Sunteți pe pagina 1din 4

LA

violencia,
¿INNATA O ADQUIRIDA?
Enrique Soto Eguibar*

Así hallamos en la naturaleza del hombre tres causas ticia. Como sea, una simple introspección nos permi-
principales de discordia. Primera, la competencia; tirá darnos cuenta de que la violencia está fuertemente
segunda, la desconfianza; tercera, la gloria. arraigada en nuestro yo, de que la furia surge de forma
La primera causa impulsa a los hombres a atacarse incontrolada y como espuma nos invade, se aprietan los
para lograr un beneficio; la segunda, para lograr la se- puños y las mandíbulas, se tensan todos los músculos,
guridad; la tercera, para ganar reputación. La primera se acelera el pulso y... lamentablemente, se nubla el pen-
hace uso de la violencia para convertirse en dueña de samiento y pasamos a la acción violenta de forma súbita
las personas, mujeres, niños y ganados de otros hom- e incontrolada. El verdadero problema del mundo mo-
bres; la segunda, para defenderlos; la tercera, recurre derno no es la discusión acerca de si el hombre es un ser
a la fuerza por motivos insignificantes, como una pa- potencialmente violento o no, la verdadera pregunta es
labra, una sonrisa, una opinión distinta, como cual- ¿cómo aprender a controlarnos? Ése es, creo, el meollo
quier otro signo de subestimación, ya sea directamente en del asunto.
sus personas o de modo indirecto en su descendencia, en sus Recientemente, a través de la televisión, se ha enfa-
amigos, en su nación, en su profesión o en su apellido. tizado la importancia de los aspectos biológicos en la
Thomas Hobbes, Leviatán, 1651. aparición de asesinos seriales y en la violencia en ge-
neral. Sin embargo, existe por parte de un grupo muy

T
odos hemos experimentado la intensidad de importante de intelectuales y líderes de opinión, prin-
un ataque de furia. Los motivos pueden ser cipalmente con formación en ciencias sociales, una
muy diversos: desde un vulgar intercambio de oposición significativa a reconocer la validez potencial
palabras, hasta ser objeto de una agresión o una injus- de estos estudios. Este rechazo se basa en que, de algu-
na forma, los estudios sobre las bases biológicas de la

Investigador del Instituto de Fisiología de la BUAP. Correo electró- violencia son percibidos como una estratagema de los
nico: esoto@siu.buap.mx Estados, de la derecha, o de tal o cual oligarquía, para

METAPOLÍTICA núm. 62 | noviembre-diciembre 2008

56
LA VIOLENCIA, ¿INNATA O ADQUIRIDA? l SOCIEDAD ABIERTA

intervenir médicamente en la vida no sólo de asesinos to. Seguramente no se trata de un carácter que, como los
o delincuentes, sino de todo tipo de opositores al régi- colores de las plantas que estudió Mendel, permita trans-
men, convirtiéndose en un mecanismo de control social mitir de padres a hijos, en forma más o menos simple,
por parte del Estado. Ciertamente, está el ejemplo de la dicho rasgo.
Unión Soviética, donde es indudable que la psiquiatría Debido a la complejidad de la conducta humana,
jugó a favor del poder y son muchas las evidencias que es muy probable que se trate de un carácter multifac-
indican que los disidentes fueron tratados como enfer- torial bajo la influencia de un número importante de
mos y “gentilmente” enviados a hospitales psiquiátricos genes; pero finalmente, tras la conjunción de factores
a fin de procurar “rehabilitarles”. genéticos, factores prenatales, perinatales y condiciones
Habrá quienes al leer sobre biología y violencia se es- de desarrollo del individuo, se producen temperamen-
candalicen; son aquellos que están convencidos de que la tos violentos en el ser humano. Definir con precisión la
violencia tiene un origen social, que es debida a la margi- influencia de cada uno de estos factores no es sencillo,
nación, a la pobreza, a la falta de oportunidades, pero lo pero ni duda cabe que bien vale todo el esfuerzo que a
que es claro es que así como hay reduccionismos biologi- ello se dedique (Volavka, 1999).
cistas, también existen los reduccionismos sociológicos y En contraste, tenemos el síndrome de Williams que,
que, el no considerar elementos biológicos en el análisis de aparte de un enorme talento musical, confiere a los in-
la violencia es simplemente reduccionista y obedece más dividuos que lo padecen una extrema sociabilidad. ¿A
a la ideología que a un verdadero interés en comprender qué se debe? Técnicamente, a una microdeleción hemi-
el complejo fenómeno de la violencia. El medio social jue- cigótica de cerca de 28 genes en el cromosoma 7q11.23
ga un papel fundamental en el despliegue conductual del (Meyer-Lindenberg y cols., 2006). O sea, podemos con-
hombre. Un buen ejemplo de la influencia del medio lo cluir que hay factores genéticos que pueden conferir el
tenemos en la película Perros de paja (Straw Dogs) de Sam rasgo de hipersociabilidad a los sujetos.
Peckinpah, 1971. En ésta, un tranquilo y alivianado ma-
temático llamado David (Dustin Hoffman) es arrastrado
por el comportamiento irracional de su comunidad a una No obstante, es difícil acostumbrarse al hecho de ser un asesino.
forma de violencia máxima y sistemática. Su actitud cam- Me resulta imposible permanecer tranquilo en casa, salgo a
bia con los acontecimientos. Y no sólo son las continuas la calle pero tampoco puedo quedarme allí, camino hasta otra
intimidaciones de los rudos pueblerinos, sino también la y luego hasta la siguiente y al mirar las caras de la gente veo
presión a la que está sometido en su profesión, los vaivenes que muchos se creen inocentes sólo porque no han tenido la
de su relación (con una mujer tan bella como incordiante) oportunidad de cometer un asesinato. Resulta difícil creer que
e incluso las insinuaciones de la chica más promiscua del la mayoría de la gente sea más moral o mejor que yo sólo por
pueblo. Todo ello descoloca los comportamientos de un una pequeña cuestión de azar y de destino. Como mucho, el
ser humano tímido, sensato y, al mismo tiempo, insegu- no haber cometido todavía un crimen les da un aspecto más
ro. Aparece entonces la violencia desmesurada, luego de la bobo y, como todos los bobos, parecen bien intencionados.
cual no aparece ni la más remota huella de remordimiento Me bastaron cuatro días paseando por las calles de Estambul
en David. Pero, en contraste con este caso en particular, después de matar a ese pobrecillo para comprender que
tenemos actos de violencia cuyas causas sociales, si es que cualquiera con brillo de inteligencia en la mirada o la sombra
existe alguna, son difíciles de identificar. Esto se pone cla- de su espíritu reflejándose en su rostro era un asesino en secreto.
ramente de manifiesto en los animales. Por ejemplo, los Sólo los bobos son inocentes.
perros Rottweiler o Bull Terrier son sumamente agresivos, Orhan Pamuk, Me llamo rojo, 1998.
y constituyen un buen ejemplo de cómo la cruza selectiva
puede enfatizar este aspecto del temperamento en mamí- NEUROBIOLOGÍA Y CONTROL DE LA VIOLENCIA
feros superiores. Así como podemos hacer razas de perros
blancos, negros, pequeños o grandes, podemos también Aunque nuestra especie lucha constantemente contra
seleccionar la agresividad en los animales y producir ani- su animalidad y cuenta con una neocorteza bien de-
males particularmente fieros. La pregunta es qué tanto sarrollada que le permite controlar sus emociones, in-
entre los hombres ocurren fenómenos de acumulación de ventar mitos, creencias y teorías que son la base para
genes que lleven a acrecentar un temperamento violen- desarrollar su voluntad, sus opciones de vida y hasta la

METAPOLÍTICA núm. 62 | noviembre-diciembre 2008

57
SOCIEDAD ABIERTA l ENRIQUE SOTO EGUIBAR

ilusión del libre albedrío, existe un conjunto de sistemas reduccionista, ha ofrecido su potencial con resultados,
cerebrales relacionados con la expresión emocional, en creo, lamentables. A continuación algunos ejemplos.
la que destaca la furia. Ésta forma parte de los mecanis- En 1963, tras haber estudiado el efecto de la estimu-
mos normales de defensa. El comportamiento en los lación eléctrica en diversas regiones cerebrales, el Dr.
animales y, en parte importante, en el hombre, está di- Rodríguez Delgado (de origen español) experimentó
rigido en su forma más general a satisfacer necesidades la estimulación eléctrica para estudiar la agresividad
básicas que se han sintetizado en las cuatro “C”: comer, en toros de lidia (animales que constituyen una raza
correr, combatir, copular. La primera y la última no re- seleccionada, durante generaciones, para aumentar su
quieren mayor aclaración. Correr y combatir se refieren comportamiento agresivo), y encontró que la estimula-
a los actos de defensa de la integridad del animal en ción de diferentes áreas cerebrales provocaba giros de la
presencia de una agresión, como pudiera ser la cercanía cabeza, flexiones de las patas, giros en círculo, vocaliza-
de un predador, caso en que se combate o se huye. Las ciones (hasta cien mugidos). Pero el resultado más lla-
cuatro “C” están fuertemente relacionadas con la activi- mativo fue el hecho de que podía detener bruscamente
dad emocional y su consumación puede ser sumamente la embestida del toro, inhibiendo toda hostilidad del
compleja. En el hombre las emociones se traducen no animal (Rodríguez Delgado, 1968, 1983). Según el in-
sólo en un impulso para la conducta, sino en procesos vestigador, ciertas psicopatologías pueden llegar a des-
cognitivos: miedo para correr, hambre para comer, de- encadenar comportamientos agresivos tan violentos,
seo para copular y furia para combatir. según reporta, que una paciente de veinte años con
Lamentablemente, las conductas emocionales tie- imprevisibles ataques de ira la llevaban a agredir al más
nen una modulación limitada, y una vez que se acti- próximo. A esta paciente le fue implantado un estimu-
van son potencialmente irrefrenables. Hay acuerdo en lador cerebral y se encontró que la estimulación de la
el sentido de que los sistemas que normalmente median amígdala derecha desencadenaba actitudes agresivas,
estas conductas y que incluyen a la amígdala, a las re- aunque la paciente estuviese relajada. Bien: se localizó
giones hipotalámicas, a la circunvolución del cíngulo el punto exacto de la amígdala responsable de este com-
y a la sustancia gris periacueductal, entre otros, juegan portamiento violento, y tal conducta se inhibió por la
un importante papel en los procesos de sociabilidad y, electrocoagulación de dicha estructura.
potencialmente, en la agresividad y violencia que se ob- Estos y otros resultados llevaron a considerar seria-
servan en algunos individuos. mente la posibilidad de controlar la conducta por medio
Sin embargo, cabe destacar que para comprender la de electrodos implantados en áreas cerebrales específicas.
violencia humana en sus formas más complejas, como De hecho, el título mismo del libro de Rodríguez Del-
la del crimen organizado, es indispensable imaginar que gado, Control físico de la mente. Hacia una sociedad psi-
hay regiones corticales, muy probablemente frontales y cocivilizada, denota la gran expectativa que crearon estas
orbitofrontales, relacionadas con la planeación de activi- investigaciones. Esto llevó, en México, a que se implan-
dades y el análisis de las consecuencias de nuestros actos, taran electrodos en varios individuos, o se les lesionaran
que parecen estar participando de manera primaria en la regiones cerebrales a fin de controlar su conducta violen-
violencia. En todo caso, esto nos diferencia claramente de ta. El resultado fue un verdadero desastre.
los animales, cuya violencia sería de origen emocional. Cabe mencionar el antecedente —patético, diría
yo— de Antonio Egas Moniz (1874-1955), quien re-
cibió en 1949 el Premio Nobel de Fisiología y Medici-
INTERVENCIONES PARA EL na por su “descubrimiento del valor terapéutico de la
CONTROL DE LA VIOLENCIA lobotomía en determinadas psicosis”. Fueron miles los
pacientes psiquiátricos sometidos a lobotomías fronta-
Prevenir el comportamiento violento y evitar los actos les, particularmente mediante una técnica rápida que
de agresión ha sido una constante en diversas sociedades. permite introducir un estilete por el techo de las órbitas
Son muchos los mecanismos que social y culturalmente de los ojos y moverlo a derecha e izquierda seccionan-
se han desarrollado para ello. “Gracias”, “por favor”, “dis- do así las conexiones del lóbulo frontal con el resto del
culpe”, son todas expresiones destinadas a suavizar nues- cerebro. Obviamente, pacientes agresivos, inquietos o
tras interacciones. La ciencia, hasta ahora con una visión problemáticos, pasaban de dicho estado al de calma

METAPOLÍTICA núm. 62 | noviembre-diciembre 2008

58
LA VIOLENCIA, ¿INNATA O ADQUIRIDA? l SOCIEDAD ABIERTA

absoluta. Hoy la lobotomía es vista como una forma Cuanto más grande y colorida sea una ciudad, más
de tortura, sancionada por el estamento médico. Sin rincones tendrá en los que ocultar nuestros
embargo, los elementos de orden esencialmente social crímenes y pecados; cuanto más poblada, más gente
y cultural que llevaron en los años treinta al desarro- habrá entre los que mezclarnos con nuestras culpas.
llo de electrochoques, psicocirugías, terapias insulínicas La sabiduría de una ciudad no hay que medirla
para los enfermos psiquiátricos, y que se relaciona- por los sabios que acoge, ni por sus bibliotecas,
ban con el hacinamiento en dichas instituciones, así como ni por sus ilustradores, calígrafos y medersas, sino
con la presión social, están hoy presentes clamando el por el número de crímenes tortuosos cometidos en
desarrollo de formas “científicas” que permitan elimi- sus calles oscuras a lo largo de miles de años.
nar la violencia de la sociedad y de paso resolver el pro- Orhan Pamuk, Me llamo rojo, 1998
blema de las cárceles sobrepobladas y costosas (Miller,
2008). Habremos de ser testigos de nuevas terapias, EL CASO DE MÉXICO
ahora seguramente de orden químico, destinadas al
control de la conducta. La presión social para ello es Y si hablamos de violencia, una pregunta evidente es:
enorme y habrá médicos interesados en “ayudar a re- ¿cómo explicar lo que está sucediendo en México? El
solver este problema” en tanto llenan sus bolsas de di- surgimiento de actos violentos, con decapitaciones y ma-
nero. Aunque cabe anotar que el control químico de tanzas nunca antes vistas, no es, evidentemente, un fenó-
la violencia es factible, ya que sustancias químicas, por meno biológico. Parece muy claro que este caso se debe
ejemplo, el alcohol facilitan conductas violentas. O sea a la debilidad del Estado y, particularmente, al hecho de
que las alteraciones de la neuroquímica cerebral pueden que la corrupción policiaca ha roto, en cierta forma, el
favorecer y seguramente también disminuir las conduc- contrato social. La impunidad, que en nuestro medio tie-
tas violentas. ¿Cómo exactamente? No lo sabemos con ne que ver con la alta probabilidad de cometer un delito
la precisión necesaria para hacer intervenciones excepto y no ser castigado, está muy probablemente en la base de
en términos experimentales. este recrudecimiento de la violencia en México. Todo ello
Curiosamente —vueltas del destino—, en 1938, asociado al hecho de que el gobierno inició una guerra sin
un paciente psiquiátrico suyo le disparó ocho tiros a tener un plan estratégico, y basado únicamente en la es-
Egas Moniz, dejándolo paralítico el resto de su vida. El peranza de que muchos policías matarían y encarcelarían
paciente adujo —según refiere la Wikipedia— que el a los delincuentes. El resultado es que hoy, en esa guerra,
médico no le estaba dando las drogas adecuadas para van ganando los delincuentes. ¿O es que realmente ellos
su enfermedad. han sido los ganadores de todas las guerras? ■

REFERENCIAS

Hobbes, T. (2001), Leviatán: la materia, forma y poder de un Estado Pamuk, O. (1998), Me llamo rojo, México, Punto de lectura.
eclesiástico y civil, Madrid, Alianza. Pinker, S. (2003), La tabla rasa, Barcelona, Paidós.
Meyer-Lindenberg, A, C. B. Mervis y K. F. Berman (2006), “Neural Rodríguez Delgado, J. M. (1983), Control físico de la mente. Hacia
Mechanisms in Williams Syndrome: a Unique Window to Ge- una sociedad psicocivilizada, Madrid, Espasa-Calpe.
netic Influences on Cognition and Behaviour”, Nature Reviews Rodríguez Delgado, J.M., et al. (1968), “Intracerebral Radio Sti-
Neuroscience, núm. 7. mulation and Recording in Completely Free Patients”, J. Nerv.
Miller, A. X. (2008), “Better Living Through Lobotomy: What Can Ment. Dis., 147, 329-340.
the History of Psychosurgery Tell Us about Medicine Today? Volavka, J. (1999), “The Neurobiology of Violence. An Update”, J
An Interview with Elliot Valenstein”, http://www.ibiblio.org/ Neuropsychiatry Clin Neurosci, 11, 307-314.
pub/electronic-publications/stay-free/archives/21/lobotomy.
html

METAPOLÍTICA núm. 62 | noviembre-diciembre 2008

59

S-ar putea să vă placă și