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«No es lo mismo decir acto jurídico que

negocio jurídico». ¡Se tenía que decir y se


dijo!
POR

MIGUEL ÁNGEL PÉREZ CARUAJULCA

ABRIL 29, 2019

El autor quiere dejar de manifiesto que el contenido de este artículo proviene, en gran medida, de
la influencia —recibida ciclo a ciclo— del pensamiento del profesor Rómulo Morales Hervías,
quien a su parecer es actualmente el mayor estudioso de la teoría del Negocio Jurídico en
nuestro país. A él su más sincero reconocimiento. Por otro lado, un agradecimiento especial para
su amigo, Elvis Salazar Ortiz, por las fructíferas conversaciones y recomendaciones que hicieron
posible este artículo.

Sin perjuicio de lo indicado, el autor deja expresa constancia que la exposición de las ideas y
posturas detalladas en este artículo —y los posibles errores existentes— son de su completa
responsabilidad. Adicionalmente, el autor resalta que dado el propósito de este artículo, ha
evitado voluntariamente indicar la vasta cantidad de citas bibliográficas específicas que se
podrían utilizar para respaldar cada idea expuesta. Como reparo y en disculpas de ello, en la
parte final de este escrito se pone a disposición del lector una serie de artículos y libros para
profundizar en el tema.

Sumario: 1. ¿Acto jurídico o negocio jurídico? He ahí el dilema…, 2. La realidad como


punto de partida, 3. ¿Y qué hay del negocio jurídico?, 4. Acto jurídico, acto jurídico en
sentido estricto y negocio jurídico, 5. La autonomía privada como elemento diferenciador
entre un negocio jurídico y un acto jurídico en sentido estricto, 6. Importancia práctica de
la diferenciación, 7. A modo de conclusión.

1. ¿Acto jurídico o negocio jurídico? He ahí el dilema…

Si has llegado hasta aquí y estas leyendo este artículo, lo más probable es que te suceda
lo mismo que nos ha pasado a la mayoría de los estudiantes, abogados y operadores del
Derecho en algún momento: no saber si decir “Acto Jurídico” o “Negocio Jurídico”; o lo
que es lo mismo, no saber cuáles son sus diferencias.
Identificado o no, tranquilidad, todos hemos afrontado alguna vez ese dilema. Si pretendes
que eso no te vuelva a suceder, estas en el lugar adecuado. En adelante, ensayaré y
explicaré una forma útil y práctica para diferenciar un Acto Jurídico de un Negocio Jurídico
y, lo más importante, hacer notoria las consecuencias prácticas de tal diferenciación.

2. La realidad como punto de partida

Antes de osar adentrarme a tan ambiciosa labor, primero lo primero: ¿Qué es un “Acto”?
Ten en cuenta que, como todo, los conceptos jurídicos provienen también de la realidad
misma. Y este caso no es la excepción.

Se entiende por Acto a aquel suceso, hecho o acontecimiento voluntario, es decir,


aquellos eventos con participación humana voluntaria que se dan en un determinado
momento y espacio de la realidad. –Ya, pero eso suena muy abstracto-. Veamos un
ejemplo. El que estés leyendo en este momento este artículo, en cuanto acontecimiento
voluntario, es un Acto realizado voluntariamente (espero) por ti mismo. Pensado así,
entonces, “Actos” son todas aquellas actuaciones humanas voluntarias de nuestra vida
cotidiana, tales como desayunar, comprar una galleta, jugar, tomar el taxi, casarse, besar,
viajar, compartir un meme, pagar tributos, matricularse en la universidad, cumplir una
obligación, etc.

Siendo todos ellos ejemplos de Actos de nuestra vida cotidiana, tenemos que reconocer
que no todos esos actos son relevantes jurídicamente, es decir, no todos estos actos
necesariamente acarrean efectos para el Derecho. –¿O sea, en simple?– El Derecho
selecciona determinados Actos y los convierte en jurídicos. Veamos.

Por ejemplo, reconocerás que no es lo mismo decirle a alguien que sea tu enamorado/a y
comenzar una relación, a proponerle que sea tu esposo/a y casarse. En el primer caso
estamos ante actos voluntarios de la vida cotidiana que no transcienden al plano jurídico;
dicho de otro modo, al Derecho tales actos les son indiferentes y por ello no les atribuye
consecuencias jurídicas. En cambio, no sucede lo mismo con el segundo caso, que
además de ser actos cotidianos, sí transcienden al mundo del Derecho y se convierten en
jurídicos: el Derecho los regula y les atribuye consecuencias jurídicas.

Cuando los Actos de la vida cotidiana transcienden al mundo del Derecho, dejan de ser
simples Actos para convertirse en “Actos Jurídicos”, esto es, en actos importantes o
relevantes para el Derecho. -Entiendo, pero ¿qué determina que se conviertan en
jurídicos?- Lo que determina que un Acto se convierta en jurídico es, básicamente, su
regulación en una norma jurídica. Por ejemplo, no existe una norma jurídica que regule los
actos de enamoramiento, pero sí existen normas -como el Código Civil- que regulan los
actos matrimoniales. Eso es lo que los convierte en relevantes para el Derecho.

3. ¿Y qué hay del negocio jurídico?

Seguramente, en tu clase de Acto Jurídico en la Universidad, en alguna lectura, en una


ponencia, o por alguna disquisición filosofo-jurídica de la vida, habrás leído o escuchado
que la noción de “Negocio Jurídico” es producto de la elaboración conceptual de la
doctrina pandectista alemana del siglo XIX. Pues, ciertamente, así fue.

En resumen, los juristas alemanes de esa época se dieron cuenta que existían una serie
de actos voluntarios, realizados por los privados, relevantes para el Derecho que
compartían características y una estructura en común (básicamente, el ser declaraciones
de voluntad privadas destinadas a crear efectos jurídicos). Ejemplos de ello son el
contrato, el matrimonio, el testamento, la transferencia de propiedad, entre otros. Por lo
cual decidieron elaborar una teoría que les sea aplicable a todos estos actos en general, y
así fue cómo surgió la teoría del Negocio Jurídico alemana (“Rechtsgeschäft”). Y dicha
teoría al final resultó formando parte estructural de su Código Civil
(“BürgerlichesGesetzbuch” – “BGB”), constituyéndose en una parte general de normas
jurídicas comunes aplicables a todos esos, denominados, negocios jurídicos.

Si eso te suena familiar, habrás escuchado también que dicha noción de Negocio Jurídico
alemana (“Rechtsgeschäft”) fue traducida al francés como L’actejuridique al no tener un
término equivalente más preciso, y que posteriormente, autores brasileños y argentinos
tradujeron dicho término directamente del francés como “Acto Jurídico”. Y así fue como
llegó también al Perú, a través de influencia brasileña y argentina, como “Acto Jurídico”.

-Espera, entonces, ¿Qué? ¿Negocio Jurídico y Acto Jurídico son lo mismo?- Mal
entendida esa explicación, podría entenderse que, al fin y al cabo, “Acto Jurídico” y
“Negocio Jurídico” hacen referencia a lo mismo, sino que mal traducidos; pero no es así.
Si bien es cierto que la noción de Negocio Jurídico surgió en Alemania en el contexto
mencionado, la misma fue evolucionando a lo largo del tiempo con el desarrollo de
distintas escuelas de estudio, y actualmente tiene un contenido particular, como veremos
a continuación.

4. Acto jurídico, acto jurídico en sentido estricto y negocio jurídico

Saliendo de nuestro breve recuento histórico, volvemos a nuestra definición inicial de


“Acto Jurídico” como aquellos actos de la vida cotidiana relevantes para el Derecho.
Introducimos ahora una variante, a la vez que vamos respondiendo a nuestra inquietud
inicial: Todo Negocio Jurídico es un Acto Jurídico, pero no todo Acto Jurídico es un
Negocio Jurídico. -¿Cómo? Eso sonó a trabalenguas-

Me explico. El “Acto Jurídico” es la categoría general y el “Negocio Jurídico” es la


categoría especial. -Ve despacio, que ya me confundí. ¿Quieres decir que uno es el
género y el otro es la especie?- En efecto, entre el Acto Jurídico y el Negocio Jurídico hay
una relación de género-especie.

-A ver si entendí, entonces ¿habría Actos Jurídicos que son Negocios Jurídicos y otros
que no lo son? Dentro de los Actos Jurídicos en general, como actos voluntarios de la vida
cotidiana relevantes para el Derecho, existen algunos actos que son Negocios Jurídicos y
otros que no lo son, a éstos últimos se les denomina “Actos Jurídicos en Sentido Estricto”
(en adelante, “AJSE”). El siguiente gráfico ilustra dicha clasificación:

Entonces, los Actos Jurídicos en general están compuestos por (i) AJSE y (ii) Negocios
Jurídicos. Teniendo ello claro, lo relevante e importante, a efectos prácticos, es saber
identificar, y por ende diferenciar, cuando nos encontramos ante un Negocio Jurídico y
cuando nos encontramos ante un AJSE. –Interesante…, ¿y cómo logramos eso?-

5. La autonomía privada como elemento diferenciador entre un negocio jurídico y un


acto jurídico en sentido estricto

Mencioné líneas atrás que el concepto de Negocio Jurídico ha evolucionado en el tiempo


desde su creación y juntamente con él, un término indispensable para su actual
compresión: la Autonomía Privada.

Entendamos por Autonomía Privada a la capacidad o poder que tenemos todos los
privados (personas y entes jurídicos) de regular y satisfacer nuestros propios intereses de
la vida cotidiana. –¿O sea?– Mediante el ejercicio de nuestra Autonomía Privada los
privados podemos efectuar una serie de actos destinados a satisfacer nuestros intereses y
necesidades prácticas, pero no sólo podemos decidir qué actos realizar sino también
tenemos el poder de regular la manera en cómo se realizarán, cuál será su contenido, así
como determinar sus consecuencias jurídicas y prácticas.
Actualmente, se considera que los actos a través de los cuales los privados ejercemos
nuestra Autonomía Privada no son otra cosa que los Negocios Jurídicos. Los Negocios
Jurídicos son entonces Actos de Autonomía Privada en los cuales los privados tienen el
poder de regular sus propios intereses y de decidir cuáles serán las consecuencias
jurídicas y prácticas de la realización de dichos actos.

En los Negocios Jurídicos los privados tienen libertad(i) para decidir qué actos realizar
(libertad de elección) y (ii) para reglamentar el contenido y consecuencias de los mismos
(libertad de configuración). La razón: los intereses envueltos en los Negocios Jurídicos
son intereses esencialmente privados; o en otras palabras, intereses que primordialmente
les incumbe a los sujetos privados que participan en la realización del acto.

En contraposición, en los AJSE no existe un ejercicio de la Autonomía Privada (entendida


en tales términos), ya que si bien los sujetos que los efectúan son libres de decidir la
realización o no del acto (libertad de elección), no están habilitados para reglamentar su
contenido, ni mucho menos para modificar las consecuencias de los mismos (libertad de
configuración). Y ello es así porque los intereses envueltos en los AJSE no son
esencialmente privados, sino que cuentan principalmente con una transcendental
relevancia pública.

Esa es, desde mi punto de vista, la diferencia esencial para identificar cuando estamos
ante un Negocio Jurídico (como Acto de Autonomía Privada)y cuando ante un AJSE. Los
Negocios Jurídicos responden esencialmente a los intereses privados de los sujetos que
lo celebran; mientras que los AJSE, además de tener intereses privados de por medio,
tienen primordialmente intereses públicos envueltos.

Se comprende así que esas sean las razones por las cuales las normas que
principalmente gobiernan a los Negocios Jurídicos y a los AJSE sean distintas. Las
normas aplicables a los Negocios Jurídicos son en esencia “normas supletorias”, esto es,
normas ante las cuales las partes pueden pactar en contra evitando su aplicación. En el
caso de los AJSE, las normas que los rigen son “normas de carácter imperativo”, es decir,
mandatos que los sujetos no pueden dejar de observar y cuyos efectos se producen de
manera automática con la realización del acto.

En esa misma línea, es comprensible por ello que en los Negocios Jurídicos las
consecuencias jurídicas y prácticas serán primordialmente las que decidan y regulen las
partes; mientras que en los AJSE, las consecuencias jurídicas y prácticas serán las
predeterminadas por el Ordenamiento Jurídico, no habiendo espacio para su modificación.
Teniendo claro lo desarrollado, citaré algunos ejemplos de Actos Jurídicos en general, que
responden a la satisfacción de intereses de la vida cotidiana, invitándote a que trates de
determinar en qué casos estaríamos frente a Actos de Autonomía Privada o Negocios
Jurídicos y en cuáles ante AJSE:

 Inmobiliaria S.A. quiere tener la propiedad de un inmueble para realizar sus negocios y
el propietario de tal bien, el Sr. Oropeza, desea venderlo; para tal fin celebran un
“contrato de compraventa”;
 Inmobiliaria S.A. quiere que uno de sus directores, el Sr. García, actué en nombre de la
empresa y celebre el contrato de compraventa indicado con el Sr. Oropeza,
efectuándose un “otorgamiento de poder” al Sr. García facultándolo para tales efectos;
 Inmobiliaria S.A., una vez adquirido el inmueble, desea que su propiedad sea oponible a
terceros mediante publicidad registral, realizando así una “solicitud de inscripción
registral” en Registros Públicos.
 Por otro lado, el Sr. García y la Sra. María desean hacer vida en común que sea
reconocida legalmente para lo cual celebran un “matrimonio”;
 el Sr. García tiene un hijo extramatrimonial al cual aún no ha reconocido, y desea
efectuar su reconocimiento como tal a través de un “acto de reconocimiento de hijo”;
 el Sr. García desea ordenar la repartición de todos sus bienes (herencia) para después
de su muerte otorgando para ello un “testamento”.
 Si el Sr. García muere intestado, esto es, sin dejar testamento, y sus hijos quieren que
se repartan entre ellos los bienes dejados, entonces efectuarán una “petición de
herencia”.

Si lo has notado e identificado así, tanto el “contrato de compraventa”, el “otorgamiento de


poder” y el “testamento” son Actos de Autonomía Privada o Negocios Jurídicos. En todos
estos actos, las personas que lo celebran tienen tanto libertad de elección como de
configuración, ya que además de decidir qué actos satisfacen de mejor manera sus
intereses y necesidades prácticas, pueden regular a su conveniencia el contenido de tales
actos y decidir cuáles serán las consecuencias jurídicas y prácticas resultantes. Nótese
que los intereses envueltos son esencialmente intereses de naturaleza privada.

En cambio, ello no sucede en los demás actos, como la “solicitud de inscripción registral”,
el “matrimonio”, el “reconocimiento de hijo” y la “petición de herencia”. No cabe duda de
que en estos actos hay intereses privados de por medio, pero principalmente existen
intereses públicos envueltos. Prueba de ello es que para la realización de dichos actos se
tengan que observar obligatoriamente formalidades y reglas específicas, así como
soportar consecuencias jurídicas, ya preestablecidas en las normas correspondientes, no
pudiendo las personas modificarlas o impedir su aplicación.
A mayor abundamiento, un “matrimonio” no sólo es de interés de los que se casan, sino
también interés del Estado mismo que lo promueve (relevancia pública), por ello que las
consecuencias jurídicas del matrimonio no pueden ser modificadas por las partes. Son las
que son. Lo mismo sucede con el “reconocimiento de hijo”, en donde no sólo está de por
medio el interés del padre, sino también el derecho a la identidad del hijo; en la “petición
de herencia” donde, a falta de testamento, la protección de una adecuada repartición de la
herencia a cada heredero es esencial.

6. Importancia práctica de la diferenciación

Entendida las diferencias, te preguntarás: -¿Para qué me sirve diferenciar cuando


estamos frente a un Negocio Jurídico y cuando ante un AJSE?

Tal diferenciación es importante, primordialmente, por dos razones: (i) eres un operador
del Derecho y tienes que llamar técnicamente a las cosas por lo que son; y (ii) más
importante, para saber cuáles son las reglas que se deben aplicar ante la presencia de un
Negocio Jurídico y de un AJSE.

Sobre la segunda razón, como es de tu conocimiento, el Libro II de nuestro Código Civil se


denomina “Acto Jurídico” y visto de manera simple, podría creerse que las normas
contenidas en dicho libro son aplicables a los Actos Jurídicos en general, esto es, tanto a
Negocios Jurídicos como a AJSE. Pero ello no es así.

Lo que en realidad regula el Libro II del Código Civil peruano es al Negocio Jurídico y por
ende las reglas que contiene (requisitos, modalidades, interpretación, nulidad,
anulabilidad, confirmación, etc.) son aplicables los Negocios Jurídicos, ya que son normas
que regulan y limitan el ejercicio de la Autonomía Privada. En cuanto a los AJSE, dada los
diversidad de intereses privados y públicos envueltos, éstos tienen sus propias reglas
aplicables, las cuales serán las correspondientes a la figura especifica de que se trate. Por
ello no sería posible, como regla general, extender la aplicación del Libro II del Código
Civil peruano a los AJSE dado que responden a intereses distintos.

7. A modo de conclusión

Antes de terminar, es importante mencionar que tiempo atrás la clasificación de los Actos
Jurídicos en general estaba centrada en la declaración de voluntad y en la búsqueda de
efectos jurídicos; sin embargo, actualmente la clasificación, como vimos, se centra en los
intereses que están detrás de cada acto. Los Negocios Jurídicos responden a intereses
esencialmente privados, y por ende, al ejercicio de la Autonomía Privada por parte de las
personas; mientras que los intereses públicos envueltos en los AJSE adquieren una
relevancia tal que determina tanto el acto a celebrar como las consecuencias jurídicas que
de éste se deriven, se encuentren reguladas normativamente de manera previa.

En conclusión, como habrás podido notar, no es adecuado utilizar el término Acto Jurídico
como equivalente a Negocio Jurídico, ni viceversa, por las siguientes razones: (i)el Acto
Jurídico (a secas y en general) es en realidad una figura genérica que incluye a su vez a
AJSE y a Negocios Jurídicos; y (ii) si se utiliza Acto Jurídico -cómo usualmente sucede-
para referirse a AJSE, tenemos que éste se diferencia también del Negocio Jurídico por su
distinta naturaleza y regulación derivada de los distintos intereses públicos y privados
envueltos en cada uno.

Por todas esas razones, jurídicamente, “no es lo mismo decir Acto Jurídico que Negocio
Jurídico”. ¡Se tenía que decir y se dijo!

LA YAPA

En el siguiente enlace podrás encontrar bibliografía, entre artículos y libros, para ahondar
en las ideas aquí expuestas. Clic aquí.

RÉTATE A TI MISMO

Te invito a que trates de identificar a los siguientes Actos Jurídicos y coloques la


respuesta en los comentarios: la posesión, la oferta, el cumplimiento de una obligación
(pago), el incumplimiento de una obligación, la promesa unilateral, la emisión de un título
valor, un contrato societario, un acuerdo de un órgano colegiado, la promesa de
matrimonio, un mandato, una donación, la constitución en mora, la resolución de un
contrato, el mutuo disenso, y la adopción.

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