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Aristóteles comienza por advertir, al igual que lo había hecho en su análisis del
concepto de Bien, que la noción de justicia se utiliza con diversos significados. Su
estrategia para determinar estos significados consiste en establecer los distintos
usos del adjetivo injusto. De esta manera, advierte que llamamos injusto tanto al
transgresor de la ley como al codicioso esto es, aquél que atenta contra la igualdad,
al exigir más de los bienes y menos de los males que le corresponden. Esta vía
negativa permite definir dos sentidos centrales del término justicia. En un primer
sentido, justicia es, en cierto modo, lo legal y, en un segundo sentido, es el respeto
a la igualdad o, para ser más precisos, aquello que impide la generación de
desigualdades no justificadas en este sentido, la Revolución Industrial aparece
como un punto de no retorno entre una sociedad rural, acostumbrada a la
producción manual y el transporte basado en la tracción animal, y una sociedad que
comenzó a desarrollar una tecnología que le permitía reducir los tiempos de
producción, multiplicar vertiginosamente los productos fabricados (producción en
masa), medios de transporte con tracción mecánica, así como un aumento en la
calidad de vida y la acumulación de riquezas, nunca visto en una sociedad en donde
los únicos con riquezas eran los nobles, en contraposición del grueso de la
población que vivía en condiciones más bien de pobreza.
Filosóficamente, el grueso de la sociedad concibió al progreso y la tecnología como
el nuevo Dios a seguir, pasando entonces a ser la Ciencia y la Tecnología los
valores a seguir, sentimiento que abarcaría hasta tiempo después de concluida la
Primera Revolución Industrial, llegando incluso a extenderse durante todo el siglo
XX, aun en época de posguerra. En conclusión, en cien años, un siglo, la
Humanidad avanzó –en los términos en los que la visión de Progreso concibe el
crecimiento- más de lo que lo había hecho en todos los siglos, desde su aparición
sobre la faz de la Tierra.
Para que la Revolución Industrial se diera como tal, fue necesario el nacimiento de
la ciencia cuantitativa y experimental y el surgimiento del modo capitalista de
producción. La Revolución Industrial no tuvo su origen en la industria pesada sino
en la industria textil que en ese siglo se encontraba en gran demanda y no podían
ampliar su producción a un ritmo acelerado necesario y tampoco podían bajar los
salarios para conseguir así más fuerza de trabajo, y fue así como se las ingeniaron
para obtener ventajas con el empleo de la energía hidráulica.
A pesar que las condiciones de una vida digna son uno de los presupuestos básicos
de los derechos humanos, ya que sin una vida digna no se puede gozar ninguno de
los otros derechos, en Colombia, lastimosamente, las medidas necesarias y las
acciones para su reclamación, no fueron reconocidas sino hasta la Constitución
Política de 1991.