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O/KA EN EL EJERCITO SOVIETICO

En el libro Peresfroka de Mijail Gorbachov, éste define con sus propias palabras la naturaleza,
alcance y objetivo de su “nuevo pensamiento” reformista, que hoy, como se sabe, es la base
y el origen de todo lo que pasa en los países socialistas de la Europa Oriental y en la propia
URSS.

“La perestroika, dice en su obra, afecta a todos los ciudadanos soviéticos de un modo u otro...“,
porque... “necesitamos una profunda democratización y reforma en todos los aspectos de
la sociedad”.
En cuanto a su naturaleza, Gorbachov en otro de sus párrafos más importantes, afirma: la
“perestroika significa fundamentalmente la iniciativa de las masas”. Equivale... “a un mejor
orden y disciplina... a menos burocracia (1) a-más glasnost”, es decir, “más publicidad, más
críticas y más autocríticas... en todas las esferas de nuestra sociedad”... porque se busca
“lograr una renovación a fondo de la vida social y económica soviética”... y arlade: “perestroika
es una palabra con muchos significados”, pero “aquél que expresa con mayor precisión
su esencia fundamental... es el de una revolución, y es así porque incide en los intereses
de mucha gente... del conjunto de la socredad. Y por supuesto... provoca conflictos que, a
menudo, pueden degenerar en feroces enfrentamientos entre lo viejo y lo nuevo”. Resulta
más dura para aquéllos que están acostumbrados a trabajar al “viejo estilo”. Al estilo derivado
de la prepotencia manifiesta del PECUS y, aunque no exista una verdadera oposición en
el plano político..., hay verdadera oposición por parte de quienes, por un motivo u otro, no
aceptan la perestroika (2). Anade... “la peresfroika alcanza también, y en particular, a la juventud-
soviética, que es quien ofrece un potencial mejor para el nuevo esfuerzo reestructurador
que necesita la Nación”.
“La nuevas perspectivas por consiguiente -subraya Gorbachov- influyen, con la misma
fuerza, sobre el carácter de las doctrinas militares y sobre la política exterior y de seguridad.
Y esto hoy, puede relacionarse fácilmente con unas nociones o conceptos tan nuevos, o
relativamente nuevos, como son la “suficiencia rezonable de armamentos”, la “disuasión

(1) Dato curioso se estima que hay no menos de 18 millones de funcionarios en el aparato de gestión de la Seguridad
y Economia soviética. De ellos, 8 millones en cuestiones de Defensa
(2) Oponentes ideológicos, que temen el abandono de los principios sagrados del socialismo. el debilitamiento
del Imperio y el desviacionismo hacia Occidente. Es la “derecha” conservadora, oponentes perestmkistas.
radicales,progresistas.Es la “izquierda” que lidera 6. Yeltsin.

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mínima”, la “defensa no agresiva”,... etc. En el marco político del nuevo pensamiento
gorbachoviano recordemos su idea de “casa común europea”, con connotaciones claras
de oposición a la presencia de los EE.UU.en Europa.
En los “pasajes” recogidos, quedan reflejas, aunque sea someramente, las verdaderas
dimensiones y los objetivos del nuevo pesamiento soviético. Su proyección a la “política
de seguridad” y a las FAS resulta obligada. En las reflexiones que siguen, se ponen se manifiesto
algunos de los aspectos más relevantes de la aplicación, ya indicada, al Ejército y a las doctrinas
de seguridad y defensa.

Perestroika en el Ejtkcito sovi~lico

Según todas las informaciones recogidas en la prensa y revistas especializadas por el autor
de estas líneas, la peresfroika de Gorbachov, “el hombre de esta década” (3) es ya objeto
de aplicación en el seno de las FAS soviéticas. Y así es, concretamente, en virtud de los designios
del propio creador, Al anunciar su política de reestructuración -que no se olvide también
es de reconstrucción, pues éste es un aiio de los distintos significados del vocablo- el dirigente
soviético subrayó que, con su política, quería destacar y subrayar el papel del ciudadano
en la revitalización de la empobrecida economía de la URSS (4) y en la modernización de
su pesada y anticuada burocracia. La responsabilidad de la renovación del país, dijo, recaía
en el ciudadano y -lo aclaró también de forma explícita- afectaba tanto al civil como al
militar. La perestroika debía aplicarse a todas las instituciones, y por consiguiente, también
a la militar.
Naturalmente, las nuevas corrientes encontraron fuerte oposición en muchos campos y,
lógicamente, en el seno de las FAS; sobre todo en las más altas jerarquías. En efecto, la idea
de revalorizar las funciones, atribuciones y papel de los mandos sobordinados de rangos
inferiores, así como la de concederles mayor protagonismo y autonomía en el desarrollo de
sus cometidos chocaba de frente con la concepción básica del sistema militar soviético
centralizado, rígido, por no decir monolítico, cuyas premisas fundamentales son la obediencia
y el respeto ciegos al mando y una férrea disciplina ajustada a los principios del partido. De
las directrices de Gorbachov surgi6 pronto la idea de que los mandos militares superiores
debían ser los primeros en autoaplicarse la peresfroika. Y en estos mismos términos tuvo
que expresarse, venciendo sus kervas, el propio ministro de Defensa, general Yazov, en
críticas directas a los mandos militares subordinados reluctantes al cambio.
La “reestructuración” en las FAS soviéticas se hizo evidente, quizás por primera vez, tras
el incidente del aterrizaje de un joven piloto alemán en la plaza Roja, y se materializó,
concretamente, en la remodelación y renovación de los mandos del Ejército, a partir de junio
de 1987. Esta transformación hall6 entonces en dicho incidente un buen pretexto para iniciar
el proceso de cambio. En efecto, la reconocida incompetencia militar, puesta de manifiesto
en el aterrizaje libre del cesna alemán en la plaza Roja, sin el menor obstáculo y sin ser ni
siquiera detectado por los medios de la defensa aérea soviética, fue el detonante de significativas
modificaciones orgánicas y de los ataques críticos que desde entonces se han producido

(3) Recordemos el alto nivel de popularidad alcanzando en los EE.UU. y en la Europa libre. El “Gorby. Gorby”
de las demostraciones de simpatía...
(4) Incapaz de reestructurarse -recordemos también- sin el apoyo de Occidente, como lo destaca H. Graf Huyn,
miembro del Parlamento alemán, en un artículo en la revista Geopolifique. primavera de 1990.

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-y se producen hoy- por parte de la prensa civil y de la misma opinión pública, contra las
FAS. Gorbachov acusó directamente a los generales de falta de profesionalidad y de haber
comprometido el prestigio internacional del Ejército soviético. Pravda lo recogió de modo
ostensible. El propio Yeltsin, antiguo primer secretario de la organización del partido en Moscú
y hombre muy abierto a la perestroika, no ocultó sus críticas al mando del distrito militar de
la capital e incluso -tras algunos incidentes- les acusó de insubordinación a la autoridad
política.
En principio, los militares soviéticos en una considerable mayoría, habían acogido positivamente
la nueva orientación política de Gorbachov, sobre todo en su aplicación directa a las reformas
y reconstrucción de la economía. En estas acciones veían, en efecto, lo solución a la posible
adquisición y al propio desarrollo de tecnologías militares sofisticadas capaces de entrar
en competencia con las de Occidente y de obtención de los sistemas de armas necesarios
para mantener en un alto nivel de eficacia a las FAS soviéticas. Sin embargo, su asombro
y sorpresa -sobre todo en los escalones más elevados- debieron ser mayúsculos al exigírseles
que “el nuevo pensamiento” también tuviera la aplicación a nivel humano y profesional, en
el propio seno del Ejército. Les resultaba de difícil comprensión del nexo entre un potencial
militar impulsado por una economía más floreciente, y una institución, hasta entonces monolítica,
orientada al aperturismo, y con cierta probabilidad, a un posible relajamiento de la disciplina
y de las normas vigentes hasta entonces. Con la implantación de la peresfroika militar, se
les dijo, tal vez para acallarlos, se buscaba convertir al soldado soviético en un combatiente
más eficaz y mucho mejor adaptado a la complejidad tecnológica y psíquica del moderno
campo de batalla. Por que el término perestroika, aplicado al EjBrcito, significaba y significa
la atribución de más capacidad de iniciativa al personal militar, así como de un mayor grado
de descentralización a todos los niveles de la decisión; la reducción de la pesada burocracia
existente; un intercambio más libre y más espontáneo y dmámlco de las opiniones en aspectos
dlversos de la profesión y, sobre todo, la obtención de una corriente de información correcta
sobre defectos en la instrucción y entrenamiento y también en la aplicación de la política
de personal.
La perestroika insiste en el fomento de las cualidades y actitudes de tolerancia en la crítica
oportuna y encauzada de las decisones y de modo especial en el desarrollo y estímulo de
unas relaciones más estrechas, entre mandos y subordinados. Siguiendo pautas que ya se
dan en muchos ejércitos de Occidente, la peresfroika militar soviética quiere impulsar el
desarrollo de ejercicios y maniobras más realistas y más flexibles, así como estimular las
motivaciones personales en el,ejercicio de las órdenes y misiones.
Hoy los reformistas, los perestroiteli militares, que ya están actuando, acentúan y destacan
el papel muy importante de las más pequenas Unidades de combate y en particular el valor
y relevancia de los mandos y combatientes más jóvenes como elementos fundamentales
del éxito en el campo de batalla, muy complejo y muy cambiante, que se predice para el futuro.
Un campo de batalla que se caracterizará -se afirma- por un ritmo muy acelerado de las
operaciones; unos cambios de situación impredecibles; una presión psíquica constante y
enorme; la disrupción de la cadena de mando, asícomo de los propios sistemas de comunicaciones,
todo lo cual acentúa el valor e importancia de las iniciativas personales individuales. Hay
que ir a un Ejército más eficaz, más profesional, más reducido, más instruido. Estos son algunos
de los argumentos principales que esgrimen los consejeros militares de Gorbachov cuando
justifican las reducciones en el volumen actual del Ejército y la misma retirada de fuerzas
-pesadas y lentas- de los países aliados de Europa del Este.
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En este contexto, cabría entender la gradual transición observada ya en la estructura maciza
de los Ejércitos de Tierra del Pacto de Varsovia (PAV), hacia una más flexible y fluida, a base
de Unidades tipo Batallón y Brigada.

No obstante, como lo reiteraba el viceministro soviético de Defensa, general Lushev, “el


principal componente en el combate moderno es y será el elemento humano” y a este
componente debe llegar, con especial énfasis y cuidado, la nueva política de reestructuración.
Y sólo lo logrará un programa de actuación y de entrenamiento que incida -de modo especial-
en la obtención de un nuevo modelo de combatiente, en el que se den y acepten firmemente
unos altos valores personales que únicamente las socledades democráticas y libres puedan
ofrecer y dar. Es curioso observar, a este respecto, que la perestroika militar en la URSS
se ve apoyada hoy, con mayor fuerza, por los oficiales más jóvenes, más motivados y en
especial en aquéllos cuya formación militar profesional ha sido sancionada por experiencias
recientes de combate. El joven oficial que ha regresado a su patria después de luchar en
Afganistán es un ejemplo más típico. Sabe mucho, sin duda, de los efectos y de la fuerza
de las motivaciones personales del combatiente -en este caso, su adversario- que lucha
por la independencia y la libertad.

Pero en la puesta en aplicación de la pereslroika, el Ejército soviético se enfrenta a un gran


dilema: Lcantidad para hoy y a cambio de calidad para mailana? A esta simple fórmula han
. llegado las interpretaciones más simples sobre el alcance de las reformas. En esta disyuntiva,
no aclarada todavía, los militares soviéticos, en alguna forma apoyados por el general Moseyev,
jefe del EM, han criticado en distintos momentos, lo que ellos consideran falta de competencia
en los analistas civiles reunidos en torno a Gorbachov, para la elaboración del nuevo pensamiento
militar.

Por otro lado, también se ha valorado negativamente que, como consecuencia de las reformas
militares, la industria de defensa haya empezado a reconvertirse desviando parte de su
producción a bienes de consumo duraderos y a utillaje y maquinaria para otras áreas civiles
y que el Ejército se haya empenado también en otras actividades que, aunque se estiman
favorables a la cohesión nacional de los soviéticos, le distrae de sus misiones principales.
Tal es el caso de la enseñanza de idiomas -hay más de 1OOlenguas y dialectos importantes
distintos en la URSS- y los cometidos culturales y sociales de integración de las diferentes
etnias. Porque, no se olvide, la URSS es un complejo mosaico de razas, religiones y culturas,
y los esfuerzos de integración, hasta ahora han sido poco eficaces, como se ha visto
recientemente en su repúblicas periféricas.

En definitiva, la perestroika militar ha supuesto inicialmente y supondrá durante mucho tiempo


una cierta confusión y enfrentamiento de sentimientos y actitudes en el seno de las FAS.
Para unos, el hasta hoy rígidamente controlado sistema militar soviético podría evolucionar
-gracias a las reformas- hacia cotas de mayor eficacia yadaptación a los desafíos
tecnológicos, doctrinales y psicológicos de Occidente. Para otros, por el contrario, puede
suceder, en el límite, el fomento de dudas sobre la misma legitimidad de la institución militar
y crear -paralelamente- tensiones entre civiles y militares, cuando ya éstas existen en
el propio seno del Ejército.

Desde el inicio de la implantación de la perestroika, hace más de 2 anos, los cambios en


los mandos soviéticos en el orden de batalla: las modificaciones y reducciones de gastos
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y de personal y material (5) y las tendencias y actuaciones en el campo de la política de personal
y económica, han tenido una importante influencia en el Ejército soviético. Todo -parece
ser- ha sido modificado. El Ministerio de Defensa, el Estado Mayor General, el Directorado
Político, las Armas, los Servicios, etc. , la propia estructura de los Teatros de Operaclones
(TVD,s) y de los dlstritos militares, etc., han sufrido camblos muy signlflcatwos y muy rápidos.
estos y otros cambios observados que afectan al armamento, a las cuestlones económicas
y a la logística, han cogido por sorpresa al Ejército y naturalmente, no han sido bien acogldos
por todos sus mlembros.
No obstante, los responsables de la puesta en práctica de las nuevas orientaciones de Gorbachov
tienen conflanza en el objetivo final, aunque están de acuerdo en que la meta del cambio,
de todos modos, está lejana y deberá superar ciertamente, muchos elementos de tensión
y de enfrentamlento surgidos en la Institución mIlItar (6).

La glasnosl llega también al Ejército soviético

La glasnost “lnformaclón y difusión públicas”, como nueva orientación politlca complementaria


y afín a la peresfroika. también está encontrando su aplicación dentro y “sobre” las FAS de
la URSS. El tema no es nuevo en la historia de la Unión Soviética (7) En la Rusia Imperial
de Nicolás 1, es decir. a medlados del siglo pasad.0. los partidarios del Intercambio libre y
estimulado de opiniones y de ideas en cuestiones de índole militar, Impulsaron sus esfuerzos
intentando lograr que se superaran los fallos de una pesada burocracia y se hiciera frente
a la corrupción también presente en aquella época. Se dio con mayor fuerza esta corriente
en la Armada. Los almirantes esperaban que todo ello repercutiría en un mayor y mejor desarrollo
del poderío naval Los cambios y acontecimientos de naturaleza revolucionaria que se dieron
más tarde, detuvieron este proceso Los que se est’-ti,, dando ahora en lo que llamamos Europa
Oriental y en la propia URSS, están teniendo profundos efectos de las FAS del bloque soviético
Todas las evidencias y las informaciones que transpasan el “demolido !ilón de acero” -Lqulén
se acuerda hoy de él?- sugieren que habrá muchos más camkos y más profundos en el
inmediato futuro que ya estamos wiendo.
Los cambios en la situación político-militar que vamos conociendo, imponen la mayor cautela
a los responsables de la seguridad en Occident o La nueva distensión que wmos exige
una inteligente actitud de prudencta en la que la observación y vigilancia de todo lo que ocurre,
en especial en el ámbito de ia seguridad y de las relaciones internaclonales. se apoye en
la correcta obtención de Información y en anállsls ordenado y profundo. Y todo ello, de modo
especial, tanto en los campos y ámbitos de la doctrinî militar, como en el de la orgánica y
demás factores que conforman el sistema militar no soló tie la URSS, slno de los demás países
del PAV.
Hay muchas dificultades que se oponen a un correcto análi:~s de la información y a su exacta
y eficaz evaluaclón e interpretación. En EE UU, en Europa, r,wchos países dedtcan esfuerzos

(5) M. Gorbachov, en maya de 1989, reveló que los gastos de Defensa ser,an en este año de unos 77.3 millones
de rublos. con lo que en período 1986-i 990 supondría un ahorro de 30 mil millones También anunci0 la reducción
de 500 000 hombres, 10 000 carros, 6 500 pwas de arl0?ria, 800 aviones de combate
(6) Una Información muy rec~enle se hacia eco de las Inquietudes de los v~e]os combatientes del Ejército SOVI@~ICO.
que no pueden olvidar los 25 millones de muertos que las ~mprewsiones frente al ataque de la Alemama nazi
les ocasionó
(7) Nos lo recuerda Natalia A Gross en su libro, recogida en las notas blbllogr&cas

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intensivos al estudio e investigación de los informes, noticias y publicaciones específicos
sobre la aplicación de la perestroiha militar, pero vienen cargadas de la dificultad adicional
que supone el ruso, y de los distintos criterios que presiden la organización militar soviética.
La glasnost entre los militares, significa hoy, más que otra cosa, la libertad del debate crítico
sobre la gestión administrativa y la posible corrupción que se da en las FAS. En la campana
por la libertad informativa a nivel de la institución militar, tanto en la prensa de ésta como
en la civil, los superiores en rango y hasta el propio ministro de Defensa han sido criticados
duramente por Ineficacia, por abusos y hasta por apropiación de fondos... (8).
También la glasnost se utiliza como medio para promover debates y reflexiones sobre temas
tales como política de personal, castigos y recompensas, destinos, deficiencias en entrenamientos
y ejercicios, etc... A los mandos, en general, se les requiere para que soliciten las opiniones
de los oficiales subordinados sobre problemas de educación, formación e instrucción. Según
el general lefe de Administración de personal de la Fuerza Aérea, el apertunsmo público debe
utilizarse para mejorar los niveles de entrenamiento y el estado de preparación para el combate.
La glasnost puede y debe auxiliar a la perestroika, es decir, contribuir al perfeccionamiento
de los métodos de instrucción y de entrenamiento y en particular, conseguir una mayor calldad
en la formación de los jóvenes cuadros de mando sobre una base personal e individual.
Otro aspecto de la glasnosf va orlentado a impulsar la iniciativa en la presentación de sugerencias
para la melora del equipo y material, a fin de Ipgrar en el sistema militar una mejor relación
coste-eficacia. En particular, los especialistas enlogística han sido estimulados a perfeccionar
el sistema, en su conjunto, y los servicios correspondientes de abastecimiento, transporte,
etc., así como la aplicación de las tecnologías y de computadores e informática en las funciones
logísticas, con vistas a incrementar la eficacia y el rendimiento de todos los medios
El almirante Sorokin, reconoció el papel importante del debate público -de la glasnost-
en el proceso de la decisión a todos los niveles, al hacer a la burocracia mllitar más flexible
y receptiva a las sugerencias de los cuadros inferiores. También subrayó la necesidad de
incrementar la comente informativa de sentldo descendente para mantener a los subordinados,
hasta el nivel de simples soldados, informados de las decisiones y disposiciones de los superiores.
Esto debería contribuir a desarrollar las actitudes de iniciativa en todos los escalones. Sin
embargo, el nivel de glasnosf del que puede hacer uso un profesional militar del Ejército soviético
es muy limitado. Algunos críticos aseguran que sus posibilidades dependen, desde luego,
de su graduación y, hasta hoy, de su status dentro del PCUS. Para slmpliflcar: que tenga o
no reconoclda su afiliación al partido.
Simultáneamente, algunos superiores de alta graduación han alertado seriamente contra
la tolerancia de una crítica sin restricciones hacia los mandos y a sus decisiones. Lo cierto
es que entre los jóvenes oficiales y soldados que pertenecen al partido se puede hacer uso
de los canales autorizad.os del PCUS para criticar a sus superiores (9).
La nueva política informativa ha producido -como era de prever, y así lo ha hecho la
peresfroika- la consiguiente tensión, sobre todo en algunas Unidades en las que los cuadros

(6) Sólo como enécdota, se clta que a través de dwersos artículos dados a la luz pública se supo que algunos
generales se habían hecho construir saunas a mstalaciones de recreo a expensas del Ejército, así corno que
habían mandado soldados a trabajar en granjas particulares Naturalmente, se impuso el adecuado correc11vo
a los autores de estos abusos y se está mtentando con medldas severas corregrr algunos de los problemas
o defectos actuales de dwpllna y moral de la FAS
(9) Así se desprende de un artículo aparecldo en la publlcaclón Komunlsf VoorugenirSil de 1986

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de mando han solicitado, en ciertas situaciones, una investigación sobre la conducta y actuación
sospechosamente incorrecta de sus superiores. Como era lógico, en ciertos casos, esto
ha supuesto la adopción de medidas represivas para los autores de las peticiones o denuncias
(10). Por todo ello, no es de extrafiar que el sistema de glasnosf aplicado en este campo se
vea muy poco estimulado. Durante las reuniones públicas, se ha observado también que
los militares se muestran muy reluctantes a formular críticas, que, en algunos casos son
meras sugerencias, muy tímidas y de poca consistencia. Todo ello, hace lento el proceso
re.aly eficaz de la aplicación de la glasnost en el seno de la institución militar.
La prensa militar soviética es, sin embargo, mucho más clara y abierta hoy, que hace unos
arlos. En ella se discute con cierta frecuencia la imagen esteorotipada del soldado soviético
presentada hasta hace poco como un “superman” comunista. Se analizan, en estas publicaciones,
problemas de orden social y disciplinario que se dan entre los soldados, como pueden ser
el alcoholismo, el uso de drogas, los conflictos de etnias y nacionalidades; la violencia en
los cuarteles; los problemas de deserción, de corrupción e incluso de ventas-desaparición
de armamento, en el seno de las Unidades, o en las repúblicas centroasiáticas, como se
ha citado,en los casos recientes de intervención militar en dichas regiones.
La prensa militar también ha empezado a recoger las peticiones de algunas organizaciones
no oficiales de veteranos de guerra exigiendp la mejora de sus beneficios e incluso el
reconocimiento público; así como la oposición de los jóvenes llamados afilas a arriesgar
sus vidas en combate sobre todo en el período de la guerra de Afganistán y en acciones militares
en las repúblicas periféricas. Ha puesto también al descubierto distintos métodos picarescos
utilizados por las familias para evitar que sus hijos vayan al Ejército. Sin embargo, la glasnost
militar no ha permitido, hasta ahora, un debate abierto sobre un tema tan importante como
es el de los costes y beneficios de la intervención del Ejército soviético en Afganistán y en
otras áreas geográficas, y el de la percepción del aperturismo de los países aliados del PAV.
Otro aspecto abordado por la glasnost en los medios de comunicación militar, ha sido la
evaluación del comportamiento de los militares en la Segunda Guerra Mundial. Las críticas
más duras han sido dirigidas a la organización logística en general y a la asistencia sanitaria
y médica en particular durante el primer período de la guerra, aunque se han puesto al descubierto
otros fallos operativos durante todas las fases del conflicto (11). Es muy probable que la doctrina
militar y los conceptos operativos para futuras acciones bélicas podrían beneficiarse de dicho
estudio.
De acuerdo con la nueva política de transparencia y difusión informativa, las autoridades
y la prensa militar han empezado a dar a la luz pública datos concretos y ciertamente más
fiables que en los tiempos que precedieron, sobre la entidad, volumen, naturaleza y capacidades
tecnológicas de las FAS. Se han vertido informaciones con cierto detalle sobre el desarrollo
orgánico y las modificaciones introducidas en la fuerza; los nuevos conceptos estratégicos
en estudio; la planificación operativa para los próximos alios, y la hipbtesis de nuevos conflictos
o de una futura guerra. La calidad y precisión de las estadísticas en estas áreas -según
muchas fuentes de la OTAN- han mejorado notablemente. De acuerdo con los expertos

(10) Un ejemplo mas de los electos de la glasnost: un capitan de navío de la Base Naval de Leningrado fue severamente
reprendldo por habar Informado a sus superiores de que su jefe inmediato empleaba marineros para trabajar
en su tienda de souvenirs -ilegal. desde luego- Instalada en la Base.
(11) Por ejemplo. una revista de historia militar puso de relleve en un análisis profundo, los fracasos registrados
en las operaclones ofensivas del ailo 1944.

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occidentales, las cifras que hoy se dan al público, respecto a los presupuestos de Defensa,
asignaciones a los programas diversos de defensa y sobre el volumen y composición de
las fuerzas e incluso sobre la entidad del material y armamento vendido a terceros países,
van aproximándose cada vez más a la realidad, evaluados en los cuarteles generales de
la Alianza Atlántica, aunque sigue existiendo confusión y disparidad en su interpretación,
las cifras oficiales sobre el presupuesto de Defensa son las siguientes:

Materias 1989 1990

Adquisiciones de armamento. 32.600 31.040


,ItD 15.300 13.150
Gastos personal activo y entretenimiento. 20.200 19.320
Pensiones. 2.300 2.440
Construcción. 4.600 3.700
Otros. 2.300 1.390

De todas formas, no ha cambiado sustancialmente la información respecto a problemas de


Índole interna de las FAS. El discurso de Mijail Gorbachov, en el Pleno del Comité Central,
celebrado en enero del año 1987, en el que solicitó amplias reformas militares y atacó la
oposición a su política, apareció en la prensa militar muy restringido y aséptico. Las críticas
contra Stalin; en su calidad de Comandante Supremo durante su largo período dictatorial
y el uso que hizo del terror contra el mismo Cuerpo de Oficiales, se han limitado, al parecer,
a las publicadas en una revista para jefes de alta graduación, aunque es cierto que se van
haciendo más abiertas y fidedignas las informaciones sobre la actuación de las FAS en la
Segunda Guerra Mundial (12).

En general, en los organismos y unidades militares, la política de glasnost en su aplicación


por la sociedad civil se considera también muy inquietante. No es extraño, pues, que se vea
muy obstaculizada y criticada cuando se pretende aplicarla al ámbito de las FAS. En la prensa
militar soviética se critican duramente los artículos de las revistas civiles, en las que se desvirtúa
-dicen- la realidad de los fracasos del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial
y las intervenciones del mismo en distintas operaciones de ámbito internacional.

Hoy, aunque silenciosamente, los militares más que los radicales del PCUS y los propios
miembros del KGB, no desperdician la ocasión para lanzar sus ataques y críticas a los medios
civiles de comunicación social. La glasnosf en manos civiles se ve como un instrumento
nefasto, perjudicial, para la imagen pública del Ejército, hasta ahora impoluta. Se estima,
en el seno de la institución militar que -de momento- en vez de contribuir a aclarar y a
reivindicar la conducta y actitudes del personal militar y, ehTdefinitiva, a mejorar su imagen,
sólo ha logrado crear un sentimiento muy peligroso de animosidad. A juicio de los milita!es.
el presidente Gorbachov va demasiado deprisa en la aplicación de su nuevo pensamiento,
y puede verse arrastrado más allá de lo deseable en relación con la “política de seguridad”
de la URSS.

(12) Recientemente se ha dado a conocer un informe detallado sobre la autoría sowética de la qecución de 15.000
soldados polacos en Katin, al inicio de la Segunda Guerra Mundial

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Otro tema que parece haber impulsado la glasnosf es el análisis de la moral y la cohesión
de los militares. Pero esto ha derivado, en definitiva, hacia la desacreditación real de la profesión
militar y del papel y misiones de los jefes y oficiales.
Los abusos y la corrupción descubiertos mediante estas nuevas tendencias informativas
libres y abiertas, no son exclusivos del Ejército, dicen los militares. La sociedad civil, en su
conjunto, es objeto -según algunas autoridades militares- de una amplia ruptura en el orden
social y de agresión en los aspectos morales. Las acusaciones a la prensa civil de que el
gasto militar es la causa de los graves problemas económicos de la URSS es también falsa.
Es cierto que con Breznev el gasto militar subió a un 14 % del Producto Nacional Bruto (PNB),
pero ello fue el resultado de un incremento de las tensiones internacionales tras la breve
distensión de Kruschev. Posteriormente, los niveles descendieron a lo que el EM soviético,
consideró umbrales mínimos para la eficacia del sistema militar.
Los temas relativos a cuestiones de disciplina y al incremento del “pacifismo” entre los jóvenes
llamados a filas y entre la misma poblacibn preocupan también el Ejército. Temen los militares,
que la glasnost de Gorbachov contribuya especialmente a ablandar las estructuras, hasta
ahora rígidas y férreas, que han preservado la cohesión y unidad de las FAS y, sobre todo,
sus actitudes hasta ahora firmes, respecto al de las ideologías marxistas y a las amenazas
del sistema caoitalista.

Consideraciones finales
El general Volkogonov, una de las principales autoridades de la Administración militar, y experto
en guerra psicológica, al referirse al aperturismo y distensión actuales, advertía recientemente
y con insistencia sobre la validez de las amenazas militares que se cernían sobre la URSS,
repitiendo tópicos tales como el deber de “luchar por una liberación social y nacional contra
la dominación y agresión imperialista”, algo que hoy parece obsoleto, y contra las actitudes
de acercamiento de los líderes políticos hacia Occidente.
Como se ha apuntado, los militares comparten sentimiento muy complejos y divididos acerca
de la perestroika y de la glasnost. Por un lado, esperan los cuadros de mando, en general
los de menor graduación y responsabilidad, que las reformas iniciadas permitan que el sistema
militar, tan hermético hasta ahora, se adapte mejor a los desafíos y retos que plantean los
avances en doctrina y tecnología. Por otro, y tal como se ve ante los acontecimientos recientes,
la glasnost ha puesto en entredicho, en cierta medida, la legitimidad de las estructuras políticas
en muchas de las 15 repúblicas que componen la URSS, e incluso la del propio sistema militar,
creando tensiones muy peligrosas cuyo alcance es de difícil previsión y medición. En la actuación
en Azerbaiyán y en Armenia se produjeron deserciones entre los mandos -oficiales y
suboficiales- sobre la base de la prevalencia de las lealtades nacionalistas ante las del
sistema soviético.
La glasnost -con todas sus implicaciones- incide en la mentalidad de muchos de los veteranos
jefes y oficiales, provocando recelos y la consiguiente desconfianza ante los posibles efectos
perturbadores de la moral y de la estabilidad política y profesional del Ejército y por consiguiente
en la propia seguridad nacional.
El objetivo de la perestroika y de la glasnosf aplicadas a las FAS -según fuentes soviéticas
responsables- es primordialmente crear un sistema militar menos rígido y más eficaz. Sin
embargo, dado que en él han venido prevaleciendo las características de control centralizado,
de rigidez y de cierta inercia, que afectan incluso al pensamiento militar, se estima que habrá
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de transcurrir un tiempo considerable antes de que la perestroika origine un cambio esencial
en el Ejército y en todos sus componentes. Mientras tanto, cabe prever que se agranden
las diferencias entre “antiguos” y “modernos”. Sólo la permanencia y la firme decisión del
propio Mijail Gorbachov pueden garantizar que se alcance el objetivo final (13).
“Las FAS en su conjunto están a favor de las reformas”. Entre los militares no hay enemigos
de la perestroika. Es una afirmación del teniente general Stavoduvov, en su intervención
en el I Encuentro Hispano-Soviético por la Paz, organizado recientemente en Madrid por el
Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad de Espana. “Los militares han comprendido
-dijo también- que el Ejército no podía seguir desempenando el mismo papel que venía
ejerciendo en el plano de las relaciones internacionales y en la política general de la URSS”.
Hoy aparece, en efecto, un nuevo “pensamiento político-militar”, pensamiento que se asienta
en el principio de que “la guerra en Europa es imposible, porque significaría el fin de nuestra
.$
civilización”.
Como se recogía en un periódico muy recientemente, “los extraord.zarios cambios de este
último año, han convertido al Ejército soviético en un nuevo Jano, dando la cara simultáneamente
al frente, a la perestroika y a la glasnost, buscando su reforma, y a la espalda, resistiéndose
a toda modificación”. Con la puesta en práctica de las medidas de reestructuración, mira
al futuro, soportando restricciones y pérdidas a corto plazo, a cambio de lograr un aumento
de su capacidad y eficacia a un más largo plazo. “Las FAS soviéticas son conservadoras,
combativas y xenófobas, pero también muy nostálgicas, al rememorar los días gloriosos de
la “gran guerra Patria” decía Eltsin en una entrevista recogida hace unos meses en la revista
francesa Paris Match. Por ello, para los responsables de más alto nivel, la perspectiva de
un Estado democrático, disminuido en sus atribuciones y poder, y carente de la dinámica
de la tensión, resulta muy molesta”. Hasta ahora, se había atribuido al Ejército so;iético,
además de su misión de seguridad nacional, una gran función de cohesión en el seno de
la heterogénea y plurinacional sociedad soviética y, sobre todo, desde el punto de vista eslavo,
un papel preservador de la entidad preeminente de este grupo étnico mayoritario.
En realidad, la aplicación de la perestroika, es decir, de serias reformas en el Ejército soviético,
viene de más lejos que los proyectos de Gorbachov. En los aspectos doctrinales y estratégicos,
el enunciado de los conceptos “suficiencia razonable”, ” defensa defensiva” o “no agresiva”,
y “disuasión mínima”, que hizo el propio dirigente en un discurso pronunciado en París en
octubre del año 1985, reflejan, más que un tema esencial de seguridad, una declaración
fundamental sobre el control por los políticos de la seguridad nacional soviética y también,
es cierto, sobre la necesidad de restringir los gastos de Defensa en aras del desarrollo ecofiómico
de la URSS.
Por todo ello, algunos expertos estiman que es, más bien, “un instrumento diseliado para
someter el interés funcional de los militares a un control más estricto”, al propio tiempo que
se buscan niveles más bajos y más económicos en la paridad militar con EE.UU.
Lo cierto es que dichas declaraciones y propósitos han situado a los militares en una posición
difícil en la cuestión de evaluar qué medios -y cuántos- son realmente necesarios para
garantizar la seguridad. El concepto de “defensa defensiva”, por otro lado, trata de justificar
la utilidad de una doctrina operativa en la que puedan excluirse los aspectos ofensivos, algo

(13) NOpueden ignorarse las duras criticas del conservador Ligachev y sus palabrar de acusación al mismo Gorbachov
de estar llevando a la URSS al fracaso.

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que es de difícil comprensión, dentro incluso de las teorías de Defensa. El mando militar sovi&ico
desde hace unas décadas, venía elaborando unos conceptos propios sobre lo que significaban
las operaciones “defensivas” y sostenía en definitiva, que la ofensiva y la defensiva convergen
en sus objetivos. Ahora, en virtud de la aplicación de la perestroika, habrán de dirigir sus
esfuerzos a la elaboración de una nueva doctrina defensiva, exclusivamente, que con la utilización
de las más modernas tecnologías consiga los mismos objetivos, También tendrán que pensar
-de hecho ya está en marcha- en la reconversibn de las industrias de Defensa (14).
En definitiva, muchos expertos piensan que las nuevas formulaciones doctrinales sobre seguridad
podrían orientarse a quitar al mando militar el monopolio de los asuntos de Defensa. Las
reducciones de efectivos de oficiales iniciadas en el ano 1966, supusieron un duro revés
para los criterios mantenidos por el Ejército. Pero las disminuciones no se reducen a los oficiales:
de los 4,5 millones de hombres en los anos de Breznev, se han pasado a menos de 3 millones,
y parece cierta la noticia de una nueva reducción de 500.000 hombres. Los jefes militares
soviéticos obligados a contemplar la situación en Europa del Este y en la propia URSS, que
evoluciona de un modo meteórico achacan la rapidez y violencia de los cambios a la pasividad
de los gobernantes y estiman que todo ello puede ser de graves repercusiones para la seguridad
soviética. Piensan también que, ante una mayor evolución del PAV e incluso, de su desaparición
habría que recurrir con urgencia al establecimiento de relaciones bilaterales de Estado a
Estado, y a la definición y formalización de acuerdos también bilaterales de seguridad, previos
a la creación de un sistema genuino europeo, libre de la influencia de EE.UU. que constituye
el objetivo óptimo de la política soviética. La retirada de fuerzas soviéticas de los países de
Europa del Este se considera que debería ser el resultado de negociaciones muy meditadas
y esta circunstancia, por ahora, ha faltado (15)
Un aspecto muy importante que preocupa a los mandos militares es el nivel que han alcanzado
las críticas por parte de los medios civiles de comunicación social o incluso de la simple
opinión pública, de que es objeto el Ejérctto. Hasta ahora habían conseguido mantener -en
el seno del mismo- un frente único y firme de rechazo. Los temas de las penalidades pasadas
en Afganistán y de la propia retirada de este país, el de la “brutal” represión ciudadana en
Tbilisi, Georgia, también con retirada de las fuerzas militares y otros similares, han sido
ampliamente explotadas por los criterios civiles (16). 1
El Ejército ha defendido siempre la necesidad del servicio militar obligatorio de’los estudiantes
I
y, en esto, ha tenido que hacer frente al propio PCUS interesado al parecer en conseguir
privilegios para sus hijos. También se ha opuesto a una nueva reorganización territorial del
Ejército, que podría ir en contra de su función de cohesión nacional, así como a un Ejército
exclusivamente profesional y de voluntarios. Las presiones demográficas producidas por
el desequilibrio y la disminución demográfica de los eslavos, pesan mucho en los argumentos
de los militares, contra la reducción del servicio (17).

(14) Se estlma que las previsiones asignan más de un 40 46 de su actividad a !a producci6n de bienes “civiles”.
Por ejemplo: televisores, videos. radios refrigeradores. lavadoras. aspiradoras. ordenadores, componenles
electrónicos. aviones, barcos de uso civil, productos alimenticios, utillaje agrícola y maquinaria pesada para
la agricultura, etc.
(15) Se ha citado, a este respecto, que ceso de retirar las tropas de EE.UU. de Europa dejando ~6102 Divisiones
el PAV debería retirar otras 28 para dejarlas al mismo nivel -hoy hay 30-
(16) Es de esperar una intenslhcación de las camparlas antimilitaristas después de los sangrientos sucesos de
Armeme -mayo 1990.-
(17) No resultan extraflas fas protestas del almirante Chernavi cuando defendió el mantenimiento de la duracidn
de 3 anos de servicio en la Flota frente a la propuesta de reducción a 2 anos

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El Ejército teme las modificaciones y las reducciones en cualquier parcela del sistema militar.
Los problemas del aumento de los desertores y objetores, de drogas, alcoholismo... (18);
de las actitudes de las minorías crecientes de soldados y marinos musulmanes en el Ejército
soviético, así como de otros elementos étnicos y el general de las Nacionalidades, constituyen
otra grave preocupación de los mandos militares ante las corrientes de reforma y de transparencia
informativa que afectan a las FAS. Efecto principal de estas reformas, ya iniciadas antes
de la implantación de la peresfroika, y según los análisis efectuados por los militares son,
por una parte, la denigración de la vida militar que afecta a todas las categorías de mandos
y tropa del Ejército en la sociedad sovi&ica. El Ejército, ahora, se está acostumbrando a
vivir con las críticas sistemáticas y con riesgos físicos, impensables hace unos anos (19),
aplicación directa de la transparencia informativa o glasnost. Por otra su papel tradicional
de protector de la Nación ha sido puesto en entredicho, sobre todo despues de los desastres
de Afganistán, Armenia y Azerbaiyán.
En definitiva, un problema fundamental que ahora se presenta es que el Ejército sovi6tico
estima haber perdido su misión y papel más importantes. Hasta aquí, sabía qué tenía que
hacer frente al “capitalismo agresor e imperialista”. En el afro 1990 esto ha cambiado. ¿Puede
encontrar una nueva justificación de SU existencia en la función exclusiva de preservar la
integridad territorial y la unidad del imperio soviético. Es un gran interrogante que sólo el
tiempo podrá aclarar. La efervescencia nacionalista en la periferia de la URSS augura tiempos
difíciles.
“Me imagino la lucha terrible que nos aguarda para reformar el Ejército y el KGB” -decía
hace poco Boris Yeltsin en su libro Jusqu’au bout. El enfant terrible de la perestroika (20)
aliadía “hay que colocár la esperanza en la evolución de la sociedad soviética”. La transformación
del Ejército soviético se considera la “última batalla de la peresfroika”.

BIBLIOGRAFIA
- Perestroika y glasnost in fhe Soviet Armed Forces. Natalie A. Gross. Profesora de Estudios político-
militares del US Army Russian Insfifute. Garmisch. RepúblicaFederalde Alemania.
- D.T. Yazov. La reestructuración en el trabajo de los mandos militares. VI Journal, 1987.
- Gorbachev’s economic and the military. PhilipPetersenand NoraTrullock.US Deparfmenf of Defense.
- Gorbachev and fhe Sfruggle for fhe Future. Soviet Army Studies Office. Fort Leavenworth, Kansas,
EE.UU. A. 1987.
- High Military Readiness oí fhi? Soviet Armed Forces, the most importani Factor in Deiending Socialism.
V.I. Journal, 1987.
- Rewtas y diarios nacionales y extranjeros diversos: en particular: Paris, Mafch, Tribuna, ABC, El
País, El Globo (Mazarine), 1.Herald Tribune y Le Monde.

(18) Estrella Roja informaba recientemente que el número de objetores y desertores habían crecido un 30 % el
ano pasado. Según una encuesta, el 95 % da los escolares rechaza el servIcio militar.
(19) Según informaci6n de prensa, 59 oficiales y generales fueron asesinados el aflo pasado en la URSS. Se estima
que estos delitos son consecuencia del actual movimiento de antipatía suscitado hacia las FAS, en particular
entre foa jóvenes y también y en especial en las repúblicas periféricas.
(20) Hoy presidente de la RSFS de Rusia.

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