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La radiación propagada en forma de ondas electromagnéticas (rayos UV, rayos gamma, rayos X,
etc.) se llama radiación electromagnética, mientras que la llamada radiación corpuscular es la
radiación transmitida en forma de partículas subatómicas (partículas α, partículas β, neutrones,
etc.) que se mueven a gran velocidad, con apreciable transporte de energía.
Si la radiación transporta energía suficiente como para provocar ionización en el medio que
atraviesa, se dice que es una radiación ionizante. En caso contrario se habla de radiación no
ionizante. El carácter ionizante o no ionizante de la radiación es independiente de su naturaleza
corpuscular u ondulatoria.
Son radiaciones ionizantes los rayos X, rayos γ, partículas α y parte del espectro de la radiación
UV entre otros. Por otro lado, radiaciones como los rayos UV y las ondas de radio, TV o de
telefonía móvil, son algunos ejemplos de radiaciones no ionizantes.
La energía que transporta una radiación electromagnética se desplaza mediante ondas. Esta
energía no es continua, sino que se transmite agrupada en pequeños "cuantos" de energía
llamados fotones. La onda se compone de un campo eléctrico oscilante, asociado a un campo
magnético también oscilante, y ambos son perpendiculares a la dirección de propagación.
Las ondas electromagnéticas se caracterizan por tres parámetros fundamentales: Longitud de
onda, Frecuencia y Energía:
Longitud de onda (λ): Es la distancia entre las crestas de dos ondas consecutivas, y se mide en
unidades de longitud (m). La amplitud de la onda depende de la potencia radiante de la fuente
emisora.
Frecuencia (ν ó f): Es el número de veces que oscila una onda en un segundo y se mide en
ciclos/segundo o hercios (Hz).
Energía (E): La energía transportada por una radiación electromagnética se puede medir en Julios
(J), aunque más frecuentemente se mide en electronvoltios (eV). El electronvoltio representa la
energía cinética que adquiere un electrón cuando es acelerado por una diferencia de potencial de 1
voltio. Equivale a 1,602176462 × 10-19 J.
Algunas sustancias químicas están formadas por elementos químicos cuyos núcleos atómicos son
inestables. Como consecuencia de esa inestabilidad, sus átomos emiten partículas subatómicas de
forma intermitente y aleatoria.1 En general son radiactivas las sustancias que presentan un exceso
de protones o neutrones. Cuando el número de neutrones difiere del número de protones, se hace
más difícil que la fuerza nuclear fuerte debida al efecto del intercambio de piones pueda
mantenerlos unidos.1 Eventualmente el desequilibrio se corrige mediante la liberación del exceso
de neutrones o protones, en forma de partículas α que son realmente núcleos de helio, partículas β
que pueden ser electrones o positrones. Estas emisiones llevan a dos tipos de radiactividad:
Radiación α, que aligera los núcleos atómicos en 4 unidades básicas, y cambia el número
atómico en dos unidades.1
Radiación β, que no cambia la masa del núcleo, ya que implica la conversión de un protón en
un neutrón o viceversa, y cambia el número atómico en una sola unidad (positiva o negativa,
según la partícula emitida sea un electrón o un positrón).1
Además existe un tercer tipo de radiación en que simplemente se emiten fotones de alta
frecuencia, llamada radiación γ. En este tipo de radiación lo que sucede es que el núcleo pasa de
un estado excitado de mayor energía a otro de menor energía, que puede seguir siendo inestable y
dar lugar a la emisión de más radiación de tipo α, β o γ. La radiación γ es un tipo de radiación
electromagnética muy penetrante debido a que los fotones no tienen carga eléctrica. 1
Radiación térmica
Cuando un cuerpo está más caliente que su entorno, pierde calor hasta que su temperatura se
equilibra con la de dicho entorno. Este proceso de pérdida de calor se puede producir por cuatro
tipos de procesos: conducción, convección, radiación térmica y evaporación/condensación. De
hecho, la emisión de radiación puede llegar a ser el proceso dominante cuando los cuerpos están
relativamente aislados del entorno o cuando están a temperaturas muy elevadas. Así, un cuerpo
muy caliente emitirá, por norma general, gran cantidad de ondas electromagnéticas. La cantidad de
energía radiante emitida o calor radiado viene dada por la Ley de Stefan-Boltzmann. De acuerdo
con esta ley, dicho calor radiado es proporcional a su temperatura absoluta elevada a la cuarta
potencia:
P= α(σ T4) S
Donde
P es la potencia radiada.
α es un coeficiente que depende de la naturaleza del cuerpo; α = 1 para un cuerpo
negro perfecto.
S es el área de la superficie que radia.
σ es la constante de Stefan-Boltzmann, que tiene un valor de 5,67 × 10−8 W/m²K4
T es la temperatura absoluta.
Tipos de radiación
Radiación electromagnética
Radiación ionizante
Radiación térmica
Radiación corpuscular
Radiación solar
Radiación nuclear
Radiación de cuerpo negro
Radiación no ionizante
Radiación cósmica
Dosis
Efecto
recibida
0 - 0,25
Ninguno
Sv
0,25 - 1 Algunas personas sienten náuseas y pérdida de apetito, y pueden sufrir daños en
Sv la médula ósea, ganglios linfáticos o en el bazo.
6 - 10 Sv Mismos síntomas, más deterioro del sistema nervioso central. Muerte probable.
1. Un haz de radiación de alta LET (e. g. partículas α) depositará toda su energía en una
región pequeña del medio, por lo que perderá su energía rápidamente y no podrá
atravesar grosores considerables. Por el mismo motivo dejará una dosis alta en el
material.
2. Un haz de radiación de baja LET (e. g. la radiación electromagnética y γ-radiación
gamma-) depositará su energía lentamente, por lo que antes de haber perdido toda su
energía será capaz de atravesar un gran espesor de material. Por ello dejará una
dosis baja en el medio que atraviesa.
Esto explica por qué podemos protegernos de las partículas α con una simple capa de aire y,
sin embargo, es necesario un gran espesor de plomo u otro metal pesado para protegernos de
los rayos gamma.
Biológicamente estas medidas son importantes, ya que diversas radiaciones pueden causar
daños a la salud según la intensidad de la radiación o la LET a la que se exponga el cuerpo
humano. Además es importante notar que las dosis no sólo dependen de la LET.
DESARROLLO.
Dentro de las características fundamentales de la Física del siglo XX y que son consecuencias
del desarrollo de las ciencias naturales, está el establecimiento de las concepciones cuánticas.
La Física Cuántica, con el cúmulo de concepciones y teorías a ella inherentes, y que en la
actualidad disfruta de gran aceptación dentro de la comunidad científica, no fue establecida de
modo casual sino que fue construida a partir de la necesidad de dar solución a
determinados problemas que tuvo que enfrentar la Física Clásica a finales del siglo XIX
y principios del XX. Pero como toda teoría Física, la teoría cuántica necesitó, para su completo
establecimiento de los basamentos de las teorías de las etapas precedentes a su desarrollo.
En otras palabras, se hizo necesario que la teoría ya establecida desde muchos años atrás se
enfrentara a nuevos fenómenos a los cuales no podía dar explicación para que la comunidad
científica de la época se diera cuenta de que, con urgencia, se hacía necesaria la construcción de
una teoría totalmente nueva y que los postulados hasta el momento vigentes, debían ser
cambiados.
Señalemos algunos de los descubrimientos teóricos y experimentales que sirvieron para llevar a
cabo el establecimiento y desarrollo de la nueva teoría.
1.- En 1897 Hertz descubre el Efecto Fotoeléctrico y las investigaciones hechas por los científicos
A. G. Stolietov y W. Halwachs en los años 1888 y 1889 al respecto.
2.- La explicación por H. F. Weber en 1875 a la dependencia de la capacidad calorífica respecto de
la temperatura de los cuerpos.
3.- La determinación de la existencia de los espectros de rayas y franjas de los cuerpos radiantes.
4.- Descubrimiento de la estructura compleja del átomo.
5.- El establecimiento de la teoría electrónica de la estructura de la materia realizada por H. A.
Lorente.
6.- Las investigaciones de V. A. Mijelson y B. B. Golitsin en la rama de la termodinámica de la
radiación.
7.- Descubrimiento de la presión de la luz por P. L. Lebedev.
8.- Descubrimiento y establecimiento en 1900 de la teoría de los cuantos de luz en la explicación
de la radiación.
9.- La explicación, por A. Einstein, del Efecto fotoeléctrico sobre la base de la idea de estos
cuantos de luz.
La etapa final del siglo XIX e inicial del siglo XX se llevaron a cabo muchos intentos para dar
explicación, sobre la base de la teoría cuántica, a la radiación electromagnética y, en especial, la
de la radiación del cuerpo negro.
Antes del establecimiento de la Teoría Cuántica por Planck , y en el mejor de los casos, estos
intentos sólo coincidían con los resultados experimentales para determinados rangos de longitudes
de onda (o frecuencias) mientras que para otros rangos eran totalmente inconsistentes.
Cabe aquí señalar que un error comúnmente cometido por científicos de la talla de Wien, Rayleigh
y Jeans entre otros se debió, fundamentalmente, a su intento de utilizar las leyes de la Física
Clásica para dar explicación a la Radiación electromagnética. En particular las que exigían una
variación continúa de las magnitudes físicas. Entre ellas la energía presente en los procesos de
radiación y absorción.
Sin restar importancia a los demás fenómenos a que hemos hecho referencia, dediquémonos al
análisis de la Radiación Electromagnética.