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Autores:
Rodríguez Musso, Jazmín: CEDeT-Rosario, Fac. de Ciencia Política y RRII-UNR
jazminrodmuss@gmail.com
Piatti, Matías: Fac. de Ciencia Política y RRII-UNR
matiaspiatti@hotmail.com
Moskat, Vladimir: Fac. de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura-UNR. Taller Ecologista
moskat.mirko@gmail.com
Castagno, Alejandro: CEDeT-Rosario, Fac. de Ciencia Política y RRII-UNR
alecastagno@gmail.com
Beckmann, Erika: CEDeT-Rosario, Fac. de Ciencia Política y RRII-UNR
eri.beckmann@gmail.com
En este marco, y dada la escasa información con que se cuenta acerca de los modos
de realización de esta actividad en nuestra ciudad, en la presente ponencia nos proponemos
visibilizar y analizar las lógicas de trabajo de los recolectores informales, en particular: las
condiciones sociales y económicas de las familias que lo realizan, los modos de ejercicio de
la recolección, y los espacios y actores vinculados a la comercialización.
Por otro lado, nos proponemos reconstruir algunos eslabones de la cadena de valor del
plástico, sobre todo de aquellos más próximos a la actividad de los recolectores para situar y
valorizar el aporte que realizan.
1
Introducción
1
La Ordenanza 8.726 es una normativa municipal que “tiene por objeto el ordenamiento de las
actividades de los Recolectores Urbanos Informales de Residuos Sólidos y el reemplazo de los
vehículos de tracción a sangre animal”. La misma responde a “planteos, denuncias y reclamos en
muchas oportunidades de todas las asociaciones proteccionistas que trabajan en la ciudad” sobre el
uso de equinos para la recolección de materiales reciclables. Por ende, plantea la creación de un
equipo de autoridad de aplicación para realizar un registro de personas carreras, controlar las situación
de circulación y evaluar la situación social de cada persona y/o grupo familiar vinculada a la actividad
para considerar su posterior conversión a otro tipo de labor. Con la normativa se desarrolló en el año
2011 el único registro oficial de personas relacionadas con la recolección informal basada en el uso
del caballo para trabajar y el chipeo de los animales. Véase:
http://www.rosario.gov.ar/mr/normativa/otras-normas/ordenanzas/ordenanza-8726-2010-1
2
Se efectiviza a partir de que el 26 de Marzo del 2017, la Intendenta Mónica Fein declara en el discurso
de inicio de sesiones del Concejo que se “finaliza la tracción a sangre en la ciudad” en el marco del
Programa Andando. Por lo que se avanzó con la quita de los animales que estuviesen en la vía pública
transportando materiales reciclables.
El Programa Integral para Recuperadores Urbanos y Eliminación de Tracción Animal “Andando”, se
explica como el periodo de transición, de un lapso de 24 meses, entre la ordenanza 8.726 y su fecha
límite de tolerancia que era, precisamente, el 31 de Marzo de 2017. El objetivo del programa se
presenta como el de "generar condiciones de oportunidad laboral alternativas a la recolección de
reciclables con tracción a sangre" con el fin de eliminar la tracción a sangre en la vía pública. A los
carreros se les ofreció un "menú de opciones" o alternativas laborales a cambio de la entrega del
caballo: ayuda económica; bicicletas, máquinas de coser, herramientas de jardinería, bordeadoras,
maquinas panificadoras y hornos de cocina, y también, cursos de capacitación en oficios como
albañilería, pintura, herrería, panificación, auxiliar de peluquería y manicura, electricidad y reparación
de artefactos eléctricos, carpintería básica, operador de máquinas de coser industriales y camisería,
computación. Otros pocos comenzaron a trabajar en la Planta de Tratamiento y Compostaje de
Residuos y en huertas de Agricultura Urbana. Si bien se avanzó con el registro de equinos, y algunos
carreros entregaron su animal, pocos de ellos lograron una efectiva reconversión e inserción laboral
en las alternativas ofrecidas por el municipio.
2
Es necesario aclarar que este proyecto fue formulado y desarrollado en conjunto entre
un equipo de la Facultad de Ciencia Política de la UNR y la Asociación Civil Taller Ecologista.
3
“Por la crisis, se triplicaron los recolectores informales” La Capital, 22/06/17. Disponible en:
http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/por-la-crisis-se-triplicaron-los-recolectores-informales-
n1420565.html
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incluimos aquí información relativa a los emprendimientos de transformación de plástico. Los
emprendimientos o empresas que industrializan otros materiales forman parte del
relevamiento que estamos realizando al momento de cierre de este artículo.
Referencias:
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2- Acopio Wheelwright y Pueyrredón: Este es un punto de acopio autorizado (de manera informal) por
el municipio. Funciona en terrenos fiscales nacionales, en inmediaciones de la playa de maniobras del FFCC y la
Estación de Trenes Rosario Norte. Allí, un referente del lugar compra materiales a recuperadores que recorren el
microcentro a pie.
3- Barrio Vía Honda: Es un barrio muy extenso, recostado sobre las vías del tren, entre Bv. Segui y Av.
Uriburu. Las encuestas se realizaron con el acompañamiento de una referente territorial, en torno al Pje.
Patagones, entre Quintana y Garibaldi, aproximadamente.
4- Barrio Saladillo y Mangrullo: Localizados en el extremo sur de la ciudad, Saladillo se encuentra entre
las calles Lamadrid, Belgrano, Avenida de la Circunvalación y Calle Huella. El asentamiento Mangrullo, se halla
pasando la Av. de la Circunvalación, alrededor del Rió Mangrullo y en parte de los terrenos del Ente Administrador
del Puerto Rosario (ENAPRO) donde están las calles Mangrullo, extensión de la Calle Lamadrid, calle Huella y
Plutarco Bis. Allí, las encuestas fueron realizadas predominantemente a recolectores que utilizaban carros tirados
por caballos.
5-Barrio La Antenita: Este barrio está situado en cercanías del Mercado de Concentración de Fisherton,
se accede por calle San José de Calasanz (continuación de calle Mendoza) al 8500 aproximadamente. En este
barrio también fue muy importante la presencia de carreros.
6-Esquina Paraguay y San Lorenzo: Se trata de otro de los puntos de clasificación y acopio que funciona
con autorización del municipio, y con el cual se referencia un grupo de 5 recolectores.
7-Centro Cultural La Toma: Ubicado en Tucumán al 1300, la cooperativa de trabajo que gestiona el
edificio (recuperado a partir de la quiebra del ex-Supermercado Tigre) cedió a un grupo de recolectores (con
vínculos principalmente familiares), un espacio del amplio predio destinado al estacionamiento para clasificar y
acopiar allí material, que es comercializado una vez por semana.
8-Barrio Martín (Ayacucho y Pje. Santa Cruz): Este punto de acopio está ubicado también muy cerca del
microcentro. Tiene la ventaja de estar emplazado en una manzana cercada pero sin construcción, por lo que no
tiene mucho tránsito de peatones.
9- Esquina Italia y San Luis: Se trata de otro de los puntos de clasificación y acopio que funciona con
autorización del municipio. Allí trabaja un grupo de recolectores donde se tiene como referencia al Sr.Junco. Al
igual que en los casos de Paraguay y San Lorenzo y de Barrio Martin, los materiales deben ser retirados todos los
días.
10- Barrio La Lagunita: Las encuestas fueron realizadas en la plaza del barrio, en las inmediaciones de
Bv. Segui al 6300. También se recorrieron algunas casas cercanas.
Del total de personas entrevistadas, 95 fueron varones (lo cual equivale al 80%) y 24
mujeres (20%). En cuanto a las edades, obtuvimos la siguiente distribución:
Menores de 18 10 8%
De 18 a 29 52 44%
De 30 a 39 28 24%
De 40 a 49 12 10%
De 50 a 59 13 11%
De 60 en adelante 4 3%
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Observamos en torno a las edades que el rango con mayor presencia en la actividad
corresponde a aquellos que se encuentran en la franja de los 18 a 29 años. Esto podría
señalar la existencia de una población joven que busca en la recolección una estrategia de
subsistencia. Si a esto le sumamos que el 24% corresponde a la franja de 30 a 39 años
obtenemos que el rango de los 18 a 39 años suponen un 64% del total de encuestados.
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Otro dato interesante obtenido de las encuestas realizadas gira en torno a la pregunta
de si estas personas realizan otro trabajo. Observamos cierta paridad entre las dos opciones
consultadas, con una leve preponderancia de aquellos que tienen a la recolección como única
actividad laboral por sobre los que la complementan con otros trabajos.
En cuanto a las condiciones de ejercicio de ese trabajo alternativo, surge como nota
principal la precariedad, ya que en la mayor parte de los casos se trata de changas y trabajo
temporario4.
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Entendemos por “changas” los trabajos que se realizan de manera informal, muchas veces
ocasionales o de corta duración y en general signados por la precariedad en los modos de contratación.
El trabajo temporario, por su parte, es aquel que tiene una duración predeterminada -por lo cual
7
Gráfico 5: Condición de los trabajos realizados además de la recolección
tampoco es estable- pero que es conocida de antemano por el trabajador, mientras que
conceptualizamos como “trabajo de duración indefinida”, aquel cuya duración el trabajador desconoce,
pero que no necesariamente lo considera estable. Finalmente, entendemos como trabajo permanente
aquél que los trabajadores reconocen como estable o fijo.
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interesante para ponderar la incidencia del Estado en las condiciones de vida de la población
que se dedica a la recolección informal.
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Gráfico 9
Con respecto a las horas de trabajo dedicadas a la recolección, sobre 117 respuestas
el mayor porcentaje declaró trabajar en jornadas de 4 a 6 hs de duración (44 personas, el
37% del total) mientras que quienes destinan más de 9 horas a esta tarea representan casi la
mitad de ese valor (17%, 20 personas).
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embargo, estos últimos materiales, no siempre son buscados por los recolectores debido a su
bajo precio (en el caso del vidrio) o del alto volumen que ocupan haciendo más dificultoso su
traslado (en el caso de envases plásticos).
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Con respecto al papel, 8 personas -el 25% de quienes pudieron informar lo recolectado-
juntó entre 20 y 50 kg en una semana. Sólo un recuperador superó la tonelada de material
recolectado en una semana (juntó entre 1750 y 2000 kg)
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Gráfico 15: Cantidades de plástico recolectadas por semana
En relación a los metales, los que informaron sobre sus volúmenes de trabajo siempre
lo hicieron en la franja de 0 a 500 kg semanales. A juzgar por los resultados, los encuestados
se caracterizan por recolectar pequeñas cantidades (de 0 a 5 kg por semana fue el volumen
más declarado, englobando a 17 personas entre los 5 materiales consultados) y sólo un
recuperador lograba juntar hasta media tonelada de chatarra en una semana.
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Referencias:
Propio
Prestado
Alquilado
Total
Como se desprende del gráfico, carro manual y carro con caballo resultan los vehículos
de recolección más empleados, siendo utilizados por 55 y 35 personas respectivamente en
sus tres variantes: propios, prestados y alquilados5.
Por otro lado, se preguntó a los encuestados por el ingreso percibido a raíz de la
actividad de recolección. Para exponer con nitidez los resultados arrojados, se agrupan las
respuestas de los 58 encuestados que informaron volumen de ingresos en cuatro categorías
generales. Observamos que quienes reciben menos de $100 semanales representan el 5%
de los encuenstados. En el intervalo de los $100-500 semanales se ubica el 48% de los
recolectores. E el segmento que sigue, entre los $500 y 1000 está comprendido el 33%. Entre
los que más recaudan, más de $1000 semanales, se identificó el 14%. Los datos expuestos
evidencian la existencia de una estructura piramidal con una amplia base donde se ubica la
mayoría con los menores ingresos, y dos escalones superiores que se reducen
progresivamente a medida que aumenta el nivel de ingresos. De las categorías establecidas
5
Como se señaló anteriormente, las encuestas se realizaron en el año 2016, previo a la entrada en
vigencia de la prohibición de circulación de carros tirados por caballos. Por lo tanto, la situación actual
probablemente haya variado respecto de esta estimación.
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en el cuestionario vemos que la más elegida fue aquella que establece un ingreso de entre
$300 y 400 semanales. De más está aclarar que estos ingresos no alcanzan a cubrir el salario
mínimo vital y móvil, que en 2016 había sido fijado en $8.060, ni, en algunos casos, la canasta
básica alimentaria, situada en septiembre del mismo año en torno a los $5.2006.
6
Ver: Télam, 22/09/2016: Una familia tipo necesita $12.489 para adquirir la canasta básica.
http://www.telam.com.ar/notas/201609/164116-indec-canasta-basica-agosto.html (Consultado el
03/10/2017).
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Una cuestión que nos resultó importante conocer fue la antigüedad de los recolectores
en la actividad. Al respecto el 26% de los encuestados (30 personas) informó hacerla desde
chico/toda la vida, lo que señala una pauta de transmisión familiar de la actividad
relativamente importante. Asimismo es interesante observar que la segunda categoría con
mayor número de respuestas son las opciones “reciente (hace menos de un año)” y “Desde
hace 10 años” que concentraron un 16% de los encuestados cada una. Los incorporados
recientemente pueden ser personas que hayan estado vinculadas a la actividad en el pasado,
la abandonaron al conseguir otro empleo y por diferentes circunstancias volvieron a la tarea
de la recolección. Esta diversidad de trayectorias permite señalar la alta volatilidad del sector
y la convivencia en él de trabajadores con diferentes estrategias: quienes ingresan por primera
vez a la actividad, quienes la habían abandonado por otros trabajos pero reingresaron, y
quienes desde hace años la desarrollan. Por su parte, el alto porcentaje de quienes la
desarrollan “Desde hace 10 años”, remite a la merma de la actividad económica ocurrida entre
2008 y 2009. Incluso, algunos medios locales reflejaron el repunte de la recolección de
residuos en esos años7.
A partir de los datos recabados podría ensayarse otra organización del universo de
recolectores en dos grandes grupos según la antigüedad en la actividad: un 54% que la
desarrolla desde hace 10 años o más (63 personas) y el 46% restante que se vinculó con el
cirujeo durante la última década.
7
Ver: La Capital, 29/07/2008: La actividad de los cartoneros crece al compás de la pobreza
http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/la-actividad-los-cartoneros-crece-al-compaacutes-la-pobreza-
n288328.html (Consultado el 02/10/2017).
Rosario/12, 25/05/2009: Cuando sólo queda la basura: Aumentó un 60 por ciento la cantidad de
recolectores informales
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-18657-2009-05-25.html (Consultado el
02/10/2017).
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En cuanto a la existencia o no de acuerdos fijos entre recuperadores y otros actores
sociales (comerciantes, porteros de edificios, etc) para recolectar materiales, un 58% dijo no
tenerlos frente a un 42% que manifestó haberlos alcanzado.
Gráfico 22
17
En la encuesta, también preguntamos por el lugar físico donde se realizan las tareas de
clasificación de los materiales recolectados. Al respecto la mayoría manifestó hacerlo en el
propio domicilio, seguido por quienes declaran clasificar en un “punto de acopio”. Éstos son
lugares ubicados en el centro de la ciudad en los que algunos grupos de recolectores reúnen
y clasifican lo recolectado; estos puntos de acopio se encuentran autorizados de manera
informal por la Municipalidad. Muchas de las entrevistas de nuestra muestra de hecho se
hicieron en dichos puntos, es probable que si observáramos el universo total de recolectores
de la ciudad, la clasificación en estos lugares no alcanzaría un porcentaje tan considerable.
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2) Actores y redes de relación vinculados a la comercialización: hacia la
reconstrucción de la cadena de valor
Los principales motivos para tener un comprador fijo de materiales son la cercanía (41%
de las personas con compradores fijos) y el buen precio (28%). En tercer lugar, podemos
agrupar un conjunto de respuestas que aluden al conocimiento previo y eventualmente cierta
relación con el comprador (24% de las respuestas). A su vez entre los pocos que dicen no
tener compradores fijos, el principal motivo identificado es la búsqueda de mejores precios.
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En resumen en la elección de dónde vender los materiales recolectados podría decirse
que lo que se valora principalmente es una mayor conveniencia económica y logística. En
segundo lugar aparecen factores como la relación personal con los acopiadores.
Mapa 2: Comercios y empresas a los que los recolectores venden los materiales
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2.2) Emprendimientos de materiales recuperados
A continuación, haremos una breve descripción de qué realiza cada uno de ellos. Como
hemos adelantado, el primero de los emprendimientos entrevistados se dedica meramente a
la molienda. Comenzaron hace unos 10 años en un terreno del barrio Empalme Graneros,
bajo un pequeño techo y el resto al aire libre, junto a 5 integrantes de su familia. Su trabajo
consiste en comprar el material a acopiadores de diferentes partes de la ciudad, lo clasifican
por clase (polipropileno y polietileno), luego lo cortan al pasarlo por una sierra, hacen una
primera instancia de molienda, lavan y centrifugan el material, continúan con una segunda
etapa de molienda y finalmente lo pelletizan. El ciclo concluye con el embolsado listo para
vender. Para realizar este trabajo el microemprendimiento cuenta con diferentes tipos de
herramientas como 3 sierras, 2 molinos, una lavadora, una centrifugadora y una pelletizadora,
por lo que poseen una buena cantidad de instrumentos para realizar su trabajo. Asimismo,
tienen su propio camión de traslado para obtener y comercializar el material, algo importante
pues los costos del flete son cuestiones que encarecen la producción.
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Respecto a las condiciones de trabajo, consiguieron hace aproximadamente dos años
dos galpones de grandes dimensiones donde instalarse. Allí tienen acopiado el material y sus
máquinas, situación también a remarcar para comparar con otros emprendimientos. Además
de los dos titulares -que se dedican a la logística, a llevar las cuentas de lo producido y a la
restauración de las máquinas-, trabajan unas 16 personas.
Como se dijo anteriormente, a los plásticos los consiguen en acopios. Dicen trabajar
con unos 5 fijos que se ubican en la zona, mientras que otros 5 acopiadores no son estables,
encontrándose en otras partes de la ciudad y a los que recurren ante la necesidad de cubrir
la producción -que ronda los 5.000 o 6.000 kg semanales. Afirman que en años anteriores
podía conseguir la cantidad de plástico requerida en tan sólo 5 lugares, pero que últimamente
debe hacer un mayor recorrido pues hay una merma en los acopios: “Mermó, mermó. Llega
menos cantidad, antes con 5 acopios me arreglaba, ahora necesito 10” (Entrevista a titular
del emprendimiento 1, Rosario, 31/07/17). Al preguntarle, afirmó que esta situación tiene una
relación directa con la prohibición de los caballos y carros en la ciudad, y que también se debe
a una prohibición en el ingreso a los basurales para recolectar residuos: “Es más, lo se porque
me lo han comentado. Que a la gente de los basurales la están sacando y le están dando una
especie de subsidio desde 11 mil pesos y le dan herramientas y otras cosas para hacer otro
tipo de trabajo” (Entrevista a titular del emprendimiento 1, Rosario, 31/07/17). En este sentido,
hay una coincidencia entre el contexto en que se toma la medida de prohibición de la tracción
a sangre y el momento en que este emprendimiento comienza a tener que recorrer mayor
cantidad de lugares para poder proveerse de volúmenes suficientes de material.
Respecto a quiénes y cómo venden, en las entrevistas nos comentó que todo se hace
por encargue previo. Su material va a fábricas de baldes o de conos de seguridad, entre otras
empresas que hacen productos finales. Haciendo una referencia a la situación económica del
emprendimiento, el entrevistado dice que en los últimos 12 meses la producción sólo alcanza
para cubrir los costos y los salarios: “”Cuando vos te pones a hacer la cuenta, nosotros
hacemos 6 toneladas acá y nos alcanza sólo para pagar los sueldos. Desde que estamos acá,
coincide… por ahí una semana te vas para atrás, otra recuperás (...) Es mucho laburo, mucha
mano de obra y poca ganancia” (Entrevista a titular del emprendimiento 1, Rosario, 31/07/17).
Aparentemente, el mayor problema con este emprendimiento es el estancamiento del valor
del plástico virgen que limita la posibilidad de aumentar el precio de lo recuperado: “Vos
calculá que nosotros venimos con el mismo sueldo que tenemos desde hace 18 meses. (...)
Creo que esto tiene que mejorar, va a pegar un salto. Y si no pega ese salto, no se, tendremos
que cerrar, o ver qué hacemos” (Entrevista a titular del emprendimiento 1, Rosario, 31/07/17).
El estar atado a ello, hace que su situación sea muy dependiente y vulnerable, sumado al
aumento en el precio de las tarifas de luz que se les incrementó en un 400%. Esta realidad es
algo que se repite en los diferentes emprendimientos visitados, todos dicen que lo que logran
producir no deja las suficientes ganancias como para invertir e incrementar la producción, y
lograr posicionarse de una manera más cómoda en el mercado.
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Su producción se nutre de una mezcla específica de soplado e inyección de polietileno.
A ese material lo insertan en una tolva, que lo disuelve a unos 180° y luego, por medio de un
inyectado con un molde específico, sale el tapón que es la pieza terminada. En el lugar
trabajan 3 personas: el titular que se dedica a la dirección de la producción y la logística, su
hijo con un turno de 8 horas para trabajar en la máquina de inyección y un empleado que
trabaja otras 8 horas en las mismas tareas. Por el momento, se abastece a partir de un único
proveedor, a quien le compra unos 500 kg de material por semana para producir alrededor de
70 mil tapones, también por semana. Por lo que si bien por el momento, en función de la
producción que realizan, lo que él les provee les alcanza, en el caso de que crezcan, temen
que no puedan lograr el abastecimiento suficiente. Esto es interesante remarcarlo por los
comentarios respecto a la merma en la provisión de materiales a los acopios, sobre lo cual
profundizaremos más adelante.
En este caso, también se cuenta con un galpón donde tienen su máquina y los
automóviles con los que reparten los productos. Actualmente, comercializan con tres plantas
de gas localizadas en Bell Ville (Córdoba), San Justo (Santa Fe), Santa Fe ciudad y en Mar
del Plata; es decir que su producto tiene una inserción interesante en aquellas empresas
llenadoras de garrafas de gas. Según él, nuevamente la problemática está en sus limitaciones
para “dar el salto” a una mayor producción. Dice que su producto tiene gran demanda pero
que en las condiciones actuales de producción, no podría responder pues debería tener una
nueva inyectora y una matriz con mayor capacidad de producción. En el caso de poder
hacerlo, él plantea la posibilidad de duplicar la producción y la cantidad de personas
empleadas: “No.... estamos hablando, suponete, más o menos de 1 millón de pesos, 800 mil
pesos. Cómo decir, pongo dos máquinas más con dos matrices no de 10 bocas como esta
que es poca, pero de 30 bocas… ponele que entre material y todo gastas 1 millón de pesos y
vos ya pones cuatro muchachos trabajando. O de última, si la demanda te lo exige y tenés
que trabajar las 24 horas, ponés 6 en vez de 4.” (Entrevista a titular del emprendimiento 2,
Rosario, 18/08/17).
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El emprendimiento de fratachos de esponja nos dio un relato muy interesante, no sólo
de cómo es la elaboración de sus productos, sino de su relación con los recolectores
informales. Este tercer emprendedor comienza sus actividades como acopiador en los años
90, comprándole a los recolectores informales. Luego pasó a dedicarse únicamente a
plásticos de alto impacto por la demanda de un fabricante de fratachos; en tanto le pagaban
más por ese material, es que decidió focalizarse. Le agregó valor al realizar la molienda
fabricando un molino casero chico para venderlo ya procesado. De esta manera, se dio cuenta
que pocos trabajaban con el plástico de alto impacto, por lo que avanzó en la producción de
fratachos como actividad secundaria, de horas extras a su labor oficial: “me di cuenta que el
fratacho es un producto que se vende en todos lados (…) se usa y se tira (… ) tiene como un
poliéster que una vez que se gasta, ya está, tenés que comprar otro” (Entrevista a titular
emprendimiento 3, Rosario, 28/09/17).
En este emprendimiento trabaja el titular junto a su hijo, su esposa y dos miembros más
de la familia. Ellos compran el material ya sea a recolectores informales, acopiadores, colegas
o los rezagos de fábrica. Cortan, lavan los materiales, hacen un proceso de secado, lo muelen
-o lo llevan a moler según la cantidad que posean- y lo insertan en la máquina inyectora.
Desde un principio, las condiciones de trabajo fueron muy rudimentarias: un molino casero,
un tinglado hecho de chapas y toldos, el material al aire libre. Hoy en día, la situación no ha
cambiado mucho, sus máquinas de inyección siguen bajo esa cobertura y poseen secadores
de materiales caseros, hechos con el armazón de heladeras viejas donde les entra calor por
un calefactor a vela eléctrico.
También afirma que hay una incipiente merma en la cantidad de material disponible:
“Sí, mermó el material. Los carros no andan por las calles. Pero andan chatitas, vas a ver
mucha chata de esos modelos viejos, no sé cómo andan, pero andan. Pero mermó en un 90%
(...) Porque los carritos juntaban antes, lo que no te lo traían a vos, se lo vendían a otros, se
lo vendían al acopiador y a lo mejor yo iba y se lo compraba ahí” (Entrevista a titular del
emprendimiento 3, Rosario, 28/09/17). Carlos es muy consciente de la situación que
atraviesan los recolectores informales y de cómo ello no sólo le afecta a él, respecto a las
limitaciones de depender únicamente de los trabajadores carreros para conseguir material,
sino de las posibilidades de supervivencia de los mismos cartoneros y cirujas:
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“Porque ahora la gente sale con carrito de mano, los que están cerca van con el carrito
de mano porque la gente que junta en la calle a veces no va tanto por lo que junta, por el
plástico, por el cartón, sino que va por la comida en los negocios y por la ropa que le da la
gente en el camino, la gente que los conoce les da zapatillas, ropa, hasta dinero para los
remedios...entablan una relación con un recorrido que hacen diariamente y van a la verdulería,
a la carnicería, a la panadería y de paso si encuentran algo lo van juntando, lo van acopiando
para vender. Pero a la gente esa también le cambió la vida ”
“A veces traen y revenden lo que traen. Traen, por ejemplo, facturas, ropa, carne, y
revenden a los vecinos. Porque ellos van a lugares periféricos, a lugares marginales. Porque
además tenés otra cosa, ellos nacieron con el carro y el caballo, y el carro y el caballo es
como un auto para ellos, ellos se mueven ahí arriba”. (Entrevista a titular del emprendimiento
3, Rosario, 28/09/17)
Apunta al gobierno local en tanto entidad que debe involucrarse y mediar en estas
situaciones, según él el Estado no “está viendo” las realidades que se le presentan tanto a él
como a los recolectores: “El Gobierno no se ocupa de ayudarnos a nosotros, porque a mi me
tendrían que buscar rezagos. Por ejemplo, el emprendimiento Segovia, hace fratachos, con
reciclado, toda la industria blanca que tiene rezagos de fábrica, en vez de vendérselo al otro,
tráelo acá. Entonces yo busco un molino de 30/40 caballos, busco 3 o 5 muchachos, les doy
trabajo y saco un producto terminado. Pero dónde está eso? (...) “El Gobierno me tendría que
subvencionar lo que no puedo sacar a la venta. Es un recupero de materiales que no va al
relleno.” (Entrevista a titular del emprendimiento 3, Rosario, 28/09/17). Tal como en los otros
dos casos considerados, estos trabajadores asumen cuán valioso en términos
medioambientales es lo que realizan, pero cuán laborioso se les hace cada paso de la cadena
de la producción. Al momento de preguntarles cuál es su perspectiva o pretensión a futuro
coinciden en que por un lado están deseosos de que su actividad “se acomode”, deje de estar
atada a vaivenes que les impide lograr una sostenibilidad fuerte y seguridad para pensar en
qué pasos dar para poder estabilizarse económica y productivamente. Los tres creen que, en
el caso de poder hacerse de nuevas maquinarias, estarían en condiciones de “hacer el salto
productivo” ya sea mejorando su producto final o generando nuevos elementos de venta en
el mercado.
En este sentido, lo que rescatamos de los relatos de las personas que llevan adelante
los diferentes emprendimientos son ciertas cuestiones que coinciden o se conectan con la
realidad de los cartoneros y recolectores informales. Por un lado, la volatilidad del mercado
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de este tipo de materiales resulta una preocupación que afecta de manera estructural a estas
actividades. Desde el momento en que se prohibió el uso del carro y el caballo, los cartoneros
se han visto complicados para recolectar la cantidad que antes podían cargar, pues con el
esfuerzo sólo de su propio cuerpo no tienen la misma capacidad de recolección y
disponibilidad de traslado de materiales hacia los puntos de venta. Ello no solo afecta a los
carreros sino que tiene impacto en una situación de merma de materiales disponibles para el
sector de los emprendimientos. Ante este panorama, deben redoblar su empeño ya sea en
trabajar más horas recolectando, o desde el grupo de emprendimientos, recurrir a nuevos
proveedores, como también, acondicionar ellos mismos los materiales adquiridos para
garantizar trabajar con buenos insumos y así mantener su producción.
Consideraciones finales
Con esta ponencia nos propusimos contribuir a crear información en torno a los
recuperadores urbanos (carreros, cartoneros, cirujas) y las cadenas de valor de los residuos
en Rosario. Desde un principio, planteamos la realidad de la escasa información con que se
cuenta acerca de los modos de realización de esta actividad en nuestra ciudad, por lo que
intentamos visibilizar y analizar las lógicas de trabajo de los recolectores informales, en
particular: las condiciones sociales y económicas de las familias que lo realizan, los modos
de ejercicio de la recolección, y los espacios y actores vinculados a la comercialización.
Por un lado, según pudimos registrar, es un colectivo conformado con un rango de edad
muy variado, desde niños muy pequeños que colaboran en cierta forma con la recolección y
clasificación, hasta personas de edad mayor, que creen que otro tipo de trabajo no podrían
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conseguir porque nadie los contrataría. Es un trabajo que reconoce una lógica de
organización familiar, donde distintos miembros de la familia asumen diferentes roles, pero
que de variados modos se vinculan con el recupero, clasificación y venta de los materiales.
Respecto a cómo se relacionan con las medidas tomadas por el poder local, ante la
prohibición de la tracción a sangre sin dudas la actividad de recolección de residuos y todo el
circuito de reciclaje, se han visto afectados. En nuestra muestra un tercio utilizaba carro con
caballo. Los emprendimientos entrevistados confirman el impacto que ya está teniendo esta
medida en las cantidades de materiales recuperados. En este sentido, vemos el vínculo entre
las medidas que afectaron directamente a los carreros y su impacto sobre los
emprendimientos de agregado de valor entrevistados. Esta interrelación también pudimos
notarla a partir de cómo el estancamiento en el valor de los materiales aparece señalado
como un problema que impacta tanto en los acopiadores y transformadores como en los
mismos recolectores.
Por otro lado, respecto a la intención de reconstruir la cadena de valor de los materiales
transformados podemos distinguir ciertas características. La base de organización de los
emprendimientos es, al igual que en los recuperadores, generalmente familiar. Otra cuestión
que pudimos notar de los emprendimientos es que, incluso llevando muchos años en el rubro,
siguen operando con mucha precariedad física y con dificultades económicas para sostenerse
y crecer. Esto es algo que nos lo señalaron en cada entrevista, remarcando sus
potencialidades productivas pero las serias dificultades para avanzar en “dar el salto” de
manera autónoma. El incremento de las tarifas de servicios de luz ha impactado sobre sus
costos, al igual que los problemas de rentabilidad originados en el estancamiento del valor
del material virgen (cuyo precio opera como un “techo” para los subproductos fabricados con
plástico recuperado). Bajo estas dos cuestiones dificultosas, los emprendimientos de
agregado de valor reflexionaron sobre la necesidad de ayudas y colaboración del gobierno
local a partir de subsidios o préstamos para sus microemprendimientos. En este punto,
también hay una coincidencia con el sector de los recuperadores urbanos en el sentido de
interpelar al municipio para que les brinde un sostén y apoyo al sector, para poder lograr
mejoras en las formas de desarrollar la actividad, como también, un reconocimiento sobre el
valor medioambiental que aportan en la ciudad.
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ambiental es una preocupación cada vez más incorporada por este sector, y es un argumento
a partir del cual intentan interpelar tanto a la ciudadanía como a los gobiernos locales,
valorizando su lugar en la recuperación e industrialización de materiales, y reclamando
políticas de apoyo específico al sector. Muchos de estos emprendimientos encuentran serias
dificultades para ampliar su capacidad productiva e industrializar mayor volumen de
materiales, por lo que la posibilidad de contar con políticas de promoción y apoyo podría
suponer beneficios no sólo económicos y laborales para los sectores que sostienen estos
proyectos; sino también ambientales, que impacten en la disminución de residuos enterrados
en la ciudad. Y ello requiere, claramente, de una articulación más fuerte de este sector con
los recuperadores informales de los cuales se proveen, por un lado, y con industrias de las
respectivas cadenas de valor, o que puedan apuntalar la provisión de materiales, por el otro.
Articulación que, para ser efectiva, debe ser impulsada, sostenida y enmarcada en iniciativas
de política pública local.
BIBLIOGRAFÍA
● Geary, Mirta (2014): Basura y política. Los residuos en la ciudad de Rosario (1995-
2003). Rosario: Ediciones Del Revés.
● Gorban, Débora (2014): Las tramas del cartón. Trabajo y familia en los sectores
populares del Gran Buenos Aires. Buenos Aires: Editorial Gorla.
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● Schamber, Pablo (s/f): Una aproximación histórica y estructural sobre el fenómeno
cartonero en Buenos Aires. Continuidad y nuevas oportunidades entre la gestión de los
residuos y la industria del reciclaje. Buenos Aires: Instituto Nacional de Capacitación Política,
Ministerio del Interior, Presidencia de la Nación.
Normativa consultada
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