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TUTELA URGENTE

SEÑOR
JUEZ DE TUTELA (REPARTO)
E. S. D.

REF: ACCION DE TUTELA interpuesta por MARIO FERNANDO SOTO GOMEZ


contra E.P.S CAFESALUD con solicitud de MEDIDA PROVISIONAL por la
violación del derecho fundamental de la salud, en conexidad con el derecho a la
vida en condiciones dignas, integridad física y la seguridad social.

MARIO FERNANDO SOTO GOMEZ, mayor de edad e identificado con la Cédula


de Ciudadanía Número 91.292.552 de Bucaramanga, actuando en calidad de
AGENTE OFICIOSO DE ISABEL CRISTINA SOTO GOMEZ, identificada con la
cédula de ciudadanía número 63.514.007 de Bucaramanga, manifiesto en forma
respetuosa al Señor Juez, que con fundamento en el Artículo 86 de la
Constitución política, interpongo ACCION DE TUTELA CON MEDIDA
PROVISIONAL en contra de la EPS CAFESALUD, a fin de obtener la protección
inmediata de los derechos fundamentales a la SALUD, SEGURIDAD SOCIAL
artículo 48 de la C.P. en directa conexidad con el DERECHO FUNDAMENTAL
A LA Vida articulo 11, a la INTEGRIDAD FÍSICA,DIGNIDAD HUMANA y
SERVICIO DE SALUD ARTICULO 49; los cuales están siendo vulnerados a
ISABEL CRISTINA SOTO GOMEZ por parte de la EPS CAFESALUD.

MEDIDA PROVISIONAL

Con base en los hechos que más adelante expondré y por la necesidad y la
urgencia solicito como medida provisional que se ordene a la E.P.S
CAFESALUD, la entrega inmediata del medicamento TEMOZOLAMIDA
(TEMODAL) CAPSULAS X 10 MG FRASCO X 5 CAPS # 9, a ISABEL
CRISTINA SOTO GOMEZ, así mismo que se ordene la realización de
RADIOTERAPIA en Acelerador lineal con colimador multihojas, con planeación
computarizada en TAC, simulador multicortes de 64 cortes, integrando sus
imágenes en software de planeación en tres dimensiones 3D. Máscara
termoelástica para inmovilización de la cabeza durante la planeación y la
ejecución del tratamiento, esto de manera conjunta con la toma del medicamente
descrito anteriormente, por ser de carácter urgente según diagnóstico del médico
tratante, de igual manera la protección integral de la enfermedad catastrófica
como lo es sufragar los gastos del tratamiento en que deba incurrir ISABEL
CRISTINA, solicito a usted Señor Juez ordenar de manera INMEDIATA Y
PROVISIONAL a la E.P.S CAFESALUD, la realización de la RADIOTERAPIA,
la entrega del medicamento para QUIMIOTERAPIA y la protección integral de la
enfermedad de carácter paliativo que motivan esta Acción de Tutela.

HECHOS

Los hechos en que se fundamenta la violación y amenaza de los derechos


fundamentales cuya tutela invoco, son los siguientes:

PRIMERO: La señora ISABEL CRISTINA SOTO se encuentra afiliada a la E.P.S


CAFESALUD en el régimen contributivo, como cotizante.

SEGUNDO: En la madrugada del 27 de Octubre de 2010, ISABEL CRISTINA


presentó un episodio convulsivo, de movimiento tónico clónicos generalizados y
otras reacciones derivadas de dicho episodio, razón por la cual debió ser
trasladada de manera urgente e inmediata a urgencias de la Clínica
Bucaramanga, donde fue debidamente valorada y se le determina glucometria
normal y se ordena exámenes de SS EKG-SS NA- K- TAC cerebral simple y
valorar con resultados.

TERCERO: El mismo 27 de octubre, de acuerdo a los exámenes ordenados,


ISABEL CRISTINA fue atendida por el neurólogo clínico de CAFESALUD, Doctor
Felix Rincón Díaz, cuyo diagnóstico fue: examen neurológico normal-fondo de
ojo normal-examen somático normal-auscultación de cráneo y cuello normal-
TA120/60. EEG practicado registró actividad cerebral normal, TAC cerebral
normal-sin evidencia de lesión estructural. Ordenó iniciar tratamiento con
Fenitoina 200 mg/día y control neurológico nuevamente para mediados o finales
de enero del 2011.

CUARTO: A raíz del diagnóstico dado por el médico, que manifestaba que todo
estaba normal, el 3 de Noviembre de 2010 decidimos llevar a ISABEL CRISTINA
a valoración médica a donde un médico particular en SINAPSIS, donde se le
realizó un electroencefalograma computarizado con equipo digital de
polisomnografía y electroencefalografía Alice 5 de 21 electrodos.

QUINTO: El 4 de Noviembre, se le realizó una resonancia nuclear magnética de


cerebro en la Fundación Cardiovascular de Colombia, Diagnósticos Cardiólogos
Especializados S.A., por médico particular, atendida por la Radióloga Mónica
Ocampo González y cuyo diagnóstico fue “lesión intraaxial de apariencia
expansiva de localización cortical en región frontal izquierda, debe descartarse
lesión neoplástica primaria del sistema nervioso central (tumor de origen glial?).
Se recomienda realización de estudio complementario con gadolinio para mejor
caracterización de la lesión.”

SEXTO: El 8 de noviembre de 2010, el médico entregó los resultados de la


resonancia y ordenó remitirla a la clínica Chicamocha con URGENCIA para
hospitalización y estudio con gadolinio y valoración por neurocirugía.
SEPTIMO: Por tal razón, el 9 de Noviembre del mismo año, llevamos a ISABEL
CRISTINA a urgencias de la Clínica Bucaramanga por medio de CAFESALUD
con el diagnóstico que había emitido el médico particular, donde fue
debidamente atendida y valorada, se diagnosticó tumor de comportamiento
incierto o desconocido del encéfalo, supratentorial, lo cual se determinó por una
resonancia nuclear magnética de cerebro con gadolineo de acuerdo a la solicitud
del neurocirujano particular y se ordena una cirugía de carácter prioritaria cuyo
procedimiento sería “resección de tumor supratentorial hemisférico, con
estimulación.

OCTAVO: El 12 de noviembre de 2010, se le practico la cirugía a ISABEL


CRISTINA, de acuerdo a lo ordenado por neurocirugía, donde se realizó
craneotomía y resección de lesión cortico subcortical.

NOVENO: El 24 de noviembre de 2010 se entregó el diagnóstico del estudio de


inmunohistoquímica realizado por el Laboratorio de Histocitopatologia Ltda., Dr.
Alfredo Acevedo Sarmiento y el diagnóstico microscópico definitivo fue “TUMOR
FRONTAL IZQUIERDO (ESTUDIO DE INMUNOHISTOQUÍMICA):
ASTROCITOMA ANAPLÁSICO. Resultados que fueron chequeados de
inmediato por el Neurocirujano, Dr. Rafael Augusto Azuero González, y quien
ordenó valoración por oncología y radioterapia con carácter urgente.

DECIMO: El 26 de Noviembre del mismo año, el Laboratorio de


Histocitopatología Ltda., Dr. Alfredo Acevedo Sarmiento, entregó el segundo
resultado del examen histocitopatologico, del estudio realizado al tumor y cuyo
diagnóstico microscópico fue “tumor frontal izquierdo (biopsia incisional):
compromiso por lesión tumoral maligna de origen glial sugestivo de
oligoendroglioma”.

DECIMO PRIMERO: El 6 de Diciembre de 2010, el Oncólogo Clínico, Dr. Jesús


S., Insuasty ordenó autorizar orden para MONOQUIMIOTERAPIA con el
medicamento TEMOZOLAMIDA (TEMODAL) CAPSULAS X 100MG FRASCO X
5 CAPS #9, la cual debe tomar la paciente 1 cápsula al día durante 42 días. Por
lo cual, en esa misma fecha el médico Oncólogo diligenció la Solicitud y
Justificación médica para medicamentos NO POS, la cual cumple con toda la
información requerida entre la cual se especifica: “medicamento NO POS
solicitado: ambulatorio; principio activo: TEMOZOLAMIDA; concentración: 10
MG; forma farmacéutica: capsulas 10MG; cantidad requerida diaria: 110 MG al
día; número de días de tratamiento ordenado: 42; efecto terapéutico deseado:
citotoxico; TIEMPO DE RESPUESTA MAXIMA ESPERADA: INMEDIATO;
efectos adversos y posibles riesgos por el uso del medicamento NO POS:
Leucopenia y trombocitopenia.” En la misma solicitud el médico especifica que
no existe alternativa para reemplazar el medicamento solicitado, por un
medicamento incluido dentro del POS; del mismo modo, manifiesta que existe
riesgo inminente para la vida y la salud del paciente consistente en cáncer.
Esencial para la vida del paciente.
DECIMO SEGUNDO: El 7 de Diciembre de 2010 el Oncólogo Radioterapeuta,
Dr. Tomas Carlos Durán, ordenó tratamiento de radioterapia en Acelerador lineal
con colimador multihojas, con planeación computarizada en TAC, simulador
multicortes de 64 cortes, integrando sus imágenes en software de planeación en
tres dimensiones 3D. Requirió máscara termoelástica para inmovilización de la
cabeza durante la planeación y la ejecución del tratamiento. De igual forma
solicitó RMN previa para evaluar estado actual de la lesión. Especificando que la
radioterapia se debe iniciar paralelamente con el tratamiento de
MONOQUIMIOTERAPIA con el medicamento TEMOZOLAMIDA (TEMODAL)
CAPSULAS X 100MG, es decir que hasta que no se le autorice y entregue dicho
medicamento a ISABEL CRISTINA SOTO GOMEZ, por parte de CAFESALUD,
se hace imposible que se inicie también el tratamiento con radioterapia.

DECIMO TERCERO: Debido a los diagnósticos señalados anteriormente y en


razón al carácter de urgente e inmediato dado por los médicos, el 6 de Diciembre
de los corrientes se radicó la solicitud médica diligenciada para autorizar el
medicamento TEMOZOLAMIDA (TEMODAL) CAPSULAS X 100MG en la EPS
CAFESALUD con el fin de que fueran autorizadas por dicha entidad,
manifestando la EPS que debíamos pasar a los 8 días siguientes con el fin de
reclamar las autorizaciones, aún sabiendo el carácter de urgente e inmediato
por existir riesgo inminente para la vida y la salud de la paciente.

DECIMO CUARTO: El pasado 13 de Diciembre nos presentamos en


CAFESALUD con el fin de retirar las autorizaciones del tratamiento ordenado por
el médico de carácter URGENTE E INMEDIATO y la EPS manifestó de manera
verbal que debíamos volver a presentar la solicitud para enviarla nuevamente a
Bogotá con el fin de que fuera estudiada y proceder a su autorización. Algo que
debió haberse realizado cumplidamente por la EPS desde la fecha en que se
radicó la solicitud por primera vez, toda vez que se trata de un tratamiento
ordenado por el Oncólogo tratante siendo de carácter URGENTE e INMEDIATO
CON RIESGO INMINENTE PARA LA VIDA Y LA SALUD DE LA PACIENTE, el
cual debe iniciar el próximo 16 de diciembre paralelamente con la radioterapia,
ya que está en juego la vida de ISABEL CRISTINA SOTO GOMEZ, debido a que
debe iniciar el tratamiento de inmediato para evitar el menoscabo de su salud y
consecuencias fatales, razones que parece no interesarle a la EPS CAFESALUD
y con su negligencia está dilatando la entrega del medicamento ocasionando que
pase el tiempo impidiendo que ISABEL CRISTINA pueda iniciar su tratamiento
para proteger su vida.

DECIMO QUINTO: Los exámenes revelan el grave estado de salud y el avance


de la enfermedad de ISABEL CRISTINA, y se define que esta, necesita de una
ATENCION INTEGRAL, medicamentos, quimioterapias, exámenes, etc., que
requiere para preservar y mejorar su estado de salud.

DECIMO SEXTO: Ante esta situación y considerando vulnerado el derecho a la


salud, en conexidad con el derecho fundamental a la vida y a la integridad física
y servicio de salud de ISABEL CRISTINA SOTO GOMEZ, es que interpongo
ACCION DE TUTELA en contra de CAFESALUD, teniendo en cuenta que el
silencio, la inactividad y la falta de la debida protección integral de la E.P.S están
perjudicando a ISABEL CRISTINA y su estado de salud se ha ido deteriorando
cada día más.

PETICIÓN

Solicito, Señor Juez, se sirva con sustento en las normas invocadas y los
argumentos fácticos y de derecho sustentados, decretar en fallo de tutela, lo
siguiente:

a) Tutelar los derechos fundamentales a la salud, seguridad social en conexidad


directa e inmediata con los derechos a la vida, a la integridad física y servicio de
salud.

b) Ordenar en consecuencia de lo anterior, a la E.P.S. CAFESALUD Seccional


Bucaramanga:

1. Solicitar a la E.P.S CAFESALUD autorizar y suministrar el tratamiento de


monoquimioterapia recetado, consistente en el medicamento
TEMOZOLAMIDA (TEMODAL) CAPSULAS X 10 MG FRASCO X 5
CAPS # 9 a la paciente ISABEL CRISTINA SOTO GOMEZ, identificada
con la cédula de ciudadanía número 63.514.007, de manera urgente e
inmediata.

2. Solicitar a la E.P.S CAFESALUD autorizar y suministrar el tratamiento de


radioterapia en Acelerador lineal con colimador multihojas, con planeación
computarizada en TAC, simulador multicortes de 64 cortes, integrando
sus imágenes en software de planeación en tres dimensiones 3D.
Máscara termoelástica para inmovilización de la cabeza durante la
planeación y la ejecución del tratamiento. RMN previa para evaluar estado
actual de la lesión.

3. Suministrarle a ISABEL CRISITNA SOTO GOMEZ todos los


medicamentos necesarios.

4. Brindarle la ATENCIÓN INTEGRAL requerida para el tratamiento de su


enfermedad.

DERECHOS VIOLADOS
Esta acción en procura de tutela de los derechos mencionados encuentra su
sustento en la Constitución Política, en la Ley, en la Doctrina y fundamentalmente
en la jurisprudencia de la Corte Constitucional.

Bajo el amparo de la legalidad mencionado, se ha solicitado tutelar los derechos


fundamentales a LA SALUD, LA SEGURIDAD SOCIAL (Arts. 47 y 48 C.P.), por
estar en conexidad directa con los derechos fundamentales a la VIDA EN
CONDICIONES DIGNAS (Art. 11 C.P) Y LA INTEGRIDAD FÍSICA Y SERVICIO
DE SALUD (Art. 49 C.P.). Vulnerados y amenazados por la entidad demandada.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Fundamento la presente acción en los artículos 11, 48, 49, 86, de la Constitución
Política, Decreto 2591 de 1991, Decreto 306 de 1992, Decreto 1382 de 2000,
Ley 100 de 1993, y demás normas concordantes y complementarias al caso
materia de estudio.

Uno de los signos más notables del Estado Social de Derecho (artículo 1°
superior) se relaciona con el compromiso asumido por la organización estatal
consistente en brindar protección a los derechos económicos, sociales y
culturales. Como ha sido señalado de manera abundante en la jurisprudencia de
esta Corporación, por medio de estas garantías se materializa el propósito que
animó el tránsito del Estado de Derecho, anclado en una concepción puramente
formal de las libertades, hacia este nuevo modelo en el cual se reconoce el
trasfondo económico y social que subyace la totalidad de las relaciones
presentes en el ordenamiento, del cual depende, en último término, la posibilidad
real de goce de tales libertades.

En tal sentido, el objetivo al cual se hace alusión con la cláusula Estado social
de derecho consiste en ofrecer un acceso material al conjunto de derechos
reconocidos en los textos constitucionales, pues por motivo de la profunda
escisión entre economía y derecho –la cual había sido concebida como la
fórmula ideal para la realización de las libertades de las personas, se hizo
evidente la necesidad de enmendar las rupturas del tejido social que habían
surgido como consecuencia de la liberalización total del mercado que, a su vez,
había apartado a buena parte de la población de la oportunidad de ejercer sus
libertades fundamentales. El Estado Social de Derecho emerge, entonces, como
el resultado de una acentuada reformulación de los instrumentos para la
consecución de la libertad y, hasta cierto punto, de una nueva reflexión acerca
del concepto mismo de libertad que pretende ser amparada en las democracias
constitucionales.

En este contexto, los derechos sociales, económicos y culturales adquieren una


innegable importancia como condición, en la mayoría de los casos insustituible,
para la efectiva puesta en vigencia de las libertades, motivo por el cual la
realización de los supuestos que los hagan posible constituye uno de los asuntos
más relevantes que deben ser atendidos no sólo por el Estado, sino por la
sociedad en conjunto.

El texto constitucional colombiano da fe de la enorme importancia que adquieren


los derechos económicos, sociales y culturales – tales como el derecho a la
salud, a la educación, a la alimentación, a la vivienda, al reconocimiento y
protección de la diversidad étnica y cultural -. Así, por ejemplo, en relación con
la salud el artículo 49 de la Constitución Nacional le asigna una doble
connotación –derecho constitucional fundamental y servicio público 1-. En tal
sentido, todas las personas deben poder acceder al servicio de salud y al Estado
le corresponde organizar, dirigir, reglamentar y garantizar su prestación de
conformidad con los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad2.

En este orden, el artículo 49 de la Constitución Nacional dispone que le


"Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación del servicio
de salud a los habitantes y (...) establecer las políticas de prestación de servicio
de salud por entidades privadas y ejercer su vigilancia y control." Esta facultad
que la Constitución le otorga de manera amplia a las instituciones estatales y a
los particulares comprometidos con la garantía de prestación del servicio público
de salud está conectada con la realización misma del Estado Social de Derecho
y con los propósitos derivados del artículo 2º de la Constitución3.

Inicialmente, la jurisprudencia constitucional aplicó la distinción doctrinal de


conformidad con la cual al ser de contenido prestacional y al formar parte de los
denominados derechos de segunda generación, esto es, de los derechos
sociales económicos y culturales, la salud no era un derecho constitucional
fundamental y, por consiguiente, no podía ser protegido ese derecho por vía de
tutela. Pronto la Corte varió su jurisprudencia y amplío los alcances del derecho
a la salud.

Con apoyo en este nuevo horizonte de comprensión, admitió que en aquellos


eventos en los cuales la no protección del derecho a la salud implicara, a su vez,
desconocer el derecho a la vida o a la dignidad humana, entonces, el derecho a
la salud podía ser amparado acudiendo, para tales efectos, a la acción de tutela.
Más adelante, sostuvo la jurisprudencia constitucional que existían situaciones

1
En relación con el derecho a la salud, esta Corporación ha señalado que este es un
derecho fundamental de tipo asistencial, porque requiere para su efectividad de normas
presupuéstales, procedimentales y de organización que hagan viable su eficacia en la
práctica. Ver sentencia T-544 de 2002 y T-304 de 2005, entre otras.
2
Al respecto, consultar sentencias C-577 de 1995 y C-1204 de 2000.
3
“Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución;
facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica,
política, administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener
la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. / Las
autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en
Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar
el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.”
como aquella en la que se encuentran las niñas y los niños, cuyos derechos por
orden del artículo 44 superior merecen una protección especial y en las que se
hallan algunas personas por motivo de sus limitaciones físicas, psíquicas,
sensoriales o económicas (artículo 13 superior) – en las que el derecho a la salud
se tornaba autónomo y podía ser protegido acudiendo a la tutela. Empero, tales
matizaciones dejaron en parte sin resolver el interrogante sobre el eventual
carácter iusfundamental que el derecho a la salud puede revestir.

Como ocurre con el conjunto de derechos económicos, sociales y culturales, en


contra de dicho reconocimiento se suelen oponer razones de diferente índole
que, en últimas, apuntan en especial al elemento prestacional que los distingue
como el obstáculo más importante para su estructuración como derechos
fundamentales amparables por vía de tutela. Con el propósito de analizar la
validez de tales argumentos, la Sala encuentra preciso realizar un breve examen
del mencionado enfoque.

En primer lugar, con fundamento en la clasificación ampliamente difundida por


la doctrina y por la jurisprudencia, según la cual el proceso histórico que permitió
la consolidación de los derechos humanos enseña una categorización de éstos
en concordancia con las demandas exigibles, se ha sostenido que el derecho a
la salud no contiene una pretensión de contenido fundamental en la medida en
que éste hace parte de los derechos de segunda generación, los cuales por su
raigambre puramente prestacional no son objeto de protección por vía de
amparo. En armonía con tal consideración, sólo aquellos derechos que en
estricto sentido amparan la libertad de las personas, mediante el establecimiento
de esferas de autodeterminación dentro de las cuales no es legítima la
intervención del Estado ni de terceros, son considerados verdaderos derechos
fundamentales.

La Corporación ha encontrado dos objeciones en relación con esta formulación,


las cuales se conectan entre sí: (i) en primer término, ha señalado la imprecisión
de esta categorización de los derechos fundamentales en la medida en que la
distinción por generaciones de dichas garantías sólo explica de manera rigurosa
tales derechos como producto histórico, sin ahondar de manera suficiente en la
manera en que éstos deben ser satisfechos, puesto que en ningún caso su
cumplimiento depende de la observación exclusiva de un deber, bien de
abstención o de prestación. En tal sentido, en sentencia T-557 de 2006 la Corte
Constitucional señaló cómo resulta preciso constatar “que esta distinción no deja
de ser artificial en muchos [aspectos], y desconoce pronunciamientos efectuados
en el seno de la comunidad internacional en el sentido que todos los derechos
humanos, tanto civiles y políticos como económicos sociales y culturales, son
indivisibles e interdependientes4”. (ii) En segundo lugar, sumado al elemento
histórico aludido, se observa que esta idea trae consigo una insostenible
simplificación del contenido de los derechos fundamentales pues su adopción
4
[Cita del aparte trascrito] Cfr. Inter. Alia. Comité de Derechos Económicos sociales y
culturales, Observación General 2, Medidas internacionales de asistencia técnica, 1990.
Párrafo 6; Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General 3,
La índole de las obligaciones de los Estados Partes, 1990, Párrafo 8.
supone aceptar que la totalidad de las libertades clásicas se consiguen mediante
mandatos de abstención; mientras que las garantías sociales imponen en todos
los casos deberes de prestación. Al contrario, al examinar con detenimiento la
estructura de los derechos fundamentales se concluye que éstas son garantías
de doble vía, dado que reclaman obligaciones de ambos tipos.

De otra parte, como se indicó atrás, son varios los instrumentos internacionales
que reconocen el derecho de las personas a la salud5. El artículo 25 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos afirma en su párrafo 1º que “toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a
su familia, la salud y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios.”

El artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y


Culturales contiene, a su turno, una de las disposiciones más completas y
exhaustivas sobre el derecho a la salud. En su párrafo 1º determina que los
Estados partes reconocen “el derecho de toda persona al disfrute del más alto
nivel posible de salud física y mental’, mientras que en el párrafo 2 del artículo
12 se indican, a título de ejemplo, diversas ‘medidas que deberán adoptar los
Estados Partes a fin de asegurar la plena efectividad de este derecho.”

La Observación General 14 del Comité de Naciones Unidas sobre Derechos


Económicos, Sociales y Culturales con fundamento en la cual el Comité fijó el
sentido y los alcances de los derechos y obligaciones derivados del Pacto,
recordó que: “la salud es un derecho humano fundamental e indispensable para
el ejercicio de los demás derechos humanos. Todo ser humano tiene derecho al
disfrute del más alto nivel posible de salud que le permita vivir dignamente.”
(Subrayas fuera de texto)6.”

La Observación 14 del Comité enfatizó, de otro lado, la necesidad de realizar


una interpretación amplia del concepto de salud contenida en el párrafo 1º,
artículo 12 del Pacto sobre Derechos Sociales, Económicos y Culturales.
Recomendó el Comité prestar atención al precepto contenido en el párrafo
segundo del mismo artículo pues sólo de ese modo era posible reconocer que:

5
El derecho a la salud se reconoce en el inciso iv) del apartado e) del artículo 5 de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de 1965; en el
apartado f) del párrafo 1 del artículo 11 y el artículo 12 de la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, de 1979; así como en el artículo 24 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989. Varios instrumentos regionales de derechos
humanos, como la Carta Social Europea de 1961 en su forma revisada (art. 11), la Carta Africana
de Derechos Humanos y de los Pueblos, de 1981 (art. 16), y el Protocolo adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, de 1988 (art. 10), también reconocen el derecho a la salud. Análogamente, el derecho
a la salud ha sido proclamado por la Comisión de Derechos Humanos, así como también en la
Declaración y Programa de Acción de Viena de 1993 y en otros instrumentos internacionales.”
6
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, Observación
General 14, (artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales),
(22º período de sesiones, 2000), U.N. Doc. E/C.12/2000/4 (2000).
“la salud abarca una amplia gama de factores socioeconómicos que promueven
las condiciones merced a las cuales las personas pueden llevar una vida sana,
y hace ese derecho extensivo a los factores determinantes básicos de la salud,
como la alimentación y la nutrición, la vivienda, el acceso a agua limpia potable
y a condiciones sanitarias adecuadas, condiciones de trabajo seguras y sanas y
un medio ambiente sano7.” Mediante la Observación General 14, el Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales destacó, por lo demás, que el
derecho a la salud supone la existencia de cuatro elementos sin la presencia de
los cuales no podría sostenerse que se está garantizando la efectividad del

7
Ibíd.
derecho a la salud. Estos elementos son: disponibilidad8, accesibilidad9,
aceptabilidad10 y calidad11.

8
Esto es, la presencia del “número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de
salud y centros de atención de la salud, así como de programas.” El Comité admite que la
naturaleza misma de estos establecimientos, bienes y servicios puede estar determinada por
diferentes factores dentro de los cuales se cuenta también el nivel de desarrollo del Estado Parte.
Subraya, sin embargo, cuáles son los servicios básicos de salud que deben ser incluidos con
independencia de ese nivel de desarrollo. Al respecto, indica lo siguiente: “[c]on todo, esos
servicios incluirán los factores determinantes básicos de la salud, como agua limpia potable y
condiciones sanitarias adecuadas, hospitales, clínicas y demás establecimientos relacionados con
la salud, personal médico y profesional capacitado y bien remunerado habida cuenta de las
condiciones que existen en el país, así como los medicamentos esenciales definidos en el
Programa de Acción sobre medicamentos esenciales de la OMS.” Ibíd.
9
Es decir, que las personas puedan ingresar a los establecimientos de salud y hacer uso efectivo
de los bienes y servicios de salud sin que se presente ningún tipo de discriminación. A juicio del
Comité, lo anterior supone asegurar, de una parte, que los sectores más vulnerables y marginados
de la población no sean discriminados respecto de su posibilidad de hacer uso de los
establecimientos, bienes y servicios de salud. Toda suerte de discriminación – sea ella de género,
origen, raza o condición social, cultural o económica – queda terminantemente prohibida. En
opinión del Comité, la accesibilidad implica, de otra parte, garantizar el acceso físico en el sentido
de procurar las condiciones para que los establecimientos, bienes y servicios de salud estén al
alcance de todas las personas con independencia del lugar geográfico que habiten. Con ello se
trata de proteger de manera especial a sectores vulnerables o marginados tales como “las minorías
étnicas y poblaciones indígenas, las mujeres, los niños [y las niñas], [las y] los adolescentes, las
personas mayores, las personas con discapacidades y las personas con VIH/SIDA. La
accesibilidad también implica que los servicios médicos y los factores determinantes básicos de
la salud, como el agua limpia potable y los servicios sanitarios adecuados, se encuentran a una
distancia geográfica razonable, incluso en lo que se refiere a las zonas rurales. Además, la
accesibilidad comprende el acceso adecuado a los edificios para las personas con discapacidades.”
La accesibilidad conlleva asimismo a establecer condiciones por medio de las cuales se haga
factible el acceso a la salud de quienes carecen de los suficientes recursos económicos para tales
efectos. Así,“los establecimientos, bienes y servicios de salud deberán estar al alcance de todos.
Los pagos por servicios de atención de la salud y servicios relacionados con los factores
determinantes básicos de la salud deberán basarse en el principio de la equidad, a fin de asegurar
que esos servicios, sean públicos o privados, estén al alcance de todos, incluidos los grupos
socialmente desfavorecidos. La equidad exige que sobre los hogares más pobres no recaiga una
carga desproporcionada, en lo que se refiere a los gastos de salud, en comparación con los hogares
más ricos.” (Subrayas fuera del texto original).La accesibilidad comporta, del mismo modo, el
derecho a estar informados en forma suficiente sobre los establecimientos, bienes y servicios de
salud y, en tal sentido, a “solicitar, recibir y difundir información e ideas acerca de las cuestiones
relacionadas con la salud. Con todo, el acceso a la información no debe menoscabar el derecho
de que los datos personales relativos a la salud sean tratados con confidencialidad.” Ibíd.
10
Este requisito se cumple, según el Comité, cuando los establecimientos actúan y los bienes y
servicios se prestan de manera que se asegure el respeto por la ética médica y por las diferencias
culturales, esto es, cuando se obre bajo cánones “respetuosos de la cultura de las personas, las
minorías, los pueblos y las comunidades, a la par que sensibles a los requisitos del género y el
ciclo de vida,” y se conciban los servicios de tal modo que garanticen, en forma simultánea, el
respeto por el principio de confidencialidad.
11
De conformidad con lo establecido por el Comité en la Observación General 14, los
establecimientos, bienes y servicios de salud no sólo han de ser aceptables, mirados desde un
enfoque cultural, sino “también apropiados desde el punto de vista científico y médico y ser de
Según lo establecido en el Pacto sobre Derechos Sociales, Económicos y
Culturales la salud es, pues, un derecho fundamental que envuelve – como
sucede también con todos los demás derechos fundamentales -, prestaciones
de orden económico orientadas a garantizar de modo efectivo la eficacia de estos
derechos en la práctica. A ese respecto es muy clara la Observación 14 cuando
admite que el Pacto “establece la aplicación progresiva y reconoce los
obstáculos que representan los limitados recursos disponibles.” Lo anterior no
significa, sin embargo, que la salud deje de ser un derecho fundamental.
Justamente en este sentido, agrega la Observación General 14, el Pacto también
impone a los Estados Partes diversas obligaciones de efecto inmediato.

Emerge con claridad el reconocimiento de la salud como derecho fundamental,


en la medida en que implica un compromiso orientado a cumplir con un conjunto
de prestaciones específicas que pueden ser amparadas por vía de tutela. Dichos
niveles básicos, toda vez que comprometen la dignidad del ser humano, no
pueden ser concebidos como el resultado baldío de postulados programáticos
carentes de significado jurídico, pues en realidad resumen una obligación
impostergable que se enmarca en un ordenamiento constitucional encaminado
a brindarle a la salud un lugar preponderante dentro de los valores defendidos
por la Norma de Normas.

Justo en la dirección indicada con antelación, la Corte Constitucional ha


acentuado en jurisprudencia reciente que la salud es un derecho constitucional
fundamental12 y le corresponde al Estado, tanto como a los particulares
comprometidos con la prestación del servicio público de salud, desplegar un
conjunto de tareas, actividades o actuaciones encaminadas a garantizar el
debido amparo de este derecho cuyo contenido ha sido paulatinamente
precisado por la jurisprudencia constitucional, como tendrá la Sala ocasión de
indicar más adelante.

Asimismo la salud no es un derecho amparable prima facie por vía de tutela. La


garantía de este derecho implica el reconocimiento de que su faceta prestacional
obliga al Estado a racionalizar la asignación de inversión suficiente para que su
garantía tenga un alcance integral, frente a la necesidad de sostenimiento que
tiene también el amparo de otros derechos. Y esto dentro de un contexto de
recursos escasos como el colombiano.

De otra parte, al igual que numerosos enunciados normativos de derechos


constitucionales, el derecho constitucional a la salud tiene la estructura
normativa de principio - mandato de optimización – y supone, en esa medida,
una doble indeterminación, normativa y estructural, la cual debe ser precisada
por quien ejerce la tarea de interpretación, verbigracia, mediante la

buena calidad. Ello requiere, entre otras cosas, personal médico capacitado, medicamentos y
equipo hospitalario científicamente aprobados y en buen estado, agua limpia potable y
condiciones sanitarias adecuadas.” (Subrayas fuera del texto original).Ibíd.
12
Consultar entre otras, Corte Constitucional. Sentencia T-016 de 2007; T-173 de
2008; T-60 de 2008.
determinación de las prestaciones que lo definen. En este contexto, es preciso
tanto racionalizar su prestación satisfactoria a cargo de los recursos que
conforman el sistema de salud en Colombia, como determinar en qué casos su
protección es viable mediante tutela.

La protección del derecho constitucional fundamental a la salud está prima facie


en cabeza del Legislador y de la Administración mediante la adopción de
políticas así como de un conjunto de medidas, actuaciones o actividades
orientadas a garantizar la debida y efectiva protección de este derecho. Ahora
bien, la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha establecido que el amparo
por vía de tutela del derecho constitucional fundamental a la salud procede
cuando se trata de: (i) falta de reconocimiento de prestaciones incluidas en los
planes obligatorios, siempre que su negativa no se haya fundamentado en un
criterio estrictamente médico y, (ii) falta de reconocimiento de prestaciones
excluidas de los planes obligatorios, en situaciones en que pese a la necesidad
de garantizarlas de manera urgente, las personas no acceden a ellas a causa de
la incapacidad económica para asumirlas. En estos eventos, el contenido del
derecho a la salud no puede ser identificado con las prestaciones de los planes
obligatorios.

La urgencia de la protección del derecho a la salud se puede dar en razón a que


o bien se trata de un sujeto que merece especial protección constitucional (niños
y niñas, población carcelaria, adultos mayores, personas que padecen
enfermedades catastróficas, entre otros), o bien se trata de una situación en la
que se puedan presentar argumentos válidos y de suficiente relevancia
constitucional, que permitan concluir cómo la falta de garantía del derecho a la
salud implica un desmedro o amenaza de otros derechos fundamentales de la
persona, o un evento manifiestamente contrario a lo que ha de ser la protección
del derecho constitucional a la salud dentro de un Estado Social y Constitucional
de Derecho. Así, el derecho a la salud debe ser amparado en sede de tutela
cuando se verifiquen los criterios mencionados con antelación.

No resulta pues razón suficiente, en caso de presentarse las situaciones


descritas, que a las personas se les prive de reclamar y, de esta suerte, se les
impida acceder a prestaciones excluidas de los planes obligatorios por el sólo
hecho de no tener cómo asumir su costo. De un lado, esta Corporación ha
definido el principio de justicia que procura que los servicios de la medicina se
brinden en la sociedad equitativamente entre la población, “… que es una
expresión específica del derecho de igualdad en el campo de la salud (C. N. arts
13 y 49)”13. De otro, el inciso final del artículo 13 de la Constitución de 1991,
establece una clara obligación en cabeza del Estado de proteger especialmente
a personas en condiciones desfavorables, incluso de índole económica. Y, la
protección que el juez de tutela brinda en estos casos, no es más que el
cumplimiento de dicha obligación.

Así como ocurre con la totalidad de los derechos fundamentales, el derecho a la

13
Corte Constitucional. Sentencia. SU-337 de 1999.
salud se encuentra vinculado con otras garantías en virtud del nexo profundo
que comparten estas libertades, el cual les comunica el norte ideológico que
comparten, que no es otro distinto, a obtener la cabal realización del principio
de dignidad humana. De este modo, el derecho a la salud guarda una estrecha
relación con los derechos fundamentales a la integridad personal y a la vida
en condiciones de calidad y de dignidad, entre otros. Puestas así las cosas,
es necesario resaltar que dicha relación de articulación tan sólo indica la unidad
de propósito que recorre el conjunto de derechos reunidos bajo el signo de los
derechos fundamentales. Lo anterior significa que la alteración de una
determinada garantía –en este caso, el derecho a la salud- de manera
ineluctable concluye en la afectación de otros derechos que la rodean.

Por tal razón, en todos los casos se presenta una relación de conexidad con
derechos de diferente orden, tal como se hace evidente al suponer una violación
cualquiera de un derecho fundamental específico, en cuyo caso se observa que,
sin importar la garantía particular en la cual se piense, tal infracción coincide con
una vulneración del derecho a la dignidad humana –Vgr. Libertad de locomoción
– dignidad humana; derecho a la educación – dignidad humana; derecho al
debido proceso – dignidad humana. La anterior consideración pone de presente
en el caso particular del derecho bajo estudio que el carácter fundamental del
derecho a la salud no puede depender de una alegada relación de conexidad
con otros derechos fundamentales pues dicha exigencia trae consigo dos
proposiciones que suscitan serios reparos: (i) en primer lugar, por esta vía se
niega la naturaleza iusfundamental del derecho a la salud, en la medida en que
se demanda la acreditación de un vínculo con un derecho del cual sí se pueda
predicar efectivamente tal carácter; (ii) en segundo término, como ha sido
señalado en esta providencia, en cierta medida tal requisito es un contrasentido
dado que una vulneración de un derecho fundamental –cualquiera sea éste- en
todos los casos trae consigo la alteración de otras garantías, por lo que en estos
eventos siempre se presenta una relación de conexidad.

La fundamentabilidad de los derechos no depende – ni puede depender – de la


manera como estos derechos se hacen efectivos en la práctica. Los derechos
todos son fundamentales pues se conectan de manera directa con los valores
que los Constituyentes quisieron elevar democráticamente a la categoría de
bienes especialmente protegidos por la Constitución. Estos valores consignados
en normas jurídicas con efectos vinculantes marcan las fronteras materiales más
allá de las cuales no puede ir la acción estatal sin incurrir en una actuación
arbitraria (obligaciones estatales de orden negativo o de abstención). Significan,
de modo simultáneo, admitir que en el Estado social y democrático de derecho,
no todas las personas gozan de las mismas oportunidades ni disponen de los
medios – económicos y educativos - indispensables que les permitan elegir con
libertad aquello que tienen razones para valorar. De ahí el matiz activo del papel
del Estado en la consecución de un mayor grado de libertad, en especial, a favor
de aquellas personas ubicadas en una situación de desventaja social, económica
y educativa. Por ello, también la necesidad de compensar los profundos
desequilibrios en relación con las condiciones de partida mediante una acción
estatal eficaz (obligaciones estatales de carácter positivo o de acción).
El Plan Obligatorio de Salud se define, de acuerdo con lo establecido por el
artículo 7º del Decreto 806 de 1998, como“el conjunto básico de servicios de
atención en salud a que tiene derecho, en caso de necesitarlos, todo afiliado al
Régimen Contributivo que cumpla con las obligaciones establecidas para el
efecto y que está obligada a garantizar a sus afiliados las Entidades Promotoras
de Salud, EPS, y Entidades Adaptadas, EAS, debidamente autorizadas, por la
Superintendencia Nacional de Salud o por el Gobierno Nacional
respectivamente, para funcionar en el Sistema General de Seguridad Social en
Salud”

De dicho conjunto de prestaciones hacen parte aquellos servicios,


procedimientos, medicamentos, prótesis y órtesis necesarias para la prevención,
diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de un gran número de enfermedades,
de acuerdo con lo establecido para el efecto por el Consejo Nacional de
Seguridad Social en Salud, órgano que de acuerdo con lo establecido por el
artículo 162 de la ley 100 de 1993 tiene a su cargo dicha competencia.

En la actualidad, la norma que define el contenido en mención es la Resolución


5261 de 1994 “Por la cual se establece el Manual de Actividades, Intervenciones
y Procedimientos del Plan Obligatorio de Salud en el Sistema General de
Seguridad Social en Salud”.

En la sentencia T-038 de 2007 la Corte Constitucional enfatizó que el derecho


constitucional fundamental a la salud cuya efectiva garantía se relaciona
estrechamente con la posibilidad de llevar una vida digna y de calidad no sólo
debía protegerse cuando la personas se hallaban en “peligro de muerte, sino que
[abarcaba] ‘la posibilidad concreta de recuperación y mejoramiento de las
condiciones de salud, en la medida en que ello [fuera] posible, cuando éstas
condiciones se [encontraban] debilitadas o lesionadas y [afectaran] la calidad de
vida de las personas o las condiciones necesarias para garantizar a cada quien,
una existencia digna14’”

La Corte Constitucional en la sentencia T-499 de 1992 puso énfasis la


Corporación en que “el dolor intenso [reducía] las capacidades de la persona,
[impedía] su libre desarrollo y [afectaba] su integridad física y psíquica” e insistió
en que “la autoridad competente que se [negaba], sin justificación suficiente, a
tomar las medidas necesarias para evitarlo, [omitía] sus deberes, [y desconocía]
el principio de la dignidad humana..."

Si bien los derechos a la salud, y a la seguridad social, hacen parte de los


denominados derechos de segunda generación, que corresponden al Capítulo II
de la Constitución Nacional que contempla los derechos económicos, sociales y
culturales, la jurisprudencia de nuestra más alta corporación y guardiana de la
Carta Política, ha sido reiterativa e insistente en sentenciar que esos derechos,

14
Cfr. Corte Constitucional. Sentencias T-076 de 1999 y T-956 de 2005, entre muchas
otras.
que pese a no estar expresamente catalogado en el texto de fundamentales,
ellos se toman en fundamentales cuando su desconocimiento pone en peligro
derechos de rango fundamental o genera la violación de estos, conformándose
una unidad que reclama protección integral, pues las circunstancias fácticas
impiden que se separen ámbitos de protección.

El artículo 48 de la Carta Política reconoce a la seguridad social como un servicio


público de carácter obligatorio que se prestara bajo la dirección, control y
vigilancia del Estado, con sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y
solidaridad, en los términos que establezca la Ley. Así mismo, se trata de un
derecho irrenunciable de todos los habitantes. Simultáneamente, el artículo 49
de la Constitución dispone que la atención de la salud es un servicio público a
cargo del Estado, que se garantiza a todas las personas en cuanto a los servicios
de promoción, protección y recuperación de la salud, quedando a cargo del
Estado la organización, dirección y reglamentación de la prestación de los
servicios de salud. El compromiso de las instituciones, ha dicho la Corte, no
alcanza a configurar una obligación de resultado, pero es lo suficiente amplio
como para comprender la realización de las acciones encaminadas a procurar
en lo posible la recuperación Del paciente o disminuir sus dolencias. Por ello la
Corte ha destacado que las Instituciones de la Seguridad Social asumen un
compromiso con la salud del afiliado, entendida en este caso como un derecho
conexo con la vida.

Se ha señalado por el alto tribunal que para que los derechos a la seguridad
social y a la salud se consideren como derechos fundamentales, es necesario
que cumplan los presupuestos destacados por la jurisprudencia, los cuales son:

a) Que opere en conexión con otro derecho fundamental. b) Que se entienda


como la asistencia pública que debe prestarse ante una calamidad que
comprometa de manera grave e inminente la vida humana o la Salud. c)
Que se presente ante casos de extrema necesidad. d) Que la asistencia
se pueda prestar de acuerdo con las posibilidades reales de protección
de que disponga el Estado para el caso concreto.

Respecto al derecho a la vida, éste se encuentra contemplado como derecho


fundamental de manera expresa en el artículo 11 de la Constitución Política y ha
establecido la doctrina con base en las mismas expresiones del texto
constitucional que este es inalienable, irrenunciable o intransferible, por lo que
está a cargo del Estado la obligación de respetarlo y protegerlo.

Ha sido copiosa la jurisprudencia de la Corte Constitucional respecto a que el


derecho a la salud puede ser considerado como un derecho fundamental por
conexidad15, cuando en determinados casos, su protección recae directamente
en otro derecho fundamental como la vida digna, procediendo a ordenar la

15Ver entre otras sentencias la SU-180 de 1997 y T-1255 M.P. Dr. Alejandro
Martínez Caballero, T-488 de 2001, M.P. Dr. Jaime Araujo Rentaría.
práctica de tratamientos, en virtud de la primacía de la Constitución al amparar
el citado derecho fundamental.

De igual forma, el artículo 13 Superior en su inciso final, establece la obligación


del Estado de proteger a las personas que por su condición económica, física o
mental se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta.

Es así como surge para el Estado conforme al artículo 49 ibídem el deber de


“organizar, dirigir y reglamentarla prestación de servicios de salud a los
habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficacia,
universalidad y solidaridad”
Sin embargo, la Corte en aras de lograr la protección de la salud como derecho
fundamental por conexidad, ha limitado su protección al cumplimiento de ciertos
requisitos, como son:

a. Que la persona afectada posea un derecho subjetivo a la prestación que


solicita y, por tanto, el ordenamiento jurídico le ha adscrito a alguna
persona, bien sea pública o privada, la obligación correlativa;

b. Que tal derecho, en el caso específico, encuentra conexidad directa con


algún derecho elevado a la categoría de fundamental por el citado
ordenamiento;

c. Y que no exista otro medio de defensa judicial o, que de existir, no resulte


idóneo para evitar la consumación de un perjuicio irremediable respecto del
derecho amenazado o vulnerado.

Por otra parte si una persona padece una enfermedad incurable que afecta de
manera grave su vida y las condiciones en que se desarrolla, la protección que
se le debe brindar no es sólo de resultado, sino que incluye la facultad de agotar
todas las posibilidades enderezadas a conservar su existencia vital. El paciente
en esas circunstancias no está destinado a ser abandonado a la fatalidad sino
que tiene derecho a que se le garanticen unas mínimas condiciones para aliviar
sus dolencias y abrigarle esperanzas de recuperación y de prolongación de la
vida amenazada, si ese es su deseo16 Así, como lo ha manifestado la Corte, el
Estado debe ofrecer a los enfermos terminales que enfrentan intensos
sufrimientos, todas las posibilidades para que sigan viviendo, por lo cual es su
obligación brindarles los tratamientos paliativos del dolor17.

Frente a casos de pacientes que padecen cáncer y requieren de manera urgente


medicamentos o tratamientos incluidos en el POS-S, debe tenerse en cuenta la
gravedad de sus padecimientos y la vulnerabilidad económica en que se
encuentra el peticionario. Al respecto, el juez de tutela debe tener en cuenta las
recomendaciones que se han formulado en el seno de la Organización Mundial

16 Se pueden consultar las sentencias T-271 del 23 de junio de 1995 (M.P. Alejandro Martínez
Caballero) y T-224 del 5 de mayo de 1997 (M.P. Carlos Gaviria Díaz).
17 Cfr. Corte Constitucional. Sentencia C-239 del 20 de mayo de 1997 (M.P. Carlos Gaviria Díaz).-
de la Salud18 con respecto a los programas nacionales de control de cáncer para
fundamentar su fallo.

En las referidas recomendaciones se ha establecido que, frente a personas que


padezcan leucemia o padecimientos cancerológicos similares, las autoridades
nacionales de salud deben “proporcionar una atención apropiada con el fin
de aumentar la supervivencia, reducir la mortalidad y mejorar la calidad de
vida”19

Frente a pacientes que padecen cáncer, el Acuerdo 306 de 2005 establece, en


su artículo 2, literal B, inciso 3.6, que para “la cobertura de servicios del POS-S
cualquier medio médicamente reconocido, que se encuentre incluido en la
Resolución 5261 de 1994, clínico o procedimental, es válido para la confirmación
diagnóstica por parte del médico de los casos de cáncer”.

El mismo artículo señala, además, que se garantizará a los pacientes con cáncer
“Todos los estudios necesarios para el diagnóstico inicial, así como los de
complementación diagnóstica y de control”.

Si el derecho al diagnóstico reviste de manera general gran importancia, ésta es


aun mayor frente a tratamientos de cáncer, donde las autoridades y los médicos
deben realizar todo lo posible para mitigar los efectos del dolor, aumentar las
probabilidades de vida y brindar un trato digno al paciente, lo cual no es posible
si se desconoce su situación real, la cual podrá determinarse tan solo si se
practican todos los exámenes pertinentes, con los cuales podrá decidirse qué
tratamiento será efectivo para tratar el padecimiento.

El ser humano necesita mantener ciertos niveles de salud para


sobrevivir y desempeñarse, de modo que, cuando la presencia de
enfermedades incurables y mortales afecta esos niveles, poniendo en
peligro la propia subsistencia, no resulta válido pensar que el enfermo
esté ineluctablemente abocado a abandonarse a la fatalidad,
desechando cualquier tratamiento, por considerarlo inútil ante la certeza
de un inexorable desenlace final; todo lo contrario, el paciente tiene
derecho, mientras tanto, a abrigar esperanzas de recuperación, a

18 Las cuales se deben tener en cuenta dada la necesidad de determinar el contenido de los
derechos humanos reconocidos en la Constitución y en tratados internacionales a la luz de la
interpretación que de los mismos hacen los órganos internacionales que tienen la competencia
de aplicar las normas de derecho internacional: Cfr. Sentencias C-010 de 2000 y T-1319 de 2001.
Si bien la OMS no es un órgano jurisdiccional o cuasijurisdiccional de aplicación de normas de
derechos humanos, el Comité de Sociales, Económicos y Culturales, que sí tiene la anterior
naturaleza, a propósito del derecho a la salud ha afirmado que “los Estados Partes deben utilizar
la información y los servicios de asesoramiento amplios de la OMS en lo referente a la reunión
de datos, el desglose de los mismos y la elaboración de indicadores y bases de referencia del
derecho a la salud”: en Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación
General 14, El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (artículo 12), 2000. Párrafo
57.
19 Ibid.
procurar alivio a sus dolencias, a buscar, por los medios posibles, la
prolongación de la vida amenazada, si así lo desea."

Así las cosas, es preciso concluir que en los casos de pacientes con cáncer, la
EPS a la cual se encuentre afiliado el usuario, tiene la responsabilidad de realizar
todos los estudios necesarios para el diagnóstico inicial de la enfermedad, así
como los de complementación diagnóstica y de control y suministrar de manera
eficiente e inmediata los tratamientos que requiera el paciente para el
mejoramiento de su calidad de vida y protección de su derecho fundamental a la
vida., sin dilatar en el tiempo el suministro de los tratamientos que requiere el
paciente para conservar la vida.

Esto También encuentra sustento en la gravedad de la enfermedad y en la


importancia para la vida digna, salud e integridad personal del paciente, la no
dilación injustificada de la práctica de los exámenes diagnósticos y de
confirmación y, en consecuencia, de la iniciación oportuna del tratamiento
médico.

Ahora bien, de acuerdo con la norma citada, otra situación es la relacionada con
la responsabilidad de la EPS y del ente territorial respectivo, frente al costo del
procedimiento diagnóstico según su inclusión o no en el Plan Obligatorio de
Salud. En este sentido, es claro que desde ningún punto de vista, la definición
de dicha responsabilidad puede implicar la demora en la realización del
diagnóstico y del tratamiento médico a seguir. Esto por cuanto, (i) como se indicó
anteriormente, la tardanza en la realización de un diagnóstico médico, dado que
dilata la determinación de la enfermedad, prolonga los padecimientos del
usuario, y por lo tanto, disminuye sus condiciones de vida en términos de
dignidad; (ii) la efectividad de los derechos fundamentales a la salud, a la vida
digna y a la integridad personal de un paciente, no puede posponerse a la
resolución de las controversias económicas o administrativas que se susciten
entre las EPS y los entes territoriales; (iii) las responsabilidades financieras y
administrativas de las EPS y de los entes territoriales, no pueden ser asumidas
por los sujetos más vulnerables del Sistema de Seguridad Social en Salud, esto
es, los usuarios; y, (iv) las EPS cuentan con medios de defensa judicial para
hacer efectivo su derecho a repetir contra el ente territorial respectivo, por el valor
de todos aquellos servicios médicos que preste y que no se encuentren incluidos
en el POS-S.

Así, la jurisprudencia constitucional ha señalado que el derecho a un diagnóstico


médico oportuno, constituye una parte esencial del derecho a la salud, vida digna
e integridad personal. Al respecto, esta Corte ha establecido que cuando las
entidades encargadas de la prestación de los servicios de salud, niegan a sus
afiliados la realización de un examen diagnóstico ordenado por el médico tratante
adscrito a la entidad, o de una intervención quirúrgica, se pone en grave peligro
el derecho a la salud, vida digna e integridad personal del paciente, pues se dilata
injustificadamente la determinación de la enfermedad, y la iniciación del
tratamiento médico necesario para la recuperación o mejoramiento del estado
de salud del afiliado.
En síntesis, los derechos fundamentales a la salud, vida digna e integridad
personal comprenden el derecho de todo paciente a un diagnóstico, suministro
de tratamientos e intervención médica oportuna. Por ello, las entidades
prestadoras de los servicios de salud, con fundamento en argumentos de tipo
administrativo o presupuestal, no podrán omitir la realización de procedimientos
y actividades de diagnóstico, en todos aquellos casos en que dichos
procedimientos hayan sido ordenados por el médico tratante adscrito a la
entidad, pues esto prorroga caprichosamente la recuperación de la enfermedad,
la posibilidad de iniciar un tratamiento médico que permita el restablecimiento
del estado de salud del paciente.

Como se desprende de la información que consta en los anexos de esta tutela,


la orden del médico tratante en el presente caso no puede equipararse a un
procedimiento con fines meramente formales. Consiste en un tratamiento
monoquimioterapia y radioterapia, indispensables para restablecer la salud de
ISABEL CRISITNA SOTO GOMEZ, integridad física, funcional, psíquica,
emocional y social necesaria para llevar una vida en condiciones de calidad y de
dignidad.

En otras palabras, la urgencia de practicar el procedimiento prescrito por el


médico tratante no requiere mayor justificación. Pues se endereza más bien a
poner a la paciente en condiciones que le permitan llevar una vida digna y de
calidad.

La sentencia T-659 de 2003 mediante la cual abordó la Corte un asunto


semejante20. En aquella ocasión opinó la Corte que la salud no se identificaba
sólo con:

“un estado de bienestar físico o funcional. Incluye también el bienestar psíquico,


emocional y social de las personas21. Todos estos aspectos contribuyen a
configurar una vida de calidad e inciden fuertemente en el desarrollo integral del
ser humano. El derecho a la salud se verá vulnerado no solo cuando se adopta
una decisión que afecta el aspecto físico o funcional de una persona. Se
20
En ese entonces el actor, padre de un menor, instaura acción de tutela en contra de la E.P.S. Compensar
pues estima que esa entidad vulneró los derechos fundamentales de su hijo al negarse a realizarle el
procedimiento quirúrgico Ginecomastia Pubertal Bilateral que su hijo “requiere con urgencia, en razón
que el niño esta en crecimiento y se verá afectado tanto emocionalmente como sociológicamente si no se
soluciona rápidamente el problema.” La entidad demandada también alegó que se trataba de una cirugía
estética no cobijada por el POS y que por consiguiente los derechos fundamentales del menor no habían
sido desconocidos.
21
“Para la Sala en casos como el presente, la omisión de la E.P.S. accionada en autorizar la realización
de la cirugía del menor (...) constituye vulneración a su derecho a la salud en conexidad con la vida en
condiciones dignas de las cuales forma parte el derecho del niño y los adolescentes al desarrollo integral
y armónico y a la protección oportuna, (artículos 44 y 45 de la C.P.) lo que de suyo implica la plena
atención medica para que su crecimiento físico y su equilibrio psíquico sean los que normalmente
correspondan a su edad y al sexo a que pertenece. No se puede alegar la no inclusión en el P.O.S. de
determinado tratamiento estético cuando se evidencia que la carencia del mismo afecta la vida en
condiciones dignas del menor y si bien la cirugía que requiere no compromete aspectos funcionales, si
puede afectar la salud integral incluyendo la faceta psicológica del menor.”
desconocerá igualmente cuando la decisión adoptada se proyecta de manera
negativa sobre los aspectos psíquicos, emocionales y sociales del derecho
fundamental a la salud.”

Es por esto que considero que los derechos fundamentales de ISABEL


CRISTINA SOTO GOMEZ deben ser protegidos ya que su enfermedad es de
carácter paliativo y merece el respectivo cuidado, atención rápida y oportuna, y
como bien se sabe su enfermedad que es de carácter catastrófico, sin estas
quimioterapias y radioterapias empeoraría notablemente.

PRUEBAS

Solicito se tengan en cuenta los documentos que aportaré:

DOCUMENTALES

1. Fotocopia de la Cédula de Ciudadanía.

2. Fotocopia del Carnet de afiliación de ISABEL CRISTINA SOTO GOMEZ


a la EPS régimen contributivo, CAFESALUD.

3. Fotocopia de la historia clínica de ingreso a urgencias de la Clínica


Bucaramanga el día 27 de octubre de 2010 donde se diagnostica
glucometria normal y se ordena exámenes de SS EKG-SS NA- K- TAC
cerebral simple y valorar con resultados.

4. Fotocopia del diagnóstico emitido por el Dr. Felix Rincón Díaz el 27 de


octubre de 2010 en el cual emite un concepto de normalidad en el estado
de salud de ISABEL CRISITNA SOTO GOMEZ

5. Fotocopia del estudio realizado en SINAPSIS, el 3 de Noviembre por le


médico particular, Neurólogo Clínico, Dr. Iván Mauricio peña Castellanos.

6. Fotocopia del diagnóstico emitido por la Radióloga, Dra. Mónica Ocampo


Gonzales el día 4 de Noviembre de 2010, por consulta particular

7. Fotocopia de la remisión a urgencias para hospitalización y estudio con


gadolinio y valorización de neurocirugía, del día 8 de Noviembre de 2010.

8. Fotocopia de historia clínica de urgencias de la Clínica Bucaramanga del


día 9 de Noviembre de 2010.

9. Fotocopia del resultado de examen de histocitopatologico del laboratorio


de Histocitopatologia Ltda., Dr. Alfredo Acevedo Sarmiento con fecha del
24 de Noviembre de 2010.

10. Fotocopia del diagnóstico emitido por el neurocirujano, Dr. Rafael


Augusto Azuero González el 24 de Noviembre de 2010.
11. Fotocopia del resultado de examen de histocitopatologico del laboratorio
de Histocitopatologia Ltda., Dr. Alfredo Acevedo Sarmiento con fecha del
26 de Noviembre de 2010.

12. Fotocopia de la orden médica del Oncólogo Clínico, Dr. Jesús Insuasty,
del día 6 de Diciembre de 2010, donde especifica el medicamento
TEMOZOLAMIDA (TEMODAL) CAPSULAS X 10 MG FRASCO X 5
CAPS # 9.

13. Fotocopia de la Solicitud y Justificación médica para medicamento NO


POS, realizada el 6 de Diciembre de 2010 por el Oncólogo Clínico, Dr.
Jesús Insuasty.

14. Fotocopia de la historia clínica de ingreso, expedida por el Oncólogo


Radioterapeuta, Dr. Tomás Carlos Durán Gómez, el día 7 de Diciembre
de 2010.

ANEXOS

Acompaño como anexos, los documentos relacionados en el acápite de pruebas


y una copia completa para el traslado de la demandada.

JURAMENTO

Manifiesto bajo la gravedad de juramento que ISABEL CRISTINA SOTO


GOMEZ, identificada con la cédula de ciudadanía número 63.514.007 de
Bucaramanga, se encuentra imposibilitada físicamente para interponer la
presente ACCION DE TUTELA de manera personal, toda vez que su estado de
salud es delicado lo cual queda demostrado en los hechos que fundamentan la
presente acción. De igual forma manifiesto, que no he interpuesto acción de
tutela ante otra autoridad por los mismos hechos.

COMPETENCIA

Señor Juez, usted es competente para conocer de esta acción, de conformidad


con lo establecido por la Ley.

NOTIFICACIONES

La entidad ACCIONADA CAFESALUD E.P.S podrá ser notificada en:

Avenida González VALENCIA # 48-14.

La suscrita podrá ser notificada en la calle 53 # 16-173 Barrio San Miguel Tel:
6303345- 3124162485.
Del señor Juez,

_________________________
MARIO FERNANDO SOTO GOMEZ
C.C. No. 91.292.552 de Bucaramanga.

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