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LA EPISTEMOLOGIA

HISTORIA DE LA EPISTEMOLOGIA

La epistemología propiamente dicha comienza en el Renacimiento. El conocimiento


científico aparecerá en ella como conocimiento, análisis y síntesis de los fenómenos, es
decir, de la apariencia o manifestación de la realidad en la experiencia humana. Los
momentos más importantes de la maduración de esta metodología de la ciencia como
crítica racional de los fenómenos de experiencia están representados por Kepler (1571-
1631) y Galileo Galilei (1564-1642), Francis Bacon (1561-1626), René Descartes (1596-
1650), Isaac Newton (1642-1727), Locke (1632-1704), Leibniz (1646-1716) y Kant. El
Novum Organum y la Gran instauración de las ciencias de Bacon, el Discurso del método
de Descartes, la Reforma del entendimiento de Spinoza y la Búsqueda de la verdad de
Malebranche ofrecen observaciones interesantes para el epistemólogo, aunque propiamente
no pueden considerarse como obras de epistemología. Sí se acercan más al sentido actual
de la epistemología el libro IV del Ensayo sobre la inteligencia humana de Locke y en
especial la respuesta que le da Leibniz en sus Nuevos Ensayos. En el siglo XVIII, la obra
que mejor predice lo que será posteriormente la epistemología es el Discurso preliminar a la
Enciclopedia, de D'Alembert.

Siglo XIX

A comienzos del siglo XIX se consideran precursores el segundo volumen de La filosofía


del espíritu humano (1814) de Dugald Stewart, el Curso de filosofía positiva (a partir de
1826) de Augusto Comte y el Discurso preliminar al estudio de la filosofía natural (1830)
de John Herschel.

Las dos obras fundamentales con las que, aunque no existiera la palabra epistemología,
empezó a desarrollarse el contenido de lo que hoy se llama así propiamente fueron la
Wissenschaftslehre (1837), de Bernard Bolzano, y la Filosofía de las ciencias inductivas
(1840) de William Whewell. La palabra Wissenschaftslehre, que Bolzano menciona al
comienzo de su obra, corresponde en alemán a lo que quiere decir en un castellano
inspirado en el griego “epistemología”, “teoría de la ciencia”. Sin embargo, ambos
vocablos, el alemán y el castellano (o el inglés epistemology), no son exactamente
sinónimos, ya que el primero ha conservado de sus orígenes más antiguos un sentido más
amplio que el que ha tomado el segundo, que se forjó para designar una disciplina más
estricta. A pesar de que en la segunda mitad de su obra abarque un campo más amplio,
Bolzano considera la palabra Wissenschaftslehre en un sentido más concreto, aquél en que
Wissenschaft designa propiamente el conocimiento científico, excluyendo cualquier otra
forma de conocimiento. Con minuciosidad y rigor, su estudio se centra en nociones
fundamentales de la lógica y anticipa algunos de los problemas de la metalógica actual.

Las investigaciones de Whewell inauguran el método histórico-crítico, pero ante la


amplitud que exigía su tarea separó los dos métodos y publicó primero la Historia, que
sirvió de base a lo que poco después será la Filosofía de las ciencias inductivas; Whewell se
preocupó de mantener siempre un estrecho contacto entre ambas disciplinas, como indica el
título completo de la segunda obra, Philosophy of the inductive sciences, founded upon
their history (“Filosofía de las ciencias inductivas, basada en su historia”). De la escala de
las ciencias intenta deducir, para cada una de ellas, las ideas fundamentales sobre las que se
basan y los procedimientos mediante los que se construyen. Dos de las obras
epistemológicas más significativas siguiendo el camino abierto por Whewell fueron el
Essai sur les fondements de la connaissance humaine et sur les caractères de la critique
philosophique (1851) y el Traité de l´enchaînement des idées fondamentales dans les
sciences et dans l´histoire (1861), de Antoine-Augustin Cournot. Uno de sus méritos
principales fue haber colocado en primer plano de la epistemología la idea de azar, durante
mucho tiempo considerada opuesta a la idea de ley y ajena a la ciencia, y la célebre
definición que dio de este concepto: la intersección de dos series causales independientes.
De esta manera parece haber presentido la gran importancia que iban a adquirir en la
ciencia contemporánea los datos estadísticos y las probabilidades.

En el siglo XIX se encuentran también otros numerosos intentos de epistemología


científica, que continúan la línea empirista-positivista que en el siglo XVIII había sido
continuada por Euler, en Alemania, o D´Alembert, en Francia. El positivismo
decimonónico clásico estuvo representado por Augusto Comte (1798-1857), John Stuart
Mill (1806-1873), John Herschel (1792-1871), William Whewell (1794-1866) y por el
biólogo Herbert Spencer (1820-1903). Posteriormente fue continuado por el
empiriocriticismo de Richard Avenarius (1843-1896) y Ernst Mach (1838-1916), y ya a
finales del siglo XIX y principios del siglo XX, por Henri Poincaré (1854-1912), Pierre
Duhem (1816-1916) y Emile Meyerson (1859-1933), autores todos ellos relacionados por
continuación o reacción con el empiriocriticismo.

Siglo XX

En el siglo XX, la epistemología científica queda agrupada en tres grandes escuelas o


generaciones: el neopositivismo lógico, el racionalismo crítico y el pospopperianismo. El
neopositivismo lógico tuvo en Bertrand Russell (1872-1970) y Ludwig Wittgenstein (1889-
1951) sus dos principales predecesores. Bajo su influencia, se formó en los años veinte del
pasado siglo el llamado Círculo de Viena, con el que el positivismo se transforma en
neopositivismo lógico y toma cuerpo la primera gran escuela de epistemología científica en
el siglo XX. Los miembros más representativos de esta escuela fueron Moritz Schlick
(1882-1936), Otto Neurath (1882-1945), Herbert Feigl (1902), Félix Kaufmann (1895) y
Rudolf Carnap (1891-1970). En el Congreso sobre epistemología de la ciencia natural, en el
año 1929, fue elegido Schlick como presidente del Círculo.

En Berlín se formó pronto un nuevo centro de neopositivismo lógico a ejemplo del de


Viena, cuyos principales representantes fueron Hans Reichenbach (1891-1953), Kurt
Grelling y Walter Dubislav (1895-1937). En 1931, Rudolf Carnap propició la creación de
otro centro de neopositivismo en Praga y el filósofo inglés A. J. Ayer (1910) introdujo el
neopositivismo lógico en Inglaterra. En el escrito programático del año 1929 hacían la
siguiente clasificación de los nombres que habían conducido hasta él:

1. Positivismo y empirismo: Hume, Ilustración, Comte, Mill, Richard Avenarius, Mach.

2. Fundamentos, objetivos y métodos de las ciencias empíricas (hipótesis en Física,


Geometría, etc.): Helmholtz, Riemann, Mach, Poincaré, Enriques, Duhem, Boltzmann,
Einstein.

3. Logística y su aplicación a la realidad: Leibniz, Peano, Frege, Schroder, Russell,


Whitehead, Wittgenstein.

4. Axiomática: Pasch, Peano, Vailati, Pieri, Hilbert. 5. Eudemonismo y sociología


positivista: Epicuro, Hume, Bentham, Mill, Comte, Feuerbach, Marx, Spencer, Muller-
Lyer, Popper-Lynkeus, Carl Menger (padre)".
En segundo lugar está el racionalismo crítico, la epistemología de K. Popper. El
racionalismo crítico se entiende como reacción crítica ante las directrices fundamentales de
la epistemología del neopositivismo lógico. El racionalismo crítico discutirá las principales
tesis del Círculo de Viena e instaurará una nueva escuela de teoría de la ciencia que, desde
1934, en que publica Popper su primera obra, se irá haciendo poco a poco predominante e
influirá en la evolución posterior de los autores del Círculo, por ejemplo en el mismo
Carnap o en Reichenbach. Entre los muchos discípulos de Popper pueden citarse a Hans
Albert o a John Watkins. La importancia de las teorías popperianas se ha dejado notar en
toda la teoría de la ciencia de los años 50 y 60, e incluso en la actualidad, bien sea como
aceptación de las mismas, bien para construir otras nuevas a partir de él.

En tercer lugar se encuentran los autores llamados pospopperianos. Se caracterizan por


presentar epistemologías que, bien inspiradas preferentemente en el positivismo, bien en
Popper, no se identifican totalmente con ninguno de estos dos sistemas, aunque se vean
siempre seriamente influidas por ellos. Entre los principales autores pospopperianos cabe
citar a T. S. Kuhn, P. K. Feyerabend, I. Lakatos y N. R. Hanson.

Bibliografía Lakatos, I.: Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, Madrid,


1974

DEFINICION

El primer paso necesario a la hora de definir un concepto es determinar el origen


etimológico del mismo. En este sentido, podemos subrayar que es en el griego donde
encontramos los antecedentes del término epistemología que ahora nos ocupa. Más aún,
este sustantivo está compuesto por la unión de dos palabras: episteme que se puede traducir
como “conocimiento o ciencia” y logos que vendría a significar “discurso”.

La epistemología es una disciplina que estudia cómo se genera y se


valida el conocimiento de las ciencias. Su función es analizar los preceptos que se emplean
para justificar los datos científicos, considerando los factores sociales, psicológicos y hasta
históricos que entran en juego.

En ese sentido, podemos establecer de manera más clara aún que la epistemología de lo que
se encarga es de abordar la filosofía y el conocimiento a través de la respuesta a diversas
preguntas de vital importancia como las siguientes: ¿qué es el conocimiento?, ¿cómo
llevamos a cabo los seres humanos el razonamiento? o ¿cómo comprobamos que lo que
hemos entendido es verdad?

Asimismo podemos subrayar que este concepto fue utilizado por primera vez, durante el
siglo XIX, por el filósofo escocés James Frederick Ferrier quien acuñó el término en su
obra titulada Institutos de Metafísica. En la misma aborda diversas teorías sobre el
conocimiento, la inteligencia o el sistema filosófico.

Hay quienes utilizan la noción de epistemología como sinónimo de gnoseología. Ambos


conceptos, sin embargo, no se refieren a lo mismo. Mientras que la epistemología se centra
en el conocimiento científico y es considerada como una teoría acerca de la ciencia, la
disciplina que se conoce como gnoseología pretende descubrir el origen y el alcance de
dichos conocimientos.

La epistemología, por otra parte, suele ser vinculada a la filosofía de la ciencia, aunque ésta
es bastante más amplia. Ciertas cuestiones metafísicas, por citar un ejemplo, forman parte
de la filosofía de la ciencia y no son objeto de estudio de los epistemólogos.

Otra disciplina relacionada a la epistemología es la metodología. Hay que resaltar que, para
el metodólogo, el conocimiento no está sometido a un juicio de valor: se lo considera, en
cambio, como información ya validada y admitida por los científicos. Lo que hace la
metodología es analizar cómo se puede expandir o incrementar el conocimiento científico.

Podríamos decir que la epistemología, en última instancia, busca conocer el conocimiento.


Este juego de palabras nos ayuda a entender que, al tomar el conocimiento científico como
epicentro de sus preocupaciones, lo que hace el epistemólogo es perfeccionar dicho
conocimiento, incrementando su utilidad y su valor a nivel social.
Además del padre del término que nos ocupa tenemos que subrayar que, a lo largo de la
Historia, han existido otros epistemólogos de gran importancia como es el caso de Bertrand
Russell que logró obtener un Premio Nobel en el ámbito de la Literatura, que ofreció
importantes trabajos en la filosofía analítica y que, dentro de la ciencia que abordamos, se
convirtió en uno de los principales representantes del llamado neopositivismo lógico.

bibliografiaAutores: Julián Pérez Porto y María Merino. Publicado: 2008.


Actualizado: 2012.
LIBRO La epistemología (http://definicion.de/epistemologia/)

DEFINICON DECONOCIMIENTO CIENTÍFICO:

Como conocimiento científico se denomina el conjunto ordenado, comprobado y


sistematizado de saberes obtenidos de forma metódica y sistemática a partir del estudio, la
observación, la experimentación y el análisis de fenómenos o hechos, valiéndose de una
serie de rigurosos procedimientos que dotan los datos y las conclusiones obtenidas de
validez, objetividad y universalidad.
Como tal, el conocimiento científico es ordenado, coherente, preciso, objetivo y universal.
Se estructura como un sistema verificable e interrelacionado de conocimientos que nos
permite comprender y explicar la realidad y los fenómenos de la naturaleza.
Como tal, el conocimiento científico se vale del método científico, que es un conjunto de
normas y procedimientos por el cual un científico debe regirse para realizar un estudio o
investigación cuyos resultados tengan validez científica.

CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

El conocimiento científico se caracteriza, principalmente, por ser un saber crítico y


fundamentado, que procede de manera metódica y sistemática; sus conclusiones son
verificables; el saber que arroja es unificado, ordenado, universal, objetivo, comunicable,
racional y provisorio, que, en definitiva, permite explicar y predecir hechos o fenómenos
mediante leyes o principios.

 Crítico: porque distingue entre lo verdadero y lo falso, lo cierto y lo discutible.


 Fundamentado: porque basa sus conocimientos en pruebas y datos obtenidos mediante
análisis metódico y riguroso.
 Metódico: porque se vale de métodos de investigación y determinados procedimientos que
dotan de rigor el estudio, la observación y el análisis.
 Verificable: porque puede ser comprobado mediante la experiencia.
 Sistemático: porque constituye un sistema de ideas interrelacionadas y conectadas entre sí.
 Unificado: porque su objeto son los conocimientos generales y no singulares.
 Universal: porque su validez es igual para todos, no hay cabida para la relatividad cultural.
 Objetivo: porque los hallazgos tienen un valor general y no individual o subjetivo.
 Comunicable: porque puede ser comunicado mediante lenguaje científico.
 Racional: porque en él es fundamental la inteligencia y la razón humana.
 Provisorio: porque el hallazgo de hoy puede ser refutado mañana por medio de otra teoría
más precisa.
 Explicativo: porque explica los hechos y fenómenos de la realidad y la naturaleza mediante
leyes o principios que son comunes y constantes.

OBJETIVOS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

 Entender y explicar con objetividad, rigurosidad y precisión el porqué de las cosas.

 Descubrir las relaciones constantes en los fenómenos.

 Establecer las leyes y principios a que obedecen dichos fenómenos.

 Comprender los procesos o leyes que rigen la naturaleza.

 Establecer conclusiones de validez universal

bibliografia

https://www.significados.com/conocimiento-cientifico/
TIPOS DE EPISTEMOLOGIA

1.- EPISTEMOLOGÍAS REGIONALES

Este concepto se aleja cada vez más de los filósofos de la antigüedad. De esta forma se da
paso a los sabios, ya que se aceptan progresivamente los problemas a estudiar por parte de
los sabios especializados.

2.- EPISTEMOLOGÍA DE LA LÓGICA

Aplicada a las premisas de verdadero y falso, enfocadas en la teoría del conocimiento sobre
la verdad o falsedad de eventos de la vida.

3.- EPISTEMOLOGÍA DE LA FÍSICA

Es aquella caracterizada por la aplicación de la teoría del conocimiento a factores físicos de


los cuerpos.

4.- EPISTEMOLOGÍA DE LA PSICOLOGÍA

Ligada directamente con la filosofía, determina la medición del conocimiento sensible para
el ser humano, y la repercusión del mismo en sus actividades. En su formar de pensar,
actuar y solucionar situaciones.

5.- EPISTEMOLOGÍA DE LA SOCIOLOGÍA

Se define como la construcción de una sociedad completa en cuanto a valores y


comportamientos. Para la sociedad la epistemología sociológica constituye la creación de
un universo o realidad.

6.- EPISTEMOLOGÍA DE LA ECONOMÍA

Son todas las teorías y técnicas involucradas en parámetros económicos. Corresponde al


análisis crítico de todas las teorías económicas. Principalmente aquellas que últimamente
han dirigido la producción de conocimientos en actores significativos del medio económico
nacional e internacional.
7.- EPISTEMOLOGÍA NORMATIVA

Se encarga del estudio de la organización y el sistema. Analiza las formas y el desarrollo


del comportamiento científico. Formula pronósticos y posibilidades en cuanto a la
planificación y conducción científica.

8.- EPISTEMOLOGÍA TRADICIONAL

Fue utilizada en el inicio y es base de las epistemologías actuales. Se encargaba de analizar


y comprender el conocimiento humano. Las herramientas utilizadas eran el análisis
conceptual, trascendental o lógico por lo cual no ameritaba la investigación empírica.

9.- LA EPISTEMOLOGÍA MODERNA

Representa una parte de la filosofía que estudia la fundamentación y métodos del


conocimiento científico mediante las matemáticas. Además se sustenta en los sistemas
cuantitativos en vez de los cualitativos. El racionalismo, la síntesis kantiana, la ilustración
global y el empirismo son los principales actores de este enfoque.

10.- LA EPISTEMOLOGÍA CONTEMPORÁNEA

Es una doctrina basada en la fundamentación y métodos del conocimiento científico. Se


basa en la mirada actual fundada en la práctica y la experiencia. Este enfoque está integrado
por el neopositivismo, la filosofía de la vida, el marxismo, el existencialismo, la
fenomenología y el positivismo.

Fuente: http://www.lostipos.com/de/epistemologia.html

Para citar este artículo en formato APA: LosTipos.com, equipo de redacción. (2017, 03).
Tipos de epistemologia. Gaceta educativa - Lostipos.com. Obtenido 07, 2017, de
http://www.lostipos.com/de/epistemologia.html.
CLASIFICACIÓN DE LA EPISTEMOLOGÍA SEGÚN JEAN PIAGET

Piaget fue un gran filósofo y estudioso considerado el padre de la epistemología genésica,


es decir, relativa al génesis. Realizó grandes aportes al estudio de la infancia y desarrollo la
teoría constructivista del desarrollo de la inteligencia. Según este filósofo, la teoría del
conocimiento se clasifica en tres grandes categorías:

2.1.- EPISTEMOLOGÍAS METACIENTÍFICAS

Se definen como una reflexión sobre las ciencias, que son en parte inventadas y construidas
por los mismos filósofos que la estudian. Es un análisis profundo de teorías posteriores para
lograr comprenderlas y aplicarlas en los seres humanos. Para este tipo de epistemología
existe una superioridad del conocimiento científico que sobrepasa cualquier otro
conocimiento. El único conocimiento válido es este.

Jean piaget en la división que establece sobre la epistemología o teoría del conocimiento
(no consideremos aún diferencia alguna). Para J. Piaget, es posible plantear tres formas de
la epistemología: las epistemologías metacientíficas, las epistemologías paracientíficas y las
epistemologías científicas

Aclaramos aquí que se habla de las epistemologías en plural, pues se considera como
Epistemología cada uno de los planteamientos filosóficos que sobre el conocimiento han
llegado, a darse en la historia de la filosofía.

La epistemología en general se preocupa por las condiciones del conocimiento valido. Es


decir, que el estudio de la epistemología es el de determinar cuáles son las condiciones
dentro de las cuales podemos admitir que un supuesto conocimiento es válido, como
también determinar cuáles son las condiciones que debe cumplir un nuevo dato para poder
ingresar a un conjunto anterior de conocimientos válidos.

Las epistemologías meta científicas son aquellas “que parte de una reflexión sobre las
ciencias y tiende a prolongarlas convirtiéndolas en una teoría general del conocimiento”.

El prefijo “meta” nos da ya un indicio de lo que se trata. Son epistemologías que de algún
modo supera a las ciencias mismas, en efecto, las epistemologías meta científicas parten de
la reflexión sobre las condiciones de los conocimientos validos en una ciencia
en participar, y dominante en ese momento determinado, para construir una epistemología
general a todo conocimiento a partir de esa primera reflexión. Tomemos un ejemplo:
Platón, la teoría del conocimiento de este autor, nos plantea la existencia de unas
ideas absolutas alas cuales llegaba el individuo por una vía dialéctica de eliminación de
contradicciones, en Platón, este modelo era válido para cualquier tipo de conocimiento; no
sólo sobre la naturaleza sino también sobre la moral, la política o el arte. Vemos sin
embargo, que tal modelo fue originado en la reflexión sobre la matemática, muy de moda
en aquellos tiempos y del cual Platón era exitoso alumno. En la ciencia matemática, el
objeto de trabajo son números y relaciones entre estos. Tales objetos, como también los de
la geometría, no se nos presentan en la realidad sensible y físicas, más que de modo muy
rústico y aproximado. En verdad, tales objetos tan sólo se presentan fielmente en la
inteligencia. Así como en el conocimiento matemático se presentaban
lasideas como seres reales, es decir que existíanindependientemente del mismo modo éstas
debían existir para el conocimiento en general. Por ello en platón el conocimiento
verdadero, era el de las ideas puras, las cuales constituían la única realidad aceptable. Otras
importantísimas epistemologías meta científicas son de Aristóteles, Descartes y kant. La del
primero de estos se basó en la lógica (formal) la del segundo en la materia al igual que en
Platón y la del tercero en la física newtoniana. Veamos entonces como todas estas
epistemologías surgen como reflexión sobre ciencias ya parcialmente constituidas.

2.2.- EPISTEMOLOGÍAS PARACIENTÍFICAS

Establece que no debe existir una reflexión previa acerca de las condiciones del
pensamiento para alcanzar una teoría general. Se comienza esforzándose por iniciar a partir
de una crítica restrictiva de la ciencia. Fundamentando de esta manera el conocimiento de
diferentes maneras, al margen del límite de la premisa. La ciencia termina resultando
mucho más simbólica y menos objetiva. Debido a orientarse mucho más a lo físico a lo
psíquico, y se pasa por lo vital.

Las epistemologías de este segundo tipo “se esfuerzan por partir de una critica
esencialmente restrictiva de la ciencia, para fundar fuera de sus fronteras un conocimiento
con una forma diferente”.
La “critica restrictiva de las ciencias” consiste en limitar las posibilidades de conocimiento
de las ciencias. A través del citado análisis se buscaría trazar los limites por sobre los cuales
las ciencias no podrían pasar estableciendo a la vez de este modo aquellos temas y
problemas que seguirán siendo objeto exclusivo de la reflexión filosófica.

El interés de fondo era el de preservar un cierto conjunto de valores sociales y morales,


contra los intentos de corriente filosóficas que se esforzaban en reducirlo todo a enfoques
cientificistas (materialismos y positivismos).

2.3.- EPISTEMOLOGÍAS CIENTÍFICAS

Están basadas en la explicación del conocimiento científico. No se procura el conocimiento


general. Nace a partir del interés de las ciencias como resultado de crisis propias de las
ciencias evolutivas. Esto conlleva a una constante supervisión e investigación de sus
instrumentos y principios de conocimiento.

La epistemología científica “tiene por objetivo exclusivo la explicación del conocimiento


científico y no encara más el conocimiento en general, ya sea porque considera el
conocimiento científico como el único posible o bien porque se especializan en
interpretarlo en sí mismo”. Encontramos en esta definición la diferencia fundamental entre
lo que aquí llamaremos propiamente epistemología y lo denominado teoría del
conocimiento. En el caso de la epistemología el interés está dirigido a las condiciones del
conocimiento válido en las ciencias contemporáneas, mientras para las teorías del
conocimiento el interés es general a cualquier forma de conocimiento o aun
específicamente a formas de conocimiento no científicas

Mientras que las aquí llamadas teorías del conocimiento parten del análisis de una ciencia
en particular para postularlos principios del conocimiento en general las epistemologías
nacen dentro de una ciencia, no parten de ella constituida y permanecen dentro de sus
límites estudiando sus particularidades epistemológicas.

bibliografia

https://es.scribd.com/doc/12392510/Epistemologia-del-Conocimiento-Cientifico
TEORIAS

Es considerada una disciplina filosófica encargada del conocimiento entendido como una
relación entre objeto y sujeto. Se clasifica según la aparición de sus tratados más
importantes, los cuales son los siguientes:

A.- TEORÍA DEL CONOCIMIENTO: ANTIGUA GRECIA

Para el precursor de la teoría del conocimiento, el gran filósofo Aristóteles, todo


conocimiento posible nade de la experiencia. La sensibilidad es la base de esta experiencia
para adquirir conocimiento. Esta es obtenida a través de los sentidos, del empirismo, es
decir del contacto del individuo con la realidad. No puede tenerse conocimiento pleno del
mundo si no se está en contacto con él. Posteriormente para Platón la teoría del
conocimiento nace primero del surgimiento de las ideas. Posterior a ello la vincula con los
objetos del Mundo de la sensibilidad. Esto representa un contraste total con la teoría de
Aristóteles quien sostiene la premisa de primero ser sensible. Luego nacen las ideas, lo que
corrobora con la actuación de los seres humanos, quienes se forman a partir de una
experiencia sensible.

bibliografia

teoría y realidad, Barcelona: Ariel, 1972

Monserrat, J.: Epistemología evolutiva y teoría de la ciencia, Madrid: Publicaciones de la


Universidad Pontificia de Comillas, 1987.

B.- LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO PARA KANT

Para el gran filósofo Immanuel Kant, la teoría del conocimiento fue objeto de estudio. Este
intentaba averiguar la reconstrucción de la metafísica como ciencia. Llevó a cabo este
estudio elaborando una suspensión de Juicio Humano, también conocido como epojé. Con
esto esperaba conocer:

¿Qué puede saber el hombre? Conocimiento de la Metafísica.

En la Metafísica de Aristóteles se encuentran diversas definiciones de la metafísica como


ciencia. La metafísica considerada como aiteología es la ciencia de las causas supremas (A,
1). Como ontología es la ciencia del ente en cuanto ente (G, 1). Como teología es la ciencia
de las cosas divinas (E, 1) y como useología es la ciencia de la sustancia (Z, 1). A través de
la historia las posiciones en cuanto a estas definiciones han sido diversas. De hecho,
algunos consideran que en la Metafísica de Aristóteles se encuentran cuatro metafísicas
distintas; mientras que otros piensan que las cuatro definiciones se integran para formar una
sola metafísica. La metafísica encuentra su unidad de la siguiente manera: la ontología y la
useología poseen universalidad de predicación, mientras que la ontología y la useología son
universales por causalidad. De esta forma, el subiectum de la metafísica sería en el ente en
cuanto ente, ahora bien el ente se dice primariamente de la sustancia, por ello
el subiectum integra las ciencias universales por predicación. Los principios de la
metafísica provienen de las ciencias universales por causalidad.

Para Immanuel Kant, La metafísica es un conocimiento especulativo de la razón,


enteramente aislado, que se alza por encima de las enseñanzas de la experiencia mediante
meros conceptos (no como la matemática, mediante aplicación de los mismos a la
intuición), y en donde, por lo tanto, la razón debe ser su propio discípulo.

La Real Academia Española define a la metafísica como la parte de la filosofía que trata del
ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua


Española (2014). «metafísica». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.

¿Qué debería hacer el hombre? Conocimiento de la Ética y la moral.


Varios autores consideran como sinónimos a estos términos debido a que sus orígenes
etimológicos son similares, aunque otros no consideran a la moral y la ética como lo
mismo, como es el caso del filósofo español Gustavo Bueno. Algunas posturas conciben
la ética como el conjunto de normas sugeridas por un filósofo o proveniente de una
religión, en tanto que a moral se le designa el grado de acatamiento que los individuos
dispensan a las normas imperantes en el grupo social. No todos acuerdan con dicha
distinción, y por eso en un sentido práctico, ambos términos se usan indistintamente, y a
menudo no se distingue entre los dos conceptos, haciéndolos equivalentes.

El matiz que las delimita está en la observación o aplicación práctica de la norma que
entraña el mandato ético. Por ello, la norma ética siempre será teórica, en tanto que la moral
o costumbre será su aplicación práctica. Según este punto de vista, la moral se basa en los
valores que dicta la conciencia, que a su vez, está basado en costumbres aprendidas. Dicho
punto de vista dice que la moral no es absoluta o universal, ya que su vigencia depende de
las costumbres de una región, de aquí vendría el relativismo cultural.

Por otra parte, la universalidad de algún sistema moral es uno de los objetivos de la ética-
objetiva cuyo contenido o efecto no se considera relativo ni subjetivo, sino efectivo y
aplicable para todo hombre racional bajo un contexto determinado, siempre y cuando el
agente capaz de comportamiento pueda actuar de manera racional, entendido como aquello
en lo que todos los seres humanos puedan estar de acuerdo cuando decidan buscar un
comportamiento moral específico que se juzgo “de bien” o “correcto”, que mantenga o
cause aceptable calidad de vida o evite alguna consecuencia inconveniente, y que surja a
causa de la repetición de ciertos comportamientos probables para la humanidad). Immanuel
Kant a través de su imperativo categórico hizo el intento de dar bases a una moral
objetiva nacida de la razón y más allá de la religión. Una de las principales objeciones que
se oponen a sus razonamientos, es el uso obligatorio de la verdad y del deber con exclusión
del sentir

La crítica que hace Friedrich Nietzsche a la moral y la ética subraya que los códigos
morales y las éticas que estudian o fundamentan estos códigos morales se presentan como
desveladoras de profundas verdades sobre el ser humano.
Es famoso su análisis de la moral cristiana en el que manifiesta cómo los valores cristianos,
por ejemplo, la humildad, o la compasión, se basan realmente en la hipocresía y en el
resentimiento (según su teoría). Los valores morales son estratagemas de dominio de unos
hombres para otros. Pero ninguna moral y ninguna ética reconocen esto pues es esencial
para ellas el ocultarlo. Para descubrir esas ocultaciones propone Nietzsche un método que
él llama “genealógico”. Emprende una “genealogía de la moral”. Se trata de hacer análisis
psicológicos y de uso del lenguaje a partir de textos éticos y morales y de observaciones de
conductas morales. Para Nietzsche en su obra La genealogía de la moral nos dice que: las
morales y las éticas que hacen pasar por “verdaderos” y “universales” unos valores son
“morales de esclavos”. Su propuesta entraña la total libertad creativa de cada hombre en el
más estricto sentido, en un sentido parecido al que se aplica cuando se habla en el arte
contemporáneo de la libertad de un artista. La “moral de señores” rechaza elaborar un
elenco de valores exigibles a los demás. Cada hombre ha de realizar sus deseos y dejar que
también se expresen los deseos de los demás, sin códigos verdaderos previos.

bibliografia

Kant, Immanuel: Fundamentación de la metafísica de las costumbres.

¿Qué se le está permitido esperar al hombre? Conocimiento de espera y esperanza baso en


Religión.

La palabra religión se utiliza en algunas ocasiones como sinónimo de fe, sistema de


creencias o a veces un conjunto de deberes; sin embargo, en las palabras de Émile
Durkheim, la religión difiere de la creencia privada en que se trata de algo eminentemente
social. Una encuesta mundial de 2012 reporta el 59 % de la población mundial como
religioso y el 36 % como no religiosos (incluido el 13 % de ateos), con una disminución de
9 puntos porcentuales respecto a la creencia religiosa del 2005. En promedio, las mujeres
son más religiosas que los hombres. Algunas personas siguen múltiples religiones o varios
principios religiosos al mismo tiempo, independientemente de si la tradición de los
principios religiosos que siguen permite el sincretismo o no.
Bibliografia

Kant, Immanuel (2001). Religion and Rational Theology. Cambridge University Press.
p. 177. ISBN 9780521799980.

LOS PROBLEMAS DE LA EPISTEMOLOGIA

Los problemas planteados en la actualidad por la epistemología pertenecen a dos grandes


grupos. Unos son de carácter general, ya que abarcan la totalidad de las ciencias. Otros son
específicos de cada grupo de ciencias, se refieren a una sola ciencia o a alguna rama de una
determinada ciencia.

En primer lugar, la epistemología se plantea problemas que se refieren a las relaciones


entre las diversas ciencias. La pluralidad de las ciencias, su incesante proliferación, sus
encabalgamientos y enlaces, su dispersión, no satisfacen al espíritu del sabio a quien llevan
a preguntarse por los problemas de su coordinación. Hoy ha cambiado el viejo problema de
la clasificación de las ciencias y nadie pretende construir un sistema rígido e inmutable en
el que cada ciencia tendría su lugar propio y definido con sus diversos compartimentos,
pero un cuadro de referencia siempre es necesario y lo único que se exige es que sea
manejable y abierto, que refleje el estado presente de la ciencia y admita enlaces y
reorganizaciones.

En segundo lugar, la epistemología se plantea también el problema de las relaciones entre


los dos grandes grupos en que se distribuyen las ciencias. En general se admite la división
entre las ciencias formales, por una parte, lógica y matemáticas, y las ciencias de lo real,
por otra. A partir del nacimiento de la matemática racional la pregunta inevitable es la del
acuerdo entre sus explicaciones y las de la experiencia.

En tercer lugar, son también problemas de la epistemología los referidos al análisis de


algunas nociones comunes a todas las ciencias o a la mayoría de ellas. El matemático,
físico, naturalista y lexicógrafo se sirven también de definiciones, pero ¿tienen el mismo
significado? Para el matemático la probabilidad es objeto de cálculo; el físico sabe que sus
métodos inductivos desembocan en probabilidades y considera a todas sus leyes como
probabilidades; el historiador se pregunta sobre la probabilidad de los testimonios: ¿se trata
siempre de una misma probabilidad en estas diversas ciencias, o si no, cómo se organizan
entre sí estos diversos sentidos?

En cuarto lugar, se dan también problemas epistemológicos, en las dos maneras de


concebir las relaciones entre la parte teórica y la experimental de las ciencias, o, lo que es
casi lo mismo, en el significado de las teorías. Cuando se intenta acatar el imperativo de
inteligibilidad que compara al científico con el filósofo, y el imperativo de efectividad que
lo relaciona con el ingeniero, resulta que no concuerdan entre sí y la tensión resultante
determina en el interior de cada ciencia un desacuerdo sobre el ideal científico. Es en las
ciencias de la naturaleza donde se manifiesta más claramente tal desacuerdo en las dos
maneras de concebir las relaciones entre la parte teórica y la experimental, o, lo que es casi
lo mismo, el significado de las teorías: ¿intentan profundizar en nuestro conocimiento de
los fenómenos buscando, detrás de las leyes, las causas explicativas, o bien, no son más que
una sistematización de un conjunto de leyes? Pero también ocurre algo semejante en otras
ciencias, como en biología, con la oposición del mecanicismo frente al vitalismo; en
psicología, con la del behaviorismo frente a la reflexología; en historia, dada la oposición
de la historia de los acontecimientos con la historia explicativa o más bien comprehensiva,
oposiciones que parecen proceder de una dualidad en el ideal científico.

En quinto lugar, y como primera consecuencia del descenso de la generalización


epistemológica hacia el ámbito de cada una de las ciencias, se encuentran los problemas
específicos del primer grupo de ciencias, las ciencias formales. La lógica, bajo su nueva
forma de lógica simbólica o logística, figura junto a las matemáticas y en estrecha unión
con ellas, y ello plantea bajo una nueva forma el problema de la relación entre ambas
disciplinas. Con la nueva lógica el problema esencial es saber si las matemáticas se pueden
reducir a ella, lo que sería una manera de fundarla. Además, cada problema de la
epistemología matemática tiene su correspondiente en lógica y a la inversa. Así, por
ejemplo, son comunes a ambas ciencias el problema del estatuto ontológico de sus nociones
o del correspondiente objetivo de sus términos. Con facilidad puede plantearse en
matemáticas el problema de saber si los principios de la lógica expresan leyes del ser,
normas del pensamiento o bien reglas para la manipulación de los símbolos, es decir, si la
lógica es una ciencia objetiva, normativa, o bien un arte del cálculo y del juego.

En sexto lugar se plantean los problemas de epistemología comunes a las ciencias de la


realidad, que tienen en física una forma modélica, ya que al hablar de dichos problemas
casi siempre se piensa en ella. Los problemas principales son tres, según se haga hincapié
en la construcción de los conceptos, en la estructura de las explicaciones o en la validez de
las conclusiones. Los problemas relativos al método experimental y a la naturaleza y
justificación de los procedimientos inductivos ocupan evidentemente un lugar importante
en dichos estudios, pero el gran problema es el de su unidad: ¿pueden agruparse todas las
ciencias de la realidad en un solo tipo fundamental, cuyo modelo más completo sería la
física?, ¿sobre qué base lo harían?, ¿deben quedar irremediablemente separadas en dos o
tres ramas?

En séptimo lugar están los problemas epistemológicos más particulares, relacionados con
las ciencias de la vida y las ciencias del hombre. Aparecen en estas ciencias conceptos
fundamentales comunes a la física, como el concepto de ley, pero aparecen también
conceptos ajenos a ella, como el de ser; estas ciencias hablan de hechos, pero también de
valores. Puede analizarse un ser como una intersección de leyes, pero se elude así la
característica esencial de su individualidad. Pueden considerarse los valores como datos de
hechos, pero ¿estos hechos son de la misma naturaleza que la de los hechos que trata la
ciencia del mundo físico? Los conceptos propios de estas ciencias como los de tendencia,
función, éxito y fracaso, normal y patológico, finalidad, son problemáticos y exigen análisis
epistemológicos más específicos. El problema más grave es saber si estas nociones pueden
interpretarse con el lenguaje de la física, o cuando menos ponerse de acuerdo con él.
Además, la presencia en las ciencias humanas de nociones como conciencia, actividad
voluntaria, lenguaje, utensilios, política, religión, arte, han hecho surgir nuevos conceptos y
problemas, como por ejemplo, en este nuevo campo ¿hay que sustituir la comprehensión
por la explicación?; ¿las finalidades pueden, y de qué manera, considerarse causas?; ¿en
qué medida, o en qué forma, la aplicación del instrumento matemático es posible y
deseable? En el interior de estas ciencias se plantea la cuestión de su homogeneidad y de su
jerarquía. En ocasiones, una de estas disciplinas e incluso una teoría surgida de una de ellas
preside el conjunto o se atribuye una función rectora. Así, en el siglo XIX, la historia no
sólo se desarrolla por sí misma, sino que predomina en todas las partes en donde se habla
del hombre, y el materialismo dialéctico de Marx y Engels o el psicoanálisis, habiendo
nacido en el seno de una de estas ciencias, han servido de principio general de explicación
para todos los temas humanos.

Bibliografía

Bunge, Mario (1980). Epistemología. Barcelona: Editorial Ariel.

LA EPISTEMOLOGÍA EN EL PERÚ

1. EL PANORAMA DE LA EPISTEMOLOGÍA ANTERIOR NOS PERMITIRÁ


HACER UNA APROXIMACIÓN CRÍTICA DE LA EPISTEMOLOGÍA EN EL
PERÚ. Debemos indicar que, dada la heterogeneidad de la reflexión sobre la ciencia en
nuestro suelo y la dispersión de los trabajos epistemológicos, lo que sigue debe entenderse
sólo como una primera aproximación. Lamentablemente, la epistemología en nuestro medio
carece de una revista especializada en la que se puedan reunir los alcances y trabajos de
quienes se dedican a estos temas. Asimismo, hay muchos libros que hablan sobre la ciencia,
pero lo hacen desde perspectivas ignaras que no constituyen ningún aporte valioso, ni
siquiera el de divulgación. Con la metáfora de la diapositiva, tratamos de aclarar la
naturaleza de nuestra presentación que busca echar una luz rápida, pero dilucidatoria, de la
reflexión consignada. 205 la epistemología en el Perú: una aproximación crítica Letras 78
(113), 2007 En la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se ha practicado con
entusiasmo la reflexión epistemológica, lo que se ve en los cursos que se imparten en ella,
en los diversos certámenes académicos que se han plasmado en ella, en los artículos que
aparecen con cierta frecuencia en las diversas revistas sanmarquinas, en las tesis
universitarias defendidas y en los libros publicados por los profesores de la Decana de
América. Con todo, pues, contamos con un corpus interesante que justifica una primera
aproximación. Nuestro trabajo se denomina crítico porque busca examinar las fortalezas o
debilidades de estos aportes. No sería serio hacer una mera enumeración descriptiva si,
como pretendemos, queremos establecer las proyecciones de la reflexión epistemológica en
nuestro suelo. En lo que sigue, presentamos algunas diapositivas de acuerdo con el mapa
que hemos delineado en nuestro marco conceptual. Empezaremos por las reflexiones sobre
las grandes concepciones (el empirismo lógico, la concepción historicista y el
estructuralismo epistemológico) y terminaremos con la incursión en los temas de índole
epistemológica como lógica, semántica, metodología, ontología e historia de la ciencia.

2. SOBRE EL EMPIRISMO LÓGICO, ÓSCAR GARCÍA ZÁRATE HA ESCRITO


UN TRABAJO (2001) QUE MERECE UN COMENTARIO. El objetivo principal del
artículo es establecer un paralelismo entre el positivismo lógico y la llamada filosofía
analítica. Su conclusión es que el positivismo lógico se puede incluir en el movimiento
analítico, pero que la filosofía analítica en general es sustancialmente diferente al
positivismo lógico. El punto de escisión es situado por García Zárate en el método de
verificación como criterio de significado que es una asunción capital de los neopositivistas.
Sostiene que la tesis fundamental del positivismo lógico es la “reducción que hace de la
filosofía al análisis lógico del lenguaje científico, debiendo la filosofía concretarse a ser una
actividad analítica y no pretender constituirse en una doctrina o teoría” (2001: 123).
Aunque García Zárate cita algunos pasajes de Schlick, sus inferencias no son adecuadas. Su
argumentación no es suficiente porque, como lo sostiene Feigl, muchos neopositivistas se
adhirieron al realismo crítico (verbigracia, Alfred Ayer), luego de un largo proceso de
puntos y contrapuntos (Feigl 1963). Esto es, los 206 Raymundo Casas Navarro Letras 78
(113), 2007 neopositivistas vieron claro que se necesitaba superar la mera actividad
analítica. Para sustentar su punto de vista, García Zárate tendría que demostrar que todos
los neopositivistas se adhirieron fijamente a la interpretación wittgensteiniana de Fritz
Waismann (1965), pero si asume esta empresa tendría un trabajo bastante arduo, casi cuesta
arriba.
3. EL PLANTEAMIENTOS DE KARL POPPER CONSTITUYEN EL TRASFONDO
DE ALGUNOS TRABAJOS EPISTEMOLÓGICOS LLEVADOS A CABO EN EL
PERÚ, no hay todavía una visión de conjunto que pueda calibrar la verdadera envergadura
del maestro de la London School of Ecomomics. Sólo se ha dilucidado la noción de
falsabilidad (sobre la base de la noción técnica de falsador potencial), pero el enfoque
crítico de Popper no ha sido sometido a un tratamiento revelador ni exhaustivo. Respecto
de los enfoques históricos, hay análisis más adecuados. Julio Sanz (1987: 124-139), al
analizar el trascendental tema de las revoluciones científicas, examina la visión kuhniana de
manera ponderada y destaca la racionalidad interna que se proyecta a partir de la
consideración histórica sobre la ciencia normal. La crítica de Sanz incide en el tópico de la
inconmensurabilidad entre paradigmas diferentes y, sobre la base de ejemplos pertinentes,
demuestra que es posible un diálogo racional entre los practicantes de diferentes
paradigmas. La conclusión de Sanz es tajante: “al haber limitado la racionalidad y el
progreso científicos al ámbito interno y estrecho de los paradigmas científicos vigentes,
Kuhn amputa, a nuestro juicio, un aspecto sustancial de la ciencia y de su dinámica” (1987:
139). Nos parece, sin embargo, que la fuerte conclusión de Sanz merecería una
argumentación mayor y debería centrarse en el análisis a fondo de una tradición. Sus
apuntes contienen errores puntuales como cuando dice que la hipótesis del prion de
Prusiner “parece haber sido refutada finalmente en 1985” (1987: 138), cuando, a decir
verdad, a Stanley Prusiner se le otorgó en 1998 el Premio Nobel a raíz de sus
investigaciones sobre los priones. Carlos Alvarado (2005: 143-161) también le ha dedicado
una monografía a la concepción kuhniana y, en ella, puntualiza correctamente el aporte
esencial del enfoque de Thomas Kuhn: el abandono de las meras reconstrucciones lógicas
de las teorías para encaminarse a un serio 207 la epistemología en el Perú: una
aproximación crítica Letras 78 (113), 2007 estudio histórico de la ciencia. Respecto de la
contribución de Sanz, el trabajo de Alvarado supone un claro avance al dilucidar las tesis de
lo que llama “el segundo Kuhn”. Desde el punto de vista de la exégesis de los nuevos textos
kuhnianos, el aporte de Alvarado es impecable, pero le falta espíritu crítico: acepta con
mucha facilidad que la inconmensurabilidad es garantía de progreso cognoscitivo, como
pretende el mismo Kuhn. Sobre Imre Lakatos, no ha habido trabajos monográficos. Quien
esto escribe prepara una Introducción a Lakatos, trabajo en el que pretendemos exponer
críticamente la teoría lakatosiana y probar su fecundidad en el desarrollo de análisis de
programas científicos actuales como la ciencia cognitiva y la gramática generativa
(verbigracia, el programa minimalista de Noam Chomsky).

4. SOBRE LA CONCEPCIÓN ESTRUCTURALISTA DE LAS TEORÍAS


CIENTÍFICAS no hay aportes serios. Sin embargo, este enfoque es muy fructífero para
hacer una reconstrucción verdaderamente útil de las teorías científicas y hay trabajos muy
buenos que pueden servir de modelos, como el trabajo de Ulises Moulines (1991). La clave
en este enfoque es tratar de hacer contribuciones a las epistemologías regionales como la
filosofía de la física, la filosofía de la economía, la filosofía de la sociología, la filosofía de
la lingüística.

5. EN LA RAMA DE LA EPISTEMOLOGÍA GENERAL destacan los trabajos de Julio


Sanz (1987) y Carlos Alvarado (2005). Aunque se trata de textos introductorios, van más
allá de una mera divulgación de los conceptos científicos fundamentales, ya que plasman
sus propias posiciones epistemológicas. Julio Sanz lo dice sin ambages al sentenciar que su
libro busca dar una interpretación realista o materialista de la ciencia. En un escenario
como el nuestro en el que imperan la cripsis y la indefinición, es alentador que el recordado
maestro sanmarquino haya expresado así su intención epistemológica. El realismo de Sanz
se define por su oposición radical contra la interpretación escéptica de la ciencia. El
escepticismo, según la argumentación de Sanz, asevera que los conocimientos científicos
son siempre conjeturales. El punto epistemológico de nuestro recordado maestro era muy
claro y se puede expresar en lo que se podría llamar el argumento de Sanz: 208 Raymundo
Casas Navarro Letras 78 (113), 2007 Si decimos que una teoría altamente corroborada (en
el sentido de Popper) no es verdadera porque podría ser falsa, con la misma lógica se podría
decir que no es falsa porque podría ser verdadera. Sin embargo, las dos opciones no son
equivalentes. ¿Por qué? Porque tenemos pruebas para apostar por la verdad de la teoría
corroborada; sin embargo, para apostar por su falsedad sólo tenemos la duda hiperbólica
cartesiana. En conclusión, se puede apostar racionalmente por aseverar la verdad de las
teorías altamente corroboradas. En la argumentación de Sanz, vemos algunos reflejos de la
posición de David Stove (1995), lo que se puede corroborar ya que ambos defienden una
vindicación de la inferencia inductiva. Gracias al empleo de la inferencia inductiva, Sanz
puede definir prolijamente una ley científica como “una proposición verdadera que describe
una regularidad o estructura simple de la naturaleza” (1987: 76). Dado que la estructura
simple de la naturaleza es una ley natural, Sanz llega al corolario de que una ley científica
describe una ley natural. En este punto, vemos dos procesos cognitivos: la asunción de
ciertos análisis neopositivistas (en un nivel liminar) y la adscripción decidida al realismo
científico. Los capítulos más débiles del texto de Sanz son los dedicados a los problemas
metodológicos de las ciencias sociales y a la clasificación de las ciencias, ya que no toca
temas de relevancia como el problema de la profecía autoverificadora en las ciencias
sociales y la creciente interdisciplinariedad en las ciencias maduras. El texto de Carlos
Alvarado (2005) es una elegante exposición introductoria de los principales temas de la
epistemología y su objetivo es fundamentalmente didáctico. Según Alvarado (2005: 26), el
objeto de la epistemología es una reflexión que analiza la fundamentación de la ciencia, los
procedimientos utilizados para establecer la verdad de los enunciados científicos, el alcance
de las verdades científicas y la manera de entender el desarrollo histórico de la ciencia.
Como reflexión de segundo orden, a juicio de Alvarado, un tema gravitante es la naturaleza
de la verdad, y creemos que en el análisis del concepto de verdad hay un aporte valioso del
profesor sanmarquino. En su libro, presenta la concepción semántica, expone la
interpretación pragmatista y defiende la concepción dialéctica de la verdad. En un giro
conceptual efectista, Alvarado torna sutil una concepción de la verdad, aparentemente,
pedestre: la teoría del reflejo. Defiende un 209 la epistemología en el Perú: una
aproximación crítica Letras 78 (113), 2007 nuevo concepto de verdad absoluta que “no
excluye el desarrollo cognoscitivo” (2005: 110). Sorprende que un epistemólogo tan
especialmente preparado para el discernimiento conceptual no vea con claridad que la
noción de “reflejo” es del todo inútil para entender la dinámica de la verdad. Si el reflejo no
reproduce (esto es, si no refleja), ¿para qué seguir empleando el concepto? ¿Es tan difícil
proponer una nueva categoría epistemológica? No se debe sacrificar la claridad por el
prurito del argumentum ad verecundiam. En una nota a pie de página, Alvarado alude a un
aire de familia entre la propuesta de Engels y la de Popper (su teoría de la verosimilitud),
pero su presentación no sustenta que en la visión engelsiana se asuma la verdad objetiva (o
absoluta) como un ideal regulativo, y en ello reside el quid de la concepción popperiana.
Finalmente, sentencia Alvarado que Engels “era un profundo conocedor de la historia de la
ciencia” (2005: 108); sin embargo, nos debiera sorprender que un tan “profundo
conocedor” haya calificado a Newton de asno de la inducción y plagiario de Leibniz.

6. LAS EPISTEMOLOGÍAS REGIONALES HAN RECIBIDO POCO


TRATAMIENTO POR LOS ESPECIALISTAS PERUANOS. La epistemología de la
biología casi se ha reducido a los estudios sobre la teoría de Darwin. En este punto,
Fernando Bobbio (1988) examina la teoría de la evolución y, entre otras cosas, sostiene dos
asertos: primero, que el evolucionismo y el darwinismo son intercambiables; segundo, que
el aporte decisivo de Darwin fue sugerir un mecanismo plausible que diera cuenta de la
producción de los cambios. El primer aserto no se puede sostener y menos se podría haber
sostenido con plausibilidad en 1988. El evolucionismo es un marco mucho más vasto que el
llamado darwinismo y ha habido en la historia muchas teorías evolucionistas diferentes a la
de Darwin (y no sólo la del Caballero de Lamarck). Es más, la teoría de Darwin se ha
modificado radicalmente desde la obra clásica de 1859; en particular, la teoría de la
herencia de Darwin era esencialmente fallida. El segundo aserto es sencillamente muy
discutible: se puede sostener que la selección natural no es un factor explicativo de la
producción de cambios; en resumen, la selección natural no es una teoría de la especiación.
El factor darwiniano sólo selecciona el cambio ya aparecido; y si no se comprende este
punto 210 Raymundo Casas Navarro Letras 78 (113), 2007 fundamental, no se comprende
la teoría de Charles Darwin ni el progreso de la biología evolucionista en estos temas.
Sobre el asunto de la especiación, la teoría sintética de la evolución se adhiere a la hipótesis
alopátrica, pero también se puede defender la conjetura simpátrica. En ese sentido, una
aproximación epistemológica inteligente debería aclarar en qué sentido la teoría darwiniana
original puede constituir o no un aporte esencial para explicar el problema del origen de las
especies. Sobre el estatus de las ciencias sociales, David Sobrevilla (1982) ha desarrollado
ideas que pueden ser consideradas, en sentido amplio, epistemológicas. El trabajo de
Sobrevilla busca sentar las bases para una coordinación fructífera entre la filosofía y las
ciencias sociales. Para ello, presenta un marco analítico que discierne los dos grandes
campos en función de algunas dicotomías bastante tradicionales (universalidad filosófica
versus delimitación científica, método no empírico de la filosofía versus método empírico
de la ciencia, ámbito normativo de la filosofía versus ámbito fáctico de la ciencia). ¿Qué
puede ofrecer la filosofía a los científicos sociales? Un esclarecimiento temático, un
análisis epistemológico que ilumine el estatus científico de las ciencias sociales, un análisis
histórico-filosófico, las bases de una antropología filosófica y una crítica de las teorías
sociales existentes. Y ¿qué necesita la filosofía de las ciencias sociales? Datos para superar
la tendencia especulativa de la filosofía, morigerar la tendencia occidentalizante de la
filosofía y ciertos medios de prueba para los planteamientos filosóficos. El punto débil del
trabajo de Sobrevilla es que opone dos concepciones, la teoría crítica y lo que denomina
teoría tradicional, pero no da ningún argumento para dirimir a favor de un punto de vista, al
menos de modo provisional. Más bien, se puede inferir que la teoría crítica, tal como la
expone, sale del terreno de la ciencia (como el mismo Sobrevilla la presenta al inicio de su
artículo) y se adentraría en los dominios de la filosofía, por lo que la coordinación dejaría
paso a una especie de fusión. Un punto difícil de aceptar es una de las tareas que le da
Sobrevilla a la filosofía: delimitar “cuáles son las relaciones sexuales que en general
pueden llamarse normales y cuáles las vitandas” (1982: 39). Ese tema le correspondería,
más bien, a una disciplina científica como la so- 211 la epistemología en el Perú: una
aproximación crítica Letras 78 (113), 2007 ciobiología o a científicos como Richard
Dawkins. Por ejemplo, Jared Diamond (1994) propone una explicación plausible del
fenómeno. Manuel Campos (1999) ha hecho una contribución en torno a la epistemología
de la psicología al someter al conductismo a un balance y liquidación. Empieza ponderando
el valor metodológico del conductismo sobre la base de una elucidación de métodos como
la observación directa, reflejo condicionado, informes verbales y test psicológicos (en el
caso de Watson), y el condicionamiento operante (el conductismo radical de Skinner). El
balance de Campos busca establecer los puntos adecuados que él ve en el conductismo, y la
liquidación plantea por qué el conductismo ya no se puede aceptar como una imagen
solvente de la naturaleza humana. Para argumentar a favor de este punto, se presenta el
célebre trabajo de Posner y Raichle (1994) sobre las imágenes de la mente en el que con la
técnica de tomografía por emisión de positrones se pueden obtener imágenes de la actividad
cerebral, lo que para Skinner habría constituido un imposible epistémico. El trabajo de
Campos es sólido, pero creemos que el énfasis en lo objetivo por parte de conductistas
como Watson y Skinner merecería ser criticado subsumiéndolo en la rígida interpretación
neopositivista de una distinción tajante entre términos teóricos y observacionales. Como se
sabe, esa distinción es erosionable, dado que la nueva filosofía de la ciencia ha establecido
que todos los términos son teóricos. Marino Llanos ha incursionado en los terrenos de lo
que podría llamarse epistemología de la antropología con una ponencia sustentada en el
VIII Congreso Nacional de Filosofía (2001: 223- 233). Llanos ofrece una definición
objetiva y operacionalizable del concepto de cultura, según la cual se puede hablar “con
objetividad y pleno sentido de “culturas superiores” y “culturas inferiores”, de “culturas
avanzadas” y “culturas atrasadas”” (2001: 223). Sobre la base de una elucidación del
concepto de definición, se llega a proponer la ansiada definición de cultura: “La cultura es
todo cambio, alteración o modificación hecha por el hombre de sus condiciones de vida,
desde su forma inicial, cero, natural o animal de vida, así como, sucesivamente, a todas sus
formas posteriores” (2001: 225). A decir verdad, la definición propuesta por Llanos es muy
endeble y su propuesta se 212 Raymundo Casas Navarro Letras 78 (113), 2007 apoya en
una serie de asunciones un tanto discutibles y en análisis exentos de prolijidad. Al atar la
cultura sólo al ser humano, hace una restricción arbitraria que no se sustenta en su propia
definición y dista mucho del método científico. Si un rasgo fundamental de la cultura es un
cambio en las condiciones de vida, ¿por qué no se podría hablar de la cultura animal? ¿Los
animales no cambian sus condiciones de vida independientemente de su base genética? Por
ejemplo, los neandertales supieron arrostrar adaptativamente el rigor de una era glacial.
Cuando el autor propone una escala de medida del nivel de cultura, aparentemente procede
de modo riguroso al subtenderla en un enfoque de las necesidades del hombre, pero la
apariencia es engañosa. Llega a decir que un sistema de locomoción en bicicleta es menos
avanzado que uno apoyado en vehículos motorizados (2001: 231), pero se trata de una
puntualización abstracta sin ningún valor explicativo, porque todo depende de las
necesidades determinadas por las condiciones concretas de cada cultura. Nadie podría negar
que el sistema de bicicletas podría ser mejor en ciertos hábitats o si se quiere respetar el
compromiso ecológico, y una adecuada teoría de la cultura debe asumir la relatividad del
contexto. En suma, Llanos no brinda un concepto científico de cultura, sino una mera forma
de racionalizar prejuicios sin sustento racional.
7. EN LO QUE RESPECTA A LOS TEMAS DE LA LÓGICA DE LA CIENCIA hay
muchos manuales que proponen una visión de sus aspectos más saltantes. Hay una cierta
disparidad en el tratamiento y algunos libros son totalmente prescindibles para formular un
comentario pertinente. En este rubro, es destacable el trabajo de Arsenio Guzmán (1988)
porque complementa armónicamente el rigor y el espíritu crítico en su contribución. El
objetivo de Guzmán es analizar la propuesta de Braithwaite de hacer una justificación
prediccionista de la inducción. Según Braithwaite, esta propuesta evita la circularidad que
es el vicio de todas las justificaciones inductivas. No obstante, Guzmán muestra que en la
argumentación de Braithwaite sí hay circularidad, dado que la inferencia inductiva no es
concluyente, lo que quiere decir que si las premisas son verdaderas no se sigue de ello que
la conclusión es verdadera. El trabajo es puntual y, por ello, es cerrado; por ello quizás no
es del todo pertinente demandar que analice el 213 la epistemología en el Perú: una
aproximación crítica Letras 78 (113), 2007 tema de la vindicación pragmática de la
inducción o la propuesta de Lakatos sobre el particular.

8. DENTRO DE LA SEMÁNTICA DE LA CIENCIA, el concepto privilegiado es el de


verdad. Un análisis prolijo de este concepto se puede hallar, sin duda, en los papers de Luis
Piscoya Hermoza. Su capacidad para el análisis lógico lo nutre suficientemente para erigir
buenos razonamientos. Dos ponencias (2000, 2001) presentadas por él en sendos congresos
de filosofía podrían darnos una imagen representativa de sus ideas al respecto. Explica que,
en la tradición aristotélica, la verdad es condición necesaria y suficiente para la noción de
objetividad, pero la objetividad es sólo condición necesaria para la noción de verdad.
Asimismo, hace una incursión en el enfoque deflacionista, según el cual la objetividad tiene
escollos insuperables (debido a la inescrutabilidad de la referencia). En la mirada
deflacionista, la verdad sólo puede ser útil para la comunicación intersubjetiva, y no para
entablar un vínculo entre el lenguaje y el mundo. Pues bien, en contra del deflacionismo,
Piscoya defiende que “dentro de la investigación científica estándar la concepción de la
verdad de Aristóteles está presente” (2001: 86). La razón de este uso se podría sustentar en
el criterio de satisfabilidad propuesto por Tarski (Piscoya 2006). Sin embargo, Piscoya
presenta un panorama heteróclito en las últimas investigaciones epistemológicas que tienen
el alcance de presentar serias dificultades para probar por “vía directa” la pertinencia del
uso de concepto de verdad en la ciencia. Kripke ha debilitado el punto tarskiano de la
prohibición de la autorreferencia y el constructivismo carnapiano establece que el mundo
fenoménico es una construcción lógica del sujeto (de donde se deriva que no conocemos lo
que es, sino lo que construimos). La propuesta de Piscoya se basa en asumir el
razonamiento de reductio ad absurdum: Sin la noción de verdad, estaríamos obligados a
aceptar consecuencias, prima facie, implausibles (por ejemplo, que no hay distinción entre
un mito desaforado y una teoría científica potente). Por ello, concluye Piscoya, todavía es
pertinente el uso de la verdad en la ciencia. Aunque el recurso utilizado es intelectualmente
solvente, el autor no analiza a fondo la erosión de la noción de verdad para analizar las
grandes constelaciones científicas que constituyen el objeto de la nueva filosofía de la
ciencia. 214 Raymundo Casas Navarro Letras 78 (113), 2007 En sus explicaciones, Piscoya
asume que la crítica quineana es la más fuerte para morigerar el uso de la verdad en la
epistemología contemporánea, pero se equivoca cuando dice que el filósofo Hilary Putnam
acepta la validez de los argumentos de Quine sobre la relatividad ontológica y la
inescrutabilidad de la referencia. En realidad, Putnam defiende una visión realista
esencialmente incompatible con la argumentación de Quine y ya en un artículo (Putnam
1992) lo decía esplendentemente: “La respuesta al argumento de Quine es tan sencilla
como esto: cuando empleamos la palabra “Tabitha”, podemos referirnos a Tabitha y no a
todo el cosmos menos Tabitha, porque, después de todo, podemos ver el gato y acariciarlo,
y muchas otras cosas, y difícilmente podemos ver o acariciar todo el cosmos menos
Tabitha”. Con respecto a este mismo tópico, Óscar García Zárate (2004) plantea algunas
consideraciones previas para formular una teoría de la verdad. La forma del artículo es
bastante sobria y brinda un sistema de definiciones de propiedades para llegar a aclarar qué
son los entes verdaderos (entidades lingüísticas y estados mentales). Sostiene que las
proposiciones poseen un derecho primario sobre la verdad. Estipula la siguiente definición:
Una oración es verdadera si y sólo si la afirmación I o la creencia R, expresadas por ella,
expresan, a su vez, una proposición P que es verdadera. Mutatis mutandis, se estipula la
noción de oración falsa. Aunque el estilo del trabajo es muy elegante, notamos fisuras
graves en su conformación textual. Dice que la verdad es una propiedad de las
proposiciones y establece que la esencia de la proposición radica en tener un derecho
primario sobre la verdad, con lo que incurre en una explicación circular. Sostiene que la
oración es una entidad física o una construcción física, y así la confunde con la noción de
prolación o proferencia (esto es, el acto articulatorio por el cual se emite un mensaje
verbal). La estipulación de García Zárate no permite entender que la oración es una entidad
sintáctica y, como tal, un evento mental perteneciente a una lengua I (en el sentido
chomskiano del término). Sin embargo, el error fundamental de García Zárate consiste en
establecer una fuerte implicación entre proposición y creencia. Para ilustrar el equívoco,
presentaremos el siguiente caso 215 la epistemología en el Perú: una aproximación crítica
Letras 78 (113), 2007 inspirado en una obra sartriana: Se le pide a un soldado que delate a
su compañero y aquél, sin creer en su oración, dice que su compa- ñero se encuentra
escondido en el cementerio antiguo de la ciudad. Por casualidad, la oración puede ser
verdadera (como es el caso en el relato sartriano), pero no convierte a la creencia en
verdadera, de modo que hay una nítida distinción entre verdad y creencia. Finalmente, el
trabajo de García Zárate se ata todavía al enfoque representacional de la verdad, cuando los
análisis más promisorios e interesantes se inscriben en una visión inferencialista de la
verdad, tal como la encontramos en Brandom (2002).

9. EN LA ONTOLOGÍA DE LA CIENCIA, es necesario mencionar el trabajo de Ballón


sobre el materialismo (1988) porque subtiende una buena argumentación para defender la
racionalidad científica y la ontología materialista a ella asociada. Fustiga al irracionalismo
filosófico y, al hacerlo, nos brinda un magnífico ejemplo de ejercicio epistemológico.
Ballón critica prolijamente la posición de Moulines, según la cual la tesis materialista ha
devenido implausible. Aunque nos parece loable el empeño de Ballón, no parece del todo
adecuada la definición de materia que estipula: “Cualquier estado o propiedad de las cosas
es material si pertenece a un sistema espaciotemporal, entendiendo que no existe un sistema
de coordenadas único” (1988: 27). En efecto, contra lo que propone Ballón, su definición es
demasiado pluralista y demasiado restrictiva, lo que presenta una falla de base. Es
demasiado pluralista porque admite la existencia de fantasmas. Para negar la materialidad
de los fantasmas, Ballón tendría que aceptar la fiabilidad de la confirmación, pero es algo
que no hace por adherirse fijamente a la posición de Quine al respecto. Asimismo, su
posición es demasiado restrictiva porque no da cuenta de las singularidades que se deducen
de la teoría de la relatividad.
ENSAYO La epistemología en el Perú:Raymundo Casas Navarro Universidad Nacional
Mayor de San Marcos

10. FINALMENTE, PRESENTAREMOS ALGUNOS TRABAJOS INSCRITOS EN


LA HISTORIA DE LA CIENCIA.

Los estudios de Julio Sanz (1989) deben entenderse como reflejos de la siguiente tesis: se
debe fomentar una visión equilibrada entre ideas y experimentos como la idónea forma de
entender el desarrollo racional de la ciencia. En este sentido, los trabajos más sólidos de
Sanz se refieren a la teoría astronómica de Copérnico, la revolución de Lavoisier en la
química y el análisis del 216 Raymundo Casas Navarro Letras 78 (113), 2007 experimento
de Michelson y Morley. Un punto en el que se puede discrepar es que, en algunos casos, le
confiere mucho valor a la experimentación cuando se puede sostener que hay una cierta
autonomía de la ciencia teórica. Esto es, la indagación teórica puede caminar sin necesidad
de un fuerte control experimental, como ha ocurrido tantas veces en la historia de la
ciencia. Un trabajo muy ambicioso de Ballón (1999) puede inscribirse en la línea de
historia de la ciencia. Allí sostiene que gran parte de la crisis de la física moderna se debió
a la adhesión dogmática de los científicos al modelo metafísico atomista o cosificador. La
noción básica de su análisis es ‘compromiso ontológico’, tal como fue planteado por Quine
y asumido por Kuhn. El compromiso ontológico define qué es lo que hay y qué es lo que no
hay en el mundo y, en consecuencia, determina qué es lo que cabe investigar. El trabajo
epistemológico de Ballón se inscribe en una actitud hermenéutica pragmática y tiene como
objetivo central “mostrar la evolución estrictamente conceptual interna de una rama
decisiva de la nueva filosofía natural” (1999: 29). La tesis central de Ballón es que los
cambios de compromisos ontológicos han determinado el cambio en nuestro paradigma de
ciencia, al pasar de una visión corpuscular a una concepción dinámica, no puntualista,
inscrita en la concepción cuántica. Creemos que se trata de un trabajo verdaderamente
valioso porque asume un reto nada fácil y se adentra en los meandros del conocimiento
científico con muy buena información y una interpretación razonable. Es muy adecuada su
posición en contra de la inconmensurabilidad nihilista y su defensa de la continuidad
científica Evidentemente, hay varios desaciertos como decir que Giordano Bruno fue un
defensor del copernicanismo (cuando, en realidad, Bruno era muy ignaro en temas
científicos). Es igualmente equivocado y tendencioso explicar el desacuerdo entre Galileo y
Kepler sobre la base única del misticismo de Kepler. En Casas y Matta (2006) hemos
argumentado que la interpretación de Ballón sobre la llamada revolución copernicana
reposa en un quid pro quo, dado que exagera el efecto revolucionario de la obra del
canónigo polaco. Respecto del planteamiento central de Ballón, a saber, que el cambio en
los compromisos ontológicos es responsable de los efectos revo- 217 la epistemología en el
Perú: una aproximación crítica Letras 78 (113), 2007 lucionarios, se puede plantear la
siguiente objeción. En muchos casos, los cambios en los compromisos ontológicos son un
efecto, no son una causa del cambio de paradigma. ¿Por qué se da un cambio en los
compromisos ontológicos? Se puede sostener plausiblemente que la clave reside en la
naturaleza recalcitrante de ciertos problemas científicos. Dado que el paradigma o la
tradición vigente ya no es una buena guía para avanzar en la resolución de problemas, ello
implica que puede buscarse una nueva ruta heurística y, en consecuencia, puede darse un
cambio en los compromisos ontológicos. Por ejemplo, ¿a qué se debió el cambio de
compromiso ontológico de Einstein respecto de la gravitación universal de Newton? A que
una predicción de la gravitación newtoniana (si el Sol explotara sú- bitamente, la Tierra
saldría en el acto de su órbita) era incompatible con la relatividad especial. Por ello,
Einstein casi se obsesionó en hallar un nuevo marco para entender la gravedad y lo hizo con
su teoría de la gravedad como un alabeo espaciotemporal. Del mismo modo, la teoría del
equilibrio puntuado de Gould implica un cambio de compromiso ontológico respecto de la
concepción clásica darwiniana, pero tal cambio se produce porque el enfoque darwinista
clásico se enfrentaba a una gran dificultad: el registro fósil no es compatible con la
hipótesis de cambios continuos y graduales. Al no percatarse del rol que cumplen los
problemas en la estructura histórica de las revoluciones científicas, Ballón ha incurrido en
un expediente que puede ponerse fácilmente en cuestión. Resulta interesante y promisorio
que jóvenes estudiosos se dediquen a la investigación sobre la historia de la ciencia en el
pensamiento colonial. En una sección monográfica de la revista Escritura y pensamiento
(Año IV, Nº 8, 2001), aparecen dos contribuciones en este sentido. El primero pertenece a
Alan Pisconte y Roberto Katayama. Según sus autores, esbozarán “algunas líneas
interpretativas acerca del paradigma científico que configuró el sentido común asumido por
los cosmógrafos del virreinato peruano entre inicios del S. XVIII y las primeras décadas del
XIX” (2001: 117). Con esta construcción anfibológica presentan su cometido. La pregunta
crucial es: ¿lo cumplen? A decir verdad, sorprende la falta de prolijidad en el análisis y la
confusión conceptual en la que están metidos. Hablan 218 Raymundo Casas Navarro Letras
78 (113), 2007 de paradigma en el sentido de Kuhn y se debería esperar, en consecuencia,
que presenten las líneas de un paradigma en el sentido kuhniano del término, pero no hay
nada de ello, ni por asomo. Su análisis concluye que en los autores investigados hay
eclecticismo y escepticismo, actitudes que muy difícilmente se pueden considerar
paradigmáticas, en el sentido que Kuhn le da a su término técnico. Y este error de base no
es el único: confunden experiencia con experimentación, no hay ninguna referencia a la
teoría del flogisto (noción útil para calibrar la calidad científica de tales cosmógrafos). Al
final de su artículo, todo se aclara: Pisconte y Katayama revelan que su verdadero interés es
desentrañar los nudos culturales que bloquean el desarrollo de formas de vida moderna en
nuestro suelo. Bien, así se meten en el patio trasero de la filosofía social y ello explica por
qué no han logrado entrar en la epistemología. El otro trabajo es algo más serio. Víctor
Céspedes (2001) hace una reflexión útil para la elucidación de la historia de la ciencia en el
Perú. Su planteamiento central recusa las interpretaciones de algunos historiadores y
esgrime que el trabajo de Nicolás de Olea debe inscribirse en la concepción científica de los
jesuitas. Aunque su prosa es bastante dispareja, abusa de las yuxtaposiciones y tiende a un
estilo rococó, Céspedes presenta bien el punto del debate entre los jesuitas y Galileo, al
explicar que Olea da una mirada correcta a la naturaleza de los cometas, tema en el que
Galileo desbarró estrepitosamente. Para que el trabajo de Céspedes mejore, sería
aconsejable que investigue a fondo en las teorías del danés Tycho Brahe y en la
interpretación de Juan Bautista Riccioli, autores que no cita y, al parecer, desconoce.

Sanz, Julio (1989). Grandes ideas y experimentos de la ciencia. Lima: Amaru editores.

PERPECTIVAS PARA LA EPISTEMOLOGÍA EN EL PERÚ


Con esta sección cerramos nuestro trayecto y seremos sumarios porque todo lo expuesto
anteriormente nos exime de aducir más argumentos. Sobre la base de lo expuesto, se
pueden plantear las siguientes líneas para la investigación epistemológica en el Perú:

1. ESTUDIO CRÍTICO DE LAS PRINCIPALES CONCEPCIONES


EPISTEMOLÓGICAS como las del positivismo lógico, el racionalismo crítico de
Popper, el 219 la epistemología en el Perú: una aproximación crítica Letras 78 (113), 2007
enfoque histórico de Kuhn y la concepción estructuralista. Asimismo, sería útil examinar a
fondo propuestas como la de Lakatos, Laudan, Feyerabend, Van Fraassen, Giere. Y no se
debiera olvidar los trabajos teóricos de historiadores como I. B. Cohen quien tiene una
teoría muy sugerente sobre las revoluciones científicas (Cohen 1989). El examen crítico
supone una presentación rigurosa y exhaustiva de cada posición con el fin de hacer un
balance crítico de sus aportes y debilidades.

2. AUNQUE LA EPISTEMOLOGÍA GENERAL HA RECIBIDO BUENOS


TRATAMIENTOS se puede avanzar en una presentación más exhaustiva y se debiera
seguir la impronta de Julio Sanz, a saber, no quedarse en la mera divulgación, sino llegar a
plantear una posición personal amparada en el examen crítico.

3. LA LÍNEA DE LAS EPISTEMOLOGÍAS REGIONALES nos parece la más


promisoria porque estamos convencidos de que las ciencias que practicamos en el Perú
necesitan de nutrientes epistemológicos efectivos. Con un análisis epistemológico serio, se
daría un ingente valor agregado a la práctica científica peruana. Las ciencias cognitivas, las
ciencias sociales y las investigaciones tecnológicas necesitan de una correcta dilucidación
epistemológica, sobre todo cuando el fantasma de la jerga posmoderna amenaza y nos
puede conducir a un clima de deshonestidad intelectual.

4. LOS TEMAS DE LÓGICA Y METODOLOGÍA DE LA CIENCIA SIEMPRE


SERÁN DE INTERÉS. La semántica de la ciencia debe avanzar con el fin de aclarar la
noción de verdad y su pertinencia, así como la noción intuitiva que manejaba Popper de
verosimilitud. La ontología de la ciencia debería aclarar con solvencia los nuevos conceptos
que emergen en la ciencia como la mente-cerebro en la ciencia cognitiva o la noción de
tiempo imaginario en la física de los últimos años. Por cierto, la epistemología no puede
omitir los temas axiológicos, éticos y estéticos, dado que la ciencia es una empresa fundada
en valores.

5. LA LÍNEA DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA TIENE SU PROPIA


DIMENSIÓN. Creemos que es mejor orientarse por una historia interna (a la usanza de
Kuhn o de Lakatos) y sólo de manera complementaria en los temas de la historia externa.
Se puede investigar sobre capítulos poco orillados o sobre temas en los que ya hay una
tradición fuerte, y en 220 Raymundo Casas Navarro Letras 78 (113), 2007 ambos es posible
hacer contribuciones importantes. La idea clave es asumir una determinada posición
historiográfica para que la investigación pueda conducirnos a hacer una contribución. En
esta línea se consigna también los temas de la historia de la ciencia en el Perú, donde casi
todo está por hacer. La recomendación fundamental es que si se va a investigar temas
astronómicos, por ejemplo, hay que apercibirse de un conocimiento histórico profundo. Esa
es la única forma de garantizar el rigor académico en los investigadores y, además, es la
única vía heurística para avanzar en la historia de la ciencia.

-Alvarado, Carlos (2005). Epistemología. Lima: Editorial Mantaro.

-ENSAYO La epistemología en el Perú:Raymundo Casas Navarro Universidad Nacional


Mayor de San Marcos

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