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- UN CRIMEN LLAMADO EDUCACIÓN

- ANDRÉS FELIPE DIAZ VELANDIA/ SERGIO ALEJANDRO MOLANO


- LICENCIATURA EN HUMANIDADES Y LENGUA CASTELLANA (JORNADA NOCTURNA)
- EDUCACIÓN, CULTURA Y POLÌTICA
- UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA
- 2019
UN CRIMEN LLAMADO EDUCACIÒN
Juren Klaric es un experto en el comportamiento humano, él mismo ha realizado
distintos estudios referentes al ser humano y su relación con la sociedad, su
entorno y otros factores. Sin embargo, sus estudios también se han centrado en
la educación actual al nivel mundial. En su documental llamado “Un crimen
llamado educación” Klaric muestra las distintas y variadas problemáticas a las
que se enfrentan las nuevas generaciones de padres, de maestros y por
supuesto, el eje central del informe, los estudiantes.
El tema central que Klaric intenta mostrar en la investigación que hizo en distintas
partes del mundo, en pocas palabras y muy resumido es: El sistema educativo
debe cambiar. Aunque esta afirmación se ha hecho en múltiples ocasiones y en
distintos periodos de tiempo, Klaric no solo ve el problema desde una visión
netamente académica, sino por el contrario, intenta verlo desde distintos
panoramas que abarcan, de manera lógica el colegio o la escuela, el maestro
(visto en alguna medida como una víctima), las entidades educativas, los padres
de familia, las familias en general, entre muchos más que van desde la parte
social hasta la psicológica.
Es clara la intención de Juren, pero, ¿cómo lo muestra? Y ¿qué muestra? Se
centra en distintos elementos de la educación, como son el sistema por notas, la
calidad que se les brinda a los jóvenes junto con la calidad del maestro. Juren
como prioridad, busca mostrar el daño que la educación actual está haciendo en
el mundo, la cual, según él, está muy atrasada y no encaja en este nuevo siglo.
Las principales víctimas de este fallido sistema en primera medida son los
estudiantes, ¿por qué? Para Juren el problema radica en dos aspectos: La poca
importancia que se le da a la inteligencia emocional y el sistema de evaluación,
visto en dos caras distintas.
Según Howard Gatner con su teoría de las inteligencias múltiples, cada individuo
tiene siete inteligencias que van desde una lógico-matemática o lingüística hasta
una musical o interpersonal1. No obstante, el sistema que rige a los estudiantes,
sólo se llega a centrar (con suerte) en dos de estas inteligencias: Lógico-
matemática o lingüística, con lo que no se pueden desarrollar las demás
inteligencias. Aunque este por sí mismo ya es un gran daño, además, limita a los
estudiantes y los estigmatiza, llevándolos a pensar sobre sí mismos de manera
extremadamente negativa, dichos pensamientos varían, pero generalmente
destacan los siguientes: Que es un inútil sólo por no entender la matemática o
que no tiene una buena comprensión de lectura, y por ende, no hará nada bueno
en su vida.
Durante el documental surge una incógnita que es constante: ¿Realmente una
nota, un porcentaje define el conocimiento? La respuesta es un contundente no.
El sistema de notas de distintas escuelas lleva a los estudiantes a traumas,

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La teoría de Gatner muestra que son en total siete inteligencias: Lógico-matemática, Lingüística,
Musical, Kinética, Interpersonal, Intrapersonal y la inteligencia natural. Cada una de estas desarrolla una
parte específica del cerebro, dando variedad de individuos.
estrés, horas de “estudio” por algo que no les genera absolutamente ningún
interés. Lo único que el obsoleto sistema de notas genera es una gradual y
constante frustración al no ser competente con lo que se pide.
Ahora bien, ¿qué sucede en países como Singapur o Korea del Sur que tienen
un sistema educativo a vista del mundo ejemplar y como un modelo a seguir?
Aunque estos dos países lideran las encuestas de las pruebas PISA a nivel
mundial, también lideran los índices de suicidios en estudiantes, siendo, tal vez,
Korea el más preocupante con casi el 50% de sus estudiantes de bachillerato o
universidad, con índices o pensamientos suicidas. El problema de estos países
radica que, pese a que los contenidos y metodologías puede que sean
acertados, no velan por la educación emocional, la cual hoy en día es crucial. En
algunas instituciones de Korea del Sur, el sistema educativo, o principalmente
estar en un colegio o una universidad, se asemeja a estar en el ejército.
Es claro que el Sistema Educativo necesita un verdadero cambio. El siglo XXI no
puede seguir siendo educado con el método del siglo XIX o XVII. La prioridad
debería estar centrada en la creación de un sistema de educación para niños, no
para adultos. El correcto balance entre la parte académica y una educación
emocional, que le permita al estudiante reconocer sus habilidades propias para
subsistir, pero también reconocer las del otro, permitirá, en un futuro muy utópico,
entender que no se enseña a máquinas industriales para que sean
programables, sino a seres humanos, pensantes, capaces de aprender y sobre
todo de crear.

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