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Las diferencias que hoy te enseño en el blog, fueron las que a mí me hicieron
replantearme el tipo de educación que quería para mi niño
Lo que me enamoró del Método Montessori es que se confía en el niño, tanto, como
yo quería confiar en mi hijo. Se le respeta, y hay una preocupación porque sea feliz,
autónomo, y aprenda bonito.
MONTESSORI: El aprendizaje está dirigido por el niño, según sus intereses y evolución.
2. TRADICIONAL: El niño forma parte pasiva del aprendizaje, siendo el profesor el que
toma el protagonismo, y la parte activa en el aula. El niño permanece sentado.
MONTESSORI: Se estimulan los cinco sentidos del niño, con materiales, y estímulos
sensoriales concretos, que el niño puede tocar, ver, oler, oir, y gustar.
MONTESSORI: Los niños no son comparados con notas. Se fomenta que unos
aprendan de otros, y la colaboración, y gestión de trabajo en equipo.
MONTESSORI: El niño decide el tiempo que quiere trabajar en los materiales y tareas
escogidas por él mismo.
9. TRADICIONAL: Los errores del niño vienen marcados por el profesor, que a menudo,
los penaliza en los cuadernillos con un "MAL" o "NECESITAS MEJORAR", o bien en las
notas de evaluación.
MONTESSORI :El niño aprende de sus propios errores, que vienen marcados por el
propio material. El niño se da cuenta de que algo no marcha, porque los materiales
llevan su control de error, para que pueda trabajar de forma autónoma, sin necesidad
de ayuda.
10. TRADICIONAL: El niño es guiado en todo momento sobre qué tiene que hacer,
cómo tiene que hacerlo, y durante cuánto tiempo. Cuando se sale de esta pauta es
corregido por el profesor y/o tutor.
MONTESSORI: El niño toma sus decisiónes sobre qué hacer, cómo hacerlo y durante
cuánto tiempo. No es interrumpido en ningún momento para no entorpecer su
desarrollo.
MONTESSORI: Se persigue el desarrollo del niño en todas las áreas, incluídas areás de
vida práctica o cotidiana, en su propio cuidado, y el cuidado de su entorno. Es algo
fundamental.
13.TRADICIONAL:El aula suele estar distribuida con pupitres alineados, o en grupo, con
una pizarra de fondo, y algunos murales o/dibujos colgados en la pared. El aula no es
el principal estímulo del niño.
MONTESSORI: El niño tiene libertad de decisión para interactuar con sus compañeros y
moverse libremente por el aula, que está preparada para trabajar de forma individual, y
por equipos, y también en el suelo.
15.TRADICIONAL: En el aula los niños están agrupados por edades, para seguir un
curriculum marcado acorde a las mismas.
MONTESSORI: En el aula hay mezcla de edades, de tal forma que los pequeños pueden
observar a los mayores, esto fomenta la curiosidad del niño. Se reproduce un mini
sociedad, en la que hay un gran trasiego de actividades y materiales, que estimulan de
forma constante al niño.
18. TRADICIONAL: Se impone una disciplina externa, que viene marcada por el papel
dominante del adulto
Hoy voy a darte las 6 razones estrella por las que los límites pueden NO estar
funcionando con tu hijo:
Vamos con un ejemplo práctico: "¡Recoge este juguete!". Puede que en ocasiones sí lo
haga, pero es muy probable que su instinto pueda más que su capacidad de obediencia.
¿Cómo limitar en ese caso? Debemos integrar al niño en la acción y en ocasiones
tendremos marcar el límite físicamente además de verbalizarlo.
En el caso práctico seguro que lo vas a entender mucho mejor pues dicho así puede
parecer complejo, pero no lo es.
En lugar de decir "¡Recoge ese juguete!" y negar lo que el niño está buscando (por
ejemplo: sacar otro), vamos a darle la mano, (podemos apoyar, incluso, nuestra mano
en su hombro para que se gire hacia el juguete que quedó abandonado) y enfocarle así
en la tarea de recoger. Aprobamos lo que vendrá después y marcamos el límite
diciendo:
"Ahora podremos jugar con ese juguete pero antes recogemos el que no usamos para
encontrarlo en su lugar la próxima vez". Le acompañamos y redirigimos. Hay veces que
bastará con señalar el juguete y su estantería. Otras veces puede que tengamos que
empezar incluso a recoger nosotros y plantearle opciones para transportar u ordenar
que le motiven. "¡Voy a ayudarte! ¿Qué te parece si llevo yo esta pieza y tu llevas
aquella?" Se trata de integrarle en la acción.
Voy con otro ejemplo para que tengas más casos: imagina que el niño está haciendo
trasvases con agua y se le ocurre tirar una jarra de agua al suelo ¿Cómo le hago
entender los límites? En este caso vamos a aplicar las consecuencias lógicas de sus
actos."Vamos a recoger el agua para evitar que nos resbalemos o que se estropee el
piso"Y le dirigimos hacia el lugar en el que se encuentre la fregona.
Los niños van a tirar agua para experimentar, van a manchar todo con la harina para ver
el efecto, van a querer levantarse de la mesa, van a empujar a otros niños, van a
soltarse de la mano para salir corriendo. Sus impulsos pueden más que su capacidad de
obedecer. Se están conociendo y están conociendo. Seamos pacientes y comprensivos.
La constancia es la mejor semilla para educar niños capaces de razonar y de distinguir
por sí mismos el bien del mal. Merecerá la pena regar un poquito la planta cada día, ser
constantes y cuidarla a diario. El fruto se recogerá mañana cuando esa pequeña
personita se haya convertido en una buena persona. Un adulto sano a nivel emocional
con criterio, con capacidad de razonar.
Respira, cuenta hasta tres. Aprende a ver el alma pura del niño y trata de trabajar en el
control de tus propias emociones. ¡La educación respetuosa y consciente es un camino
hacia el crecimiento personal! ¡No sólo educarás una buena persona! También crecerás
como ser humano. ¡Bienvenido al camino más apasionante de tu vida!
¿Y nosotros?
Cuando tienes un niño de alta demanda, que es la intensidad hecha niño, tener
atención consciente de continuo ¡es tan imposible difícil!
Confieso que muchas veces me he desesperado, he llorado, me he autoflagelado
porque veo que él va más rápido de lo que yo puedo dar.
Las noches sin dormir, la actividad incesante... Hoy he escrito este post, precisamente,
como auto-respuesta a lo que ha pasado en casa ayer. Estaba sola con él y tenía que
hacer una llamada de trabajo. El peque se disponía a "lavarse los dientes". Al cabo de un
rato de no oír nada se me encendió la luz roja (lavarse los dientes, agua, silencio...).
Pues sí, había dado el agua del bidé a toda presión apuntando hacia afuera. Cuando
llegué al baño hubiese necesitado una góndola para entrar a remo. Sabes que algo raro
pasa cuando empiezas a ver agua en el salón por debajo de la puerta. No fueron ni
cinco minutos de llamada, pero fueron suficientes para encontrármelo casi desnudo
saltando en la piscina improvisada que se había montado. Esa estampa unida a varias
noches sin descansar bien, actividad imparable y algo de agotamiento pueden quemar a
cualquiera. Sin decir nada me fui a la habitación.
Él se quedó allí inmóvil. Lloré unos minutos, respiré y volví. Recogimos juntos durante
un montón de rato en silencio.(Había tanta agua que casi ni hacíamos pie ;)). Él sabía
cómo me sentía, yo sabía cómo se sentía él, pero yo no tenía fuerza para decir nada.
Finalmente él rompió el silencio.
-Mamá, perdona
-¿Sabes que con tanta agua se puede estropear el piso?
-Lo olvidé, lo siento
Sin más. Sé que fue lo que le pasó. Simplemente lo olvidó. Se dejó llevar por el juego.
Estaba tan inmóvil y su voz tan encogida que no nos dijimos más, pero sé que aprendió
de todo ello. No siempre puedo estar ahí, pero intento estarlo siempre que puedo, y
encontrar el equilibrio entre lo que puedo dar y lo que él necesita. Un equilibrio sano
entre mis necesidades y las suyas.
Berrinches
El peor enemigo de la crianza son las prisas. Siempre lo digo. Y en cuanto al control de
esfínteres las prisas de los padres hacen mucho daño.El pañal no se quita, el pañal se
deja. El niño debe ser el protagonista de este proceso.SU PROCESO. Es un proceso
natural, que depende del estado madurativo del niño. Una madurez neurológica y
afectiva.
Nuestra misión como padres es estar atentos a la señales del niño para facilitarle en lo
posible el proceso una vez se haya iniciado.
Es el niño el que debe ir dejando el pañal poco a poco, con nuestro aliento y
acompañamiento, en un buen ambiente preparado que le haga sentir capaz, útil y
seguro de sí mismo.
1- Empezar con los cambios de pañal en vertical a partir de que el niño camina.
2-Establecer los cambios de pañal en el baño. Un lugar apropiado que le permite
intimidad y que irá relacionando con el pipí y la caca.
3- Esperar con paciencia a que el niño se suba y baje el pantalón. Facilitarle una toallita
húmeda para que pueda empezar a limpiarse en la medida de sus posibilidades.
4-Seguir esperando. Los cambios van a ser mucho más largos en tiempo. Puedes poner
una pequeña banqueta en el baño que te permita esperar mientras estás a su altura.
5- A los primeros signos de madurez del niño: Invitarle en los cambios de pañal a
sentarse en el orinal para ver si sale pipí o caca.
6- Establecer rutinas en casa. Cuando el niño comienza a hacer pipí o caca en alguna
ocasión en el orinal podemos establecer una rutina diaria donde invitemos y
recordemos al niño ir al baño en algunos momentos del día (si somos conscientes de
los mejores momentos para él mejor que mejor).
7-Preparar un ambiente tranquilo y adaptado a él en el baño que le permita hacer las
cosas por sí mismo. Una cestita con sus pañales, orinal o wc adaptado, toallitas a su
alcance, cuentos sobre control de esfínteres visibles, ropa de cambio, una banqueta
para nosotros.
8- La ropa deberá permitirle autonomía, él mismo debe poder quitársela o ponérsela.
Lo mismo con el pañal: Si es tipo braguita mejor que mejor para que sea más sencillo.
¿Y NUESTRA ACTITUD?
Estamos acostumbrados a ver cómo los niños son cambiados en horizontal. Sobre una
cama, cambiador o toalla. Lo hacemos así porque es lo más rápido y fácil para nosotros
como adultos. Pero esta NO es la fórmula óptima para el niño.
Quiero que veas los inconvenientes del cambio de pañal en posición horizontal y
las ventajas del cambio de pañal en posición vertical. (De pie).
-Porque vuestros ojos estarán en el mismo ángulo y podéis aprovechar para conectar y
hablar. (Sobre el cambio o sobre otras cosas)
-Porque puede empezar a ver cómo bajar o subir el pantalón/braguita/calzoncillo e
incluso puede empezar a participar.
-Porque podrá colaborar incluso cogiendo el pañal doblado y tirándolo él mismo a la
basura (que tendremos en la zona de cambio).
-Porque estando de pie será más consciente de porqué necesita ser cambiado.
-Porque puede empezar a limpiarse con una toallita por sí mismo (con nuestra guía)
-Se resistirá menos pues él mismo participará del proceso y eso le hará sentirse
motivado.
En definitiva, estar en posición vertical le permitirá participar activamente del cambio
y facilitará progresivamente su autonomía y su proceso progresivo hacia la
despañalización. Irá aprendiendo poco a poco y a su ritmo a vestirse y desvestirse, a
limpiarse y a tirar su pañal o ropa sucia en el lugar apropiado. Facilitamos un proceso
más natural y progresivo hacia el control de esfínteres y la conquista de la autonomía.
-Debes tener mucha paciencia, pues los cambios serán más lentos. Irán al tiempo del
niño. Él irá participando en el proceso de vestirse y desvestirse cada vez con más
protagonismo, pero debes pensar que lo hará de una forma muy lenta. Guía su camino
y confía en él. No le grites o le riñas.
-No debes hacer comentarios irrespetuosos o jocosos cuando se haga pipí o caca y
haya que cambiarle.
-Debes guiar al niño siempre que te lo pida y ayudarle desde el amor y la empatía
dándole dosis progresivas de autonomía.
-La zona de cambio debe ser un lugar tranquilo libre de distracciones (por ejemplo:
televisión o zonas de paso)
-Desde el momento en que empieces a hacer los cambios de pie los pañales tipo
braguita son idóneos para facilitar al niño la posibilidad de subirlos y bajarlos por sí
mismo.
Voy a enumerarte los imprescindibles que para mí debería haber siempre en la zona de
cambio de pañal del peque para facilitarle un buen ambiente preparado.
-Una cestita con ropa de repuesto completa para cambiarse
-Un orinal o un WC adaptado para que pueda empezar a sentarse si le apetece, al ver
su pañal sucio
-Toallitas accesibles al niño
-Una toalla de pequeño tamaño
-Algún adorno sencillo y natural que de calidez a la zona del cambio. Unas conchas o
alguna planta natural.
-Una papelera para tirar el pañal sucio
-Un cesto para tirar la ropa sucia
-Algún cuento sobre control de esfínteres
Aunque yo he puesto en el título un año es una edad orientativa. Cada niño sigue un
ritmo individual. El momento más apropiado es a partir de que el niño ya sea capaz de
mantenerse de pie y tenga buen equilibrio en posición vertical. (Puede que haya niños
que lo tengan con 10 meses y otros con 14).
NO vivas este proceso como una operación. Vívelo con cariño y alegría. Es un salto más
en la evolución del niño, es un peldaño más en la conquista de su independencia.
Muéstrale todo tu amor acompañándole en el camino y alentándole para recorrerlo.
CONVIVENCIA SOCIAL
Estoy hablando de cosas habituales que a veces pasamos por alto. Por despiste, por la
vorágine de la sociedad adulta o simplemente por una falta de consciencia de las
consecuencias en los niños.
1-Llevarnos la contraria
2-Abusar del teléfono móvil
3-Gritar o hablar brusco
4-Hábitos poco saludables
5-Saltarnos los límites que hemos marcado a los niños
1- LLevarnos la contraria
-Hablar en pareja sobre los puntos más conflictivos en casa y cómo solucionarnos.
Puede ayudar apuntar problema y posibles soluciones.
-Cuando se produzca alguna situación que queramos comentar llamarnos cuando todo
pase para hablar en otro lugar en privado: ".........., puedes venir un momento?"
-Comentar al final un poco del día los puntos que se quieran hablar en pareja.
Este es uno de los males que acusa a las familias del siglo XXI. Los niños están
creciendo con padres tecnológicamente distraídos. Ya no tienen que competir por la
atención de los padres con un hermanito, sino también con una pantalla.
¿Qué podríamos provocar en el niño?
-sentimiento de soledad
-Niños que no tienen cubierta su necesidad de pertenencia.
-Niños que desarrollan malos comportamientos para llamar la atención
-Límites que se traspasan como consecuencia de una falta de la figura de apego cuando
es necesaria.
-Niños adictos a las pantallas.
-Niños sedentarios.
Sé que esto puede ser cuestionado. A ver si me explico; Es complicado que un niño
coma de todo cuando en casa nos alimentamos semanalmente con fritos y en nuestra
dieta casi no hay fruta. Si nosotros no comemos sano y variado no podemos exigírselo
al niño.
Por otro lado: alcohol y tabaco. Creo que no pasa nada por tomarse una cerveza
delante de un niño, siempre que se haga con moderación. Lo que sí que creo que fumar
delante de un niño o beber en casa a diario es algo que un niño no debería tomar como
normal. Además de lo tremendamente perjudicial que puede resultar el humo del
tabaco respirado por el niño. Una imagen afortunadamente cada vez menos habitual
hoy día. Si tenemos un estilo de vida saludable es muy probable que el niño lo
interiorice y este estilo de vida se encarne en él.
Consejos vendo que para mí no tengo. Yo puedo decir al niño que por casa no se corre
e ir a toda velocidad buscando las llaves para salir cuanto antes de casa. Los límites
que se le pongan al niño deberían estar basados en normas de convivencia y respeto
que todos tendríamos que cumplir. Piensa bien los límites antes de ponerlos. Si tu
mismo no estás dispuesto a cumplirlos no puedes sorprenderte de que el niño tampoco
lo haga.
-Inseguridad.
-Niños que no hacen caso.
-Niños que no cumplen los límites
-Falta de confianza en el adulto.
-Acordar los límites en familia cuando los niños tienen más de 3 años.
-Se pueden apuntar en un folio o pizarra.
-Se pueden ir variando en función de lo que funciona, lo que no funciona, de nuevas
situaciones.
-Hacer reuniones semanales familiares.
-Enfocarnos en lo positivo siempre.
-Inseguridad
-Sentimiento de inferioridad
-Rebelión
-Ansiedad
-Conductas autoritarias y poco empáticas
-Extrema auto-exigencia
-Miedos
-Complejos
-Apatía
1-Habla con tu pareja y si tenéis estilos diferentes de crianza anotad los puntos
más problemáticos para intentar buscar una solución común.
2-Dedica varios ratos cortos al día a respirar con los ojos cerrados y centrar tu
atención. Puede bastar con tres veces al día, de uno o dos minutos cada vez. Te
ayudará hacerlo, por ejemplo, antes de entrar en casa.
3-Repitete todas las mañanas en voz alta a ti mismo: "Soy una persona serena y
consciente." No hay personas poco pacientes, hay creencias. Tenemos que trabajar en
deshacer esas creencias y una buena forma de hacerlo es darnos el mensaje contrario
cada día. Al final lo acabaremos procesando.
4-Intenta sacar algo de tiempo semanal para hacer algo que realmente te guste sin
interrupciones: hacer deporte, leer, salir a caminar...
5-Intenta llevar una dieta sana: Quizá esto te parezca algo sin importancia pero las
grasas saturadas y el exceso de azúcar altera el funcionamiento de nuestro sistema
nervioso. Tanto para los niños como para los adultos llevar una alimentación sana
adecuada se nota por dentro y por fuera.
6-Si crees que lo que vas a decir va a ir cargado de resentimiento es preferible que
permanezcas en silencio.
8-No niegues tus emociones. Aceptalas y cuando creas que no estás preparado/a para
responder de forma firme y amable; delega. Puedes sincerarte y decir "Necesito respirar
y relajarme a solas unos segundos, ahora vuelvo".
10+1- Y aunque eran 10 ideas voy a añadir otra: perdónate. A nosotros en casa no
siempre nos resulta sencillo mantener la paciencia y serenidad en las ocasiones límite.
Mi marido a veces dice que yo lo tengo más fácil porque él tiene poca paciencia. Para
nada. NO hay personas poco pacientes. Hay personas que creen que son poco
pacientes. No se nace con paciencia, la paciencia es algo que se desarrolla.
Yo, personalmente, noto que los días que más me cuesta mantener la serenidad son los
días en que tengo demasiado trabajo. El anterior trimestre, durante un tiempo, salía de
casa a las 7.30 de la mañana y llegaba casi a las 4 de la tarde a casa. Los fines de
semana viajábamos y por la noche trataba de escribir en el blog y contestar correos.
Recuerdo un día en que estaba haciendo unos dibujos para una formación a
contrarreloj. Había dormido poco, hacía bastante que no descansaba en condiciones y
el peque revoloteaba alrededor mío cada vez más nervioso. En una de esas me empujó
y movió mi rotulador. El dibujo se estropeó. Recuerdo dar un grito inmenso "¡Vale ya!" Y
de inmediato tirar el rotulador al suelo. El peque me miró y se echó a llorar. En ese
mismo instante fui consciente de todo lo que arrastraba: de mi agotamiento, de mi
error, de que sólo reclamaba mi atención, de que mi cuerpo me decía ¡Basta!, de que mi
energía se había quedado a 0.
En esta casa, como en todas, no somos perfectos. A veces nos equivocamos, somos
humanos.
¿Cómo fomentar la paciencia desde la posición del adulto?
Cuando hablamos de niños muy pequeñitos que todavía no gestionan bien sus
emociones y no son dueños de su voluntad (antes de los tres añitos) podemos ver
impulsos que nos hagan pensar que no tienen nada de paciencia. Es un proceso
madurativo que tienen que pasar. Nuestra misión como adultos es enseñarles cómo
tocar a los niños (de forma suave), cómo pedir las cosas, o cómo pasar cuando alguien
nos estorba en el camino.
1-Poner una silla de espera en la cocina: La cocina es un lugar en el que los niños
deberían poder entrar libremente y participar ayudando en la medida de sus
posibilidades. A veces estamos haciendo cosas peligrosas no apropiadas para su edad.
Para niños que ya controlan su voluntad podríamos tener una sillita de espera para que
la utilicen mientras acabamos.
2-Trabajar la paciencia a la hora de la comida: Poniendo los recipientes con la comida
en el centro y debiendo servirse cuando corresponda el turno, con los modales
apropiados. Todos damos ejemplo.
3-Respetar siempre los turnos entre hermanos e incluso entre niño y adulto.
4-No tener cosas repetidas en las casas en las que hay varios niños.
5-Cultivar nuestra propia paciencia.
6-Trabajamos la paciencia a la hora de ir al parque en convivencia con otros
peques. (Les tratamos suave y respetamos nuestro turno).
Para terminar el post quiero dejarte un par citas sobre la paciencia que a mí
personalmente me hicieron reflexionar sobre el valor de la paciencia aplicado a mi
relación con ellos:
"La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda
apariencia de heroísmo."
Giocomo Leopardi
Jean de la Fontaine
Los padres y las madres perfectas NO existen y no debemos aspirar a ser perfectos.
Eso sería una gran presión para los niños. El error es una herramienta de
aprendizaje. Gracias a ese día supe que la autoexigencia me estaba lastrando y busqué
una solución.
En estos tiempos que vivimos de tecnologías por todos lados; smartphones, tablets,
videojuegos, televisión... resulta bastante utópico mantener a los niños alejados de
las pantallas.
Sí, lo sé. La televisión, a veces, puede resultar cómoda para los padres. Sientas al
niño delante, le pones unos dibus de su agrado... Y de repente ¡Magia! No hay niño.
Como vamos tan pillados de tiempo, "usamos" la tele, para que el niño no de guerra.
Se la empezamos poniendo un día que andamos taaan pillados de tiempo que parece
que va a haber un cataclismo sobre la tierra como no planchemos, y acabamos
poniéndosela a diario, mientras hacemos la cena, planchamos, limpiamos, comemos...
Y lo que es peor; vemos la tele CON ellos, y los dibujos monopolizan nuestra vida;
tanto que acabamos sabiendo de memoria capítulos enteros de Peppa Pig, Caillou o la
Patrulla Canina... Es más, por alguna extraña razón, hay una fuerza oculta que te
anima a ver dibujos, incluso, cuando no hay niño en casa. Y ahí estás tu, con 30 años,
viendo la patrulla canina. Te sabes la sintonía, y la tarareas cuando vas en el coche...
Pues sí, ese es un claro síntoma de que tu hij@ ve demasiada televisión.
¡¡Ojo!! Que yo no soy una madre fuera de lo común. Soy de las madres, como tu, que
tratan de sacar dos minutos para hacer una cena, o para hacer pis..., y pone la tele para
que el niño no de "guerra", y claro, luego, te sientes mal. No somos perfectas y
nuestras circunstancias tampoco lo son.
A pesar de todo, hay otras distracciones, que pueden ser mucho más beneficiosas
para un niño y cumplir la misión de entretener. Los niños están creciendo,
descubriendo el mundo, descubriéndose a sí mismos, y desarrollándose como personas.
La tele es perjudicial, eso es así.
Y me da igual que estemos hablando de dibujos en inglés, de "Baby Einstein", o de lo
que sea. Hay cosas menos malas que se pueden ver, pero entre la opción de ver o no
ver la tele. La cosa está clara. NO a la tele.
Lo ideal sería que los niños no tuviesen exposición a la TV, NADA. Ya imagino a
alguna mamá diciendo... pero es que a mi niña le encanta Peppa Pig y ha aprendido los
colores viendo la tele...¿Y si en vez de eso hubiese tenido experiencias? Quizá sabría
más colores, o quizá no, pero con toda seguridad hubiese sido más feliz.
Eso sería lo ideal, al menos en la etapa de 0 a 3. Para que los niños no tengan NADA
de contacto con las pantallas en esta etapa, nosotros mismos tendríamos que
eliminar la TV de nuestras vidas. Se que suena muy radical, pero es así. No podemos
decir a un niño: NO puedes ver la tele, y pasarnos nosotros toda la tarde viéndola.
Si exponemos al niño a la tele, procura que sea muy poquito rato, cuanto menos mejor.
Ratos que tu necesites para hacer otras cosas. No dediques vuestro ocio a estar frente
a una pantalla, es una pena... Y que los contenidos sean, a ser posible sencillos y
educativos, musicales...
Si tienes la posibilidad de evitarla; EVÍTALA.
¿Qué puedo ofrecerle a mi hijo para sustituir los ratos que pasa frente al televisor?
DENTRO DE CASA
El día es muuuy largo, aunque el tiempo pasa muy rápido. Hay veces que nos
bloqueamos y la tele es la solución más sencillas para entretener al niño. Pero hay
recursos igual de sencillos y entretenidos mucho más enriquecedores donde el niño no
es un espectador, si no que es protagonista. Ahí van unas cuantas ideas caseras.
CUENTOS: Tener una amplia biblioteca de cuentos al alcance del niño, es un recurso
genial para que se entretenga muchos ratitos. Hay que empezar por leer con el peque,
cuando el niño vaya cogiendo el gusanillo por la lectura, pasará algunos ratitos a solas
leyendo y ojeando cuentos. Te dejo este artículo donde encontrarás algunos tips para
que tu bebé ame la lectura.
JUEGOS DIY CASEROS: A veces los niños tienen sus juguetes taaan vistos que ya no
les entretienen, ahí es cuando hace falta improvisar y sacar la imaginación a pasear.
Hay muchos juegos que puedes improvisar... Por ejemplo; hacer un circuito de coches
con cinta de carrocero, un circuito de canicas en la pared con rollos de papel vacíos, un
laberinto con cinta aislante por el pasillo, una montaña de almohadas para escalar…
PINTAR: En casa siempre tenemos un gran álbum con láminas enormes que colocamos
en el suelo para que el niño pinte y de rienda suelta a su creatividad. Unas pinturas,
unos gomets, algunos wasi tapes... Todo lo que se te ocurra para crear una obra de
arte. Es sencillo y eficaz.
MODELAR: Esto nunca falla, cuando el niño está aburrido. Sacamos nuestro set
de "play doh" y sus herramientas y es algo mágico. Luego la plastilina acaba por los
sitios más insospechados. Pero oye, entretener entretiene, relaja y además el modelaje
tiene muchos beneficios para los peques. Si quieres ir más allá de la plastilina aquí te
dejo un montón de materiales creativos para modelar.
INTEGRAR A LOS PEQUES EN LAS TAREAS DOMÉSTICAS: Parece que puede ser un
trabajo inapropiado para su edad, pero en serio. Limpiar cristales puede ser taaaan
divertido, barrer, fregar... Les encanta, les motiva, fomenta su autoestima; confía en el
niño.
Los niños son eso, niños... Sus conductas, muchas veces, aunque no lo creamos, son un
proceso natural de desarrrollo, pero nosotros nos empeñamos en verlas como algo
negativo. Eso es lo primero que tendríamos que evaluar ¿Realmente el niño se está
portando mal? ¿O está haciendo lo normal que haría cualquier niño?
Queremos que se comporten como adultos, y no lo son. Son niños.
Te pongo un ejemplo: Un bebé de 9 meses recorre toda la casa gateando; abre y cierra
cajones, saca, mete, tira, desordena... Para los padres, ese niño se "está portando mal",
pero simplemente está descubriendo, está aprendiendo como se abre un cajón, está
descubriendo lo que pasa si saca todos los objetos del mismo... Para el niño es un
auténtico aprendizaje, un descubrimiento.
La solución no es regañarle, primero, porque no es capaz de distinguir el bien del mal.
La solución sería adaptar la casa, y que el niño pueda moverse en un ambiente seguro
en el que explorar, y aprender en la medida de lo posible, y en todo caso, darle las
herramientas que le permitan explorar y desarrollar ese interés de sacar cosas.
Esto es sólo un ejemplo aplicado a un bebé, pero si hablamos de niños más mayores
nos deberíamos plantear el origen de sus "malas conductas", antes de actuar.
Deberíamos hacer un examen interno y buscar primero nuestro equilibrio interior,
tratar de transmitir lo mejor de nosotros en las relaciones que el niño observa, y
nuestra relación padre-madre-hijo.
Una casa en la que, desde que suenan los despertadores, hay gritos, riñas, amenazas,
castigos, y algún azote que otro, al final entra en una espiral de desasosiego, de
estres, nerviosismo, malestar interior, no sólo en los hijos, si no, también en los
padres, e incluso, en su propia relación de pareja.
Los castigos, gritos, riñas y amenazas a menudo son usadas como un instinto primario,
algo que nos sale de dentro, nosotros mismos no nos podemos controlar y acabamos
gritando, riñendo...
Puede que, en ese momento, corrija la conducta del niño. Tiene un efecto a corto
plazo, por eso pensamos, a veces, que es la mejor herramienta, para que el niño
adquiera disciplina. Pero a largo plazo, el castigo, los gritos, y amenazas generan una
actitud de cierto rechazo, miedo, y adversión hacia quien lo impone, además, el niño
actúa bajo el temor, pero no se le hace entender por qué está mal su
comportamiento, con lo cuál probablemente lo volverá a repetir cuando la persona que
castiga o grita no está delante. Los castigos, los gritos... nos alejan de los
niños, debilitan nuestro vínculo de unión, empeoran la comunicación, y pueden,
incluso, producir un efecto rebote. Algo que te prohiben sin una consecuencia lógica,
puede parecer incluso más apetecible a la larga. Lo prohibido siempre llama la atención,
sobre todo si no entiendes por qué está prohibido.
Te dejo algunas claves que nos pueden ayudar a evitar los castigos, riñas, gritos y
amenazas.
1- Hay tres preguntas claves que creo que te pueden ayudar mucho cuando un niño
se está portando mal.
Seguramente encuentres la clave en una de estas preguntas. Muchas veces el origen
del "mal comportamiento" del niño, está en nosotros, que llevamos una hora con el
móvil y no nos hemos parado a pensar que el niño quiere leer un cuento con mamá, o
que puede tener sed, o ganas de correr y canalizar su energía. Observar y tener
conexión con el niño es clave.
3-Aprende a relativizar.
Todo no es motivo de riña, de gritos, o de amenazas.
Ponte en situación; un niño que esta arrastrando una silla... "Como no dejes de mover
la silla no vamos al parque".
1º no se va a acabar el mundo por mover una silla.
2º a lo mejor el niño sólo quiere captar tu atención y que le hagas caso, tal vez tenga
sueño, o necesite un abrazo...
3º ¿qué tiene que ver mover una silla con ir al parque? Es algo totalmente
desproporcionado, que seguramente no se va a cumplir, y que no representa ningún
aprendizaje lógico de su acción.... Conclusión; quizá deje de mover la silla en ese
momento, pero no habrá aprendido nada.
Y qué tal si eso lo sustituimos por "¿Has pensado que quizá estés molestando con ese
ruido a otras personas? Seguramente te lo agradecerán si dejas de mover esa silla que
hace un ruido muy molesto".
11- Valida sus sentimientos y empatiza con el niño. Valida sus sentimientos y ponles
nombre, le ayudarás a expresarse, y a canalizar sus emociones. Que el niño se sienta
comprendido mejorará vuestro vínculo y será un gran apoyo emocional para él. Por
ejemplo; "¿Estas dando patadas porque te sientes enfadado? A veces yo también me
enfado pero las cosas no tienen por qué pagar nuestro enfado, ¿No crees?"
Todo el mundo puede gritar en un momento dado, tener un mal día, y acabar perdiendo
los nervios. Somos humanos. Hay situaciones que se nos escapan, a veces, de las
manos, y que no controlamos como nos gustaría. Somos madres, y eso implica llevar
siempre dentro un sentimiento de culpabilidad.
Trata de tener una relación sana con tus hijos, y cuando no lo consigas, disculparos
con ellos cuando todo pase (No lo merecen menos que un adulto, y con ello le das un
valioso ejemplo). Somos humanos. Los niños y los padres, todos cometemos errores
en el día a día, y en las relaciones personales.
Los niños acusan TODO, absorben TODO, y tienen unas necesidades afectivas, que
a veces no sabemos ver.
Hoy quiero hablar de niños (en franjas de edades desde 1 año y medio hasta los 4 y
medio) que pegan, a otros niños, a sus padres, o familia...
Las madres somos unas dramáticas, eso es así. Si nuestro niño pega a otros niños ya
empezamos a dar vueltas al tema, y a pensar que algo estamos haciendo mal, que el
niño está asalvajado, y que vamos a tener un hijo que va a acabar en "hermano mayor".
Pues no, que no cunda el pánico. Que un niño pegue a otros niños, e incluso a los
adultos que le rodean, es lo más normal del mundo, y forma parte de su evolución.
Habrá niños que tengan más tolerancia a la frustración y pegarán menos, pero, por lo
general, los niños se frustran ante cualquier adversidad con facilidad. Están empezando
a comprender que el mundo no gira en torno a ellos, y no es fácil.
Necesitan mucha comprensión, necesitan de nuestra empatía, de nuestra calma,
firmeza, y serenidad.
¿Por qué pega mi hijo?
Por cualquier mínimo motivo que le cause frustración; un niño le arrebata un juguete, se
le deshace una torre, alguien no abre una puerta, no le dan un vaso... Cualquier
adversidad que se le presente puede ser motivo de pegar.
Su tolerancia a la frustración es muy bajita, a lo que añadimos que, están empezando
a interiorizar que el mundo no gira alrededor de ellos, y a entender que las demás
personas también tienen necesidades, igual que ellos. Eso no es fácil de asimilar.
Además, el niño no se comunica aun con la fluidez que le gustaría, con lo cual, a veces
le resulta difícil dar nombre y canalizar un sentimiento de rabia, de tristeza, de
frustración... La respuesta física más inmediata e instintiva para el niño es pegar. Es
algo así como "yo en contra del mundo".
Hay veces que las cosas se entienden mejor cuando hablamos de lo que NO hacer. Hay
3 cosas que bajo ningún concepto debes hacer cuando un niño está pegando a otra
persona.
Gritarle: Si un niño se está sintiendo frustrado, enfadado, triste (una mezcla de todo
ello) lo que menos necesita es que le gritemos, por eso, la mejor arma es la paciencia y
la serenidad. La forma en la que nos dirigimos a nuestro hijo, e incluso a los demás, en
su presencia, es un ejemplo que absorve hasta puntos insospechados. Así que, cuenta
hasta 3 antes de gritar.
Lo primero es velar por la integridad física de los niños; así que lo primero que yo
haría sería retirar al niño de la zona de conflicto hacia otro lugar, puede ser retirarle
unos metros.
Probablemente irá muy enfadado y enojado. Algunos tips para hacerle comprender que
lo que ha hecho está mal son:
Actuar con serenidad pero con firmeza; No te puedes andar por las ramas, hay que
ser tajante pero sin gritar ni enfadarse.
Mirarle a los ojos cuando le hablamos: Esto te ayudará a captar su atención, a
conectar con el niño
Validar sus sentimientos: Esto es clave, "¿Estabas tan enfadado que has pegado a la
niña?"
Ponerte en su lugar: A veces yo también me enfado
Ofrecerle una solución alternativa: Pero no podemos pegar, y hacer daño a los
demás, entiendo tu enfado pero ¿y si compartís el juguete?
Pegar no está bien
Abrazo/ cariño
Reparar el daño causado: Resulta mucho más producente intentar reparar el daño, que
pedir perdón. El niño no entiende bien que es eso de "perdón" que lo soluciona todo.
Así que, lo mejor es intentar reparar el daño; Por ejemplo llevar una tirita para curar a
la niña, lavarle con un poquito de agua, ponerle un poquito de hielo... Que el niño se
implique en reparar el daño causado con su acción.
Lo primero es tratar de bloquear al niño para que no nos siga pegando; Sujetando sus
manos, manteniendo la distancia...
Mirándole validamos sus sentimientos ¿Tan enfadado estás que has pegado a mamá?
Es muy probable que intente volvernos a pegar, pero hay que ser firme. ¡Estas
enfadado, pero no se pega!
Incluso muchas veces los niños se muestran aparentemente desafiantes y se ríen, antes
de intentar volverte a pegar. Si tienes sangre en las venas esto ya te saca de tus
casillas, la sangre te empieza a hervir ( y piensas; "pero esta criatura del demonio que
está hecha para las maldades..." pero no, tranquila, respira...) .
No es una risa de verdad, es una risa nerviosa, de las que nos salen cuando no sabemos
por donde tirar, no es que disfrute haciéndonos daño, es que está tan nervioso que cree
que si se ríe quizá algo cambie, es la antesala a un llanto desconsolado.
Puede que todavía tengamos que repetir varias veces que sabemos que está
enfadado, ponernos en su lugar, "a veces yo también me enfado".
Llegará un momento en el que conectará con nosotros. Justo cuando se cruzan sus
ojitos con los nuestros, en ese momento estallará, es el momento de darle un abrazo.
Y mostrarle que estamos ahí, y que le entendemos.
Se trata de ir poniéndole nombre a lo que le pasa y mostrarle que hay otros caminos y
otras formas de canalizar un enfado. Se le puede reiterar que no está bien pegar,
cuando está llegando la calma para que lo vea con perspectiva.
-Validamos su sentimiento
-Empatizamos
-Ofrecemos alternativas
-Mostramos las consecuencias de sus actos
¿Qué recursos puede ofrecerle para evitar que canalice su enfado pegando?
-LA MESA DE LA PAZ: ( desde 3 años en adelante es mas facil usarlo, antes hay
que ir adecuandose a cada necesidad)
La mesa de la paz es un recurso Montessori genial para solucionar conflictos.
Normalmente se ubica en una zona luminosa y tranquila, a poder ser cerca de una
ventana. No es un lugar de castigo, ni mucho menos. Es un refugio, una zona de paz, de
calma. El niño puede acudir a ella cuando le apetezca de forma individual, (cuando se
sienta agobiado, enfadado...) o puede acudir con otra persona con la que haya tenido
un problema.
La mesa de la paz no es un rincón de pensar, ni mucho menos. No se acude obligado.
Se invita al niño a que la visite de forma voluntaria.
Normalmente suele haber encima un reloj de arena, un objeto relajante... Por ejemplo
unas suaves piedras de río, un collar de cuentas... y también una pequeña campanita,
que se tocará cuando llegue el acuerdo, la paz, la calma...
En la mesa de la paz no se grita, se respeta el turno de palabra, los niños pueden
orientarse con el reloj de arena, también pueden pasarse una piedra que represente el
turno de palabra, e incluso poner una manita en la mesa que represente su turno.
No es una mesa de reproches, ni de insultos. Es una mesa donde expresamos y
canalizamos nuestros sentimientos. Así que una buena forma de comenzar las frases
es: "Me siento...". y se pueden terminar "creo que podríamos solucionarlo...."
Los niños expresan cómo se han sentido y ofrecen soluciones, negocian, empatizan y
llegan a acuerdos, que solucionan sus problemas y diferencias.
Al principio un adulto mediará y supervisará el trascurso de la negociación, pero poco a
poco, la figura del adulto irá desapareciendo.
Los niños pueden usar la mesa de la paz de forma individual, para sentarse allí cuando
estén enfadados, agobiados... Pueden estar el rato que necesite para llegar a la calma.
¿Cómo debe ser la mesa de la paz?
Lo suyo es que la mesa de la paz trasmita precisamente eso... paz, serenidad. Por
eso, lo ideal es que sea de tonos naturales, neutros, podemos poner un flor fresca
encima. Tiene que estar adaptada a su altura, y a ser posible tener un par de sillas.
-OBJETO DE DESHAOGO:
Se trata de buscar un objeto que sea relajante, que trasmita tranquilidad, y que ayude
a evadir al niño y a transformar su rabia y enfado en calma. Tienes muchas opciones.
Cada niño encontrará la calma en un objeto diferente seguramente.
Por ejemplo;
-Un frasco de la calma (brillantina, pegamento y algo de agua) que ayude a los niños a
relajarse al mirarlo.
-Un collar de cuentas
-Un árbol musical ( se llama Arbol de Grims)
-Un cojín especial personalizado para el niño
-Una bola de cristal
-Un instrumento musical como un arpa… ( es un tablero para niños )
Pues eso, tranquila, a medida que el niño aprenda a expresarse, que conozca un poco
mejor el mundo y a sí mismo irá aprendiendo a gestionar sus emociones. Lo mejor que
podemos hacer nosotros como padres es ser pacientes, comprensivos y estar a su
lado. Sobre todo dar ejemplo y tener una actitud tranquila.
¿Y si no tenemos el día?
A veces es complicado, porque hay días en los que nuestra paciencia como padres
tiene un umbral bajo muy bajo… Hay días en los que todo se tuerce, las rabietas se
desencadenan, el niño parece mostrarse desafiante, y tu piensas, "este niño me está
echando un pulsito", pues para dura yo...
Si no que me lo digan a mí… Recuerdo que el otro día le estaba montando en el coche y
sin comerlo ni beberlo me dió un tortazo de los de campeonato, de los que suenan y
todo, después soltó su carcajada...
Ahí estaba yo con una cara de tonta, cabreada no... lo siguiente.
Lo que vino después fue una rabieta de campeonato porque no quería montar en la
silla.
La gente nos miraba con cara de "menudo par de desquiciados" y llovía, y nos teníamos
que ir porque el coche estaba mal aparcado… aisss... Hay días que son así...
Respiro y respiro pero hay veces que no dominamos la situación... pero paciencia, no
dejes que la culpa se apodere de tí, yo creo que vamos por el buen camino. ;)