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APUNTE N° 7

DERECHO PROCESAL PENAL

2013

PROF. MAURICIO GONZALEZ


M.

1
2

CAPITULO V: LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES.

15.- Cuestiones previas.


En el nuevo modelo de justicia criminal los procedimientos especiales,
esto es, aquellos que tienen una tramitación distinta del ordinario y que
están a cargo de un tribunal diferente, han sido concebidos como una
especie de salida jurisdiccional alternativa, más simple y de menor costo que
el juicio oral y público ante el tribunal colegiado.
Estadísticamente tienen una mayor aplicación práctica que el juicio
ante el tribunal oral colegiado, mas ello no debe llamar la atención, pues el
diseño administrativo del modelo está precisamente concebido en ese
sentido. Por motivos de racionalización de los recursos asignados, se
pretende evitar la realización de juicios en procedimiento ordinario en un alto
porcentaje de los casos, recurriendo a procedimientos especiales que generen
sentencias más rápidas y a menor costo.
En síntesis, constituyen verdaderos descongestionantes del sistema de
justicia penal, pero que entregan de igual modo una solución jurisdiccional
al conflicto penal. Surgen de la necesidad de una justicia penal más ágil y
que haga del principio de celeridad uno de sus criterios informadores.
El CPP contempla tres tipos de procedimientos especiales para delitos
de acción penal pública o de instancia particular, a saber, el simplificado, el
monitorio y el abreviado, y un procedimiento especial para los delitos de
acción penal privada.
Por último, debemos señalar que todos estos procedimientos especiales
son de competencia de un Juez de Garantía.

2
3

15.1.- EL PROCEDIMIENTO SIMPLIFICADO.

15.1.1.- Concepto.
El profesor Germán Hermosilla Arriagada 1 señala que “El
procedimiento simplificado tiene por objeto que el juez de garantía conozca y
falle, en forma oral, breve y concentrada, determinados asuntos que no
revisten mayor complejidad, por lo que no requieren de las mismas
actuaciones y plazos para ser conocidos y resueltos que la acción penal
pública por crimen o simple delito”.
También podemos decir que se trata de un procedimiento especial,
oral, breve y simple, de competencia de los jueces de garantía para conocer y
fallar las faltas y los hechos constitutivos de simple delito para los cuales el
Ministerio Público requiera la imposición de una pena que no exceda de
presidio o reclusión menores en su grado mínimo.2
Apartándose de la propuesta del Proyecto del Ejecutivo, que sólo
contemplaba este procedimiento para las faltas, el Senado amplió su ámbito
de aplicación a ciertos hechos constitutivos de simple delito, cuando el
Ministerio Público requiera una pena no superior a presidio menor en su
grado mínimo. En consecuencia, este procedimiento procede respecto de
delitos que tengan asignada una pena privativa de libertad que en abstracto
puede ser muy superior a la recién señalada, pero en que el órgano acusador
se allana a solicitar una inferior en atención a todos los elementos relevantes
para la fijación concreta de la misma.
Comenta María Inés Horvitz3 que la falta de imparcialidad del órgano
que juzga y el carácter extremadamente sumario del procedimiento han dado
origen a severas críticas respecto al nivel de garantías requerido para el
juzgamiento de delitos sancionados con penas privativas de libertad.
Agrega que la contemplación de procedimientos expeditos para juzgar
delitos poco complejos y graves ha encontrado su fundamento de legitimidad
en el derecho del imputado a ser juzgado dentro de un plazo razonable o sin
dilaciones indebidas.4 Si los hechos no son complejos, pareciera excesiva la
realización del procedimiento ordinario; pero la simplificación e, incluso, un
1
Germán Hermosilla Arriagada, Nuevo Procedimiento Penal, Tomo IV, Colección Guías de Clases N°20,
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Central, año 2002, pág.97.
2
“El Código Procesal Penal, Comentarios, Concordancias, Jurisprudencia”, Rodrigo Cerda S. y Francisco
Hermosilla I., Editorial Librotecnia, año 2003, pág. 407.
3
Ob cit., tomo II, pág. 460.
4
Art. 14.3.c) PIDCP.

3
4

menor nivel de garantías se han querido justificar en la naturaleza de la


sanción aplicable al caso, esto es, penas menos graves, como la multa, el
comiso, la inhabilitación o suspensión del ejercicio de ciertos derechos, la
publicación de la condena, o incluso penas privativas de libertad cortas o que
pueden ser sustituidas por otras.
Concluye que la existencia de procedimientos simplificados pareciera
inevitable ante la gran cantidad de delitos de bagatela que debe enfrentar
cualquier sistema de justicia criminal hoy en día. Su enjuiciamiento en todos
los casos conforme a las reglas del procedimiento ordinario resulta imposible,
y no parece apropiado desde el punto de vista del principio de
proporcionalidad. Sin embargo, no deben desoírse los reclamos que contra
ellos suele formular la doctrina, entre los cuales están los siguientes: las
penas serían pronunciadas de forma precipitada y sin que el imputado sea
oído suficientemente; los afectados no se defienden contra pronunciamientos
injustos por los motivos más diversos (indiferencia, ignorancia, temor); los
fiscales y los tribunales prefieren estos procedimientos para ahorrarse
trabajo y los primeros solicitan intencionalmente penas bajas para evitar la
oposición del imputado. Estas críticas deben ser ponderadas debidamente,
atendida la incidencia en la utilización de estos procedimientos en el
conjunto del sistema, desde el inicio de la implementación de la reforma
hasta la fecha.

15.1.2.- Características.
a.- Es un procedimiento especial, que excluye la generalidad
constituida por el juicio oral ante el tribunal colegiado.
b.- Opera como un mecanismo de descongestión del sistema, al llevar a
procedimientos más simples, más rápidos, menos complejos y más baratos la
solución del conflicto penal, en razón de la menor gravedad de los hechos.
Se busca satisfacer el fin de una adecuada respuesta a la transgresión
penal menos intensa, de manera que la aplicación de la ley se pueda llevar a
cabo del modo más inmediato posible.5
Evidentemente está en juego el derecho a ser juzgado dentro de un
plazo razonable. Mas lo razonable tiene que ver con la importancia de lo que
es objeto del proceso y de las circunstancias que lo rodean: con la mayor o
menor gravedad del delito y con la mayor o menor complejidad de los hechos
concurrentes.

5
Debe tenerse en vista, además, que la dilación en sustanciar y resolver los procesos penales dan ocasión a los
imputados para reiterar su conducta delictiva, lo que genera una impresión generalizada de aparente impunidad y
de indefensión de la ciudadanía ante cierto tipo de delitos.

4
5

c.- Tiene aplicación por iniciativa exclusiva del Ministerio Público, la


que se manifiesta a través del respectivo requerimiento.
d.- Es un verdadero juicio oral conocido por un tribunal unipersonal,
pero más breve y más simple.
Sin embargo, este procedimiento especial no debe ser visto como un
mero acortamiento de plazos y simplificación de trámites por conveniencia de
la política criminal, pues debe mantener su carácter esencial de juicio oral y
público, sin exención de las garantías procesales.
e.- Sólo admite aquellas acciones civiles que tienen por objeto la
restitución de la cosa o su valor;6 y
f.- Se le aplican supletoriamente las normas que regulan el juicio oral.

15.1.3.- Ambito de aplicación.


El ámbito de aplicación del procedimiento simplificado, es el siguiente:
a.- las faltas penales (salvo las faltas respecto de las cuales el Fiscal
requiriere solo pena de multa, ya que estas se tramitan conforme al
procedimiento monitorio).
b.- los simples delitos respecto de los que el fiscal requiriere la
imposición de una pena que no exceda los 540 días de presidio o reclusión
menores en su grado mínimo;
c.- los delitos de la Ley de Alcoholes contemplados en los artículos 42 y
46;
d.- los delitos de acción privada, pero en carácter de instituto
supletorio de ese procedimiento especial.
e.- los delitos cometidos por adolescentes, respecto de los cuales el
fiscal solicitare una pena no privativa de libertad (ej. amonestación,
reparación del daño causado, prestación de servicios en beneficio de la
comunidad)

Tratándose de simples delitos, es posible que el procedimiento haya


comenzado conforme a las reglas del procedimiento ordinario y, en atención
a la pena que probablemente resulte aplicable, el Ministerio Público decida
continuarlo conforme al rito del simplificado. Esta situación podría
plantearse en cualquier momento de la etapa de investigación, incluso
después de la formalización, aunque el fiscal a cargo del caso podría darle
tramitación desde un principio conforme a las reglas del simplificado. El
fiscal podría optar antes por el principio de oportunidad o alguna salida

6
Art. 393 inciso 3° CPP.

5
6

alternativa, si se dan sus presupuestos, pues el ámbito de aplicación de


aquellas es parcialmente coincidente con el de este procedimiento. No
obstante, si decide acusar y requerir una pena concreta no superior a 540
días de privación de libertad, deberá necesariamente seguir la tramitación
del caso en conformidad a las reglas del procedimiento simplificado,
excluyéndose la posibilidad de continuar su prosecución conforme al
procedimiento ordinario. En suma, en tal caso la aplicación del
procedimiento simplificado es obligatoria, porque existe una norma de
procedimiento que así lo ordena, a saber el inciso 2° del artículo 388 del CPP.

15.1.4.- Tramitación.
Siguiendo a María Inés Horvitz,7 los trámites del procedimiento
simplificado son los siguientes:
a.- Denuncia y examen previo del Ministerio Público.
b.- Requerimiento y solicitud de citación a juicio.
c.- Preparación del juicio.
d.- Primeras actuaciones en la audiencia del juicio.
e.- Realización del juicio.
f.- Pronunciamiento de la sentencia.

a.- Denuncia y examen previo del Ministerio Público.


Una vez que el fiscal recibe la denuncia de un hecho constitutivo de
falta o de un simple delito cuya pena probable no exceda de presidio o
reclusión menores en su grado mínimo, deberá examinarla a fin de verificar
que los antecedentes aportados sean suficientes y/o no se encuentre
extinguida la responsabilidad penal del imputado.8 Este control previo se
corresponde con el que se contiene en los artículos 167 y 168 del CPP.
También debe considerarse incluida la hipótesis de que los hechos
denunciados no fueren constitutivos de delito, no sólo porque no habría
razón para su exclusión, sino porque las normas del procedimiento ordinario
por crimen o simple delito contenidas en el Libro II del CPP son supletorias
del procedimiento simplificado.9

7
Ob cit, tomo II, pág. 471 y siguientes.
8
Art. 390 inciso 1° CPP.
9
Art. 389 CPP.

6
7

En este mismo orden de ideas son plenamente aplicables las normas


sobre actuación de la víctima en relación a las decisiones del fiscal, así como
la imposibilidad de hacer uso de la facultad de archivo provisional o de no
inicio del procedimiento en caso de presentación de querella. Asimismo, el
fiscal podrá hacer uso del principio de oportunidad, por tratarse de una
facultad que tiene plena aplicabilidad en el caso de delitos menores.
No hay que olvidar, además, que en el ámbito de estos delitos resultan
aplicables el procedimiento abreviado, la suspensión condicional del
procedimiento y los acuerdos reparatorios. La ley se refiere expresamente a
esta última posibilidad con ocasión de la audiencia del juicio oral, siempre
que se encuentre presente la víctima. 10 Sin embargo, nada obsta a que el
acuerdo se produzca fuera de la sala del tribunal y sólo se formalice o
apruebe ante el juez competente.11

b.- Requerimiento y solicitud de citación a audiencia.


Si el fiscal del Ministerio Público considera que los hechos denunciados
o que han dado lugar a la citación del imputado por simple delito o falta
flagrante son perseguibles de oficio a través del procedimiento simplificado,
deberá solicitar al juez de garantía competente la citación inmediata a la
audiencia de estilo efectuando el respectivo requerimiento. 12 Tratándose de
las faltas contempladas en los artículos 494 N° 5 del CP (lesiones leves) y 496
N° 11 del mismo texto legal (injurias livianas), sólo podrán efectuar el
requerimiento las personas a quienes corresponda la titularidad de la acción
conforme a lo dispuesto en los artículos 54 y 55 del CPP.13
El requerimiento es una actuación escrita del Ministerio Público por
la cual se pone en conocimiento del imputado el hecho punible que se le

10
Art. 394 inciso 1° CPP.
11
La Ley N° 19.366, sobre tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, en su artículo 42 admitía
expresamente la posibilidad de una suspensión condicional del procedimiento en el caso de las faltas a que se
refería el artículo 41 de la misma ley. Por su parte, la Ley N° 20.000, de 16 de febrero de 2005, que la sustituyó,
contempla igual posibilidad en el artículo 54 inciso 7°, respecto de las faltas tipificadas en los artículos 50 y 51;
agregando como condición a imponer la asistencia obligatoria a programas de prevención, tratamiento o
rehabilitación, en su caso, por el tiempo que sea necesario, en instituciones consideradas idóneas por el Servicio
de Salud competente.
Asimismo, la Ley N° 18.290, de Tránsito, que recogió todos los delitos cometidos con ocasión de la conducción o
desempeño bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, establece en el inciso 5° del artículo 196 F que
en los procedimientos por estos delitos, el fiscal podrá solicitar al juez de garantía la suspensión del
procedimiento. Además, como condición se puede fijar la suspensión de la licencia para conducir por un plazo no
menor de seis meses ni superior a un año. Añade que cuando se trate de la aplicación del procedimiento
simplificado, la suspensión condicional del procedimiento podrá solicitarse en la audiencia a que se refiere el
artículo 394 del CPP. Finalmente, estas normas son aplicables a las faltas y simples delitos contemplados en la
Ley N° 19.925, sobre Alcoholes por remisión que hace el artículo 54 de dicho cuerpo legal al artículo 196 F de la
Ley de Tránsito.
12
Art. 390 inciso 1° CPP.
13
En la práctica, tratándose de delitos de acción penal pública previa instancia particular, se ha estimado
suficiente la denuncia de la víctima, pudiendo el Ministerio Público presentar el requerimiento expresando en él
la voluntad de la víctima.

7
8

imputa. Existiendo una identidad material entre el requerimiento y la


acusación, el primero cumple prácticamente las mismas funciones que la
segunda, esto es: 1) informar debidamente de los cargos al imputado, pues
tratándose de las faltas, será siempre la primera ocasión de cumplir con este
derecho; 2) delimitar el objeto del juicio respecto de los hechos, lo que
determinará una prohibición para el tribunal de exceder en la sentencia el
contenido del requerimiento; 3) informar al imputado acerca de los
antecedentes o elementos que fundan los cargos, a fin de posibilitar el
ejercicio de su derecho a defensa.
El contenido del requerimiento se encuentra señalado en el artículo
391 del CPP y, como se trata de una verdadera acusación, debe también
contener la pretensión punitiva del Ministerio Público. 14 Estas menciones son
las siguientes:
 La individualización del imputado.
 Una relación sucinta del hecho que se le atribuye, con indicación del
tiempo y lugar de comisión y demás circunstancias relevantes.
 La cita de la disposición legal infringida.
 La exposición de los antecedentes o elementos que fundan la
imputación.
 La pena solicitada por el requirente, y
 La individualización y firma del requirente.
La ley no exige que se expresen determinadamente en el requerimiento
los medios de prueba que se harán valer en el juicio; ellos podrán deducirse
únicamente a partir de los antecedentes que fundamentan la imputación. El
Código sólo exige que las partes comparezcan a la audiencia del juicio con
todos sus medios de prueba.15
En el evento que el fiscal hubiere formalizado la investigación
previamente y luego decida llevar el caso a un procedimiento simplificado,
podrá dejar sin efecto tal formalización y presentar el requerimiento
correspondiente.16

c.- Actuación del juez de garantía.


Recibido el requerimiento, el tribunal ordenará su notificación al
imputado y citará a todos los intervinientes a la audiencia del procedimiento
simplificado, con todos sus medios de prueba, el que no podrá tener lugar
antes de veinte (20) ni después de cuarenta (40) días contados desde la fecha
14
Art. 388 inciso 2° CPP.
15
Art. 393 inciso final CPP.
16
Art. 390 inciso 1° CPP.

8
9

de la resolución. El imputado deberá ser citado con, a lo menos, diez (10)


días de anticipación a la fecha de la audiencia.17
Si el Juez de Garantía recibe una acusación donde el Fiscal solicita
una sanción que no supera de presidio o reclusión menores en su grado
mínimo, tendrá la acusación como requerimiento, procediendo en la forma
antes indicada.18
La citación del imputado se hará bajo el apercibimiento señalado en el
artículo 33 y a la misma se acompañarán copias del requerimiento y de la
querella, en su caso.19
Si alguna de las partes requiriere de la citación de testigos o peritos por
medio del tribunal, deberán formular la respectiva solicitud con una
anticipación no inferior a cinco días a la fecha de la audiencia. 20
Se ha debatido en torno a las actitudes que puede adoptar el juez de
garantía frente al requerimiento del fiscal, la interrogante es la siguiente:
¿tiene facultades para ejercer algún control jurisdiccional o simplemente
debe dar curso al procedimiento simplificado cuando verifique la cuantía de
la pena solicitada por el Ministerio Público?
La ley no lo establece, como sí lo hace respecto de la acusación en el
procedimiento ordinario (aunque sólo formal) y respecto de la solicitud de
aplicación de los procedimientos abreviado y monitorio.
¿Está el juez obligado a aceptar la descripción de los hechos y
circunstancias, así como la calificación jurídica de los mismos, aun cuando
no guarden relación con los antecedentes de la investigación?
Pensemos en una situación extrema donde el Ministerio Público
actuando en forma discrecional y abusiva, sin atenerse estrictamente a los
principios de legalidad y objetividad, solicite la aplicación de una pena
inferior a la que corresponde según la ley y las circunstancias del caso, con
el solo fin de posibilitar el cambio del procedimiento hacia uno simplificado.
Creemos que el juez de garantía sí está facultado para ejercer ese
control de plausibilidad jurídica, de modo que, si estima que no concurre el
presupuesto legal de aplicación del procedimiento simplificado debiera
rechazar el requerimiento. En efecto, la pena concreta requerida por el
persecutor penal debe ceñirse a parámetros legales y ajustarse a la realidad
de los hechos.
El control jurídico previsto para el procedimiento abreviado y, antes
que él, para el ejercicio del principio de oportunidad, es una demostración de
17
Art. 393 inciso 1° CPP.
18
Art. 390 inciso 2° CPP.
19
Art. 393 inciso 1°, parte final, CPP.
20
Art. 393 inciso final CPP.

9
10

la naturaleza que la facultad discrecional del persecutor penal presenta en


nuestro sistema; ella no es absoluta, sino por el contrario reglada. En
consecuencia, no puede un fiscal intentar llevar un caso hacia el
procedimiento simplificado sin que los antecedentes del mismo permitan
sustentar jurídicamente, de un modo plausible, esa opción y el control de
tales condiciones lo debe efectuar el órgano judicial, garante de los derechos
de los intervinientes.
De otro lado, si en el procedimiento monitorio, contemplado para
infracciones de menor entidad la ley prevé un control jurisdiccional sobre la
suficiente fundamentación del requerimiento y la propuesta de multa, 21 con
mayor razón debe plantearse dicho control respecto del requerimiento en el
procedimiento simplificado.
Si lo que subyace detrás de la petición del fiscal es una negociación
con el imputado y su defensa, para que el responsable penal, a través de la
admisión de culpabilidad, pueda acceder a una penalidad privilegiada, existe
una institución específica prevista por el legislador, a saber, el procedimiento
abreviado.
En cambio, ante una decisión unilateral del Ministerio Público y frente
a un requerido que no admite responsabilidad, podría ocurrir que el juez de
garantía al decidir en este contexto de juicio simplificado, en uso soberano de
sus facultades jurisdiccionales, califique jurídicamente los hechos de un
modo diverso al propuesto por el ente persecutor o no aprecie las
circunstancias atenuantes alegadas, aplicando al imputado una pena muy
superior a la solicitada en el requerimiento. En esta hipótesis extrema, se ha
visto seriamente afectado el derecho de ese imputado a un juicio oral con
todas las garantías, aplicándose irregularmente un procedimiento especial a
un caso para el cual no estaba naturalmente previsto. Eso es lo que tendrá
en mente un juez de garantía al momento de ejercer un control jurisdiccional
respecto de la plausibilidad jurídica del requerimiento.

d.- La audiencia del procedimiento simplificado.


Llegado el día de la convocatoria el juez debe verificar la asistencia de
los intervinientes obligatorios y, una vez comprobada, declarará iniciada la
audiencia. Enseguida, efectuará una breve relación del requerimiento y de la
querella, en su caso.22
La no comparecencia del querellante o del actor civil a la audiencia del
juicio determinará el abandono de la querella o de la acción civil, según
21
Art. 392 inciso 1° CPP.
22
Art. 394 CPP.

10
11

corresponda.23 Si, además, se trata de una querella ejercida por delito o falta
de acción penal mixta o privada, se producirá la extinción de la respectiva
acción penal.
Si se encuentra presente la víctima, el juez instruirá a ésta y al
imputado sobre la posibilidad de poner término al procedimiento a través de
un acuerdo reparatorio, si ello procediere atendida la naturaleza del hecho
punible materia del requerimiento.
Si tal acuerdo se verifica, se producirá eventualmente y en su
oportunidad la extinción de la responsabilidad penal respectiva, debiendo
dictarse sobreseimiento definitivo en la causa. También es posible que se
proponga una suspensión condicional del procedimiento, cuando concurren
sus requisitos.24
Si no prosperan las salidas alternativas, el tribunal debe preguntar al
imputado si admite responsabilidad en los hechos contenidos en el
requerimiento o si, por el contrario, solicita la realización del juicio. Para
estos efectos el fiscal podrá modificar la pena requerida para el evento que el
imputado admita su responsabilidad.25

Resolución inmediata.
Si el imputado admite responsabilidad en el hecho, el juez dictará
sentencia inmediatamente, no pudiendo imponer una pena superior a la
solicitada en el requerimiento, permitiéndose la incorporación de
antecedentes que sirvan para la determinación de la pena. 26
Se ha discutido en torno al alcance de esta admisión de
responsabilidad. Como punto de partido podemos constatar que difiere de la
aceptación de los hechos de la acusación y antecedentes de la investigación
que exige el procedimiento abreviado. En este último caso, el juez falla con
fundamento en los antecedentes que el imputado ha aceptado, mientras que
en la primera situación el juez debe fallar en base a la mera aceptación de
responsabilidad, sin estar, aparentemente, obligado a valorar los
antecedentes que sustentan la aceptación de culpabilidad, sino que estaría
únicamente determinado por el reconocimiento del imputado. Ello excluiría
la posibilidad de una sentencia absolutoria, salvo que los hechos aceptados
no fueran constitutivos de delito o la responsabilidad penal se encontrara
extinguida.

23
Art. 64 inciso 2° y 120 letra c) CPP.
24
Art. 394 CPP.
25
Art. 395 inciso 1°, parte final, CPP.
26
Art. 395 inciso final CPP. Se contiene en consecuencia un elemento premial que desaconseja al imputado ir a
juicio, produciéndose una sustitución del mismo por una condena preventiva.

11
12

Sin embargo, tal interpretación generaría una interdicción ilegítima en


el ejercicio de las funciones jurisdiccionales del juez, por lo que debiera
permitírsele siempre la posibilidad de verificar que los hechos aceptados
tengan concordancia con los antecedentes de la investigación. Sin embargo,
como es el propio juez quien debe proponer esta alternativa, una vez
aceptada la responsabilidad por parte del imputado no cabría que el juez la
rechazara y decretara la realización del juicio. Por ello, el imputado debe
encontrarse previamente instruido sobre sus derechos por su defensor y el
juez debe fallar en base a los antecedentes de la investigación, sentencia que
podría ser absolutoria.27
Ahora, si el imputado no admite responsabilidad, el juez debe
proceder, en la misma audiencia, a la preparación del juicio simplificado, el
cual se realizará inmediatamente, si ello fuere posible, o a más tardar dentro
de quinto día.28

Realización del juicio.


El juicio simplificado comenzará dándose lectura al requerimiento del
fiscal y a la querella, si la hubiere. Enseguida, el juez dará la palabra a los
comparecientes y recibirá la prueba, en el mismo orden establecido para el
juicio oral. Concluido el debate probatorio el juez debe consultar al imputado
si tiene algo que agregar. Acto seguido el juez pronunciará su decisión de
absolución o condena, y fijará una nueva audiencia, dentro de los cinco días
próximos, para dar lectura a la sentencia.29
La audiencia de juicio no se suspenderá por falta de comparecencia de
alguna de las partes o por no haberse rendido prueba en la misma; sin
embargo, si no hubiere comparecido algún testigo o perito convocado
judicialmente y el juez considera indispensable su declaración, dispondrá lo
necesario para asegurar su comparecencia. La suspensión no podrá en caso
alguno exceder de cinco días, transcurridos los cuales deberá proseguirse
aún sin el testigo o perito.30
Cuando resultare mérito para condenar en el caso de faltas, pero
concurrieren antecedentes favorables que no hicieren aconsejable la
imposición de la pena al imputado, el juez podrá dictar la sentencia y
disponer en ella la suspensión de la pena (de su ejecución) y sus efectos
por un plazo de seis meses. Transcurrido el plazo señalado sin que el
imputado hubiera sido objeto de nuevo requerimiento o de una formalización
27
En este sentido María Inés Horvitz, ob cit., tomo II, pág. 483.
28
Art. 395 bis CPP.
29
Art. 396 CPP.
30
Art. 396 incisos 2° y final CPP.

12
13

de la investigación, el tribunal dejará sin efecto la sentencia y, en su


reemplazo, decretará el sobreseimiento definitivo de la causa. 31 Por el
contrario, un nuevo requerimiento o una formalización de la investigación
antes de que se cumpla el plazo de seis meses determinará la revocación de
la suspensión aprobada por el juez y el cumplimiento, por parte del
condenado, de la pena suspendida.
La sentencia definitiva debe cumplir con los contenidos señalados en el
artículo 342 del CPP, por la remisión que realiza el artículo 389 del CPP a las
normas del Libro Segundo.
En caso de reiteración de faltas de una misma especie, la ley dispone la
aplicación, cuando corresponda, de las reglas contenidas en el artículo 351
del CPP.32

15.1.5.- Recursos.
Contra la sentencia definitiva únicamente procede el recurso de
nulidad y sólo podrán recurrir el fiscal requirente y el querellante si hubieren
concurrido al juicio.33
Aunque la ley no lo dice expresamente, deben entenderse incluidas
tanto las sentencias dictadas en el procedimiento simplificado como en el
monitorio, que es sólo una posible derivación del primero.

15.1.6.- Juicio simplificado inmediato.


Se trata de una modalidad del procedimiento simplificado, para el caso
34
de faltas o simples delitos flagrantes, donde se aplica un mecanismo de
aceleración consistente en la decisión del fiscal de poner al imputado
detenido a disposición del juez de garantía, para el solo efecto de comunicarle
en la audiencia de control de la detención, en forma verbal, el
requerimiento.35
El efecto que se produce consiste en la posibilidad de proceder de
inmediato conforme al procedimiento simplificado, transformándose la
audiencia de control de la detención en una audiencia de juicio simplificado.

15.1.7.- Improcedencia de la interposición de acciones civiles


indemnizatorias.

31
Art. 398 CPP.
32
Art. 397 CPP.
33
Art. 399 CPP.
34
De aquellos que hacen procedente la aplicación del procedimiento simplificado.
35
Art. 393 bis CPP.

13
14

Por el carácter sumario y concentrado del procedimiento simplificado


se estimó inconveniente admitir la procedencia de acciones civiles
indemnizatorias durante su tramitación. Se señaló que la interposición de
una demanda civil para ejercer la acción indemnizatoria “en un juicio tan
breve, supondría una dilación excesiva del procedimiento”.
En consecuencia, el actor civil debe intentar su pretensión en sede
civil, de acuerdo con las reglas generales, dejándose solamente la posibilidad
de ejercer la acción civil restitutoria de la cosa o su valor.36
Sostiene María Inés Horvitz que en el caso de un simple delito
perseguido conforme a las reglas del procedimiento ordinario donde se
hubiere ejercido la acción civil indemnizatoria, el cambio de rito al
procedimiento simplificado determinará la aplicación de las normas
contenidas en el artículo 68 del CPP respecto de dicha acción.

15.1.8.- Supletoriedad de las normas del procedimiento ordinario.


El artículo 389 del CPP establece que el procedimiento simplificado se
rige por las normas del Título I del Libro IV y, en lo que éste no proveyere, se
regirá supletoriamente por las del Libro II del mismo cuerpo legal, “en cuanto
se adecuen a su brevedad y simpleza”. Esta limitación, sin embargo, no
debiera significar la afectación del núcleo esencial de garantías del imputado,
especialmente cuando quepa la aplicación de penas privativas de libertad.
Señala María Inés Horvitz37 que dicha limitación pareciera referirse
básicamente a las etapas del procedimiento ordinario previas al juicio oral,
porque todas las actuaciones previstas por la ley durante su desarrollo
aseguran garantías fundamentales del debido proceso. Es más, la
inexistencia de una etapa de preparación del juicio obliga a la resolución de
cualquier incidencia probatoria en el juicio oral especial del procedimiento
simplificado, pues tales incidencias deben tener una oportunidad procesal en
la que puedan plantearse.

15.2.- EL PROCEDIMIENTO MONITORIO.


36
Art. 393 inciso 2° CPP.
37
Ob cit., tomo II, pág. 502.

14
15

15.2.1.- Concepto.
Es una modalidad especial y sumarísima de procedimiento
simplificado, que se aplica en el caso de faltas respecto de las cuales el fiscal
pidiere sólo pena de multa.38

15.2.2.- Tramitación.

Requerimiento.
Además de los requisitos señalados en el artículo 391, el fiscal debe
indicar en su requerimiento el monto de la multa que solicita imponer.
Podría tratarse de faltas que tuvieran asignada sólo pena de multa o
multa copulativa o disyuntivamente con la de prisión u otras de distinta
naturaleza. En todos esos casos el fiscal deberá señalar en su requerimiento
el monto de la multa cuya imposición solicita al tribunal.

Resolución del tribunal.


El tribunal debe analizar el requerimiento y, previo control
jurisdiccional, adoptar alguna de las siguientes actitudes:
a.- Si el juez de garantía no considera suficientemente fundado el
requerimiento o la multa propuesta, la causa se tramitará de acuerdo a las
normas del procedimiento simplificado.39
b.- Si el juez de garantía estima suficientemente fundado el
requerimiento y la proposición de multa, debe acogerlos inmediatamente
mediante una resolución que así lo declare, se trata de una “mini-sentencia”
que debe indicar:
1.- La instrucción al imputado de su derecho a reclamar del
requerimiento y de la sanción, dentro del plazo de quince días, y acerca de
los efectos de la interposición del reclamo.
2.- La instrucción al imputado en orden a la posibilidad de aceptar el
requerimiento y la multa, y acerca de sus efectos.
3.- El monto de la multa, forma de pago y el hecho que si la multa
fuere pagada dentro de los quince días siguientes a la notificación, ella será
rebajada en 25%, señalando el monto a pagar en ese caso.

Actitudes del imputado.

38
Art. 392 inciso 1° CPP
39
Art. 392 inciso final, última parte, CPP.

15
16

En tanto nadie puede ser condenado sin ser oído, el procedimiento


contempla un sistema de reclamación por parte del afectado: notificado el
imputado, puede adoptar alguna de las siguientes actitudes:
1.- Pagar la multa o dejar transcurrir el plazo para reclamar sin
hacerlo, en cuyo caso se entiende que acepta su imposición. En este evento
la resolución que acogió el requerimiento y la multa hará las veces de
sentencia ejecutoriada para todos los efectos legales.
2.- Manifestar su falta de conformidad con la imposición de la multa o
con su monto. En este caso se seguirá la causa de acuerdo al procedimiento
simplificado. La falta de conformidad puede manifestarse de cualquier modo,
siempre y cuando se exprese dentro de los quince días siguientes a la
notificación.

15.3.- EL PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

16
17

15.3.1.- Cuestiones previas.


El procedimiento abreviado se inserta dentro del fenómeno del derecho
negociado, cuyo origen se encuentra en la crisis de las ordenaciones sociales
y jurídicas tradicionales. En una sociedad post-industrial más individualista,
fragmentada y compleja, perderían progresivamente legitimidad las
regulaciones basadas en modelos de autoridad y centradas en la noción de
“lo público”, tendiéndose a una mayor desregulación y a modos alternativos
de solución de conflictos, sobre la base de la apelación a las nociones de
participación ciudadana e igualdad. En el plano jurídico, se plantean modos
de intervención más flexibles, más informales y menos costosos, como la
mediación, la conciliación o el arbitraje; y en el plano jurídico penal, la
introducción progresiva de fórmulas negociadas al interior del proceso penal
respondería al rechazo del modelo intervencionista y expansionista del
derecho penal en el doble plano de la legitimidad y la eficacia. 40
Las reformas procesales penales habidas en Europa y Latinoamérica a
fines del siglo XX evidencian un giro inequívoco en este sentido, admitiendo
explícita o implícitamente la negociación o pactos sobre el procedimiento o la
pena. Se señalan como fundamentos de esta tendencia, entre otros, la
imposibilidad hoy en día de enjuiciar todos los casos conforme a las reglas
del procedimiento ordinario y, más precisamente, de llevarlos a juicio oral, y
la necesidad de abreviar los procedimientos penales, de modo de cumplir con
el derecho del acusado de ser juzgado en un plazo razonable.
Algunos autores han valorado positivamente estas nuevas instituciones
procesales, argumentando que operan como instrumentos de “defensa social”
al asegurar que los culpables serán castigados en un lapso breve, y que, con
la misma rapidez, serán absueltos los inocentes. También se señala que
reafirma el principio de la autonomía de la voluntad o del consenso en la
solución del conflicto jurídico-penal o que constituye una importante
herramienta para resolver el secular colapso de la administración de justicia
penal, que no podría resolver todos los casos a través del procedimiento
ordinario.
Otro sector de la doctrina, en cambio, rechaza las soluciones
negociadas en el ámbito penal acudiendo fundamentalmente a razones
teóricas o de principio. Se les considera infractoras de las garantías del
imputado, ya que se desenvuelven en un ambiente altamente coercitivo
(amenaza de altas penas), implican una renuncia a su derecho al juicio y la

40
En este sentido María Inés Horvitz, ob cit, tomo II, pág. 503 y siguientes.

17
18

afectación de su estado de inocencia, ahorrándole al órgano persecutor la


prueba de la culpabilidad del acusado.
En un fuerte planteamiento crítico, y refiriéndose al sistema procesal
penal italiano, Ferrajoli41 ha afirmado que “la inderogabilidad del proceso, y
el cúmulo de garantías que comporta, resultan a su vez violados, en su
faceta de indeclinabilidad, por alguno de los procedimientos especiales, en
particular por los acuerdos sobre la pena y el procedimiento por decreto, que,
de hecho, terminan por sustituir la jurisdicción por prácticas negociales de
tipo sustancialmente administrativo. Negando la habitual afirmación de
cierta doctrina en orden a que las formas de acuerdo son un resultado lógico
del “método acusatorio” y del “proceso entre partes”, la que el autor italiano
califica como “ideológica y mistificadora”, reconoce que tal confusión se
explica sólo en el plano histórico en tanto tales acuerdos son percibidos
como “restos modernos del carácter originariamente privado y/o popular de
la acusación, cuando la oportunidad de la acción y, eventualmente, de los
pactos con el imputado era una consecuencia obvia de la libre acusación.
Añade que sin embargo, tal posibilidad carece de fundamento y justificación
en los sistemas en los que el órgano de la acusación es público. La
negociación entre acusación y defensa se parecería más a las prácticas
persuasorias permitidas por el secreto en las relaciones desiguales propias de
la Inquisición.
Las críticas precedentes evidencian que la inevitable tensión entre
eficacia y garantías en el proceso penal se resuelve a favor de la eficiencia en
cualquier procedimiento negociado: dado que se plantea en primer plano la
necesidad de dar respuesta punitiva a la mayor cantidad de casos posibles y,
al mismo tiempo, eliminar el “cuello de botella” que afecta al sistema, el
consecuente respeto de las garantías individuales sólo representa un escollo,
un obstáculo para evitar ese funcionamiento deficiente. Inevitablemente
existirán presiones sobre el imputado para aceptar la oferta de intercambio,
ya sea del fiscal, del juez o del propio defensor. Pero, además, al que no
acepta la oferta corre el riesgo de ser condenado a una pena sustancialmente
mayor en el juicio oral, con lo que implícitamente se está comunicando a los
ciudadanos que ejercer su derecho constitucional al juicio lo puede
perjudicar.
En ese contexto, un sistema de enjuiciamiento criminal en el que el
Estado ya no persigue el establecimiento de la verdad, sino que la
terminación anticipada del procedimiento basada en un “consenso” entre

41
Citado por María Inés Horvitz, ob cit., tomo II, pág. 513.

18
19

partes desiguales se transforma inexorablemente en un sistema neo-


inquisitivo. Tal afirmación la sustentan en las siguientes comprobaciones: la
pretendida igualdad de las partes al momento de la negociación es una
ficción y la voluntad del imputado se encuentra viciada por la coacción.
Las instancias “consensuales” terminan por resultar, en manos del
Estado, funcionales al modelo al cual sirven, consolidando la respuesta
punitiva propia del derecho penal inquisitivo.
Sostiene María Inés Horvitz que en el procedimiento abreviado esta
transformación es evidente: el juez retoma su protagonismo en el proceso
penal, ya que controla la investigación, decide la aplicación del procedimiento
abreviado y dicta la sentencia. A ello se añade que el procedimiento
simplificado también admite la posibilidad de resolución inmediata ante el
juez de garantía, sin necesidad de juicio oral, si el imputado admite
responsabilidad en el hecho atribuido. Si estas modalidades procedimentales
se tornan de aplicación mayoritaria, el regreso al modelo inquisitivo anterior
a la reforma sería sólo cuestión de tiempo.
En Chile la previsión de un procedimiento abreviado respondió a la
necesidad de contar con una vía más rápida y económica de enjuiciamiento
con el fin de favorecer la eficacia en una cantidad importante de casos, o
dicho en otros términos, para acortar los procedimientos, ahorrándose los
costos y las demoras del mismo, en aquellos casos en que no parezca
necesario realizar un juicio oral debido a que no existe una controversia
fundamental entre el acusador y el imputado respecto de los hechos que
constituyen las imputaciones materia del proceso. En síntesis, el fundamento
de este procedimiento especial radicaría en los cálculos presupuestarios del
nuevo sistema procesal penal, construidos sobre la base de que sólo un
porcentaje de los casos en que exista una acusación serán llevados al juicio
oral.
Entre los beneficios que reportaría su uso masivo se identifican los
siguientes: ahorro de recursos para el sistema judicial y para la propia
víctima; y ahorro de recursos para el imputado, que incluye el tiempo que
deja de gastar en el proceso, el tiempo que deja de pasar en prisión
preventiva, el menor tiempo de condena que obtiene como producto del
acuerdo y la reducción de gastos legales en su defensa.
Al decir de Riego, desde esta perspectiva, el procedimiento abreviado
representa una importante fuente de ahorro de recursos que parece muy
rentable en relación con los costos asociados. Se apuesta por la producción

19
20

de condenas rápidas por la alta discrecionalidad de los fiscales en la


selección de hechos y circunstancias que podrán ser objeto de negociación.
En la tramitación legislativa se plantearon objeciones y desconfianzas
hacia este procedimiento especial, basadas en múltiples consideraciones. Por
una parte existió la postura de quienes centraron su rechazo en la
desconfianza hacia condenas fundadas en el consenso de las partes, por la
intrínseca situación de desigualdad del imputado frente a la persecución
penal y las fuertes distorsiones que podían derivarse de ella. Por otro lado se
planteó el peligro de que la investigación preliminar recobrara centralidad en
el proceso penal, pues existiendo una alta probabilidad de que los
antecedentes del fiscal se transformaran en medios de prueba en un
procedimiento abreviado, se tendería a la realización de una instrucción
formalizada destinada a producir prueba utilizable directamente. No debe
soslayarse o minimizarse el peligro advertido por esta postura, pues lo que
está en juego es la amenaza concreta de que si este procedimiento, junto al
previsto en el artículo 395 del CPP con el que comparte la misma estructura,
se tornan de aplicación mayoritaria, habremos retornado al sistema de
enjuiciamiento en base a los registros de la instrucción existente con
anterioridad a la reforma, con la agravante de que los registros del nuevo
sistema son de orden meramente administrativo y no de carácter
jurisdiccional.
Como se aprecia en la base de este procedimiento prevalecieron
consideraciones eficientistas, sin embargo resulta interesante comprobar
que, en la práctica, este procedimiento resulta aún muy poco aplicado en
relación a las expectativas. Otra comprobación importante es que los jueces
han enfrentado – hasta la fecha – de un modo restrictivo y garantista la
tramitación y fallo de este procedimiento.

15.3.2.- Reglamentación.
El procedimiento abreviado se encuentra reglamentado en el Título III
del Libro Cuarto del Código Procesal Penal, dentro de los Procedimientos
Especiales, artículos 406 a 415. En lo no previsto por el Título III se aplican
supletoriamente las normas comunes a todo procedimiento y las
disposiciones del procedimiento ordinario.

15.3.3.- Concepto.
Se trata de un procedimiento especial, de actas, que constituye una vía
alternativa al juicio oral, en base a los registros que el Ministerio Público ha

20
21

reunido durante la instrucción, de naturaleza más eficiente que garantista,


pues implica el sacrificio de notables derechos del acusado en pos de una
salida más rápida y económica. Por lo mismo supone un acuerdo entre el
acusado y el fiscal, homologado en sede jurisdiccional, en virtud del cual el
primero renuncia voluntariamente a un posible juicio oral y acepta
expresamente los hechos materia de la acusación y los antecedentes de la
investigación en que se funda; y el segundo solicita al Juez de Garantía la
imposición de una pena que no exceda de cinco años. En el evento que la
sentencia sea condenatoria, el Juez no puede imponer una pena mayor a la
solicitada por el Ministerio Público.
Como ya vimos, a través de este procedimiento se busca dar una salida
expedita, rápida y económica, por motivos de eficacia, a aquellos casos en
que no exista una controversia sobre los resultados de la investigación
realizada por el Fiscal.
Como expone el profesor Cristián Riego, se trata de un pacto de
cambio de procedimiento en que ambas partes ceden parcialmente en sus
pretensiones obteniendo una ventaja por ello. El Fiscal renuncia a la
posibilidad de una pena en los tramos superiores fijados por la ley,
autolimitando su pretensión a un tramo inferior, a cambio de este sacrificio
el Fiscal obtiene la enorme ventaja de no tener que producir la prueba en el
juicio oral, validándose como pruebas los antecedentes que ha recopilado en
la fase preparatoria, los que van a ser objeto del debate simplificado y van a
servir de fundamento al fallo. Además, obtiene del imputado una declaración
de aceptación de los hechos materia de la acusación, con lo cual la sustancia
de los mismos queda excluida del debate, sin perjuicio de las
interpretaciones acerca de ellos y de las consecuencias jurídicas que se les
atribuyan. El imputado, por su parte, obtiene certeza respecto de la pena que
arriesga y una eventual rebaja de la misma, a cambio renuncia a su derecho
a que la culpabilidad sea probada por el Fiscal en el juicio oral y acepta ser
juzgado por medio de documentos que dan cuenta de la investigación del
Fiscal.
Antes de que el Fiscal efectúe la solicitud de llevar el caso a un
procedimiento abreviado, normalmente existirá un acuerdo entre dicho Fiscal
y el imputado, donde se habrá negociado la calificación jurídica de los
hechos, la etapa de desarrollo del delito, la participación y las
circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, de modo que el
resultado de esas tratativas sea una pretensión punitiva inferior a cinco años
de presidio o reclusión menores en su grado máximo.

21
22

El Ministerio Público debe proponer al acusado y a su defensor una


pena que resulte tan atractiva que lo induzca a reconocer los hechos materia
de la acusación y a renunciar a su derecho al juicio oral. Si ello no fuere así
ningún imputado optaría por el abreviado.
No obstante lo dicho, nuestro sistema pone ciertos límites a la
negociación, siendo el primero de ellos la actitud del querellante que, como
veremos más adelante, puede oponerse a la petición de abreviado y, luego, se
requiere la aprobación del procedimiento por el Juez de Garantía, quien
deberá velar por el estricto cumplimiento de las exigencias legales.
De otro lado, como indica María Inés Horvitz, 42 la negociación no puede
basarse en hechos que no consten en la investigación. En efecto, el
reconocimiento de un hecho en la acusación que no halle su fundamento en
los antecedentes no vincula al juez. 43 Como el fiscal no puede falsear los
antecedentes de la investigación, las opciones disponibles serían las
siguientes: omitir aquellos que den cuenta de hechos que perjudiquen al
imputado, lo que parece discutible a la luz del tipo penal establecido en el
artículo 269 ter del CP, producir antecedentes que lo favorezcan (principio de
objetividad) o basarse en la insuficiente acreditación de un determinado
hecho o circunstancia, en la medida que el estándar de convicción es el
mismo que rige en el juicio oral.
Tampoco podría el fiscal ofrecer al imputado una rebaja de pena que
consistiera en una atenuación cuya aplicación es facultativa del tribunal
como, por ejemplo, la prevista en el artículo 68 bis del CP, como único
mecanismo para situar la sanción bajo los límites que hacen admisible este
procedimiento especial, pues corre el riesgo que ella no fuere considerada
admisible por el juez.

15.3.4.- Características.
a.- Es un procedimiento especial,44 que excluye la generalidad
constituida por el juicio oral. Opera como un mecanismo de descongestión
del sistema, al llevar a procedimientos más simples, más rápidos, menos
complejos y más baratos la solución del conflicto penal.
b.- Tiene aplicación por iniciativa exclusiva del Ministerio Público.
Hay una única llave que abre la puerta del procedimiento abreviado y ella le
pertenece al Fiscal.
42
Ob cit., tomo II, pág. 520.
43
Se dejó constancia expresa en el Senado sobre la necesidad de reforzar el control que el juez debe efectuar
sobre los presupuestos de aplicación de este procedimiento, a fin de evitar que se transe sobre los hechos, en
aquellos casos en que la investigación del fiscal sea insuficiente a fin de dejar en claro que el juez puede rechazar
el acuerdo si su contenido no se conforma con los antecedentes de la investigación.
44
Por eso se encuentra reglamentado en el Libro Cuarto que trata de los procedimientos especiales.

22
23

c.- La iniciativa del Ministerio Público podrá manifestarse desde la


formalización de la investigación hasta la audiencia de preparación del
juicio oral.
d.- Implica para el acusado la renuncia de su derecho a tener un
juicio previo, oral y público.45 El procedimiento abreviado disminuye las
garantías, desde ya el derecho de defensa se ve seriamente menoscabado,
pues el acusado queda impedido de rendir pruebas, no le es posible refutar
fácticamente los elementos de convicción que obren en la investigación
oficial; frente al reconocimiento de los hechos de la acusación, el estado de
inocencia del imputado si bien se mantiene, sufre una sensible disminución;
de otro lado, el principio acusatorio, de división de funciones, también se ve
disminuido, ya que el mismo Juez que intervino durante la instrucción será
quien resuelva acerca de la procedencia del abreviado, y en la afirmativa,
será quien dicte sentencia definitiva.
e.- Requiere la aprobación del Juez de Garantía. 46 Frente a una
solicitud de abreviado, a este órgano judicial corresponde cautelar los
derechos de los intervinientes, verificar el consentimiento libre del acusado y
ejercer un control jurídico acerca de la procedencia de este procedimiento
especial. De este modo, sólo aceptará la solicitud si los antecedentes de la
investigación fueren suficientes para proceder abreviadamente, la pena
privativa de libertad solicitada no exceda de cinco años y previa verificación
que el acuerdo hubiere sido prestado por el acusado con conocimiento de sus
derechos, libre y voluntariamente.
f.- La aceptación por el Juez de Garantía de la solicitud de
abreviado, fija el límite punitivo máximo, en el evento de condena. 47 En
efecto el Juez no puede imponer al acusado una pena superior ni más
desfavorable a la requerida por el fiscal.
g.- El juicio abreviado es conocido y resuelto por el juez de
garantía.48 Lo que genera una de las principales críticas contra la opción del
legislador, por la falta de imparcialidad del tribunal que juzga, pues el juez
que tuvo a su cargo la resolución de todas las solicitudes e incidencias
planteadas durante la etapa de investigación carece de imparcialidad al
momento de fallar sobre la base de los antecedentes recogidos en dicha
etapa.
h.- En el caso de pluralidad de acusados o delitos el procedimiento
abreviado se aplicará sólo respecto de aquellos acusados en quienes
45
Arts. 1 y 409 CPP.
46
Art. 410 CPP.
47
Art. 412 inciso 1° CPP.
48
Art. 14 letra c) COT.

23
24

concurrieren los presupuestos legales, o respecto de los delitos susceptibles


de ser resueltos por esta vía procesal, si fueren varios los atribuidos a un
mismo acusado.49 En consecuencia, los delitos o acusados que fueren
excluidos de este procedimiento deberán continuar de acuerdo a la
tramitación ordinaria.

15.3.5.- Condiciones de procedencia.


Como se trata de un procedimiento especial, cuya admisión afecta
seriamente los derechos de los intervinientes, ya que, por un lado, excluye el
derecho del acusado de llevar el conflicto penal al juicio oral y público, y por
el otro, el querellante particular quedará impedido de obtener un
pronunciamiento sobre la demanda civil que hubiere interpuesto, es preciso
que concurran los presupuestos legales que lo hacen procedente, a saber:
a.- La solicitud del Ministerio Público. Como ya señalamos, la iniciativa del
Ministerio Público podrá manifestarse desde la formalización de la
investigación hasta la audiencia de preparación del juicio oral.
Si aún no se hubiere deducido acusación, el fiscal y el querellante, en
su caso, las formularán verbalmente en la audiencia que el tribunal
convoque para resolver tal solicitud.
Si se hubiere deducido acusación, el fiscal y el acusador particular
podrán modificarla según las reglas generales, así como la pena requerida,
con el fin de permitir la tramitación del caso conforme a la ritualidad del
procedimiento abreviado.50
La pena privativa de libertad requerida por el Fiscal no puede ser
superior a cinco años de presidio o reclusión menores en su grado máximo.
Si se trata de otras penas de distinta naturaleza, no hay limitación, pues el
artículo 406 inciso 1° del CPP habla de “... cualquiera fuere su entidad o
monto, ya fueren ellas únicas, conjuntas o alternativas”.
Se trata de la pena en concreto, previo juego de las circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal, etapas de desarrollo del delito y
grado de participación del acusado. La pena en abstracto es aquella que
contempla la ley penal para cada ilícito, sin considerar los factores
anteriores.
En cuanto a la calificación jurídica de los hechos, no se excluyen
delitos determinados, con la única salvedad que la pena solicitada en
concreto por el Fiscal no exceda el límite legal ya comentado. De allí que este
procedimiento pueda aplicarse aun respecto de delitos graves, como los
49
Art. 406 inciso final CPP.
50
Art. 407 incisos 2° y 3° CPP.

24
25

crímenes, respecto de los cuales el fiscal reconozca circunstancias


modificatorias o factores relevantes para la aplicación de la pena,
suficientemente acreditados en los antecedentes de la investigación.
b.- La conformidad manifestada expresamente por el acusado con
la aplicación del procedimiento abreviado. El acuerdo del imputado recae
sobre el procedimiento, no sobre la pena requerida. En atención a los efectos
que genera para el acusado el procedimiento abreviado, el Código ha previsto
medidas de resguardo que tienden a asegurar la manifestación libre de esta
conformidad, es por ello que el Juez de Garantía debe asegurarse que tal
consentimiento se presta en forma libre y voluntaria, consultándole si conoce
su derecho a exigir un juicio oral, si conoce los términos del acuerdo y sus
consecuencias, si ha sido objeto de coacciones y presiones indebidas por
parte del Fiscal o de terceros.51
c.- La aceptación por parte del acusado de los hechos materia de la
acusación y de los antecedentes de la investigación que la fundaren.
Para que el acusado pueda aceptar informadamente es preciso que tenga
cabal conocimiento de los hechos materia de la acusación, que comprenden
tanto el hecho punible como la participación, así como también los
antecedentes de la investigación. De ahí que resulte imprescindible el
cumplimiento del deber de registro de todas las actuaciones policiales y del
Ministerio Público, establecido en los artículos 227 y 228 del CPP, así como
la obligación del Fiscal acusador de poner a disposición del acusado, en el
Juzgado de Garantía, los antecedentes acumulados en la investigación. 52
La ley no exige el reconocimiento de su culpabilidad, porque en
definitiva ése es un problema jurídico cuya decisión corresponde al juez. Y en
tal medida admite la posibilidad de un fallo absolutorio, especialmente
cuando el tribunal no alcanza, con los antecedentes de la investigación
disponibles, el estándar de convicción que requiere la ley para condenar al
acusado.
Para los efectos de determinar la plausibilidad de la pena en concreto
requerida por el fiscal, la ley lo faculta para considerar la aceptación de los
hechos de la acusación como suficiente para estimar que concurre la
circunstancia atenuante del artículo 11 N° 9 del CP.53
d.- Actividad
del querellante. De existir querellante, éste puede asumir dos posiciones al
respecto: a) Está de acuerdo con la solicitud del fiscal, lo que se refleja por el

51
Art. 409 CPP.
52
Art. 260 del CPP.
53
Art. 407 inciso 3° CPP.

25
26

hecho de adherir a la acusación, o mediante la modificación de su acusación


en la audiencia, en cuanto ella impide ir a un abreviado; o b) Se opone a la
solicitud de abreviado planteada por el fiscal, lo que podrá hacer sólo si en su
acusación particular ha efectuado una calificación jurídica de los hechos,
atribuye una forma de participación o señala circunstancias modificatorias
de responsabilidad penal diferentes de las consignadas por el Fiscal en su
acusación y, como consecuencia de ello, la pena por él solicitada excede el
límite señalado en el artículo 406 CPP.
Pero, aún en este último caso, si el juez de garantía no estima fundada
la oposición del querellante, puede acceder a ir al procedimiento abreviado,
cuando además se den los otros requisitos legales.
e.- La aceptación de la solicitud de procedimiento abreviado por
parte del Juez de Garantía. El Juez aceptará la solicitud cuando los
antecedentes de la investigación fueren suficientes para proceder conforme a
las normas del procedimiento abreviado, la pena solicitada por el Fiscal en
concreto se ajuste a los límites legales y verificare que el acuerdo hubiere
sido prestado por el acusado con conocimiento de sus derechos, libre y
voluntariamente.

15.3.6.- Control jurídico del Juez de Garantía.


Efectuada la solicitud de aplicación del procedimiento abreviado el juez
debe resolver respecto de su procedencia,54 pudiendo darse las siguientes
alternativas:
a.- Si se cumplen las condiciones legales y no ha existido oposición del
querellante, el Juez de Garantía aceptará la solicitud. Para ello se requiere:
* Que los antecedentes de la investigación sean suficientes para
proceder de conformidad con este procedimiento.
* Que la pena requerida no exceda del límite legal.
* Que el acusado haya manifestado su voluntad con el procedimiento y
realizado las aceptaciones requeridas, con pleno conocimiento de sus
derechos, libre y voluntariamente.
b.- Si existe oposición de querellante y el Juez de Garantía no la estima
fundada y se reúnen los presupuestos legales, aceptará asimismo el
procedimiento abreviado.
c.- Por último, si el Juez estima que no se reúnen los requisitos legales,
o si considera fundada la oposición del querellante, rechazará la solicitud de
procedimiento abreviado y dictará el auto de apertura de juicio oral.

54
Art. 410 del CPP.

26
27

El rol del Juez de Garantía en el control judicial y eventual aprobación


de un procedimiento abreviado no es un tema pacífico en la jurisprudencia
de nuestros tribunales. Las decisiones en este sentido han fluctuado entre
dos posiciones bien marcadas:
Una primera posición se traduce en ejercer un control intenso de
legalidad (material) de los requisitos del acuerdo (calificación jurídica del
hecho y sus circunstancias; pena correspondiente al delito imputado;
coincidencia con los límites legales), que implica de parte del Juez la
expresión de una opinión jurídica propia sobre el fondo. El Juez aquí busca
convencerse al nivel de la certeza respecto de la procedencia efectiva de las
circunstancias y factores que inciden en el requerimiento punitivo del Fiscal,
para ello será necesario estudiar y analizar a cabalidad todos los
antecedentes de la carpeta de la instrucción, y
La segunda posición conlleva un control de legalidad menos fuerte,
atenuado o moderado (formal), de mera plausibilidad o razonabilidad
jurídica de la calificación efectuada inicialmente por el Fiscal, como dice el
profesor Jorge Mera Figueroa “que exista un piso jurídico sensato”. En esta
tendencia el Juez no exigirá la adquisición de una convicción certera acerca
de los requisitos de procedencia del abreviado, sino que bastará un juicio de
probabilidad o plausibilidad, vale decir que el criterio jurídico de los
peticionarios sea sustentable.
Según María Inés Horvitz se trata de un estudio de suficiencia
razonable, es decir, no se requiere un examen del mérito de los antecedentes,
sino sólo verificar que existe al menos un antecedente, aunque sea sucinto,
para comprobar cada elemento de la acusación, tanto en lo que se refiere al
delito imputado, la participación y las circunstancias modificatorias de
responsabilidad criminal atribuidas al hecho o al autor. Agrega que este
control todavía dejaría margen para que luego, en el examen sobre el fondo
de dichos antecedentes, el tribunal pudiera absolver por ausencia de
convicción sobre la culpabilidad del acusado.
Cualquiera sea la alternativa que el Juez adopte, creemos que no debe
dejar de considerar en su decisión los principios del sistema procesal penal
que nos rige, los objetivos de la instrucción, los derechos e intereses de los
intervinientes, los fines de la aplicación de este procedimiento especial y las
funciones del Ministerio Público y del Juez de Garantía.
Recordemos que el Fiscal es el persecutor penal y dentro de sus
facultades llega a una negociación con el acusado, a través de la cual
disminuirá su pretensión punitiva recibiendo como contrapartida un menor

27
28

riesgo de absolución y un menor desgaste de energías y recursos que


significa el procedimiento abreviado versus el juicio oral.
Para que el procedimiento abreviado sea operativo, la ley ha otorgado a
los fiscales un cierto grado de discrecionalidad, para ofrecer al imputado una
penalidad que le pueda resultar atractiva.
La comparación que hace el Fiscal dentro de su discrecionalidad no es
entre los hechos denunciados y las normas legales, sino entre los hechos
susceptibles de ser probados en el escenario exigente de un juicio oral y
dichas normas, es lo que se ha dado en llamar “juicio de predictibilidad”, en
base a la calidad de las pruebas de que dispone.
La cuestión planteada no ha tenido una solución pacífica y los efectos
de la decisión que adopte el Juez de Garantía no son inocuos, pensemos
solamente en el escenario hipotético de un rechazo continuo a la aplicación
del procedimiento abreviado, ello forzará la realización de múltiples juicios
orales, aun cuando no existe controversia entre las partes respecto de los
hechos de la acusación ni de los antecedentes en que se funda, y la
calificación del Fiscal es plausible dogmáticamente.
El profesor Jorge Mera Figueroa ha sostenido que la excesiva rigidez
del control puede llevar a los Fiscales a buscar otras soluciones técnicamente
factibles, como el archivo provisional antes de la judicialización, constatado
que sea el desinterés de la víctima en la persecución.
En el evento que el Juez de Garantía rechace la solicitud de llevar el
caso a un procedimiento abreviado, forzando con ello un juicio oral, por el
solo ministerio de la ley se tendrán por no formuladas la aceptación de los
hechos y de los antecedentes efectuada por el acusado. Del mismo modo, se
tendrán por no efectuadas las modificaciones de la acusación o de la
acusación particular efectuadas para posibilitar la tramitación abreviada del
procedimiento. Se impone, entonces, al tribunal la obligación de disponer la
eliminación en el auto de apertura de todos los antecedentes relativos al
planteamiento, discusión y resolución de la solicitud de abreviado. 55

15.3.7.- Impugnación de esta decisión.


El Título III del Libro IV del CPP no hace referencia a la posibilidad de
impugnar la resolución del Juez de Garantía que se pronuncia acerca de la
solicitud de procedimiento abreviado.
Emilio Pfeffer Urquiaga sostiene que ello fue así pues se entendió que
supuesto el acuerdo de las partes y la posibilidad de oposición del

55
Arts. 410 inciso 2° y 335 CPP.

28
29

querellante, en general el Juez debiera acceder a la solicitud, y en el evento


de rechazarse se aplican las reglas generales.
Jorge Mera Figueroa afirma también que dicha resolución no es
apelable, incluso utiliza tal aserto para argumentar respecto de la intensidad
del control judicial de la calificación jurídica.
Afirma María Inés Horvitz56 que ninguna de estas dos resoluciones
resulta susceptible de impugnación por la vía del recurso de apelación. En
efecto, sólo son apelables las resoluciones del juez de garantía cuando
pusieren término al procedimiento, hicieren imposible su prosecución o lo
suspendieren por más de treinta días y cuando la ley lo señale
expresamente.57 Ninguna de estas hipótesis concurre en los casos indicados,
ni puede entenderse que hay término o suspensión del procedimiento cuando
el juez de garantía rechaza la solicitud de procedimiento abreviado, pues en
tal caso nunca se ha abandonado el procedimiento ordinario, el que debe
pasar a su fase de juicio oral.
Por otro lado, el superior jerárquico sólo se encuentra autorizado para
revisar los presupuestos de aplicación del procedimiento abreviado con
ocasión del recurso de apelación interpuesto en contra de la sentencia
definitiva.58
No obstante lo señalado, la jurisprudencia de los tribunales ha sido
vacilante, pues en algunos casos se han declarado inadmisibles las
apelaciones deducidas en contra de resoluciones de esta índole y en otros los
recursos han sido concedidos, habiéndose fundado éstos en la causal
genérica contenida en el artículo 370 letra a) del CPP.
Pensamos que la hipótesis en análisis no se encuadra en la situación
prevista en la disposición recién citada, ya que no se puede poner término a
un procedimiento que ni siquiera se ha iniciado, menos impedirá su
prosecución o lo suspenderá. El procedimiento abreviado comienza sólo
cuando el Juez de Garantía lo acepta, continuando con la tramitación legal,
que implica sustituir la original audiencia de preparación de juicio oral por
una de procedimiento abreviado.
Como ya se señaló, tampoco parece procedente estimar que con tal
decisión se paraliza o suspende el procedimiento ordinario, pues acto
seguido del rechazo del abreviado, el Juez de Garantía debe dictar el auto de
apertura de juicio oral, con lo que se avanza a la etapa siguiente.

56
Ob cit., tomo II, pág. 529.
57
Art. 370 CPP.
58
Art. 414 inciso 2° CPP.

29
30

Del mismo modo, nos parece que es inapelable, en esta oportunidad, la


decisión del Juez de Garantía que rechace la oposición del querellante y
acepte el abreviado, toda vez que no existe disposición legal que autorice a
este interviniente para deducir el recurso de apelación.

15.3.8.- Tramitación del procedimiento abreviado.59


Aceptada que sea la solicitud del Fiscal de llevar el caso a un
procedimiento abreviado, como ya vimos, la original audiencia de
preparación se muta por otra de “juicio abreviado”, cuya tramitación es la
que sigue.
Al inicio el Juez abrirá el debate y otorgará la palabra al Fiscal para
que efectúe una exposición resumida de la acusación y de las actuaciones y
diligencias de la investigación que la fundamentaren.
A continuación, se dará la palabra a los demás intervinientes, esto es,
al querellante si lo hubiere, y la exposición final corresponderá siempre al
acusado.
El debate consistirá en la interpretación que las partes hacen de los
hechos de la acusación y de los antecedentes de la investigación, mas no
respecto de su existencia, incidiendo en temas como la calificación jurídica
de los sucesos, la participación o las circunstancias que den lugar a una
atenuación o agravación de la pena o la exención o extinción de la
responsabilidad criminal, o sobre la naturaleza y grado de la pena. Tampoco
corresponde rendir prueba de ninguna especie o discutir la credibilidad de
los antecedentes obtenidos durante la instrucción. Si un hecho no tuviese
ningún respaldo en los antecedentes aportados, deberá ser ignorado por el
tribunal, y en caso alguno podrá servir para fundar una sentencia
condenatoria.60
Terminado el debate el Juez de Garantía debe dictar sentencia.

15.3.9.- La sentencia definitiva.


Terminado el debate, el juez deberá emitir su fallo de absolución o
condena.61
En cuanto existe una remisión general a las normas del procedimiento
ordinario y no existen normas expresas sobre el particular deben
considerarse aplicables a este procedimiento especial las disposiciones
generales sobre valoración de la prueba y estándar de convicción, de modo

59
Art. 411 del CPP.
60
Art. 412 inciso 2° CPP.
61
Art. 412 CPP.

30
31

que si no se alcanza el grado de certeza exigido legalmente el tribunal deberá


absolver al acusado.
En razón de la remisión aludida, estimamos posible que el tribunal
difiera la redacción de la sentencia, señalando el día de la audiencia
únicamente la decisión de absolución o condena y sus fundamentos
principales. Acto seguido deberá fijar la fecha de la audiencia de lectura de la
misma de la forma y dentro del plazo señalado en el artículo 344 del CPP.
Se ha sostenido por algunos que la aceptación que hace el imputado de
los hechos materia de la acusación y de los antecedentes de la investigación
en que se funde no alcanza a la participación, de modo que acreditar ésta
será de cargo del órgano acusador y al no hacerlo se plantea otra posibilidad
de absolver.
Estimamos que el reconocimiento de los hechos que efectúa el acusado
para los efectos del procedimiento abreviado incide tanto en el hecho punible
como en su participación culpable; lógicamente, siempre y cuando el juez
estime acreditados tales sucesos. En consecuencia, no nos parece adecuado
efectuar una división de los elementos fácticos separando aquellos que se
refieran únicamente al supuesto hecho punible de los que incidan en la
participación culpable, pues en la realidad constituyen un solo todo que no
corresponde dividir.
El Juez de Garantía falla como juez unipersonal y la sentencia, que
puede ser absolutoria o condenatoria,62 debe cumplir con los requisitos
establecidos en el artículo 413 del CPP, a saber:
a).- La mención del tribunal, la fecha de su dictación y la identificación
de los intervinientes.
b).- La enunciación breve de los hechos y circunstancias que hubieren
sido objeto de la acusación y de la aceptación por el acusado, así como de la
defensa de éste.
c).- La exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos
que se dieren por probados sobre la base de la aceptación que el acusado
hubiere manifestado respecto a los antecedentes de la investigación, así
como el mérito de éstos, valorados en la forma prevista en el artículo 297.
d).- Las razones legales o doctrinales que sirvieren para calificar
jurídicamente cada uno de los hechos y sus circunstancias y para fundar su
fallo;
62
En la discusión legislativa la Cámara de Diputados señaló que no puede entenderse que aun sobre la base de la
aceptación de los hechos, el juez tenga necesariamente que condenar, porque ello significaría legalizar un
allanamiento a una condena y atribuirle un sentido jurisdiccional al acuerdo entre el fiscal y el imputado, en
desmedro de las facultades naturales del órgano jurisdiccional. Y añadió que, aquí, el imputado acepta que los
antecedentes reunidos por el fiscal son ciertos, en general. El juez tiene que indagar dentro de esos antecedentes
y, sobre la base de ellos, puede absolver.

31
32

e).- La resolución que condenare o absolviere al acusado. La sentencia


condenatoria fijará las penas y se pronunciará sobre la aplicación de alguna
de las medidas alternativas a la privación o restricción de libertad previstas
en la ley.
f).- El pronunciamiento sobre las costas, y
g).- La firma del juez que la hubiere dictado.
La sentencia que condenare a una pena temporal deberá expresar con
toda precisión el día desde el cual empezará ésta a contarse y fijará el tiempo
de detención o prisión preventiva que deberá servir de abono para su
cumplimiento. En su caso, también dispondrá el comiso de los instrumentos
o efectos del delito o su restitución, cuando fuere procedente. 63
Al igual que en el procedimiento ordinario se exige que la sentencia se
encuentre motivada y se valoren los antecedentes de la investigación. Sin
embargo estos deberes se imponen con menor intensidad que en aquél, pues
el procedimiento abreviado no cumple con el esquema cognoscitivo de
justificación de la decisión jurídico-penal. Sin embargo, la circunstancia que
la ley exija la existencia de correspondencia entre los hechos aceptados y los
antecedentes de la investigación plantea, aunque de un modo no satisfactorio
desde una perspectiva garantista, la posibilidad de verificación fáctica de los
hechos materia de la acusación y de su calificación jurídica, esto es, el
control jurisdiccional – con cierto valor cognitivo – de los presupuestos de la
responsabilidad penal y de la pena. De allí que el procedimiento abreviado no
sea del todo equiparable al plea bargaining norteamericano, en el que la
oferta del fiscal y la conformidad del acusado resultan vinculantes para el
juez.

Limitaciones del fallo.


Por disposición legal, si la sentencia es condenatoria, el Juez no podrá
imponer una pena superior ni más desfavorable a la requerida por el Fiscal o
el querellante en su caso.64
Además, la sentencia condenatoria no podrá emitirse exclusivamente
sobre la base de la aceptación de los hechos por parte del imputado,
debiendo concurrir antecedentes probatorios adicionales. 65 En rigor, el gran
efecto facilitador del procedimiento abreviado no consiste en el
reconocimiento de los hechos, que no basta para condenar, sino en excluir la

63
Art. 31 CP.
64
Art. 412 inciso 1° CPP.
65
Art. 412 inciso 2° CPP.

32
33

discusión sobre la credibilidad de los antecedentes que obran en la carpeta


fiscal.
El procedimiento abreviado requiere, aunque sea de manera muy
precaria, alguna vinculación con la verdad establecida en la investigación y,
de este modo, con el principio de legalidad de los delitos y las penas. Se trata
de impedir que la sola aceptación signifique una condena automática que
pudiera conducir a errores.66
Finalmente, la sentencia condenatoria no debe pronunciarse sobre la
demanda civil que hubiere sido interpuesta.67 Esta norma es natural
corolario del carácter sumario del procedimiento abreviado, que impide tratar
con la debida latitud las cuestiones relacionadas con el ejercicio de la acción
civil derivada del hecho punible.

15.3.10.- Impugnación de la sentencia definitiva.


La sentencia definitiva únicamente es impugnable a través del recurso
de apelación, debiendo éste concederse en ambos efectos. 68
El mantenimiento de este modo de impugnación, similar al existente en
el proceso penal antiguo, pone de manifiesto una identidad sustancial: en
ambos casos se trata de fallos sobre registros cuyo contenido puede ser
revisado a través de una nueva lectura de aquéllos por el tribunal superior.
Como no existe limitación respecto de la parte que puede recurrir de
apelación, debemos estarnos a la regla general en materia de recursos, esto
es, puede recurrir el Ministerio Público y los demás intervinientes agraviados
por la resolución judicial, queda incluido por tanto el querellante. 69
De acuerdo al artículo 414 inciso 2° del CPP, en el conocimiento de
este recurso la Corte de Apelaciones podrá pronunciarse no sólo respecto del
contenido de la sentencia recurrida, sino también acerca de la procedencia
de los presupuestos del procedimiento abreviado previstos en el artículo 406.
Sin embargo esta facultad debe entenderse armónicamente con lo señalado
en el artículo 360 del mismo texto legal, en cuanto fija la competencia del
tribunal de alzada de la siguiente manera: “..sólo podrá pronunciarse sobre
las solicitudes formuladas por los recurrentes, quedándole vedado extender
el efecto de su decisión a cuestiones no planteadas por ellos o más allá de los
límites de lo solicitado..”, salvo el caso de facultad legal expresa.
Según el profesor Jorge Mera Figueroa, en el uso de esta facultad la
Corte de Apelaciones sólo puede pronunciarse acerca de la circunstancia de
66
Es el mismo fundamento de la restricción que se plantea en el artículo 340 inciso final CPP.
67
Art. 412 inciso final CPP.
68
Art. 414 inciso 1° CPP.
69
Art. 352 CPP.

33
34

haber el imputado manifestado su conformidad en forma libre y voluntaria,


pues decidir si la pena requerida por el Fiscal se conforma o no al límite
previsto por la ley, puede generar consecuencias político – criminales
indeseables, en caso de rechazo del procedimiento, nulidad de lo obrado y
forzamiento hacia un juicio oral, ello puede desmotivar los acuerdos entre
Fiscales e imputados.
Sin embargo, el texto de la ley es claro y le otorga a otro tribunal,
colegiado y de mayor jerarquía, la facultad de controlar nuevamente el
consentimiento del imputado y los demás requisitos de procedencia del
mismo, para disminuir al máximo las posibilidades de abuso o arbitrariedad
en su utilización.

15.4.- PROCEDIMIENTO POR DELITO DE ACCIÓN PENAL PRIVADA.

15.4.1.- Cuestiones previas.


La regulación del procedimiento de acción penal privada en el CPP es
extremadamente concisa, planteándose como normas supletorias las del
procedimiento simplificado, con excepción de la posibilidad de suspender la
imposición de la condena.
Es el Título II del Libro Cuarto del CPP el que regula este procedimiento
especial y en el artículo 405 establece que, en lo no previsto por este título,
se aplican las normas del Título I del Libro Cuarto, con la salvedad ya
indicada.
En este procedimiento se excluye la intervención del Ministerio Público,
atribuyéndole al querellante el poder exclusivo en la persecución penal
privada. Por consiguiente, el impulso procesal radica enteramente en este
interviniente y, como el interés preponderante en la persecución penal del
hecho es de carácter privado, es posible la renuncia de la acción penal a
través del desistimiento, hecho que determinará el sobreseimiento definitivo
del procedimiento. Como contrapartida, la inactividad del querellante puede
acarrearle una grave sanción procesal, a saber, el abandono de la acción
penal privada y la consiguiente resolución de sobreseimiento definitivo. Todo
el procedimiento depende de la actuación del querellante, lo que puede
constituirse en una pesada carga procesal.

15.4.2.- Tribunal competente.


Al juez de garantía respectivo corresponde el conocimiento del
procedimiento de acción penal privada. Ello fluye de la exigencia contenida

34
35

en el artículo 400 inciso 1° del CPP al señalar que la querella debe ser
interpuesta “ante el juez de garantía competente” y del inciso final del mismo
precepto cuando dispone que ejecutadas las diligencias solicitadas por el
querellante, “el tribunal citará a las partes a la audiencia a que se refiere el
artículo 403”, vale decir, que ante el juez de garantía se interpone la querella
y ante él se realiza la audiencia de estilo.
Se plantean a su respecto las mismas críticas invocadas para el
procedimiento simplificado y abreviado, pues este tribunal carece de
imparcialidad en el juzgamiento del delito si ha debido intervenir en etapas
previas del mismo, por ejemplo en la realización de diligencias previas
solicitadas por el querellante.

15.4.3.- Delitos que deben ser perseguidos a través de este


procedimiento.
Conforme al artículo 55 del CPP, son delitos de acción penal privada
los siguientes:
a).- La calumnia y la injuria;
b).- La falta descrita en el N° 11 del artículo 496 del CP (injurias
livianas);
c).- La provocación a duelo y el denuesto o descrédito público por no
haberlo aceptado, y
d).- El matrimonio del menor llevado a efecto sin el consentimiento de
las personas designadas por la ley y celebrado de acuerdo con el funcionario
llamado a autorizarlo.
Sin embargo, este catálogo no es taxativo ya que existen otras hipótesis
previstas en leyes penales especiales de indudable relevancia, a saber:
e).- El delito de giro fraudulento de cheques efectuado por un librador
en los siguientes casos: 1.- Cuando no cuente de antemano con fondos o
créditos disponibles suficientes en su cuenta corriente; 2.- Cuando hubiere
retirado los fondos disponibles después de expedido el cheque; y 3.- Cuando
hubiere girado sobre cuenta corriente cerrada.70

15.4.4.- Legitimación activa.


De acuerdo al artículo 400 inciso 1° del CPP, el procedimiento sólo
podrá comenzar con la interposición de la querella por quien estuviere

70
Arts. 22 y 43 de la Ley sobre Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques. Los demás delitos confieren acción
penal pública al tenedor del cheque protestado, pero los fiscales sólo iniciarán la investigación cuando se les
presente el cheque protestado y la constancia de haberse practicado la notificación judicial del protesto y de no
haberse consignado los fondos en el plazo de tercero día, sea que se haya opuesto o no tacha de falsedad en el
momento del protesto, o dentro de los tres días siguientes a la notificación judicial del mismo.

35
36

habilitado para promover la acción penal, esto es, por la víctima, su


representante legal o su heredero testamentario. 71 En el caso de la hipótesis
contemplada en la letra d) del artículo 55 del CPP, podrán ser querellantes
las personas cuyo consentimiento exige la ley para la validez del matrimonio
del menor.

15.4.5.- Tramitación.

a.- Inicio del procedimiento.


El procedimiento se inicia con la presentación de la querella, libelo que
debe cumplir no sólo con los requisitos de toda querella criminal, 72 sino
también con los de una acusación particular, en los términos señalados en el
artículo 261 del CPP, y siempre que no se contravenga alguna disposición del
Título II. Además, el querellante deberá acompañar una copia de la querella
por cada querellado a quien deba notificarse de la misma. 73
Según María Inés Horvitz,74 la remisión a los artículos 113 y 261 del
CPP nos sugiere que la querella es, en consecuencia, una actuación similar a
la del requerimiento del Ministerio Público en el procedimiento simplificado,
aunque con algunos matices relevantes. Agrega que, una interpretación
coherente y sistemática de ambos preceptos legales, que resulte concordante
con las características de este procedimiento, nos indica que dicha querella
debe contener las siguientes enunciaciones:
a).- La designación del tribunal ante el cual se entable la querella;
b).- El nombre, apellido, profesión u oficio y domicilio del querellante;
c).- El nombre, apellido, profesión u oficio y residencia del querellado, o
una designación clara de su persona, si el querellante ignora estas
circunstancias;
d).- La relación circunstanciada del hecho, con expresión del lugar,
año, mes, día y hora en que se hubiere ejecutado, si ellas son conocidas del
querellante; la calificación jurídica de los hechos, de la participación que se
atribuya al querellado, y la pena cuya aplicación se solicita al tribunal; 75
e).- La expresión de las diligencias cuya práctica se solicite al tribunal,
si ellas fueren necesarias.76

71
Arts. 55 y 111 inciso 1° CPP.
72
Art. 113 CPP.
73
Art. 440 CPP.
74
Ob cit., tomo II, pág. 544.
75
Arts. 113 d) y 261 a) CPP.
76
Arts. 113 letra e) y 400 inciso 3° CPP.

36
37

f).- El ofrecimiento de prueba que estime necesaria para sustentar su


querella, la que deberá hacerse en los términos del artículo 259 del CPP; 77 y
g).- La firma del querellante o la de otra persona a su ruego, si no sabe
o no puede firmar.
La remisión al artículo 261 del CPP no es absoluta, ya que dicha
disposición no resulta del todo aplicable a este procedimiento.
Evidentemente, no cabe plantear una adhesión a la acusación, por no existir
intervención alguna del Ministerio Público en este procedimiento; ni por el
mismo motivo, el señalamiento de vicios formales al escrito de acusación.
Más problemática es, sin embargo, la posibilidad de deducir demanda civil en
este procedimiento, cuando ella procediere. Por el carácter breve y simple de
este procedimiento, y en que son de aplicación supletoria las normas del
procedimiento simplificado, se ha entendido que tal posibilidad está excluida,
debiendo el actor civil deducir la demanda ante el tribunal civil
correspondiente. Sin embargo, la remisión sin excepciones al artículo 261 del
CPP no permite descartarla de plano, ya que su letra d) contempla
precisamente la posibilidad de “deducir demanda civil, cuando procediere”.

b.- Diligencias destinadas a precisar los hechos.


Señala el artículo 400 inciso 3° del CPP que si fuere necesaria la
realización previa de diligencias orientadas a “precisar los hechos” que
configuran el delito de acción penal privada, el querellante deberá solicitar su
práctica al juez de garantía. En consecuencia, no procede efectuar esta
solicitud al Ministerio Público, sino directamente al juez de garantía, quien, a
su vez, deberá disponer la realización de las diligencias solicitadas a la
policía.

c.- Desistimiento y abandono de la acción.


Como consecuencia de la amplia renunciabilidad de la acción penal
privada por parte del ofendido,78 el Código establece que el desistimiento de
la querella determinará la dictación de la resolución de sobreseimiento
definitivo del procedimiento y la consiguiente condena en costas del
querellante, salvo que el desistimiento obedezca a un acuerdo con el
querellado. Sin embargo, existe un límite a la posibilidad de desistimiento

77
Art. 261 letra c) CPP.
78
Art. 56 inciso 2° CPP.

37
38

por el querellante, pues una vez iniciado el juicio no se dará lugar a él si el


querellado se opone.79
La inactividad del querellante en el procedimiento por más de treinta
días o su inasistencia al juicio se sanciona con el abandono de la acción, en
cuyo caso el tribunal deberá, de oficio o a petición de parte, decretar el
sobreseimiento definitivo de la causa.80
La ley quiso dejar en claro qué tipo de inactividad es la que puede dar
origen a esta sanción procesal tan grave para el querellante. Por ello
estableció que constituye inactividad del querellante la falta de realización de
diligencias útiles para dar curso al procedimiento que sean de cargo de este
interviniente. En efecto, la inactividad podría ser imputable al tribunal, si
éste tarda en disponer la realización de las diligencias solicitadas por el
querellante, o de la policía, si ella se tarda en cumplirlas.
Asimismo, se producirá el abandono de la acción si los herederos o el
representante legal del querellante muerto o que cae en incapacidad,
respectivamente, no concurren a sostener la acción dentro del término de
noventa días.

d.- La audiencia del juicio.

Como no existe una regulación completa sobre las actuaciones previas


al juicio y su desarrollo, es preciso hacer aplicación supletoria de las normas
del procedimiento simplificado.81
Presentada la querella o efectuadas las diligencias solicitadas por el
querellante, el juez de garantía ordenará su notificación al imputado y citará
a todos los intervinientes al juicio, el que no podrá tener lugar antes de
veinte (20) ni después de cuarenta (40) días contados desde la fecha de la
resolución. En lo demás, rigen las reglas contenidas en el artículo 393 del
CPP.
El querellante y el querellado podrán comparecer a la audiencia de
forma personal o representados por mandatarios con facultades suficientes
para transigir. Sin embargo, deberán concurrir en forma personal si el
tribunal así lo ordena.82 La comparecencia personal de las partes tiene como
objeto procurar una conciliación o avenimiento antes de la realización del
juicio.83 Tratándose de los delitos de injurias y calumnias, se otorgará la
79
Art. 401 CPP.
80
Art. 402 CPP.
81
Art. 405 CPP.
82
Art. 403 CPP.
83
En los delitos de calumnia e injuria el juez debe otorgar al querellado la posibilidad de dar explicaciones
satisfactorias de su conducta (art. 404 CPP).

38
39

posibilidad al querellado para dar explicaciones satisfactorias de su


conducta. En ambos casos, el tribunal decretará el sobreseimiento definitivo
de la causa.
Es necesario tener presente que la presencia del querellado es
necesaria además, para instruirlo y dirigirle las preguntas a que se refieren
los artículos 394 y 395 del CPP, de carácter personalísimo, por los efectos
penales que ellas conllevan, para el caso de que no prospere la conciliación.
Si la conciliación se produce, el tribunal deberá decretar el
sobreseimiento definitivo de la causa. De lo contrario deberá proceder a la
preparación del juicio según la ritualidad establecida en el artículo 395 bis
del CPP, sin perjuicio de preguntar previamente al imputado si admite
responsabilidad en los hechos atribuidos, con las consecuencias que prevé el
artículo 395 del CPP. Una vez efectuada la preparación, en la que la
querellante solo podrá ofrecer o reiterar la misma prueba indicada en la
querella, se procederá a efectuar el juicio inmediatamente, si ello fuere
posible, o a más tardar dentro de quinto día.
Dicho juicio tiene la misma estructura del juicio simplificado, en el que
una vez rendida la prueba y concluido el debate, el juez pronunciará su
decisión de absolución o condena y deberá fijar una nueva audiencia, dentro
del plazo de cinco días, para dar a conocer el texto escrito de la sentencia.

e.- La sentencia.
La sentencia debe cumplir con los contenidos señalados en el artículo
342 del CPP, por la remisión que realiza el artículo 405 del CPP a las normas
del procedimiento simplificado que, a su vez, remiten, en lo no provisto por
ellas, a las disposiciones del Libro Segundo del CPP. 84 Sin embargo, el juez
no puede suspender la imposición de la pena y sus efectos. 85

f.- Recursos.
Contra la sentencia definitiva sólo puede interponerse recurso de
nulidad y el querellado sólo podrá impugnar la sentencia si hubiere
concurrido al juicio.86

84
Art. 389 CPP.
85
Conforme a los antecedentes de la tramitación parlamentaria el fundamento de esta exclusión fue que las penas
que en algunos casos corresponde a los delitos de acción privada son de mayor gravedad que las que regula el
procedimiento simplificado.
86
Arts. 399 y 405 CPP.

39
40

15.5.- PROCEDIMIENTO PARA APLICACIÓN DE MEDIDAS DE


SEGURIDAD.

15.5.1.- Cuestiones previas.


Señala María Inés Horvitz87 que en el derecho penal clásico no existían
consecuencias jurídico-penales para los autores de hechos antijurídicos
declarados no culpables. Las medidas de seguridad surgen en Europa a fines
del siglo XIX, con la influencia del positivismo criminológico en el derecho
penal. Ellas se basan únicamente en la peligrosidad del sujeto y consisten en
un tratamiento dirigido a evitar que éste delinca. Frente a la pena, cuyo
fundamento es la culpabilidad por el injusto realizado, la medida de
seguridad se plantea como la respuesta a un estado socialmente peligroso del
autor. Conceptualmente, entonces, no presuponen la comisión de un delito
previo, sino el peligro de un delito futuro y, desde esta perspectiva, resultan
admisibles no sólo las medidas de seguridad posdelictuales, sino, también,
las predelictuales.
Añade la autora que, hoy en día, la doctrina contemporánea coincide
en el rechazo de las medidas predelictuales, cuya ilegitimidad funda en la
infracción del principio de legalidad de los delitos y las penas y,
específicamente, en la exigencia de determinación que dicho principio
comporta; pone en grave riesgo la seguridad jurídica y los principios
garantistas del derecho penal. En consecuencia, sólo resultarían aceptables
en un Estado de Derecho las medidas de seguridad posdelictuales, esto es,
aquellas reacciones que se imponen para prevenir un peligro de repetición,
objetivado en un hecho. En otras palabras, procederá una medida de
seguridad cuando el sujeto haya cometido un hecho antijurídico que
constituya indicio de un estado peligroso, el que debe ser complementado
con un pronóstico de posibilidad concreta de peligrosidad futura como
consecuencia de su patología.

15.5.2.- Procedencia de la aplicación de medidas de seguridad.

a.- Presupuestos.
El artículo 455 del CPP establece los presupuestos de aplicación de
una medida de seguridad al enajenado mental, y son los que siguen:
a.1.- Que se trate de un imputado enajenado mental;
a.2.- Que éste hubiere realizado un hecho típico y antijurídico;

87
Ob cit., tomo II, pág. 554.

40
41

a.3.- Que existan antecedentes calificados que permitan presumir que


atentará contra sí mismo o contra otras personas; y
a.4.- Sólo podrán ser aplicadas en virtud de una sentencia fundada,
dictada por un tribunal imparcial.
En consecuencia, el Código está consagrando el carácter posdelictual
de la medida, pues requiere la comisión de un injusto, y exige un pronóstico
negativo de peligrosidad fundado en antecedentes graves y calificados. Por
consiguiente, para la determinación del juicio de peligrosidad futura no es
suficiente considerar solamente la gravedad del injusto realizado o su
disvalor para el bien jurídico afectado, pues de lo contrario bastaría con el
primer requisito. Los antecedentes calificados podrán consistir en conductas
peligrosas previas, en diagnósticos médicos sobre las características de la
enfermedad, en la ausencia previa de vigilancia o cuidado sobre el sujeto,
etc.88
Los principios que inspiran la aplicación de las medidas de seguridad
son los que a continuación se indican:
 Inocencia, pues resulta previo establecer en juicio las condiciones
de procedencia de la medida;
 Legalidad, en tanto no se pueden aplicar medidas de seguridad sino
en los casos y de la forma señalada por la ley;89
 Provisionalidad, ya que sólo deben durar mientras subsistan las
condiciones que las hayan hecho necesarias; 90 y
 Proporcionalidad, toda vez que están supeditadas a la gravedad del
hecho y la situación del imputado.91

b.- Medidas de seguridad.


Es principio básico de nuestro sistema procesal penal que ninguna
persona podrá ser sometida a una medida de seguridad, de las establecidas
en el CPP, sino en virtud de una sentencia fundada, dictada por un tribunal
imparcial.92
Como ya señalamos, en el proceso penal sólo podrá aplicarse una
medida de seguridad al enajenado mental que hubiere realizado un hecho
típico y antijurídico y siempre que existan antecedentes calificados que

88
María Inés Horvitz, ob cit, tomo II, pág. 562.
89
Artículos 1, 5, 455 y 457 CPP.
90
Artículo 481 CPP.
91
Artículos 457 y 481 CPP.
92
Artículo 1 CPP.

41
42

permitieren presumir que atentará contra sí mismo o contra otras


personas.93
El Código establece que, según la gravedad del caso, podrá imponerse
al enajenado mental alguna de las siguientes medidas de seguridad: 94
b.1.- La internación en un establecimiento psiquiátrico, o
b.2.- La custodia y tratamiento.
La forma y condiciones de cumplimiento de estas medidas deberán
establecerse en la sentencia que las impone. Entonces surge la duda acerca
de su duración, esto es, si existen límites máximos establecidos en la ley
para su ejecución, pues la peligrosidad del sujeto podría considerarse
existente por tiempo indefinido.
El Código señala que estas medidas sólo podrán durar mientras
subsistan las condiciones que las hicieron necesarias, pero establece que
en ningún caso podrán extenderse más allá de la sanción restrictiva o
privativa de libertad que hubiere podido imponérsele en una sentencia
condenatoria o del tiempo que corresponda a la pena mínima probable, el
que será señalado por el tribunal en su fallo.95
Se entiende por pena mínima probable el tiempo mínimo de privación o
restricción de libertad que la ley prescriba para el delito o delitos por los
cuales se hubiere dirigido el procedimiento en contra del sujeto enajenado
mental, formalizado la investigación o acusado, según correspondiere.
En consecuencia, se ha preservado el principio de proporcionalidad en
las medidas de seguridad aplicadas en el proceso penal, no pudiendo exceder
el tiempo de duración que hubiera correspondido a la pena impuesta por la
comisión del delito, ni aun cuando subsistan las condiciones que hicieron
procedente la medida.96

c.- Procedimiento aplicable al enajenado mental que cometió


delito en tal estado.
De acuerdo con el artículo 456 del CPP, el procedimiento para la
aplicación de las medidas de seguridad se rige por las reglas contenidas en el
Título VII del Libro Cuarto del CPP y, supletoriamente, por las del
procedimiento ordinario, sólo en cuanto éstas no fueren contradictorias con
aquéllas.

93
Artículo 455 CPP.
94
Art. 457 inciso 1° CPP.
95
Art. 481 inciso 1° CPP.
96
Este principio no se plantea respecto de la medida administrativa de internamiento que puede imponer la
autoridad sanitaria al enajenado mental, por tratarse de genuinas medidas de seguridad predelictuales. Arts. 130 y
131 del Código Sanitario.

42
43

Las reglas del procedimiento ordinario resultan aplicables no sólo


porque la investigación puede haberse iniciado regularmente sin
conocimiento de la enajenación mental que afecta al imputado, como porque,
aun en conocimiento de su enfermedad, la gravedad del delito imputado y la
medida de seguridad solicitada hacen necesario un procedimiento con todas
las garantías. La situación del imputado refuerza esta opción. 97

c.1.- Actuaciones del procedimiento destinadas a determinar la


enajenación mental del imputado.
Pueden distinguirse diversas hipótesis. En un primer caso, el
Ministerio Público da inicio a la investigación preliminar de un delito y en su
transcurso surgen antecedentes que permiten presumir la enajenación
mental del imputado. En un segundo supuesto, el Ministerio Público o el juez
de garantía tienen conocimiento o disponen de antecedentes desde un inicio
acerca de la naturaleza de la enfermedad del imputado. En cualquiera de
ambos casos, el Ministerio Público o el juez de garantía, de oficio o a petición
de parte, deberán solicitar un informe psiquiátrico, explicitando la conducta
punible que se investiga en relación a éste. 98 El informe psiquiátrico deberá
pronunciarse sobre la existencia de enajenación mental del imputado al
momento en que, según los antecedentes de la investigación, se cometió el
hecho presuntamente punible. Si se demuestra que el sujeto cayó en
enajenación mental con posterioridad al hecho, son aplicables las normas
contenidas en el artículo 465 del CPP, que se estudiarán más adelante.
En tanto no llegue el informe requerido, el Juez ordenará la
suspensión del procedimiento, sin perjuicio de continuarse respecto de los
demás coimputados, si los hubiere. 99 Pueden darse diversas hipótesis, según
sea el grado de tramitación del procedimiento. En la mayoría de los casos, se
tratará de la suspensión de la investigación por parte del Ministerio Público,
en otras, podrá significar la suspensión de una audiencia.
Los derechos del imputado serán ejercidos por un curador ad-litem
designado al efecto100 y, de acuerdo a las reglas generales de Derecho Civil,
tal designación debe hacerla el Juez de la causa. La ley no exige que se haya
declarado su inimputabilidad; basta, en consecuencia, cualquier antecedente
grave y serio que dé cuenta de su enfermedad para que se le designe un
curador que tutele y represente sus derechos en el procedimiento. Esta
norma obedece a la necesidad de garantizar los derechos del imputado tan
97
Art. 1° CPP.
98
Art. 458 CPP.
99
Cautela de garantía arts. 10 y 458 CPP.
100
Art. 459 CPP.

43
44

pronto consten indicios relevantes de su enajenación mental. Sin embargo,


tal representación no lo habilita para ejercer por el imputado derechos tan
personalísimos como prestar su consentimiento para una suspensión
condicional del procedimiento, un acuerdo reparatorio o para la aplicación
del procedimiento abreviado.101 Tales instituciones procesales requieren que
el imputado preste su consentimiento libre y voluntariamente, con
conciencia de los derechos a que está renunciado y de las consecuencias que
la renuncia acarrea y, como es evidente, tales requisitos no concurren en el
imputado sospechoso de padecer una enfermedad mental.
Llegado el informe, que concluya una grave alteración o insuficiencia
en sus facultades mentales que hagan temer que atentará contra sí mismo o
contra otras personas, y una vez formalizada la investigación el tribunal
podrá ordenar, a petición de alguno de los intervinientes, la internación
provisional del imputado en un establecimiento asistencial, cuando
concurrieren los requisitos señalados en los artículos 140 y 141 del CPP,
respecto de la procedencia de la prisión preventiva.102
Son aplicables, en lo pertinente, las normas del CPP relativas a las
medidas cautelares personales.
En consecuencia, para que proceda la aplicación de la internación
provisoria, es necesario que se reúnan los siguientes requisitos:
 Petición expresa de algunos de los intervinientes;
 La concurrencia de las condiciones de procedencia de la prisión
preventiva, esto es que existan antecedentes que justificaren la
existencia del hecho punible investigado; antecedentes que
permitan presumir fundadamente que el imputado ha participado
en él; antecedentes calificados que permitan al tribunal considerar
que la prisión preventiva es indispensable para el éxito de
diligencias precisas y determinadas de la investigación, o que la
libertad del imputado es peligrosa para la seguridad de la sociedad o
del ofendido; y que la medida no aparezca como desproporcionada
en relación con la gravedad del hecho, sus circunstancias y sanción
probable; e
 Informe psiquiátrico que concluya que el imputado sufre una grave
alteración o insuficiencia en sus facultades mentales, que haga
temer que atentará contra sí o contra las personas.

101
Art. 461 inciso 2° CPP.
102
Art. 464 CPP.

44
45

c.2.- Decisión del Fiscal relativa a la aplicación de medidas de


seguridad.
Concluida la investigación, el camino a seguir por el Fiscal dependerá
de la decisión que adopte en cuanto a la eventual petición de una medida de
seguridad respecto del imputado.
En primer lugar, puede ocurrir que el fiscal estime que existen
antecedentes serios para perseguir la responsabilidad penal del imputado,
mas no esté convencido de su enajenación mental, en cuyo caso, cerrada la
investigación, podrá presentar acusación conforme a las reglas generales. En
el juicio oral respectivo será objeto de la controversia la existencia del hecho
punible, la participación culpable del acusado, su eventual inimputabilidad
y, en su caso, la procedencia de la aplicación de medidas de seguridad.
Ahora, si el fiscal se convence en orden a la inimputabilidad del sujeto
por enajenación mental, pueden darse dos posibilidades: 1) Que requiera la
aplicación de medidas de seguridad o 2) Que estime que ellas no son
necesarias.
c.2.1.- Fiscal decide no requerir medida de seguridad.
En este caso, una vez cerrada la investigación en la forma señalada en
el artículo 248 del CPP y dentro de los diez días siguientes, si el Fiscal hallare
mérito para sobreseer temporal o definitivamente la causa, efectuará la
solicitud respectiva de audiencia al Juez de Garantía, quien citará a todos los
intervinientes, procediendo en lo demás de acuerdo a las reglas generales. 103
El juez de garantía sólo podrá decretar el sobreseimiento definitivo por
aplicación de la causal de exención de responsabilidad criminal contemplada
en el artículo 10 N° 1 del CP.104
También podría comunicar su decisión de no perseverar en el
procedimiento, por no haberse reunido suficientes antecedentes para fundar
una acusación.

c.2.2.- Fiscal decide requerir medida de seguridad.


Si el Fiscal estima procedente la aplicación de una medida de seguridad al
imputado demente, porque concurre la hipótesis a que se refiere el art. 455
del CPP, debe así requerirlo continuando la causa según los trámites que
pasamos a detallar.

c.2.2.1.- Requerimiento.
Si al concluir su investigación el Fiscal estima concurrente la causal de
extinción de responsabilidad criminal prevista en el artículo 10 N° 1 del

103
Art. 460 inciso 1° CPP.
104
Art. 250 letra c) CPP.

45
46

Código Penal y, además, considera aplicable una medida de seguridad debe


así requerirlo por escrito cumpliendo, en lo pertinente, con las menciones
exigidas en el escrito de acusación.105
Las únicas menciones que no son procedentes al caso del enajenado
mental son las contenidas en las letras g) y h) del artículo 259 del CPP,
porque corresponde solicitar una medida de seguridad y no una pena; y la de
la letra h), por lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 461 del CPP, que
dispone que el fiscal no puede, en caso alguno, solicitar la aplicación del
procedimiento abreviado o la suspensión condicional del procedimiento. Por
el contrario, sí es procedente indicar las circunstancias modificatorias de
responsabilidad penal determinantes de una disminución del injusto en el
hecho, por su relevancia para la determinación del límite máximo de
duración de la medida de seguridad, que se basa en un juicio analógico, esto
es, la sanción restrictiva o privativa de libertad que hubiere podido
imponérsele.106
Formulado el requerimiento, el tribunal deberá citar a la audiencia de
preparación del juicio oral según las reglas generales del procedimiento
ordinario.

c.2.2.2.- Actuaciones de los intervinientes.


Si el Fiscal ha optado por requerir una medida de seguridad, el
querellante podrá adherirse u oponerse al requerimiento del fiscal y, en este
último caso, acompañar al escrito a que se refiere el artículo 261 del CPP los
antecedentes que considerare demostrativos de la imputabilidad de la
persona requerida.107
El imputado requerido, representado por el curador ad-litem y por su
defensor, podrá contestar por escrito el requerimiento y su adhesión o la
oposición del querellante; también podrá hacerlo verbalmente en la audiencia
de preparación.

c.2.2.3- Decisión del requerimiento.


En la audiencia de preparación el juez de garantía deberá pronunciarse
acerca del requerimiento planteado por el Fiscal y lo expuesto por el
querellante y la defensa, en su caso.
El juez de garantía puede adoptar una de las siguientes decisiones:

105
Arts. 460 inciso 2° y 461 CPP.
106
Art. 481 inciso 1° CPP.
107
Art. 461 inciso final CPP.

46
47

* Declarar, si los antecedentes lo ameritan, que el sujeto requerido se


encuentra en la situación prevista en el artículo 10 N° 1 del Código Penal; o
* Rechazar el requerimiento, si los antecedentes no permiten establecer
con certeza la inimputabilidad.
En esta segunda hipótesis al querellante que se hubiere opuesto, se le
permitirá, si lo desea, deducir acusación particular, sosteniendo en lo
sucesivo la acción penal con las mismas facultades del Ministerio Público. Si
por el contrario, el querellante sólo hubiere adherido o no existiere
querellante en la causa, el juez de garantía ordenará al Ministerio Público
que acuse conforme al trámite ordinario.108
En la práctica esta actuación se traducirá en modificar las menciones
del requerimiento que son exigidas por el escrito de acusación.
Tras el pronunciamiento del juez sobre el requerimiento del fiscal,
tanto en la situación del querellante que continúa sólo en el procedimiento
como en el caso del fiscal que es forzado a formular acusación, procederá el
debate sobre las peticiones y correcciones planteadas por las partes en sus
respectivos escritos o alegaciones conforme a las reglas generales. Al final de
la audiencia, el juez de garantía dictará el auto de apertura del juicio oral.
La ley se pone en la situación de que el tribunal del juicio acoja la
alegación de inimputabilidad del acusado, invocada y acreditada por la
defensa. Por ello, autoriza que los escritos de acusación contengan peticiones
subsidiarias relativas a la imposición de medidas de seguridad. 109

c.2.2.4.- Tramitación posterior.


El procedimiento a seguir dependerá del pronunciamiento judicial efectuado:
Si el Juez de Garantía declara la enajenación mental del imputado, se
aplican las normas especiales contenidas en el párrafo 2° del Título VII del
Libro IV del CPP, en especial lo dispuesto en el artículo 463, esto es:
 que el procedimiento no se podrá seguir conjuntamente contra
sujetos enajenados mentales y otros que no lo fueren;
 El juicio oral se realizará a puerta cerrada, sin la presencia del
enajenado mental, cuando su estado imposibilite la
audiencia.110 La regla general, en consecuencia, es que el
imputado requerido esté presente111 y sólo se podrá proceder
sin él cuando su estado haga imposible la audiencia, cuestión

108
Art. 462 CPP.
109
Art. 462 inciso final CPP.
110
Sobre el sentido de esta norma, en la tramitación parlamentaria sólo existe constancia de una intervención en la
Cámara de Diputados, en la que se estableció que la disposición constituye una medida de protección para el
enfermo mental por estimarse que exigirle que interactúe con las personas que no son enfermas mentales puede
ponerlo en situaciones que no corresponden.
111
Art. 285 CPP.

47
48

de hecho que habrá de ser determinada en cada caso concreto;


y
 La sentencia absolverá si no se constataré la existencia de un
hecho típico y antijurídico o la participación del imputado en él,
o, en caso contrario, podrá imponer al inimputable una medida
de seguridad.

Evidentemente se trata de un juicio oral especial donde el tribunal


competente deberá determinar si el enajenado mental, declarado así
previamente por el Juez de Garantía en resolución que estimamos vinculante
para el tribunal que conozca del juicio,112 cometió un hecho típico y
antijurídico y si procede o no la aplicación de la medida de seguridad
requerida.
No estamos frente a un “imputado imputable” a quien habrá de condenar o
absolver, sino frente a un requerido enajenado mental, enfermo inimputable,
a quien se aplican las normas del debido proceso para determinar la
procedencia a su respecto de una medida de seguridad.
En consecuencia, debe tramitarse un juicio oral con toda su ritualidad
incluso la preparación propia de la etapa intermedia, respetando las normas
especiales que consigna el artículo 463 del CPP.
La imposición de la medida de seguridad requerida es facultativa para
el tribunal, ya que de los elementos de prueba rendidos en el juicio podría
estimar que el sujeto no es peligroso y, por tanto, no se justifica la aplicación
de una medida de esa naturaleza. También podría resolver la aplicación de
otra menos intensa, si estima que la solicitada por el fiscal es
desproporcionada con el hecho cometido y el pronóstico de peligrosidad.
En cuanto al tribunal que conocerá del juicio, aun cuando la ley no lo
señala expresamente, no cabe duda que es el Tribunal del Juicio Oral en lo
Penal competente, en virtud de lo expuesto por el artículo 456 del CPP, que
dispone la aplicación supletoria de las normas contenidas en el Libro II, del
Procedimiento Ordinario, en cuanto no fueren contradictorias. Tales normas
conducen el procedimiento hacia un juicio oral conocido por el Tribunal del
Juicio Oral en lo Penal.

En cambio, si el Juez de Garantía rechaza el requerimiento por no


haber antecedentes suficientes para establecer con certeza la
inimputabilidad, dispondrá al mismo tiempo que la acusación se formule por
el querellante, siempre que éste se hubiere opuesto al requerimiento del
Fiscal, para que la sostenga en lo sucesivo en los mismos términos que el
112
Entenderlo de otro modo generaría graves problemas tanto para la acusación como para la defensa. Para el
acusador, pues se ha limitado a solicitar una medida de seguridad, sin petición subsidiaria de pena. Para la
defensa, pues carecería de la posibilidad de ofrecer prueba para refutar aquella en que basa su convicción el
tribunal.

48
49

Ministerio Público. En caso contrario, ordenará al Ministerio Público la


formulación de la acusación conforme al trámite ordinario.
Los escritos de acusación podrán contener peticiones subsidiarias
relativas a la imposición de medidas de seguridad.113
En esta segunda hipótesis, se reenvía la situación totalmente al
procedimiento ordinario, de tal manera que el Tribunal del Juicio Oral en lo
Penal será competente, en su oportunidad, para determinar si existió o no un
hecho típico y antijurídico, la participación del acusado, su inimputabilidad
en el caso de haberse solicitado subsidiariamente y en definitiva si procede la
aplicación de una pena o de una medida de seguridad.

d.- Imputado que cae en enajenación mental durante el


procedimiento.
Esta hipótesis se diferencia de la anterior en que el imputado es capaz
de culpabilidad o imputable al momento de cometerse el hecho punible, pero
cae en enajenación mental después de iniciarse el procedimiento en su
contra. La causal de exculpación del artículo 10 N° 1 del CP se funda en la
ausencia de capacidad de culpabilidad del sujeto al momento de cometer el
hecho y, por tanto, la imposibilidad de hacerlo responsable penalmente,
situación que determinará, por regla general, el sobreseimiento definitivo de
la causa, salvo cuando sea necesario aplicar una medida de seguridad. Por
su lado, el individuo que cometió el hecho culpablemente, pero que en algún
momento posterior a su consumación cae en enajenación mental se halla
sujeto a un tratamiento procesal y punitivo similar al anterior, pero por
razones diferentes. Se trata, en la especie, de la enajenación mental como
una causal de incapacidad procesal sobreviniente, esto es, la ausencia de
condiciones psíquicas o mentales para representar racionalmente sus
intereses, ejercer sus derechos y conducir su defensa en forma inteligente e
inteligible. Pero como respecto de este individuo también puede existir un
pronóstico de peligrosidad futura, la ley también contempla la posibilidad de
aplicarle medidas de seguridad.
Si después de iniciado el procedimiento el imputado cae en
enajenación mental, que se establecerá con los respectivos informes
psiquiátricos, tal situación provoca cambios evidentes en la tramitación del
mismo. Para estudiar estos efectos es necesario hacer una distinción, según
si se estima que corresponde la aplicación de una medida de seguridad o no.

113
Art. 462 CPP.

49
50

d.1.- Si el Fiscal estima que no corresponde aplicar una medida de


seguridad.
En este caso el Juez de Garantía decretará, a petición del Fiscal o de
cualquiera de los intervinientes, previo informe psiquiátrico, el
sobreseimiento correspondiente.114 Sobreseimiento Definitivo si se tratare de
una enajenación mental incurable; Sobreseimiento Temporal, si se tratare de
enajenación mental curable y durará hasta que desapareciere la incapacidad
del imputado.
Lo anterior se aplicará sólo cuando no procediere la terminación del
procedimiento por cualquier otra causa.115

d.2.- Si el imputado cae en enajenación después de la


formalización o después de haberse deducido acusación en su contra, y
se estimare que corresponda adoptar una medida de seguridad, se
aplicarán las normas especiales contenidas en el párrafo 2° del Título VII del
CPP.116
El Fiscal deberá presentar el requerimiento respectivo, el Juez de
Garantía competente se pronunciará sobre la enajenación mental, y de
acuerdo a lo que resuelva, la tramitación continuará como juicio oral especial
o como un juicio oral común.
Si se sigue el camino del juicio oral especial, resulta necesario
compatibilizar las normas pertinentes con lo prescrito en los artículos 252
letra c) y 283 del CPP relativo a la suspensión de la audiencia de juicio oral.

e.- Condenado que cae en enajenación mental.


Si después de dictada la sentencia, el condenado cayere en enajenación
mental, el Juez de Garantía, oyendo al Fiscal y al defensor, dictará una
resolución fundada declarando que no se deberá cumplir la sanción
restrictiva o privativa de libertad y dispondrá, según el caso, la medida de
seguridad que correspondiere. El tribunal velará por el inmediato
cumplimiento de su resolución.117

114
Arts. 250 letra c), 252 letra c) y 465 CPP.
115
Art. 465 CPP.
116
Art. 465 inciso final CPP.
117
Art. 482 CPP.

50
51

15.6.- EJECUCIÓN DE LAS SENTENCIAS CONDENATORIAS Y


MEDIDAS DE SEGURIDAD

Una primera observación de tipo general dice relación con el hecho que
la legislación penitenciaria somete a sus normas tanto a los detenidos, a las
personas sujetas a prisión preventiva, como a los sentenciados a penas
privativas de libertad o sustitutivas de ellas. Sin embargo, existe una
importante diferencia entre los diferentes estatus jurídicos de cada uno de
ellos. Con relación a los detenidos y presos preventivos existe una regulación
de rango legal bastante estricta en el CPP, el que contempla diversos medios
para reclamar la tutela jurisdiccional en caso de ilegalidad o abuso. En
cambio, respecto de las personas condenadas a penas privativas de libertad,
la fuente de la regulación tiene rango reglamentario, infringiéndose el
principio de legalidad en la ejecución de la pena, los mecanismos
jurisdiccionales y administrativos existentes son insuficientes para la
adecuada protección jurídica de los derechos que no han sido afectados por
la pena o la medida de seguridad.
En efecto, esta materia ha estado siempre regulada, en lo esencial, por
reglamentos, por expresa disposición de la ley. 118 Y ello no obstante que el
artículo 80 inciso 1° del CP establece que “no puede ser ejecutada pena
alguna en otra forma que la prescrita por la ley, ni con otras circunstancias o
accidentes que los expresados en su texto”. En la actualidad se encuentra
vigente el Decreto N° 518, de 21 de agosto de 1998, al cual está entregada la
regulación del cumplimiento de las penas privativas de libertad y materias
anexas como los castigos disciplinarios, las relaciones de los penados con
otras personas, los socorros que pueden recibir y del régimen alimenticio,
entre otros. Si bien constituye un importante esfuerzo por adaptar la
normativa interna a las obligaciones emanadas de los tratados

118
Art. 80 inciso 2° CP.

51
52

internacionales de derechos humanos ratificados y vigentes en Chile, 119 aún


estamos en deuda en cuanto al rango de la regulación y los mecanismos de
protección.
Con relación al derecho básico de respetar la dignidad humana, María
Inés Horvitz120 opina que las condiciones de vida en las cárceles chilenas
distan mucho de conferir un trato digno a los reclusos. Agrega que la
situación altamente deficiente en este ámbito no sólo responde a la falta de
consideración de este tema en la agenda pública, sino también a la fuerte
presión punitiva que los problemas de inseguridad ciudadana producen en el
sistema de justicia criminal y, dentro de éste, en la institución penitenciaria.
El hacinamiento carcelario, la falta de higiene, las condiciones infrahumanas
de vida, déficit de personal penitenciario, la ausencia de programas eficientes
de reinserción social y la ausencia de textos legales e instancias
jurisdiccionales que controlen el cumplimiento son constantes reclamos que
se plantean a la administración carcelaria.
Concluye que el procedimiento administrativo contemplado en el
Reglamento Carcelario es insuficiente y no asegura debidamente los derechos
del interno que no son afectados por la pena impuesta.
A partir de la dictación del CPP si bien se ha judicializado la ejecución
penal, al otorgarle al juez de garantía facultades para controlarla, nos parece
que habría sido mejor concebir la figura de un juez especializado (juez de
ejecución penal) dotado de facultades de fiscalización y decisión respecto del
cumplimiento de las penas y medidas de seguridad, pues es sabido el nivel
de trabajo y la multiplicidad de funciones que en nuestro sistema se han
asignado al juez de garantía, lo que impedirá el cumplimiento cabal de esta
nueva atribución.

15.6.1.- Reglas comunes a la ejecución de las penas y medidas de


seguridad.
Durante su cumplimiento sólo podrán intervenir ante el competente
juez de garantía el Ministerio Público, el imputado y su defensor. El
condenado o el curador, en su caso, podrán ejercer durante la ejecución de la
pena o medida de seguridad todos los derechos y facultades que la normativa
penal y penitenciaria les otorga.121

119
Arts. 10.1 del PIDCP y 5 de la CADH. También están las “Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos”,
de 1955, o los “Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o
prisión”, de 1988, aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
120
Ob cit, tomo II, pág. 587.
121
Art. 466 CPP.

52
53

En el COT se especifica la competencia del juez de garantía en esta


materia, señalando que corresponde hacer ejecutar las condenas criminales
y las medidas de seguridad al juez de garantía que hubiere intervenido en el
respectivo procedimiento penal, resolviendo las solicitudes y reclamos
relativos a dicha ejecución.122

15.6.2.- Ejecución de las sentencias condenatorias.


La ejecución de las sentencias penales se efectuará de acuerdo a las
normas del párrafo 2° del Título VII del Libro Cuarto del CPP, artículos 467 a
472, y con las normas establecidas en el CP y demás leyes especiales. 123
Las sentencias condenatorias penales sólo pueden cumplirse una vez
firmes o ejecutoriadas, decretando el tribunal una a una todas las
diligencias y comunicaciones que se requieran para dar total cumplimiento al
fallo.124
El Código distingue, para estos efectos, la naturaleza de las penas
impuestas en la sentencia, así:
Tratándose de una pena privativa de libertad, el tribunal deberá
remitir una copia de la sentencia, con el atestado de hallarse firme, al
establecimiento penitenciario correspondiente, dando orden de ingreso. Si el
condenado se encuentra en libertad, ordenará inmediatamente su
aprehensión y, una vez efectuada, dará la respectiva orden de ingreso. 125
Si la sentencia ha concedido al condenado una medida alternativa –
hoy pena sustitutiva - de aquellas previstas en la Ley N° 18.216, remitirá
copia de la misma a la institución encargada de su ejecución, esto es, a la
sección de Tratamiento en el Medio Libre de Gendarmería de Chile.
En la práctica, cuando la sentencia emana de un tribunal de juicio oral
en lo penal, las copias de la misma con el atestado de encontrarse
ejecutoriada son confeccionadas y la circunstancia certificada por ese
tribunal colegiado, luego remitidas al juez de garantía correspondiente para
que éste las envíe al organismo respectivo.
Respecto a la orden de ingreso y eventual orden de aprehensión
también son extendidas por el juez de garantía, pero previamente el tribunal
de juicio oral debe poner a su disposición al sentenciado sujeto a cautelar
122
Arts. 14 letra f) y 113 inciso 2° COT.
123
Art. 467 CPP.
124
Art. 468 inciso 1° CPP.
125
Art. 468 inciso 2° CPP.

53
54

personal. Recordemos que de conformidad a lo establecido en el artículo 281


inciso 2° del CPP, junto con el auto de apertura, el juez de garantía pone a
disposición del tribunal del juicio al acusado sujeto a tales cautelares; en
consecuencia, terminado el juicio y ejecutoriada la sentencia, el tribunal
colegiado debe poner al condenado a disposición del juez a cargo de la
ejecución.
Además, el juez de garantía debe ordenar y controlar el efectivo
cumplimiento de las multas, en conformidad con lo dispuesto en el artículo
60 del CP. También ejecutará las cauciones económicas cuando el
condenado se sustraiga a la ejecución de la pena, de conformidad a lo
establecido en el artículo 147 del CPP. Y ejecutará los comisos impuestos en
la sentencia, distinguiéndose según se trate de dineros y otros valores,
especies cuya destrucción resulte necesaria y otras especies. 126
Los dineros y otros valores decomisados se destinarán a la Corporación
administrativa del Poder Judicial. Si el tribunal estima necesario ordenar la
destrucción de las especies, se llevará a cabo bajo la responsabilidad del
administrador del tribunal, salvo que dicha tarea sea encomendada a otro
organismo público. En todo caso, deberá registrarse la ejecución de la
diligencia. Las demás especies decomisadas se pondrán a disposición de la
Dirección General del Crédito Prendario para que se proceda a su
enajenación en subasta pública o a su destrucción, si carecieren de valor. El
producto de la enajenación será destinado a la Corporación Administrativa
del Poder Judicial.127
Si se trata de los delitos tipificados en los artículos 366 quinquies, 374
bis, inciso 1°, y 374 ter del CP, el tribunal destinará los instrumentos
tecnológicos decomisados, tales como computadores, reproductores de
imágenes o sonidos y otros similares, al Servicio Nacional de Menores o a los
departamentos especializados en la materia de los organismos policiales que
correspondan.128
Es preciso tener en cuenta que existen reglas particulares sobre el
destino de las especies decomisadas en leyes especiales.129
Las cosas corporales muebles incautadas o retenidas, pero no
decomisadas y que no hubieren sido reclamadas por su legítimo titular
después de seis meses desde la fecha de la resolución firme que hubiere
puesto término al juicio, de un año si se hubiere decretado sobreseimiento
126
Art. 468 inciso final CPP.
127
Art. 469 incisos 1°, 2° y 3° CPP.
128
Art. 469 inciso final CPP.
129
Por ejemplo, arts. 40 a 46 de la Ley N° 20.000, sobre Tráfico de Estupefacientes, de 16 de febrero de 2005;
también artículo 15 de la Ley N° 17.798 sobre Control de Armas, que dispone el comiso de las armas sujetas a
control y su remisión a los Arsenales de Guerra sin opción de subasta pública de las mismas.

54
55

temporal o la suspensión condicional del procedimiento, serán vendidas en


pública subasta por el administrador, si se tratare de especies, previo
acuerdo del comité de jueces. Los remates se podrán efectuar dos veces al
año y el producto de ellos, así como los valores y dineros retenidos y no
decomisados se destinarán a la Corporación Administrativa del Poder
Judicial.130
En el mes de junio de cada año, los tribunales con competencia en
materia criminal presentarán a la respectiva Corte de Apelaciones un informe
detallado sobre el destino dado a las especies que hubieren sido puestas a
disposición del tribunal.131
Las especies que se encuentren bajo la custodia o a disposición del
Ministerio Público, transcurridos a lo menos seis meses desde la fecha de
dictación de alguna de las resoluciones o decisiones a que se refieren los
artículos 167, 168, 170 y 248 letra c) del CPP, serán remitidas a la Dirección
General del Crédito Prendario, para que proceda a su enajenación o
destrucción. Lo anterior no tendrá aplicación tratándose de especies de
carácter ilícito, en cuyo caso el fiscal solicitará al juez que le autorice para
proceder a su destrucción.132
Finalmente, el juez de garantía dirigirá las comunicaciones que
correspondieren a los organismos públicos o autoridades que deban
intervenir en la ejecución de lo resuelto, por ejemplo el Servicio de Registro
Civil e Identificación y la Contraloría General de la República.

15.6.3.- Ejecución de las medidas de seguridad.


Expresa María Inés Horvitz133 que tratándose de una consecuencia
jurídica distinta de la pena, cuyo fundamento es la peligrosidad del sujeto
exteriorizada en la comisión de un hecho típico y antijurídico, el legislador
ha regulado en forma expresa las condiciones y límites de la ejecución de
esta medida, siguiendo con ello las tendencias actuales de la legislación
comparada. Con ello se somete el sistema de las medidas de seguridad a las
garantías propias del Derecho Penal de las penas, satisfaciéndose un
importante reclamo de esta doctrina en la materia.

a.- Lugar de ejecución de las medidas.


Ninguna de las medidas de seguridad que contempla el CPP podrá
ejecutarse en un recinto carcelario; y si la persona se encuentra recluida,
130
Art. 470 CPP.
131
Art. 471 CPP.
132
Art. 470 incisos 5° y 6° CPP.
133
Ob cit, tomo II, pág. 595.

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deberá ser trasladada a una institución especializada para realizar la


custodia, tratamiento o la internación. En caso de que no exista en el lugar
tal establecimiento, deberá habilitarse un recinto especial en el hospital
público más cercano.134

b.- Forma, condiciones y duración de las medidas de seguridad.


La medida de internación en un establecimiento psiquiátrico se
efectuará en la forma y condiciones que establezca la sentencia que impone
la medida. Tratándose de la medida de custodia y tratamiento, la ley señala
que la sentencia deberá fijar sus condiciones y entregar al enajenado mental
a su familia, guardador o alguna institución pública o particular de
beneficencia, socorro o caridad.135
Como el fundamento de estas medidas no es la culpabilidad por el
hecho cometido, sino la peligrosidad del sujeto que se manifiesta en la
realización de un hecho típico y antijurídico y en un juicio de pronóstico, no
se requiere que la ley establezca previamente la forma y condiciones de
aquéllas, sino sólo su adecuación a los principios de necesidad y
proporcionalidad. De allí que sea la sentencia la que deba determinar la
forma y condiciones de la medida conforme al tratamiento individualizado
que corresponda al sujeto según su enfermedad, peligrosidad, condiciones
personales, etc.

15.6.4.- Control de la ejecución de las medidas de seguridad.

La ley contempla dos mecanismos para controlar el cumplimiento de


estas medidas conforme a las condiciones establecidas en la sentencia. En
primer lugar, la persona o institución a cargo del enajenado mental debe
informar semestralmente sobre la evolución de su condición al Ministerio
Público y a su curador o a sus familiares, en el orden de prelación
establecido en el artículo 108 del CPP. Cualquiera de éstos podrá solicitar al
Juez de Garantía la suspensión de la medida o la modificación de las
condiciones de la misma, cuando el caso lo aconsejare. 136 El segundo medio
de control consiste en imponer al Ministerio Público la obligación de
inspeccionar, cada seis meses, los establecimientos psiquiátricos o
instituciones donde se encuentren internados o se hallaren cumpliendo un
134
Art. 457 inciso 2° CPP.
135
Art. 457 inciso final CPP.
136
Art. 481 incisos 3° y 4° CPP.

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tratamiento enajenados mentales, en virtud de las medidas de seguridad que


se les hubieren impuesto, e informará del resultado al Juez de Garantía,
solicitando la adopción de las medidas que fueren necesarias para poner
remedio a todo error, abuso o deficiencia que observare en la ejecución de la
medida de seguridad.137

El Juez de Garantía, con el solo mérito de los antecedentes que se le


proporcionaren, adoptará de inmediato las providencias que fueren urgentes,
y citará a una audiencia al Ministerio Público y al representante legal del
enajenado mental, sin perjuicio de recabar los informes que estime
necesarios, para decidir la continuación o cesación de la medida, o la
modificación de las condiciones de aquélla o del establecimiento en el cual se
llevare a efecto.138

137
Art. 481 inciso 5° CPP.
138
Art. 281 inciso final CPP.

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