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BIBLIOGRAFÍA.
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9. J. H. Newman. Discursos sobre la fe, 2ª ed, Rialp, Madrid, 2000.
Contemporáneo, lectura de una persona que piensa y original.
10. F. Ardusso. Aprender a creer. Sal terrae, Santander, 2000. Interesante.
Trata más sobre el itinerario de la fe, que del acto de fe. Tiene equilibrio.
Otros son más discutibles.
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Si esto se entiende y acepta, estamos en el camino de evitar
todo extrinsecismo. La fe no es una imposición. No es algo
extrínseco.
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1.3. Aspecto subjetivo y objetivo de la fe.
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Ejemplo de sólo Objetivo. La apologética puso el acento en lo
Objetivo: Los Evangelios están revelados por Dios y no hay
engaño. Pone el acento en lo Objetivo. Son relatos notariales y son
históricos. Pero vino la Crítica y dicen que los Evangelios son obras
humanas. Además la apologética por estos razonamientos no ha
convertido a nadie.
Ejemplo de sólo Subjetivo. Bullman, siguiendo con lo anterior
en lo referente a la Crítica diría: que los Evangelios no dicen nada
histórico, no podemos saber nada de la vida de Jesús, sólo que
murió en una cruz. Elimina el sentido objetivo de la credibilidad y
pone el acento en lo subjetivo.
Como conclusión: hay que evitar una presentación separada
de lo Objetivo y de lo Subjetivo de la credibilidad del Acto de Fe.
Quiere decir que el Acto de Fe no es un acto en el que yo soy un
mero confesante. No basta con decir “amén”, no se llega porque
me den muchas razones. El sujeto interviene en el Acto de Fe.
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No se pretende explicar la cuestión sobre esto, ni hacer un
estudio de Sagrada Escritura, sino sólo dar algunos rasgos.
ANTIGUO TESTAMENTO.
No existe en el A.T. un único término para designar la fe, sino
más bien un campo semántico. Lo importante es: la relación
confiada del hombre con Dios.
NUEVO TESTAMENTO.
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El hecho clave del N.T., es que la comunicación de Dios ahora
es a través de la Palabra de Dios, en diferencia a los mediadores
del A.T. Es decir, la acción de Dios se concentra en un único
mediador, y es acción de Dios a través de una única persona que
es Cristo. Dios habla a los hombre y actúa entre ellos de un modo
personal. El silencio de Dios se hace palabra en la historia. Tiene
lugar una personalización de la fe.
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PATRÍSTICA.
Nos fijaremos sólo en San Agustín, que se fija en el aspecto
psicológico del hombre que se mueve o se resiste a la fe. El
aspecto psicológico (itinerario del hombre) y el aspecto
teológico de la fe (la fe como gracia) se dan íntimamente unidos.
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fragmentado en enunciables. Todas las “imágenes”, todas las
realidades creadas de que usa la fe, son en sí mismas medios de
tender al objeto único.
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En el art. 6 (como si fuera el lema para los estudiantes de
teología) dice que los hombres superiores a quienes atañe instruir a
los demás deben poseer más plena noticia de las verdades de la fe
y creerlas más explícitamente.
REFORMA PROTESTANTE.
ILUSTRACIÓN.
CONCILIO DE TRENTO.
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En el Concilio de Trento la fe forma parte de las disposiciones
para la justificación. El hombre se prepara para la justificación
cuando, impulsado y movido por la gracia divina, recibe la fe, y se
dirige hacia Dios. La fe, por tanto, es gracia, es respuesta y es
asentimiento a la verdad de la revelación salvadora.
CONCILIO VATICANO I.
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humano... D. 1785). Afirma también que la Revelación tiene
verdades que de suyo no son inaccesibles a la razón, pero que
pueden ser conocidos fácilmente por todos dada la condición del
género humano. Presenta la revelación como la verdad sobrenatural
(en relación al hombre).
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En el nº 5 del mismo capítulo hace referencia a la fe como
entrega de toda la persona. El hombre se entrega total y libremente
a Dios:
“Cuando Dios revela hay que prestarle la obediencia de la fe,
por la que el hombre se confía todo él libremente a Dios prestando
‘a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad’ y
asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por Él.”
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sigue un orden teológico y en el catecismo apreciamos un orden
catequético. Se subraya el sentido individual y eclesial de la fe. El
creyente no encuentra la revelación de Dios en una especie de
vacío, sino en la Iglesia misma.
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* En la Ilustración surge la crítica de la Revelación. Al principio
los pensadores que ponen una contraposición entre razón –
revelación, no son increyentes, sino cristianos creyentes. Se
enfrenta la fe basada en la autoridad y la autodeterminación
racional.
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Los tres coinciden en que son formas del Füh wahrhalten (que
digo yo que ya lo podía decir en cristiano). La fe es una forma del
“tener algo por verdadero”. ¿Cómo lo entiende esto Kant? Como el
juicio a su vez entendido como estado psicológico en cuanto juzga
de una cosa.
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fe en Dios, propia del científico. Éste piensa a Dios como el garante
de unidad teleológica de la naturaleza.
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Schleiermacher, es un autor que aparece en la escena del
Idealismo, aunque no propiamente. Su pensamiento responde más
a lo que suele calificarse como filosofía de la religión que a la
Teología propiamente dicha.
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El sentido de las proposiciones dogmáticas, viene medido
por la resonancia del sentimiento. La proposición dogmática es una
forma de sentir, no de saber.
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D. Juan). Lo que pone de manifiesto la vanidad de la esfera
estética es la ironía.
Estadio Ético. Es superior al anterior. Lo que importa es la
universalidad moral. El hombre ético hace todo lo que debe
hacer. Es alguien excesivamente serio. No admite la
inquietud. Todo está en orden. Lo que pone de manifiesto a
esta esfera es el humor.
Estadio Religioso. Es el de la confrontación, que conmociona
al individuo único con la persona única e incomparable de
Dios, totalmente otro. Es el caballero de la fe. Supera al
anterior porque su espíritu no reposa en la satisfacción del
deber cumplido.
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IV. LA FE COMO ACTO TEOLOGAL. Revelación y misterio
como acto de fe.
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a una realidad única y singular: la actitud con respecto a
Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre”.
La fe cristiana recoge la incondicionalidad de la fe religiosa y el
carácter interpersonal de la fe humana.
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CREDERE DEUM. (Expresa simplemente el objeto que se cree.
CREO ESTO O AQUELLO). Equivale al objeto material de la fe y es
el creer en Dios, creer que existe Dios. Con ello, tiene la función de
situar a la fe plenamente en un contexto teológico: “no se nos
propone para creer nada que no se relaciona con Dios” (S.T. II-II, q.
2, a. 2c). La fe no se puede confundir con las simples creencias ni
tampoco con realidades o dimensiones de la realidad que sean
ajenas a Dios: es siempre relación con el Dios vivo.
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incluidos en el carácter teologal de la fe, y constituyen un único y
mismo acto de fe, en el que los pasos sucesivos aparecen
formando una unidad de la que ninguno de los tres puede faltar.
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Christo, in Christum y credere Spiritum Sanctum, Spiritu Sancto, in
Spiritum Sanctum. Es suficiente, sin embargo, para articular el
carácter trinitario de la fe limitarse al credere Christum, Christo, in
Christum, ya que Cristo es el que nos da a conocer el misterio del
Padre y de su Amor. La fe teologal se dirige a Cristo. Cristo es el
enviado y el mensaje de la Revelación. Podemos afirmar con el
carácter cristocéntrico de la fe, el cómo Dios es al mismo tiempo,
objeto y fin de la fe. (Sobre la teoría de J. Trütsch ver pag. 275
manual)
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* Las relaciones entre revelación y misterio son inmediatas.
Desde un punto de vista formal son nociones correlativas, que se
exigen mutuamente. Hay revelación porque existe el misterio,
pero un misterio que no es totalmente misterio; y sabemos del
misterio porque ha sido revelado, pero esa revelación deja el
misterio intocado. Misterio y revelación son, por tanto,
correlativos, pero no se oponen. La revelación da a conocer el
misterio de Dios, y se adquiere mayor conciencia del misterio
cuanto mejor se conoce la revelación de Dios.
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los misterios sea razonable. El problema no son los misterios, sino
la noción de Dios de la que se parte.
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Algunos textos como aperitivo de Sto. Tomás:
(q. 2, a. 9)
(q. IV a. 1)
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encontramos la relación fe-unidad. Creemos porque amamos, “creo
en ti – te creo”.
LA FE EN CUANTO CONOCIMIENTO.
Este punto está muy bien desarrollado en las páginas 266-
267 del Manual de Teología Fundamental.
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explicar los secretos de Dios (DV 12); sin embargo, el conocimiento
que nosotros tenemos de ese rostro se caracteriza por el aspecto
fragmentario y por el límite de nuestro entendimiento. Sólo la fe
permite penetrar en el misterio, favoreciendo su comprensión
coherente.” (...) “La fe es la que permite a cada uno expresar mejor
la propia libertad.”
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el Dios de la historia de la salvación. El mismo e idéntico Dios, que
fundamenta y garantiza que sea inteligible y racional el orden
natural de las cosas sobre las que se apoyan los científicos
confiados, es el mismo que se revela como Padre de nuestro Señor
Jesucristo. <Galileo declaró explícitamente que las dos verdades, la
de la fe y la de la ciencia, no pueden contradecirse jamás. “La
Escritura Santa y la naturaleza, al provenir ambas del Verbo divino,
la primera en cuanto dictada por el Espíritu Santo, y la segunda en
cuanto ejecutora fidelísima de las órdenes de Dios” (Según escribió
en la carta al P. Benedetto Castelli el 21 de diciembre de 1613). El
Concilio Vaticano II no se expresa de modo diferente; incluso
emplea expresiones semejantes cuando enseña: “La investigación
metódica en todos los campos del saber, si está realizada de forma
auténticamente científica y conforme a las normas morales, nunca
será realmente contraria a la fe, porque las realidades profanas y
las de la fe tienen origen en un mismo Dios (GS 36). En su
investigación científica Galileo siente la presencia del Creador que
le estimula, prepara y ayuda a sus intuiciones, actuando en lo más
hondo de su espíritu.> Juan Pablo II. Discurso a la Pontificia
Academia de las Ciencias, 10 de noviembre de 1979.
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autonomía. A la parresía de la fe debe corresponder la audacia de
la razón.”
CREER Y SABER.
CONOCER ALGO.
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Sistemáticamente, la mayor parte de las veces usamos el
verbo conocer para indicar cierta experiencia o familiaridad del
sujeto con el objeto al que se refiere el verbo. Conocer un objeto
implica saber algo acerca de él. Conocer París es haber estado en
esa ciudad, no conocer porque nos han hablado de ella y sabemos
que es una ciudad maravillosa; conocer una carretera es haberla
transitado. Para conocer algo es preciso tener o haber tenido una
experiencia personal y directa, haber estado en contacto, estar
familiarizado con ello. El conocimiento por familiaridad es una
condición necesaria de conocer.
CONOCER A ALGUIEN.
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conocimiento no tiene por objeto algo ni a una proposición sino a
una persona. Pero además de estas características generales con el
verbo conocer, el conocimiento de la persona nunca se da sin amor;
en él la persona nunca es un mero objeto. Y este conocimiento
personal requiere confianza; es fruto de una decisión libre bipartita.
SABER.
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La cuestión es que la creencia llega a saber que. Es necesario
para que la creencia llegue a saber que, que recurra a la
experiencia. Porque conozco algo, sé algo. Pero puede darse
también que sepa algo porque otro lo conoce: “Yo no conozco
Copenhague, pero sé que existe”. Es un saber testimonial. Para
saber algo porque otro me lo dice, es necesario que sea razonable
para creer al testigo. Al mismo tiempo se necesita confianza en él.
SABER + INFINITIVO.
ATERRIZAMOS!!
Hay una relación entre conocer y creer. Esa relación se da a
través del conocimiento personal, como hemos visto. De hecho,
para conocer a alguien, es necesario creerle y creer en él. Cuando
ese conocimiento se conceptualiza y se presenta de modo
discursivo, entonces se presenta de modo proposicional.
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“Conozco a mis amigos”, mis amigos no me traicionan.
CONCLUSIÓN.
La fe tiene un alcance cognoscitivo. ¿Cuál es el fundamento?
La lógica del testimonio. Por el testimonio llego a conocer. Decir
creer en Dios es razonable, tanto creer en, como creer que, creer a.
Esto se puede apoyar en razones que se pueden mostrar (no
demostrar) y no siempre decir. Hay razones que dan lugar a una
evidencia subjetiva: ¿Por qué te has enamorado? No se puede decir.
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¿Qué dificultades encontramos? Podemos enumerar las
siguientes:
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riesgo de cisma. Surge cuando piensan que la Iglesia ha ido más
allá de lo que debiera, cortan con ella, y se origina el cisma.
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San Cipriano dijo: “No puede tener a Dios por Padre, quien no
tiene a la Iglesia por madre”. Sin la Iglesia no tenemos a Cristo.
FIDES TRADITA.
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dicen los padres”. En este caso queda aislado. Si la racionalidad se
afirma de un modo absoluto entonces se da el rechazo de la
tradición. Pero, esta tensión no tiene que acabar negativamente
en uno u otro lado. La actitud tradicionalista es menor porque
anula las preguntas. No pregunta el porqué y el para qué.
Deshistoriza la tradición y ésta se convierte en algo inerte. “Si el
hombre no se hubiera rebelado en la tradición seguiría viviendo en
las cavernas. Pero si la rebelión en la tradición se hiciera general,
volveríamos a las cavernas”.
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Si el sujeto de toda tradición es siempre un “nosotros”, un
sujeto histórico y lingüístico, en definitiva una comunidad, el
sujeto de la Traditio Christi es la Iglesia. Pero no tiene sentido la
identificación entre Tradición y Magisterio Eclesial. El Magisterio es
un elemento de la Tradición y tiene como finalidad la “enseñanza
autorizada” con la autoridad de Cristo.
COMMUNIO FIDEI.
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soy otro). Aquí la identidad es algo a lo que se llega, hacia lo que
se tiende.
LOS DOGMAS.
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1. Naturaleza.- Qué es un dogma y cómo puede ser acogido
por el hombre de forma que encuentre un lugar, en cuanto
realidad de fe, en el conjunto del conocer y del actuar
humanos.
2. Fundamentación.- Es necesario mostrar a continuación la
fundamentación de la realidad del dogma desde un punto
de vista teológico y también antropológico.
3. Interpretación.- A quién compete esa interpretación, y
cuáles son los criterios que la presiden.
4. Desarrollo.- El último punto es el desarrollo del dogma en su
doble sentido: Por un lado el dogma es siempre resultado de
un desarrollo, de un progreso en la comprensión de la
revelación; al mismo tiempo, el dogma no es un punto
último de llegada, sino que a partir de su formulación se
abren campos para un progreso ulterior.
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VII. LA FE COMO GRACIA. La fe, don de Dios y compromiso
del hombre.
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Agustín defiende, en cambio, que, en lo tocante a la fe, todo
proviene de la gracia de Dios, tanto el initium fidei como la misma
fe en cuanto conocimiento. Agustín destaca la interioridad de la
gracia y la necesidad para todas y cada una de las obras santas
(saludables, que van dirigidas y colaboran a la salvación) del
hombre.
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el hombre es un ser para la fe. La fe que es el encuentro con Dios
en Cristo.
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Por eso la gratuidad del acto de fe, no se debe buscar
solamente en el acto explícito de fe, porque este acto forma parte
de un conjunto más amplio. El ejercicio personal de la fe, (cuando
ejercitamos la fe), que es sostenido por la gracia –sin la cual sería
imposible– es la culminación de un proceso en el que la gracia ya
está presente.
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VIII. ITINERARIO HACIA LA FE. Los signos.
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A la propiedad de la revelación por la que es digna de ser
creída la llamamos credibilidad. A su vez, lo que constituye a la
fe en un acto coherente con el ser racional del hombre es la
racionabilidad. Credibilidad de la revelación y racionabilidad de
la fe son dos aspectos inseparables de una misma realidad: el
primero apunta, principalmente, al carácter objetivo (revelación),
y el segundo al subjetivo (fe), que hacen al acto de fe coherente
con el modo humano de conocer y, por tanto, éticamente perfecto.
Pero los signos a los que nos referimos en clase, (por falta de
tiempo), y en definitiva, los que más importan, son los
personales. La credibilidad no se dirige a un objeto (documento,
tradición, etc.) sino a la persona que se ha expresado a través de
esos medios. De hecho no hay verdadero acceso a la intimidad de
las personas si no es a través de los signos: mediante ellos se
alcanza un verdadero conocimiento que da lugar a una auténtica
certeza. En este caso, el conocimiento por signos es un proceso
inductivo que, a través de muchos factores convergentes, nos
conduce a la realidad interior de la persona. Tomados de forma
aislada, los signos corporales (palabras, experiencias, gestos, etc.)
no son suficientes para determinar a la voluntad a aceptar lo que
significan (amistad, confianza u otras disposiciones). A lo oculto de
la persona, a su interioridad, se accede por un conjunto de signos
que son percibidos juntos, en una armonía de significado. Para
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captarlos globalmente es necesaria cierta sensibilidad y capacidad
intuitiva.
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