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Historia de la Filosofía Moderna – Resumen Spinoza de Giovanni Reale

Spinoza

Solo existe una substancia que es Dios. Lo originario, lo absoluto, el fundamento primero y
supremo es aquello que no hace referencia a algo distinto de él, y que es un fundamento de si
mismo causa de si, causa sui. Tal realidad no puede ser concebida si no es como necesariamente
existente. Y si la substancia es lo que es en sí y lo que se concibe por sí mismo (lo que para
existir y para ser concebida no tiene necesidad de otra cosa) entonces la substancia coincidirá con
la causa sui (la substancia es lo que no tiene necesidad de otra cosa, precisamente porque es causa
o razón de sí misma).
Lo que para Descartes eran substancias en sentido secundario y derivado (res cogitans y res
extensa) se convierten en Spinoza en dos de los infinitos atributos de la substancia, mientras que
los pensamientos aislados y las cosas extensas individuales, al igual que todas las demás
manifestaciones empíricas, se transforman en afecciones de la substancia, en modos. Son cosas
que están en la substancia y que no pueden concebirse si no es por medio de la substancia.
“Entiendo por Dios un ser absolutamente infinito, una sustancia constituida por una infinidad de
atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita.
Esta substancia-Dios es libre, en el sentido exclusivo que existe y actúa por necesidad de su
naturaleza y es eterna porque su esencia implica necesariamente su existencia. “Dios es la única
substancia existente, todo lo que sucede, sucede únicamente por las leyes de la naturaleza infinita
de Dios y surge por la necesidad de su esencia. Las demostraciones de la existencia de Dios no
pueden ser otra cosa que variaciones sobre la prueba ontológica. No es posible pensar a Dios o a
la substancia como causa sui sin pensarlo necesariamente como existente. Desde esta perspectiva,
Dios es aquello cuya existencia estamos más seguros que de la existencia de cualquier cosa. El
Dios del que habla Spinoza es el Dios bíblico en el que había centrado su atención desde su
juventud pero emparentado con los esquemas de la metafísica racionalista y ciertos puntos de
vista cartesianos. No es un Dios dotado de personalidad con voluntad e intelecto. Concebir a Dios
como persona significaría reducirlo a esquemas antropomórficos. El Dios de Spinoza no crea por
libre elección algo distinto de su y que en cuanto tal podría no crear: no es causa transitiva sino
inmanente y por lo tanto es inseparable de las cosas que proceden de él. Dios no es providencia
en el sentido tradicional sino necesidad absoluta, totalmente impersonal.
Esa necesidad absoluta de ser, dada su naturaleza (coincidente con la libertad en el sentido antes
explicado, en el sentido de que solo depende de sí mismo), es necesidad absoluta en el sentido al
que afirmar este Dios-substancia como causa sui, de él provienen (de manera necesaria e
intemporal, eterna al igual que ocurre en la procesión neoplatónica los infinitos atributos y los
infinitos modos que constituyen el mundo. Las cosas derivan necesariamente de la esencia de
Dios al igual que los teoremas proceden necesariamente de la esencia de las figuras geométricas
reside en el hecho de que esta ultimas no son casusa sui y por lo tanto la derivación geométrico-
matemática se limita a ser una analogía que ilustra algo que de por si es más complejo.
Es esta necesidad de Dios, Spinoza ha encontrado lo que buscaba: la raíz de todas las certezas, la
razón de todo, la fuente de una tranquilidad suprema y una paz completa.

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Historia de la Filosofía Moderna – Resumen Spinoza de Giovanni Reale

La substancia Dios que es infinita, manifiesta y expresa su propia esencia en infinitas formas y
maneras. Estas constituyen los atributos. En la medida en que los atributos expresan cada uno de
ellos, la infinitud de la substancia divina, hay que concebirlos por sí mismos, cada uno por su
cuenta pero no como entidades separadas (son distintos pero no están separados) solo la
substancia es una entidad en sí misma y por si misma. Es evidente que todos y cada uno de estos
atributos son eternos e inmutables, tanto en su esencia como en su existencia, en la medida en que
son expresiones de la realidad eterna de la substancia. Los hombres solo conocemos dos de estos
infinitos atributo: el pensamiento y la extensión. Las dos sustancias creadas res cogitans y res
extensa que admitió Descartes y que por las razones indicadas Spinoza reduce a atributos.
Además proclamó que los atributos poseían una igual dignidad. Pero en la medida en que es
capaz de pensarse a sí mismo y a lo distinto de sí mismo, el atributo pensamiento debería ser
diferente a todos los demás atributos ya que este rasgo constituye un privilegio. Spinoza no se
planteo tal problema y lo habría obligado a introducir una jerarquía.
A Spinoza le preocupa no el conceder una situación privilegiada al pensamiento sino exaltar la
extensión y divinizarla. Si la extensión es atributo de Dios y expresa (como todos los demás
atributos) la naturaleza divina, Dios es una realidad extensa y se le puede llamar así: decir
extensio attributtum Dei est equivale a decir Deus est res extensa. No significa en absoluto que
Dios sea cuerpo sino únicamente que es espacialidad: el cuerpo no es un atributo sino un modo
finito del atributo de la espacialidad. Esto implica una elevación del mundo que se sitúa en una
posición teórica nueva porque en vez de ser algo contrapuesto a Dios, se combina de manera
estructural con un atributo divino.
Además de la substancia y de los atributos existen los modos. Spinoza entiende por modo: las
afecciones de la substancia, es decir, lo que es en otro, por medio de lo cual es concebido. Sin la
substancia y su atributos no existiría y no podríamos concebir el modo: este es y se conoce solo
en función de aquello de lo cual es modo. Los modos son consecuencia de los atributos y
constituyen determinaciones de estos. Spinoza no pasa directamente de los atributos infinitos a
los modos finitos sino que admite también modos que también son infinitos a medios camino
entre los atributos (infinitos por su propia naturaleza) y los modos finitos.
Modo infinito del atributo infinito del pensamiento es el intelecto infinito y la voluntad infinita;
el movimiento y el reposo son modos infinitos del atributo infinito de la extensión. Modo infinito
es también el mundo como totalidad o “la paz de todo el universo, la cual sigue siendo siempre la
misma aunque varíe en infinitos modos.
Spinoza introduce ex abrupto la serie de los finito de los modos y de las modificaciones
particulares y se limita a decir que éstos proceden unos de otros. “una cosa cualquiera, toda cosa
que sea finita y posea una existencia determinada no puede existir ni verse determinada a obrar si
no se encuentra determinada a existir y obrar por otra causa que también ella sea finirá y posea
una existencia determinada y así hasta el infinito. La respuesta de Spinoza consiste en decir
aquello que procede de la naturaleza de un atributo de Dios que es infinito solo puede ser un
modo también infinito. Lo que es finito siempre está determinado por un atributo en la medida en
que se ve modificado por una modificación que es finita y que posee una existencia determinada.

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Lo infinito solo genera lo infinito y lo finito es generado por lo finito. La substancia absoluta no
permite que en ningún momento se la determine, se la niegue.
Spinoza entiende por Dios la substancia con sus infinitos atributos; en cambio el mundo nos es
dado por los modos, por todos los modos infinitos y finitos. Estos no existen sin aquellos por lo
tanto todo esta necesariamente determinado por la naturaleza de Dios y nada existe que sea
contingente. El mundo es la necesaria consecuencia de Dios.
Spinoza llama también a Dios natura naturante, y al mundo natura naturada, el efecto de aquella
causa que no de halla fuera de la causa y que es capaz de mantener dentro de sí mismo esa causa.
Puede decirse que la causa es inmanente al objeto y que el objeto es inmanente a su causa de
acuerdo con el principio según el cual todo está en Dios.
“Naturaleza naturante es lo que es en sí y es concebido por sí mismo. Aquellos atributos de la
sustancia que expresan una especie eterna e infinita, Dios, en cuanto que es considerado como
una causa libre (determinada únicamente por su propia naturaleza). Naturaleza naturada entiendo
todo lo que proviene de la necesidad de la naturaleza de Dios o de cada uno de los atributos de
Dios, todos los modos de los atributos de Dios, en cuanto que son considerados como cosas que
están en dios y que sin Dios no pueden ser ni ser concebidas.
Spinoza no atribuye a Dios el intelecto, la voluntad y el amor. Dios es la substancia, mientras que
el intelecto, voluntad y amor son modos del pensamiento absoluto (que es un atributo); y así se
entienda como modos infinitos o como modos finitos, pertenecen a la naturaleza naturada, al
mundo. No puede afirmarse que Dios proyecte con su intelecto el mundo, que lo quiera mediante
un acto de elección libre o que lo cree por amor, ya que estas cosas son posteriores a Dios,
proceden de él: no son lo originario sino una consecuencia. Atribuir estas cosas a Dios
significaría cambiar el plano de la Naturaleza naturante por el de la naturaleza naturada.
Nosotros solo conocemos dos de los infinitos atributos de Dios: extensión y pensamiento.
Nuestro mundo está constituido por modo de estos dos atributos: por la serie de los modos
referentes a la extensión y por la serie de los modos referentes al pensamiento.
Los cuerpos son modos determinado por el atributo divino de la extensión (y por lo tanto una
determinada expresión de la esencia de Dios en cuanto realidad extensa).
Los pensamientos individuales son modos determinados por el atributo del pensamiento divino
(una determinada expresión de la esencia de Dios en cuanto realidad pensante

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