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La historia de la química está íntensamente unida al desarrollo del hombre ya que embarca desde todas
las transformaciones de materias y las teorías correspondientes. A menudo la historia de la química se
relaciona íntimamente con la historia de los químicos y - según la nacionalidad o tendencia política del
autor - resalta en mayor o menor medida los logros hechos en un determinado campo o por una
determinada nación.
La ciencia química surge en el siglo XVII a partir de los estudios de alquimia populares entre muchos
de los científicos de la época. Se considera que los principios básicos de la química se recogen por
primera vez en la obra del científico británico Robert Boyle: The Skeptical Chymist (1661). La química
como tal comienza sus andares un siglo más tarde con los trabajos del francés Antoine Lavoisier y sus
descubrimientos del oxígeno, la ley de conservación de masa y la refutación de la teoría del flogisto
como teoría de la combustión.
PRIMEROS AVANCES
El principio del dominio de la química (que para unos antropólogos coincide con el principio del hombre
moderno) es el dominio del fuego. Hay indicios que hace más de 500.000 años en tiempos del homo
erectus algunas tríbus conseguieron este logro que aún hoy es una de las tecnologías más importentes.
No sólo daba luz y calor en la noche y ayudaba a protegerse contra los animales salvajes. También
permitía la preparción de comida cocida. Esta contenía menos microorganismos patógenos y era más
fácilmente digerida. Así bajaba la mortalidad y se mejoraban las condiciones generales de vida.
El fuego también permitía conservar mejor la comida y especialmente la carne y el pescado secándolo y
ahumándolo.
Desde este momento hubo unas relación intensa entre las cocinas y los primeros laboratorios químicos
hasta el punto que la pólvora negra fue descubierta por unos cocineros chinos.
El filósofo griego Aristóteles pensaba que las sustancias estaba formada por cuatros elementos: tierra,
aire, agua y fuego. Paralelamente discurría otra corriente paralela, el atomismo, que postulaba que la
materia estaba formada de átomos, partículas indivisibles que se podían considerar la unidad mínima de
materia. Esta teoría, propuesta por el filósofo griego Demócrito de Abdera no fue popular en la cultura
occidental dado el peso de las obras de Aristóteles en Europa. Sin embargo tenía seguidores (entre ellos
Lucrecio) y la idéa se quedó presente hasta el principio de la edad moderna.
Entre los siglos III a.C. y el siglo XVI d.C la química estaba dominada por la alquimia. El objetivo de
investigación más conocido de la alquimia era la búsqueda de la piedra filosofal, un método hipotético
capaz de transformar los metales en oro. En la investigación alquímica se desarrollaron nuevos
productos químicos y métodos para la separación de elementos químicos. De este modo se fueron
asentando los pilares básicos para el desarrollo de una futura química experimental.
La química como tal comienza a desarrollarse entre los siglos XVI y XVII. En esta época se estudió
el comportamiento y propiedades de los gases estableciéndose técnicas de medición. Poco a poco fue
desarrollándose y refinándose el concepto de elemento como una sustancia elemental que no podía
descomponerse en otras. También esta época se desarrolló la teoría del flogisto para explicar los
procesos de combustión.
A partir del siglo XVIII la química adquiere definitivamente las características de una ciencia
experimental. Se desarrollan métodos de medición cuidadosos que permiten un mejor conocimiento de
algunos fenómenos, como el de la combustión de la materia, descubriéndo Lavoisier el oxígeno y
sentando finalmente los pilares fundamentales de la moderna química.
Este debate fue revolucionado cuando Friedrich Wöhler descubrió accidentalmente como se podía
sintetizar la urea a partir de cianato de amónio en 1828 mostrando que la materia orgánica podía
crearse de manera química. Sin embargo aún hoy en día se mantiene la clasificación en química
orgánica e inorgánica, ocupandose la primera esencialmente de los compuestos del carbono y la
segunda de los compuestos de los demás elementos.
Los motores para el desarrollo de la química orgánica era en el principio la curiosidad sobre los
productos presentes en los seres vivos (con probablemente la esperanza de encontrar nuevos fármacos) y
la síntesis de los colorantes o tintes. La última surgió tras el descubrimiento de la anilina por Runge y la
primara síntesis de un colorante artificial por Perkin.
Luego se añadieron los nuevos materiales como los plásticos, los adhesivos, los cristales líquidos, los
fitosanitarios etc.
Hasta la segunda guerra mundial la principal materia prima de la industria química orgánica era
el carbón dada la gran importancia de Europa en el desarrollo de esta parte de la ciencia y el hecho que
el carbón en Europa no hay grandes yacimientos de alternativas como el pertóleo. Con el final de la
segunda guerra mundial y el creciente peso de los estados unidos en el sector químico la química
orgánica clásica se convierte cada vez más en la petroquímica que conocemos hoy en día. Una de las
principales razones era la mayor facilidad de transformación y la gran varidad de productos de partida
encontradas en el petróleo.
LA TABLA PERIODICA
En 1860 los cientificos ya habian descubierto más de 60 elementos diferentes y habian determinado su
masa atómica. Notaron que algunos elementos tenian propiedades químicas similares por lo cual le
dieron un nombre a cada grupo de elementos parecidos. En 1829 el químico J.W. Döbenreiner organizó
un sistema de clasificación de elementos en el que éstos se agrupaban en grupos de tres denominados
triadas. La propiedades químicas de los elementos de una triada eran similares y sus propiedades físicas
variaban de manera ordenada con su masa atómica.
Algo más tarde, el químico ruso Dmitri Ivanovich Mendeleyev desarrolló una tabla periódica de los
elementos según el orden creciente de sus masas atómicas. Colocó lo elementos en columnas verticales
empezando por los mas livianos, cuando llegaba a un elemento que tenia propiedades semejantes a las
de otro elemento empezaba otra columna. Al poco tiempo Mendeleiev perfecciono su tabla acomodando
los elementos en filas horizontales. Su sistema le permitió predecir con bastante exactitud las
propiedades de eleemntos no descubiertos hasta el momento. El gran parecido del germanio con el
elemento previsto por Mendeleyev conseguió finalmente la aceptación general de este sistema de
ordenación que aún hoy se sigue aplicando.
DESARROLLO DE LA TEORIA ATOMICA
A lo largo del siglo XIX la química estaba dividida entre los seguidores de la teoría atómica de John
Dalton y aquellos que no como Wilhelm Ostwald y Ernst Mach. Los impulsores más decididos de
la teoría atómica eran Amedeo Avogadro, Ludwig Boltzmann y otros que consiguieron grandes
avances en la comprensión del comportamiento de los gases. La disputa fue finalizada con la explicación
del efecto Browniano por Albert Einstein en 1905 y por los experimentos de Jean Perrin al respecto.
Mucho antes de que la disputa hubiera sido resuelta muchos investigadores habían trabajado bajo la
hipótesis atómica. Svante Arrhenius había investigado la estructura interna de los átomos proponiendo
su teoría de la ionización. Su trabajo fue seguido por Ernest Rutherford quien abrió las puertas al
desarrollo de los primeros modelos de átomos que desembocarían en el modelo atómico de
Niels Bohr. En la actualidad el estudio de la estructura del átomo se considera una rama de la física y no
de la química.
http://www.culturageneral.net/quimica/historia.htm
História de la química.
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La química comienza cuando el hombre aprendió a utilizar el fuego para modificar las cosas en
su provecho, como para fabricar piezas de alfarería, cocinar alimentos y construir objetos
metálicos.
De forma que la sustitución de una cualidad en un elemento por otra cualidad diferente da lugar
a la aparición de otro elemento distinto. Así, la sustitución en el elemento agua de la cualidad
humedad por la sequedad da origen a la conversión del agua en el elemento tierra.
Estas ideas sencillas predominaron de una forma u otra a través de la Alquimia hasta el siglo
XVIII, en donde tuvo lugar la transformación de todos los saberes químicos en una
verdadera ciencia en el sentido moderno.
LA ALQUIMIA:
La Alquimia ocupa el estado intermedio entre el saber químico de la Grecia Antigua y los cimientos
de la química moderna en los siglos XVII-XVIII. Este largo viaje en la historia a través de
la Edad Media, con las aportaciones de la cultura árabe, parte de las explicaciones aristotélicas
de la transformación de unos elementos en otros.
La Alquimia se ocupa del pretendido arte de transformar los metales inferiores en oro mediante el
descubrimiento de la piedra filosofal. Con el tiempo, el objetivo inicial de la Alquimia de encontrar
la piedra filosofal, que convirtiese en oro todos los metales, se amplió a buscar también el elixir
que proporcionase la juventud eterna, y por tanto la inmortalidad.
Uno de los principales motores del desarrollo de la Química en el siglo XVIII fue el interés por el
aire en particular y por los gases en general. Surge así lo que se denomina Química Neumática que
permitió desvelar el misterio de la composición del aire, así como el descubrimiento de sustancias
gaseosas sumamente importantes.
El aire había sido considerado como un elemento químico hasta la época moderna. Se le
consideraba homogéneo e inerte.
En el siglo XVIII los gases pasan a tener una entidad propia y diferenciada, como los sólidos y
los líquidos, y planteaban su desafío a los químicos. Muchos de ellos dedicaron sus esfuerzos a
dilucidarlos.
A partir del siglo XIX la química se inicia como ciencia experimental, pero es en el siglo
XX cuando se acelera su desarrollo científico, encontrándose hoy en día integrada muchas áreas
del conocimiento.
descubrirlaquimica.wordpress.com
Historia de la química
Antecedentes[editar]
El fuego fue la primera reacción química controlada por los humanos, aunque su naturaleza permaneció
siendo un enigma durante milenios
La primera reacción química de importancia que controlaron los humanos fue el fuego. Hay
restos datados hace alrededor de 500 000 años que atestiguan el dominio del fuego,2 al
menos desde los tiempos del Homo erectus. Este logro se considera una de las tecnologías
más importantes de la historia. No solo proporcionaba calor y luz para alumbrarse, servía de
protección contra los animales salvajes y después para despejar los bosques para cazar o
cultivar, y además sería la base para el control de otras reacciones químicas, como las
derivadas de la cocción de los alimentos (que facilitaron su digestión y disminuían la cantidad
de microorganismos patógenos en ellos) y más tarde de tecnologías más complejas como
la cerámica, la fabricación de ladrillos, la metalurgia, el vidrio o la destilación de perfumes,
medicinas y otras sustancias contenidas en las plantas. Aunque el fuego fuera la primera
reacción química usada de manera controlada, las culturas antiguas desconocían su etiología.
Durante milenios se consideró una fuerza misteriosa y mística capaz de transformar unas
sustancias en otras produciendo luz y calor. Al igual que se desconocían las causas del resto
de transformaciones químicas, como las relacionadas con la metalurgia, aunque se dominaran
sus técnicas.
Metalurgia[editar]
Artículo principal: Metalurgia
El primer metal empleado por los humanos fue el oro, que puede encontrarse en forma nativa,
por lo que no necesitaba transformaciones químicas para su uso. Se han encontrado
pequeñas cantidades de oro en algunas cuevas de España usadas en el Paleolítico
superioraproximadamente hace 40 000 años.3 La plata y el cobre también se pueden
encontrar en forma nativa en pequeñas cantidades (además del estaño y
el hierro meteórico que aparecen en cantidades exiguas) permitiendo un uso limitado de
objetos metalísticos en las culturas antiguas.4 Las técnicas de esta metalurgia inicial se
limitaban a fundir los metales con la ayuda del fuego para purificarlos y dar forma a los
adornos o herramientas mediante moldes o cincelado. Pero los metales nativos son escasos,
y hasta que se aprendió a extraer los metales a partir de sus minerales no se pudo generalizar
el uso de los objetos metálicos, lo que sí implicó el control de reacciones químicas.
Metalurgia del bronce[editar]
Artículos principales: Fundición y Edad del Bronce.
Mapa de la difusión de la metalúrgica del Bronce Antiguo. Cuanto más oscuro el marrón más antigua es
la producción de bronce en la región
Algunos metales pueden obtenerse de sus menas simplemente calentando los minerales en
una pira, principalmente el estañoy el plomo, y a mayores temperaturas, en un horno, el cobre;
en un proceso de reducción conocido como fundición. Las primeras pruebas de extracción
metalúrgica proceden del yacimiento de Çatalhöyük en Anatolia (Turquía), alrededor
6400 a. C.,5 y los yacimientos arqueológicos de Majdanpek, Yarmovac y Plocnik, los tres
en Serbia, datados en los milenios Vy VI a. C. También son notables las fundiciones de cobre
encontradas en el yacimiento de Belovode,6 con objetos como un hacha de cobre del
5500 a. C. perteneciente a la cultura de Vinča.7 Se han encontrado más vestigios de los
primeros usos de los metales, datados en el III milenio a. C., en otros lugares
como Palmela (Portugal), Los Millares (España) y Stonehenge(Reino Unido).
La capacidad de fabricar objetos de metal y la extensión de su uso revolucionó las sociedades antiguas.
Al principio los metales se usaban por separado o mezclados tal como se encontraban. Al
mezclarse el cobre con estaño o arsénico intencionadamente se consiguieron metales de
mejores cualidades, las aleaciones denominadas bronces. Con este avance tecnológico surgió
la Edad del Bronce. La tecnología relacionada con el bronce fue desarrollada en el Oriente
Próximo a finales del IV milenio a. C.,8 fechándose en Asia Menor antes del 3000 a. C.; en
la antigua Grecia se comenzó a utilizar a mediados del III milenio a. C.; en Asia Centralel
bronce se conocía alrededor del 2000 a. C. (en Afganistán, Turkmenistán e Irán), y poco
después llegaría a China, desarrollándose durante la dinastía Shang. La Edad del Bronce no
solo fue el periodo de mayor desarrollo de la metalurgia (en términos de expansión y
diversidad) sino que influyó en muchos otros campos al extender el uso de objetos metálicos.
La disponibilidad de herramientas y armas fabricadas con un metal más duro y resistente
permitió el desarrollo de la agricultura y los grandes ejércitos, y se fomentaron las rutas
comerciales para el intercambio tanto de los minerales escasos como de productos
terminados. A partir de la Edad del Bronce los pueblos que consiguieron armas de aleaciones
y metales más duros se impusieron a sus vecinos.
Metalurgia del hierro[editar]
Artículo principal: Edad del Hierro e Historia de la siderurgia
La extracción del hierro de sus menas es mucho más difícil que la del cobre y el estaño, ya
que requiere un proceso de fundición más complejo, que necesita carbón (una fuente de CO)
como agente reductor y mayores temperaturas, pero a cambio se consigue un metal más duro
y tenaz que el bronce, y mucho más abundante. A diferencia de la producción del bronce que
se extendió por el Viejo Mundo a partir de un foco ubicado en el Oriente Próximo las técnicas
de fundición del hierro podrían haberse desarrollaron multipolarmente en distintas partes del
mundo. Existen restos arqueológicos con herramientas fabricadas con hierro
sin níquel (prueba de que no es de origen meteórico)910 en Anatolia alrededor del 1800 a. C.,11
12 pero también se han encontrado herramientas del periodo comprendido entre el 1800 a. C.
Además de sus usos cotidianos, los objetos de cerámica y vidrio formaron parte del material de
laboratorio desde la antigüedad. Alambique de destilación del siglo XIII.
La cerámica y el vidrio[editar]
Artículos principales: Cerámica y Vidrio.
Además de la metalurgia el uso del fuego proporcionó a los humanos otras dos importantes
tecnologías derivadas de transformaciones físico-químicas, la cerámica y el vidrio, cuyo
desarrollo ha acompañado al hombre desde la prehistoria hasta el laboratorio moderno. Los
orígenes de la cerámica datan del Neolítico cuando el hombre descubrió que los recipientes
hechos de arcilla, cambiaban sus características mecánicas e incrementaban su resistencia
frente al agua si eran calentados en el fuego. Para controlar mejor el proceso se desarrollaron
diferentes tipos de hornos, y cada cultura desarrolló sus propias técnicas y formas.
En Egipto se descubrió que recubriendo la superficie con mezclas de determinados minerales
(sobre todo mezclas basadas en el feldespato y la galena) la cerámica se cubría con una capa
muy dura, menos porosa y brillante, el esmalte, cuyo color se podía cambiar añadiendo
pequeñas cantidades de otros minerales o variando las condiciones de aireación del horno.
Estas tecnologías se difundieron rápidamente. En China se perfeccionaron las tecnologías de
fabricación de las cerámicas hasta dar con la porcelana en el siglo VII. Durante siglos China
mantuvo el monopolio en la fabricación de la porcelana, y en Europa se desconocía como
fabricarla hasta el siglo XVIII gracias a Johann Friedrich Böttger.
Relacionado con el desarrollo de la cerámica, aparece el desarrollo del vidrio a partir
del cuarzo y carbonato de sodio o carbonato de potasio. Su desarrollo igualmente empezó en
el Antiguo Egipto y fue perfeccionado por los romanos. Su producción masiva a finales del
siglo XVIII instó al gobierno francés a premiar mediante concurso un nuevo método para la
obtención del carbonato sódico ya que la fuente habitual (las cenizas de madera) no
proporcionaba cantidades suficientes como para cubrir la creciente demanda. El ganador
fue Nicolas Leblanc aunque su proceso cayó en desuso en favor del proceso de Solvay,
desarrollado medio siglo más tarde, que impulsó enormemente el desarrollo de la industria
química.
Los filósofos intentaron racionalizar por qué las diferentes sustancias tenían diferentes
propiedades (color, dureza, olor...), estaban en diferentes estados (fluidos o sólidos) y
reaccionaban de diferente manera ante los cambios del medio, por ejemplo frente al agua, el
fuego o al ponerse en contacto con otras sustancias. Estas observaciones les impulsaron a
postular las primeras teorías sobre la química y la naturaleza de la materia. Estas teorías
filosóficas relativas a la química pueden encontrarse en todas las civilizaciones antiguas. Un
aspecto común de todas ellas era el intento de encontrar un número reducido de elementos
primarios que se combinarían entre sí para formar todas las demás sustancias de la
naturaleza. Solían tratarse de sustancias conocidas como el agua, la tierra, la madera o el
aire/viento, y formas de energía como el fuego o la luz, además de conceptos abstractos como
el éter o el cielo. Varias civilizaciones diferentes coincidieron en muchos de estos conceptos,
incluso entre culturas sin contacto, por ejemplo los
filósofos griegos, indios, chinos y mayas consideraban que el agua, la tierra y el fuego eran
elementos primarios, aunque cada una de estas culturas incluía uno o dos elementos
diferentes más en su propio listado.
En la Grecia Clásica alrededor del 420 a. C. Empédocles afirmó que toda la materia estaba
formada por cuatro sustancias elementales: tierra, fuego, aire y agua. En sintonía con esta
creencia la escuela hipocrática sostenía que el cuerpo humano estaba formado por cuatro
humores. Posteriormente Aristóteles añadió a los cuatro elementos clásicos el éter, la
quintaesencia, razonando que el fuego, la tierra, el aire y el agua eran sustancias terrenales y
corruptibles, y que como no se percibían cambios en las regiones celestiales, las estrellas y
planetas no debían estar formados por ellos sino por una sustancia celestial e inmutable.20 En
sus obras Física y MetafísicaAristóteles desarrolla sus conceptos duales de «sustancia y
accidente», «esencia y forma», «acto y potencia» para explicar los cambios de la naturaleza,
incluidas las transformaciones de la materia. Sus ideas sobre la composición y
transformaciones de la materia, y el resto del funcionamiento de la naturaleza, se convirtieron
el las predominantes tanto en Occidente como en Oriente Medio, influyendo en sus culturas
durante dos milenios.
Primeros atomistas[editar]
Las teorías iniciales sobre el atomismo se remontan a la Antigua Grecia y la Antigua India.21 El
atomismo griego se inició con los filósofos Leucipo de Mileto y su
discípulo Demócrito alrededor del 380 a. C., que propusieron que la materia estaba compuesta
por diminutas partículas indivisibles e indestructibles, denominadas por
ello átomos (del griego ἄτομος «sin partes», «que no se dividen»). Afirmaciones similares
fueron realizadas por el filósofo indio Kanada en sus textos de la escuela Vaisesika en un
periodo cercano.21 También los jainistas de la época tenían creencias atomistas.21
Alrededor del 300 a. C. Epicuro postuló un universo formado por átomos indestructibles en el
cual el hombre debía alcanzar el equilibrio. El filósofo Lucrecio trató de explicar la filosofía
epicúrea al público romano en su obra del 50 a. C.,22De rerum natura (Sobre la naturaleza de
las cosas).23 En esta obra Lucrecio presenta los principios del atomismo, las teorías sobre la
naturaleza de la mente y el alma, y explicaciones para los sentidos y el pensamiento, el
desarrollo del mundo y los fenómenos naturales.
Tanto los atomistas griegos y romanos como los de la India carecían de datos empíricos que
respaldaran sus creencias. Sin estas pruebas, a sus adversarios les resultó fácil negar sus
tesis. En Occidente el atomismo nunca consiguió formar parte de la opinión mayoritaria de la
época. Aristóteles se opuso a la existencia de los átomos en el 330 a. C. y su autoridad en el
pensamiento occidental hizo que las ideas atomistas quedaran postergadas durante siglos,
hasta bien entrada la Edad Moderna.
Alquimia[editar]
Artículo principal: Alquimia
Emblema alquímico con los cuatro elementos clásicos además de los tria prima de Paracelso y
los astrosconocidos
Jābir ibn Hayyān (Geber), alquimista persa que puso los cimientos de la química con sus experimentos.
Problemas de la alquimia[editar]
Desde el punto de vista moderno, la alquimia presentaba varios problemas. En primer lugar su
objetivo no era la ampliación del conocimiento de un modo racionalista como actualmente
entendemos una ciencia, sino que su fin era encontrar materias míticas como la piedra
filosofal, y los descubrimientos experimentales se producían de forma colateral. Además
carecía de un sistema para nombrar los nuevos compuestos que se descubrían, y su lenguaje
era esotérico y vago hasta el punto que sus términos significaban cosas diferentes para
distintas personas. De hecho según The Fontana History of Chemistry (Brock, 1992):
El experimento del alquimista se incendia de Hendrick Heerschop(1626-1627).
El lenguaje de la alquimia pronto desarrolló un vocabulario técnico arcano y reservado diseñado para
ocultar información a los no iniciados. En gran medida este lenguaje es incomprensible para nosotros
hoy, aunque aparentemente los lectores del cuento del criado del canónigo de Geoffrey Chaucer y la
audiencia de El alquimista de Ben Jonson eran capaces de interpretar lo suficiente como para reírse de
ello.42
El cuento «El criado del canónigo» de los Cuentos de Canterbury (de finales del siglo XIV)
expone el lado más fraudulento de la alquimia, la pretensión de fabricar oro a partir de
materias más baratas. También Dante Alighieri, un siglo antes, muestra su rechazo a este
fraude al meter a todos los alquimistas en el infierno de su Divina Comedia.
La alquimia tampoco disponía de un método científico lógico y consensuado para hacer los
experimentos reproducibles. De hecho muchos alquimistas incluían entre las anotaciones de
sus métodos información irrelevante como los niveles de la marea o las fases de la Luna. La
naturaleza esotérica y el vocabulario codificado de la alquimia al parecer servían sobre todo
para ocultar que en realidad no tenían demasiadas certezas. Ya en el siglo XIV se
evidenciaban las grietas en la fachada de la alquimia, y mucha gente se mostraba escéptica.
Para haber avanzado habría necesitado un método normalizado que permitiera a otros
reproducir los experimentos, y haberlos registrado de un modo claro que permitiera exponer lo
que se sabía y lo que se desconocía.
En 1317, el papa Juan XXII de Aviñón ordenó la expulsión de todos los alquimistas de Francia
por falsificar moneda. En 1403 se aprobó una ley en Inglaterra donde se penaba con la muerte
la «multiplicación de metales». A pesar de todo la alquimia no desapareció, ya que parte de
las clases privilegiadas y la realeza seguía creyendo que se podía descubrir la piedra filosofal
y el elixir de la vida en su provecho.43 Durante el Renacimiento la alquimia exotérica siguió
siendo popular en la forma de la iatroquímica de Paracelso, mientras que la alquimia
espiritual también florecía fiel a sus raíces platónicas, herméticas y gnósticas. Así que la
búsqueda de la piedra filosofal no fue abandonada a pesar de los escasos avances de la
alquimia, y siguió siendo practicada por eruditos y médicos respetados hasta principios
del siglo XVIII. Algunos practicantes de la alquimia de inicios de la era moderna actualmente
son reconocidos por sus grandes contribuciones a la ciencia como Jan Baptist van
Helmont, Robert Boyle e Isaac Newton.
Los intentos prácticos de mejorar el refinado de las menas minerales y la extracción de los
metales a partir de ellas fue una importante fuente de información para los químicos del siglo
XVI. Entre ellos destaca Georgius Agricola (1494-1555), que publicó la gran obra De re
metallica (Sobre los metales) en 1556. En su obra se describen los procesos de la época en
minería, extracción de los metales y metalurgia, ya muy complejos y desarrollados. Por
ejemplo la obra describe la diversidad de tipos de altos hornos usados para la fundición de las
menas minerales. Aborda el tema eliminando el misticismo que tenía asociado anteriormente,
creando una base práctica que otros pudieran desarrollar, y estimuló el interés por los
minerales y su composición. No es casual que mencione y use como referencia en numerosas
ocasiones al autor de la antigüedad Plinio el Viejo y su obra Naturalis Historia. Se ha calificado
a Agricola como el padre de la metalurgia.44
En 1605, Francis Bacon publicó The Proficience and Advancement of Learning (La capacidad
y progreso del aprendizaje), una obra científico-filosófica que contiene una descripción de
cómo debería ser la práctica experimental que posteriormente se conocería como el método
científico.45 En 1605 Michal Sedziwój publicó el tratado alquímico Novum Lumen
Chymicum (La nueva luz de la química), que propone por primera vez la existencia en el aire
de un «alimento para la vida», que posteriormente se reconocerá como el oxígeno (al
principio aire desflogistizado). En 1615 Jean Beguin publicó Tyrocinium Chymicum (La
práctica de la química), el primer libro de texto de química, donde aparece la primera ecuación
química.46 En 1637 René Descartes publicó Discours de la méthode (El discurso del método),
un ensayo que basa la investigación científica en los cálculos matemáticos y la desconfianza
en los hechos no probados.
La obra del químico holandés Jan Baptist van Helmont, Ortus medicinae (El origen de la
medicina) publicada póstumamente en 1648, se considera la principal obra de transición entre
la alquimia y la química, e influyó notablemente en Robert Boyle. El libro contiene el resultado
de numerosos experimentos y enuncia una versión inicial de la ley de conservación de la
masa. Baptist van Helmont, que trabajó en el periodo inmediatamente posterior a Paracelso y
su iatroquímica, indicó que existían otras materias «insustanciales» además del aire, y acuñó
para ellas el nombre de «gas» (del griego cáos). Además de por la introducción de la palabra
gas en el vocabulario científico y ser el fundador de la química neumática, experimentando
con reacciones entre gases, Jan Baptist van Helmont también es recordado actualmente por
sus ideas sobre la generación espontánea.
En 1669 el alquimista alemán Hennig Brandt descubrió el fósforo a partir de la orina.47 Para
lograrlo destiló una mezcla de orina y arena (50 cubos). Al evaporar la urea obtuvo un material
blanco que brillaba en la oscuridad y ardía con una llama brillante.
Robert Boyle, uno de los cofundadores de la química moderna por mejorar los métodos experimentales
que separarían la química de la alquimia.
Robert Boyle[editar]
A finales del siglo XVII y principios de XVIII se propuso la teoría del flogisto para intentar
explicar los procesos de combustión y oxido-reducción mediante la pérdida o transferencia,
respectivamente, de un supuesto fluido denominado flogisto.53 La teoría fue propuesta
inicialmente por Johann Becher y desarrollada por Georg Stahl, ambos químicos alemanes.
Becher postuló otra reforma de la teoría de los cuatro elementos en la que solo la tierra y el
agua serían componentes de las materias, en distintas proporciones, y el fuego y el aire serían
meramente agentes de las transformaciones. A su vez existirían tres tipos distintos de tierras,
cada una de ellas portadora de una propiedad: el aspecto vítreo, la fluidez o volatilidad, y el
carácter inflamable. Para esta última Georg Stahl acuño el término flogisto en 1702. Toda
sustancia susceptible de sufrir combustión contendría cierta cantidad de flogisto, y el proceso
de combustión consistiría básicamente en la pérdida de dicha sustancia.
Se conocía desde la antigüedad que algunas sales metálicas podían ser transformadas de
nuevo en los metales de partida. Stahl explicó este proceso suponiendo que los metales
estaban formados por una cal y un principio inflamable carente de masa, el flogisto, por lo que
la calcinación, es decir, la formación de la cal, se podía explicar, al igual que la combustión,
como un desprendimiento de flogisto, el cual se liberaba del metal y dejaba la cal al
descubierto en las cenizas. El proceso inverso, la reducción de la cal al metal, podía ser
igualmente explicada como una adición de flogisto. Si una sustancia rica en flogisto, como el
carbón, era puesta en contacto con una cal metálica, podía transferirle su flogisto y dar lugar a
la formación del metal.
Joseph Priestley usó la teoría del flogisto en sus experimentos de química pneumática para
explicar las transformaciones de los gases. Priestley denominó al residuo de aire que quedaba
tras un proceso de combustión «aire flogistizado» (en realidad, una mezcla de nitrógeno y
dióxido de carbono), pues pensaba que durante la combustión dicho aire había absorbido todo
el flogisto que tenía capacidad de albergar, y por eso cesaba la combustión. Siguiendo esta
línea de razonamiento, cuando Priestley calentó la cal roja de mercurio y recogió un tipo de
aire que podía mantener más tiempo la combustión lo denominó «aire desflogistizado».
Posteriormente Lavoisier lo llamaría oxígeno.
La teoría del flogisto fue popular durante el siglo XVIII hasta que Antoine Lavoisier la refutó en
su obra Réflexions sur le phlogistique, pour servir de suite à la théorie de la combustion et de
la calcination (Reflexiones sobre el flogisto, para formar parte de la teoría de la combustión y
la calcinación) publicada en 1777. Según Stahl cualquier sólido liberaba flogisto bajo la acción
del fuego, luego tras la combustión perdería masa o la mantendría (según el flogisto tuviera
masa o no). Sin embargo, Lavoisier hizo experimentos calcinando metales y después de la
calcinación en algunos el peso del residuo (los óxidos) era mayor que el cuerpo inicial. En
estos casos el flogisto tendría un peso negativo, lo que resultaba absurdo, y demostraba la
inconsistencia de la teoría del flogisto.
Tabla de afinidades, de E. F. Geoffroy (1718). En la cabecera de cada columna una sustancia seguida
de todas con las que se puede combinar.54
Antoine Lavoisier[editar]
Artículo principal: Antoine Lavoisier
El primer calorímetrousado por Antoine Lavoisier y Pierre-Simon Laplace, para determinar el calor
relativo a los cambios químicos, cálculos en los que se basó Joseph Black para descubrir el calor
latente. Estos experimentos marcaron el inicio de la termoquímica.
Volta y su pila[editar]
Artículos principales: Historia de la pila y Alessandro Volta.
El físico italiano Alessandro Volta fue uno de los pioneros en los estudios sobre la electricidad.
En 1775 Volta perfeccionó y popularizó el electróforo, un dispositivo con dos discos metálicos
separados por un conductor húmedo, pero unidos con un circuito exterior, capaz de
producir electricidad estática. En 1794 Volta revisó los estudios sobre la «electricidad animal».
En 1780 Luigi Galvani había observado que al poner en contacto dos metales diferentes con
el músculo de una rana se originaba la aparición de corriente eléctrica. A Volta le interesó la
idea y comenzó a experimentar con metales únicamente, y llegó a la conclusión de que el
tejido muscular animal no era necesario para producir la corriente eléctrica. Este hallazgo
suscitó una fuerte controversia entre los partidarios de la electricidad animal y los defensores
de la electricidad metálica, pero la demostración, realizada en 1800, del funcionamiento de la
primera pila eléctrica certificó la victoria del bando favorable a las tesis de Volta.66
Su pila voltaica de 1800 consistía en un apilamiento de varios pares de discos de cobre y zinc
alternados (electrodos) separados por una capa de tela o cartón empapada en salmuera
(electrolito) para incrementar la conductividad.67 Cuando se conectaba la parte superior y la
inferior con un cable separados, y perdía poca carga con el tiempo cuando no se la utiliza, con
lo que Volta consiguió la primera batería eléctrica para producir electricidad. Por ello se
considera a Volta el fundador de la electroquímica.68 A partir de entonces se usarán las pilas
voltaicas (o galvánicas) en el estudio las reacciones redox y sus productos. Además
Alessandro Volta entre 1776 y 1778 se dedicó al estudio de la química de los gases y fue el
descubridor del metano.
Tras haber estado aparcado el atomismo desde la antigüedad y únicamente esbozado en los
modelos mecánicos corpusculares, la teoría atómica es retomada por John Dalton, quien
postuló que los átomos eran partículas indivisibles que permanecen inalteradas en los
compuestos, a partir de lo cual se pudieron establecer las leyes estequiométricas, base de la
actual estequiometría.
A lo largo del siglo XIX la química estuvo dividida entre los seguidores y detractores de
la teoría atómica de Dalton, como Wilhelm Ostwald y Ernst Mach. Los impulsores más
decididos de la teoría atómica inicial fueron Amedeo Avogadro, Ludwig Boltzmann, entre otros,
que consiguieron grandes avances en la comprensión del comportamiento de los gases. La
disputa sobre la existencia de los átomos se zanjaría definitivamente con la explicación
del efecto browniano por Albert Einstein en 1905 y los respectivos experimentos de Jean
Perrin. Muchos fueron los investigadores que trabajaron bajo la hipótesis atómica. Svante
Arrhenius intuyó en parte la estructura interna de los átomos proponiendo su teoría de
la ionización en las disoluciones. Aunque su verdadera estructura no se vislumbraría hasta
principios del siglo XX, a partir de los trabajos de Ernest Rutherford, seguidos por el modelo
atómico de Bohr.
John Dalton[editar]
Artículos principales: John Dalton y Teoría atómica de Dalton.
Ilustración con elementos y compuestos según A New System of Chemical Philosophy de John Dalton
(1808)
En 1803 el científico inglés John Dalton propuso la ley de Dalton, que relaciona las presiones
parciales de los componentes de una mezcla de gases con la presión total de la mezcla.69 El
concepto fue descubierto en 1801, y también se conoce como ley de las presiones parciales.
John Dalton es reconocido tanto por sus obras sobre el atomismo, las presiones parciales de los gases,
y la percepción del color (daltonismo).
Pero la principal contribución de Dalton a la química fue una nueva teoría atómica en 1803,
donde afirmaba que toda la materia está formada por pequeñas partículas indivisibles
denominadas átomos. En 1808 Dalton publicó por primera vez A New System of Chemical
Philosophy (Un nuevo sistema de filosofía química, 1808-1827), en la que desarrollaba la
primera descripción moderna de una teoría atómica. En esta obra identificaba los elementos
químicos como un tipo de partículas, y rechaza la teoría de afinidades químicas defendida
por Étienne François Geoffroy e Isaac Newton, entre otros. Dalton explicó su teoría
formulando una serie de enunciados simples:70
La materia está formada por partículas muy pequeñas llamadas átomos, que son
indivisibles y no se pueden destruir.
Los átomos de un mismo elemento son iguales entre sí, tienen la misma masa y
propiedades. Los átomos de diferentes elementos tienen masas diferentes.
Los átomos permanecen sin división, aun cuando se combinen en las reacciones
químicas.
Los compuestos químicos se forman al unirse átomos de dos o más elementos distintos.
Los átomos, al combinarse para formar compuestos guardan relaciones simples.
Los átomos de elementos diferentes se pueden combinar en proporciones distintas y
formar más de un compuesto.
A pesar de su utilidad y gran aceptación durante todo el siglo XIX, la teoría atómica de
Dalton tenía imprecisiones (los dos primeros enunciados no son del todo ciertos) y presentaba
muchas lagunas: no aclaraba nada sobre la estructura del átomo, ni explicaba las propiedades
de los elementos, ni cuáles eran las causas de que se unieran para formar compuestos.
Además de definir átomos, elementos y compuestos, Dalton infirió las proporciones de
algunos elementos en sus compuestos, partiendo de los pesos de sus reactivos, por medio
del peso atómico relativo usando al hidrógeno como unidad de masa en la comparación con
los demás elementos. Siguiendo las tesis de Jeremias Benjamin Richter (conocido por acuñar
el término estequiometría), propuso que cuando los elementos químicos se combinaban para
dar más de un compuesto se unen en distintas proporciones fijas y enteras. Esto se conoce
como la Ley de las proporciones múltiples y fue incluida en su obra New System of Chemical
Philosophy. La ley de las proporciones múltiples es una de las leyes básicas de la
estequiometría y uno de los pilares de su teoría atómica. Curiosamente a pesar de la
importancia de incluir la idea de átomos como entidades físicas reales en A New System of
Chemical Philosophy, y la creación de un sistema de símbolos químicos para ellos, esta obra
dedica casi todo su texto a la teoría calórica en lugar de al atomismo.
Por otro lado fue el químico francés Joseph Proust quien propuso la Ley de proporciones
definidas, que afirma que los elementos siempre se combinan para formar un determinado
compuesto lo hacen en proporciones de números enteros y sencillos, basándose en varios
experimentos realizados entre 1797 y 1804.71 La ley de proporciones múltiples y la de
proporciones definidas son la base de la estequiometría. Estas dos leyes por sí mismas no
prueban la existencia de los átomos, pero son difíciles de explicar sin asumir que los
compuestos se forman por la combinación de átomos en proporciones constantes.
Jöns Jacob Berzelius, el químico que desarrolló el método moderno de notación de fórmulas químicas
Davy y la electrólisis[editar]
El químico inglés Humphry Davy fue un pionero en el campo de la electrólisis (que consiste en
usar la electricidad en una célula electrolíticadonde se producen reacciones de oxido-
reducción para separar los compuestos allí contenidos) para aislar varios elementos nuevos.
Davy descompuso por electrolisis varias sales fundidas y consiguió descubrir el sodio y
el potasio. El potasio fue el primer metal aislado mediante electrólisis, a partir la potasa
cáustica (KOH). Antes del siglo XIX se desconocían las diferencias entre las sales de sodio y
potasio. El sodio fue aislado el mismo año a partir de la sosa cáustica fundida (NaOH).
Cuando Davy se enteró que Berzelius y Pontin preparaban una amalgama (amalgama de
calcio) mediante la electrólisis de la cal en mercurio, lo intentó él. Davy consiguió descubrir
el calcio en 1808 con la electrólis de la cal en óxido de mercurio.7273 Siguió trabajando con la
electrólisis durante toda su vida, en 1808, aisló el magnesio, el estroncio y el bario.7475
Davy también experimentó inhalando gases. Este procedimiento experimental casi resulta fatal
en varias ocasiones, pero condujo a descubrir los inusuales efectos del óxido nitroso, que
llevarían a conocerlo como gas de la risa. En 1774 el químico sueco Carl Wilhelm
Scheeledescubrió el cloro y lo denominó «ácido desflogistizado marino» pensando
erróneamente que contenía oxígeno. Scheele observó varias propiedades del gas de cloro,
como su efecto blanqueante sobre el tornasol, y su efecto mortal sobre los insectos, su color
verde amarillento y su olor similar al del agua regia. Sin embargo, Scheele no pudo publicar
sus hallazgos a tiempo. En 1810 Humphry Davy le dio al cloro su nombre actual (derivado de
la palabra griega χλωρός (khloros) «verde amarillento») insistiendo en que se trataba de un
elemento.76 Además demostró que no se podía obtener oxígeno a partir de la sustancia
conocida como ácido oximuriático (una solución de HCl). Este descubrimiento rebatió la
definición de ácido de Lavoisier que los consideraba compuestos de oxígeno.
El yodo fue descubierto por el químico francés Bernard Courtois en 1811.7778 Courtois dio
muestras a sus amigos, Charles Bernard Desormes (1777-1862) y Nicolas Clément(1779-
1841), para que continuaran la investigación. También le dio algo de sustancia a Joseph Louis
Gay-Lussac y al físico André-Marie Ampère. El 6 de diciembre de 1813, Gay-Lussac anunció
que se trataba o bien de un nuevo elemento, o bien de un compuesto de oxígeno.798081
Además fue Gay-Lussac quien sugirió el nombre del yodo, a partir de la palabra griega ιώδες
(iodes) para el violeta (por el color del vapor de yodo).7779 A su vez Ampère dio parte de su
muestra a Humphry Davy. Davy hizo algunos experimentos con la sustancia y se dio cuenta
de sus similitudes con el cloro.82 Davy mandó una carta el 10 de diciembre a la Royal Society
of London donde afirmaba que había identificado un nuevo elemento.83 Lo que desató las
discusiones entre Davy y Gay-Lussac sobre quién había identificado primero al yodo como
elemento, aunque ambos reconocían a Courtois como el primero en aislarlo.
Joseph Louis Gay-Lussacafirmó que la relación entre los volúmenes de los gases reactivos los de los
productos puede expresarse por números sencillos y enteros
El químico francés Joseph Louis Gay-Lussac compartía con Lavoisier el interés por el estudio
cuantitativo de las propiedades de los gases. Desde su primer periodo de investigación 1801-
1802, manifestó que todos los gases se expandían proporcionalmente al aumentar la
temperatura. A esta conclusión generalmente se la denomina ley de Charles, ya que Gay-
Lussac le concedió el crédito del descubrimiento a Jacques Charles, por haber llegado casi a
sus mismas conclusiones en la década de 1780 aunque no las había publicado.84 Esta ley
también fue descubierta independientemente por John Dalton alrededor de 1801, aunque la
descripción de Dalton es menos meticulosa que la de Gay-Lussac.8586 En 1804 Gay-Lussac
hizo varios arriesgados ascensos en globo aerostático de hidrógeno hasta alturas por encima
7000 metros sobre el nivel del mar que le permitieron investigar otros aspectos de los gases,
una proeza que nadie más realizó en los 50 años siguientes. Tomó medidas de la presión, la
temperatura, la humedad y muestras de aire, que más tarde analizó químicamente, además
de realizar mediciones magnéticas a varias altitudes.
En 1808 Gay-Lussac anunció lo que probablemente fue su mayor logro: a partir de
experimentos propios y de otros dedujo que los gases a volumen fijo mantienen constante la
relación entre su presión y la temperatura. Y que los volúmenes de los posibles productos de
una reacción entre gases además están en proporción sencilla con los volúmenes de los
reactivos. En otras palabras que los gases bajo las mismas condiciones de presión y
temperatura reaccionan con otros en proporciones de volumen de números enteros y
pequeños. Estas conclusiones se plasmarían en la ley de Gay-Lussac y la Ley de los
volúmenes de combinación.
Gay-Lussac también participó junto a su colega profesor en la École Polytechnique, Louis
Jacques Thénard, en las primeras investigaciones electroquímicas, y analizó los elementos
descubiertos por este medio. Entre sus logros en este campo destaca el descubrimiento del
boro, por la descomposición del ácido bórico usando potasio fundido. Ambos investigadores
formaron parte de los debates de la época para modificar la definición de los ácidos e impulsar
el análisis de los compuestos orgánicos para descubrir su contenido en oxígeno e hidrógeno.
Amedeo Avogadro[editar]
Amedeo Avogadro postuló que en las mismas condiciones de presión y temperatura, volúmenes iguales
de dos gases tenían el mismo número de moléculas
Tras la publicación de la teoría atómica de Dalton en 1808, algunas de sus ideas centrales
fueron rápidamente adoptadas por la mayoría de los químicos. Sin embargo durante medio
siglo permaneció la incertidumbre de cómo se configuraría la teoría atómica y se aplicaría a
las situaciones concretas. Por ejemplo con los datos empíricos disponibles hasta el momento
varios químicos de distintos países desarrollaron diversos sistemas de pesos atómicos
incompatibles. El físico italiano Amedeo Avogadro (1776-1856) publicó en 1811 una obra que
mostraba una salida a esta difícil situación. Presentó la hipótesis de que los volúmenes iguales
de cualquier gas, a la misma temperatura y presión, contenían el mismo número de moléculas;
por lo cual la relación entre los pesos moleculares de dos gases era la misma proporción que
la que había entre sus densidades, en las mismas condiciones de presión y temperatura.
Además Avogadro razonó que los gases corrientes no estaban formados por átomos solitarios
sino por moléculas que contenían dos o más átomos (que era el origen de los distintos pesos
atómicos registrados). Así Avogadro fue capaz de resolver el problema con el que se habían
topado Dalton y otros cuando Gay-Lussac reportó que por encima del los 100 °C el volumen
del vapor de agua era dos veces el volumen del oxígeno usado para formarla. Según
Avogadro la molécula de oxígeno se dividía en dos átomos para formar el agua.
La hipótesis de Avogadro fue ignorada durante medio siglo tras haber sido publicada por
primera vez. Se han citado muchas razones para este desinterés, incluidos algunos problemas
teóricos como el dualismo propuesto por Jöns Jacob Berzelius que consideraba que los
compuestos se mantenían juntos por la atracción de las cargas positivas y negativas, lo que
haría incompatible la existencia de moléculas formadas por dos átomos eléctricamente
similares, como el caso del oxígeno. Además existía la barrera de que muchos químicos eran
reacios a adoptar métodos físicos (como las determinaciones de densidad del vapor) para
resolver sus problemas. Sin embargo, a mediados de siglo las figuras más prominentes
empezaron a considerar intolerable la diversidad caótica de sistemas de pesos atómicos y
fórmulas de compuestos en competencia, que proliferaron a causa de la incertidumbre.
Además empezaron a acumularse pruebas puramente químicas que indicaban que lo
afirmado por Avogadro podría ser cierto después de todo. A mediados de siglo, químicos más
jóvenes como Alexander Williamson en Inglaterra, Charles Gerhardt y Charles-Adolphe
Wurtz en Francia y August Kekulé en Alemania, empezaron a proponer la reforma de la
química teórica para que se ajustara a la teoría de Avogadro.
Alfred Nobel que se enriqueció con el descubrimiento de la dinamita a su muerte donó la mayor parte de
su fortuna para los Premios Nobel.
Los últimos defensores del vitalismo negaban la cualidad de sustancia orgánica a un producto
de desecho como la urea. Pero en 1847 Hermann Kolbe consiguió sintetizar otra sustancia
orgánica, el ácido acético, a partir de fuentes totalmente inorgánicas, quedando refutado sin
lugar a dudas el vitalismo. La síntesis de la urea abrió el camino para las síntesis orgánica de
cientos de productos. Ya en 1838 Alexandre Wosrerenski obtuvo la quinona a partir de
la quinina. El desarrollo de la química orgánica en la segunda mitad del siglo XIX estuvo
impulsado inicialmente por la búsqueda de nuevos colorantes o tintessintéticos. Hasta la
época solo se podía teñir mediante productos naturales como la cochinilla que resultaban muy
caros. El descubrimiento de la anilina por Runge y la primera síntesis de un colorante artificial
realizada por Perkin abrió grandes posibilidades comerciales. En 1856, William Henry Perkin,
con 18 años, desafiado por su profesor August Wilhelm von Hofmann intentaba sintetizar,
usando como precursor alquitrán de hulla, la quinina, el medicamento contra la malaria, que
hasta entonces era escasa por ser un producto natural. En uno de los intentos
Perkin oxidó anilina usando dicromato potásico, las impurezas de toluidina reaccionaron con la
anilina produciendo un precipitado negro, lo que parecía indicar una síntesis fallida. Al limpiar
el matraz con alcohol, Perkin notó que la solución se volvía morada, a causa de un
subproducto que resultaría ser el primer colorante sintético, la malveína o malva de Perkin.
Este descubrimiento originaría la industria de los tintes sintéticos, una de las primeras
industrias químicas de éxito. En 1865 Adolf von Baeyer empezó a fabricar el añil, el tinte de
los pantalones vaqueros, hasta entonces obtenido del índigo, un hito en la industria de la
química orgánica que revolucionó la industria de los tintes.
Otra importante industria de compuestos orgánicos en la época fue la de los explosivos. En
1847, el químico italiano Ascanio Sobrerodescubrió la nitroglicerina, que revolucionaría la
minería, pero que resultaba extremadamente peligrosa. El químico sueco Alfred
Nobeldescubrió que cuando la nitroglicerina era absorbida por una sustancia inerte como
la tierra de diatomeas, resultaba más segura y manejable; y patentó esta mezcla en 1867 con
el nombre de dinamita. Nobel posteriormente combinó la nitroglicerina con varios compuestos
de nitrocelulosa, similares al colodión, que en combinación de otro explosivo de nitrato resultó
una receta más eficiente. El compuesto obtenido, una sustancia gelatinosa transparente con
un poder explosivo mayor que la dinamita, se denominó gelignita y fue patentada en 1876.
Este descubrimiento fue seguido por una multitud de combinaciones similares, que se
modificaban por la adición de nitrato potásico y otras sustancias.
En 1855, Benjamin Silliman Jr. inició los métodos de craqueo del petróleo, que son la base de
la industria petroquímica actual.87 La importancia de los derivados del petróleo hicieron que la
industria derivada de la química orgánica adquiriera la dimensión que tiene actualmente, con
productos como los plásticos, los carburantes, los adhesivos, etc. La industria de los plásticos
se inició en 1862 cuando Alexander Parkes mostró en la exposición universal de
Londres la parkesina, uno de los primeros polímeros sintéticos. Aunque el primer plástico
comercializado a gran escala (la baquelita) no empezaría a su distribución hasta el inicio del
siglo XX.
La fabricación industrial de fármacos sintéticos se inició con la aspirina en 1897, cuando Felix
Hoffmann descubrió en los laboratorios Bayer un proceso para obtener ácido acetil salicílico a
gran escala y con gran pureza.
Véanse también: Cronología de la Química orgánica y Síntesis de Wöhler.
En 1840 Germain Hess propuso la ley de Hess, uno de los primeros pasos hacia la ley de
conservación de la energía, que establece que la energía absorbida o desprendida en una
reacción depende solo de los reactivos iniciales y productos finales, es independiente del tipo
o número de pasos intermedios. En 1848 William Thomson (barón de Kelvin) estableció el
concepto de cero absoluto, la temperatura a la que todas las moléculas detienen su
movimiento por completo. En 1849 Louis Pasteur descubrió que la mezcla racémica de ácido
tartárico se trata de una mezcla de isómeros levógiros y dextrógiros, clarificando la naturaleza
de la rotación óptica iniciando el campo de la estereoquímica.88
En 1852, August Beer estableció la ley de Beer, que relaciona la intensidad de luz absorbida
por la disolución de una sustancia con su concentración y las propiedades de dicha sustancia.
Se basa parcialmente en una obra anterior de Pierre Bouguer y Johann Heinrich Lambert.
Esta fórmula será la base de la técnica analítica conocida como espectrofotometría,89 el
análisis de sustancias químicas mediante la comparación del tipo y cantidad de luz que
absorben.
Stanislao Cannizzaro consiguió la reforma que impuso la hipótesis de Avogadro, en la que se basa el
actual sistema de pesos atómicos y formulación.
La hipótesis de Avogadro empezó a conseguir aceptación entre los químicos solo después de
que su compatriota Stanislao Cannizzaro demostrara su valor en 1858, dos años después de
la muerte de Avogadro. La investigación de Cannizzaro originalmente se centraba en el
análisis de productos naturales y las reacciones de los compuestos aromáticos. En 1853,
descubrió que cuando se trataba el benzaldehído con una base se obtenía una mezcla
de ácido benzóico y alcohol bencílico, un fenómeno conocido actualmente como reacción de
Cannizzaro. Cannizzaro explicó en un folleto escrito en 1858 que con la aplicación de las
ideas de Avogadro se podía construir una teoría estructural química robusta y consistente, y
que coincidía con casi todas las pruebas empíricas disponibles en la época. Por ejemplo,
señaló que algunos gases elementales eran monoatómicos, aunque la mayoría
eran diatómicos, y unos pocos eran incluso más complejos. Otro punto de discusión que
trataba fue las fórmulas de los compuestos de metales alcalinos (como el sodio) y
los alcalinotérreos (como el calcio). En vista de sus llamativas similitudes químicas la mayoría
de los químicos les habían asignado el mismo tipo de fórmula. Cannizzaro discrepaba y situó
a estos metales en dos grupos diferentes lo que eliminaba ciertas anomalías que se daban al
intentar deducir sus propiedades a partir de sus pesos atómicos. Lamentablemente el folleto
de Cannizzaro inicialmente solo se publicó en Italia y tuvo muy poca difusión.
El verdadero impacto del pasquín de Cannizzaro tuvo lugar en el congreso de Karlsruhe, el
primer congreso internacional de química que se reunió en la ciudad alemana de Karlsruhe en
septiembre de 1860, con el objetivo principal de unificar criterios. Estaba organizado
por August Kekulé, Charles Adolphe Wurtz y Karl Weltzien,90 y congregó a los químicos
europeos más importantes de la época. Cannizzaro fue muy elocuente, lógico y didáctico en
su exposición, causando una gran impresión en la asamblea. Además su amigo Angelo Pavesi
distribuyó su folleto entre todos los asistentes al final de la reunión, cuya lectura convenció
definitivamente a la mayoría.91 Así Cannizzaro desempeñó un papel fundamental en la
reforma que impuso la tesis de Avogadro. El sistema de formulación y pesos atómicos
resultante fue adoptado por la mayoría de los químicos, y es en esencia el que se usa
actualmente.
Espectroscopía y tubos de descarga[editar]
Tubo de Crookes a la luz y en oscuridad. Los electrones se desplazan en línea recta desde
el cátodo (izquierda), como prueba la aparición de la sombra en forma de cruz en el fondo derecho. El
ánodo está en el borne inferior.
A mediados del siglo XIX se crearon dos técnicas que resultarían fundamentales para el
estudio de la estructura del átomo: la espectroscopía y los tubos de descarga. Entre 1859 y
1860 Robert Bunsen y Gustav Kirchhoff crearon el análisis de espectros. Los espectros
atómicos son series de líneas que registran la energía emitida o absorbida por los átomos. En
un espectrómetro se excitaba una muestra gaseosa, generalmente calentándola, y se hacía
pasar la luz resultante por un prisma que separaba la energía de distintas frecuencias, que se
imprimían haciéndolas pasar por una placa fotográfica. Si el espectro era de absorción lo que
se descomponía era la luz que se hacía pasar a través de la muestra de gas, y se registraban
las frecuencias que absorbía. El resultado era una tira de papel con series de líneas en
distintas posiciones según los distintos elementos, que representaban las frecuencias de
emisión o absorción características de cada elemento. Bunsen y Kirchoff usaron la
espectroscopía para el análisis químico, al poder identificar con esta técnica la presencia de
sustancias nuevas en las muestras, y así consiguieron descubrir el cesio y el rubidio.
Enseguida los científicos se dieron cuenta que las líneas de los espectros se disponían de
forma periódica en series matemáticamente formulables, y posteriormente se asociarían con la
estructura de los átomos.
Esquema del espectro de emisión del hidrógeno, con colores para diferenciar las distintas series
identificadas
Los tubos de descarga consistían en tubos de vidrio en los que se hacía parcialmente el vacío,
por lo que en su interior quedaba un gas en concentración muy pequeña (denominado gas
enrarecido). Dentro se alojaban además dos bornes separados (ánodo y cátodo) de un circuito
eléctrico, y se estudiaba lo que ocurría en el interior cuando se hacía pasar una corriente
eléctrica a través del tubo. El químico y físico inglés William Crookes fue el pionero en el
campo de los tubos de descarga, al inventar el tubo de Crookes, un tubo de descarga
experimental en el que pudo estudiar el comportamiento de los rayos catódicos que lo
atravesaban. Crookes destacó por estos estudios de los rayos catódicos al resultar
fundamentales para el desarrollo de la física atómica, puesto que ayudaron a desvelar la
estructura del átomo. Sus investigaciones consistieron en observar los efectos de las
descargas eléctricas en el espacio oscuro alrededor del cátodo, situado en el interior de los
tubos que tenían una atmósfera muy tenue de gas, actualmente es denominado espacio
oscuro de Crookes en su honor. Demostró que los rayos catódicos se desplazaban en líneas
rectas y producían fosforescencia al chocar con determinadas sustancias (luego estaban
formados por partículas materiales cargadas negativamente). Además Crookes aplicó las
técnicas espectroscópicas para estudiar los compuestos de selenio. En 1861 Crookes usó el
mismo proceso para descubrir el talio en algunos depósitos seleníferos. Continuó trabajando
con el nuevo elemento, lo aisló y estudió sus propiedades, y en 1873 determinó su peso
atómico.
August Kekulé
La contribución más importante del químico alemán Friedrich August Kekulé von
Stradonitz fue su teoría estructural para los compuestos orgánicos, resumida en dos artículos
publicados en 1857 y 1858 y desarrollada en gran detalle en su popular obra Lehrbuch der
organischen Chemie (Manual de química orgánica), cuyo primer tomo apareció en 1859 y
terminó teniendo cuatro volúmenes. Kekulé explicó que los átomos de carbonotetravalentes
(que pueden formar cuatro enlaces químicos) se unen unos a otros para formar cadenas, que
denominó cadena de carbonos o carboesqueleto, y con el resto de valencias se pueden unir a
otros tipos de átomos (como hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y cloro). Estaba convencido de que
era posible encontrar esta estructura en todas las moléculas orgánicas, al menos en todas las
conocidas en la época. Kekule no era el único químico de la época en creerlo. El químico
escocés Archibald Scott Couper publicó una teoría similar casi al mismo tiempo, y el
ruso Aleksandr Butlerov hizo mucho por clarificar y expandir la teoría. Sin embargo Kekulé fue
el principal difusor de la teoría y sus ideas prevalecieron en la comunidad científica.
En 1864, Cato Maximilian Guldberg y Peter Waage, a partir de las ideas de Claude Louis
Berthollet propusieron la ley de acción de masas. En 1865, Johann Josef Loschmidt determinó
el número exacto de moléculas que contiene un mol de sustancia, posteriormente
denominado constante de Avogadro.
En 1865, August Kekulé se basó parcialmente en el trabajo de Loschmidt, entre otros, para
establecer la estructura del benceno, explicándola como un anillo de seis átomos de carbono
con enlaces simples y dobles alternados. La novedosa propuesta de Kekulé de estructura
cíclica del benceno fue muy polémica pero nadie en la época aportó una mejor. Actualmente
se sabe que gran parte de los compuestos orgánicos contienen estructuras cíclicas como el
benceno, denominadas aromáticas.
Pero quien terminó dando sentido a una lista ordenada de los elementos conocidos (que nos
ayudaría a entender la estructura interna de los átomos) fue Dmitri Ivanovich Mendeléyev al
desarrollar la primera tabla periódica de los elementos moderna. El químico ruso Mendeléyev
intuyó que había algún tipo de orden entre los elementos y pasó más de treinta años
recolectando datos y dando forma al concepto, inicialmente con la intención de aclarar el
desorden para sus alumnos. Mendeléyev acomodó los 66 elementos conocidos en ese
momento en su tabla periódica por orden creciente de peso atómico, pero también atendiendo
a sus propiedades, y acertó al dejar huecos en la tabla para elementos todavía no
descubiertos. Mendeléyev descubrió que cuando se ordenaban los elementos químicos en fila
según aumentaba el peso atómico, hasta llegar a uno que tuviera propiedades similares al
inicial, que se situaría en una nueva fila debajo, en la tabla resultante se encontraban patrones
recurrentes, o periodicidad, en las propiedades de los elementos tanto en las filas (periodos)
como en las columnas (grupos). Publicó su descubrimiento en 1869 en su obra Principios de
química. Además su sistema le permitió predecir con bastante exactitud las propiedades de
elementos no descubiertos hasta el momento. En su versión de la tabla de 1871, predijo las
propiedades que tendrían probablemente tres elementos todavía no descubiertos a los que
denominó ekaboro (Eb), ekaaluminio (Ea) y ekasilicio (Es), que coincidieron con las
del escandio, galio y germanio, al ser descubiertos, lo que consiguió la aceptación
generalizada de este sistema de ordenación.
Sin embargo, la tabla de Mendeléyev no era del todo perfecta. Posteriormente tras el
descubrimiento de varios elementos nuevos y de perfeccionarse los métodos de
determinación de las masas atómicas, se descubrió que algunos elementos no estaban en el
orden correcto. La causa de este problema la determinaría más adelante el químico
inglés Henry Moseley, cuando se conociera mejor la naturaleza del átomo, quién descubrió
que lo que determinaba un claro patrón periódico de las propiedades de los átomos, es el
número de protones que contiene cada elemento en su núcleo, o número atómico, y no
la masa atómica. Además no aparecía ninguna columna para los gases nobles, pero en esas
fechas no se conocía todavía ninguno.
Josiah Willard Gibbs[editar]
J. Willard Gibbs formuló el concepto de equilibrio termodinámico en términos de energía y entropía, y los
relacionó con el movimiento de las partículas
Jacobus Henricus van 't Hoffganó el primer Premio Nobel de química de la historia por sus trabajos
sobre la dinámica química y las disoluciones
En 1873, Jacobus Henricus van 't Hoff y Joseph Achille Le Bel trabajando independientemente
desarrollaron un modelo de enlace químico que explicaba los experimentos de quiralidad de
Pasteur y proporcionaba una causa física para la actividad óptica de los compuestos
quirales.94 La publicación de van 't Hoff Voorstel tot Uitbreiding der Tegenwoordige in de
Scheikunde gebruikte Structuurformules in de Ruimte (Propuesta para el desarrollo de las
fórmulas químicas estructurales de tres dimensiones), que constaba de doce páginas de texto
y una de diagramas, impulsó el desarrollo de la estereoquímica. En esta publicación se trata
del concepto de «átomo de carbono asimétrico» que explica la existencia de numerosos
isómeros, que no se podían explicar con las fórmulas estructurales existentes hasta entonces.
Además señalaba que existía relación entre la actividad óptica y esta asimetría del átomo de
carbono. Además, en 1884 Jacobus Henricus van 't Hoff publicó Études de Dynamique
chimique (Estudios de química dinámica), un influyente ensayo sobre cinética química.95 En
esta obra explica la relación termodinámica entre el calor de reacción y el desplazamiento del
equilibrio como resultado de una variación de temperatura. A volumen constante, el equilibrio
de un sistema tiende a desplazarse hacia la dirección que se oponga al cambio de
temperatura. Este principio sería ampliado al año siguiente por Henry Louis Le Châtelier,
incluyendo los cambios de volumen y presión. Esta regla denominado principio de Le
Chatelier, explica los efectos que ejercen las influencias externas sobre la dinámica del
equilibrio químico.96
Svante Arrhenius, Premio Nobel de Química de 1903 por su contribución en el campo de
las disociaciones electrolíticas97
En 1883, científico sueco Svante Arrhenius desarrolló la teoría iónica para explicar la
conductividad de los electrolitos,98 suponiendo que algunos solutos que en estado sólido eran
neutros se componían de partículas cargadas (iones) que compensaban su carga entre sí, y
que se separaban en el seno de una disolución. En 1885 J. H. van 't Hoff publicó L'Équilibre
chimique dans les Systèmes gazeux ou dissous à I'État dilué (Equilibrio químico en sistemas
gaseosos o de soluciones muy diluidas), donde demuestra que la "presión osmótica" en las
soluciones que están suficientemente diluidas es proporcional a la concentración y la
temperatura absoluta, de forma que esta presión puede expresarse por una fórmula que solo
se diferencia de la ecuación de presión de los gases en un coeficiente i. También determinó el
valor de este i por varios métodos. Así van 't Hoff pudo probar que las leyes de la
termodinámica para los gases también podían aplicarse a las soluciones diluidas. Además sus
leyes para la presión demostraron la validez de la teoría de la disociación electrolítica de
Arrhenius.
Descubrimientos de finales del siglo XIX[editar]
Marie Curie fue la primera persona en ganar dos premios Nobel (y la única hasta la fecha en dos
disciplinas científicas distintas) por sus trabajos en el campo de la radioactividad
Pierre Curie y Marie Curie fue un matrimonio franco-polaco de científicos famoso por su
investigación pionera en el campo de la radioactividad. Se considera que la investigación que
realizaron ambos y Henri Becquerel fue la piedra angular de la era nuclear. Marie quedó
fascinada con la obra de Becquerel, el físico francés que descubrió en 1896 que
el uranio emitía rayos similares a los rayos X descubiertos por Wilhelm Röntgen. Marie Curie
empezó a estudiar el uranio a finales de 1897 y teorizó, según un artículo suyo de 1904: «que
la emisión de rayos de los compuestos de uranio es una propiedad del propio metal, que es
una propiedad atómica del elemento uranio independiente de su estado químico o físico.»
Curie continuó y amplió el trabajo de Becquerel realizando sus propios experimentos sobre las
emisiones del uranio. Descubrió que las emisiones de rayos eran constantes, sin importar la
forma o las condiciones en que se encontrara el uranio, por lo que supuso que se debían a la
estructura atómica del elemento. Este descubrimiento supondría el inicio de la física atómica.
Los Curie acuñaron el término radioactividad para describir el fenómeno.
Pierre Curie además de la radiactividad estudió además el magnetismo, descubriendo la ley de Curie y
la temperatura de Curie
Pierre y Marie prosiguieron estudiando las sustancias radiactivas separando las presentes en
toneladas de la mena de uranio y usando el electrómetro para medir la radiación y detectar
cualquier mínima cantidad de elementos radiactivos, una tarea que requiere recursos
industriales y que ellos consiguieron en condiciones relativamente rudimentarias. Trabajando
con el pechblenda la pareja descubrió un nuevo elemento radiactivo, al que llamaron polonio,
en honor del país de origen de Marie. El 21 de diciembre de 1898, descubrieron la presencia
de otro elemento radiactivo en la pechblenda, el radio. Entonces la pareja Curie inició el
trabajo para aislar el polonio y el radio de sus compuestos naturales, para demostrar que eran
elementos químicos. En 1902, los Curie anunciaron que habían conseguido un decigramo de
radio puro. Les llevó tres años aislar el radio pero nunca fueron capaces de aislar el polonio.
Los Curie, junto a Henri Becquerel, recibieron el Premio Nobel de física de 1903 por su estudio
de la radiactividad. Marie Curie recibió el Premio Nobel de química en 1911 por el
descubrimiento del radio y el polonio. Por ello Marie Curie fue la primera mujer en recibir
un Premio Nobel, la primera persona en recibir dos Premios Nobel y la única en recibirlos en
dos disciplinas científicas diferentes.
Aunque Pierre trabajó junto a Marie en la extracción de sustancias de las minas minerales se
concentró en el estudio físico de la radiación de los nuevos elementos (incluidos los efectos
químicos y luminosos). Utilizando campos magnéticos sobre los rayos que emitía el radio,
consiguió demostrar que contenía partículas positivas, negativas y radiación ionizante,
que Ernest Rutherford posteriormente denominaría rayos alfa, betay gamma. Pierre entonces
estudió estas radiaciones por calorimetría y observó los efectos físicos del radio, abriendo el
camino de la radioterapia, y posteriormente Marie Curie supervisó los primeros tratamientos
de radioterapia contra el cáncer. Pierre Curie además estudió el magnetismo y descubrió que
las sustancias ferromagneticas pierden sus propiedades magnéticas por encima de una
temperatura crítica, denominada temperatura de Curie. Lamentablemente falleció
tempranamente en 1906 atropellado por un carruaje en París. Sus obras completas se
publicaron en 1908.
A principios de este siglo surgen varios modelos atómicos que tratarían de paliar las
deficiencias de la teoría atómica de Dalton, que se basaron en gran medida en los datos
acumulados por la espectroscopía y los experimentos con tubos de descarga en la última
parte del siglo anterior. Tras haber descubierto la existencia de los electrones, en 1903 el
primero en elaborar un nuevo modelo atómico fue J. J. Thomson que propuso que los
electrones se distribuían uniformemente en el interior del átomo suspendidos en una nube de
carga positiva, por lo que a su teoría se la denominó modelo del budín de pasas. En 1904 el
físico japonés Hantaro Nagaoka propuso uno modelo atómico orbital con un núcleo denso y
macizo.103
En 1903, el botánico ruso Mikhail Tsvet inventó la cromatografía, una técnica trascendental
para la química analítica, con la intención de separar sustancias contenidas en las plantas. La
cromatografía es un método físico para separar mezclas complejas que se basa el principio de
retención selectiva, ya que diferencias sutiles en el coeficiente de partición de los compuestos
da como resultado una retención diferencial sobre una fase estacionaria y por tanto una
separación efectiva, lo que permite identificar y determinar las cantidades de dichos
componentes.
En 1905, Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el proceso de Haber para fabricar a escala
industrial amoniaco, un hito en la industria química con grandes consecuencias en la
producción de fertilizantes y de munición. Actualmente la producción de alimentos de la mitad
de la población del mundo depende de este método para la producción de fertilizantes. Haber,
junto a Max Born, propuso el ciclo de Born-Haber para calcular la energía reticular en la
formación de compuestos cristalinos iónicos. Además Haber es considerado el «padre de
la guerra química» por el desarrollo de gases tóxicos que se usarían en la Primera Guerra
Mundial.
En 1905, Albert Einstein explicó el movimiento browniano de forma que sustentaba
definitivamente la teoría atómica. En 1907, Leo Baekelandinventó la baquelita, el primer
plástico que se comercializó con éxito.
En 1909, el físico estadounidense Robert Andrews Millikan (discípulo de Walther Nernst y Max
Planck) midió con gran precisión la carga individual del electrón, con su famoso experimento
de las gotas de aceite, y consiguió confirmar que todos los electrones tenían la misma carga y
masa. Y el mismo año S. P. L. Sørensen inventó el concepto de pH y desarrolló métodos para
medir la acidez.
En 1911, Antonius Van den Broek propuso la idea que los elementos de la tabla periódica se
ordenaran según las cargas positivas de su núcleo, en lugar de por su peso atómico. En 1911
se realizó el primer Congreso Solvay en Bruselas con la asistencia de los químicos y físicos
más prominentes de la época. En 1912 William Henry Bragg y William Lawrence
Bragg propusieron la ley de Bragg que creó el campo de la cristalografía de rayos X,
fundamental para estudiar la estructura cristalina de las sustancias químicas. También en
1912 Peter Debye desarrolló el concepto de dipolo molecular para describir la distribución
asimétrica de carga de algunas moléculas.
Experimento de Rutherford.
Arriba: el resultado previsto si hubiera sido válido el modelo atómico de Thomson. Abajo: el resultado del
experimento que demostró la existencia de un núcleo central positivo en el átomo.
Ernest Rutherford y su modelo atómico[editar]
El modelo de Bohr para el átomo de hidrógeno (Z = 1) o iones monoelectrónicos (Z > 1) introduce el concepto de cuantización
(determinada por n, número cuántico principal) a las órbitas permitidas al electrón, que emite o absorbe energía al pasar de una a
otra (hν).105
En el modelo de Bohr los electrones giran en órbitas circulares alrededor del núcleo en niveles
cuantizados, es decir, solo determinados radios estaban permitidos. Las órbitas intermedias
no existen y los electrones emiten o absorben energía para pasar a órbitas más bajas o altas,
respectivamente. Como los electrones solo se encuentran en determinadas órbitas
características de cada átomo, la magnitud de los saltos de energía que dan al ser excitados
son únicos para cada elemento, y serían los que recogen los espectros atómicos. El gran éxito
de este modelo fue que las líneas del espectro de emisión experimental del hidrógeno
coincidían perfectamente con lo predicho por él. El modelo atómico de Bohr supuso un gran
progreso, pero fue criticado por no explicar la causa de la cuantización (la planteó como un
postulado) y su éxito con los espectros atómicos se reducía al hidrógeno y los iones con un
solo electrón, no es capaz de predecir las interacciones más complejas en átomos con más de
un electrón.
Neils Bohr además trabajó en el principio de complementariedad que afirma que el
comportamiento del electrón puede interpretarse de dos formas válidas, como una onda o
como una partícula, o lo que es lo mismo que las teorías corpuscular y ondulatoria de la luz no
se excluyen sino que se complementan.
En 1913 Henry Moseley, trabajando sobre la idea inicial de Van den Broek, introdujo el
concepto de número atómico para arreglar los desajustes de la tabla periódica de Mendeléyev,
que se basaba en el peso atómico. También en 1913 J. J. Thomson amplió la obra de Wien
demostrando que las partículas subatómicas podían separarse según su relación carga masa,
con una técnica denominada espectrometría de masas. El mismo año Frederick
Soddy formuló el concepto de isótopo, afirmando que existían ciertos elementos con dos o
más formas, con idénticas propiedades químicas, pero distinto peso atómico (contradiciendo
el 2º postulado de Dalton). Además en 1917 Soddy descubrió el elemento protactinio.
En el año 1918, Ernest Rutherford descubrió que cuando se disparaban partículas alfa contra
el nitrógeno gas, sus detectores de centelleocaptaban núcleos de hidrógeno, por lo que
determinó que el núcleo de hidrógeno debía ser una partícula fundamental, descubriendo así
el protón. Además Rutherford propuso en 1920 la existencia de partículas neutras en el núcleo
para explicar que los núcleos no se desintegrasen por la repulsión electromagnética de los
protones.106 Y finalmente James Chadwick en el año 1932 descubrió una partícula nuclear de
masa similar al protón pero de carga neutra, al que denominó neutrón.107 Este descubrimiento
explicaba los desajustes de la tabla periódica de Mendeléyev (la presencia de neutrones podía
aumentar el peso atómico, pero no la carga del núcleo ni su número atómico), justificando así
la modificación de Henry Moseley, y también la existencia de los isótopos (los isótopos tenían
el mismo número de protones pero distinto de neutrones).
En 1916, Arnold Sommerfeld perfeccionó el modelo atómico de Bohr con el modelo atómico
de Sommerfeld, que introdujo las órbitas elípticas con un nuevo número cuántico, el azimutal,
y postulando que no solo el electrón se movía sino que también el núcleo giraba alrededor
del centro de masas.
En 1931, Harold Clayton Urey detectó por primera vez uno de los isótopos más destacados,
el deuterio o hidrógeno pesado.108
Gilbert N. Lewis[editar]
Artículo principal: Gilbert N. Lewis
El físico químico estadounidense Gilbert Newton Lewis inició la teoría del enlace de valencia.
Esta teoría se basa en que los enlaces químicos dependen de la cantidad de electrones que
tengan los átomos en su capa más externa, o capa de valencia. En 1902, mientras Lewis
intentaba explicar la valencia a sus alumnos, representó los átomos como si fueran cubos con
los electrones en los vértices. Estos «átomos cúbicos» servían para explicar los ocho grupos
de la tabla periódica y representaban la idea de que los enlaces químicos se formaban para
que los átomos se transfirieran electrones unos a otros con objeto de completar los ocho
electrones exteriores, un octeto, necesarios para alcanzar la estabilidad al conseguir la misma
configuración electrónica exterior que un gas noble.
La teoría de Lewis del enlace químico siguió evolucionando y en 1916 publicó su influyente
artículo The Atom of the Molecule (el átomo de la molécula), donde propuso que un enlace
químico se forma por la interacción conjunta de dos electrones compartidos. El modelo de
Lewis identificaba el enlace químico clásico con la compartición de un par de electrones entre
los dos átomos enlazados. Lewis introdujo en este artículo los «diagramas de electrones de
puntos» para representar las estructuras electrónicas de los átomos y las moléculas que
actualmente se conocen como estructuras de Lewis, que se usan prácticamente en todos los
libros de texto de introducción a la química.
Poco después de la publicación de este artículo de 1916, Lewis empezó a dedicarse a la
investigación militar. No volvió al campo del enlace químico hasta 1923, cuando resumió
magistralmente su modelo en la obra titulada Valence and the Structure of Atoms and
Molecules (Valencia y la estructura de átomos y moléculas). Este renovado interés por la
materia fue promovido por las actividades del químico estadounidense Irving Langmuir,
investigador de General Electric, que entre 1919 y 1921 popularizó y desarrolló el modelo de
Lewis. Posteriormente Langmuir acuñó el término enlace covalente. En 1921, Otto
Stern y Walther Gerlach estabecieron el concepto mecánico cuántico de spin para las
partículas subatómicas, que apoyaba la idea de pares de electrones.
Lewis desarrolló en 1923 la teoría del par de electrones libres para los ácidos y bases. Lewis
redefinió el concepto de ácido para ampliarlo a cualquier átomo o molécula con un octeto
incompleto capaz de aceptar un par de electrones. Y en contrapartida, las bases serían
cualquier sustancia con su octeto completo y un par de electrones libres de enlace que pueda
actuar como donante a un ácido. Los ácidos y bases de esta teoría se conocen como ácidos y
bases de Lewis. En 1923, G. N. Lewis y Merle Randall publicaron Thermodynamics and the
Free Energy of Chemical Substances(Termodinámica y la energía libre de las sustancias
químicas), el primer tratado de termodinámica química moderno.
En la década de 1920, se adoptó rápidamente el modelo de Lewis de los pares de electrones
principalmente en los campos de la química orgánica y la coordinación. En química orgánica
esta aplicación se debe principalmente a la labor de los químicos británicos Arthur
Lapworth, Robert Robinson, Thomas Lowry y Christopher Ingold; mientras que en el campo de
la química de la coordinación el modelo de Lewis fue promocionado por las obras del químico
estadounidense Maurice Huggins y el británico Nevil Sidgwick.
Mecánica cuántica[editar]
Artículos principales: Louis de Broglie, Wolfgang Pauli, Erwin Schrödinger, Ecuación de
Schrödinger y Ecuación de Dirac.
Paul Dirac, junto a Schrödinger, ganó el Premio Nobel de física de 1933 por sus contribuciones a la
teoría atómica
En 1926, a la edad de 39 años, el físico teórico Erwin Schrödinger creó la obra considerada el
pilar de la mecánica cuántica ondulatoria. En esta obra describe su ecuación de diferenciales
parciales que es la ecuación básica de la mecánica cuántica y que supone para la mecánica
del átomo lo mismo que las leyes de Newton supusieron para la comprensión del movimiento
de los planetas. Adoptando la propuesta de Louis de Broglie en 1924 de que la materia tiene
una naturaleza dual y que en algunas situaciones se comportan como las ondas, Schrödinger
desarrolla la teoría de este comportamiento plasmándolo en una ecuación de onda,
actualmente conocida como la ecuación de Schrödinger. Las soluciones de la ecuación de
Schrödinger, a diferencia de las ecuaciones de Newton, son funciones de onda que describen
la probabilidad de que ocurra un hecho físico. La secuencia de trayectorias y posiciones
fácilmente visualizables de la mecánica de Newton, en la mecánica cuántica se reemplazan
por una noción más abstracta de probabilidades, lo que la hace más oscura y origina algunas
paradojas. Por ejemplo a partir del modelo atómico de Schrödinger los electrones ya no se
describirán en órbitas alrededor del átomo sino en orbitales.
El físico teórico alemán Werner Heisenberg también fue uno de los creadores clave de la
mecánica cuántica. En 1925, Heisenberg descubrió la manera de formular las ecuaciones de
la mecánica cuántica en términos de matrices. Por este descubrimiento sería galardonado con
el Premio Nobel de Física de 1932, y en el futuro facilitaría el cálculo computacional. En 1927
publicó su principio de incertidumbre, en el que basó su pensamiento y por el que es más
famoso. Con él Heisenberg demostró que al estudiar un electrón en un átomo se podía
determinar su posición o su velocidad, pero era imposible conocer las dos al mismo tiempo.
En 1928, Paul Dirac formuló la ecuación de Dirac, una ecuación de onda relativista para
partículas de espín ½, como el electrón, que es completamente consistente tanto con los
principios de la mecánica cuántica como con la teoría de la relatividad especial, cuya
aplicación a los átomos hidrogenoides da lugar al modelo atómico de Dirac.
Al comprobarse que los átomos no hacen honor a su nombre (se dividen en partes),
el comportamiento ondulatorio de las partículas subatómicas y la potencialidad energética de
las reacciones nucleares se redefiniría el ámbito de la química (como única ciencia que
estudiaba la materia) quedando el estudio de la estructura del interior de átomo en el campo
de la física.
Química cuántica[editar]
Artículo principal: Química cuántica
Una vez asumidos los principios de la mecánica cuántica surge la química cuántica para
aplicarlos al estudio de los enlaces químicos y de las estructuras de
las moléculas y estructuras cristalinas. Algunos consideran que la química cuántica nació en
1926 con la ecuación de Schrödinger y su aplicación al átomo de hidrógeno, mientras que
otros consideran que arranca en 1927 con el artículo «Wechselwirkung neutraler Atome und
Homöopolare Bindung nach der Quantenmechanik» («La interacción de los átomos neutros y
el enlace homopolar según la mecánica cuántica») de Walter Heitler y Fritz London109110 Esta
es la primera aplicación de la mecánica cuántica a la molécula de hidrógeno y al fenómeno del
enlace químico. En los años siguientes se fueron acumulando progresos con los trabajos
de Edward Teller, Friedrich Hund, Robert S. Mulliken, Max Born, J. Robert
Oppenheimer, Linus Pauling, Erich Hückel, Douglas Hartree, Vladimir Aleksandrovich Fock,
entre otros, que dilucidaron que las propiedades químicas estaban determinadas por
las estructuras electrónicas de los átomos y sus compuestos.
Buckminsterfullereno, C60