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DEFINICIONES

En un 90% no se logra conocer el germen u organismo causal específico, y de los conocidos se


estima que 50% son causados por neumococo (un 5% del total de causas de neumonía).
Neumonía: Infección aguda del parénquima pulmonar que genera manifestaciones sistémicas,
síntomas respiratorios agudos y que se acompaña de infiltrados en la radiografía del tórax.
En el Hospital de La Universidad del Norte, la NAC es la primera causa de hospitalización, y genera
hasta un 30% de la totalidad de los ingresos, siendo el grupo de menores de 5 años de edad los
más afectados (4).
En Colombia, el número de defunciones por infecciones respiratorias agudas (IRA) de vías baj as
entre menores de 5 años fue de 3.400 en 1990, con una pérdida de 60.8 años de vida sana
(AVISA). Para 1994, la tasa de mortalidad por IRA de vías bajas, en el mismo grupo de edad, se
estimó en 546 por 100. 000 nacidos vivos y la de mortalidad por neumonía e influenza en 358 por
100. 000 nacidos vivos. Actualmente la mortalidad por neumonías en menores de 5 años en el país
es de 25 -50 /100.000 en general, siendo más elevada en departamentos como Cundinamarca,
Huila y Caquetá, con cifras de hasta 50 / 100.000.
En países tercermundistas la mortalidad es aproximadamente de 100 - 2.000 por 100.000 niños (6,
7, 8, 9).
Neumonía adquirida en la comunidad: Infección del parénquima pulmonar en niños que no han
estado hospitalizados por lo menos una semana antes o que aparecen los síntomas después de 48
horas del egreso hospitalario y que tenga una evolución menor a 15 días.
Neumonía neonatal: Enfermedad que típicamente se presenta en los primeros tres días de vida. Se
adquiere por aspiración intrauterina de líquido amniótico infectado, transmisión transparentaría
de organismos de la madre al feto o aspiración de líquido amniótico infectado durante y después
del nacimiento.
Neumonía atípica: Infección del parénquima pulmonar cuya manifestación clínica corresponde a
un complejo sintomático que incluye un curso a menudo a febril, sin afectación del estado en
general y frecuentemente con componente obstructivo bronquial en contraste con las neumonías
habituales. Los pacientes afectados por gérmenes atípicos presentan un cuadro de inicio gradual, y
no responden a la terapéutica antibiótica habitual.
Neumonía complicada: Es la infección del parénquima pulmonar más otros efectos patológicos
como abscesos, derrame pleural y empiema.
FISIOPATOLOGÍA Y PATOGENIA
Los microorganismos se adquieren, en la mayoría de los casos, por vía respiratoria, y alcanzan el
pulmón por trayecto descendente desde las vías respiratorias altas (10). Al llegar al alvéolo y
multiplicarse originan una respuesta inflamatoria, sin embargo, en términos generales el
microorganismo puede ingresar al parénquima pulmonar por varias vías:
Vía descendente: asociado la mayoría de las veces con un cuadro respiratorio generalmente viral
alto previo y que existencondiciones favorables para que pueda ocurrir. Los gérmenes más
relacionados son Streptococcus Pneumoniae y Haemophilus Influenzae.
Vía hemática: más relacionado con patógenos como Staphylococcus Aereus y Klebsiella
Pneumoniae.
Por alteraciones anatómicas, funcionales y/o inmunológicas: se relaciona con patologías como
fibrosis quística, tratamientos inmu-nosupresores, entre otros.
Por aspiración: se asocia con alteración en la mecánica de deglución, reflujo gastroesofágico,
episodios agudos de epilepsia, entre otros
La neumonía se localiza anatómicamente en el parénquima pulmonar; más precisamente, en las
"unidades de intercambio gaseoso", a saber: bronquíolos terminales y respiratorios, alvéolos e
intersticio (10, 11,12).

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Existen cinco elementos fundamentales que apoyan mucho al clínico cuando se evidencia
patología respiratoria: sintomatología alta, baja, presencia de fiebre, frecuencia respiratoria y
oximetría de pulso.
• Signos sintomatología respiratoria alta — rinorrea, frémito nasal, malestar general, estornudos
• Signos sintomatologías respiratorias baja- tos, taquipnea, estridor, sibilancias, dificultad
respiratoria, crépitos alveolares y retracciones subcostales
• Taquipnea: signo más sensible y específico en < 5 años
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la taquipnea como único signo predictor de
neumonía con una sensibilidad del 50 - 75% y una especificidad del 67%. La ausencia de taquipnea
tiene un valor predictivo negativo del 80% (25).
Se define TAQUIPNEA como:
* FR > 60 por min. en menores de 2 meses
* FR > 50 por min. en niños de 2 - 12 meses
* FR > 40 por min. en niños de 1 a 5 años
* Fiebre
La fiebre sola no es parámetro útil para el diagnóstico, la no presencia de fiebre tiene un valor
predictivo negativo de hasta un 90%, sin embargo, la ausencia de fiebre en un paciente con
neumonía es un factor pronóstico como riesgo de mortalidad o se puede estar ante la presencia
de neumonía atípica.
* Saturación de oxigeno baja: Útil para determinar severidad del cuadro clínico.

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Entrelosparámetrosqueapoyaneldiagnóstico están (26, 27):
Historia clínica Hematología completa Proteína C reactiva cuantitativa Hemocultivo
Radiografía de tórax postero-anterior y lateral: Confirma afección del parénquima pulmonar, su
extensión y posibles complicaciones asociadas
Sao2 (oxímetro de pulso o gases arteriales):
Se debe realizar de forma rutinaria
La ausencia de cianosis no descarta hipoxemia
En caso de derrame pleural: citoquímico, Gram. y cultivo del líquido pleural y ecografía pleural vsg
(poco útil)

TRATAMIENTO
TRATAMIENTO INTEGRAL NAC
A. Medidas Específicas
• Tratamiento antibiótico teniendo en cuenta gérmenes más frecuentes por grupos etéreos de
acuerdo con las guías internacionales
• Eficacia e índice de resistencia por población específica
• Seguridad terapéutica
. Medidas Generales
• Hidratación y nutrición adecuada
• Administración óptima de O2 de acuerdo con las necesidades
• Tratar la fiebre y el dolor
• Tratamiento de la patología concomitante como: otitis, bronco-espasmo, impétigo, etc.
• Hospitalizar en el nivel requerido o manejar de forma ambulatoria de acuerdo con la gravedad
del caso.
C. Tratamiento Médico Antibiótico
C.2 TRATAMIENTO INTRAHOSPITALARIO

Incluye todos los pacientes menores de 2 meses; se recomienda independientemente del estado
general, ya sea neumonía febril o afebril.

En caso de neumonía afebril asociada o no con conjuntivitis y pobre afectación sistémica, se


considera el uso intrahospitalario de un macrólido como Claritromicina intravenosa, y continuar
con el mismo medicamento o la Eritromicina cuando sea dado de alta hasta completar de 10 a 14
días de antibiótico (25, 41, 42).

Medidas generales en pacientes hospitalizados:


• Oxigenoterapia: Niños con saturación de oxígeno menor o igual a 92%.
• Hidratación: En pacientes con riesgo de deshidratación, incapaces de tomar líquidos o alimentos
debido a su dificultad respiratoria, o pérdidas por vómito.
• Fiebre y control del dolor: Antipiréticos como Acetaminofén o Ibuprofeno a dosis usuales.
• Terapia respiratoria: No hay evidencia de que esté indicada en el manejo de la neumonía. La
indicación de nebulizaciones con B2 está indicada en neumonías con un componente obstructivo
sin vibro-percusión, y en los casos de presencia de atelectasias estas micronebulizaciones se
acompañan de vibropercusión dirigida.
En nuestro Hospital Universidad del Norte, en términos generales manejamos a todo paciente
menor de 4 años conAmpicilina, a 200 mg/kg/día, como primera elección, la cual sólo es
remplazada por Ampicilina-Sulbactan cuando el paciente viene recibiendo antibióticos orales en
días anteriores o se evidencia toxicidad clínica (5,43).
En pacientes mayores de 5 años, el antibiótico de elección es Penicilina Cristalina, y el de segunda
elección ante paciente tóxico o que venga recibiendo antibiótico ambulatorio es la Ceftriaxona (25,
42, 44, 45).
Ante la sospecha de infección por gérmenes atípicos se maneja la Claritromicina endovenosa.
La literatura mundial avala los siguientes manejos intrahospitalarios de acuerdo a si el paciente
esta tóxico o se encuentra en buen estado general:
INDICACIONES PARA TRASLADO A LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS
• Incapacidad de mantener una SaO2>92% con una FIO2>0.6
• Paciente en shock
Incremento en la frecuencia respiratoria y el pulso con cuadro de dificultad respiratoria severa
con o sin aumento en la Paco2
• Apnea o respiración irregular
Causas
La neumonía es una enfermedad común que afecta a millones de personas en los Estados Unidos
todos los años. Pueden causarla microbios llamados bacterias, virus y hongos. En los adultos, las
bacterias son la causa más común de neumonía.
Las formas como se puede contraer la neumonía incluyen:
Las bacterias y virus que viven en la nariz, los senos paranasales o la boca pueden propagarse a los
pulmones.
Usted puede inhalar algunos de estos microbios directamente hacia los pulmones.
Usted inhala alimento, líquidos, vómitos o secreciones desde la boca hacia los pulmones
(neumonía por aspiración).
La neumonía puede ser causada por muchos tipos de microbios.
El tipo más común de bacteria es el Streptococcus pneumoniae (neumococo).
La neumonía atípica, con frecuencia llamada errante, es causada por otras bacterias.
Un hongo, denominado Pneumocystis jiroveci, puede causar neumonía en personas cuyos
sistemas inmunitarios no funcionan correctamente, especialmente personas con una infección
avanzada por VIH.
Los virus, como el de la gripe también son una causa común de neumonía.
Los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de contraer neumonía incluyen:
Enfermedad pulmonar crónica (EPOC, bronquiectasia, fibrosis quística)
Fumar cigarrillos
Demencia, accidente cerebrovascular, lesión cerebral, parálisis cerebral u otros trastornos
cerebrales
Problemas del sistema inmunitario (durante un tratamiento para el cáncer o debido a VIH/SIDA o
trasplante de órganos)
Otras enfermedades graves, tales como cardiopatía, cirrosis hepática o diabetes mellitus
Cirugía o traumatismo reciente
Cirugía para tratar cáncer de la boca, la garganta o el cuello
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es una infección en los pulmones. También se la conoce como infección del tracto
respiratorio inferior, porque se produce en la parte profunda de los pulmones. La mayoría de los
casos de neumonía son provocados por virus. Un número menor de casos de neumonía se
producen a causa de bacterias. A menudo la neumonía se produce después de un resfriado.
Signos y síntomas de la neumonía
Los síntomas de la neumonía pueden variar ampliamente en los niños. Pueden ser similares a los
síntomas del resfriado u otros síntomas del tracto respiratorio superior. Los signos y síntomas
comunes de la neumonía incluyen:
fiebre alta
tos
respiración acelerada
dificultad para respirar
ruidos crepitantes en el pulmón
pérdida del apetito
vómitos debidos a la tos o por tragar mucosidad
sensación de malestar y turbación
dolor abdominal (de vientre)
Cuándo es conveniente solicitar asistencia médica
Visite al pediatra si:
El niño continúa tosiendo por más de tres semanas
La fiebre persiste durante más de tres días después de comenzar el tratamiento antibiótico
Lleve a su niño al servicio de urgencias más cercano o llame al 911 si su niño:
tiene dificultad para respirar
se pone muy pálido o sus labios se tornan de color azul
vomita las dosis de antibióticos o no quiere ingerir líquidos
aparenta estar más enfermo
Puntos clave
La neumonía es una infección profunda en los pulmones. Puede ser causada por virus o por
bacterias
Si le recetan antibióticos a su niño, asegúrese de que los tome todos aunque se sienta mejor
Mantenga cómodo a su niño y ofrézcale mucho líquido
Last updated: October 16th 2009

La neumonía es una infección del pulmón producida por microorganismos que pueden provocar la
inflamación de un lóbulo pulmonar completo o de una parte del mismo. Dichos microorganismos
pueden ser virus o bacterias pero, en algunos casos, también pueden llegar a ser determinados
hongos. El tratamiento de la neumonía presenta muy buenos resultados cuando se inicia poco
después de la aparición de los primeros síntomas por ello, es importante acudir a un médico si
presenta síntomas que hagan sospechar de padecer esta infección.

¿Qué es?
La neumonía, también conocida como pulmonía, es una enfermedad del sistema respiratorio que
consiste en la inflamación del tejido pulmonar ocasionada por un agente infeccioso. La neumonía
puede llegar a afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía lobular), a un segmento de
lóbulo, a los alveolos próximos a los bronquios (bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía
intersticial). La neumonía provoca irritación e inflamación del tejido afectado del pulmón además
de rellenarse de líquido y material infeccioso, lo que provoca que la respiración sea dolorosa.

Causas
En principio, el mecanismo principal por el que se producen la mayoría de las neumonías es la
aspiración de microorganismos procedentes de la orofaringe. Dicho microorganismos pueden
llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o
por vía sanguínea.
En los adultos, las principales causantes de la neumonía son las bacterias como: Streptococcus
pneumoniae (neumococo), Staphylococcus aureus, Legionella y Haemophylus influenzae. También
puede ser causada por un virus como el de la gripe y el de la varicela o por la acción de
determinados hongos, como ocurre en pacientes con VIH-SIDA.

Factores de riesgo
A continuación se detallan algunos de los factores de riesgo más comunes que pueden derivar en
una neumonía:

Tabaquismo.
Enfermedades crónicas: diabetes mellitus, hepatopatías, cardiopatías, enfermedad renal, cáncer,
enfermedad pulmonar crónica, SIDA.
Malnutrición.
Exceso de peso.
Demencia.
Edad (los niños y las personas de más de 50 años son los más susceptibles de contraer neumonía).
Esplenectomía (pacientes a los que se les ha extirpado el bazo) y, en general, pacientes con bajo
nivel de inmunidad.
Alcoholismo.
Tratamientos inmunosupresores o con corticoides de manera crónica.
Residentes en centros de enfermos crónicos o de tercera edad.
Exposición a drogas por vía parenteral.
Síntomas
Los principales síntomas de la neumonía pueden ser:

Fiebre, escalofríos y sudoración.


Tos productiva, con expectoración mucosa, amarillenta, de color asalmonado, purulenta, etc.
(depende del microorganismo causante).
Dolor torácico que aumenta al respirar y toser.
Dolor de cabeza.
Dolores musculares y articulares.
Falta de apetito, debilidad y malestar general.
Disnea (dificultad para respirar), en algunos casos.
Estertores crepitantes a la auscultación pulmonar, en el área afectada.
Se pueden distinguir dos cuadros clínicos diferentes según la forma de manifestarse de los
síntomas de la neumonía, dichos cuadros clínicos son:

Cuadro clínico típico: comienza de forma brusca con menos de 48 horas de evolución junto con
escalofríos, fiebre de más de 37.5°, tos productiva, expectoración purulenta (flemas con pus), y
dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración). Un ejemplo sería la
producida por el neumococo.
Cuadro clínico atípico: caracterizado por tos no productiva (tos seca), molestias inespecíficas, y
manifestaciones extra pulmonares como dolores articulares y musculares, dolor de cabeza,
alteraciones del estado de conciencia o gastrointestinales. Un ejemplo podría ser la producida por
Legionella o Mycoplasma.
Tipos de neumonia
Se pueden distinguir los siguientes tipos de neumonía según el lugar y la forma de aparición:
Neumonía adquirida en la comunidad: es aquella producida por un agente infeccioso fuera del
ámbito hospitalario.
Neumonía nosocomial o intrahospitalaria: cuando aparece en dicho medio, o bien en las 48-72
horas posteriores al alta hospitalaria, y hasta 10 días después de esta.
Neumonía relacionada con la asistencia sanitaria: aquellos pacientes de centros de larga estancia,
en tratamiento con quimioterapia, diálisis, centros de día de ancianos…
Diagnóstico de la neumonia
Para el diagnóstico de la neumonía su médico puede realizar alguna o varias de las siguientes
pruebas o exámenes:

Examen físico: se basa en los síntomas cardinales ya citados (tos, fiebre y dolor pleurítico) y en la
auscultación pulmonar, en el área afectada.
Radiografía de tórax: Se suelen presentar una serie de signos radiográficos característicos.
Cultivos: El aislamiento en la sangre, esputo u otros tejidos da el diagnóstico definitivo del
MICROORGANISMO causante.
Técnicas no invasivas: Pueden ser necesarias una gasometría (medida de la concentración de O2 y
CO2 en sangre), o un Scanner (TAC) torácico para definir mejor determinadas imágenes
radiográficas.
Técnicas invasivas: solo se realizan en casos de neumonías graves o que no respondan al
tratamiento inicial.
Toracocentesis: punción a través de la pared torácica para extraer muestras de líquido o liberar
líquido acumulado en el pulmón a causa de la infección.
Broncoscopia: introducción de un tubo por la vía aérea para llegar al bronquio y recoger muestras
de mucosidad, para realizar un cultivo que permita averiguar el germen causante de la neumonía,
en casos de mala evolución o que no respondan al tratamiento
Tratamiento de la neumonia
El tratamiento de la neumonía se realiza con antibióticos y se iniciará de manera empírica
valorando los gérmenes más habituales y probablemente implicados, valorando la gravedad y la
respuesta a los tratamientos en la comunidad donde se localice la persona afectada. Es decir, el
tratamiento se inicia aunque no se haya determinado el microorganismo que ha originado la
neumonía.

Los antibióticos se seleccionarán en función de las guías clínicas de tratamiento, de la gravedad del
cuadro y de la existencia o no de riesgos concominantes; siendo los antibióticos más utilizados
para tratar la neumonía son:
Penicilinas y betalactámicos (amoxicilina y amoxicilina/clavulánico, ambos a altas dosis).
Quinolonas (levofloxacino, moxifloxacino).
Macrólidos (azitromicina, claritromicina).
Existen microorganismo que presentan resistencia a determinados antibióticos utilizados para el
tratamiento de la neumonía. Por ejemplo, en España el neumococo presenta una resistencia
considerable a las penicilinas, en torno a un 20%, por lo que se deben valorar otros tratamientos.
La duración inicial del tratamiento de la neumonía variará en función de los distintos cuadros.
Neumonía adquirida en la comunidad que no requiera ingreso: 7-10 días.
Neumonía adquirida en la comunidad que requiera ingreso: 10-14 días.
Casos especiales: gérmenes no habituales (Legionella, Staphylococcus aureus, Pseudomonas) no
inferior a 14 días. Casos de cavitación pulmonar y abscesos: un mes o más. En neumonías
nosocomiales (hospitalarias), variará en función de la gravedad y el germen productor.
Otras medidas generales para curar la neumonía aparte del tratamiento antibiótico:
Hidratación.
Reposo.
Analgésicos y antitérmicos.
Oxigenoterapia según los niveles de oxígeno arterial que presente el paciente.
En pacientes con neumonía grave puede precisarse ventilación mecánica.
¿Qué es exactamente la neumonía?

La neumonía consiste en una infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Éstos
están constituidos por diferentes conductos, bronquios y bronquiolos, por los que circula al aire
hasta llegar a unos pequeños sacos llamados alveolos donde tiene lugar el intercambio gaseoso.
En los enfermos de neumonía los alveolos se inflaman llenándose de líquido y pus dificultando
la respiración, incluso haciéndola dolorosa.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “La neumonía es la principal causa
individual de mortalidad infantil en todo el mundo. Se calcula que la neumonía mata cada año
cerca de 1.200.000 niños menores de 5 años en todo el mundo”.

La infección respiratoria en la neumonía tiene su origen en virus y bacterias que llegan a los
pulmones inhalados desde el exterior, o bien, porque están presentes en la nariz y garganta y
pasan a pulmón con la respiración. Al mismo tiempo, existen factores de riesgo que aumentan la
probabilidad de contraer una neumonía como: una enfermedad respiratoria crónica de base, un
sistema inmunitario débil, ser fumador o la edad.

¿Cómo ayuda la fisioterapia respiratoria al paciente tras un proceso de neumonía?


La fisioterapia respiratoria, que tiene por objetivo principal facilitar la eliminación de las
secreciones bronquiales, generadas como respuesta del organismo a la infección, y
secundariamente, disminuir la resistencia de la vía aérea, reducir el trabajo respiratorio, mejorar el
intercambio gaseoso.

La fisioterapia respiratoria no acelera la curación de la neumonía, pero si ayuda a restablecer la


correcta función respiratoria tras el momento agudo de la enfermedad, consiguiendo eliminar las
secreciones bronquiales y reexpandir la zona del pulmón afectada.
Unos de los síntomas más habituales en los pacientes tras haber pasado por un proceso de
neumonía, es que se sienten muy cansados y cualquier actividad les fatiga. Realizar el tratamiento
de fisioterapia respiratoria en su propio domicilio les evita tener que desplazarse a un centro para
llevar a cabo la sesión.

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