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ESTADO, GOBIERNO Y SOCIEDAD

Norberto Bobbio

El Estado y el Poder

Teorías del Estado.

El estudio de los temas del Estado continúa llamándose Política, derivado


originalmente de aquella forma particular de ordenamiento político que es la polis.
En los últimos años los estudiosos de los fenómenos políticos han abandonado el
término Estado para sustituirlo por uno más comprensivo: sistema político, que,
además, es más neutral.

Tanto el Estado como la Política refieren al fenómeno del Poder. Del griego
cratos, “fuerza”, “potencia” y arjé, “autoridad”, nacen los nombres de las antiguas
formas de gobierno: aristocracia, democracia, oclocracia, monarquía, oligarquía.
No hay teoría política que no parta de alguna manera directa o indirecta de una
definición del poder y de un análisis del fenómeno del poder. Tradicionalmente el
Estado es definido como el portador del poder supremo y el análisis del Estado se
resuelve casi totalmente en el estudio de las diferentes potestades q ue le
competen al soberano. La teoría del Estado se entrelaza con la teoría de los tres
poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y de sus relaciones.

Lasswell y Kaplan definen al proceso político como La formación ,


distribución y el ejercicio del poder.

Si la teoría del Estado puede ser considerada como una parte de la teoría
política, la teoría política puede a su vez ser considerada como una teoría del
poder.

Hay tres teorías del poder: sustancialista, subjetivista y relacional.

Sustancialismo: por ejemplo, Hobbes: el poder es definido como los


medios que tiene un hombre en el presente para obtener algún aparente bien
futuro. Es algo que sirve para alcanzar lo que es objeto de nuestro deseo.
Subjetivismo: por ejemplo, Locke: El poder es la capacidad (no los
medios) para obtener ciertos efectos, por lo que se dice que el fuego tiene el poder
de fundir los metales, de la misma manera que el soberano tiene el poder de hacer
leyes y al hacerla influye en la conducta de sus súbditos. Es la concepción por la
cual los juristas definen al derecho subjetivo: que un sujeto tenga un derecho
subjetivo quiere decir que el ordenamiento jurídico le atribuyó el poder de obtener
ciertos efectos.

Interpretación relacional: Dahl. Es la más usada en el discurso político


contemporáneo: Por poder se entiende una relación entre dos sujetos de los cuales
el primero obtiene del segundo un comportamiento que este de otra manera no
habría realizado. De esta manera el poder de A implica la no libertad de B y la
libertad de A implica el no poder de B.

Las formas de poder y el poder político

Aristóteles distingue tres tipos de poder con base en el criterio de la esfera


en la que se ejerce: el poder del padre sobre el hijo, del amo sobre el esclavo, del
gobernante sobre los gobernados. El poder paternal es ejercido en interés de los
hijos, el patronal o despótico en interés del amo, el político en interés de quien
gobierna y de quien es gobernado (de donde derivan las formas corruptas de
régimen político donde el gobernante, convertido en tirano, únicamente gobierna
para su provecho).

Según Locke, que hace un análisis basado en la legitimidad, el poder


paternal encuentra fundamento natural en cuanto deriva de la procreación. El
poder patronal (que Locke, por sus circunstancias históricas, transfiere a los
galeotes) es el efecto de castigar a quien se ha hecho culpable de un delito grave y,
por tanto, es igualmente acreedor a una pena igualmente grave como la esclavitud.

Esta tipología ha tenido relevancia política porque ha servido para proponer


dos esquemas de referencia para definir las formas corruptas de gobierno. El
gobierno paternalista o patriarcal en el que el soberano se comporta con los
súbditos como un padre, y los súbditos son tratados eternamente como menores de
edad. El gobierno despótico en el que el soberano trata a los súbditos como
esclavos a los que no se le reconocen derechos de ninguna especie.

Además existe el poder civil, que, según Locke, es el único que está
fundado en el consenso manifiesto y tácito de quienes son sus destinatarios.

Tanto Aristóteles como Locke definen al poder como debería ser no como es
en realidad. Los juristas medievales elaboran una teoría basada en el concepto de
soberanía. Mientras la sociedad antigua no conoce más que una sociedad perfecta,
el Estado, que abarca a todas las otras sociedades menores, la sociedad medieval
conoce dos, el Estado y la Iglesia. Se distingue entre la vis directiva, que es
prerrogativa de la iglesia, y la vis coactiva que es prerrogativa del Estado. El Estado
tiene el derecho y el poder exclusivo de ejercer sobre un determinado territorio y
en referencia a los habitantes del territorio la fuerza física (en última instancia),
dejando a la Iglesia el poder y el derecho de enseñar la religión verdadera y los
preceptos de moral, de dirigir las conciencias hacia el logro de los bienes
espirituales. El poder eclesiástico se sirve de la amenaza de penas o de la promesa
de premios ultraterrenales; el poder político utiliza la constricción física como la
que se ejerce mediante las armas.

Para la definición del poder político el uso de la fuerza física es la condición


necesaria, pero no es la condición suficiente. También tiene que definirse el poder
sobre el territorio (lo que diferencia a los reinos de las ciudades). Quien tiene el
derecho exclusivo de usar la fuerza sobre un determinado territorio es el soberano.
Si el uso de la fuerza es la condición necesaria del poder político, solo el uso
exclusivo de este poder es la condición suficiente.

Jean Bodin define al Estado como un “gobierno justo de muchas familias y de


lo que les es común con poder soberano” y al poder soberano como “el poder
absoluto y perpetuo”.

El paso del estado de naturaleza al Estado (Hobbes) está representado por


el paso de una condición en la que cada cual utiliza indiscriminadamente su fuerza
contra todos los demás a la situación en la que el derecho de usar la fuerza le
corresponde solamente al soberano.

Hegel observa que una multitud de hombres puede darse el nombre de


Estado solamente si está unida por la defensa común de todo lo que es su
propiedad. Donde una multitud forme un Estado es necesario que constituya un
aparato militar y un poder estatal comunes.

Además, la posesión de la fuerza distingue al grupo dominante.

Las tres formas del poder.

El criterio del medio como elemento para distinguir tres poderes


económico, ideológico y político, es el más utilizado. El poder económico es el que
se vale de la posesión de ciertos bienes, necesarios o considerados como tales, en
una situación de escasez, para inducir a quienes no lo tienen a adoptar una cierta
conducta, que consiste principalmente en la realización de algún trabajo útil. En la
posesión de los medios de producción reside una enorme fuente de poder de parte
de quienes los poseen frente a los que no los poseen, precisamente en el sentido
específico de determinar el comportamiento ajeno. El poder del propietario deriva
de la posibilidad que la posesión exclusiva de un bien le da de obtener que el no
propietario (o propietario solamente de su fuerza de trabajo) trabaje para él bajo
las condiciones que él imponga.

El poder ideológico es el que se sirve de la posesión de ciertas formas de


saber, doctrinas, conocimientos, incluso solamente de información, o de códigos de
conducta, para ejercer influencia en el comportamiento ajeno e inducir a los
miembros del grupo a realizar o dejar de realizar una acción. De este tipo de
condicionamiento deriva la importancia social de quienes poseen el saber porque
mediante los conocimientos que ellos difunden o los valores que predican e
inculcan se realiza el proceso de secularización del que todo grupo tiene necesidad
para permanecer unido.

Lo que tienen en común estas tres formas de poder es que ellas contribuyen
conjuntamente a instituir y mantener sociedades de desiguales divididas en fuertes
y débiles, en ricos y pobres, en sapientes e ignorantes; genéricamente entre
inferiores y superiores.

El poder social en su conjunto aparece directa o indirectamente articulado


en tres subsistemas: la organización de las fuerzas productivas, la organización del
consenso y la organización del poder coactivo.

Gramsci distingue el momento de la hegemonía o del consenso (sociedad


civil) y el momento del dominio o de la fuerza (Estado).

En la teoría tradicional el poder principal está representado por el poder


ideológico, y el poder económico depende de este. En la teoría marxista, en
cambio, el poder principal es el económico.

En Hobbes el poder por excelencia es el poder político, el cual, legitimado


para ello por una delegación específica de individuos aislados y aterrorizados,
impulsados por la necesidad de salir del estado de naturaleza, controla lo mismo el
poder espiritual que el poder económico.

La primacía de la política.

La doctrina de la razón de Estado está íntimamente ligada a la idea de la


primacía de la política. No por casualidad tal doctrina nace y se desarrolla al lado
de la teoría del Estado moderno. Una de las formas en que se desarrolla la primacía
de la política es la independencia del juicio político frente al juicio moral, o
inclusive la superioridad del primero sobre el segundo. El hombre de Estado no
está obligado a tomar en cuenta los preceptos morales con los que está
comprometido el individuo en sus relaciones con los otros individuos.

A la concepción de la primacía espiritual corresponde la doctrina de la


subordinación completa de la acción política a las leyes de la moral, que son los
preceptos de la religión dominante. En cambio, a la concepción de la primacía de
la política corresponde la doctrina de la necesaria inmoralidad o amoralidad de la
acción política, que debe contemplar su objetivo propio.

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