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26.2ª.02 ANATOMIA DEL SENO ETMOIDAL.

Escrito por Dr. Jesús García Ruiz

▪ Sistematización de las celdas etmoidales.


▪ Relaciones de los senos etmoidales.
▪ Relaciones de los senos etmoidales con el resto de los senos de la
cara.
▪ Mucosa, vascularización e inervación.

SISTEMATIZACION DE LAS
CELDAS ETMOIDALES.
Las celdas están situadas unas junto a otras con poco orden, formando un
auténtico laberinto. Se han propuesto diferentes clasificaciones o
sistematizaciones topográficas de las mismas:

▪ Según la situación topográfica de las celdas.


Se pueden clasificar bien por un plano frontal que pase por el canal etmoidal
anterior, o bien con relación a los elementos óseos que invade. La sección a
nivel de las suturas entre la masa lateral del etmoides y los huesos invadidos
da el aspecto de semiceldas. Se diferencia según esto en:
- Celdas etmoidales puras.
- Celdas etmoido-frontales, etmoido-esfenoidales, etmoido-maxilares,
etmoido-ungueales, etmoido-palatinas, etmoido-fronto-esfenoidales, etc.

▪ Según la topografía del ostium meático de cada celdas.


Se diferencian dos grupos de celdas.
- Celdas anteriores: son las que desembocan en el meato medio.
- Celdas posteriores: son las que desembocan el meato superior y en el
meato de Santorini.
Entre las celdas anteriores se suelen diferenciar las celdas infundibulares
que están situadas en el extremo superior del desfiladero uncibular en el que
desembocan. Estas celdas suelen tener su origen en el seno frontal y se
diferencian en pre y retro infundibulares.

▪ Sistematización de MOURET.
Esta sistematización topográfica está basada en la anatomía de los cornetes
y de sus prolongaciones en la masa lateral del etmoides y es la que ha sido
seguida por la escuela francesa, describiéndose como clásica en la literatura
francófona. Responde a varios criterios:
- Los cornetes etmoidales principales, medio y superior, se prolongan hacia
el interior de la masa lateral mediante una raíz tabicadora que se une a las
paredes vecinas y verticalmente hasta el techo
- La raíz tabicadota del cornete medio es preponderante y divide el
etmoides en dos compartimentos, anterior y posterior.
- Cada cornete delimita un meato junto con la pared interna de la masa
lateral.
- Cada meato se prolonga hacia el interior de la masa lateral bajo la forma
de divertículos o celdas. Cada meato se corresponde con un conjunto de
celdas o sistemas celular.
Etmoides anterior.
El meato medio, situado por fuera y por debajo del cornete medio se
prolonga en la masa lateral por delante de la raíz de tabicamiento del cornete
medio. Esta prolongación constituye el etmoides anterior.
El etmoides anterior está a su vez subdividido por las raíces de tabicamiento
de dos cornetes secundarios: la bulla y la apófisis unciforme.
Las dos apófisis, la bulla y la unciforme, están implantadas sobre la mitad
anterior de la cara inferior de la masa lateral. Mouret los considero como unos
cornetes rudimentarios de curvatura inversa. Estos dos cornetes se prolongan
en el etmoides anterior mediante una raíz tabicadota.
La raíz de la bulla se sitúa transversalmente por detrás de la de la apófisis
unciforme.
La raíz de la unciforme tiene una orientación casi sagital y se une por detrás
con la raíz de la bulla a la que es paralela y por delante con la pared interna
de la masa lateral, o sobre la apófisis ascendente del maxilar superior.
Cada uno de estos cornetes rudimentarios configura un meato rudimentario
situado en su correspondiente concavidad. Cada uno de estos dos meatos se
prolonga en el etmoides anterior para formar un sistema particular de celdas.

En el etmoides anterior, según Mouret, se pueden diferenciar tres sistemas


de celdas:
- El sistema de la bulla que queda delimitado: por detrás de la raíz de
tabicamiento del cornete medio; por delante la raíz de tabicamiento de la bulla;
por dentro la lamina de los cornetes; por fuera el hueso plano. Contiene de
una a tres celdas que desembocan el la hendidura retrobullar.

- El sistema de la apófisis unciforme o unci-ungueal que está situado, por


dentro de la raíz tabicante de la apófisis unciforme.

La región de la apófisis unciforme presenta una gran complejidad y


variabilidad anatómicas. Mide aproximadamente unos 3 a 4 mm. de ancho y
1,5 -2 cm. de longitud. Contiene varias celdas siendo una casi constante que
es el agger nasi. Una celda de este grupo es la que da origen al seno frontal
que desemboca en la parte superior de la hendidura uncibular.

El margen posterior, a lo largo de la mayor parte de su trayecto, está libre ya


que no tiene ninguna inserción ósea y justo detrás se encuentra el hiato
semilunar.
Por fuera se delimita entre el hueso plano por detrás y el unguis por delante.
Por su cara anterior y superior se inserta en la cresta etmoidal de los
maxilares, justo debajo de la inserción lateral de la cara anterior del comete
medio y el agger nasi. Justo debajo, se fusiona con la cara posterior del hueso
lagrimal. La cara superior de la apófisis unciforme se proyecta hacia atrás y
hacia arriba en la inserción del comete medio y casi siempre se curva
lateralmente para insertarse en la lámina papirácea de la órbita. Inferior y
lateralmente a esta porción de la apófisis unciforme se encuentra la cara
superior del espacio aéreo infundibular, el receso terminal. Superior y medial
mente a esta porción de la apófisis unciforme, casi siempre, se encuentra el
suelo del receso frontal. Sino, la apófisis unciforme puede insertarse
centralmente en la base del cráneo o medial mente en la cara superior de la
lámina vertical del comete medio, cerca de la inserción del comete en la
lámina cribosa. También puede fusionarse con una celda etmoidal anterior,
como el agger nasi. Stammberger destaca que la porción superior de la
apófisis unciforme puede dividirse para insertarse en la lámina papirácea, la
base del cráneo y el comete medio. Cada valva puede desarrollarse de
manera variable para producir tabicamientos parciales o completos
acompañados de entrantes. Los entrantes también varían y pueden ser desde
bolsas ciegas poco profundas a pequeñas celdas y, por supuesto,
comprenden el receso frontal original. Estas observaciones subrayan la
complejidad y variabilidad de esta región
En la cara antero inferior no hay ninguna inserción ósea.
En la cara posterior e inferior, la apófisis unciforme se inserta en la apófisis
etmoidal del hueso del comete inferior. En esta área póstero-inferior la
inserción es gruesa y con frecuencia la apófisis unciforme se divide o se
ensancha en esta región para fusionarse con el hueso más sólido del comete
inferior.
En su límite posterior y superior, la apófisis unciforme también forma una
pequeña proyección ósea para insertarse en la lámina perpendicular del
palatino.

La apófisis unciforme no tiene ninguna


inserción ósea ni si quiera por detrás de
su inserción en el hueso del comete
inferior. En esta región la pared lateral
nasal no está formada de hueso, sino
más bien por la mucosa del meato medio,
una pequeña capa de tejido conjuntivo
intermedio y mucosa sinusal. Estas áreas
se denominan fontanelas anterior y posterior. La fontanela posterior es mucho
mayor y está mejor definida que su homólogo anterior. Con frecuencia, aquí
se observa una abertura que da al seno maxilar, el ostium accesorio, que
puede confundirse con los ostium naturales del seno maxilar. Frecuentemente
los ostium accesorios se encuentran en la región de la fontanela posterior y
aparecen en un 20-25% de los pacientes. Volviendo a su cara superior la
apófisis unciforme se proyecta hacia atrás y hacia arriba en la inserción del
comete medio y casi siempre se curva lateralmente para insertarse en la
lámina papirácea de la órbita. Inferior y lateralmente a esta porción de la
apófisis unciforme se encuentra la cara superior del espacio aéreo
infundibular, el receso terminal.
La apófisis unciforme forma el límite antero medial del infundíbulo etmoidal.
Durante la mayor parte de su trayecto, la apófisis unciforme es una estructura
de tres capas que comprende la mucosa del meato medio o endonasal en su
cara antero medial, el hueso etmoides y la mucosa infundibular en su cara
más posterolateral. La orientación más frecuente de la apófisis unciforme
respecto a la pared lateral y la lámina papirácea es de aproximadamente es
de 140°; sin embargo, existe un grado de variabilidad importante. La apófisis
unciforme puede estar desplazada lateralmente contra la órbita, como suele
suceder en la hipoplasia del seno maxilar, o medial mente, como suele ocurrir
en los casos de patología polipoide extensa en el infundíbulo. En casos
seleccionados, la apófisis unciforme está desplazada medialmente hasta tal
punto que se curva sobre sí misma hacia atrás y se ha llegado a interpretar
erróneamente como una duplicación del cornete medio. Además, en un
pequeño porcentaje de casos puede estar neumatizada. Es importante ser
concientes de la variabilidad de la apófisis unciforme. Sino se percibe su
desplazamiento lateral acompañado de atelectasia del infundíbulo durante la
infundibulectomía, puede producirse una lesión orbitaria involuntaria.

- Sistema del meato medio propiamente dicho. Este sistema puede


encontrarse muy reducido, dependiendo del desarrollo más o menos grande
de los otros dos sistemas precedentes. Está situado por fuera de la raíz
tabicante de la apófisis unciforme por delante; por una parte de la raíz
tabicante de la bulla por detrás; y por dentro del cornete medio. Contiene una
sola celda, a veces dos, que desembocan entre la apófisis unciforme por fuera
y el cornete medio por dentro.
Etmoides posterior.
La raíz tabicante el cornete superior, situada por debajo y por detrás de la del
cornete medio divide el etmoides posterior en dos sistemas:
- Un sistema principal que se abre en el meato superior.
- Un sistema accesorio e inconstante, que se abre en el meato de
Santorini.
El grupo consta de unas 3 a 5 celdas que se diferencian en etmoido-
maxilares y etmoido-esfenoidales. Puede haber una celda particularmente
voluminosa que es la denominada celda etmoido-esfenoidal de Onodi.

Esta sistematización de las celdas etmoidales se basa fundamentalmente en


su zona de desembocadura, es muy esquemática y no se corresponde
algunas veces con la arquitectura tan compleja que pueden adoptar las celdas
etmoidales. Así por ejemplo las celdas etmoidales anteriores pueden
desembocar en la fosa oval de Vilar Fiold del seno maxilar mediante un
inconstante conducto etmoido-maxilar.

RELACIONES DEL ETMOIDES.


Las relaciones del etmoides son las que establecen sus masas laterales con
los huesos vecinos. Fundamentalmente estas relaciones tienen un especial
interés por que suponen la prolongación de sus grupos de celdas,
dependiendo del grado de desarrollo de la neumatización. La neumatización,
unas veces, se limita a las masas laterales, pero en ocasiones se extiende
mucho, pudiendo desdoblar la parte interna del techo de la órbita invadiendo
por detrás el esfenoides y por dentro la apófisis crista galli.

▪ Relaciones por arriba.


El laberinto etmoidal se relaciona en su extremidad anterior con el suelo del
seno frontal.
En el resto de de su extensión se relaciona con la parte anterior de la base
del cráneo y a través del hueso con el contenido endocraneal: meninges y
encéfalo.

En cuanto a sus relaciones con el seno frontal se ha de tener en cuenta que


en realidad el seno frontal es una celda etmoidal anterior hipertrofiada que se
desarrolla entre las dos tablas de hueso frontal. La parte interna del suelo del
seno frontal reposa sobre las celdas etmoidales anteriores, estas celdas
producen relieves o surcos en torno al orificio de drenaje superior del canal
nasofrontal que se denominan bullas frontales. El canal de drenaje nasofrontal
puede ser considerado como la parte intraetmoidal del seno frontal, cuya
forma y trayecto depende del grado de desarrollo de las celdas etmoidales a
este nivel.

Las relaciones de las celdas etmoidofrontales con el cráneo se establecen


con la parte horizontal del frontal a lo largo de un segmento estrecho. Este
segmento en su parte externa se relaciona con la base orbitaria del frontal que
está inclinada en suave pendiente hacia abajo y hacia adentro. En su parte
interna la relación se establece con la lámina cribosa que forma el techo del la
región supraturbinal, o desfiladero olfatorio, encontrándose delimitada por
dentro por la apófisis crista galli y por fuera por la región etmoidofrontal. El
hueso que separa el etmoides del endocráneo es una lámina ósea muy
delgada a veces con irregularidades que corresponden a celdas etmoidales.
En cuento a las relaciones de esta zona con las meninges, la dura madre está
firmemente adherida en la zona de la lámina cribosa, pero en el resto es
fácilmente despegable. Sobre la lámina cribosa reposa el bulbo olfatorio, el
resto del etmoides se relaciona con el lóbulo frontal de cerebro.

▪ Relaciones por dentro.


La mitad superior de las fosas nasales está separada de las masas laterales
del etmoides por la lámina de los cornetes y por los cornetes etmoidales.
El laberinto etmoidal se relaciona por dentro de delante hacia atrás en la
parte superior del meato medio con: el desfiladero uncibular, el relieve de la
bulla etmoidal y el desfiladero retrobullar. Más atrás con el meato superior y
con el meato de Santorini.

▪ Relaciones por abajo.


El laberinto etmoidal cae sobre la parte inferior del meato medio y sobre la
apófisis unciforme.

▪ Relaciones por delante.


La pared anterior del laberinto está formada por la apófisis ascendente del
maxilar superior apoyándose por fuera sobre el unguis
La apófisis ascendente puede estar invadida por celdas del sistema
unciforme. Una de estas celdas formada sobre la pared externa de las fosas
nasales formado un relieve frecuentemente importante es el agger nasi.
▪ Relaciones por fuera.
El laberinto etmoidal se encuentra separado de la órbita por el hueso unguis
por dante y el hueso palatino por detrás, entrando en relación en esta zona
con el saco lagrimal y el contenido orbitario.

El saso lagrimal está situado en el desfiladero lacrimal, constituido por


delante por la apófisis ascendente del maxilar y por detrás por el unguis. Se
encuentra situado entre el tendón directo del ligamento palpebral interno por
delante y el tendón reflejo por detrás, además por detrás está el septum
orbitario y el alerón interno.

En cuanto a las relaciones del contenido orbitario con el laberinto etmoidal,


éste esta primeramente en contacto es el periostio orbitario que es fácilmente
desplegable y luego el con la aponeurosis de los músculos motores del ojo,
siendo el más próximo, en contacto con el etmoides, el recto interno. Se
relaciona igualmente con las vainas musculares, las membranas
intermusculares, la cápsula de Tenon y el tejido adiposo que rellena el resto
de los espacios vacíos infraorbitarios.
En el cono músculoaponeurótico se encuentran elementos vasculonerviosos:
la arteria oftálmica, el nervio nasal y el nervio ópticos. Estas estructuras están
particularmente próximas al etmoides en la parte posterior de la órbita, incluso
puede existir una celda en el ala menor del esfenoides rodeando
materialmente el canal óptico.

▪ Relaciones por detrás.


La cara posterior de la masa del etmoides se adosa directamente sobre la
cara anterior del cuerpo del esfenoides salvo en parte interna que queda libre
como unos 3 o 4 mm.
Esta zona interna libre del cuerpo esfenoidal constituye la cara anterior del
receso esfeno-etmoidal.
En la zona externa está la celda de Onodi o etmoido-fronto-esfenoidal que
presenta estrecha relación con el seno esfenoidal y que es muy voluminosa
pudiendo invadir una parte del cuerpo esfenoidal o abarcándole por arriba
cuando este seno es pequeño. Otras veces, la celda se prolonga por el ala
menor del esfenoides teniendo en este caso contacto con el canal óptico. En
algunos casos la celda de Onodi prácticamente sustituye al seno esfenoidal
que se encuentra rechazado.
En la parte baja la apófisis orbitaria del palatino se relaciona con el laberinto
etmoidal, con el seno maxilar y con el seno esfenoidal.
En ocasiones puede haber una celda etmoidal posterior que invade la
apófisis orbitaria formando una celda tampón entre el seno maxilar y el seno
esfenoidal.

RELACIONES DEL ETMOIDES CON LOS OTROS SENOS DE LA CARA.


El laberinto etmoidal constituye el sistema de unión entre el resto de los
senos paranasales y está situado:
- Por encima y por dentro del seno maxilar.
- Por debajo del seno frontal.
- Por delante del seno esfenoidal

Relaciones con el seno maxilar. Este seno se raciona con el etmoides a nivel
de su ángulo súpero interno por detrás de la fosita oval mediante las celdas
etmoido-maxilares del sistema de la bulla y del etmoides posterior y por
delante de la fosita oval mediante una superficie de contracto muy estrecha,
casi lineal.

Se relaciona con el seno frontal a nivel de su suelo mediante las bullas


frontales y el canal nasofrontal que tiene un recorrido transetmoidal.

Con el seno esfenoidal se relaciona a través de la celda de Onodi.

MUCOSA VASCULARIZACION E INERVACION.

La mucosa que recubre el seno es de tipo respiratorio y está caracterizada


por ser muy delgada debido a que su corion es igualmente muy fino.
Arterias.
Está irrigado por las arterias etmoidales.
La arteria etmoidal anterior lo irriga a través de la arteria del meato medio y
de la arteria etmoidal anterior.
La arteria etmoidal posterior lo hace a través de la arteria del cornete
superior y de la arteria etmoidal posterior.

Venas.
Su red venosa drena en el seno cavernoso, en la vena facial y en el plexo
ptérigo-maxilar.

Linfáticos.
Comunican con los sistemas linfáticos de las fosas nasales y de la meninges
por vía transósea.

Inervación.
Está proporcionada por el sistema trigémino-simpático de las fosas y por el
filete esfeno-etmoidal de Luschka y el nervio nasal interno.

26.2ª.04 ANATOMIA DEL SENO FRONTAL.


Escrito por Dr. Jesús García Ruiz

Los senos frontales son dos cavidades


neumáticas asimétricas desarrolladas en el
espesor del hueso frontal, en la unión de la
escama y la parte horizontal, estando separadas
ambas por un tabique y comunicadas con las
fosas nasales por un canal. Normalmente una de
las semiceldas frontales anterior de la superficie
etmoidal del frontal adquiere un gran desarrollo y
forma a cada lado, en el espesor del hueso, una
cavidad neumática de dimensiones variables.
Situación: por encima de la parte anterior de las fosas nasales y de la órbita. Forma: los senos
frontales son muy variables en su morfología. El 80% de los adultos presentan unos senos frontales
asimétricos. Del 1-14% presentan agenesia y alrededor del 10% presentan hipoplasia uni o
bilateral. En un seno bien formado, su forma es de pirámide triangular, pudiendo considerarse en él
cuatro caras:

- Anterior o cutánea.

- Posterior o cerebral.

- Inferior u orbito-nasal.

- Interna o intersinusal.

Sus dimensiones por término medio son:

- Altura: 20-30 mm.

- Longitud: 20 a 30 mm.

- Anchura o profundidad: 10 a 20 mm.

- Capacidad: 4 a 6 cm.

Pared anterior o cutánea.


Tiene forma convexa hacia delante, sobre todo a nivel de la arcada superciliar, y se proyecta
sobre la frente en un área triangular.

Los límites de esta pared son: por dentro la sutura medio-frontal o sutura metópica; por abajo el
borde supero-interno del reborde orbitario por fuera y la raíz de la nariz por dentro; por arriba una
línea curva de concavidad inferior que uniese la mitad de la arcada orbitaria con la sutura medio-
frontal hasta una distancia de 2 a 3 cm. por encima de la raíz nasal. Está constituida de tejido
esponjoso entre las dos láminas de tejido compacto, siendo la pared más gruesa del seno, de unos
3 a 5 mm.

El hueso está recubierto a nivel del seno de una serie de planos superficiales, ocupando la región
superciliar por fuera y la glabela por dentro. Estos planos de fuera hacia adentro son:

- La piel que a este nivel es gruesa y muy adherida al plano muscular. Esta recubierta en parte
por los pelos de las cejas.

- El tejido celular subcutáneo que contiene numerosas trabéculas conjuntivas que unen la
dermis al plano muscular subyacente.

- Plano muscular, en el que a su vez se pueden considerar dos planos.

Un plano superficial, constituido por fibras verticales del músculo frontal que se unen a la cara
profunda de la piel de la región.

Un plano profundo que está formado por el músculo superciliar y que discurre horizontalmente
desde el extremo interno de arcada superciliar a la piel de la ceja.

- Una cubierta de tejido celular de deslizamiento por la que circulan los elementos
vasculonerviosos.

- El periostio, generalmente grueso, despegable fácilmente del hueso, estando más adherido a
nivel de la sutura nasofrontal.

En esta pared anterior hay elementos vasculonerviosos a considerar.

Arterias: la arteria orbitaria, por fuera, y la arteria frontal interna, por dentro. Emergen a nivel de
sus escotaduras correspondientes. Se reflejan sobre el reborde orbitario. Ascienden y se
anastomosan con ramos de la arteria temporal superficial.

Venas: el drenaje venoso se dirige hacia la vena oftálmica y a través del hueso envía ramas a los
senos.

Linfáticos: los linfáticos de esta pared se juntan para proyectarse en los linfáticos parotídeos y
submaxilares.

Nervios: la sensibilidad corresponde a las ramas del V par, son satélites de las arterias, estas
ramas son el nervio frontal interno y el nervio supraorbitario. La inervación motora se realiza por el
VII par a través de ramas destinadas a los músculos frontal, orbicular de los párpados y superciliar.
Pared posterior o cerebral.

Comprende dos segmentos endocranéales: uno vertical o antero-superior y otro horizontal o


póstero-inferior.

El segmento vertical de ambos senos, derecho e izquierdo, se unen en la línea media formando la
creta frontal interna en la que se inserte la hoz del cerebro.

El segmento horizontal del seno derecho e izquierdo están separados en la línea media por la
hendidura etmoidal del frontal. En esta hendidura se inserta firmemente las dos láminas cribosas del
etmoides que están separadas por la crista galli y están situadas en un plano subyacente al suelo
del seno frontal. La pared posterior está constituida por una lámina de hueso compacto, delgada y
frágil, de 1 a 2 mm. de grosor, a veces es dehiscente. Está atravesada de trayectos vasculares que
son anastomosis entre la red de venas intrasinusales y los plexos venosos extradurales.

Esta pared se relaciona primero con las meninges y a través de ellas con el lóbulo frontal del
cerebro. La duramadre a este nivel es fácilmente desplegable salvo en la línea media donde forma
la hoz del cerebro. Su relación cerebral con el lóbulo frontal es con las dos primeras
circunvoluciones frontales.

Pared inferior o suelo.


Es la más delgada. Se han de considerar en ella dos partes o segmentos: el externo u orbitario y
el interno o nasal (etmoidonasal). Ambas son muy variables en su extensión.

Segmento orbitario. Es la vía de propagación de las infecciones y por la que ser producen las
extensiones tumorales hacia la órbita ya que está cruzada por canalículos recorridos por pequeñas
venas emisarias sinusoorbitarias.

Este segmento está formado por la parte ántero-interna de la bóveda orbitaria. Situado por encima
y por fuera de la sutura que forman el hueso frontal con el hueso plano y el unguis y por detrás de la
mitad interna de la arcada orbitaria.

Tiene una forma triangular, convexa hacia arriba y hacia adentro.

Es delgada y está atravesada por finos canales vasculares.

A través de ella el seno se relaciona con el contenido orbitario. Primero con el periostio orbitario
que es muy resistente, fácilmente desplegable en el techo y más adherente por delante en la
periferia del reborde orbitario a nivel del septum. Luego se relaciona con la polea de reflexión del
músculo oblicuo mayor que es un anillo fibrocartilaginoso implantado en la fosita troclear, está
situada sobre la apófisis orbitaria interna del hueso frontal, por encima del unguis y a 5 mm. por
detrás del reborde orbitario y se adhiere firmemente al hueso. El siguiente plano de relación es con
el cono musculoaponeurótico de la orbita que está formado por los músculo motores del globo
ocular, las vainas musculares y las membranas intermusculares. Se relaciona sobre todo con los de
la región superointerna del cono, formada por el músculo recto interno y el músculo oblicuo mayor y
en concreto con la porción yuxtatroclear y tendinosa del mismo. Más profundamente se relaciona
con la cápsula de Tenon que tapiza la cara escleral del globo ocular. Recordar que todos estos
elementos se encuentran envueltos en una masa adiposa que rellena todos los espacios vacíos de
la órbita.

Se relaciona además con elementos vásculo-nerviosos de la órbita. Por encima del cono músculo-
aponeurótico, en un plano subperióstico, se encuentran la arteria supraorbitaria y el nervio frontal
que se divide por detrás del reborde orbitario en dos ramas la frontal externa o supraorbitaria y la
frontal interna. Por el interior del cono músculoaponeurótico están la arteria oftálmica y el nervio
nasal.

Segmento etmoido-nasal.

Recubre como una tapadera toda la masa de celdas etmoidales y el techo de la fosa nasal.

Este segmento se encuentra limitado: por fuera, por el segmento orbitario, sobre un plano
subyacente; por delante, por la raíz de la nariz; por dentro, por el tabique intersinusal; por detrás, por
la hendidura etmoidal del frontal. Este segmento tiene un perímetro que dibuja un cuadrilátero de
unos 15 mm. de lado.

Tiene forma de un desfiladero transversal en el que se pueden diferenciar una vertiente anterior,
otra posterior y un fondo. La vertiente anterior es oblicua hacia abajo y hacia atrás estando
constituida por un macizo óseo y grueso. La vertiente posterior es oblicua hacia abajo y hacia
adelante formado por una fina lámina ósea situada sobre la masa lateral del etmoides por fuera y la
lámina cribosa por dentro. El fondo es el punto más declive que se va a continuar con el orificio
superior del canal naso-frontal; por dentro el fondo se corresponde con la extremidad anterior del
techo de las fosas nasales y forma un receso paraseptal separado del nasal nasofrontal por un
cresta ósea.

La bullas frontales.

El suelo del seno frontal reposa en parte sobre la masa lateral del etmoides. Las celdas
etmoidales pueden producir surcos sobre el suelo que son las bullas frontales.

Estas son frecuentes muy variables en cuanto a su situación y su relieve. En general pueden tener
cuatro localizaciones: una posterior casi constante, otras anterior y externa, bastante frecuentes, y
otra interna, excepcional.

Pueden estar muy desarrolladas sobre todo por fuera, entre el orificio del canal nasofrontal y el
segmento orbitario del seno y por delante, insinuándose por delante del canal naso-frontal, incluso
rechazando hacia atrás el orificio superior del canal.

Por detrás separan el orificio del canal naso-frontal de la lámina cribosa. Pro a este nivel están
menos desarrolladas. En ausencia de bullas la vertiente posterior se continua directamente hacia
abajo con el canal naso frontal que se encuentra en este caso muy cerca de la lámina cribosa.
Cuando están muy desarrolladas pueden dar la impresión radiográfica de duplicidad o multiplicidad
del seno frontal.

Tabique intersinusal.

Es un tabique óseo anteroposterior que separan los dos senos frontales y que generalmente no
divide los dos senos por igual sino que suele predominar uno sobre el otro. No tiene porque ser
recto sino que incluso, a veces, es muy inclinado cuando uno de los senos monta un poco sobre el
otro pudiendo incluso como recubrirle.

Está constituido por una lámina ósea compacta, delgada y frágil. Puede incluso ser dehiscente o
presentar un orificio de comunicación entre ambos senos.

La cavidad del seno de tipo medio es abollonada con bordes, ángulos redondeados y a veces con
esbozos de prolongaciones.

Tamaño de los senos frontales.

Senos frontales pequeños.

Suelen localizarse en la apófisis orbitaria interna y no llegan a alcanzar la porción vertical del
frontal.

La cavidad neumática puede tener el volumen de un guisante, forma un cono empotrado en el


ángulo superointerno de la órbita.

En estos casos el seno no tiene ninguna relación con la región frontal y quirúrgicamente han de
ser abordados por vía orbitaria mediante trepanación por encima del unguis.

Grandes senos frontales.

La cavidad neumática del seno puede extenderse muy lejos entre las dos tablas óseas del frontal.
Así pueden prolongarse:

- Por arriba, hacia las protuberancias frontales laterales.

- Por afuera, hacia la apófisis orbitaria externa e incluso puede llegar hasta el malar.

- Por detrás, puede desdoblar la parte interna de la bóveda orbitaria en toda su anchura.

- Por dentro, puede cruzar la espina nasal del frontal y llegar a alcanzar a veces la raíz de la
nariz.

- Por delante puede alcanzar la arcada superciliar y la glabela cuando son muy prominentes,
presentando en estos casos una pared anterior muy delgada y frágil.

Los ángulos y las prolongaciones de los grandes senos están frecuentemente transformados en
cavidades periféricas por tabiques óseos incompletos.

Canal naso-frontal.
Es el conducto que proporciona el drenaje y ventilación al seno frontal comunicando el seno con la
fosa nasal correspondiente.

Se considera como la parte etmoidal del seno frontal en la descripción topográfica de Mouret. Por
ello la forma, el trayecto y la localización del orificio nasal depende de la celda etmoidal que le da
origen y del grado de desarrollo del resto de las celdas etmoidales.

Orificio superior. Es el punto declive de la porción etmoido-nasal. Está situado a un centímetro de


la línea media, un poco por fuera del techo de la fosa nasal. Puede tener la forma de un embudo
ancho, o bien puede tener el aspecto de una hendidura comprimido por los surcos que originan las
celdas etmoidales.

Orificio inferior u ostium meático. Lo más frecuente es que se encuentre situado en la extremidad
superior del desfiladero uncibular del meato medio donde desemboca el canal. Ahora bien en
algunos casos puede estar situado en la apófisis unciforme, por detrás de la bulla en el desfiladero
retrobullar o en la fosita oval del seno maxilar.

El canal. Puede ser lago o corto e incluso, a veces, inexistente cuando el meato medio asciende
mucho en la masa lateral del etmoides. Lo más frecuente es que sea un desfiladero aplastado,
irregular, tortuoso y comprimido entre las celdas etmoidales. Desciende oblicuamente hacia abajo,
adentro y atrás, hasta el meato medio, donde desemboca. Su longitud suele ser de 15 a 20 mm, y
su diámetro de 2 a 4 mm.

Lo más importante del ducto frontonasal es su gran variabilidad, que condiciona la patología del
seno y que hay que conocer de cara a la cirugía. Con frecuencia, la parte interna del seno frontal,
donde se abre el orificio superior del ducto, puede estar rechazada por el relieve o prominencia que
forman las celdas etmoidales anteriores cuando están muy desarrolladas, entremetiéndose en el
seno frontal y estrechando el ducto. Zuckerklandl las describió y las llamó “vesículas frontales”. Van
Alyea las llamo “bullas frontales”. Ver arriba.

Debido a la gran diversidad en el desarrollo de esta zona, las dimensiones, trayecto y amplitud
del conducto son extremadamente variables, pero
de un modo general se puede decir que es más
largo, más estrecho y más tortuoso cuanto más
desarrolladas estén las celdas etmoidales
anteriores y, sobre todo, los fondos de saco que
ocupan el receso frontal o vértice del meato medio.
El conducto para entre ellos y por eso algunos
autores dicen que no tiene paredes propias, sino
que está simplemente limitado por las de las celdas
etmoidales que atraviesa. Co0mo medidas
estándar se dan como longitud de 15 a 20 mm, y
diámetro de 2 a 4 mm.
Por el contrario, cuando estas celdas y fondo de saco etmoidales están atrofiados, no hay tal
conducto y el seno comunica libremente con la parte más alta y anterior del meato medio por un
orificio ovalado de unos 2-3 mm. En cambio, cuando están muy desarrolladas las medadas son las
que hemos dado con más o menos tortuosidades y estrechamientos.

En ciertas formas de desarrollo del seno la comunicación entre seno y fosas puede realizarse
directamente a través de un ostium.

En cuanto a su desembocadura en las fosas, según Kasper. puede hacerlo de estas formas:

- En el receso frontal en el 62%.

- En una celda etmoidal anterior al infundíbulo en el 34%.

- Directamente en el infundíbulo en el 40%.

Mucosa, vascularización e inervación.

La mucosa es de tipo respiratorio, más delgada y delicada que la nasal. La zona de transición
entre ambos tipos de mucosa, nasal y sinusal se realiza en el conducto a través del cual el corion
conjuntivo-elástico se adelgaza y los lagos sanguíneos tan característicos de la mucosa nasal
disminuyen o desaparecen. La mucosa sinusal contiene menos glándulas seromucosas y en su
epitelio hay menos cc caliciformes. La zona que contiene más glándulas agrupadas está cerca del
ostium. Se ha de tener presenta que esta diferencia entre mucosa nasal y mucosa del conducto es
más patente en los conductos y ostiums de drenajes etmoidales y esfenoidales. Esto es importante
para comprender la fisiopatología de las reacciones edematosas, hiperplásicas y vasculares de cada
seno.

Sus arterias proceden de la arteria etmoidal anterior y de las arterias del meato medio.

Su red venosa discurre por vía transósea alcanzando por la parte anterior a las venas
subcutáneas, por abajo a las venas orbitarias y por detrás a la venas intracraneales que se dirigen
hacia el seno longitudinal superior.

La red linfática del seno es poco densa y drena en los linfáticos de las fosas nasales y de las
meninges, discurriendo por vía intraósea.

La inervación depende del sistema trigémino-simpático de las fosas nasales, del nervio oftálmico
de Willis, mediante su rama frontal interna y externa, y del nervio nasal interno.

Actualizado ( Martes, 11 de Agosto de 2009 14:09 )


26.2ª.06 ANATOMIA DEL SENO MAXILAR.
Escrito por Dr. Jesús García Ruiz

También denominado Antro de Higmoro, está constituido por


una cavidad neumática que está incrustada en el cuerpo del
hueso maxilar superior. La cavidad esta comunica con las
fosas nasales por el ostium maxilar.
Forma general.

Se admite que tiene una forma de pirámide triangular con:

- Base o pared interna que se relaciona con la mitad inferior de las fosas nasales.

- Pared superior u orbitaria.

- Pared anterior o yugal.

- Cara posterior o ptérigo-maxilar.

- Una cima o vértice externo que se corresponde con la apófisis malar del maxilar superior.

Su capacidad media es de unos 12 cm³ siendo las medidas externas entre 5 y 20 cm³. Estas variaciones tan grandes
hacen que se diferencien por su tamaño en senos pequeños y grandes. Los senos maxilares pequeños se quedan así por
tener un desarrollo escaso y se suelen caracterizar por tener paredes gruesas. Otras veces al tener una pared de la fosa
canina con curvatura muy acusada hacia el seno, esto hace que su luz sea más reducida, es decir, muy hundida y lo
mismo puede ocurrir con la pared nasal del seno que puede estar muy pronunciada hacia la luz sinusal.

Los senos maxilares grandes pueden tener grandes prolongaciones como veremos.

Paredes.

Pared anterior.

Los límites de esta pared están establecidos: por dentro, por el borde anterior del cuerpo del maxilar superior; por arriba,
por el reborde orbitario inferior; por fuera, por el contrafuerte del malar; y por abajo por el reborde alveolar, desde el canino
hasta el segundo premolar.

Tiene forma cuadrilátera, ligeramente excavada. Su dirección es mirado hacia delante y un poco hacia abajo y hacia
fuera. Tiene dos relaciones importantes con la fosa canina y con el agujero infraorbitario.

La fosa canina se corresponde con la zona de esta cara en la que la depresión es más profunda. Está situada como
mirando hacia los dos primero premolares y está bordeada por dentro y por delante por la prominencia canina que está
producida por la larga raíz del canino.

El agujero infraorbitario esta situado a 5 ó 10 mm por debajo del reborde orbitario inferior en una vertical que pasase por
la hendidura supraorbitaria.

Tiene forma oval de eje mayor vertical. Su borde superior es neto y cortante y su borde inferior es dulce. En su interior
contiene los vasos infraorbitarios por dentro y el nervio infraorbitario por fuera. Esta pared está constituida por hueso
compacto que es delgado a nivel de la fosa canina y más grueso en su periferia, sobre todo en parte interna.

La pared está recorrida por canalículos óseos para nervios y vasos.

Los canales nerviosos son para el nervio dentario anterior y medio. El dentario anterior nace del nervio infraorbitario en el
agujero infraorbitario y termina en el plexo de los incisivos y del canino, estando acompañado por la arteria homónima que
es rama de la infraorbitaria. El nervio dentario medio es inconstante, camina por fuera del precedente y termina a nivel del
primer premolar. Los canales nerviosos son a veces dehiscentes pudiendo estar el nervio en contacto con el periostio
sinusal o gingival.

Los canales vasculares están recorridos por arterias y venas. El más conocido es el canal de Parineaud que va desde el
alveolo del canino al ángulo ínfero-interno de la órbita, esta muy desarrollado sobre todo en el niño.

Además de los canales esta pared contiene restos paradentarios que pueden dar lugar a lo largo de la vida a quistes. En
el niño contiene además los gérmenes de los dientes definitivos.

La cara anterior del seno está cruzada por el fondo de saco vestibular superior que la divide en dos zonas:

- La zona inferior o gíngivo-bucal que está tapizada por el mucoperiostio de la encía.

- La zona superior o yugal que está recubierta por un periostio poco adherente, un plano muscular y elementos vásculo-
nerviosos. El plano muscular está formado por el músculo canino, como más profundo, el elevador común del ala de la
nariz y del labio superior, que recubre en parte al elevador profundo y como más superficiales el pequeño y gran
cigomático. Los vasos y nervios discurren sobre el músculo canino y los elevadores, y por detrás de los cigomáticos. Estos
vasos son: la arteria facial que se dirige hacia arriba y hacia adentro hacia el ángulo interno del ojo; la vena facial situada
detrás de la arteria; los linfáticos que drenan a los ganglios submaxilares y parotídeos, debiendo hacer mención especial al
ganglio geniano. Los nervios son ramos motores del facial que tienen como destino los músculos de la piel y ramos
sensitivos que son ramas del nervio infraorbitario.

Pared posterior.
Esta formada por la tuberosidad maxilar que separa el seno de la fosa ptérigo-maxilar.

No es plana, sino que tiene forma convexa en sus dos tercios internos y ligeramente cóncava hacia atrás en su tercio
externo. En conjunto la pared mira hacia atrás y hacia afuera.

Tiene un grosor de unos 2 mm. Es más gruesa que la anterior y que la superior.

Esta recorrida por diversos canales. Por fuera presenta el canal del nervio dentario posterior que nace en la entrada del
desfiladero infraorbitario y tiene como destino los molares y el segundo premolar. Por dentro está el canal palatino posterior
que da paso al nervio palatino anterior y a la arteria palatina descendente y los canales palatinos accesorios para los
nervios palatino medio y palatino posterior.

Analizaremos las relaciones que presenta esta cara de fuera a adentro.

Por debajo del malar está una región de paso entre el vestíbulo bucal y la región pterigomaxilar que contiene por delante
el músculo bucinador, por fuera el masetero y por detrás la bola grasa de Bichat.

La fosa pterigomaxilar, que está situada entre la apófisis pterigoides por dentro y un plano osteomuscular por fuera que
está formado por la rama ascendente de la mandíbula, el músculo masetero y el músculo temporal. La fosa esta rellena de
un tejido celular graso y contiene en su interior los dos músculos pterigoideos, el nervio maxilar inferior y sus ramas y la
arteria maxilar interna. Los nervios están lejos de la pared y la arteria es muy variable en su trayecto dando dos ramas, la
arteria alveolar y la arteria infraorbitaria. El nervio maxilar superior entra también en la fosa a través del agujero redondo
mayor, discurre por encima de la arteria maxilar alcanzando el canal infraorbitario donde ya toma el nombre de nervio
infraorbitario discurriendo por el canal junto con la arteria homónima generalmente por encima de ella. Existe en la fosa
igualmente un plexo venoso: plexo pterigoideo.

Más internamente se relaciona con el trasfondo de la fosa ptérigo-maxilar que está situado por delante de la tuberosidad
maxilar, por dentro de la lámina vertical del palatino, por detrás de la apófisis pterigoidea y por arriba de la raíz del ala
mayor del esfenoides. El transfondo comunica con la fosa nasal a través del agujero esfenopalatino, situado en la parte
superior de la pared interna de las fosas, recordando que a partir del agujero la arteria maxilar interna se denomina arteria
esfeno-palatina y el nervio maxilar superior nervio esfenopalatino del que depende el ganglio esfenopalatino.

Pared superior.
La pared superior del seno maxilar constituye gran parte del suelo de la órbita, siendo una pared particularmente delgada
y frágil.

Está limitada en su parte anterior por el reborde orbitario; en su parte interna por el borde inferior del ungis; en su porción
más anterior y por el borde inferior del hueso palatino; en su parte posterior; por fuera por la sutura máxilo-malar en el
tercio anterior y la hendidura esfeno-maxilar en los dos tercios posteriores.

Tiene forma triangular con un vértice posterior que corresponde a la apófisis orbitaria del palatino. Discurre en un plano
inclinado hacia abajo, hacia fuera y hacia delante.

Esta pared está recorrida por el desfiladero y luego canal infraorbitario. El desfiladero o fisura orbitaria inferior tiene una
longitud en torno a los 15 mm, nace en la parte media de la hendidura esfenomaxilar y se dirige hacia abajo y hacia
adelante en la mitad posterior del suelo de la órbita. El canal es la prolongación del desfiladero, estando formado por un
desdoblamiento de la pared ósea. Ambos, desfiladero y canal, forman en la pared del seno un relieve o surco que en su
interior contienen el pedículo infraorbitario que esta separado del seno por una capa perióstica y una pared ósea muy
delgada, casi dehiscente.

Las relaciones de esta pared se establecen con el contenido de la órbita. El primer contacto es con el periostio que a este
nivel está poco adherido, salvo a nivel del reborde orbitario. A continuación con el cono músculo-aponeurótico que está
formado por los músculos motores del ojo, siendo su relación con el recto inferior, bajo el cual pasa por delante el oblicuo
menor, las vainas musculares y las membranas intermusculares. El almohadillado graso. La cápsula de Tenon que divide el
contenido orbitario en dos segmentos: precapsular que contiene el globo ocular y el retrocapsular con los vasos y nervios.
Por delante y por dentro, se relaciona con el saco y origen del canal lácrimo-nasal. Pared interna. Forma el tabique
intersinu-nasal. Está constituida por la mitad anterior de la pared externa de las fosas nasales. Su forma es cuadrilátera
según la extensión que tenga la pared posterior hacia abajo y hacia atrás; cuando esta prolongación es mínima, se la
considera de forma triangular con vértice inferior.

El esqueleto de esta pared esta formado:

- Un elemento central que es la pared interna del cuerpo del maxilar superior. Es grueso por delante y delgado por
detrás. En el centro presenta una gran hendidura o agujero de forma triangular de base superior. En la cima de la
hendidura nace una fisura de dirección oblicua hacia abajo y un poco hacia atrás que es la fisura palatina.

- Por detrás, está la lámina vertical del hueso palatino, aplicada sobre la cara interna del maxilar superior a la que
refuerza y se apoya sobre la parte posterior de la hendidura maxilar. Esta lámina vertical se prolonga hacia abajo y hacia
delante por la apófisis maxilar del palatino que se insinúa en el seno por la fisura palatina.

- Por arriba, la base del agujero está cerrada por el borde ínfero-externo de la masa lateral del etmoides por detrás y en
el centro, y por el borde inferior del unguis en la parte más anterior.

- El gran hiato central de esta pared está cruzado por el borde superior del cornete inferior. El cornete inferior se
articula por delante sobre la apófisis ascendente del maxilar superior, por detrás sobre la lámina vertical del palatino. La
línea de inserción del cornete inferior corta en diagonal la pared interna del seno yendo desde el ángulo súpero-anterior a
la a mitad del borde posterior. El cornete inferior, a nivel del gran hiato, emite hacia abajo una delgada lámina triangular de
vértice inferior que es la apófisis auricular o maxilar del cornete inferior. Esta apófisis ocupa la parte del hiato situada por
debajo del borde superior del cornete inferior, estando en algunos casos ausente.

La división que realiza en esta pared el borde superior del cornete inferior delimita o divide la pared en dos zonas
triangulares opuestas por su base. Un triángulo ántero-inferior que se corresponde en toda su extensión con el meato
inferior o lagrimal de la fosa nasal, y un triángulo póstero-superior que se corresponde con el meato medio.

- Zona por debajo de la línea de inserción del cornete inferior.

En esta zona la pared es continua, sin dehiscencias, algunas veces planas y en otras abombada hacia el seno. La zona
más delgada corresponde a la apófisis auricular y cuando ésta no existe hace una fontanella.

Su relación más importante es con el canal lágrimal que está formada por fuera por el canal lagrimal del maxilar superior,
por dentro por el unguis por arriba, la apófisis lagrimal del cornete inferior por abajo. El canal lagrimal dibuja un relieve
importante en el seno, situado en la parte ántero-superior de la pared interna, su dirección se oblicua hacia abajo y un poco
hacia atrás desembocando en la parte más superior del meato inferior.

- Zona por encima de la línea de inserción del cornete inferior. En el hueso seco esta zona es un enorme orificio limitado
por delante por el unguis, por abajo por el cornete inferior, por detrás pro la lámina vertical del palatino, por arriba por la
masa lateral del etmoides que desborda más o menos el orificio.

Este gran orificio está cruzado por la apófisis unciforme del etmoides que como es sabido se trata de una lámina sagital
que desciende hacia atrás y hacia abajo enrollándose sobre sí misma de tal forma que su cara interna mira hacia abajo y
hacia adentro, terminando por detrás mediante tres expansiones dirigida una hacia arriba hacia la bulla etmoidal, otra hacia
abajo hacia la apófisis etmoidal del cornete inferior y otra hacia atrás, hacia el palatino.

Estas prolongaciones delimitan con los bordes del orificio principal los orificios secundarios.

La mucosa sinusal y nasal recubren por cada lado esta pared del seno, dejando libres siempre el orificio ántero superior
u ostium maxilar y a veces uno o dos orificios más, denominados orificios accesorios de Giradles. Las mucosas pueden
formar además fontanelas cuando existen otras dehiscencias óseas, al adherirse a ellas: son las fontanelas de
Zucherkandl.

Angulo supero-interno.
Está formado por la conjunción de las paredes interna y superior. Es de una gran importancia pues al lado se localiza el
ostium maxilar y entra en contacto con el laberinto etmoidal por su borde infero-externo. El ostium esta situado en la unión
de los tercios anterior y medio del ángulo comunicando el seno maxilar con la fosa nasal. Las dimensiones de este canal
ostial son 6-8 mm de hancho, 3 a 5 mm. de diámetro. Su dirección es variable, pero lo más frecuente es que sea de abajo
hacia arriba y de fuera hacia adentro. Las relaciones del ostium son: por delante y por fuera con el unguis; por debajo con
el cornete inferior; por dentro con la apófisis unciforme. Está tapizado por una mucosa de transición entre pituitaria y
mucosa sinusal. Hacia adentro abre en la fosa nasal por el orificio meático y hacia afuera en el seno maxilar por la fosita
oval. El orificio meático se encuentra situado en el extremo inferior del desfiladero uncibular ocultado por el cornete medio
y la apófisis unciforme. Esta situado por debajo del resto de los orificios de las celdas etmoidales anteriores y del canal
nasofrontal. La fontanela oval de Vilar Fiol. Por el lado del seno maxilar el canal del ostium no desemboca directamente
en el seno sino en el fondo de una depresión (fontanela oval de Vilar Fiol) en forma de torno que se retrae a nivel del
orificio maxilar. Esta depresión recibe además del canal ostial un inconstante conducto etmoido-maxilar denominado de
Vilar Fiol. En este canal drenan una o varias celdas etmoidales anteriores e incluso en algunos casos el seno frontal.

Zona de contacto etmoido-maxilar.

Por delante de la fosita oval en el tercio anterior del ángulo supero-interno, está una zona de contacto etmoido-maxilar
que es muy estrecha de 1 a 3 mm. Por detrás de la fosita oval, esta superficie de contacto se ensancha de adelanta hacia
atrás para formar un triángulo de base posterior situado: por arriba y por dentro está el techo de la órbita y el hueso
palatino, por abajo y por dentro el tabique intersinusal, por detrás la apófisis orbitaria del palatino.

La apófisis orbitaria puede estar invadida por una prolongación que puede estar formada por una celda etmoidal
posterior, por el seno esfenoidal, o incluso por el seno maxilar, ya que se encuentra en contacto con las tres cavidades.

Justo por debajo y por detrás de la base del triángulo pasa la arteria esfenopalatina. Las dimensiones de esta superficie
triangular y el espesor del hueso a su nivel varían según los sujetos. Las celdas etmoido-maxilares pueden producir
pequeños abombamientos en la pared del seno.

Prolongaciones sinusales.

Pueden estar desarrolladas sobre todo en los grandes senos.

Pueden desarrollarse estas prolongaciones:

- Prolongación orbitaria, hueca hacia arriba y hacia adelante, por dentro de la apófisis ascendente del maxilar superior.

- Malar o cigomática, es muy frecuente.

- Palatina inferior, situada en el espesor de la bóveda palatina.

- Palatina superior, situada en la apófisis orbitaria del palatino.

- Alveolar, situada en los relieves alveolares dentarios que hacen surco en el suelo del seno.

Cavidad endosinusal.

El conjunto de la cavidad es regular, sin relieves acusados, salvo a nivel de las eventuales prolongaciones sinusales y del
borde inferior o suelo. A veces puede tener tabicamientos. El resto de los bordes son muy suaves.

El suelo del seno corresponde con la parte más declive del seno. Suele tener forma de un canal, pero a veces es más
ancho y forma una autentica cara. Está situado un poco por debajo del nivel del suelo de las fosas nasales y a unos 15 mm
por encima del cuello de los dientes. Los alvéolos dentales forman un surco más o menos acentuado en el adulto sobre
todo el primer y segundo molar y el segundo premolar. El primer premolar, el canino y la muela cordal son los más
distantes del suelo generalmente, pero algunas veces pueden estar muy próximos. La raíz de los dientes está separa del
seno por una capa de tejido óseo esponjoso delgada. Este tejido esponjoso en ocasiones puede ser abundante, borrando
los relieves dentarios del suelo, en otras ocasiones, por el contrario, puede ser tan delgado que llega a ser dehiscente,
pudiendo llegar a estar la mucosa sinusal en contacto con la raíz del diente.

La presencia de tabiques intrasinusales es inconstante pero cuado aparecen pueden ser:- Tabiques incompletos, que
es la situación más frecuente. Se trata de láminas óseas o fibrosas que nacen en las paredes, sobre todo a nivel de los
ángulos antero y póstero-superiores y del suelo.- Tabiques completos, son excepcionales. En estos casos las dos
cavidades formadas e independientes se comunican cada una por su correspondiente ostium con la fosa nasal.

Mucosa, vascularización e inervación.

La mucosa del seno es de tipo respiratorio con un corion más grueso en la pared nasal que en las otras paredes.
Contiene numerosas glándulas sobre todo en las proximidades del ostium. Tiene uno o dos mm. de grosor.

Las arterias provienen fundamentalmente:

- De las arterias del meato medio que son ramas de las arterias turbinales media e inferior que dan una arteria ostial
principal reforzada por arteriolas del mismo origen.

- Ramas de la arteria maxilar interna nacidas en la fosa ptérigo-maxilar, son la arteria alveolar y la arteria tuberositaria.
La arteria alveolar, o arteria alveolar de Jasques, es el vaso más importante que nace de la maxilar interna o de la
infraorbitaria, penetra en la pared ósea a media altura de la tuberosidad, contornea por fuera el seno maxilar y termina en
la pared anterior del seno. Las ramas de esta arteria caminan a través del hueso o de desfiladeros submucosos o
superiósticos. En el transcurso de este trayecto da ramos óseos, ramos para la mucosa sinusal y ramos para los alvéolos
de los premolares y de los dos primeros molares superiores.

La arteria tuberositaria es rama de la infraorbitaria, alcanza la parte superior de la tuberosidad y termina en finas
arborizaciones bajo la mucosa de la parte póstero-superior del seno maxilar.

El seno puede recibir además ramas de las arterias infraorbitarias, etmoidales, facial y palatina.

Las redes venosas submucosas se extienden por la pared interna terminando en la vena esfenopalatina, en algunos
casos todas las redes venosas del seno se coleccionan en esta vena. Las redes del resto de las paredes terminan en el
plexo ptérigo-maxilar. Los linfáticos drenan en colectores que caminan por la mucosa del meato medio y alcanzan el
plexo linfático pretubárico.

Está proporcionada por el nervio maxilar, segunda rama del trigémino, y sus colaterales. La inervación autónoma al seno
esta proporcionada por el sistema trigémino-simpático de las fosas nasales por una parte. El maxilar en su recorrido se va
denominando nervio esfenopalatino y luego infraorbitario y va a dar como ramas colaterales los ramos alveolares
superiores y posteriores, el ramo alveolar superior y medio y los ramos alveolares superiores y anteriores. Estas ramas
también conocidas como nervios dentario forman por encima de las raíces dentales un plexo del que parten los filetes
ósteo-periósticos, alveolares y mucosos para las encías.
26.2ª.08 ANATOMIA DEL SENO ESFENOIDAL.
Escrito por Dr. Jesús García Ruiz

Los senos esfenoidales están formados por dos cavidades neumáticas asimétricas situadas en el
centro del macizo cráneo-facial, siendo los senos paranasales más posteriores. Se desarrollan en el
cuerpo del hueso esfenoides estando separados derecho e izquierdo por un delgado tabique.
Comunican con las fosas nasales mediante su correspondiente apertura en la pared póstero-
superior.

Morfología.
Se pueden diferenciar tres tipos de senos:

- Senos pequeños, son los menos frecuentes. Incluso puede haber agenesia del mismo uni o
bilateral.
El tamaño reducido del seno puede deberse a un defecto de neumatización global. Pueden estar
reducidos a dos pequeñas cavidades ovoides escavadas en el tejido esponjoso del cuerpo del
esfenoides. En otros casos un seno es pequeño debido a una asimetría muy importante entre
ambos encontrándose parado el desarrollo de un seno por la considerable neumatización del otro.

- Grandes senos, son los más frecuentes. Su cavidad es accidenta e irregular debida a los sus
prolongaciones en los huesos vecinos y a los relieves que marcan los órganos intracraneales a los
que rodea. Así hacia arriba y hacia atrás, puede aparecer el relieve de la silla turca ocupando una
parte del techo, a cada lado puede aparecer el relieve del sifón carotídeo que enmarca la región
hipofisaria pero sobre todo se hace notar hacia atrás, en su porción ascendente, y hacia arriba y
hacia delante. Son frecuentes la presencia de láminas óseas verticales formando tabicamientos
incompletos que dan lugar a receso y divertículos.

- Senos de tipo medio. Es el tamaño estándar y al que se refieren las relaciones normales del
seno que se van a describir, ya que en los grandes estas relaciones pueden variar.

Están formados por una cavidad que invade una parte del tejido esponjoso del esfenoides
ocupando la mitad anterior del cuerpo del mismo. En algunos casos puede prolongarse bajo la
región hipofisaria.
Ambos senos son asimétricos, por lo que cada uno de los dos senos tiene una forma irregular
dibujando el conjunto de los dos senos groseramente un cubo. Los dos senos en conjuntos pueden
ser considerados como una gran cavidad dividida por un tabique intermedio.
Sus dimensiones promedias son 200 mm. de altura, 20-25 mm. de anchura, 35 mm. de longitud
total y 6 a 9 cm³.

Pared anterior o nasal.


Es la pared de abordaje quirúrgico.
Está formada por una lámina ósea muy delgada, excepto en la línea media donde se engruesa.
Tiene forma de ángulo diedro muy abierto hacia atrás, en forma de proa; es vertical, ligeramente
oblicua hacia abajo ya hacia atrás y suavemente se continúa con la cara inferior, sin ángulos.
Está adherida en su línea media al tabique nasal y en sus dos extremos laterales a la cara
posterior de las masas laterales del etmoides.
En esta cara se pueden diferenciar a cada lado tres segmentos o partes: septal, nasal y etmoidal.

- Segmento septal. Situado en la línea media,


está formado por una cresta vertical o cresta
esfenoidal anterior, es particularmente saliente por
abajo y se articula con la lámina perpendicular del
etmoides.

- Segmento nasal o libre. Es un ancho


desfiladero que forma la parte posterior de la
bóveda de las fosas nasales. Su anchura oscila
entre 3 a 7 mm. siendo más ancho por abajo que
por arriba. su altura es de unos 16 a 18 mm.

En la parte más externa este desfiladero está oculto a la exploración por la masa lateral de los

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