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Antes de ser madre yo no me preocupaba por estos temas.

Ni siquiera sabía lo que era


el Método Montessori, pero cuando nació mi hijo empecé a buscar formas de hacer las
cosas de otra manera, y las encontré en el Método Montessori. Para mí fue una
auténtica revelación. Cuánto más leía, más quería leer, más quería profundizar...
Y es que llevar una filosofía Montessori a un hogar supone un cambio en muchos
aspectos, incluso, un cambio de mentalidad como padres, y como personas.

Las diferencias que hoy te enseño en el blog, fueron las que a mí me hicieron
replantearme el tipo de educación que quería para mi niño

Lo que me enamoró del Método Montessori es que se confía en el niño, tanto, como
yo quería confiar en mi hijo. Se le respeta, y hay una preocupación porque sea feliz,
autónomo, y aprenda bonito.

Media infancia y media juventud de nuestros hijos se pasa en el colegio, y


frente a unos apuntes.
¿No crees que la forma de hacerlo es lo bastante importante?

Además la forma de enfocar su educación en casa,puede cambiar y mejorar


radicalmente la relación padre-hijo, y nuestro bienestar familiar.

DIFERENCIAS ENTRE EL MÉTODO TRADICIONAL Y EL MÉTODO MONTESSORI QUE


TE HARÁN REPLANTEAR EL TIPO DE EDUCACIÓN QUE QUIERES PARA TUS HIJOS
1. TRADICIONAL: El aprendizaje está dirigido por el profesor y/o tutor,
independientemente de los intereses y evolución del niño.

MONTESSORI: El aprendizaje está dirigido por el niño, según sus intereses y evolución.

2. TRADICIONAL: El niño forma parte pasiva del aprendizaje, siendo el profesor el que
toma el protagonismo, y la parte activa en el aula. El niño permanece sentado.

MONTESSORI: El niño forma parte activa de su aprendizaje, siendo el protagonista del


mismo. En un aula preparada para estimular su desarrollo, en la que se puede mover
libremente.
3.TRADICIONAL: El niño aprende por imposición del profesor y/o tutor un temario
desarrollado de forma genérica, según su edad.

MONTESSORI: Hay un aprendizaje individualizado, que viene marcado por el ritmo de


cada niño.

4.TRADICIONAL: El objetivo de la enseñanza es conseguir un aprendizaje curricular,


que quede reflejado en una nota final.

MONTESSORI: El objetivo del aprendizaje es que el niño desarrolle su potencial en


todas las áreas, y sea feliz aprendiendo.

5.TRADICIONAL: Los recursos de aprendizaje son mayormente fichas, cuadernillos, y


libros de texto o apuntes.

MONTESSORI: Los recursos de aprendizaje son materiales manipulativos y libros que


pueden consultar a su disposición

6. TRADICIONAL: Se estimula la memorización de conceptos abstractos, a menudo,


para los niños.

MONTESSORI: Se estimulan los cinco sentidos del niño, con materiales, y estímulos
sensoriales concretos, que el niño puede tocar, ver, oler, oir, y gustar.

7. TRADICIONAL: El niño es comparado con sus compañeros, a través de las notas. No


se fomenta demasiado el aprendizaje de los compañeros, ni la colaboración y ayuda
entre ellos, si no, más bien, la competitividad.

MONTESSORI: Los niños no son comparados con notas. Se fomenta que unos
aprendan de otros, y la colaboración, y gestión de trabajo en equipo.

8. TRADICIONAL: El niño trabaja durante un tiempo limitado y específico en cada tarea


que marca el profesor. Este tiempo está marcado por el profesor.

MONTESSORI: El niño decide el tiempo que quiere trabajar en los materiales y tareas
escogidas por él mismo.

9. TRADICIONAL: Los errores del niño vienen marcados por el profesor, que a menudo,
los penaliza en los cuadernillos con un "MAL" o "NECESITAS MEJORAR", o bien en las
notas de evaluación.
MONTESSORI :El niño aprende de sus propios errores, que vienen marcados por el
propio material. El niño se da cuenta de que algo no marcha, porque los materiales
llevan su control de error, para que pueda trabajar de forma autónoma, sin necesidad
de ayuda.

10. TRADICIONAL: El niño es guiado en todo momento sobre qué tiene que hacer,
cómo tiene que hacerlo, y durante cuánto tiempo. Cuando se sale de esta pauta es
corregido por el profesor y/o tutor.

MONTESSORI: El niño toma sus decisiónes sobre qué hacer, cómo hacerlo y durante
cuánto tiempo. No es interrumpido en ningún momento para no entorpecer su
desarrollo.

11.TRADICIONAL:El aprendizaje es reforzado por el profesor, a través de la


memorización. El niño memoriza conceptos bajo presión de notas, evaluaciones,
recompensas o castigos.

MONTESSORI: El aprendizaje es reforzado internamente por el propio niño que repite


la tarea hasta perfeccionarla, estimulado por su propio interés.

12.TRADICIONAL: Se persigue el desarrollo del niño principalemente en las


asignaturas del curriculum. No se enfatiza apenas en sus habilidades prácticas, ni en su
propio cuidado personal.

MONTESSORI: Se persigue el desarrollo del niño en todas las áreas, incluídas areás de
vida práctica o cotidiana, en su propio cuidado, y el cuidado de su entorno. Es algo
fundamental.

13.TRADICIONAL:El aula suele estar distribuida con pupitres alineados, o en grupo, con
una pizarra de fondo, y algunos murales o/dibujos colgados en la pared. El aula no es
el principal estímulo del niño.

MONTESSORI: El aula y su ambiente sereno y cuidadosamente preparado es el


principal estímulo del niño, a través de materiales de aprendizaje dispuestos a su altura,
organizados por áreas, y listos para usar de forma autónoma.

14.TRADICIONAL: El niño no puede interactuar con sus compañeros, levantarse, ni


moverse del sitio sin permiso del profesor.

MONTESSORI: El niño tiene libertad de decisión para interactuar con sus compañeros y
moverse libremente por el aula, que está preparada para trabajar de forma individual, y
por equipos, y también en el suelo.

15.TRADICIONAL: En el aula los niños están agrupados por edades, para seguir un
curriculum marcado acorde a las mismas.

MONTESSORI: En el aula hay mezcla de edades, de tal forma que los pequeños pueden
observar a los mayores, esto fomenta la curiosidad del niño. Se reproduce un mini
sociedad, en la que hay un gran trasiego de actividades y materiales, que estimulan de
forma constante al niño.

16TRADICIONAL: En un aula tradicional el niño observa y escucha al profesor, que


imparte una explicación, a menudo, ayudándose de una pizarra.

MONTESSORI: En un aula Montessori el niño toca, experimenta y realiza actividades


manipulativas con materiales multisensoriales, sobre aquello que le despierta interés.

17 TRADICIONAL: Hay muchas normas, que vienen marcadas por imposición

MONTESSORI: Hay libertad en un ambiente seguro y adaptado, pocos límites, pero


marcados de forma muy clara al niño.

18. TRADICIONAL: Se impone una disciplina externa, que viene marcada por el papel
dominante del adulto

MONTESSORI: Se fomenta una auto-disciplina interna, marcada por el ambiente


preparado y adaptado al niño.

19 TRADICIONAL:El niño actúa de forma disciplinada por la satisfacción de recibir un


premio o alabanza del adulto, o ante el temor de recibir una riña o castigo.

MONTESSORI: Se trata de que el niño razone por sí mismo las consecuencias


naturales de sus actos. Evitando condicionar sus conductas por premios o castigos.

20.TRADICIONAL: Se protege, y se actúa por el niño, hasta edades más avanzadas.

MONTESSORI: Se confía en el niño, y se fomenta su autonomía, proporcionándole un


ambiente seguro y adaptado a su tamaño y necesidades.

21.TRADICIONAL: Se educa para la excelencia del niño.

MONTESSORI: Se educa para la paz, para la felicidad, y desarrollo del niño.


¿POR QUÉ NO FUNCIONAN LOS LÍMITES CON MI HIJO?
"Mi libertad acaba donde empieza la libertad del otro". Todo lo que suponga un peligro
o falta de respeto para el entorno, el material, las personas o el propio niño debe ser
limitado.

Libertad y límites según Montessori


10 claves para poner límites

Hoy voy a darte las 6 razones estrella por las que los límites pueden NO estar
funcionando con tu hijo:

1-LA FALTA DE CONSTANCIA


Si algo he aprendido es que el auténtico secreto para que los límites funcionen es
perseverar y ser constante. El niño piensa "Si hace un rato se me permitió pintar en la
bandeja y no hubo ningún tipo de consecuencia ni de límite. Ahora me apetece volver a
hacerlo, lo haré." "Si hace un rato acabé de jugar con algo y no lo recogí ahora puedo
volver a hacer lo mismo."
La falta de constancia desvirtúa totalmente las situaciones limitadas con anterioridad.
Ser constantes con los límites requiere una capacidad de atención consciente muy
alta, requiere ser paciente y ser perseverante.

2-ERROR DE EXPECTATIVAS SOBRE SU CAPACIDAD DE OBEDIENCIA


¿Qué solemos esperar del niño? Que nos obedezca sin más. Esto es un error. No
podemos esperar que obedezca un mandato verbal, pues los niños no tienen
desarrollado un control sobre su voluntad antes de los tres años, y posteriormente
van desarrollando un control progresivo.

Vamos con un ejemplo práctico: "¡Recoge este juguete!". Puede que en ocasiones sí lo
haga, pero es muy probable que su instinto pueda más que su capacidad de obediencia.
¿Cómo limitar en ese caso? Debemos integrar al niño en la acción y en ocasiones
tendremos marcar el límite físicamente además de verbalizarlo.
En el caso práctico seguro que lo vas a entender mucho mejor pues dicho así puede
parecer complejo, pero no lo es.
En lugar de decir "¡Recoge ese juguete!" y negar lo que el niño está buscando (por
ejemplo: sacar otro), vamos a darle la mano, (podemos apoyar, incluso, nuestra mano
en su hombro para que se gire hacia el juguete que quedó abandonado) y enfocarle así
en la tarea de recoger. Aprobamos lo que vendrá después y marcamos el límite
diciendo:
"Ahora podremos jugar con ese juguete pero antes recogemos el que no usamos para
encontrarlo en su lugar la próxima vez". Le acompañamos y redirigimos. Hay veces que
bastará con señalar el juguete y su estantería. Otras veces puede que tengamos que
empezar incluso a recoger nosotros y plantearle opciones para transportar u ordenar
que le motiven. "¡Voy a ayudarte! ¿Qué te parece si llevo yo esta pieza y tu llevas
aquella?" Se trata de integrarle en la acción.

Voy con otro ejemplo para que tengas más casos: imagina que el niño está haciendo
trasvases con agua y se le ocurre tirar una jarra de agua al suelo ¿Cómo le hago
entender los límites? En este caso vamos a aplicar las consecuencias lógicas de sus
actos."Vamos a recoger el agua para evitar que nos resbalemos o que se estropee el
piso"Y le dirigimos hacia el lugar en el que se encuentre la fregona.

Es importante que él siempre se implique en el límite, en reparar...

3-TE ENFOCAS EN CORREGIR O LIMITAR


Centrarte sólo en los límites es un grave error. Debemos enfocarnos en lo bueno,
para que esto ocupe un lugar cada vez más importante en el niño. Cuando un niño
se "porta mal" debemos descifrar su mensaje. Los niños son buenos por naturaleza.
Cuando no se comportan así, es síntoma de que algo está obstaculizando su
naturaleza. El niño no se está sintiendo bien y lo está canalizando en forma de "mal
comportamiento". (Lo pongo entrecomillado porque lo que para los adultos a veces es
mal comportamiento simplemente es lo natural al niño)
Cuando esto es muy acusado, por supuesto, los límites deben ser igual de
perseverantes, pero es importante alentarle especialmente en lo positivo para que esto
vaya ocupando un lugar cada vez más importante en él.
"Veo que has recogido hoy tu sólo." "Te has esforzado y lo has conseguido"
¡Ojo! Alentar no significa aprobar cada uno de sus actos. Es muy distinto. Puedes
profundizar sobre el tema en PequeFelicidad.com

4-FALTAN ALTERNATIVAS PARA RESPONDER A SUS NECESIDADES


Cuando un niño muerde, empuja, golpea o tira cosas tenemos que ver más allá. Los
niños pasan por periodos en los que necesitan empujar, morder, golpear y tirar. Sólo
tienen que tener un ambiente apropiado para hacerlo. Vamos a darle, por ejemplo, un
carrito para empujar, una zanahoria para morder, un tambor para golpear y una pelota
para tirar. Tenemos que crear un ambiente preparado que cubra sus necesidades
temporales. Es importante por tanto aprender a observar al niño para crear un buen
ambiente preparado que se adapte a sus periodos sensibles. Si el niño no tiene cómo
cubrir sus necesidades en su ambiente va a buscar la forma de cubrirlas.
Si un niño está empujando a su hermano vamos a marcarle el límite
"No empujamos a las personas. Si tu quieres pasar puedes decirle, ¡Permiso!
A tu hermano no le gusta que le empujen ¿Te gustó?
Si necesitas empujar puedes empujar el carrito. ¿Quieres hacerlo?"

5-NO LE ESTÁS PERMITIENDO LIBERTAD


La falta de libertad hace que el niño no pueda dar una respuesta espontánea a sus
intereses y sensibilidades. Cuando al niño se le limita en exceso, tanto como para "no
permitirle ser" reacciona revelándose de muy diversas formas. Una de ellas puede ser la
desobediencia a los límites. Para que los límites funcionen siempre tienen que ir
acompañados de libertad y de un buen ambiente preparado. El niño debe poder elegir
en qué trabajar, en qué ocuparse, con qué jugar. Además sus tiempos deberían ser
respetados sin interrupción.

6-FALTA DE COMPRENSIÓN/ PACIENCIA


Y como guinda del pastel la falta de comprensión,empatía, humildad y paciencia.
Tremendamente necesarias para fijar límites. Cuando un límite lo marcamos desde el
enfado pierde todo su poder constructivo en la mente del niño. Debemos marcar los
límites desde la serenidad, modelando nuestra capacidad para gestionar nuestras
propias emociones.
No podemos esperar que los niños interioricen los límites a la primera. Están
aprendiendo a conocerse y están conociendo las normas de convivencia social. Esto es
todo un proceso de aprendizaje que se irá desarrollando poco a poco. Se van a saltar
los límites muchas veces de manera inconsciente. Los niños no nos retan, los niños no
son malos, los niños no nos chantajean. Los niños son buenos. Su alma es pura, por
suerte. Debemos ser pacientes con ellos, ser perseverantes con los límites, fijarlos con
paciencia y constancia. Debemos ser flexibles y comprender que todos podemos tener
también malos días. Que el sueño y el hambre son malos aliados para su capacidad de
razonar. Que sus necesidades deben ser satisfechas y que los límites fijados desde el
respeto son el inicio de un camino largo que desembocará en un lugar que merecerá la
pena.

Los niños van a tirar agua para experimentar, van a manchar todo con la harina para ver
el efecto, van a querer levantarse de la mesa, van a empujar a otros niños, van a
soltarse de la mano para salir corriendo. Sus impulsos pueden más que su capacidad de
obedecer. Se están conociendo y están conociendo. Seamos pacientes y comprensivos.
La constancia es la mejor semilla para educar niños capaces de razonar y de distinguir
por sí mismos el bien del mal. Merecerá la pena regar un poquito la planta cada día, ser
constantes y cuidarla a diario. El fruto se recogerá mañana cuando esa pequeña
personita se haya convertido en una buena persona. Un adulto sano a nivel emocional
con criterio, con capacidad de razonar.

Respira, cuenta hasta tres. Aprende a ver el alma pura del niño y trata de trabajar en el
control de tus propias emociones. ¡La educación respetuosa y consciente es un camino
hacia el crecimiento personal! ¡No sólo educarás una buena persona! También crecerás
como ser humano. ¡Bienvenido al camino más apasionante de tu vida!

¿Y nosotros?

Cuando tienes un niño de alta demanda, que es la intensidad hecha niño, tener
atención consciente de continuo ¡es tan imposible difícil!
Confieso que muchas veces me he desesperado, he llorado, me he autoflagelado
porque veo que él va más rápido de lo que yo puedo dar.
Las noches sin dormir, la actividad incesante... Hoy he escrito este post, precisamente,
como auto-respuesta a lo que ha pasado en casa ayer. Estaba sola con él y tenía que
hacer una llamada de trabajo. El peque se disponía a "lavarse los dientes". Al cabo de un
rato de no oír nada se me encendió la luz roja (lavarse los dientes, agua, silencio...).
Pues sí, había dado el agua del bidé a toda presión apuntando hacia afuera. Cuando
llegué al baño hubiese necesitado una góndola para entrar a remo. Sabes que algo raro
pasa cuando empiezas a ver agua en el salón por debajo de la puerta. No fueron ni
cinco minutos de llamada, pero fueron suficientes para encontrármelo casi desnudo
saltando en la piscina improvisada que se había montado. Esa estampa unida a varias
noches sin descansar bien, actividad imparable y algo de agotamiento pueden quemar a
cualquiera. Sin decir nada me fui a la habitación.
Él se quedó allí inmóvil. Lloré unos minutos, respiré y volví. Recogimos juntos durante
un montón de rato en silencio.(Había tanta agua que casi ni hacíamos pie ;)). Él sabía
cómo me sentía, yo sabía cómo se sentía él, pero yo no tenía fuerza para decir nada.
Finalmente él rompió el silencio.

-Mamá, perdona
-¿Sabes que con tanta agua se puede estropear el piso?
-Lo olvidé, lo siento

Sin más. Sé que fue lo que le pasó. Simplemente lo olvidó. Se dejó llevar por el juego.
Estaba tan inmóvil y su voz tan encogida que no nos dijimos más, pero sé que aprendió
de todo ello. No siempre puedo estar ahí, pero intento estarlo siempre que puedo, y
encontrar el equilibrio entre lo que puedo dar y lo que él necesita. Un equilibrio sano
entre mis necesidades y las suyas.
Berrinches

Los berrinches son manifestaciones de enojo, frustracion o confusión que pueden


expresar los niños desde los 18 meses hasta los 4 años (aproximadamente)
Lo más importante de esta cuestión es comprender, como adultos, que si bien los
berrinches nos desconciertan y nos frustran a nosotros también muchas veces, son
normales, sanos y parte del desarrollo de un niño.
El berrinche es una respuesta (para nosotros, adultos, "exagerada") a algo que el
niño no entiende, lo frustra o lo hace sentir mal.. Así como el recién nacido se comunica
a través del llanto y aún no tiene muchas otras herramientas, los niño de esas edades
no pueden expresar aun qué les pasa exactamente.
El berrinche puede ser solo llanto, o puede incluir tirarse en el suelo, patalear, o
incluso lastimarse o querer lastimar a otros.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Primero, respirar hondo y entender que es un proceso, y es normal ☝. No somos
malos padres, y el niño no es malcriado, manipulador o llorón por hacer un berrinche.
Es como pedirle a un bebé de días que no llore por hambre, o mantener la calma ante
el tercer colectivo ? que nos pasa de largo cuando llevamos hora y media en la
parada ? (¿ven que los adultos también haríamos berrinche si pudiéramos?)
Llevar al niño a un lugar donde no tenga posibilidad de lastimarse, y pueda
descargarse el tiempo ⌛ que necesite.
Ponerse a su altura, decirle "sé que estás enojado/a, cuando quieras hablar acá
estoy". Mostrarle que no estamos enojados ?, aunque el berrinche haya sido por un
límite necesario que pusimos, y que estaremos ahí para el consuelo.
No "buscar venganza" cuando el berrinche finalice. Frases del estilo: "ah, ahora si
querés jugar, ¿no? Qué vergüenza, todo ese llanto" o "Ahí viene la señorita, siempre
haciendo lo que se le antoja" lo único que hacen es minar la confianza del niño, y
hacerlo sentir avergonzado ?
Supongamos que el berrinche se da porque no lo dejamos tomar un objeto que es
peligroso, como es lógico. Lo que podemos hacer es darle a elegir entre otros dos
objetos, para distraerlo de aquel que no puede tocar. Ej: "El cuchillo ? te puede
lastimar, así que mejor llevate esta cuchara o esta tapa de olla"
Negociar es fundamental. ¿Cuánto es capricho nuestro y cuánto del niño? Si
negociamos las cosa que no implique riesgos (ej, ¿cuál es el problema de que use la
taza rosa en vez de la verde?), entonces cuando decimos "no" es tan ocasional que
apenas genera una molestia ☝.
"Hace berrinches en lugares públicos" Típico. El problema no es del niñe en cuestión,
sino de nuestra sociedad adultocéntrica, donde observamos con horror a un peque de
dos años tirado en el piso enojado porque no le gusta ponerse zapatos ?, y con más
horror, susurros audibles y hasta dedos señalando ? a la "mala madre" que se muere
de vergüenza. ¿Qué pasaría si todos entendieramos que el berrinche es algo normal?
¿Que lo anormal sería que un niño no tuviera berrinches? ¿Que estar fuera de casa es
una experiencia muy intensa para un niño, un mundo avasallante, nuevo e intenso, que
requiere ríos de paciencia.
La violencia no es aceptable de ninguna manera. Los golpes, los insultos, las
descalificaciones, las faltas de respeto (si, el niño es una persona, y también requiere
respeto) solo le enseñan que esa es la manera de comportarse ante una frustración.
"Un chirlo a tiempo" solo nos ha enseñado que no podemos contarle a quien más
amamos, nuestros padres, que estamos enojados, frustrados o confundidos.
Ser padre no es fácil. Nadie nos dijo que íbamos a tener que apelar a nuestras más
profundas herramientas psicológicas, boyando en nuestra propia historia y nuestra
propia infancia (que miedo, ¿no?) Nadie nos dijo que íbamos a recibir consejos de
extraños aconsejándonos golpear a nuestros hijos. Nadie nos dijo tampoco que ese
bebé dulce de hace unos meses, que le hacía caritas al pediatra, se va a empezar a
retorcer en la balanza al grito pelado de "NO QUIEROOO" Y sobre todo, nadie nos dice
que todo eso es esperable, y hasta normal.

Vos sos un/a buen/a padre/madre. Tu hijo no es malo, no es manipulador, no quiere


"tomarte el tiempo", solo quiere decirte algo y aún no sabe cómo. Si le mostramos
cómo manejamos nuestras propias frustraciones y enojos, aprenderá, de a poco, de
nuestro ejemplo.
Tiempo. Hoy no es siempre
Para leer: Bésame mucho, Carlos González
Pañal

El peor enemigo de la crianza son las prisas. Siempre lo digo. Y en cuanto al control de
esfínteres las prisas de los padres hacen mucho daño.El pañal no se quita, el pañal se
deja. El niño debe ser el protagonista de este proceso.SU PROCESO. Es un proceso
natural, que depende del estado madurativo del niño. Una madurez neurológica y
afectiva.

Nuestra misión como padres es estar atentos a la señales del niño para facilitarle en lo
posible el proceso una vez se haya iniciado.
Es el niño el que debe ir dejando el pañal poco a poco, con nuestro aliento y
acompañamiento, en un buen ambiente preparado que le haga sentir capaz, útil y
seguro de sí mismo.

¿ CÓMO ACOMPAÑAR AL NIÑO EN EL PROCESO DE DEJAR EL PAÑAL DESDE EL


RESPETO?

1- Empezar con los cambios de pañal en vertical a partir de que el niño camina.
2-Establecer los cambios de pañal en el baño. Un lugar apropiado que le permite
intimidad y que irá relacionando con el pipí y la caca.
3- Esperar con paciencia a que el niño se suba y baje el pantalón. Facilitarle una toallita
húmeda para que pueda empezar a limpiarse en la medida de sus posibilidades.
4-Seguir esperando. Los cambios van a ser mucho más largos en tiempo. Puedes poner
una pequeña banqueta en el baño que te permita esperar mientras estás a su altura.
5- A los primeros signos de madurez del niño: Invitarle en los cambios de pañal a
sentarse en el orinal para ver si sale pipí o caca.
6- Establecer rutinas en casa. Cuando el niño comienza a hacer pipí o caca en alguna
ocasión en el orinal podemos establecer una rutina diaria donde invitemos y
recordemos al niño ir al baño en algunos momentos del día (si somos conscientes de
los mejores momentos para él mejor que mejor).
7-Preparar un ambiente tranquilo y adaptado a él en el baño que le permita hacer las
cosas por sí mismo. Una cestita con sus pañales, orinal o wc adaptado, toallitas a su
alcance, cuentos sobre control de esfínteres visibles, ropa de cambio, una banqueta
para nosotros.
8- La ropa deberá permitirle autonomía, él mismo debe poder quitársela o ponérsela.
Lo mismo con el pañal: Si es tipo braguita mejor que mejor para que sea más sencillo.
¿Y NUESTRA ACTITUD?

La despañalización debe ser progresiva y respetuosa con el ritmo individual de cada


niño. La mejor manera de facilitar este proceso de forma gradual es empezar a hacer
los cambios de pañal estando el niño en pie, una vez que es capaz de mantenerse en
esta posición. El control de esfínteres es un proceso madurativo natural y como tal
debe tratarse. Hoy quiero hablarte sobre la importancia, en este proceso previo a la
despañalización, de los cambios de pañal de pie.

Estamos acostumbrados a ver cómo los niños son cambiados en horizontal. Sobre una
cama, cambiador o toalla. Lo hacemos así porque es lo más rápido y fácil para nosotros
como adultos. Pero esta NO es la fórmula óptima para el niño.

Quiero que veas los inconvenientes del cambio de pañal en posición horizontal y
las ventajas del cambio de pañal en posición vertical. (De pie).

MOTIVOS PARA NO CAMBIAR EL PAÑAL AL NIÑO EN POSICIÓN HORIZONTAL


DESDE QUE SE MANTIENE DE PIE

-El niño se siente como una marioneta.


-No puede ver qué le están haciendo y se pone nervioso.
-El niño no puede ver cómo está su pañal, lo cuál le hace menos consciente.
-Al estar sus piernas en el aire necesita moverlas y eso dificulta el cambio. Hay que
sujetarlo casi con fuerza para poder quitar y poner el pañal/ropa.
-Se aburre mientras le cambian el pañal. No tiene nada interesante que hacer y eso
convierte este momento en algo cada vez menos apetecible.

¿POR QUÉ DEBERÍA CAMBIAR SU PAÑAL DE PIE A PARTIR DEL AÑO?

-Porque vuestros ojos estarán en el mismo ángulo y podéis aprovechar para conectar y
hablar. (Sobre el cambio o sobre otras cosas)
-Porque puede empezar a ver cómo bajar o subir el pantalón/braguita/calzoncillo e
incluso puede empezar a participar.
-Porque podrá colaborar incluso cogiendo el pañal doblado y tirándolo él mismo a la
basura (que tendremos en la zona de cambio).
-Porque estando de pie será más consciente de porqué necesita ser cambiado.
-Porque puede empezar a limpiarse con una toallita por sí mismo (con nuestra guía)
-Se resistirá menos pues él mismo participará del proceso y eso le hará sentirse
motivado.
En definitiva, estar en posición vertical le permitirá participar activamente del cambio
y facilitará progresivamente su autonomía y su proceso progresivo hacia la
despañalización. Irá aprendiendo poco a poco y a su ritmo a vestirse y desvestirse, a
limpiarse y a tirar su pañal o ropa sucia en el lugar apropiado. Facilitamos un proceso
más natural y progresivo hacia el control de esfínteres y la conquista de la autonomía.

COSAS QUE DEBES TENER EN CUENTA A LA HORA DE HACER EL CAMBIO DE


PAÑAL DE PIE

-Debes tener mucha paciencia, pues los cambios serán más lentos. Irán al tiempo del
niño. Él irá participando en el proceso de vestirse y desvestirse cada vez con más
protagonismo, pero debes pensar que lo hará de una forma muy lenta. Guía su camino
y confía en él. No le grites o le riñas.

-No debes hacer comentarios irrespetuosos o jocosos cuando se haga pipí o caca y
haya que cambiarle.

-No debes corregirle ni interrumpirle mientras se esté vistiendo o limpiando solito. Tu


misión es sólamente alumbrar el camino. Debe ser el niño quien lo recorra.

-Debes guiar al niño siempre que te lo pida y ayudarle desde el amor y la empatía
dándole dosis progresivas de autonomía.

-La zona de cambio debe ser un lugar tranquilo libre de distracciones (por ejemplo:
televisión o zonas de paso)

-Desde el momento en que empieces a hacer los cambios de pie los pañales tipo
braguita son idóneos para facilitar al niño la posibilidad de subirlos y bajarlos por sí
mismo.

AMBIENTE PREPARADO IDÓNEO PARA HACER EL CAMBIO DE PAÑAL

Voy a enumerarte los imprescindibles que para mí debería haber siempre en la zona de
cambio de pañal del peque para facilitarle un buen ambiente preparado.
-Una cestita con ropa de repuesto completa para cambiarse
-Un orinal o un WC adaptado para que pueda empezar a sentarse si le apetece, al ver
su pañal sucio
-Toallitas accesibles al niño
-Una toalla de pequeño tamaño
-Algún adorno sencillo y natural que de calidez a la zona del cambio. Unas conchas o
alguna planta natural.
-Una papelera para tirar el pañal sucio
-Un cesto para tirar la ropa sucia
-Algún cuento sobre control de esfínteres

¿CUÁL ES EL MOMENTO IDÓNEO PARA EMPEZAR A CAMBIAR EL PAÑAL AL NIÑO DE


PIE?

Aunque yo he puesto en el título un año es una edad orientativa. Cada niño sigue un
ritmo individual. El momento más apropiado es a partir de que el niño ya sea capaz de
mantenerse de pie y tenga buen equilibrio en posición vertical. (Puede que haya niños
que lo tengan con 10 meses y otros con 14).

Nosotros no quitamos el pañal. Es el niño el que va a ir dejándolo poco a poco. Cada


niño sigue un ritmo y el control de esfínteres no es indicativo del nivel de inteligencia
del niño. Facilitaremos el proceso si lo tomamos como lo que es. Un proceso
madurativo natural e individual de cada niño.

1-No premiamos, no nos enfadamos.


2-No obligamos a permanecer sentado en contra de su voluntad.
3-No nos burlamos.
4-No le llamamos cochino, marrano... (Ni en broma).
5-No hablamos sobre sus escapes con otras mamás/papás/vecinos para comparar.
6-Alentamos enfocándonos en sus logros. Le recordamos sus progresos. Nos fijamos
en lo conseguido, no en lo que está por conseguir.

LAS SEÑALES QUE NOS INDICAN QUE EMPIEZA EL PROCESO


1-Rechaza los cambios de pañal
2-Se da cuenta de que acaba de hacerse pipí o caca y lo dice.
3-Intenta quitarse el pañal.
4-Amanece seco por las mañanas (pañal nocturno).
5-Se mantiene seco el pañal por más tiempo (3 a 4 horas).
6-Comienza a avisar antes de hacerse pis o caca.
7-Tiene buen equilibrio para caminar, incluso correr.
8-Se interesa cuando otros van al baño e imita.
9-Entiende ordenes sencillas
10-Comienza a interesarse por el orden. (Lleva la braguita a la lavadora, pañal a la
basura).
11-Pronuncia las palabras pipí o caca frecuentemente durante el día.

El pañal no se quita.El control de esfínteres no es una operación de 7 días de duración.


El control de esfínteres no tiene que ver con el verano, no se quita cuando nosotros lo
estimamos conveniente.
El control de esfínteres es un proceso madurativo propio e individual de cada niño, en
unos será más rápido y en otros más lento. Nosotros sólo debemos seguir al niño,
observando las señales, y facilitarle un entorno físico y emocional que le permita vivir
SU PROCESO de una forma natural, sintiéndose arropado y alentado por nosotros, que
estaremos acompañando sus avances y sus retrocesos con paciencia, con respeto, con
amor y sobre todo con mucha empatía.

NO vivas este proceso como una operación. Vívelo con cariño y alegría. Es un salto más
en la evolución del niño, es un peldaño más en la conquista de su independencia.
Muéstrale todo tu amor acompañándole en el camino y alentándole para recorrerlo.

CONVIVENCIA SOCIAL

5 cosas muy básicas que no deberíamos hacer delante de los niños.

Estoy hablando de cosas habituales que a veces pasamos por alto. Por despiste, por la
vorágine de la sociedad adulta o simplemente por una falta de consciencia de las
consecuencias en los niños.

1-Llevarnos la contraria
2-Abusar del teléfono móvil
3-Gritar o hablar brusco
4-Hábitos poco saludables
5-Saltarnos los límites que hemos marcado a los niños

La mejor forma de hacernos conscientes es ver algunos ejemplos, cómo repercuten en


los niños y pensar qué alternativas podríamos tomar para solucionar estas situaciones.

1- LLevarnos la contraria

Cuando la pareja no está de acuerdo en todo lo que respecta a la forma de educar o de


hacer del otro con respecto a los niños puede tornarse complicado gestionar nuestros
impulsos para no desautorizarnos, debatir o corregirnos en presencia de los niños.

¿Qué podríamos provocar?

-Inseguridad y falta de confianza en el niño.


-Transmitimos falta de unión.
-Límites poco consistentes que serán traspasados frecuentemente.
-Caprichos.
-Creencias equivocadas en el niño que pueden llevarle a desarrollar patrones de
conducta vengativos, luchas de poder...

¿Qué podemos hacer?

-Hablar en pareja sobre los puntos más conflictivos en casa y cómo solucionarnos.
Puede ayudar apuntar problema y posibles soluciones.
-Cuando se produzca alguna situación que queramos comentar llamarnos cuando todo
pase para hablar en otro lugar en privado: ".........., puedes venir un momento?"
-Comentar al final un poco del día los puntos que se quieran hablar en pareja.

2- Abusar del teléfono móvil

Este es uno de los males que acusa a las familias del siglo XXI. Los niños están
creciendo con padres tecnológicamente distraídos. Ya no tienen que competir por la
atención de los padres con un hermanito, sino también con una pantalla.
¿Qué podríamos provocar en el niño?

-sentimiento de soledad
-Niños que no tienen cubierta su necesidad de pertenencia.
-Niños que desarrollan malos comportamientos para llamar la atención
-Límites que se traspasan como consecuencia de una falta de la figura de apego cuando
es necesaria.
-Niños adictos a las pantallas.
-Niños sedentarios.

¿Qué podemos hacer?

-Marcarnos un tiempo limitado de consulta del móvil al día.


-Establecer tiempo especial con el niño a diario con cuentos, manualidades, cocina... (no
hace falta que sean cosas elaboradas).
-Consultar RR.SS cuando el niño esté dormido o concentrado en un trabajo.
-Silenciar el móvil cuando estemos con el niño.
-Evitar en lo posible consultar Redes sociales cuando el niño esté con nosotros.
-Hacer planes semanales en familia; juegos, deportes, cocina, yoga, naturaleza...

3-Gritar o hablar brusco

No me refiero a gritar directamente al niño. Me refiero a gritar en la familia, aunque sea


para contar un chiste. Me refiero a criticar a otra persona en presencia de un niño, a
hablar con palabras malsonantes en una conversación de adultos que están
presenciando los niños, me refiero a hacer bromas violentas, a resolver un problema
gritando.

¿Qué podríamos provocar en el niño?

-Niños que piden sus cosas a gritos.


-Niños que gritan y hablan mal a otros niños.
-Niños que dicen palabras malsonantes.
-Niños que contestan de una forma brusca.
-Niños que desarrollan luchas de poder con sus padres.
-Agresivos.

¿Qué podemos hacer?

-Bajar el tono de voz.


-Hacer una hucha en casa y echar una moneda en forma de juego cada vez que alguien
diga una palabra que suene mal. Cuando el bote esté lleno podemos hacer un plan
divertido en familia.
-Ponernos en el lugar del otro antes de enfadarnos tanto.
-Respirar.
-Hacer reuniones semanales familiares para hablar sobre lo que queramos tratar en
familia.

4-Hábitos nada saludables

Sé que esto puede ser cuestionado. A ver si me explico; Es complicado que un niño
coma de todo cuando en casa nos alimentamos semanalmente con fritos y en nuestra
dieta casi no hay fruta. Si nosotros no comemos sano y variado no podemos exigírselo
al niño.
Por otro lado: alcohol y tabaco. Creo que no pasa nada por tomarse una cerveza
delante de un niño, siempre que se haga con moderación. Lo que sí que creo que fumar
delante de un niño o beber en casa a diario es algo que un niño no debería tomar como
normal. Además de lo tremendamente perjudicial que puede resultar el humo del
tabaco respirado por el niño. Una imagen afortunadamente cada vez menos habitual
hoy día. Si tenemos un estilo de vida saludable es muy probable que el niño lo
interiorice y este estilo de vida se encarne en él.

¿Qué podríamos provocar en el niño?

-Hábitos de vida poco saludables.


-Normalizar ciertos hábitos perjudiciales para la salud.

¿Qué podemos hacer?


-Mentalizarnos de la importancia de un estilo de vida más saludable por nuestra propia
vida y la de nuestros hijos.

5-Quebrantar normas que en el niño están marcadas de una forma clara.

Consejos vendo que para mí no tengo. Yo puedo decir al niño que por casa no se corre
e ir a toda velocidad buscando las llaves para salir cuanto antes de casa. Los límites
que se le pongan al niño deberían estar basados en normas de convivencia y respeto
que todos tendríamos que cumplir. Piensa bien los límites antes de ponerlos. Si tu
mismo no estás dispuesto a cumplirlos no puedes sorprenderte de que el niño tampoco
lo haga.

¿Qué podríamos provocar en el niño?

-Inseguridad.
-Niños que no hacen caso.
-Niños que no cumplen los límites
-Falta de confianza en el adulto.

¿Qué podemos hacer?

-Acordar los límites en familia cuando los niños tienen más de 3 años.
-Se pueden apuntar en un folio o pizarra.
-Se pueden ir variando en función de lo que funciona, lo que no funciona, de nuevas
situaciones.
-Hacer reuniones semanales familiares.
-Enfocarnos en lo positivo siempre.

¿Por qué no siempre somos capaces de responder con calma?

-Porque tenemos unos patrones de respuesta aprendidos que arrastramos desde


nuestra infancia.
-Porque a veces nos quedamos sin herramientas.
-Porque tememos perder el control de la situación.
-Porque responder de forma impulsiva y autoritaria parece tener un efecto mucho más
inmediato sobre el niño, ya que el miedo redirige la conducta.
-Porque a veces sentimos sed de venganza con respecto al niño, cuando nos hemos
sentido dañados o atacados por él.
-Porque nuestro entorno se encarga de hacernos creer que no estamos haciendo lo
correcto.
-Porque no somos conscientes de las necesidades de los niños.

¿Por qué las herramientas punitivas (CASTIGOS / AMENAZAS) no son la mejor


opción a largo plazo?

Sin embargo, estas respuestas impulsivas y autoritarias no son efectivas en el largo


plazo porque no enseñamos al niño a razonar. El niño aprende a obedecer, cierto,
utilizando el miedo como herramienta de coacción. Esto, a medio y largo plazo traerá
como consecuencia:

-Inseguridad
-Sentimiento de inferioridad
-Rebelión
-Ansiedad
-Conductas autoritarias y poco empáticas
-Extrema auto-exigencia
-Miedos
-Complejos
-Apatía

Dependiendo del carácter del niño veremos diferentes consecuencias en el medio y


largo plazo.

10 consejos prácticos para tener más paciencia con los niños

1-Habla con tu pareja y si tenéis estilos diferentes de crianza anotad los puntos
más problemáticos para intentar buscar una solución común.

2-Dedica varios ratos cortos al día a respirar con los ojos cerrados y centrar tu
atención. Puede bastar con tres veces al día, de uno o dos minutos cada vez. Te
ayudará hacerlo, por ejemplo, antes de entrar en casa.

3-Repitete todas las mañanas en voz alta a ti mismo: "Soy una persona serena y
consciente." No hay personas poco pacientes, hay creencias. Tenemos que trabajar en
deshacer esas creencias y una buena forma de hacerlo es darnos el mensaje contrario
cada día. Al final lo acabaremos procesando.

4-Intenta sacar algo de tiempo semanal para hacer algo que realmente te guste sin
interrupciones: hacer deporte, leer, salir a caminar...

5-Intenta llevar una dieta sana: Quizá esto te parezca algo sin importancia pero las
grasas saturadas y el exceso de azúcar altera el funcionamiento de nuestro sistema
nervioso. Tanto para los niños como para los adultos llevar una alimentación sana
adecuada se nota por dentro y por fuera.

6-Si crees que lo que vas a decir va a ir cargado de resentimiento es preferible que
permanezcas en silencio.

7-Lee algún libro de autoayuda: o Pídela . La crianza no es exclusiva de


madre/padre/familia. Aveces necesitamos ayuda profesional y esta bien.

8-No niegues tus emociones. Aceptalas y cuando creas que no estás preparado/a para
responder de forma firme y amable; delega. Puedes sincerarte y decir "Necesito respirar
y relajarme a solas unos segundos, ahora vuelvo".

9-Busca personas que te aporten serenidad en tu entorno. Aunque sea un entorno


virtual. Trata de buscar un círculo de gente que te sume y no te reste.

10-Observate a ti mismo de la forma más objetiva posible y nota qué es lo que te


enfada. "¿Por qué no puedo esperar? ¿Qué pienso acerca de esto? ¿Es tan grave?
¿Qué provoco en mi entorno? ¿Cómo me hace sentir esto?" Puede ayudarte apuntarlo
en una libreta nada más levantarte o bien justo antes de acostarte.

10+1- Y aunque eran 10 ideas voy a añadir otra: perdónate. A nosotros en casa no
siempre nos resulta sencillo mantener la paciencia y serenidad en las ocasiones límite.
Mi marido a veces dice que yo lo tengo más fácil porque él tiene poca paciencia. Para
nada. NO hay personas poco pacientes. Hay personas que creen que son poco
pacientes. No se nace con paciencia, la paciencia es algo que se desarrolla.

Yo, personalmente, noto que los días que más me cuesta mantener la serenidad son los
días en que tengo demasiado trabajo. El anterior trimestre, durante un tiempo, salía de
casa a las 7.30 de la mañana y llegaba casi a las 4 de la tarde a casa. Los fines de
semana viajábamos y por la noche trataba de escribir en el blog y contestar correos.
Recuerdo un día en que estaba haciendo unos dibujos para una formación a
contrarreloj. Había dormido poco, hacía bastante que no descansaba en condiciones y
el peque revoloteaba alrededor mío cada vez más nervioso. En una de esas me empujó
y movió mi rotulador. El dibujo se estropeó. Recuerdo dar un grito inmenso "¡Vale ya!" Y
de inmediato tirar el rotulador al suelo. El peque me miró y se echó a llorar. En ese
mismo instante fui consciente de todo lo que arrastraba: de mi agotamiento, de mi
error, de que sólo reclamaba mi atención, de que mi cuerpo me decía ¡Basta!, de que mi
energía se había quedado a 0.

Dediqué unos minutos a irme al baño a llorar y llorar. Me hice consciente de mi


agotamiento. Salí y pedí perdón y lloramos juntos un rato. Creo que ese día a las 8.30
de la tarde estaba metida en la cama. Descansé y me visualicé antes de dormir
respondiendo de otra manera. A la mañana siguiente antes de levantarme me repetí
varias veces "me quiero y me perdono" " me quiero y me perdono".

En esta casa, como en todas, no somos perfectos. A veces nos equivocamos, somos
humanos.
¿Cómo fomentar la paciencia desde la posición del adulto?

•Respetar los turnos de forma tajante:

En Montessori los turnos se respetan de forma tajante. Si un compañero quiere un


material y hay dos esperando por el mismo, el adulto debería encargarse de que se
respete el turno. Esto es importante para sembrar el valor de la justicia y la equidad
(otra cosa bien distinta es que hubiera acuerdo entre ellos en ceder turnos, pero eso
pasa menos frecuentemente).
Hay veces que cuando se trata de niños más intensos los adultos ceden ante todas sus
exigencias y otros niños quedan relegados siempre al último lugar porque tienen más
paciencia. Este respeto al turno siembra en los niños valores de igualdad, la paciencia, y
la justicia.

•La hora de la comida:


Esta es otra oportunidad maravillosa para sembrar el valor de la paciencia en los niños.
Lo ideal es que haya un bol de comida en el centro para todos y que este se vaya
pasando haciendo círculo. El niño deberá esperar a que le toque el turno como uno
más. Además, deberá pedir las cosas de forma suave (fruta, por favor).
En Comunidad infantil los niños suelen almorzar juntos en una gran mesa en la que se
reúnen. Se aprovecha este momento para hacer todo un ritual de canciones, rimas y
agradecimientos para buscar su relajación a la hora de ingerir alimentos, algo
importante para que aprendan a saborearlos.
La comida en el hogar es un momento ideal para trabajar "gracia y cortesía" con los
niños. Algo que a veces se nos olvida debido a la falta de paciencia.

•Enseñamos cómo tratar a los demás con paciencia:

Cuando hablamos de niños muy pequeñitos que todavía no gestionan bien sus
emociones y no son dueños de su voluntad (antes de los tres añitos) podemos ver
impulsos que nos hagan pensar que no tienen nada de paciencia. Es un proceso
madurativo que tienen que pasar. Nuestra misión como adultos es enseñarles cómo
tocar a los niños (de forma suave), cómo pedir las cosas, o cómo pasar cuando alguien
nos estorba en el camino.

•Enseñamos cómo pedir la atención del adulto:

Cuando un niño quiere la atención de un adulto la quiere YA. Normalmente son


exigentes sin renuncias. Nuestra misión como adultos es irles mostrando que no
pueden tener atención del mundo que les rodea siempre al 100% las 24 horas, porque
todos somos seres humanos, y como tales tenemos limitaciones y necesidades. Por eso
también les enseñamos cómo pedir la atención del adulto. "¿Me ayudas, por favor?"
"Ahora estoy trabajando con tu hermano. En cuanto acabe estaré contigo, debes
esperar."
(Siempre hay que tener en cuenta que le pediremos que espere cuando realmente no es
posible atenderle, bien porque estamos trabajando con otro niño, y hay que respetar
turnos, o bien porque estamos haciendo algo que nos requiere un compromiso
inevitable. De lo contrario deberíamos atender su llamada)

•El límite de NO interrumpir el trabajo:


Tanta en casa como en un ambiente Montessori deberíamos trabajar este aspecto. El
respeto por el trabajo de las personas. No interrumpimos al amigo que está trabajando,
no interrumpimos una presentación, no interrumpimos ningún trabajo. Nosotros no
interrumpimos y nadie nos debería interrumpir a nosotros. Este respeto hacia el trabajo
del otro fomenta la paciencia en el niño que deberá esperar para no interrumpir.

6 IDEAS PRÁCTICAS PARA FOMENTAR LA PACIENCIA EN CASA

1-Poner una silla de espera en la cocina: La cocina es un lugar en el que los niños
deberían poder entrar libremente y participar ayudando en la medida de sus
posibilidades. A veces estamos haciendo cosas peligrosas no apropiadas para su edad.
Para niños que ya controlan su voluntad podríamos tener una sillita de espera para que
la utilicen mientras acabamos.
2-Trabajar la paciencia a la hora de la comida: Poniendo los recipientes con la comida
en el centro y debiendo servirse cuando corresponda el turno, con los modales
apropiados. Todos damos ejemplo.
3-Respetar siempre los turnos entre hermanos e incluso entre niño y adulto.
4-No tener cosas repetidas en las casas en las que hay varios niños.
5-Cultivar nuestra propia paciencia.
6-Trabajamos la paciencia a la hora de ir al parque en convivencia con otros
peques. (Les tratamos suave y respetamos nuestro turno).
Para terminar el post quiero dejarte un par citas sobre la paciencia que a mí
personalmente me hicieron reflexionar sobre el valor de la paciencia aplicado a mi
relación con ellos:

"La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda
apariencia de heroísmo."

Giocomo Leopardi

"La paciencia y el tempo hacen más que la fuerza y la violencia. "

Jean de la Fontaine

Los padres y las madres perfectas NO existen y no debemos aspirar a ser perfectos.
Eso sería una gran presión para los niños. El error es una herramienta de
aprendizaje. Gracias a ese día supe que la autoexigencia me estaba lastrando y busqué
una solución.

EFECTO DE LAS PANTALLAS

En estos tiempos que vivimos de tecnologías por todos lados; smartphones, tablets,
videojuegos, televisión... resulta bastante utópico mantener a los niños alejados de
las pantallas.

Sí, lo sé. La televisión, a veces, puede resultar cómoda para los padres. Sientas al
niño delante, le pones unos dibus de su agrado... Y de repente ¡Magia! No hay niño.
Como vamos tan pillados de tiempo, "usamos" la tele, para que el niño no de guerra.

Se la empezamos poniendo un día que andamos taaan pillados de tiempo que parece
que va a haber un cataclismo sobre la tierra como no planchemos, y acabamos
poniéndosela a diario, mientras hacemos la cena, planchamos, limpiamos, comemos...
Y lo que es peor; vemos la tele CON ellos, y los dibujos monopolizan nuestra vida;
tanto que acabamos sabiendo de memoria capítulos enteros de Peppa Pig, Caillou o la
Patrulla Canina... Es más, por alguna extraña razón, hay una fuerza oculta que te
anima a ver dibujos, incluso, cuando no hay niño en casa. Y ahí estás tu, con 30 años,
viendo la patrulla canina. Te sabes la sintonía, y la tarareas cuando vas en el coche...
Pues sí, ese es un claro síntoma de que tu hij@ ve demasiada televisión.

¡¡Ojo!! Que yo no soy una madre fuera de lo común. Soy de las madres, como tu, que
tratan de sacar dos minutos para hacer una cena, o para hacer pis..., y pone la tele para
que el niño no de "guerra", y claro, luego, te sientes mal. No somos perfectas y
nuestras circunstancias tampoco lo son.

A pesar de todo, hay otras distracciones, que pueden ser mucho más beneficiosas
para un niño y cumplir la misión de entretener. Los niños están creciendo,
descubriendo el mundo, descubriéndose a sí mismos, y desarrollándose como personas.
La tele es perjudicial, eso es así.
Y me da igual que estemos hablando de dibujos en inglés, de "Baby Einstein", o de lo
que sea. Hay cosas menos malas que se pueden ver, pero entre la opción de ver o no
ver la tele. La cosa está clara. NO a la tele.

¿Por qué un niño menor de 3 años no debería ver la tele?


•Porque mientras ve la tele se está perdiendo experiencias de vida: El gran problema
de exponer a los niños a la televisión es lo que NO hace mientras ve la televisión.
Mientras ven la tele los niños no tocan, no experimentan, no se ríen, no juegan, no se
mueven, no interactúan con su entorno, no cantan, no saltan... Les estamos quitando
experiencias, les estamos arrebatando recuerdos, vida... ¿acaso alguien recuerda uno
de los días más felices de su vida frente a un televisor?

•Porque la exposición a la tele retrasa el desarrollo del lenguaje.


•Porque una exposición continuada hacia la televisión podría producir problemas de
atención
•Porque mientras ve la tele pierde oportunidad de interactuar y relacionarse con su
entorno
•Porque estar sentado frente al televisor quita tiempo al niño para realizar
actividad física, moverse, descargar su energía. Indirectamente puede provocar
problemas de sobrepeso.
•La exposición hacia determinados contenidos puede producir problemas de sueño,
y no me refiero a programas inapropiados. Me refiero a algunos dibujos que
sobreestimulan al niño.
•Los niños no están preparados para entender gran parte de lo que ven en la
televisión; pueden dar como cierto algunas de las imágenes y experiencias que ven
en la pantalla
•Mientras vemos la tele quitamos tiempo y valor a la lectura
•La televisión condiciona y limita su creatividad

Lo ideal sería que los niños no tuviesen exposición a la TV, NADA. Ya imagino a
alguna mamá diciendo... pero es que a mi niña le encanta Peppa Pig y ha aprendido los
colores viendo la tele...¿Y si en vez de eso hubiese tenido experiencias? Quizá sabría
más colores, o quizá no, pero con toda seguridad hubiese sido más feliz.
Eso sería lo ideal, al menos en la etapa de 0 a 3. Para que los niños no tengan NADA
de contacto con las pantallas en esta etapa, nosotros mismos tendríamos que
eliminar la TV de nuestras vidas. Se que suena muy radical, pero es así. No podemos
decir a un niño: NO puedes ver la tele, y pasarnos nosotros toda la tarde viéndola.

La mejor forma de educar y aportar enseñanzar a un niño es a través del ejemplo.

Como, probablemente, no vamos a tirar las televisiones, ni a resistir la tentación de


encenderla en algún momento, lo mejor es limitarla todo lo que podamos. Fijarnos
unos máximos de exposición y hacer listas de planes. Por ejemplo, a mi me ayuda
mucho escribir una pequeña lista de cosas que quiero hacer en invierno (por ejemplo)
con mi hijo. Así, cuando estamos en casa sin saber qué hacer echo un vistazo a la lista y
veo que hay muchísimas experiencias que tenemos pendientes aun, no podemos
desaprovechar el tiempo frente al televisor, la infancia pasa taaan rapido.

La vida pasa muy rápido, sobre todo, si la pasamos delante de un televisor

Si exponemos al niño a la tele, procura que sea muy poquito rato, cuanto menos mejor.
Ratos que tu necesites para hacer otras cosas. No dediques vuestro ocio a estar frente
a una pantalla, es una pena... Y que los contenidos sean, a ser posible sencillos y
educativos, musicales...
Si tienes la posibilidad de evitarla; EVÍTALA.

¿Qué puedo ofrecerle a mi hijo para sustituir los ratos que pasa frente al televisor?

DENTRO DE CASA
El día es muuuy largo, aunque el tiempo pasa muy rápido. Hay veces que nos
bloqueamos y la tele es la solución más sencillas para entretener al niño. Pero hay
recursos igual de sencillos y entretenidos mucho más enriquecedores donde el niño no
es un espectador, si no que es protagonista. Ahí van unas cuantas ideas caseras.

CUENTOS: Tener una amplia biblioteca de cuentos al alcance del niño, es un recurso
genial para que se entretenga muchos ratitos. Hay que empezar por leer con el peque,
cuando el niño vaya cogiendo el gusanillo por la lectura, pasará algunos ratitos a solas
leyendo y ojeando cuentos. Te dejo este artículo donde encontrarás algunos tips para
que tu bebé ame la lectura.

JUGUETES NATURALES: Una alternativa super enriquecedora y barata. Algunos


palitos, agua, piñas... al alcance del niño bastarán para que se distraiga, imagine,
juegue. Aquí tienes ideas de juguetes naturales clasificados por edades, y aquí ideas
para presentarlos en casa.

JUEGOS DIY CASEROS: A veces los niños tienen sus juguetes taaan vistos que ya no
les entretienen, ahí es cuando hace falta improvisar y sacar la imaginación a pasear.
Hay muchos juegos que puedes improvisar... Por ejemplo; hacer un circuito de coches
con cinta de carrocero, un circuito de canicas en la pared con rollos de papel vacíos, un
laberinto con cinta aislante por el pasillo, una montaña de almohadas para escalar…

PINTAR: En casa siempre tenemos un gran álbum con láminas enormes que colocamos
en el suelo para que el niño pinte y de rienda suelta a su creatividad. Unas pinturas,
unos gomets, algunos wasi tapes... Todo lo que se te ocurra para crear una obra de
arte. Es sencillo y eficaz.

MODELAR: Esto nunca falla, cuando el niño está aburrido. Sacamos nuestro set
de "play doh" y sus herramientas y es algo mágico. Luego la plastilina acaba por los
sitios más insospechados. Pero oye, entretener entretiene, relaja y además el modelaje
tiene muchos beneficios para los peques. Si quieres ir más allá de la plastilina aquí te
dejo un montón de materiales creativos para modelar.

DISFRACES, PINTACARAS Y TEATRILLOS: A muchos niños les encanta disfrazarse, a


muchos menos a mi peque, que tiene una especie de alergia a los disfraces... El otro día
en el calendario de adviento teníamos como actividad disfrazarnos de un personaje del
Belén y fue una misión imposible. Siempre tiene que haber excepciones, pero lo normal
es que sí que les guste. Si reservas una pequeña parte de tu armario a algunos
complementos y disfraces seguro que te sacan de más de un apuro en tardes lluviosas.

MANUALIDADES Y REGALOS CASEROS: Nosotros en casa aún no hacemos


demasiadas manualidades. El peque es muy activo, no para. Prefiere un juego más
movido y explosivo. Hemos hecho cositas sencillas y rápidas con pasta de sal.
Tenemos una caja con materiales creativos preparada para usar; papeles de colores,
fieltro, un paquete de arcilla, un paquete de pasta de sal, pegamento, tijeras, pegatinas,
pompones, pintura... Lo demás ya sale sólo

JUEGOS TRADICIONALES: Estos juegos siempre funcionan. Que levante la mano


quien no haya jugado al escondite alguna vez. A ver... ¡¡Parece que no veo manos!! Y es
que, todos hemos jugado alguna vez, de pequeños y de mayores, al escondite, al juego
de las sillas, a comer una manzana sin manos... Si no te quieres complicar mucha la vida
mi opción más desengañada es el escondite. A Rayito le encanta, se esconde siempre
en el mismo sitio, eso sí, pero es toda una aventura, que le saca muchas carcajadas.
COCINA CON TU PEQUE: La cocina es una de las mejores fuentes de estímulos para
los niños. Además manipular, experimentar con las texturas, las masas... Es un juego
sensorial que les chifla y les motiva muchísimo. Aquí tienes unos tips para cocinar con
niños y no morir en el intento

INTEGRAR A LOS PEQUES EN LAS TAREAS DOMÉSTICAS: Parece que puede ser un
trabajo inapropiado para su edad, pero en serio. Limpiar cristales puede ser taaaan
divertido, barrer, fregar... Les encanta, les motiva, fomenta su autoestima; confía en el
niño.

MÚSICA EN CASA:La música es imprescindible, podemos poner música y bailar o hacer


música nosotros mismos. Aquítienes algunas ideas de regalos músicales. También
puedes hacer instrumentos caseros con cacharros de cocina por ejemplo.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE LOS NIÑOS SE ABURRAN DE VEZ EN CUANDO?

1-PORQUE APRENDEN A ESFORZARSE:


Cuando no tienen muchos medios a su alcance, y hay que hacer un tunel, escaban,
piensan, luchan por su meta entusiasmados, y dan valor al esfuerzo.

2-PORQUE DESARROLLA SU CREATIVIDAD:


Un niño se puede aburrir en un entorno sencillo los primeros 5 minutos, luego empieza
a ver ventanas de oportunidad. Vaya un palito, otro, quizá puedan servirme para hacer
música, para ser los personajes de mi historia, para hacer un puente... La imaginación de
un niño es pura e ilimitada. Nuestra misión es tratar de protegerla y distorsionarla lo
menos posible.

3-PORQUE DEJA AFLORAR SU ESENCIA:


Si el niño es creativo;inventará, si es activo; correra, si quiere cantar; cantará... El juego
libre les permite dejar salir su libremente, sin que nadie lo trastoque.
4-PORQUE LES ENSEÑA A RESOLVER PROBLEMAS POR SÍ MISMOS:
Si les damos a los niños todo frito y compuesto, al final, les estamos limitando para
enfrentarse a la vida. Dejar al niño actuar es darle alas para convertirle en un adulto
con capacidad de respuesta, con capacidad de reacción, con iniciativa y decisión.

5-PORQUE EL JUEGO LIBRE ES VITAL Y LES HACE FELICES:


Cuando el niño da rienda suelta a su creatividad, se esfuerza, y soluciona. El
pequeño se motiva. Se engrandece, se siente seguro para afrontar nuevos retos. Se
siente feliz, canta, salta... En eso consiste la infancia.

Todos los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando

12 CLAVES PARA EVITAR CASTIGOS, GRITOS, Y AMENAZAS EN CASA

Los niños son eso, niños... Sus conductas, muchas veces, aunque no lo creamos, son un
proceso natural de desarrrollo, pero nosotros nos empeñamos en verlas como algo
negativo. Eso es lo primero que tendríamos que evaluar ¿Realmente el niño se está
portando mal? ¿O está haciendo lo normal que haría cualquier niño?
Queremos que se comporten como adultos, y no lo son. Son niños.

Te pongo un ejemplo: Un bebé de 9 meses recorre toda la casa gateando; abre y cierra
cajones, saca, mete, tira, desordena... Para los padres, ese niño se "está portando mal",
pero simplemente está descubriendo, está aprendiendo como se abre un cajón, está
descubriendo lo que pasa si saca todos los objetos del mismo... Para el niño es un
auténtico aprendizaje, un descubrimiento.
La solución no es regañarle, primero, porque no es capaz de distinguir el bien del mal.
La solución sería adaptar la casa, y que el niño pueda moverse en un ambiente seguro
en el que explorar, y aprender en la medida de lo posible, y en todo caso, darle las
herramientas que le permitan explorar y desarrollar ese interés de sacar cosas.

Esto es sólo un ejemplo aplicado a un bebé, pero si hablamos de niños más mayores
nos deberíamos plantear el origen de sus "malas conductas", antes de actuar.
Deberíamos hacer un examen interno y buscar primero nuestro equilibrio interior,
tratar de transmitir lo mejor de nosotros en las relaciones que el niño observa, y
nuestra relación padre-madre-hijo.
Una casa en la que, desde que suenan los despertadores, hay gritos, riñas, amenazas,
castigos, y algún azote que otro, al final entra en una espiral de desasosiego, de
estres, nerviosismo, malestar interior, no sólo en los hijos, si no, también en los
padres, e incluso, en su propia relación de pareja.
Los castigos, gritos, riñas y amenazas a menudo son usadas como un instinto primario,
algo que nos sale de dentro, nosotros mismos no nos podemos controlar y acabamos
gritando, riñendo...

¿Cuál es el efecto de un castigo, grito, riña, o amenaza?

Puede que, en ese momento, corrija la conducta del niño. Tiene un efecto a corto
plazo, por eso pensamos, a veces, que es la mejor herramienta, para que el niño
adquiera disciplina. Pero a largo plazo, el castigo, los gritos, y amenazas generan una
actitud de cierto rechazo, miedo, y adversión hacia quien lo impone, además, el niño
actúa bajo el temor, pero no se le hace entender por qué está mal su
comportamiento, con lo cuál probablemente lo volverá a repetir cuando la persona que
castiga o grita no está delante. Los castigos, los gritos... nos alejan de los
niños, debilitan nuestro vínculo de unión, empeoran la comunicación, y pueden,
incluso, producir un efecto rebote. Algo que te prohiben sin una consecuencia lógica,
puede parecer incluso más apetecible a la larga. Lo prohibido siempre llama la atención,
sobre todo si no entiendes por qué está prohibido.

CLAVES PARA EVITAR LOS CASTIGOS, GRITOS, Y AMENAZAS

Te dejo algunas claves que nos pueden ayudar a evitar los castigos, riñas, gritos y
amenazas.

1- Hay tres preguntas claves que creo que te pueden ayudar mucho cuando un niño
se está portando mal.
Seguramente encuentres la clave en una de estas preguntas. Muchas veces el origen
del "mal comportamiento" del niño, está en nosotros, que llevamos una hora con el
móvil y no nos hemos parado a pensar que el niño quiere leer un cuento con mamá, o
que puede tener sed, o ganas de correr y canalizar su energía. Observar y tener
conexión con el niño es clave.

1-¿Todas sus necesidades están satisfechas?


2-¿Le estoy haciendo el suficiente caso?
3-¿Me estoy comunicando con mi hijo de forma sana?

2-Tratar de eliminar de nuestra vida todo aquello que nos desequilibra.


Buscar nuestra paz interior. A veces, descargamos nuestro malestar con los demás. Eso
es así. Los niños perciben nuestros estados de ánimo, más de lo que imaginamos. Por
eso, trata de buscar tu tranquilidad, bienestar y estar bien contigo mism@. Antes de
gritar respira... cuenta hasta 3.

3-Aprende a relativizar.
Todo no es motivo de riña, de gritos, o de amenazas.
Ponte en situación; un niño que esta arrastrando una silla... "Como no dejes de mover
la silla no vamos al parque".
1º no se va a acabar el mundo por mover una silla.
2º a lo mejor el niño sólo quiere captar tu atención y que le hagas caso, tal vez tenga
sueño, o necesite un abrazo...
3º ¿qué tiene que ver mover una silla con ir al parque? Es algo totalmente
desproporcionado, que seguramente no se va a cumplir, y que no representa ningún
aprendizaje lógico de su acción.... Conclusión; quizá deje de mover la silla en ese
momento, pero no habrá aprendido nada.
Y qué tal si eso lo sustituimos por "¿Has pensado que quizá estés molestando con ese
ruido a otras personas? Seguramente te lo agradecerán si dejas de mover esa silla que
hace un ruido muy molesto".

4- Límites claros, pocos, y concretos.


Probablemente sea más producente hacer una pequeña reunión familiar para poner 4 o
5 normas claras en casa, y explicar sus consecuencias lógicas, que estar todo el día con
el grito en la boca con cientos de límites por todos lados que no nos dejan vivir, ni al
niño, ni a nosotros.

5- Distraer, cambiar de ambiente.


Si vemos que el peque se está poniéndo cargante, y que aquello va a acabar en
catástrofe, puede que sea mejor tratar de evitar situaciones delicadas. Salir a la calle,
cambiar de aires, y evitar la "explosión" que seguramente acabará en gritos, amenazas...
Más vale prevenir.

6- Consecuencias lógicas de sus actos.


Cuando el niño es lo suficiente maduro como para entender una razonamiento sencillo
podemos explicarles las consecuencias lógicas de sus actos y lo que provocan con
ellos. Por ejemplo; "Si no me ayudas a recoger tendré que dedicar mi tiempo a recoger
yo sóla, y no podré jugar contigo".

7- Se coherente con tus palabras.


En el caso anterior; Si le acabamos de decir al niño que no vamos a tener tiempo de
jugar con él si no nos ayuda, lo que no podemos hacer es "donde dije digo, digo Diego".
"Total la cena puede esperar; voy a jugar un ratito con él". Se trata de que aprenda que
sus actos tienen unas consecuencias lógicas, y que aprenda por sí mismo qué
consecuencias generan sus acciones, viviéndolo. Si nosotros mismos lo desvirtuamos,
estamos desvirtuando ese aprendizaje.

8- Ofrécele alternativas, pregúntale, trata de captar su atención, y de conectar


con el niño.
Y vuelvo con el caso del punto 6. El niño no quiere recoger sus juguetes. Te propongo
que en lugar de decirle "Si no recoges mañana, no vamos a casa de tus abuelos" (que
mañana es que ya ni se acuerda el niño), puedes sustituirlo por "¿Te apetece que
recojamos juntos y te ayude mamá? ¿Qué tal si metemos estas fichas en este cubo?"
Se trata de ofrecer alternativas, de transformar algo aparentemente poco apetecible,
en algo que le puede incluso motivar, todo depende de cómo se lo planteemos. Las
preguntas ayudan a captar su atención, mirarle a los ojos, ponernos a su altura.

9- Evita las prisas, y los agobios.


Las prisas no son buenas. Muchas veces son las que nos generan las situaciones de
tensión. Porque el niño no se quiere vestir y nos tenemos que ir, porque tarda mucho
en desayunar y nos ponemos nerviosos. Tomate las cosas con más tranquilidad.
Quizá, te merezca la pena planificar, levantarte antes para no tener prisas, o tomarte
las cosas con más calma.

10- Actitud firme, tranquila, y sosegada.


Cuando el niño verdaderamente traspasa los límites de respeto, o límites que
comprometen su seguridad, lo primero evidentemente es evitarlo físicamente, y a
continuación tomar una actitud firme, con frases muy claras y concisas... Evita alterarte
y contagiarte, a veces funciona mejor susurrar a un niño y tratar de captar su atención
que dar gritos y alterar, todavía más, al niño.

11- Valida sus sentimientos y empatiza con el niño. Valida sus sentimientos y ponles
nombre, le ayudarás a expresarse, y a canalizar sus emociones. Que el niño se sienta
comprendido mejorará vuestro vínculo y será un gran apoyo emocional para él. Por
ejemplo; "¿Estas dando patadas porque te sientes enfadado? A veces yo también me
enfado pero las cosas no tienen por qué pagar nuestro enfado, ¿No crees?"

12- Dedica tiempo de calidad a tus hijos.


En serio, los malos comportamientos, en un gran porcentaje de ocasiones, vienen
como consecuencia de una necesidad no cubierta (hazte las preguntas del punto
número 1). ¡Haz la prueba!, trata de dedicar un día completamente a tu hijo; Haced
cosas juntos, deja que te ayude, que esté motivado, fomenta su autoestima dejando
que realice algunas tareas de casa. Verás una actitud mucho más dócil por parte del
niño. Seguro que notarás un gran cambio.

UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN PERSONAL:


Como se suele decir; "consejos vendo, que para mí no tengo", esta es la teoría pero no
siempre sabemos llevarlo a la práctica, y me incluyo. En cualquier caso creo que es
cuestión de ir cambiando el chip, y entrenar mucho.
Hace unas semanas, cuando empecé con el proyecto artesanal de los Calendarios
anuales Waldorf-Montessori, hasta que me organicé, tuve que dedicar muchas horas
al proyecto, y de verdad, que esos días fueron de locura. El niño estaba especialmente
irritado, me tenía desesperada, ibamos de rabieta en rabieta....¡Y sí!, me hice las 3
preguntas, y, efectivamente, encontré las respuestas. Lo solucioné
reorganizándome, sacando horas de trabajo nocturno, cuando él duerme de noche, o
cuando él duerme la siesta. ¡No es fácil!, pero al final hay que poner las cosas en una
balanza y priorizar.

Todo el mundo puede gritar en un momento dado, tener un mal día, y acabar perdiendo
los nervios. Somos humanos. Hay situaciones que se nos escapan, a veces, de las
manos, y que no controlamos como nos gustaría. Somos madres, y eso implica llevar
siempre dentro un sentimiento de culpabilidad.
Trata de tener una relación sana con tus hijos, y cuando no lo consigas, disculparos
con ellos cuando todo pase (No lo merecen menos que un adulto, y con ello le das un
valioso ejemplo). Somos humanos. Los niños y los padres, todos cometemos errores
en el día a día, y en las relaciones personales.

Los niños acusan TODO, absorben TODO, y tienen unas necesidades afectivas, que
a veces no sabemos ver.

MI HIJO PEGA ¿POR QUÉ Y CÓMO ACTUAR?

Hoy quiero hablar de niños (en franjas de edades desde 1 año y medio hasta los 4 y
medio) que pegan, a otros niños, a sus padres, o familia...
Las madres somos unas dramáticas, eso es así. Si nuestro niño pega a otros niños ya
empezamos a dar vueltas al tema, y a pensar que algo estamos haciendo mal, que el
niño está asalvajado, y que vamos a tener un hijo que va a acabar en "hermano mayor".

Pues no, que no cunda el pánico. Que un niño pegue a otros niños, e incluso a los
adultos que le rodean, es lo más normal del mundo, y forma parte de su evolución.
Habrá niños que tengan más tolerancia a la frustración y pegarán menos, pero, por lo
general, los niños se frustran ante cualquier adversidad con facilidad. Están empezando
a comprender que el mundo no gira en torno a ellos, y no es fácil.
Necesitan mucha comprensión, necesitan de nuestra empatía, de nuestra calma,
firmeza, y serenidad.
¿Por qué pega mi hijo?
Por cualquier mínimo motivo que le cause frustración; un niño le arrebata un juguete, se
le deshace una torre, alguien no abre una puerta, no le dan un vaso... Cualquier
adversidad que se le presente puede ser motivo de pegar.
Su tolerancia a la frustración es muy bajita, a lo que añadimos que, están empezando
a interiorizar que el mundo no gira alrededor de ellos, y a entender que las demás
personas también tienen necesidades, igual que ellos. Eso no es fácil de asimilar.
Además, el niño no se comunica aun con la fluidez que le gustaría, con lo cual, a veces
le resulta difícil dar nombre y canalizar un sentimiento de rabia, de tristeza, de
frustración... La respuesta física más inmediata e instintiva para el niño es pegar. Es
algo así como "yo en contra del mundo".

¿Qué es lo que NO debes hacer nunca?

Hay veces que las cosas se entienden mejor cuando hablamos de lo que NO hacer. Hay
3 cosas que bajo ningún concepto debes hacer cuando un niño está pegando a otra
persona.

Gritarle: Si un niño se está sintiendo frustrado, enfadado, triste (una mezcla de todo
ello) lo que menos necesita es que le gritemos, por eso, la mejor arma es la paciencia y
la serenidad. La forma en la que nos dirigimos a nuestro hijo, e incluso a los demás, en
su presencia, es un ejemplo que absorve hasta puntos insospechados. Así que, cuenta
hasta 3 antes de gritar.

Pegarle: Por supuesto, si el niño está pegándonos, no podemos responder pegándole


porque entraríamos en una espiral de ira, rabia, incomprensión... Piensa que en esos
momentos es cuando más necesita tu cariño. Probablemente si le das un azote,
empeores la situación, y establezcas un precedente para que su respuesta sea "pegar"
ante futuras adversidades. ("mamá responde pegando ante una complicación, así que
debe ser lo natural")

Dejarle hacer/ Tomar la situación a risa/ No darle importancia: Y el otro extremo


sería dejar que el niño pegue sin corregirle, tomarlo a risa... El niño está teniendo una
explosión interior de sentimientos de tristeza, enfado, agobio... así que, reírnos en un
momento así, no procede en absoluto. Ponte en su lugar, sería muy cruel que alguien
hiciese eso contigo.
Tampoco podemos dejar que pegue sin corregirle, o ignorarle, el niño necesita que
alguien le ponga nombre a sus sentimientos y límites.
Los niños necesitan límites claros, eso les va a dar seguridad. Libertad no significa
libertinaje. Uno de los límites es el respeto a las personas y a las cosas, así que, en
ningún caso, se puede tolerar que un niño pegue.

En ningún caso se puede tolerar que un niño pegue

¿Cómo actuar si mi hijo está pegando a otros niños?

Lo primero es velar por la integridad física de los niños; así que lo primero que yo
haría sería retirar al niño de la zona de conflicto hacia otro lugar, puede ser retirarle
unos metros.
Probablemente irá muy enfadado y enojado. Algunos tips para hacerle comprender que
lo que ha hecho está mal son:

Actuar con serenidad pero con firmeza; No te puedes andar por las ramas, hay que
ser tajante pero sin gritar ni enfadarse.
Mirarle a los ojos cuando le hablamos: Esto te ayudará a captar su atención, a
conectar con el niño
Validar sus sentimientos: Esto es clave, "¿Estabas tan enfadado que has pegado a la
niña?"
Ponerte en su lugar: A veces yo también me enfado
Ofrecerle una solución alternativa: Pero no podemos pegar, y hacer daño a los
demás, entiendo tu enfado pero ¿y si compartís el juguete?
Pegar no está bien
Abrazo/ cariño
Reparar el daño causado: Resulta mucho más producente intentar reparar el daño, que
pedir perdón. El niño no entiende bien que es eso de "perdón" que lo soluciona todo.
Así que, lo mejor es intentar reparar el daño; Por ejemplo llevar una tirita para curar a
la niña, lavarle con un poquito de agua, ponerle un poquito de hielo... Que el niño se
implique en reparar el daño causado con su acción.

¿Cómo actuar si nuestro hijo nos pega?

Me pongo en cualquier situación cotidiana, el niño quiere algo peligroso y como no lo


puede tener mamá se lo quita, así que va a pegar a mamá.

Lo primero es tratar de bloquear al niño para que no nos siga pegando; Sujetando sus
manos, manteniendo la distancia...
Mirándole validamos sus sentimientos ¿Tan enfadado estás que has pegado a mamá?
Es muy probable que intente volvernos a pegar, pero hay que ser firme. ¡Estas
enfadado, pero no se pega!
Incluso muchas veces los niños se muestran aparentemente desafiantes y se ríen, antes
de intentar volverte a pegar. Si tienes sangre en las venas esto ya te saca de tus
casillas, la sangre te empieza a hervir ( y piensas; "pero esta criatura del demonio que
está hecha para las maldades..." pero no, tranquila, respira...) .
No es una risa de verdad, es una risa nerviosa, de las que nos salen cuando no sabemos
por donde tirar, no es que disfrute haciéndonos daño, es que está tan nervioso que cree
que si se ríe quizá algo cambie, es la antesala a un llanto desconsolado.
Puede que todavía tengamos que repetir varias veces que sabemos que está
enfadado, ponernos en su lugar, "a veces yo también me enfado".
Llegará un momento en el que conectará con nosotros. Justo cuando se cruzan sus
ojitos con los nuestros, en ese momento estallará, es el momento de darle un abrazo.
Y mostrarle que estamos ahí, y que le entendemos.
Se trata de ir poniéndole nombre a lo que le pasa y mostrarle que hay otros caminos y
otras formas de canalizar un enfado. Se le puede reiterar que no está bien pegar,
cuando está llegando la calma para que lo vea con perspectiva.

-Validamos su sentimiento
-Empatizamos
-Ofrecemos alternativas
-Mostramos las consecuencias de sus actos
¿Qué recursos puede ofrecerle para evitar que canalice su enfado pegando?

-LA MESA DE LA PAZ: ( desde 3 años en adelante es mas facil usarlo, antes hay
que ir adecuandose a cada necesidad)
La mesa de la paz es un recurso Montessori genial para solucionar conflictos.
Normalmente se ubica en una zona luminosa y tranquila, a poder ser cerca de una
ventana. No es un lugar de castigo, ni mucho menos. Es un refugio, una zona de paz, de
calma. El niño puede acudir a ella cuando le apetezca de forma individual, (cuando se
sienta agobiado, enfadado...) o puede acudir con otra persona con la que haya tenido
un problema.
La mesa de la paz no es un rincón de pensar, ni mucho menos. No se acude obligado.
Se invita al niño a que la visite de forma voluntaria.
Normalmente suele haber encima un reloj de arena, un objeto relajante... Por ejemplo
unas suaves piedras de río, un collar de cuentas... y también una pequeña campanita,
que se tocará cuando llegue el acuerdo, la paz, la calma...
En la mesa de la paz no se grita, se respeta el turno de palabra, los niños pueden
orientarse con el reloj de arena, también pueden pasarse una piedra que represente el
turno de palabra, e incluso poner una manita en la mesa que represente su turno.
No es una mesa de reproches, ni de insultos. Es una mesa donde expresamos y
canalizamos nuestros sentimientos. Así que una buena forma de comenzar las frases
es: "Me siento...". y se pueden terminar "creo que podríamos solucionarlo...."
Los niños expresan cómo se han sentido y ofrecen soluciones, negocian, empatizan y
llegan a acuerdos, que solucionan sus problemas y diferencias.
Al principio un adulto mediará y supervisará el trascurso de la negociación, pero poco a
poco, la figura del adulto irá desapareciendo.
Los niños pueden usar la mesa de la paz de forma individual, para sentarse allí cuando
estén enfadados, agobiados... Pueden estar el rato que necesite para llegar a la calma.
¿Cómo debe ser la mesa de la paz?
Lo suyo es que la mesa de la paz trasmita precisamente eso... paz, serenidad. Por
eso, lo ideal es que sea de tonos naturales, neutros, podemos poner un flor fresca
encima. Tiene que estar adaptada a su altura, y a ser posible tener un par de sillas.

Ojalá todos los adultos solucionásemos nuestros conflictos de esta manera,


seguramente el mundo sería muy distinto.
-CUENTOS SOBRE GESTIÓN DE EMOCIONES:

Poner nombre a sus sentimiento les ayudará a identificarlos y gestionarlos mucho


mejor. Un cuento que nos encanta a nosotros es el "Monstruo de colores"

-OBJETO DE DESHAOGO:

Se trata de buscar un objeto que sea relajante, que trasmita tranquilidad, y que ayude
a evadir al niño y a transformar su rabia y enfado en calma. Tienes muchas opciones.
Cada niño encontrará la calma en un objeto diferente seguramente.
Por ejemplo;
-Un frasco de la calma (brillantina, pegamento y algo de agua) que ayude a los niños a
relajarse al mirarlo.
-Un collar de cuentas
-Un árbol musical ( se llama Arbol de Grims)
-Un cojín especial personalizado para el niño
-Una bola de cristal
-Un instrumento musical como un arpa… ( es un tablero para niños )

Pues eso, tranquila, a medida que el niño aprenda a expresarse, que conozca un poco
mejor el mundo y a sí mismo irá aprendiendo a gestionar sus emociones. Lo mejor que
podemos hacer nosotros como padres es ser pacientes, comprensivos y estar a su
lado. Sobre todo dar ejemplo y tener una actitud tranquila.
¿Y si no tenemos el día?

A veces es complicado, porque hay días en los que nuestra paciencia como padres
tiene un umbral bajo muy bajo… Hay días en los que todo se tuerce, las rabietas se
desencadenan, el niño parece mostrarse desafiante, y tu piensas, "este niño me está
echando un pulsito", pues para dura yo...

Si no que me lo digan a mí… Recuerdo que el otro día le estaba montando en el coche y
sin comerlo ni beberlo me dió un tortazo de los de campeonato, de los que suenan y
todo, después soltó su carcajada...
Ahí estaba yo con una cara de tonta, cabreada no... lo siguiente.
Lo que vino después fue una rabieta de campeonato porque no quería montar en la
silla.
La gente nos miraba con cara de "menudo par de desquiciados" y llovía, y nos teníamos
que ir porque el coche estaba mal aparcado… aisss... Hay días que son así...
Respiro y respiro pero hay veces que no dominamos la situación... pero paciencia, no
dejes que la culpa se apodere de tí, yo creo que vamos por el buen camino. ;)

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