgracia, este
tipo de representación ha sido y es frecuente entre un cierto modo de

n
exponer la historia en tierras valencianas.
Sin embargo, la historia construida como ciencia, con su método crí-
tico y su análisis sistemático de las realidades del pasado es, desde
hace siglos, un instrumento útil –uno más, pero de cierto relieve–
para aclarar y, si las circunstancias lo permiten, explicar la existencia
de un título para reivindicar un derecho, una potestad o una compe-
tencia en manos de un colectivo concreto. Desde mi punto de vista, Todo proyecto político, más
perfectamente objetable por otra parte, todo proyecto político, más o menos ambicioso, más
o menos ambicioso, más o menos general, debería partir de una re- o menos general, debería
flexión histórica sobre las bases que el pasado proporciona para cons-
partir de una reflexión
truirlo. Así se hizo, sin ir más lejos, cuando creamos nuestro régimen
autonómico durante la Transición. Entonces recuperamos antiguas
histórica sobre las bases que
instituciones del pasado, como la Generalitat o la Sindicatura de el pasado proporciona para
Greuges, para embastar un autogobierno perdido durante siglos. Y construirlo.

2008 | nº 51 165
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

preciso: más bien recuperamos los nombres; revestimos con viejos y


venerables ropajes lo que eran cuerpos nuevos, distintos. En una cita
bien conocida y habitual entre los historiadores, extraída del primer
capítulo de El dieciocho Brumario de Luis Napoleón, Karl Marx decía
lo siguiente:

“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio,


bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circuns-
tancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido le-
gadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas opri-
me como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan
dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear
algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente
cuando conjuran temerosos en su exilio los espíritus del pasado, toman
prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este
disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva
escena de la historia universal”.

Durante la crisis política que supuso la Transición, los vivos que tu-
vieron que enfrentarse a ella tomaron prestados nombres, ropajes y
consignas de los espíritus del pasado, aquí1 y en toda España, para
resolver un problema latente desde siglos atrás: el de la unidad de
una nación plural. La tradición histórica pesa, queramos o no, y de
ahí el viejo adagio que mantiene que quien la ignora está condenado
a repetirla.
Por tanto, entiendo que no es superflua una reflexión de corte his-
tórico sobre la pretensión –bien política– de la Generalitat Valen-
ciana sobre su competencia para legislar en materia de Derecho
civil. Asumo que esa misma reflexión ya ha sido hecha por muchos
–autoridades, juristas, políticos, historiadores...–, pero quizá pueda
añadirse una exposición escrita, más extensa y que refleje algunos de
los datos que la moderna ciencia histórica ha ido proporcionando en
los últimos tiempos. Y entiendo la importancia práctica de la tarea.
El Derecho civil, con sus El Derecho civil, con sus instituciones y leyes, es el sistema jurídico
instituciones y leyes, es el del que un pueblo se dota para regir su convivencia más íntima, su
quehacer diario personal y colectivo. Es, además, hoy día, un referen-
sistema jurídico del que un
te cultural de primer orden, emparejado con la lengua; lo veremos
pueblo se dota para regir su en muchos de los escritores que han abordado la cuestión durante
convivencia más íntima, su décadas: lengua propia y Derecho civil –nuestras leyes, nuestros fue-
quehacer diario personal y ros– van de la mano. Y son pocos los que dudan de que el Derecho
colectivo. Es, además, hoy civil es uno de los ámbitos en que se manifiesta, de forma más pro-
día, un referente cultural de
1. A veces, incluso con exceso. Las referencias a los fueros en la actual redacción del Es-
primer orden, emparejado tatut producen confusión y dificultades en la interpretación de algunos preceptos, como
con la lengua. en el caso del art. 7.1, cuando se alude a la reintegración del “entramado institucional
del histórico Reino de Valencia”. Dicho entramado varió con el tiempo; además, las difi-
cultades para recuperar instituciones de Derecho público propias del Antiguo Régimen
más allá del mero nombre, son insuperables (cfr. Blasco, 2006, pp. 2-3).

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Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

nunciada, la pluralidad de las tierras de España y al que se acogen El Derecho civil es uno
éstas para configurar, junto con otros elementos, su identidad propia. de los ámbitos en que se
En todo ello, este trabajo solo pretende ser una modesta aportación
a un debate sobre una cuestión amplia y compleja por sus muchas
manifiesta, de forma más
facetas. Y la de la historia es, sin duda, una más. pronunciada, la pluralidad
de las tierras de España y
Una historia en los al que se acogen éstas para
configurar, junto con otros
orígenes elementos, su identidad
propia.
E l 29 de junio de 1707, un decreto redactado por el embajador de
Luis XIV en España, Amelot, y rubricado por Felipe V, declaraba
abolidos “todos los fueros, privilegios, exenciones y libertades de que
gozaban (…) los referidos Reinos de Aragón y de Valencia”. Se abría
para ambos territorios, para toda la Corona de Aragón con posteriori-
dad, una nueva página de su historia, caracterizada por la pérdida del
antiguo régimen político de que disfrutaron desde la Edad Media, y
que proporcionaba una amplia autonomía de gobierno y unos meca-
nismos jurídicos que les permitían contrapesar el creciente poder de
los reyes de la Monarquía Hispánica.
No obstante el carácter general de esta derogación primera, los No obstante el carácter
hechos posteriores demostraron que la voluntad y la intención del
general de esta derogación
monarca no tenían un alcance tan extenso. Así, tras la campaña vic-
toriosa de fines de 1710 –batallas de Brihuega y Villaviciosa– Felipe
primera, los hechos
V recuperó el reino de Aragón, ocupado durante algunos meses por posteriores demostraron que
el archiduque Carlos, y accedió a restituirle una parte de su antiguo la voluntad y la intención
derecho foral, el relativo a sus leyes municipales o civiles, mediante del monarca no tenían un
el decreto de 3 de abril de 1711 (Morales, 1986; 2007, pp. 168 ss.).
alcance tan extenso.
Esta vía de reintegración o conservación de una parte de las leyes
privativas de estos reinos se mantuvo en el tenor literal de los decre-
tos de Nueva Planta promulgados entre 1715 y 1716 para Cataluña
y Mallorca (Mercader, 1968; Gay, 1992; Piña, 2007; Planas, 2007). El
rey daba así su brazo a torcer ante las diversas peticiones y consejos
que había recibido, alguno tan señalado como el de su propio abuelo,
Luis XIV. La subsistencia de las instituciones del Derecho privado no
perjudicaba a la unificación política que pretendía con los decretos, al
tiempo que se podía interpretar como una medida de clemencia que
fomentase una mayor adhesión de los grupos sociales dominantes en
los territorios de la Corona de Aragón.
No puede decirse que el Reino de Valencia permaneciese quieto ante la
posibilidad de recuperar una parte de su Derecho foral, abolido en 1707.
Pocos días después de recibirse en la capital la noticia de la derogación,
un grupo de autoridades y notables trabajó en la redacción de un Mani-
fiesto al monarca; en él se rechazaba la acusación de rebeldía contenida
en el decreto de 29 de junio, y se pedía –tímidamente, eso sí– la devolu-
ción de los fueros. El episodio, expuesto años atrás por Mariano Peset,

2008 | nº 51 167
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

acabó con la detención de Ortí y Blanquer, dos de los redactores del


escrito, y su posterior traslado al presidio de Pamplona (Peset, 1971).
No era el momento idóneo, quizás, con la campaña militar de aquel
año aún en marcha y con un futuro incierto para la causa borbónica
en España en el horizonte. Felipe V hizo sentir de nuevo su severidad,
poco después del asedio e incendio de Xàtiva.
Menos conocido resulta el intento de 1710. Desde mediados del año
anterior, las tropas francesas que apoyaban la causa del Rey venían re-
tirándose de España por orden de Luis XIV y sus ministros. En Madrid,
la influencia de los políticos franceses, como el embajador Amelot o
la princesa de los Ursinos, había dejado paso al gobierno de los espa-
ñoles, encabezados por el duque de Medinaceli, y entre los que desta-
caban José de Grimaldo y el marqués de Mejorada. Ante el abandono
de su abuelo, Felipe V sintió la necesidad de apoyarse en la nobleza y
en los oficiales españoles para apuntalar un trono cada vez más en
precario por la presión de Inglaterra, Holanda y Austria, que exigían
La nobleza no tardó en su abdicación a favor del pretendiente austriaco. Y la nobleza, a través
plantear en el Consejo de de Medinaceli, no tardó en plantear en el Consejo de Gabinete una
Gabinete una devolución devolución parcial de los fueros de Aragón y Valencia. La medida tenía
parcial de los fueros de una lógica incontestable: sólo abarcaría las leyes municipales –es decir,
las normas de Derecho privado, que no son contrarias a la autoridad
Aragón y Valencia. La real y que carecen de relieve político–; con ella desaparecería una de
medida tenía una lógica las principales causas de descontento en ambos reinos. Si Aragón y
incontestable: sólo abarcaría Valencia se aquietaban, quizá los catalanes se aviniesen a pactar unas
las leyes municipales condiciones similares; el fin de la guerra podía estar cercano.
–es decir, las normas de De este modo, la Real Cédula de 5 de febrero de 1710 –decreto del 2–,
pedía a las Chancillerías de Aragón y Valencia un informe sobre una even-
Derecho privado, que no tual devolución de los fueros. El rumor de que los fueros iban a ser de-
son contrarias a la autoridad vueltos se extendió en poco tiempo y produjo cierta expectación, incluso
real y que carecen de relieve euforia en algunos casos. La orden llegó a Valencia el domingo, día 9. El
político–. texto daba ciertas posibilidades, sobre todo en cuanto a las cuestiones
de gobierno local o municipal; pero también apuntaba a una restitución
más amplia del Derecho. Sólo vedaba los puntos que pudiesen afectar
al ejercicio de la soberanía real. La Chancillería, el más alto tribunal del
reino, emitió un informe favorable a la pretensión en términos amplios,
recomendando la restitución de la vieja Audiencia foral y de la figura del
virrey como presidente; también la Diputació del General y el municipio
foral se conservarían, reformados en lo necesario; sólo se derogarían o
modificarían los fueros y privilegios contrarios a la autoridad real2.

2. Carta de Isidoro Aparici Gilart a Macanaz, de 18 de febrero de 1710, en AHN, Inquisi-


ción, legajo 3.697, I. La existencia del informe es segura: en 1721, el cabildo catedralicio
urge a su agente en Madrid para que halle la “docta y elegante consulta” que en su día
hizo Rodrigo de Cepeda sobre “los casos y cosas especiales de los Fueros (…) quando
su Magestad quería restituir las leyes municipales (...) para que viendo su Magestad y
el Real Consejo que con toda premeditación se registraron los Fueros del Reyno y que
no se encontró cosa que se opusiesse a su Real Soberanía, pudiesse facilitar aora el De-
creto en lo Civil”. Aún no ha sido posible hallar tal consulta entre los fondos del Archivo
Histórico Nacional.

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Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

La tramitación siguió su curso. A mediados de marzo llegó a Madrid el


informe de la Chancillería de Aragón y, junto con el de Valencia, pasó
a manos del Rey. Cuando se fijó la fecha en que éste habría de mar-
char al frente de guerra, muchos pensaron que aprovecharía el paso
por Zaragoza para publicar la medida entre la aclamación general.
Pero las dificultades se fueron acumulando: el duque de Medinaceli
fue detenido el 15 de abril en Madrid y conducido, sin más expli-
caciones, a la prisión de Segovia. Como acabo de señalar, el duque
había sido uno de los defensores más destacados de la devolución de
los fueros y del trato benévolo a los reinos de la Corona de Aragón.
Su encarcelamiento venía a mostrar la desconfianza que el Rey aún
mantenía en la alta nobleza española. El miedo y las suspicacias se Unas y otras circunstancias
apoderaron de la Corte en vísperas del inicio de la campaña de 1710. dificultaron la restitución
El Rey marchó al frente el 20 de abril, con unas perspectivas poco fa-
vorables. Unas y otras circunstancias dificultaron la restitución foral,
foral, que requería tiempo
que requería tiempo para estudios y debates pormenorizados; éstos para estudios y debates
se habrían de alargar durante unos meses críticos para la monarquía. pormenorizados; éstos se
Pero las cartas que llegaban de Zaragoza permitían albergar esperan- habrían de alargar durante
zas, pues tanto el rey como el padre confesor habían afirmado que la unos meses críticos para la
devolución era cuestión de tiempo. Y, en efecto, a fines de mayo se
recibe en Madrid un decreto que ordena formar una Junta, presidida
monarquía.
por el inquisidor general –Antonio Ibáñez de la Riva Herrera– con el
fin de estudiar los informes de las Chancillerías3. La tramitación se
fue ralentizando a lo largo de los meses de junio y julio. Para agosto,
ya no se confiaba en una resolución. Por fin, las derrotas de Almenar
y Zaragoza pusieron en retirada a las tropas borbónicas, y a fines de
septiembre de 1710, el archiduque entraba en Madrid por segunda
vez; la Corte se retiró hacia Valladolid, y la Junta extraordinaria cesó
en su actividad. Se perdía una nueva oportunidad.
A fines de ese mismo año, Felipe V recobró Madrid y, tras derrotar
al ejército aliado en Brihuega y Villaviciosa, entraba nuevamente en
Zaragoza ya iniciado 1711. En el primer trimestre de ese año se gesta
la reforma de Aragón. Sobre la base de la Cédula de febrero de 1710, el
marqués de Mejorada trabajó en la reforma con un borrador que con-
templaba aspectos muy diversos, entre ellos una recomendación para
constituir una Audiencia con dos salas, civil y criminal, presidida por
el comandante general del reino. El papel dejaba sin decidir el derecho
a aplicar en las salas; pero uno de los informes, el del antiguo dipu-
tado, Bruno de la Balsa, sugería que, en materia civil –“testamentos,
capitulaciones matrimoniales y censos”– era tan grande la diferencia
entre el régimen aragonés y el castellano, que bien podía conservarse
aquél, “y en esto no se interessa cosa alguna del Real servicio, sino el
consuelo de los naturales en la disposición y manejo de sus hazien-

3. Cartas de M. de Losta al cabildo de Valencia, de 28 de mayo y 4 de junio de 1710, en ACV,


legajo 4.890. La Junta estaría integrada por el propio arzobispo Ibáñez, el conde de la Estre-
lla, el marqués de Andía, Cándido de Molina y el fiscal del Consejo de Castilla, Luis Curiel.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Si habían de perder los das”. En el debate intervino el propio Luis XIV, que, a consultas de
su embajador, intercede por los aragoneses: si habían de perder los
privilegios más gravosos
privilegios más gravosos para la soberanía, poco debería importarle
para la soberanía, poco al Rey de España que después se gobernasen con sus leyes propias4.
debería importarle al Rey Un Real Decreto, de 3 de abril de 1711, vino a sancionar parte de los
de España que después se cambios propuestos por el marqués. Entre ellos, la reducción de la
gobernasen con sus leyes Chancillería a Audiencia y la instalación en ésta de dos salas, una de
ellas civil, en que se juzgaría “según las Leyes Municipales de este
propias.
Reyno de Aragón”.
Culminaba el proceso iniciado en febrero de 1710, pero sólo para
Aragón. ¿Por qué no se extendió la medida al Reino de Valencia? Las
razones son diversas. En Valencia y la situación era muy diferente. La
crisis de 1710 no había producido un vacío de poder, sino que había
consolidado el modelo organizativo formado desde 1707, y con ello
el poder de los militares. Los jueces de la Chancillería colaboraron
con los comandantes a la hora de mantener el orden. Cuando se
producen los cambios en Aragón, no hay ninguna alusión al reino de
Valencia y a sus posibilidades de seguir el mismo camino. Tampoco
era esperable un memorial en ese sentido, dado el precedente de Ortí
y Blanquer en 1707. Más bien, los informes que llegan desde Valencia
insisten en el carácter levantisco y rebelde de sus naturales, y en su
incapacidad para adaptarse a las nuevas leyes y respetarlas. En es-
tas circunstancias, y con una información deformada que el Rey no
puede contrastar por sí mismo –como sí hace en Aragón– no parecía
prudente alterar el estado de cosas. Mientras la situación bélica no se
decantase de modo definitivo del lado borbónico, no se estudiarían
cambios de mayor calado. Se perdía así una nueva oportunidad de
lograr la restitución de los fueros abolidos.
Habría que esperar a 1719 para que surgiese otra ocasión5, posi-
blemente la más conocida por la historiografía valenciana. No es
preciso extenderse en sus hechos, pues ya fueron bien expuestos
Algunos regidores del por Mariano Peset (Peset, 1972, pp. 677 ss.) y se han reproducido en
Ayuntamiento entregaron otras monografías y estudios. En mayo de ese año, Felipe V, su mujer
al monarca un memorial en y el príncipe de Asturias visitaron Valencia de camino a Zaragoza.
el que pedían la devolución Durante tres días, del 5 al 8, se sucedieron las visitas, cumplimientos
y besamanos, en medio de un ambiente festivo. En el momento de la
de los fueros, alegando dos partida, algunos regidores del Ayuntamiento entregaron al monarca
razones: la dificultad que un memorial en el que pedían la devolución de los fueros, alegando
el cambio del sistema legal dos razones: la dificultad que el cambio del sistema legal provocaba
provocaba en la práctica del en la práctica del Derecho, entre abogados y jueces, y el precedente
derecho, entre abogados y
jueces, y el precedente de 4. Carta de Luis XIV a Blécourt, de 30 de marzo de 1711, en A. Baudrillart, Phillipe V et
Aragón, Cataluña y Mallorca. la Cour..., vol. I, pp. 441-442.

5. Omito el manifiesto que presentó el cabildo metropolitano al duque de Vendôme en


1712 con motivo de su visita a Valencia, pues su muerte impidió que pudiera interceder
ante el rey (Palop, 1975, p. 69).

170 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

de Aragón, Cataluña y Mallorca. Felipe V concedió la gracia de pala-


bra, a condición de que se documentase en los meses siguientes. La
alegría fue dando paso a la desazón y luego al pesimismo. Durante
dos años, apenas habrá noticias sobre la tramitación. La coyuntura
de 1719 no es buena: el Rey está en Pamplona y sólo atiende a las
necesidades de la guerra contra Francia; las consultas al Consejo se
acumulan por millares, pues no se despachan; la pobreza vuelve a
extenderse por el país, llega hasta la Corte. En 1720, con las negocia-
ciones de paz, las perspectivas parecerán mejores, pues se rumoreó
que la devolución de los fueros se incluiría en ellas; pero serán la pes-
te bubónica de Marsella y el temor al contagio –Valencia sufrió una
larga cuarentena para prevenirlo– las circunstancias que perjudiquen
el progreso de la solicitud. Por fin, ésta se reactiva en marzo de 1721;
el día 2, Manuel Sessé, agente del cabildo metropolitano, escribe:

“El memorial de la ciudad sobre las leies municipales se ha remitido al Con-


sejo de Castilla para que consulte la forma en que se podrán restablecer, y
para ello se han mandado juntar todos los antezedentes y que se pasen a la
vista del señor Fiscal, a quien he hablado en nombre de V.S.I. Pero para más
pleno restablecimiento y prevención de los casos y cosas más expeciales
que se devan guardar, importaría mucho que de aí se remita una instruc-
ción de lo más exempcial que acá quizás no se tendrá presente, y que al
mismo tiempo se sirviese V.S.I. en nombre del estado eclesiástico hacer su
representación, y la diputación por el Reyno para interesarse todo en tan
importante veneficio”6.

Sólo unos días después, el 19, Sessé recibe del canónigo Jerónimo
Monsoriu una copia del memorial de 1719 y la carta del Ayuntamien-
to en que reitera la petición, y que quedó presentada (Peset, 1972, pp.
714-715). El agente sugiere al cabildo que escriba también la Diputa-
ción –la Generalitat– en representación del reino, mostrando su in-
terés, y aquí se perciben las primeras dificultades, pues el intendente
Mergelina, que la preside, ya se resistió a firmar la carta de la ciudad,
El reino está inerme en su
aunque al final lo hizo: es imposible que, en nombre de la Diputación,
haga representación alguna; además, por la abolición de los fueros representación, es sólo una
quedaron los estamentos extintos y desautorizados, y prohibidas sus provincia más de Castilla, y
juntas y reuniones. El reino está inerme en su representación, es sólo asumen su defensa la ciudad
una provincia más de Castilla, y asumen su defensa la ciudad de Va- de Valencia y el cabildo
lencia y el cabildo metropolitano, antiguas cabezas –síndicos– de dos
metropolitano, antiguas
de los estamentos forales, el eclesiástico y el real.
El resultado del esfuerzo de Sessé fue la Cédula de 28 de mayo, en lo cabezas –síndicos– de dos
que el Consejo pedía a la Audiencia un informe sobre los fueros en de los estamentos forales, el
materia civil contrarios a las regalías y a la autoridad del monarca, eclesiástico y el real.

6. Carta de Manuel de Sessé al cabildo catedralicio, de 2 de marzo de 1721 (ACV, legajo


4.891).

2008 | nº 51 171
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

para preservar los demás en la reintegración prevista en la cédula7.


La Audiencia ordenó que la cédula pasase a informe del fiscal. Tan-
to éste, como algunos de los oidores, manifestaron a los regidores
las dificultades que tenían para entender el valenciano, la lengua de
los fueros. Por ello, el ayuntamiento encargó a Juan Bautista Ferrer,
pavorde de Leyes de la Universidad de Valencia, la traducción al cas-
tellano de una Instituta de derecho foral las Institucions dels Furs y
Privilegis del Regne de València, de misser Pere Hieroni Taraçona, de
1580. Posiblemente, otros materiales se tradujeron y utilizaron para
conocimiento de los magistrados, como apuntan las cartas que se
cruzan entre Valencia y Madrid. El trabajo no era sencillo. Los canó-
nigos ya habían expresado su desazón por no entender “sobre qué,
o de qué, se necessite de informe en una gracia hecha por su Ma-
gestad, y en que sólo se pide la execución”, y más cuando el asunto
ya se averiguó por la Chancillería. Cuando llegó la cédula, aún se
mostraron más atónitos, ya que la Audiencia debía señalar

…distincta y determinadamente quáles de las leyes municipales de este


Reyno en lo civil son obstantes a la regalía e intereses de su Magestad di-
recte vel indirecte, o contra el beneficio público, assí de la generalidad del
Paíz como en lo particular de la Ciudad y demás villas y lugares del Reyno,
y uso de proprios y rentas, que al parecer es obra de Romanos y que, aun-
que sean muchos y muy doctos, será menester, para satisfazer lo que se les
pide, los 500 años que han costado o costaron de premeditar los Fueros8.

El cabildo, ante las dificultades, optó por encomendar las gestiones


a un agente extraordinario, Josep Altavert. Una carta de Sessé, del
18 de junio, confirma que, en Madrid, todos tienen por irrealizable
La excesiva tardanza –casi
el informe y que la única esperanza estribaba en hallar el informe
dos años– había frustrado hecho por la Chancillería en 1710; pero no aparece por ninguna
una coyuntura más parte... Altavert, en una carta anterior, culpaba al ayuntamiento
favorable y ahora todo eran “…por la frialdad con que esos señores de la ciudad procedieron
dificultades y oposición: “por quando el Rey nuestro Señor concedió las Leyes civiles”; la exce-
siva tardanza –casi dos años– había frustrado una coyuntura más
esta razón se perderá lo que
favorable y ahora todo eran dificultades y oposición: “por esta
en su principio huviera sido razón se perderá lo que en su principio huviera sido mucho, y aora
mucho, y aora será nada”. será nada”9.

7. ARV, Real Acuerdo, libro n.º 16 (1721), ff. 21 vº y 138-139. Sessé había advertido al
cabildo de la expedición de la cédula para que estuviese preparado (ACV, legajo 4.891).

8. Carta del cabildo catedralicio a Josep Altavert, de 10 de junio de 1721 (ACV, legajo
4.891).

9. Para Altavert, tanto en 1719 como en 1721, el Ayuntamiento debió haber especificado
que pedía –los fueros concretos– en un memorial aparte de la carta; de este modo, el
Consejo podría haber trabajado sobre una petición específica tomando las decisiones
oportunas.

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Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

En septiembre, el informe de la Audiencia, elaborado por el fiscal civil


de la Audiencia, el vallisoletano Francisco de León Araujo, parece es-
tar listo, según la correspondencia del cabildo; y, como afirmó tiempo
atrás el profesor Peset, dicho informe debió tener un cariz contrario a
la devolución aceptada por el Rey:

“Dízese que el Fiscal de esta Audiencia, que ha estado quatro o cinco me-
ses sin ir a Consejo, trabajando para el informe que pidió su Magestad
sobre el Decreto que quería expedir en execución de la concessión de las
Leyes municipales de este Reyno, ha hecho un papel muy voluminoso y
contrario al intento, por inferirse de él que no ay cosa en todas las leyes
municipales del reyno que no se oponga a su Magestad, sus Regalías y
bien público”10.

Altavert advertía por las mismas fechas de que el presidente del


Consejo de Castilla estaba tan atareado que no despachaba consul-
ta alguna. El cabildo acaba sabiendo que el capitán general, duque
de San Pedro, llevará en persona la documentación cuando apro-
veche la licencia que el Rey le ha concedido para pasar a la Corte.
Cuando llegue a Madrid, a mediados de noviembre, acompañará a
Felipe V en una cacería que se prolongará durante dos meses. El
año 1722 es mucho peor para los asuntos de gobierno. La abulia del
Rey se manifiesta en viajes constantes, intempestivos e imprevistos;
la actividad de los Consejos se paraliza, pues las consultas no se
decretan. Los cambios en el poder paralizan aún más las tareas de
gobierno. Son las vísperas de la abdicación del primer rey Borbón y
del efímero ascenso al trono de Luis I. No era, desde luego, el mejor
momento para resolver sobre la restitución parcial de los fueros
valencianos. La correspondencia del cabildo deja de hacer mención
de ella en septiembre de 1721, de una forma tan drástica y comple-
ta que más parece un silencio impuesto. En 1723, la visita general
de escribanos, impulsada por el Consejo de Castilla (Villamarín y
Marzal, 2007), enterraba cualquier esperanza en la devolución. Con
ello, se perdía la última de las posibilidades reales de que gozó el
antiguo Reino de Valencia para obtener una recuperación parcial de
sus antiguos fueros. Con posterioridad sólo encontramos rumores
y especulaciones, más guiados por los anhelos del pueblo que por
unas expectativas razonables de restitución foral11.

10. Carta del cabildo catedralicio a Manuel de Sessé, de 2 de septiembre de 1721 (ACV,
legajo 4.891). Debe mencionarse aquí la carta escrita por Mayans a Nebot en abril de
1749, y en la que acusaba al pavorde José Vicente Arbuxech de haber sido “…el consultor,
por medio del juez León, que se valió de él” (A. Mestre, 1970, p. 407).

11. Es lo que aconteció con la Paz de Viena de 1725, cuando se extendió el bulo de que
entre las cláusulas se contenía una reintegración general de los fueros a todos los terri-
torios de la Corona de Aragón.

2008 | nº 51 173
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Entre Ilustración y
Revolución: epígonos
del foralismo
A gotadas las oportunidades para la restitución foral, fuese total o
parcial, la reivindicación entró en una nueva fase que se prolon-
garía cerca de un siglo. En ella, la petición tiene un carácter dual: por
un lado, se reclaman las normas del Derecho civil, alegando siempre
el agravio comparativo con el resto de territorios de la Corona de
Aragón; por otro, el carácter absolutista de la monarquía borbónica
provoca que, en ocasiones, algunas personalidades y autoridades del
reino se atrevan a denunciar los excesos del poder y a recordar cómo
se combatían en el pasado foral. Era una manera de proponer un
regreso a aquellas instituciones que contrapesaban y frenaban los
abusos.
La ciudad de Valencia siguió En cuanto al primero de los supuestos, la ciudad de Valencia siguió
pidiendo con insistencia la restitución de los fueros en materia
pidiendo con insistencia la
de derecho privado. Entre 1731 y 1739 lo hizo en al menos tres
restitución de los fueros en ocasiones (Palop, 1975, pp. 70-71); imaginaba detenido en la ma-
materia de Derecho privado. rea burocrática de la Corte el expediente que se formó en 1721 y
Entre 1731 y 1739 lo hizo en pretendía que se le diese cauce. El resultado fue, en la práctica, el
al menos tres ocasiones. mismo que entonces… El Memorial de Greuges de 1760 se encuen-
tra a caballo de los dos casos. En esa fecha, las Cortes castellanas,
a las que se habían incorporado algunas ciudades de la Corona de
Aragón, fueron convocadas para jurar al nuevo rey, Carlos III. Los
diputados que provenían de las capitales de la antigua Corona de
Aragón llevaron conjuntamente una Representación que, por su
contenido, bien podía considerarse un memorial de agravios y una
denuncia sistemática de muchos aspectos de la política borbónica;
otros capítulos suponían una defensa similar del sistema político
y las instituciones anteriores a la Nueva Planta (Moreu, 1968, p.
8). Previamente a la adopción del memorial, el Ayuntamiento de
Valencia había aprobado una propuesta para “…que, a semejanza
del Reyno de Aragón y Principado de Cataluña, que gozan de sus
fueros o leyes municipales, les conceda Su Magestad a esta ciudad
y reyno, aunque sea con las limitaciones que a Zaragoza y Barce-
lona”. La propuesta quedó matizada en la representación conjunta,
en la que se le decía al nuevo rey que Felipe V “…quiso assí mismo
que en lo civil se guardasen las leyes municipales de los Reynos de
Aragón, Cathaluña y Mallorca, no alcanzándose la razón por que
esta providencia no ha de extenderse al Reyno de Valencia, que
también tenía sus propias leyes municipales”.
La petición no surtió efecto –las Cortes ya no eran el lugar idóneo
para efectuar reivindicaciones– pero venía a mostrar un anhelo

174 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

arraigado. El recuerdo de los fueros aún era grande, pues existían


pervivencias de la vieja legislación, algunas en el terreno del dere-
cho privado, como los debitorios o, más conocidos, los testamentos
mancomunados, que siguieron utilizándose, escritos ahora en caste-
llano y en papel sellado, y recogiendo en un mismo acto y documento Muchos de los negocios
dos disposiciones de voluntad simultáneas12. No hubo, en esta parte jurídicos establecidos antes
del Derecho civil, colisión con las nuevas normas, sino adaptación de
de la abolición surtieron
usos anteriores bajo envolturas jurídicas distintas. Las pervivencias
en estos primeros años tras la Nueva Planta son las esperables en el sus efectos después, y lo
tránsito de un sistema a otro. Muchos de los negocios jurídicos esta- hicieron de acuerdo con las
blecidos antes de la abolición –contratos, testamentos, escrituras de normas forales, vigentes en
todas clases– surtieron sus efectos después, y lo hicieron de acuerdo aquel momento.
con las normas forales, vigentes en aquel momento.
Pero fue en el ámbito del Derecho público donde encontramos una
Pero fue en el ámbito del
mayor conservación del viejo ordenamiento jurídico valenciano. El
Decreto Derogatorio de 29 de junio de 1707 tenía, en su primera re-
Derecho público donde
dacción, un contenido absoluto. La intervención del Consejo de Cas- encontramos una mayor
tilla, y otros ministros del rey, introdujo una apostilla final conocida: conservación del viejo
“…excepto en las controversias y puntos de jurisdicción eclesiástica, ordenamiento jurídico
y modo de tratarla, que en esto se ha de observar la práctica y estilo
valenciano.
que hubiere habido hasta aquí, en consecuencia de las concordias
ajustadas con la Sede Apostólica”. Con ello se salvaba el mecanismo
establecido por la llamada “Concordia de la reina Leonor” para re-
solver de forma pacífica las competencias entre la jurisdicción real y
la eclesiástica. Poco después, también en 1707, la Iglesia valenciana
pidió al rey, a través del cabildo metropolitano, que proclamara la
desaparición de dos de sus regalías establecidas en los fueros: la
de amortización, y la del juzgado de diezmos13. Por la derogación,
habían dejado de tener eficacia. Los informes enviados a Madrid por
la Chancillería de Valencia y por Melchor de Macanaz advirtieron de
que, en algunos puntos, la legislación foral reforzaba el poder del
rey. El resultado fue la cédula de 7 de septiembre de 1707 (Peset,
1975, pp. 249-250). En ella, el Rey preservaba la inmunidad y la
jurisdicción eclesiásticas, que no podía alterar; pero también afir-
mó el uso de las regalías y jurisdicción castellanas, y conservó “los
demás fueros, usos y costumbres favorables a mis regalías y que
limiten o moderan la jurisdicción e inmunidad eclesiástica” en el

12. Aunque en la legislación castellana se contenía la prohibición de los pactos de futura


sucesión (Partidas 5.11.33), el testamento mancomunado era admitido en la práctica y
por eso no fue proscrito de la escena jurídica valenciana hasta la entrada en vigor del
Código Civil, cuyo art. 669 lo prohibió expresamente. Pero en Valencia siguió utilizándose
a través de una modalidad testamentaria, conocida popularmente como testament de
l’un per a l’altre i a totes les passades, en la que los cónyuges se instituyen herederos re-
cíprocamente, o bien formalizan un usufructo sobre todos los bienes a favor del cónyuge
supérstite, como ya era usual en época foral.

13. En Valencia, al contrario que en Castilla, de los pleitos sobre diezmos conocía un juez
secular nombrado por el monarca.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Reino de Valencia. Esta norma se completó con la resolución de 5


de noviembre de 1708, que dejó en manos de los señores la juris-
dicción especial o alfonsina concedida en tiempos de Alfonso IV14.
Son instituciones que se conservaron por voluntad real, aunque
ésta trató de reducirlas en contenido y alcance. Y, como he apun-
tado, versaban sobre materias relacionadas con el Derecho público,
como las regalías y la jurisdicción, antes que con el privado, cuya
devolución es lo que se pedía una y otra vez sin éxito.
Estas normas, junto con el Estas normas, junto con el grupo de negocios jurídicos formaliza-
dos antes de 1707 y que tuvieron efectos después, fueron capaces
grupo de negocios jurídicos
de crear y conservar un núcleo de foralidad bien percibido por ju-
formalizados antes de 1707 ristas y autoridades de la segunda mitad del XVIII. Es este hecho
y que tuvieron efectos el que lleva a Berní y Catalá, en 1764, a afirmar –no sin evidente
después, fueron capaces de exageración– que “…casi todos los Expedientes dimanan de anti-
crear y conservar un núcleo guos Fueros y práctica diferente de la de Castilla”. Sólo dos años
después, el capitán general conde de Aranda, subrayaba el conte-
de foralidad bien percibido
nido de aquel núcleo, de fuerte componente regalista –”las leyes
por juristas y autoridades de municipales y la particular regalía que por fueros no derogados
la segunda mitad del XVIII. corresponde a la Magestad en este reino”–. Ya como gobernador
del Consejo de Castilla, en 1766, recordó al secretario de Justicia,
Manuel de Roda, “…cuánto importa la preferencia en el despacho
de las plazas nacionales de Valencia (...) ocasiona su vacante graves
perjuicios por lo foral de aquel reino” (Molas, 1999, pp. 39-40).
La principal referencia La principal referencia de este neoforalismo dieciochesco fue Gre-
de este neoforalismo gorio Mayans. De familia austracista, hasta el final de su vida man-
tuvo la esperanza de una restauración, aunque fuese parcial, de
dieciochesco fue Gregorio la legislación. En 1761, indicaba a Juan Vega Canseco, fiscal en la
Mayans. De familia Audiencia de Valencia, la necesidad de conocer los Fueros del rei-
austracista, hasta el final no, junto con las Institucions de Pere Jeroni Taraçona el Repertori
de su vida mantuvo General de Nofre Berthomeu Ginart y las obras de otros tratadistas.
la esperanza de una Le señalaba también que:

restauración, aunque fuese “…para ser un gran forista importa leer sentencias de la antigua Audien-
parcial, de la legislación. cia de Valencia porque es lo mejor que se ha escrito en asunto de fue-
ros (…) A V. S., i a este reino, importa mucho ser un gran forista; porque
este reino ni le tiene, ni esperanza de tenerle de presente; i ahora ahí, en
la Audiencia, i después en el Consejo de Castilla, será V. S. el oráculo (…)

14. Algunas de las principales instituciones salvadas de la abolición por expreso de-
seo del monarca fueron: la resolución de los conflictos de jurisdicción con la Iglesia
mediante un sistema arbitral –la llamada “Concordia de la reina Leonor”–; la jurisdic-
ción secular sobre diezmos; la regalía de amortización; el asilo eclesiástico reducido a
la iglesia principal de cada lugar; la jurisdicción del monarca sobre los religiosos que no
tuviesen superior en el reino y la jurisdicción señorial especial, conocida como alfonsina.
A ello habría que añadir materias relevantes como la regulación del real patrimonio– del
que formaba parte la amortización–; o los censos, constituidos en su práctica totalidad
antes de la abolición, tanto los enfitéuticos –que en el reino eran perpetuos– como los
consignativos o censals.

176 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

Para esto es menester aplicarse algo a la lengua valenciana, como en otro


tiempo hacían los grandes hombres15”.

En su “Idea del nuevo método que se puede practicar en la enseñanza


de las Universidades de España” (1772) propuso la creación de una
cátedra de Derecho municipal o foral dentro de la Facultad de Leyes,
por su conveniencia de conocerlo (Peset, Mariano & José Luis, 1975,
pp. 142-144). Trataba de que no se extinguiese su memoria: abolido
el texto y cegada la fuente, era cuestión de tiempo que se convirtiese
en poco más que un recuerdo. La situación real la describe con más
precisión Tomás Fernández de Mesa en su Arte histórica y legal (1747)
cuando habla de “nuestros antiguos Fueros” como “reliquias”, y pinta
con palabras bien expresivas ese tiempo intermedio en que se impone
un nuevo ordenamiento mientras el anterior no acaba de desaparecer
por completo: “…se camina a oscuras entre sus ruinas [las de los fue-
ros] y entre los tropiezos de las nuevas plantas y edificios de Estilos,
leyes y Juzgados”.
Las pervivencias, pues, se centraron en el ámbito del Derecho público,
mientras el civil se extinguía sustituido por el castellano. En torno a
ese núcleo de Derecho público, y en la difícil coyuntura del cambio de
siglo y la guerra del Francés, se va a producir un repunte del neofora-
lismo que parte de Mayans. En el último cuarto del XVIII, escribe José
Villarroya dos tratados sobre una de las regalías que se preservaron
en 1707: la de amortización (Palao, 1993 y 2001)16. Villarroya se que-
ja en sus obras de que “…el estudio de los Fueros está enteramente
abandonado, y este Cuerpo de Legislación se mira con mucha indo-
lencia y acaso con desprecio…” El resultado es un perjuicio “para el
bien del Estado”, interesado en la conservación de sus regalías, pero
que ve cómo se deterioran con los años por la ignorancia de los jue-
ces de la Audiencia. Por ello propondrá –sin éxito, como siempre– una
traducción al castellano de los fueros conservados; con su glosa, sería
de utilidad a los ministros formados en el Derecho de Castilla. En la
línea de Villarroya, Vicente Branchat escribió, entre 1784 y 1786, su
extensa obra Tratado de los derechos y regalías que corresponden al
Real Patrimonio en el Reyno de Valencia es una recopilación vasta de El inicio de la guerra
fueros, cédulas y órdenes sobre este epígrafe de la Hacienda real en de la Independencia y
Valencia.
El inicio de la guerra de la Independencia y la convocatoria de las Cortes
la convocatoria de las
Generales en Cádiz suscitaron nuevas esperanzas en cuanto a la res- Cortes Generales en
Cádiz suscitaron nuevas
15. Carta de Gregorio Mayans a Juan Vega Canseco, de 1 de junio de 1761 (Mestre,
esperanzas en cuanto a la
1970, p. 408). restitución foral.
16. Se trata de Disertacion sobre la autoridad real y soberana regalia de conocer privativa-
mente los Jueces Legos de todas las qüestiones de bienes de Realengo que poseen los Ecle-
siásticos en el Reino de Valencia (Valencia, 1778); y Disertacion sobre la justicia y utilidad de
una ley que declare a favor del Real Fisco la pertenencia de bienes de Realengo situados en el
Reyno de Valencia que se destinan a manos muertas... (Valencia, 1789).

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

titución foral. El decreto de 22 de mayo de 1809, que contenía dicha


convocatoria, incluía también una solicitud de informes a las princi-
pales instituciones y autoridades del reino, para una mejor redacción
de la Constitución. El Ayuntamiento de Valencia envió tres tomos con
los fueros de Valencia y las Cortes posteriores impresas. Además, el
regidor y abogado, Agustín Abás, solicitó al consistorio que se pidiese
a “la superioridad” el restablecimiento de los fueros y privilegios del
reino; juntó con los marqueses de Valera y Carrús, formó una comi-
sión para redactar la petición (Hernando, 2001, pp. 69-70). Pero, más
allá de demandas particulares, lo que se vislumbraba en el horizonte
era una nueva conformación de la nación, regida por principios como
el de soberanía nacional o división de poderes. En esa estructura se
percibía nítida una limitación del poder real y un mayor protagonismo
del cuerpo de la nación, ya fuese a través de sus estamentos o de
los súbditos, convertidos ahora en ciudadanos. Era inevitable que los
ojos de algunos se volvieran, en los territorios de la Corona de Aragón,
hacia los viejos códigos que crearon durante siglos un equilibrio entre
el rey y los reinos representados en los brazos de sus Cortes. Algunos
de los liberales más significados ya habían advertido de que esas leyes
también eran parte del acervo de la nación:

“Leamos con atención y respeto los códigos antiguos de España; salgan del
polvo del olvido los fueros memorables de Aragón y de Valencia, las cos-
tumbres laudables de Cataluña y las leyes de la fiera Cantabria: consúltese
nuestra historia, escuchemos la voz hermosa de la patria (…) y jurando ser
españoles, aprendamos a serlo estableciendo las opiniones, y hasta los usos
y las costumbres sobre el modelo de los antiguos españoles17”.

En Valencia, dos van a ser las voces que vuelvan a alzarse, por última
vez en mucho tiempo, en recuerdo de un mundo que había quedado
un siglo atrás ya. Cabe recordar que en 1807 se cumplían los pri-
meros cien años de la abolición; no hubo conmemoración alguna
–Carlos IV era, al fin y al cabo, nieto de Felipe V– y fueron un his-
toriador y un jurista los que, con sus obras, recordaron aquel hecho
trascendental. El primero fue fray Bartolomé Ribelles, cronista de la
ciudad y el reino. La Audiencia recurrió a él y a sus conocimientos
para elaborar el informe que le había pedido la Comisión de Cortes
de la Junta Central, y éste escribió unas Memorias histórico-críticas
de las antiguas cortes del Reyno de Valencia. Los oidores adoptaron
el escrito del fraile dominico como informe propio (Cortes de Cádiz,
1968, pp. 25 ss.); el régimen foral constituía aún una referencia bien
visible en la estructura política del reino, incluso cien años después.

17. José Canga Argüelles, Observaciones sobre las Cortes de España y su organización,
Valencia, 1809, p. 18. La finalidad última de Canga no es, sin embargo, la restauración de
viejas instituciones o cuerpos legales, sino “constituir la legal representación de la nación
en sus Cortes” (véase García Monerris, 2002).

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Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

La relación entre historia y constitución es aquí muy nítida, y los de-


rechos adquiridos en otro tiempo por los estamentos vuelven a aflo-
rar como posibilidad política en tiempo de fractura. Como señala C.
García Monerris, los fueros eran percibidos como un equilibrio entre Los fueros eran percibidos
el poder del rey y el del reino, y una garantía frente a las tentaciones como un equilibrio entre el
despóticas de los monarcas; por eso fueron abolidos por Felipe V. Las
Cortes eran una pieza más, aunque relevante, de ese entramado que
poder del rey y el del reino,
surgió en la Edad Media para limitar el poder real. y una garantía frente a las
En el mismo sentido incidió Francisco Xavier Borrull y Vilanova, último tentaciones despóticas de los
eslabón de una importante familia de juristas que hunde sus raíces en monarcas; por eso fueron
el siglo XVII. Borrull, que ocupaba el cargo de juez de diezmos desde abolidos por Felipe V.
1784 y había sido amigo de Mayans, conocía bien las especiales rega-
lías del monarca conservadas. La guerra sirvió de acicate a su carrera
política: en 1810 presidió la Junta del Reino de Valencia y se dispuso
a acudir a la reunión de las Cortes en Cádiz. En ese año publicó dos
obras esenciales para entender su pensamiento político: Fidelidad de
la ciudad y reyno de Valencia en tiempo de las guerras civiles, que em-
pezaron en el año de 1705; y Discurso sobre la Constitución, que dió al
Reyno de Valencia su invicto conquistador el señor D. Jayme Primero.
Con la primera, reivindicó la lealtad del reino en la guerra de Sucesión
para impugnar uno de los títulos alegados por Felipe V para derogar
los fueros, el de la rebelión. La segunda le sirvió para rastrear en el
viejo orden constitucional del reino y construir el ideario que llevó al
Congreso gaditano para defender sus postulados.
Borrull criticaba el absolutismo centralista en cuanto que podía con-
vertirse en un mero despotismo; a sus ojos, los fueros expresaban que
–como afirmaba Ribelles– no sólo el equilibrio entre el rey y el reino,
sino la relación íntima y de mutua necesidad que ambos mantenían
dentro de un sistema constitucional histórico. La cultura foralista de La cultura foralista de fines
fines del Antiguo Régimen trata de reinterpretar la vieja tradición le- del Antiguo Régimen trata
gal valenciana en clave antiabsolutista para ofrecerla ante la nación,
en el momento en que ésta trata de darse un nuevo marco político y
de reinterpretar la vieja
legal. Sus autores no tratan de innovar de forma radical, rupturista, tradición legal valenciana
sino de volver al pacto estamental y al equilibrio de fuerzas, anterior en clave antiabsolutista para
al despotismo de Austrias y Borbones. El de Borrull es un foralismo ofrecerla ante la nación, en
conservador, aunque no meramente reaccionario; el juez se esforzaba el momento en que ésta trata
por incluir el Derecho de los reinos dentro del panorama novedoso
que empezaba a abrirse tras la crisis de poder de 1808 y la convoca-
de darse un nuevo marco
toria de las Cortes constituyentes (García Monerris, 2001). En Cádiz, político y legal.
la alusión a los fueros en sus discursos e intervenciones es frecuente,
también para defender otras instituciones típicas de aquel régimen
que le parecen ejemplares, como el municipio o el Tribunal de las
Aguas.
En el plano del Derecho civil, Borrull se mostró muy crítico con los
arts. 96 y 113 del proyecto de Constitución, que preveían la promul-
gación de un solo Código Civil, criminal y de comercio para toda la

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Las leyes deben adaptarse monarquía. A su juicio –en el que sigue a muchos juristas– las leyes
a las circunstancias tan deben adaptarse a las circunstancias tan variables de los distintos
reinos de España y las Indias, a su diversidad geográfica, cultural y
variables de los distintos
vital, a sus diferentes particularismos; lo contrario sería reincidir en
reinos de España y las Indias, el despotismo. La derrota de sus posiciones, en las que coincidió con
a su diversidad geográfica, otros diputados catalanes, como Aner y Lázaro de Dou, fue completa.
cultural y vital, a sus La proposición presentada por el clérigo palentino, Espiga y Gadea,
diferentes particularismos; lo en diciembre de 1810, para llevar a cabo dicha codificación, obtuvo
amplia mayoría. De Dou recordó a las Cortes que no se contaba con
contrario sería reincidir en el
los textos del Derecho catalán, preservado de la abolición en 1716; le
despotismo. replicaría el diputado novohispano, José Miguel Gordoa, que criticó
la posibilidad de que se introdujesen peculiaridades forales:

“…queda abierto, no ya un portillo angosto, sino una puerta anchurosa


y del tamaño que la quiera o busque el antojo o el error obstinado de mil
descontentos que, mal hallados con esta constitución y guiados del espíri-
tu de provincialismo, lejos de uniformar, pretenden, por el contrario, man-
tener a todo trance prácticas y costumbres que si en otro tiempo acaso
han sido loables, no servirán más que para debilitar o romper el sagrado
vínculo que debe unir a todos los españoles”.

La Constitución de 1812 conduce hacia un liberalismo de signo uni-


versalista, pero también profundamente uniformizador, estatalista
y con muy poco margen para el respeto a los derechos históricos y
los particularismos de los distintos territorios, por mucho que se hu-
biesen utilizado como justificación de las transformaciones políticas
que se pretendía operar. Borrull volvería a Valencia para continuar
con su carrera política, que le llevaría a ocupar una plaza de oidor
en la Audiencia y a ser un agente del absolutismo fernandino en el
viejo reino. Con él se cierra un primer período de reivindicaciones
y anhelos, el más cercano a la abolición, sin que se obtuviese fruto
práctico alguno.

“Una incierta y oscura


La implantación de un
régimen liberal centralizador
memoria”
y uniformista fue dejando
sin vigencia aquellos fueros L a primera mitad del siglo XIX no fue momento propicio para las rei-
vindicaciones. La implantación de un régimen liberal centralizador
y uniformista fue dejando sin vigencia aquellos fueros preservados de
preservados de la abolición,
la abolición, relativos en su mayor parte a instituciones y realidades
relativos en su mayor parte propias del Antiguo Régimen. La amortización y el diezmo fueron abo-
a instituciones y realidades lidos; la enfiteusis fue arrinconada por el nuevo concepto liberal de
propias del Antiguo la propiedad y en Valencia fue sustituida por formas peculiares del
Régimen. arrendamiento; las jurisdicciones especiales fueron progresivamente

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Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

asumidas por el Estado y la solución de las competencias judiciales con


la Iglesia se reguló por otras vías, mediante acuerdos con la Santa Sede.
De esta forma, la nueva nación y sus modernas formas de legislar –las
constituciones y los códigos– acabaron por dejar sin efecto aquella
parte de la legislación foral que fue preservada de la derogación por
orden de Felipe V. Pero el progreso de ese Estado liberal decimonónico
supuso, igualmente, la persecución de cualquier forma de particula-
rismo, incluido el jurídico de aquellos territorios que conservaban un
Derecho propio en materia civil, como Cataluña o Aragón. En Valencia,
buena parte de las instituciones jurídicas de Derecho privado que ha-
bían sobrevivido por vía consuetudinaria declinaron también. Las cons-
tituciones de 1837 y 1845 daban la cobertura legal precisa, al disponer
que unos solos códigos regirían en toda la monarquía. Únicamente la
voz de Durán y Bas, en las Cortes Generales y entre la doctrina civi-
lista, defendió estas legislaciones particulares, con la suficiente ener-
gía como para posponer la promulgación del proyecto de Código Civil
de 1851, debido a García Goyena: su cláusula derogatoria (art. 1.992)
decía: “Quedan derogados todos los fueros, leyes, usos y costumbres
anteriores a la promulgación de este Código, en todas las materias que
sean objeto del mismo, y no tendrán fuerza de ley aunque no sean
contrarias a las disposiciones de este Código”.
A partir de ese momento, se inicia una tímida recuperación de los
Derechos forales, al socaire de la influencia de la Escuela Histórica
del Derecho y de la debilidad manifiesta del Estado para imponer
la unificación. A mediados de siglo, el fracaso del proyecto político
alumbrado con la Constitución de 1812 empieza a hacerse patente.
España es un país pobre, atrasado y en crisis, consumido por un mo-
derantismo exacerbado, por el caciquismo y la corrupción; las luchas
políticas entre progresistas y moderados daban lugar a una inestabi-
lidad constante, jalonada por los golpes de estado y las primeras gue-
rras carlistas. El carácter uniformizador del liberalismo ha dado lugar El carácter uniformizador
a un centralismo asfixiante que reprime cualquier manifestación de del liberalismo ha dado
la diversidad real del país; las leyes educativas son buena muestra de
ello. Y, en momentos de crisis o decepción –el recuerdo, hasta cierto
lugar a un centralismo
punto mítico– de la autonomía gozada en época foral vuelve a sur- asfixiante que reprime
gir. El primero en enarbolar de nuevo esta bandera será Vicente Boix, cualquier manifestación de
catedrático de Historia y cronista de la ciudad de Valencia. En 1855, la diversidad real del país.
aprovechando el fervor revolucionario del Bienio Progresista, escribió
sus Apuntes históricos sobre los fueros del Antiguo Reino de Valencia,
donde consignaba la incongruencia histórica de la única abolición
completa del Derecho y planteaba su recuperación, aunque fuese
parcial. Por entonces, los fueros ya son sólo un recuerdo lejano:

“¿Qué resta ya del antiguo régimen foral del Reino de Valencia? El tribunal
de los Acequieros, o de las aguas; algunas costumbres populares; restos
de trages en nuestros labradores, y nada más. Todo ha ido desaparecien-

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

do desde que Felipe V abolió despóticamente la libertad de Valencia. La


obra del gran Rey aragonés Jaime I fue destruida por el Rey francés Felipe
de Anjou. La centralización exagerada de nuestros días ha dado el último
golpe a la exigua independencia que disfrutaban todavía nuestras Muni-
cipalidades. Las provincias no son ya más que unas colonias desgracia-
das: envían al corazón su sangre, sus riquezas, su historia; la vida va de
los estremos al centro: en cambio recibimos la Gaceta. La centralización
ha cogido todos los hilos de la administración pública; ha concentrado
en unas pocas manos todos los intereses, todas las ambiciones, todas las
esperanzas y todos los vicios (…) Leyes, costumbres, tradiciones, dignidad,
independencia; todo ha desaparecido en el fondo de esa laguna, llamada
centralización; en ella se ha confundido todo; y se va devorando silencio-
samente la vida nacional”.

Boix presenta esa nostalgia por el pasado foral, de tintes románticos,


que será tan habitual en el primer valencianismo. Y es consciente de
que el recuerdo de aquella herencia prácticamente ha desaparecido
en sus días, tras la abolición y una concienzuda labor de eliminación
de los restos por parte del Estado. Glosa los tumbos que va dan-
do éste, con tres constituciones rotas a sus espaldas, y se propone
mostrar las viejas libertades, por si en algo aprovechan, dentro del
respeto a la unidad de la patria:

“Antes que Valencia, pues, acabe de perder los miserables restos de su pa-
sada grandeza, antes de que veamos absorvidos hasta los pergaminos de
nuestros archivos, puestos a merced del Estado; antes que desaparezca la
generación que conserva todavía algún recuerdo de la pasada libertad, de
amor patrio y de doradas ilusiones en el porvenir; y antes en fin de que
se nos obligue a callar para siempre al pie de las glorias destrozadas de
nuestros abuelos, me apresuro a levantar de su sepulcro gótico la olvidada
magestad de nuestra antigua dignidad foral18”.

En julio de 1873, la proclamación del Cantón de Valencia dio el


poder a la burguesía moderada de la capital, que trató de asumir
un programa político basado en el orden público y la libertad; en
él se incluía alguna reivindicación de corte regionalista. Pero ni la
coyuntura era propicia, ni el momento adecuado. Por un lado, la
potestad de las regiones para conservar su Derecho civil aún no
estaba madura; de hecho, el proyecto de constitución federal de
1873, en principio más proclive a solventar el conflicto, reservaba

18. Boix respondió a los periódicos que, desde Madrid, despreciaban su obra por con-
siderarlo traidor a la patria: “…no podemos menos de recordar con sentimiento el con-
cepto que han merecido estos estudios forales a algún periódico de Madrid. Aquellos
escritores ven en estas obras un empeño en resucitar aislada la vieja monarquía de Ara-
gón. Se equivocan: deseamos la unidad de todos los pueblos; porque esa es la tendencia
que se observa en el siglo actual. Lo que deseamos es sustituir a tantas constituciones,
traducidas de lenguas estrangeras, un régimen análogo a los antiguos fueros de Aragón
o de Navarra”.

182 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

a la Federación –al Estado– los “Códigos generales”. Por otro, la


bandera de los fueros era esgrimida por los carlistas. Durante la
tercera de estas guerras, crearon un “Gobierno valenciano” (Olcina,
1976, p. 85 ss.). En julio de 1872, en una alocución desde la fron-
tera española, el pretendiente Carlos VII devolvía los fueros a los
reinos de Aragón y Valencia. La reintegración foral era una fórmula
que les había dado buenos resultados en otros lugares; sin embar-
go, en Valencia la propaganda debió basarse en motivos sociales
y religiosos, pues no quedaba memoria de aquellas leyes casi dos
siglos después de la abolición y no era un instrumento eficiente de
agitación19. Para los liberales y los republicanos, recurrir a los mis-
mos argumentos que los carlistas era inviable. Además, el retorno
a la antigua estructura política anterior a 1707 ya no era posible:
no habría un nuevo virrey, ni gobernadores o bailes generales. Pero
sí quedaba latente un deseo de autogobierno que se manifestará
más adelante.
La tarea era grande. En la primera mitad del XIX se había producido En la primera mitad del
un declive patente de la conciencia nacional, un olvido progresivo
XIX se había producido
del Derecho foral y sus instituciones. Ese declive se debió a múltiples
causas: la división provincial había cuarteado la intangibilidad del
un declive patente de
territorio valenciano y promovido los primeros particularismos de la conciencia nacional,
carácter local, que crecerían con el tiempo; la incorporación al reino un olvido progresivo
de extensas comarcas de habla y tradición castellanas fomentó la del Derecho foral y sus
alienación y la progresiva pérdida de la lengua propia, el valenciano;
instituciones.
el centralismo, con sus leyes uniformizadoras y proyectos estatales,
amenazará hasta la integridad de los archivos históricos territoria-
les. Cuando llegue la Renaixença, en la segunda mitad del XIX, sólo
quedará “una incierta y oscura memoria” (Alcaraz, 1993, p. 7). Ello
explica que, cuando Álvarez Bugallal, ministro de Justicia en 1880,
mediante Real Decreto de 2 de febrero, agregó a la sección civil de
la Comisión General de Codificación un letrado en representación
de cada una de las regiones con Derecho civil –foral– propio, no
incluyese entre ellos a ninguno que representase al derecho valen-
ciano. Para los juristas de entonces, era evidente que este derecho
estaba reducido a un conjunto de costumbres locales con escasa
trascendencia en el mundo del foro y la práctica profesional.
La Renaixença valenciana, como la catalana, comenzó teniendo una
vertiente exclusivamente literaria y cultural. Es bien conocido, ade-
más, el carácter débil y fragmentario que el movimiento tuvo en
nuestras tierras. Desde muy pronto, se dividió en dos grupos: el
conservador, con Teodoro Llorente a la cabeza, limitado a la poesía,

19. Como señala Evarist Olcina, “…als possibles voluntaris del País allò dels furs els so-
nava com a música celestial, ni sabien el que volia dir aqueixa paraula ni, molt menys
encara, els importava que hom els tornés aquelles llibertats, entre altres coses perquè a
ningú no se li havia ocorregut d’informar-los que n’estaven mancats. Ni un sol valencià
no va agafar les armes per restablir el finit règim foral o per conquistar una autonomia
que ningú no pretenia” (1976, p. 82).

2008 | nº 51 183
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

las antiguas tradiciones –el folclore– la literatura del Segle d’Or,


etc.; y el más progresista, liderado por Constantí Llombart, que no
desdeñaba de partida dar el salto desde la cultura a postulados po-
líticos. Sin embargo, fue el primero el que tuvo mayores desarrollo
y trayectoria, de modo que acabó imponiéndose al segundo. Por
Los sectores más activos ello, los sectores más activos del primer valencianismo quedaron
encerrados entre el centralismo de corte españolista y el regiona-
del primer valencianismo
lismo cultural de cortas miras. Con todo, entre algunos de sus re-
quedaron encerrados entre presentantes encontramos nuevas alusiones al Derecho foral; así,
el centralismo de corte Lluís Tramoyeres recordaba, en 1879, que el moviment llemosí, –el
españolista y el regionalismo cultivo de las letras– “abraça totes les manifestacions de la vida;
cultural de cortas miras. des de la llengua a l’art, i des del dret a les costums” e incluía
expresamente la necesidad de renovar “l’estudi del dret foral”. Dos
años después, Constantí Llombart pedía que el pueblo valencia-
no “deprenga de hui en avant a estimar ses coses, començant per
estudiar sa nativa llengua, sa lliteratura i sa història, ses lleis, ses
costums i tradicions”.
Pero todo renacimiento cultural, si no quiere convertirse en un
anacronismo, acaba afectando al marco político –y, por tanto, al
jurídico– y más si las circunstancias generales del país cambian.
El desastre de 1898 supuso una conmoción global y acarreó el
descrédito de las viejas clases dirigentes y sus partidos dinásticos,
junto con una mayor apertura y liberalización del sistema político
español, sobre todo en las ciudades. Los movimientos culturales
regionales se transformaron en partidos políticos de corte nacio-
En el caso valenciano, nalista (Lliga Catalana, PNV…). En el caso valenciano, la evolución
la evolución del campo del campo meramente cultural a la política se produce a princi-
meramente cultural a pios del XX, y viene motivada tanto por la crisis estructural espa-
ñola, que antes apuntaba, como por un cierto mimetismo con la
la política se produce a vecina –en tantos aspectos– Cataluña. Puede situarse el punto de
principios del XX, y viene partida en el “Projecte de Constitució per a l’Estat Valencià”, ela-
motivada tanto por la crisis borado por el Partit Republicà Federal en una asamblea celebrada
estructural española, que a Alacant en 1904; siguiendo en cierto modo lo establecido en las
antes apuntaba, como por Bases de Manresa para Cataluña, en su art. 49.9º ya se establece
que la legislación civil será una de las facultades correspondien-
un cierto mimetismo con tes a los poderes públicos de la región valenciana, constituida en
la vecina Cataluña. Estado federal (Els Avantprojectes, 1992, p. 27). Es la primera vez
en un siglo en que vuelve a reclamarse esta competencia. Por su
parte, la sociedad “València Nova”, crítica con la línea folclórica
y literaria que representaba “Lo Rat Penat”, convocó en 1907 una
Asamblea Regionalista para conmemorar el segundo centenario
de la abolición de los fueros. Las conclusiones de la Asamblea se
dividieron en cuatro apartados o secciones. La cuarta era la de
“Derecho”, y en ella se especificaba la existencia de unas normas
jurídicas consuetudinarias, al margen o contrarias al Derecho co-
mún. La Asamblea reclamó el reconocimiento de la costumbre, así

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Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

como el uso del valenciano en los documentos judiciales y nota-


riales, y por parte de los funcionarios públicos20 (Cucó & Blasco,
1992, p. 92).
El resultado de este resurgir fue doble. Por un lado, la ampliación
geográfica del valencianismo; en 1909 se fundaba en Castelló una
Joventut Nacionalista y, en 1913, la sociedad “Nostra Terra” bajo
el lema “Dret i Pàtria”. Por otro, la acuñación de un cierto fervor La acuñación de un cierto
neorromántico foral, una idealización del carácter liberal y demo- fervor neorromántico foral,
crático de los Fueros abolidos en 1707, que lleva a reivindicar, más
que las propias normas derogadas, la capacidad de autogobierno
una idealización del carácter
que proporcionaban. Este cliché, un tanto estereotipado, se exten- liberal y democrático de los
dió entre diversos sectores de la población valenciana de principios Fueros abolidos en 1707,
del siglo XX, y aún sigue existiendo en nuestros días. En aquel mo- lleva a reivindicar, más
mento ya fue objeto de una crítica mordaz –a veces grotesca y rezu- que las propias normas
mante de anticatalanismo– por parte del blasquismo, representado
por Félix Azzati y el diario “El Pueblo”21.
derogadas, la capacidad
El surgimiento de la Mancomunitat de Catalunya en 1914 fue un de autogobierno que
acicate en los deseos autonomistas de otras regiones, incluida la proporcionaban.
valenciana (Cucó, 1999, pp. 108 ss.). Ese mismo año, la Joventut
Valencianista, en un acto de afirmación regional, al reclamar una
autonomía tan amplia como fuese posible conseguir, exigió que
ésta pudiera cuidar “de sa legislació civil”. En su semanario “Pàtria
Nova” afirmaban, en 1915: “Volem el restabliment del dret foral
valencià, amb les modificacions que aconselle el temps actual”. En
noviembre de 1918, una vez superada la crisis del año anterior,
Unió Valencianista y la Joventut Valencianista suscriben una De-
claració en la que se señala al Derecho como un elemento esencial
de la nueva entidad regional que se quiere constituir. Ignasi Vi-
llalonga, una de las personalidades más destacadas en esta línea,
exigía por entonces “…una Asamblea, soberana en sus asuntos, y
con un poder Ejecutivo responsable ante ella, debiendo el Estado

20. Las conclusiones eran las siguientes: “1) Que no se pot negar l’existència d’un Dret
consuetudinari valencià que viu unes vegades fora i altres en contra de la legislació comú
i positiva actual. 2) Que deu reconéixer-se eixe Dret com llegislació local valenciana
d’aplicació en nostre regne. 3) Que per a això el mig a les hores més pràctic és el de
reconéixer la costum general i local com font positiva de Dret, sense més limitació que la
proscripció d’aquelles que atenten contra lo esencial i immutable de la naturalea humana,
a la llei natural i a les bones costums. 4) Que en sa conseqüència, haurà de demandar la
reforma en aquest sentit de l’art. 5 del Còdic Civil i concordants, fent ús per a això del mig
que establix la disposició addicional 3ª de l’esmentat cos legal”.

21. Véase por ejemplo el artículo de V. Ballester en “El Pueblo” de 18 de junio de 1907,
titulado “El Dr. Faustino, Minio y Gasparo o les naus de Barcelona y la flauta solidaria”: “Es
disparatar hasta la quinta esencia o tener una mala fe extraordinaria, la pretensión de hacer
creer a la multitud que los fueros de Valencia eran una cosa superabundante, modelo de
libertad y de buen gobierno. Llamar fueros a cuatro concesiones que otorgaron los monarcas
aragoneses para vivir en paz con los levantiscos valencianos es una bobería que raya en la
necedad. ¡Los Fueros! Da risa ver cómo se llenan la boca estos superregionalistas hablando
de los fueros y despotricando contra Felipe V por haber anulado aquellas concesiones con un
ligero puntapié (…) Estamos todos en el secreto: ni historia, ni literatura, ni lengua, ni nada”.

2008 | nº 51 185
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

español reintegrarle aquellas funciones propias del organismo re-


gional…” (Cucó & Blasco, 1992, p. 139). Esta Declaració tendría su
plasmación no en un texto articulado, sino en unas bases progra-
máticas elaboradas por el Ayuntamiento y la Diputación provincial
de Valencia, en 1919, con el fin de constituir una Mancomunitat
Valenciana semejante a la que ya se había constituido en Cataluña
(Aguiló, 1992, pp. 39 ss.). En ninguno de ambos textos se contem-
pla la asunción de la competencia en materia de Derecho civil, ya
que ambos pretendían una mera descentralización administrativa;
la Constitución no permitía ir más lejos al no contemplar que las
mancomunidades pudiesen legislar. Todavía en 1924 encontra-
mos un “Anteproyecto de Estatuto de Mancomunidad Valencia-
na”, propuesto por la nueva Diputación de Valencia designada por
el directorio militar, y de corte similar a los anteriores. Pero este
nuevo intento regionalista no tenía posibilidades de prosperar en
el contexto de la Dictadura de Primo de Rivera, que reprimió cual-
quier clase de movimiento o iniciativa vinculados a una eventual
descentralización del Estado.
Como balance de estos años, puede apuntarse que se trata de un pe-
ríodo en que el valencianismo se extiende, pero sin llegar a alcanzar
el carácter de movimiento de masas que caracteriza a otros movi-
mientos paralelos, como el vasco o el catalán. No llega a trascender,
a ir más allá de su carácter cultista y hasta nostálgico, aunque el es-
fuerzo de conceptualización es importante, muy visible. Ese aspecto
culto le impide llegar a las masas –al movimiento obrero aunque éste
tampoco se muestra permeable en otras regiones– y también crear
conciencia de valencianismo en capas más amplias de población; la
burguesía, por ejemplo, no se muestra muy atraída. Además, aparece
reducido a la ciudad de Valencia y su entorno, junto con algunos
grupos en Castellón. Otro elemento destacable, dentro de ese trabajo
Empieza a forjarse una de depuración de conceptos, es que empieza a forjarse una distin-
distinción clara entre la ción clara entre la reclamación de una cierta capacidad de autogo-
bierno ante el Estado central, y la petición de una reintegración foral,
reclamación de una cierta
que ya aparece reducida al Derecho civil. En un primer momento,
capacidad de autogobierno ambas solicitudes se hacen de consuno. Ahora, cuando se habla de
ante el Estado central, y la los fueros, o del derecho foral, las distintas fuerzas regionalistas se
petición de una reintegración refieren únicamente al Derecho privado. Y esas dos peticiones van a
foral, que ya aparece tomar caminos separados, aunque en la mente de todos está que la
primera –el autogobierno– acabará incluyendo inexcusablemente la
reducida al Derecho civil.
segunda –la devolución de los fueros o la recuperación de la potes-
tad de legislar en materia de Derecho civil–. Las primeras tentativas
de autonomía se limitan a diseñar una descentralización adminis-
trativa que no incluye de momento el derecho privado. Había que
esperar a una transformación en profundidad del régimen político
para poder avanzar en las dos vertientes, la del autogobierno y la de
la competencia sobre el Derecho civil.

186 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

El Derecho civil
valenciano
L a proclamación de la II República en 1931 abrió nuevas perspec-
tivas y esperanzas. Y sobre ellas acabó de arraigar la idea de una
legislación civil propiamente valenciana, creada por un ente legisla-
dor igualmente propio, que iba calando en algunos de los sectores
políticamente más influyentes. Los actos culturales y de promoción, o
la enseñanza en los círculos valencianistas permitía recuperar del ol-
vido y reforzar posibilidades.22 No puede causar extrañeza, pues, que
el art. 6 del Anteproyecto de Estatuto de la Región Valenciana, de 11
de julio de 1931, y de corte blasquista, previera lo siguiente: “Aun-
que se aplicará en el territorio valenciano el Derecho civil común, la
Asamblea tendrá facultades para regular las modalidades valencianas
del contrato de compra-venta, arrendamiento y toda la materia de
riegos”. Era una proclama modesta y limitada, en un momento en que
la atención estaba centrada en el debate sobre la nueva Constitución;
pero la victoria de las fuerzas de izquierda en las elecciones de 28 de
junio hacía prever que podría atenderse a una reivindicación cada vez
más extendida y compartida.
La Constitución de 1931 dispuso lo siguiente, en cuanto a la materia
que nos ocupa:

“Artículo 15. Corresponde al Estado español la legislación, y podrá corres-


ponder a las regiones autónomas la ejecución, en la medida de su capaci-
dad política, a juicio de las Cortes, sobre las siguientes materias:

1. Legislación penal, social, mercantil y procesal, y en cuanto a la legis-


lación civil, la forma del matrimonio, la ordenación de los registros e hi-
potecas, las bases de las obligaciones contractuales y la regulación de los
Estatutos, personal, real y formal, para coordinar la aplicación y resolver
los conflictos entre las distintas legislaciones civiles de España”.

La generosa redacción constitucional abría las puertas, por fin, a la La generosa redacción
posibilidad de recuperar una competencia amplia sobre el Derecho constitucional abría las
civil, mucho mayor que la prevista en el Anteproyecto de julio. Sólo
quedaba plasmarla en un Estatuto regional; pero la redacción de éste
puertas, por fin, a la
se demoró por muchas causas. Por un lado, estaban las divisiones posibilidad de recuperar una
provinciales, es decir, los recelos de Alacant y Castelló hacia el proyec- competencia amplia sobre el
to impulsado y liderado por València. Por otro, las lógicas disensiones Derecho civil.
partidistas: en este caso, fue el blasquismo –el PURA– el que trató de

22. Por esas fechas, Juan Beneyto, profesor de Historia del Derecho en la Universidad,
daba clases de Derecho Valenciano en la sede de Acción Cultural Valenciana y publicaba
algunos opúsculos sobre los fueros y su doctrina jurídica, y sobre ciertas instituciones
forales relacionadas con la agricultura.

2008 | nº 51 187
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

En estos años, la izquierda encauzar las tareas del Estatut a través de las instituciones públicas,
política valenciana se que dominaba por su triunfo electoral en 1931; frente a él surgen
fuerzas progresistas y abiertamente nacionalistas, más proclives a
significará por su apoyo a la redacción de un texto ambicioso, equiparable con el de regiones
las reivindicaciones de tipo que llevaban más avanzados los trabajos. En estos años, la izquierda
nacionalista o regionalista, política valenciana se significará por su apoyo a las reivindicacio-
sobrepasando a las fuerzas nes de tipo nacionalista o regionalista, sobrepasando a las fuerzas
moderadas y conservadoras, moderadas y conservadoras, que hasta entonces habían tenido un
protagonismo indudable. La derecha emergente, es decir, la DRV,
que hasta entonces habían apenas entró en el debate y mostró unas tendencias regionalistas
tenido un protagonismo muy tímidas; sus prioridades y problemas eran otros. Los avatares
indudable. políticos de la propia República afectaron también a la redacción
del Estatut. A los avances del primer bienio siguió un parón durante
el período 1933-1935. Pero la victoria del Frente Popular, en febrero
del 36, y los avances experimentados en la tramitación de los Es-
tatutos vasco y gallego motivaron el surgimiento de una Comisión
estatutaria conjunta, integrada por los frentes populares de las tres
provincias. La primera reunión se fijó para finales de julio de 1936 en
Valencia, pero la rebelión militar y el inicio de la Guerra Civil obliga-
ron a suspenderla.
El estallido de la guerra no supuso una interrupción de los trabajos,
sino que, a causa de la nueva situación, las fuerzas políticas más
importantes, encuadradas en el bando republicano en Valencia, ela-
boraron sus propias propuestas de Estatutos, con el fin de presentar
unas bases que sirviesen para un proyecto definitivo. Pues bien, to-
Todas las propuestas das las propuestas incluían una regulación concreta y definida de la
incluían una regulación potestad de legislar en materia civil. Veámoslas:
concreta y definida de la • a) “Proyecto de Bases para el Estatuto del País Valencià”, pre-
potestad de legislar en sentado por la C.N.T. de Valencia (23 de diciembre de 1936)
materia civil. “Base 9ª.- Derecho privado y justicia: A) Corresponderá al País
Valenciano la potestad de legislar en materia civil, quedando
reservada al Estado la ordenación de las reglas destinadas a re-
solver las colisiones entre las diversas legislaciones civiles del
territorio español.”
• b) “Avantprojecte d’Estatut de la Regió Valenciana”, publicado
por Esquerra Valenciana (20 de febrero de 1937)23
“Títol II. Contingut i extensió de l’Autonomia.
Art. 5. Pertany a la competència de la Regió Valenciana, d’acord
amb els articles 16 i 17 de la Constitució de la República, la le-
gislació exclusiva i l’execució en les matèries següents: (…) b) 1.ª

23. Esquerra Valenciana, una escisión nacionalista del blasquismo, se había converti-
do en un partido de referencia tras sus avances electorales en febrero de 1936. Sus
concejales en Valencia impulsaron una nueva comisión para el Estatuto que contó con
adhesiones de Castelló y Alacant, dentro de un clima general de apoyo al autonomismo.
El proyecto se basa en el texto del Estatuto vasco, que copia literalmente en ocasiones,
aunque también se sirvió del Estatut de Cataluña, sin dejar de introducir modificaciones
y matices de cierto relieve.

188 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

Legislació civil en general, incloent les matèries regulades actual-


ment pel dret foral escrit o consuetudinari i el registre civil. Tot
açò amb les limitacions establertes en el número 1 de l’article 15
de la Constitució”. (…)
• c) “Proyecto de Estatuto de Autonomía para el País Valenciano”,
presentado por Unión Republicana (5 de marzo de 1937)24
“Título IV. Competencias del País Valenciano.
Art. 14. Corresponde al País Valenciano la legislación comple-
mentaria y la ejecución directa con arreglo a las bases mínimas
establecidas por las leyes de la República, con la inspección del
Estado en su caso, de las siguientes competencias: (…) c) Propie-
dad regional(...) d) Ordenación del Derecho civil en las materias
no reservadas al Estado en su artículo 12 de la Constitución. e)
Obligaciones contractuales.”
Como se ve, todos los proyectos prevén la potestad de legislar en
materia civil, con los límites –en algún caso, ni eso– establecidos en
el art. 15 de la Constitución. Y proceden de fuerzas políticas que van
desde el centroizquierda moderado al anarquismo, pasando por el
nacionalismo, también moderado, de Esquerra Valenciana. A las al- A las alturas de la II
turas de la II República, ésta ya era una pretensión asumida por sec- República, ésta ya era una
tores significativos de la población, y también por una parte de sus
pretensión asumida por
autoridades. Y ninguno de los proyectos menciona los viejos fueros
como materia prima de la nueva legislación que habría de surgir de la
sectores significativos de la
competencia, por mucho que sean una de las bases de la pretensión. población, y también por
La victoria de las tropas franquistas en la Guerra Civil produjo un una parte de sus autoridades.
nuevo silencio, impuesto por la fuerza de las armas y de la represión.
El regionalismo hubo de retirarse, como en otras ocasiones, al ám-
bito de las tertulias privadas, al del folclore –fiestas y jocs florals– y,
sobre todo, al de la literatura, a las editoriales y a los libros. Incluso,
los primeros años tras la guerra conocieron intentos y propuestas de
unificar el Derecho civil de España para ajustarlo al nuevo canon de la
patria única; si uno era el país, una debía ser su legislación civil. Con
todo, la tentativa fracasó y los derechos particulares se consolidaron
mediante la redacción y promulgación de sus respectivas compilacio-
nes. Mientras, a partir de la década de los sesenta, en el País Valencia-
no resurge la cuestión nacional, ahora como un movimiento ligado a
las fuerzas de izquierda y a grupos universitarios; también el carlismo
residual continuaba reclamando en sus publicaciones fueros y auto-
nomía. La historiografía comenzó a generar publicaciones y trabajos
valiosos sobre la Valencia foral y sus bases jurídicas, así como sobre
la Nueva Planta.

24. El texto se encuentra a medio camino entre los dos anteriores. Publicado en el diario
El Pueblo el 5 de marzo de 1937, posibilitó que el 27 se reuniesen representantes de las
tres provincias para discutir si se optaba por un régimen de mancomunidad o de estatuto,
decidiéndose esto último. Pero los proyectos autonomistas se aplazaron ante la difícil si-
tuación militar y los cambios políticos –el gobierno de Negrín, que exigió la concentración
del poder para ganar la guerra-.

2008 | nº 51 189
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

La muerte del general, en La muerte del general, en cierto modo, retrotrajo las reivindicaciones
del valencianismo a la situación en que se hallaban durante la Repú-
cierto modo, retrotrajo
blica, como si el largo paréntesis del franquismo sólo hubiese servido
las reivindicaciones del para detenerlas durante un tiempo. La cuestión nacional era uno de
valencianismo a la situación los grandes retos que debía afrontar el país, y a nadie se le escapaba
en que se hallaban durante que democracia y autogobierno regional formaban un tándem in-
la República, como si el largo disoluble. Incluso las autoridades políticas que habían detentado el
poder durante la dictadura –los procuradores en Cortes– percibieron
paréntesis del franquismo
la tendencia y llegaron a pedir en junio de 1976 al gobierno de la na-
sólo hubiese servido para ción “la autonomía económica, administrativa y cultural de la Región
detenerlas durante un tiempo. valenciana” (Sanz & Felip, 2006, pp. 169-173). Pero fueron las fuerzas
de izquierda y nacionalistas, a través de la Taula de Forces Polítiques
En este hervor autonomista i Sindicals del País Valencià, las que asumieron mayor protagonismo.
por una y otra parte, la idea En este hervor autonomista, por una y otra parte, la idea de reclamar
la competencia para legislar en materia de Derecho civil fue recu-
de reclamar la competencia
perada. Los primeros anteproyectos de Estatuto de Autonomía ya
para legislar en materia de preveían su incorporación. Así, el llamado “Estatut d’Elx”, finalizado
Derecho civil fue recuperada. en octubre de 1975 (art. 15): “Només la Generalitat promulga Lleis
i qualsevol disposicions de rang inferior per a regular en territori
valencià tot allò referent a: (…) 3. Dret civil i Registre de l’estat civil”.
En febrero de 1976, otro anteproyecto, el “Estatut del Consell”, man-
tenía la misma competencia exclusiva en su art. 22.3, que remataba
con el contenido del 23: “El País Valencià es dicta el seu propi Dret
Civil sense renunciar a unificar-lo amb el del Principat de Catalunya
i el de les Illes Balears”. Estas primeras redacciones se fueron aco-
tando con posterioridad. Así, el denominado “Estatut de Morella”,
un anteproyecto presentado a principios de 1979 en respuesta a la
convocatoria de anteproyectos hecha por el Plenari de Parlamenta-
ris en noviembre del año anterior, recoge en su Título II, art. 7 (“De
las competencias del País Valenciano”) lo siguiente: “Corresponde al
País Valenciano la legislación exclusiva, la potestad reglamentaria y
la ejecución en las siguientes materias: (…) 3ª. Derecho civil propio,
en los términos previstos por el art. 149.1.8ª de la Constitución. 4ª.
Legislación procesal derivada del Derecho propio del País Valenciano.
Tribunales tradicionales y consuetudinarios”. El resto de propuestas
recoge, con unas fórmulas u otras, la atribución de la competencia
a la Generalitat. La unanimidad que se observa entre las propuestas
hechas por los partidos extraparlamentarios no se mantiene cuando
leemos las que hicieron los que sí tenían representación en el Plenari
de Parlamentaris. Así, los textos del PSOE y del PCPV presentan la
redacción que llegará hasta el texto aprobado, mientras que en el
caso de UCD y AP, cuyas redacciones en el ámbito competencial son
casi idénticas, la potestad ha desaparecido del título correspondien-
te, aunque se haga una referencia al Derecho valenciano en el orden
civil a la hora de determinar la competencia de los órganos jurisdic-
cionales de la Comunidad Autónoma (Els Avantprojectes, 1992, pp.

190 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

253 ss.). Esta divergencia muestra que, en la Transición, fueron los En la transición, fueron los
partidos de izquierda –y los grupos nacionalistas que se incluyeron
partidos de izquierda los que
en ellos– los que rescataron y sostuvieron la capacidad legisladora
de la Generalitat25.
rescataron y sostuvieron la
En cualquier caso, esta discrepancia técnica entre los principales par- capacidad legisladora de la
tidos, la involución autonomista perceptible en esos mismos partidos Generalitat.
–sobre todo, a raíz del frustrado golpe de Estado del 23-F de 1981– la
decisión de reconducir el proceso estatutario por la vía del art. 143
de la Constitución y la exacerbación en aquellos años de la llamada
“batalla de Valencia” en torno a los principales signos de identidad
de los valencianos son algunos de los elementos que influyeron en
el enunciado final del artículo 31.2, corto y equívoco, susceptible de
diversas interpretaciones: “La Generalidad Valenciana tiene compe-
tencia exclusiva sobre las siguientes materias: (…) 2. Conservación,
modificación y desarrollo del Derecho civil valenciano”26. Tampoco
debe olvidarse la redacción del art. 149.1-8ª de la Constitución de
1978, cicatera y discriminatoria27 si la comparamos con el art. 15 de la
Republicana de 1931. El resultado fue una competencia prácticamen- El resultado fue una
te vacía de contenido: en 15 años, apenas una ley promulgada, la de competencia prácticamente
Arrendamientos Históricos que, por añadidura, acabó recurrida en el
Tribunal Constitucional. Pero, como apuntaba el senador Josep Bevià
vacía de contenido: en
el día de la aprobación definitiva del texto en el Senado 15 años, apenas una
ley promulgada, la de
“…somos plenamente conscientes de que este Estatuto no es una meta, Arrendamientos Históricos
sino un punto de partida; que no es un elemento sacralizable, sino un
proyecto de futuro, un instrumento de integración (…) de las tres provin-
cias valencianas (…) un texto que nos reivindica de casi trescientos años
de infancia oficial tutelada, y nos enlaza de nuevo con nuestra historia.
Con este Estatuto, los valencianos podemos intentar recobrar nuestra

25. No puedo entrar aquí en los detalles del proceso de elaboración y la tramitación par-
lamentaria del Estatut de 1982 –ya hay un volumen sobre ello–. Pero sí apuntar un hecho
revelador: el único grupo parlamentario que propuso suprimir el art. 31.2 a su paso por el
Congreso fue el de Coalición Democrática, el partido que tras las elecciones de 1982, se
convertiría en Alianza Popular.

26. No deja de llamar la atención que la redacción propuesta por el grupo Minoría Catalana,
en su enmienda a la totalidad, mejoraba la del Estatut, al conceder al País Valenciano la le-
gislación exclusiva, la potestad reglamentaria y la ejecución sobre el “Derecho civil propio”.

27. José Antonio Noguera de Roig trató de introducir en el Senado una enmienda a la D.T. 2ª
de la Constitución, por la que equiparaba en competencias autonómicas a aquellos territorios
“que en el pasado hubiesen plebiscitado afirmativamente proyectos de Estatutos de Autono-
mía [con aquéllos que, como en el caso del País Valenciano] hubieren gozado de estatutos fo-
rales de autogobierno y de un derecho propio, y ambos les hubiesen derogado unilateralmente
en su integridad, y cuenten al tiempo de promulgarse esta Constitución con regímenes provi-
sionales de autonomía”. Noguera entendía que Valencia, junto a otros territorios, “gozaron de
un régimen de gobierno autonómico, que alcanzaba, por lo menos en alguno de ellos, la forma
estatal, y que fue abolido contra la voluntad de sus habitantes por «Derecho de conquista».
Dudoso derecho que supuso, incluso, la destrucción del Derecho privado valenciano, caso úni-
co, atropello único en la historia de nuestro país” (la cursiva es mía)

2008 | nº 51 191
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

identidad arrebatada “manu militari” en más de una ocasión y volver a


reconstituirnos con lo que nos hizo grandes y fuertes en otro tiempo”.

La parálisis comenzó a La parálisis comenzó a superarse a partir de la aparición del “Ma-


nifest pel Dret Civil Valencià”, en abril de 1992, promovido por el
superarse a partir de la
Col.legi d’Advocats de Sueca, en que se demandaba un esfuerzo
aparición del “Manifest pel para usar y desarrollar la competencia. En abril de 1997, ya con un
Dret Civil Valencià”, en abril gobierno del Partido Popular, la Dirección General de Justicia de la
de 1992. Generalitat Valenciana convocó a los colectivos sociales interesados
en el desarrollo del Derecho civil propio, creando al efecto una Co-
misión Interdepartamental que impulsó diversos estudios y actua-
ciones concretas. Su trabajo culminó con la creación, en septiembre
de 2002, del Observatorio de Derecho Civil Valenciano, y el estable-
cimiento, por decreto del Consell de 16 de junio de 2004, de una
Comisión de Codificación Civil Valenciana. También la academia –las
El resultado de todo ello fue universidades y otros centros– ha hecho su trabajo.28 El resultado de
la reforma del Estatuto de todo ello fue la reforma del Estatuto de Autonomía que tuvo lugar
Autonomía que tuvo lugar en 2006: una de las mayores apuestas del Gobierno Valenciano en
el ámbito competencial29, pues a la redacción del art. 49.2 del nuevo
en 2006: una de las mayores texto, que recogía la anterior, se añadieron el art. 3.4 y la Disposición
apuestas del Gobierno Transitoria Tercera con el fin de determinar con claridad cuál era la
Valenciano en el ámbito intención del Consell y de las Cortes Valencianas en relación con la
competencial. potestad legislativa atribuida a la Generalitat Valenciana en dicho
art. 49.2: “La competencia exclusiva sobre el Derecho civil foral va-
lenciano se ejercerá, por la Generalitat, en los términos establecidos
por este Estatuto, a partir de la normativa foral del histórico Reino
de Valencia, que se recupera y actualiza, al amparo de la Constitu-
ción Española”. El Derecho foral daba pie al Derecho civil valenciano
tres siglos después. Sólo un año más tarde, la Ley 10/2007, de 20 de
marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano constituía el
primer hito en la plena recuperación de la competencia. Pero esto ya
no es historia, sino un presente conflictivo y variable que escapa al
propósito del trabajo.

28. Entre 1993 y 1996, en el área de Historia del Derecho de la Universitat de València
se leyeron tres tesis doctorales sobre el Derecho civil foral en materia de Derecho de
sucesiones (Pascual Marzal), propiedad de la tierra (Manuel Febrer) y régimen económico
del matrimonio (Dolores Guillot). Las tres fueron editadas y constituyen un corpus histo-
riográfico caudal para conocer nuestro antiguo derecho. En 1996 publicó Arcadi Garcia
(Universitat Jaume I) sus Institucions del dret civil valencià, otra obra básica. También los
departamentos de Derecho civil de Valencia y Castellón han investigado sobre aspectos
muy variados, desde las pervivencias forales al título competencial de la Generalitat. No
sé si son éstos los trabajos a que se refiere Martínez Sospedra cuando critica en 2001 que
no se haya recopilado el Derecho civil valenciano (Martínez, 2001, p. 36); desde luego, no
se han “pagado explendidamente” (sic).

29. Cabe subrayar que en 17 de las comparecencias que celebró la Comisión parlamen-
taria encargada de la reforma estatutaria se reclamó el reforzamiento de la competencia
en materia de legislación civil.

192 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

Consideraciones
finales
C oncluido este recorrido histórico, algunas circunstancias pueden
resaltarse entre un panorama de tres siglos:
• Existe una larga tradición histórica en cuanto a la reivindica-
Existe una larga tradición
histórica en cuanto a
ción de la recuperación, por parte del pueblo valenciano, de la la reivindicación de la
potestad de legislar en materia de Derecho civil, con los límites recuperación, por parte
establecidos en la legislación general del Estado. En ese sentido, del pueblo valenciano, de
y exceptuando algunos períodos concretos del siglo XIX, jamás se
la potestad de legislar en
ha perdido el recuerdo de la potestad que durante cerca de cinco
siglos disfrutó el antiguo Reino de Valencia, junto con otros terri- materia de Derecho civil.
torios de la Corona de Aragón y del resto de la nación española.
• Esa reivindicación se ha hecho patente siempre que el país ha Esa reivindicación se ha
experimentado un proceso de cambios y, de forma especial, en hecho patente siempre que
los momentos históricos en los que ha sido apreciable una libe- el país ha experimentado
ralización y democratización de las estructuras de gobierno. Así,
la encontramos en el acceso al trono de Carlos III, en vísperas de
un proceso de cambios y,
las grandes reformas de la Ilustración española; durante la guerra de forma especial, en los
de la Independencia, en torno a la Constitución de 1812; durante momentos históricos en
el Bienio Progresista; en 1873, con un proyecto de Constitución los que ha sido apreciable
federal a la vista y en la proclamación del cantón de Valencia; a una liberalización y
partir de 1900, tras la crisis de Cuba, y cada vez con más intensi-
dad. Los límites políticos, legales e históricos también juegan su
democratización de las
papel: si entre 1907 y 1914 no se progresó en la idea en mayor estructuras de gobierno.
medida, fue porque aún no se sabía cómo “reconstituir la región
valenciana”; la idea de autonomía estaba presente, pero la de una
asamblea legislativa –un Parlament– sería mucho más tardía; re-
cuérdese que la Asamblea General de la Mancomunidad de Ca-
taluña de 1914 no tenía potestad legislativa, y cuando Cambó la
reclamó en 1919, las Cortes españolas lo rechazaron. Por fin, a lo
largo de la II República, la reclamación aparece de forma nítida
y definida con sus rasgos presentes. El Estatuto de Autonomía
actual, por tanto, culmina un largo proceso de siglos, dando res-
puesta a un anhelo concreto del pueblo valenciano.
• Dicho anhelo no responde a un capricho o a una ocurrencia co-
Dicho anhelo no responde
yuntural. Por el contrario, lo que pretende es corregir una anomalía
histórica y un absurdo legal. La anomalía histórica es bien cono-
a un capricho o a una
cida: de todos los territorios históricos de la antigua Corona de ocurrencia coyuntural. Por
Aragón, solo el Reino de Valencia perdió por completo su Derecho. el contrario, lo que pretende
No hay aún una explicación satisfactoria para este castigo sin pa- es corregir una anomalía
rangón, derivado seguramente de la intransigencia de los ministros
histórica y un absurdo legal.
y funcionarios castellanos en Valencia y Madrid. El absurdo legal se
produce cuando se considera que, de todos los territorios históri-
cos de España, la Comunitat Valenciana es el único sometido a un

2008 | nº 51 193
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

De todos los territorios Derecho civil que no es el suyo propio. Cataluña, Aragón, Mallorca,
históricos de España, la Navarra o las provincias vascas mantienen sus leyes antiguas, y las
han desarrollado extensamente. Por otro lado, el resto de reinos
Comunitat Valenciana es y provincias –Andalucía, Extremadura, Murcia, León, Asturias–
el único sometido a un se rigen por su Derecho histórico, que es el de Castilla. El caso
Derecho civil que no es el de Galicia es extraordinario: habiendo aplicado durante siglos el
suyo propio. Derecho castellano, acaba de promulgar una ley de más de 300
artículos con su Derecho civil propio. El antiguo Reino de Valencia,
sin embargo, se vio forzado a sustituir su Derecho propio por otro
ajeno, de forma violenta, sin planificación previa alguna y en ape-
nas unos meses. Aquella tropelía histórica dejó honda huella en el
pueblo valenciano, y ésa es la razón por la que, periódicamente,
surge la solicitud de la restitución, y cada vez con más fuerza.
El Estatuto trata de zanjar un Dicho de otro modo: el Estatuto trata –tanto en su redacción de
antiguo agravio que acabó 1982 como en la de 2006– de zanjar un antiguo agravio30 que
acabó creando una disimetría patente. En un número anterior de
creando una disimetría
esta misma revista, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón soste-
patente. nía que “el mapa constitucional de España sigue diferenciando la
España uniforme de raíz castellana, salvo Galicia, la España foral
de Euskal Herria y la España incorporada de la antigua Corona de
Aragón” (Herrero de Miñón, 2003, p. 115). Nadie duda de la per-
tenencia de la Comunitat Valenciana a este último núcleo; pues
bien, dentro de él, el único territorio que estaría privado de legislar
en materia civil sería la Comunitat. Es esa brecha la que se trata de
cerrar; y argumentos históricos para ello los hay.
• A menudo se ha insistido en la debilidad de las reivindica-
ciones valencianas ante el Estado como causa del fracaso iden-
titario y autonomista. Dicha debilidad existe, y sus causas son
muy variadas; han sido analizadas y expuestas a menudo. Pero
no suele recordarse el carácter uniformista y centralizador de
la España del XIX y el XX, empeñada constantemente en repri-
mir, a menudo con la violencia, cualquier amago de reivindica-
ción territorial. Ya los diputados de Cádiz se mostraron hostiles
con las reclamaciones particulares hechas desde algún escaño.
Las elites políticas del Como señaló Borja de Riquer, las elites políticas del XIX confun-
dieron la nacionalización –la creación de una nueva nación– con
XIX confundieron la
la centralización y la uniformización. Si tenemos en cuenta que
nacionalización –la creación éstas se llevaron a cabo siguiendo el patrón habitual castellano,
de una nueva nación– la lengua de la Administración y de la educación, las leyes, la
con la centralización y la división del territorio, la historia, la cultura, etc., todo tiene el
uniformización. marchamo de Castilla, podemos entender el hastío de una par-
te del país ante la imposición de un modelo que no es sentido

30. En ello sigue la estela de otras regiones: cabe recordar, como un ejemplo entre va-
rios, la recuperación por Vizcaya y Guipúzcoa de sus antiguas instituciones de Derecho
público en 1977, tras ser suprimidas por un decreto de junio de 1937. También en ese
caso, a la derogación siguió la recuperación.

194 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

como propio. El fracaso de esta noción de España como madras-


tra ha sido descrito recientemente con acierto por José Álvarez
Junco en su libro Mater Dolorosa. La idea de España en el siglo
XIX. En 1902, el doctor Faustí Barberà se hacía eco de esa tarea de
despersonalización cultural y jurídica que llevó a cabo el Estado
en época contemporánea:

“Actualment devem plorar aquella pèrdua [la de 1707], més per los grans
perjuïns carrejats durant cent noranta-cinc anys d’uniformació llegisla-
tiva; com si diguérem de treball destructor de la nostra personalitat va-
lenciana; cent noranta-cinc anys d’actuació permanent de tots los mitjos
irresistibles de què dispon el govern central; des de la imposició violenta,
realitzada sense pietat, hasta el precepte legal i la insinuació directa o
indirecta encaminades a l’acaparament de la pensa valenciana; des de
l’opressió dels cossos fins a l’esclavitud de les intel.ligències… (…)31”.

Barberà murió en 1924, recién estrenada una dictadura, la de Primo de


Rivera, que cercenó de cuajo los trabajos y esfuerzos del valencianismo
político durante los veinte años anteriores. Lo peor, sin embargo, estaba
por venir a partir de 1939: el Cid, el Imperio y su lengua, la Castilla eter-
na en fin… Ante este panorama de adoctrinamiento y represión, es di- Ante este panorama de
fícil pretender que las reivindicaciones valencianas tengan la fortaleza adoctrinamiento y represión,
requerida. La consistencia de las reclamaciones también se sostiene so-
bre la ciencia y la cultura, sobre los trabajos historiográficos y el cultivo
es difícil pretender que las
de la lengua propia. ¿Cuándo han existido las condiciones idóneas para reivindicaciones valencianas
ello? Seguramente, sólo a partir de 1978 –con el breve intervalo de la II tengan la fortaleza
República–. Cuando se expone la debilidad de la Renaixença valencia- requerida.
na, a menudo se olvida el ambiente hostil en que se desenvolvió. Desde
Borrull y Ribelles, ¿quién se había ocupado de los fueros con rigor hasta
la publicación de la Génesis de Roc Chabàs, en 1902? Como más de
una vez se ha apuntado, la tarea de los literatos, historiadores y juristas La tarea de los literatos,
valencianos de la Restauración fue la de arqueólogos que reconstruyen historiadores y juristas
con paciencia un mundo destruido por el despotismo dieciochesco y valencianos de la
el centralismo decimonónico; la recuperación de los restos del nau-
fragio, escasos y fragmentarios, requirió décadas de trabajo paciente.
Restauración fue la
Sobre ese esfuerzo, y gracias a él, otros hemos podido construir con de arqueólogos que
más solidez. Y esa solidez, derivada del conocimiento y la experiencia, reconstruyen con paciencia
se ha transferido a las reivindicaciones actuales, que se hacen sobre un mundo destruido por el
bases renovadas. Éstas obligan a cambiar también el discurso en que despotismo dieciochesco y el
se articulan las respuestas. Luis Lucia escribía en 1917 que “el desco-
nocimiento que hay de nuestras cosas en Madrid es absoluto y (…) ese
centralismo decimonónico.
desconocimiento es una de las causas principales, si no la principal, de
nuestra ruina”. Las circunstancias han cambiado; pero algo de aquel
cliché del “Levante feliz ” del franquismo sí queda…

31. Faustí Barberà i Martí, “Regionalisme i valentinicultura”, discurso pronunciado en


1902 durante el acto de apertura de curso en Lo Rat Penat (Cucó, 1992, pp. 61-62).

2008 | nº 51 195
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Uno de los reproches más habituales que se le hace a la reivindicación


impulsada por la Generalitat sobre la legislación civil es la de que, con
ello, lo que se pretende es la recuperación del cuerpo íntegro de los
fueros en materia de Derecho privado. Pero lo cierto es que una idea
No debe malinterpretarse así lleva desterrada siglo y medio. Creo que no debe malinterpretar-
el fundamento foral como se el fundamento foral como una intención nostálgica de regresar al
pasado, por mucho que la redacción de algunos de los artículos del
una intención nostálgica de
Estatut no sea –a mi juicio– muy afortunada. Lo que reclamaron y aún
regresar al pasado. reclaman las Cortes y los gobiernos valencianos, a lo largo del siglo XX
lo describió T. S. Eliot en 1946, en su ensayo La unidad de la cultura
europea, cuando enumeraba los caracteres de lo que habría de ser
un “regionalismo sano” en Europa: “Lo que se busca no es restaurar
una cultura desaparecida o revivir una cultura en vías de desaparición
bajo condiciones modernas que la harían impracticable, sino hacer que
surja una cultura contemporánea de las viejas raíces”. Parafraseando
Lo que se pretende a Eliot, cabe decir que lo que se pretende en el Estatut es que surja un
en el Estatut es que Derecho civil32 contemporáneo de las viejas raíces forales. Y ese Dere-
surja un Derecho civil cho, además de ser propio, puede ser técnicamente más perfecto, y es-
tar más adaptado a la realidad social en que se da, que el actualmente
contemporáneo de las viejas
vigente –algunas de cuyas instituciones, debe recordarse, tienen más
raíces forales. de dos milenios de antigüedad, sin que nadie se atreva a motejarlas
de periclitadas–. Teodoro Llorente lo explicaba mejor que yo cuando
publicó su Valencia en 1887: “Valencia (…) no piensa en restablecer
instituciones que no responden ya al estado presente: razón tendría,
Pero si el Tribunal sin embargo, en pedir que, para las reformas instables de nuestros
Constitucional se días, se tomase en cuenta lo que, de substancialmente apropiado a
decanta por declarar la nuestro carácter, había en aquellas venerandas instituciones”33.
inconstitucionalidad de la Ley, Termino. En estos días esperamos que el Tribunal Constitucional re-
suelva el recurso interpuesto por la Abogacía del Estado contra la
lo que la historia demuestra
Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial
es que la cuestión volverá a Valenciano. Ese recurso se resolverá en un sentido u otro. Pero si
plantearse tarde o temprano. el Tribunal Constitucional se decanta por declarar la inconstitucio-

32. El desarrollo del Estatut demuestra que el interés de la Generalitat se centra en el


Derecho civil, con la promulgación de la Ley de Régimen Económico del Matrimonio y
los trabajos preparatorios de la de sucesiones. Por el otro lado, ha surgido la figura del
“pare d’òrfens” para denominar al Defensor del menor; pero, aunque el nombre sea el del
Ministro Foral, sus competencias serán las que establecen los tiempos, pues otra cosa no
es posible. De nuevo se recurre a los espíritus del pasado.

33. En el mismo sentido escribía Boix en 1855. Por lo demás, esta crítica no tiene nada
de nuevo. Véase, por ejemplo, el artículo de Félix Azzati titulado “Discutamos” y publi-
cado en “El Pueblo” de 12 de julio de 1907 (Cucó, 1999, pp. 89-90). Antes de deslizarse
por esta senda, quien lo haga debería reparar en que estos comentarios se vinculan al
discurso más rancio y grotesco del blasquismo. Allá cada uno… Por mi parte, creo que
es más fácilmente criticable la redacción del art. 149.1-8ª de la Constitución, tan restric-
tiva como discriminatoria y sin una lógica coherente cuando se analiza con detalle, al
mezclar criterios históricos y jurídicos con poca fortuna. ¿Dónde está el interés general
del Estado, característico del art. 149, en materia de Derecho civil, cuando se reconoce
expresamente un interés territorial en este punto? En fin, ¿para cuándo una reforma que
nos libre de las ataduras que otros no tienen?

196 2008 | nº 51
Del Derecho foral al Derecho civil valenciano: historia y evolución de una reivindicación secular

nalidad de la Ley, lo que la historia demuestra es que la cuestión


volverá a plantearse tarde o temprano. Son un sentimiento y una
pretensión que van a más. Estamos, posiblemente, ante un supuesto
de irredentismo jurídico. Como jurista, sé que las posibilidades que
ofrece el Derecho para cerrar la cuestión de una vez son variadas; no
voy a entrar en ellas, pero solemos coincidir en que es cuestión de
voluntad política. Nadie entiende que exista una potestad legislativa
sobre una materia vacía de contenido, que no permita innovar en ella
(cfr. la interesante reflexión de Crespo, 1996, pp. 244-247). También
como jurista, lego en las grandes cuestiones de Estado, creo enten-
der que estamos ante un asunto en que no se merma su soberanía.
No se busca aquí una competencia exclusiva que pueda producir
una ruptura en la uniformidad jurídica española. Dicha uniformidad
no existe, pues al menos una tercera parte de los españoles se rige No se busca aquí una
en sus relaciones sometidas al Derecho civil, por un ordenamiento
competencia exclusiva que
propio distinto del común de Castilla. Así se ha visto al menos desde
1890, cuando la diversidad fue canonizada tras la aprobación del pueda producir una ruptura
Código Civil. Por eso los proyectos de Estatuto de la II República en la uniformidad jurídica
apenas necesitan hacer referencia a los extintos Fueros sino como española. Dicha uniformidad
un recuerdo de la potestad que se ejerció durante siglos y que se no existe.
procedía a recuperar. Lo propio hace el Estatuto de 1982, modifica-
do en 2006 para reforzar –aunque quizá con no mucho acierto– la
competencia recordando el precedente foral, que constituye la ra- En cierto modo, los fueros
zón histórica peculiar del proyecto. En cierto modo, los fueros son son el fundamento histórico
el fundamento histórico de la competencia y, a la vez, el punto de
de la competencia y, a la
partida del fundamento legal –los artículos del Estatuto–. El mismo
contenido civilista de los fueros, que ahora conocemos bien, puede vez, el punto de partida
actuar de límite material de la competencia… del fundamento legal –los
De manera que casi todos los habitantes de la nación disfrutan hoy día artículos del Estatuto–.
de su Derecho civil propio. Y parece lo deseable, pues, como apunté al
principio, es la rama del ordenamiento jurídico que regula las relaciones
privadas de los ciudadanos. De ahí su relación tan directa con la cultura
y la identidad de un pueblo; y también con sus necesidades y deseos.
Por ello, cuanto más cercano se halle a ellos, mejor cumplirá –al menos
en teoría– su función. El horror que sintió Borrull ante las pretensio-
nes unificadoras de las Cortes gaditanas tiene una base racional y es
perfectamente comprensible. Sin embargo, los valencianos seguimos
utilizando un derecho impuesto por la fuerza hace tres siglos, y los
intentos por superar esta situación siguen encontrando obstáculos y
una incomprensión proverbial. No hay más que ir a Madrid y sondear la
opinión de los círculos académicos y jurídicos. Quizá no quepa más que
ser pacientes y continuar trabajando en la tarea hasta que, en un futu-
ro más o menos lejano, nuestras autoridades, las de aquí y las de allá,
encuentren un punto de acuerdo y, contradiciendo a Marx, la tradición
de todas las generaciones que nos precedieron deje de oprimirnos el
cerebro como una pesadilla.

2008 | nº 51 197
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

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La l
libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial
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Foto anterior:

Palau dels Borja


Sede de Les Corts. Valencia

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Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano La libertad pacticia en la Ley
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Valenciano La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Valenciano La lib
mico Matrimonial Valenciano La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico
20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 d
tad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano La libertad p
Matrimonial Valenciano La libertad pacticia en la Ley 10/2007,
de 20202
de marzo,
2008 | nº 51de Régimen Económico Matrimonial Valenciano La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 2
libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano La liber
La libertad pacticia en la Ley
10/2007, de 20 de marzo, de
Régimen Económico
Matrimonial Valenciano
Texto de:
Rosa Moliner Navarro

d
L a Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matri-
monial Valenciano, dentro de su Título I (Disposiciones comunes
al régimen económico matrimonial valenciano), regula en su capí-
tulo IV la figura denominada “carta de nupcias” o capitulaciones
matrimoniales (que así es como se denomina esta figura en el De-
recho civil común). La regulación específica ocupa los artículos 22
a 30 del texto legal, aunque las referencias a esta carta de nupcias
están presentes también en otros apartados: art. 4, con relación a
la libertad pacticia de los cónyuges; art. 6, con relación al régimen
supletorio de separación de bienes; art. 34, con relación a la forma
de las donaciones propter nupcias; art. 38, como medio para la de-
terminación, en su caso, de los bienes agermanados; art. 44, relativo
al régimen supletorio de separación de bienes; Disposición Transito-
ria Primera, relativa a la validez de las capitulaciones otorgadas con

7
anterioridad a la entrada en vigor de la Ley.
En el presente artículo realizaremos un análisis de esta regulación, En el presente artículo
sin entrar en las cuestiones de constitucionalidad que se han plan- realizaremos un análisis
teado con relación a la competencia normativa de la Generalitat en de esta regulación, sin
materia de Derecho civil y al contenido de diversos artículos recu-
entrar en las cuestiones de
rridos ante el TC por el abogado del Estado. Entiendo que dicha ma-
teria debe ser objeto de un tratamiento específico en otro lugar. En constitucionalidad que se
principio, y considerando que el Auto del TC de 12 de junio de 2008, han planteado con relación a
ha levantado la suspensión cautelar que pesaba sobre la entrada en la competencia normativa de
vigor de la Ley, el comentario y las reflexiones que aquí se plasman, la Generalitat en materia de
parten del presupuesto de su plena vigencia y constitucionalidad.
Derecho civil y al contenido
No obstante, analizaremos especialmente la reserva manifestada
por el abogado del Estado ante el TC por el contenido del art. 27.2 de diversos artículos
de la Ley, relativo a los Registros públicos, a nuestro juicio, con es- recurridos ante el TC por el
caso fundamento. abogado del Estado.

2008 | nº 51 203
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

1. Vinculación de la
figura con el Derecho
foral
Toda recuperación del
Derecho foral debe pasar,
C omo expresa el preámbulo de la nueva Ley “la regulación foral
del régimen económico matrimonial giraba en torno a dos ideas
básicas, que eran por una parte la subordinación de la mujer al mari-
necesariamente, por el filtro do, a quien competía, fundamentalmente, la responsabilidad econó-
del principio de igualdad mica del matrimonio y de la familia, y de otro, el régimen dotal con su
entre hombre y mujer, significado foral”. La subordinación de la mujer al marido, como tam-
consagrado en el art. 14 bién subraya el Preámbulo, resulta absolutamente incompatible con
nuestra realidad constitucional; razón por la cual, toda recuperación
de la Constitución. En este del Derecho foral debe pasar necesariamente, por el filtro del princi-
caso, en lo que se refiere pio de igualdad entre hombre y mujer, consagrado en el art. 14 de la
particularmente a la gestión Constitución. En este caso, en lo que se refiere particularmente a la
y responsabilidad económica gestión y responsabilidad económica del matrimonio y la familia.
del matrimonio y la familia. En otras palabras, aunque el fundamento y la inspiración de lo que se
regula puede remitirse al Derecho histórico valenciano (els Furs), la
realidad de lo que se ha plasmado en el texto legal viene acomodado
a las actuales circunstancias sociales y jurídicas. En consecuencia, la
conexión entre las instituciones reguladas y el Derecho foral, como
se ha afirmado (BLASCO, 2007: 9-10), es efectivamente más de tipo
formal que material. En ese sentido, el Preámbulo admite sin amba-
ges que “el ejercicio de la competencia estatutaria en esta materia
dará lugar a una normativa necesariamente diferente de la que estu-
viera vigente en nuestra época foral, pero reconocible en ella a través
de instituciones como la carta de nupcias, las donaciones por razón
de matrimonio, la libertad de pactos en cuanto al régimen económico
matrimonial, la adopción del régimen de separación de bienes como
régimen económico matrimonial supletorio o la germanía”. No obs-
tante, y aunque tales instituciones estén todas recogidas hoy en el
Código Civil, directa o indirectamente (contando con que el pacto
de germanía puede establecerse por vía convencional en el Derecho
Nadie puede negar común), nadie puede negar legitimidad a la decisión de reivindicar-
las como propias del Derecho foral valenciano y de reintegrarlas al
legitimidad a la decisión
Derecho civil propio, una vez actualizadas y tamizadas por el actual
de reivindicarlas como marco constitucional.
propias del Derecho foral En efecto, de la Exposición de Motivos de la Ley (y de gran parte del
valenciano y de reintegrarlas articulado) se deduce un permanente interés por vincular y justificar
al Derecho civil propio, una la competencia normativa ejercitada por la Generalitat a la existen-
cia de un Derecho foral histórico, y el contenido de las instituciones
vez actualizadas y tamizadas
reguladas en el texto, a la presencia de tales figuras en els Furs. Este
por el actual marco interés resulta explicable por tres motivos: la necesidad de armonizar
constitucional. el Derecho histórico con la Constitución; la de ajustarlo a la realidad

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La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

social actual y la de evitar caer en un arbitrismo legislativo. Consi- Considero, pues, que la
dero, pues, que la vinculación entre el texto y el Derecho histórico vinculación entre el texto
valenciano es algo más que un simple desideratum; y no comparto la
y el Derecho histórico
opinión de quienes consideran que se trata de algo falso y erróneo1.
La recuperación del Derecho foral no significa ni representa un deseo valenciano es algo más que
de volver al pasado y de situarnos de nuevo en una sociedad medieval, un simple desideratum; y
como es obvio (o debería serlo). La recuperación de determinadas ins- no comparto la opinión de
tituciones civiles está ligada a la afirmación de una identidad propia quienes consideran que se
que los valencianos desean conservar y en la que desean profundizar.
trata de algo falso y erróneo.
De ahí que sea perfectamente razonable pensar que el contenido de
esas instituciones civiles, de no haber sido derogadas en su momento,
habrían evolucionado en su adaptación a la realidad social y presen-
tarían hoy un perfil jurídicamente adecuado a los valores superiores
La recuperación del
sobre los que se asienta nuestro Estado; en particular la libertad y la Derecho foral no significa
igualdad. De ahí, que la corrección que el legislador ha hecho de tales ni representa un deseo
figuras bajo el tamiz de esos dos principios fundamentales, no las de volver al pasado y de
desvirtúa por completo, ni las remite a las ya presentes en el Código
situarnos de nuevo en
Civil, sino que las perfila en su contenido, manteniendo su matriz
original y conservando el sentido que las inspiró y las consolidó his-
una sociedad medieval,
tóricamente en este territorio. como es obvio (o debería
Cierto que el solo nombre no hace a las cosas, sino que simplemente serlo). La recuperación de
las denomina. Cierto que el régimen dels Furs no descansaba sobre la determinadas instituciones
libertad civil de ambos cónyuges, sino en todo caso sobre la del mari-
civiles está ligada a la
do (y normalmente sobre la de los padres, en masculino). Pero cierto
también que la evolución social y jurídica permite afirmar que cuando
afirmación de una identidad
hoy nos referimos a libertad civil estamos aludiendo al hombre y la propia que los valencianos
mujer, y lo que queremos resaltar es, precisamente, la importancia desean conservar y en la que
histórica que para el matrimonio valenciano tuvieron los pactos nup- desean profundizar.
ciales. Eso es lo que la Ley reivindica, tamizado por el principio de
igualdad entre hombre y mujer. Cierto que la separación de bienes
foral (que no es el régimen de separación de bienes) se articulaba a
través de un régimen dotal romano, que significaba que la mujer no
tenía derecho sobre los bienes que el marido ganara o conquistara2.
Pero cierto es también que el régimen dotal evolucionó en Cataluña o
Mallorca hacia un régimen de separación de bienes, tal y como hoy lo
entendemos (DELGADO, 1974: 67), lo que permite a nuestro legislador
autonómico sostener con fundamento que la separación de bienes
se constituya en el régimen económico matrimonial supletorio de la

1. Es el caso de F. Blasco, quien critica duramente el intento de adaptar el derecho histó-


rico valenciano a la Constitución y a la realidad social por considerarlo un caso claro de
arbitrismo legislativo, además de representar un hecho falso (todas las instituciones ya
están recogidas en el Código Civil) y erróneo, porque las figuras reguladas no responden
en absoluto a su contenido en el Derecho foral (Cfr. BLASCO, 2007: 10-12).

2. La norma está en Furs V, I, IX: “La muller no haja alcuna cosa en aquellas coses quel
marit guanyarà o conquerrà ultra lo exovar ol creix que li es feyt per raó del exovar”. Lo que
se regula aquí no es, ovbiamente, un régimen de separación de bienes sino el dot y el creix
(vid. GUILLOT, 2002:30-34).

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Comunitat Valenciana, presumiendo también una paralela evolución


social y jurídica.
En definitiva, la regulación En definitiva, la regulación de estas figuras en la Ley 10/2007 no
puede considerarse, a mi juicio, una actuación arbitraria sino cohe-
de estas figuras en la rente, con fundamento histórico claro, con vocación de profundizar
Ley 10/2007 no puede en la identidad valenciana a través de la recuperación e integración
considerarse, a mi juicio, de sus instituciones civiles tradicionales, y con su adecuación a los
una actuación arbitraria sino principios y valores constitucionales básicos. Entre todas estas figu-
coherente, con fundamento ras, la carta de nupcias se constituye como el exponente más para-
digmático.
histórico claro, con vocación
de profundizar en la identidad
valenciana a través de la 2. Regulación de
recuperación e integración
de sus instituciones civiles
la carta de nupcias
tradicionales, y con su
adecuación a los principios
L a Ley incorpora el término carta de nupcias (novedosa aporta-
ción conceptual a la denominación de los pactos patrimoniales
con ocasión del matrimonio), y lo utiliza junto a la expresión si-
y valores constitucionales nónima “capitulaciones matrimoniales”, que es la empleada por el
básicos. Derecho común. A lo largo del texto, las referencias a esta figura
se realizan bajo una y otra denominación indistintamente (aunque
se tiende a privilegiar la de “carta de nupcias”, quizá para marcar
distancias y reforzar más la dimensión foral del instituto). En todo
caso, la intención de mantener un paralelismo entre ambas y evitar
la presunta creación de una nueva figura, resulta acertada, oportu-
na y conveniente. La Ley, aunque regula prolijamente los aspectos
de capacidad, constitución, contenido, forma y extinción, con esa
doble denominación, implícitamente deja una puerta abierta a la
doctrina general de las capitulaciones (desarrollada con base en el
Derecho común), y corroborada por la expresa remisión de la Dis-
posición Final Segunda al Código Civil como Derecho supletorio:
“El Código civil, en todas las materias regidas en esta Ley, tendrá vi-
gencia con carácter de Derecho supletorio, en defecto de la presente
Ley, la costumbre, los principios generales del ordenamiento jurí-
dico valenciano, en materia económica matrimonial, y la doctrina
jurisprudencial civil del Tribunal Superior de Justicia de Comunitat
Valenciana”3.
En todo caso, conviene advertir que la regulación establecida en este
capítulo IV resulta más prolija que la contenida en el Código Civil y,
aunque paralela a las actualmente vigentes en Cataluña y Aragón,
el legislador valenciano ha querido puntualizar (quizá demasiado)

3. Es decir, en la medida en que la introducción de las capitulaciones en el Código Civil


procede, precisamente, de la necesidad de cubrir unas costumbres pacticias arraigadas
en determinados territorios forales, que desaparecen jurídicamente con la unificación
del Derecho común a partir de 1889, el cuerpo general de doctrina desarrollado sobre
esta figura resulta aplicable a la carta de nupcias, en todo aquello que no esté expresa-
mente regulado por la Ley.

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La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

algunos aspectos relativos a la capacidad y a las diversas situaciones


derivadas de la crisis matrimonial. Lo analizaremos detenidamente.

2.1. Significado y naturaleza de la carta


de nupcias

2.1.1. El origen
El sistema convencional o contractual, caracterizado por la libertad
de los cónyuges para estipular, dentro de unos límites más o menos
amplios, su régimen matrimonial, nunca existió en el Derecho roma-
no, ya que en éste la mujer carecía de expresión económica. Pasaba a
depender del marido en calidad de loco filiae en el matrimonio cum
manu, o se limitaba a administrar un peculio en el matrimonio sine
manu, puesto que en este caso continuaba dependiendo del pater
familias. Esta limitada capacidad de administración se desarrollará
posteriormente conforme evolucionó la figura de la dote y la apor-
tación de bienes de ésta al matrimonio, con el fin de garantizar su
sustentación futura. Los pactos patrimoniales se incrementaron en
el Bajo Imperio, una vez que el matrimonio se fue convirtiendo en La forma más frecuente
un complejo entramado de donaciones y contradonaciones (GUILLOT, de ordenación económica
2002: 23-24). del matrimonio en la Alta
La forma más frecuente de ordenación económica del matrimonio en Edad Media fue la basada
la Alta Edad Media fue la basada en el sistema visigodo de aportación
de una dote por el marido a favor de la mujer. La inmensa mayoría de
en el sistema visigodo de
los documentos privados de esta época son “cartas dotales” otorga- aportación de una dote
das por el esposo a favor de la esposa con ocasión del matrimonio. por el marido a favor de la
Pocas veces aparece un régimen de comunidad, y lo suele hacer bajo mujer. La inmensa mayoría
la forma de societas particularis, en la cual la masa común está inte- de los documentos privados
grada solo por ciertos bienes, junto a los cuales coexisten otros que
son de propiedad exclusiva de los cónyuges. A una variedad de este
de esta época son “cartas
régimen se le denomina gananciales en León y Castilla (son comu- dotales” otorgadas por el
nes las rentas y los bienes adquiridos a título oneroso); comunidad esposo a favor de la esposa
de conquistas en Navarra; conquistas y mejoramientos en Vizcaya. A con ocasión del matrimonio.
otra variedad de este régimen se le denomina comunidad de mue-
bles y ganancias y es el propio de Aragón (son comunes todos los Dentro de este sistema de
muebles y los adquiridos a título oneroso). Una tercera variedad de
este régimen fue el de comunidad de bienes futuros (incluye en el
comunidad se produce la
haber común todos los bienes futuros adquiridos por los cónyuges variante de separación de
bajo cualquier título y excluye todos los presentes al momento del bienes, procedente de la
matrimonio). evolución del matrimonio
Dentro de este sistema de comunidad se produce la variante de sepa- romano sine manu, y que
ración de bienes, procedente de la evolución del matrimonio romano
sine manu, y que permitía a cada uno de los esposos conservar la
permitía a cada uno de
titularidad de todo lo que adquiría a título individual. No obstante, los esposos conservar la
estuvo matizado por la “presunción muciana” (si quien adquiría era la titularidad de todo lo que
mujer se presumía que el dinero empleado era del marido o de quien adquiría a título individual.

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No obstante, estuvo matizado la tuviera bajo su potestad). De ahí que luego fuera atenuado por
el sistema dotal (que adjudicaba a la mujer la propiedad sobre esos
por la “presunción muciana”
bienes, aunque durante el matrimonio los administraba el marido)
(si quien adquiría era la mujer y que fue el sistema propio de los territorios de Cataluña y Valencia
se presumía que el dinero a partir del siglo XIV. De ahí que en rigor no pueda hablarse de la
empleado era del marido o existencia de un verdadero régimen de separación en Valencia, sino
de quien la tuviera bajo su de un régimen dotal tendente al levantamiento de las cargas del
matrimonio y a la protección económica de la mujer. Un sistema
potestad). De ahí que luego
que acabó prevaleciendo en la población hispanorromana frente al
fuera atenuado por el sistema sistema visigodo de la dote del marido y que, posteriormente, pasó al
dotal (que adjudicaba a la Derecho sucesorio y a la disolución del matrimonio, bajo el nombre
mujer la propiedad sobre esos de gananciales (distribución por mitad de los bienes habidos durante
bienes, aunque durante el el matrimonio) que se consolidó en Castilla (GUILLOT, 2002: 26-28).
Como decimos, el régimen económico más utilizado en la práctica en
matrimonio los administraba
el Reino de Valencia fue el de separación de bienes suavizado con el
el marido) y que fue el sistema sistema dotal (Furs, V, 4, 8): cada cónyuge conservaba la propiedad
propio de los territorios de de sus bienes, y el levantamiento de las cargas matrimoniales y la
Cataluña y Valencia a partir estabilidad económica se conseguía con la institución del eixovar o
del siglo XIV. dote y al del creix.
Pero, también el Derecho valenciano contempló el régimen de Ger-
mania (Furs, VI, 6, 10), que suponía un contrato voluntario por el
que todos los bienes que los cónyuges poseían antes de contraer
matrimonio y los que adquirían después se hacían comunes y se
dividían por mitad, tras el pago de las deudas, al disolverse la socie-
Y es aquí donde aparece dad conyugal. Y es aquí donde aparece un precedente de la actual
un precedente de la actual carta de nupcias, puesto que la constitución de la Germania debía
carta de nupcias, puesto pactarse en capitulaciones, tal y como se desprende de los fueros
cuando señalan que la mujer no tenía derecho a recibir nada de lo
que la constitución de la que el esposo ganaba, excepto que otra cosa se hubiese dispuesto en
Germania debía pactarse en las cartas matrimoniales (BELDA, 1966: 105-112):
capitulaciones, tal y como
se desprende de los fueros “La muller no haja alcuna cosa en aquelles coses quel marit guanyarà o
conquerrà, oltra lo exovar ol creix que li es feyt per raó de lexovar, si doncs
cuando señalan que la mujer
lo marit no ho feu posar e comprendre en la carta que fo feita el temps de
no tenía derecho a recibir matrimoni entre ell e ella” (Furs, V, 1, 10).
nada de lo que el esposo
ganaba, excepto que otra cosa Este régimen era practicado por los mozárabes de la ciudad antes de la
se hubiese dispuesto en las reconquista y luego continuó practicándose. Se realizaba básicamente
cartas matrimoniales. entre campesinos y artesanos, puesto que la esposa aportaba tam-
bién su trabajo en los campos y talleres, generando una colaboración
equivalente a la del marido a efectos patrimoniales. No obstante, en la
práctica apenas se formalizaron contratos matrimoniales de germania
durante el siglo XVII. Lo que indica que dicho sistema fue muy puntual
y localizado en algún sector, dado que el régimen dotal era el propio
del reino y el que se imponía por adaptarse mejor a las circunstancias
de la sociedad valenciana. En la medida en que ésta se hizo más indus-

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La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

trial, tanto el régimen de gananciales como el de separación de bienes


aceptaron que cada cónyuge conservara sus bienes privativos.
Esto significa que un sistema de capitulaciones, en sentido estric-
to, entendido como la forma paccionada de establecer el régimen
económico del matrimonio y cualesquiera otras estipulaciones por
parte de los cónyuges, apenas existió en el Derecho foral valenciano.
Cuando se otorgaron, fue para acogerse a la germania o especificar
alguna peculiaridad de este régimen, o de la parte de los bienes do-
tales aplicados a sostener las cargas del matrimonio. Y, desde luego,
nunca partieron de la libertad contractual de ambos cónyuges. Lo
que prevaleció, como decimos, fueron las cartas dotales, documen-
tos notariales donde se especificaba el montante y la forma de pago
(GUILLOT, 2002: 32-34).
Así pues, las capitulaciones, en sentido estricto, tuvieron su origen
en el viejo Derecho aragonés. Allí, y por el principio de libertad civil
que informó siempre la legislación y la vida de la familia aragonesa,
desde los primeros fueros, el Estado reconoció una soberanía plena
al individuo y a la familia en el círculo de sus relaciones privadas. El
jefe de una casa, o el que iba a serlo, tenía pleno poder para ordenar
la vida de esa casa y familia conforme a las relaciones económicas y
sociales de un lugar o de un tipo dado (CSTAN, 1960: 224). Navarra Navarra y Cataluña,
y Cataluña, precisamente por ser fronterizas con Aragón, adoptaron precisamente por ser
progresivamente el sistema de capítulos (capitols), puesto que las re- fronterizas con Aragón,
laciones económicas en estos ámbitos eran análogas o casi idénticas,
adoptaron progresivamente
coexistiendo con el régimen dotal romano que imponían sus leyes.
Esa tradición capitular no se verificó en Valencia hasta mucho más el sistema de capítulos
tarde y de manera muy mitigada, como acabamos de ver (GUILLOT, (capitols), puesto que las
2002: 21-22). relaciones económicas en
Es inútil buscar antes o fuera del Aragón del s. XIII un sistema de capitula- estos ámbitos eran análogas
ciones ordenadoras del régimen económico de una familia (los franceses
o casi idénticas, coexistiendo
estiman su aparición en el s. XVII). Cuando encontramos convenios eco-
nómicos girando alrededor del matrimonio, se trataba sólo de determinar con el régimen dotal romano
el carácter de ciertos bienes que se aportan al matrimonio o para estipu- que imponían sus leyes.
lar una dote, de acuerdo con el modelo romano, donde la dote se apor- Esa tradición capitular
taba por medio de un instrumentum dotale. En la legislación castellana y no se verificó en Valencia
el Derecho común, los precedentes de las capitulaciones, también fueron
hasta mucho más tarde y de
simplemente meras cartas dotales, aunque las Partidas admitían la vali-
dez de ciertas estipulaciones sobre esta dote, las donaciones matrimonia- manera muy mitigada, como
les o los gananciales (CASTAN, 1960: 225). En cambio, en Aragón fueron acabamos de ver.
verdaderos pactos de familia: el casamiento de los hijos de dos casas lle-
vaba consigo toda una minuciosa y ordenada disposición de atribuciones
y cargas convenidas en unos ajustes matrimoniales casi con caracteres
de tratado internacional. El apotegma de Derecho aragonés standum est
chartae se erige en centro de todo un sistema de Derecho privado y aun
público, como expresión del máximo respeto a la voluntad contractual, a
la voluntad manifestada en la carta (FONT, 1954: 191 ss).

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De esta realidad foral, tomó la Ley de Bases de 1888 (base 22) el sis-
tema de libertad de estipulación entre los futuros cónyuges, llevando
al Código Civil, en sus arts. 1315 ss. (Libro IV, Obligaciones y contra-
tos), el contrato sobre los bienes con ocasión del matrimonio. Lugar
de colocación muy discutido, por cuanto separa el Derecho de familia
puro del Derecho de familia aplicado a los bienes; y más censurado
aún por cuanto que excede de la simple estipulación o capitulación
matrimonial. En todo caso, la incorporación de las capitulaciones al
Derecho común se produjo para paliar el efecto de la codificación y
la implantación de un único régimen legal para todo el país (con la
excepción de los territorios forales) y la consiguiente desaparición de
regímenes económico-matrimoniales de tipo capitular que estaban
muy arraigados en algunas zonas, aun no siendo forales.

2.1.2. La naturaleza contractual


La tradición histórica y jurídica que hemos mencionado, ha reserva-
do siempre el nombre de capitulaciones (capítulos, capitols, carta de
matrimonio) al documento en que los cónyuges (o futuros cónyuges)
establecen las normas de carácter patrimonial que serán aplicables
a su matrimonio. Quizá por ello ni el Código, ni el Derecho catalán o
aragonés, ni la reciente Ley valenciana, se han preocupado de ofrecer
una definición o un concepto legal de la figura, limitándose a indicar
La Ley valenciana ha optado para qué sirven. La Ley valenciana ha optado por recuperar el térmi-
por recuperar el término no “carta” adjetivándolo con el genitivo “de nupcias”, albergando la
“carta” adjetivándolo con pretensión última de entroncar con el Derecho foral y distanciarse
el genitivo “de nupcias”, de la denominación “capitulaciones” utilizada por el Derecho común.
Pensamos que no era necesario hacerlo, aunque puede resultar posi-
albergando la pretensión
tivo identificar así la figura.
última de entroncar con el El sentido y la justificación última de las capitulaciones no es otro
derecho foral y distanciarse que el de adecuar a las circunstancias propias de cada familia el
de la denominación régimen económico matrimonial que mejor les convenga. Para con-
“capitulaciones” utilizada seguirlo, se reconoce a los cónyuges (o futuros contrayentes) la ca-
pacidad de establecer las reglas por las que se regirán las relaciones
por el Derecho común.
patrimoniales que se derivan del matrimonio. En otras palabras, las
Pensamos que no era capitulaciones están intrínsecamente ligadas a la libertad contrac-
necesario hacerlo, aunque tual de quienes las otorgan. De ahí que la Ley 10/2007 haya que-
puede resultar positivo rido subrayar esta dimensión fundamental de una manera expresa
identificar así la figura. (aunque quizá excesivamente contundente, algo confusa y con una
semántica notoriamente defectuosa).
En efecto, el art. 4, que está ubicado dentro del capítulo I (dispo-
siciones generales), bajo el rótulo “génesis del régimen económico
matrimonial valenciano”, establece que “el régimen económico ma-
trimonial valenciano (…) se acordará por los cónyuges con total y
entera libertad civil en la carta de nupcias que otorguen a ese efecto
sin otras limitaciones que las establecidas en esta Ley, anteriormente
al matrimonio, o bien con posterioridad, constante el mismo”. Como

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La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

puede apreciarse, se trata de un principio general, paralelo a los esta-


blecidos en el art. 1315 del Código Civil y los correspondientes de los
Derechos catalán y aragonés, pero cuya contundencia y rotundidad
llama un poco la atención. Es comprensible el deseo de subrayar la
libertad contractual de los otorgantes de las capitulaciones con rela-
ción a su contenido (no se trata de un régimen de mera elección entre
los regímenes legalmente previstos en el ordenamiento civil común)4, Es comprensible el deseo
pero en ese loable empeño la rotundidad de la expresión utilizada –“se de subrayar la libertad
acordara… con total y entera libertad civil” presenta como imperativo contractual de los otorgantes
lo que, en realidad, no puede serlo. Y es que, de la firmeza de esa
de las capitulaciones con
redacción, podría deducirse la “obligatoriedad” de que los cónyuges o
(futuros cónyuges) acuerden necesariamente un régimen económico relación a su contenido
determinado en capitulaciones. Lo que no es cierto, obviamente, por (no se trata de un régimen
la previsión contenida en el art. 6, donde se establece que “a falta de mera elección entre
de carta de nupcias o capitulaciones matrimoniales, o cuando éstas los regímenes legalmente
sean ineficaces, el régimen económico aplicable será el de separación
previstos en el ordenamiento
de bienes…”.
Por otra parte, esa misma redacción podría inducir a pensar que toda civil común), pero en ese
relación patrimonial entre los cónyuges (o futuros cónyuges) debe loable empeño la rotundidad
tener necesariamente un origen voluntario o pacticio (es decir, debe de la expresión utilizada –“se
establecerse, punto por punto, en la carta de nupcias); sin tener en acordara… con total y entera
cuenta que los cónyuges pueden optar perfectamente por someterse
libertad civil”- presenta
a uno de los regímenes económico matrimoniales legales ya exis-
tentes, o incluso, como hemos visto, no pactar nada, en cuyo caso como imperativo lo que, en
también se están sometiendo al régimen de separación de bienes realidad, no puede serlo.
(BLASCO, 2007: 15-16).
Finalmente, el principio de libertad contractual debe regir en el otor-
gamiento de capitulaciones y es bueno dejar constancia de ello; no
obstante, podía haberse prescindido, por ambiguo, del intervalo “con
total y entera libertad civil” (ya que ésta no puede ser ‘total y entera’
si el propio precepto ya indica unos límites, remitiéndose al artículo
anterior donde se especifican muy prolijamente, y si además hemos
de contar con los derivados de la Ley, la Constitución y la doctri-
Hubiera sido muy
na general del contrato). La redacción podría haberse simplificado,
asimilándose a la redacción contenida en el Derecho común, por- importante utilizar el
que en realidad es sólo eso lo que se quiere regular: que el régimen condicional (podrá) que
económico matrimonial podrá estipularse por los cónyuges o futuros evite la falsa idea de
cónyuges en carta de nupcias o capitulaciones, sin más limitaciones imperatividad del pacto y
que las establecidas constitucional y legalmente.
hubiera sido fundamental
Hubiera sido muy importante utilizar el condicional (podrá) que evite
la falsa idea de imperatividad del pacto y hubiera sido fundamental depurar bien la semántica
depurar bien la semántica para dotar al precepto de una coherencia para dotar al precepto de
gramatical. En efecto, los cónyuges no pueden acordar el régimen una coherencia gramatical.

4. En el régimen de libertad de elección, nos encontramos ante una simple facultad de


elegir entre dos o más sistemas económicos preestablecidos y regulados por la Ley (este
es el caso de Suiza, Alemania, Chile o México).

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económico del matrimonio “anteriormente al matrimonio”, como


reza el precepto; por la sencilla razón de que hasta la celebración del
matrimonio no son cónyuges. Pero la alambicada y compleja redac-
ción del texto, que únicamente pretende decir que las capitulaciones
pueden otorgarse antes o después del matrimonio (algo que se re-
coge luego con esa simplicidad en el art. 26), acaba por dificultar su
lectura, por cometer incorrecciones jurídicas y por resultar superfluo.
Bastaba, como apuntamos, con haber cuidado y simplificando la re-
dacción, haciendo referencia a “los cónyuges, o futuros cónyuges,
podrán…”, en lugar de complicar innecesariamente el texto con ora-
ciones subordinadas de otras subordinadas: “…en la carta de nupcias
que otorguen a este efecto sin otras limitaciones que las establecidas
en esta Ley, anteriormente al matrimonio o bien con posterioridad,
constante el mismo”.
En definitiva, junto a la libertad de los otorgantes, conviene destacar
también el carácter potestativo de la carta de nupcias y subrayar
que éstas pueden coexistir con un régimen económico legalmente
establecido o con cualquiera de las instituciones que rigen la vida
patrimonial de los cónyuges; además de poder establecer en ellas
cualesquiera pactos de naturaleza no patrimonial sino personal, de
acuerdo con lo dispuesto por el art. 25. Tal y como están reguladas,
las capitulaciones pueden llegar a constituir un verdadero estatuto
Ciertamente, el matrimonio familiar, configurando todo el desarrollo de la sociedad conyugal
no es una auténtica condición con una enorme riqueza de pactos y estipulaciones sobre la vida
suspensiva por cuanto no familiar. Precisamente por el diverso contenido y por la amplitud
posible de los capítulos matrimoniales, su naturaleza jurídica no
hace retroceder los efectos
aparece clara.
del contrato al instante de En todo caso, aunque esa naturaleza jurídica ha sido siempre dis-
su otorgamiento. El art. 26.1 cutida, es evidente que se trata de un negocio jurídico vinculado al
podría hacer pensar que se matrimonio, ya que sin éste resultarían ineficaces por carecer de
trata de un contrato accesorio causa que justificase su existencia. Solo habiendo matrimonio (ya
celebrado o proyectado) podrá ser eficaz una carta de nupcias. Así lo
del matrimonio, supeditado
establece el art. 26.1: “La carta de nupcias o capitulaciones matrimo-
a su celebración; pero el niales se podrá otorgar antes de celebrar el matrimonio o después de
hecho de que se puedan su celebración, pero en todo caso, sólo producirá efecto una vez que
otorgar antes de celebrarlo éste se contraiga”. Girando en torno al matrimonio como hecho o
permite pensar que no es del situación insoslayable, los autores han hablado de un contrato con-
dicional, sujeto a la condición suspensiva de que el matrimonio se
todo accesorio, por cuanto
celebre; de un contrato accesorio, subordinado al matrimonio como
si éste no se celebra, las acto principal; o de un contrato en el que el matrimonio actúa de
capitulaciones sí podrían conditio iuris, presupuesto necesario para la validez del negocio.
tener algún efecto jurídico (p. Ninguna de estas hipótesis responde plenamente a su naturaleza.
ej., si en ellas se ha plasmado Ciertamente, el matrimonio no es una auténtica condición sus-
pensiva por cuanto no hace retroceder los efectos del contrato al
el reconocimiento de un hijo
instante de su otorgamiento. El art. 26.1 podría hacer pensar que
extramatrimonial). se trata de un contrato accesorio del matrimonio, supeditado a su

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La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

celebración; pero el hecho de que se puedan otorgar antes de ce-


lebrarlo permite pensar que no es del todo accesorio, por cuanto si
éste no se celebra, las capitulaciones sí podrían tener algún efecto
jurídico (p. ej., si en ellas se ha plasmado el reconocimiento de un
hijo extramatrimonial). La teoría más aceptada, por más coheren-
te, de considerar el matrimonio como un presupuesto integrante de
la celebración del contrato de capitulaciones, queda algo debilitada
por la posibilidad de prevenir fines no exclusivamente patrimoniales,
sino de carácter personal o altruista. Esto ha llevado a muchos a
pensar que las capitulaciones desbordan la vieja teoría del contrato
planteando la teoría de un negocio jurídico especial y complejo en el
que las relaciones personales y patrimoniales de los cónyuges, de los
padres y los hijos, de la vida familiar en suma, pueden quedar afec-
tadas. No obstante, esta calificación de negocio complejo presenta el
problema de la inexistencia de un marco normativo propio de tales
actos, por lo que adjudicarles esta naturaleza resulta inútil a efectos
prácticos (LASARTE, 2000: 194).
En consecuencia, y en congruencia con la doctrina mayoritaria, debe
predicarse el carácter contractual de las capitulaciones matrimonia-
les, tal y como se desprende de su tratamiento en el Derecho común
(MORENO-TORRES, 1996: 849 ss) y del tratamiento paralelo que se
le brinda en los arts. 4 y 26.1 de la ley valenciana, y particularmen-
te la remisión a las normas de nulidad e ineficacia de los contratos
realizada por el art. 28.3. En todo caso, resulta curioso que el art. 4,
anteriormente analizado, no hable de “libertad contractual” (lo que
hubiera confirmado dicho carácter y hubiera remitido su régimen a
la teoría general del contrato) sino de “libertad civil”. No resulta fácil
la hermenéutica de esta expresión y la Ley no brinda elementos para La ley valenciana ha
realizarla con fundamento. De ahí que prefiera no aventurar hipó- estructurado y perfilado en
tesis, tan sólo confirmar que la ausencia de una definición legal de el capítulo IV el sistema de
capitulaciones (podrían haberse configurado como un contrato) y la
capitulaciones, dedicando
supeditación de su validez a la celebración del matrimonio, permite
proyectar sobre su naturaleza las consideraciones que acabamos de
los arts. 22-24 a los
exponer: puede aplicársele la doctrina general del contrato, pero no requisitos de capacidad
puede catalogarse en sentido estricto como un contrato. para constituirlas; el art. 25
al contenido; el art. 26 al
2.2. Capacidad, tiempo y forma de las tiempo del otorgamiento y
capitulaciones
La Ley valenciana ha estructurado y perfilado en el capítulo IV el
su modificación; el art. 27
sistema de capitulaciones, dedicando los arts. 22-24 a los requisi- a los requisitos formales;
tos de capacidad para constituirlas; el art. 25 al contenido; el art. el art. 28 a la ineficacia
26 al tiempo del otorgamiento y su modificación; el art. 27 a los o nulidad; el art. 29 a los
requisitos formales; el art. 28 a la ineficacia o nulidad; el art. 29 a
derechos constituidos por
los derechos constituidos por terceros y el art. 30 a los efectos post
mortem. Mantendremos esta sistemática en el análisis que realiza-
terceros y el art. 30 a los
mos a continuación. efectos post mortem.

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

2.2.1. Los otorgantes de la carta de nupcias


Antes de analizar las reglas relativas a la capacidad de los sujetos in-
tervinientes en el otorgamiento, conviene precisar que a dicho acto
pueden concurrir, junto con los (actuales o futuros) cónyuges, otras
personas. De ahí que, además del art. 22, que establece la regla clásica
habilis ad nuptias habilis ad pacta nuptianda, con los complementos
de capacidad correspondientes en diversos supuestos, y teniendo en
cuenta que el art. 4, como vimos, se dedica en exclusiva a proclamar
el principio de absoluta libertad de pactos para los cónyuges, hubiera
sido conveniente incluir un artículo previo, con una fórmula genéri-
ca similar a la empleada por el art. 1325 del CC: “En capitulaciones
matrimoniales podrán los otorgantes estipular, modificar o sustituir
el régimen económico de su matrimonio o cualesquiera otras dispo-
siciones por razón del mismo”. El término genérico “otorgantes”, más
amplio que el de cónyuges, incluiría también a esos terceros que, en
muchos casos, son un presupuesto necesario del otorgamiento y, por
tanto, tienen la calificación de otorgantes, del mismo modo que los
cónyuges (actuales o futuros).
En todo caso, el art. 22 se limita, como es preceptivo, a exigir para el
otorgamiento de capitulaciones la capacidad para contraer matrimo-
nio. Eso significa que sin el concurso de ambos cónyuges (actuales
o futuros) no cabe el otorgamiento. Además, aunque el artículo no
lo precisa, es doctrina común y sentir tradicional, que las capitula-
ciones constituyen un acto personalísimo, de manera que no podría
realizarse por medio de representante.
Frente a esto, la intervención de otras personas como otorgantes
es una eventualidad, en el pasado relativamente frecuente, pero
cada día más desusada. En efecto, la nuclearización de la familia
y la escasa incidencia de los ascendientes en los asuntos propios
de los esposos, debido a la avanzada edad en la que se contraen las
nupcias, convierten en esporádica y episódica esta participación. De
manera que la posibilidad de su intervención no se deberá tanto a la
prestación de un complemento de capacidad, tal y como prevén los
Precisamente, con relación arts. 22 y 23, cuanto a la existencia de alguna persona cercana a los
a la capacidad, el capítulo esposos (también poco frecuente) que decida realizar atribuciones
patrimoniales o pactos sucesorios en su favor.
IV no contiene para los
Precisamente, con relación a la capacidad, el capítulo IV no contiene
cónyuges (actuales o futuros) para los cónyuges (actuales o futuros) restricción o requisito adicio-
restricción o requisito nal alguno fuera de la capacidad nupcial, a excepción del incapacita-
adicional alguno fuera de do judicialmente (art. 24). Ni siquiera en el caso del menor no eman-
la capacidad nupcial, a cipado. Únicamente exige un complemento de capacidad, aportado
por progenitores o curador (art. 22), en el caso de un contrayente
excepción del incapacitado
menor que pretenda otorgar al otro derechos sobre determinados
judicialmente (art. 24). Ni bienes (inmuebles, establecimientos mercantiles o industriales y ob-
siquiera en el caso del menor jetos de extraordinario valor); o en el caso de que pretenda enajenar
no emancipado. o gravar bienes, o se le imponga modo o contraprestación, cuando

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La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

se trata de esos bienes ya mencionados anteriormente (art. 23); en


este caso, el complemento de capacidad también lo puede prestar el
otro cónyuge, siempre que sea mayor de edad, si se otorgan después
de celebrado el matrimonio. Tampoco exige nada especial en relación
con el resto de otorgantes. En consecuencia, debemos entender que,
salvo los supuestos indicados, la capacidad de cualquiera de los otor-
gantes, sean cónyuges o terceros, ha de establecerse conforme a las
reglas generales en materia de contratación.

2.2.2. Los menores no emancipados


Actualmente, mediante dispensa otorgada judicialmente, los menores
no emancipados que hayan cumplido los 14 años pueden contraer
matrimonio (art. 48.2 CC). Aunque el supuesto es sumamente raro en
la práctica, habrá que concluir, de acuerdo con el principio de capa-
cidad nupcial establecido en el art. 22, que también está capacitado
para otorgar carta de nupcias. Pero a diferencia de lo que sucede
en el Derecho común (el art. 1329 CC exige para ello el concurso y
consentimiento de sus padres o tutor, salvo que se limite a pactar el
régimen de separación o participación), la Ley valenciana le habilita
para hacerlo sin ese concurso ni consentimiento, salvo que preten-
da formalizar uno de los actos contemplados en los art. 22 y 23, ya
mencionados.
En este caso, en contra de lo que ocurre en general (art. 162 y con- En este caso, en contra de
cordantes del CC), los padres o el tutor del menor no emancipado que
lo que ocurre en general
contraiga matrimonio no ostentan su representación legal, sino que
el menor puede actuar por sí mismo y en su propio nombre, sin más (art. 162 y concordantes del
restricciones que las ya sabidas. En todo caso, la decisión de optar por CC), los padres o el tutor del
uno u otro régimen matrimonial y la posibilidad de estipular diversos menor no emancipado que
tipos de cuestiones de tipo personal, sin el consentimiento o concurso contraiga matrimonio no
de los mayores, resulta poco justificable, siendo previsible que pueda
ostentan su representación
comprometer cuestiones que sea incapaz de valorar en ese momen-
to en toda su dimensión. Quizás, por ello, hubiera sido conveniente legal, sino que el menor
incorporar al texto alguna disposición precautoria y complementaria puede actuar por sí mismo
de capacidad en este sentido; si bien, como dijimos, el supuesto difí- y en su propio nombre, sin
cilmente se verificará en algún caso. más restricciones que las ya
sabidas.
2.2.3. Los incapacitados
El art. 24 somete la “posibilidad” de que el incapacitado otorgue efi-
cazmente carta de nupcias a lo que resulte de la sentencia de inca-
pacitación.
No ha sido muy feliz incluir el término “posibilidad” en la redacción
del artículo. Resulta algo chocante referirse a que la sentencia de
incapacitación se pronuncie sobre la posibilidad que tiene el inca-
pacitado de otorgar capitulaciones. La sentencia establecerá un “he-
cho”: si puede o no otorgarlas y las restricciones que sobre ello esti-
me oportunas, pero no una “posibilidad”. De manera que hubiera sido

2008 | nº 51 215
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

preferible incluir la alusión al incapacitado en el art. 22, completando


el principio de capacidad nupcial (pueden otorgar válidamente carta
de nupcias quienes pueden válidamente contraer matrimonio) con
una fórmula más ajustada y sencilla, como por ejemplo: “Respecto a
los incapacitados se estará a lo establecido en la sentencia de inca-
pacitación” (BLASCO, 2007: 20).
No obstante, como sabemos, el Derecho común exige una garantía
ulterior, incluso cuando la sentencia habilita al incapacitado para
otorgar capitulaciones: la asistencia de sus padres, tutor o curador
(art. 1330 CC). Entiendo que se trata de una cautela prudente, dadas
las repercusiones que puede tener la libertad de pactos en el terreno
económico y en resto de materias que puedan estipularse. En conse-
cuencia, no hubiera estado de más su inclusión.

2.2.4. El momento del otorgamiento


El art. 26 de la Ley valenciana, recoge el principio general actualmen-
te vigente de la mutabilidad del régimen económico del matrimonio.
En ese sentido, su n.1 establece que la carta de nupcias se podrá
otorgar antes o después del matrimonio, pero estableciendo sobre
ellas una condición suspensiva: “sólo producirá efectos una vez que
se contraiga”.
Esto significa que existe plena libertad para modificar el régimen
económico del matrimonio, lo que, como ha sido frecuentemente
señalado, contribuye a complicar sus relaciones con terceros y, en
Ciertamente, la cantidad y algunos casos, a facilitar el fraude (LASARTE, 2000: 197-198). No
frecuencia de situaciones obstante, este principio es plenamente coherente con la exacerbada
complejas derivadas de proclamación de la “más absoluta libertad civil” hecha por el art. 3
las crisis matrimoniales de la Ley y que rige en la determinación de este régimen por parte
(separación y, sobre todo, de los cónyuges.
Ciertamente, la cantidad y frecuencia de situaciones complejas deri-
divorcio), exigen una vadas de las crisis matrimoniales (separación y, sobre todo, divorcio),
adecuación de las normas exigen una adecuación de las normas intramatrimoniales regulado-
intramatrimoniales ras de los aspectos patrimoniales, en previsión de tales crisis o para
reguladoras de los aspectos facilitar su gestión. Un sistema ultra divorcista, como el vigente en
patrimoniales, en previsión España, requiere de una gran versatilidad y flexibilidad en este cam-
po. De ahí las oportunas y prolijas previsiones al respecto de los art.
de tales crisis o para facilitar 28 y 29 de esta Ley.
su gestión. Un sistema ultra Conviene destacar que la condición impuesta por el art. 26, que es
divorcista, como el vigente en la celebración del matrimonio, no es una condición de validez que
España, requiere de una gran convierte las estipulaciones pactadas antes de la celebración en su-
versatilidad y flexibilidad perfluas o jurídicamente irrelevantes; es una condición suspensiva:
únicamente dilata y remite el momento de producción de sus efectos
en este campo. De ahí al acto de contraer matrimonio, pero la validez de lo estipulado en
las oportunas y prolijas la carta de nupcias es absoluta desde el momento en que se otorga-
previsiones al respecto de los ron. También aquí se echa en falta la previsión del Derecho común,
art. 28 y 29 de esta Ley. estableciendo el plazo máximo de un año entre el momento del otor-

216 2008 | nº 51
La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

gamiento y el del matrimonio (art. 1334 CC). Porque, en efecto, no El art. 27.1 establece el
parece razonable que a tales compromisos se les otorgue una validez requisito formal básico:
sine die (entre otras cosas porque las circunstancias actuales cambian
con enorme celeridad y el plazo de un año es más que suficiente para
la carta de nupcias debe
presumir que si la intención de contraer permanece, se deba revisar o otorgarse en escritura
ratificar el pacto nupcial acordado). Por otra parte, si lo que acontece pública. En este sentido,
es la ruptura del compromiso, no estaría de más aplicar ope legis la el precepto asume la
caducidad del documento, en lugar de forzar, a quienes (seguramen- doctrina general de que las
te) no tienen demasiadas ganas de coincidir, a realizar una revocación
del documento notarial formalizado, con los gastos que ello, además,
capitulaciones exigen, no
acarrea. cualquier tipo de documento
público, sino precisamente
2.3.5. La forma de la carta de nupcias la escritura pública, como
El art. 27.1 establece el requisito formal básico: la carta de nupcias elemento constitutivo
debe otorgarse en escritura pública. En este sentido, el precepto asu-
me la doctrina general de que las capitulaciones exigen, no cualquier
ad solemnitatem. En
tipo de documento público, sino precisamente la escritura pública, consecuencia, éstas deben
como elemento constitutivo ad solemnitatem. En consecuencia, éstas considerarse un negocio
deben considerarse un negocio jurídico de carácter solemne; es decir, jurídico de carácter solemne;
que en defecto de escritura pública carecerán de validez alguna, tanto es decir, que en defecto de
inter partes como frente a terceros.
No obstante, esta conclusión habrá que entenderla referida a lo que
escritura pública carecerán
doctrinalmente suele denominarse el “contenido típico” de la carta de validez alguna, tanto inter
de nupcias (lo relativo a cuestiones económico patrimoniales, como partes como frente a terceros.
veremos a continuación), puesto que sobre algunos de los aspectos
denominados “atípicos”, sí cabe considerar válida y eficaz la declara-
ción de los cónyuges, aunque se recoja en otro tipo de documento
público, sea o no de carácter notarial. Así puede ocurrir, por ejemplo,
con el reconocimiento de un hijo extramatrimonial, como ya había-
mos apuntado al hablar de la naturaleza contractual de la figura (LA-
SARTE, 2000: 201).

2.4. La publicidad
El n.2 del artículo 27 se ocupa de establecer, con carácter imperati-
vo5, un segundo requisito formal para la oponibilidad a terceros de lo
estipulado en la carta de nupcias: el momento de su inscripción en el
Registro Civil. Con una salvedad: que se pruebe que los terceros afec-
tados “tenían conocimiento del otorgamiento o de la modificación y
de su contenido antes de su publicidad registral”.
Parece bastante evidente que la oponibilidad frente a cualquier ter-
cero, con derechos adquiridos, o no, exige la publicidad de las capitu-
laciones para que se pueda conocer su contenido y actuar en conse-

5. Lo cual salva la relativa paradoja existente en la regulación de este aspecto en el Código


Civil, cuyo art. 1333 parece exigir la inscripción, mientras que el art. 266 del Reglamento
del Registro Civil las califica como voluntarias, disponiendo que “las indicaciones sobre el
régimen económico matrimonial sólo se extenderán a petición del interesado”.

2008 | nº 51 217
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Parece bastante evidente cuencia y con fundamento. De ahí también la atinada incorporación
al precepto de la posibilidad de probar el conocimiento previo del
que la oponibilidad frente
pacto o el sentido de su modificación. En efecto, lo relevante para
a cualquier tercero, con el tercero es el conocimiento fehaciente del régimen económico que
derechos adquiridos, o no, rige entre aquéllos con los que se relaciona económica o patrimo-
exige la publicidad de las nialmente. El hecho de que ese conocimiento derive de la publicidad
capitulaciones para que se registral (y por tanto se pueda presumir) o que derive de un conoci-
miento directo y personal de las estipulaciones (y por tanto se pueda
pueda conocer su contenido
probar que así es) resulta indiferente a los efectos del objetivo que
y actuar en consecuencia se pretende: proteger la seguridad del tráfico, evitando los posibles
y con fundamento. De fraudes o defectos de consentimiento en las obligaciones que se
ahí también la atinada contraigan o en los derechos que se adquieran.
incorporación al precepto Esta disposición es una de las impugnadas dentro del recurso de
inconstitucionalidad n. 9888/2007 interpuesto contra la Ley 10/2007
de la posibilidad de probar
por el abogado del Estado y aceptado a trámite por el TC, con fecha
el conocimiento previo del 17 de abril de 2008, alegando que la ordenación de los registros en
pacto o el sentido de su instrumentos públicos es una competencia del Estado, de acuerdo
modificación. En efecto, lo con el art. 149.1.8 de la Constitución6. Siendo esto cierto, no parece
relevante para el tercero es que la norma recogida en el art. 27.2 afecte, modifique o altere de al-
guna manera el funcionamiento de aquéllos, ni pretenda establecer
el conocimiento fehaciente
algún tipo de ordenación sobre los mismos. Sobre todo, teniendo en
del régimen económico que cuenta que el art. 17 del Código de familia de Cataluña recoge una
rige entre aquéllos con los norma semejante y no ha sido objeto de ningún tipo de recurso o
que se relaciona económica o modificación. En consecuencia, entendemos que el TC no encontrará
patrimonialmente. aquí vulneración alguna del citado precepto constitucional.
Precisamente al hilo del citado art. 17 del Código de familia de Ca-
taluña, debemos resaltar que el artículo únicamente hace referencia
al Registro Civil, sin realizar alusión alguna a otro tipo de registros
públicos que podrían resultar pertinentes en este caso. En efecto, el
precepto catalán especifica que la oponibilidad a terceros se supe-
dita a su inscripción en el Registro Civil, “y en su caso, en los demás
registros públicos que la legislación establezca”. Esta cautela resulta
extremadamente atinada y oportuna. Como sabemos, el Derecho
común prevé que si las capitulaciones matrimoniales, o su modifica-
ción, afectan a bienes inmuebles se tomará razón en el Registro de
la Propiedad en la forma y a los efectos previstos en la Ley Hipote-
caria (art. 1333 CC y art. 75 LH). También el Código de Comercio (art.
29.1) prevé que en la hoja abierta a cada empresario individual en el
Registro Mercantil haya una inscripción de las capitulaciones matri-
moniales y de los títulos que acreditan la propiedad de los bienes de
cada cónyuge (arts. 87.6ª y 92.3ª del RRM). En un nivel distinto y muy
limitado se encuentra también la publicidad realizada por el notario

6. Aunque el recurso de inconstitucionalidad afecta actualmente a la totalidad de la


Ley 10/2007, lo hemos singularizado por ser uno de los once preceptos sobre los que el
Ministerio de Administraciones Públicas planteó discrepancias y para cuya resolución
negociada se constituyó la Comisión Bilateral de Cooperación entre la Administración
General del Estado y la Generalitat Valenciana.

218 2008 | nº 51
La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

que interviene en el otorgamiento o en la modificación de las capi-


tulaciones y que se materializa en la constancia que deja sobre tales
actos en las copias de las escrituras que expida. A este tipo particular
de publicidad se refiere el art. 1332 CC.
Parece claro que la norma catalana sí ha incluido este otro tipo de
La norma catalana sí ha
oportunas y convenientes inscripciones registrales en su cláusula ge-
nérica; sin embargo, el silencio del legislador valenciano al respecto incluido este otro tipo de
sólo puede considerarse constitutivo de una laguna legal que debe oportunas y convenientes
colmarse con los mecanismos establecidos por la propia Ley en la inscripciones registrales
Disposición Final Segunda; es decir, activando la virtualidad suple- en su cláusula genérica;
toria del Código Civil y entendiendo aplicables todos los preceptos
sin embargo, el silencio
relativos a la cuestión que acabamos de mencionar.
del legislador valenciano
2.5. El contenido de la carta de nupcias al respecto sólo puede
La norma contenida en el art. 25 permite distinguir lo que doctri- considerarse constitutivo de
nalmente se denomina el “contenido típico” y el posible “contenido una laguna legal que debe
atípico” de las capitulaciones.
colmarse con los mecanismos
La materia propia o “típica” de una carta de nupcias viene represen-
tada por la fijación del sistema económico-matrimonial que regirá establecidos por la propia
la vida conyugal a partir de su otorgamiento. Así lo indica la prime- Ley en la Disposición Final
ra parte del art. 25: “En la carta de nupcias… se puede establecer el Segunda; es decir, activando
régimen económico del matrimonio…”. Esto otorga a los otorgantes la virtualidad supletoria del
una amplísima potestad. La consagrada y reiterada plena libertad de
Código Civil y entendiendo
estipulación del régimen económico del matrimonio implica que, en
cualquier momento (recordemos que no existe plazo de caducidad), aplicables todos los preceptos
los futuros cónyuges pueden instituir el régimen patrimonial que de- relativos a la cuestión que
seen; y también que quienes ya son cónyuges pueden sustituir un acabamos de mencionar.
régimen previamente vigente entre ellos por otro sistema económi-
co-matrimonial distinto. En cualquiera de ambos casos, los cónyuges
(actuales o futuros) cuentan con la más amplia libertad al respecto
(pueden crear ex novo un régimen peculiar para ambos; pueden remi-
tirse a uno de los legalmente existentes en el Código Civil o en otros
derechos autonómicos o, incluso, extranjeros; o pueden limitarse a
modificar algún aspecto de uno de esos regímenes si lo eligen). En En la práctica resulta muy
último extremo podrían llegar a pactar en la carta de nupcias la ex- extraño que los otorgantes
clusión del régimen supletorio que les sería aplicable y no establecer
pacten un régimen ex novo
ninguno por el que quieran regirse.
Aunque todo lo dicho es posible, en la práctica resulta muy extraño
con el riesgo que ello supone.
que los otorgantes pacten un régimen ex novo con el riesgo que ello Lo normal es que se remitan
supone. Lo normal es que se remitan a cualquiera de los regímenes a cualquiera de los regímenes
económicos existentes, excluyendo el que les fuera aplicable por ra- económicos existentes,
zón del territorio en el que tienen su residencia. Así pues, en nuestro
excluyendo el que les fuera
caso, es muy previsible que las cartas de nupcias contengan mayori-
tariamente la exclusión del régimen de separación de bienes (lo cual
aplicable por razón del
reducirá mucho su otorgamiento, porque la tendencia social se mue- territorio en el que tienen su
ve en sentido contrario), o bien determinadas cláusulas más propias residencia.

2008 | nº 51 219
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Así pues, en nuestro caso, del contenido atípico que ahora veremos (donaciones por razón de
es muy previsible que las matrimonio, etc.), lo que contribuirá también a mantenerlas en una
reducida proporción.
cartas de nupcias contengan Bajo la designación de contenido “atípico” se engloban las esti-
mayoritariamente la exclusión pulaciones que no tienen por objeto la expresa determinación del
del régimen de separación régimen económico del matrimonio, aunque sean de índole pa-
de bienes (lo cual reducirá trimonial. El artículo 25 las denomina como: “cualesquiera otros
mucho su otorgamiento, pactos de naturaleza patrimonial o personal entre los cónyuges o
a favor de ellos, de sus hijos nacidos o por nacer, ya para que pro-
porque la tendencia social se duzcan efectos durante el matrimonio o incluso después de la diso-
mueve en sentido contrario). lución del mismo, sin más límites que los que establece esta Ley, lo
que resulte de las buenas costumbres y lo que imponga la absoluta
igualdad de derechos y obligaciones entre los consortes dentro de
su matrimonio”.
El Derecho común suministra algunos supuestos clásicos de este
tipo de contenido atípico: reconocimiento de una filiación no ma-
trimonial (art. 120.1 CC); hacer donaciones por razón de matrimonio
(arts. 1338 y 1341.2 CC); mejorar a los hijos y descendientes en la
sucesión (art. 827 CC); hacer promesa de mejorar o no mejorar (art.
826 CC); otorgar a un cónyuge la facultad de distribuir los bienes
El precepto incorpora dos del otro y mejorar con ellos a los hijos comunes (art. 831 CC). Como
elementos importantes y puede verse, las estipulaciones “por razón del matrimonio” que pue-
novedosos en este ámbito. den incorporarse a las capitulaciones pueden tener, o no, contenido
En primer lugar, alude al económico y pueden ser de cualquier tipo, siempre dentro de los
límites impuestos por la propia ley, la costumbre y el principio de
nasciturus como sujeto igualdad entre cónyuges.
destinatario de pactos; lo No obstante, el precepto incorpora dos elementos importantes y
cual, aun siendo lógico y novedosos en este ámbito. En primer lugar, alude al nasciturus
regulado (art. 30 CC) no como sujeto destinatario de pactos; lo cual, aun siendo lógico y re-
suele ser objeto frecuente de gulado (art. 30 CC) no suele ser objeto frecuente de reconocimiento
legislativo expreso, en punto a lo que le favorece. En segundo lugar,
reconocimiento legislativo alude a la posibilidad de pactar determinadas cuestiones para que
expreso, en punto a lo que produzcan efectos después de la disolución del matrimonio; es de-
le favorece. En segundo cir, una especie de plantilla (o documento pormenorizado) del hi-
lugar, alude a la posibilidad potético convenio regulador con ocasión del divorcio. Con esto, el
de pactar determinadas alcance de la carta de nupcias se universaliza, pudiéndose regular
todo tipo de cuestiones personales y patrimoniales desde antes de
cuestiones para que la celebración del matrimonio hasta después de su disolución. Ante
produzcan efectos después de esto no cabe sino reconocer el enorme poder de tal documento.
la disolución del matrimonio; Cabe la posibilidad de que los cónyuges otorguen capitulaciones
es decir, una especie de cuyo contenido se limite al que hemos denominado “atípico”, sin lle-
plantilla (o documento var a cabo determinación alguna relativa al régimen económico del
matrimonio propiamente dicho. En tal caso, el régimen económico-
pormenorizado) del matrimonial que les será aplicable, de acuerdo con el art. 6 y el art.
hipotético convenio regulador 44 de la Ley, será el sistema legal establecido como supletorio de
con ocasión del divorcio. separación de bienes.

220 2008 | nº 51
La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

2.6. Límites de la libertad capitular


Como hemos apuntado en el apartado anterior, la segunda parte del
art. 25 señala tres límites a las cláusulas o estipulaciones que pre-
tendan formar parte de una carta de nupcias: “…los que establece
esta Ley, lo que resulte de las buenas costumbres y lo que imponga
la absoluta igualdad de derechos y obligaciones entre los consortes
dentro de su matrimonio”.
Indudablemente, los dictados de la propia Ley (es decir, las normas
preceptivas que no pueden ser obviadas o modificadas por los con-
trayentes) son un límite a la autonomía de su voluntad. En ese senti-
do, deben incluirse aquí los preceptos imperativos que constituyen lo
que podíamos denominar “el régimen matrimonial primario valencia-
no”, que serían básicamente, los contenidos en los capítulos II y III del
Título Primero de la Ley. En el capítulo II la Ley establece la obligación
de ambos cónyuges de contribuir al levantamiento de las cargas del
matrimonio (art. 8); el deber de información económica entre ambos
(art. 10); la potestad doméstica (art. 11); la consideración del trabajo
de la casa como contribución al levantamiento de cargas familiares y
sus criterios de valoración (art. 12 y 13). En el capítulo III se abordan
las cuestiones relativas a la vivienda familiar habitual: respecto a los
actos de disposición sobre ella y al consentimiento de ambos (arts. 16,
17, 18 y 21) y respecto al ajuar doméstico, incluyendo la predetrac-
ción (arts. 19 y 20). Hemos de suponer que, puesto que la norma del
art. 25 ha querido concretar como límite solo lo establecido en “esta
Ley”, eludiendo el genérico “la ley” habitual en el Derecho común;
no habrá más límites objetivos que los que acabamos de señalar, de
acuerdo con el primer criterio apuntado, aunque sustancialmente co- La alusión a “buenas
inciden con los habituales en este campo. costumbres” más bien parece
El segundo de los límites a que alude el art. 25 es el de las “bue- hacer referencia a una
nas costumbres”. Aquí estamos también ante un límite clásico de la
moral social, vigente en un
autonomía de la voluntad de quienes otorgan capitulaciones ma-
trimoniales. Nunca resultó fácil determinar en la doctrina común el
determinado momento y
significado preciso de este concepto jurídico indeterminado que se lugar. En todo caso, se trata
reproduce indefectiblemente en todos los textos legislativos. Algunos de una cuestión bastante
autores lo identifican con un concepto de Moral objetiva u ontoló- subjetiva que admite, por
gica, que impone ineludibles valores de orden ético a los otorgantes
tanto, una extraordinaria
que no pueden violar. Aunque esta concepción de la moral siempre
debe estar presente porque constituye un principio general de la con-
flexibilidad interpretativa.
tratación (y ya vimos que aquí son plenamente aplicables) la alusión Sí cabría considerar
a “buenas costumbres” más bien parece hacer referencia a una moral contrario a las buenas
social, vigente en un determinado momento y lugar. En todo caso, se costumbres, por ejemplo,
trata de una cuestión bastante subjetiva que admite, por tanto, una
un pacto que dispensara del
extraordinaria flexibilidad interpretativa. Sí cabría considerar contra-
rio a las buenas costumbres, por ejemplo, un pacto que dispensara del
deber de fidelidad, o que
deber de fidelidad, o que obligara a prácticas sado-masoquistas, etc. obligara a prácticas sado-
Finalmente, el precepto alude al principio de igualdad de derechos y masoquistas, etc.

2008 | nº 51 221
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

obligaciones entre los cónyuges como límite a la libertad pacticia de


ambos. Aunque resulta superfluo, porque este principio recogido en
los arts. 14 y 32.1 de la Constitución es un principio capital y un va-
lor superior que informa y fundamenta todo ordenamiento jurídico,
común o foral, el legislador valenciano manifiesta un permanente
interés por subrayarlo (así en el art. 3). Su repercusión, en general, en
el ámbito patrimonial supone que el hecho de casarse, por sí mismo,
no restringe o compromete la capacidad de obrar de ninguno de
los cónyuges, y en el ámbito personal o paterno filial, significa la
afirmación de la patria potestad compartida. Aplicado a la carta de
nupcias en particular, supone la exigencia de plena libertad por parte
Aplicado a la carta de de ambos a la hora de decidir otorgarla y de plena equidad a la hora
nupcias en particular, de determinar su contenido, impidiendo situaciones de inferioridad
supone la exigencia de plena o abuso de posición de poder. Para garantizarlo está la exigencia de
escritura pública e inscripción registral con la fiscalización de los
libertad por parte de ambos fedatarios públicos correspondientes.
a la hora de decidir otorgarla Doctrinalmente se han planteado cuatro supuestos de posible vulne-
y de plena equidad a la hora ración del principio de igualdad (ROCA, 2002: 191-192):
de determinar su contenido, • a) Pacto por el que se otorga la administración de los bie-
impidiendo situaciones nes comunes a uno sólo de los cónyuges (un cónyuge no puede
quedar excluido definitiva e irrevocablemente de esta adminis-
de inferioridad o abuso de tración).
posición de poder. Para • b) El pacto por el que se faculta a un solo cónyuge a disponer
garantizarlo está la exigencia de los bienes comunes (sería lícito un pacto que dispensara del
de escritura pública e consentimiento a uno de ambos en determinados casos legal-
inscripción registral con la mente establecidos, siempre que hubiera reciprocidad y facultad
de disposición solidaria).
fiscalización de los fedatarios • c) La configuración de un régimen dotal, en su acepción clási-
públicos correspondientes. ca, por cuanto supone una limitación personal evidente para la
mujer.
• d) El pacto por el que un cónyuge entrega al otro la admi-
nistración de sus bienes privativos. La misma finalidad podría
conseguirse con un poder a favor del otro, pero aquí sería lícito
por la revocabilidad esencial del poder.
La vulneración de los límites establecidos en el art. 25 por algún tipo
de estipulaciones, acarrearía sólo la nulidad parcial de la carta de
nupcias: en la concreta estipulación (o estipulaciones) transgresora
de aquéllos. Así se deduce de la doctrina general del contrato y del
principio de conservación del negocio jurídico.

2.7. Modificación de la carta de nupcias


Tras la celebración del matrimonio, los cónyuges pueden en cual-
quier momento modificar las reglas de funcionamiento patrimonial
de su matrimonio o cualesquiera cláusulas de otro tipo, mediante el
otorgamiento de nuevas capitulaciones. Así lo reconoce el art. 5.1 de
la Ley y es doctrina común en este campo. Este nuevo otorgamiento

222 2008 | nº 51
La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

no implica necesariamente el cambio del régimen económico matri-


monial, puesto que el contenido de la nueva escritura puede referirse
exclusivamente a los aspectos integrados en el denominado conte-
nido atípico de las capitulaciones. No obstante, en la mayoría de los
supuestos, es muy previsible que la modificación de las capitulaciones
preexistentes alcance también al contenido típico.
La Ley valenciana, fiel al principio de plena libertad capitular de La ley valenciana, fiel al
los cónyuges, de lo único que se preocupa es de garantizar que
en el otorgamiento de estas nuevas capitulaciones estén presen-
principio de plena libertad
tes aquellas personas que intervinieron en la carta de nupcias capitular de los cónyuges,
previamente acordada. El art. 26.2 dispone: “Igualmente, la car- de lo único que se preocupa
ta de nupcias o capitulaciones matrimoniales se podrá modificar, es de garantizar que en
en todo o en parte, por las mismas personas que constituyeron el el otorgamiento de estas
derecho, deber, función o facultad, personal o patrimonial, cuya
modificación se pretenda, sin perjuicio de los derechos adquiridos
nuevas capitulaciones estén
por los terceros de buena fe antes de la publicidad registral de di- presentes aquellas personas
cha modificación o del momento de su efectivo conocimiento si que intervinieron en la carta
este fue anterior”. de nupcias previamente
La norma no se está refiriendo a los cónyuges, sino a los terceros que acordada.
hubieren intervenido en el pasado, realizando atribuciones patrimo-
niales o pactos sucesorios a favor de los cónyuges. Ahora bien, la nor-
ma paralela vigente en el Derecho común (art. 1331 CC), perfila este
supuesto estableciendo una precisión importante que no contempla
el art. 26.2: que esos terceros estén vivos (en efecto, de la literalidad
del precepto podría deducirse que si alguno ya ha muerto, la carta
de nupcias es inmodificable). Como tal posibilidad parece descabella- La regla de la protección de
da, habrá que concluir suponiendo aplicable supletoriamente en este terceros resulta reiterativa,
caso, lo estipulado por el Código Civil. ¿Cuál sería la consecuencia puesto que ya se establece
de no respetar esta exigencia? La Ley no lo determina, pero parece expresamente y con la
indudable que se derivaría la nulidad de la nueva estipulación en lo
misma redacción en el art.
que afecte a los derechos, etc., constituidos por el tercero no com-
pareciente, y se mantendría en vigor la anterior. Conviene recordar, 5.2 de la Ley. En todo caso,
también, que cualquier modificación de la carta de nupcias exige res- afecta a las modificaciones
petar las reglas relativas a la capacidad, la forma y la eficacia de las que tengan una repercusión
capitulaciones. en el régimen económico
La regla de la protección de terceros resulta reiterativa, puesto que
del matrimonio; si se
ya se establece expresamente y con la misma redacción en el art.
5.2 de la Ley. En todo caso, afecta a las modificaciones que ten- limita a otros aspectos
gan una repercusión en el régimen económico del matrimonio; si intraconyugales o
se limita a otros aspectos intraconyugales o personales, de relación personales, de relación
con benefactores, etc., la mutación de las posibles estipulaciones en con benefactores, etc., la
ese ámbito carece de interés fuera de las personas implicadas. Sin
mutación de las posibles
embargo, si la modificación del régimen económico conyugal puede
tener influencia en las garantías de cobro de deudas o satisfacción estipulaciones en ese ámbito
de obligaciones contraídas, entonces el interés del tercero es preva- carece de interés fuera de las
lerte y su protección contra el fraude resulta perentoria. De ahí que personas implicadas.

2008 | nº 51 223
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

el art. 26.2 establezca esta obvia garantía a favor del tercero, que le
evite todo posible prejuicio y que se supedita, como ya apuntamos,
no sólo a la publicidad registral, sino al momento de su efectivo
conocimiento.

2.8. La ineficacia y nulidad de la carta de nupcias


A esta cuestión dedica la Ley los extensos y prolijos arts. 28 y 29. El
primer supuesto de ineficacia de la carta de nupcias, de acuerdo con
el art. 28.1, se deriva de la declaración de nulidad matrimonial, y de
los supuestos de separación y divorcio. El artículo establece oportu-
namente la salvedad de lo establecido en el art. 25, ya que los cón-
yuges, como vimos, pueden haber estipulado cosas para después de
la disolución de su matrimonio. Salvo en estos casos, los cónyuges,
en el convenio regulador pertinente, que tendrá que ser aprobado
judicialmente, “podrán ratificar, modificar o extinguir determinados
derechos, obligaciones o funciones establecidas en la carta de nup-
cias, siempre que ello no sea incompatible con su nueva situación”.
En este sentido, el precepto no hace sino recoger la doctrina común
en la materia: no puede haber pacto nupcial si no hay nupcias o si el
matrimonio se ha disuelto.
Los supuestos de nulidad se El n.2 del art. 28 contiene una complicada, farragosa y mal re-
dactada regla, relativa a la salvaguarda de derechos de los hijos
completan con la remisión
o de terceros en caso de nulidad separación o divorcio, con una
realizada en el art. 28.3 a salvedad singular (condena por vejación o maltrato a los padres
las normas generales de la con pena de privación de libertad superior a dos años) y otra cir-
nulidad o ineficacia de los cunstancial derivada de la incompatibilidad con la nueva situación
contratos. Acogiéndonos a tras la nulidad, separación o divorcio. Considero que no habiendo
un Derecho sucesorio valenciano, todas estas previsiones resultan
estos principios generales de
algo rebuscadas y superfluas.
la contratación, procederá la Los supuestos de nulidad se completan con la remisión realizada
nulidad de las capitulaciones en el art. 28.3 a las normas generales de la nulidad o ineficacia
cuando no se respeta la de los contratos. Acogiéndonos a estos principios generales de
forma legalmente requerida la contratación, procederá la nulidad de las capitulaciones cuan-
do no se respeta la forma legalmente requerida ad solemnitatem
ad solemnitatem (carencia de
(carencia de escritura pública); o cuando se vulneran los límites
escritura pública); o cuando de la autonomía de la voluntad pasando por encima de las previ-
se vulneran los límites de la siones de la Ley, las buenas costumbres o el principio de igualdad
autonomía de la voluntad conyugal. Resultarán meramente anulables las capitulaciones en
pasando por encima de que exista algún vicio del consentimiento, conforme a las reglas
generales, y en particular, en los casos en que el complemento
las previsiones de la Ley,
de capacidad requerido a los otorgantes no haya sido observa-
las buenas costumbres o do (p. ej., el no concurso de los padres o tutor en los supuestos
el principio de igualdad requeridos).
conyugal. Podemos hablar de ineficacia en sentido estricto, cuando exista
una declaración por parte de ambos cónyuges de querer dejar sin
efecto la carta de nupcias (bien por otorgar otras nuevas, bien por

224 2008 | nº 51
La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

querer sencillamente extinguirlas). Cabría también que las capitu-


laciones fueran objeto de ineficacia cuando se otorgan en fraude
de acreedores, sobre todo en los supuestos en que la modificación
del régimen económico matrimonial pretende provocar la insol-
vencia del cónyuge deudor (LASARTE, 2000: 205-206).
El art. 29 aborda las consecuencias que se derivan de la ineficacia
capitular frente a terceros que hayan constituido derechos a favor
de los cónyuges en la carta de nupcias. La principal de esas con-
secuencias es, obviamente, la extinción de esos derechos cuando
la ineficacia sobreviene por la nulidad, separación o divorcio, dado
que se presume que tales actos se otorgaron en razón del matri-
monio. Si cabe concebir en ellos una causa jurídica distinta y una
compatibilidad con la nueva situación de los beneficiarios pueden
mantenerse (art. 29.1). No parece fácil que pueda verificarse esta
salvedad. Por el contrario, los derechos constituidos en la carta de
nupcias por terceros a favor de los hijos (presentes o futuros) de los
cónyuges no se extinguirán por el solo hecho de la nulidad, sepa-
ración o divorcio, a menos que su mantenimiento sea incompatible
con la nueva situación. Tampoco parece fácil que se produzca esta
incompatibilidad, sobre todo si pensamos en la fluidez del sistema
financiero y de las comunicaciones planetarias.

2.9. Eficacia “post mortem”


El art. 30, último de los que regulan la carta de nupcias, contempla
el supuesto de la muerte de uno de los cónyuges y la posibilidad de
que lo acordado tenga eficacia post mortem, según su naturaleza y
su causa, y a resultas de lo que se haya previsto en el testamento. El
precepto pretende ser ambicioso, pero la falta de regulación de un El precepto pretende ser
régimen sucesorio valenciano (que en el futuro puede que prevea la ambicioso, pero la falta de
validez de estas disposiciones y las condiciones para ello) hace que regulación de un régimen
todo ello se someta al régimen común de las sucesiones regulado por
el Código Civil, con lo que su eficacia resultará limitada y sometida a
sucesorio valenciano (que en
la prevalencia de ese régimen. Veremos en el futuro. el futuro puede que prevea la
Por otra parte, también este artículo ha sido recurrido ante el Tribu- validez de estas disposiciones
nal Constitucional por afectar al Derecho sucesorio, para lo que no y las condiciones para ello)
tendría competencia el legislador valenciano7. Estamos aquí en un hace que todo ello se someta
supuesto particular de la cuestión de fondo que se recurre, que no
es otra que la competencia legislativa de la Generalitat, en materia
al régimen común de las
de Derecho civil. No procede abordar aquí esta polémica, que ha sido sucesiones regulado por el
tratada abundantemente. En todo caso, no me cabe ninguna duda de Código Civil, con lo que su
que la Comunitat Valenciana ha recuperado esa competencia legisla- eficacia resultará limitada y
tiva y que lo ha hecho sin más limitaciones que las derivadas del art. sometida a la prevalencia de
149.1.8 de la Constitución.
ese régimen. Veremos en el
futuro.
7. También este artículo forma parte de los once a que se ha hecho referencia anterior-
mente al analizar el art. 27.2 (Vid. nota 6).

2008 | nº 51 225
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

3. Algunas breves
conclusiones
D e todo lo expuesto, podemos extraer tres conclusiones funda-
mentales. En primer lugar, que el régimen diseñado por la Ley
10/2007 de la carta de nupcias es muy paralelo al régimen estable-
cido por el Derecho común (por otra parte, tampoco es fácil innovar
mucho en esta materia, ya que, como dijimos, el Derecho común lo
recogió precisamente del Derecho foral). Pese a ello se podría haber
aprovechado para mejorar algunas deficiencias de lo regulado en el
Derecho común, pero no ha sido así.
En segundo lugar, se hace permanente (y quizá exagerado) hincapié
en los dos principios básicos que rigen el sistema capitular (y todo el
régimen económico matrimonial): la “total” libertad contractual de
los cónyuges (actuales o futuros) y la “absoluta” igualdad de ambos
en los derechos y obligaciones. Se deberían haber moderado tales
afirmaciones para evitar algunas incoherencias jurídicas.
En tercer lugar, hay muchos aspectos positivos y avanzados en la re-
gulación, que hemos señalado en nuestro análisis, como la apertura
a una realidad social en la que crecen exponencialmente las situacio-
nes de crisis matrimonial; la protección de los hijos y en especial del
nasciturus, etc., que permiten evaluarla de manera positiva.

226 2008 | nº 51
La libertad pacticia en la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen Económico Matrimonial Valenciano

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2008 | nº 51 227
La carta de
nupcias
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

Cartel correspondiente a la campaña de difusión de la


Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano.

La carta
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de nupcias en el Derecho civil valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano La cart
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valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil
valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenci
nupcias en el Derecho civil valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano La carta de nupcias
valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenci
nupcias
230 en
2008el| nº
Derecho
51 civil valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano La carta de nupcias
civil valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano La carta de nupcias en el Derecho civil val
La carta de nupcias en
el Derecho civil
valenciano
Texto de:
Carmen Boldó Roda

Sumario
I. Introducción: la Ley 10/2007 como “puente” entre ordenamientos
civiles. II. Vinculación histórica y adecuación a la realidad social. III.
Concepto y naturaleza jurídica de la carta de nupcias. IV. Anteceden-
tes históricos. V. La capacidad para otorgar la carta de nupcias. VI.
Contenido de la carta de nupcias. VII. Momento del otorgamiento de
la carta de nupcias. VIII. Requisitos formales. IX. Eficacia e ineficacia
de la carta de nupcias. X. Conclusión.

I. Introducción: la Ley
10/2007 como “puente”
entre ordenamientos
civiles La Ley 10/2007, de 20 de
L a Ley 10/2007, de 20 de marzo, de la Generalitat, de Régimen
Económico Matrimonial Valenciano, constituye el hecho más re-
levante, acontecido durante los últimos trescientos años, respecto
marzo, de la Generalitat,
de Régimen Económico
de la recuperación del Derecho civil histórico valenciano. Obvia- Matrimonial Valenciano,
mente, tal ley tiene su apoyo en el texto del vigente Estatuto de constituye el hecho más
Autonomía –aprobado a su vez mediante Ley Orgánica 1/2006– que relevante, acontecido
concede tanta importancia a esta cuestión que incluso se refiere a
durante los últimos
ella en su preámbulo.
Nuestro vigente Estatut d’Autonomia establece las tres condiciones trescientos años, respecto de
o requisitos que debe cumplir cualquier desarrollo legislativo que la recuperación del Derecho
tenga que ver con la competencia de Derecho civil valenciano, a civil histórico valenciano.

2008 | nº 51 231
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

saber: 1ª, respeto a la Constitución; 2ª, vinculación a la tradición


jurídica valenciana; y 3ª, adecuación a la realidad social1. En nues-
tra opinión, la Ley 10/2007, de la Generalitat, es especialmente es-
crupulosa en cuanto al cumplimiento de tales exigencias al tiempo
que sirve de puente entre el Derecho civil común, que hasta hace
muy poco era de único aplicable a los españoles con vecindad civil
valenciana, y el nuevo Derecho civil propio, que a partir de aho-
ra comienza a existir como tal. Así pues, la Ley 10/2007 posee un
doble significado para los ciudadanos valencianos: por una parte
establece su nuevo régimen económico matrimonial, mas por otra
abre la puerta al ejercicio de una competencia legislativa que con-
ducirá a medio plazo, haciendo uso el legislador valenciano de la
facultad de desarrollo que prescribe la regla octava del párrafo 1º
del art. 149 de la Constitución, a la creación de un ordenamiento
jurídico-civil propio, de la misma manera que lo han hecho otras
Comunidades Autónomas españolas, como, por ejemplo, Cataluña,
Aragón, Navarra o las Islas Baleares.

II. Vinculación
histórica y
adecuación a la
realidad social
D ando por supuesta la voluntad de cumplimiento de la Consti-
tución y del resto del bloque de constitucionalidad que inspira
nuestra Ley de Régimen Económico Matrimonial, merece la pena
destacar los otros dos aspectos generales y relevantes de la citada
Ley 10/2007 que son, como dijimos antes, la vinculación a la tradi-
El entronque de la citada ción histórico-legislativa valenciana y la adecuación a la realidad
social.
norma con nuestro Derecho El entronque de la citada norma con nuestro Derecho foral es algo
foral es algo que se palpa que se palpa a lo largo de todo su texto articulado, sin demasia-
a lo largo de todo su texto da dificultad. No es sólo la referencia nominal a diversas figuras
articulado, sin demasiada históricas la que lo pone de manifiesto, tales como la germanía,
dificultad. las donaciones propter nuptias y universales, la predetracción del
ajuar doméstico o la propia carta de nupcias, sino el tratamiento
que de las mismas hace la Ley lo que permite llegar a tal conclu-
sión. Como botón de muestra basta citar el concepto de germanía

1. Esta triple exigencia es llevada directamente al párrafo segundo del art. 1 de la Ley de Régi-
men Matrimonial Valenciano, cuyo tenor es el siguiente: “(la) regulación se lleva a cabo desde
la recuperación del Derecho foral civil valenciano y su pertinente desarrollo y adaptación a los
valores y principios constitucionales, así como a las nuevas demandas sociales”.

232 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

que se contiene en el primer párrafo de su artículo 38, donde pue-


de leerse lo siguiente: “la germanía es una comunidad conjunta o
en mano común de bienes, pactada entre los esposos en carta de
nupcias o capitulaciones matrimoniales antes de contraer matrimo-
nio, con ocasión de éste, o en cualquier momento con posterioridad,
modificando o completando aquéllas. El carácter agermanado de los
bienes podrá igualmente hacerse constar en el documento público
de su adquisición, sin necesidad de otorgar o modificar la carta de
nupcias o capitulaciones matrimoniales”. Es precisamente la segun-
da parte del párrafo la que da carácter especial valenciano y sin-
gularidad histórica a la figura de la germanía, porque aunque los
bienes agermanados, como el resto de los bienes del matrimonio,
están afectos al levantamiento de las cargas del matrimonio (párra-
fo 2 del mismo precepto), ni son equivalentes a lo que en el Código
Civil se llaman bienes gananciales ni tampoco tienen el tratamiento
de los bienes privativos sometidos a comunidad ordinaria. Se trata,
pues, de algo diferente, cuya regulación hunde sus raíces en los
Fueros del Reino de Valencia.
La adecuación a la realidad social del tiempo en el que nos encon- La adecuación a la realidad
tramos podría estar representada por la reinstauración del régimen
social del tiempo en el
de separación de bienes como Derecho supletorio de primer grado,
a falta de capitulaciones o carta de nupcias, para los matrimonios
que nos encontramos
entre valencianos, en sustitución del que lo era por aplicación del podría estar representada
Derecho civil común, esto es, la sociedad de gananciales. Los tiem- por la reinstauración del
pos actuales están basados, como no podría ser de otra manera, en régimen de separación
el principio de igualdad entre cónyuges (al que, como fundamento
de bienes como Derecho
del régimen matrimonial valenciano, se hace referencia expresa en
el art. 3 de la Ley), en la tendencia –acaso no del todo consolidada–
supletorio de primer grado,
al acceso al mundo del trabajo y de las actividades económicas en a falta de capitulaciones
plano de igualdad entre hombres y mujeres y en la corresponsabili- o carta de nupcias, para
dad entre los progenitores respecto del cuidado y educación de los los matrimonios entre
hijos. Ello unido al mayor número de rupturas matrimoniales y a
valencianos, en sustitución
una simplificación de los trámites de divorcio y, por consiguiente la
disolución del régimen matrimonial (en el caso de que lo fuera del
del que lo era por aplicación
tipo de comunidad como, por ejemplo, el de gananciales común o el del Derecho civil común,
de conquistas navarro), parecen aconsejar que el régimen económi- esto es, la sociedad de
co matrimonial de los esposos, en el caso de que no hayan conside- gananciales.
rado otorgar capitulaciones, sea el que, salvado el deber de levanta-
miento de las cargas familiares, junto con las restantes obligaciones
que constituyen el denominado régimen matrimonial primario, per-
mita mayor libertad a cada cónyuge respecto de la administración
y disposición de su patrimonio. Así pues, podría decirse sin temor
a equivocarse que la Ley 10/2007, de la Generalitat, en una misma
regulación reinstaura el que por tradición jurídica habría sido el
régimen matrimonial de los valencianos de no haberse producido la
abolición de los Fueros en 1707, al tiempo que lo hace cuando las

2008 | nº 51 233
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

circunstancias sociales (la realidad social del tiempo en que va a ser


aplicada la norma) parecen aconsejarlo.
Cuando el artículo 3 del Título Prelimar del Código Civil (cuya vis
aplicativa material se extiende a la totalidad de los territorios es-
pañoles y no sólo al Derecho privado, conforme al párrafo 1 del art.
13 del mismo cuerpo legal) regula los criterios de interpretación de
las normas, señala que ésta se realizará de acuerdo con “la realidad
social del tiempo en que han de ser aplicadas”, hace algo más que
establecer unos criterios interpretativos, está estableciendo tam-
bién unos criterios legislativos que deben ser tenidos en cuenta
por el legislador sucesivo. En nuestra opinión, el legislador español,
ya sea del Estado o de cualquiera de las Comunidades Autónomas,
ha de ejercer su función teniendo en cuenta los antecedentes his-
tóricos y legislativos, buscando que la aplicación concreta de la
norma sea lo más justa y equitativa posible, y además teniendo en
cuenta cuál es la finalidad de la norma que se pretende promulgar.
Pero todo ello ha de hacerlo teniendo en cuenta algo que acaso
sea todavía más importante y que condiciona todos lo anterior,
esto es, las circunstancias sociales (el escenario, como dirían los
economistas), así como la voluntad de los ciudadanos a los que la
norma se ha de aplicar.

III. Concepto y
Igualdad y libertad naturaleza de la carta
civil son dos principios
interconectados que a su
de nupcias
vez se relacionan con el libre
desarrollo de la personalidad
A ntes de adentrarnos en el concepto y la naturaleza de la car-
ta de nupcias conviene tener presente una serie de cuestio-
nes que son consideradas por la Ley 10/2007 como disposiciones
y con la libertad de pactos comunes del régimen económico matrimonial valenciano o como
(autonomía privada). Dicho principios generales. A una de ellas ya nos hemos referido antes,
de otra manera, la libertad aunque su mención en la Ley podría haber sido obviada por di-
manar directamente de un principio constitucional. Se trata del
de pactos y la de otorgar
principio de igualdad entre cónyuges, cuya plasmación positiva se
capitulaciones son una halla en el artículo 3 de la Ley (“El régimen económico matrimonial
consecuencia de que en valenciano tiene como fundamento la plena igualdad jurídica de
el ordenamiento de que los cónyuges y se define por la más absoluta libertad civil entre los
se trate los otorgantes son mismos, sin perjuicio de la necesaria protección social, económica y
jurídica de la familia...”).
considerados libres e iguales,
Igualdad y libertad civil son dos principios interconectados que a
pues de otro modo ni los su vez se relacionan con el libre desarrollo de la personalidad y con
pactos ni las capitulaciones la libertad de pactos (autonomía privada). Dicho de otra manera,
podrían ser eficaces. la libertad de pactos y la de otorgar capitulaciones son una conse-

234 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

cuencia de que en el ordenamiento de que se trate los otorgantes


son considerados libres e iguales, pues de otro modo ni los pactos
ni las capitulaciones podrían ser eficaces. En Derecho privado el
contrato presupone la igualdad entre las partes y sólo cuando éstas
son libres, esto es, expresan su consentimiento sin más limitaciones
que las propias de la autonomía de la voluntad (ley, moral y orden
público), el pacto se convierte en ley entre ellas (art. 1091 CC). Tanto
en el Derecho civil común español (art. 1315 CC), como en el vigente
Derecho civil valenciano, los cónyuges son libres para establecer su
régimen matrimonial. El art. 4 de la Ley 10/2007 regula esta cues-
tión bajo el epígrafe, acaso un poco grandilocuente, denominado
“Génesis del régimen económico matrimonial valenciano” y lo hace
del siguiente modo: “El régimen económico matrimonial valenciano,
con los objetivos y el fundamento señalados en el artículo anterior
(principio de igualdad como fundamento del régimen económico
matrimonial valenciano), se acordará por los cónyuges con total y
entera libertad civil en la carta de nupcias que otorguen a este efecto
sin otras limitaciones que las establecidas en esta ley, anteriormen-
te al matrimonio o bien con posterioridad, constante el mismo”. Por
tanto, la carta de nupcias es el instrumento del que pueden ser- La carta de nupcias es el
virse los que son o van a ser esposos para establecer su respectivo instrumento del que pueden
régimen económico matrimonial, de la misma manera que en la
servirse los que son o van a
mayor parte del territorio español (y hasta hace muy poco en la
Comunitat Valenciana) lo hacen por medio de las capitulaciones
ser esposos para establecer
matrimoniales. su respectivo régimen
La carta de nupcias no sólo puede servir para establecer un deter- económico matrimonial, de
minado régimen matrimonial entre los cónyuges (por ejemplo, la la misma manera que en la
germanía), sino también para modificar o sustituir el hasta ese mo-
mayor parte del territorio
mento existente entre ellos. A este respecto, el artículo 5 de la Ley
10/2007, bajo el epígrafe “Modificación del régimen económico ma-
español (y hasta hace muy
trimonial valenciano. Sus efectos frente a terceros”, prescribe en su poco en la Comunitat
párrafo 1 que “los cónyuges podrán modificar su régimen económico Valenciana) lo hacen por
matrimonial con la misma libertad con que lo configuraron”. Esta li- medio de las capitulaciones
bertad de modificación que los cónyuges pueden ejercitar a través
matrimoniales.
de la carta de nupcias o de las capitulaciones tiene el límite de los
derechos adquiridos por terceros (art. 1317 CC) anteriormente a su
efectivo conocimiento por éstos o, en todo caso, “de su publicación
oficial en el registro público competente” (párrafo 2 del art. 5 de la
Ley valenciana).
La falta de carta de nupcias o de capitulaciones tiene como efecto en
el Derecho civil valenciano el mismo que en el Derecho civil común, a
saber: la aplicación del régimen matrimonial legal supletorio, aunque
con contenido diferente. Como es sabido, en el Derecho civil común
el régimen legal supletorio está constituido, conforme al art. 1316
del CC, por la sociedad de gananciales (“A falta de capitulaciones, o
cuando éstas sean ineficaces, el régimen será el de la sociedad de ga-

2008 | nº 51 235
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

El Derecho valenciano, nanciales”); sin embargo, en el Derecho valenciano, ahora el Derecho


ahora el Derecho legal legal supletorio está constituido por la separación de bienes, pues a
tenor del artículo 6 de la Ley 10/2007, “a falta de carta de nupcias o
supletorio está constituido capitulaciones matrimoniales, o cuando estas sean ineficaces, el ré-
por la separación de bienes. gimen económico aplicable será el de separación de bienes, sin que
la celebración del matrimonio tenga otra trascendencia económica
para los consortes que la de afectar a sus respectivas rentas y patri-
monios al levantamiento de las cargas del matrimonio”.
No hubiera estado de más, a nuestro entender, que la Ley previera la
extraña hipótesis, aunque posible, consistente en que el contenido
de la carta de nupcias o capitulaciones se circunscriba únicamen-
te a que los cónyuges excluyan para su matrimonio el régimen de
separación de bienes (bien de manera originaria o sobrevenida), sin
El régimen sustitutorio del instituir ningún otro en su lugar. A este régimen sustitutorio del le-
gal supletorio se le denomina régimen legal supletorio de segundo
legal supletorio podría ser
grado. En nuestra opinión, el que se hubiera debido establecer por
el de gananciales del Código el legislador valenciano con tal carácter podría ser el de gananciales
Civil. del Código Civil, que es la conclusión a que se llega aplicando la
regla contenida en el párrafo 2 del art. 13 del Código Civil, cuando
prescribe que “...con pleno respeto a los Derechos especiales o forales
de las provincias o territorios en que están vigentes, regirá el Código
civil, como Derecho supletorio, en defecto del que lo sea en cada una
de aquéllas, según sus normas especiales”. Como decimos, ésta es la
conclusión a la que se llega llevando a cabo una labor de integra-
ción heterónoma, porque si se pretendiera realizar una integración
aprovechando los propios preceptos de la propia Ley 10/2007 a la
única institución a la que se tendría que recurrir para integrar la
laguna, en tan extraña pero sin embargo posible situación, sería a
la de la germanía, lo cual no es jurídicamente posible ya que, por su
naturaleza, esta figura exige que los cónyuges instituyan tal especie
de comunidad en uno o más bienes libremente elegidos por ellos,
lo cual implica una determinación y una voluntad que exceden con
mucho de la mera voluntad de excluir el régimen de separación de
bienes para su matrimonio.
La carta de nupcias es el La carta de nupcias es el negocio jurídico que pueden otorgar
los cónyuges, o los que van a serlo entre sí, para establecer el
negocio jurídico que pueden
régimen económico que ha de regir en su matrimonio. El artí-
otorgar los cónyuges, o los culo 22 de la Ley valenciana habla de “La Carta de nupcias o las
que van a serlo entre sí, Capitulaciones matrimoniales”, haciendo ambas denominaciones
para establecer el régimen equivalentes. Por consiguiente, la carta de nupcias es una de las
económico que ha de regir formas que utiliza la Ley 10/2007 para referirse a lo que, en el
Código Civil y de manera general en Derecho, se llaman capitula-
en su matrimonio.
ciones matrimoniales.
Respecto de la materia capitular, existe bastante coincidencia
entre la regulación que actualmente ofrece el Derecho civil va-
lenciano y la que dimana del Código Civil, motivo por el cual los

236 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

ciudadanos de la Comunitat Valenciana, en la práctica y con la


salvedad ya señalada de la variación en cuanto al Derecho legal
supletorio a falta de capitulaciones, no van a notar grandes di-
ferencias en cuanto al régimen jurídico aplicable. Seguidamente
veremos porqué.
Ya fue advertido más arriba que uno de los principios que inspiran la
nueva Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano es el de
libertad de los cónyuges a la hora de elegir, para su matrimonio, su
respectivo régimen económico. A este principio los autores también
lo llaman “principio de libertad de estipulación capitular”. Este prin-
cipio lleva implícito, en el Derecho común (y, por ende, ahora tam-
bién en el Derecho civil valenciano) dos libertades y una restricción.
Las dos libertades son: de una parte, la de poder optar los cónyuges
entre otorgar o no capitulaciones, sometiéndose, por defecto, en el
caso de no hacerlo, al régimen legal supletorio; y de otra, la de ele-
gir libremente, con las únicas limitaciones establecidas por la ley, la
regulación y contenido de su respectivo régimen económico. Por el
contrario, la restricción consiste en que la única forma que tienen de
conformar su régimen económico matrimonial, sin que por defecto
les venga impuesto por ley, es mediante el otorgamiento de capitu-
laciones, por ser éste el único instrumento jurídico del que pueden
servirse los cónyuges para tal finalidad, a diferencia de lo que sucede
en otros Derechos civiles españoles (v. gr., el catalán o el de las Islas
Baleares) en los que es posible dar uso a otras instituciones (inclusive
de Derecho sucesorio) para conformar el haz de relaciones económi-
cas de los cónyuges entre sí e incluso respecto de terceros. Algunos
autores matizan esta opinión diciendo que aunque “el art. 1315 exige
que el régimen económico lo estipulen los cónyuges en capitulacio-
nes matrimoniales (ello) no implica una restricción a la autonomía
privada, sino mera indicación del cauce adecuado (para hacer uso de
la libertad capitular)” (vid. HERRERO GARCÍA siguiendo la opinión de
DÍEZ-PICAZO)2.
Según la doctrina, para la comprensión del art. 1315 del Código Civil
es preciso tener presente el diverso sentido con que en diversas oca-
siones se utiliza el término capitulación:
• a) Para referirse propiamente al negocio jurídico en que se
estipula un régimen económico matrimonial o algún extremo
concerniente a él. Éste es el significado que la Ley 10/2007
concede a las alocuciones “carta de nupcias” y “capitulaciones
matrimoniales”.
• b) En otro sentido se utiliza la expresión “capitulaciones ma-
trimoniales” para referirse “al instrumentum nupcial, en el que
caben pactos o negocios de diversa índole, aun sin relación con el
matrimonio, que pueden constar en escritura pública” (HERRERO

2. Comentario del Código Civil, tomo 2, Madrid, 1991, p. 572.

2008 | nº 51 237
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

GARCÍA)3. En consecuencia, aún otorgado el instrumentum ca-


pitular, no habrá capitulaciones matrimoniales a los efectos del
art. 1315 CC (ni del Capítulo IV de la Ley 10/2007, de la Genera-
litat), cuando tal instrumentum no contenga las estipulaciones
que configuren el reglamento que va a gobernar en adelante la
pertenencia, responsabilidad y gestión de los bienes e ingresos
de los cónyuges, la economía doméstica y familiar, así como el
reparto de beneficios y pérdidas.

En epígrafes posteriores será analizada la cuestión relativa al conte-


nido de la libertad de estipulación capitular que, como fue indicado
más arriba, comparten el Código Civil y la Ley de Régimen Económi-
co Matrimonial Valenciano.

IV. Antecedentes
históricos
E n una breve referencia a los antecedentes históricos valencia-
nos de la carta de nupcias no puede dejar de señalarse que,
tal y como ha explicado uno de los autores que ha estudiado con
mayor profusión el asunto, SIMÓ SANTONJA, “el sistema económi-
co matrimonial valenciano se contiene fundamentalmente en el
libro V (I de la edición latina), que empieza con la rúbrica ‘De arres
e desponsalles’. Las capitulaciones matrimoniales eran solemnes y
necesariamente debían otorgarse al tiempo (antes) de la celebra-
ción del matrimonio, no después, y su finalidad básica era suavizar
o alterar el régimen legal de separación de bienes, bien por referen-
Como señala la doctrina, cia a un régimen dotal, bien por pacto de la germanía”. En efecto,
el legislador histórico en los textos, señala el referido autor, se habla de “carta nupcial”,
valenciano siguió el criterio de “carta matrimonial” y de “carta de sponsalici”, aunque también
es posible encontrar referencias a las “cartes nupcials”, a la “carta
romano y organizó el que son feyta al temps de matrimoni entre ell e ella” y otras locu-
matrimonio foral bajo el ciones parecidas.
régimen de separación de Como señala la doctrina, el legislador histórico valenciano siguió el
bienes, pero dejando a salvo criterio romano y organizó el matrimonio foral bajo el régimen de
la libertad de los cónyuges separación de bienes, pero dejando a salvo la libertad de los cónyu-
ges para pactar un régimen distinto. Obviamente, esta posibilidad
para pactar un régimen debía ejercitarse, como se acaba de señalar, por medio de las capitu-
distinto. Obviamente, esta laciones o carta de nupcias.
posibilidad debía ejercitarse,
como se acaba de señalar, por
medio de las capitulaciones o
carta de nupcias.
3. Comentario del Código Civil, op. Cit., pp. 572 y 573.

238 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

V. La capacidad
para otorgar la carta
de nupcias
A la capacidad para otorgar la carta de nupcias, la Ley de Régimen
Económico matrimonial Valenciano dedica los artículos 22, 23
y 24. El primero de índole más general, el segundo relativo a un su-
puesto especial en el que interviene como contrayente un menor y el
tercero respecto del incapacitado.
La regla general, contenida en el primer inciso del art. 22, es que Pueden otorgar carta de
pueden otorgar carta de nupcias o capitulaciones “quienes pueden nupcias o capitulaciones
válidamente contraer matrimonio”. En este punto, la coincidencia
con el Código Civil es completa, pues también esta norma hace
“quienes pueden válidamente
equivalentes, con los matices que se verán después, la capacidad contraer matrimonio”.
para contraer matrimonio y para otorgar capitulaciones. Sin embar-
go, el mismo precepto valenciano, siguiendo la pauta marcada por
el art. 323 CC, señala a continuación que cuando la carta de nupcias
o capitulaciones “atribuya derechos de un contrayente menor al otro
cónyuge sobre bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o in-
dustriales u objetos de extraordinario valor, aquél necesitará para
el eficaz otorgamiento de la carta de nupcias los complementos de
capacidad de sus progenitores y, en su defecto, de su curador”. La
atribución que un cónyuge pueda hacer a favor del otro no deja de
ser una suerte de enajenación; por consiguiente, la norma conteni-
da en el citado art. 323 CC ya era de aplicación a los matrimonios
valencianos antes de la entrada en vigor de la Ley 10/2007, del mis-
mo modo que lo es a los matrimonios españoles sometidos al Dere-
cho común. Lo que hace la ley valenciana es especificar la cuestión
en sede capitular, lo cual resuelve cualquier género de duda que al
respecto pudiera surgir.
El menor que con arreglo a ley puede casarse es el emancipado y
el mayor de catorce años que ha obtenido dispensa de edad, tal y
como establecen los artículos 46 y 48,2º del Código Civil. A estas
dos posibilidades se refiere la segunda parte de este art. 22 de la
Ley 10/2007.
Por otro lado, el artículo 23 es complementario de la segunda par-
te del art. 22, acabado de enunciar; pues, advierte que “si alguna
disposición capitular supusiera enajenación o gravamen de bienes
del contrayente menor o le impusiere a éste modo o contrapresta-
ción, éste necesitara los complementos de capacidad de sus padres
o personas que ejerzan cargos tutelares, o del otro cónyuge des-
pués de la celebración del matrimonio, si éste fuera mayor de edad
y la disposición afectara a bienes de los mencionados en el artículo
precedente”.

2008 | nº 51 239
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Como señala la mayor parte de la doctrina, las capitulaciones son


otorgadas por el menor por sí mismo, al ser éstas un acto personalí-
simo. Alguna opinión disiente del parecer general, al advertir que tra-
tándose de un menor no emancipado se mantiene la representación
legal de los padres o del tutor (LLOPIS). Quienes participamos del sentir
mayoritario sostenemos que los progenitores o el tutor se limitan a
prestar su concurso y consentimiento a fin de integrar la capacidad
de obrar del menor.
El precepto del Código Civil que podría considerarse correlato del art.
22 de la norma valenciana es el art. 1329, en éste se hace excepción a
la regla de que el menor que con arreglo a ley pueda casarse y otorgue
capitulaciones necesitará el concurso y consentimiento de los padres o
tutor “salvo que se limite a pactar el régimen de separación o participa-
ción”. Respecto del Derecho valenciano tal excepción en ningún caso se
puede referir al régimen de separación, pues éste, como es sabido, es el
legal supletorio. No obstante cabría preguntarse respecto a la posible
aplicación supletoria del citado art. 1329, en el hipotético caso de que
la carta de nupcias sirva únicamente para pactar el régimen de partici-
pación, cuando uno de los otorgantes de la carta sea menor. En nuestra
opinión, por aplicación supletoria del Derecho común (art. 13,2 CC) y por
analogía con la situación planteada (art. 4,1 CC) en el Derecho común,
sí podría admitirse la eficacia de la carta de nupcias o capitulación en la
que intervenga un menor, aun cuando no presten su consentimiento sus
progenitores o tutor, si su finalidad exclusiva es instituir el régimen de
participación (previsto en el Código Civil) entre los cónyuges.
La carta de nupcias que se Coincidimos con el parecer que considera que la carta de nupcias
otorgue por el menor sin que se otorgue por el menor sin el consentimiento de sus progenito-
res o tutor no es nula, sino meramente anulable (CABANILLAS SÁN-
el consentimiento de sus
CHEZ), según se infiere de la remisión del art. 1335 CC al régimen de
progenitores o tutor no los contratos, y por ser la razón de ser del concurso y consentimien-
es nula, sino meramente to de quienes deben integrar la falta de capacidad del menor la de
anulable. establecer una medida de protección del mismo, por lo cual puede
concluirse que es posible la confirmación de la carta de nupcias anu-
lable. La remisión al régimen de los contratos que hace el citado art.
1335 se puede hacer extensiva a la carta de nupcias valenciana por
ser éste, tal y como ha sido indicado en varias ocasiones, el Derecho
común supletorio.
Finalmente, el art. 24 de la ley valenciana regula la carta de nupcias
del incapacitado, prescribiendo, como no podía ser de otra mane-
“la posibilidad de que un ra, que “la posibilidad de que un incapacitado judicialmente otorgue
incapacitado judicialmente eficazmente carta de nupcias dependerá de lo que resulte de la sen-
tencia de incapacitación”. Como es conocido, el correlato común de
otorgue eficazmente carta
este precepto es el art. 1330 CC, que exige para que el incapacitado
de nupcias dependerá de lo pueda otorgar capitulaciones que lo haga “con la asistencia” de sus
que resulte de la sentencia de progenitores, tutor o curador. Más correcta nos parece la norma va-
incapacitación”. lenciana, en cuanto deja a la decisión del juez encargado de dictar

240 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

la sentencia de incapacitación la determinación de la manera y cir-


cunstancias en las que el incapacitado judicialmente participe en el
negocio capitular.

VI. Contenido de la
carta de nupcias
D e conformidad con lo señalado en el epígrafe referido al concep-
to y naturaleza de esta figura, el art. 25 de nuestra Ley 10/2007 se
refiere al contenido de la carta de nupcias o capitulaciones matrimo-
niales. En él se afirma que “en la carta de nupcias o capitulaciones ma-
trimoniales se puede establecer el régimen económico del matrimonio
y cualesquiera otros pactos de naturaleza patrimonial o personal entre
los cónyuges o a favor de ellos, de sus hijos nacidos o por nacer, ya para
que se produzcan efectos durante el matrimonio o incluso después de la
disolución del mismo, sin más límites que lo que establece esta ley, lo que
resulte de las buenas costumbres y lo que imponga la absoluta igualdad
de derechos y obligaciones entre los consortes dentro del matrimonio”.
Como se puede comprobar y ya fue indicado más arriba, en el Có-
digo Civil y el la Ley de Régimen Matrimonial Valenciano la citada
libertad capitular se encuentra constreñida por los límites que es-
tablece de manera respectiva la propia norma, esto es, el Código
Civil, para el Derecho común, y la Ley 10/2007, para el Derecho civil
valenciano. En el primer caso, el art. 1315 del Código, siguiendo
una fórmula muy parecida a la utilizada en otros preceptos del
mismo cuerpo legal (v. gr., el art. 1255), establece que el régimen
económico del matrimonio será el que los cónyuges estipulen “sin
otras limitaciones que las establecidas en este Código”. Sin embargo,
como acabamos de ver, el art. 25 de la Ley 10/2007, de la Genera-
litat, prescribe que los límites no serán otros que lo que establezca
la ley, lo que resulte de las buenas costumbres y lo que imponga la
absoluta igualdad de derechos y obligaciones entre los consortes
dentro de su matrimonio.
Como se puede comprobar, la referencia a la que, a modo aparen-
te de ejemplo, nos hemos referido al analizar el concepto y la na- Resulta fácil percibir la
turaleza de la carta de nupcias ha sido totalmente intencionada,
pues resulta fácil percibir la enorme coincidencia que existe entre
enorme coincidencia que
la enumeración de los límites que el referido art. 25 impone a la existe entre la enumeración
libertad capitular y los que el art. 1255 del Código Civil establece a de los límites que el referido
la autonomía privada (ley, moral y orden público). La mención a la art. 25 impone a la libertad
ley es evidente, aunque el art. 25 de la Ley 10/2007 menciona úni- capitular y los que el art. 1255
camente la propia ley como fuente de las limitaciones, en realidad
esta referencia debe hacerse extensiva a cualquier ley aplicable a los
del Código Civil establece
cónyuges en materia capitular, tanto del Derecho común español a la autonomía privada (ley,
como del propio novel ordenamiento civil valenciano. La referen- moral y orden público).

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

cia a las buenas costumbres, en mi opinión, debe ser entendida


de la misma manera en que se interpreta la locución “moral” en
el art. 1255 CC. Y, por último, el respeto al principio de igualdad
entre cónyuges con que concluye su redacción el citado art. 25
no es, a nuestro parecer, más que una parte del llamado “orden
público” que aparece regulado como límite en el artículo 1255 CC.
Ya señalamos anteriormente que la inclusión del citado principio
entre las disposiciones comunes del régimen económico matrimo-
nial valenciano, con las que arranca nuestra Ley 10/2007, no era
necesaria por aplicación directa de los principios constitucionales.
En este sentido, tal y como con reiteración han señalado doctrina
y jurisprudencia, el citado principio de igualdad forma parte del
denominado “orden público español”. Así pues no es que, al incluir
tal límite a la libertad capitular, la norma valenciana esté intro-
duciendo una novedad sino más bien todo lo contrario porque,
aunque hace bien en recordar a los cónyuges que deben tener en
cuenta aquel principio al capitular, lo cierto es que el límite con el
que han de contar los otorgantes de la carta de nupcias no es sólo
el que dimana del principio de igualdad sino también el que resulta
del resto de normas, principios y valores de nuestro ordenamiento
que conforman el citado orden público.
Lo que se acaba de indicar podría reiterarse, prácticamente palabra por
palabra, respecto del art. 1328 CC, por cuanto los límites que el art. 25
de la ley valenciana establece al contenido de la carta de nupcias son
exactamente los mismos, de manera textual, a los que el precepto del
Código Civil establece con respecto a las estipulaciones contenidas en
las capitulaciones matrimoniales4.
Pese a su raigambre Pese a su raigambre valenciana, en la Ley 10/2007 no aparece nin-
guna referencia a la dote, a diferencia de lo que sucedía en algunos
valenciana, en la Ley
de los borradores que fueron utilizados en el seno de la Comisión
10/2007 no aparece ninguna de Codificación Civil Valenciana, antes de que aquel texto fuera
referencia a la dote. proposición de ley. Ello suscita la pregunta que también se ha he-
cho algún autor respecto del Derecho común, en el que, como es
sabido, también fue suprimida del Código Civil la regulación de tal
figura (que, sin embargo, sí mantienen otros Derechos civiles espa-
ñoles) sobre si es posible que los otorgantes de las capitulaciones
pueden pactar el antiguo régimen dotal. Quienes se han formulado
tal pregunta responden, siguiendo la doctrina mayoritaria, de ma-
nera negativa, si bien distinguiendo entre la dote como régimen
de organización jurídica y la dote como liberalidad individualizada
que quedaría al margen de esta prohibición o limitación “por no
tratarse –afirman los autores– de una estipulación integrante del
contenido nuclear de los capítulos, sino de una concreta liberali-

4. Para que se pueda observar con mayor claridad esta coincidencia, reproduzco aquí el
citado art. 1328 CC: “Será nula cualquier estipulación contraria a las Leyes o a las buenas
costumbres o limitativa de la igualdad de derechos que corresponda a cada cónyuge”.

242 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

dad contenida en las capitulaciones” (ÁLVAREZ SALA, seguido, entre Llama la atención el
otros, por HERRERO GARCÍA)5. En efecto, el principio de igualdad no hecho de que el art. 25
empece que los cónyuges o terceras personas puedan realizar libe-
ralidades singulares en concepto de dote, de las que pueda resultar
de la Ley 10/2007 prevea
beneficiado alguno de ellos. expresamente la inclusión de
Por último, llama la atención el hecho de que el art. 25 de la Ley pactos en las capitulaciones
10/2007 prevea expresamente la inclusión de pactos en las capitu- a favor de los “hijos nacidos
laciones a favor de los “hijos nacidos o por nacer”. En ello difiere la o por nacer”.
regulación valenciana de la contenida en el Código Civil, la cual, en
sede de capitulaciones matrimoniales no se refiere directamente a la
cuestión. No obstante, conviene precisar dos cosas, a saber: que la re-
gulación del Código no prohíbe tales pactos y por otra, el art. 831 del
mismo cuerpo legal regula la mejora hecha en testamento o “en capi-
tulaciones matrimoniales”, estableciendo una especie de excepción a
la regla contenida en el precedente artículo 830 que, como es cono-
cido, prescribe que “la facultad de mejorar no puede encomendarse a
otro”. Realmente no se trata de una excepción porque el mejorante es
parte del negocio jurídico en el que se otorga la mejora, esto es, del
negocio de capitulaciones. Así pues, vemos de nuevo que la vigente
regulación valenciana y la contenida en el Código Civil español no
es diferente desde el punto de vista esencial, y que si existe alguna Por tanto, el contenido que
diferencia en realidad es de mero matiz. los cónyuges pueden dar a
Por tanto, el contenido que los cónyuges pueden dar a la carta de nup-
la carta de nupcias puede
cias puede ser aquel que tengan por conveniente, cabiendo la posibi-
lidad, al igual que sucede en el Derecho civil común español, de que ser aquél que tengan por
incluyan cualesquiera pactos de naturaleza personal o patrimonial, con conveniente, cabiendo la
los límites que tanto el Derecho común como el valenciano imponen a posibilidad, al igual que
la autonomía capitular. sucede en el Derecho
civil común español, que
VII. Momento del incluyan cualesquiera pactos
de naturaleza personal o
otorgamiento de la patrimonial, con los límites
que tanto el Derecho común
carta nupcias como el valenciano imponen
a la autonomía capitular.
H emos podido comprobar que el momento en el que podían ser
otorgadas las capitulaciones o carta de nupcias en el antiguo
Derecho foral valenciano debía tener lugar con anterioridad a la En la actualidad, el Derecho
celebración del matrimonio. En la actualidad, el Derecho civil va- civil valenciano así como
lenciano así como el Derecho común (art. 1326 CC) admiten que las
capitulaciones puedan ser otorgadas tanto antes como después. Se-
el Derecho común (art.
ñala el párrafo 1 del art. 26 de la norma valenciana que “la carta de 1326 CC) admiten que las
nupcias o las capitulaciones matrimoniales se podrán otorgar antes capitulaciones puedan ser
otorgadas tanto antes como
después.
5. Comentario del Código civil, op. cit., p. 573.

2008 | nº 51 243
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

de celebrar el matrimonio o después de su celebración”. Obviamente,


las otorgadas con anterioridad requerirán para su verdadera efica-
cia que el matrimonio finalmente se contraiga.
La razón de ser de esta doble posibilidad (antes y después de la ce-
lebración del matrimonio) tiene su fundamento en el principio de
modificabilidad del régimen durante el matrimonio, lo cual significa
que los cónyuges pueden cambiar su régimen económico tantas ve-
ces quieran. Para que ello sea posible es necesario que los cónyuges
puedan otorgar capitulaciones una vez celebrada la boda, pues las ca-
pitulaciones o la carta de nupcias son el único instrumento adecuado
para hacerlo.
Modificación no del régimen Finalmente, el párrafo 2 del art. 26 de la ley valenciana se refiere
a la modificación no del régimen en sí, sino de las propias capitu-
en sí, sino de las propias
laciones, las cuales lo pueden ser, en todo o en parte, siempre que
capitulaciones. se cumplan varios requisitos: 1. Que sea por las propias personas
que constituyeron el derecho, deber o facultad cuya modificación
se pretenda; 2. Que no se perjudiquen los derechos adquiridos por
terceros de buena fe antes de la publicación registral de la modifi-
cación o de su efectivo conocimiento por ellos y 3. Que la modifica-
ción se realice respetando los requisitos y límites que la ley impone
a la carta de nupcias (este último no lo menciona expresamente el
precepto, pero se deduce del conjunto de normas aplicables).

VIII. Requisitos
formales
D e nuevo, a propósito de esta cuestión, el Derecho valenciano y el
común coinciden. El paralelismo entre el art. 1327 CC y el art. 27
de la Ley valenciana es completo: “para su validez, la carta de nupcias
o capitulaciones matrimoniales y sus modificaciones se deben otorgar
en escritura pública”. Como se puede comprobar, lo único que añade
el segundo respecto del primero es la referencia al requisito para la
modificación. Acaso no hubiera sido necesaria tal inclusión, puesto
que el art. 26 de la misma ley impone como vimos que sea por medio
de carta de nupcias o las capitulaciones la referida modificación; no
obstante, la abundancia, en este punto, no perjudica.
La carta de nupcias, al igual Por tanto, la carta de nupcias, al igual que las capitulaciones, cons-
que las capitulaciones, tituye un negocio solemne, por cuanto la escritura pública tiene
constituye un negocio carácter constitutivo o ad solemnitatem. La escritura pública, para
solemne, por cuanto la el otorgamiento o modificación de las capitulaciones, no puede ser
sustituida por ningún otro tipo de documento público, notarial o ju-
escritura pública tiene
dicial. En este sentido, la carta de nupcias o las capitulaciones que no
carácter constitutivo o ad consten en escritura pública son radicalmente nulas y no producirán
solemnitatem. ningún efecto inter partes ni respecto de terceros.

244 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

IX. Eficacia e
ineficacia de la carta
de nupcias La carta de nupcias quedará
ineficaz tras la declaración
de nulidad matrimonial,
E stas cuestiones son reguladas por los artículos 28, 29 y 30 de la
Ley 10/2007. Estos preceptos regulan tres situaciones diferentes, a
saber: 1) la eficacia de la carta de nupcias entre los cónyuges e incluso
divorcio o separación de los
cónyuges.
respecto de sus hijos en caso de nulidad, separación o divorcio; 2) la
eficacia de la carta de nupcias respecto de los derechos concedidos por
La excepción que se
terceros y 3) la eficacia de la carta de nupcias después de la muerte de
uno de los cónyuges.
refiere a las atribuciones o
La primera es regulada de conformidad con el principio general que con- constitución de derechos
siste en que la carta de nupcias quedará ineficaz tras la declaración de que, a pesar de otorgarse en
nulidad matrimonial, divorcio o separación de los cónyuges, con la ex- las capitulaciones, tengan
cepción de que ello no podrá causar perjuicio personal o reducción de los
una causa diferente que no
derechos constituidos a favor de los hijos en las mismas capitulaciones
o la carta de nupcias.
sea incompatible
La segunda se apoya en el mismo principio que la anterior, con la excep-
ción que se refiere a las atribuciones o constitución de derechos que, a Lo pactado en la carta
pesar de otorgarse en capitulaciones, tengan una causa diferente que no de nupcias entre los
sea incompatible con la nueva situación de los beneficiarios o titulares de contrayentes o entre éstos
tales derechos.
y terceras personas puede
La tercera se apoya en el principio general que consiste en que lo pactado
en la carta de nupcias entre los contrayentes o entre éstos y terceras perso-
tener eficacia después de la
nas puede tener eficacia después de la muerte de cualquiera de los consor- muerte de cualquiera de los
tes, en los mismos términos pactados o en los que resulten de la concreción consortes.
o ratificación testamentaria de la previsión capitular, en su caso.

X. Conclusión La promulgación de la Ley


10/2007, de 20 de marzo,
L a promulgación de la Ley 10/2007, de 20 de marzo, de Régimen
Económico Matrimonial Valenciano constituye un hito en la histo-
ria jurídica valenciana. Se trata de la primera norma, tras la derogación
de Régimen Económico
Matrimonial Valenciano
de los Fueros, por Felipe V, que instituye un régimen jurídico completo constituye un hito en la
en relación con una materia, en este caso, el régimen económico ma- historia jurídica valenciana.
trimonial, y que además lo hace tratando de evitar remisiones, en la Se trata de la primera norma,
medida de lo posible, a cualquier otro Derecho civil supletorio.
Ello es así especialmente respecto de una de las figuras centrales de la
tras la derogación de los
propia Ley: la carta de nupcias, cuya regulación, aunque no difiere mucho Fueros, por Felipe V, que
de la correspondiente a las capitulaciones matrimoniales contenida en el instituye un régimen jurídico
Código Civil, permite dar respuesta a las diversas cuestiones que tienen completo en relación con una
que ver con su régimen jurídico, a saber: la capacidad para otorgarlas, su materia, en este caso...,

2008 | nº 51 245
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

...el régimen económico contenido, límites, momento del otorgamiento, posibilidad de modifi-
matrimonial, y que además cación, requisitos formales, nulidad y eficacia respecto de los cónyuges,
hijos y terceros, etc. La finalidad de estas páginas no ha sido otra que
lo hace tratando de evitar dar una primera información al lector interesado sobre cuál es la vigente
remisiones, en la medida de regulación de la carta de nupcias en el Derecho civil valenciano. A este
lo posible, a cualquier otro estudio seguramente seguirán otros, y a la aprobación de la Ley seguirá
Derecho civil supletorio. su aplicación y jurisprudencia. Habrá que estar atentos especialmente a
esta última, de manera que dentro de algún tiempo, cuando haya habido
oportunidad de que nuestros tribunales se pronuncien, volverá ser un
Ello es así especialmente
buen momento para volver a estudiar la carta de nupcias.
respecto de una de las figuras
centrales de la propia Ley: la
carta de nupcias.

246 2008 | nº 51
La carta de nupcias en el Derecho civil valenciano

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2008 | nº 51 247
Las car
rgas del
matrimonio
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

Jornada sobre la Ley de Régimen Económico Matrimonial


Valenciano. 29 de abril de 2008.
Biblioteca Gregori Maians. Universitat de València.

Las cargas
g
del matrim
m
monio en
m la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las
as del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimon
del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LRE
monio en la Las cargas del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las cargas de
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Las cargas del
250 2008 | nºmatrimonio
51 en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimonio
monio en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las cargas del matrimonio en la LREMV Las c
Las cargas del
matrimonio en
la LREMV
Texto de:
Luis-Miguel Higuera Luján

Resumen
L a LREMV, con técnica normativa mejorable, establece una regula-
ción de las cargas del matrimonio que resulta aplicable a todos los
sujetos a su ámbito de aplicación, cualquiera que sea su régimen con-
creto y la fecha de su celebración. Su carácter básico se combina con
una amplísima libertad de pactos. Se enumeran los gastos constitutivos
de cargas, regulando solo la obligación de los cónyuges (proporcional
a sus rentas y patrimonios) y no la de otros parientes, y estableciendo

m
frente a terceros una responsabilidad que, con relación al patrimonio
personal del cónyuge que no contrae la obligación, es siempre subsi-
diaria. Se reconoce el trabajo para la casa como contribución al levan- La Ley de la Generalitat
tamiento de cargas, pero su carácter compensable, sin adecuada distin-
10/2007, reguladora
ción entre los distintos regímenes matrimoniales, es problemática.
del régimen económico
matrimonial valenciano,
I. Introducción dedica el Capítulo II del
Título I a la regulación de las
Referencia a la “Cargas del Matrimonio”. En
esencia, estos ocho artículos
transitoriedad –8 al 15, ambos inclusive–
establecen de forma expresa
L a Ley de la Generalitat 10/2007, reguladora del régimen econó-
mico matrimonial valenciano, dedica el Capítulo II del Título I a
la regulación de las “Cargas del Matrimonio”. En esencia, estos ocho
qué obligaciones integran el
concepto genérico de cargas
artículos –8 al 15, ambos inclusive– establecen de forma expresa qué
obligaciones integran el concepto genérico de cargas matrimoniales
matrimoniales y quiénes son
y quiénes son los obligados, así como el modo y forma en que deben los obligados, así como el
cumplir esa obligación. Con criterio algo innovador, según luego se modo y forma en que deben
expondrá, se determinan los ámbitos objetivo y subjetivo de este ca- cumplir esa obligación.

2008 | nº 51 251
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

pítulo central del llamado régimen primario, cuya regulación más o


menos sistemática es cosa de los últimos años y no aparece en todas
las legislaciones.
Nos encontramos ante una regulación aplicable a todos los matrimo-
Regulación aplicable a
nios sujetos al imperio de la Ley valenciana (art. 2 en relación con el
todos los matrimonios art. 9.2 CC), independientemente de cuál sea el régimen económico
sujetos al imperio de la concreto –pactado o supletorio– por el que aquéllos se rijan. Así re-
Ley valenciana (art. 2 en sulta no sólo por su calificación como capítulo del régimen económico
relación con el art. 9.2 CC), primario, sino por la expresa recepción de dicho criterio hecha por el
legislador al incluir estos preceptos dentro de las “Disposiciones Co-
independientemente de cuál
munes” (Título I).
sea el régimen económico Cuestión más problemática es la de saber si el régimen del que tra-
concreto tamos, además de aplicarse a los matrimonios que se celebren tras
su entrada en vigor, habrá de regir también entre los cónyuges que,
incluidos dentro de su ámbito subjetivo, contrajeron matrimonio
antes del primero de julio de 2008. La cuestión de la transitorie-
dad se vincula aquí con la interpretación de las normas estatales de
conflicto sobre Derecho interregional; y si bien es un problema con-
ceptualmente autónomo al que tratamos, referido en general a toda
la regulación contenida en la nueva Ley, cobra sin embargo especial
trascendencia en este ámbito concreto de las cargas matrimoniales,
particularmente por la extensión de las mismas a supuestos que en
el Código Civil no merecen esa consideración, así como por la regula-
ción específica del trabajo para la casa y su relación potencialmente
conflictiva con el régimen de gananciales.
La literalidad de las Disposiciones Transitorias de la LREMV omiten
explícitamente toda referencia a esta cuestión, al centrarse de modo
expreso en el régimen económico matrimonial concreto, convencional
o supletorio. Los matrimonios contraídos con anterioridad a la entrada
en vigor de la Ley –dice la D.T. Primera. 2– que hubieran otorgado
capítulos, quedan sujetos a los mismos, y los que no, “quedarán some-
tidos a la sociedad de gananciales prevista en el Código Civil” –cfr. D.T.
Primera.1–. ¿Qué ocurre con las cuestiones del régimen matrimonial
no previstas en capitulaciones o que exceden del régimen económico
concreto por el que se rija el consorcio? Habrá que integrar la laguna
por aplicación de las normas generales, que en este caso remiten a los
arts. 3.4 del Estatuto de Autonomía y, en consecuencia, a los arts. 14.1,
16.1 , 9.1 y 9.2 CC, puesto que no nos encontramos ante un problema
estricto de retroactividad de la norma1.
De conformidad con los preceptos citados, el criterio de conexión
viene dado por la vecindad civil, determinante de la Ley personal de
los esposos, o en su caso por el lugar de residencia o celebración del
matrimonio. La vecindad civil, que vincula a los nacionales españo-

1. El problema se suscita con relación a supuestos regulados por los artículos que se
comentan, respecto de hechos producidos bajo su vigencia, pero en el seno de matrimo-
nios contraídos con anterioridad.

252 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

les con un determinado territorio en orden a determinados efectos


de su estatuto personal, resulta –en principio– independiente de la
existencia o no en ese territorio de norma foral o civil especial, y en
todo caso, de su mayor o menor extensión. Desde este punto de vista,
se puede hablar claramente de una vecindad civil valenciana, como
hace el art. 3.4 del Estatuto, y como cierto sector de la doctrina en-
tendía que hacía ya el art. 50.1.c) del Estatuto de 1982 al tratar de la
“condición jurídica de valenciano”2. Vecindad civil que, por supuesto,
no lo es desde ahora en adelante, pues no se produce ningún cambio
propiamente dicho de ésta en los términos regulados por el propio
Código Civil (arts. 14 y 15), sino como elemento permanente definidor
del estatuto personal, si bien la legislación a la que remite ese criterio
de vecindad sea ahora distinta.
Sobre este criterio, que es el que defendemos, debe concluirse que Sobre este criterio, que
los preceptos del régimen primario contenidos en las Disposiciones
es el que defendemos,
Generales de la Ley valenciana 10/2007 –entre ellos, la regulación de
las cargas familiares– son aplicables a los matrimonios contraídos debe concluirse que los
con anterioridad a su vigencia, de modo preferente –salvas las dis- preceptos del régimen
posiciones del régimen concreto al que el matrimonio se sujete– a la primario contenidos en las
regulación del Código civil sobre la misma materia, que en todo caso Disposiciones Generales de
tendrá carácter supletorio en defecto de costumbre, principios gene-
la Ley valenciana 10/2007
rales propios y jurisprudencia del TSJCV (Disposición Final Segunda).
Ello no obstante, no puede obviarse que tal conclusión, correcta –entre ellos, la regulación
desde el punto de vista sistemático, produce cierta perplejidad si se de las cargas familiares–
hace un análisis finalista. La función de la vecindad civil consiste en son aplicables a los
determinar la sujeción al Derecho civil común o a uno de los fora- matrimonios contraídos con
les o especiales vigentes en España.3 Cuando la vecindad civil opera
anterioridad a su vigencia,
como criterio determinante del régimen matrimonial aplicable, viene
siempre referida a la existente “al tiempo de contraerlo” (art. 9.2). de modo preferente –salvas
En nuestro caso, la afirmación de la existencia de una vecindad civil las disposiciones del
valenciana al tiempo de contraer matrimonio, aunque no existiera régimen concreto al que el
normativa matrimonial foral vigente, hará ahora aplicable la legis- matrimonio se sujete– a la
lación civil propia a familias que se constituyeron manifiestamente
regulación del Código civil
al amparo del Código Civil. Pero así ha de mantenerse, por cuanto el
criterio temporal de celebración del matrimonio unido a la vecindad sobre la misma materia.
civil, no petrifica el contenido normativo de la Ley aplicable, sino que
determina cuál sea ésta, con independencia de su contenido o regu-
lación concreta.

2. Debe señalarse que el actual art. 71.1.c) del Estatuto aprobado por L.O. 1/2006 ha
sustituido la mención a la “condición jurídica de valenciano” por la de “vecindad civil
valenciana”, confirmando el criterio interpretativo que se apunta en el texto.

3. Hasta tal punto es así, que tradicionalmente se ha venido hablando de vecindad civil
común o de vecindad civil foral, especificando en este segundo caso de cuál se trata, y
no haciéndolo en el primero (se habla de vecindad civil catalana o vizcaína, pero no de
vecindad civil madrileña, andaluza o –hasta ahora– valenciana).

2008 | nº 51 253
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

II. Concepto y
determinación de las
cargas del matrimonio
a) Concepto
El Código Civil no contiene un precepto específico que defina y regule
el concepto normativo de “cargas del matrimonio”, a cuyo sostenimien-
to quedan obligados ambos cónyuges por igual (art. 1.318 CC) desde
la reforma de 13/05/1981. Lo que hace es especificar qué gastos son
de cuenta de la sociedad de gananciales (arts. 1.362 y 1.363 CC). Es
a partir de alguno de ellos, puestos en relación con la regulación del
derecho de alimentos y algunas normas relativas a la colación, como
en el Derecho Común puede llegarse a una especificación concreta de
lo que sean aquellas cargas. Aun cuando el núcleo esencial de éstas
sea pacífico en la doctrina y en la jurisprudencia, queda sin embargo
abierta la discusión acerca de si el criterio delimitador de las mismas es
el de su frecuencia o periodicidad (al objeto de incluir sólo las de ca-
rácter ordinario, cfr. art. 1.319 CC), o si por el contrario, deben aquéllas
determinarse por razón de su cuantía o importe (con el fin de referirlas
al concepto relativo del “nivel de vida” de la familia, con independencia
de que se produzcan o no periódica o frecuentemente).
El Derecho catalán no utiliza la expresión “cargas del matrimonio” sino
la de “gastos familiares”, sustituyendo lo definido por la definición, y
permitiendo que el concepto o denominación no constriña el círculo
de los obligados sólo a quienes están unidos por vínculo matrimonial.
A partir de la Ley de la Generalitat 8/1993, se especifican en el art. 4 del
Código de Familia (en adelante CFC) los que merecen dicha condición.
El Derecho balear, al igual que el Código Civil, recoge el concepto de
cargas del matrimonio sin hacer una definición ni relación de las mis-
mas (art. 4 de la Compilación), si bien sí especifica lo que sean cargas
familiares en el supuesto de las parejas estables no casadas (art. 5.2 de
la Ley 18/2001).
El Derecho navarro (Ley 84 de la Compilación) y el Derecho aragonés
(art. 36 de la suya), por razón de prever como supletorios regímenes de
comunidad, siguen la misma sistemática del Código Civil, especificando
qué gastos son de cuenta de los respectivos patrimonios consorciales,
en lugar de definir o relacionar los que propiamente sean gastos fa-
El art. 9 de la Ley Valenciana miliares o cargas del matrimonio, independientemente de cuál sea el
10/2007 define las cargas régimen específico de éste.
del matrimonio como “los El art. 9 de la Ley Valenciana 10/2007 define las cargas del matrimo-
(gastos) necesarios para el nio como “los (gastos)4 necesarios para el mantenimiento de la fami-
mantenimiento de la familia,
con la adecuación a los usos 4. El término “gastos” queda omitido en la norma, sin duda por alguna errata del propio texto
que no ha sido objeto de “corrección de errores”. Ello no obstante, la especificación que luego
y el nivel de vida familiar”. hace el precepto no deja lugar a dudas acerca de que se refiere al concepto genérico de gasto.

254 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

lia, con la adecuación a los usos y el nivel de vida familiar”. El concepto


normativo se corresponde con el criterio jurisprudencial y el definido
por la mayoría de los autores, más amplio que el de “necesidades or-
dinarias de la familia” referido en el art. 1.319 CC, y sustancialmente
trasunto del art. 1362–1º CC y del art. 4.1 CFC, precepto este último
que le sirve de modelo. A su vez, el inciso final del art. 9.4, también ex-
traído del art. 4.3 CFC, da pie a entender que se consideran destinados
al mantenimiento de la familia aquellos gastos que no correspondan
al interés exclusivo de uno de los cónyuges.
El concepto normativo se construye sobre el binomio gasto-familia,
siendo necesario por ello no sólo la identificación de qué gastos me-
recen esa consideración, sino también la delimitación de qué perso-
nas integran la familia y, por lo tanto, son susceptibles de generar el
gasto o ser beneficiarias del mismo. Lo primero resulta relacionado, El art. 9.1 –al que se remite
de un modo abierto o indicativo, en los cuatro números del artículo
9; lo segundo, resulta acotado en el art. 9.1.
también el 9.2– incluye
dentro del círculo familiar
b) Delimitación subjetiva del círculo familiar a las siguientes personas:
Con ocasión de la determinación de los gastos personales, de los que 1) los cónyuges; 2) los hijos
después se tratará, el art. 9.1 –al que se remite también el 9.2– incluye comunes; 3) los hijos no
dentro del círculo familiar a las siguientes personas: 1) los cónyu-
ges; 2) los hijos comunes; 3) los hijos no comunes que convivan con
comunes que convivan con
el matrimonio; 4) los hijos discapacitados, sin indicación especial de el matrimonio; 4) los hijos
convivencia, y sin distinción entre comunes y no comunes; y 5) los discapacitados, sin indicación
ascendientes, convivientes o no con la familia, que sean dependientes especial de convivencia, y
desde el punto de vista económico y/o asistencial. sin distinción entre comunes
Con relación a los hijos, la redacción del precepto no deja claro si el
requisito de la convivencia familiar es exigible solo a los no comu-
y no comunes; y 5) los
nes o también a los que sí lo son. Entiendo, como se ha apuntado en ascendientes, convivientes o
el párrafo anterior, que la convivencia es solo exigible con relación no con la familia, que sean
a los primeros, pues carece de sentido que la obligación alimenticia dependientes desde el punto
que pesa por igual sobre ambos cónyuges (art. 154 CC), convivan de vista económico y/o
o no con el hijo común, circule por canales diferentes a lo que son
las cargas familiares de aquéllos, siendo así que las obligaciones
asistencial.
alimenticias forman parte de éstas (art. 9.1 LREMV), y que el régi-
men de contribución es el mismo (art. 145 CC en relación con el 8.2 Con relación a los hijos,
LREMV). Otra cosa distinta es que la no convivencia implique una la convivencia familiar
emancipación de hecho (art. 319 CC), cuyas circunstancias deter- es exigible sólo a los no
minen la extinción de la obligación alimenticia de los padres (art. comunes.
154.1º a contrario CC). Piénsese, además, que en ocasiones la no
convivencia puede venir impuesta por resolución judicial o por otra Los hijos no comunes solo
justa causa (art. 149 CC).
se entienden integrantes de
Inversamente, los hijos no comunes solo se entienden integrantes de
la familia, a estos efectos, si hay convivencia y mientras ésta dure. Se la familia, a estos efectos, si
supone aquí un consentimiento tácito del cónyuge no progenitor a hay convivencia y mientras
contribuir al cumplimiento de una obligación alimenticia que no pesa ésta dure.

2008 | nº 51 255
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

sobre él sino sobre su consorte, y que mientras dicha convivencia se


mantenga queda englobada dentro del más amplio concepto de car-
gas del matrimonio, sin generar ningún derecho de reintegro por las
cantidades aportadas, aunque sean las posibilidades económicas del
no progenitor las que hayan aumentado el contenido económico exi-
A falta de convivencia, gible de aquel derecho5. A falta de convivencia, por el contrario, el hijo
por el contrario, el de uno solo de los esposos no se integra en el núcleo generador de
hijo de uno solo de los las cargas familiares, sin que ni siquiera exista una obligación inte-
rina del otro cónyuge, con posterior derecho a reintegro, de proveer
esposos no se integra en a dichos pagos, salvo la responsabilidad subsidiaria prevista para los
el núcleo generador de bienes agermanados. Estos últimos, conforme al art. 38.2 y 8.3, están
las cargas familiares, sin especialmente afectos al levantamiento de las cargas del matrimonio,
que ni siquiera exista una entre las que este gasto no se integra. Es por ello que se trata de una
obligación interina del otro obligación –y en su caso una deuda– particular del cónyuge progeni-
tor, estableciendo al efecto el art. 42.2 una responsabilidad subsidiaria
cónyuge, con posterior de la germanía para el supuesto de inexistencia o insuficiencia de bie-
derecho a reintegro. nes propios del deudor. Aparece aquí una diferencia importante entre
el régimen jurídico del patrimonio agermanado y del ganancial, pues
para este último el art. 1.362–1º CC establece la obligación de proveer
con los bienes gananciales a los gastos de educación y alimentación
de los hijos de uno solo de los cónyuges que no convivan en el hogar
familiar, si bien con posterior derecho de reintegro en el momento de
la liquidación. Esta diferencia es conforme a uno de los principios que
inspiran toda la Ley, cual es el de la menor incidencia patrimonial del
matrimonio. Desde un punto de vista económico, puede suponer una
merma de garantías del derecho alimenticio de estos hijos, al no existir
necesariamente un patrimonio común realizable, al margen de los pos-
teriores derechos liquidatorios de los cónyuges. Pero conceptualmente
no es real esa merma de garantías patrimoniales del hijo no común y
no conviviente, pues finalmente responderán en uno y otro caso los
mismos bienes, solo que en orden inverso6. Lo que queda limitado es la
libertad electiva del progenitor obligado o del propio alimentista, que

5. Porque ese contenido se mide cuantitativamente, según luego se expondrá, con “ade-
cuación a los usos y el nivel de vida familiar” (art. 9), que puede resultar más elevado por
razón de las rentas y patrimonios del cónyuge no progenitor, excediendo no sólo del
“mínimo vital” al que suelen reconducirse las obligaciones alimenticias, sino del nivel
económico determinado por las posibilidades de sus propios progenitores.

6. De hecho, hay un mayor ejercicio de solidaridad familiar (desde el punto de vista con-
ceptual, que puede o no corresponderse con el cuantitativo económico) en la solución de
la Ley valenciana frente al régimen ganancial del Código Civil, porque en la germanía no
se integran –salvo pacto– los frutos de los bienes privativos, que en todo caso se hacen
gananciales en el Derecho Común, de suerte tal que bajo la sociedad de ganancias, el
cónyuge que se aprovecha de los rendimientos de los bienes privativos de su consorte, no
acaba soportando las cargas propias de éste, salvo que el caudal inventariado no alcance
a cubrir el total importe del reintegro al que tiene derecho (art. 1403 CC). Sin embargo, en
la germanía valenciana no se han previsto –salvo que se pacten– derechos de reintegro, y
tampoco se integran en ella –salvo pacto expreso– aquellos frutos, por lo que finalmente
el cónyuge que no se beneficia de las utilidades del patrimonio ajeno, sí puede acabar
soportando las obligaciones para las que ese patrimonio resulte insuficiente.

256 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

no podrán cumplir o exigir las correspondientes prestaciones a cargo


del patrimonio común existiendo bienes privativos.
Tratándose de hijos discapacitados, la Ley no hace distinción alguna Tratándose de hijos
entre comunes y no comunes7, no exigiendo tampoco el requisito de
la convivencia. Se plantea la duda de si la situación de discapacidad
discapacitados, la Ley no
presupone la que se tiene como hijo –es decir, si se es común o no– o hace distinción alguna entre
por el contrario, sirve para igualar a unos y otros por razón de la ne- comunes y no comunes,
cesidad que la discapacidad crea. Si se opta por lo primero, será nece- no exigiendo tampoco el
sario también que el discapacitado no común conviva con los esposos requisito de la convivencia.
para que la obligación alimenticia que pesa sobre el progenitor tenga
la consideración de carga familiar. Si se opta por lo segundo, no será
necesaria la convivencia, quedando obligado causa matrimonii –por
el capítulo de contribución al levantamiento de cargas– quien no lo
está por causa de filiación. Entiendo que la interpretación lógica es la
segunda, puesto que de lo contrario carecería de sentido la mención
específica a los hijos discapacitados, y porque además la falta de con-
vivencia viene exigida muchas veces por la propia discapacidad. Sería
contradictorio, finalmente, que a los hijos discapacitados no comunes
les fuera exigido el requisito de la convivencia cuando, a los mismos
efectos, se dispensa de dicho requisito a los ascendientes, que por
definición nunca son comunes.
Encontramos aquí, con ocasión de la discapacidad, una nueva di- Encontramos aquí, con
ferencia entre la Ley valenciana y el Código Civil, pues en éste el
ocasión de la discapacidad,
hijo no común y no conviviente no es susceptible de generar carga
familiar8, no obstante su discapacidad, que no ha sido tratada por el una nueva diferencia entre
legislador como circunstancia relevante; de suerte que aunque tiene la Ley valenciana y el
la garantía del pago interino hecho con cargo a fondos gananciales Código Civil.
(como los de su misma condición que no están discapacitados), ante
la inexistencia o insuficiencia de éstos no puede en ningún caso
exigir al cónyuge de su progenitor la correspondiente contribución
económica para satisfacer sus necesidades. Por el contrario, en la
LREMV, al merecer tal gasto la condición de carga matrimonial, tal
exigencia sí tiene amparo, quedando sujeta a la coparticipación
proporcional a las respectivas rentas y patrimonios de ambos cón-
yuges, salvo que otra cosa acuerden. Por razón de la aplicación de

7. Ello no obstante, su mención específica solo tiene sentido respecto de los no comunes,
por lo que se dice en el texto y porque la discapacidad de los comunes no hace sino
integrar el contenido específico de las obligaciones derivadas de la patria potestad o de la
filiación (al objeto, por ejemplo, de promover la incapacidad y de prorrogar o rehabilitar
aquélla), cuyos costes económicos se integran, como el de los demás hijos comunes y
según se ha dicho, en el concepto genérico de cargas del matrimonio.

8. Entiendo que el régimen de pago y reintegro del art. 1.363-1º CC avala esta conclu-
sión, pues si finalmente es el cónyuge progenitor quien soporta el gasto, no obstante
el anticipo ganancial, es porque la obligación es propia de él y no del matrimonio. Por
otro lado, no creo que los deberes de mutua ayuda y socorro mutuos (arts. 67 y 68 CC)
sean suficiente título para convertir ese gasto en carga del matrimonio; en el mejor de
los casos, generarían una acción de un cónyuge frente al otro, pero en ningún caso una
responsabilidad directa del cónyuge no progenitor frente al acreedor del gasto.

2008 | nº 51 257
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

estas Disposiciones Generales a todos los matrimonios incluidos


dentro del ámbito subjetivo de la Ley, independientemente de cuál
sea su régimen jurídico específico y de la fecha de celebración de
aquél, habrá que concluir que en el caso de matrimonios “valen-
cianos” sujetos al régimen ganancial, el gasto del que tratamos sí
tiene la consideración de carga familiar, y deberá ser satisfecho de
conformidad con las reglas propias de la sociedad de ganancia-
les (D.T. Primera-2), al ser el acuerdo (art. 8.2 LREMV) –expreso o
tácito– que mantienen las partes, y a falta o por insuficiencia de
dichos bienes o de otro tipo de acuerdos, de forma proporcional a
sus respectivas rentas o patrimonios.
En el parentesco En el parentesco descendente, el art. 9.1 solo se refiere a los hijos.
Hay un olvido de los nietos, cuya convivencia con los abuelos es
descendente, hay un olvido
frecuente en familias desestructuradas, o de otras situaciones próxi-
de los nietos o de otras mas no parentales, como las del menor acogido o la del pupilo que
situaciones próximas no convive con el tutor o cónyuges tutores. El art. 4.2 CFC sí incluye,
parentales, como las del como gasto familiar, el originado por “los demás parientes que con-
menor acogido o la del vivan con los mismos (el marido y la mujer), salvo … que no lo necesi-
ten”. Entiendo que habrá que discriminar entre todos estos casos, al
pupilo que convive con el
objeto de identificar qué situaciones son análogas a las parentales
tutor o cónyuges tutores. tratadas, y así calificar o no dichos gastos como cargas del matri-
monio. La identidad de razón habrá que buscarla en el hecho de la
convivencia o efectiva integración en la vida de familia, de un lado,
y concurrentemente en el de la necesidad9 del beneficiado por el
gasto. Por el contrario, la eventual retribución que pueda recibirse
por el cumplimiento de esas funciones no es suficiente para ener-
var la analogía, del mismo modo que la contribución de los hijos al
levantamiento de las cargas no priva a los gastos hechos a favor de
aquéllos de tal condición.
El círculo de los sujetos El círculo de los sujetos familiares susceptibles de generar cargas de
familiares susceptibles esta índole se cierra con la mención a los “ascendientes que, convi-
viendo o no con la familia, estén bajo su dependencia económica o
de generar cargas de esta asistencial, o cuyos propios recursos sean insuficientes a tal fin”. Se
índole se cierra con la trata de una norma innovadora, que extiende el círculo subjetivo
mención a los “ascendientes generador de cargas a la familia extensa. No es la primera vez que
que, conviviendo o no con esto ocurre, porque el anteriormente citado art. 4.2 CFC los incluye
la familia, estén bajo su dentro de la mención genérica a los demás parientes que convivan
con los esposos y tengan necesidad. Pero sí es cierto que no parece
dependencia económica o que el Código Civil los incluya, y en todo caso no lo están –como
asistencial, o cuyos propios tampoco en el Derecho catalán– faltando la convivencia. El legisla-
recursos sean insuficientes a dor valenciano ha ido en este punto un paso más allá, de conformi-
tal fin”. dad con lo señalado para los discapacitados, y ha puesto el acento
en la dependencia, quizá por entender que las condiciones de la vida

9. Tanto el art. 173.1 CC, para el acogimiento, como el art. 269 CC para el tutor, prevén
obligaciones alimenticias y educativas similares a las derivadas de la patria potestad
(art. 154 CC).

258 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

moderna, cuando no la propia situación personal de los ascendien-


tes, no solo dificultan la convivencia, sino que a veces la desaconse-
jan como modo de atención a estas personas. El grado de necesidad
de las mismas, que puede ser absoluta o relativa –a ello es a lo que
debe referirse la ley cuando distingue entre dependencia y recursos
insuficientes– determinará el contenido de la obligación alimenticia
o, en su caso, de previsión que se incorpora a las cargas familiares.
En este punto, habrá que cohonestar las consecuencias derivadas de En este punto, habrá
esta opción legislativa con el régimen propio de la obligación de ali- que cohonestar las
mentos (art. 143.2º CC), ya que los ascendientes, por un lado, nunca
consecuencias derivadas
–o casi nunca– son comunes a los esposos10, y por otro, suelen tener
varios descendientes obligados para con ellos. De este modo, lo que de esta opción legislativa
se convierte en carga familiar es la respectiva porción de la obligación con el régimen propio de la
alimenticia que al cónyuge descendiente corresponde (por ejemplo, la obligación de alimentos (art.
parte que corresponda pagar a cada uno de los hijos de la residencia 143.2º CC).
geriátrica). Pero a la hora de valorar los recursos económicos de cada
uno de éstos deberá tenerse en cuenta los recursos de sus respectivos
núcleos familiares. Y, por supuesto, el cónyuge no pariente deberá
contribuir al levantamiento de esta carga, en los términos que resul-
tan del art. 8 de la Ley, como obligación propia.
En este punto de los ascendientes dependientes, como en el de los
discapacitados no comunes, se aprecia el criterio seguido por el le-
gislador valenciano de considerar la familia, o en particular la familia
matrimonial, como una institución útil para atender particulares ne- En la medida en que la
cesidades personales, más que como una institución jurídica legiti-
obligación del cónyuge
madora de continuas y permanentes transferencias patrimoniales. Es
así compatible la absoluta separación de bienes y la menor afectación no pariente es causa
patrimonial posible por razón del mero hecho del matrimonio, con el matrimonii, desaparecido
implícito compromiso solidario entre los cónyuges que todo matri- éste desaparece aquélla, por
monio comporta. Por supuesto, en la medida en que la obligación del lo que en ningún caso estas
cónyuge no pariente es causa matrimonii, desaparecido éste desapa-
cagas se computarán a los
rece aquélla, por lo que en ningún caso estas cagas se computarán a
los efectos previstos en los arts. 103.3º o 90.D) CC11. efectos previstos en los arts.
103.3º o 90.D) CC.
c) Los gastos
La consideración de las cargas como “gastos” implica una acepción
La consideración de las
lata de este concepto, pues algunos de ellos merecen propiamente la
calificación de inversiones, como ocurre con relación a los bienes de cargas como “gastos”
titularidad conjunta. implica una acepción lata
de este concepto, pues
10. Podrían serlo, con relación a los abuelos, si se casaran dos primos hermanos, resul- algunos de ellos merecen
tando de aplicación esta norma a falta de hijos, y siempre que dichos abuelos fueran
dependientes de la familia.
propiamente la calificación
de inversiones, como ocurre
11. La conclusión es clara para los supuestos de nulidad y divorcio. Es más dudosa en el con relación a los bienes de
caso de la separación, pero rota la convivencia y, en el fondo, la economía común de los
esposos, parece lógico pensar que desaparece el fundamento que justifica el deber de titularidad conjunta.
contribución del otro cónyuge, por lo que la solución ha de ser la misma.

2008 | nº 51 259
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Son carga del matrimonio La Ley valenciana, siguiendo el criterio del art. 4 CFC, hace una enu-
los gastos alimenticios y meración no exhaustiva de lo que se entiende por gastos constitu-
tivos de cargas. Pueden éstos separarse en dos bloques: los gastos
las atenciones de previsión personales y los patrimoniales.
adecuadas a los usos y
circunstancias de la familia, Gastos personales
siempre que sean generados Son carga del matrimonio los gastos alimenticios y las atenciones de
o tengan por beneficiarios a previsión adecuadas a los usos y circunstancias de la familia, siempre
que sean generados o tengan por beneficiarios a las personas antes indi-
las personas antes indicadas. cadas (apartados 1 y 2 del art. 9). Unos y otros son, en el fondo, el mismo
gasto, sólo que en un caso actual y en el otro diferido o aleatorio.
Con relación a los gastos Con relación a los gastos alimenticios y atenciones de previsión que
alimenticios y atenciones tienen por sujetos a los cónyuges e hijos, es evidente que deben en-
de previsión que tienen tenderse en sentido amplio, según constante jurisprudencia, y no sólo
por sujetos a los cónyuges reducidos al “mínimo vital” que resulta del art. 142 CC. Es decir, aqué-
e hijos, es evidente que llos que satisfacen las necesidades propias de modo que uno pueda
vivir como hijo de sus padres o como marido o mujer de su cónyuge.
deben entenderse en sentido Quedarán incluidos, por tanto, los seguros médicos no obligatorios,
amplio, según constante los seguros de daños o de responsabilidad civil sobre la vivienda, los
jurisprudencia, y no sólo salarios y seguros sociales del personal doméstico, los seguros por in-
reducidos al “mínimo vital”. capacidad temporal cuando los capitales asegurados estén igualmente
destinados al levantamiento de las cargas del matrimonio, los gastos
de ocio y recreo, los regalos de uso, los gastos funerarios12, etc. Todos
Fuera de los sujetos que ellos, adecuados a los usos y nivel de vida familiar, que en el fondo
integran la familia nuclear, será el canon en base al cual calibrar el concepto de necesidad o con-
el concepto de alimentos veniencia.
deberá ajustarse a lo que Fuera de los sujetos que integran la familia nuclear, el concepto de
alimentos deberá ajustarse a lo que resulta de la legislación aplicable
resulta de la legislación
(en este caso, los arts. 142 ss CC), puesto que es la obligación alimen-
aplicable (en este caso, los ticia previamente existente –esté o no declarada– la que se integra,
arts. 142 ss CC). total o parcialmente, en el capítulo de las cargas.

Gastos patrimoniales. Gastos patrimoniales


Distingue la Ley según que Distingue la Ley según que estos gastos se refieran a bienes de titu-
estos gastos se refieran laridad conjunta o de titularidad individual.
a bienes de titularidad Dice el art. 9.3 que son cargas del matrimonio “los gastos de adqui-
sición, conservación y mejora de los bienes y derechos de titularidad
conjunta o de titularidad conjunta”. También tienen esa consideración, conforme al art. 9.4, los
individual. “gastos derivados de la gestión y defensa” de los mismos bienes. La
titularidad conjunta puede ser en proindiviso o en régimen comunal
(p.ej.:germanía o sociedad ganancial o postganancial). Ahora bien, con
Cargas del matrimonio son relación a los bienes gananciales o agermanados será de aplicación
“los gastos de adquisición, preferente su normativa específica.
conservación y mejora de
los bienes y derechos de
titularidad conjunta”.
12. Expresamente incluidos en el art. 259 CFC.

260 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

Cabe preguntarse si basta la cotitularidad para que tales gastos También “gastos derivados
merezcan la calificación de cargas familiares o si, por el contrario, de la gestión y defensa” de
es necesario que sean usados por la familia o puestos a su ser-
vicio. Aunque la Ley no lo dice, a diferencia de lo que hace con
los mismos bienes.
los de titularidad privativa, entiendo que el uso o la disponibilidad
familiar son necesarios. La diferencia estriba en que si los bienes Cabe preguntarse si basta
de titularidad conjunta, por el hecho de serlo, se consideran bienes la cotitularidad para que
del matrimonio, la obligación de atender los gastos de adquisición, tales gastos merezcan
conservación, mejora, gestión y defensa es carga familiar y debe ser
satisfecha según lo pactado o de forma proporcional a sus respec-
la calificación de cargas
tivas rentas y patrimonios (art. 8.2), lo cual abre la posibilidad de familiares o si, por el
exigir a uno de los cónyuges, para atender tales gastos, una con- contrario, es necesario que
tribución distinta a la participación concreta que tenga en dicho sean usados por la familia o
bien. Es por ello que el criterio ha de ser restrictivo, teniendo en puestos a su servicio.
cuenta que el principio separatista inspirador de la Ley implica la
inexistencia de una masa común de bienes13, y exigir que los bienes
participados por uno y otro cónyuge sean efectivamente usados
o puestos al servicio de la familia para que tales gastos tengan la
consideración de cargas familiares, diferenciando de este modo en-
tre bienes comunes de los cónyuges y bienes del matrimonio o la
familia. Al menos, ese criterio ha de mantenerse con relación a los
gastos de adquisición y a los de mejora.
Con relación a los “bienes privativos” o de “titularidad privativa de
algunos de los miembros de la familia” (art. 9.3 in fine y 9.4), los gastos
de adquisición, conservación, mejora, gestión o defensa sólo consti- Con relación a los “bienes
tuyen carga familiar (i) si están destinados al uso de ésta y (ii) “en privativos” los gastos de
proporción al valor de su uso”. adquisición, conservación,
Por bienes privativos hay que entender los particulares de cada cón- mejora, gestión o defensa
yuge que no formen parte de un patrimonio común. Es decir, no sólo
sólo constituyen carga
los privativos propiamente dichos (que lo son cuando hay otros ga-
nanciales), sino todos aquéllos sobre los que exista una titularidad familiar (i) si están destinados
individual, aunque sea compartida en proindiviso. al uso de ésta y (ii) “en
El uso de los bienes ha de ser in natura. Si lo que ocurre es que el bien proporción al valor de su uso”.
es fructífero y sus frutos se aplican al levantamiento de cargas, no por
eso el bien está destinado al uso de la familia, puesto que las rentas o
utilidades pertenecen al cónyuge propietario, obligado personalmen- El uso de los bienes ha de
te a contribuir al levantamiento de esas cargas. Si su contribución ser in natura.
excede de lo que le corresponda conforme a su régimen matrimonial
o a lo dispuesto en el art. 8 de la Ley, procederá en su caso los reinte-
gros o compensaciones oportunos, pero no por ello se entenderá que Cómo se fije el valor de uso
el bien productor de los frutos ha sido usado por la familia. es algo que tampoco define
Cómo se fije el valor de uso es algo que tampoco define la Ley, quedan- la Ley, quedando por ello a
do por ello a la decisión de los Tribunales, salvo acuerdo de los cónyu- la decisión de los Tribunales,
ges. En mi opinión, el criterio más adecuado es el del ahorro familiar
El criterio más adecuado es
el del ahorro familiar que el
13. Véase la STS (Sala 1º) n.º 564/06, de 31 de mayo. uso comporta.
2008 | nº 51 261
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

que el uso comporta. Habrá que acudir por ello a la naturaleza del bien.
Así por ejemplo, el valor de uso de un inmueble se reconducirá al valor
en renta, que es lo que habría tenido que pagar la familia para usarlo,
calculándose mediante su capitalización la proporción anual que di-
cho valor guarda con el de adquisición, y refiriendo dicho porcentaje a
cada uno de los gastos de que se trata. Por el contrario, en el caso de
los bienes muebles o, en general, de los consumibles, el valor de uso
será el de su amortización, calculándose de igual modo su porcentaje
con relación al propio valor de adquisición.

III. La obligación
de contribuir al
levantamiento de las
cargas
a) Naturaleza
Señala el art. 8.1 que, “con independencia del régimen económico
“Con independencia
matrimonial, los cónyuges están obligados a contribuir al levanta-
del régimen económico miento de las cargas del matrimonio”.
matrimonial, los cónyuges Aunque pueda tener –y de hecho tiene– un contenido trascendente,
están obligados a contribuir vinculado a los deberes de ayuda y socorro mutuos inherentes al com-
al levantamiento de las promiso matrimonial, se trata de una verdadera y propia obligación
jurídica, exigible internamente entre los esposos (por tanto, bilateral) y
cargas del matrimonio”.
externamente por los acreedores. A estos efectos, la Ley diferencia los
dos planos, estableciendo el régimen de responsabilidad ad extra (art.
Se trata de una verdadera y 11) y el régimen obligatorio ad intra (art. 8 y 12 al 15). En este apartado
propia obligación jurídica. nos vamos a referir a las relaciones intrafamiliares, que determinan la
identidad de los obligados y la cuantía de su obligación.
Aunque se trata de una obligación, también es un derecho vinculado
También es un derecho
a la propia dignidad y autonomía personal.
vinculado a la propia dignidad En puridad, la obligación no es “independiente” del concreto régimen
y autonomía personal. económico que rija el matrimonio, sino presupuesto del mismo, pues
cada uno de los distintos regímenes arbitra mecanismos diferentes
para darle cumplimiento.
Esta obligación contributiva, por último, es indeclinable, como ex-
presión de que el régimen económico matrimonial, como el matri-
monio mismo, tiene su fundamento en la plena igualdad jurídica
de los cónyuges (art. 3 LREMV y 66 CC). Ello no es óbice a que el
contenido de la respectiva obligación de cada cónyuge sea distin-
to, en función de sus propias circunstancias económicas. Pero sí es
criterio limitador del ámbito de la autonomía de la voluntad en los
pactos capitulares.

262 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

b) Sujetos obligados
Son obligados los cónyuges, conforme al citado art. 8.1 y demás
concordantes. Ambos cónyuges. Según lo apuntado más arriba, en-
tiendo que el pacto de exoneración absoluta de uno de ellos es nulo,
por contrariar el principio indisponible de igualdad conyugal. Sobre
el particular, la doctrina no es uniforme, habiendo autores que sos-
tienen dicha nulidad, otros que admiten en algún caso su validez y
otros que la admiten con carácter general en la esfera interna entre
los esposos. Sin embargo, en mi opinión, lo que hace nulo dicho pacto
capitular no es el hecho mismo de la exoneración, sino precisamente
su eficacia vinculante para el cónyuge exonerado, que sólo puede Solo sería válida la
modificarlo de común acuerdo con su consorte14. En consecuencia,
solo sería válida la exoneración si se arbitrara no como pacto, sino
exoneración si se arbitrara
como renuncia unilateral de la parte exonerante a exigir de su con- no como pacto, sino como
sorte la contribución al levantamiento de cargas. Va de suyo que la renuncia unilateral de la
exoneración de la que tratamos presupone la capacidad económica parte exonerante a exigir de
del exonerado, porque en caso contrario nos encontramos ante un su consorte la contribución
supuesto de imposibilidad de cumplimiento.
No menciona la Ley la contribución al levantamiento de cargas que
al levantamiento de cargas.
los hijos o los ascendientes convivientes puedan estar obligados a
hacer. Aun cuando la Ley sea de Régimen Económico Matrimonial y
los principales obligados sean los cónyuges, parece haberse separado No menciona la Ley
el legislador valenciano de las últimas tendencias legislativas, ten- la contribución al
dentes a introducir preceptos que declaran y delimitan la obligación
contributiva de los demás miembros de la unidad familiar. Se rompe
levantamiento de cargas que
también de este modo, al menos nominalmente, la correspondencia los hijos o los ascendientes
entre los sujetos generadores de los gastos o cargas familiares y los convivientes puedan estar
sujetos obligados a su levantamiento. Más parece que se trate de un obligados a hacer.
olvido que de una opción, porque nada se dice sobre el particular en
la Exposición de Motivos, ni del articulado de la Ley se deduce nin-
gún mandato excluyente del deber exigible a estas otras personas. En En todo caso, la obligación
todo caso, la obligación de lo hijos seguirá siendo exigible al amparo de lo hijos seguirá siendo
del art.155.2 CC, aplicable no tanto por vía supletoria (D.F. Segunda) exigible al amparo del
como por vía directa, al regular las relaciones parterno-filiales. Res-
art.155.2 CC. Respecto de
pecto de los ascendientes, no existe ninguna norma expresa sobre la
que fundar su deber contributivo, que siempre podrá descansar en la los ascendientes, no existe
prohibición del enriquecimiento injusto, salvo que se demuestre la ninguna norma expresa
voluntad de los cónyuges de atender gratuitamente a dichos gastos. sobre la que fundar su
Se ha perdido, por tanto, una oportunidad para perfilar la obligación deber contributivo, que
de estas otras personas. A mi modo de ver y de lege ferenda, la con-
siempre podrá descansar
tribución de los hijos, en contra de lo que determinan los arts. 155.2
CC, 5.2 CFC o 5.3 de la Ley Aragonesa de REMV, no debe remitirse sin en la prohibición del
más a la equidad, pues convendría al menos distinguir los supuestos enriquecimiento injusto,

14. Dicho en lenguaje vulgar: solo puede dejar de ser un/a mantenido/a si el otro cónyuge
lo quiere, salvo que decida romper el matrimonio. Lo cual –entiendo– atenta a su propia
dignidad personal.

2008 | nº 51 263
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

de mayoría o minoría de edad. Durante la minoría de edad, su deber


de contribución ha de ser subsidiario, para los casos de imposibilidad
o insuficiencia de los patrimonios paternos, con la sola excepción de
gastos extraordinarios de los que sean exclusivos o principales bene-
ficiarios, reservándose si acaso la remisión a la equidad para la fase
de mayoría de edad con convivencia familiar. A su vez, con relación
a los ascendientes convivientes, sería oportuno establecer un criterio
limitativo de su obligación, cifrado en la proporcionalidad al gasto
que generan, sobre el que aplicar el módulo de la equidad; ello con
la finalidad de establecer criterios que permitan valorar y, en su caso,
impedir o reparar los vaciamientos patrimoniales de ancianos en el
seno de las familias.

Los cónyuges contribuirán c) Los criterios de contribución y el derecho de


al levantamiento de las reintegro
Establece el art. 8.2 que los cónyuges contribuirán al levantamiento
cargas como resulte del
de las cargas como resulte del “acuerdo entre los dos y, en defecto de
“acuerdo entre los dos y, en acuerdo, en la forma y medida que resulte proporcional a sus respec-
defecto de acuerdo, en la tivas rentas y patrimonios”.
forma y medida que resulte Queda preservado, una vez más, el principio de autonomía de la vo-
proporcional a sus respectivas luntad y paralelamente subrayado el carácter dispositivo de la ma-
yoría de los preceptos de la Ley, incluso de los integrantes de estas
rentas y patrimonios”.
Disposiciones Generales o régimen básico.
Habría que determinar si el “acuerdo” al que la norma se refiere es
“Acuerdo” no remite específicamente el otorgado en carta de nupcias o si, por el contra-
necesariamente a la forma rio, será válido cualquier otro, siempre que resulte probado por cual-
capitular, ni al documento quiera de los medios válidos en Derecho (incluso por presunciones).
Por mi parte considero, con la doctrina mayoritaria, que es preferible
público, ni siquiera a la
optar por una interpretación amplia, teniendo en cuenta que se trata
forma escrita. de una regla de reparto interna, entendiendo que “acuerdo” no remi-
te necesariamente a la forma capitular, ni al documento público, ni
Sí se echa en falta la siquiera a la forma escrita.
mención concreta al Lo que sí se echa en falta es la mención concreta al régimen econó-
mico matrimonial como ente regulador de la respectiva contribución,
régimen económico pues no pueden equipararse los supuestos de regímenes comunita-
matrimonial como ente rios con los de separación: no es lo mismo trabajar o percibir frutos
regulador de la respectiva para el patrimonio común que para el privativo, siendo necesario
contribución. establecer en estos casos las reglas de contribución y en los primeros
las responsabilidades del patrimonio compartido (ganancial, p.ej.),
que es cosa distinta. Por eso, debería decirse, y en todo caso debe
entenderse, que la forma y medida en que cada uno de los cónyu-
ges atienda su compromiso con el levantamiento de las cargas de
la familia será la que resulte de su régimen económico matrimonial
o del acuerdo entre ambos, dejando finalmente como regla suple-
toria la propia del régimen de separación. Hay que tener en cuenta
que durante mucho tiempo coexistirán gananciales y separación de

264 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

bienes como regímenes no pactados, siendo de aplicación el régimen


primario establecido en esta Ley a todos ellos.
En cuanto a la norma supletoria, el artículo 8.2 no toma una postura En cuanto a la norma
clara en la dialéctica entre proporcionalidad a las rentas o ingresos y
supletoria, el artículo
proporcionalidad a los patrimonios. El art. 1438 CC, en sede de régi-
men de separación, y el art. 4.1 de la Compilación Balear, dentro de las 8.2 no toma una postura
Disposiciones Generales, cifran el canon contributivo en los “recursos clara en la dialéctica entre
económicos” de cada cónyuge; el art. 5.1 CFC y la Ley 103.b) de la proporcionalidad a las rentas
Compilación Foral Navarra lo refieren a las rentas o ingresos y subsi- o ingresos y proporcionalidad
diariamente a los patrimonios o bienes de aquéllos. El legislador va-
a los patrimonios.
lenciano se remite globalmente a las rentas y patrimonios, con lo que
parece adscribirse al primero de los dos grupos indicados, que hablan
de los recursos o posibilidades económicas en general, lo cual crea
un ámbito de indeterminación que deberá ser concretado en cada
caso por el arbitrio judicial. Esa indeterminación no solo se concreta
con relación a un acto o momento determinado, sino que tiene una
consecuencia ulterior en el eventual derecho de reintegro que esta-
blece el art. 11.2 en el supuesto de que un cónyuge haya contribuido
en proporción superior a la que le corresponda, para lo cual hay que
saber cuál le correspondía, lo que no parece que pueda fijarse a priori
–es decir, antes de que un Juez lo declare– con demasiada facilidad.
Entiendo que la regla más justa es la proporcional a los patrimonios, Entiendo que la regla más
porque es lo que determina la capacidad económica y porque los ingre-
sos de cada cónyuge van supuestamente consolidando su patrimonio
justa es la proporcional a los
personal. Sin embargo, esta regla no es operativa en muchas ocasio- patrimonios.
nes por razón de la necesaria liquidez para atender dichos pagos, por
lo que es más práctico acudir inicialmente, como regla de pago más
que de contribución, al criterio de los ingresos, sin obligar constante el
régimen a la venta de bienes de un patrimonio no productivo. Ahora
bien, llegado el momento de practicar reintegros o reembolsos, sea con
ocasión de la liquidación del régimen o durante su vigencia, y dejando
siempre a salvo el pacto entre los esposos, parecería correcto atribuir Reestableciendo el criterio
un derecho de reembolso al cónyuge que teniendo más liquidez tenga de que el ingreso es un
menos riqueza, reestableciendo el criterio de que el ingreso es un modo modo interino de pago y
interino de pago y el patrimonio el canon del deber de contribución. el patrimonio el canon del
Todo ello, con las necesarias matizaciones cuando la falta de patrimo-
nio sea debida al excesivo gasto particular de uno de los cónyuges que
deber de contribución.
no haya revertido en el interés familiar, o a operaciones de agiotaje que
puedan ser próximas a la prodigalidad.
En cualquier caso, el derecho al reintegro es deuda de valor y, por El derecho al reintegro es
tanto, actualizable. Como normalmente los pagos se habrán hecho en deuda de valor.
dinero, el módulo de la actualización deberá ser el interés legal, que
compensa no sólo el quebranto de la moneda, sino también las uti-
lidades dejadas de percibir (lo cual resulta especialmente justificado
en un régimen separatista, donde los frutos de los bienes propios son
del cónyuge titular).

2008 | nº 51 265
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Si los reembolsos se efectúan Si los reembolsos se efectúan durante la vigencia del régimen ma-
durante la vigencia del trimonial (que será, a estos efectos, el de separación), debe dárseles
carácter transaccional, sin posibilidad futura de revisión.
régimen matrimonial, El derecho de reembolso es, por supuesto, disponible: cabe modali-
debe dárseles carácter zarlo o renunciarlo, sin perjuicio de la posible inoficiosidad. En prin-
transaccional. cipio, no se ve obstáculo para que sea también transmisible a los
herederos, si bien deberá quedar probado que tal derecho existía, y
que la desproporción contributiva no se corresponde con el acuerdo
de los cónyuges, amparado por el art. 8.2, y cuya licitud no parece
cuestionarse15, o que aquel derecho no estaba renunciado. Quizá, de
lege ferenda, fuera prudente excluir la transmisión hereditaria cuan-
do los legitimarios sean hijos comunes de los esposos.
Nada dice la Ley sobre Nada dice la Ley sobre la posible prescripción o caducidad del dere-
la posible prescripción o cho, a diferencia de lo que ocurre en la regulación del trabajo para
caducidad del derecho. la casa. Entiendo que, al tener naturaleza liquidatoria, aunque pue-
da ser parcial o transitoria, ha de estar sujeta al mismo régimen,
esto es: no está sujeta la acción a plazo de prescripción constante el
También guarda silencio la matrimonio, porque puede ejercitarse durante él o al tiempo de su
Ley acerca de si el reintegro disolución, sin que exista ninguna obligación de anticiparlo a ésta; y
ha de ser en dinero o puede deberá quedar sujeta al mismo plazo de prescripción de cinco años, a
serlo en especie. La necesidad contar desde la disolución, al que se sujeta el trabajo para la casa.
de hacerlo en dinero puede También guarda silencio la Ley acerca de si el reintegro ha de ser en
dinero o puede serlo en especie (en bienes o derechos); e igualmente si,
forzar aplazamientos o una vez liquidado, ha de ser pagado en el acto o puede ser fraccionado.
fraccionamientos. A falta de acuerdo entre las partes, entiendo que la compensación será
monetaria, salvo causas muy justificadas que impidan la enajenación
de bienes para obtener su producto líquido. Más flexibilidad debe reco-
nocerse al arbitrio judicial en cuanto al tiempo del pago, pues precisa-
mente la necesidad de hacerlo en dinero puede forzar aplazamientos
o fraccionamientos que, en todo caso, se compensarán con el devengo
del interés legal sobre las cantidades líquidas a que se refieran.
La contribución al
levantamiento de cargas, d) Las formas de contribución
como contribución La contribución al levantamiento de cargas, como contribución eco-
económica, puede hacerse nómica, puede hacerse en dinero o en especie. La Ley regula una
contribución específica concreta, como es el trabajo para la casa del
en dinero o en especie. que después se hablará. Pero caben otras, como reverso de lo dis-
puesto en los apartados 3º y 4º del art. 9, reconducidas en esencia al
Las contribuciones en
destino al uso familiar de bienes o derechos de titularidad particular
especie plantean varios de uno de los cónyuges.
problemas. Uno es el de su Las contribuciones en especie plantean varios problemas.
valoración, que por razón de Uno es el de su valoración, que por razón de lo dicho anteriormente
lo dicho anteriormente ha ha de ser reconducida al valor de uso determinado por el ahorro
familiar que implican.
de ser reconducida al valor
de uso determinado por el
15. De hecho, está expresamente admitida en el art. 44 para el régimen de separación
ahorro familiar que implican. de bienes.

266 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

Otro es el de si el cónyuge aportante tiene derecho a una compensa- Otro es el de si el cónyuge


ción por los deterioros o, en general, la pérdida de valor sufrido por el aportante tiene derecho a
bien aportado. Entiendo que, fuera de los casos de culpa o negligen-
cia, tal derecho no existe, aunque el bien fuera perecedero o consu-
una compensación por los
mible. En este último caso, porque su naturaleza habrá determinado deterioros o, en general, la
el criterio de valoración del uso, según lo especificado más arriba; y pérdida de valor sufrido por el
en el supuesto de los bienes no perecederos o de larga duración, en bien aportado.
particular los inmuebles, porque la amortización del bien es inherente
al derecho de propiedad, resultando injustificado que tenga que com-
pensar el consorcio familiar lo que no compensarían los terceros, si
aquél estuviera puesto en explotación.
Finalmente, cabe también interrogarse por el destino de los capitales
asegurados con relación a dichos bienes, en el supuesto de producirse
el evento cubierto por el seguro. Entiendo que no rige el principio de
subrogación real, y que dichos capitales sustitutivos del bien siniestra-
do, corresponden en todo caso al cónyuge propietario, sin una espe-
cífica obligación de afectar directamente sus frutos al consumo de la
familia, ni tampoco de adquirir con ellos bienes de igual naturaleza y
condición que el siniestrado para volver a destinarlos al uso familiar. Y
lo mismo cabe decir de las indemnizaciones debidas por terceros con
ocasión de la pérdida o destrucción del bien que les fuera imputable.
Si las indemnizaciones recibidas por una u otra vía no son sustitutivas
del bien sino compensatorias del daño causado en el mismo, tampoco
puede derivarse del uso familiar una específica obligación de reparar (si
es que el régimen indemnizatorio o aseguratorio reserva al propietario
esta opción), pero en estos casos la depreciación del bien o de sus con-
diciones de uso se tendrán en cuenta a la hora de su valoración y, en
todo caso, se podrá excluir del capítulo de cargas las primas satisfechas
del seguro; además, el grupo familiar y, en particular, el otro cónyuge,
podrá negarse a mantener el uso en las nuevas condiciones, dejando
por ello de ser un modo de contribución.

IV. La responsabilidad
frente a terceros por las
obligaciones derivadas
de cargas familiares
a) Régimen general
Establece el art. 11.1 de la Ley que “De los actos de un cónyuge dirigi-
dos a satisfacer las necesidades ordinarias de la familia, según los usos
del lugar y las circunstancias de ésta, responderán frente a terceros, en
primer lugar y solidariamente, los bienes del cónyuge que contrajo la

2008 | nº 51 267
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

deuda, los bienes agermanados y, en su caso, las donaciones por ra-


zón del matrimonio a que se refiere el art. 31 y, subsidiariamente, los
del otro cónyuge”.
Por su parte, en la regulación específica del régimen de separación de
bienes, indica el art. 48.2 que “De las deudas contraídas en el ejercicio de
la potestad doméstica ordinaria dirigida a la satisfacción de las cargas del
matrimonio y de la familia responderán los cónyuges en la forma que de-
termina el art. 11 de esta Ley, si existen bienes agermanados o donaciones
por razón del matrimonio especialmente afectas al levantamiento de las
cargas del matrimonio. En caso contrario, responderá frente al acreedor
el cónyuge que contrajo la deuda y ,subsidiariamente, el otro cónyuge”.
La responsabilidad frente a El art. 11 es, en el fondo, copia del 1319 CC y, por ello, reproduce sus
terceros por las obligaciones mismas dudas. El principio que lo inspira parece claro: responsabilidad
directa del cónyuge que contrae la deuda y, por razón del destino o fi-
derivadas de cargas familiares nalidad de ésta, responsabilidad solidaria de los bienes del matrimonio
es responsabilidad directa o comunes, y solo responsabilidad subsidiaria de los bienes del otro
del cónyuge que contrae cónyuge. Sin embargo, su formulación literal es problemática.
la deuda y, por razón De un lado, reproduce en el Derecho valenciano la polémica doctrinal
del destino o finalidad acerca de cuál sea el régimen de responsabilidad cuando la deuda
contraída tenga por finalidad la atención de necesidades no ordi-
de ésta, responsabilidad narias, sino extraordinarias de la familia, supuesto que el concepto
solidaria de los bienes del de “necesidades ordinarias” no coincida con el de “cargas del matri-
matrimonio o comunes, y solo monio”. De otro lado, relacionándolo con el art. 48.2, se diferencia
responsabilidad subsidiaria de nominalmente entre “necesidades ordinarias” y “potestad doméstica
los bienes del otro cónyuge. ordinaria”, quedando a la decisión del intérprete si ambas expresio-
nes se refieren o no a lo mismo. Literalmente no tienen porqué coin-
cidir, pues lo primero atiende a la necesidad cubierta y lo segundo al
acto jurídico o material en virtud del cual se crea la deuda destina-
da a satisfacerla. ¿Cómo se calificaría, por ejemplo, la obligación de
préstamo contraída por un cónyuge para sufragar a favor de un hijo
y por la medicina privada una intervención sanitaria que estuviera
cubierta por la Seguridad Social, supuesto que el coste de aquélla se
encuentre dentro de las posibilidades económicas de la familia? ¿Y si
esa misma operación se financia con tarjeta de crédito o con cargo a
los fondos existentes en una cuenta?
Según mi criterio, no cabe Según mi criterio, no cabe distinguir grados en el ejercicio de la po-
testad doméstica, diferenciando la ordinaria de la extraordinaria en
distinguir grados en el
función ni del tipo de acto ni del tipo de necesidad. Además de las
ejercicio de la potestad interpretaciones doctrinales que poco a poco se van abriendo paso
doméstica, diferenciando la en el mismo sentido, se apoya esta conclusión en el art. 7.2 in fine
ordinaria de la extraordinaria de la Ley, al presumir que cada cónyuge actúa con la representación
en función ni del tipo de acto del otro cuando realiza los actos propios de la potestad doméstica,
no estableciendo distinción alguna entre ellos. Por tanto, si se presu-
ni del tipo de necesidad.
me dicha representación en el ejercicio de aquella potestad, general-
mente considerada, deberá aplicarse a todos esos actos el régimen de
responsabilidad patrimonial previsto en el art. 11.1, que además está

268 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

muy debilitado en relación con otros Derechos inspirados por principios


separatistas. Así se aprecia comparando el precepto que se comenta
con el art. 8 CFC, conforme al cual la responsabilidad de los cónyuges
frente a terceros es solidaria y no subsidiaria respecto de las obligacio-
nes contraídas por cualquiera de ellos para atender la totalidad de los
“gastos familiares” (es decir, la totalidad de las cargas), con tal de que
sean adecuados a los usos y nivel de vida de la familia (que es elemento
limitador de lo que son propiamente gastos familiares).

b) La pretendida “especial afección” de algunos


bienes
La responsabilidad solidaria que el art. 11.1 declara de los bienes agerma- La responsabilidad solidaria
nados o donados por razón de matrimonio está vinculada con la especial que el art. 11.1 declara de
afección al levantamiento de las cargas que de ellos predica (art. 8.3).
Dicho precepto es, en este punto, simultáneamente incompleto y ex-
los bienes agermanados
cesivo. Incompleto, porque solo cita los bienes agermanados de entre o donados por razón de
las posibles situaciones de patrimonio matrimonial en mano común, matrimonio está vinculada
olvidando que estadísticamente será mucho más frecuente, durante con la especial afección al
bastante tiempo, la existencia de bienes gananciales que de bienes levantamiento de las cargas
agermanados. En cualquier caso, habrá que entender incluidos dentro
de esa responsabilidad solidaria los bienes gananciales, o más pro-
que de ellos predica.
piamente los bienes del cónyuge que contrajo la deuda junto con los
gananciales, llamados a responder de la misma por su propio régimen Dicho precepto es, en este
jurídico (art. 1362.1 CC). Por otro lado, el precepto es excesivo por lo punto, simultáneamente
que se refiere a las donaciones por razón de matrimonio, salvo aqué- incompleto y excesivo.
llas otorgadas con carga modal al amparo del art. 31.1 in fine, como
reminiscencia de la dote. Las demás no generan ningún patrimonio
colectivo del matrimonio, sino que se atribuyen a los respectivos pa-
trimonios individuales de los cónyuges, aunque sean hechas conjun-
tamente a ambos (art. 33, apartados 2 y 3). Por tanto, sólo se justifica
la solidaridad que proclama el art. 11.1 con relación a aquellos bienes
donados propter nuptias con la finalidad específica de atender las
cargas del matrimonio, que son los únicos a los que vendrá referido
el precepto por razón del inciso “en su caso”.
Estos bienes que el art. 11.1 sitúa en el plano de responsabilidad so-
lidaria con el cónyuge que contrajo la deuda son los que, según la
propia Ley, están “especialmente afectos” al levantamiento de cargas
(cfr. art. 8.3). Nada dice la Ley sobre lo que sea o suponga esa especial
afección. Además, la propia terminología empleada por el legislador
Nada dice la Ley sobre
es confusa, pues en materia de germanía (cfr. art. 38.2), los bienes lo que sea o suponga esa
pasan de estar “especialmente afectos” a “principalmente afectos” al especial afección.
levantamiento de las cargas, pero ¡”como el resto de los bienes del
matrimonio”!, sin distinguir entre los que son bienes de los cónyuges
y bienes del matrimonio propiamente dichos. Es evidente que esa supuesta
Es evidente que esa supuesta afección no genera ningún vínculo de na- afección no genera ningún
turaleza real, a modo de hipoteca legal tácita. Pero si no fuera más que vínculo de naturaleza real,

2008 | nº 51 269
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

una concreción del principio de responsabilidad patrimonial universal


del art. 1.911 CC16, nos encontraríamos frente a un absurdo flatus vocis.
A estos efectos es conveniente distinguir entre situaciones de sol-
vencia y de insolvencia patrimonial.
En las primeras, podría pensarse si la especial afección habilita, por
Podría pensarse si la especial ejemplo, al cónyuge que ha contraído la deuda y ha sido embarga-
afección habilita, por ejemplo, do por ello, a pedir que en la traba sea sustituido el bien privativo
al cónyuge que ha contraído embargado por otro especialmente afecto. Se trataría del supuesto
la deuda y ha sido embargado inverso al art. 1373 CC o 42.2 LREMV, que estaría informado por el
mismo principio: establecer una final coincidencia entre el benefi-
por ello, a pedir que en la
ciado por la deuda contraída y el patrimonio responsable. No veo in-
traba sea sustituido el bien conveniente para admitir tal solución, al no ser una derogación de la
privativo embargado por otro solidaridad, que en todo caso opera frente al tercero acreedor, y que
especialmente afecto. podría oponerse si el bien sustituido y el que le sustituye tuvieran
diferencias considerables de realización en perjuicio de aquél.
También podría pensarse, supuesta la solvencia del deudor, en que la
También podría pensarse,
especial afección de los bienes aludidos fuera título suficiente para
supuesta la solvencia del fundar una tercería de mejor derecho (cfr. arts. 614 y concordantes
deudor, en que la especial LEC), al objeto de declarar, frente a la traba de uno determinado de
afección de los bienes estos bienes, la preferencia de los créditos nacidos del levantamiento
aludidos fuera título suficiente de cargas sobre otros estrictamente personales del cónyuge deudor.
En los supuestos de insolvencia, cabe preguntarse si la pretendida es-
para fundar una tercería de
pecial afección de estos bienes es materialmente una regla de prelación
mejor derecho. crediticia, y caso de que lo fuera, qué tipo de privilegio atribuye. La res-
puesta ha de ser negativa, al decir el art. 89.2. in fine de la Ley Concursal
que no se admitirán otros privilegios que los previstos en la misma. Hay
que tener en cuenta que el art. 77 de aquélla incluye los bienes mante-
nidos en régimen de comunidad dentro de la masa activa del cónyuge
concursado, con posibilidad de pedir su disolución por el otro cónyu-
ge. Nada dice de las donaciones propter nuptias especialmente afectas,
aunque se trata de bienes sobre los que normalmente se tiene derecho
de uso o garantía, por lo que no serían entregados al otro cónyuge (en la
Regulan los arts. 12 a 15
parte que no correspondiera al concursado), de conformidad con el art.
de la Ley una modalidad 80.1 de la misma Ley. Y a su vez, los créditos por alimentos son créditos
específica de contribución contra la masa y no contra el concursado, conforme al art. 84.2.4º LC.
al levantamiento de las
cargas del matrimonio, V. El trabajo para casa
como es el trabajo para la
a) Concepto y extensión de la figura
casa: el trabajo doméstico, Regulan los arts. 12 a 15 de la Ley una modalidad específica de con-
la atención a las personas tribución al levantamiento de las cargas del matrimonio, como es el
que forman la familia y la trabajo para la casa, incluyendo los mismos tres capítulos que aparecen
participación no remunerada en la legislación catalana, a saber: el trabajo doméstico, la atención a las
personas que forman la familia y la participación no remunerada o in-
o insuficientemente
remunerada de un cónyuge en
las actividades del otro. 16. Como ocurre claramente en el art. 44.1 LREMV.

270 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

suficientemente remunerada de un cónyuge en las actividades del otro.


Entiendo que, en todos estos casos y especialmente en los dos pri-
meros, ha de diferenciarse la asunción compartida (en mayor o me-
nor medida) de los deberes a los que se refiere el nuevo artículo 6817
del Código Civil, con la atención específica que excluye –aunque sea Se ha discutido si el trabajo
transitoria o parcialmente– la realización de actividades económicas para la casa ha de ser
retribuidas (impliquen o no inserción en el mercado laboral). Creo que
exclusivo (“ama de casa”) o no.
a lo que el precepto ha de referirse es a esto último.
Se ha discutido si el trabajo para la casa ha de ser exclusivo (“ama de
casa”) o no. Hay jurisprudencia en ambos sentidos al amparo del art.
1438 CC. Por mi parte entiendo que no. Basta que sea relevante com-
parativamente con el del otro cónyuge e implique efectiva pérdida de
oportunidades o genere un sacrificio personal claramente individua-
lizado (la llamada “segunda jornada”). Por el contrario, la existencia de
servicio doméstico sufragado conjuntamente por los esposos podría
eliminar o reducir la contribución por este capítulo, aunque uno de
los cónyuges no desarrolle actividades retribuidas.
La atención a las personas ha de entenderse referida a las mismas que son La atención a las personas ha
susceptibles de generar carga familiar, y en sus mismas circunstancias,
de entenderse referida a las
aunque la redacción del art. 9.2 no coincida con la del 12.2 (por ejemplo, se
omite en éste al cónyuge, y por el contrario parecen incluidos los hijos no
mismas que son susceptibles
comunes que convivan en su propio hogar, pero en régimen de dependen- de generar carga familiar.
cia del matrimonio, lo cual no parece muy justificado).
La colaboración en las actividades del otro cónyuge ha de englobar La colaboración en las
las no retribuidas y las retribuidas insuficientemente, atendiendo a
actividades del otro cónyuge
criterios objetivos de mercado. Y en todo caso ha de exigirse una cier-
ta permanencia, por lo que debe entenderse excluida la colaboración ha de englobar las no
ocasional, que no sería una modalidad de contribución al levanta- retribuidas y las retribuidas
miento de cargas, sino expresión del deber de mutua ayuda del art. 67 insuficientemente,
CC . Se ha criticado la admisión de esta figura, entendiendo que si la atendiendo a criterios
colaboración es permanente en un marco de dependencia y ajenidad,
objetivos de mercado. Y en
hay un derecho a la retribución y al aseguramiento no sustituible de
renuncia ni de sustitución por esta modalidad contributiva que, de todo caso ha de exigirse una
forma directa, sólo lo es a los ingresos del otro cónyuge. De cual- cierta permanencia,
quier modo, no todas las situaciones reconducibles a este capítulo
serían materialmente laborales, y la realidad social aconseja que, no
habiendo existido retribución adecuada, al menos se considere final e
internamente como una contribución al levantamiento de las cargas.

b) Naturaleza: oposición entre “contribución” y


“compensación”. Compatibilidad con la pensión
compensatoria
La Ley califica el trabajo para la casa, en la extensión indicada, como
contribución al levantamiento de las cargas del matrimonio. Sigue

17. Según redacción dada por la Ley 12/2005.

2008 | nº 51 271
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

así lo que hacen otras legislaciones18, en las que ha ido apareciendo


de forma expresa. En este punto, el texto definitivamente aprobado
mejora el de la proposición de Ley presentada a las Cortes, cuyo ar-
tículo 12 atribuía carácter dispositivo a tal consideración y permitía
La afirmación de que el pacto en contrario. Entiendo que, acertadamente, la afirmación de
trabajo para la casa es un que el trabajo para la casa es un modo contributivo con relación a
modo contributivo con las cargas resulta imperativa, como se deduce además de su propio
relación a las cargas resulta enunciado –“el trabajo para la casa será considerado como contri-
bución al levantamiento de las cargas del matrimonio”– quedando
imperativa.
reducido al ámbito de la autonomía de la voluntad a otros aspectos
de su régimen jurídico, y siendo nulo el pacto que expresamente lo
niegue o excluya.
Sin embargo, conjuntamente con la naturaleza que se le atribuye, la
Ley establece la obligación de compensar estos trabajos al tiempo
La compensación del de la disolución del régimen económico matrimonial (art. 13.2)19. Se
incurre así, según mi criterio, en una contradicción: la compensación
trabajo para la casa
del trabajo para la casa pugna con su calificación como contribución
pugna con su calificación al levantamiento de cargas, pues es incompatible el carácter con-
como contribución al suntivo y solutorio de este último concepto –implica cumplimiento
levantamiento de cargas, de una obligación o deber– con la idea de anticipo o aportación, ge-
nerador de un pseudo derecho de crédito, que subyace en su directa
compensación. Además, si así fuera se produciría una discriminación
constitucionalmente inaceptable del cónyuge que aporta a los gas-
tos familiares los rendimientos de su trabajo remunerado fuera del
hogar, el cual no genera ningún derecho de compensación.
Además, el principio de la compensación del trabajo es innecesario.
En el marco de regímenes de comunidad o participación, supone una
quiebra sistemática que el legislador valenciano ha querido paliar,
como a continuación se verá, sin conseguirlo realmente. A su vez,
en el contexto de un sistema separatista, que es el diseñado por la
Ley 10/2007, la valoración del trabajo tiene efectiva virtualidad a los
efectos de determinar la proporción en la que cada cónyuge ha con-
tribuido al levantamiento de esas cargas, por si llegado el caso fuere

18. El Código Civil lo recoge expresamente en el art. 1438, en sede de régimen de sepa-
ración; aunque no se dice de modo expreso para la sociedad de gananciales, la doctri-
na no ve inconveniente en entenderlo como principio general, máxime cuando en esta
última se contiene alguna especificación del mismo (p.ej. art 1360). El art. 5.1 CFC lo
enuncia entre los modos de contribución al levantamiento de cargas, estableciendo el
régimen de compensación –con la diferencia que se apunta en el texto– en la regulación
específica del régimen de separación (art. 41). Tanto la Ley 103.b) de la Compilación
Navarra como el art. 4.1 de la Balear, prevén el trabajo para la casa como modo de
contribución, pero no establecen regla alguna de compensación para el supuesto de
disolución del régimen.

19. El precepto, además, tiene una sistemática errónea, pues se refiere a ”los servicios
previstos en este artículo como colaboración para el levantamiento de las cargas del ma-
trimonio”, cuando su previsión se realiza en el artículo anterior, reservando el 13.1 para
la enunciación de los criterios valorativos.

272 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

preciso practicar reintegros entre ellos; pero lo que debería ser objeto Lo que debería ser objeto de
de reclamación de uno a otro es el importe en el que el reintegro que- reclamación de uno a otro
de fijado, y no la valoración estimativa del trabajo aportado. Por ello,
entiendo mucho más acertado el criterio seguido por el art. 41 CFC,
es el importe en el que el
que no tiene como objeto de compensación el trabajo para la casa reintegro quede fijado, y no
en sí mismo considerado, sino el desequilibrio injusto de patrimonios la valoración estimativa del
que se produce al tiempo de la disolución cuando uno de los cónyu- trabajo aportado.
ges ha trabajado para la casa; es decir, que utiliza el trabajo del que
tratamos no como objeto de compensación, sino como presupuesto
para que pueda valorarse el carácter justo o injusto del desequilibrio
de patrimonios, siendo esto último lo que se compensa.
La naturaleza del derecho lo hace compatible con otros que respon- La naturaleza del derecho
den a causa diferente, como es el caso de la pensión compensatoria. lo hace compatible con
Así lo declara expresamente el art. 14.2 LREMV. La jurisprudencia20,
otros que responden a causa
interpretando el art. 1438 CC, no ha tenido especiales dudas sobre la
compatibilidad de ambas figuras, sosteniendo que la pensión com- diferente, como es el caso de
pensatoria responde al desequilibrio que se crea de cara al futuro la pensión compensatoria.
por una pluralidad de factores concurrentes durante el matrimonio,
en tanto que la compensación del trabajo para el hogar repone una
situación pasada que depende sustancialmente de un único factor,
cual es la dedicación exclusiva o preferente al mismo. En el Derecho
catalán, sin embargo, no ha resultado tan pacífica la compatibilidad
entre la pensión compensatoria y la indemnización por desequilibrio
patrimonial, habiendo jurisprudencia contradictoria con relación al
antiguo art. 23 de la Compilación, que finalmente zanjó el art. 41.3
CFC, sin nombrarla expresamente, pero diciendo que el derecho a
la compensación patrimonial ha de ser tenido en cuenta para la fi-
jación de los demás derechos de carácter económico que resulten
compatibles.

c) Ámbito de aplicación: La regulación del trabajo


La regulación del trabajo para la casa es aplicable a todos los regí-
para la casa es aplicable
menes matrimoniales, al estar en las disposiciones generales. Así lo
confirma a contrario el art. 14.1. Y de acuerdo con lo señalado al prin-
a todos los regímenes
cipio de este trabajo, también lo es para los matrimonios contraídos matrimoniales, también
con anterioridad a su vigencia, muchos de los cuales estarán sujetos lo es para los matrimonios
supletoriamente al régimen ganancial. contraídos con anterioridad
En mi opinión, las reglas de valoración y, en su caso, compensación
a su vigencia.
del trabajo para la casa solo tienen sentido en el régimen de sepa-
ración de bienes, para determinar el quantum de la aportación de
En mi opinión, las reglas
cada cónyuge al levantamiento de cargas, conforme a la regla que
se especifica en los arts. 8, apartados primero y segundo, y 44 in fine.
de valoración y, en su caso,
En los regímenes comunitarios carece de toda virtualidad, incluso compensación del trabajo
cuando sean necesarias aportaciones privativas, pues los frutos del para la casa solo tienen
sentido en el régimen de
20. Puede verse un resumen de los argumentos en SAP Castellón de 31/05/06 (El Derecho
Jurisprudencia 2006/283770).
separación de bienes.

2008 | nº 51 273
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

trabajo siempre son comunes (p.ej. art. 1347.1 CC), de modo que el
trabajo para la casa es una contribución intangible a la formación
del patrimonio común, que es el que responde primeramente del
levantamiento de cargas y el que se repartirá entre los cónyuges al
finalizar el régimen. Si fueren precisas aportaciones privativas por
insuficiencia del mismo, como quiera que dichas aportaciones han
de ser proporcionales a las rentas y patrimonios privativos21, las re-
glas que en estos preceptos se contienen carecen de toda eficacia
para determinar la respectiva contribución suplementaria de uno y
otro cónyuge, pues el trabajo para la casa no genera un patrimonio
específico a nombre de quien lo presta. Es más, si se considerara
ficticiamente creado dicho patrimonio por la valoración que estos
preceptos proponen, no sólo se estaría computando dos veces lo
mismo (porque los frutos de ese trabajo se han materializado en el
patrimonio común), sino que se podría llegar a la situación imposible
de exigir contribución suplementaria a una persona que carece de
bienes materiales con los que contribuir, o a la desproporcionada de
exigir a quien lo ha prestado una contribución superior a su patrimo-
nio real. Y si no fueren precisas dichas aportaciones por suficiencia
del patrimonio común, al disolverlo y liquidarlo se repartirá el que
haya conforme a las reglas del propio régimen, sin que la valoración
del trabajo para la casa influya en ellas ni lo acreciente. De hecho,
esta idea aparece en el párrafo primero del art. 14, si bien confun-
diendo el concepto de compensación con el de cuota de liquidación
y estableciendo unos condicionantes –haber recibido efectivamente
ventajas patrimoniales y que éstas sean cuantitativamente equipa-
rables a lo que le correspondería por la compensación del trabajo-
que generan quiebras sistemáticas en lo que constituye la esencia de
un régimen comunitario.
En algún caso, además, existe una clara antinomia entre la obliga-
ción de compensar el trabajo para la casa conforme a los criterios
propuestos por la Ley y la regulación especial que dicha contribución
tiene en el régimen ganancial. Es el supuesto del art. 1360 CC, que
se refiere a la colaboración de un cónyuge en las actividades empre-
sariales o de explotación del otro. El precepto citado, por remisión al
1359, obliga a compensar dicho trabajo si la explotación, estableci-
miento mercantil o empresa privativa ha experimentado un incre-
mento de valor por razón de la actividad del cónyuge no propietario,
y no en otro caso; establece como acreedora frente al titular del
negocio o actividad, a la sociedad de gananciales y no directamente
al otro cónyuge; y cifra la compensación en el aumento de valor que
le sea imputable, y no en ninguno de los criterios contenidos en el
art. 13.1 LREMV.

21. Propiamente, en el régimen ganancial solo pueden ser privativos los bienes, porque
las rentas, frutos y demás ingresos, aunque provengan de bienes privativos, son también
gananciales.

274 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

Incluso en el régimen de separación, la obligación de compensar el Incluso en el régimen de


trabajo que uno de los esposos ha realizado en especie para la casa no separación, la cuantía
deja de plantear problemas, sobre todo si se actúa de forma automá-
de la compensación no
tica comprobando exclusivamente la concurrencia de esa dedicación
y atribuyendo un valor a la misma por todo el tiempo de permanen- debiera corresponderse
cia, que se constituye de este modo en el objeto de la reclamación o matemáticamente con la
del eventual derecho concedido. A pesar de que la jurisprudencia22 cuantificación del trabajo
recaída en torno al art. 1438 CC no da demasiado pie para ello, en- de que tratamos hecha
tiendo que por razón de la finalidad del precepto y, del mismo modo,
conforme a los criterios del
con el fin de que la desigualdad de trato (con el que aportó los ren-
dimientos económicos de su trabajo) no incurra en discriminación art. 13.1, sino que debería
constitucionalmente proscrita, deberá exigirse también un desequi- minorarse con la proporción
librio patrimonial entre los cónyuges. En el fondo, la cuantía de la en la que el cónyuge estaba
compensación no debiera corresponderse matemáticamente con la obligado a contribuir al
cuantificación del trabajo de que tratamos hecha conforme a los cri-
levantamiento de las cargas
terios del art. 13.1, sino que debería minorarse con la proporción en
la que el cónyuge estaba obligado a contribuir al levantamiento de las del matrimonio, teniendo en
cargas del matrimonio, teniendo en cuenta dicho valor. Por ejemplo: cuenta dicho valor.
si el trabajo23 se cuantifica en 50 y las rentas y patrimonio24 del otro
cónyuge en 150, este último debe contribuir tres veces por cada una
que contribuya el otro; en consecuencia, como quien trabajó para la
casa consumió en el levantamiento de cargas el 100% de su aporta-
ción, deberá compensársele el 75% que aportó en exceso, fijándose la
compensación en el 75% de la valoración del trabajo. De este modo,
el derecho de compensación sería una especificación o modalidad del
derecho al reintegro previsto en el art. 11.2, y quedaría eliminada la
contradicción entre “contribución” y “compensación”, esto es, entre
la naturaleza jurídica que corresponde y se atribuye al trabajo para la
casa y su régimen jurídico.
Como excepción al deber de compensación –no a la calificación del
trabajo como contribución al levantamiento de cargas– establece el art.
14.1 que la misma “no tendrá lugar cuando, de otra forma, el cónyuge Esta regla trata de coordinar
con derecho a ella haya obtenido ventajas patrimoniales equiparables la indemnización del
a tal compensación, como consecuencia precisamente del régimen trabajo para la casa con los
económico que ordenó su matrimonio”. Esta regla trata de coordinar la
regímenes comunitarios o de
indemnización del trabajo para la casa con los regímenes comunitarios
o de participación. Sin embargo, no lo logra completamente. Por un
participación. Sin embargo,
lado, tiende a equiparar, al menos funcionalmente, la compensación del no lo logra completamente.

22. Un adecuado resumen puede verse en SAP Murcia de 6/11/06 (El Derecho Jurispru-
dencia 2006/316482).

23. Supuesto que el cónyuge que los presta no tenga otros ingresos o bienes propios. Si
los tuviera, el valor del trabajo debería sumarse al del resto de sus recursos, para deter-
minar su deber de contribución.

24. Ese patrimonio es el que resta después de lo consumido en el levantamiento de


cargas por aportación del cónyuge titular.

2008 | nº 51 275
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

trabajo para la casa con otras figuras que nada tienen que ver con ella,
como son la cuota de liquidación del patrimonio común o el derecho
a la participación en las ganancias del otro cónyuge. Por otro lado, es-
tablece un criterio de equiparación parcial, pues solo opera cuando se
reciben “ventajas patrimoniales”, sin que sea aplicable en los supuestos
de patrimonios deficitarios o de inexistencia de derecho a la participa-
ción. Finalmente, la excepción depende de que esas “ventajas patrimo-
niales” sean equiparables a la compensación debida, equiparación que
debe entenderse cuantitativa a falta de otras posibles25. Esta última
idea se refuerza por el hecho de que el art. 13.1 atribuye a los criterios
contenidos en ella la condición de “mínimos”, por lo que sería proble-
mática una equiparación por debajo de las cantidades resultantes de
su aplicación. Por tanto, de acuerdo con la literalidad del precepto,
podrían resultar fundadas reclamaciones compensatorias del trabajo
para la casa en las liquidaciones de regímenes comunitarios cuando
no se reciban bienes en adjudicación de la cuota de liquidación (por no
existir o ser deficitario el patrimonio común), o cuando se reciban en
menor cuantía a la estimada por dicho trabajo, pago que además sería
compatible con la pensión compensatoria. Entiendo que esta solución
es problemática y merecerá una corrección jurisprudencial.

d) Los criterios de valoración


El art. 13.1, a falta de acuerdo entre las partes y de la posible pondera-
ción judicial, determina unos criterios que son orientadores, mínimos
y no excluyentes de otros, sobre los que ha de fundarse la ponderación
judicial. La consideración de “mínimos” sorprende al ser dispositivos,
haber varios, conducir éstos a cuantificaciones diferentes y ser además
orientadores. El precepto, con todo, supone un esfuerzo de concre-
ción normativa frente a los arts. 1438 CC y 41 CFC, que remiten la
cuantificación al libre arbitrio judicial. Lo que se pretende decir –según
A falta de pacto, el criterio creo– es que, a falta de pacto, el criterio de compensación no puede
de compensación no puede ser arbitrario, sino que deberá estar fundado en las concretas circuns-
ser arbitrario, sino que tancias del caso: por eso, aunque haya varios, resultará de aplicación
sólo uno de ellos, que determinará el valor mínimo del trabajo desa-
deberá estar fundado en las
rrollado. Sobre la base de este planteamiento, considero conveniente
concretas circunstancias del remitir el criterio del coste de los servicios a los supuestos de ausencia
caso: por eso, aunque haya de cualificación profesional del cónyuge que los presta o de pérdida o
varios, resultará de aplicación abandono de trabajos previamente realizados con mayor retribución;
sólo uno de ellos, que el del lucro cesante a los supuestos de existencia de dicha cualifica-
ción o retribuciones anteriores, con rentas presuntas hipotéticamente
determinará el valor mínimo
del trabajo desarrollado.
25. La equiparación no puede ser cualitativa por la diferente naturaleza que tienen el
derecho excepcionado –la compensación del trabajo– y las distintas figuras de las que
hablamos –cuota de liquidación o derecho de participación. Esa diferente naturaleza
apoya también que, de conformidad con la regulación de la Ley (art. 14.2), la compen-
sación del trabajo para la casa sea hipotéticamente compatible con los derechos de
liquidación o de participación propios de esos otros regímenes matrimoniales, que es
justamente lo contrario de lo que debería ocurrir, según mi criterio.

276 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

superiores a dicho coste; y el de equiparación de rentas a los casos de


cooperación necesaria en las actividades económicas del otro cónyuge
(que en este particular sí se recoge).
Ese control de la discrecionalidad parece referido solo a la autoridad judi- Ese control de la
cial, sin que resulte limitativo del posible pacto entre los cónyuges. Cabe
peguntarse si estos últimos son libérrimos o, por el contrario, están suje-
discrecionalidad parece
tos a algún tipo de límite. El problema de los límites a la autonomía de la referido solo a la autoridad
voluntad queda abierto en este punto, sin que la Ley parezca restringirlo, judicial, sin que resulte
por lo que con sujeción a las normas generales, será posible el pacto re- limitativo del posible pacto
nunciativo a la compensación futura y el que establezca cuantificaciones entre los cónyuges.
por debajo de los criterios que resultan de la Ley.

e) Tiempo y forma para determinar la


compensación.
El art. 13.2 establece que la compensación se realizará “al tiempo
de la disolución del régimen económico matrimonial”. La expresión
es confusa, sobre todo por su ubicación en el régimen primario o
disposiciones generales: ¿quiere decir disolución del régimen econó- Constante el matrimonio
mico matrimonial por disolución del matrimonio o de sus efectos, o –y, por tanto, el régimen
quiere decir disolución del concreto régimen económico matrimonial
económico matrimonial
(separación, gananciales, participación, etc.)? Las dos interpretaciones
pueden tener sentido. Lo más sistemático, dada la pretendida compa- primario– procedería la
tibilidad de la figura con cualquier régimen matrimonial, es sostener liquidación del trabajo
lo primero, es decir, fijar como término el de la disolución del matri- para la casa (y comenzaría
monio o separación de los cónyuges. Sin embargo, lo más práctico el cómputo del plazo de
es lo segundo, por la complicación que lo anterior puede generar al
prescripción) al tiempo de
mezclar reglas de liquidación diferentes, propias de los sucesivos re-
gímenes económicos a los que el matrimonio pueda quedar sujeto, disolver el concreto régimen
y por implicar ello en el fondo una necesaria liquidación parcial del existente.
régimen sustituido que no sea el último. Considero, pues, que cons-
tante el matrimonio –y, por tanto, el régimen económico matrimonial
primario– procedería la liquidación del trabajo para la casa (y co-
menzaría el cómputo del plazo de prescripción) al tiempo de disolver
el concreto régimen existente (por ejemplo, pasar de gananciales a
separación o al revés), de modo que el inicio de cada uno de los regí-
menes específicos implique partir de cero.
En cuanto al modo de pago, surge el problema de determinar cómo
se hará efectivo este derecho a falta de acuerdo entre los cónyuges,
pues el art. 15.1 remite al arbitrio judicial. Conforme a la jurispruden-
cia del art. 1438 y 41 CFC, será necesariamente una indemnización En cuanto al modo de pago
en metálico, y no un porcentaje o proporción de participación en el será necesariamente una
patrimonio del otro cónyuge, porque de lo contrario, se asimilaría al
indemnización en metálico.
régimen de participación. Aunque no está previsto, nada impide que
el Juez fije plazos y, en su caso, garantías. En este sentido, el art. 41
CFC prevé un plazo máximo de tres años, con devengo del interés
legal desde el reconocimiento, y adopción de posibles garantías.

2008 | nº 51 277
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

VI. Apuntes finales


P or lo que se ha señalado, la Ley es susceptible de mejoras técni-
cas, que la harían menos problemática y más estimada por los
autores y los operadores jurídicos. Sin duda, es hija de la precipita-
ción de su tramitación parlamentaria y de los particulares condicio-
nantes políticos que acompañaron su alumbramiento.
A lo dicho se añade, por ejemplo, dos olvidos importantes: de un
lado, la mención a las litis-expensas, que no obstante su vertiente
Dos olvidos importantes: procesal ha sido calificada tradicionalmente como un subrogado de
de un lado, la mención a los alimentos entre cónyuges, y cuya regulación hubiera podido me-
jorar la del Código Civil en aras a convertirla en instrumento hábil
las litis-expensas; de otro, para igualar materialmente la posición de las partes en el proceso; de
la omisión de las medidas otro, la omisión de las medidas judiciales para asegurar anticipos u
judiciales para asegurar obligaciones futuras, que sí está prevista en el art. 1318 II CC y cuya
anticipos u obligaciones subsunción en las medidas cautelares previstas en la Ley procesal es
futuras. dificultosa, por no existir en aquéllas la nota de accesoriedad propia
de éstas.
Esperemos que, aclarados los problemas de la constitucionalidad y
del ámbito competencial propio, pueda mejorarse la tarea legislativa
sin la precipitación de unos y la cerrada y despectiva oposición de
otros, en beneficio de los ciudadanos valencianos, a los que todos
nos debemos.

278 2008 | nº 51
Las cargas del matrimonio en la LREMV

Bibliograf ía sumaria
(Además de las obras generales)

BENAVENTE MOREDA, P., 2003, “Algunas consideraciones en torno al valor del capital humano en el
régimen económico matrimonial”, en Estudios Jurídicos en Homenaje al Profesor Díez Picazo, T. III,
págs. 4427 ss., Thomson-Cívitas, Madrid.
BLASCO GASCÓ, F. de P., 2007, “Despropósitos de la Proposición de Ley de Régimen Económico Matri-
monial Valenciano”, en Revista Jurídica de la Comunitat Valenciana n.º 21, págs. 5 ss, Editorial Tirant
Lo Blanc, Valencia.
CASTÁN GÓMEZ, Vicente & Mª Rosa SALLÉS COSTA & Francisco VEGA SALA, 1998, “Algunas reflexio-
nes prácticas sobre el régimen económico matrimonial de separación de bienes”, en Actuación del
Abogado de Familia en Temas Patrimoniales de Actualidad, Ed. Dykinson, Madrid 1998.
CASTILLO MARTÍNEZ, C del C., “Breve revisión crítica de la Ley de Régimen Económico Matrimonial
Valenciano”, en Revista Jurídica de la Comunitat Valenciana n.º 26, págs. 7 ss, Editorial Tirant lo
Blanc, Valencia.
ESTRUCH ESTRUC, J., 2000, “Criterios de aplicación del Derecho civil valenciano”, en Curso de Derecho
civil valenciano, págs. 261 ss, Ediciones Revista General de Derecho, Valencia.
FERNÁNDEZ SOTO, C., 2006, “El régimen económico matrimonial de separación de bienes. Análisis
comparado”, en Revista de Derecho de Familia n.º 32, págs. 47 ss, Editorial Lex Nova, Valladolid.
HERRERO GARCÍA, M.J., 1.991, “Artículos 1318 y 1319”, en Comentario del Código Civil, T. II, págs. 578
ss y 583 ss, Ministerio de Justicia – Centro de Publicaciones, Madrid
LÓPEZ BELTRAN DE HEREDIA, C., 2000, “La sucesión intestada a favor de la Generalitat Valenciana”, en
Curso de Derecho civil Valencino, págs. 1223 ss, Ediciones Revista General de Derecho, Valencia.
MARTÍNEZ CORTÉS, J., 2002, “El régimen económico de separación de bienes”, en Instituciones de
Derecho Privado, T. IV, Vol. 2º, págs. 277 ss, Consejo General del Notariado, Ed. Civitas, Madrid.
MONTÉS PENEDÉS, V.L., 1991, “Artículo 1438”, en Comentario del Código Civil, T. II, págs. 863 ss,
Ministerio de Justicia – Centro de Publicaciones, Madrid.
PEÑA BERNALDO DE QUIROS, M., 1991, “Artículo 1362”, en Comentario del Código Civil, T. II, págs. 681
ss, Ministerio de Justicia – Centro de Publicaciones, Madrid.
PÉREZ MARTÍN, A.J., 2008, “La determinación del régimen económico matrimonial”, en Revista de
Derecho de Familia n.º 38, págs. 29 ss, Editorial Lex Nova, Valladolid.
REYES GALLUR, J.J., “Consideraciones jurídicas sobre la compensación económica establecida en
el art. 1438 del Código Civil”, en Revista de Derecho de Familia n.º 39, págs. 297 ss, Editorial Lex
Nova, Valladolid.

2008 | nº 51 279
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[Jurisprudencia]

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

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2008 | nº 51Económico Matrimonial Valenciano núm. 10/07 de 20 de marzo. Análisis jurídico-constituc
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Análisis jurídico-constitucional del
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de junio de 2008 (número 156/08)
que acordó el levantamiento de la
suspensión de la Ley de Régimen
Económico Matrimonial Valenciano
núm. 10/07 de 20 de marzo
Texto de:
Luis Delgado de Molina Hernández

Sin que ello suponga


A ún cuando resulte obvio en el terreno legal, único al que el au-
tor de este trabajo pretende referirse, dejando al margen otros
(como el político), se considera oportuno partir de la base de que la
examen, debate o
Resolución de nuestro Tribunal Constitucional (en adelante TC) que se
consecuencias distintas de
comenta, resuelve sobre el mantenimiento/alzada de la suspensión las propias de la suspensión
cautelar acordada en su día por el propio TC como cuestión derivada acordada y revocada,
del recurso de inconstitucionalidad promovido por el Abogado del cuestiones éstas que, de
Estado en nombre del Presidente del Gobierno contra la Ley Autonó- fondo, deberán ser debatidas
mica citada, sin que ello suponga examen, debate o consecuencias
distintas de las propias de la suspensión acordada y revocada, cues-
y resueltas en el “recurso
tiones éstas que, de fondo, deberán ser debatidas y resueltas en el principal” en trámite.
“recurso principal” en trámite.
En el orden jurídico procesal, la pretensión de suspensión, inicialmente
solicitada y obtenida por la representación del Presidente del Gobierno
(con posterioridad a su formulación y en el trámite legal correspon-
diente, tanto el Congreso de Diputados cuanto el Senado se mostraron
parte en el recurso), tuvo su base en el automatismo que, como facul-
tad, otorga el art. 161.2 de nuestra Constitución (en citas posteriores
CE), con la cobertura procesal que el mismo tiene según el art. 34 de la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (en adelante LOTC).
Planteada así la cuestión, el TC resolvió por providencia de fecha 14 de
abril de 2008 la concesión de dicha medida cautelar, produciendo la mis-
ma los efectos que le eran propios de impedir la entrada en vigor de la Ley
Autonómica citada durante la tramitación del recurso interpuesto.
Considero oportuno traer a colación aquí, desde la óptica jurídico- El TC resolvió por
constitucional, el “iter” del propio art. 161.2 en la gestación de nues-
tra Carta Magna y el resultado final del alcance de la prerrogativa
providencia de fecha 14 de
concedida al Presidente del Gobierno para, con sólo la invocación de abril de 2008 la concesión
la citada Norma (161.2), producir el efecto de la suspensión cautelar de dicha medida cautelar.

2008 | nº 51 285
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

El resultado final del alcance por mandato de la LOTC (Art. 34); y recordar, a efectos de su con-
de la prerrogativa concedida sideración “doctrinal”, como facultad excepcional limitada tempo-
ralmente en cuanto a su vigencia. Basta considerar el texto inicial,
al Presidente del Gobierno que constituía el Art. 143 del Anteproyecto presentado a la Comisión
para, con sólo la invocación Redactora y los cambios operados en su texto tras las intervenciones
de la citada Norma (161.2), de los miembros de la misma, representantes del Grupo Socialista,
producir el efecto de la Minoría Catalana y Partido Comunista, asumidos, posteriormente,
suspensión cautelar por por la Ponencia Constitucional y que dieron lugar, salvo matices sin-
tácticos, a lo que hoy es el Art. 162.1 vigente.
mandato de la LOTC (art. En uso de trámite procesal adecuado, la Generalitat Valenciana, an-
34); y recordar, a efectos de tes de la expiración del plazo de cinco meses de la medida cautelar,
su consideración “doctrinal”, solicitó, a través de sus Servicios Jurídicos:
como facultad excepcional • La inadmisión del recurso por cuanto la cuestión competencial
limitada temporalmente en no fue objeto de negociación en el seno de la Comisión bilateral
de cooperación;
cuanto a su vigencia. • La inadmisión parcial del mismo y el alzamiento de la suspen-
sión en relación con los arts. 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46,
47 y 48 de la Ley, por ser estos los únicos que pueden ser objeto
de recurso.
• Por último, el alzamiento de la suspensión de todos los pre-
ceptos de la Ley impugnada para el caso de considerarse que el
recurso presentado lo es frente al texto completo de la misma.

Cual era el relativo al Como resulta de la simple lectura de las pretensiones “incidentales” for-
proceso previo a la muladas, la GV introducía, en este tramite procesal de controversia sobre
inconstitucionalidad llevado a la medida cautelar de suspensión, un elemento a esgrimir en cuanto a
cabo a través de la Comisión la cuestión de fondo, cual era el relativo al proceso previo a la inconsti-
tucionalidad llevado a cabo a través de la Comisión Bilateral de Coope-
Bilateral de Cooperación
ración Administración General del Estado-Generalitat Valenciana de 7
Administración General del de junio de 2007, y en el que únicamente se hacía referencia a los arts.
Estado-Generalitat Valenciana 15, 17.2, 27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y 48 de la Ley ahora impugnada.
de 7 de junio de 2007, y en Proceso durante el cual, la Administración General del Estado sólo puso
el que únicamente se hacía reparos a los once artículos (o apartados de artículos) citados, sin tacha
alguna en cuanto al resto de la normativa, mientras que, en el recurso
referencia a los arts. 15, 17.2,
interpuesto –y en la medida incidental de suspensión–se atacaba, por
27.2, 30, 33, 37, 39, 42, 46, 47 y supuesta inconstitucionalidad, la totalidad de la citada Ley.
48 de la Ley ahora impugnada. Y en base a esta “incongruencia”, se articulaba el defecto legal de una
Proceso durante el cual, la “desviación de poder” por parte del Gobierno de la Nación, impután-
Administración General del dole la aceptación constitucional de sus preceptos –salvo los once
citados–en el trámite previo de las negociaciones habidas, mientras,
Estado sólo puso reparos a los
en sede constitucional, su postura había sido de impugnación de
once artículos (o apartados de toda la Norma, incluida la parte que previamente había admitido.
artículos) citados, sin tacha Con este planteamiento –y otros relativos al fondo de la cuestión-
alguna en cuanto al resto de la sobre la competencia de la GV para legislar en materia de Derecho
normativa. autonómico conforme a su Estatuto modificado (Ley Orgánica 1/2006,
de 10 de abril, en especial en sus arts. 7, 49.1.2 y Disposición Transitoria

286 2008 | nº 51
Análisis jurídico-constitucional del auto del pleno del TC de fecha 12 de junio de 2008 (número 156/08) que acordó el levantamiento
de la suspensión de la Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano núm. 10/07 de 20 de marzo

tercera) y a la preexistencia/vivencia de costumbres propias en la mate-


ria hasta los Decretos de Nueva Planta (1.707) que derogó tales Fueros
como consecuencia directa de la postura adoptada, por lo que es hoy
nuestra Comunitat Valenciana en la Guerra de Sucesión entre Felipe V y
el Archiduque Carlos, centrada en el acontecimiento bélico que supuso
la Batalla de Almansa, la representación de la GV formuló tal triple pre-
tensión pretendiendo, la inadmisión total del recurso; subsidiariamente,
la inadmisión en cuanto el mismo no se refiriera a los artículos (o parte
de ellos) inicialmente considerados anticonstitucionales y, finalmente,
el levantamiento de la suspensión provisional acordada.
En el trámite correspondiente, la representación del Gobierno man-
tuvo la procedencia del recurso, en cuanto al fondo, la falta de com-
petencia legislativa de la GV en la materia, la inseguridad jurídica que
el levantamiento de la suspensión supondría –caso de darse–para las
personas que realizaran actos regulados por la nueva Ley promulga-
da, caso de que el recurso prosperase y el texto declarado inconstitu-
cional y la vigencia de la suspensión inicialmente acordada.
La base de la argumentación de la Abogacía del Estado estribó, ya en La base de la argumentación
materias de bondad formal en cuanto a la aplicación del art.162.1 de de la Abogacía del Estado
nuestra CE, ya en cuanto a la consideración de inexistente del Dere-
estribó, ya en materias de
cho foral valenciano en la materia, manteniendo la vigencia, y conti-
nuidad de ella, del régimen general de nuestro Código Civil. bondad formal en cuanto a
Cabe resaltar que frente a la doble pretensión de la GV de inadmisión la aplicación del art. 162.1 de
total del recurso (la tercera pretensión se circunscribía al levanta- nuestra CE, ya en cuanto a la
miento de la medida de suspensión acordada), dicha Abogacía del consideración de inexistente
Estado debatió en términos históricos y jurídicos tanto la falta de
del Derecho foral valenciano
competencia de la GV en la materia (aún interpretando el Estatuto de
Autonomía Reformado (año 2006), cuanto la inexistencia del derecho en la materia, manteniendo
consuetudinario valenciano sobre la materia, manteniendo su inexis- la vigencia, y continuidad de
tencia (fueros y singularidades forales). ella, del régimen general de
Este debate entre las partes, abarcaba más allá de la suspensión caute- nuestro Código Civil.
lar acordada e impugnada (por la GV), entrando en las dos cuestiones
de fondo que afectaban al recurso mismo y sobre las que se planteó el
debate principal.
El Pleno del TC, en su Auto de 12 de junio de 2008, resuelve des-
estimar las dos pretensiones iniciales (de inadmisión total y parcial
Este debate entre las
del recurso interpuesto) y estimar el levantamiento de la suspensión
inicial con la consecuencia de la entrada en vigor del texto legal im- partes, abarcaba más allá
pugnado, si bien con la posibilidad de que, caso de estimación del de la suspensión cautelar
recurso interpuesto, el mismo fuera declarado inconstitucional (total acordada e impugnada (por
o parcialmente) con los efectos que ello supondría de ser expulsado la GV), entrando en las dos
del sistema legal vigente en nuestra Comunitat.
cuestiones de fondo que
La Resolución fue adoptada con dos votos reservados.
Y lo hace, con claridad, fijando cuáles han sido los puntos en debate, afectaban al recurso mismo
cuál es el límite procesal de discusión (y por tanto de resolución) y y sobre las que se planteó el
cuál es la resolución final. debate principal.

2008 | nº 51 287
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

1º. Límite procesal del


debate
E l Pleno del TC, en el punto 1º, párrafo primero de los Fundamen-
tos Jurídicos del Auto que comentamos, establece, con claridad
la cuestión a resolver. Así, afirma: “El objeto de la presente resolución
consiste en determinar si, de acuerdo con el art. 161.2 CE, procede le-
vantar o mantener la suspensión de la vigencia que afecta a la Ley de
la Comunitat Valenciana 10/2007, de 20 de marzo, de régimen eco-
nómico matrimonial valenciano, norma cuya vigencia se encuentra
suspendida en su aplicación como consecuencia de la invocación del
art. 161.2 CE al promoverse el recurso de inconstitucionalidad contra
la misma por el Presidente del Gobierno”.
Y, a mayor abundamiento, precisa en el punto 2º, párrafo primero
de los propios Fundamentos que: “Con carácter previo a cualquier
otra consideración que podamos realizar en la resolución de este in-
cidente y a la vista de alguno de los alegatos formulados por las re-
presentaciones procesales de las Cortes y del Gobierno valencianos y,
en especial, por las peticiones formuladas en el suplico del escrito de
alegaciones de esta última, es preciso dejar sentado que el objeto de
este incidente es, exclusivamente y tal y como claramente se colige de
la providencia del Pleno de este Tribunal Constitucional de 24 de abril
de 2008, por la que se abrió el trámite de audiencia a las partes, pro-
nunciarnos acerca del mantenimiento o levantamiento de la suspen-
sión inicialmente acordada de la Ley impugnada. Cuestión ésta que
resulta ser distinta e independiente de las tachas de carácter procesal
o de las argumentaciones sobre la constitucionalidad o inconstitu-
cionalidad de los preceptos impugnados que puedan plantearse a lo
largo del proceso. Por tanto, obvio es decir que en el mismo no pue-
den tener cabida otras consideraciones carentes de esa finalidad de
proporcionar a este Tribunal Constitucional, para su ponderación, las
Coloca “fuera del debate razones que, a juicio de las partes en el presente proceso, aconsejan la
incidental” y por tanto de la continuación de la suspensión o, en su caso, su alzamiento”.
Y, con este planteamiento inicial, coloca “fuera del debate incidental”
Resolución a dictar. y, por tanto, de la resolución a dictar:

**Las alegaciones/contraalegaciones del Gobierno/GV sobre las causas


de inadmisibilidad total o parcial debatidas.
**La competencia/incompetencia de la GV para legislar sobre la materia.
**La pervivencia o extinción de los Fueros valencianos y su recuperación
tras los Decretos de Nueva Planta.
**El ámbito de aplicación del nuevo Estatuto de Autonomía (art. 7 y Dispo-
sición Transitoria Tercera) en cuanto a capacidad legislativa y su impulso.
**La apreciación de la realidad social valenciana.
Todo ello queda para la resolución de fondo.

288 2008 | nº 51
Análisis jurídico-constitucional del auto del pleno del TC de fecha 12 de junio de 2008 (número 156/08) que acordó el levantamiento
de la suspensión de la Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano núm. 10/07 de 20 de marzo

2º. Requisitos
concurrentes
para la concesión/
mantenimiento de la
suspensión
E s importante, a mi juicio, (en interpretación de la facultad de so-
licitud de suspensión del art. 162.1 CE), el razonamiento que el TC
hace sobre su procedencia o improcedencia, justificándola no sólo
en la objetividad del texto y, por tanto, en la posibilidad de que se
En la necesidad de que ese
haga uso de ella, sin más; sino en la necesidad de que ese derecho de derecho de petición (con
petición (con el automatismo ya citado de su concesión por mor del el automatismo ya citado
art. 30 de la LOTC), venga respaldado, como “conditio sine qua non” de su concesión por mor
con la necesidad de evitar daños a los “intereses públicos o perjuicios
del art. 30 de la LOTC),
concretos a los ciudadanos”.
Así debe interpretarse cuando en su punto 2, párrafo segundo, dispo-
venga respaldado, como
ne que “En efecto, debemos reiterar que en este momento procesal, y “conditio sine qua non” con
a los efectos de la resolución de este incidente, lo discutido no han de la necesidad de evitar daños
ser cuestiones procesales o relativas a la delimitación de competencias a los “intereses públicos o
entre el Estado y la Comunitat Valenciana en materia de Derecho civil
perjuicios concretos a los
sino, únicamente, si la aplicación de la norma impugnada resulta sus-
ceptible de provocar perjuicios de imposible o difícil reparación en los
ciudadanos”.
intereses públicos o en los de los ciudadanos afectados por la norma
en cuestión, los cuales precisamente por revestir tal carácter, hayan de
prevalecer frente a los perjuicios derivados del eventual mantenimien-
to de la suspensión inicialmente acordada”.
Teniendo en cuenta estos dos elementos como susceptibles de basar La objetividad del mandato
la bondad de la petición de suspensión (y el automatismo en su con-
cesión), vemos que la objetividad del mandato de nuestra CE, precisa,
de nuestra CE, precisa,
además, del elemento concurrente de “daños a los intereses públicos” además, del elemento
o “daños a los ciudadanos afectados” para que pueda ser mantenida concurrente de “daños a los
en sede constitucional. intereses públicos” o “daños
Consecuencia de lo anterior es que, planteado conflicto sobre éste pun- a los ciudadanos afectados”
to, el TC deberá examinar –y de hecho examina con detalle– la concu-
rrencia de dichos elementos, no como una cuestión abstracta alegada
para que pueda ser mantenida
por cualquiera de ambas partes, sino como tema concreto a valorar, en en sede constitucional.
cuanto a su existencia y amplitud, según cita la propia resolución al
manifestar en el punto 3 de sus Fundamentos que: “Sentado lo anterior,
recordaremos que sobre este tipo de incidentes de suspensión existe una
consolidada doctrina constitucional, de acuerdo con la cual, para deci-
dir acerca del mantenimiento o levantamiento de la misma, es necesario
ponderar, de un lado, los intereses que se encuentran afectados, tanto el

2008 | nº 51 289
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

general y público, como, en su caso, el particular o privado de las perso-


nas afectadas, y, de otro, los perjuicios de imposible o difícil reparación
que puedan derivarse del mantenimiento o levantamiento de la sus-
pensión. Esta valoración ha de efectuarse mediante el estricto examen
de las situaciones de hecho creadas y al margen de la viabilidad de las
pretensiones que se formulan en la demanda”.
Y, situado el tema en el punto del examen de la concurrencia/no con-
currencia de ambos elementos esenciales, insiste la resolución que
comentamos que su propia competencia debe llevarle a pronunciarse
sobre su existencia/inexistencia, como cuestión para confirmar o revo-
car la primera decisión de suspensión automáticamente concedida. Así
lo expresa en el punto 5, al afirmar que “de lo que en este incidente se
trata no es de vindicar o defender la titularidad de la competencia dis-
cutida, sino de alegar y acreditar los perjuicios irreparables o de difícil
reparación que se producirían, en concreto, por la vigencia de los pre-
ceptos impugnados durante el tiempo que dure el proceso constitucio-
nal” (ATC 12/2006, de 17 de enero, FJ 5, y las resoluciones allí citadas).
Los términos utilizados por el TC de “alegar y acreditar” dejan po-
cas dudas sobre la necesidad de ejercer la alegación junto con la de
“acreditarla”, en contra de la postura de la representación procesal
del Gobierno que, en sus alegaciones, afirmaba la innecesariedad de
dicha acreditación por ser patente.
Los términos utilizados por Pues bien, el TC rechaza dicha afirmación y mantiene que para
el TC de “alegar y acreditar” resolver sobre la existencia/inexistencia de dicho elemento
dejan pocas dudas sobre concurrente con la pretensión de suspensión, el Gobierno debe
probar (acreditar) tales perjuicios durante el curso del proceso
la necesidad de ejercer la
constitucional, siendo esta falta de acreditación suficiente para
alegación junto con la de la desestimación de la suspensión pedida por carencia de uno
“acreditarla”, en contra de la de sus requisitos (la acreditación o probanza). Así resulta de su
postura de la representación expresión “incumbe al Abogado del Estado justificar que el levan-
procesal del Gobierno que, tamiento de la suspensión del precepto recurrido lesionaría los
intereses generales o de terceros, produciendo con ello perjuicios
en sus alegaciones, afirmaba
irreparables o de difícil reparación”(Fund. Jur. 5, párrafo segundo).
la innecesariedad de dicha Ratificado todo ello –tras el análisis de la inexistencia de tales
acreditación por ser patente. daños irreparables o de difícil reparación a los intereses público
o de los ciudadanos, con la afirmación final de que , “no resulta
suficiente su invocación para aconsejar el mantenimiento de la
Presunción de suspensión hasta que nos pronunciemos sobre el fondo de la con-
constitucionalidad de la que troversia de la vigencia de una norma dotada, como producto de
gozan las normas de carácter una Cámara legislativa, de la presunción de constitucionalidad de
autonómico emanadas de la que goza la Ley autonómica”.
Y es, precisamente, esa presunción de constitucionalidad de la que
nuestras Cortes (y de las gozan las normas de carácter autonómico emanadas de nuestras
Cámaras del resto de las Cortes (y del resto de las Cámaras del resto de la Autonomías que
Autonomías que conforman conforman el Estado Español) la que hace que el TC incida de nuevo
el Estado Español). en su “ponderación”, al afirmar que “debe tenerse presente asimismo

290 2008 | nº 51
Análisis jurídico-constitucional del auto del pleno del TC de fecha 12 de junio de 2008 (número 156/08) que acordó el levantamiento
de la suspensión de la Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano núm. 10/07 de 20 de marzo

que la prolongación de la suspensión, que impide el normal despliegue


de la eficacia de las Leyes y demás disposiciones de las Comunidades
Autónomas, es una medida que debe tomarse con sumo cuidado y con
carácter excepcional, pues sólo así se evitará en este trámite un inde-
bido bloqueo del ejercicio de sus competencias por las Comunidades
Autónomas”, añadiendo, a mi juicio, un “plus” de prudencia valorativa
en tal “ponderación” en casos como el de la LREMV, por cuanto la
misma no deriva de un acto del órgano de gobierno (GV), sino de un
impulso legislativo refrendado por nuestras Cortes Autonómicas.

3º. Inexistencia de
inseguridad jurídica
o de daños para el
interés público o
para los ciudadanos,
dif ícilmente reparables
L a cuestión planteada como alegato defensivo por el Gobierno, no
obstante la carencia ya analizada de elementos concurrentes que han
llevado al Pleno del TC a su desestimación, la aborda de nuevo el propio El TC admite la
TC en el punto 6 de los Fundamentos Jurídicos de la resolución que co-
consustancialidad del
mentamos, sentando una doctrina que consideramos digna de resaltar:
• a) Inseguridad jurídica alegada, provocada por la existencia funcionamiento de los
de una Ley Autonómica (en este caso la LREMV) atacada por dos ordenamientos legales
supuesta inconstitucionalidad, en vigor durante la tramitación (estatal y autonómico)
del recurso interpuesto. Esta primera cuestión es rechazada por con un manifiesto deseo
el TC no ya por la falta de probanza de dicha inseguridad, sino
de no colisión entre ellos;
en base a considerar que “los daños (supuestos) que pudieran
ocasionarse a la seguridad jurídica, son una consecuencia inhe- pero manteniendo que en
rente a toda situación de pendencia de un recurso de inconstitucio- el supuesto de tal colisión
nalidad y consustanciales, por tanto, al funcionamiento del Estado –a resolver por la vía de la
de las Autonomías y a la coexistencia del ordenamiento estatal con inconstitucionalidad– y la
los ordenamientos autonómicos…”
situación de “riesgo” que la
Llama la atención la claridad con la que el TC admite la consustan-
cialidad del funcionamiento de los dos ordenamientos legales (es- misma comporta, es normal
tatal y autonómico) con un manifiesto deseo de no colisión entre y debe aceptarse el mismo
ellos; pero manteniendo que en el supuesto de tal colisión –a resol- so pena de quebrar ab inicio
ver por la vía de la inconstitucionalidad–y la situación de “riesgo” las facultades de impulso
que la misma comporta, es normal y debe aceptarse el mismo so
legislativo de las CC.AA. en
pena de quebrar ab inicio las facultades de impulso legislativo de
las CC.AA. en sus ámbitos competenciales. sus ámbitos competenciales.

2008 | nº 51 291
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Resumen de ello es que el TC, desde la base de la organización


política del Estado como Autonómica, mantiene que los posibles
riesgos para la seguridad jurídica derivados de un conflicto de
constitucionalidad entre dos Administraciones, debe ser asumido
–y resuelto por otras vías ya preestablecidas– y aceptado en bien
de la propia organización político–territorial del Estado mismo.
• b) Y centrada ya la cuestión concreta de posibles perjuicios a ter-
ceros (ciudadanos) derivados de la vigencia del texto autonómico, el
propio TC, en el punto 7 de los Fundamentos, resuelve su inexisten-
cia, entrando para ello a conocer del régimen económico matrimo-
Y, con la salvedad de no nial valenciano regulado en la propia norma con argumentos tales
estar resolviendo sobre la como la plena igualdad jurídica de los cónyuges, su supletoriedad,
competencia legisladora la libertad de pactos entre los contrayentes, la no producción de
de la GV en la materia efectos sobre situaciones consolidadas anteriores, etc.
Y, con la salvedad de no estar resolviendo sobre la competencia
(cuestión ésta que defiere
legisladora de la GV en la materia (cuestión ésta que defiere a la
a la sentencia final), sí que sentencia final), sí que estima que el contexto normativo de la Ley
estima que el contexto impugnada no puede causar los supuestos perjuicios alegados, ni
normativo de la Ley a las situaciones consolidadas previas a su entrada en vigor, ni a
impugnada no puede causar las posteriores.
No obstante la inexistencia de los supuestos daños alegados por
los supuestos perjuicios
la representación del Gobierno por falta de su acreditación, el
alegados, ni a las situaciones Pleno del TC.
consolidadas previas a su
entrada en vigor, ni a las 4º. Resolución
posteriores.
estimatoria del
alzamiento de la
suspensión inicialmente
acordada
C on estos antecedentes de delimitación de la cuestión incidental de-
batida (la suspensión de la Ley 10/2008), marginando toda cuestión
relativa al fondo del asunto que queda para la sentencia a dictar en el
proceso de inconstitucionalidad iniciado por el Gobierno, y dejando a
un lado (por inoportunidad procesal e inclusión por extemporaneidad
de su contenido) las alegaciones, tanto de la representación del Gobier-
no, cuanto de la GV sobre competencia/incompetencia legislativa au-
tonómica, interpretación del Estatuto de Autonomía en cuanto a dicha
competencia, existencia o inexistencia de Derecho foral valenciano, la
resolución que comentamos resuelve denegar las dos pretensiones ini-
ciales formuladas por la GV de inadmisión del recurso –por considerar-
las extemporáneas desde la óptica (procesal) constitucional– dejando

292 2008 | nº 51
Análisis jurídico-constitucional del auto del pleno del TC de fecha 12 de junio de 2008 (número 156/08) que acordó el levantamiento
de la suspensión de la Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano núm. 10/07 de 20 de marzo

ambas a resolver en la sentencia que, en definitiva se dicte–; y resuelve,


igualmente, alzar la suspensión acordada por las consideraciones ana-
lizadas, con una aclaración que expresamente cita, y que a mi juicio es
digna de resaltar, cual es que invocada (por el abogado del Estado) la
posible inseguridad jurídica para los valencianos, derivada de una acti-
vidad legislativa contraria a la Constitución –sin pronunciarse sobre sus
constitucionalidad o inconstitucionalidad– y en defensa, precisamente,
del principio de seguridad jurídica (alegado en situación de riesgo por
la Abogacía del Estado para el supuesto de levantamiento de la suspen-
sión), no obstante estimar la inexistencia de los perjuicios irreparables o
de muy difícil reparación para el interés público o de los ciudadanos, nie-
ga asimismo, dicho riesgo, defiriendo esa presunta situación a los modos
de solución de la legislación ordinaria, al afirmar, en el punto 8 de sus
Fundamentos, que “Por otro lado resulta evidente que, en la eventualidad
de que la declaración de la exposición de motivos de la Ley impugnada
fuera puesta en práctica de un modo que fuera estimado contrario al or-
den constitucional, siempre resultaría posible el ejercicio, por los órganos
legitimados para ello, de las acciones a tal efecto previstas en la Constitu-
ción española y en nuestra propia Ley Orgánica”.
Como conclusión a este trabajo que ha pretendido comenta desde el
aspecto jurídico-constitucional, la Resolución dictada, los valencianos
tenemos REMV propio con Ley en vigor, sin perjuicio de que nuestro TC
se pronuncie en la sentencia a dictar sobre su constitucionalidad o in-
constitucionalidad.

2008 | nº 51 293
nstitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum v
velado referéndum vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y con
os de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de
dum vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas popular
mía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008 Constit
ubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del vela

Const
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Estatutos
vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el c
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tución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco
ado referéndum vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consult

titución,
ción, Estatutos de Autonomía y cons ultas populares:el caso del ve

de Autonomía
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics
Foto anterior:

Estatut d´Autonomía y Constitución Española

Constitución,
Constitución
Estatutos de
Autonomía y
ión, Estatutos de y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008 Co
co de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del vel
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubr
res: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consult
, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008 Co
velado referéndum vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el
Constitución, de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008
del velado referéndum vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populare
, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008 Co
velado296referéndum
2008 | nº 51 vasco de octubre de 2008 Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el
Constitución, de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008
Constitución,
Estatutos de Autonomía y
consultas populares: el caso del
velado referéndum vasco de
octubre de 20081
Texto de:
Manuel Moreno Vázquez

Sumario:
I. Introducción. II. El supuesto de hecho y los tres parámetros para
enjuiciar la constitucionalidad de la Ley vasca. A) Origen político y
fundamentación jurídica de la consulta. B) Fundamentación jurídica
del recurso de inconstitucionalidad y alegaciones del Parlamento y
del Gobierno del País Vasco. III. El fondo y la forma: un referéndum
disfrazado de consulta popular, el cuestionamiento de la democra-
cia representativa y una alusión específica al concepto de “compe-
tencia implícita”. IV. El objetivo material de la consulta: una nueva
relación entre el Estado y la Comunidad Autónoma del País Vasco.
V. Un vicio de inconstitucionalidad vinculado con la alteración sus-
tancial del proceso de formación de la voluntad de una Asamblea
Legislativa. VI. De la Sentencia 103/2008, de 11 de septiembre, del
Tribunal Constitucional, a la regulación de las consultas populares
en los Estatutos de Autonomía reformados durante 2006 y 2007: la
matizada obtención de principios generales a partir de una decisión
concreta. VII. Silencio en octubre: breves consideraciones finales
sobre un referéndum no nacido.

I. Introducción
C omo es sabido, la técnica del levantamiento del velo ha permi-
tido a los tribunales de distintos órdenes jurisdiccionales averi-
guar cuál era el verdadero contenido de muchas relaciones jurídicas
que se escondían detrás de instituciones o figuras ficticias. Así ha

1. El autor quiere dedicar estas páginas a la memoria del Prof. Dr. D. Joaquín García Morillo,
Catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de València-Estudi General, en el
décimo aniversario de su fallecimiento. Mantener vivo su recuerdo y amar el Derecho Cons-
titucional es lo poco que puedo hacer para agradecerle lo mucho que me enseñó.

2008 | nº 51 297
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

sucedido, por ejemplo, en el ámbito del Derecho del Trabajo, ya que


muchas relaciones laborales se han querido disfrazar con atuendos
que permitían reducir las garantías de los trabajadores o facilitar
su despido, y otro tanto ha pasado en el campo del Derecho Mer-
cantil, pues las operaciones de ingeniería jurídica cada vez más in-
trincadas han tratado de encubrir ciertas figuras societarias o em-
presariales para burlar el ordenamiento jurídico o sustraerse de la
aplicación de normas escasamente beneficiosas para los intereses
económicos de sus propietarios o máximos responsables. Frente a
estos denodados intentos por actuar de forma subrepticia, los tri-
bunales han procurado levantar el velo que cubría esa realidad y la
disimulaba, para de este modo detectar cuáles eran los verdaderos
elementos sustanciales del negocio jurídico, con independencia de
su forma o apariencia externa.
Pues bien, en su Sentencia 103/2008, de 11 de septiembre, con la
que ha resuelto declarar inconstitucional y nula la Ley 9/2008, de
27 de junio, del Parlamento Vasco, de convocatoria y regulación
de una consulta popular al objeto de recabar la opinión ciudada-
na en la Comunidad Autónoma del País Vasco sobre la apertura de
un proceso de negociación para alcanzar la paz y la normalización
política2, podría decirse que el Tribunal Constitucional ha levanta-
do el velo de la consulta popular para descubrir que ésta encubría
El Tribunal no se queda un auténtico referéndum. En este sentido, el Tribunal no se queda
en la superficie del título en la superficie del título de la norma, no asume la denominación
utilizada por el legislador vasco como una verdad incuestionable,
de la norma, no asume la sino que trata de indagar qué se esconde detrás del enunciado
denominación utilizada por normativo, procura detectar los elementos que conforman lo que,
el legislador vasco como una en términos de protección y garantía de los derechos fundamen-
verdad incuestionable, sino tales, podría considerarse el contenido esencial de esa supuesta
que trata de indagar qué se consulta.
Desde el punto de vista metodológico y estructural, este comen-
esconde detrás del enunciado tario seguirá, en síntesis, el entramado argumental de los funda-
normativo, procura detectar mentos jurídicos de la propia sentencia, porque pese a la aparente
los elementos que conforman complejidad y a la considerable repercusión política y mediática
lo que, en términos de del supuesto de hecho, en realidad el máximo intérprete de nues-
protección y garantía de los tra Norma Suprema ha dictado un pronunciamiento relativamen-
te breve, escueto y directo, sin elaborar extensos razonamientos
derechos fundamentales, jurídicos sobre algunas de las cuestiones suscitadas al hilo del
podría considerarse el tema principal. Por ello, el siguiente epígrafe estará destinado a
contenido esencial de esa enmarcar el supuesto de hecho, las alegaciones de las partes y los
supuesta consulta. tres parámetros de enjuiciamiento empleados por el Tribunal, y los
epígrafes tercero, cuarto y quinto servirán para analizar cada uno
de esos parámetros con más detalle.

2. La Ley fue publicada en el Boletín Oficial del País Vasco número 134, de 15 de julio
de 2008.

298 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

Realizado en estos términos el estudio de la sentencia, el epígrafe


sexto se reserva para efectuar un breve acercamiento a la regulación
de las competencias de las Comunidades Autónomas en materia de
consultas populares, partiendo de lo que establece la Constitución
y haciendo hincapié en el texto de aquellos Estatutos de Autonomía
que han sido reformados durante 2006 y 2007, es decir, los de An-
dalucía, Aragón, Cataluña, Castilla y León, la Comunitat Valenciana
y las Illes Balears. Del examen comparativo de las diferentes re-
gulaciones estatutarias podrán extraerse interesantes conclusiones
para completar el panorama ofrecido por la sentencia del Tribunal
Constitucional sobre el caso vasco y, de este modo, poner punto y
final a estas páginas.

II. El supuesto de hecho y los


tres parámetros para enjuiciar la
constitucionalidad de
la Ley vasca
A) Origen político y fundamentación jurídica
de la consulta
A tenor de lo indicado en la Exposición de Motivos de la propia Ley,
el 28 de septiembre de 2007, con ocasión del debate sobre política
general celebrado ante el Pleno del Parlamento Vasco, el Lehendaka-
ri realizó una oferta institucional de Pacto Político al Presidente del
Gobierno “sustentada sobre el principio ético de rechazo a la vio-
lencia y el principio democrático de respeto a la voluntad de la so-
ciedad vasca”. Esa oferta se extendía hasta junio de 2008, con el fin
de que el Pleno del Parlamento Vasco, antes de finalizar su periodo
de sesiones, pudiera ratificar, en su caso, el Pacto Político adoptado,
Como el propio legislador
o, en caso de no alcanzarse dicho Pacto, autorizar la realización de
una consulta no vinculante con el fin de desbloquear la situación
reconoce, “el planteamiento
política y abrir un proceso de negociación. Como el propio legisla- de una consulta
dor reconoce, “el planteamiento de una consulta habilitadora para habilitadora para el inicio
el inicio de negociaciones se presenta, por tanto, como subsidiario de negociaciones se
de la ausencia de un Pacto Político con el Gobierno español” y, en
presenta, por tanto, como
consecuencia, tras no haberse logrado el Pacto, el Gobierno Vasco, a
propuesta de su Lehendakari, consideró oportuno plantear al Parla-
subsidiario de la ausencia
mento Vasco la convocatoria y realización de una consulta popular de un Pacto Político con el
no vinculante, “al objeto de recabar la opinión de los ciudadanos y Gobierno español”
ciudadanas vascas con derecho de sufragio activo sobre la apertura
de un proceso de negociación para alcanzar la paz y la normaliza-
ción política, es decir, para exigir a ETA el fin de la violencia y, en
una situación de abandono inequívoco de las armas, posibilitar un
proceso de diálogo y, por otro lado, para abrir una negociación entre
todos los partidos políticos con el objetivo de alcanzar un Acuerdo
de normalización política en el que se establezcan las bases de una

2008 | nº 51 299
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

nueva relación entre la Comunidad Autónoma del País Vasco y el


Estado español”.
Esa fue la premisa mayor del silogismo que llevó a aprobar la Ley.
Pero, ¿cuál fue la premisa menor? Dicho en otros términos, ¿cuál
fue la base jurídica empleada para fundamentar la adopción de la
norma? Como el propio legislador vasco conceptuaba la consulta
popular en cuestión como “un instrumento legal y democrático
para que el Pueblo Vasco pueda ejercer libremente el derecho fun-
damental de participación ciudadana en los asuntos de trascen-
dencia que son de su incumbencia”, se citaba el apartado e) del
artículo 9.2 del Estatuto de Autonomía, que establece la obligación
de los poderes públicos vascos, en el ámbito de sus atribuciones,
de facilitar “la participación de todos los ciudadanos en la vida
política, económica, cultural y social del País Vasco”.
El legislador llegaba a Con esas dos premisas, el legislador llegaba a la siguiente conclu-
la siguiente conclusión: sión: al no tratarse de una consulta popular por vía de referéndum,
en cualquiera de sus modalidades, ni ser jurídicamente vinculante,
al no tratarse de una pues consistía en un instrumento con mera validez política y social
consulta popular por vía de para abordar e impulsar el fin definitivo de la violencia y conocer
referéndum, en cualquiera el estado de opinión de la sociedad vasca con el objetivo antes
de sus modalidades, ni ser reseñado, de todo ello se infería que a dicho proceso consultivo no
jurídicamente vinculante, le era de aplicación la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero, sobre
regulación de las distintas modalidades de referéndum, ni tampo-
pues consistía en un co precisaba, por tanto, la previa autorización del Estado para su
instrumento con mera convocatoria.
validez política y social para Sentadas estas bases en la Exposición de Motivos de la Ley, el texto
abordar e impulsar el fin era considerablemente sencillo:
definitivo de la violencia y • a) Un artículo único en el que, por un lado, el Lehendakari,
en virtud de la autorización otorgada por el Parlamento vasco,
conocer el estado de opinión sometía a consulta de todos los ciudadanos y ciudadanas del
de la sociedad vasca con el País Vasco con derecho de sufragio activo, y con carácter no
objetivo antes reseñado, de vinculante, dos preguntas, y, por otra parte, se fijaba como fe-
todo ello se infería que a cha de celebración de la consulta el 25 de octubre de 2008 y se
dicho proceso consultivo no indicaba que se tendría por convocada por el Lehendakari el 15
de septiembre de este mismo año3.
le era de aplicación la Ley • b) Una Disposición Adicional en la que se establecía que el
Orgánica 2/1980, de 18 de desarrollo y la realización de la consulta se regiría por la vigen-
enero, sobre regulación de te Ley 5/1990, de 15 de junio, de Elecciones al Parlamento Vas-
las distintas modalidades co, con las adecuaciones necesarias que la propia Ley 9/2008
de referéndum, ni tampoco enumeraba: modelo de papeleta (se adjuntaba), sistema de vo-

precisaba, por tanto, la previa


autorización del Estado para 3. Las dos preguntas previstas eran las siguientes: “a) ¿Está Usted de acuerdo en apoyar
un proceso de final dialogado de la violencia, si previamente ETA manifiesta de forma
su convocatoria. inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre? b) ¿Está
Usted de acuerdo en que los partidos vascos, sin exclusiones, inicien un proceso de ne-
gociación para alcanzar un Acuerdo Democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir
del Pueblo Vasco, y que dicho Acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice
el año 2010?”.

300 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

tación y escrutinio, plazos del calendario electoral, intervención


de los órganos de la Administración Electoral, e ingresos, gastos
y subvenciones electorales. Al efecto de clarificar las posibles
dudas, la Ley iba acompañada de un cronograma anexo con
el calendario detallado de todas las fechas y actuaciones inte-
gradas dentro del proceso preciso para organizar y celebrar la
consulta.
• c) Tres Disposiciones Finales para autorizar al Gobierno Vasco
y, en su caso, al Consejero de Interior para dictar las disposi-
ciones necesarias para el desarrollo y aplicación de la Ley, au-
torizar al Departamento de Hacienda y Administración Pública
del Gobierno Vasco para habilitar los créditos necesarios para
la celebración de la consulta, y establecer la entrada en vigor
de la Ley el mismo día de su publicación en el Boletín Oficial
del País Vasco.

Como se tendrá ocasión de comprobar cuando se exponga la ratio


decidendi del Tribunal Constitucional, la Sentencia de 11 de sep-
tiembre de 2008 centra su atención en el artículo único en relación
con la Exposición de Motivos. Tanto la Disposición Adicional como
las tres Disposiciones Finales tenían un claro carácter instrumental
y el contenido sustantivo de ese artículo único, vinculado con la
fundamentación que se le daba a la Ley en su Exposición de Mo-
tivos, eran los elementos esenciales que debían ser analizados a la
hora de decidir sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de la norma. Declarada esta última, con la consiguiente nulidad de
toda la Ley, el resto de disposiciones y los anexos perdían toda vir-
tualidad.

B) Fundamentación jurídica del recurso


de inconstitucionalidad y alegaciones
del Parlamento y del Gobierno
del País Vasco
Tres fueron los vicios de inconstitucionalidad que el Abogado del
Tres fueron los vicios de
Estado, en representación del Presidente del Gobierno, imputó a la
Ley 9/20084:
inconstitucionalidad que
el Abogado del Estado,
4. En puridad, el Tribunal Constitucional admitió a trámite, mediante sendas providencias del
en representación del
Pleno de 17 de julio de 2008 (edictos en el Boletín Oficial del Estado número 173, de 18 de Presidente del Gobierno,
julio de este año), dos recursos de inconstitucionalidad interpuestos contra la Ley 9/2008, del
Parlamento Vasco. El recurso de inconstitucionalidad número 5707-2008 fue promovido por el imputó a la Ley 9/2008.
Presidente del Gobierno, invocando el artículo 161.2 de la Constitución, lo que produjo la sus-
pensión de la vigencia y aplicación de la norma impugnada desde la fecha de interposición del
recurso -15 de julio de 2008- para las partes del proceso, y desde la publicación del edicto en
el BOE para terceros. Por otra parte, el recurso de inconstitucionalidad número 5748-2008 fue
promovido por más de cincuenta Diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso
de los Diputados. En relación con este segundo recurso, el Tribunal acordó, mediante Auto de
11 de septiembre de 2008 (edicto en el BOE número 230, de 23 de septiembre de este año),
declararlo extinguido por desaparición sobrevenida de su objeto, decisión lógica por otro lado
tras haber estimado en su totalidad el primero de los recursos indicados.

2008 | nº 51 301
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

• 1. Desde el punto de vista competencial, se habría vulnerado


la competencia exclusiva del Estado sobre la autorización de
la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum,
derivada de los apartados 1 y 2 del artículo 92 y del artículo
149.1.32 de la Constitución.
• 2. Habría concurrido también una inconstitucionalidad de
tipo material, por infracción de los artículos 1.2, 2 y 168, en
relación con la Disposición Adicional Primera, siempre de la
Constitución, al haber reconocido un nuevo sujeto soberano
distinto del pueblo español, sin una previa decisión constitu-
yente, que sólo podría haberse articulado por la vía de la re-
forma constitucional prevista en el citado artículo 168 de la
Carta Magna.
• 3. Por último, existiría una inconstitucionalidad de carácter
procedimental, al haber utilizado en el Parlamento Vasco un pro-
cedimiento legislativo inadecuado, el de lectura única a instan-
cia del Gobierno autonómico y sin necesidad de la previa autori-
zación de la Cámara, que debería estar reservado para supuestos
tasados con el fin de no impedir la presentación de enmiendas
por parte de los grupos parlamentarios de la oposición.

¿Cuáles fueron los ¿Cuáles fueron los argumentos esgrimidos por el Gobierno Vasco
y por el Parlamento de esa Comunidad Autónoma para defender la
argumentos esgrimidos
plena constitucionalidad de la norma sometida a examen?
por el Gobierno Vasco y • 1. Para rebatir el primero de los vicios imputados a la Ley
por el Parlamento de esa 9/2008 se alegó la existencia de una competencia implícita de
Comunidad Autónoma la Comunidad Autónoma para convocar una consulta popular
para defender la plena no refrendataria, vinculada con el artículo 9.2 del Estatuto de
Autonomía, así como la competencia autonómica en materia
constitucionalidad de la
de organización, régimen y funcionamiento de sus institucio-
norma sometida a examen? nes de autogobierno.
• 2. No habría existido inconstitucionalidad material en la me-
dida en que con la consulta sólo se pretendía conocer un esta-
do de opinión de la ciudadanía vasca, sin cuestionar el orden
constitucional vigente ni anticipar inevitablemente hipotéticas
consecuencias jurídicas de futuro ni dar cobertura a una ini-
ciativa popular que, directa o indirectamente, plantease una
reforma constitucional.
• 3. Finalmente, no se habría producido infracción alguna del
Reglamento del Parlamento Vasco en la tramitación de la Ley
impugnada, puesto que el Abogado del Estado habría realiza-
do un paralelismo improcedente entre los requisitos consti-
tucionalmente habilitantes para adoptar un decreto-ley y las
exigencias previstas para tramitar un proyecto de ley por el
procedimiento de lectura única.

302 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

El esquema seguido para exponer los fundamentos del recurso y los


argumentos del Gobierno y del Parlamento Vascos es, precisamente,
el aplicado por el Tribunal Constitucional para fundamentar el fallo.
Los Fundamentos Jurídicos Segundo a Quinto de la Sentencia de 11
de septiembre de 2008 están precisamente dedicados a determinar
la concurrencia de los tres vicios de inconstitucionalidad reseñados,
y a su análisis han de dedicarse los próximos apartados de este
comentario.

III. El fondo y la forma:


un referéndum disfrazado de consulta
popular, el cuestionamiento de la
democracia representativa y una
alusión específica al concepto de
“competencia implícita”

D ado que el legislador vasco indica en el Exposición de Motivos


de la Ley que no es aplicable la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de
enero, sobre regulación de las distintas modalidades de referén-
dum, porque se trata de una consulta popular jurídicamente no
vinculante y no convocada por vía refrendataria, y como quiera
que el recurso de inconstitucionalidad se basa precisamente en
lo contrario, es decir, en que se trata de un referéndum encu-
bierto, la conclusión que extrae el Tribunal Constitucional es, de
inicio, la siguiente: es pacífico entre las partes que la Ley sería Es pacífico entre las
inconstitucional si su objeto fuera la celebración de una consul-
partes que la Ley sería
ta refrendataria. Por consiguiente, el camino para determinar la
existencia de un vicio de inconstitucionalidad por invasión de
inconstitucional si su objeto
una competencia exclusiva del Estado pasa por precisar si la Ley fuera la celebración de una
9/2008 instrumentaba la convocatoria de una consulta popular o consulta refrendataria.
de un referéndum. Por consiguiente, el
Para recorrer ese camino, el Tribunal comienza definiendo, a gran-
camino para determinar
des rasgos, qué cabe entender por referéndum, y lo conceptúa como
un instrumento de participación directa de los ciudadanos en los
la existencia de un vicio de
asuntos públicos, esto es, para el ejercicio del derecho fundamental inconstitucionalidad por
reconocido en el artículo 23.1 de la Constitución. No es el cauce invasión de una competencia
para instrumentar cualquier derecho de participación, “sino especí- exclusiva del Estado pasa
ficamente para el ejercicio del derecho de participación política, es
por precisar si la Ley
decir, de aquella participación ‘que normalmente se ejerce a través
de representantes y que, excepcionalmente, puede ser directamente
9/2008 instrumentaba la
ejercida por el pueblo”5. convocatoria de una consulta
popular o de un referéndum.

5. FJ 2º de la Sentencia 103/2008, de 11 de septiembre, en relación con el FJ 3º de la STC


119/1995, de 17 de julio.

2008 | nº 51 303
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Por tanto, no se trata de una mera manifestación del mandato


genérico que el artículo 9.2 de la Constitución dirige a los poderes
públicos (“facilitar la participación de todos los ciudadanos en la
vida política, económica, cultural y social”), sino de una modalidad
de democracia política (democracia directa frente a democracia
representativa) que articula una voluntad general imputable al
cuerpo electoral. En este sentido, el Tribunal sostiene que el refe-
réndum es una especie dentro del género “consulta popular” y que
no es apto para recabar la opinión de cualquier colectivo sobre
cualesquiera asuntos de interés público a través de cualesquie-
ra procedimientos, puesto que se trata de aquella consulta cuyo
objeto se refiere estrictamente al parecer del cuerpo electoral, ex-
presivo de la voluntad del pueblo, conformado y exteriorizado a
través de un procedimiento electoral, basado en el censo, gestio-
nado por la Administración electoral y asegurado con garantías
jurisdiccionales específicas, siempre en relación con los asuntos
públicos cuya gestión, directa o indirecta, mediante el ejercicio del
poder político por parte de los ciudadanos, constituye el objeto
del derecho fundamental reconocido por la Constitución en su
artículo 23.
De todo ello el Tribunal extrae la siguiente conclusión en el FJ 2º de
su Sentencia, un argumento que resultará clave para entender la
“Para calificar una consulta resolución del caso: “Para calificar una consulta como referéndum
como referéndum o, o, más precisamente, para determinar si una consulta popular se
más precisamente, para verifica ‘por vía de referéndum’ (art. 149.1.32ª CE) y su convoca-
determinar si una consulta toria requiere entonces de una autorización reservada al Estado,
ha de atenderse a la identidad del sujeto consultado, de manera
popular se verifica ‘por vía de
que siempre que éste sea el cuerpo electoral, cuya vía de mani-
referéndum’ (art. 149.1.32ª festación propia es la de los distintos procedimientos electorales,
CE) y su convocatoria con sus correspondientes garantías, estaremos ante una consulta
requiere entonces de una referendaria”.
autorización reservada al Lo cual debe entenderse en relación directa con el siguiente ex-
tracto de una sentencia anterior que el propio Tribunal utiliza en
Estado, ha de atenderse
su argumentación: “el derecho a participar directamente en los
a la identidad del sujeto asuntos públicos, como todos los derechos que la Constitución
consultado, de manera establece, no puede sino ejercerse en la forma jurídicamente pre-
que siempre que éste sea el vista en cada caso. Lo contrario, lejos de satisfacer las exigencias
cuerpo electoral, cuya vía de de la soberanía popular, supondría la imposibilidad misma de la
existencia del ordenamiento, a cuya obediencia todos –ciudada-
manifestación propia es la de
nos y poderes públicos- vienen constitucionalmente obligados
los distintos procedimientos (art. 9.1 CE)”6.
electorales, con sus Obsérvese cómo el Tribunal va desgranando aquellos elementos
correspondientes garantías, que, de hecho, dotan de sustancia propia a un referéndum (iden
estaremos ante una consulta
referendaria”.
6. FJ 3º de la STC 76/1994, de 14 de marzo.

304 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

tidad del sujeto consultado y forma jurídicamente prevista), par-


tiendo de la consideración del referéndum como una especie dentro
del género consulta popular. Dicho de otro modo: no toda consulta
popular es un referéndum, pero todo referéndum sí es una modali-
dad cualificada de consulta popular, en la medida en que presenta
rasgos concretos que permiten individualizarlo y diferenciarlo den-
tro de la categoría general a la que pertenece.
Este planteamiento se completa del siguiente modo en la argumen-
tación del Tribunal: como quiera que nuestro modelo democrático
es, principalmente, un sistema de democracia representativa, los
instrumentos de democracia directa tienen carácter complemen-
tario y han de operar a través de un procedimiento con todas las
garantías propias de los procesos electorales y con la previa autori-
zación del Congreso de los Diputados, garantía inexcusable por ser
necesaria para que la voluntad expresada sea efectivamente la del
cuerpo electoral.
Sobre la base de estos parámetros, el Tribunal llega a la siguien-
te conclusión en el FJ 3º de la Sentencia comentada: “Con la Ley
9/2008 se llama a consulta sobre un asunto de manifiesta natura-
leza política a los ciudadanos y ciudadanas del País Vasco con dere-
cho de sufragio activo, esto es, al cuerpo electoral de la Comunidad
Autónoma del País Vasco, pretendiendo conocer la voluntad de una
parte del pueblo español a través de la voluntad del cuerpo electoral
de esa Comunidad Autónoma, esto es, del sujeto que de ordina-
rio se manifiesta a través del procedimiento disciplinado por la Ley
“Siendo indiscutibles el
5/1990, de 15 de junio, de Elecciones al Parlamento Vasco, llamada
por la Disposición Adicional de la Ley recurrida a regir el desarrollo objeto de la consulta, la
de la consulta en cuestión. Siendo indiscutibles el objeto de la con- voluntad requerida y que
sulta, la voluntad requerida y que ésta ha de manifestarse mediante ésta ha de manifestarse
un procedimiento electoral dotado de las garantías propias de los mediante un procedimiento
procesos electorales, es claro también, por lo dicho, que la consulta
electoral dotado de las
es un referéndum. La circunstancia de que no sea jurídicamente
vinculante resulta de todo punto irrelevante, pues es obvio que el garantías propias de los
referéndum no se define frente a otras consultas populares por el procesos electorales, es claro
carácter vinculante de su resultado”. también, por lo dicho, que la
Y el Tribunal levantó el velo de la consulta popular y descubrió un consulta es un referéndum.
referéndum encubierto. Aunque de una lectura sistemática de los
La circunstancia de que no
artículos 23, 81 y 149.1.32ª de la Constitución puede inferirse con
claridad que sólo la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero, sobre sea jurídicamente vinculante
regulación de las distintas modalidades de referéndum, es apta resulta de todo punto
para desarrollar la previsión del artículo 92.3 de la Norma Supre- irrelevante, pues es obvio que
ma, el legislador vasco ha optado por convocar al cuerpo electo- el referéndum no se define
ral a través de la Ley 9/2008 sin apoyo en un título competencial
frente a otras consultas
expreso, tratando de utilizar la genérica denominación “consulta
popular” no jurídicamente vinculante con el fin de encubrir, disfra- populares por el carácter
zar u ocultar lo que no era sino un referéndum, instrumentado en vinculante de su resultado”.

2008 | nº 51 305
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

consecuencia por medio de un procedimiento no permitido por la


Constitución7.
Lo cual lleva a analizar el último de los argumentos expuestos por
el Alto Tribunal en torno a este primer vicio de inconstitucionali-
dad. La convocatoria efectuada mediante la Ley 9/2008 ha susti-
tuido la autorización del Estado (que sería requisito imprescindible
de todo referéndum por voluntad del constituyente) a cambio de
la dispensada, inmediata y exclusivamente, por el Parlamento au-
tonómico (artículo único del texto legal), amparándose en unas
“genéricas potestades implícitas” vinculadas al principio demo-
crático. Pero para el máximo intérprete de la Norma Suprema no
pueden alegarse “inexistentes títulos implícitos” frente a “compe-
tencias expresamente atribuidas a otro ente”. Ante la asignación
específica al Estado de una competencia exclusiva como la prevista
en el artículo 149.1.32ª, la Comunidad Autónoma no puede basar
sus pretensiones en la genérica obligación de los poderes públicos
vascos de facilitar, ex artículo 9.2 e) del Estatuto de Autonomía, la
participación de todos los ciudadanos en la vida política, económi-
ca, cultural y social del País Vasco. En palabras del propio Tribunal,
que se cita a sí mismo en esta ocasión: “dicho precepto no atribuye
una específica competencia a los poderes públicos vascos, sino que
se limita a subrayar una obligación que deben observar todos los
poderes públicos, centrales y autonómicos, en el ejercicio de las
atribuciones que a cada uno de ellos reconoce el ordenamiento
jurídico”8.
Por todo ello, en síntesis, el Tribunal Constitucional considera que
la Ley 9/2008 adolece de un vicio de inconstitucionalidad, ya que

7. Al hilo de la mención realizada a la Ley Orgánica 2/1980, debe recordarse que ésta
contempla los distintos aspectos procedimentales vinculados con las condiciones para
celebrar las distintas modalidades de referéndum: campaña de propaganda, votación,
escrutinio y proclamación de resultados, reclamaciones y recursos. Así mismo, cuando
en próximas páginas se aluda a la regulación de las competencias sobre consultas popu-
lares asumidas por determinadas Comunidades Autónomas en los Estatutos de Autono-
mía reformados durante 2006 y 2007, téngase en cuenta el contenido de la Disposición
Adicional de dicha Ley Orgánica, a cuyo tenor: “Las disposiciones de la presente ley
no alcanzan en su regulación a las consultas populares que puedan celebrarse por los
Ayuntamientos, relativas a asuntos relevantes de índole municipal, en sus respectivos
territorios, de acuerdo con la legislación de Régimen Local, y a salvo, en todo caso, la
competencia exclusiva del Estado para su autorización”. Los contenidos de la Ley Orgá-
nica reseñada deben ser interpretados también en relación con lo que establecen la Ley
Orgánica 5/1985, de 19 de junio, de Régimen Electoral General, y las Leyes Electorales de
las Comunidades Autónomas.
La referencia a la legislación de Régimen Local ha de entenderse realizada, en la actua-
lidad, al artículo 71 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen
Local: “De conformidad con la legislación del Estado y de la Comunidad Autónoma,
cuando ésta tenga competencia estatutariamente atribuida para ello, los Alcaldes, previo
acuerdo por mayoría absoluta del Pleno y autorización del Gobierno de la Nación, po-
drán someter a consulta popular aquellos asuntos de la competencia propia municipal
y de carácter local que sean de especial relevancia para los intereses de los vecinos, con
excepción de los relativos a la Hacienda Local”.

8. FJ 5º de la STC 25/1981, de 14 de julio.

306 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

ni la falta de carácter vinculante de la consulta, ni la autorización Ni la falta de carácter


concedida por el Parlamento Vasco, ni la alegación de una supues- vinculante de la consulta, ni
ta competencia implícita derivada de la obligación de los poderes
públicos de facilitar la participación de los ciudadanos en la vida
la autorización concedida
política, son elementos suficientes que justifiquen la vulneración de por el Parlamento Vasco, ni
la competencia exclusiva del Estado para autorizar la convocatoria la alegación de una supuesta
de consultas populares por vía de referéndum. competencia implícita
derivada de la obligación
IV. El objetivo material de la consulta: una de los poderes públicos de
nueva relación entre el Estado y la Comunidad
Autónoma del País Vasco
facilitar la participación de
los ciudadanos en la vida
política, son elementos
A firmado todo lo anterior, se aprecia en el pronunciamiento del
Tribunal cómo presta una atención decreciente a los otros dos
vicios de inconstitucionalidad sometidos a su consideración. No
suficientes que justifiquen
hasta el extremo de desatenderlos o de no entrar a valorarlos, pero
la vulneración de la
sí con una carga de profundidad mucho menor, como si todos los competencia exclusiva del
argumentos expuestos previamente tuvieran ya el suficiente peso Estado para autorizar la
como para desmontar el sustrato básico de la norma analizada. convocatoria de consultas
Para examinar el motivo de inconstitucionalidad material alegado, populares por vía de
se parte de nuevo de la literalidad de la Exposición de Motivos y del
artículo único de la Ley 9/2008, de manera que el Tribunal extrae la
referéndum.
siguiente conclusión preliminar: se convoca una consulta partiendo
del reconocimiento inicial de la existencia del “derecho a decidir
del Pueblo Vasco” en relación a la apertura de negociaciones, cuyo
contenido y sentido se indican en el artículo único y se precisan
en la Exposición de Motivos, cifrándose en la consecución de un
acuerdo en el que se establezcan “las bases de una nueva relación
entre la Comunidad Autónoma del País Vasco y el Estado español”,
entendiendo a éste en su acepción de “Estado global” y no, como es
obligado cuando de la relación con una Comunidad Autónoma se
trata, en su condición de “Estado central”. En este sentido, la convo-
catoria de la consulta habría tratado de plantear una cuestión que
afecta tanto al orden constituido como al fundamento mismo del
orden constitucional, sin mantener el inexcusable respeto al proce-
dimiento debido y constituyendo una inaceptable vía de hecho para
reformar la Constitución al margen de ella o conseguir su ineficacia
práctica.
Nada más concluyente que citar aquí este extracto del FJ 4º de la
propia sentencia, extenso pero absolutamente taxativo a la hora de
entender el razonamiento del Tribunal:
“En realidad el contenido de la consulta no es sino la apertura de un
procedimiento de reconsideración del orden constituido que habría
de concluir, eventualmente, en una nueva relación entre el Estado
y la Comunidad Autónoma del País Vasco, es decir, entre quien, de
acuerdo con la Constitución, es hoy la expresión formalizada de

2008 | nº 51 307
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

un ordenamiento constituido por voluntad soberana de la Nación


española, única e indivisible (art. 2 CE), y un sujeto creado, en el
marco de la Constitución, por los poderes constituidos en virtud
del ejercicio de un derecho a la autonomía reconocido por la Nor-
ma fundamental. Este sujeto no es titular de un poder soberano,
exclusivo de la Nación constituida en Estado (…).
La cuestión que ha querido someterse a consulta de los ciudadanos
de la Comunidad Autónoma del País Vasco afecta al fundamento
del orden constitucional vigente (en la medida en que supone la
reconsideración de la identidad y unidad del sujeto soberano o,
cuando menos, de la relación que únicamente la voluntad de éste
pude establecer entre el Estado y las Comunidades Autónomas)
y por ello sólo puede ser objeto de consulta popular por vía del
referéndum de revisión constitucional. Es un asunto reservado en
su tratamiento institucional al procedimiento del artículo 168 CE.
La que aquí nos ocupa
La que aquí nos ocupa no puede ser planteada como cuestión so-
no puede ser planteada bre la que simplemente se interesa el parecer no vinculante del
como cuestión sobre la que cuerpo electoral del País Vasco, puesto que con ella se incide sobre
simplemente se interesa el cuestiones fundamentales resueltas con el proceso constituyente
parecer no vinculante del y que resultan sustraídas a la decisión de los poderes constituidos.
El respeto a la Constitución impone que los proyectos de revisión
cuerpo electoral del País
del orden constituido, y especialmente de aquellos que afectan al
Vasco, puesto que con ella fundamento de la identidad del titular único de la soberanía, se
se incide sobre cuestiones sustancien abierta y directamente por la vía que la Constitución ha
fundamentales resueltas con previsto para estos fines. No caben actuaciones por otros cauces
el proceso constituyente y ni de las Comunidades Autónomas ni de cualquier otro órgano del
Estado, porque sobre todos está siempre, expresada en la decisión
que resultan sustraídas a
constituyente, la voluntad del pueblo español, titular exclusivo de
la decisión de los poderes la soberanía nacional, fundamento de la Constitución y origen de
constituidos. cualquier poder político”.
Nótese cómo el Tribunal cierra de este modo toda su argumenta-
ción, enlazando el ya imputado vicio de inconstitucionalidad de-
rivado de la vulneración de una competencia exclusiva del Estado
y, por otra parte, el motivo de inconstitucionalidad material como
consecuencia de haber querido instrumentar, a través de la consul-
ta convocada, el ejercicio de un supuesto poder soberano con ca-
pacidad para decidir cuestiones que afectan al conjunto del pueblo
español. Lo que se atribuye al legislador vasco es haber tratado de
cuestionar, al menos en parte, las decisiones adoptadas en su día
por el poder constituyente, pero sin seguir el procedimiento esta-
blecido a tal efecto por la propia Constitución. Se ha pretendido
desde una Comunidad Autónoma establecer unas relaciones con
el Estado como si de otro Estado se tratase, revisando los roles del
poder constituyente y de los poderes constituidos, al margen de los
cauces procedimentales expresamente regulados, y eso es algo que
no parece admisible porque supondría fragmentar la titularidad de

308 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

la soberanía nacional y dejar en manos de los ciudadanos de una Se ha pretendido desde una
Comunidad Autónoma la capacidad para decidir sobre cuestiones Comunidad Autónoma
que afectarían directamente al orden de la convivencia de todo el
pueblo español9.
establecer unas relaciones
Esto lleva al Tribunal a considerar que la Ley 9/2008 adolece tam- con el Estado como si de
bién del segundo de los vicios de inconstitucionalidad que le habían otro Estado se tratase,
sido imputados, por un motivo que está directamente relacionado revisando los roles del
con la inconstitucionalidad de carácter competencial ya expuesta. poder constituyente y de
La norma impugnada constituía el instrumento para convocar no ya
un referéndum sino prácticamente, de forma más o menos directa,
los poderes constituidos,
un referéndum de reforma constitucional encubierta, en tanto en al margen de los cauces
cuanto las consecuencias que podían derivarse del mismo eran la procedimentales
consolidación del derecho a decidir su propio futuro por parte de expresamente regulados, y
una Comunidad Autónoma, con independencia de lo que pudiera eso es algo que no parece
opinar el resto de ciudadanos integrantes del pueblo español, único
poder constituyente y único titular de la soberanía nacional reco-
admisible porque supondría
nocido en el texto de la Constitución. fragmentar la titularidad de la
De tal modo que la fundamentación de la norma en la supuesta soberanía nacional y dejar en
competencia implícita derivada de la obligación de los poderes manos de los ciudadanos de
públicos vascos de facilitar la participación de los ciudadanos de una Comunidad Autónoma
esa Comunidad Autónoma en la vida política, resultaría más exor-
bitante, si cabe, puesto que habría sido utilizada para dotar de una
la capacidad para decidir
ficticia consistencia a un derecho inexistente, poniendo en duda, a sobre cuestiones que
corto o medio plazo, el sustrato del poder constituyente y, con ello, afectarían directamente al
el fundamento y la esencia de los poderes constituidos, siempre orden de la convivencia de
desde una parte del Estado pero con efectos sobre el conjunto de todo el pueblo español.
todos los ciudadanos.
También esta realidad se escondía bajo el velo levantado por el Tri-
bunal.

V. Un vicio de inconstitucionalidad vinculado


con la alteración sustancial del proceso de
formación de la voluntad de una Asamblea
Legislativa

E l tercer vértice del triángulo constituido por los motivos de in-


constitucionalidad sometidos a estudio es el derivado de la su-

9. Recuérdese, a este respecto, lo que el Tribunal Constitucional afirmó en uno de sus


pronunciamientos clásicos sobre el modelo autonómico: “Ante todo resulta claro que la
autonomía hace referencia a un poder limitado. En efecto, autonomía no es soberanía
–y aun este poder tiene sus límites-, y dado que cada organización territorial dotada de
autonomía es una parte del todo, en ningún caso el principio de autonomía puede opo-
nerse al de unidad, sino que es precisamente dentro de éste donde alcanza su verdadero
sentido, como expresa el artículo 2 de la Constitución. De aquí que el artículo 137 de la
Constitución delimite el ámbito de estos poderes autónomos, circunscribiéndolos a la
‘gestión de sus respectivos intereses’, lo que exige que se dote a cada ente de todas las
competencias propias y exclusivas que sean necesarias para satisfacer el interés respecti-
vo” (FJ 3º de la STC 4/1981, de 2 de febrero).

2008 | nº 51 309
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

puesta inadecuación del procedimiento parlamentario observado


en la elaboración de la ley.
Y aquí el Tribunal es, si cabe, más conciso que en los apartados
anteriores. Tras afirmar que no toda inobservancia de los precep-
tos que regulan el procedimiento legislativo constituye un vicio de
inconstitucionalidad, precisa que esto sólo sucede cuando dicha
inobservancia “altera de modo sustancial el proceso de formación
de la voluntad en el seno de las Cámaras”10.
Sentada esta premisa, y basándose en alguno de sus pronuncia-
mientos anteriores en los que precisamente había analizado cuán-
do podían aplicarse los supuestos tasados del procedimiento legis-
lativo de lectura única previstos en el Reglamento del Parlamento
Vasco (con la consiguiente posibilidad para el Gobierno autonó-
mico de excepcionar, sin previa autorización de la Cámara, la pre-
sentación de enmiendas), el Tribunal entiende que se ha producido
justamente esa alteración sustancial que era conditio sine qua non
para considerar que la ley estaba viciada de inconstitucionalidad.
Puesto que el artículo 119.3 del Reglamento del Parlamento Vasco
establece que el citado procedimiento de lectura única no puede
aplicarse, entre otros, en aquellos supuestos en los que la norma
tramitada afecte al régimen electoral, y dado que la Ley 9/2008
constituye un cauce indudable de ejercicio del derecho fundamen-
tal a participar en los asuntos públicos, reconocido en el artículo
23 de la Constitución aunque el Gobierno y el Parlamento Vascos
se acojan al artículo 9.2 e) del Estatuto de Autonomía, el Tribunal
“Y tal alteración sustancial concluye de este modo entendiendo que concurre el tercero de los
vicios de inconstitucionalidad (FJ 5º de la Sentencia comentada):
se ha producido en el
“Y tal alteración sustancial se ha producido en el presente caso, en
presente caso, en tanto tanto que, con infracción del Reglamento del Parlamento Vasco, se
que, con infracción del ha impuesto a la Cámara la tramitación de la Ley impugnada a tra-
Reglamento del Parlamento vés de un procedimiento en el cual resultan notablemente limita-
Vasco, se ha impuesto a la das las posibilidades de participación de las minorías en el proceso
de elaboración de la norma, no por acuerdo unánime de la Mesa del
Cámara la tramitación de
Parlamento, sino en virtud de una decisión del Gobierno Vasco”.
la Ley impugnada a través Lo que supone el regreso del ser y no ser, de la diferencia entre el
de un procedimiento en el fondo y la forma, entre aquello que se invoca y lo que realmente
cual resultan notablemente late bajo las apariencias, entre la ficción y la realidad. Se trami-
limitadas las posibilidades tó a través del procedimiento de lectura única un proyecto de ley
que no admitía ser encauzado por esa vía, se utilizó la apariencia
de participación de las
externa de un procedimiento para tramitar un texto que, desde el
minorías en el proceso de punto de vista sustancial, requería otras formalidades, que no fue-
elaboración de la norma, no ron respetadas sino sustituidas por una cláusula excepcional y no
por acuerdo unánime de la extrapolable al supuesto en cuestión. De este modo, se aprecia la
Mesa del Parlamento, sino existencia de un hilo conductor que vertebra toda la sentencia, que
en virtud de una decisión del
Gobierno Vasco”. 10. FJ 1 a) de la STC 99/1987, de 11 de junio.

310 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

dota de unidad al conjunto de razonamientos que motivan el fallo


del Tribunal: la voluntad de desvelar los artificios y llegar a la esen-
cia de la realidad subyacente, previa identificación de los elementos
sustantivos concurrentes.

VI. De la Sentencia 103/2008, de 11


de septiembre, del Tribunal Constitucional,
a la regulación de las consultas populares
en los Estatutos de Autonomía
reformados durante 2006 y 2007:
la matizada obtención de principios
generales a partir de una decisión concreta

S i las páginas precedentes se han centrado, en exclusiva, en el


análisis de la sentencia con la que el Tribunal Constitucional ha
resuelto el controvertido supuesto de la consulta vasca inicialmente
prevista para el 25 de octubre de 2008, se trata ahora de ofrecer
unas breves consideraciones sobre la regulación que los Estatutos
de Autonomía reformados durante 2006 y 2007 han realizado de
las competencias de las respectivas Comunidades Autónomas en
materia de consultas populares11.
En el caso vasco, se trata de un Estatuto vigente desde 1979, que,
con las lógicas limitaciones propias de la época, fue un hito en el
proceso de desarrollo del modelo autonómico y un precedente de
indudable trascendencia para los restantes territorios que se cons-
tituyeron en Comunidades Autónomas sobre la base del principio
dispositivo, derivado del artículo 147 de la Constitución y reciente-
mente reinterpretado con detalle por el Tribunal Constitucional en
su destacada Sentencia 247/2007, de 12 de diciembre, en la que se
pronunció en favor de la constitucionalidad del artículo 17.1 del Es-
tatut d’Autonomia de la Comunitat Valenciana, referido al derecho
al agua de los valencianos y las valencianas.
Sin negar un ápice de su valor al Estatuto vasco, no cabe duda
del giro significativo que ha supuesto para el Estado autonómico
la aprobación de hasta seis reformas estatutarias de gran cala-
do durante la VIII Legislatura de las Cortes Generales. Se trata de
unas normas institucionales básicas que abordan la configuración
institucional y competencial de las respectivas Comunidades Au-
tónomas con una perspectiva muy diferente a la que presidió la
elaboración, tramitación y aprobación de los Estatutos durante la

11. Como es sabido, siguiendo un orden cronológico, han sido seis las reformas estatutarias
aprobadas: Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de reforma de la Ley Orgánica 5/1982, de 1
de julio, de Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana; Ley Orgánica 6/2006, de 19
de julio, de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña; Ley Orgánica 1/2007, del 28 de
febrero, de reforma del Estatuto de Autonomía de las Illes Balears; Ley Orgánica 2/2007, de
19 de marzo, de reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía; Ley Orgánica 5/2007,
de 20 de abril, de reforma del Estatuto de Autonomía de Aragón, y Ley Orgánica 14/2007, de
30 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.

2008 | nº 51 311
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

primera mitad de los años ochenta del pasado siglo, así como su
posterior reforma durante los años noventa12.
Con independencia de la decisión que pueda adoptar el Tribunal
Constitucional sobre los recursos de inconstitucionalidad plantea-
dos contra numerosas disposiciones de algunos de esos nuevos
Estatutos (en particular, el catalán), se trata de efectuar un estudio
comparativo de todos ellos para verificar las notables diferencias
con el supuesto vasco y, a partir de esas divergencias, valorar la
posible extrapolación de los argumentos que han servido de moti-
vación a la Sentencia de 11 de septiembre de 200813:
Lo primero que merece ser 1. Lo primero que merece ser destacado es la existencia, en todos
destacado es la existencia, los Estatutos, de una referencia expresa a la competencia de la Co-
en todos los Estatutos, de munidad Autónoma respectiva en materia de consultas populares:
• a) En el caso de la Comunitat Valenciana, el artículo 28.5 del
una referencia expresa Estatut indica que “el President de la Generalitat podrá pro-
a la competencia de la poner, de acuerdo con lo que determine la legislación del Es-
Comunidad Autónoma tado, la celebración de consultas populares en el ámbito de la
respectiva en materia de Comunitat Valenciana, sobre cuestiones de interés general en
consultas populares. materias autonómicas o locales”, y el artículo 50 de esa misma
norma prevé lo siguiente: “En el marco de la legislación básica
del Estado y, en su caso, en los términos que la misma es-
tablezca, corresponde a la Generalitat el desarrollo legislativo
y la ejecución de las siguientes materias: 8. Corresponde a la
Generalitat el desarrollo legislativo del sistema de consultas
populares municipales en su ámbito, de acuerdo con aquello
que dispongan las leyes a las que hace referencia el apartado
3 del artículo 92 y número 18 del apartado 1 del artículo 149
de la Constitución Española. Corresponde al Estado la autori-
zación de su convocatoria”.

12. Ángel RODRÍGUEZ ha puesto de manifiesto la diferencia que existía entre la re-
gulación de las consultas populares en los Estatutos de Autonomía antes y después
del proceso de reformas de 2006 y 2007. Con anterioridad, el ámbito competencial
autonómico estaba restringido a las consultas populares locales, de manera que aque-
llas Comunidades Autónomas que no ostentaban una competencia explícita sobre la
materia, solían regularla invocando la competencia sobre régimen local. Por tanto, ya
fuera por una u otra vía, las Comunidades Autónomas podían ejercer la competencia
en materia de consultas populares, siempre que éstas se circunscribieran al ámbito
local. Sobre este particular, y en general para una comparación detallada de los Es-
tatutos no reformados y de los sí modificados durante estos últimos años, véase, del
autor citado, “Consultas populares”, en Francisco BALAGUER CALLEJÓN (dir.): Refor-
mas estatutarias y distribución de competencias, Instituto Andaluz de Administración
Pública, Sevilla, 2007, págs. 875 a 886.

13. Si bien es cierto que tanto la jurisprudencia como la doctrina aluden también, como
tipos específicos de consultas populares, a la participación ciudadana en los referendos
que se celebran durante los procedimientos de aprobación o reforma de un nuevo Esta-
tuto de Autonomía, sin embargo aquí se hará mención únicamente a aquellos preceptos
que, en cada Estatuto, contienen previsiones sobre las consultas populares en sentido
amplio, por entender que se trata del enfoque más ajustado al comentario que se está
llevando a cabo.

312 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

• b) Las referencias del nuevo Estatuto catalán son sensible-


mente distintas. El artículo 29.6 señala que “los ciudadanos de
Cataluña tienen derecho a promover la convocatoria de consul-
tas populares por parte de la Generalitat y los Ayuntamientos,
en materia de las competencias respectivas, en la forma y las
condiciones que las leyes establecen”. Por otro lado, el artículo
122 establece que “corresponde a la Generalitat la competen-
cia exclusiva para el establecimiento del régimen jurídico, las
modalidades, el procedimiento, la realización y la convocatoria
por la propia Generalitat o por los entes locales, en el ámbito
de sus competencias, de encuestas, audiencias públicas, foros
de participación y cualquier otro instrumento de consulta po-
pular, con excepción de lo previsto en el artículo 149.1.32 de la
Constitución”14.
• c) Obsérvense ahora los paralelismos y diferencias en el
caso de las Illes Balears. El artículo 15.2 del nuevo Estatuto
de esta Comunidad Autónoma dispone: “Los ciudadanos de las
Illes Balears tienen el derecho a participar en condiciones de
igualdad en los asuntos públicos, directamente o por medio
de representantes, en los términos que establecen la Consti-
tución, este Estatuto y las leyes. Este derecho comprende: c)
El derecho a promover la convocatoria de consultas populares
por el Gobierno de las Illes Balears, Consejos Insulares o por los
Ayuntamientos en los términos que establezca la Constitución
española y las leyes”. Mientras que el artículo 31 reseña: “En
el marco de la legislación básica del Estado, corresponden a
la Comunidad Autónoma de las Illes Balears el desarrollo le-
gislativo y la ejecución de las siguientes materias: 10. Siste-
mas de consultas populares en el ámbito de las Illes Balears,
de conformidad con las leyes a que se refieren el apartado 3
del artículo 92 y el núm. 32 del apartado 1 del artículo 149 de
la Constitución”.
• d) Véase, acto seguido, el supuesto de Andalucía. En primer
lugar, el artículo 10.3 del nuevo Estatuto andaluz indica que la
Comunidad Autónoma, en defensa del interés general, ejercerá
sus poderes con los siguientes objetivos básicos: “19º. La parti-
cipación ciudadana en la elaboración, prestación y evaluación
de las políticas públicas, así como la participación individual

14. Ha de tenerse en cuenta que una de las novedades importantes introducidas por
el Estatuto catalán, que como después se comprobará fue seguido en esto por otras
Comunidades Autónomas, ha sido la de incluir, dentro del Título IV (De las competencias)
un Capítulo I (Tipología de las competencias) en el que se define qué debe entenderse por
competencias exclusivas, compartidas y ejecutivas. En lo que aquí interesa, el artículo
110.1 del Estatuto catalán define las primeras del siguiente modo: “Corresponden a la
Generalitat, en el ámbito de sus competencias exclusivas, de forma íntegra la potestad
legislativa, la potestad reglamentaria y la función ejecutiva. Corresponde únicamente a
la Generalitat el ejercicio de estas potestades y funciones, mediante las cuales puede
establecer políticas propias”.

2008 | nº 51 313
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

y asociada en los ámbitos cívico, social, cultural, económico


y político, en aras de una democracia social avanzada y par-
ticipativa”. A tenor del artículo 30.1: “Conforme al artículo 5,
los andaluces y andaluzas tienen el derecho a participar en
condiciones de igualdad en los asuntos públicos de Andalucía,
directamente o por medio de representantes, en los términos
que establezcan la Constitución, este Estatuto y las leyes. Este
derecho comprende: c) El derecho a promover la convocato-
ria de consultas populares por la Junta de Andalucía o por
los Ayuntamientos, en los términos que establezcan las leyes”.
Por otro lado, el artículo 78 especifica que le “corresponde a
la Junta de Andalucía la competencia exclusiva para el es-
tablecimiento del régimen jurídico, las modalidades, el pro-
cedimiento, la realización y la convocatoria por ella misma
o por los entes locales en el ámbito de sus competencias de
encuestas, audiencias públicas, foros de participación y cual-
quier otro instrumento de consulta popular, con la excepción
del referéndum”15. Y, además, el artículo 117.4 determina que
“el Presidente (de la Junta) podrá proponer por iniciativa pro-
pia o a solicitud de los ciudadanos, de conformidad con lo
establecido en el artículo 78 y en la legislación del Estado,
la celebración de consultas populares en el ámbito de la Co-
munidad Autónoma, sobre cuestiones de interés general en
materias autonómicas o locales”.
• e) En el caso de la Comunidad Autónoma de Aragón, es pre-
ciso acudir al artículo 71 del nuevo Estatuto: “En el ámbito
de las competencias exclusivas, la Comunidad Autónoma de
Aragón ejercerá la potestad legislativa, la potestad reglamen-
taria, la función ejecutiva y el establecimiento de políticas pro-
pias, respetando lo dispuesto en los artículos 140 y 149.1 de la
Constitución. Corresponde a la Comunidad Autónoma la com-
petencia exclusiva en las siguientes materias: 27ª. Consultas
populares, que, en todo caso, comprende el establecimiento del
régimen jurídico, las modalidades, el procedimiento, la realiza-
ción y la convocatoria por la Comunidad Autónoma o por los
entes locales en el ámbito de sus competencias de encuestas,
audiencias públicas, foros de participación y cualquier otro
instrumento de consulta popular, con excepción de la regula-
ción del referéndum y de lo previsto en el artículo 149.1.32ª de
la Constitución”.
• f) Finalmente, en el nuevo Estatuto de Castilla y León, el ar-
tículo 11.5 señala que los ciudadanos de esa Comunidad Autó-

15. De modo prácticamente idéntico al artículo 110.1 del Estatuto catalán, el artículo
42.2.1º del Estatuto andaluz indica que las competencias exclusivas asumidas por la
Comunidad Autónoma de Andalucía comprenden “la potestad legislativa, la potestad
reglamentaria y la función ejecutiva, íntegramente y sin perjuicio de las competencias
atribuidas al Estado en la Constitución”.

314 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

noma “tienen derecho a promover la convocatoria de consultas


populares, relativas a decisiones políticas que sean competencia
de la Comunidad, en las condiciones y con los requisitos que se-
ñalen las leyes, respetando lo dispuesto en el artículo 149.1.32ª
de la Constitución”. Posteriormente, el artículo 27.1 e) le otor- El segundo aspecto que
ga al Presidente de la Junta de Castilla y León, como supremo llama la atención es la
representante de la Comunidad, la atribución consistente en heterogeneidad en la
“proponer, por iniciativa propia o a solicitud de los ciudadanos, regulación, puesto que ni
de conformidad con lo establecido en el presente Estatuto y
la competencia se califica
en la legislación del Estado y de la Comunidad, la celebración
de consultas populares en el ámbito de la Comunidad, sobre de igual modo en todos los
decisiones políticas relativas a materias que sean de la compe- Estatutos (en unos casos
tencia de ésta”. Y, de acuerdo con el artículo 71.1, “en el marco es exclusiva, en otros de
de la legislación básica del Estado y, en su caso, en los términos desarrollo legislativo y
que ella establezca, es competencia de la Comunidad de Castilla
ejecución de la legislación
y León el desarrollo legislativo y la ejecución de la legislación
del Estado en las siguientes materias: 15ª. Sistema de consultas estatal), ni en todos ellos
populares en el ámbito de Castilla y León, de conformidad con se atribuye al Presidente la
lo que disponga la ley a la que se refiere el artículo 92.3 de la misma atribución (véanse las
Constitución y demás leyes del Estado, correspondiendo a éste referencias en los Estatutos
la autorización de su convocatoria”.
valenciano, andaluz y
2. Vistos los preceptos de los nuevos Estatutos que regulan las aragonés, frente a la ausencia
competencias de las respectivas Comunidades Autónomas en ma- de las mismas en el catalán
teria de consultas populares, el segundo aspecto que llama la aten- o el balear), ni todos aluden
ción es la heterogeneidad en la regulación, puesto que ni la com- de igual modo a la posible
petencia se califica de igual modo en todos los Estatutos (en unos
iniciativa de los ciudadanos
casos es exclusiva, en otros de desarrollo legislativo y ejecución de
la legislación estatal), ni en todos ellos se atribuye al Presidente la de la Comunidad Autónoma
misma atribución (véanse las referencias en los Estatutos valen- (en unos se les reconoce
ciano, andaluz y aragonés, frente a la ausencia de las mismas en expresamente mientras en
el catalán o el balear), ni todos aluden de igual modo a la posible otros se omite).
iniciativa de los ciudadanos de la Comunidad Autónoma (en unos se
les reconoce expresamente mientras en otros se omite). Lo que sí hacen todas las
3. En cualquier caso, lo que sí hacen todas las normas institu- normas institucionales
cionales básicas mencionadas, de forma más o menos concisa, es
vincular la posible celebración de consultas populares con la par-
básicas mencionadas,
ticipación de los ciudadanos en la vida política de sus respectivas de forma más o menos
Comunidades, en unos casos con una alusión más genérica, en concisa, es vincular la
otros al mencionar de forma expresa que las consultas deben girar posible celebración de
en torno a cuestiones de interés general en materias autonómicas consultas populares con
o locales.
4. Con independencia de las diferencias de matiz que desde luego la participación de los
existen entre unos Estatutos y otros, si ahora se regresa a la argu- ciudadanos en la vida
mentación empleada por el Tribunal Constitucional en su Sentencia política de sus respectivas
de 11 de septiembre de 2008, así como a la fundamentación jurídica Comunidades.

2008 | nº 51 315
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

que el Parlamento y el Gobierno del País Vasco trataron de emplear


para justificar la adopción de la Ley 9/2008, parece evidente que al-
gunas de las cuestiones controvertidas de este supuesto carecerían
de sentido si se tratase de enjuiciar una hipotética ley de consultas
populares de cualquiera de las mencionadas Comunidades Autó-
nomas que han reformado sus Estatutos durante los dos últimos
Innecesariedad de acudir a años. La primera y quizás más relevante de esas cuestiones sería la
innecesariedad de acudir a una “competencia implícita”, pues todas
una “competencia implícita”, ellas disponen de una atribución expresa en sus respectivas normas
pues todas ellas disponen institucionales básicas.
de una atribución expresa Cuestión distinta sería el uso que de esa competencia se hiciese,
en sus respectivas normas pues, como se ha tenido ocasión de reseñar, la delimitación com-
institucionales básicas. petencial no es exactamente igual en todos los casos y, por tanto,
podrían producirse ciertos desajustes a la hora de fundamentar
esas hipotéticas leyes sobre la base de una competencia exclusiva
o sobre una competencia de desarrollo legislativo y ejecución. Más
aún si se tiene en cuenta que tampoco los Estatutos reformados
son unánimes a la hora de salvar la competencia exclusiva del Es-
tado ex artículo 149.1.32ª, en relación con el artículo 92.3, ambos
de la Constitución.
El Tribunal ha demostrado Se trataría, en suma, de resolver un choque entre títulos competen-
en su sentencia que lo ciales diferentes, cuya virtualidad dependería, muy probablemente,
decisivo para dilucidar si del contenido material de la ley que fuese objeto de litigio en cada
estamos ante una consulta supuesto. No debe olvidarse, en este sentido, que precisamente el
Tribunal ha demostrado en su sentencia que lo decisivo para di-
popular (el género) o ante
lucidar si estamos ante una consulta popular (el género) o ante
un referéndum (la especie) un referéndum (la especie) es identificar y definir los elementos
es identificar y definir los constitutivos de la consulta convocada, para de este modo poder
elementos constitutivos de la determinar si es el cuerpo electoral el llamado a pronunciarse, si el
consulta convocada, para de proceso requiere la previa autorización expresa del Estado y si el
contenido material de los temas sometidos a la consideración de
este modo poder determinar
la ciudadanía tiene un carácter político de tal calibre que se hace
si es el cuerpo electoral el inevitable instrumentarlos a través de un referéndum.
llamado a pronunciarse, 5. Por todo ello, frente a la disyuntiva surgida en el caso de la Ley
si el proceso requiere la 9/2008, del Parlamento Vasco, en el que no había una competencia
previa autorización expresa explícitamente atribuida a la Comunidad Autónoma cuyos mati-
ces pudieran ser discutidos, la aplicación práctica y efectiva de los
del Estado y si el contenido
nuevos enunciados estatutarios conllevará muy posiblemente la
material de los temas necesidad de interpretar qué se entiende por “cuestiones de interés
sometidos a la consideración general en materias autonómicas o locales”, o cuál es el contenido
de la ciudadanía tiene un al que alude la expresión “el establecimiento del régimen jurídico,
carácter político de tal las modalidades, el procedimiento, la realización y la convocatoria”,
o hasta qué punto pueden insertarse en el concepto de consultas
calibre que se hace inevitable
populares “encuestas, audiencias públicas, foros de participación y
instrumentarlos a través de cualquier otro instrumento de consulta popular”, cuando, al menos
un referéndum. en apariencia, se trata de figuras tan distintas.

316 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

La labor de delimitación competencial a realizar cuando los títulos La aplicación práctica


competenciales indicados entren en juego exigirá, a buen seguro, la y efectiva de los nuevos
aplicación de criterios hermenéuticos que desde luego no han sido
necesarios en el caso del velado referéndum vasco. Y requerirá, así
enunciados estatutarios
mismo, la concreción de ciertos conceptos jurídicos indeterminados conllevará muy posiblemente
que pueden añadir, en un momento dado, ciertas dosis de ambigüe- la necesidad de interpretar
dad o vaguedad difíciles de solventar con la mera traslación de las qué se entiende por
pautas o de los parámetros extraíbles de la sentencia con la que el “cuestiones de interés general
Tribunal Constitucional ha resuelto el controvertido supuesto de la
consulta vasca.
en materias autonómicas o
locales”, o cuál es el contenido
al que alude la expresión “el
VII. Silencio en octubre: breves establecimiento del régimen
consideraciones finales sobre un referéndum jurídico, las modalidades, el
no nacido procedimiento, la realización
y la convocatoria”, o hasta
T ras la admisión a trámite del recurso de inconstitucionalidad in-
terpuesto por la Abogacía del Estado en representación del Pre- qué punto pueden insertarse
sidente del Gobierno, con la consiguiente suspensión de la entrada en el concepto de consultas
en vigor de la Ley impugnada al haberse invocado en el recurso populares “encuestas,
el artículo 161.2 de la Constitución, todas las partes interesadas
instaron al Tribunal a resolver el recurso antes del 15 de septiem-
audiencias públicas, foros
bre de 2008, fecha en la que la consulta se podría haber entendido de participación y cualquier
automáticamente convocada en virtud del apartado segundo del otro instrumento de consulta
artículo único de la norma recurrida. popular”, cuando, al menos
El efecto que ha provocado la sentencia, dictada cuatro días antes en apariencia, se trata de
de la fecha marcada en el calendario, se podría definir parafrasean-
do el título de la excelente novela del escritor danés Jens Christian
figuras tan distintas.
Grondahl: silencio en octubre. La que hasta hacía escasos días era
una fecha situada en el centro del debate político –el 25 de octubre
de 2008 como día para que los ciudadanos vascos pudieran ma-
nifestar su parecer sobre las cuestiones sometidas a consulta- ha
sido sustituida por una nueva polémica: la posibilidad, esgrimida
desde el Gobierno Vasco, de acudir al Tribunal Europeo de Derechos
Humanos para defender el derecho de participación política en los
asuntos públicos, que supuestamente habría sido vulnerado por la
sentencia comentada.
Obviamente, no es ésta una cuestión que deba ser objeto de comen-
tario en el final de estas páginas, aunque sí es cierto que las reaccio-
nes políticas posteriores a la sentencia constitucional han tergiver-
sado de forma considerable los argumentos jurídicos empleados en
ella. Pese a lo manifestado por ciertos líderes políticos, nada puede
inferirse de la sentencia que lleve a pensar en un ataque frontal al
autogobierno político del País Vasco, al igual que no es cierto que
se haya declarado inconstitucional el derecho de la sociedad vasca
simplemente a ser consultada porque ponga en riesgo la soberanía

2008 | nº 51 317
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

nacional española, y tampoco parece ajustado a los fundamentos


comentados manifestar que de la decisión del Tribunal se deduce la
inexistencia del pueblo vasco y de su derecho a decidir porque sólo
existe un pueblo español soberano.
Sin perjuicio de los análisis Sin perjuicio de los análisis políticos más o menos interesados que
políticos más o menos puedan efectuarse de la decisión del Tribunal Constitucional, aquí
se ha tratado tan sólo de poner de relieve cuáles han sido sus
interesados que puedan
motivaciones jurídicas, unos razonamientos fundados en Derecho
efectuarse de la decisión del que han llevado al Tribunal a estimar, en su totalidad y por una-
Tribunal Constitucional, nimidad de los Magistrados que integran el Pleno, la existencia
aquí se ha tratado tan sólo de los tres vicios de inconstitucionalidad que se habían imputado
de poner de relieve cuáles a la norma impugnada. Y lo ha hecho enfocando la realidad sub-
yacente, dirigiendo su atención a los elementos que constituían
han sido sus motivaciones
el contenido esencial de la consulta convocada, más allá de las
jurídicas, unos razonamientos denominaciones ficticias, más allá de una superficie que no se co-
fundados en Derecho que rrespondía, desde una perspectiva jurídico-constitucional, con lo
han llevado al Tribunal a que ocultaba.
estimar, en su totalidad Una de las diversas acepciones del verbo velar que ofrece el Dic-
cionario de la Real Academia Española, es la que lo define como
y por unanimidad de los
“cubrir, ocultar a medias algo, atenuarlo, disimularlo”. Lo contrario
Magistrados que integran el es, pues, lo que ha tratado de hacer el Tribunal Constitucional en
Pleno, la existencia de los tres este caso: desvelar el referéndum que permanecía atenuado tras
vicios de inconstitucionalidad la apariencia de una consulta popular jurídicamente no vinculan-
que se habían imputado a la te. El hecho de haber convocado al cuerpo electoral para some-
ter a su consideración unas preguntas sobre temas directamente
norma impugnada. Y lo ha
vinculados con la definición de una nueva relación entre el Esta-
hecho enfocando la realidad do y la Comunidad Autónoma del País Vasco, impidiendo además
subyacente, dirigiendo su que se conformara adecuadamente la voluntad del Parlamento
atención a los elementos autonómico al utilizar de forma indebida un procedimiento de
que constituían el contenido lectura única que impedía la presentación de enmiendas, son to-
das ellas circunstancias que, a juicio del Tribunal, concurrían en
esencial de la consulta
el supuesto de hecho y viciaban de inconstitucionalidad la norma
convocada, más allá de las objeto de litigio.
denominaciones ficticias, Quizás las pautas de enjuiciamiento cambien cuando entren en
más allá de una superficie que juego las distintas previsiones que en los Estatutos de Autonomía
no se correspondía, desde reformados durante 2006 y 2007 han atribuido competencias a
las Comunidades Autónomas en materia de consultas populares.
una perspectiva jurídico-
Será, tal vez, momento de precisar conceptos jurídicos indeter-
constitucional, con lo que minados, de matizar competencias exclusivas o compartidas, de
ocultaba. deslindar qué es y qué no es una consulta popular en relación con
otras figuras similares. Y puede que entonces sea conveniente
recordar lo que con indudable acierto dejara escrito en su día el
Profesor Joaquín GARCÍA MORILLO: “Debemos, pues, acostum-
brarnos a que el reparto del poder cambiará según lo hagan las
circunstancias, habituarnos a que solicitar más poder para una
Comunidad Autónoma es tan legítimo –otra cosa es que sea con-

318 2008 | nº 51
Constitución, Estatutos de Autonomía y consultas populares: el caso del velado referéndum vasco de octubre de 2008

veniente, oportuno o posible- como demandarlo para cualquier


otro órgano; debemos saber que nada de eso supone el fin del
Estado, porque todo ocurre dentro del Estado; debemos desdra-
matizar el fenómeno y, sobre todo, debemos ser conscientes de
que seremos nosotros, con nuestros votos, quienes determinare-
mos su curso”16.

16. La democracia en España, Alianza Editorial, Madrid, 1996, págs. 209-210.

2008 | nº 51 319
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2008 | nº 51 321
Extrac
ctoSentencia
de la
Foto anterior:

Cartel del Día Internacional de la Mujer. 8 de marzo de 2008,


editado por la Conselleria de Bienestar Social.
Generalitat Valenciana

Extracto
Ext
de la Sentee
ncia 311/2
n 2
2006 del Traibunal Constitucional en el recurso de Amparo 6148-2005 (por vulneración del derech
de Amparo 6148-2005 (por vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en materia de viole
género) Extracto de la Sentencia 311/2006 del Tribunal Constitucional en el recurso de Amparo 6148-2005 (
violencia de género) Extracto de la Sentencia 311/2006 del Tribunal Constitucional en el recurso de Amparo
en materia de violencia de género) Extracto de la Sentencia 311/2006 del Tribunal Constitucional en el recur
dicial efectiva en materia de violencia de género) Extracto de la Sentencia 311/2006 del Tribunal Constitucio
a la tutela judicial efectiva en materia de violencia de género) Extracto de la Sentencia 311/2006 del Tribunal
del derecho a la tutela judicial efectiva en materia de violencia de género) Extracto de la Sentencia 311/2006
vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en materia de violencia de género) Extracto de la Sentenc
6148-2005 (por vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en materia de violencia de género) Extrac
de Amparo 6148-2005 (por vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en materia de violencia de gén
Extracto de la Sentencia 311/2006
del Tribunal Constitucional en
el recurso de amparo 6148-2005
(por vulneración del derecho a la
tutela judicial efectiva en materia
de violencia de género)
Texto de:
María José Rodriguez Blasco

P or Auto de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valen-


cia, de 19 de julio de 2005, se denegó la personación del Gobierno
de la Generalitat Valenciana en ejercicio de la ACCIÓN POPULAR en
el procedimiento del Tribunal de Jurado 1-2004, seguido en el Juzga-
do de Instrucción núm. 1 de Xátiva (Valencia) por presunto delito de
homicidio.
En el presente procedimiento que ahora analizamos, por su evidente
repercusión e interés jurídico, el Consell de la Generalitat Valenciana

e
interpuso QUERELLA personándose en el Juzgado competente en el
ejercicio de la acción popular, al amparo de los artículos 125 de la
Constitución Española, 19 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 101
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Dicha personación se realizó por
el entonces Gabinete Jurídico (ahora actual Abogacía General) de la
Generalitat, en su representación y en calidad de “acusadora” en el
ejercicio de la acción popular.

2
El Ministerio Fiscal se opuso a dicha personación por entender que
la Administración de la Generalitat no encajaba en el concepto de
“ciudadanos” del artículo 125 de la Constitución Española, pero el
Juzgado confirmó la personación, por cuanto afectaba a intereses
públicos, considerando que con el delito, presuntamente cometido, se
producía un lesión indirecta a toda la sociedad, aplicando un “criterio
legitimador universal” que avalaba dicha personación.
La acción popular es un derecho cívico, que pertenece tanto a las
personas físicas como jurídicas, tanto a las de Derecho Privado, como
a las de Derecho Público. En tal sentido se concluye con una inter-
pretación amplia de la expresión “ciudadanos” del artículo 125 de
la Constitución Española. Por otra parte, no existe precepto alguno
que impida al Gobierno de una Comunidad Autónoma ser parte en
un proceso penal. Una interpretación acorde al principio pro actio-

2008 | nº 51 325
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

ne avalaría idéntica postura, dada la conexión entre el derecho a la


personación en un procedimiento y el derecho a la tutela judicial
efectiva reconocido por el artículo 24.1 de la Constitución Española.
En el caso de autos debe tenerse en cuenta la naturaleza pública del
delito objeto del proceso penal, y presuntamente cometido. El bien
jurídico protegido es el derecho a la vida, artículo 15 de la Constitu-
ción Española, pero además, y dado que aparentemente el atentado
se produce en el ámbito de la violencia doméstica, resultan también
lesionados otros derechos y valores, como son la dignidad de la per-
sona, artículo 10 de la Constitución Española, el derecho a la igual-
dad, artículo 14 del texto constitucional, e incluso el derecho al pleno
desarrollo de la personalidad, y a la protección social, económica y
jurídica de la familia.
Ello es así porque el actual fenómeno de la violencia doméstica no
es un problema de ámbito estrictamente privado, sino que su ámbito
social es muy importante y es por esto que los poderes públicos deci-
den intervenir en el logro de la plena erradicación de los malos tratos
en el ámbito familiar y el aseguramiento de la protección de las vícti-
mas, así como en conseguir una mayor sensibilización social a través
de las correspondientes campañas de información y educación social
en los valores de la no violencia y de la no discriminación.
Así la Llei 9/2003, de 2 de abril, de la Generalitat Valenciana por la
Igualtat entre Dones y Hòmens es consecuencia del interés institu-
cional para actuar contra la violencia doméstica. En el artículo 36
de esta Ley se habilita a la Conselleria, con competencias en materia
de la mujer, para proponer al Consell de la Generalitat el ejercicio
de la acción popular en aquellos casos de violencia doméstica en
que se cause la muerte o lesiones graves a mujeres residentes en la
Comunitat Valenciana, coadyuvando en la represión de tales delitos
en defensa de un interés común o general.
El Ministerio Fiscal recurrió el Auto del Juzgador, que desestima el
recurso de reforma en fecha 30 de marzo de 2005, pero la Audien-
cia Provincial estima la Apelación, lo que motiva la interposición de
recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional por parte de la
Generalitat, que será estimado como a continuación exponemos.
La protección de la mujer es competencia exclusiva de la Generalitat
Valenciana según se establece en el Estatuto de Autonomía y ello
avala más si cabe, el interés legítimo en la personación que se pre-
tende con el ejercicio de la acción popular, contribuyendo a garanti-
zar el aseguramiento de los derechos de la víctima del homicidio y la
satisfacción del interés social emergente en una causa criminal cuyo
origen es la violencia de género.
Desde la STC 62/1983, de 11 de julio, se ha reconocido la conexión
entre el ejercicio de la acción popular y el derecho a la tutela judicial
efectiva sin indefensión, dado que la acción popular constituye un
medio de acceso a la jurisdicción, y por otra parte, si la Ley estable-

326 2008 | nº 51
Extracto de la Sentencia 311/2006 del Tribunal Constitucional en el recurso de amparo 6148-2005
(por vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en materia de violencia de género)

ce la acción popular en un determinado proceso, una interpretación


restrictiva de los órganos judiciales resultaría lesiva para el derecho a
la tutela judicial efectiva.
La Generalitat Valenciana es titular del derecho a la tutela judicial
efectiva, sin indefensión, en el proceso penal que analizamos, en el
que se sustancia un caso grave de violencia de género. Ni la Constitu-
ción, ni las leyes incluyen una restricción expresa en tal sentido y así,
la Ley de Enjuiciamiento Criminal admite la acción popular para toda
clase de procesos penales y delitos o faltas, salvo respecto del enjui-
ciamiento de las infracciones perseguibles solo a instancia de parte.
Por todo ello el Tribunal Constitucional dió la razón a la Generalitat,
estimando el recurso de amparo planteado y concluyendo que el pre-
cepto contenido en el artículo 36 de la Ley de las Cortes Valencianas
9/2003, de 2 de abril, no puede desconocerse por los órganos judicia-
les e inaplicarse, todo ello de conformidad con la doctrina asentada
por dicho Tribunal sobre la tutela judicial efectiva sin indefensión.

2008 | nº 51 327
eve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comun
ntra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la conselleria competente en
ento condicionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suminist
la Comunitat Valenciana en relación con los recursos interpuestos por la Administración d
ente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones d
ministro de agua. Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de
ción del Estado contra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la conselle

Brevedele
nitat Valenciana en relación con los recursos interpuestos por la Administración del Estad
n esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del plane
ro de agua. Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justic
del Estado contra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la conselleria c
el planeamiento condicionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efect
Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con los recursos interpuestos por la Adm
eria competente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas reg

extracto
l contenido de
Foto anterior:

Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, donde


se reúne el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia.
Plaza de la Virgen. Valencia.

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Breve e xtde recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con los
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Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con los recursos interpuestos por la Administración del Estad
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aprobando distintas regulaciones del planeamiento condicionadas a la existencia de recursos hídricos que ga
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comisiones territoriales de urbanismo de la conselleria competente en esta materia de la Administración del
cionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suministro de agua. Breve extracto de
Comunitat Valenciana en relación con los recursos interpuestos por la Administración del Estado contra acu
competente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del planeami
Breve extracto del contenido de recientes autos
del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat
Valenciana en relación con los recursos interpuestos
por la Administración del Estado contra acuerdos
de las comisiones territoriales de urbanismo de
la conselleria competente en esta materia de la
Administración del Consell, aprobando distintas
regulaciones del planeamiento condicionadas a la
existencia de recursos hídricos que garanticen el
efectivo suministro de agua.

Texto de:
María José Rodriguez Blasco

S e trata de exponer, entre otros muchos, el contenido del Auto n.º

a
188 de 28 de marzo de 2008, por el que se inadmite el recurso con-
tencioso-administrativo contra un acuerdo de la Comisión Territorial
de Urbanismo, supeditando la aprobación definitiva y publicación de
un determinado planeamiento urbanístico al cumplimiento de ciertas
condiciones de conformidad con la normativa vigente, entre otras la
existencia de recursos hídricos suficientes.
El órgano judicial concluye, tal y como defiende la Administración del
Consell, que el acto impugnado por la Administración del Estado no es
susceptible de recurso porque no nos hallamos ante un acto de apro-
bación definitiva del planeamiento, sino que la misma se producirá una
vez se subsanen las deficiencias observadas y, por consiguiente, deberá
volver al órgano competente para su aprobación definitiva, quien orde-
nará su publicación de conformidad con lo dispuesto en la normativa
urbanística.
Como hemos señalado, se trata de un acto cuya eficacia y validez queda
supeditada a la subsanación de ciertas condiciones, y así lo determina la
propia Comisión Territorial de Urbanismo.
El artículo 57.1 de la Ley 30/1992 ha regulado la posibilidad de que los
actos administrativos incluyan una cláusula accesoria que contenga
una condición suspensiva, al prever que los actos administrativos “se
presumirán válidos y producirán efectos desde la fecha en que se dicten,
salvo que en ellos se disponga otra cosa”. En este sentido, la jurispru-
dencia ha reconocido en numerosas ocasiones la plena legitimidad del
establecimiento de condiciones suspensivas, cuyo incumplimiento pro-
voca la ineficacia del acto (STS 3ª 29.11.2000). La casuística es amplia,
como es fácil de colegir a la vista de los repertorios jurisprudenciales
(SSTS 3ª 1.9.1993, 23.9.1994, 13.6.1995, 18.3.1999 y 29.1.2002, entre
otras muchas).

2008 | nº 51 331
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

Entre ellas, podemos destacar, por su claridad, la reciente sentencia n.º


518/2007, de 15 de mayo, de la Sección Segunda de la Sala del TSJ-CV
(TOL 1.175.327), que dice expresamente: “pues tratándose de un Acuer-
do que aprobó la reparcelación de forma condicionada a la subsanación
de las deficiencias señaladas en los informes técnicos no resulta exigible
respecto del mismo la tramitación de un procedimiento de revisión, pues
en tanto las deficiencias no fuesen efectivamente subsanadas no existía
el acto administrativo plenamente válido y eficaz”.
Al respecto hemos de recordar que en el lenguaje doctrinal o dogmáti-
co el término “eficacia” predicado de las normas o de los actos jurídicos
suele significar la capacidad de los mismos para producir efectos jurídi-
cos. Un acto administrativo es eficaz cuando produce los efectos jurídi-
cos que le son propios, lo cual depende de su contenido. A la eficacia del
acto y a su fuerza de obligar se le suele denominar ejecutividad.
Relacionado con lo anterior y para el concreto ámbito que nos ocupa,
hemos de señalar que, de acuerdo con el artículo 59 de la LRAU, aplica-
ble en el supuesto que analizamos: “1. Los Planes son inmediatamente
ejecutivos, desde la mera publicación del contenido del acuerdo de su
aprobación definitiva, pero sólo por lo que se refiere a la legitimación
de expropiaciones para ejecutar las obras públicas en ellos previstas,
así como a la clasificación del suelo y la sujeción de éste a las normas
legales de ordenación de directa aplicación.”. Por tanto, hasta el mo-
mento en que no se produzca la publicación del acto éste no produce
efecto alguno. Así también lo ha señalado el Tribunal Supremo (Sala
de lo Contencioso Administrativo, Sección 5ª), en sentencia de 23 de
noviembre de 2000, que dice:
“Desde luego, en el presente recurso no puede estimarse como produci-
da, la alegada infracción de los arts. 55 y 56 de la Ley de Suelo de 1976,
que se limitan a consignar la publicidad de los Planes y de las Normas
Subsidiarias y proyectos correspondientes, y que tales Normas y proyec-
tos serán inmediatamente ejecutivos una vez publicada su aprobación
definitiva, y la sentencia recurrida en absoluto contradice, cuestiona o
niega la publicidad de esos Planes, Normas Subsidiarias y Proyectos ni el
derecho de los interesados a su conocimiento, ni que no sean ejecutivos
desde su publicación, ya que precisamente el fundamento básico de la
misma radica en la ejecutividad de los mismos desde su publicación y
no antes.”
Lo que, a su vez, nos lleva a la doctrina del Tribunal Supremo, que, en
sentencia de 25 de mayo de 2000 (RJ 2000\4110), dice que, faltando la
publicación,“es aplicable la conocida doctrina de esta Sala (expresada,
entre otras, en sentencias de 18 de junio de 1998 [RJ 1998, 4558] y 17 de
diciembre de 1998 [RJ 1998, 9728], 21 de abril de 1999 [RJ 1999, 3084],
3 de febrero de 1999 [RJ 1999, 668] y 21 de enero de 1999 [RJ 1999, 94]),
según la cual la falta de publicación íntegra de un Plan de urbanismo
afecta a su eficacia, de la que carece, pero no a su validez, que la tie-
ne. Por ello un Plan no publicado no puede ser ejecutado, al ser ineficaz,

332 2008 | nº 51
Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con
los recursos interpuestos por la Administración del Estado contra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la
conselleria competente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del planeamiento
condicionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suministro de agua.

y si se ejecuta los actos de ejecución serán contrarios a Derecho”. De lo


anterior, podríamos concluir que se viene produciendo por parte de la
Administración del Estado un ejercicio anticipado de la acción, ya que la
aprobación definitiva del Plan no es ejecutiva aún y no lo es porque, es-
tando supeditada al cumplimiento de determinados condicionantes (en-
tre ellos y como uno más, el informe de la Confederación Hidrográfica
del Júcar), no se ha producido el acto mediante el que se declara que és-
tos ya se han cumplido y se han subsanado las deficiencias señaladas en
el acuerdo. Como consecuencia de lo anterior, el acuerdo de aprobación
definitiva tampoco ha sido publicado. Solo una vez se haya verificado el
cumplimiento de dichos condicionantes, el acto podrá ser publicado, se
incorporará a la realidad jurídica y, en su condición de acto de carácter
general, tendrá efectos erga omnes, pero hasta que dicho momento no
llegue, nos hallamos ante un mero proyecto, sin eficacia jurídica alguna,
pudiendo incluso darse el caso de que, de no cumplir los condicionantes,
el acto no llegue a aparecer en el mundo jurídico.
Considera la Administración Estatal que la ausencia del informe de
la Confederación Hidrográfica en la aprobación definitiva del Plan, es
de tal entidad que no tiene cabida en el concepto de deficiencia que
permite la aprobación supeditada y que debería haberse procedido a
la suspensión.
La decisión entre suspensión y supeditación tiene un cierto grado de
discrecionalidad al implicar una valoración por la Comisión Territorial de
Urbanismo de los defectos, siendo una práctica habitual en dicho órga-
no que efectúa en el marco legal establecido. Concretamente y respecto
a la deficiencia de ausencia del informe de la Confederación, que es una
más de las establecidas en la aprobación supeditada, y a los efectos de
justificar la decisión tomada, señalar que tal como ha reconocido la Sala
en el Auto de 15 de enero de 2007 recaído en la pieza de medidas caute-
lares del recurso contencioso-administrativo n.º 1003/2006, el informe
de la Confederación Hidrográfica es preceptivo y no vinculante.
Así la regulación contenida en el Decreto 201/2003, de 3 de octubre, del
Consell de la Generalitat, por el que se aprueba el Reglamento de los
Órganos Urbanísticos de la Generalitat, vigente en el momento en que
se produjo la aprobación en el supuesto que analizamos, atribuye a la
Dirección General de Planificación y Ordenación Territorial “verificar el
cumplimiento de los acuerdos y resoluciones de los demás órganos ur-
banísticos y territoriales de la Generalitat y ordenar su publicación según
dispone el artículo 41 de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística”,
dictando, en el supuesto de que se hayan cumplido las condiciones fija-
das en la aprobación supeditada, el correspondiente acto.
Por ello el acuerdo impugnado por la Administración Estatal ha sido
adoptado por el órgano competente para ello, que decidió supeditar el
acuerdo a la subsanación de determinadas condiciones, debiendo ser
verificadas por el órgano al que el Decreto que regulaba los órganos
urbanísticos de la Generalitat asignaba esa función. Teniendo en cuenta

2008 | nº 51 333
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

que, en tanto en cuanto no se verifique el cumplimiento de las condi-


ciones y se publique, el acuerdo impugnado no puede tener trascen-
dencia alguna, por ello la Administración demandante debería haber
esperado al acuerdo de validación y publicación para interponer el per-
tinente recurso, si considerara que el órgano competente ha validado
un acuerdo que no ha cumplido los requisitos señalados en el Acuerdo
de la Comisión.
Sin embargo la Administración del Estado defiende que la Sala debe
entrar a conocer sobre la irregular aprobación de la Comisión Terri-
torial de Urbanismo, y solicita “revocar el auto de inadmisión o bien
declarar expresamente que la resolución de la Comisión Territorial
fue la de suspensión del proyecto y que, por lo tanto, debe volver a
conocer esta Comisión, y no cualquier otro órgano, del cumplimiento
del condicionado”.
Debe resaltarse que se trata de un recurso, el planteado por la Adminis-
tración Estatal, en relación con un acto administrativo que en ningún
caso está aprobando el planeamiento de referencia, sino que, de acuer-
do con sus propios términos, supedita su aprobación definitiva hasta
que se justifique el cumplimiento de determinados condicionantes,
entre los que se encuentra la emisión de informe por la Confederación
Hidrográfica del Júcar. Encontrándonos exclusivamente ante una de-
manda presentada por el Estado contra un INFORME PREVIO (como se
dice en el mismo Acuerdo impugnado) que, a tenor de lo dispuesto en
el artículo 25 de la Ley Jurisdiccional, no puede ser objeto de recurso
contencioso-administrativo por cuanto éste únicamente es admisible
“en relación con las disposiciones de carácter general y con los actos ex-
presos y presuntos de la Administración pública que pongan fin a la vía
administrativa, ya sean definitivos o de trámite, si estos últimos deciden
directa o indirectamente el fondo del asunto, determinan la imposibi-
lidad de continuar el procedimiento, producen indefensión o perjuicio
irreparable a derechos o intereses legítimos”.
Por lo tanto, cabe afirmar que realmente nos encontramos ante la im-
pugnación de un acto de trámite que supedita la aprobación definitiva
hasta que se formalicen determinados condicionantes cuyo cumpli-
miento deberá ser verificado por el órgano urbanístico competente que,
una vez comprobado que los requisitos impuestos han sido realizados,
aprobará definitivamente el Plan y ordenará su publicación de confor-
midad con la normativa urbanística reguladora.
Insistimos, se trata de una actuación previa consistente en manifes-
tar por parte de la Administración del Consell objeciones y reparos
de alcance limitado que deberán subsanarse para que la aprobación
definitiva se adopte, adquiera eficacia y sea inmediatamente ejecu-
tiva. Es más, no existe aprobación alguna por parte de la Comisión
Territorial de Urbanismo sino, únicamente, un acuerdo de supeditar la
aprobación definitiva. Desde este punto de vista difícilmente se pue-
de mantener que este acto tenga el carácter de “definitivo”, requisito

334 2008 | nº 51
Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con
los recursos interpuestos por la Administración del Estado contra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la
conselleria competente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del planeamiento
condicionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suministro de agua.

imprescindible para que el mismo pueda ser recurrido (art. 25 LJCA en


relación con el art. 69.c).
En este sentido cabe destacar el reciente Auto de la Sala del TSJ-CV de
fecha 21 de noviembre de 2007 que en un supuesto fáctico análogo res-
pecto de la suspensión del Acuerdo solicitada por la Abogacía del Estado
resuelve que no procede la solicitada suspensión por considerar que lo
acordado por la CTU de Valencia no fue la aprobación del instrumento
urbanístico de referencia sino supeditar su aprobación definitiva a la
obtención de determinados informes y subsanación de deficiencias, de
manera que una vez emitidos u obtenidos los informes y subsanadas
las deficiencias o transcurrido el plazo establecido se procedería a la
resolución del expediente.
En el mismo sentido la Sala del TSJ-CV ha manifestado lo siguiente:
-Auto de 30 de marzo de 2006 de la Sección Segunda: “Segundo. -Que
en el presente caso se trata de la aprobación de la homologación y plan
parcial de un determinado sector que además se supedita a la subsana-
ción de una serie de cuestiones técnicas afectante entre otros a la posible
mejora de un viario, las condiciones del informe de la Dirección Gene-
ral de Costas, con nuevo informe de verificación, los condicionantes del
informe de la Entidad de Saneamiento entre otros, por ello teniendo en
cuenta que se trata de acuerdo afectante a materia de planeamiento, el
criterio general de no suspensión en tal materia, dado el interés público
que subyace en el mismo, así como los condicionamientos que se recogen
en el propio acuerdo ,y ponderados los intereses en juego, se estima pre-
ferente el interés general insito del instrumentos de planeamiento, y en
consecuencia no procede acordar la suspensión instada.
VISTOS los artículos citados, sus concordantes y demás de general y per-
tinente aplicación
EL TRIBUNAL ACUERDA: no suspender el acuerdo de la Comisión Territo-
rial de Urbanismo de Valencia de 15 de Noviembre de 2005, por la que se
acuerda la aprobación de la homologación y Plan Parcial sector SUNP-
NPR Vega Puerto del Ayuntamiento de Cullera.”
-Auto de 19 de noviembre de 2007 de la Sección Primera: “PRIMERO.-
Que lo acordado por la C.T.U. de Valencia, no fue la aprobación del instru-
mento urbanístico de referencia sino supeditar su aprobación definitiva
a la obtención en otros, del Informe de la C.H.J. sobre la insuficiencia y
disponibilidad de recursos hídricos, y una vez emitido tal informe o trans-
currido el plazo para su emisión, se resolverá el expediente conforme a las
reglas contenidas en el Auto de la Sala de lo contencioso-administrativo,
Sección 1ª, del TSJCV, de fecha 15 de enero de 2007 y 1 de marzo de 2007,
en RE. 1003/2006, ante lo cual, en base a lo expuesto y a tenor del art. 130
de la L.J.C.A., y concordantes, y jurisprudencia atinente al presente caso,
procede no dar lugar a la solicitada suspensión.”
Entre los motivos de inadmisibilidad fijados en el artículo 69 de la Ley
jurisdiccional se encuentra que el recurso se haya planteado contra
actividad administrativa no susceptible de impugnación conforme al

2008 | nº 51 335
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

artículo 25 de la propia ley jurisdiccional, cuyo contenido hemos re-


producido más arriba.
Y acudiendo al artículo 107.1. de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre,
de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedi-
miento Administrativo Común resulta que “Contra las resoluciones y
los actos de trámite, si estos últimos deciden directa o indirectamen-
te el fondo del asunto, determinan la imposibilidad de continuar el
procedimiento, producen indefensión o perjuicio irreparable a dere-
chos e intereses legítimos, podrán interponerse por los interesados los
recursos de alzada y potestativo de reposición, que cabrá fundar en
cualquiera de los motivos de nulidad o anulabilidad previstos en los
artículos 62 y 63 de esta Ley”.
Por ello, es plenamente conforme con el ordenamiento jurídico el pro-
nunciamiento del órgano judicial de inadmisibilidad del recurso en tan-
to en cuanto el acto impugnado ni pone fin a la vía administrativa, ni
imposibilita la continuación del procedimiento, ni genera indefensión
o perjuicio irreparable a derechos o intereses legítimos por cuanto es
un acto de trámite que no produce efectos en relación con la ejecución
del instrumento impugnado, ya que en el mismo texto del Acuerdo se
dice que está condicionado a la corrección de determinadas cuestiones
técnicas y que entiende supeditada la aprobación definitiva al cumpli-
miento de determinados requisitos, entre los que se encuentra la emi-
sión del referido informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
En este sentido, los incidentes cautelares presentados por la Adminis-
tración Estatal están faltos de toda justificación, ya que suspender los
efectos de un acto que todavía no se ha aprobado definitivamente,
ni publicado, no tiene razón de ser, de modo que la suspensión que
se pretende solo se puede entender referida al acto que se impugna,
esto es, el de aprobación supeditada al cumplimiento de una serie de
condicionantes, y en ningún caso a la aprobación del instrumento de
planeamiento. Es obvio por ello que el Acuerdo impugnado no causa,
en sí mismo, perjuicios de imposible o difícil reparación, sin que pueda
hablarse en puridad de irreversibilidad de daños, por lo que procederá
que la Sala deniegue la suspensión de la ejecución.
La doctrina que acabamos de referir se fundamenta en que en los ins-
trumentos urbanísticos existe un interés público preeminente en la eje-
cución, que solo puede verse afectado por la muy acreditada constancia
de perjuicios de imposible reparación o de muy elevada consideración,
circunstancias que no se dan en el caso que nos ocupa.
El Tribunal Supremo en Auto de 12 de febrero de 1992, declaró lo si-
guiente:

“Está claramente planteada una cuestión de prioridad o preferencia entre


intereses públicos e intereses privados. En tal caso, respecto a la importancia
que en orden a la resolución de suspender, o no, los actos administrativos que
desempeña el interés público, se ha acudido a la Exposición de Motivos de la

336 2008 | nº 51
Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con
los recursos interpuestos por la Administración del Estado contra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la
conselleria competente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del planeamiento
condicionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suministro de agua.

Ley Jurisdiccional, para llegar a la conclusión de que el interés público por una
parte y daños y perjuicios de los particulares por otra, son los dos conceptos que
armonizados determinarán la procedencia o no de la suspensión, teniendo en
cuenta, en todo caso, que el público en general interés tiene una significación
prioritaria y trascendental para denegar la suspensión o para otorgarla con
mayor o menor amplitud. De otra parte lo que se impugna es una modificación
del Plan General de Puzol en la zona de playa y un proyecto de urbanización de
ésta, ambos son, o deben ser, el resultado de una elaboración meditada, jus-
tificada y democrática en cuanto fruto de la amplia participación de cuantos
ciudadanos hayan de verse afectados de cualquier forma por su ordenamiento,
lo que implica que muy importantes, graves y patentes deben ser las razones
que se esgriman para provocar la suspensión de su ejecutividad...”.

Y en Sentencia de 8 de febrero de 1993 el Tribunal Supremo declara:

“... viene declarando esta Sala que el Plan elemento central del derecho urbanís-
tico, expresa el modelo territorial elegido en atención al interés público, y este
interés demanda la ejecución con notoria intensidad, por lo que solo excepcio-
nalmente, esto es, cuando se vean afectados intereses de muy elevada conside-
ración, puede accederse a suspensiones como la que ahora se examina..”.

Igualmente en Auto de 17 de junio de 1997 el Alto Tribunal ma-


nifiesta que:

“... ocurre, sin embargo, que el acto impugnado, aprobación definitiva del
Plan Parcial, en sí mismo considerado, no comporta la demolición del edi-
ficio... habrá de ser posiblemente, cuando se dicten actos en ejecución del
Plan, en los que eventualmente se acuerde la demolición, cuando resultara
procedente la petición de suspensión que ahora se formula. En consecuencia
de momento, hay un interés público evidente en la ejecución del Plan Parcial
aprobado, y es obvio que esta aprobación no causa, en sí misma y considera-
da los perjuicios de imposible o difícil reparación...”.

La aplicación de la citada doctrina al presente supuesto nos lleva a con-


siderar que no puede hablarse en puridad de irreversibilidad de daños,
por lo que la Sala deniega la suspensión de la ejecución.
Asimismo, cuando existen intereses públicos confrontados, como es el
caso de los litigios entre Administraciones Públicas, también el Tribu-
nal Supremo se pronuncia sobre la necesidad de justificar los concretos
motivos para que pueda dar lugar a una medida excepcional como la
suspensión, ya que no cabe entender sin más la prevalencia de un inte-
rés público sobre el otro y, así, en este sentido, se manifiesta el Tribunal
Supremo en el Auto de 10 de junio de 1992 (R. 5157), en su fundamento
jurídico tercero, y el Tribunal Constitucional en sus Sentencias 40/1998,
77/1984 y 204/2002, de las que se deduce, tal y como se recoge en
el Auto de 12 de julio de 2007 de la Sala a la que nos dirigimos, “que,

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[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

en caso de superposición de títulos competenciales, habrá que agotar


al máximo la interpretación del orden de competencias, y solo en casos
residuales habría que determinar cuál es la competencia prevalente”.
En relación con lo expuesto debemos recordar con respecto al informe
de la Confederación Hidrográfica (artículo 25.4 del texto refundido de
la Ley de Aguas, según la redacción dada por la Ley 11/2005, de 22
de junio, por la que se modifica la Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan
Hidrológico Nacional) lo siguiente:

“Las Confederaciones Hidrográficas emitirán informe previo, en el plazo y


supuestos que reglamentariamente se determine, sobre los actos y planes
que las Comunidades Autónomas hayan de aprobar en el ejercicio de sus
competencias, entre otras, en materia de medio ambiente, ordenación del
territorio y urbanismo, espacios naturales, pesca, montes, regadíos y obras
públicas de interés regional, siempre que tales actos y planes afecten al ré-
gimen y aprovechamiento de las aguas continentales o a los usos permiti-
dos en terrenos de dominio público hidráulico y en sus zonas de servidumbre
y policía, teniendo en cuenta a estos efectos lo previsto en la planificación
hidráulica y en las planificaciones sectoriales aprobadas por el Gobierno.
Cuando los actos o planes de las Comunidades Autónomas o de las entida-
des locales comporten nuevas demandas de recursos hidráulicos, el infor-
me de la Confederación Hidrográfica se pronunciará expresamente sobre la
existencia o inexistencia de recursos suficientes para satisfacer demandas.
El informe se entenderá desfavorable si no se emite en el plazo establecido
al efecto.
Lo dispuesto en este apartado será también de aplicación a los actos y or-
denanzas que aprueben las entidades locales en el ámbito de sus compe-
tencias, salvo que se trate de actos dictados en aplicación de instrumentos
de planeamiento que hayan sido objeto del correspondiente informe previo
de la Confederación Hidrográfica”.

Por otro lado, en el artículo 19.2 de la Ley de Ordenación del Territorio


y de Protección del Paisaje (redactado por la Ley 16/2005, de 30 de
diciembre), establece lo siguiente:

“2. La implantación de usos residenciales, industriales, terciarios, agrícolas u


otros que impliquen un incremento del consumo de agua, requerirá la previa
obtención del informe del organismo de cuenca competente, o entidad cola-
boradora autorizada para el suministro, sobre su disponibilidad y compati-
bilidad de dicho incremento con las previsiones de los planes hidrográficos,
además de la no afectación o menoscabo a otros usos existentes legalmente
implantados.
Dicho informe se emitirá en los plazos y con los efectos establecidos por la
normativa estatal vigente en la materia.
La suficiente disponibilidad a la que se refiere el párrafo primero podrá ser
justificada mediante el compromiso de ejecución de infraestructuras gene-

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Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con
los recursos interpuestos por la Administración del Estado contra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la
conselleria competente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del planeamiento
condicionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suministro de agua.

radoras de recursos hídricos a través de la aplicación de nuevas tecnologías,


como la desalación de agua de mar o aguas subterráneas salobres, aprove-
chamiento de aguas depuradas, potabilización o alternativas similares.
Reglamentariamente, o a través de instrucciones técnicas, se establecerán
los métodos para contrastar la idoneidad de las técnicas de generación de
recursos hídricos que permitan acreditar la compatibilidad de las nuevas
actuaciones consumidoras de agua potable u otros usos, debiendo garan-
tizarse el uso sostenible y eficiente del agua.

No será necesaria la emisión del informe previsto en el párrafo anterior


cuando la implantación de los referidos usos se verifique en aplicación
de instrumentos de planeamiento que hayan sido objeto del correspon-
diente informe”.
A la vista de la redacción de estos preceptos, entendemos, que en estos
momentos, no se puede aplicar, desde luego con el alcance que pretende
la Administración del Estado, el art. 25.4 en la Comunitat Valenciana y
ello por los siguientes motivos:
• 1. En primer lugar, por la falta de desarrollo reglamentario del
precepto, con lo cual, nos priva de conocer en qué supuestos y en
qué plazo la Confederación Hidrográfica deberá emitir el infor-
me. Hemos de recordar, y poner en relación esta cuestión, con lo
previsto en el art. 83.1 de la Ley 30/92, que determina que “salvo
disposición expresa en contrario, los informes serán facultativos
y no vinculantes”. En el caso que nos ocupa, no existe disposición
expresa en contrario, por lo que el informe de la Confederación Hi-
drográfica, al menos de momento, deberá considerarse facultativo
y no vinculante. Insistimos que la falta de desarrollo reglamentario
del art. 25 impide conocer en qué supuestos resulta de aplicación el
citado precepto, por lo que no se puede aplicar, con el alcance que
pretende la recurrente, al caso que nos ocupa.
• 2. En segundo lugar, porque el art. 25.4 desde el punto de vista
sistemático de la Ley de Aguas se enmarca dentro de la colabora-
ción interadministrativa. Pensamos que desde esa perspectiva, difí-
cilmente una Administración, aunque tenga competencia sobre una
materia, puede condicionar el ejercicio de la competencia exclusiva
de otra Administración en otra materia diferente, hasta el punto de
tener, en la práctica, la decisión final.
• 3. Porque el art. 19.4 de la Ley de Ordenación del Territorio y Pro-
tección del Paisaje de la Comunitat Valenciana, en una redacción
legal posterior al del art. 25.4 de la Ley de Aguas, establece, en el
ejercicio de competencias exclusivas de la Comunidad Autónoma,
el modo como debe de acreditarse la disponibilidad de recursos hí-
dricos durante la tramitación de los instrumentos urbanísticos. Este
precepto, insistimos de redacción posterior a la del art. 25.4 de la Ley
de Aguas, no ha sido recurrido por inconstitucional, ni respecto de él
se ha planteado cuestión de competencias por parte de la Adminis-

2008 | nº 51 339
[51] Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics

tración del Estado, por lo que está vigente y resuelto la aplicación


en el territorio autonómico.
• 4. Una Administración Pública, no puede a través de informes
condicionar de manera ilimitada la resolución que en materia de
competencia exclusiva tenga otra Comunidad Autónoma.

En este sentido es preciso invocar la Sentencia 118/1998, de 4 de ju-


nio (F.J 23), del Tribunal Constitucional, recaída en el conflicto positivo
de competencia planteado frente al Gobierno de la Nación, en relación
con determinados artículos del Real Decreto 927/1988, de 29 de julio,
por el que se aprueba el Reglamento de la Administración Pública del
Agua y de la Planificación Hidrográfica, en desarrollo de los títulos II y
III de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas, al valorar el artículo 90.4
del mencionado Reglamento que pretende exigir que sean informados
preceptivamente por el organismo de cuenca correspondiente, expe-
dientes de declaración de zonas protegidas por sus características na-
turales o interés ecológico, de competencia autonómica, que se incoen
con posterioridad a la aprobación del Plan Hidrológico correspondiente,
considera que el informe preceptivo, aunque no sea vinculante, de un
organismo incardinado en la propia Administración del Estado, exigido
como requisito previo para la declaración por la Comunidad Autónoma
de zonas protegidas por sus características naturales o interés ecológi-
co, condiciona indebidamente el ejercicio por ésta de sus competencias
propias (SSTC 36/1994 [RTC 1994\36], fundamento jurídico 5º; 118/1996,
fundamento jurídico 22; 197/1996, fundamento jurídico 13).
Concretamente, la sentencia 118/98, del Tribunal Constitucional, en su
FJ.23 señala lo siguiente:

“La declaración de zonas protegidas por sus características naturales o


interés ecológico, cuando se hallen enclavadas dentro de su ámbito te-
rritorial, corresponde a la Comunidad Autónoma de Cantabria, según la
doctrina antes expuesta. Por tanto, el informe preceptivo, aunque no sea
vinculante, de un organismo incardinado en la propia Administración del
Estado, exigido como requisito previo para la declaración por la Comunidad
Autónoma de zonas protegidas por sus características naturales o interés
ecológico, condiciona indebidamente el ejercicio por ésta de sus compe-
tencias propias (SSTC 36/1994 [RTC 1994\36], fundamento jurídico 5º;
118/1996, fundamento jurídico 22; 197/1996 [RTC 1996\197], fundamento
jurídico 13). Tal requisito, en cuanto, como decimos, condiciona la compe-
tencia autonómica, no encuentra cobertura en competencia estatal algu-
na, dado que la facultad de declarar tales zonas corresponde en su ámbito
territorial a la Comunidad Autónoma por lo que resulta contrario al sistema
de distribución de competencias en la materia, y así se declara”.

El art. 25.4, por las razones que hemos expuesto, no se puede interpre-
tar con el alcance que lo hace la Administración del Estado. Y a este

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Breve extracto del contenido de recientes autos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en relación con
los recursos interpuestos por la Administración del Estado contra acuerdos de las comisiones territoriales de urbanismo de la
conselleria competente en esta materia de la Administración del Consell, aprobando distintas regulaciones del planeamiento
condicionadas a la existencia de recursos hídricos que garanticen el efectivo suministro de agua.

respecto, también cabe recordar que no conocemos que la Administra-


ción del Estado haya recurrido ante el Tribunal Constitucional, bien vía
recurso de inconstitucionalidad o bien vía conflicto de competencias, el
art. 19 de la Ley Autonómica de Ordenación del Territorio.
Por último, si rechazable resulta por lo expuesto que la Confederación
deba emitir el referido informe, aún más lo será que el mismo tenga
carácter vinculante. En tal sentido no podemos más que traer a colación
el Auto de 12 de julio de 2007 de la Sala TSJ-CV en el que concluye, al
interpretar la disposición adicional segunda de la ley 13/2003, de 23
de mayo, reguladora del contrato de concesión de obra pública, afir-
mando el carácter no vinculante de tal informe por cuanto el referido
precepto se refiere, al igual que el resto de la Ley, a “obras públicas de
interés general del Estado”, que nada tiene que ver con el tema tratado.
Añadiendo el Auto, a mayor abundamiento, que “…una interpretación
del precepto tan amplia como la que sostiene la representación procesal
de la Administración del Estado posiblemente sería contraria a la inter-
pretación constitucional de las relaciones entre Estado y Comunidades
Autónomas…”.
Gran parte de las conclusiones que hemos realizado anteriormente, y
que ya habíamos realizado con ocasión de otros recursos similares con-
testados, han sido ya anticipadamente confirmadas por la Sala del TSJ-
CV, sin ir más lejos, en el Auto de 30/05/07 recaído en el recurso 59/07,
seguido en esa Sala y Sección y que resolvía no acceder a la suspensión
de la ejecución del acto administrativo que se recurre, que, en resumen,
viene a señalar que el carácter vinculante del art. 25.4 del Texto Refun-
dido de la Ley de Aguas no viene recogido en ningún precepto, así como
que una interpretación tan amplia de los preceptos que se citan por la
Administración del Estado, en el sentido de vincular la decisión autonó-
mica a la decisión estatal, “posiblemente sería contraria a la interpreta-
ción constitucional de las relaciones entre el Estado y las Comunidades
Autónomas, al conducir, en el plano aplicativo, a consecuencias similares
a las que comportaba el art. 4 del proyecto de LOAPA, declarado incons-
titucional por STC 76/1983”.
También incide, más adelante, el Auto al que hacemos referencia, en el
hecho de que por aplicación de la disposición adicional undécima del
Texto Refundido de la Ley de Aguas, el organismo de cuenca debe de
contar con gran información sobre todas las aguas de la Comunitat Va-
lenciana, superficiales, subterráneas, etc., calidad, usos, etc. En definitiva,
debe contar con todos los elementos para hacer un informe completo,
y dicho de otra manera, el organismo de cuenca no puede escudarse en
trámites administrativos o requisitos de índole procedimental, para no
emitir un informe sobre el que tiene o debe tener por obligación legal
todos los datos necesarios para poderlo emitir.

2008 | nº 51 341
Colaboran
en este número:
Carmen Boldó Roda: Doctora en Derecho. Profesora Titular de Derecho Mercantil de la Uni-
versitat Jaume I, Castelló. Magistrada Suplente de la Audiencia Provincial de Castellón. Vocal
de la Comisión de Codificación Civil Valenciana.

Luis Delgado de Molina Hernández: Abogado. Académico de la Real Academia Valenciana


de Jurisprudencia y Legislación. Vocal de la Comisión de Codificación Civil Valenciana.

Vicente Domínguez Calatayud: Registrador de la Propiedad, Mercantil y de Bienes Muebles.


Académico de número de la Academia Valenciana de Jurisprudencia y Legislación. Coordina-
dor de la Comisión de Codificación Civil Valenciana. Vocal del Observatorio de Derecho Civil
Valenciano.

Vicent García Edo: Doctor en Derecho. Doctor en Historia. Profesor Titular de Historia del
Derecho Español de la Universitat Jaume I, Castelló. Vocal de la Comisión de Codificación Civil
Valenciana.

Javier Guillem Carrau: Abogado. Doctor en Derecho. Lletrat Major de Les Corts Valencianes.

Luis-Miguel Higuera Luján: Abogado. Vocal de la Comisión de Codificación Civil Valenciana

Rosa Moliner Navarro: Doctora en Derecho. Profesora Titular de Derecho Civil de la Univer-
sitat de València. Vocal de la Comisión de Codificación Civil Valenciana.

Manuel Moreno Vázquez: Jefe de Servicio de Derecho Foral y Seguimiento Legislativo, Di-
rección General de Coordinación del Desarrollo Estatutario y Promoción del Autogobierno,
Conselleria de Gobernación, Generalitat Valenciana.

Javier Palao Gil: Doctor en Derecho. Profesor Titular de Historia del Derecho y de las Institu-
ciones de la Universitat de València. Vocal de la Comisión de Codificación Civil Valenciana.

María José Rodríguez Blasco: Directora de Asuntos Contenciosos, Abogacía de la Generali-


tat. Conselleria de Presidencia, Generalitat Valenciana.

Remedio Sánchez Ferriz: Catedrática de Derecho Constitucional de la Universitat de Valèn-


cia. Vocal de la Comisión de Codificación Civil Valenciana.

Vicente L. Simó Santonja: Doctor en Derecho. Notario Honorario. Vocal de la Comisión de


Codificación Civil Valenciana.
Consejo Asesor
Presidente: Juana María Fores Villanueva José Manuel Morán Criado
Serafín Castellano Gómez Vicent Franch i Ferrer Carlos Morenilla Jiménez
José Manuel García Margallo Vicente L. Navarro de Luján
Vocales: Federico García Moliner José Alberto Parejo Gámiz
Enrique Álvarez Conde Vicente Garrido Mayol José Alfredo Peris Cancio
Gaspar Ariño Ortiz Alonso Gil Irún Riccardo Petrella
Mariano Ayuso Ruiz - Toledo Pedro Grimalt Ivars Rafael Ripoll Navarro
Sol Bacharach de Varela Santiago Grisolía García Ramón Rizo Aldeguer
Elena Bastidas Bono José Honrubia López Jesús Rodríguez Marín
Aldo Bonomi Ignacio Jiménez Raneda Göran Rollnert Liern
Vicente Caballer Mellado Juan Francisco Juliá Igual José Luis Rubio Delgado
Bernardí Cabrer Borrás Massimo Latorre Manuel Ángel Rueda Pérez
Santiago Calatrava Valls Marco Antonio López Cerdá Juan Luis de la Rúa Moreno
Carlos Cervantes Lozano Lourdes López Nieto Carolina Salvador Moliner
José Manuel Canales Aliende Pellicer Manuel López Cristina Santamaría Siurana
José Casas Pardo Milagrosa Martínez Navarro Vicente Sifre Martínez
Rafael Cerdá Ferrer José María Lozano Velasco Francisco Toledo Lobo
Adela Cortina Orts Ramón Martín Mateo Francisco Tomás Vert
Ana Encabo Balbín Joan Martín Queralt José María Tortosa Blasco
Ignacio Fernández de Lucio Íñigo Méndez de Vigo Rafael Vicente Queralt
Ascensión Figueres Górriz Enrique de Miguel Fernández José Vidal Beneyto
Alejandro Font de Mora Turón Trinidad Miró Mira José Luis Villacañas Berlanga
Emilio Fontela Montes J. Damiá Mollá i Beneyto

Directora Carolina Salvador Moliner

Consejo de Redacción
José Desfilis López Mauro Guillen Grech Manuel Moreno Vázquez
Vicente Domínguez Calatayud Ana María Matamales Sanchis Isabel Musoles Martínez – Curt
Federico Fernández Roldán Rosa Moliner Navarro Remedios Sánchez Férriz
Javier Guillem Carrau María José Morales Godos Jesús Emilio Torrejón Puchol

Nota de redacción: La revista no se hace responsable ni comparte necesariamente las opiniones expresadas por los
autores, que las formulan bajo su exclusiva responsabilidad.
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COLABORAN
Carmen Boldó Roda
Luis Delgado de Molina Hernández
Vicente Domínguez Calatayud
Vicent García Edo
Javier Guillem Carrau
Luis-Miguel Higuera Luján
Rosa Moliner Navarro
Manuel Moreno Vázquez
Javier Palao Gil
María José Rodríguez Blasco
Remedio Sánchez Ferriz
Vicente L. Simó Santonja

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