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En este capítulo presentamos un acercamiento al análisis crítico del discurso (CDA) y discutimos

su relación con la ciencia social crítica y las formas de crítica asociadas con ella, y luego
discutimos cómo el análisis y la evaluación de los argumentos, pueden aumentar la capacidad
del CDA para perseguir su objetivo de extender la crítica al discurso. Lo haremos volviendo a un
análisis anterior de parte de un discurso de Tony Blair (Fairclough 2000a), que muestra cómo se
refuerza el análisis si lo construimos en torno al argumento práctico que Blair desarrolla,
preguntándonos qué aspectos del análisis anterior deben mantenerse y cómo pueden
conectarse con el análisis de la argumentación práctica. Discutiremos en términos más generales
cómo el análisis de la argumentación práctica se articula y contribuye a la crítica normativa y
explicativa, y examinaremos otros conceptos con los que trabaja el CDA (imaginarios,
legitimidad política, poder) desde el punto de vista de una teoría de la argumentación.

78 El CDA ha buscado extender la tradición crítica de las ciencias sociales para incluir el discurso.
El ‘discurso' es básicamente el uso social del lenguaje, el lenguaje en contextos sociales. El CDA
se ha propuesto cambiar la lingüística y otras áreas del estudio de la lengua mediante la
introducción de perspectivas críticas sobre el lenguaje, extraídas de la teoría crítica de las
ciencias sociales. Esto incluye una mejor comprensión de las relaciones entre el discurso y otros
elementos de la vida social, incluyendo las relaciones sociales (y las relaciones de poder), las
ideologías, las instituciones y organizaciones sociales, y las identidades sociales, y mejores
formas de analizar e investigar estas relaciones.

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Ciencias sociales críticas

La ciencia social crítica difiere de otras formas de ciencias sociales en que su objetivo no es sólo
describir las sociedades y los sistemas (por ejemplo, los sistemas políticos), las instituciones y las
organizaciones que forman parte de ellas, sino también evaluarlas en términos de ideas de cómo
deberían ser las sociedades ("la buena sociedad") si quieren cultivar el bienestar de sus
miembros en lugar de socavarlo. La evaluación está vinculada a la preocupación por comprender
las posibilidades y los obstáculos que se oponen al cambio de las sociedades para mejorarlas en
este sentido.

La ciencia social crítica tiende a estar abierta a la idea de que el discurso es parte de sus
preocupaciones y que se le debe dar un tratamiento más detallado y sistemático de lo que
generalmente se le da, porque desde hace tiempo ha reconocido la importancia de las ideas y
los conceptos en la vida social, que están manifestados en el discurso (Fairclough y Graham
2002). La realidad social está “mediada conceptualmente" (Marsden 1999): además de los
acontecimientos sociales, el comportamiento social y las prácticas sociales, siempre hay ideas,
conceptos, representaciones y, de hecho, teorías sobre ellos, que, por un lado, se producen en
la vida social y los efectos de la vida social y, por otro, tienen efectos en la vida social, tanto
ayudando a mantener las formas existentes en existencia como ayudando a cambiarlas. Por lo
tanto, las ideas deben ser explicadas socialmente y la vida social debe ser explicada en parte
idealmente, en términos de los efectos de las ideas. Y puesto que las ideas (conceptos,
representaciones, teorías) se manifiestan en tipos y formas particulares de discurso (y las
diferentes ideas de, digamos, justicia se manifiestan en diferentes discursos), esta afirmación
puede extenderse al discurso: los tipos y formas de discurso que existen necesitan ser explicados
socialmente y la vida social necesita ser explicada en parte en términos de los efectos del
discurso.

El análisis social crítico incluye la crítica de áreas o aspectos particulares de la vida social.
Generalmente se distinguen varias formas de crítica, que difieren en los diferentes enfoques del
análisis social crítico. Nos centraremos en dos características fundamentales del análisis social
crítico: es normativo, es decir, evalúa las creencias y prácticas sociales como verdaderas o falsas,
beneficiosas o perjudiciales, etc., y es explicativo, y distinguiremos entre la crítica normativa y
la crítica explicativa. La crítica normativa evalúa las realidades sociales frente a la norma de
valores que se considera necesaria para una `buena sociedad', lo que plantea la cuestión de qué
es una buena sociedad. Una respuesta es que una buena sociedad es aquella que sirve y facilita
el"bienestar" humano. Existen varios puntos de vista sobre lo que constituye el bienestar; uno
que recientemente ha sido influyente lo define en términos de una gama de"capacidades"
humanas, una gama de capacidades distintivamente humanas que"ejercen un reclamo moral de
que deben ser desarrolladas" (Nussbaum 2000: 83). La crítica explicativa trata de explicar por
qué las realidades sociales son como son, y cómo se sostienen o cambian. Ambos tipos de crítica
son necesarios en la investigación social crítica, que parte de la idea de que la sociedad o el
aspecto de la vida social en el que se centra es significativa pero evitablemente perjudicial para
el bienestar humano en aspectos particulares. Pero mientras que la crítica normativa se ocupa
directamente de los juicios en la evaluación de conductas, acciones y prácticas sociales como,
por ejemplo, justas o injustas, justas o explotadoras, racistas o no racistas, sexistas o no sexistas,
y las creencias como verdaderas o falsas, la crítica explicativa trata de explicar, por ejemplo, por
qué y cómo perduran las realidades sociales existentes a pesar de sus efectos perjudiciales. La
crítica explicativa busca la comprensión de lo que hace que una orden social determinada
funcione, lo cual es claramente necesario si se quiere cambiar para mejorar el bienestar
humano: otro objetivo de la ciencia social crítica es identificar lo que podría facilitar dicho
cambio y obstruirlo. Véase en Sayer (2011) una reseña de la crítica y el bienestar (incluido el
enfoque de las"capacidades") en este sentido.

El CDA no puede en sí mismo llevar a cabo una crítica normativa o explicativa, sino que puede
aportar a la crítica interdisciplinaria un enfoque sobre el discurso y sobre las relaciones entre el
discurso y otros elementos sociales. Y al unir el CDA y la teoría y el análisis de la argumentación,
estamos tratando de atraer a estos últimos hacia una colaboración interdisciplinaria. ¿Cómo se
relacionan entonces las dos formas de crítica con el análisis y la evaluación de la argumentación?
Esto último no constituye una crítica social normativa ni explicativa, pero ofrece una manera
particularmente eficaz de ayudar al CDA a extender sistemáticamente estos enfoques de la
crítica al análisis de los textos. Plantea cuestiones críticas que conducen y contribuyen al análisis
de las relaciones de poder y dominación manifestadas en determinados cuerpos de textos,
muestra cómo determinadas creencias y convicciones configuran el razonamiento práctico y, de
manera contingente, las decisiones y acciones sobre asuntos de importancia social y política, y
plantea cuestiones críticas sobre cómo se representan los contextos de acción, valores y
objetivos en las premisas de los argumentos que pueden alimentar la crítica de la ideología.
La ciencia social crítica busca dar cuenta de las causas del cambio social. Trata las razones de la
acción como un tipo de causa. Las razones para actuar son premisas de argumentos prácticos.
Forman parte de los poderes causales (Fairclough et al. 2004) de las personas como agentes
sociales (es decir, sus poderes para provocar el cambio). Pero además de las causas agentivas
del cambio social, existen causas estructurales y el CDA está comprometido con el objetivo que
caracteriza a las ciencias sociales críticas en general, de tratar de aclarar cómo se relacionan
entre sí las causas agentivas y estructurales, es decir, aclarar la dialéctica de la estructura y la
agencia (Giddens 1984, 1987). Para CDA en particular, este objetivo incluye, por ejemplo, tratar
de aclarar la relación entre los efectos causales de los"órdenes del discurso" (estructuras de un
tipo particular, de las que hablaremos más adelante, véase Fairclough 1992, 2003) y de la
agencia de la gente como actores sociales y productores de textos. Por ejemplo, en el caso del
razonamiento práctico, hemos identificado creencias, deseos y valores como premisas en el
razonamiento práctico, pero una explicación adecuada de las causas del cambio social también
tendría que preguntarse por qué aparecen conjuntos particulares de creencias, deseos y valores
en casos particulares de razonamiento práctico, por ejemplo, cómo pueden surgir de grupos o
clases particulares de personas que se encuentran en relaciones sociales y materiales
particulares. Esto nos mueve desde la agencia de las personas involucradas en el razonamiento
práctico hacia factores y causas estructurales. Entre las razones de la gente para actuar se
encuentran las razones que expresan varias limitaciones externas (estructurales, institucionales)
sobre lo que pueden hacer (hemos discutido esto en el Capítulo 2). Tienen deberes, obligaciones,
compromisos, por ejemplo, la obligación de respetar las normas y las leyes y de respetar los
derechos de los demás. El análisis de la realidad práctica ofrece la ventaja de mostrar cómo el
poder de las estructuras sociales e institucionales se manifiesta en las razones de la acción que
la gente reconoce. En nuestra opinión, las estructuras limitan (o permiten) a la agencia al
proporcionar a la gente razones para actuar. El análisis y la evaluación del razonamiento práctico
no nos dirá todo sobre el cambio social; no nos dirá, por ejemplo, si la acción basada en este
razonamiento será eficaz para lograr el cambio social, o qué otros hechos sobre el mundo lo
harán tener éxito o no. Pero puede hacer una contribución sustantiva tanto a la crítica normativa
como a la explicativa (de manera que se explica más adelante en este capítulo). Puede, por
ejemplo, ofrecer una forma basada en principios de criticar argumentos poderosos que no son
fácilmente cuestionables, argumentos que se basan en discursos e ideologías dominantes a
expensas de una consideración imparcial de otros intereses y perspectivas, por ser irrazonables,
o por estar basados en valores y objetivos irrazonables y racionalmente indefendibles. Por lo
tanto, puede ofrecer una forma de principio de evaluar las afirmaciones normativas y las
decisiones adoptadas sobre la base de prácticas deliberativas que pueden no estar a la altura de
las normas de la argumentación racionalmente persuasiva y, por lo tanto, no estar a la altura de
un ideal de racionalidad comunicativa. Esto representa una mejora sustancial de la capacidad
del CDA para llevar a cabo un análisis crítico de los textos en política y otros campos sociales.

Desarrollo del marco de trabajo de CDA para el análisis textual. Una perspectiva argumentativa
sobre los discursos como"formas de representar la realidad".

La principal publicación sobre análisis textual dentro de la versión de CDA con la que estamos
trabajando es Fairclough (2003) (véase también Fairclough 2004). El análisis textual en CDA
comprende (a) análisis interdiscursivo y (b) análisis de lenguaje. Fairclough (2003) se organiza
en torno a la distinción entre géneros, discursos y estilos: cada uno tiene una sección del libro
dedicada a ello, y a cada sección se le asignan diversos aspectos del análisis de las características
(léxicas, gramaticales y semánticas) del lenguaje, dependiendo de si son más relevantes para el
análisis de los géneros o de los discursos o estilos. Cada capítulo aplica las categorías analíticas
de las que trata al material que se refiere a una serie de temas de investigación actuales en el
ámbito de las ciencias sociales.

El análisis interdiscursivo de un texto identifica los géneros, discursos y estilos a los que se
recurre, y las mezclas de diferentes géneros o diferentes discursos o diferentes estilos que
contiene, incluidas las mezclas que son novedosas. Un ejemplo de tal combinación en el caso de
los géneros serían las diversas formas de entrevista (incluida la entrevista política) en televisión,
que tienden a producir muchas combinaciones, algunas novedosas y otras no, de características
de géneros de entrevista con características de géneros conversacionales. Un ejemplo de tal
combinación en el caso de los discursos es el discurso político del Thatcherismo que se analiza
en Fairclough (1989/2001) como un discurso"híbrido" que combina elementos de otros
discursos políticos; lo mismo ocurre con el discurso político del"Nuevo Laborismo" en Gran
Bretaña (Fairclough 2000a). Este enfoque se basa en la afirmación de que: los textos están
formados pero no determinados por los órdenes de discurso existentes, en los que los géneros,
los discursos y los estilos se articulan de manera relativamente estable y convencional; los
agentes sociales, al producir textos, pueden combinar géneros y/o discursos y/o estilos de
manera no convencional; y esas combinaciones innovadoras pueden ser aspectos semióticos de
los cambios sociales que tienen lugar en el comportamiento y la acción, que en última instancia
se pueden establecer como cambios en las prácticas sociales y en los órdenes del discurso.

La sección sobre géneros en Fairclough (2003) incluye una breve discusión de argumentos con
algún análisis utilizando las categorías de Toulmin (1958) de Motivación, Orden, Respaldo,
Reclamación, lo cual es claramente insuficiente a la luz de las afirmaciones que estamos
haciendo en este libro. Aquí afirmamos que la argumentación, y la argumentación práctica en
particular, es la principal actividad que se está llevando a cabo en el discurso político, y el análisis
de la argumentación puede hacer una importante contribución al fortalecimiento del análisis
textual en el CDA. Ilustraremos esta contribución volviendo a un análisis de parte de un discurso
de Tony Blair que fue publicado en un libro sobre el discurso político del Nuevo Laborismo en
Gran Bretaña (Fairclough 2000a), un libro que trabaja con un marco de análisis similar al de
Fairclough (2003). Proporcionaremos un análisis del argumento desarrollado en el discurso de
Blair y nos centraremos en la evaluación crítica del argumento, abordando la cuestión de la
representación. Una parte considerable de la investigación realizada en el CDA consiste en el
análisis de las representaciones de la acción social, de los actores o de otros aspectos del mundo
(análisis de los discursos), sin por ello vincular estas representaciones a la acción de los agentes
a través del razonamiento práctico de los agentes. Queremos indicar (aquí y a lo largo del libro)
cómo las representaciones entran como premisas en los argumentos y cómo los argumentos
basados en tales representaciones pueden ser evaluados críticamente. He aquí un extracto de
un discurso que Blair pronunció ante la Confederation of British Industry en 1998, que se analiza
en Fairclough (2000a: 25-29):
Todos sabemos que este es un mundo de cambios dramáticos. En la tecnología; en el comercio;
en los medios de comunicación; en la nueva economía global remodelando nuestras industrias
y mercados de capitales. En la sociedad; en la estructura familiar; en las comunidades; en los
estilos de vida. Si añadimos a este cambio que barre el mundo, los cambios que la propia Gran
Bretaña ha experimentado en el siglo XX -el fin del Imperio, el trabajo de dos guerras mundiales,
la remodelación de nuestro negocio y del empleo con el declive de las industrias tradicionales-,
es fácil ver por qué la renovación nacional es tan importante. Hablar de la Gran Bretaña moderna
no se trata de repudiar nuestro pasado. Estamos orgullosos de nuestra historia. Esto es
simplemente un reconocimiento del desafío que plantea el mundo moderno. La elección es:
dejar que el cambio nos abrume, resistirlo o equiparnos para sobrevivir y prosperar en él. La
primera conduce a una sociedad fragmentada. El segundo es inútil e inútil, tratando de evitar
que el reloj gire. La única manera es sin duda analizar el reto del cambio y afrontarlo. Cuando
hablo de una tercera vía -entre la antigua inter-vención de la vieja izquierda y el laissez-faire de
la nueva derecha- no me refiero a un compromiso empapado en el medio. Me refiero a
reconocer que hay un papel para el Gobierno, para el trabajo en equipo y la asociación. Pero
debe ser un papel para el mundo de hoy. No se trata de elegir ganadores, subsidios estatales,
regulaciones pesadas, sino de educación, infraestructura, promoción de la inversión, ayuda a la
pequeña empresa y a los empresarios y justicia. Hacer que Gran Bretaña sea más competitiva,
que genere más riqueza, pero que lo haga sobre una base que sirva a las necesidades de toda la
nación, una sola nación. Esta es una política que es descaradamente a largo plazo.

El análisis del extracto en Fairclough (2000a) se centra en una serie de aspectos que son
importantes desde un punto de vista crítico. Todos los temas discutidos tienen que ver con cómo
se representan los aspectos de la realidad y cómo las representaciones se basan en el discurso
de la"Tercera Vía". No hay discusión de género porque el libro está organizado de una manera
que separa el análisis de los discursos del análisis de los géneros, y el extracto no se discute
como argumentación. Sin embargo, éste es un claro ejemplo de argumentación práctica y el
análisis sería más completo y coherente si el análisis de las representaciones se incorporara al
análisis de la argumentación práctica. Esto se debe a que las formas de representar al mundo
entran como premisas en el razonamiento sobre lo que debemos hacer. A menos que
examinemos los argumentos, y no sólo las representaciones aisladas, no hay forma de entender
cómo nuestras creencias alimentan lo que hacemos.

El análisis en Fairclough (2000a) se centra en la representación del"cambio", más precisamente


en la representación del mundo como un cambio. Principalmente, la atención se centra en
el"cambio" como una nominalización, y por lo tanto en una representación del cambio como un
fenómeno objetivo que existe en el mundo, como un hecho ("este es un mundo de cambio
dramático"). El'cambio' se representa metafóricamente como una fuerza de la naturaleza, como
un maremoto que'barre el mundo' y puede'sobrecargarnos'. Su naturaleza es similar a la del
tiempo: tratar de evitarlo es como"tratar de evitar que el reloj gire". El'cambio' aparece como
sujeto de las frases ('este cambio que barre la palabra'), como una entidad con poderes causales
(puede 'abrumarnos'), o como un objeto (algo que podemos tratar de'resistir'). Pero no está
explícitamente asociado con ninguna agencia humana: no hay afirmaciones en las que `cambiar'
sea un verbo con un agente humano como sujeto, (por ejemplo, `los banqueros con el apoyo de
los gobiernos han cambiado nuestros mercados de capital'). Aparentemente, el'cambio'
simplemente ocurre, es un hecho de la vida. Además de `cambiar', `la nueva economía global'
también se representa como una entidad fáctica existente que aparece como objeto de frases
(la nueva economía global está `reformando nuestras industrias y mercados de capitales').
El enfoque que defendemos en este libro se centraría en el argumento a favor de la acción que
se está llevando a cabo, partiendo de una descripción del contexto de la acción y de un objetivo
deseable, basado en valores. El texto ilustra una forma de deliberación, un razonamiento del
agente en la práctica, sopesando aparentemente las opciones antes de llegar al curso de acción
correcto. Este proceso deliberativo monológico es similar a la deliberación en un contexto
multiagente. Cuando deliberamos solos se supone que, idealmente, debemos pensar en las
objeciones más fuertes a una propuesta de acción, de la misma manera en que varios agentes,
apoyando diferentes propuestas, argumentarían unos contra otros. Como explicamos en el
Capítulo 6, la deliberación es un género, un tipo de diálogo argumentativo que parte de una
pregunta abierta - ¿qué debo (debemos) hacer? - y propone diferentes líneas de actuación, a
partir del análisis de las circunstancias y de los objetivos que los agentes quieren alcanzar. Cada
posible curso de acción se discute principalmente en términos de sus consecuencias para el
logro de la meta u otras metas que los agentes no querrían (o no deberían) comprometer. La
evaluación puede implicar perspectivas diferentes, y no siempre es fácil sopesarlas entre sí.
También se pueden discutir los cursos de acción en términos de si son fácilmente alcanzables o
incluso posibles a partir de las circunstancias actuales, qué limitaciones existen para la acción
(¿hay alguna razón que no pueda ser anulada?), pero la cuestión de las posibles consecuencias
negativas es de suma importancia, porque el descubrimiento de las probables consecuencias
negativas puede llevar a los agentes a rechazar una propuesta tentativa.

En términos de la estructura de la argumentación práctica que propusimos en el Capítulo 2, los


dos primeros párrafos, que describen el contexto de la acción según Blair, se asignarían a las
premisas circunstanciales. Las principales premisas que describen las circunstancias de la acción
afirman que el mundo ha estado cambiando, Gran Bretaña ha estado cambiando, y el cambio
plantea un desafío. La afirmación se encuentra en el tercer párrafo y se señala en la apertura del
párrafo,"La elección es" y en la lista de posibles cursos de acción, a saber,"dejar que el cambio
nos abrume" (es decir, la inacción, no hacer nada),"resistirlo" o"prepararnos para sobrevivir y
prosperar". Blair da razones para rechazar las dos primeras opciones, señalando las
consecuencias indeseables de la primera y evaluando negativamente la segunda:"La primera
conduce a una sociedad fragmentada"; la segunda es"inútil e inútil", es como"tratar de evitar
que el reloj gire". La única opción que resiste el examen crítico es la tercera: `prepararnos' para
alcanzar nuestros objetivos, también expresados como `la única manera es sin duda analizar el
desafío del cambio y afrontarlo'. Los objetivos que esta tercera opción hace posibles
son"sobrevivir y prosperar"; más tarde se reexpresan como"hacer que Gran Bretaña sea más
competitiva y genere más riqueza" (premisa de la meta). Se dice que el objetivo es a largo plazo
("desvergonzadamente a largo plazo") y que se basa en la preocupación por"servir a las
necesidades de toda la nación - una nación" (esta es la principal premisa de valor que
supuestamente informa el objetivo y, por lo tanto, la acción; la"justicia" también se menciona
más adelante como un valor). La acción propuesta (como medio), es decir,"analizar el reto del
cambio y afrontarlo", nos llevará de la situación actual (como problema o"reto") a una situación
en la que sobrevivimos y prosperamos, generamos riqueza y servimos a las necesidades de toda
la nación. La reivindicación es inicialmente muy general y vaga ("analizar el reto del cambio y
afrontarlo"), pero Blair continúa formulándolo en términos más específicos: la acción que
defiende es, de hecho,"una tercera vía, entre la intervención a la antigua usanza de la vieja
izquierda y el laissez-faire de la nueva derecha". Lo que esto implica, explica, no es
un"compromiso empapado", sino un nuevo papel para el gobierno: un gobierno que promueva
la educación, la infraestructura, la inversión, ayude a las pequeñas empresas y a los empresarios
y garantice la equidad. La premisa de la meta también se expresa en el párrafo 2 como la
búsqueda de la"renovación nacional" y el intento de crear una"Gran Bretaña moderna". Una
elección aparentemente abierta entre diferentes acciones resulta ser una defensa de la Tercera
Vía como política (la palabra"política" se utiliza en el último caso).

Una reconstrucción sucinta del argumento tendría que incluir premisas circunstanciales,
premisas de objetivos, premisas de valor y una demanda de acción. Si consideramos el discurso
como una deliberación, tendríamos que indicar qué propuestas alternativas se han considerado
y por qué han sido rechazadas. Estos elementos pueden sistematizarse de la siguiente manera:

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