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Artículo 308º.- Tráfico ilegal de especies de flora y fauna silvestre protegida “El que adquiere,
vende, transporta, almacena, importa, exporta o reexporta productos o especímenes de
especies de flora silvestre no maderable y/o fauna silvestre protegidas por la legislación
nacional, sin un permiso o certificado válido, cuyo origen no autorizado conoce o puede
presumir, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres años ni mayor de cinco
años y con ciento ochenta a cuatrocientos días multa.”
CONCLUSIONES
Después de haber analizado los artículos llegamos a la conclusión que existen
problemas de dogmática penal, de política criminal y de Derecho penal, que afectan la
estructura típica del tipo, y por tanto su aplicación, desde la excesiva remisión a la norma
administrativa hasta la gran dificultad que se presenta para probar el daño ambiental. Todo ello,
trae como consecuencia que, pese a que la criminalidad ambiental en los últimos años se ha
incrementado, no existan casos en el que un hecho delictivo contra el ambiente haya sido
sancionado. Esto forma parte también de que a mas población más problemas en la sociedad.
Los modelos clásicos no responden adecuadamente a las necesidades de la protección
del medio ambiente como bien jurídico tutelado, tanto en la descripción penal como en la
sanción, porque mientras que en los delitos de tutela de la vida, de la propiedad, del patrimonio,
de la salud, la finalidad es sancionar al delincuente con el retiro de la sociedad mediante su
reclusión y condenarlo a la reparación del daño, pero además muchas veces el resultado de la
conducta es responsabilidad de una empresa, o de personas con morales, y que por tanto el
derecho penal no puede individualizar esta conducta, como tampoco responsabilizar a todos los
que forman parte de la empresa o industria, entonces debe darse flexibilidad al tipo penal que
permita la determinación de la conducta punible y la posibilidad de convenir la reparación para
suspender, en su caso, una vez lograda la reparación o su pago, extinguir el proceso penal; por
tanto, debe haber un procedimiento más transparente y abierto, con énfasis en la obtención de
la reparación del daño ambiental.
Las instancias de protección al ambiente como la jurisdiccional constitucional, el
proceso administrativo, la fase contenciosa administrativa, la jurisdiccional civil y penal, han
revelado insuficiencia; incluso es casi nula; por lo que es necesario que la actividad de la
autoridad administrativa se complemente con la de la judicatura, en las cuestiones a la
protección del medio ambiente.
Pero no sólo basta con decir que el sistema jurídico, en materia ambiental, carece de la
norma adjetiva correspondiente, sino que además es importante también que exista un órgano
jurisdiccional especializado que conozca de las controversias derivadas de la aplicación de las
normas respectivas, y el seguimiento de la sentencia y ejecución de la misma, acorde con la
naturaleza del daño ambiental; así como una reforma al principio de relatividad de las sentencias
de amparo en cuestiones ambientales.
De lo que se concluye que nuestro sistema jurídico, tiene una laguna legal, porque no regula
un instrumento procesal adecuado e idóneo para que los ciudadanos y la sociedad misma, por
interés público, controvierta la legalidad y subsistencia de un acto u omisión por el actuar de la
autoridad o de un particular, que ponga en riesgo o afecte la integridad del medio ambiente.
RECOMENDACIONES
Cuando se trate sobre delitos ambientales nuestro ordenamiento jurídico debe poner
mucho más énfasis en la administración de justicia.
Las penas que se establecen en nuestro código penal deberían ser mucho más severas
contra quienes infringen la ley que protege el medio ambiente y más si aún se daña a algunas
especies de flora y fauna que se encuentren en extinción.
Los encargados de cuidar el medio ambiente deben de denunciar estos hechos
delictivos y no dejarse sobornar, pues para eso son la autoridades que tratan de cuidar las áreas
protegidas así como el medio ambiente.
Cuando se produzca un conflicto interno obre algún problema de contaminación se
debería de empezar resolviendo mediante el dialogo es decir escuchando a todos los afectados
por esta contaminación.