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Capítulo 6

Características del español de los nahuas

Introducción

La influencia del náhuatl sobre el español se presenta, sobre todo, en los bilingües
nahuas; pero en ocasiones también en hispanohablantes de la región, no sólo al ni-
vel más obvio, el léxico. Sin embargo, esto se da en una proporción menor que en
el caso de la influencia de esta lengua sobre el náhuatl. Ya que el principal propó-
sito de este trabajo es el estudio de los efectos del contacto náhuatl-español en el
caso del Balsas, en general mis observaciones sobre la influencia del náhuatl ­sobre
el español “estándar” resultarán marginales: no entraré a discutir sistemáticamen-
te los argumentos de Lope Blanch (1972: 157 y ss.) en contra del sustrato maya o
náhuatl para explicar el origen de ciertos fenómenos característicos del español de
México, como el doble posesivo, e.g., “su mamá de ella”. Dicho sea de paso, uno
de los argumentos está basado en la existencia de estos usos pleonásticos en el es-
pañol castizo, incluso en la tradición literaria. En el mejor de los casos, según ­Lope
Blanch, el sustrato indígena ejerce un papel menor e indirecto en algunos de los fe-
nómenos reputados por ser típicos del español de América, y concretamente de
México, como el uso del diminutivo:

el uso y abuso de las formas diminutivas se ha repetido en otras épocas [...] y sigue
dándose en las hablas populares de casi todos los países hispánicos. Tratándose del
desarrollo de una posibilidad propia del sistema lingüístico castellano, no hay por qué
buscarle explicaciones extrasistemáticas [...] innecesarias. A lo sumo, cabría suponer
que la coincidencia de una particularidad de la lengua náhuatl con la tendencia natural
del castellano, podría [...] haber favorecido el cumplimiento de esa posibilidad interna,
sistemática en el español.

Es difícil sostener que el uso redundante del posesivo o “doble posesivo” en el


español de México obedece exclusivamente a la influencia de las lenguas indígenas,
puesto que aparece en dialectos castellanos de la península ibérica (cf. Lope Blanch,
1972: 161) también se constata en variedades escritas del español barcelonés), por
lo que es plausible que se produzca como parte de la lógica de evolución interna

[163]
164 José Antonio Flores Farfán

propia de la lengua. Sin embargo, hasta donde he podido ver, en España su uso es
mucho menos extendido que en México, y esta cuestión de grado puede deberse a
la convergencia con un antiguo sustrato indígena.
Si nos referimos, como en la presente investigación, a una circunstancia en que la
lengua indígena existe en una situación de adstrato, la influencia de la lengua indígena
es notable; incluso, podría afirmarse que llega a trascender a nivel de los hablantes
que pertenecen a las primeras generaciones que adoptan el español como lengua
materna, en sustitución del náhuatl, alcanzando hasta cierto punto el umbral, si no
de los estándares regionales, sí el de las variedades más coloquiales. Es posible que
de forma indirecta la presente investigación proporcione elementos para reflexio-
nar al respecto, aunque reitero que éste no es desde luego su objetivo principal.
De cualquier manera, antes de presentar las características del español regio-
nal, es claro que obedecen a determinaciones de diversa naturaleza. Es decir, con-
curren varios procesos simultáneamente en la manifestación del español regional.
Entre otros, el español local incluye una serie de retenciones del español antiguo y
del español rural. Además, la adquisición del español como segunda lengua, impli-
cando procesos de simplificación y sobregeneralización, también se manifiesta en
el español de los nahuas. Finalmente, habrá interferencias directas del náhuatl –lo
cual es mi principal foco de atención.

6.1. Fonológicas

La presente investigación no intenta abordar en detalle el nivel fonológico, aunque


el material obtenido ofrece una serie de elementos para entender algunos procesos
en juego a este nivel. Por la naturaleza misma del contacto náhuatl-español, el ma-
terial que presentaré en este apartado proviene tanto de materiales en náhuatl co-
mo en español (cf. asimismo el origen del material en Karttunen y Lockhart, 1976 o
Lockhart­, 1992). No obstante, hay que aclarar que en este nivel es probable que los
fenómenos descritos resulten más frecuentes en el material náhuatl que en el español.
El término “nahuañol” se refiere a un español influenciado por la lengua de
adstrato. Recuérdese que en las metáforas locales se le conoce como español “cua-
trero”, lo cual alude a las dificultades por inhibir las interferencias y a la estigma-
tización a que llegan a estar sujetas. En realidad, no existen bilingües coordinados
en el sentido pleno del concepto (cf. Weinreich 1952, 1968); sino que se producen
distintos casos de bilingüismo subordinado; i.e., diversos grados de bilingüismo,
incluso situaciones de “cuasibilingüismo”, término con el que intento capturar
las instancias de bilingüismo pasivo o de lo que también se podría denominar
Características del español de los nahuas 165

“­cuasihablantes” (cf. capítulo 8). Encontramos buenos ejemplos de este tipo de ha-
blantes en el caso de jóvenes de Xalitla que se dedican al comercio y que compran­
artesanías en español a los vendedores que les contestan en náhuatl, en pueblos
con mayor uso de la lengua indígena –por ejemplo, al ir los de Xalitla a comprar
pescados a Ahuehuepan.
Al igual que otros niveles de análisis lingüístico, la producción interlingüística
del sistema de sonidos náhuatl o español constituye un indicador más para identifi-
car y evaluar la posición social de los hablantes. Existe una suerte de continuo hete-
roglósico en la que las variedades más altas del español quedan identificadas con las
formas dialectales más estándar de la lengua, mientras las variedades más “cuatre-
ras” constituyen las formas más bajas y, por tanto, más estigmatizadas (cf. capítulo 8).

6.1.1. Subdiferenciación vocálica

Los fenómenos de subdiferenciación fonémica que se registran son bastante conoci-


dos, aunque no estudiados del todo. Por ejemplo, el tratamiento de los fonemas /o/
y /u/ del español como realizaciones de /o/ del náhuatl se encuentra documentado
por lo menos desde la época colonial hasta nuestros días.105 En español se trata de un
solo fonema -/o/- con dos o más realizaciones (cf. 4.1.). En la mayoría de los casos
se produce, sobre todo, con hablantes de una competencia en español incipiente o
mediana. El hablante puede buscar inconscientemente cierta concordancia intuitiva
i.e., fonética; e.g., a partir de una suerte de principio de armonía ­vocálica: diez minotos

105
La subdiferenciación del contraste /u/ : /o/ del español se registra en diversos dialectos
de la lengua, incluyendo textos coloniales (Karttunen y Lockhart, 1976: 2 y ss. y Lockhart,
1992: 296). En los textos coloniales del Balsas (Amith, 1990) también se constata: Augustin
de la Coroz “Agustín de la Cruz”, jonio “junio”, lones “lunes”, joez “juez”, Joan agostin “Juan
Agustín”. Para un estudio detallado de las determinaciones fonomorfológicas de la varia-
ción o/u en el náhuatl clásico, cf. Hansjakob y Zimmermann, 1962. Para entender el valor
fonológico de la escritura del náhuatl en la Colonia también puede consultarse Andrews
(1975), Karttunen (1983) y Launey (1981, 1986). En los dialectos modernos se registra,
entre otros, por Law (1961: passim), Hill y Hill (1986: passim). En San Jerónimo Amanalco,
Tezcoco, registré: volontario. Este ejemplo forma parte de un texto de proselitismo religio-
so escrito a la entrada de la iglesia. Esto, al igual que en el caso de textos coloniales, sugie-
re el alto grado de persistencia del fenómeno. La subdiferenciación es una de las nativiza-
ciones más frecuentes del náhuatl del Balsas. Hill y Hill (1986: 211) siguiendo a McClure y
McClure (1977) sugieren concebirlas como “etnorreconstrucciones” –su valor simbólico
oscila contradictoriamente– en función del perfil sociolingüístico de los sujetos.
166 José Antonio Flores Farfán

“diez minutos” (s24). De manera adicional, la motivación social también puede favo-
recer la aparición de la hipercorrección: fotoro “futuro” (m12). Todo esto sólo alude
a los procesos de estigmatización o de “etnorreconstrucción” (McClure y McClure
1977; cf. capítulo 7 y 8) de tales pronunciaciones. Sin embargo, las realizaciones son
tan diversas que no es posible encasillarlas en una sola explicación. Algunos ejem-
plos de esta diversidad son (1), de /u/ a [o], y (2) de /o/ a [u]:

(1) osgado “juzgado” (h11)


to “tú” (h11)
(2) butella “botella” (s12)
pullo “pollo” (s12)
buenu “bueno” (s13)
ay dius! “¡ay dios!” (s13)
cartún “cartón” (h22)
cunducto “conducto” (h11)
cumpañeros “compañeros” (h11)
puru “puro” (h22)
cubrar “cobrar” (h22)

No he podido detectar un patrón absolutamente regular que permita hacer


predecible la distribución de la variación [o] : [u]. Pero desde el punto de vista de
las determinaciones fonéticas, parece que el cambio de [u] por /o/ se produce con
más frecuencia cuando existe un contexto bilabial, además de:

(3) gubierno “gobierno” (s11)


antropúlogo “antropólogo” (s11)
cumunicamos “comunicamos” (s11)
murral “morral” (s11)
pudían “podían” (s11)
comu “como” (s11)
mumento “momento” (s11)

De cualquier manera, con un mismo hablante pueden convivir los ejemplos


anteriores con formas estándar como pobre.106 La /o/ puede llegar a sustituir va-
rias vocales a la vez:

106
La impredecibilidad de la distribución /o/ : [u] se hace patente en que a los pocos minutos
de haber proferido “pobre”, este hablante dijo cumu tipubres “como somos pobres”.
Características del español de los nahuas 167

(4) sorofín “Serafín” (h11)


solamente “solamente” (h11)

6.1.2. Subdiferenciación consonántica

También se constata, aunque de manera mucho menos frecuente que el caso de


la subdiferenciación vocálica, la subdiferenciación de la serie de oclusivas sonoras
del español. No sólo la /g/ (aun cuando es posible que ésta haya sufrido una tem-
prana cuasi-integración al náhuatl),107 sino toda la serie de consonantes sonoras del
español podría llegar a ensordecerse:

(5) amiko “amigo” (s14)

El hecho de que el ensordecimiento de las consonantes sonoras sea mucho


menos frecuente que la subdiferenciación de los fonemas /o/ y /u/ del español –y
en especial con respecto a los textos coloniales–, puede interpretarse como una in-
dicación de la efectiva integración de la distinción sordo-sonoro al sistema náhuatl
(cf. 4.2.l. y 5.1.). Pero esto no quiere decir que los hablantes siempre las distingan
nítidamente. Existen casos en que llegan a confundirse o a perderse:

(6) deatriz “Beatriz” (s15)


lagrón “ladrón” (h11)

107
Las razones estructurales de esta subdiferenciación se proveen en 4.1. Tal vez la subdiferen-
ciación de la serie de consonantes sonoras del español sea mucho más evidente en el habla
de los monolingües o en la fase temprana de adquisición de la segunda lengua. En realidad
(5) es uno de los pocos ejemplos constatados, con una hablante bilingüe de Xalitla, de 30
años. Para la época en que Toumi (1983: 120) hizo su investigación en Xalitla (fines de los
setenta), la integración era aparentemente mucho menor aún, por lo que en todo caso és-
ta es reciente: “Le g initial est parfois considéré par les nahuas comme non phonologique
(cf. huevo prononcé [gwebo] d’ou la forme attesté plus bas es añanti”. Donde sí se observa
con toda claridad es en los textos coloniales de la región. Ahí encontramos la subdiferencia-
ción de todas las consonantes sonoras del español; por ejemplo: xuepes “jueves”, baplo “Pa-
blo”, escripano “escribano”; gotino “Godiño”, alcaltes “alcaldes”, hernato “Hernando”; y domico
“domingo­” (Amith, 1990; cf. también Karttunen y Lockhart, 1976: 3 y ss., Lockhart, 1992).
168 José Antonio Flores Farfán

(7) ailas “águilas” (h11)


istrito “distrito” (s18)108

Otra subdiferenciación posible es la del par de las trinadas del español /ř/ : / ř /.
No obstante, la distinción es hasta cierto punto identificable, ya que existe un prés-
tamo totalmente integrado, no sólo en el Balsas, sino en todos los dialectos del ná-
huatl: /fieřo/ “feo, peligroso, difícil” vs. /fieřo/ “hierro” (cf. 5.1.).
Más recurrentes son las instancias de hipercorrección. Por ejemplo, /p/ pue-
de convertirse en [b] lo cual alude a la estigmatización de semejantes formas: bastia
“pastilla”; de bor si “de por sí”; abrobado “aprobado” (s13). La hipercorrección puede
producirse incluso como forma intrusiva, como en el segundo ejemplo:

(8) megor “mejor”109 (h11)


botate “otate”110 (s16)

6.1.3. Sustitución

Aparte de los fenómenos descritos, también encontramos casos en los que las estra­
tegias de reinterpretación fonémica se juegan en términos del cambio de las con-
sonantes españolas por formas nahuas más o menos equivalentes; i.e., por aquellos
segmentos fonéticamente más cercanos al punto de articulación de las consonantes
del español (cf. 4.1.1. y 4.2.1.):

(9) [plo.we.’si.to] “pobrecito” (s19)


[‘mi.yel] “Miguel” (h11)

108
Otra fuerza concurrente que confluye en la manifestación de este fenómeno es la tendencia
a reinterpretar la /e/ átona del español como [i]. Al hablar de la integración morfológica de
los préstamos, Lockhart (1992: 297) llama la atención sobre el particular: “When a Spanish
loan began in-, or just i-, or even en- (given the nahuatl tendency to interpret unstressed Spanish e as i),
Nahuatl speakers were likely to take that element to be the article” (cursivas mías).
109
Algunos ejemplos de hipercorrección en los textos coloniales del Balsas son: lugas “Lucas­”;
yndofirma “nuestra firma”; ybleytos “sus pleitos”; gorregidor “corregidor” (Amith, 1990).
Karttunen­y Lockhart (1976: 6) también registran varios ejemplos.
110
Se trata de una doble interferencia derivada de la palabra náhuatl otatl “otate”.
Características del español de los nahuas 169

Tal parece que también aquí las sustituciones son menos prolijas que en los tex-
tos coloniales, lo cual sugiere una mayor integración del sistema fonológico del espa-
ñol al náhuatl.111

6.2. Fonotácticas

A nivel de restricciones fonotácticas, se tiende a trasladar las prohibiciones en la for-


mación de ciertos grupos consonánticos o vocálicos nahuas (cf. 2.1.) a los préstamos
españoles. Se constatan por lo menos dos estrategias para evitarlos; se simplifican
los grupos de segmentos del español que no se permiten en náhuatl, a través de la
elisión, o se recurre a la epéntesis. En el primer caso se desfavorece la ocurrencia
del diptongo a través de la elisión de uno de los segmentos vocálicos del grupo:

(10) onque “aunque” (s17)


anque “aunque” (no he registrado “unque”) (s18)
asencio “Ausencio” (a11)
inflencias “influencias” (a11)

La elisión puede ser de más de un segmento:

(11) eno “bueno” (s12)112


ajero “viajero” (h11)

En el segundo caso, para romper la posibilidad del diptongo, se puede recurrir


a una [g] intrusiva (cf. 5.1.):

(12) isaguro “Isauro”


regunión “reunión”113

111
Ejemplos de esta abundancia de sustituciones en los textos coloniales del Balsas son: pelipe
“Felipe”; baltholome “Bartolomé”; balthasal “Baltasar”; malcos “Marcos”; godino “Godiño”; melio
“medio”; escriuano “escribano” (Amith, 1990); cf. también Karttunen y Lockhart (1976: 2).
112
Sin embargo, ésta es una forma rara, dada la restricción de no permitir e- inicial.
113
Este ejemplo aparece en el glosario de un texto sobre San Juan Tetelcingo (Celestino, 1992: 71).
El mecanismo epentético no es nuevo; se remonta a la época temprana del contacto. En el
náhuatl del Balsas (legajo 443 de Bienes Nacionales, expediente 1) del siglo xvii (1611) lo
encontramos: setiebere “septiembre”, augustin “Agustín”, gueregolio “Gregorio”, curoz “Cruz”, Sa
170 José Antonio Flores Farfán

El mecanismo epentético no se limita a la [g] intrusiva. En general puede aplicarse­


a vocales o consonantes a la hora de enfrentar el diptongo en el caso del sustantivo.
Una última posibilidad con relación al tratamiento del diptongo, ahora con respecto
al verbo, se refiere a la secuencia -ea-, que se reinterpreta como -ia- (en la que en rea-
lidad en náhuatl existen dos sílabas), una terminación muy común ya en el caso de
los verbos nahuas (cf. 2.1.):

(13) flojiando “flojeando” (e11)


peliándose “peleándose” (e11)
plantiado “planteado” (s11)

En ocasiones llegan a producirse efectos de hipercorrección vinculados a este


tipo de secuencias:

(14) los niños ya no apriendan mexicano


“los niños ya no aprenden el mexicano” (p11)
planchiado
“planchado” (s19)

Este tipo de secuencias también puede sujetarse a la elisión:

(15) lo calumnó mijo


“calumnió a mi hijo” (p11)

También para evitar la formación de grupos consonánticos problemáticos,


puede insertarse una vocal, en un mecanismo que rememora la epéntesis del verbo
transitivo náhuatl; por ejemplo:

(16) quilabo “clavo” (h11)


polátano “plátano” (a16)

Algunas de estas formas, con sucesivas transformaciones, pasaron a formar parte


del repertorio de préstamos integrados del náhuatl, como es el caso de polan “plátano”.
Las estrategias que impiden la formación de ciertos grupos resultan semejantes y
en su conjunto confluyen con las estrategias fonotácticas para evitar el diptongo­. Otra

Pedoro “San Pedro”, Sa pababoro “San Pablo” (cf. Amith, 1990). Karttunen y Lockhart (1976: 6)
también registran: “Cases of epenthesis to break up a difficult cluster: Palasisco (1576) for
Francisco, and terico (1634) for trigo”.
Características del español de los nahuas 171

de las formas de evitar este tipo de secuencias consiste en reinterpretarlas a través de


alguna de las semiconsonantes más cercanas al punto de articulación de la consonante­
castellana, con la consecuente reducción del grupo vocálico no permitido­:

(17) /bu/ → [w]


[weno] “bueno”114 (s12)
[welito] “abuelito” (s19)

La elisión desde luego también se produce en el caso de grupos consonánticos


con un cierto grado de dificultad articulatoria, inexistentes en náhuatl:

(18) fabica “fábrica” (a11)

Puede encontrarse sustituciones inesperadas que lindan con la hipercorrección:

(19) bebo “huevo” (s22)

Otra interferencia fonotáctica aunada a la inhibición del diptongo es la restric-


ción de no permitir e- inicial en el náhuatl de la región (cf. 4.2.1.). Así, en español
tendremos iror por “error” y [iskwela]115 por “escuela”. La elisión se aplica para
evitar la aparición de e- inicial:

(20) fraín “Efraín” (s18)


milio “Emilio” o “Hermilio” (s18)
sebio “Eusebio” (s18)
lancha “Esperanza”116 (s15)
taco, ustaquio “Eustaquio” (a12, a14)
105 106 107

114
114 Remodelaciones fonotácticas similares se han observado en Hill y Hill (1986: 208): “preba
Remodelaciones fonotácticas similares se han observado en Hill y Hill (1986: 208): “preba
[...] quera” “prueba” y “siquiera”, respectivamente. En el Balsas existen como squiera o quera.
115 [...] quera” “prueba” y “siquiera”, respectivamente. En el Balsas existen como squiera o quera.
115 Adicionalmente a lo dicho para la i- inicial, estamos ante un fenómeno de “refonologización”:
Adicionalmente a lo dicho para la i- inicial, estamos ante un fenómeno de “refonologización”:
la secuencia cv /...ku..../ se convierte en /kw /, sonido característico del náhuatl inexistente
la secuencia cv /...ku..../ se convierte en /kw /, sonido característico del náhuatl inexistente
en español. Podríamos esperar que fenómenos similares se produjeran con algunos de los
en español. Podríamos esperar que fenómenos similares se produjeran con algunos de los
otros sonidos del náhuatl como /λ/ y /¢/, ajenos al español (cf. 4.1.2. y 4.2.1.).
116 otros sonidos del náhuatl como /λ/ y /¢/, ajenos al español (cf. 4.1.2. y 4.2.1.).
116 Desde luego se trata de un caso en el que se producen un número de fenómenos adiciona-
Desde luego se trata de un caso en el que se producen un número de fenómenos adiciona-
les, en el que es claro domina la motivación afectiva, considerando el efecto que conlleva
les, en el que es claro domina la motivación afectiva, considerando el efecto que conlleva
tanto el cambio de /s/ a [č] –recuérdese que se asocia al habla infantil. Es decir, como con
tanto el cambio de /s/ a [č] –recuérdese que se asocia al habla infantil. Es decir, como con
la reducción de dos sílabas, estos casos también se relacionan con la categoría de afectivo,
la reducción de dos sílabas, estos casos también se relacionan con la categoría de afectivo,
precisamente con el uso de familiaridad que la contracción de los nombres propios implica­
socialmente y que es un proceso común en muchas lenguas.
172 José Antonio Flores Farfán

Los ejemplos en los que se sustituye /e/ por [i] o se elide la e- inicial no se li-
mitan, desde luego, a formas afectivas:

(21) para impates “para estar empatados” (h11)


interas “enteras” (en el sentido de “completas”) (a15)
istaca “estaca” (a16)
parejar, mparejar “emparejar” (p11)
spañol “español” (p11)
sta, stamos, mpezar “está, estamos, empezar” (p11)

Desde luego, los últimos ejemplos también pueden constituir una expresión
de la naturaleza espontánea del discurso, pero estas explicaciones no son excluyen-
tes sino complementarias. Más aún, es interesante notar que no todos los cambios
observados pueden explicarse en términos de los efectos de un sistema fonémico
sobre el otro; por ejemplo, la pérdida o elisión no se reduce única y exclusivamen-
te a la que tiene que ver con la restricción descrita, sino que prácticamente puede
extenderse a cualquier segmento en posición inicial, lo cual funciona como una
forma de crear un acento náhuatl. Por ejemplo, en (22) se observa la elisión de una
/k/, en la forma fosilizada de decir carajo en la región.117 En el caso de las vocales,
la a- inicial es una de las predilectas:

(22) ¡arajo! “¡carajo!” (a15, a16, s20, p11)


penitas “apenitas” (p11, a15)
de cuerdo “de acuerdo” (s11)
prendiendo “aprendiendo” (p11)
rejuntaron “arrejuntaron” (p11)
tarraya “atarraya” (un tipo de red para pescar) (m12)
bían “habían” (m12)

Al igual que en otros casos, la pérdida puede alcanzar más de un segmento:


(23) dale “ándale” (s18)

Los demás efectos a este nivel se refieren a:

precisamente con el uso de familiaridad que la contracción de los nombres propios implica­
socialmente y que es un proceso común en muchas lenguas.
117
Casi nadie dice carajo, por lo que esta forma puede considerarse plenamente incorporada
al repertorio de interjecciones, por lo menos al hablar en náhuatl.
Características del español de los nahuas 173

Elisión de /y/ con sustantivos españoles con un contexto Ci_v: [serio] por /
seriyo/, [morio] por /moriyo/, [sieta] por /siyeta/, etc. (cf. 4.2.1.).

Intrusión de [y] en el contexto de los sustantivos con la secuencia final _vv _#:
[tiyo­] por /tio/, [fřiyo] por /frio/, [sofiya] por /sofia/, [polisiya] por /polisia/
(éste es un mecanismo parecido a la función de otras consonantes intrusivas co-
mo la /g/ que, como hemos visto, se utiliza para evitar grupos vocálicos como el
diptongo).118 En apariencia, existe una suerte de distribución complementaria en-
tre 6.2.3. y 6.2.4., relacionada­ con una mayor o menor proficiencia en español o
náhuatl, respectivamente.
Dado que no existe como tal en náhuatl (cf. 4.2.1.), también se observa un fe-
nómeno de desfonologización de la /ñ/, reinterpretada a través de la secuencia
vocálica más similar fonéticamente: [ninio] por /niño/, [tonio] por /toño/. Los
fenómenos de desfonologización pueden también incluir otros sonidos ajenos al
náhuatl, como es el caso de algunas de las vocales del inglés. Por ejemplo, la vocal
del nombre inglés Jane, se reinterpreta como dos vocales: [yain] (e11).
En la medida en que en náhuatl la -n final tiende a debilitarse, convirtiéndo-
se en -h, puede perderse totalmente o aspirarse –sobre todo en el español de los
hablantes más monolingües (cf. capítulo 8)–: [atiendeh], [atiende] por /atienden/,
[mandah], [manda] por /mandan/, [beh], /be/ por [ben], etcétera.
Estos hechos se interpretan como parte de los procesos de convergencia fonémica
y fonotáctica entre el náhuatl y el español, para nada ajenos a las variables sociales que
intervienen en su configuración, como la clase social o el grupo étnico de ­pertenencia,
la edad y el género, que nos permiten identificar variedades más o menos “cuatrapea-
das” del español. En este sentido, se presenta un gradiente que va de una mayor
a una menor diferenciación lingüística vinculada a un mayor o menor español “cuatra-
peado”: a mayor cuatrapeado mayor estigmatización social y viceversa (cf. capítulo 8).

6.3. Acento

A nivel suprasegmental, los préstamos españoles pueden nativizarse al patrón acen-


tual náhuatl (cf. 4.2.1.), paralelamente a la sobrediferenciación fonémica producto
de la imposición de la cantidad vocálica a los sustantivos españoles.

118
Otro caso de una consonante intrusiva es /n/, que tiene que ver con lo que Karttunen y
Lockhart (1976: 8 y ss.) llaman la inestabilidad de las nasales del náhuatl. Un ejemplo de mi
propio material es se enonjó “se enojó”.
174 José Antonio Flores Farfán

(24) (a) [‘li.mo:n] “limón” (s17)


(b) [‘me.lo:n] “melón”119 (s17)

Hasta donde he podido ver, la nativización al patrón acentual del náhuatl sólo­se
produce con los sustantivos: [‘mi.γel] en vez de /mi.’γel/, tal vez porque en los verbos
nahuas el acento sí puede llegar a variar, aunque limitado a secuencias finales­como
-ia. De cualquier manera, este cambio también llega a ser interpretado­en función del
gradiente aludido, como uno de los aspectos más característicos de un acento náhuatl.
La manera en que estas diferencias son evaluadas varían ­hasta el punto de que no
necesariamente tienen que estigmatizarse, sino constituir manifestaciones de un cierto
purismo náhuatl (para una interpretación ­similar, cf. Hill y Hill, 1986: passim). En este
sentido, los efectos producto del contacto constituyen­la materialidad de la naturaleza
contradictoria de las representaciones y prácticas diglósicas.

6.4. Morfosintácticas

6.4.1. Persona y predicación

Se puede decir que mientras el náhuatl es una lengua omnipredicativa (cf. 4.2.2.),
en español se requiere una forma verbal predicativa independiente (cf. 4.1.2.). En
­náhuatl, la persona se marca automáticamente sin necesidad de la forma pronominal
predica­tiva marcada abiertamente; es decir, siempre está presente aunque de manera
cubierta­. Por tanto, en español se puede observar la pérdida de los verbos predicativos:

(25) (a) del mismo ramo


“(ellos) son del mismo ramo, i.e. se dedican a lo mismo” (a17)
(b) ¿de quién éste?
“¿de quién es éste?” (s17)
(c) allí coatepec
“allí es Coatepec” (p11)
(d) no se vayan señores porque firmar algunos papeles
“no se vayan señores, porque hay que firmar algunos papeles” (c12)
119
Cambios en el patrón acentual también son posibles en el caso de los verbos castellanos.
Sin embargo, estas realizaciones generalmente se identifican con una pronunciación rural
del español, por lo que no se consideran parte del adstrato náhuatl. Además, no correspon-
den a la pauta de acentuación náhuatl: /’bi.ba.mos/ “vivamos”, /’třa.te.mos/ “tratemos”,
/’u.na.mos/, “unamos”, /’ba.ya.mos/ “vayamos”, /’ka.i.ba/ “caía”.
Características del español de los nahuas 175

O bien ser y estar se confunden, como en (26):

(26) (a) no soy de acuerdo


“no estoy de acuerdo” (l12)
(b) y ahora tú vas a ir a abrir la tranca vas a dormir en la tranca. Dice có-
mo no vas a poder no aguantas este palo. no más es chiquito
“y ahora vas a ir a abrir la tranca y vas a dormir ahí. ¿A poco no aguan-
tas el palo de la tranca? Está chiquito”. (m15)
(c) no son escondidos
“no están escondidos” (g11)
(d) y aquí antes pues estamos así puro prista
“y aquí antes pues éramos así, puros priístas” (c11)
(e) es mal
“está mal” (p11)
(f) muchos estamos de ajuera
“muchos somos de afuera” (p11)
(g) ni estoy de erismático ni estoy de católico
“no soy ni evangélica ni soy católica” (m15)
(i) es prohibido meterse allá
“está prohibido meterse allá” (l12)

En ocasiones la indistinción de los verbos predicativos castellanos produce


formas ambiguas, como en (27):

(27) porque nosotros también tenemos fuerza porque seamos hartas las mujeres
“Porque nosotras también tenemos fuerza porque somos muchas mujeres­”
o “porque estamos hartas las mujeres” (j13)

También es posible que el uso del verbo ir, que en español llega a ser utilizado­
predicativamente, se alterne de manera no estándar (28) o se confunda con los ver-
bos predicativos (29):

(28) (a) fuimos hartas las mujeres


“estabamos hartas las mujeres” (m15)
(b) si no fuera atropellado el muchacho
“si no hubieran atropellado al muchacho” (c11)
(29) si era pocos
“si fueran pocos” (g11)
176 José Antonio Flores Farfán

Los verbos de movimiento castellanos también llegan a ser utilizados como formas­
cuasi-predicativas, rememorando las construcciones aspectuales nahuas (cf. 6.6.1.):

(30) ya vamos ganando


“ya estamos ganando” (j13)

Existen casos de uso asistemático de lo verbos predicativos. Considérese el si-


guiente extracto, que constituye parte de la respuesta a la pregunta del investigador
con respecto a cómo aprendió español el hablante:

(31) comprando y es hablaba yo con ellos como era ellos son es hablan espa-
ñol y hablan mexicano
“(aprendí) comprando, y es (que) hablaba yo con ellos, (como) hablan es-
pañol y hablan mexicano” (p11)

En el uso local las formas predicativas existenciales también pueden llegar a


sustituir a otros verbos:

(32) hay cuidado con la vida


“ten cuidado con la vida” (m15)

Por otro lado, también pueden producirse formas cercanas a la construcción


morfológica náhuatl, en el sentido de replicar el orden sintáctico en que el verbo
yes120 siempre va al final de la oración, como en (33). En este sentido, es posible
que exista una cierta identificación de yes y es del español. En (34) la concordancia
de número no se realiza con la primera, sino con la segunda fn.

(33) así la gente aquí es


“así es la gente aquí” (g11)
(34) estas casas donde vive es del pueblo
“estas casas donde viven son del pueblo” (g11)

120
La forma fosilizada yes recubre el rango de “ser” y “estar” del español. En el diccionario
de Karttunen­ (1983: 335) lo encontramos definido como: “YE suppletive verb to be (in the
sense­of Spanish estar) [...]. This verb is suppletive with the verb CĀ”. Nótese cómo la forma­
náhuatl­actual –por lo menos del Balsas–, presenta una -s final, probablemente del futuro.
Sin embargo,­su uso no se limita a este último tiempo, aunque sea la temporalidad a la que
con más frecuencia­se asocia.
Características del español de los nahuas 177

6.4.2. Persona

También es posible que, por su naturaleza obligatoria en náhuatl y su implicación


predicativa (cf. 4.2.2.), en ocasiones se tienda a marcar redundantemente la persona,
como en (35):

(35) yo lo quiero puro pescados


“quiero puros pescados” (j11)

Desde luego que es posible que en (35) también se esté jugando un efecto
enfático­; sin embargo, (36) corrobora que la obligatoriedad de la persona en ná-
huatl (cf. 4.2.3.), tiende a replicarse de manera bastante fuerte (cf. 6.6.3.). Nótese
que en (36) la forma no estándar que se produce tiene que ver, precisamente, con
la presencia del pronombre enfático:

(36) si usted los vas a vender


“si vas a venderlos” (s15)

De cualquier manera, sea ésta o no la explicación más fuerte para este tipo de
fenómenos, el hecho es que, en ocasiones, es notable un uso sobregeneralizado de los
pronombres enfáticos:

(37) yo yo lo mataría yo y...1o pudiera yo decir pues yo lo maté... no le hace que


estuviera yo en la cárcel...
“yo lo mataría, y en el Municipio declararía ‘sí, yo lo maté’, no le hace que
estuviera en la cárcel” (p11)
(38) yo echaba yo agua
“echaba yo el agua” (j13)

6.4.3. Número

Como en náhuatl el singular puede representar al plural –por ejemplo en el caso del
objeto de tercera persona– (cf. 4.2.2.); es decir, que se produzca una neutralización
de la oposición singular/plural, es posible encontrar ejemplos en que el clítico­acu-
sativo (o en su caso dativo) no presenta marca alguna de plural, violando la regla­
de concordancia del español estándar (cf. 4.1.2.):
178 José Antonio Flores Farfán

(39) aunque no lo meta-n todos


sg -pl
“aunque no los metan a todos (i.e. los puercos al chiquero)” (m14)

De la misma manera, podemos encontrar casos en que no existe concordancia


de número entre el verbo y sus determinantes:

(40) ¿y ese qué son?


sg -pl
“¿y esos qué son?” (m14)

El plural en el español de los nahuas bilingües puede no llegar a ser marcado


en el caso de la fv:

(41) todos los pueblos tenemos derecho de que nuestros ciudadanos se orien-
te, sea orientado
“todos los pueblos tenemos derecho de que nuestros ciudadanos se orien-
ten, (que) sean orientados” (s11)
También se constata la posibilidad de aplicar la reduplicación en español como
una forma de pluralización, tal como en náhuatl (cf. 4.2.2.):

(42) bo-bolita-s
pl- -pl
“bolitas” (h11)

La forma en la que se produce la reduplicación llega a nativizarse claramente:

(43) ucho cue-cuernu-we


pl- -pl
“muchos cuernos”121 (a15)

De manera similar, la presencia de un numeral náhuatl pluraliza los sustantivos­


españoles:

121
En náhuatl clásico “cuerno” es cuacuahuitl, mientras que en el náhuatl de Xalitla es kwaaku-
htli. Podría existir un cierto grado de identificación de la palabra náhuatl con su forma cua-
si-homófona española.
Características del español de los nahuas 179

(44) yeyi manojo-Ø


tres -sg
“tres manojos” (a16)
(45) cien peso-Ø
cien -sg
“cien pesos” (a11)
(46) tres ciento-Ø
tres -sg
“trescientos” (a11)

Otros efectos relacionados con las diferencias descritas para ambas leng-
uas en esta categoría tienen que ver con la manera de pluralizar las terceras personas­
del plural posesivo. No existe concordancia entre la forma poseída y el poseedor
(Flores­Farfán, 1992: 66-7):

(47) es su-s problema-Ø


-pl -sg
“es su problema; i.e., es problema de ellos” (s17)
Este rasgo se ha podido observar incluso con hablantes que tienen el español
como primera lengua, aun cuando sus padres todavía sean hablantes de náhuatl:122

(48) aunque sea en su-s casa-Ø


-pl -sg
“aunque sea en sus casas” (m11)

En suma, a pesar de que, a diferencia del náhuatl en español las terceras per-
sonas del plural posesivo requieren concordancia de número (cf. 4.1.2.), la plurali-
zación se realiza bajo el modelo nativo.

122
Con esto tampoco quiero decir que sea ésta una característica de un hipotético español re-
gional “estándar”. No obstante, sería a través de este tipo de situaciones como eventual-
mente alguna forma podría haber llegado a trascender al mundo hispanohablante, como el
uso de aunque, relacionado con el del náhuatl maske; como en la expresión del español mexi-
cano, “No le aunque” (para una aproximación reciente a la posible influencia del náhuatl
en el español mexicano cf. Lipski, 1994). Así, en Xalitla ciertas interferencias del español
bilingüe persisten en el español de hablantes cuyos padres hablan náhuatl, aunque ellos ya
tienen al español como lengua primaria. Aquí localizamos distintos tipos de hablantes que
incluyen lo que llamo pseudo y cuasi-hablantes (cf. 7.3.3.).
180 José Antonio Flores Farfán

En ocasiones, ciertas entidades que en español se tratan como singulares, en


el español local se pluralizan, como en el caso de gente:

(49) la gente se va-n


sg -pl
“y la gente se va” (m12)

6.4.4. Reverencial

La productividad del reverencial en el náhuatl de esta región es extremadamente


baja –sobre todo en Xalitla (cf. 4.2.2.)–. Por eso, en general, los hablantes menos
castellanizados –la generación mayor, sobre todo las mujeres– tienden a no realizar
la concordancia especial que se requiere con la forma de respeto (tercera persona
del singular: usted).123 En efecto, esta interferencia virtual se manifiesta en español
en el uso yuxtapuesto de las segundas personas; es decir, sin concordancia del pro-
nombre reverencial con el verbo:

(50) (a) ¿usted los vende-s pescados?


rev -no rev
“¿vende usted los pescados?” (r12)
(b) usted lo va-s lavar tu ropa
rev -no rev
“va usted a lavar su ropa” (s15)
(c) ¿usted quiere-s diablito?
rev -no rev
“¿quiere usted diablitos?” (máscaras) (s13)

123
Como he sugerido al hablar del número en 4.2.2., el uso de -tsiin en su forma afectiva (diminu-
tiva) se limita prácticamente a los sustantivos, por lo menos en Xalitla. En otras comunidades
donde la vitalidad de la lengua es mucho mayor (San Agustín Oapan, Analco) todavía­existe,
hasta donde puedo ver, a nivel del verbo, aunque de manera por lo menos poco productiva­
en términos de honoríficos. El uso de -tsiin en el verbo posee un valor diminutivo: poliwi-tsiin
“falta poquito”. Por otro lado, sólo he podido identificar un nivel honorífico, igualmente poco­
productivo, a diferencia de otros dialectos en los que se reportan muchos más (Texcoco: Pe-
ralta, 1994; la Malinche: Hill y Hill, 1986). En Xalitla, como forma de respeto, otrora se utiliza-
ba el sufijo -tiooh: tlaneextilitiooh “buenos días (rev)”, que en San Juan Tetelcingo sigue vigente.
Es posible que este sufijo derive de teootl “dios”, aunque resemantizado, al menos por lo que
sugiere la traducción del siguiente ejemplo: totiooh nochokilia, el cual presenta la morfología re-
verencial propia del clásico: “(pobrecito) nuestro señor llora (rev)”.
Características del español de los nahuas 181

(d) ¿tú no lo sintió? (el temblor)


no rev -rev
“¿usted no sintió el temblor?” (p11)

Con estos ejemplos se ve que también la persona tiene un efecto en términos­


de la réplica del orden morfológico que se calca del náhuatl: el sujeto o agente
aparece­primero, el objeto le sigue, marcándose obligatoriamente, como en náhuatl
(cf. 4.2.3. y 6.6.3.), para después dar paso al verbo. Es decir, los ejemplos también
vienen a corroborar la posibilidad de calcar la estructura morfológica del náhuatl
al español. Volveré a este punto más adelante (cf. 6.6.2.).

6.5. Género

Como hemos visto, el náhuatl no distingue entre masculino y femenino como el


español y dado que ésta es una parte difícil de dominar por un hablante no nativo,
una interferencia potencial muy fuerte está presente aquí. Se constatan todo tipo de
posibilidades: concordancia “errónea”, usos no estándar de los pronombres, “mala”
identificación del género. Los hablantes se enfrentan a la dificultad de memorizar
y aprender a qué grupo pertenece el elemento nominal –en ocasiones buscando­
intuitivamente elementos para enfrentado, desarrollando estrategias propias, inusi-
tadas para el hispanohablante.
La frecuencia de los efectos interlingüísticos palpables con respecto al género
en nuestro material, nos invita a ordenar las distintas formas de tratamiento de es-
ta categoría en una suerte de tipología:

(a) La total indiferenciación del género (i.e., no concordancia a cualquier nivel


de la fn o fv).
(b) La búsqueda de algún tipo de concordancia a partir de ciertas resonancias
fonéticas.
(c) Su reinterpretación en términos de alguna otra categoría de origen náhuatl.
(d) Una suerte de sobrediferenciación –o si se quiere de hipercorrección–,
favorecida por razones socioculturales o idiosincráticas (entre otras,
referidas a actitudes como el “machismo” y sus connotaciones).

sugiere la traducción del siguiente ejemplo: totiooh nochokilia, el cual presenta la morfología
reverencial­propia del clásico: “(pobrecito) nuestro señor llora (rev)”.
182 José Antonio Flores Farfán

Desde luego, los distintos tipos llegan a traslaparse, por lo que podría hablarse de
una última categoría, en la que las distintas instancias pertenecen a más de una clase.
Dicha clasificación pretende perfilar los elementos esenciales para capturar una ­especie
de “nuevas” reglas de género en este español, las que espero se vuelvan evidentes al
término de la presentación de la tipología.

6.5.1. Total indiferenciación

En este caso, simplemente no existe concordancia alguna entre determinantes y


sustantivos, o de éstos con sus correspondientes marcas a nivel de las formas pro-
nominales o verbales en la fv:

(51) el Conasupo
mas fem
“la Conasupo”
(Comisión Nacional de Subsistencias Populares) (g11)
(52) el relación
mas fem
“la relación” (a17)
(53) pinche Martha ¡qué ojet-e!124
fem -mas
“pinche Martha ¡qué ojeta!” (p14)
(54) tres person-as comisionad-os... est-os son person-as
-fem -mas -mas -fem
(de) comunidades que salen afectad-os
-mas
“Tres personas comisionadas... éstas son personas... (de) comunidades que
salen afectadas” (a17)

124
Hasta cierto punto este caso también podría pertenecer al último tipo, si es que efectiva-
mente en la concepción androgénica del mundo se considera que los ojet-es son del sexo
masculino. En la medida en que en la práctica no sólo son hombres a los que se les puede
adscribir semejante calificación, como precisamente denota el ejemplo, evidentemente se
trata de un fenómeno­relativo, imposible de generalizar de manera categórica. Más aún, la
no concordancia de género también se produce con hablantes nativos como parte del ha-
bla rápida y espontánea.
Características del español de los nahuas 183

(55) reconstrucción históric-o...de...la provincia de


-mas -fem
Totomixtlahuaca ubicad-o en
-mas
“reconstrucción histórica de la provincia de Totomixtlahuaca ubicada en”
(a12)
(56) un-a burrit-o125
-fem -mas
“un burrito”

La no concordancia también puede producirse con relación al clítico prono-


minal de dativo lo. Tres ilustraciones son:

(57) el que l-o embarazó


mas 3p-mas
“el que la embarazó” (h33)
(58) la lana se l-o dieron a Macrino
fem 3p-mas
“le dieron el dinero a Macrino” (p14)
(59) (al pasar una mujer)
¿és-e quién es?
-mas
“¿ésa quién es?” (m14)

Este tipo de fenómenos no sólo se produce a nivel oracional, se constata tam-


bién a nivel discursivo, aun cuando se haya cambiado de turno y el hablante prece­
dente acabe de utilizar una forma marcada claramente en uno u otro sentido:

(60) ¿y porqué dice que las mujeres no valen?


fem
“Dice porque no son ellos que ganan el dinero” (g11)
mas
“¿y por qué dice que las mujeres no valen?”
“Dice que porque no son ellas las que ganan el dinero” (g11)

125
Tomado de Hill y Hill (1986: 95). Sin embargo, por su naturaleza cuantificadora, el ejemplo
también podría adscribirse a 6.5.3.
184 José Antonio Flores Farfán

6.5.2 Eufonía

La búsqueda intuitiva de la armonía fonética es un recurso que no se reduce al gé-


nero.126 En este caso, lo que básicamente está operando es la función creativa del
lenguaje. Las tácticas en juego simplifican la estructura del género del español me-
diante identificaciones, repeticiones o resonancias fonéticas de segmentos de la fn
o de la fv. Por ejemplo, en el siguiente caso, se produce una especie de reduplica-
ción armónica de la última sílaba del primer elemento de la fn:

(61) ras-a barbos-a


-fem -fem
“raza barbada” (a17)

Algunas ilustraciones del juego fónico a nivel morfosintáctico son:

(62) al padre Pegro l-a llaman por teléfono


mas -fem
“hay una llamada telefónica para el padre Pedro”127
comisari-o hij-o de la chingad-o128
-mas -mas fem -mas
“comisario hijo de la chingada” (r11)

6.5.3. Reinterpretación del género a partir de categorías nahuas

Puede darse también la reinterpretación o tratamiento del género a partir de otros


elementos clasificatorios; por ejemplo, el determinante reasignado a un numeral:

126
La búsqueda intuitiva de similaridades fonéticas es una estrategia frecuente en el caso de
otras lenguas indígenas genéticamente no emparentadas, como las lenguas otomangues –e.g.
el otomí–, lenguas que tampoco presentan la oposición masculino-femenino.
127
Este ejemplo fue registrado del servicio de anuncios que se utiliza en Xalitla, conocido
como­aparato. En Xalitla, estos hablantes son gente joven, con una mayor competencia, si
no es que un total monolingüismo en español.
128
En la medida en que no existen mujeres comisari-a-s, este ejemplo también cabe en el apar-
tado 6.5.4.
Características del español de los nahuas 185

(63) un-ø mul-a


num-mas -fem
“una mula” (s18)
(64) un-o petate
num-mas mas
“un petate” (s20)
(65) un- ø grabador-a
num-mas -fem
“una grabadora” (s19)

En este caso lo que se replica del náhuatl es la estructura see + sustantivo (num –uno-
sus) como en see collar “un collar”, see chikiwitl “un chiquihuite (canasto)”. ­Tenemos
que en náhuatl el numeral, en cierto sentido, se acerca a un uso parecido al artículo
definido español. Si en efecto podría decirse que las formas que ejem­plifican este tipo
se parecen a las de 6.5.1., hay que recordar que el efecto interlingüístico proviene de
orígenes distintos, por lo cual se justifica su separación. Sin embargo, se puede ver que
una regla general que sigue operando es la sobregeneralización de la -o identificada
con la forma masculina, y el vacío -ø con el femenino (y no ­necesariamente -a, como
en español, en el que el femenino resulta la forma marcada). Por tanto, es un-o petate,
ya que es el petate, y un-ø grabadora, puesto que es la grabadora.

6.5.4. Restricciones socioculturales de género

Existen formas que se consideran femeninas o masculinas de acuerdo con prácti-


cas socioculturales específicas. Los hablantes buscan algún indicador que permita
identificarlas como masculinas o femeninas:

(66) el violinist-o
mas -mas
“el violinista” (a15)

Es posible que aquí también la terminación -o se sobregeneralice como la forma­


masculina (y vacío - ø, o tal vez también -a como la femenina). El que aparezca el
pronombre­masculino de tercera persona del singular parecería suficiente para bus-
car automáticamente la concordancia. No obstante, es probable que la elección
venga a reforzarse con el hecho de que en las comunidades del Balsas no existen
mujeres que participen en las bandas musicales.
186 José Antonio Flores Farfán

6.6. Categorías verbales

6.6.1. Aspecto

Debido a la mayor complejidad del aspecto y su consecuente fuerza en náhuatl, los


nahuatohablantes tenderán a calcar la estructura morfológica aspectual del mismo
(cf. 4.2.3.). En este sentido, a diferencia del español (cf. 4.1.3.), por la mucho ma-
yor preocupación estructural del náhuatl por precisar una serie de matices finos de
la acción, la estructura aspectual náhuatl tiende a replicarse en español.129 Así, los
efectos más claros localizados se materializan en la forma de un exceso de formas
continuativas.

Los ejemplos (a) representan el español y los (b) el náhuatl correspondiente:

(67) (a) está quer-iendo


-ger
“desea” (s17)
(b) kine-tok siwaatl
-psc
“desea una mujer” (s17)

Nótese que en (67) el significado del verbo “querer” se traduce como “de-
sear”, lo cual corresponde en realidad a una utilización más idiomática derivada de
su propio uso en náhuatl.

(68) (a) ¡apúrate de presto!


“¡córrele!” (a11)
(b) x -mo-tlasiwiti-ti-wetsi
tú-ref -apurar -l-caer
“pícale”130 (a11)
129
Algunos efectos sobre el español de la naturaleza aspectual del náhuatl están presentes ya
en los textos coloniales estudiados por Lockhart (1992: 322), quien, con respecto al aspecto­
recuerda que el “Nahuatl [...] was the richer of the two [languages] in progressives and
modals­. As a result [...] Nahuatl speakers made too much use of the progressive, and one
finds odd expressions like ‘fue dejando’”.
130
Aclaro que de presto proviene del español del siglo xvi –e.g. ocurre en el Códice Florentino–, en
uso en el español local, por lo menos de algunos ancianos. Elijo este ejemplo porque ilustra la
preocupación por encontrar equivalencias castellanas al rico paradigma aspectual del náhuatl,
Características del español de los nahuas 187

(69) (a) cuando crezcas los vas ir pon-iendo


-ger
“cuando crezcas te las vas a poner (las botas)” (s17)
(b) ti -k -mo- tlaalili -tia-s -Ø
tú -ob -ref-poner-dir-fut-sg
“te las vas a ir poniendo (e.g. las botas)”

Otros ejemplos incluyen:

(70) sí, el comisario sí estaba invitando


“sí, el comisario sí invitaba (a las mujeres a participar)” (l12)
(71) al comisario pidiendo donde quedarse
“le pidieron al comisario un lugar para vivir (los maestros)” (g11)
(72) la primera vez fuimos cooperando a cinco mil pesos nada más
“la primera vez cooperamos con 5 000 pesos, nada más” (e11)
(73) ellos están queriendo de que los pueblos digan sí
“lo que ellos quieren es que los pueblos digan que sí (a la presa)” (e11)

En resumen, dada la mayor productividad de esta categoría en náhuatl, es


claro­que se tiende a replicar la estructura nativa al hablar español. Una estimación
­estadística muestra que el español de los bilingües hace un mayor uso no sólo­de for-
mas “anómalas” –desde el punto de vista de un hispanohablante–, sino ­incluso de
las propias formas estándar, como el presente progresivo, que en muchas ocasiones­
se prefiere en vez del presente simple.
Tomando en consideración el estrecho vínculo de esta categoría con el uso de la
lengua, es evidente que no puede limitársele a los puros marcadores gramaticales­, sino
que debemos tener en consideración los aspectos pragmáticos que en última instancia
determinan la utilización de determinado aspecto gramatical (cf. Flores Farfán, 1992).

6.6.2. Modo

El español cambia parte de la raíz verbal al pasar del indicativo al optativo (cf. 4.1.3.),
mientras que el náhuatl la mantiene intacta (cf. 4.2.3.). Esto produce la simplifica-
ción del sistema español. También se replica la estructura morfosintáctica del náhuatl

además de que su naturaleza arcaica muestra la antigüedad del fenómeno. Su traducción corres-
ponde a una expresión coloquial del español mexicano moderno cercano al sentido original.
188 José Antonio Flores Farfán

(e.g. optativa, como en el caso de las formas admonitivo-exhortativas, cf. cuadro 4.3),
­produciendo calcos como en (74). Así, en ocasiones el imperativo mantiene la forma
morfológica indicativa como en (75) o se utilizan de forma ­simultánea ­exhortativo e
indicativo, como en (76):

(74) (a) aquí que esté yo sentada


“Aquí me estaré sentada” (c14)
(b) ¡que se arrime! no que tengan miedo... ¡que se juntan las señoras!
“¡arrímense! ¡no tengan miedo! ¡júntense las señoras!” (j 13)
(c) que me deje que voy a pasar yo
“¡déjenme, que voy a pasar!” (j13)

Nótese que en (c) y (d) se replica el orden de la construcción exhortativa náhuatl,


y que que se equipara con la partícula exhortativa ma, y en (c) me con neech- “a mí”.

(75) (a) no le echas la culpa a D!


“¡no le eches la culpa a D!” (m15)
(b) no crees que estoy ganando grande
“no creas que estoy ganando mucho” (m15)
(c) ¡que me paga!
“¡que me pague!” (j13)
(d) ¡que vete entonces!
“¡que vayas entonces!” (a18)
(76) (a) te vas a ir a salir por allá para que estudias más
“vas a dejar el pueblo para ir a la escuela a prepararte mejor” (m15)
(b) éste sí le echamos adentro del agüita para que se hace blandita
“esta sí la echamos (la tortilla) adentro del agüita para que se haga
blandita” (j13)

En (77) se calca la regla de cortesía que en náhuatl tiene forma imperativa:

(77) ¡descansen!
“¡pónganse cómodos!” (a15)
El uso de ciertas formas imperativas resulta idéntico en las variedades locales
en ambas lenguas:

(78) ¡ora listo!


“¡ponte listo!” (a16)
Características del español de los nahuas 189

6.6.3. Voz

En el español de los bilingües se simplifican los elementos que permiten hacer


­distinciones sintácticas a nivel de la fv (cf. 4.1.3.). Las preposiciones y la distinción
entre los clíticos de acusativo y dativo son los elementos que un hablante monolingüe
náhuatl encontraría más ajenos a su propio sistema (cf. 4.2.3.). Habría que recordar que
el español cuenta con una clase amplia de preposiciones que cumplen diversas fun-
ciones a nivel sintáctico. Las formas objetivas y benefactivas en ­español constituyen
frases preposicionales (fp) en las que se producen las expresiones­direccionales­. Los
verbos de movimiento requieren preposiciones direccionales-locativas. Más aún, todo
verbo de movimiento requiere una fp que especifique­el origen o fin del movimiento.
Una de las preposiciones más productivas­es de. En la práctica, el hablante­de español
como segunda lengua reestructura el uso de las preposiciones­en una suerte de nuevo
sistema simplificador que incluye las siguientes­posibilidades:

(a) Elisión. En este caso simplemente desaparecen los marcadores que en el uso
nativo del español (cf. la categoría de voz en 4.1.3.) indican funciones sintácti-
cas de la fv:

(79) díselo Juan


“díselo a Juan” (s17)
ya le dieron un cabrón en la madre
“ya le dieron a un cabrón en la madre” (h33)
para que nos dé tiempo de llegar los que venimos de lejos
“para que nos dé tiempo de llegar a los que venimos de lejos” (m11)

O desaparecen las preposiciones locativas o direccionales:

yo aquí mi casa
“yo (estoy) aquí en mi casa” (s17)131
(b) Sustitución. En este caso otras preposiciones reemplazan a las que serían
de esperar en español estándar:
(80) vamos a salir en Tlalpan
“vamos a salir a Tlalpan” (s17)
P. pasa a dejar los dibujos en la casa

131
Lockhart (1992: 322) también encuentra que: “in Spanish Nahuatl speakers […] sometimes
omitted words like en [...] when specifying places”.
190 José Antonio Flores Farfán

“P. pasa a dejar los dibujos a la casa” (s17)


los vamos a traer en Tula
“los vamos a traer a Tula” (a15)
ustedes orita ya comieron de de las dos de la una comieron
“ustedes ahorita ya comieron a las dos a la una comieron” (s13)
¿qué haces a Holanda?
“¿qué haces en Holanda?” (s11)

(c) Reinterpretación. Si al igual que en (b) se utilizan preposiciones “no estándar”,


la sustitución se produce a partir de cierta identificación de las formas acusa-
tivas y dativas con los artículos definidos:

(81) E. le pones calabacitas el caldo


“E. le pones calabacitas al caldo” (s17)
dile el V.
“dile al V.” (s17)
registró el chofer
“registró al chofer” (h33)
yo creo que se va a buscar el novio
“yo creo que se va a buscar al novio” (m12)
estaba ayudando allá al Kinder
“estaba ayudando allá en el Zinder” (j13)
todo el tiempo al maestro
“todo el tiempo con el maestro” (p11)

Nótese cómo en estos últimos dos ejemplos al sustituye a dos elementos: al


artículo­y a la preposición, como un efecto de “dos por uno”. La simplificación de la
distinción entre acusativo y dativo, categorías directamente vinculadas al uso de
las preposiciones, es una de las interferencias virtuales más claras si se piensa en la
naturaleza diferencial del español y el náhuatl con respecto a dichas categorías
(cf. la categoría de voz en español en 4.1.3. y en náhuatl en 4.2.3.).

(d) Hipercorrección. En este caso se trata de un exceso o “ultrauso” en la aplica-


ción de las preposiciones, sobre todo de de y a:132

132
Lockhart (1992: 576) reporta diversos casos de hipercorreción. Por ejemplo: ‘a Vuesa ­merced
puede mandarnos’ y ‘salió electo Goor, a Dn Andres losiano’, respectivamente, “Vuestra
­merced puede mandarnos” y “Salió electo Gobernador Don Andrés...”.
Características del español de los nahuas 191

(82) que haga el digno de favor de presentarse en su domicilio


“que haga el favor de presentarse en su domicilio” (c12)
iba a haber a turístico allí
“iba a haber turistas allí” (a12)
ellos creen que nosotros vamos a creer de lo que ellos están prometiendo
“ellos creen que nosotros vamos a creer lo que ellos están prometiendo”
(a12)
había que dar de comer de pollo
“había que dar de comer pollo” (g11)
esta maestra de lunes martes miércoles hasta viene el jueves
“esta maestra lunes, martes, miércoles, hasta el jueves viene” (g11)
vinieron a enseñando en español
“vinieron enseñando español” (p11)

6.6.4. Simplificación del paradigma de objeto

En el caso del objeto, la distinción entre la forma dativa y la acusativa el español


mexicano presenta marcadores distintos para cada una de estas funciones. Además,
la forma dativa en español requiere una forma preposicional específica a o al para
el acusativo humano que acompaña a le (cf. 4.1.3.). Además de poder elidir, alterar
o simplificar este requisito, el nahuatohablante tenderá a recubrir ambas funciones
sintácticas de la fv a través de un solo clítico: lo.

Ilustraciones de tal función de acusativo redundante son:

(83) sí, yo lo conozco a su hija


“sí, conozco a su hija” (p11)
lo quería matar a mi hijo
“quería matar a mi hijo” (p11)
lo va a traer la piñata
“va a traer la piñata” (s12)
si lo vas a comprar algo (te cambian el dinero)
“si vas a comprar algo (te cambian el dinero)” (s16)
lo hace el comal
“hace comales” (s16)
allá lo hacen máscaras
“allá hacen máscaras” (s16)
192 José Antonio Flores Farfán

aquí también lo hacen amate


“aquí también hacen amates” (s16)133

En español, cuando el verbo precede al objeto, lo no puede aparecer, es decir, no se


permite en la fv (cf. 4.1.3.), por lo que para un hispanohablante nativo, estas ­oraciones
resultan aberrantes precisamente por la presencia de lo. Aquí se observa­un claro caso
de réplica morfológica debida a la obligatoriedad de la marca de ­objeto en el caso de
los verbos transitivos en náhuatl. Ya Weinreich (1953, 1968: 30) llamaba la atención
sobre la diferencia entre categorías más o menos obligatorias para la comprensión de
este tipo de efectos interlingüísticos: “In a language the expression of some catego-
ries is obviously more obligatory than that of others”. En este sentido, en náhuatl:

A transitive sentence has a predicate that consists of a predicator and at least one
­object function. Both the predicator and the object are nuclear [...] obligatory present
functions [...] while in English certain transitive predicates allow the deletion of the
object when no specific entity is referred to [...] Nahuatl [...] does not permit this [...]
the transitivity must be attested in such a situation (Andrews, 1975: 48).

En otro lugar he enumerado un número considerable de ejemplos de esta


réplica­ morfológica. Lo que me interesa destacar son los aspectos no tratados en
ese trabajo (Flores Farfán, 1992: 58 y ss.).

Ejemplos del recubrimiento de lo por le son:

(84) creo que lo platicó nada más a César


“creo que nada más le platicó a César” (c11)
aquí lo vamos a cobrar
“aquí le vamos a cobrar” (m14)
lo pido otro ingeniero
“le pido otro ingeniero (al gobierno)” (c11)

133
Al hablar de los problemas que los nahuatohablantes enfrentaban para hablar el español­,
Lockhart­ (1992: 321) ha llamado la atención sobre este loísmo náhuatl: “It was with
the indication­ of the object of verbs that the trouble [...] arose. The Spanish system,
distinguishing­ direct from indirect, masculine from feminine, and singular from plural
­objects through a welter of pronouns, was far more complex than the Nahuatl equivalent,
so ­Nahuatl speakers tended to simplify, sometimes going so far as to use lo [...] to cover all
cases”. El ejemplo que cita es ‘lo llamo mi hermano’, que aparece en Ruiz de Alarcón.
Características del español de los nahuas 193

el ingeniero lo quería pagar cinco millones nada más


“el ingeniero quería pagarle cinco millones, nada más” (c11)
lo fueron a enseñar el lugar en la carretera
“fueron a enseñarle el lugar en la carretera” (c11)

Estos ejemplos hacen notar cómo también existe una tendencia a utilizar lo antes­del
verbo, como si se tratara de un prefijo, como en náhuatl (cf. 4.2.3.), en vez de un clítico,
como en español (cf. 4.1.3.). No obstante, los procesos de simplificación­que se ejercen
en torno a lo, y en general al objeto, no terminan aquí. En ocasiones el recubrimiento­
de lo alcanza no sólo al objeto definido proyectivamente, sino a la vez al reflexivo:

(85) los vas a ir poniendo (las botas)


suj-ob
“vas a ir poniendo-te-las (las botas)” (s17)

Se observa también la posibilidad, aunque menos frecuente, de que lo opere como­


artículo definido, sustituyendo a el, análogo a lo que sucede con la sustitución de el por al:

(86) pero por lo momento queremos que la carretera se empiece


“pero por el momento queremos que (ya) se empiece la carretera” (c11)

En resumen, debido a la naturaleza no distintiva del náhuatl con respecto a


las formas pronominales, que en español efectivamente marcan caso (cf. 4.1.2.),
encontramos formas en las que se pierden semejantes distinciones. La reducción
numérica­ de los elementos, además de tender a replicar morfosintácticamente la
estructura del náhuatl, se reorganiza en un nuevo sistema hasta cierto punto más
simple, en la medida en que gira en torno a un “nuevo” lo que cumple varias fun-
ciones. La simplificación puede esquematizarse así:

cuadro 6
Distintas funciones del español en el (náhuatl)
ac dat pro art
lo le te/se el
lo lo lo lo

La resonancia de la obligatoreidad del objeto en náhuatl en este español es tan


fuerte, que el loísmo se produce incluso con hablantes que ya tienen al español como­
lengua primaria:
194 José Antonio Flores Farfán

(87) voy traer-lo Vicente


“voy a traer a Vicente” (m16)

En este sentido se podría decir que lo constituye una forma fosilizada en el


español­ de los bilingües. El uso de los pronombres objeto también puede estar
motivado­por la hipercorrección. Nótese cómo en (88) se utilizan dos pronombres,
cuando en realidad no se requiere ninguno:

(88) sus hijos se lo están (a)prendindo (español)


“sus hijos están aprendiendo (español)” (p11)

Como efecto de hipercorrección, también es posible encontrar casos en que


le susituye a lo:

(89) ora le hacen menos a uno de que hablan mexicano


“en estos tiempos lo hacen a uno menos por hablar mexicano” (p11)
(90) no le entienden español
“no entienden el español” (p11)

O en que le aparece sin que sea necesario:

(91) son catorce años que le anduve yo con ellos


“son catorce años que anduve yo con ellos” (p11)

No sólo lo o le se sujetan a los procesos de simplificación descritos, sino que se


hacen extensivos a otros pronombres objeto. Algunos ejemplos de este “dos por
uno” son (93) y (94). Nótese cómo, fuera de contexto (93, 94 y 95) serían formas­
ambiguas:

(92) me dejó mi padre


“me la dejó mi padre (i.e. me heredó una pistola)” (p11)
(93) quiero que me bautices
“quiero que me la bautices (a mi hija)” (p11)

Una posibilidad con respecto al uso de los marcadores objeto, aunque mucho
menos frecuente, debido probablemente a la naturaleza obligatoria del objeto en
náhuatl (cf. la categoría de voz en 4.2.3.), es la elisión:
Características del español de los nahuas 195

(94) están enseñando inglés


“les están enseñando inglés” (p11)
(95) el niño dijo su papá
“el niño le dijo a su papá” (g11)
(96) quedo oyendo
“me les quedo oyendo” (p11)

La simplificación se hace extensiva a otras formas personales objetivas, en las


que incluso llegan a ser sustituidas por los pronombres sujeto. Por ejemplo, en (97)
la primera persona sujeto sustituye a la primera persona objeto:

(97) yo me pican los moscos


1sg-ref
“a mí me pican los moscos”134 (p13)

6.7. Taxis

En español existe una clase relativamente amplia de nexos (cf. 4.1.3.). Por ejemplo­, la
relación conjuntiva o disyuntiva de dos fns presenta nexos distintos aunque obliga-
torios. En contraposición, esta clase en náhuatl es muy limitada, por lo que el efecto
interlingüístico remite a la elisión o simplificación de la estructura de nexos castellana:

(98) dice cuando bia ido los daban


“dice que cuando había ido se los daban” (m14)
(99) dice lo vas a marrar bien la tranca
“dice que vayas a amarrar bien la tranca” (m14)
(100) el comprador se ve obligado comprarlos
“el comprador se ve obligado a comprarlos” (a12)

En ocasiones la estructura relacional de nexos preposicionales no desaparece


ni se alterna con otra preposición, sino que resulta notablemente simplificada; en
el siguiente texto, escrito por un hablante náhuatl ilustrado, además del reemplazo

134
Admito la posibilidad de que este último ejemplo constituya, a su vez, un fenómeno pro-
ducto del habla espontánea –e incluso parte de un proceso de adquisición del lenguaje–, lo
cual complica la cuestión considerablemente.
196 José Antonio Flores Farfán

de la preposición a por en, en la última línea se produce, tal vez como un efecto de
hipercorrección, la forma no estándar con la condición a que:

(101) Es decir, el vendedor se compromete en venderle las máscaras con cuernos,


pero si se lleva las máscaras y diablitos en bulto, de cierta forma se alcanza a
ver que el presionó [...] es el vendedor dando argumentos precisos para que
el comprador regrese por sus “máscaras con cuernos” –diablitos– con la
condición a que se lleve lo que en esos momentos posee­el vendedor (a12)

La forma en español estándar sería algo como:

(102) “Es decir, el vendedor se compromete a venderle las máscaras [...] con
la condición (de) que se lleve la mercancía con la que él cuenta en ese
momento”

En este caso lo que se produce es la elisión de de y su reemplazo por a. El


cambio­ en el uso de las preposiciones que se requieren en construcciones como
las condicionales, hace caso omiso de que el español obliga a una combinación
específica de preposiciones en el tipo de construcción condicional elegida. En un
español más estándar la construcción sería a condición de que [...] o con la condición
de que. Por tanto­, (a12) realiza una puesta en escena sintagmática de una relación
paradigmática.

6.8. Léxicas

Los dominios que mayormente impactan el español local tienen que ver, sobre to-
do, con la flora y fauna regionales, lo cual se vuelve notable en aquellas comuni-
dades o sectores que ya hacen un mayor uso del español que del náhuatl (Maxela,
Xalitla). Sin embargo, hay que reiterar que, tal como advertimos al hablar del ­nivel
léxico en el caso de la influencia del español sobre el náhuatl (5.5.), comparativa-
mente hablando, resulta elocuente la desproporción en el número de préstamos
propiamente dichos a favor del español –mucho más acentuada en la medida en que
nos acercamos al habla estándar. Dado que existen fuentes publicadas que en ma-
yor o menor medida registran algunos préstamos del náhuatl al castellano ­regional,
­como las referencias que se mencionan en (b); en lo siguiente me ocuparé más de
lo menos trabajado.
Las características léxicas más notables del español de los nahuas del Balsas son:
Características del español de los nahuas 197

(a) El uso de una serie de arcaísmos como almud (medida del maíz), ansina (así), aruba­
(bulto de harina de unos 30 cuartillos), barreta (barra de hierro), barrica­(tambo),
calzón (pantalones indígenas), cámara (cuete), cantor (cantante de la iglesia­), cuartillo
(un cuarto de fanega), culantro (cilantro), de que,135 de presto (­rápido), ­divisar (ver),
fánega (medida del maíz), fierro (hierro), añan, gañan136 (peón), macho (mula/o),
moza (novia), paño (rebozo), silleta (silla), talega (morral­), topar (encontrarse). La
mayoría de estos términos han mantenido su sentido original más o menos
intacto­, mientras otros se han transformado­o especializado en mayor­o menor
medida. Como ejemplo considérese el sentido original de bonete­, cuyo­significado­
era “capa”, y que hoy día se utiliza para designar un tipo de árbol (listas crono-
lógicas de préstamos durante la Colonia, en las que aparecen algunos­de dichos
términos, aparecen en Karttunen y Lockhart, 1976: 52 y ss.).
(b) Préstamos del náhuatl al español para designar elementos propios de la cultura
local que no tienen equivalentes castellanos, que podríamos llamar regionalis-
mos nahuas, más conocidos como nahuatlismos, que en muchos casos han lle-
gado a trascender al español mexicano estándar (cf. Lope Blanch, 1989). Algunos
ejemplos­de verbos son: payanar (moler el maíz), pixcar (recolección del maíz),
tlacololear (talar), zacatear (cortar y recoger zacate­). Algunos sustantivos son: nahual
(brujo), nexcomil (olla para preparar el nixtamal), nixayote (agua que se produce al
preparar el nixtamal), nixtamal (masa en bruto para las tortillas). Aquí también
localizamos dobles interferencias como amate (corteza del árbol para pintar),
chapopote (una suerte de alquitrán), chicote (un tipo de lazo), chiquihuite (un tipo de
cesta), metate (piedra para moler maíz), nana (madre), otate (un tipo de caña), pe-
tate (estera), tata (padre); además de una extensa gama de ­topónimos. En el caso
de los sustantivos tenemos un número muy amplio de préstamos relacionados
con flora y fauna regionales. Por ejemplo, en el caso de la flora tenemos: amol,
ahuajocote, asuchil, guamuchil, cacahuananche, cuachichil, cuasahuate­, cuachalate, chamol
(cf. Ramírez de Alejandro y Dakin, 1979: 203 y ss. y Ramírez 1992). Como es
sabido, una cierta proporción de este léxico es de uso general en el español de
México y en casos incluso de América (cf. Sala et al., 1977 y Lope­Blanch, 1989).

135
También presente en el español de México, por lo menos en el de la ciudad. La diferencia
con el Balsas es que en la región se utiliza de manera mucho más generalizada. Según Lope
Blanch (1989: 93) siguiendo a Henríquez Ureña “el concepto de arcaísmo debe aplicarse
sólo a formas que, vivas o normales en un habla particular, hayan dejado de pertenecer a
la norma lingüística de ‘la mayor parte del mundo hispánico’”.
136
Toumi registra “gañanti: verbe forme par la suffixation de -ti [...] a l’emprunt gañan ‘homme
de peine’”.
198 José Antonio Flores Farfán

(c) Se comparten rasgos característicos de un español identificado como rural, y


que en algunos casos también podría resultar español antiguo: alevantar (­bastante
común por levantar) ajuera (afuera), caiba (caía), desapartar (por separar), haiga
(haya), jue, jueron, juites (fue, fueron, fuiste), juera (fuera), juerza­ (fuerza), train
(traen), recebir (recibir), vinites (veniste), vites (viste).137
(d) Existen ciertas palabras cuyo origen no he identificado del todo, que constitu-
yen parte del repertorio castellano de los nahuas de la región; un ejemplo es:
chito (barbacoa, tal vez derivado de ¿chivito?]).
(e) También prolifera una serie de calcos. Como es éste uno de los aspectos me-
nos trabajados en la literatura, y más cercano al interés principal de este traba-
jo, intentaré abundar lo más posible en ellos.

A reserva de reordenar en futuras investigaciones este material con base en cri-


terios más elaborados, por el momento me contentaré simple y sencillamente con
presentarlos en orden alfabético.138

6.8.1. Calcos no verbales

Abajo calcado de tlatsiintlan:

(103) todos los señores y señoras estaban allá abajo


“tanto señoras como señores estaban en los terrenos fuera del pueblo
(efectivamente localizados hacia abajo, cerca del río)” (j13).
La expresión me da para abajo constituye asimismo un calco de:

(104) nikpia para tlatsiintlan


“tengo diarrea” (a12)

137
Desde luego que estos elementos no presentan una distribución en absoluto homogénea,
sino que se ordenan en función de variables como la edad y el sexo: es la generación mayor
la que tiende a hacer un uso más prolijo de estas formas, sobre todo las mujeres. En gene-
ral se puede decir que a mayor castellanización, menor uso de estas formas y viceversa.
138
La manera en que se identifica lo que puede resultar un calco es comparando los usos de
las distintas formas que resultan sospechosas en ambas lenguas, en función de su distancia
relativa en términos de posibles equivalencias y, desde luego, teniendo en cuenta las dife-
rencias con el estándar.
Características del español de los nahuas 199

Agua grande calcado de la frase hecha weeyi aatl:

(105) así ya no conocemos el agua grande


“así ya no tendríamos agua, i.e., el río” (m15).

Weeyi aatl se utiliza sobre todo cuando crece mucho el río en tiempo de lluvias.
Aquí se utiliza en un sentido más cercano a río.
Aunque pues, frase hecha calcada de la expresión maaske teh que, entre otras co-
sas, es la forma más común para despedirse de quien contesta al que se despide.
También se utiliza en el sentido de “(no importa) que así sea”:

(106) aunque pues son de aquí pero vivimos lejos


“no importa que sean de aquí, vivimos bastante separados (los pueblos)”
(f11)
(107) y si no les parece aunque me cambien. entonces dicen aunque pues
“y si no les parece no importa que me remuevan del cargo (de comisario­).
Entonces dice (la gente) que así sea” (m15)

La forma maaske, con el significado de “aunque”, puede llegar incluso a trans-


ferirse tal cual al español del Balsas:

(108) después se vino su hermano. ahora sí vino a traer a su mujer aquí. pero
ese mujer es de familia de chilapa. esa es chilapeña maaske está viviendo acá
“su hermano vino después. Ahora sí vino a recoger a su mujer aquí.
aunque la familia de esa mujer es de Chilapa. Esa es chilapeña aunque
esté viviendo aquí”

Desde luego que esto también sugiere la identificación que se ha ejercido con
la expresión concesiva castellana por más que.139

139
En español aunque y pero son las formas adversativas con usos concesivos más frecuentes
–por lo menos en el habla coloquial urbana “estándar”–, tanto en España (Crevels, 1994 y
comunicación personal) como en México. Además, más no se utiliza aislado –requiere por
para marcar este tipo de relaciones–. No sólo por esto parece claro que el origen de maaske­es
náhuatl. De acuerdo con autores como Hill y Hill (1986: 180): “The adversative­conjunction­
mas ‘but, although, even’ is very common in Malinche Mexicano [...] Mas often­ appears­
with que or qui [...] The source of this element, māzqui/ [rāzque], may be an example­of a
syncretism­ of a Mexicano and a Spanish word. Suárez (1977) takes this form to be from
200 José Antonio Flores Farfán

Hasta allí, calcado de hasta umpa, frase hecha en náhuatl que probablemente es un
doble calco, es decir, se calcó primero del español al náhuatl, y de ahí de nuevo a la
lengua indígena:

(109) nomás metiendo el sol, hasta allí


“en cuanto se mete el sol, ahí terminamos (de acarrear agua, de trabajar­)”
(l12)

En ocasiones como ésta, el calco puede producirse como un híbrido:

(110) stampa
“hasta allí” (a16)

También se han podido detectar, como efecto del calco de los demostrativos
nahuas­, la simplificación de los demostrativos del español. El español tiene una serie
de deícticos demostrativos mucho más desarrollada que la del náhuatl. Por ­ejemplo,
la deixis española distingue “este, esto, ese, eso, aquel, aquello”, mientras que el
náhuatl­sólo establece una oposición in “este, esto” vs. un “ese, eso”.

Spanish. However, Classical Mexicano had a closely similar form, māciuhqui, ‘nonetheless­,
anyhow’, and the coincidence between this form and the Spanish mas que may have led
speakers to merge the two forms”. Maaske sigue en uso en todos los dialectos conocidos
del náhuatl, con más o menos el mismo significado que registra Molina (1977: 50): “aunque
sea tal, o tal cual es”. Tal como sostiene Karttunen (1983: 128-129): “This shortened form
of mazo iuhqui has undergone further syncopation in [...] modern Nahuatl [...] commu-
nities, and in the form mazqui or mazque has become conventional leave-taking phrase
in some localities”. En efecto, en el Balsas, maaske teh “aunque pues” es la respuesta más
típica al que se despide. Maaske y más del español conviven en una serie de géneros, como
en ciertas adivinanzas con estructura adversativa: maaske mas tikwaalantok pero tikpiipiitsos­,
literalmente “No importa qué tan enojado estés, la vas a besar”, los cuentos diay kitowa maaske
mas killiayan de maka teh tewa xia “de ahi dice no importa qué tanto le decían que no (vayas)
pues ve tú!” (cf. Ramírez, et al. (1992); Ramírez Celestino y Flores Farfán, 1997). Como se
puede ver, el más del español se utiliza como un cuantificador en el Balsas, con lo cual es-
tablece una distribución complementaria con maaske. El caso de maaske es el de los pocos
modificadores que llegan a ser transferidos al español bilingüe. Más aún, usos como los
descritos de aunque en el español bilingüe también se observan en el español monolingüe
­r ural, no sólo en ésta sino en otras regiones de México, probablemente bajo la influencia del
náhuatl. Un ejemplo es la bien conocida expresión del español mexicano: “no le aunque”.
Características del español de los nahuas 201

6.8.2. Calcos verbales

Alquilar, identificado con el verbo -tlaakeewa:

(111) me alquila acarreando agua


“me paga por acarrear el agua” (j13)
Apartar, tal vez calcado de -maaxelowa:

(112) se anda apartando


“se andan separando” (j13)

Aprender, tal vez identificado con el verbo -machtia:

(113) se aprendieron el mexicano


“aprendieron mexicano” (p11)

Arreglar, tal vez identificado con el verbo -ekchiiwa:

(114) a ellos les tocaba arreglaban los marranos


“a ellos les tocaba hacerse cargo (de la venta) de los cerdos” (p11)

Componer, identificado con el verbo -ekchiiwa:

(115) nomás lo componen


“nada más inventan” (p11)

Conocer, identificado con el verbo -mati:

(116) mi comadre J. me dice conoces dice comadre si quieres ir D. apenas va a


salir... si quieres véte con él
“me dice mi comadre: sabes comadre si quieres ir D. apenas va a salir,
véte con él” (m15)

(117) se anunció que ya llegó la señora y como ella conocía


“se anunció que llegó la señora y como ella sabía (sobre la situación de
la presa)” (r11)

Dar, calcado de -maka:


202 José Antonio Flores Farfán

(118) empezó a dar


“empezó a compartir, repartir” (a12)
(119) se enojan porque dicen C. ya se vendió... que allá le dieron
“se enojan porque dicen que C. ya se vendió, que allá ya lo compraron” (m15)
(120) a nosotros no nos dan
“a nosotros no nos toca” (s11)
(121) vamos a dar un oficio al comisario
“vamos a ofrecerle nuestro trabajo al comisario” (l12)
(122) mañana voy ir a dar la gente
“mañana me toca darle de almorzar a la gente” (s15)140

Decir, calcado de -illia, en su forma killia es una muletilla discursiva muy fre-
cuente en náhuatl para marcar el discurso referido:

(123) dice cuando va a trabajar quiere rapidito


“dice que cuando va a trabajar quiere que las cosas se hagan rápido” (m15)
(124) cómo vamos a dejar a los muertitos que están enterrados en el panteón
dice
“(Las viejitas) Dicen ¿cómo vamos a dejar a los muertitos que están en-
terrados en el panteón?” (l12)

Un buen ejemplo del profuso uso de dice se observa en el siguiente fragmento, sin
que no obstante todas sus manifestaciones sean atribuibles a la influencia del náhuatl:

(125) pues para decir luego antes opinaban las señoras no los hicieron cuenta los
señores decían no se metan de que es mujercita no hay que tomarla cuen-
ta antes decían asi ahora no. luego dicen los señores dicen toda la mayoría le
vamos al pri dice
“Pues por decir luego (cuando) opinaban las señoras, los señores no
les hacían caso, decían ‘no hay que tomarla en cuenta’, antes así decían,
ahora ya no. Luego los señores decían ‘la mayoría le vamos al pri’” (l12)

En este caso se trata de un calco de una estructura de un nivel superior, con


lo que resulta una influencia directa de las muletillas características de una cultura
oral, y que también se manifiesta en estructuras como la repetición.

140
Este ejemplo fue obtenido como traducción de la forma moostla n-on-tee-tla-maka-s-Ø: yo-dir-
gente-algo-dar-fut-sg, literalmente “Mañana voy a darle algo a la gente”. Otros ejemplos son:
cada padrino kitlamakan “Cada padrino pone algo (para la fiesta, e.g., comida)”, ilwitl Ahuehuepan
no teemakan mexcalli “En la fiesta de Ahuehuepan también dan de beber mezcal” (s15).
Características del español de los nahuas 203

Dejar, identificado con el verbo -kaawa:

(126) como en mayo dejaron porque algunos siembran


“por mayo suspendieron (los rezos) porque algunos siembran”

Encontrar, tal vez calcado de -neextia:

(127) nos vamos a encontrar en Tula


“nos vamos a ver en Tula” (o13)

Escuchar, calcado de -kaki, que en Oapan se usa con el significado de “entender­”,


“saber”:

(128) ¿y ahí ya escuchan que ya no va a haber?


“y ahí ya saben que no se va a hacer (la presa)?” (l12)
(129) como no escuchan nada del español
“como no entienden nada de español” (l12)

Ir a traer, calcado de la forma conjugada del verbo k-on-kwi:

(130) ¿a dónde vamos a traer el dinero?


“¿de dónde vamos a conseguir el dinero?” (m15)
(131) voy a traer mi tortilla
“voy por mis tortillas” (m15)

Ganar, identificado con -tlaani:

(132) si de por si nos gana nosotros vamos a salir


“si nos derrotan nos vamos a ir (de nuestro pueblo)” (f11)
(133) porque C. también quiere ganar a lo mejor lo va arreglar a lo mejor que
nomás que C. quiere así anda haciendo porque él está ganando. pero es
bueno
“Porque C. también quiere sacar provecho, a lo mejor va a solucionar
­algo a lo mejor sólo ésta haciendo lo que hace porque quiere ganar dinero­.
Pero (igual) es bueno” (m15)

cada padrino kitlamakan “Cada padrino pone algo (para la fiesta, e.g., comida)”, ilwitl Ahuehuepan
no teemakan mexcalli “En la fiesta de Ahuehuepan también dan de beber mezcal” (s15).
204 José Antonio Flores Farfán

Nombrar, puede estar relacionado con el verbo -nootsa, aunque tal vez también
con los verbos -towa “decir”, en su uso como killiaan “le dicen” en el sentido de “le
denominan”, e incluso quizá con -tookayootia:

(134) ora se nombra de consejo de guerrerense


“ahora se presenta como del Consejo Guerrerense” (p11)
(135) no lo dijo a los que cuidaban allá quienes nombraba
“no les dijo a los que cuidaban allá a quienes se refería” (a18)

Oír al igual que escuchar, calcado del verbo -kaki:

(136) el que lo oye le contesta en español


“el que entiende contesta en español” (p11)

Parecer, probablemente identificado con neesi:

(137) quiero ir a conocer como parece


“quiero ir a conocer cómo es” (m15)

Poder, calcado del verbo weli:

(138) es que cuando tú no puedes el mexicano no entiende la gente


“es cuando no sabes hablar mexicano, no te entiende la gente” (i11)
(139) donde hay reuniones casi toda la gente no responde no como de San
Miguel­de San Miguel casi todos puede entiende algo de español res­ponde
las señoras. pero aquí nosotros no podemos puede algo pero no respon-
de no dice
“Cuando hay reuniones casi nadie habla. No como en San Miguel, ahí
casi todos hablan, entienden algo de español, (incluso) las señoras par-
ticipan. Pero aquí (en San Agustín Oapan), no hablamos español, en-
tendemos algo pero no lo podemos hablar” (m15)

Quitar, identificado con -kiixtia “sacar”, derivado a su vez del verbo kiisa “salir”
más el causativo -tia. Esto lo corrobora su uso en calcos nahuas, en los que efecti-
vamente llega a usarse con el significado de “quitar” (cf. 5.1.4.):

(140) ellos se iban a quitar de aquí


“ellos se iban a salir de aquí” (c12)
Características del español de los nahuas 205

Saber, tal vez derivado de -mati, que en el uso náhuatl abarca tanto lo que en
español designa el verbo saber y el verbo conocer:

(141) sabemos usar


“utilizamos” (animales para las labores del campo) (m12)

(142) pero de que tengan credencial pues nadie tiene nadie ni del pri tampoco­
nadie. de veras pues no saben no oyen
“pero tener credencial, pues (aquí) nadie tiene, nadie, ni del pri tampoco na-
die (tiene). De verdad, porque no conocen (de partidos), no entienden” (l12)
(143) de veras no saben no oyen
“en serio, no conocen, no entienden” (l12)

(144) ¿ya sabes al norte?


“¿conoces los eeuu?” (l11)

Salir, identificado con el verbo kiisa:

(145) aunque salga


“aunque renuncie (el comisario)” (m13)

Querer, identificado con el verbo -neki:

(146) quiere animal bueno


“necesita un buen animal” (m13)

Ya tardamos, calcado de la expresión yoowekaaw o yoowekaawi

(147) aquí ya tardamos


“ya tenemos mucho tiempo aquí” (l12)

Esta lista no pretende ser exhaustiva y requiere por lo menos ciertas preci-
siones. Hay que aclarar que el grado de certeza con el que se postula lo que es un
calco, varía considerablemente con respecto a casos específicos. Es decir, algunos
son más claros que otros. El grado de traslape semántico y pragmático en la iden-
tificación, sobre todo en el caso de los verbos, puede variar en función, entre otras
cosas, del grado de equivalencia de los verbos en la propia identificación, sus usos
idiomáticos y las equivalencias en juego de los motivos del calco. Un buen ­ejemplo
206 José Antonio Flores Farfán

es quedar, y en general todos los verbos en los que se utiliza la forma reflexiva se, lo
cual permite reconocerlos como calcos, por lo que podría hablarse de calcos par-
ciales. Formas con se son:

Cambiar, identificado con el verbo -patla

(148) cuando vinieron los español todo se cambiaron


“cuando vinieron los españoles todo cambió” (p11)

(149) cuando se cambió el presidente


“cuando cambió el presidente” (p11)

Hablar, por el uso de la forma reflexiva, tal vez identificado con el verbo -nootsa:

(150) nos hablamos en mexicano


“hablamos en mexicano” (p11)

Quedar, identificado con el verbo -kaawa:

(151) como se quedo la asamblea


“en lo que quedó la asamblea” (g11)

Además, el uso de los verbos en las dos lenguas en este caso es cercano (com-
párense e.g. los casos de aprender y cambiar).
También es posible que lleguen a evitarse ciertos usos de verbos castellanos
por tener un valor semántico prácticamente idéntico al verbo náhuatl. Tal vez éste­
sea el caso de quitar, que se prefiere al equivalente castellano de -kiixtia, “sacar”.

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