“Jesús salió de la región de Tiro, pasó de nuevo por Sidón y se

dirigió al lago de Galilea atravesando la región de la Decápolis.

Le llevaron un hombre sordo y tartamudo y le suplicaban que
impusiera las manos sobre él.

Lo tomó, lo apartó de la gente y, a solas, le metió los dedos en

los oídos; después le tocó la lengua con saliva; levantó la vista
al cielo, suspiró y le dijo: ¡EFFETÁ! que significa ábrete.

Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó el impedimento

de la lengua y hablaba normalmente. Les mandó que no lo
dijeran a nadie; pero, cuanto más insistía, más lo pregonaban. Pistas para orar sobre los
Llenos de asombro comentaban: Todo lo ha hecho bien, hace
oír a los sordos y hablar a los mudos” (Mc 7,31-37) sentidos corporales

ver
• cómo me han mirado Dios y los demás... "Vio Dios que todo era bueno"
• cómo ha sido mi mirada: positiva, pesimista, fugaz, superficial, honda...

oír
• de nuevo las palabras que he escuchado de Dios y de los demás
• las palabras que yo he dicho a otros para ser escuchadas

tocar
• sentir de nuevo cómo me ha tocado Dios y lo que me ha dejado tocado…
• cómo es mi contacto con otros: amable, brusco, virtual, profundo…

oler
• como cristiano estoy llamado a ser buen aroma de Cristo en el mundo
• ¿qué olor deja Dios en mí… qué olor dejo yo en otros?

gustar
• agradecer las vivencias que me dejaron buen sabor de boca…
• alegrarme por haber degustado el alimento de la Eucaristía

Señor Jesús, abre mis sentidos para que sepa reconocer tu presencia en mi vida.
Abre mi vista para descubrirte en las personas, sobre todo en las que más sufren.
Abre mi oído para escuchar tu voz en la Palabra y en las esperanzas y fracasos de cada día.
Abre mi gusto para saborear la grandeza de lo pequeño y tu vida entregada como alimento en la Eucaristía.
Abre mi olfato para sentir el buen olor que desprende tu Espíritu cuando saca lo mejor de cada persona.
Abre mi tacto para tocar con misericordia y ternura la complejidad de la vida.
Acércate y dime de nuevo: ¡EFFETÁ! ¡ÁBRETE!