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El sueño es un proceso biológico activo y vital para los humanos. Está definido en función de las
siguientes particularidades: es regular, cíclico y reversible; y está caracterizado por una sucesión de
fenómenos psicofisiológicos que regulan la conciencia y distintas funciones del organismo.
Estructuralmente el sueño posee un patrón regular de activación encefálica (evaluado con un EEG)
caracterizado por dos estados que se alternan en ciclos regulares de unos 90 a 110 minutos cada uno.
Estos son: el sueño de Movimientos Oculares Rápidos (ocupa el 20-25% del sueño) y el de reposo o
No MOR (ocupa el 75-80%). En un adulto, el sueño nocturno regular (±7-8 horas) se organiza en 4-5
ciclos. Sin embargo, para cada etapa evolutiva la duración del ciclo es diferente, así como el
predominio de alguna fase y su distribución.
a. Fase I o de sueño ligero (1-5min): transición de vigilia al sueño. No hay actividad ocular, existe
disminución de la reactividad.
b. Fase II, donde aparecen complejos K y husos de sueño superpuesto a una actividad de base
similar a la fase I. No hay actividad ocular. Pensamiento corto y fragmentado.
c. Fase III o de sueño profundo: Transición de sueño lento a profundo.
d. Fase IV: Difícil despertar y más relacionado a la recuperación física. Clínicamente: hay
disminución de la frecuencia cardiaca, presión arterial y temperatura; y secreción de hormona del
crecimiento), no hay MOR. Ocupa más del 50% del registro.
a) Insomnio: falta relativa del sueño o de calidad de la misma. Es el más prevalente y frecuente
de todos los trastornos del sueño. Se clasifica en inicial (de conciliación), medio (de
mantenimiento) y tardío (despertares tempranos). Puede ser secundario a trastornos
psiquiátricos como la depresión, distimia (causante de más del 70% de insomnio crónico),
ansiedad, psicosis (ansiedad psicótica y esquizofrenia), trastornos de la personalidad, abuso
de alcohol y drogas. Secundario a trastornos médicos (dolor o malestar, enfermedades como
asma o cefalea, disfunción tiroidea, apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas, lesiones
cerebrales e hipotalámicas. Y por último, secundarios a medicamentos, uso y abuso de
estimulantes, IMAO, ACTH, beta-bloqueadores, etc.
Existen diversos tipos de insomnio: transitorio (por estrés situacional), a corto plazo (por estrés
personal continuo), a largo plazo (estresor causal difícil de identificar).
Psicología Médica
María Eugenia Mendoza Giuffrida
C.I.: 26.242.308
b) Hipersomnia: somnolencia diurna excesiva o presencia de crisis del sueño, no de sueño,
alteraciones neurológicas o médicas. Se presenta todos los días por al menos un mes.
c) Trastornos no orgánicos del ritmo sueño-vigilia: Son alteraciones del reloj biológico por
falta de sincronización entre el sueño y la vigilia. Se describen: el síndrome del sueño
avanzada (frecuente en ancianos, hay despertares en la madrugada), el síndrome de la fase
de sueño retrasada (el sujeto se duerme tarde, le cuesta conciliar el sueño y luego está
cansado durante el día) y el síndrome del ritmo circadiano diferente al de 24horas (de etiología
desconocida, los sujetos están desfasados en su medio ambiente).
NARCOLEPSIA: poco común, caracterizada por un imbatible deseo de dormir durante el día,
es de causa desconocida, y se acompaña de cataplejía sin pérdida de conocimiento. .
PARÁLISIS DEL SUEÑO: el paciente siente que no puede moverse al despertar aun estando
totalmente consiente.
PARASOMNIAS: fenómenos anómalos durante el sueño o durante el umbral que existe entre el sueño
y el despertar.
Se realiza el interrogatorio mediante el uso de una historia clínica completa que incluya: patrones de
sueño previo normales, oportunidad de vigilia, duración de la vigilia, aparición de acontecimientos
físicos o emocionales durante el sueño, secuelas diurnas de la pérdida del sueño, frecuencia del
síntoma y factores precipitantes. Es esencial buscar la causa del trastorno del sueño para proceder al
tratamiento, cualquier o trastorno psiquiátrico o signo de enfermedad (hepática, renal, encefálica,
cardiaca y endocrina) que pueda ocasionar dicha alteración. Es importante corroborar la integridad
cardiovascular y pulmonar. Se debe, además, tomar en cuenta los aspectos psicológicos y sociales del
paciente; y aplicar exámenes complementarios como: radiografía de tórax, análisis de orina y sangre,
pruebas de función hepática y tiroidea, etc., y una polisomnografia que permita identificar trastornos
específicos.
Para un sueño sano es necesario establecer horarios regulares y razonables de sueño, además de
contar con un ambiente adecuado jacto de ruido, disminuir el consumo de sustancias que alteren el
ciclo, implantar un estilo de vida sano que involucre actividad física y dietas saludables.
Psicología Médica
María Eugenia Mendoza Giuffrida
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