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REVOLUCION INDUSTRIAL

Origen y nacimiento de la Revolución Industrial: Nace en Gran Bretaña a


mediados del siglo XVIII. Fue posible por la existencia de una monarquía liberal y no
absolutista, que consiguió evitar el panorama de revoluciones que se estaban
extendiendo en otros países. Gran Bretaña quedó libre de guerras, ya que aunque estuvo
involucrada en algunas, no se desarrollaron en su territorio. A esto se unió una moneda
estable y un sistema bancario bien organizado. El Banco de Inglaterra se fundó en 1694.
Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones
económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el Neolítico,
que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y
el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.

CAUSAS DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL


Para un cambio del calibre que supuso esta Revolución Industrial son precisos una serie
de factores que multiplicaron los efectos de la misma:

1. Aumento de la producción agraria. Era el sector primario del cual se nutría la


población. Por lo tanto, para crecer ésta, era necesario que hubieran los recursos
agrarios suficientes como para alimentar a esa población.
2. Mano de obra abundante. No es posible que crezca la industria si no hay mano
de obra que trabaje en ella.
3. Capital. Evidentemente, sin dinero no pueden afrontarse nuevos proyectos
industriales.
4. Expansión del comercio. Mayor demanda promueve el que haya mayor oferta.
Es decir, mientras más nos pidan, más creamos, y eso sólo es posible con un
comercio creciente.
5. Innovaciones técnicas. Para un cambio semejante era necesario la presencia de
nuevas máquinas y herramientas con las que trabajar.
6. Mentalidad empresarial. La sociedad debe estar abierta a todos esos cambios
7. Política favorable. El sistema político debe favorecer que se produzcan todos
esos cambios.

CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL

Podemos estudiarlos desde dos puntos de vista: el social y el económico.

– Consecuencia social: se produjo una auténtica revolución demográfica. Desde Europa


se propagó un crecimiento constante de la población favorecido por los movimientos
migratorios y por la creación de una nueva estructura social más a favor de la familia.
Comenzó en esta época el declive rural en favor de las ciudades. Crecieron el número de
ciudades por todo el mundo y el tamaño de éstas. Apareció la ciudad industrial que
nacía y se desarrollaba en torno a una industria concreta. En un siglo se calcula que
hubo un movimiento migratorio entre Europa y América de unos 50 millones de
personas.

– Consecuencia económica: a partir de la Revolución se pudo comenzar a hablar de


“crecimiento económico sostenible”. Gracias a esta revolución, a largo plazo, se
consiguió que las diferentes naciones fueran cada vez más ricas. Comenzó a aparecer
los conceptos de capitalismo, la propiedad privada se fortaleció, la libertad de empresa,
y el libre mercado que ajustaba sin injerencias la oferta con la demanda. Las Bolsas se
fortalecieron, los bancos mejoraron, y con ellos la sensación de riqueza entre la
sociedad. Surgió el movimiento obrero en torno a la mano de obra y por último, surgió
el capitalismo financiero que conduciría a la Segunda revolución Industrial.

QUE ES LO QUE HOY USAMOS DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL


A partir de ese momento, podemos decir que vivimos en un mundo totalmente
industrializado, hasta la actualidad, todas las grandes industrias del mundo se remiten a
utilizar maquinaria en sustitución del trabajo humano. De esta forma, se puede constatar
una evidente mejora en la producción, tanto en la calidad de los productos como en la
cantidad que se produce. La Revolución Industrial trajo consigo grandes conflictos
sociales, ya que se evidenció aún más las diferencias entre clases sociales. %n la
actualidad, uno de los grandes problemas del mundo es la mala distribución de las
riquezas por lo que sigue siendo más que obvia la diferencia entre clases.

POSITIVISMO
Afirma que el conocimiento auténtico es el conocimiento científico y que tal
conocimiento solamente puede surgir de la afirmación de las hipótesis a través del
método científico. Nace como una manera de legitimar el estudio científico naturalista
del ser humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la
necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin
parangón que fue la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad
y al individuo como objetos.

LA VERDAD EN EL POSITIVISMO
El positivismo vino a ser una corriente de pensamiento filosófico, científico, para
explicar cómo es el conocimiento que llamamos científico y de qué manera debe
hacerse la ciencia para decir que los resultados corresponden a la verdad de lo que se
busca. Comte califica de verdadero el conocimiento positivo, persiste también en que,
de cierta manera es relativo. Porque no conocemos el universo cabal o totalmente, sino
sólo tal como nos aparece. El conocimiento positivo es con base en el conocimiento de
nuestro mundo, y la extensión de nuestro mundo; el mundo tal como lo vemos o lo
interpretamos, no es algo fijo ni determinado de una sola vez. La verdad para Comte,
entonces, siguiendo a Muglioni (2000) “…Es siempre un encuentro, y el encuentro
presupone un sujeto y un objeto, o si se quiere, dos realidades que se encuentran” Para
este autor solo había una máxima absoluta de verdad y es que no había nada absoluto;
por ello planteó sus leyes para lograr entender el mundo y dar soluciones concretas a los
problemas de la sociedad.

VISION DE LA VIDA EN EL POSITIVISMO


El Positivismo entiende que su óptica ruto inevitable y último del desarrollo del
pensamiento: toda la historia pasada asume la forma de un largo balbuceo, de un
peregrinaje que encuentra su término y su sosiego en la cosmovisión Positivista.
Comte habla del "antiguo régimen mental" para referirse a la época pre-posi-tivista.
Entendió que la historia humana (individual y colectiva) mues-tra un progreso en el
que pueden discernirse tres estadios: el teológico, el metafísico y, finalmente, el
positivo.

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