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Introducción.
Este documento tiene como fin identificar cuáles son los casos que se aplican al
despedir a un trabajador por justa causa a raíz de una enfermedad común que no
puede ser curada en el laxo de 180 días. De igual manera se plasmara en el
siguiente documento las razones porque sería despedido un trabajador llegando al
punto que tanto el trabajador como el empleador al tomarse esta decisión se están
cuidando así mismo y a los demás trabajadores.
Código sustantivo del trabajo artículo 62. Terminación del contrato por justa
causa.
En el numeral 15 del código sustantivo del trabajo expone lo siguiente:
“La enfermedad contagiosa o crónica del trabajador, que no tenga carácter de
profesional, así como cualquiera otra enfermedad o lesión que lo incapacite para el
trabajo, cuya curación no haya sido posible durante ciento ochenta (180) días. El
despido por esta causa no podrá efectuarse sino al vencimiento de dicho lapso y no
exime al {empleador} de las prestaciones e indemnizaciones legales y
convencionales derivadas de la enfermedad.”
En este caso también hay un parágrafo que dice: “para la terminación del contrato,
el empleador deberá dar aviso al trabajador con anticipación no menor de quince
(15) días.”
Sentencia.
Dicho estudio se realizó a través de la sentencia número C-079 de 1996, en dicha
providencia la Corte empezó por definir que debe entenderse por enfermedad no
profesional de la siguiente forma: “Es aquel estado patológico morboso, congénito,
o adquirido que sobrevenga al trabajador por cualquier causa, no relacionada con
la actividad específica a que se dedique y determinado por factores independientes
de la clase de labor ejecutada o del medio en que se ha desarrollado el trabajo".
Hay que decir que utilizando como fundamento pronunciamientos previos de la
Corte suprema de justicia señaló que la consagración de esta causal no es más que
el establecimiento de una garantía de estabilidad relativa que beneficia al trabajador,
por lo que no puede entenderse como una prerrogativa a favor del empleador que
lesiona los intereses de aquel, sino que al contrario es una medida de protección
que, al mismo tiempo, ampara la posición del empleador, quien no puede ser
sometido a derivar perjuicio injustificado como consecuencia de la falta de
prestación personal del servicio.
Normatividad.
La Corte avala la norma que consagra como justa la terminación del contrato debido
a la enfermedad contagiosa o crónica del trabajador, que no tenga el carácter de
profesional, así como cualquier otra enfermedad que lo incapacita para la labor,
cuya curación no haya sido posible durante 180 días (Numeral 15 del Artículo 7 del
Decreto 2351 de 1965).
Con lo anterior se denota que el despido por motivos de una mejor prestación del
servicio no tiene aplicación absoluta en Colombia, sino solo en la medida en que las
circunstancias que rodean el hecho se ajusten a las causas consagradas
expresamente por el legislador o se proceda al reconocimiento de la indemnización
tasada por el mismos legislador.
Desde otros enfoques la estabilidad en el empleo también encuentra límites de
carácter económico, así como en las dimensiones colectivas. En lo que respecta a
la primera se ha dicho que: “Las normas relativas a la estabilidad se han visto
confrontadas a una argumentación del tipo económico. La reglamentación limita el
empleo, representa un ataque a la libertad necesaria que debe existir en la esfera
económica, pero la eliminación de esas normas provocaría un aumento del empleo.
Esta argumentación ha demostrado su inexactitud en la práctica y va en contra de
los principios del derecho al trabajo. Una segunda constatación se impone: Ahí
donde un cierto número de normas sobre la estabilidad del empleo han sido
adoptadas, los despidos no han sido frenados.”
Quien responde pasados los 180 días.
La verdadera discusión se ha generado respecto a ¿quién debe responder por el
pago de las incapacidades originadas por enfermedad común que superan los 180
días?, Frente a este punto, la jurisprudencia constitucional ha indicado que el pago
de las incapacidades laborales mayores a 180 días cuando se trata de
enfermedades de origen común, corre a cargo de la administradora de fondos de
pensiones a la cual se encuentre afiliado el trabajador esto es, aquellas que se
causen a partir del día 181 y hasta que se produzca el dictamen de invalidez, y por
lo menos, por 360 días adicionales. Lo anterior, siempre que exista concepto
favorable de rehabilitación o hasta que este se emita, o se pueda efectuar la
calificación de su invalidez que le permita consolidar su prestación pensional o
reincorporarse a sus labores. La postura precedente muestra como la Corte
constitucional se aproxima a brindar una solución al problema jurídico planteado,
pero además resulta interesante así mismo r diciendo en últimas, que debe existir
una armonía entre las entidades de seguridad social y el empleador. En este
sentido, el fondo de pensiones debe responder por el pago de las incapacidades
superiores a180 días, el empleador no debe desvincular al trabajador y las EPS
deben acompañar al trabajador en dicho proceso ante el fondo de pensiones.
En este sentido el fondo de pensiones debe responder por el pago de las incapacidades
superiores a 180 días y el empleador no debe desvincular al trabajador y las EPS deben
acompañar al trabajador en dicho proceso ante el fondo de pensiones.
Ahora bien para que el empleador proceda a invocar este numeral como justa causa
de terminación del contrato no basta con un simple llamado a descargos ni
argumentarlo en el documento que da despido al trabajador, sino que, deben
seguirse los siguientes pasos que señala el decreto 1072 de 2015 que a su vez fue
extraído del artículo 2 del decreto 1373 de 1966.
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REINSTALACIÓN EN EL EMPLEO.
NO ES APLICABLE CUANDO
De acuerdo con el Parágrafo 1° del Artículo 40 del Decreto 1406 de 1999, el cual
fue modificado mediante Decreto 2943 del 17 de diciembre de 2013, estarán a cargo
de los respectivos empleadores las prestaciones económicas correspondientes a
los dos (2) primeros días de incapacidad originada por enfermedad general, tanto
en el sector público como en el privado; y de las Entidades Promotoras de Salud a
partir del tercer (3) día y de conformidad con la normatividad vigente.
En el Sistema General de Riesgos Laborales, las Administradoras de Riesgos
Laborales reconocerán las incapacidades temporales desde el día siguiente de
ocurrido el accidente de trabajo o la enfermedad diagnosticada como laboral.
Sobre este aspecto analizamos que en una enfermedad común la incapacidad corre
desde el mismo día del dictamen médico, mientras que si es de origen profesional
el proceso de incapacidad corre desde el día siguiente de la ocurrencia del
accidente laboral o la determinación de la enfermedad profesional.
El numeral 15 del Artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado por el
Artículo 7º del Decreto 2351 de 1965, establece como justa causa de terminación
del contrato de trabajo en el sector particular, la siguiente: “La enfermedad
contagiosa o crónica del trabajador, que no tenga carácter de profesional, así como
cualquier otra enfermedad o lesión que lo incapacite para el trabajo, cuya curación
no haya sido posible durante ciento ochenta (180) días. El despido por esta causa
no podrá efectuarse sino al vencimiento de dicho lapso y no exime al patrono de las
prestaciones e indemnizaciones legales y convencionales derivadas de la
enfermedad.”
Esto quiere decir que todo trabajador que haya tenido una enfermedad contagiosa
como ejemplo de transmisión sexual y que superados los 180 días de incapacidad,
el empleador puede realizar la terminación del contrato pero debe realizar los pagos
de liquidación y todas las prestaciones sociales y realizar este proceso solo hasta
la terminación del proceso de incapacidad.
Así mismo, el artículo 4º del Decreto 1373 de 1966, reglamentario del Decreto
Extraordinario número 2351 de 1965, dispone que “De acuerdo con el numeral 15
del artículo 7º del Decreto 2351 de 1965, la enfermedad contagiosa o crónica del
trabajador, que no tenga carácter profesional, así como cualquier otra enfermedad
o lesión que lo incapacite para el trabajo, cuya duración no haya sido posible durante
ciento ochenta (180) días, es justa causa para dar por terminado unilateralmente el
contrato de trabajo por parte del patrono. El despido por esta causa no podrá
efectuarse sino al vencimiento de dicho lapso, sin perjuicio de la obligación prevista
en el artículo 16 del mismo decreto, cuando a ello haya lugar, y no exime al patrono
de las prestaciones e indemnizaciones legales y convencionales derivadas de la
enfermedad”.