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INTEGRANTES

Castaño Jennifer
Conde Argelia
Di Capua Stephanny
Galindez Isabel
Graterol Yuraima
Fernández Joymer

Maracay 21-07-2018
Los primeros cuatro años de vida, son importantes porque el equilibrio
biopsicosocial es fundamental para un sano crecimiento incluyendo la esencia
espiritual, esto es imprescindible porque es en esta edad donde el niño es
vulnerable a eventos tanto intra como extra familiares, hay un proceso de formación
y desarrollo que se irán consolidando en el núcleo familiar donde está inmerso el
infante.

La salud mental del niño afecta a todas las áreas de desarrollo e impacta en la salud
física y mental de la familia y el desarrollo normal del niño, Las necesidades físicas,
el afecto, la seguridad, el reconocimiento y la afirmación de competencia, de
significados y valores que el niño tiene que ver en los primeros tres años de vida lo
cual es de vital importancia, la familia es en primer lugar quien debe garantizar un
desarrollo exitoso, lo contrario compromete su salud emocional. Es tan importante
nuestra formación que es importante recalcar que la psicología del desarrolla hace
énfasis sobre esas etapas tan importantes por donde transcurre y se da el proceso
de crecimiento del niño en la infancia. El cuidado primordial recae en el hogar, y no
existe mayor privilegio que estar en este mundo y percibir el amor y seguridad en el
hogar donde se encuentra el infante.

Cuando hay carencia en el plano biopsicosocial, ocurren desajustes que repercuten


en el desarrollo y desenvolvimiento del niño en sus diferentes contextos. Situación
que da origen a trastornos mentales de tipo psicológico, evidenciando conductas
inapropiadas, cuyo objetivo es intervenir a tiempo para brindar tratamiento
psicológico de manera oportuna y eficaz.

La psicología del desarrollo muestra algunos factores biológicos que hacen a un


individuo vulnerable, como prematuridad, desnutrición, bajo peso al nacer, lesión
cerebral, retraso en el desarrollo. También muestra, factores psicosociales, como la
familia disfuncional, el desempleo, la pobreza, la falta de acceso a la salud y la
educación y también pone de relieve los factores de riesgo de naturaleza genética:
los padres con trastornos afectivos, esquizofrenia, trastornos antisociales,
hiperactividad, déficit de atención y el aislamiento que tornan a los niños
potencialmente vulnerables a los acontecimientos estresantes, considerados, por lo
tanto, niños en situación de riesgo que vienen con problemas para su desarrollo.
Winnicott, entre otros muchos, enfatiza la transcendencia e intensidad de la
afectividad en los primeros meses de vida. Siguiendo esta visión del desarrollo
emocional, compartida ampliamente en la actualidad, Montaldo (2009), describe de
la siguiente forma lo que un bebé requiere desde un comienzo: “establecer contacto
con una persona, y no solamente ser satisfecho en sus urgencias instintivas, sino
también ser aliviado de sus tensiones. El relacionarse con la madre de una manera
íntegra, no solo para alimentarse, es lo que permite al niño acceder a ser, comenzar
a sentir la vida como real.

La madre es quien debe cuidar este proceso de nacimiento a la vida psicológica del
bebé. Entonces, el ambiente representado en sus inicios por ella, es el factor crucial
del desarrollo infantil, que no podrá cursarse sino a partir de la dependencia
profunda que une a cada bebé con su madre” Durante los primeros meses la
transcendente tarea que tiene el bebé por delante es conseguir la integración
psicosomática. Lo que significa integrar lo psíquico con lo corporal, unir ambas
experiencias, tomar conciencia de su cuerpo. Pero el bebé es incapaz de conseguir
esto sólo, para lograr este crecimiento el ambiente que le rodea debe ser capaz de
adaptarse a sus necesidades y aislarle de las interferencias. En palabras de
Montaldo (2009): “La crianza temprana debe ocurrir en un ambiente máximamente
simplificado para el niño, resguardado de cualquier índole de deprivaciones o
catástrofes que, cortándole la continuidad de la vida que viene expresándose en él,
lo distraigan de su proceso de desarrollo”.

Un factor de riesgo es un concepto procesual pues se refiere a una característica


evento, o experiencia que de alguna forma influye, inicia, o altera procesos críticos
dentro de la vida de la persona o los sistemas dentro de los que la persona funciona.
Estos procesos o pasos intervinientes explican porque o como los factores de riesgo
presagian el resultado.
Unido al concepto de “Factor de Riesgo” aparece el concepto de “Factor Protector”,
que serían las condiciones que favorecerían el desarrollo del niño (Ezpeleta, 2005).
Pero además también aparecen los conceptos de vulnerabilidad y resiliencia. Por
vulnerabilidad se entiende un estado en que el niño sería susceptible de recibir un
daño o perjuicio, mientras que el riesgo se referiría a una exposición a una
circunstancia (Pedreira, 1997). Una persona que acumulase diversos factores de
riesgo, pero con baja vulnerabilidad y adecuados factores de protección, no
desarrollaría un trastorno mental como lo haría alguien con alta vulnerabilidad y
pocos factores de protección. La resiliencia podría definirse (Marrone, 2001) como
la capacidad de un individuo de adaptarse y utilizar recursos internos de manera
competente ante los problemas evolutivos de las distintas etapas del ciclo vital y las
adversidades en la vida. El desarrollo de la resiliencia, según este autor, depende
fundamentalmente de la seguridad de apego en los años de infancia.

La evidencia científica parece confirmar que un apego sano o seguro es un factor

importante a la hora de conseguir una buena salud mental. La calidad del apego
quedaría determinada, siguiendo a Belda (2007) por una serie de factores de
Riesgo para el Diagnóstico de Trastorno Mental en la infancia. Como factores
propios del niño/a, destaca el temperamento, prematuridad, lesiones cerebrales,
discapacidades físicas y mentales, a las que pueden añadirse las complicaciones
en el período intrauterino y perinatal. Y como aquellos referidos a la madre y su
entorno, la sensibilidad, red de apoyo social, nivel socioeconómico, relaciones de
pareja, ambiente laboral, trastornos psicopatológicos, personalidad y número de
hijos. Vemos a continuación una síntesis de los factores de riesgo que son
tomados en cuenta con frecuencia en relación a la salud mental del niño:

Factores de riesgo en la infancia


Características del niño

Problemas médicos -Retraso o trastornos del lenguaje

- Bajo desempeño académico - Baja capacidad intelectual -


Déficits en el desarrollo cognitivo Déficit de habilidades sociales

- Bajo desempeño académico Baja autoestima

- Alteraciones genéticas Locus de control externo arraigado


Características de los padres
Modelos inconsistentes Disciplina excesiva o ausente

Educación excesivamente crítica Estilo de afrontamiento evitativo

Negligencia Expectativas inapropiadas del desarrollo

Estilo de afrontamiento evitativo

Características de la familia y del ambiente


El niño vive sólo con el padre o con la madre Bajo nivel de instrucción de los

padres
Desempleo o subempleo Recursos de materiales escasos

- Cuidado deficiente de los hijos. Y financieros.

- Muchos hermanos

- Conflictos maritales y familiares

- Desacuerdos sobre crianza

- Estado de pobreza crónica

Factores considerados protectores o preventivos. Vemos en la siguiente tabla


una síntesis de algunos de los factores protectores más importantes siguiendo la
misma clasificación en aquellos atribuibles al niño, a los padres y al ambiente.

Factores protectores en la infancia


Características del niño

Buena salud
- Estrategias de afrontamiento
flexibles
- Habilidades sociales buenas
- Apego seguro
- Ejecución académica alta
- Alta autoestima
- Temperamento fácil
- Desarrollo controlado
- Nivel de actividad moderado
- Atención adecuada
- Desarrollo normal del lenguaje
- Locus de control interno
Características de los padres

Buen ajuste psicológico

- Educación superior

- Padres sensibles y responsables

- Alta autoestima

- Estilo de afrontamiento flexible

- Conocimiento del desarrollo

- Inteligencia alta

- Madre madura

- Disponibilidad

- Buenos modelos
- Crianza cálida

- Buena salud

- Supervisión cercana

Disciplina clara, flexible, pero con límites

Características de la familia y del ambiente

Vivir con los padres

- Familias sin muchos niños

- Cohesión familiar

- Disciplina consistente

- Nivel socioeconómico alto

- Apoyo de la familia

- Empleo estable

- Adecuado cuidado del niño

- Bajo estrés

- Ambiente rural

BIBLIOGRAFIA:
Armus, M., Duheldo, C., Oliver, M. y Woscobolnik, N. (2012). Desarrollo
emocional. Clave
para la primera Infancia. Fondo de las naciones unidas para la infancia
(UNICEF).Recuperado en: http: //www.unicef.org>argentina>spanish.

Belda Oriola, J. C. (2007). La información como prevención primaria en salud


mental infantil.
Revista de Psicopatología y Salud Mental del Niño y del Adolescente, 10, 63-69

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