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DISTRIBUCIÓN DE UTILIDADES DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS

1. Qué es la Sociedad Anónima?


La sociedad anónima es una de las formas societarias que confieren a sus socios la
limitación de su responsabilidad hasta el límite de su aporte. El capital social está
representado por acciones, teniendo los socios la calidad de accionistas
2. El rol de los Estados Financieros
El reparto de utilidades sólo puede hacerse en mérito de los Estados Financiero,
conforme lo impone el artículo 40º de la Ley General de Sociedades, debiendo
quedar claro que los Estados Financieros, en especial el Balance General, debe
expresar un resultado positivo, caso contrario carece de legitimidad la entrega de los
dividendos. Al respecto el artículo 40 de la norma societaria señala:
3. “Artículo 40º. Reparto de utilidades.
La distribución de utilidades sólo puede hacerse en mérito de los estados
financieros preparados al cierre de un período determinado o la fecha de corte en
circunstancias especiales que acuerde el directorio. Las sumas que se repartan no
pueden exceder del monto de las utilidades que se obtengan. Si se ha perdido una
parte del capital no se distribuye utilidades hasta que el capital sea reintegrado o sea
reducido en la cantidad correspondiente. Tanto la sociedad como sus acreedores
pueden repetir por cualquier distribución de utilidades hecha en contravención con
este artículo, contra los socios que las hayan recibido, o exigir su reembolso a los
administradores que las hubiesen pagado. Estos últimos son solidariamente
responsables. Sin embargo, los socios que hubiesen actuado de buena fe estarán
obligados sólo a compensar las utilidades recibidas con las que les correspondan en
los ejercicios siguientes, o con la cuota de liquidación que pueda tocarles”. Los
Estados Financieros deben reflejar la situación financiera de las sociedad y en el
caso que las utilidades sean ciertas, se habrá generado el derecho de los socios a los
dividendos. Al respecto Elías Laroza indicaba que sólo se puede distribuir
dividendos cuando el balance de la sociedad lo permita (2). Debemos agregar que
estos balances no solo se refieren a los elaborados al final del ejercicio económico,
sino incluso a los balances parciales elaborados a lo largo del ejercicio, para efectos
que sea válido la distribución de dividendos a cuenta de utilidades.
4. la utilidad
La Utilidad es el resultado positivo de la cuenta de pérdidas y ganancias.
Constituye un residuo, una cifra computada que dependerá de los principios
contables empleados para determinar cada uno de los elementos que entran en su
cálculo. Estos elementos son dos: los ingresos y los gastos. Ambos pueden v
isualizarse como una corriente de recursos económicos; una que va de fuera hacia
dentro de la sociedad (ingresos) y una que va de dentro hacia fuera de la misma
(gastos). Se entiende por "ingreso", el resultado de la venta de mercaderías y de la
prestación de se1v icios, y se mide por el cargo hecho a los compradores, clientes o
arrendatarios por concepto de los bienes o se1v icios proporcionados. También se
considera un ingreso, el producto de la venta de activos que no sean bienes para
comerciar, los intereses financieros, los dividendos obtenidos de otras empresas y
las ganancias extraordinarias, que no sean propias del objeto social. Constituye un
"gasto", el costo de los bienes o setv icios ofrecidos, los egresos de operación y las
pérdidas. Si el flujo de ingresos es mayor al de gastos tendremos una utilidad, caso
contrario la cuenta arrojará pérdidas. Hemos señalado que la utilidad es el resultado
positivo de la fusión de estos dos elementos. Pero len qué momento debe realizarse
esta operación?. Constituye un principio básico en materia de sociedddes aquel que
señala que la vida de la sociedad se desarrolla sin solución de continuidad. De esta
forma, la fusión aludida sólo sería posible al momento de la liquidación de la
sociedad. Mas, ante la necesidad de dar a las partes interesadas información
periódica sobre los resultados y la situación financiera de la empresa, se recurre a la
hipótesis, necesaria, pero no real, de que la vida de la sociedad puede dividirse en
"ejercicios". El primer párrafo del artículo 20o. de nuestra Ley General de
Sociedades, prescribe que "la distribución de utilidades puede hacerse después del
balance que efectivamente las arroje".
5. El Dividendo
El dividendo es una institución del Derecho Societario que consiste en la cuota o
porcentaje que le corresponde a cada socio respecto del universo de las utilidades de
un ejercicio económico. Este dividendo responde a un criterio de proporcionalidad,
vale decir, que si el accionista de una sociedad anónima es titular de acciones que
representen el 25% del capital social, le corresponde recibir en calidad de dividendo
el 25% de las utilidades de la empresa. Hemos vistos casos en donde existe cierta
confusión cuando se hablan de “Dividendo Pasivos”, como si fueran dividendos que
se le deben a los accionistas y que todavía no se ha efectuado el pago. En realidad la
figura del “Dividendo Pasivo” significa que el socio aportante, no ha cumplido
hasta el momento con cancelar el íntegro de su aporte societario, está sometido a un
régimen especial, tal como lo señala el artículo 78º de la Ley General de
Sociedades, Ley Nº 27887 (09.12.97), “el accionista debe cubrir la parte no pagada
de sus acciones en la forma y plazos previstos por el pacto social o en su defecto por
el acuerdo de la Junta General. Si no lo hiciere, incurre en mora sin necesidad de
intimación”. ¿Pero cuáles son los efectos que el socio esté en mora? En principio el
socio moroso no podrá ejercer el derecho de voto respecto de las acciones cuyo
dividendo pasivo no haya cancelado en su oportunidad. Sobre este aspecto
societario hay que estar muy cautelosos, pues en la asesoría legal a las empresas
hemos advertido que se adoptan acuerdos por Junta General de Accionistas a socios
que no pueden ejercer el derecho de voto por las acciones con dividendo pasivo, lo
que generaría la nulidad de dichos acuerdos sociales. Más aún, las acciones sobre
las que el socio tiene un dividendo pasivo, no son computables para el quórum de la
Junta General de Accionistas ni para establecer las mayorías, ni otorga el derecho de
adquisición preferente en el caso de la emisión de nuevas acciones ni en la
adquisición de obligaciones (bonos) convertibles en acciones. Entonces tenemos
que si al socio moroso le corresponde el pago de dividendos, estos serán retenidos
por la sociedad y aplicados a cancelar el saldo pendiente del aporte, previo pago de
los gastos e intereses moratorios.

Principios que guían la distribución de utilidades

Más allá de los requisitos formales —de los que trataremos más adelante—, concordamos
plenamente con Hundskopf (2006: 59) cuando resalta dos principios fundamentales
recogidos en nuestra legislación respecto a la distribución de dividendos: a) Principio de
proporcionalidad o prorrateo: Recogido en el artículo 39 de la LGS, y que dispone que la
distribución de beneficios a los socios se realiza en proporción a sus aportes al capital, esto
es, en base a su participación accionaria en la sociedad. La misma LGS permite que vía
pacto en contrario en el estatuto se puedan fijar proporciones o formas distintas de
distribución de beneficios. b) Principio de universalidad: Regulado también en el artículo
39 de la LGS, dispone expresa y categóricamente la prohibición de que el pacto social
excluya a determinados socios de las utilidades, o los exonere de toda responsabilidad por
las pérdidas, salvo por los socios que aportan únicamente servicios en este último caso. La
regla, como se observa, es que los socios participen en las utilidades en la misma
proporción en que participan en el capital social. Los pactos distintos pueden incorporarse
no solo en el estatuto, sino también en un pacto de accionistas (sobre este último punto no
ahondaremos, por no ser materia del presente trabajo)

Destinos obligatorios y optativos para la aplicación de las utilidades

Al formular los estados financieros correspondientes a un periodo y verificar que ellos


arrojan utilidades, se debe tener en cuenta que la LGS establece algunos destinos
obligatorios para estas y deja a disposición del directorio de la sociedad o la junta de
accionistas otras opciones. Así, tenemos:

5.1 Destinos obligatorios

Están, dentro de los destinos obligatorios o imperativos por mandato de la LGS u otras
normas:

a) La compensación obligatoria de pérdidas acumuladas. Destino regulado en el segundo


párrafo del artículo 40 de la LGS, según el cual, si se ha perdido una parte del capital, no se
pueden distribuir utilidades hasta que este sea reintegrado o reducido en la cantidad
correspondiente. El caso contemplado es el de una sociedad que tiene pérdidas acumuladas
y obtiene utilidades en el ejercicio siguiente. Como señala Elías (2011: 91), en este
supuesto la sociedad está obligada a compensar primero sus pérdidas acumuladas, con
cargo a las utilidades obtenidas, y solo así podrá después distribuir el saldo —de haberlo—
entre los accionistas.
b) Tributos. Desde el punto de vista tributario, antes de proceder a la distribución de
dividendos se deberá determinar la renta correspondiente y pagar los demás tributos
inherentes.

Beneficios de los socios fundadores. Según lo dispuesto en el artículo 72 de la LGS,


independientemente de su calidad de accionistas, los socios fundadores de una sociedad
pueden reservarse derechos especiales de diverso contenido económico, los que deben
constar en el estatuto. Siendo esto así, el estatuto de una sociedad podría contemplar la
aplicación obligatoria de cierta parte de las utilidades en beneficios para los socios
fundadores, consistentes en una participación en las utilidades. Cabe señalar que, según el
mismo artículo, esos beneficios no podrán exceder en conjunto la décima parte de la
utilidad distribuible anual que arrojen los estados financieros de los primeros cinco años, en
un periodo máximo de diez años contados a partir del ejercicio siguiente de la constitución
de la sociedad.

d) Retribución del directorio. Este destino será aplicable, evidentemente, solo si


se trata de sociedades anónimas que cuentan con directorio; hecha la salvedad,
recuérdese que de conformidad con el artículo 166 de la LGS, el cargo de
director es siempre retribuido. La LGS vigente —a diferencia de la anterior—
permite a los directores participar en las utilidades de la sociedad, sin perjuicio
de la retribución que se les asigne.
e) Reserva legal. El artículo 229 de la LGS dispone la obligación de que un
mínimo del 10% de la utilidad distribuible de cada ejercicio, deducido el
impuesto a la renta, se destine a la reserva legal, hasta que esta alcance un
monto igual a la quinta parte del capital (20%). Al respecto, concordamos con
Hundskopf (2006: 59) cuando señala que la existencia de dicha reserva
constituye una especie de escudo o barrera de protección para el futuro. Por su
parte, Elías (2011: 504) sostiene que las reservas le proporcionan a una empresa
mayor solidez económica y financiera.

REQUISITOS PARA LA DISTRIBUCIÓN DE UTILIDADES Y


ALGUNOS ASPECTOS QUE SE DEBEN CONSIDERAR
Descritos los aspectos principales que deben tenerse en cuenta para la
distribución de utilidades, corresponde detallar los requisitos que la LGS
establece para el reparto de utilidades como dividendos en una sociedad
anónima:
1. La distribución de utilidades solo puede hacerse en mérito de los estados
financieros preparados al cierre de un determinado periodo. Según el
artículo 221 de la LGS, corresponde al directorio, una vez finalizado el
ejercicio económico, formular la memoria, los estados financieros y, en caso
de haber utilidades, formular una propuesta de aplicación de estas, la que
será aprobada o desaprobada por la junta general, atendiendo a la situación
financiera de la sociedad y de los accionistas. La junta obligatoria anual de
accionistas debe pronunciarse necesariamente sobre la aplicación de las
utilidades respecto a los estados financieros aprobados en dicha junta. Esta
obligación se encuentra contemplada en forma expresa en el artículo 1147
de la LGS, el cual señala que la distribución se hace con base en los estados
financieros al cierre de un ejercicio o de un determinado periodo, en las
circunstancias especiales que acuerde el directorio. Así pues, cuando la
repartición de dividendos se da en este último

2. Las sumas que se repartan no pueden exceder del monto de las utilidades
que efectivamente se hayan obtenido. Por simple que pueda parecer este
requisito, es fundamental en tanto apunta a proteger el patrimonio de la
sociedad y, por ende, el interés de sus acreedores, accionistas y terceros
contratantes.

3. Solo pueden ser pagados dividendos en razón de utilidades obtenidas o de


reservas de libre disposición, y siempre que el patrimonio neto no sea
inferior al capital pagado

4. Todas las acciones de la sociedad, aun cuando no se encuentren totalmente


pagadas, tienen el mismo derecho al dividendo.
5. La junta de accionistas debe determinar el momento y forma de pago del
dividendo. Lo usual es que en la misma junta que apruebe la distribución de
dividendos se establezcan los términos y condiciones para el cobro o, en su
defecto, se encargue a la administración de la sociedad materializar lo
dispuesto por la junta.

6. Los accionistas preferenciales y los accionistas sin derecho a voto. Es


importante tener en cuenta que, al lado de los accionistas titulares de
acciones con derecho a voto, pueden existir accionistas preferenciales o
accionistas sin derecho a voto dentro de la sociedad. El artículo 88 de la
LGS permite que en una sociedad anónima puedan coexistir diversas clases
de acciones. Así, es perfectamente posible que existan (como en la práctica
ocurre) acciones que cuenten con derechos preferenciales en la repartición
de dividendos sobre las utilidades distribuibles

7. Es obligatoria la repartición de dividendos cuando lo soliciten accionistas


que representen al menos el 20% de las acciones suscritas con derecho a
voto.

RESTITUCIÓN O COMPENSACIÓN

Una interpretación sistemática de los artículos 230 y 40 de la LGS conduce a la conclusión


de que los accionistas están obligados a restituir las utilidades que reciban a cuenta o a
compensarlas con las que les correspondan por los ejercicios siguientes, en el caso de que
las utilidades repartidas a cuenta no se materialicen al final del ejercicio.

¿Qué detracciones hay que efectuar a las utilidades antes de repartir dividendos a los
socios?
De haber resultados positivos, se deben aplicar en principio a cubrir las pérdidas
acumuladas para evitar encontrarse en el supuesto de disolución y liquidación de sociedad,
luego con las utilidades resultantes, se deberá cumplir con detraer el porcentaje de
participación de utilidades a los trabajadores (derecho laboral), el pago del impuesto a la
renta, proceder a detraer el 10% por la reserva legal, y si corresponde, detraer la
participación de utilidades al directorio y las reservar voluntarias o estatutarias. Para mayor
detalle sobre las detracciones que se tienen que efectuar las sociedades antes del reparto de
utilidades a los socios

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