Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
El síntoma epiléptico por excelencia, y aquel que define la enfermedad, es la crisis epiléptica,
ya que es preciso que se presenten dos o más crisis espontáneas para que se diagnostique esta
patología, debido a que se puede tener una crisis epiléptica aislada y ello no significa que se
padezca epilepsia.
síntomas de la epilepsia son: mareos, dificultad para hablar, sensación de desconexión con el
entorno, convulsiones, rigidez muscular, etcétera
Los síntomas dependen del área cerebral en la que se origina la descarga, y de su extensión
o no al conjunto del cerebro. Una crisis epiléptica se considera un síntoma y, con carácter
aislado, no demuestra la existencia de un síndrome o enfermedad epiléptica; de hecho, del
2% al 3% de la población sufre una crisis epiléptica en algún momento de su vida.
Diagnostico
Hay que intentar conocer todo lo ocurrido antes, durante y después de la crisis. Es muy
importante incidir en los antecedentes personales (trauma perinatal, alteraciones del
desarrollo psicomotor, convulsiones febriles, meningoencefalitis, traumatismos cerebrales, o
historia familiar de epilepsia).
Tratamiento
El tratamiento de la epilepsia es principalmente farmacológico. En un 50-60% de los
pacientes, el tratamiento farmacológico es sencillo, eficaz al primer intento, y requiere poca
supervisión; un 20% de los pacientes necesitan ajustes o combinaciones de fármacos, y otro
20% de pacientes son incontrolables con los fármacos actuales. Una minoría de pacientes
son susceptibles de tratamiento quirúrgico.
Los fármacos antiepilépticos (FAEs) tienen como objetivo el control total de las crisis sin
producir efectos adversos. En general, inhiben los circuitos neuronales cerebrales y son
eficaces si se prescriben correctamente.
Los FAEs se deben introducir de forma lenta y progresiva. En general las dosis se
incrementan en 4-6 semanas. Es importante el cumplimiento estricto del tratamiento y es
muy grave el abandono brusco del mismo.
Si el tratamiento es eficaz y sin efectos secundarios no debe modificarse por ninguna razón.
Sin embargo, se considera que tras un plazo de varios años sin crisis se puede plantear la
suspensión del tratamiento (en general de 2-5 años). Esta decisión debe ser individualizada
y aconsejada por un neurólogo.
Los cuidados de Enfermería a los pacientes con epilepsia tienen que ver con la
formación sanitaria de las personas que tratan con pacientes epilépticos: